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ESTUDIOS BIBLICOS D.A. CARSON DOUGLAS J. MOO COLECCION TEOLOGICA CONTEMPORANEA Una introduccién al Nuevo Testamente es un libro imprescindible para los estudiantes de la Biblia, Recorre todos los libros del Nuevo Testamento, aportando informacién sobre el trasfondo, la historia, la canonicidad, la autoria, la estructura literaria, el propésite, los receptores y la fecha de cada uno de ellos. Ademas, en cada libro del Nuevo Testamento encontramas un resumen del contenido ¢ informacién sobre los estudios mas recientes, ademas de una valoracién sobre su contribucién teolégica al canon de las Escrituras. Gracias a ello, el lector podra entender e interpretar los libros del Nuevo Testamente a partir de ur acertada contextualizacion historica, a D. A, Carson es profesor de Nuevo Testamento en Thinity Evangelical Divinity School, lilinois, EE.UU. Douglas J. Moo es profesor de Nuevo Testamento en Wheaton Graduate School, Illinois, EE.UU. Muchos de los libros de Carson y de Moo se han traducido al castellano, como por ejemplo, el Comentario de ia Epistola de Santiago, publicado por la Biblioteca Teologica Vida COLECGION TEOLOGICA CONTEMPORANEA es una serie de estudias biblicos y tecldgicos dirigida a pastores, lideres de iglesia, profesores, estudiantes y laicos interesados en el estudio serio de Ja Biblia. Su propdsito es proveer las herramientas necesarias para tratar al texto biblico, para conocer el cantexto teolégico de fa Biblia, y para reflexionar Sobre la puesta en practica de todo fo anterior en el transcurrir de la vida cristiana. La coleccion se divide en tres areas: * Estudios Biblicos * Estudios Teolégicos * Estudios Ministeriales Una introduccion al Nuevo Testamento D. A. Carson Douglas J. Moo editorial clie Indice Presentacion de la Coleccién Teologica Contemporanea Prefacio .... Abreviaturas .... 1. Los Evangelios Sindpticos.... aT 2. Mateo. E 3. Marcos LIS 4. Lueas.. 1A 5. Juan. 169 6. Hechos - 224 7. Las cartas del Nuevo Testamento 67 &. Pablo: apéstol y tedlogo 9. ‘Romanos 10. 1 y 2 Corintios.... 11, Galatas 14. Colosenses 15, 1 y 2 Tesalonicenses.. 16. Las Epistolas Pastorales. 17. Filemén. . Hebreos. 25. El canon del Nuevo Testamento. Prefacio Esta obra pretende, principalmente, ser una “introduccidn especial”, es decir, tratar las cuéstiones histéricas en torno a la autoria, la fecha, las fuentes, el propdsito, los destina- tarios y demas temas de esta indole, Muchos libros recientes dedican mas espacio que no- sotros a la forma literaria,-a la critica retorica y a los paralelos histéricos. No queremos infravatorar la importancia de estas cuestiones, y las tratamos cuando tienen que ver di- rectamente con la materia de la que estamos hablando. No cbstante, nuestra experiencia nos dice que se pucden tratar de forma mas extensa en los cursos de exégesis, especial- mente la exégesis de libros concretos. Ademas, creemos que cuando se enfatizan denia- siado-esas cuestiones cn detrimento de las cuestiones tradicjonales de una introduccién, alejamos a los libros neotestamentarios de su contexto historico, ya los estudiantes, de algunos de los debates importantes de la Iglesia de los primeros siglos. Esto también sig- nifica que con frecuencia nos hemos referido a las fuentes primarias. En los debates con- cemientes a temas tales como a quién se referia Papias cuando hablaba de “Juan el ancia- no”, nuestra tendencia ha sido citar e! pasaje y la obra, para que los estudiantes puedan ver por cllos mismos cuales son (jo deberian ser!) las cuestiones a tratar en cada uno de los debates. Aunque la idea de este libro es servir de “introduccion especial”, hemos incluido un breve “histarial” sobre los documentos neotestamentarios, ofteciendo a veces las razo- nes que hay detras de las elceciones que hemos hecho. En cada caso hemos incluido un resumen de los estudios recientes sabre el libro en cuestidn, y algo de informacién sobre laccontribucién teolégica que cada documento neotestamentario aporta al canon. Nuestra preocupacidn ultima es que las nuevas generaciones de estudiantes de Teologia tengan una mayor comprensi6n de ia Palabra de Dios. Hemos intentado escribir teniendo én mente a Jos estudiantes de primero y segundo de las escuelas biblicas y seminarios teoldgicos, Sin duda, en la mayoria de los casos éste sera un material complementario al recibido en las aulas. Algunos profesores preferiran usar el material en un orden diferente al que aparece en esie tibro (p. ¢j., centrarse en tos capitulos sobre Mateo, Marcos y Lucas antes de pasar al capitulo de los Evangelios Si- nopticos). Para noabrumar al estudiante, hemos procurado que la bibliografia no sea mas extensa de lo necesario, pero si cra importante incluir lo mas representativo. Los profeso- res podran ayudar a los estudiantes a detectar cudles son las obras mas relevantes segin el contexto. Otro dato importante es que hemos restringido la extensiGn de esta introduccidn al Nuevo Testamento para que se pueda usar como libro de texto. Algunas introducciones UNA INTRODUCCION AL NUEVO TESTAMENTO muy ¢conocidas son demasiado extensas para afiadir como lectura obligatoria de una asig- natura, jcon lo que es posible acabar la escuela biblica y no haber leido una introduceién al Nuevo Testamento! Aunque la brevedad de este volurnen impide que tratemos algunos de los temas con el detalle que nos hubiera gustado, esperamos que los limites que nos hemos puesto sirvan para que realmente se use como libro de texto. En cuanto a Ja confesion, los dos autores de esta obra somos evangélicos. No hay duda de que nuestro trasfondo condiciona en cierta medida nuestras interpretaciones, pero creemos que solo én la medida en que todo académico del Nuevo Testamento esta econdicionado por su trasfondo, Aunque hemos intentado evitar el oscurantismo, en nu- merosas ocasiones si hemos mencionado posibilidades y cuestiones que no aparecen en otras introducciones. Hemos intentado tener en cuenta la amplia bibliografia existente, a veces siguiendo la via tradicional y otras, sugiriendo una forma més fresca de acercarse al tema en cuestion. En los casos en que las evidencias no son nada concluyentes, hemos dejado la cuestidn abierta. Algunos lectores querran saber cudnta relacién guarda este libro con la edicién an- terior (1992), publicada Con e] mismo titulo, pero escrita por tres autores: nosotros dos, y Leon Morris. En muchos sentidos, ésta és una actualizacién del volumen anterior. No obstante, hemos introducide varios cambios importantes: (1) Como el paso de los afios ha hecho que Leon Morris no pudiera contribuir a este volumen, decidimos, con su con- sentimiento, que seria mucho mas sencillo repartimos sus capitulos. Como resultado, cada uno ha escrito la mitad del libro, aproximadamente. Hemos actualizado y revisa- do nuestro propio trabajo, y hemos revisado ampliamente 0 recscrito los capttulos que heredamos de Leon Mortis. (2} Hemos ampliado e} capitulo sobre Pablo para incluir un breve andlisis del debate actual sobre la “nueva perspectiva”. (3) La seccidn sobre “pseudonimia” que aparecia en el capitulo sobre las Epistolas Pastorales ¢s ahora mas extensa, y la hemos unido a otra seccién sobre las Epistolas de Pablo, formando un nue- vo capitulo que no aparecia en la primera edicién; “Epistolas del Nuevo Testamento™ (4) En todos los capitulos hemos incluido un resumen mas completo sabre el contenido de los libros biblicos y también, donde era relevante, una breve interaccién con algunos de los acercamientos al Nuevo Testamento més recientes. Estos cambios han hecho gue ésta sea una obra mas extensa, pero esperamos que siga siendo un volumen manejable y Otil para las nuevas generaciones de estudiantes. Por thtime, ambos hemos evaluado el trabajo det otro, y hemos intentado redu- cir al maximo cualquier diferencia, como por ejemplo las diferencias de estilo. Aun- que en algiin momento las referencias en el texto dejan entrever fa identidad del autor, esta obra es fruto del trabajo en equipo. El lector que conozca la edicién anterior tam- bién vera que, en ocasiones, hemos cambiado de parecer en cuanto a algunas cuestiones, B.A. Carson ¥ Dauezas J. Moo Cariruo 1 LOS EVANGELIOS SINOPTICOS INTRODUCCION Los tres primeros Evangelios fueron etiquetados por vez primera como Evangelios Si- nopticos por un letrade biblice aleman, llamado J. J. Griesbach, a finales del siglo diecio- cho, El.adjetivo ‘sinaptico' procede del griego cuvdires (sinopsis), que significa “ver a la vez”, y Griesbach escogié la palabra por el alto grado de similitud entre Mateo, Marcos y Lucas en sus presentaciones del ministerio de Jestis, Estas similitudes en la estructura, el contenido y el tond, son evidentes incluso para el lector no especializado. Y no sirven para unir los tres primeros Evangelios, sino que también sirven para separarlos del Evan- gelio de Juan. Mateo, Marcos y Lucas estructuran el ministerio de Jestis en relacién con una secuen- cia geografica gencral: ¢l ministerio en Galilea, retirada hacia el Norte (con la confesion de Pedro como climax y punto de transicidn), el ministerio en Judea y Perea ya de camino hacia Jerusalén (menos claro en Lucas}, y el ministerio final en Jerusalén. Esta secuencia casi no se encuentra en Juan, ya que éste se centra en el ministerio de Jesis en Jerusalén durante sus visitas periddicas a la-ciudad. En cuanto al contenido, los tres primeros evan- gelistas narran muchos de los mismos eventos, centrandose en las curaciones de Jesis, los exorcismos y la enseiianza por parabolas. Juan, si bien natra algunas importantes cu- raciones, no contiene exoreismos ni parébolas (al menos del tipo de las que encontramos en Mateo, Marcos y Lucas), Ademas, muchos de los eventos caracteristicos de los tres primeras Evangelios, como la encomendacién de los doce, la Transfiguracién, el Discur- so Escataldgico y la narrativa de la Ultima Cena no se encuentran en Juan. Presentando a un Jess constantemente en movimiento, y presentands también acciones yuxtapues- tas (especialmente los milagros) a una ensefianza (normalmente) breve, los tres primeros Evangelios transmiten un tono de actividad intensa y rapida. Esto contrasta mucho con el tono mas meditative de Juan, quien narra muchos menos eventos que los evangelistas Sindpticos y quien prefiere presentar a festis dando largos discursos, en ugar de parébo- las breves 0 sentencias sucintas, Durante los dos Ultimos siglos, los eruditos han escu- drifiado los Evangelios Sindpticos desde angulos distititos y obtenido muchos resultados distintos. Esto es algo inevitable, dada la vital importancia de estos libros para la fe y la vida cristiana. Estos relatos narran la vida de Aquel que Dios escogié para darse a cono- 27 UNA INTRODLICCION aL NUEVO TESTAMENTO. cera los seres humanos. Describen los acontecimientos de los cuales dependen el signi- ficado de la Historia y el destino de cada individuo: la muerte y Ja resurrecci6n de Jess, el Mesias. Los temas caracteristicos de cada libro, los trataremos en particular en los ca- pitulos dedicados a cada uno de ellos; aqui abordaremos los temas importantes que apa- recen‘en los tres relatos. Examinaremos tres cuestiones en concreto: ;Cémo se formaron los Evangelios Sindpticos? {Como deberiamos entender los Evangelios en términos lite- rarios? {Qué nos dicen los Evangelios acerca de Jests? LA EVOLUCION DE LOS EVANGELIOS SINOPTICOS iCémo se escribieron los Evangelios Sindpticos? Una respuesta sencilla, y en cierto modo adecuada, seria identificar a las personas que, bajo la inspiracién del Espiritu de Dios, escribieron estos libros, y también detectar las circunstancias en que fueron escri- tos. Tocaremos estos temas’ en las introducciones de los capitulos dedicados a cada uno de los cuatro Evangelios. Pero aunque identifiquemos a los autores de los Evangelios Si- ndpticos, todavia nos quedan preguntas por responder. ;De donde sacaron los autores el material acerca de Jestis que usaron para escribir los Evangelios? ,Por qué los tres rela- tos son tan similares en algin momento y tan distintos en otros? ;Qué papel jugaban los propios cvangelistas? Se limitaron a poner por escrito la tradicién? ,Son autores con un punto de vista propio? Y, para plantear la gran cuestidn que se esconde tras estas otras, {por qué cuatro Evangelios? Estas y otras preguntas similares han ocupado el pensamien- to de los cristianos desde los origenes de Ia Iglesia. Un cristiano del siglo segundo, Ta- tiano, combiné los cuatro Evangelios en su Diatesardn. San Agustin escribid un tratado titulado La armonia de los Evangelios,' Pero los eruditos empezaron a tomarse mas en serio estas cuestiones a partir de la aparicién de la critica biblica moderna a finales del si- glo XVII. Aungue algunas de las cuestiones que se trataban en esa época las podemos descar- tar por su falta de trascendencia, y lo mismo con las respuestas que se daban, muchas de ellas nada acertadas, no podemos ignorar el tema de los origenes de los Evangelios Si- népticos y su relacién entre ellos. E1 numero y naturaleze de los Evangelios nos invitan a reflexionar sobre estas cuestiones hist6ricas y literarias. Ademas, uno de los evangelistas se refiere al proceso por el que ha obtenido el material con el que cuenta: Por cuanto muchos han tratado de compilar una historia de las cosas que entre no- sotros son muy ciertas, tal como nos las han transmitido los que desde el princi- pio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, también a mi me ha parecido conveniente, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el principio, escribirte ordenadamente, excelentisimo Tedfilo, para que sepas la verdad precisa acerca de las cosas que te han sido ensefiadas. (Lucas 1:1-4) | Puede encontrarse en NPNE2 6.77-236. 28 Los EvaNnGELIOS sINoPrICOS En esta introduccion a sus dos voliimenes de la “historia de los origenes cristianos,” Lu- 2as reconoce haber desarrollado su trabajo en tres etapas: los “testigos oculares y minis- ros de la palabra” que “transmitieron” la verdad de Jestis: aquellos “muchos” que ya ha- pian compilado relatos de la vida de Jestis y la Iglesia primitiva; y Lucas mismo, quien, “después de haberlo investigado todo con diligencia”, ahora compone su propio relato ‘ordenado”. La investigacién a la que Lucas hace referencia parece estar bastante orde- aada, Primero vemos ¢l estadio mas temprano de la transmisién, durante el cual los tes- sigos oculares y otras personas han pasado la tradicién acerca de Jesus, mayormente de forma oral; luego, encontramos la etapa en la que las fuentes escritas empiezan a crecer y xadquirir importancia; y finalmente, llegamos a la etapa de la autoria final.? La etapa de las tradiciones orales: Critica formal Durante los dos uiltimos siglos, en el transcurso de Ja investigacion de los origenes de los Evangelios, han surgido distintos acercamientos, cada uno de ellos haciendo hincapié en diferentes aspectos 0 etapas. Hay tres acercamientos en particular, cuya contribucion al problema del desarrollo y los origenes de los Evangelios ha sido significativa y destaca- da: ta Critica formal (Fermgeschichte), que se centra en el periodo de transmisién oral; la Critica de las fuentes, que se centra en la manera de estructurar las diferentes unidades literarias que forman los Evangelios; y la Critica de la redaccién (Redaktionsgeschichte), que se centra en la contribucion literaria y teologica de los autores de los Evangelios, Es- fos métodos corresponden generalmente a las tres etapas que Lucas menciona en su in- troduccion. Aun asi, no se exctuyen mutuamente; la mayoria de los criticos de los Evan- gelios los emplean simultancamente en lo que se denomina andlisis de las tradiciones 0 Critica de la tradicién (Traditionsgeschichte). Sin embargo, los tres acercamientos son distintos, tanto historica como metodologicamente, y los examinaremos uno por uno. Empezamos por la Critica formal porque, aunque no aparece hasta después del apo- geo de la Critica de fuentes, se concentra en el estadio mas temprano del proceso de aparicién de los Evangelios: la etapa oral. Los criticos de la forma aseguran que los primeros cristianos transmitieron de forma oral las palabras y las obras de Jesus durante un periodo de tiempo considerablemente largo. El material escrito no empezé a elaborarse hasta al cabo de unas dos décadas, seguido al poco tiempo de la tedaccién de los mismos Evangelios. Descripcién. La Critica formal fue aplicada por vez primera al Antiguo Testamen- to, aplicacién realizada por eruditos como Hermann Gunkel. Luego, en la segunda y tercera década del siglo XX, tres hombres que habian Ilegado a la conclusion de que se habia agotado el potencial del acercamiento de la Critica de las fuentes (método seguido de manera rigurosa durante décadas), empezaron a aplicar la Critica formal ? Martin usa Lucas |:1-4 de forma similar en su introduccion (1.119-21). Una intropuecién aL Nurvo TESTAMENTO a los estudios del Nuevo Testamento. Me estoy refiriendo a Kart Ludwig Schmidt, Martin Dibelius y Rudolf Bultmann.! Aunque discrepaban en algunos puntos impor- tantes, estos pioneros de la Critica de la forma tenian como minimo seis supuestos y creencias en comiin, que se convirtieron en la base de la Critica formal. 1. Las historias y dichos de Jess circularon en pequefias unidades independientes. No obstante, los primeros criticos de la forma sostuvieran que la narracién de la Pa- sidn es una excepcion porque dicen que fue una unidad titeraria en si misma desde una época muy temprana*. Muchos de los criticos de la forma contemporéneos ni siquiera admiten dicha exeepcién. 2. La transmisién del material de los Evangelios se puede comparar con La transmision de otras tradiciones religiosas 6 culturales. La responsabilidad de dicha transmi- sién no recae en los individuos, sino en la comunidad donde ese material adquiere forma y se transmite. Existen ciertas leyes de tansmision generalmente observa- bles en tales casos de transmision oral que también se pueden aplicar a la transmi- sion de los Evangelios. 3. Las historias y dichos de Jesis adoptaronciertas formas estandar (deahila Criticade la“forma” o “la historia de las formas”) que siguen siendo en su mayoria visiblesen los Evangelios. Los criticos de la forma no se han puesto de acuerdo en el niimero y naturaleza exacta dedichas formas, La Tabla | muestra tres esquemasinfluyentes.” Tabla 1. Terminologia de ta Critica formal —————— Breves dichos de Jess ubicados en un Paradigmas ——-Apotagmas Relatos bre as cantexta ip. ej, Mt. 12:13-17, que culmina declaraciones de Jess cana sentencia deJests:"Dad al Césarlo quees del say, ya Dios lo que es de Dios‘) Retatos sobre los milagros de lests{(p.ej,, Cuentos Alatossobrelosmilagres —Relatos sobre los \a alimentacign de los 5.000) milagios La obre de Schmidt diulada Der Rahmen der Geschichte Jesu: Literarkritische Untersuchungen zur dttesten Jesusitberlieferung fue publicada en 1919 por Trowitzsch & Son en Berlin y munca ha sido traducids, En 1919 también aparecié en su edicion original en alemin Ia obra de Martin Dibelius titulada From Tradition te Gospel (BT New York: Charles Scribaer's Sons, n.d.); Rudolf Bultmann. Historia de fa tradicién sindptica (Sigueme, Salamanca 2000). *P. ej, Dibelius, From Tradition ro Gospel, \78-79 + Ademas de ver las obvas mencionadas de Dibelius y de Bultmann, ver Vincent Taylor, The Formation of the Gospel Traditien, 2° ed. (London: Macmillan, 1935). Taylor usa la Critica formal con menos dosis de escepticismn histérico del que preseatan Dibelius y Bultmann. 30 Los EvaNcEtios sinopricos Fenna Dibellus Bultmann Taylor Relatos que magnifican a lesiscoma"héroe” —_Leyendas Aelatos histricos Relatas sobre Jesis (pe), cuando Lucas ielata que bess esta oleyendas enel tempo con doce afi (2-41~52)) Una ensefianza de Jesiis que noculmina en Parénesis: Sentencias deminicales Dichosy pardbolas Una tinica sentencia {p oj. E1 Padte Nuestro) 4. La forma de una historia 6 un dicho en concrete hace posible determinar su Sitz int Leben (“lugar en la vida"), es decir, su funcién en ta vida de la Iglesia primitiva. Segiin Bultmann: “la comprensién apropiada ‘de la Critica formal descansa sobre el juicio de que la literatura en que la Vida de una comunidad determinada, incluso Ja de la comunidad cristiana primitiva, adquiere forma, surge de unas condiciones y necesidades de vida bastante definidas. de donde se desarrolla un estilo bastante definido y unas formas y categorias bastante especificas, Por eso, cada categoria ti- teraria corresponde a un Sitz im Leben."* . A medida que transmitia log dichos ¢ historias de Jesis, la primera comunidad cris- tiana no solamente daba al material una determinada forma, sino que también lo mo- dificaba bajo cl impulso de sus propias necesidades y situaciones. Con esto pasamos de lo que podria Jamarse una Critica formal pura (una empresa literaria) a una con- cepcién mas amplia de la disciplina en la que los juicios historicos que no surgen de Ja disciplina como tal también se tienen. Los criticos de la forma discrepan ampliamente sobre el grado en que la Igle- sia primitiva modifico y creé el material del Evangelio. Bultmann, por ejemplo, piensa que la influencia fue enorme, y atribuye la mayor parte del material del Evangelio a la Iglesia primitiva porque cree que muy poco del material que con- servamos proviene del ministerio de Jesis en ta Tierra. Como muchos otros cri- ticos, piensa que la Iglesia primitiva no estaba interesada en distinguir entre lo que Jests habia dicho en la Tierra y lo que habia seguide diciendo por medio de Jos profetas en la vida de la Iglesia. Tal y como dice Norman Perrin, “La distin- cién modema entre e] Jestis histérico y el Sefior resucitado es una idea que ape- nas encontramos en la Iglesia primitiva.” Este tipo de juicios histéricos radicales no son intrinsecos:a la Critica formal y muchos eriticos de la forma son mucho mas conservadores en sus valoraciones historicas. Vincent Taylor es uno de ellos. Y todavia los hay que son mas conser- vadores y limitan la influencia de la Iglesia primitiva a la ordenacién de los ma- teriales (p. ej., la serie de historias controvertidas de Marcos 2:1 — 3:6 y sus pa- pa § Bultmann, Tradictin sinéptica, 4. 1 Norman Perrin, Rediseavering the Teaching uf Jesus (London: SCM, 1967), 27; ef. Bultmann, Tradicién indica, 127-28. 31 UNA INTRODUCCION AL NUEVO TrSTAMENTO ralelos). Pero éstas son las excepciones que confirman la regla; la gran mayoria de los eriticos de la forma han emprendido su trabajo con una buena medida de escépticismo histérico. 6, Los criticos de la forma clasicos han usado varios criterios para poder establecer la edad y La fidelidad historiea de determinados extractos.. Dichos criterios se ba~ san ef viertas leyes de transmisién que, segin se cree, funcionan con cualquier material de transmisién oral. Segun dichas leyes, la gente tiende a (1) alargar las historias, (2) afiadir detalles, (3) adaptarlas ‘cada vez mas a su propio lenguaje y (4) conservar y crear solamente aquello qué éncaja con sus propias necesidades y creencias. Basandose en estas leyes, muchos criticos de Ja forma han declarado que el material del Evangelio que es mas corto, que esta falto de detalles, que con- tiene semitismos y no encaja con los intereses de la Iglesia primitiva o del judats- mo del siglo primero es anterior y, por tanto, es mas probable que sea histérica. El ultimo criterio, que normalmente recibe el nombre de criterio de disimifitud, es especialmente importante para los criticos de la forma mas radicales, Eliminando cualquier cosa que pudiera haber sido introducida por la Iglesia primitiva o reco- gida del medio judio, quienes defienden este criterio, aseguran un nimero minimo de dichos y actividades sobre las que se puede basar una comprensién supuesta- mente historica de Jests. El criterio de disimilitud, por ejemplo, sugiere que Mar- cos 13:32 (“Pero de aquel dia’o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los angeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.”) podria ser original de Jestis, ya que no usa el lenguaje tipico del judaismo (“el Hijo”) y contiene una premisa (la ignoran- cia'de Jesiis) que va en contra de fa vision que tenfa la Iglesia primitiva. Un quinto ctiterio, consecuencia de este ultimo, considera auténtico el material que concuer- da conel material aislado por el criterio de disimilitud. Un sexto criterio, Ja atesta- cién multiple, da preferencia al material encontrado en mas de una tradicién (p. ej., Marcos y “Q”, de lo que hablaremos mas adelante), Evaluaci6n. El escepticismo histérico que caracteriza a muchos de los criticos de la forma mas prominentes le ha dado a la Critica formal la reputacién de atacar la histo- ricidad de los Evangelios. Pero como hemos sugeride antes, no ticne por qué ser asi. Como disciplina literaria, la Critica formal no conlleva ningiin juicio a priori sobre la histori¢idad del material que analiza. Ademas, muchos de los supuestos en los que se basa la Critica formal parecen ser validos: de hecho, hubo un periodo de transmnision oral del material del Evangelio, la mayor parte del cual probablemente se realizé con pequefias unidades; probablemente hubo una tendencia a que dicho material adoptara ciertas formas estandarizadas; y no cabe duda de que la Iglesia primitiva influyé sobre la forma en la que se realizé la transmision del material, Por decirlo eseuctamente, esta claro que hay cabida para la Critica formal en el estudio de los Evangelios. Sin embargo, debemos tener en cuenta ciertas precauciones en cuanto a Ja aplica- eion de dicha disciplina. Primero, es probable que existiera mas material escrito de los Evangelios en periods muy tempranos dél que muchos de los criticos de la forma es- 2 Los EVANGELIOS SINOPTICOS dn dispuestos.a admitir, y también es probable que mucho del resto del material ya se iubiera afadido a unidades literarias mayores.* Por ejemplo, Alan Millard ha demos- rado que la escritura era algo bastante comin en la Palestina de Herodes y que habia nuchos precedentes de compilaciones escritas que recogian los dichos de un maestro eligioso.” Segundo, no debemos imponerle a ese material unas formas especificas y ‘leramente delineadas. La existencia de las llamadas formas mixtas sugiere que cual- tuier clasificacién debe considerarse come provisional 0, como mucho, general. Ter- ‘ero, la afirmacién qué hacen los criticos de la forma de poder identificar el escenario le la vida de la Iglesia que produjo unas formas especificas, debe ser tratada con un ano escepticismo. Normalmente nos faltan los datos suficientes para poder hacer una dentificacién de este tipo. Por ultimo, y quizis esta es la precaucién més importante, 08 supuestos de muchos de los criticos de la forma sobre la naturaleza del proceso de ransmision son sospechoses. Algunos autores han sostenido que la mayoria de los cri- icas de la forma no han valorado lo suficiente la dinamica y naturaleza de la transmi- ida oral, ni tampoco han prestado mucha atencién al papel de los individuos (inclui- los los testigos oculares'*) en Ja conformacién y traspaso del material." Las eriticas mas serias deben dirigitse contra la aplicacién antihistérica de la Criti- ‘a formal, tipificada por Bultmann, Dibelius y muchos de sus herederos. Primero, no jueda justificada la afirmacién de que la Iglesia primitiva no distinguia al Jesus terrenal lel Jesiis resucitado y que, por eso, se sentian libres de poner en boca del Jesiis terrenal os dichos pronunciados por los primeros profetas cristianos. Bultmann aseguraba que rersiculos como 2° Corintios $:16:b (“si, ciertamente, hemos conocido a Cristo segin 4 came, ya no le conoceremos mas asi” [traduccién del autor]) demostraban que Pa- ilo y otras personas de la Iglesia primitiva no tenian interés en el Jestis terrenal como al. Pero Pablo, en este texto, no esté diciendo que no tba a tener mas interés en un Jesis segtin fa came” (terrenal), sino que se habia propuesto dejar de mirara Jess “desde un wunto de vista carnal.” De hecho, en ef Nuevo testamento no hay nada que respalde la no- ‘ion de que los primeros cristianos no distinguian entre el Jesus terrenal y el Jess resuci- ado, y los criticos de la forma radicales nunca han logrado explicar de qué forma habria legado:a labios de Jests (mientras ensefiaba en Galilea en torno al aiio 29-d.C.) las pala- was de, por ejemplo, un profeta cristiano de Antioquia en el afio 42 d.C. Cada vez se esta uestionando mds qué la profecia cristiana funcionara asi.'? * C,H. Dodd, por ejemplo, propone que desde el principio, el patron de la predicacién cristiana temnprana mpuso un patron concrete sobre ef material de los Evangelios (“The Framework of the Gospel Narrative,” SepTim 43 [1932]: 396-400), * Alan Millard, Reading and Writing in the Time of Jesus (Washington Square: New York University ‘ress, 2000), "Ver Richard Bauckham, “The Eyewitnesses and the Gospel Traditions,” JSHJ 1 (2003): 28-60, " Ver especialmente Erhardt Giitgemanns, Cemdid Questions Concerning Gaspel Form Crittelsm: A Aathodotogical Sketch of the Fundamental Problematies of Form and Redaction Criticism (ET Pittsburgh: ‘ckwick, 1979), y Werner H. Kelher, The Oral and she Written Gospel (Philadelphia: Fortress Press, 1983). "P. cj, David Hill, New Testament Prophecy (Richmond: John Knox, 1979), 160-85, J.D. G. Dunn, Prophetic *I'-Sayings and the Jesus Tradition: The Importance of Testing Prophetic Unerances Within Early 33 UNA INTRODUCCION AL NUEVO TESTAMENTO Segundo, debemos cuestionamos si Ja transmisién del material de los Evangelios du- rante un periodo de unos 20 aiios puede compararse con algun otro material que los cri- ticos de la forma usan para sacar conclusiones acerca de los Evanpelios. La literatura ra- binica, por ejemplo, con la que tanto Bultmann como Dibelius comparan los Evangelios, era un material muy indefinido que se habia ido recogiendo a Jo largo de tos siglos. Y los rabinos jamds produjeron algo remotamente parecido a los Evangelios. Tercero, y en relacion con este Ultimo punto, hay dudas en cuanto a la vatidez de Jas Hamadas leyes de tiansmisién. B. P. Sanders y otros han demostrado que la transmision oral no siempre tiende a alargar el material."" Por tanto, el uso de tales leyes para atribuir historias y dichos a la Iglesia en lugar de a Jesiis, no es valido.'* El criteno que mas cri- ticas se merece ¢s el criterio de disimilitad. Ademas, la aplicacién de este criterio se sue- ie entender mal; Ja mayoria de quienes lo usan no afirman que sof son auténticos los dichos que han podido aislar. sino que esos son los unicos de los que podemos estar se- guros. Sin embargo, el uso de este criterio sucle Ievar a los criticos a centrar la atencién en lo que resultaba peculiar de Jesis, contraponiéndolo a su entomo judio y a la Iglesia primitiva. Asi, sv uso normalmente produce nna visidn sesgada de Jestis.'* Los critics de la forma més conservadores insisten en que este criterio no debe usarse de forma aislada, y solo debe usarse con el propésite positivo de proporcionar evidencias de historicidad, nunea con el propésito negativo de negar dicha historicidad."* Con todo y con eso, el uso del criterio da por sentado una discontinuidad en el proceso de transmisién que tiene que ser cuestionada, Un cuarto problema de la Critica formal radical es’su incapacidad de saber qué hacer con la presencia de los testigos oculares. Algunos de ellos eran hostiles al Evangelio, y hu- bieran desautorizado cualquier invencion de historias y dichos. Tal y camo dice MeNeile, “Jos criticos de la forma escriben como si todos los testigos oculares hubieran ido al cielo el dia de la Ascension y la Iglesia primitiva hubiera estado viviendo en una isla desierta.”"” En quinto lugar, muchos criticos de la forma son culpables de infravalorar el gra- do de precisién con el que los judios del primer sigto habrian recordade y trasmiti- do oralmente lo que Jesus habia dicho y hecho. La denominada escuela escandina- va, representada de forma particular por el trabajo de Birger Gerhardsson,* estudi Christianity,” NTS 24 (1978); 175-98; David Aune, Prophecy in Early Christianity and the Anctent Medite reancan World (Grand Rapids: Eerdmans, 1983), 248. "VE, P, Sanders, The Tendencies of the Synoprie Tradition, SNTSMS 11 (Cambridge: Cambridge Univer sity Press, 1969) Stanley Porter argumenta que, a peserde la mucha critica, ha habido muy poco progreso en cuanto a una actualizacion de los criterias. El propone que el debate quizd avanzura si se establecen unos nuevos criterios que'se basen en el griego (The Criteria for Authenticity in Historical-Jestis Research: Previous Discussion and New Propasats, SNTSup 191 (Sheffield: Sheffield Academic Press, 2000). 1" Vet, p. ¢j..M. D. Hooker, “On Using the Wrong Tool,” Theo! 75 (1972), 570-81 1 Ver especialmente Robert Siein, “The ‘Criteria’ of Authenti¢ity,” en GP |.225-63, Ben F. Meyer, The Aims of Jesus (Philadelphia: Fortress Press, 1979), 85-87. 1 MeNcile, 53 Birger Geshardsson, Meniory arid Manuscript: Oral Tradition and Written Transmission in Rabbinic Judaism and Early Christianity, ASNU 22 (Lund: Glecrup, 1964), Para obtener un resumen de su propucsia, 34 Los Evasceuios sinopticos \ figuras con avtoridad dentro de la Iglesia primitiva como transmisores de la tra- licién del Evangelio y legs a la conclusién de que el praceso habria sido afin a la ransmision de las tradiciones rabinicas; asi, tanto el material escrito como la memo- izacion detallada habrian jugado un papel clave. Como critica, muchos recurren a a idea de que no se puede comparar el entomno académico de los rabinos con el en- erno mucho mas popular de los primeras cristianos. Pero la importancia de la me- norizacion en la sociedad judia del primer siglo es innegable y queda mas que jus- ificado pensar que eso es una base suficiente para decir que la transmisién oral det ivangelio se realizé de manera cuidadosa y detallada,'® Los estudios recientes sobre ‘0s testigos oculares en ¢! mundo greca-romano en general también confirman en ge- ieral el valor y la exactitud de dichos testimonios.*° Y cuando a eso te ailadimos la vosibilidad muy real de que las palabras y las acciones de Jestis hubieran sido escri- as desde un primer momento, tenemos todos los motives para pensar que los prime- ‘os cristianos eran capaces y estaban dispuestos a transmitir con exactitud los hechos v palabras de Jests. La etapa de las fuentes escritas: Critica de fuentes (el problema sindptico} ntroduceién. La etapa oral de! desarrollo de los Evangelios Sindpticos que hemos exa- ninado en la altima seccién, probablemente incluia también algunas tradiciones escri- as sobre la vida y ensefianzas de Jesis. Algunos de los apéstoles podrian haber iomado iotas de las ensefianzas de Jesus y de sus actividades durante su ministerio, y junto con stras testigos oculares probablemente acelerar ese proceso después de la resurreccién. Al nismo tiempo, naturalmente, gran parte del material iba pasando de manera oral, Pero son el tiempo, podemos sospechar que esos primeros fragmentos escritos se combina- ‘on con los testimonios orales para producir unas fuentes escritas mas largas, que luego ‘¢ convertirian en Jos Evangelios canénieos. La Critica de las fuentes se dedica a la in- vestigaci6n de esta ctapa escrita de Ja produccion de los Evangelios. Busca respuesta a la iiguiente pregunta: ;,qué fuentes escritas usaron los evangelistas para compilar sus Evan- relios, si es que usaron alguna? La pregunta tiene un interés particular para el historiador de los inicios del movi- niento cristiano y para todo estudiante de los Evangelios Sindpticos, ya que hay unas iimilitudes sorprendentes entre los Evangelios Sindpticos, tanto en el esquema gene- al como en la ordenacidn de las palabras, Fijémonos en las palabras en cursiva en el tjemplo de la Tabla 2, el relato de la curacién de un paralitico. ‘er Poter Davids, “The Gaspels and Jewish Tradition: Twenty Years after Gerhandsson,” ea GP 1.75-99, "Rainer Riesner, Jesus als Lehrer, WUNT 7 (Tibingea: Molir-Siebeck, 1981}; idem, “Jidische Blemen- arbildung, und Evangelientiberlieferung,” en GP 1.209-23. © Ver S. Byrskog, Story as History—History us Story: The Gospel Tradition in the Contert of Ancient Ira? History, WUNT 123 (Tébingen: Mohr Siebeck, 2000); Bauckharn, “Eyewitnesses.” 35 Una INTRODUCCIGN At Nurvo TEstaMENTo Tabla 2. Paralelos Sindpticos: Curacién de un paralitico Mateo 9:1-8 ‘Marcos 2:1-12 Lucas 5317-26 'Ysublendo Jests en unabarca, pasé al Hablendo entadede nuevoen Capemaim otro ladoyllegéasu cudad.Yletraje- varios dias despues, se ayd que estabaen ron un paralitica echado en una cami Ila:y Jess, viendo la fe de ells, di al paralitico: timate, hij, tus pecados teson perdonads. ¥ algunos de los escribas decian para st Este blasfema, ' Jos, condclend sus pensamientos, tijp: Por qué'pensdis mal en wuestros corazones? Porque, ;qué es mas faci, decir "Tas pecados te son perdana- dos? odecin*Levantate, y anda’? Pues ara qui sepais que el Hijo del Hom- be tient eutoridad en la Tierra para perdoriar pecarlos (entonces dija al paralitico}: Levantate, toma tucamiila yivete atu casa. Y él levanténdose, se fuea su casa, Pero cuando las multi- tudes vieron esto, sintieron temor, y lorificarona Dios, que habia dadotal ader a las hombres, @sz.¥ sereualeron muchos, tanto que ya ‘rohabia lugar nlaun ala puerta El as ex pponia la palabra. Entonces vinierona traerle un paralitico levado entre cuatro. ¥comong pudieron acercarse a fia causa dela mutti- ‘td, levartaron a techo encima de donde él estaba y cuando hablar hectiounaabertra, bajaron la carla en que yada el paralitica. Vierida Josts ta fe de ellos, dijo al paraltico: Hij, tus pecadoste son petdontads, Pero es- taban alli sentados algunos de los escribas, loscuales pensaban en sus corazones: Por qushabla éte as? Esta bastemardo; ;quién flee perdonar pecatos, sino sole Dis? Val instante Jesis,conodendo en suespitu que pensaban de esa manera dentro de si is- ‘mos, les lio: gPor qué pensis estastosasen vwuestroscorazanes? Qué es mes fici detiral pparaltico:*Tus pecados te son erdonadas’ o decide:"Levantate, toma tu carnilla yanda’? Pues para que sepals que el Ho del Hombre tiene autoridad en la Terra para perdonar pe- cados (dijo-al paralitica) A tite digo: Levania— te, tomattucamillay vete atu casa, ¥ élsele- vant8,y toriando al instantela camilla saliba vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y clrificaban a Dia, diienda: Janna hemos visto cosa semejante, Yun dia que El estaba ensefando, habia ali sentados algunos fansegsy maestrosde a ley que habian venido de todas lasaldeas de Galitea y Judea, y ce Jrusalén, vei po- der del Sefiorestata con fl parasanat.Y he aqui, unes hombres trajeron en una carla aun hombre que estaba paralitico; y trata- ban da metodo y ponerto delante de Jesis, Y na hallando cérne introducirio debido ala smitud subieron ala azotea yo Bajaron con la camilla a través del techo, peniéndole ‘et medio, delante de Jesus. Viendo Jesds la Je de ellos, dijo: Hombre, tus pecados te son perdomiades, Entonces los eserbasy farseas commenzaron a discurr, didéndo: Quidnes éste que habla blasfemnias? ;Qulén puede perdonar pecados, sino solo Dlos? Conacien- desis sus pensamientos, respi y les dijo: Porque dlscarisen west cofazo- nes? Qué es ns fal, decin “Tus parades reson perdonaxtoss a dedt"Levintate y anda’? Pues para que sepais que st Hijo del orb tiene autoridal en la Tera para perdonar pecados (jo al parltico}: tite digo: Levantate, toma tu camillay vetea tucasa. Yal instante se levanté delante de ellos tomé la camila en que habia esta- doacastado,y se fuea sy casa glorifcanco Dios. Yel asombro se apccerd de tudosy slovificabarna Dios;y ellenanon de temor, didendo: Hoy hemos visto cosas extraoidi- narias, No solo tenemos una ordenacién casi exacta de las palabras (al igual que en el griego original), sino que ademas los tres evangelistas introducen en el mismo lugar un brusco’ cambio en las palabras de Jestis. (Muchas versiones suavizan dicho cambio, pero la reali- dad es que estamos ante un exwaiio cambio sintictico enel que Jesus pasa de usar la se- gunda personal del plural (“para que sepais") a usar la tercera del singular (“dijo [al pa- ralitico]”) en Matco 9:6, Marcos 2:10 y Lucas 5:24). Esta duplicacién de construcciones, extrafias y poco habituales se repite en otras ocasiones, junto con pasajes en los que doso tres evatigelistas usan precisamente las mismas palabras, en el mismo orden y durante va- 36 Los EVANGELOS SINOPTICOS tias lineas del texto. En la Tabla 3, por ejemplo, notamos que Mates y Lucas usan casi las mismas palabras para recoger el lamento de Jestis por la ctudad de Jerusalén.*! Es natural que el estudiante de los Evangelios quiera saber cémo explicar esta semejanza. Tabla 3. Paralelos Sindépticos: Lamentacién sobre Jerusalén Mateo 23:37-39 Leens 1334-35 iJerusalén, Jerusalén, la que mataa losprofetasy apedreaa —_jJerusalén, Jetusalén, la que mata los profetas y apedrea los que son enviados a ella! ;Cuantas veces quise juntaratus alos que te son enviados! jCuantas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polltes debajo desus alas, y hijos, comola galina a sus pollitos dabajo de sus alas, yo no quisiste! He aqui, vuestra casa se os deja desterta. Porque quisiste! He aqui, yuestra casa se os deja desierta;y 0s digo osdiga que desde ahoraen adelante nomeveréisméshastz que no me verdis mas, hasta que lleque el tiempo en que di- que digdis:"BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DELSENOR.” gis: BENDITO EL QUEVIENE EN NOMBRE DEL SENOR.” Pero el problema sindptico és particularmente complicado porque, aparte de las semejan- zas, también encontramos diferencias sorprendentes. Tomemos, por ejemplo, el texto ci- tado en la Tabla 2. Mientras que los tres relatos son muy similares si nos fijamos en los fragmentos que hemos destacado en cursiva, Mateo no ineluye la expresion “A ti te digo” que encontramos en Marcos y Lucas. Y cuando tomamos el texto como un todo, enton- ces aparecen otras diferencias mas significativas. Mateo, por ejemplo, no incluye la parte sobre los amigos del paralitico que abren el agujero en el tejado para bajar el lecho de su compaiiero hasta Jesus: Esta combinacion de semejanzas y diferencias se extiende también a la estructura ge~ neral de los Evangelios. Veamos la lista de eventos de la Tabla 4, que sigue el orden que encontramos en Marcos. (En negrita se indica !os lugares en los que el orden de los suce- sos en uno de los Evangelios se aleja de los otros dos). Aqui encontrames, aunque quizas no en la misma proporci6n, el tipo de semejanzas y diferencias que se repiten a lo largo de los Evangelios Sinépticos. Les tres siguen basicamente el mismo orden de sucesos, aunque no haya wna razén cronolégica 9 historica clara. No obstante, los tres evangelistas an algiin momento omiten material que aparece en los otros dos, cada uno contiene acon- tectmientos Unicos, y algunos de los acontecimientos que se encuentran en uno o dos de los otros aparecen en orden distinto. Entonces, a la luz de estos datos, la pregunta en cuanto al problema sindptico se po- dria reformular de la siguiente manera: {Qué hipétesis explica mejor esta combinacién de semejanzas por un lado y de diferencias por otro que caracteriza a los tres primeros Evangelios? 2) La similitud en el texto griego es enorme, Solo hay diferenciz en un infinitiva, ta inclusién por parte de Lucas de un verbo que no os esencial, y Iz eleecion de una paricula al principia de ta altima frase. (Notese 21 “porque” en Mateo, mientras que en Lucas encontramos algo diferente (pues en griego aparece de, [de], “y" Spero”). 37 Una myrropuccion AL Nuevo TrsTAMENTO Tubla 4. Orden de sucesos en tos Evangelios Sinépticos (Nota: Los mimeros en nogrita indican los pasajes en los que Mateo y Lucas difieren del orden que encontramos en Marcos. La linea indica que ese incidente no aparece cn el Evangelio cn cuestién). Pericapa Marcos Laas Jestisy Beelzeba 320-30 14:14-28 Lasefal de Jonés — 11:29-32 Lammadrey los hermanos de Jesus 331-35 819-21 Pardbola de! sembrador 4t-9 84-8 Prapésito de las pardbolas 1310-17 4110-12 89~10 Interpretacién de la parabola del sembrador 1318-23 4913-20 811-15 Parabola del trigo y la cizaiia 1324-30 — — La lémpata sobre un candelera —_— 816-18 Pardbola del crecimiento deta semilla — a Paraliola del qrano-de mostaza 1331-32, — Pardbola dela levadura 1333 Jestis habla en parabolas 1334-35 —_ Inverpretacién dela pardbola del trigoy a cizana 1336-43 — Pardbola del tesoro escondido 1344 — Pardbola dela perla de gran precio 13:45-46 — B, F, Westgott fue uno de los defersores mas conocido de'esta perspectiva. Ver su fntraduction to the Study of the Gaypels, 82 ed_ (London; Macrnillan, 1895), 165-212. ® John M. Rist he argumentado que las semejanzas entre Mateo y Marcos puséen explicarse aunque no tuvieran fuchtes exeritas em comin o aunque uno no dependicra del otro. La explivacion seria que am- bos hicieron uso de las mismas fuentes orales (On the Independence of Martkew and Mark, SNTSMS 32 [Cambridge Cambridge University Press, 1978]}. Bo Reicke atribuye las similitudes entre los Evangelios Sinopticos a la combinaciéa de una tradicién oral compartida (principalmente) y al contacto personal entre Jos autores (The Roots of the Synoptic Gaspeis Philadelphia: Fortress Press, 1986)). ¥ Eta Linnemann cree qué las similitudes entre los Evangelias Sindpticos se deben a una memoria viva y exacta de los sucesos que ccurrieton y de los dichos de Jestis (ds There a Synoptic Problem? Rethunking the Literary Dependence of the First Three Gospets [Grand Rapids: Baker, 1992), Ver también Robert L. Thomas y F. David Farell, eds,, The Jestes Crisis: The Inroads of Historival Crificisn: inte Evangelical Scholarship (Grand Rapids: Kregel, 1998), expecialemente el cap. 1, “The Synoptic Gaspels in the Ancient Church,” por Thomas y Famell: cap, 3, “Source Criticism: The Twa-Source Theory.” por Thomas R. Edgar; y cap. 6, “Redaction Criticism.” por Thomas. 39 Una INTRODUCCION AL NUEVO TesTaMeNTO gia” de Papias® hacen renferencia a uno de estos fragmentos, una coleccién de Los dichos de Jestis.”" Interdependencia. La itltima solucion basica al problema sindptico sostiene que dos de los evangelistas usaron al menos uno de los otros Evangelios. Sin negar necesaria- mente el uso de otras fuentes que luego s¢ extraviaron, los que defienden esta teorla afirman que lo dnico que puede explicar el grado de similitud entre los Evangelios Si- ndpticos es que en-el ultimo nivel de elaboracién literaria se diera’el préstamo textual. Esta solucién al problema sinéptico se viene defendicndo desde los inicios de la histo- ria de la Iglesia (p. ej., San Agustin; ver mas abajo) y, por razones ldgicas, cuenta con el apoyo de la mayoria de los eruditos contempordneos del Nuevo Testamento. Aun- que no podemos ignorar la habilidad que los judios del primer siglo tenfan para trans- mitir sus tradiciones con un destacado grado de exactitud (ver mas arriba el apartado sobre Critica formal}, es muy poco probable que el grado de semejanza que éricon- tramos cn cl texto griego (como mostrdbamos mas arriba) solo se deba a la tradicion oral.* Robert Stein cita los textos paralelos de Marcos 13:14 y Mateo 24:15, donde los dos evangelistas incluyen una expresi6n parentética para dirigirse al lector? Ademas, como hemos citado més arriba, Lucas deja claro que él, al menos, ha usado fuentes es- critas para la elaboracién de su Evangelio (1:14), La hipétesis de un Ur-Evangelio cn lengua semitica presenta las mismas dificultades a la hora de explicar la clevada semejanza que hay entre el texto griego de los Evange- lios. {Qué posibilidad hay de que diferentes traductores llegaran a escribir las mismas palabras y en el mismo orden, y en mas de una ocasién? Es cierto que podriamos pro- poner un extenso Ur-Evangelio en griego y presentarlo como la fuente que usaron los tres Evangelios. Pero una hipotesis asi tiene tres serios inconyenientes. En primer lu- gar, lo normal es que si hubiera existido un material literario en griego tan importan- te, algtin autor de inicios de la era cristiana lo habria mencionado. Y eso no es asi. En segundo lugar, es mas dificil explicar la creacién de los tres Evangelios Sinépticos si entonces ya existia un texto tan importante. Y en tercer lugar, vista como una hipétesig completa, esta teoria tiene serias dificultades a la hora de explicar las diferencias entre los Evangelios Sindpticos. Teortas de interdependencia. La unica teoria capaz de explicar los datos que tenemos es la que incluye como componente principal la interdependencia literaria entre los Evangelios Sindpticos. En estos datos encontramos un aspecto determinante para reco- » Ver Eusebio, H.E, 3.39.16, y la discusién que aparece més adelante y en el capitule 3, >! Ver especialmente F. Schleienmacher, “Uber die Zeugnisse des Papias von unseren ersten beiden Evan- gelien,” TSK 5 (1832): 3358. *'F, Gerald Downing comenta que Josefa rara vez copiaba las fuentes que usaba palabra por palabra, Si los evangelistas Sindpticos también tenian esta tendencia, lo que hay explicar no os fas diferencias, sino las similitudes (‘Redaction Criticism: Josephus’ Antiquities and the Syxoptic Gospels,” JSNT 8 [1980]: 33) * Robert H. Stein, Stadving the Synoptic Gospels: Origin and Imerpretation, 2a ed. (Grand Rapids: Bak- er, 2001), 46. La discusion que Stcin clabora sobre este tema, replete de ejemplos, es una detallada defensade la imterdeperidencia sindptica (29-47) 40 Los EVANGELios sindpricos iocer la viabilidad de las teorias propuestas: la relacién que hay entre los Evangelios si 108 fijamos en el orden en ¢] que presenta los sucesos en torno al ministerio de Jestis. In estudio del paralelismo sequencial de los Bvangelios Sindpticos revela un hecho nuy significative: mientras que Mateo y Marcos con frecuencia coinciden en cuanto tl orden de los sueesos y no lo hacen con Lucas, y mientras Lucas y Marcos concuer- Jan frecuentemente y no lo hacen con Mateo, Mateo y Lucas no presentan casi ningu- 1a. coincidencia que esté en contra del orden que aparece en Marcos (un simple vistazo tla Tabla 4 es suficiente para comprobar que esto es asi). Vemos que Mateo y Marcos soinciden al colocar la acusacién de que Jess écha démonios en nombre de Beelzebt usto antes de las llamadas pardbolas del reino; y Lucas y Marcos coinciden al poner +] episodio en el que Jestis calma la tempestad y cura al endemoniado gadarene justo lespués de dichas parabolas. No obstante, no existe ninguna ocasién en la que Mateo ¢ Lucas coincidan presentando algo diferente a lo que encontramos en Marcos. Dicho je otra modo, el orden que encontramos en Marcos en ningin momento esta en des- icuerdo con los otros dos Evangelios (por ello en la Tabla 4 no hay nameros en negrita sn Ja columna de! Evangelio de Marcos), Este fenémeno ha sacado a la luz uno de los irgumentos mas importantes sabre la naturaleza de las relaciones sindpticas: el argu- nento del orden. Este argumento apunta a que Marcos tiene que verse como el “térmi- ao medio” en cualquier esquema de relaciones entre Marcos, Mateo y Lucas. O lo que 2s lo mismo; la conclusién légica es que Marcos tiene relacién con ambos, con Matco y :on Lucas, independientemente de si es anterior, contemporaneo o posterior a esos dos vangelios, La Figura | muestra estas cuatro posibilidades. Figura 1. Relaciones sindpticas: Marcos como término medio Marcas Mateo Lucas Mateo Lucas Mateo Lucas Marcos Marcos Marcos Lucas Mateo mada uno de estos esquemas puede explicar el fendmeno del orden. Ademas, no po- demos excluir la posibilidad de que haya una relacién entre Mateo y Lucas indepen- dientemente de] uso que estos hayan hecho del Evangelio de Marcos. El argumento del orden en si mismo. no excluye la posibilidad de que Mateo y Lucas sean interdepen- Jientes, aunque si que implica que ef evangelista que fue el ultimo en eseribir habria slegido de forma deliberada seguir el orden de los otros dos Evangelios, cuando éste zra igual en ambos. Por tanto, también hemos de tener en cuenta las seis posibilidades yue aparecen en la Figura 2. 4l

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