You are on page 1of 14
04 Conflictos armados Mario Laborie Iglesias 1, Introduccién La guerra ha sido una amarga constante a lo largo de la historia de la humanidad, Desde que existen registros esctitos, alrededor de 14.000 conflictos armados han provocado la muerte a unos 3,500 millones de personas (Shechan, 2008: 212), Sélo entre 1945 y 1989, estallaron 138 guerras en las que murieron 23 millones de setes humanos (Lattwak, 1995: 111). Aun- que desde el final de la Guerra Fria su letalidad y frecuencia se han reducido abruptamente, los enfrentamientos violentos entre comunidades politicas organizadas contintian presentes hoy en amplias zonas del globo. Crisis como la de Libia o Ia de Sitia; Ja fragilidad de los Estados del Sahel, en los que proliferan redes delictivas y grupos terrotistas yihadistas; las percusiones de las revueltas érabes; los recientes choques en Ucrania 0 en el mar de China me- ridional, entre otros muchos, recuerdan la fragilidad del entorno de la seguridad internacional. Pese a todo, el concepto contemporineo de grerna resulta demasiado vago, como lo de- muestra la muy diversa nomenclatura, en ocasiones contradictoria, utilizada para definir y tipificar la conflictividad armada actual, Asi, el significado formal de guerra, ligado al en- frentamiento de grandes contingentes militares encuadrados en fuerzas armadas estatales, no recoge toda la panoplia de conflagraciones bélicas existente, Por consiguiente, el vocablo conflict armado surge como consecuencia de esta necesidad de reunir todas las dimensiones de los choques cruentos entre comunidades humanas enfrentadas. Dado que se trata de un fendmeno poliédrico, el andlisis de los conflictos armados permite distintos enfoques, desde la filosofia al derecho pasando por la psicologfa. Pero, por la propia naturaleza de la presente publicaci6n, esta investigacién se centra en el estudio de todos aque- los antagonismos que puedan afectat a la comunidad internacional y, en algunos casos, a los intereses vitales y estratégicos espafioles y, por ende, a nuestra segutidad nacional. Mientras que la naturaleza social y politica del conflicto permanece invariable —siempre que se asuma una nocién muy amplia de lo que es politica-, eada época hist6rica tiene sus propias particularidades debido a los ideales y condicionamientos sociales del momento. Desde la firma de la Paz de Westfalia, la comunidad internacional se ha ido conformando alrededor de los Estados, por lo que, para analizar la transformacién de la guesta, es obligatotio observat Jos cambios en la forma en que se atticulan sus sociedades. 79 Hoy la intensificacién de las interconexiones a escala global, lo que se ha venido a denominar Sobalizecién, esti reconfigurando los ideales y valores en amplios sectores de la humanidad, antastrando de paso al modelo westfaliano de Estado nacidn, Bsta situacién es clave para entender la morfologia de los conflictos armados actuales. Estos condicionamientos sociopo- liticos parecen indicar una disminucidn de la probabilidad de confrontaciones clasicas entre Estados. Ademis, existe la creencia generalizada de que una guerra total, que implique el uso de todos los recursos humanos y materiales estatales, es inverosimil en la actualidad. Asi, las guerras estatales actuales son limitadas, en términos geogrificos, de objetivos y en el grado de violencia aplicado. Problemas étnicos, el retorno del nacionalismo, la competencia por el poder y los recursos, Ja pobreza o el avance del fundamentalismo iskimico son algunas de las razones que impiden ptesuponer un progresivo agotamiento de la violencia politica, Por el contratio, se abten paso muevas formas de conflictividad, normalmente de caréctet intraestatal, que recuetdan en al- gunos aspectos a las antiguas précticas medievales. Ademés, los avances tecnol6gicos, sin los que no es posible entender el mundo actual, repercuten en las catacteristicas de los conflictos presentes de tal manera que incluso seria posible indicar una transformacién en su propia naturaleza politica. Como sefiala la ESN-2013, todas estas circunstancias hacen necesario atender a las formas, causas y dindmicas de la conflictividad actual y fatura pata acomodar, en consecuencia, las Jineas de respuesta adecuadas. En este sentido, la defensa nacional se articula como el principal instrumento con el que cuentan los espafioles para garantizar su bienestar, Este es precisa- mente el objetivo primatio de esta contzibucién. 2. Conflicto armado: concepto y tipologia ‘Tradicionalmente, el término grerra viene a definir una confrontacién violenta entre Estados, regulada por actos formales, tales como declaraciones oficiales, leyes y tratados internacio- nales, Segiin este paradigma, el Estado es el tinico agente legitimado para el uso de la fuerza, lo que constituye la justificacién de su monopolio por parte de los gobicenos respectivos. En los términos teorizados por Carl von Clausewitz, cl enfrentamiento bélico es un medio racional de alcanzar un objetivo politico, relacionado indefectiblemente con la defensa de los intereses vitales de una determinada naci6n, De esta forma, la guerra es mayormente un acto politico de los Estados, y son estos quienes determinan el motivo pot el cual se debe huchar, Ia escala de esfuerzo utilizado y los medios que se emplean. La guerra se erige en la forma brutal y suprema, la «iltima ratio», para resolver un enfrentamiento por el poder entre Esta dos —raz6n geopolitica~. La Carta de las Naciones Unidas proscribe la guerra tradicional, ya que estipula que el atreglo de las controversias entre los Estados debe realizarse por medios pacificos y la abstencién de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza. Como se detallari més adelante, la creciente complejidad de las transformaciones contempo- rineas hace que el vocablo guerra no recoja hoy toda la casuistica de conductas violentas que implican a grupos sociales organizados. Asi, al analizat las recientes estrategias de seguridad de algunos paises occidentales, es facil comprobar cémo la palabra gern ha sido sustituida por la expresién ennflcto armado, més amplia y ambigua y que, ademés, no esté interconectada con las normas jutidicas internacionales, Por otro lado, en la actualidad es comin utilizar de forma sinénima los términos grerra 0 conflito armado con el significado aportado por el padre de la po- 80 Iemologia, Gaston Bouthoul, de ‘lucha armada y sangtienta entre agrupaciones organizadas? Gouthoul, 1984: 103). Bs decir, el enfrentamiento armado no sélo se produce entre grandes contingentes de soldados encuadrados en las Fuerzas Armadas de naciones reconocidas por la comunidad internacional, sino que también puede ocurtir entre grupos con distinto nivel organizativo y con independencia de su origen 0 adseripcidn, Dado que se trata de un fenémeno social con miiltiples cualidades, atributos o dimensiones, existen diversas formas de catalogar los conflictos armados actuales, Entre otras, existen ti- pologias cronol6gicas, histéricas, de émbito de desarrollo o de naturaleza social, A los efectos priicticos de este texto, a continuacién se indican algunas de estas clasificaciones. Si se considera que al menos una de las partes que se enfzentan violentamente es miembro de un ejército estatal, los conflictos armados pueden ser intraestatales ~también denominados _guerras civiles,conflicos no internacionales 0 internos si ocarren en su interior, ¢ interestatales si se enfrentan entre ellos, No obstante, es posible observar cémo en muchas regiones del mundo grupos organizados «no estatales» Iuchan violentamente entre ellos, sin implicacién directa de tropas gubernamentale Otra forma de tpificar los conflictos armados seria atender al nimero de muertes violentas que causan, Por ejemplo, ¢l Peace Research Institute Oslo distingue entre conflietos de alta o baja intensidad en funcidn de si causan més o menos de 1.000 muertes por afio ~aunque este umbral se considera tinicamente una forma de medida analitica. Por otro lado, y desde que se iniciaran las intervenciones occidentales en Afganistn ¢ Irak, el concepto de guerns asimétrica, en contraposicién al de guerra comvencional o formal antes sefialado, ha atraido considerable atencidn. La guersa asimétrica se caracteriza por las considerables desigualdades en el modelo estratégico seguido por las partes beligerantes. La parte débil trata de compensat su inferiozidad y superar el poderio militar del adversario aprovechando todas sus debilidades, y de causarle el mayor perjuicio posible. La asimetsia rechaza las reglas de combate que impone el adversario, haciendo de este modo que todas las operaciones resulten absolutamente imprevisibles (Cout- mont, 2010: 155-156). 3. La evolucién social de los conflictos bélicos Miltiples autores y pensadores han llegado a la conclusin de que los conflictos armados son un fenémeno social. Este vinculo inalterable entze sociedad y guerta, su natutaleza politica, es lo que demuestra que la razén diltima que ha empujado a los hombres a la lucha armada permanece inmutable a lo largo de los siglos. La celebértima frase de Clausewitz, ala guerra es Ja continuacién de la politica por otros medios», es ampliamente aceptada como argumento filosdfico de que, con independencia de la época que se analice, la politica constituye la razén. definitiva de la conflictividad armada. No obstante, y reconociendo que no hay nada més politico que una conflagracién bélica, es posible admitir el postulado del militar prusiano tinicamente si se acepta un concepto amplio 81 de lo que hoy significa politica ‘Tradicionalmente se ha definido a la politica como la gestién del poder, aunque la nocién de poder varfa en funcién de la sociedad y de la época de que se trate, Asi, la tipologia de la conflictividad se encuentra conectada a los distintos tipos de sociedad existentes, tanto en Ia actualidad como en el pasado, Por otto lado, Ins transforma- ciones sociales histésicas han influido de manera determinante sobre las caracteristicas de las guerras de cada época. Desde la Paz de Westfalia, momento histérico en el que surgid, el modelo de Estado aacién se ha tornado en la forma prominente de comunidad politica en el mundo, En el plano teérico, el término Estado navién viene a indicar Ia convergencia entre los aspectos de territorialidad y de identificacién social y cultural de los individuos que viven en su seno. Asi, los Estados gobiet- nan sobte sus respectivas poblaciones mediante la gatantia de ciertos derechos y obligaciones. Actualmente existen en el mundo casi 200 Estados reconocidos internacionalmente, de los que 193 forman parte del sistema de las Naciones Unidas. Sélo una minima parte de los mas de 7.200 millones de seres humanos que poblamos cl planeta vive en tersitorios no sujetos, al menos nominalmente, a la soberania de algain Estado. Sin embargo, la cuestién es mucho més compleja. Hoy nadie pone en duda que nuestro mundo esté siendo reconfigurado por un amplio conjunto de procesos de alcance global, Las interconexiones transcontinentales de todo tipo, la vertiginosa difasién de la informacion y de las tecnologfas del conocimiento, y la stibita formacién de novedosos flujos de actividad comportan cambios esenciales en las relaciones sociales y econémicas en el conjunto de la humanidad. Todo ello tiene consecuencias trascendentales sobre las formas en que las socie- dades se organizan politicamente, afectando al Estado como modelo moderno por excelencia de organizacién politica y butocritica, La globalizacién, modo convenido para denominat a todas estas transformaciones, puede ser entendida como «los acelerados cambios econdmicos, cultusales y de telaciones de poder que socavan la rigidez de las actuales fronteras y el con- cepto mismo de Estado naciém (Garefa Caneio y Vidarte, 2002: 195). Aunque la globalizacién ha fomentado cambios radicales en todos los Estados, sin excepeién, es esencial advertir que no esta afectando a todos por igual. El carécter multidimensional, he- terogéneo y, en ocasiones, injusto y contradictorio de las transformaciones globales (McGrew, 2008: 23) provoca que algunos paises puedan ser mas vulnerables que otros a las mutaciones que se producen, Asi, la globalizacién cuestiona el paradigma de que todos los Estados son iguales y soberanos. En otras palabras, el comportamiento de los Estados ante el reto plan- tcado por la globalizacién depende de sus caractetisticas y circunstancias internas Esta asimettia tiene consecuencias fandamentales sobre los intereses y valores de las socie~ dades de los distintos patses y, por consiguiente, sobre las razones por las que estas estén dis puestas a hichar violentamente. Asi, los tres tipos de sociedad que actualmente convivitian en el planeta, modernas, posmodernas y premodernas, dan lugar a distintos tipos de enfren- tamientos bélicos; aunque es crucial afiadir que, en un mundo globalizado como el actual, la convivencia entze las distintas concepciones y modos de vida en ocasiones colisionan de forma violenta, dando lugar a tipos de guerra hibridos. 82 3.1. Sociedad y guerra modernas Estas sociedades siguen admitiendo que su seguridad petmanece ligada al Estado y que este aglutina los distintos elementos necesatios para la convivencia: soberanfa, organizaciéa buro- critica que garantiza la administracién civil y el monopolio de la fuerza, territorio fijado pot fronteras y poblacién cohesionada por medio de una identidad cultural comtin, Sobre la base del nacionalismo que se acepta como Ia ideologia asimiladora, los pueblos cestatalizados» admiten que sus intereses individuales estin supeditados al bien comin re- presentado por la nacién, Los ciudadanos se adhieren de forma voluntaria al orden politico simbolizado por el Estado, al que guardan lealtad y respeto. La guerra moderna se caracteriza, en los términos esgrimidos por Clausewitz, como un en- frentamiento entre Estados que ditimen cuestiones geopoliticas y en el que se ponen en ac- cidn, si asi Fuese necesatio, todas las fuerzas de la nacién, En este sentido se explica la decisién del Gobierno de Ucrania, que, a principios de mayo de 2014, rcimplanté el servicio militar obligatorio ante la situacién de tensi6a con la vecina Rusia. La recluta militar forzosa es una de las caracteristicas més relevantes de los ejércitos modernos, La primera guerra del Golfo, que se declaré cuando Irak invadié Kuwait en 1990, es uno de los tiltimos ejemplos de guerra moderna. La coalicidn internacional liderada por los Estados Unidos, que a la postre obtuvo la victoria sobre el que entonces se consideraba el cuarto gjército mas poderoso del mundo, estaba formada por medio millon de soldados y cientos de carros y aviones combate, Aunque esta guerra fue presentada como una vietoria de la tecno- logia avanzada, en realidad la doctrina aplicada, la batalla aerotetrestre, habia sido claborada afios antes por la O'TAN para enfrentarse a las divisiones acozazadas del Pacto de Varsovia. 3.2. Sociedad y guerra posmodernas Las transformaciones de la globalizacién, antes apuntadas, han provocado una evolucién de la sociedad moderna hacia nuevos axiomas que algunos han venido a denominar pasmoder- nistas, Con cl selativismo cultural, que cuestiona todo conocimiento supuestamente absoluto, cl posmodernismo ha atraigado en una gran parte de la poblacién occidental. Se produce asi la czisis de la modeznidad y con ella un descreimiento generalizado en todas aquellas ideo- logias que han conformado nuestro mundo. Por consiguiente, se abandona el nacionalismo, ya que es entendido como una idcologia mis, y se acepta, aunque de forma difasa, la utopia del cosmopolitismo. Ya que lo colectivo pierde su significaciéa tradicional, no es conveniente hablar de sactificio por el bien comtin, y se preficre lo individual. La soberanfa nacional deja de tener Ia importancia defendida en los enfoques tradicionales, pasando a existir una «sobe- tania global» donde el respeto a la dignidad individual de la persona debe prevalecer sobre el dezecho internacional. La importancia del individuo se acentéa de tal manera que ningtin gobierno puede adoptar decisiones de espaldas al poder de la «calle», Este contexto viene a indicar una evolucién o crisis del modelo de Estado nacidn que se refleja, por un lado, en una creciente transferencia de autoridad por parte de los Estados hacia manos privadas, y, por otto, en la fragmentacién 83 social. Globalizacién y fragmentacién son dos razonamientos que retan la concepcién tra- dicional de comunidad y ciudadania, y con ello se cambia la actitud en relacién al poder y ala aplicacion de sus instrumentos por parte de los Estados. No cabe duda de que la postura de la opinién piblica acerca de la actuacién de los militares y sobre Ja guerra en si misma ha cambiado significativamente en el tiltimo siglo (Gray, 2006: 162). En este punto es preciso tener en cuenta que la cultura estratégica de un pais esti relacio- nada con la utilizacién de los distintos elementos de poder a su disposicién. Las sociedades occidentales son afines al sof? paver, y piensan que es pteciso utilizar predominantemente elementos de naturaleza persuasiva para alcanzar objetivos politicos y deseartan las medidas coercitivas del hard power, Pero, ya que el cortoplacismo y la ausencia de compromiso ponen en peligro la permanencia de valores, una sociedad posmoderna y selativista puede tener difi- cultades a la hora de identificar por lo que merece la pena luchat. En estas circunstancias, el sistema estatal esté evolucionando hacia un orden aposweberiano», en el que los tipos de conflictos armados no pueden ser entendidos sin considerar las muta- ciones en curso. Ast, [..-] Ia apaticién de un sistema econémico global, comunicaciones globales y los clementos de una cultura global han ayudado a proporcionar una amplia red de relaciones sociales que trasciende las fronteras estatales y que abarca a todos los puebios alrededor del mundo, Esto ha conducido a una creciente obsolescencia de Jas guerras territoriales entre las grandes potencias (Baylis, 2008: 236). A cambio, se justifican las guertas por motivos «humanitarios», siempre y cuando se combata de acuerdo a los preceptos del humanitarismo ~como si esto fuese posible~ y los ciudadanos no se vean comprometidos directamente, ‘Ya que no es posible movilizar a las poblaciones, como sucedia durante la modernidad, los ejétcitos posmodernos son profesionales y muy reducidos en comparacién con los moder- nos. Al mismo tiempo, se utilizan las tecnologias del conocimiento para aumentar lo que los expettos denominan ef ritmo de batalla y las armas de precisién que permiten la aplicacién de la fuerza letal de forma discriminatoria y limitada a la mas estricta necesidad. La segunda gne- rta del Golfo, en Ia que en sdlo cuarenta dias las principales operaciones de combate habian finalizado, es el paradigma de la guerra posmoderna, 3.3. Sociedad y guerra premodernas Las transformaciones globales advierten cémo algunos Estados han dejado de ser viables, ya que no pueden garantizar a sus ciudadanos los servicios esenciales en seguridad, salud, educacién 0 infraestructuras. Estos paises experimentan largos periodos de crisis, conflicto y caos, El gobierno central pierde el control de amplias partes de su tetritorio en beneficio de sefiores de la guerra o grupos comunales, los cuales en ocasiones son también incapaces de gobernar el tertitorio. De abi que la mayoria de ellos apenas pueden ser considerados Es- tados nacidn desde la definicidn clasica de ese término (Sheehan, 2005: 97). En estos casos, las poblaciones se organizan alrededor de estructuras politicas preestatales que desarrollan acuerdos ad hoc para gestionar los asuntos de un entorno sin soberania, Al igual 84 que en Europa durante la Edad Media, se produce un regreso @ la légica tribal, de caudillos puntuales, de reprivatizacién del derecho y de renovada confusién entre la explotacién eco- némica y la dominacién politica. Las relaciones entre sus miembros tienen mas un carécter personal que institucional 0 politico, y son variables segtin los intereses particulares, De esta forma, el caos y la desorganizacin de la identidad politica, ahora basada en agrupamientos étnico-politicos cicunstanciales, surgen tanto del interior de los Estados nacién como desde el exterior (Grenfell y James, 2009: 4), Es en este contexto donde surgen unuevas guerras» que no reflejan la légica social del sis- tema estatista moderno y que ponen de manifiesto el fin del monopolio del uso de la fuerza por parte de los Estados. Un apartado posterior detalla este tema crucial de la conflictividad armada contemporinea. 4. Narrativas occidentales sobre los conflictos armados actuales ‘Teniendo en cuenta la evolucién social antes apuntada, los debates occidentales acerca de los conflictos armados y guertas actuales se agrupan fundamentalmente en tres proposiciones: Ia disminucién de la probabilidad de guerra entre Estados y, en su lugar, el incremento de los conflictos internos; el auge de las operaciones expedicionarias, y la repercusién de la tecnolo- gia en las earacteristicas de las guerras. 4.1. Disminucién de la probabilidad de guerra entre Estados y el incremento de las «nuevas guerras» Desde 2005, el Human Security Report Project indaga en los incidentes de violencia organi- zada que afectan a Ia humanidad, Segiin la tiltima edicién de este informe (Human Security Report, 2013), las dos principales tendencias que caracterizan la violencia actual setian: pri- mera, la amenaza de guerra entre Estados ha descendido, pero, por el contratio, ha aumentado el peligro de que se produzcan conflictos intraestatales ~si en 1946 tinicamente el 47% de los conflictos eran internos o civiles, en 2011 Ia cifra era casi del 100% y segunda, la gran mayo- sia de los patses del mundo no esti afectada por guersas, pero casi todos sufren la violencia del crimen organizado—en todo cl mundo mueren hoy més personas como resultado de homici- dios que por causa de guettas-, Por otto lado, el citado informe sefiala que los conflictos de baja intensidad —que contabilizan menos de 1.000 muertos por afio~ aglutinan la mayor parte de la violencia organizada actual y que, como indica la recurrencia de algunos de ellos, son los més dificiles de resolver. Actualmente, existen tinicamente scis conflictos de alta intensidad abiertos: Afganistén, Libia, Pakistén, Somalia, Sudan y Yemen. En el petiodo posterior a la Guerra Fria se han producido cambios radicales sobre la conflic- tividad armada, de tal manera que la guerra total parece erradicada, y que, incluso, vivimos en «da época mas pacifica de la existencia de nuestra especie» (Pinker, 2012: 19). Asi, los grandes enfrentamientos entre Estados priicticamente han desaparecido, y como consecuencia el aii- mero de muertos en combate se ha reducido dristicamente. Aunque Ia cuestién de si estos cambios son permanentes permanece abierta, esta dinémica serfa consecuencia directa del rapido crecimiento de las denominadas /edencias liberales —democracia representativa, libre comercio y organizaciones internacionales— (Russet, 2014: 30). 85 Las sociedades mas avanzadas, posmodernas, parecen ahora desear més el crecimiento econd- mico que la expansién territorial, Los costes de cualquier enfrentamiento superan con mucho los posibles beneficios, Los procesos de integracidn, tanto econémicos como politicos, actiian como elemento de disuasién y, por consiguiente, dos futuros conflictos entre naciones indus- ttiales y postindustriales serin més frecuentemente llevados a cabo por medios no militares» (Snyder y Malik, 1999: 204), La hipétesis de la «paz democritican, que indicaria que las democracias nunca van a la guerra unas contra otras y que existe una correlacién entre democracia y paz, es otto factor explica- tivo de la disminucién del numero de guerras, Bl Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos (1966), que establece la base juridica de los principios democraticos con arreglo al detecho internacional, ha sido ratificado por 167 Estados, lo que constituye aproximadamente el 85% de los miembros de la ONU, Las democracias comparten notmas pacificas de reso- lacidn de conflictos y valores liberales de tolerancia y derechos humanos. Como ejemplo de este hecho, es frecuente citar que en los tiltimos 65 aiios no ha habido ninguna guerra ni cn Europa occidental ni en Norteamérica. Al mismo tiempo, los Estados han favorecido la creacién de organizaciones intergubernamen- tales, de muy distinto propésito y tamafio, con el objetivo de gestionar un mundo cada vex mas hetetogéneo. Pero, es crucial resaltar que las principales organizaciones internacionales, entre Jas que cabe destacar la ONU, han fomentado cambios que impulsan transiciones politicas hacia tegimenes democriticos y seformas econémicas alineadas con el modelo de libre mer- cado, Ea otros tézminos, el sistema internacional, por lo menos hasta la actualidad, se asienta sobre el modelo occidental de globalizacién. Pero la reduccién en el ntimero de conflictos internacionales ha venido acompafiada del surgimiento de anuevas guerras». La distinta natutaleza y divergencia de intereses de Ins co- munidades y grupos étnicos que residen en el interior de los Estados, junto a su fragilidad institucional, convierten a las guerras civiles en Ja forma actual de conflicto armado mas fre- cuente, Ademés, cabe destacat la dimension internacional de los conflictos civiles, ya que, de forma creciente, gobiernos extranjeros aportan fuerzas militares en apoyo a uno o mas de los combatientes en conflictos intraestatales, Desde que, en 1999, Mary Kaldor publicase su tesis de que las guerras actuales se diferencian de las «viejas», que describia Clausewitz, en los actores, métodos y objetivos, el debate sobre as denominadas nuevas guerras ha sido recurrente. Para Kaldor, estas nuevas guerras surgen en el contexto de la exosién de la soberania del Estado y, en conceeto, como consecuencia del ripido deterioro del monopolio de la violencia legitima (Kaldor, 2001: 19). Precisamente, estos «conflictos desestructurados 0 anirquicos», segtin la denominacién empleada por el Comité Internacional de la Cruz Roja, estan ligados a la fragilidad de algunos Estados cuyas estruc- turas instituciones son débiles © simplemente se han desintegrado, Por ello, se asemejan en gran medida a las antiguas guetras medievales cuya finalidad mas evidente era el control sobre un territorio y su poblacién para mantener la hegemonfa y el prestigio de la casa gobernante. Asi, cl impacto de la globalizacién es apreciable en la mayorfa de las nuevas guertas. Sogin esta tesis, los conflictos no estén motivados por la ideologia politica, como fue el caso de las guettas del siglo XX, sino por ancestrales objetivos de control sobre territorio, recursos, economia o poder social. Ademiés, las razones del enfrentamiento entre las partes pueden set 86 Ja expresion de la identidad étnica o teligiosa, y la pugna involucta a una variedad de actores tanto ptblicos como privados, lo que dificulta la distincién entre combatientes y civiles. En estos casos, milicias de naturaleza sectaria o étnica tratan de proteger a colectividades afines romando el control del territorio. En algunos casos, un solo grupo asume el control de ese tettitotio, mientras que, en ottos, varios de ellos luchan sobre el mismo. A medida que aumen- tan su influencia, estos actores se convierten en una atractiva alternativa al gobierno central. Pero, ademAs, una gran parte de estos conflictos armados no involucran a fuerzas guberna- mentales, sino que se libran entre grupos organizados formalmente como fuerzas rebeldes en Kenia, por ejemplo, los grupos éinicos kikuyu y kalenjin a menudo se enftentan por derechos sobre la tierra-. Para financiar sus actividades, se exploran los recursos naturales del terzitorio que controlan y se recurre a todo tipo de trifico ilicito, como drogas 0 armas, De esta forma, ya no es posible diferenciar In violencia ejercida por actores con agenda politica de la puramente criminal causada por la motivacin egoista de mafias y delincuentes. Se utiliza la violencia de forma brutal, y la actuacién de los beligerantes no atiende a limites 0 regulacio- nes juridicas. Las fuerzas que se enfrentan son relativamente pequefias, poco entrenadas, y evi- tan combates directos de gran intensidad. Y lo que es mas importante, los civiles constituyen tuno de los objetivos primordiales de la lucha, lo que obliga a pobladores de repiones enteras a huir de sus hogates, destruyéndose la estructura tradicional social y econémica de la zona, La mayorfa de estos conflictos son securrentes, es decir, es extremadamente arduo llegar a un acuerdo de paz entre las partes enfrentadas. Los conflictos ano estatales» se han extendido por buena parte del planeta, si bien es en el Africa subsahariana donde se contabilizan un mayor mimero y la cifra mas alta de muertes por su causa. Aunque las tesis de los «nuevos guerristas» han servido como revitalizante para analizar los cambios suftidos por los conflictos armados contemporincos, varios han sido los argumentos que han tratado de rebatir sus postulados. El primer punto de disctepancia reside en detet- minar si las caracteristicas expuestas constituyen en realidad algo «nuevo». Como ya ha sido apuntado, desde una perspectiva histérica, las guerzas antiguas y medievales tenian aspectos, en comin con lo apuntado por Kaldor. Por ejemplo, los suftimientos de la poblacién civil, la explotacién de los recursos del terreno y la actuacién de agentes privados no parecen caracte- sisticas excesivamente novedosas. En segundo lugar, la premisa de que el Estado se encuentra en fase terminal como proveedor de seguridad se asienta en una vision cortoplacista y resulta prematuro afirmar el regreso de formas preestatales de organizacién politica. Finalmente, se pone en duda el papel desempefiado por la propia globalizacién como fuerza transformadora de las caracterfsticas de las guertas en los uiltimos decenios, De forma opuesta a lo apuntado por los defensores del «nuevo guerrismo», los conflictos armados han estado fatimamente relacionados con los procesos globalizadores y tienen mucho que ver en la forma en que estos se desartollan (Williams, 2008: 166). 4.2, El auge expedicionario El fin de la Guerra Fefa, y el posterior derrumbe de la Uni6n Soviética y de su modelo so- cioecondmico, signified el impulso definitivo a los principios occidentales de democracia y economia de libre mercado, El mundo observé la expansién de una teérica ética cosmopolita que cxigia a los Estados que utilizasen su soberanfa de forma responsable y que pusiesen la 87 defensa de los derechos humanos individuales de sus ciudadanos por encima de cualquier otra consideracién, En el caso de que un gobierno no se ajustase a este principio, la comunidad internacional tenia el derecho y el deber de intervenir, incluso por la fuerza En sentido genético, las intervenciones pueden ser definidas como «la accidn de un pais 0 de tun grupo de paises contra otro Estado o grupo de Estados para alterat o cambiar la actitud © la politica de estos que son entendidas como indeseadas por el Estado 0 Estados intervi- nientes» (Arnold, 2008: 192). Por consiguiente, se trata de un mecanismo que se aleja de los medios usuales que rigen las relaciones internacionales: no injerencia en asuntos internos de los Estados y prohibicién del uso de la fuerza, excepto en los casos reflejados en la Carta de las Naciones Unidas. Las operaciones militares de Somalia en 1993, Bosnia en 1995 0 Kosovo en 1999 han sido esgrimidas como ejemplos del intervencionismo

You might also like