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El “poder constituyente” es el que puede y debe ejercer el pueblo por si mismo -en tanto que ciudadania soberana— para construir, segun su voluntad deliberada y libremente expresada, ef Estado (junto al Mercado y la Sociedad Civil) que le parezca necesario y conveniente para su desarrollo y bienestar. Gabriel Salazar Santiago, 1936). Estus6 Historia yGeogratia(eresado en 1960), Flosfa (1963) Socsags (1968) en la Unversidad de Chile, Doctor en Historia Econdmica y Sac par la Universidad de Hull inglatrra), 1984, Actalmentees prolesor aren Departamento de Ciencias Histricas, nla Escuela de Derecho ye Facultad de Ciencias Sociales dea Universidad de Chile. Su ob fue recanocida el fo 2006 cone Premio Nacional de Historia En LOM ha pubicado: Labradres,peonesy proetaros (1985); Vole poli popular en as grandes alamedes (1900), Autonoma, esos destin: municipio cercenado (1968): Historia contemparines ce C (1999-2003, con Jo Pinto); storia de a acumulaién capitate (2002; Sono, huacha, en fa historia de Chl 2007 dn gat 2008, eta; Dot Poder Constiuyente de Asa Intelectates (Chil, silos X20) 2009), EN EL NOMBRE DEL PODER POPULAR CONSTI TUYENTE (CHILE, SIGLO XXxI) GABRIEL SALAZAR Lom GABRIEL SALAZAR vianna que sicunca Enel nombre del Poder = Popular Constituyente _ — (Chile, Siglo XX1) Salazar Vergara, Gabriel Enel nombre del Poder Popular Constituyente: Chile, Sigh XX! [texto impreso] / Gabriel Salazar— 1 ed. Santiago: LOM Ediciones; 207 ‘98 p= tx7 em. (Coleccién de Bolsillo) san: 978-956-00-0272-3 ‘.Chile~ Politica y Gobierno 2. Ciencias Poiticas~Chile [Titulo Serie Dewey: 320.010983 ~ edd 21 Cuter: $1610 ruenre: Agencia CatalogréficaChilena ara GABRIEL SALAZAR En el nombre del Poder Popular Constituyente (Chile, Siglo XX1) C LOM Ediciones Primera edicén, 2071 ‘san: 978-956-00-0272-3 207738 Disesocubierta Estudio Navala spicion ¥ comrostei6n LOM Ediciones. Concha Toro 23, Santiago ‘eLbsono: (56-2) 6885273 | ax (56-2) 696 63 88 ‘om@lomcl|wwwwiome! ‘Miguel de Atero 2888, Quinta Normal ‘moreso en Santiago de Chile Estupor Hace ya38 afios desde que las Fuerzas Armadas,capitanea- das por Augusto Pinochet, nos forzaron, abalazo,corvoy picana eléctrica, a someternos al modelo neoliberal mas extremista de la tierra. Y hace ya 21 afios desde que la Concertacién de Partidos por la Democracia, volviendo la espalda a sus principios hist6ricos, comenz6 a administra la herencia pinochetista con ortodoxa eficiencia neoliberal aNo ser demasiado tiempo? Yilevamos mas de dos décadas—después de retirado el terrorismo militar-acosados por un cammuflado terrorismo del Mercado... Endeudandonos para educat a nuestros hijos. Endeudéndonos para asegurar nuestra salud. En~ deudéndonos para tener nuestra casa, nuestros muebles, nuestros utensilios de vida. Endeudandonos para pagat los créditos contratados, los intereses, los seguros y, encima detodo.eso, lausura insaciable del retail... agando hasta cinco veces, después de licenciados, por el crédito univer- sitario con aval del Estado... Pagando todo, hasta lo més esencialy valioso en nuestra vidas la formacién y salud de losnifios, la cultura, el futuro familiar, el esparcimiento. Y ademis, rivalizando pot marcas y puntajes, uno contra otro, desde la ensefianza basica, despedazdndonos mutua~ ‘mente zpara lograr qué?: una migaja mis, ‘otra’ particula 7 de consumo... ¥ para que, afin de cuentas, los intereses acumulados tripliquen nuestro ingreso anual, para termi- nar no pudiendo, pese a todo, ni educar bien a nuestros hijos, ni asegurar bien nuestra salud, nitener buena casa, nibuen empleo, ni mantener a unidad familiar... Hastaque 45 % de los chilenospadecen de depresién seria; el 58 9% de los nifios que nacen en Chile son “hua~ cchos*; e125 % de las madresson madres solteras;latasade nupcialidad ha caido un 60% en 12aMhos, las separaciones se duplican... Los femicidios también. aNo ser demasiado? Guando, encima de nosotros, ‘nuestros’ politicos han ermitido que el capital extranjero se apropie de 2/3 de ‘uestro cobre; de todo el oro enterrado bajo los glaciares de Pascua Lama; de la administracién total del fondo pre~ visional de los trabajadores (AFPs € ISAPRES), que totaliza la suma de $US 200.000.000.000, 3 veces el PIB chileno, y también de la mayor parte de las fuentes de energi del agua de los rios de Aysén; de las semilla, de los ma- yores bancos, etc. Cuando los malls y las multitiendas os inundan con productos traidos de China, de Japén, Estados Unidos, Europa, Taiwén, etc, mientras nuestras industrias tradicionales desaparecen una tras otra. Pues édénde esté la Compariia Refineria de Azticar de Viita, 0 la Textil Yarur, 0 la Bellavista-Tomé? gDénde estan las fundiciones que fabricaban locomotoras.a comienz0s del siglo XX, o las armadurias de tractores y automéviles de los afios 60?...Elalud del mercado mundial, elsobrepeso jurisico del consumismo globalizado, la hegemonia corro- sivadel capital mercantil-financiero, a mAs del obsecuente ‘meoliberalismo fundamentalista practicado por nuestros rigentes, han desintegradoel débil sector industrial que Togramos, con no poco esfuerzo y lucha, levantar en el silo XX... Hemos rerrocedido, productivamente, casi, al periodo post-colonial ¢Nos hemos dejado colonizar de nuevo? Cuando el Plan Laboral ~que es una aseguradora de phusvalias de producclén y circulactén—ha reducido ala protagénica clase trabajadora del pasado a una masa de ‘subcontratados “precaristas” y de profesionales “a hono- ratio", sin seguridad de futuro, sin identidad laboral con proyeccin propia por la cual luchar y progresar (sumnida ademas en el humillante tréfago del transporte piblico, precarizada por las“necesidades delaempresa’,las“rein- genierias” de pacotilla, la “externalizaciOn de servicios", amén de descuidada por la legislacién e ignorada por las clases politicas), el estatus social del asalariado de hoy que es Io que sentimos dentro de nosotros mismos- se asemeja més al pe6n-gaitin del siglo XIX (roto alzado, sin Dios ni Ley") que al trabajador “organizado” del periodo 1938-1973. ; Nos han degradado... ¥ de nada sirve quenosinunden con20 millones de tarjetas de crédito para comprar blue- jeans de marca, celulares,televisores, aparatos electréni- os... porque aun con todo eso, no estamos contentos, ni por dentro nipor fuera..Tal como ha informadoe! Progra~ ma de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desde 1998:"Ios chilenos viven un profundo malestar interior {No seri el tiempo de la rabia? ‘Ypor supuesto, para no dar salida ala rabia, nos ofre- cen més y més “Iineas de crédito”, a efecto de ahogar la frustracién con mas consumismo y endeudamiento. E insisten en que “todo esta bien”, que estamos creciendo 16.0% anual con una tasa de inflacién del 4% yun des- empleo apenas de 8.3 %,razén porla que estamos blinda- dos contra la crisis financiera mundial... Somos lideres en América Latina y miembro con honores del selecto club neoliberal de la OCDE... Que, por todo esto, podemos y debemos olvidar el pasado y, sobre todo, reconciliarnos y unirnos para asegurar el futuro...Debemos, por eso, jun~ tar las estatuas de Carrera y O'Higgins, para simbotizar ‘nuestra patridtica fraternidad... Y olvidar la Caravana de la Muerte, los fusilamientos de Pisagua, la incineracién de campesinos en Ios hornos de Longuén, la masacre de campesinos en Paine, los miles de torturados de Villa Grimaldi, las vejaciones perpetradas en Londres 38, los horrores del centro de torturas de la calle Simén Bolivar, laviolacién de mujeres por perros policiales, el asesinato eos hermanos Vergara... Olvidar el rostro descompues- to del asesino principal, el de los aprendices de dictador rindiéndole honores en Chacarillas, el delos que retozan cenel resort ce Punta Peueo, el de los oficiales que usaron €l corvo para sacar los ojos de los prisioneros!. ePretenden que endeudindonos y consumiendo olvi- demos todo es0? {Todo es0? Somos capaces de olvidar E50? Yno son los militares, sin embargo, ios que, principal- mente, nos piden olvidar ysoportara a ver, con entereza yalegria, el endeudamiento perpetuo, el trabajo precario, la separacién de parejas, la crisis afectiva de nuestros nifios, que el trifico delictivo sea mas remunerativo que el trabajo asalariado, que la distribucién del ingreso na- ional sea la tercera peor del mundo, que la violacién de Jos derechos humanos piadosamente se encubra con un patri6tico manto de esperanzas futuras, etc. No, no han sido sobre todo los militares, han sido ellos: los politicos iviles que antafio fueron nuestros aliados y dirigentes; los que en el pasado fueron ‘socialistas revolucionarios’ (unos), ‘socialistas comunitarios’ (otros) y “demécratas radicales'(aquéllos). No nos equivoquemos ninosconfun- ddamos: son exactamente é505, los mismosde anteayer. Que ya no son lo que fueron (0 aparentaron). Que han hecho de Ia politica el negocio de su acomodacién en un Estado que no construyeron ellos ~tampoco la ciudadania- y ue venia manchado de sangre, tortura e ilegitimidad; ese sucio negocio de disolver las riquezas nacionales y el orgullo nacional en la droga alucindgena de la globaliza~ cin neoliberal, como también la clase popular entera en el remolino sin fin del endeudamiento consumista, Son cllos~aliados en esto alos discipulos de Pinochet-los que han convertido la politica en un carrusel mercantilizado, en una farandula de chacharas sin contenido (que, pesea todo, dispara discolos a diestra y a siniestra)niraigambre representativa ena ciudadaniareal...,Sihasta nos hicieron clegir como Primer Mandatario al mésastuto especulador del mercado y de la Bolsa! n Gslo quenos merecemos? ;Nonoshabremos aliena- domés de la cuenta? En los afios *60, por mucho menos (habia educacién sgratuita, salud gratuita, empleos permanentes, sindicatos poderosos, legislacién protectora, partidos populistas, gobiernos benefactores, etc.) intentamos promover la revolucién socialista... 2Pot qué ahora, cuando hemos ccumplide casi 40 afios soportando una situacién muchi- simomés alienante que enlos’60, nohhemos hecho nada? {No habremos esperado demasiado? 0 Memoria @Recuerdan cuando los jévenes universitarios, allé por 197 -apogeo absoluto del terrorismo militar~ iniciaron un movimiento de resistencia artistica, justo cuando la Universidad de Chile estaba aplastada y despedazada porlarectoria dictatorial? 2Recuerdan que la Agrupacion Cultural Universitaria (ACU) lanz6 entonces el “teatro del absurdo, irrumpié con miisica en medio del apagén cultural y difundié poemas que salvaron vidas y curaron locuras”? ;Recuerdan que, frente alos fusiles ylos rostros tiznados de los soldados ‘todo-terreno’ levantamos “la ‘metéfora como arma’, y que con ella llenamos hasta los bordes el Teatro Caupolicdn, sin que ellos pudieran hacer (ni entender) nada? QRecuetdan cuando, en un taller de poesia poblacional, una pobladora-poeta declar gullo:“qué pueden los fusiles contra la poesia"? a recuerdan que, durante el periodo mas salvaje de la dictadura (1977-1985) comenzamos a juntarnos en nuestras casas fiestas de toque a toque para conversar, para criticar, comer, tomar y bailar, para conocernos en profundidad, para sentir que constitufamos, pese a todo, ‘un nosotrosindesteuctible... (Que, en nuestros escondti- jos, pudimos sentir todavia calor de nuestra identidad y, "Verde Victor Mu Tamayo: ACU: Historia de ta Agrupacién Cultural Universitaria, Santiago: La Calabaza de Diablo, 2006, B también, de nuestra rebeldia? {Cuando probamos que las armas podian dominar el espacio piblico dela plaza y las calles, pero noel espacio comunitarioe intimo dela frater- nidad? ZY han olvidado “las peiias” ~como la del Café del Cerro, en Bellavista, por ejemplo donde, apretujados ya vvela encendida, tomabamos un trago escuchando cantau- tores que, como Silvio, gatillaban, con lirica musicalidad, “la metifora como arma”? Recuerdan la sinergia intima ‘que se potenciaba alli,noche a noche, dentro de cada uno? Y nunca deberia olvidarse el rekimpago de esperan- 2a que renacia en los prisioneros de Villa Grimaldi (o de ‘otros centros similares) cuando, luego de ser torturados, olpeados, vejados (incluso asesinados) en la cimara de interrogatorios, se es arrastrabaa la “celda de os presos", donde eran recibidos pot los “camaradas’, y donde, ven- dados, eran cuidados con inusitado caritio, irradiando, ‘como siempre, fraternidad. Solo siete metros separaban lacémara donde atacaba la furia deshumanizadora de la celda donde revivian la humanidad y la camaraderia. Lo queen elantro’se queria destruir, renaciaapocos metros de distancia, recargado. @Pretendian anonadarnos? Silo intentaron, no pudieron. Concedamos que des- ‘ruyeronnuestras organizacionestradicionales y pusieron n duda algunas de nuestras apuestas ideologicas, pero no destruyeron nuestra capacidad de juicio, de eritica, ni nuestra convivencia fraternal. Tampoco destruyeron la cultura social esponténea y contestataria que fue naciendo 4 dondequiera que dialogabamos, dondequiera que nos mi- rabamos... Porque nos fuimos encontrando en todas partes: en los pastos del campus universitario, en los pasajes de la poblacién, en las capillas del barrio, en los conventos cercanos, en los galpones y patios arzobispales de Punta de Tralca... Para discutir el estado de nuestra identidad, para sopesar los riesgos y posibilidades que nos rodeaban y, sobre todo, para potenciar la cultura propia que nos revivia, que eclosionaba dia pot dia... De dénde surgié “la fuerza de tos 80” sino de alli? Por qué pasamos de la intimista cancién de las pefias ala estridencia rockera de os Prisioneros 0 a la fuerza comunicativa de Sol y Lluvia (hasta hacer tronar el Estadio Santa Laura) sino porque, cenlugar de anonadarnos, noste-potenciamos con nuestra propia memoria y nuestra propia creatividad? zDe donde, sino de alli, vinoesa sintesis histricay esa fuerza expresiva ccontenida en la Negra Ester? Y¥ no solo fuimos sujetos sociales reptando como to- pos en nuestras madrigueras: también nos convertimos en nuevos, recargados y autogestionados actores socia~ les con capacidad para resolver problemas propios. No Tevantamos nuestras propias ollas comunes? Nuestros talleres productivos, cooperativas de consumo, centros de salud, comités de derechos humanos, talleres cultura~ les, redes de educacién popular, ¢ incluso nuevos grupos “de resistencia armada"? ,De dénde sino de alli sacamos Ta capacidad y la audacia para hacer estallar, entre 1983 y 1987, veintidés jornadas nacionales de protesta?.. Nadie esperaba eso: ni Pinochet, ni los politicos que después 15 negociarian la llamada “transicién’, ni los observadores internacionales. Nadle. jFueron 22 jornadas nacionales de protestal Hasta intentamos mataraltirano!...El precio Pagado por eso, sin duda, fue alto: sitiaron y castigaron Poblaciones enteras. Cayeron centenares de prisioneros. Hubo decenas de asesinatos callejeros. Pero seguimos. Perdimos el miedo?. Demostramos a la opinién piiblica internacional que Pinochet habia perdido la gobernabili- dad del pueblo chileno, Porque eso, exactamente eso, fue lo que logramos. Demostramos al mundo que éramos in- 4gobernables bajo un régimen neoliberal dictatorial ¥pre~ cisamente por eso Pinochet se vio obligado a negociar: el capital financiero internacional noinvertiriaen Chile (era el inico que podia sacar el pais dela crisis econémicaen ue lo habian sumido las reformas neoliberales) a menos que en el pais se restableciera la gobernabilidad bajo un “estado de derecho”. "Yeayk Fuimos nosotros-no as elites politicas-los que, entre 1983 y 1987, lo apretamos contra el capital financiero in- temacional hasta hacerlo reventar. Porque “él” no podia desafiar ni desobedecer a su tinico salvador posible. No habia otro, Por eso, doblegado, negacié y se fue. Ya que, para la nacuraleza de su proyecto politico, era absoluta- mente necesario que ese “salvador” aterrizara invirtiera y se quedara en Chile; de lo contrario, toda la dictadura habria sido un gran fracaso, pues habria hundido el pats Salazar: Violence potica popular enlas grandes alamedas Soniago dd Chile, 1947-1967. Santiago: Ediciones SUR, 1990. 16 en un caos interminable. ¥ el peor terrorismo militar de nuestra historia habria matado en vano... “Y cayé".. Celebramos por eso, con justa razén, la fiesta del “NO”. Pero, precisamente en esa festa, embriagados por 1 triunfo, cometimos un triple descuido: a) permitimos que el “estado de derecho" exigido por el capital financiero internacional fuera el mismomodeloestablecido por Pino- chetenla Constitucién de 1980;b) que la Concertacién de artidos por la Democracia (supuestamente democratica de verdad) entrara a administrar ese mismo modelo, bajo a misma Constitucién, y no uno distinto impuesto por nosotros; ¢) que la recuperacién econémica de Chile se hiciera amercado abiertoy mediante lamasivaceirrestricta inversién del capital financiero internacional. Drogados ora fiesta del NO, nos descuidamosen un triple frente, y fue precisamente este descuido el que aprovecharon los politicos tradicionales para entrar en tropel al Estado y quedarsealli por més de dos décadas, en beneficiode ellos rismos y de sus flamantes socios extranieros. 0 sea: acumulamos suficiente rabia, cultura y fuerza pataarrinconar a Pinochet hasta obligarloa negociat, pero rno nos preparamos nituvimas la lucidez politica suficiente para detener el negociado de la “transicién”, Vale decir: para forzar a la Concertacién a mantener su ideario his- {6ricoy su lealtad a la voluntad reformista/revolucionaria del pueblo; para denunciar la ‘traicion’ que ella misma, solapadamente, estaba ejecutando sobrenuestrascabezas, y para saldar cuentas fondo con el terrorismo militar, el "7 golpismo dela Derecha ya intervencién encubierta (cover action) de EEUU, @Por qué? {Fue ingenuidad, descuido ofaltade audacia “constituyente”? Contra Pinochet desplegamos un arrollador movi- rmiento social y cultural, de resistencia y supervivencia, de autogestién y empoderamiento, que surgié de todos nosotros, a todo 0 ancho y largo del territorio, y también desde fuera del pais (Ios exiliados agitaron constante- ‘mente la opinién mundial contra Pinochet). Los partidos politicos, golpeados como estaban, flotaron agartados al vértigo de nuestro movimiento aunque algunos pretenden convencernos de lo contrario) hasta que llegamos a 1990. Y fue alliy entonces, en 1990, cuando, olvidando nuestra laboriosa autonomia y nuestra fuerza, depositamos de nuevo nuestra confianza en la clase politica civil. Como si‘ella! hubiera sido la ‘gran’ vencedora en la retirada de Pinochet. ‘Y hemos estado més de 20 afios esperando que ‘ella’ mostrara su declamada vena democrética, su supuesta lealtad a la voluntad soberana del pueblo. O por lo me- nos su profesién de fe nacionalista... Peto, ya hacia 1993, comenzamos a dudar (fue cuando anunciamos que ése era el “afio del desencanto’). Desconcertados, dejamos languidecer las ollas comunes, los talleres productivos, los comités de derechos humanos, el cordén de educa- ci6n popular (que, junto a decenas de ONG, hablamos desarrollado en los 80), incluso los grupos de resistencia armada... ¥ nos sentimos derrotados, no por Pinochet, precisamente, sino por nuestros (supuestos) amigos. Por ‘nuestros tradicionales ‘dirigentes’. ¥ nos quedamos, por primera vez en nuestra historia, sin Izquierda Parlamen- taria, incluso sin el respaldo lejano pero simbélico de la Unién Soviética, y sin auténticos lideres socialistas y comunitarios dentro del pafs. Fue cuando sentimos que todo el doloroso costo pagado por la clase popular y la ciudadanfa para expulsar a Pinochet habla sido en vano. ‘Que la muerte de los hermanos Vergara habria sido ind Loque era tanto mas deprimente si, por esa misma fecha, Tlegé por finla inversién extranjeraen cantidad suficiente para entonar la economia, para convencer a la Concer- tacién de que su apostasia a favor del libre mercado era ‘correcta’, para demostrar al mundo las bondades de un régimen que lograba instalarla ansiada *gobernabilidad’ bajo unestado de derecho (neoliberal), tan exigida por los poderes hegeménicos del nuevo mercado mundial... que observaban, satisfechos, Reconozcémoslo: fueron dias diffcles. Mesesy meses de confusion y desorientacién. ¥ ya hundidos en nuestro aislamiento, ensayamos todo: cualquier cosa, cualquier protesta, cualquier adiccién. Las mujeres pobladoras, tras tuna década de lucha para construit poder popular local (cambiar la realidad en torno nuestro”, dijeron), tuvieron que irse para la casa. Muchos estudiantes universitar que habian combatido cuando adolescentes en las trin~ cheras poblacionales, petdieron, en parte, su energfa y su esperanza. Lostrabajadores, diezmados por la represion y eldesempleo, solo querian sobrevivir. Miles de militantes 9 abandonaron sus partidos. Los que retornamos delexilio, solo hallamos la miseria de los trabajadores del PEM y el, POJH, ladestruccién delterremoto, el desmantelamiento progresivo de las ONG (si el ‘capital financiero mundial’ comenzaba a invertirsisteméticamente, la ‘cooperacién, internacional’ debia tetirarse... y la Universidad de Chile descuartizada, purgada y vigilada. Nunca antes, ni siquiera durantela fase mas brutal del terrorismo militar, habiamos vivido una situacion mayor de desaliento... Un autor es- cribié un libro que llamé “La Izquierda sin Allende”, pero se equivocd: debié ser el pueblo sin Izquierda, sin Centro ysin allendes.. Qué duda cabe: fueron dias dificils.. Fue, por eso, ento, largo y tortuoso el camino del re- racer Para revivir, encontrando o creando, una dentidad soberana, rebelde y asertiva. Tortuoso, porque esa iden- tidad no se saca de si mismo fécilmente, como conejo del sombrero de un mago. Pues esaidentidad solo nace y crece envuelta en dialéctica hist6rica; es decir: en una relacion socialmente tensa y critica con el sistema dominante. Y por esto, tal vez fue el sistema mismo el que nos ayudé a reencontramos:estalls, hacia 1997, como sabernos,la“cri- sis asidtica’, yelcapitalismo neoliberal entero trastabill6. Desde entonces han quedado a la vista sus debilidades, a nivel mundial y también en Chile. La primavera econ6- mica de la Concertacién se detuvo abruptamente y dejé a Ja vista sus entrafias de barro. Sus mentiras interiores. La fragilidad de su alianza con el capital financiero interna- cional. El prestigio del presidente Frei Ruiz-Tagle cay6 a 20 28 %, en caida libre, E capitalismo nacional mostré que, detrds del alabado “estado de derecho", del logotipo “ja~ guar’ patentadoporlos nuevos gobiernos ydela cacareada “gobernabilidad” concertacionista ofrecida al mundo por Edgardo Boeninger, el modelo neoliberal no era mas que la burda “jaula” (Tomas Moulian) que nos habia dejadoen herenciael terrorismo militar... Era solo mas de lo mismo de siempre. Lo demas era mentira. Solo mentira.. fsa, exactamente ésa, fue la sefial que nos inst6 a reanudar nuestra interrumpida tarea hist6rica:los trabajos deempoderamiento iniciados enladécada delos'80.Solo ‘que, ahora, con la fuerza renovada de los 2000... Fuerza renovada, porque, ala ‘autonomia’ que construimos con- tra Pinochet, hemos estado sumando la ‘autonomia’ que requerimos para combatir, ala vez, contra un Estado de~ masiado lejano y un Mercado demasiado cercano, {Teniamos razén!... ;Continuemos! Por eso, hemos reconstruido las redes del cordén de educacién popular, a todo lo largo de Chile, esta vez sin dependencia de las ONG y sin ayuda de la cooperacién cextranjera y/o nacional. Ahora podemos y queremos tra~ bajar con plena autonomia, dependiendo solo de nues- tra creatividad y autogestién. ¥ vemos que pobladores, sindicatos y jovenes estudiantes han comenzado, poco a ‘poco, a unirse en comunidades locales y a provocar huel- gas de ciudades, de sentido regionalista (grecuerdan los portazos", por ejemplo, que realiz6 Valparaiso, olas mas recientes rebeliones del pueblo magallénico o las de Ca- lama?). ¥ todas las redes sociales juveniles, de poblacién ¥ de universidad, se han teactivado, perfeccionando sus précticas de antaiio: las del hip-hop, de los punks, loscen- tenares de colectivos universitarios, los documentalistas y videistas, las redes comunicacionales de poblacién (radios ycanaleslocales de TV), lastocatas de misicos populares en los barrios, elteatro callejero, el malabarismo callejero, las editoriales populares... hasta las redes de trifico de toda clase de cosas! Y aun las redes delictivas..Enverdad, desde 1998 o, tal vez, desde el 2000, un segundo aliento hinché todas nuestras venas culturales, en Io local y en lo regional, en lo chico y en lo mediano, en lo visible y en lo invisible. Asi, nuestra larga transicién autogestionaria Pot abajo, que se inicié con los estudiantes de la ACU en 197, se reanudé con fuerza desde el cambio de milenio, en proyeccién a nuevos e inéditos rumbos, retomando el tranco del pueblo, libre, lento pero seguro, a todo lo largo de las “anchas alamedas’ Para ustedes, para los que no han entendido eso, para los que no sospechan que ha habido una significativa ‘ransicién autogestionaria" dela ciudadania popular, ésta haconsistido, en loesencial, en comenzara hacer las cosas por si mismos "jacci6n directa”, proclamé Clotatio Blest ‘enlosatios’50). Esto es: asociadamente, Participativamen- te, Deliberada y, a veces, planificadamente. Autoeducén- donos para es0, todo el tiempo, Tomando decisiones en. ‘grupo, en asamblea, cara acara, dialogando, deliberando, todos @ la vez. Viejos, maduros, j6venes y cabros chicos Ordenadamente. Sin organizacién tigida. Incluso, sin esta- ‘tutos. Basados en la confianza que surge cuando operamos con sentido de igualdad fraternal y participacion abierta, enel consenso de nuestras decisiones y, sobre todo, en. la cultura sinérgica y soberana que crece entre nosotros al calor de todas esas practicas {No sabian es0? Ustedes, politicos de autorzeferido y hermético Ambito elitista, zno sabian eso? {Los cogimos por sorpresa? ,O ni siquieratienen capacidadde asombro? '¥espreciso que conozcan también lo siguiente:desde mediados de los’80, aprendimos a investigarnosa nosotros ‘mismos, fuera dela Universidad... Aprendimos apracticar ‘ciencia popular’. ¥ por eso hemos publicado decenas y decenas de historias de aldeas y villorrios (Chiloé), de talleres de lavanderia, de poblaciones y campamentos, de pobladores, barras bravas, cabros chicos, mujeres clu dadanas, etc. Ademés, muchos intelectuales, desde las ONG primero, y ahora desde la Universidad, asociados a nosotros, estin investigando nuestra historia social pasada yy presente, la sociologia de nuestros grupos, a psicologia comunitariade nuestragente, las patologias endémicasdel Estado liberal, a naturaleza dindmica de nuestra cultura social, latragedia de nuestros muertos y desaparecidos, el movimiento ciudadano de nuestras mujeresy nuestrosni- fios,laelacién virtuosade losj6venes con a historicidad de nuestros problemas... Qué es lo que ha caractetizado ‘nuestra transicién autogestionaria desde e! 2000 alla fe- cha? {Quieren saberlo? Esto: a) lacerteza de que, unidos, sin ustedes, podemos...)anaturaleza cultural pero cre- cientemente multidimensional del nuevo “poder popular”; 6) la consolidacién de una prictica politica asamblearia 23 ¥ participativa; d) la certeza de que el modelo neoliberal debe ser cambiado de rafz (botando el agua, la bafiera y la Concertacién);e) la acumulacién de una cultura social propia y una ciencia histérico-social referida a nosotros mismos (investigaciones de académicos progresistas y tesis de grado y postgrado de estudiantes universitarios de extraccién popular) que munca tuvimos antes... ¢Saben que hoy tenemosa nuestro alcance, construida or nosotros mismos, una gran “caja de herramientas", no solo para hacer politica de corto y mediano plazo en lolocal y comunitatio, sino, sobre todo, para hacer histo- ria..2 Lo sabfan? eAlguien no lo cree? ¢¥ de dénde creen, sefiores, que Jos “pingitinos” sacaron su energia y sabidurfa como para impulsar su poderosa e inesperada rebelién, que ha con- vulsionado el espacio ptiblico desde el 2005? gAcasode lo que les ensefiaron en el aula, debidamente evaluado por el SIMCE? zPor generacién esponténea? ‘Ténganlo presente, nolo olviden nunca:ellos son hijos nuestros, vistagos directos, en primer lugar, del endeu- damiento con el Mercado. ¥ a través de sus padres, dela “transicién”traicionada. ¥ por sus abuelos, delterrorismo militar. Y por sus bisabuelos, dela tronchada democracia ‘liberal’ de 1938-73. Son hijos, pues, de una memoria so- cial profunda, de luchas y combates por el desarrollo y la igualdad, traicionada tres veces por ustedes mismos. Y han vivido alla vez, en carne propia ~como actores-, el terrorismo solapado del Mercado y la transicién autoges- tionaria del pueblo y la ciudadania.. 2Esperaban, acaso, 24 que fuerany actuaran de otramanera? Sobre este movimiento, G, Salazar Construcciin de Etadoen Chie, 1800-1837 Democracia dels pueblos. Miitariome Gudadano. Gopismo igérquic, Santiago: total Sudamericana, 2005. 52 b) El movimiento social-ciudadano de 1918-1925, Elmovimiento social-ciudadano fue, pues, derrotado en las batallas de Lircay y Cerro Barén, y sus vencedores pudieron de ese modo consolidar férreamente el Estado liberal, centralista y autoritario que constituyeron en 1833, el mismo que duré hasta 1925, <éue, para la ciudadania, una derrota total, extermi- nadora, definitiva? Fue, por cierto, una derrota politico-militar aplastante, pero no fue una derrota socio-cultural Por qué?...Emovimiento social-ciudadanoque derri- béladictadura de O'Higgins tenia una cultura productivis- tay de autogobierno de siglos de antigiiedad. No solo en Chile: en Europa, la autonomia popular delasaldeas, pue- bos y villorrios, dotada de su “cabildo o ayuntamiento”, provenia del remprano medioevo; practicamente desde la ‘aida del imperio Romano. Fue esa misma cultura popular la que emigré y fundé los “pueblos” hispanoamericanos. La memoria ancestral que la nutria, unida luego ala me- moria local de dos siglos de autogobierno, al recuerdo del derrocamiento de O'Higgins, al de la lucha a muerte contra el neocolonialismo de Santiago, al dela figura le- gendaria de Ramén Freire, alos principios quefundaron la Constitucién de 1828, al de los martires de Lircay y Cerro Barén, etc, no podia desaparecer de la noche a la mati na. En la memoria social, los recuerdos de la vida propia no desaparecen por la accién de terceros, aun si ésta es violenta y asesina, pues permanecen, se reinterpretan y se transforman. El “capital sociocultural” de los pueblos 53 revive y se renueva cada vez que es oprimido 0 agredido.. Y no se extingue en el espacio temporal de apenas una sgeneracién y media... Tanto més si el régimen vencedor contintia siendo dictatorial y represivo, pues en ese caso aquél relegitima, condensa y agudiza los recuerdos de la identidad que fue abusada y excluida. La generacién que derribé a O'Higgins y fusilé a Por- tales fue fa misma, por lo que debemos entender que mantuvo intacta la memoria de todo ese periodo. Incluso hasta su muerte, ocurtida en 1852, la generacidn vencida seguia aclamando a Freire como el “caudillo defensor de los pueblos’. Por tanto, de un modo u otto, el ideario social-productivista y democratico del “pipiolaje” derrota- do en 1829 continué activo en la memoria popular hasta, probablemente, 1870 0 1880 (cuando Benjamin Vicufia ‘Mackenna postulé a la Presidencia en 1876, fue nomi- nado por la “Convencién de los pueblos’). De este modo, podria decirse que los motines del periodo 1830-1837, el fusilamiento de Portales en 1837, la accién popular con- testataria del bienio 1846-1848 (Sociedad de la Igualdad), la insurreccién de 1851 (que redund6 en la guerra civil de ese afio)y también lade 1859 (también redund6 en guerra civil), fueron manifestaciones que tuvieron como matriz una misma memoria social: la de las luchas ciudadanas del periodo 1822-1829, que tenfa hacia atrés ancestros casi milenarios. ‘Niesacultura niesa memoria fueron, pues, derrotadas por el patriciado mercanti 54 Laresilienciay elasticidad de la memoria social ciuda- dana) hace posible que existan procesos hist6rico-cultura- les subterréneos, que reptan y sefiltran, de sujetoasujeto, bajo los cimientos del espacio politico monopolizado por elEstado, casi siempre invisibles ala ley. Sin embargo, pese ese cardcter, sostienen su soberaniae historicidad sobre plazos de larga duracién. Son armas histéricas de largo alcance. Es el modo de trabajar de la soberania popular: movimientos culturales lentos, subsidentes, bajo tierra, Consolidéndose y socavando... Esel “topo” (popular) de la historia. El primer topo de ta historia subportaliana fue el Gre- mio de Lancheros y Jornaleros (trabajadores portuarios), Fundado hacia 1824-25. Estaba concebido como una coo- perativa de trabajo y prevision, sustentado en un fondo ‘monetario comin y una disciplina casi militar. Pronto los artesanos criollos, que estaban siendo desplazados por los empresarios extranjeros (privilegiados por el nuevo régimen), comenzaron aasociarse segiin el modelo de los portuarios. Y fueron apareciendo y multiplicdndose las ‘sociedades de socorros mutuos" y, en general, las asocia- cionesdecohesién horizontal, para ayudarse y autogestio- nar el mejoramiento de sus condiciones de vida, afectadas seriamenteporlainstalacién del Estado de losmercaderes. Y también para desafiar, poco a pocoy todos juntos, el sis- tema que los habia excluido. El mutuatismo, nacido hacia 1825, se expandié por capilaridad, cual mancha de aceite, de modo que, a comienzos del siglo siguiente, existian en elpaismés de 1.000 sociedacles mutuales, de todottipo. Fue tun topo que comenz6 a crecer lenta pero de manerasegu- 2, ya cavar tineles y madrigueras culturales que, hacia 1910, amenazaban con desfondar politicamente lo (poco) ‘que quedaba del mitificado Estado portaliano de 1833. EL mutualismo delostrabajadores del siglo XIX retuvo, sin lugar a dudas, el que latia ya en la interioridad de las “comunidades locales” (provinciales) que desafiaron el centralismo neocolonialista de Santiago. La ‘comunidad local’ presuponia un grado significativo de colaboracién ‘mutua entze todos los vecinos para producirlos medios de subsistencia,orientarel comercio y sostener elautogobier- ‘no; es decir, para generarlas condiciones reproductivas de lavida comunal. Ese mutualismo fundamental unificaba (unifica) por arriba, en tiltima instancia, la heterogeneidad xy desigualdad existente entrelosactores sociales avecinda- dos uno unto. otro. I mutualismo Solidaridad, amistad, compafierismo, camaraderfa) opera en el sentido de gene rar un todo, sin eliminar, necesariamente, la diversidad de lacual surge. Por eso, es el sustrato dela “politica” (Arist6~ teles), el fundamento del “poder” (Hannah Arendt)y dela “soberania” (Alexis de Tocqueville), puesto que, en todos Jos casos, es la matriz de una voluntad social colectiva, La Teoria Politica y la Historia Social muestran y con- firman que el mutualismo se asocia de modo directo alas, {ideas (y a la préctica) del poder, la soberania y la politica. @Por qué, entonces, a historiografia marxista chilena hadefinido el“mutualismo” como pre-politico, asistencia- lista, economicista y anterior a la verdadera politizacién de la clase trabajadora en Chile? Es evidente: se ha mirado al movimiento popular del siglo XIX con los prismas ideol6gicos del siglo XX, espe- cificamente del periodo 1931 (Cédigo det Trabajo) a 1970 (gobiemo de la Unidad Popular). Bs decir: cuando el pueblo fue encajonado en a “lucha de clases” contra l patrénen tanto sindicalizado) y en la “lucha de masas” en apoyo a la Izquierda Parlamentaria (en tanto militante). Cuando la clase trabajadora no ejercia poder por si misma ni se la convocaba a construir soberanamente el Estado que ella realmente necesitaba, Cuando la clase popular no signifi- caba soberania o poder en si, sino solo masa peticionista, provestante y callejera Si nos desprendemos de esos prismas (observar una época con los ojos de otraes un crimen de “lesa historia’), se observa que el movimiento mutualista chileno, iniciado amediados de 1820, fueimplementando, progresivamente, un proceso autoeducativoy de empoderamiento continuo, que le permiti6, a comienzos del siglo XX, esgrimir un poder constituyente similar, en cierta medida, al de los “pueblos” de comienzos del siglo XIX y desafiarrevolucio- nariamente alla oligarquia entonces gobernante. @Por qué lamar “politico” solo al movimiento huelguis- tico (de evidente naturaleza contractual y econémica), al accionar parlamentario de los partidos de Izquierda (de evidente membresia en la “clase politica liberal’) y a la agitacién puramente peticionista y seguidista de las‘ma- sas’ (que implicaba degradacién ciudadana)? 2¥ por qué considerar pre-politicoo no-politicoel ejercicio, por parte del pueblo ciudadano, del poder constituyente? ‘Tal vez por la refraccién éptica producida por los prismasideol6gicos del siglo XX chileno, puesen éstos se a) que el “poder” estaba en el Estado de 1925 (liberal ¢ ilegitimo};b) que la “soberania popular” radicaba en el derecho voto individual (categoria politica liberal); c) que Ja “conquista del poder” (aleanzarel Gobiernoenel Estado liberal) solo era posible silas vanguardias populares, conel votode la masa popular, lograban una mayoria absoluta en laselecciones presidencialesy parlamentatias,yd) queen definitiva, la “revolucién socialist’ (ejercicio del ‘poder’) debia realizarse desde dentro del mismo Estado (liberal) Una lectura comprensiva (sin prismas) de la historia opular-ciudadana de comienzos del siglo XIX y de co- mienzos del XX (como luego veremos) nos revela que, de modo espontineo, el movimiento social de esos perfodos manejaba otras nociones politicas basicas: a) que el “po- der’ noestaba en el Estado vigente, sino enlas comunida- des (‘pueblos”) reales; es decir: en la asociacién solidaria ¥y mutwatista (coineidiendo con Hannah Arendt) de los ciudadanos mismos;b) que la “soberanfa” no radicaba en l“voto individual”, sinoen las asambleas o comiciosdon- dese deliberaba colectivamente (coincidiendo con Alexis de Tocqueville), asumiendo de hecho que la soberania es una voluntad colectiva previamente deliberada, y no una decisién individualista sin deliberacién; c) que en lugar de seguir disciplinadamente a alguna “vanguardia’, opt6 pot desarrollar y aplicar fuertes mecanismos de control de sus representantes, pues privilegiaba el “mandato" de Ja asamblea; d) que la “revolucién” no podia ser otra cosa que el ejercicio y la aplicacién ciudadana de su poder constituyente. Como sabemos, en la actualidad el “poder”, como molécula bisica, resulta de la concurrencia de dos“genes” fundamentales: a) la formacién y existencia de vinculos, asociaciones y redes sociales, sustentados en la solidari- dad, la fraternidad y la confianza mutua, uniendo el con- junto, pero manteniendo su diversidad, y b) la existencia deacciones colectivastendientesa generary administrar recursos (materiales, culturales y humanos)coneficiencia, demodode permitirla“construccion socal de ia realidad” y del entorno. De acuerdo con eso, el poder radica siempreen ‘lo’ so- ialy en‘lo’ cultural. Su desarrollo (su acumulacién como poder), vaa depender por tantodel proceso autoeducativo que el grupo, la comunidad o fared social respectiva sean ccapaces de generar. A partir de ese proceso, el poder social puede (y debe) diversificarse: generar ramas productivas, culturales, educacionales, comerciales, financieras y,con todo eso, ramas politicas, torndndose, pues, multidimen- sional. Es evidente que el poder sociocultural tiende a to- talizarse solo ~y tan solo-sise torna multidimensional. Si Tologra, puede copary dominar, por ejemplo, la comuna (el municipio) o, s se lo propone, una regién o un pais. Con- trolandoel Estadonacional ono. Losnuevos movimientos sociales (como el Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, MST) quedesarrollan o han desarrollado un poder multidt- mensional, no necesitan tomarse el Estado nacionat: puede bastarles controlar y/o nfluir en una regién de dimensién geoeconémica apropiada, Pueden no necesitar, por lo mismo, partidos politicos. © pueden tenerlos, si quieren. Pero no les son esenciales: el poder multidimensional de Jas comunidades ciudadanas, ya desarrollado, nonecesita “vanguardias’, sino coordinaciones técnicas y rotativas, y ‘menos un partido politico parlamentarista atrapado.en el cambiante juego de alianzas de un Estado liberal eParece utépico? ZEs una construccién ideol6gica que rompe os principios clésicos? Que lo expuesto més arriba colisiona con los prismas ideol6gicos del siglo XX chileno, si, es verdad, Peto que sea utépico ¢ inreal, no: el MST ha realizado eso en un sgrado avanzado, casi completamente. Lo mismo ciertas comunidades campesinas en SriLanka (Gal Oya). ¥,como vetemos, el movimiento mutualista chileno avanzé fit- memente en esa direccién (sin culminarla) entre 1825 y 1925, con la diferencia de que, en lugar de desarrollar un poder multidimensional que prescindiera relativamente del Estado (si prescindié de los partidos), se movié para construir el Estado que pudiera implementa el proyecto mutual de desarrollo. Lo cierto es que el mutualismo chileno del siglo XIX partié uniendo los dos genes fertilizadores del poder: la asociacién mutual y la generacién-administracién de recursos. La primera fue abierta: podian asociarse los trabajadores de un gremio especifico o provenientes de oficios diversos; podian set masculinas, femeninas 0 rmixtas; podian ser territoriales (barriales) 0 meramen- te funcionales. En cualquier caso, todas adoptaron un 60 cbdigo ético, tcito o explicito: cumplimientodelos com- promisos, responsabilidad, eficiencia administrativa, “decencia’, camaraderia e igualdad entre los miembros, solidaridad (era su objetivo fundamental), participacion e incorporacién de las familias. En cuanto a la segunda (generacién-administracién de “recursos”, se estableci6 «un fondo social constivuido por las cuotas pagadas porlos, socios, fondo que, como es obvio, reaizaba funciones de beneficencia (pensién de viudez, pago de sepulturas, bo- nospor enfermedad, préstamos y, eventualmente, becas), aunque, de haber excedentes -y los hubo-, se invertiaen la compra construccién de una sede, en la contratacion, de abogados y/o profesores, en el financiamiento de “ve- ladas” (reuniones de sociabilidad y autoeducaci6n), en la compra de imprentas, ena publicacién de perisdicos, etc. Es pertinente consignarlo: los trabajadores que en el siglo XIX se asociaron en ‘las mutuales' han sido los tini- cos, entodallahistoria de Chile, que han administrado por simismosel fondo social de su previsin y desarrollo. Pues hemos tenido cinco fondos sociales a lo largo del tiempo: a) el “fondo de comunidades” del periodo colonial, orga- nizado por el Rey constituido por los salarios pagados a los indigenas, el cual fue administrado por el “corregidor de indios” (con grandes ganancias para él); b) el “fondo de jomaletos”, constituido por una fracei6n de las tarifas cobradas por los trabajadores portuarios del siglo XIX, y administrado por el “comandante de jomnaleros” (que lo prestaba al patriciado de Santiago sin tasas de interés ya plazo indefinido); c) el “fondo social” de las sociedades mutuales, administrado por los mismos trabajadores; d) los fondos sociales del Seguro Obrero, Caja de Empleados Paiblicos, Caja de Empleados Particulares, etc, del siglo XX, administrados en buena medida por el Estado, y e) 1 fondo social depositado en las AFP y las ISAPRES (el mayor de todos), administrado actualmente por empre- satios extranjeros. Tiene interés, por lo mismo, recordar cémo adminis- traronlos trabajadores del siglo XIX “su” fondosocial, yde qué les sirvi6, en perspectiva histérica, hacerlo. Qué hicieron? Obvio: lo que les permitia el aparea- miento delosdos genesseiialados mas arriba: desarrolla- ronun sostenido poder social, cultural, educativoy,final- mente, politico-constituyente. Acumularon, pues, poder, € incluso, hasta cierto punto, lo diversificaron. Veamos. ‘Aparte del gasto en previsién y beneficencia, el fondo social de las mutuales se invirti6, en lo esencial, en un. enérgico ¢ intenso proceso social autoeducativo: a) para administrar eficientemente los recursos, b) para hacerlo participativa y colectivamente 0sea: democraticamente), ©)para debatir, con conocimiento de causa, sobrela socie- dad nacional y mundial, d) para desarrollar la expresién artistica y el pensamiento ritico propios, e) paraliberarse de la dominacién autoritaria de los mercaderes, f) para conocerse mejor e incrementar la fraternidad interna, g) para comunicar a los dems trabajadores lo aprendido de ese modo, h) para aplicar lo aprendido a nivel comunal 6 (administraciOn de municipios), ei) paraintentar hacerlo sobre el Estado nacional. Para esos efectos levantaron sedes propias, con diver- sas alas y un salén central deactos. Organizaron “veladas educativas” (conferencias, teatro popular, declamacién de poesias, grupos musicales, bailes familiares, debates). Compraron imprentas y publicaron sus propios periédi- «0s, folletos, libros, panfletos, ete. Organizaron escuelas de artesanos para si mismos y Escuelas Racionales para los nifios del pueblo (hacia 1925 existian cerca de 30 es- cuelas para nifios administradas por la Federacién Obrera de Chile, FOCH), en las que los asociados establ ‘alla curricular, contrataban alos profesoresy evaluaban el proceso en conjunto, como “comunidad”, ¥ fueen este contexto donde surgié la figura deLuis Emilio Recabarren, ccuyo discurso (fue un conferencista profesional que teco- rrié todo Chile para difundir la cultura mutualista y ciu- dadana)enfatiz6 el desarrollo continuo dela “inteligencia popular”, a efecto de que, siadministraba eficientemente los recursos en lo propio, pudiera hacerlo también en lo ‘comunal {municipio) y en lo nacional. La autoeducacién popular, practicada por Recabarren y todas las mutuales, apuntaba, hacia 1910, ala expansidn del poder mutual (de educacién, autogesti6n y administracién) hacia el Muni- cipio y e Estado. Era una clara politizacién centrada en el ciercicio expansivo del poder popular. nla «LoshistoradoresjlioPinto, Sergio Grezy PabloAnazahan realizado investigacionesespectfics sabre el sesgo police delostrabajadores chilenos del siglo XIX ycomierans del XX. 6 Que eso eraasilo prueba el hecho de que, aprovechan- do un articulo de la Ley de Comuna Auténoma de 1891, que entregabaaa la Asamblea de Electores (comunales) las decisiones claves del Municipio, las mutuales se movieron desde 1894 para, a través de esa Asamblea, controlar los municipios e imponer su técnica administrativa y, por cierto, sus proyectos de desarrollo. Lo consiguieron: 4.05 ‘municipios cayeron bajo el control del movimiento popu- lar. Basado en ese éxito, las mutuales iniciaronun proceso de coordinacién y articulacién por distritos y comunas, lo que dio lugar, hacia 1900, a la aparicibn de las célebres Combinaciones Mancomunales, que, hacia 1910, totaliza- ban una docena a lo largo del pais. Bra exactamente lo que pensaba Recabarren:unirse para extenderel poder mutual desde el interior de la sede a toda la comuna, para, ya en estenivel, implementar politicas socialistas. Eso conducia al ‘socialismo municipal” Notese la similitud genérica del pensamiento de Recabarren con los tedricos clésicos de la democracia republicana-participativa: Tocqueville o Rousseau, que planteaban algo similar, y con autores modernos, como ‘Arendt y Habermas, que definen el “poder” desde esas bases. Incluso intuyé la necesidad de diversifiar el poder popular, proponiéndolo como movimiento multidimen- sional: sefialé, por ejemplo, que la “via revolucionaria” se escindia en tres dimensiones: a) la cooperativa, basada enlaadministracién de recursos, que él proyectaba hacia el establecimiento de empresas populares y/o munici- pales, para asegurar el abastecimiento de los productos y servicios bisicos de la comunidad; b) la gremial, que consistia en presionar @ la clase patronal (huelgas, boi- cots, competencia, et.) para mejorar las condiciones det trabajoy desalario, yo) lapolitica, que apuntaba al control, inicialmente del municipio y més tarde del-Estado, aun- que, entretanto, podia participar también en el Congreso Nacional, para hacer agitacién y propaganda, amén de usarlo como tribuna. Como politica de poder popular, Recabarren promo- vi6, primero, las mancomunales, pero eliminadas éstas (masdcres de 1903, 1905, 1906 y 1907), opt6 por infiltrar y controlar a FOCH (que es la que debia finalmente “sus- tituir” a la oligarquia en el gobierno del pais), mientras usaba también, suplementariamente, el partido politico (primero el Partido Obrero Socialista y luego el Comunis- ta), Extinguido el “socialismo municipal” tras el eclipse de las mancomunales, Recabarren'se concentré de lleno en la re-construccién popular del Estado nacional. Para este efecto preparé dos proyectos de Constitucién Poli- tica. Por eso, desde 1917, aproximadamente, orient6 a sus oyentes y lectores en direccién al ejercicio popular del poder constituyente. Con todo, no solo él se movia en esa direccién, pues también lo hacian muchos otros dirigentes y actores so~ Ciales. De hecho, lo hacian también, de un modo u otro, las profesoras primarias (Asociacién General de Profesores, de Chile), los industriales (Sociedad de Fomento Fabril), los ingenieros (Instituto de Ingenieros de Chile), los estu- diantes (Rederacién de Estudiantes de Chile), los oficiales j6venes del Bjército (Club Militar), los ciudadanos probos (Ligas de Accién Civica), los arrendatarios de conventillos (Ligas de Arrendatatios) los empleados piblicos y de co- mercio (Federacién de Clases Medias), grupos de agricul- totes (Cooperativas Agricolas),etc. Lacrisis econémica en. ‘que se habia sumido Chile desde 1873, asociada alacorrup- ci6n e incapacidad de la oligarquia liberal que gobernaba elpafs,a la hegemonia aplastante de las casascomerciales extranjeras y ala pobreza vergonzosa que reinaba en los conventillos, inspiraron, en todos los actores sociales de cierta relevancia, la conviccién de que la oligarquia par- lamentarista no tenia credibilidad ni representatividad y que, por tanto, a crisis exigia un cambio radical de rum- bo. Como si fuera poco, la “carestfa de las subsistencias” (inflacién), golpeaba todos los hogares, sobre todo a los empleados piiblicos y ala clase popular. Hacia el término de la Primera Guerra Mundial, la situacién era, por eso, insoportable. De modo que, a fines de 1918, los trabajadores con- vocaron a todos los actores sociales a constituir lo que Mamaron la Asamblea Obrera de Alimentacién Nacional (AOAN). El objetivo era no tanto protestar, sino impulsar tuna deliberacién ciudadana, a efectos de hacer un diag- néstico de la situacién existente y, sobre todo, proponer las leyes necesarias pata teactivar la economia y detener Ja inflacién. La respuesta a esa convocatoria fue masiva. En verdad, ante la venalidad y corrupcién que corroian ala clase politica, ls trabajadores decidieron establecer ‘un Congreso Popular patalelo para legislar sobre un tema 66 de relevancia nacional. El poder mutual, ya maduro y diversificado, se convertia asi, frente al Estado y la clase politica, en un poder dual. Se iniciaba con ello el ejercicio del poder popular constituyente. Asi, despuésde 100 aos, Ja ancestral soberania comunal de los “pueblos” de pro- vincia reaparecia de nuevo, fantasmalmente, ahora bajo forma de una improvisada Cémara Legislativa Popular. Jo que prueba que la memoria social (un arma cultural de largo alcance) -aun bajo el olvido historiogréfico de fechas, episodios y personajes- puede “recordar” y revivir lo esencial de lo que contiene.. Bajo el liderazgo de la AOAN, las comunidades po- pulares, de norte a sur, reunidas en “comicios locales", deliberaron. Y tras recoger sus informes y acordar una propuesta comiin, el Comité Obrero de la AOAN redact6 varios "Memoriales” en los que anoté los “considerandos” ylos proyectos de ley que debian resolver la crisis. Luego invité atodoslosactotes asociados a que desfilaran pacifi- camente, ciudad por ciudad, en lo que lamaron “marchas delhambre”.La de Santiago supers las 120.000 personas. Ya su término frente a La Moneda, el Comité se dirigis al despacho presidencial para hacer entrega de los me- moriales e indicar al Jefe de Estado que tenia 15 dias para hacer eprobar en el Congreso los proyectos de ley que se proponia. Era, sencillamente, un ultimétum. De no apro- barse en el plazo estipulado ~le dijeron al Presidente el pueblo soberano desacataria al Gobierno y al Congreso, y decidiria soberanamente, luego, lo que debia hacerse.. o EL Presidente acus6 recibo... Pero luego se apresur6 a cambiara su Ministro del interior, y elnuevo notardé sino tun par de dfas en declarar que Per estaba movilizando ‘tropasen a ronteray que, por consiguiente, la Patria debia, movilizar sus tropasen todoel pais. Sedecreté Ley Marcial, ELBjército se hizo cargo de todo. Simulténeamente, seini- ‘i6:un dréstico proceso contra “lossubversivos”.Searrest6 alos dirigentes del movimiento en todo el pais (Recaba- tren entre ellos). Se atacé e incendié la sede de la FECH. Se atacaron y destruyeron las imprentas de las mutuales. ‘Y murié en la Casa de Orates, prisionero y maltratado, el estudiante-poeta Domingo Gomez Roja En apariencia, el movimiento social-ciudadano, reanudado en 1938, fue derrotado y barrido de la escena piiblica entre 1919 y 1921 de modo parecido a como habia sido derrotado ybarrido el movimiento delas“mancomu- nales" entre 1900 y 1910, y casi del mismo modo en que lo fue el movimiento social-ciudadano de los “pueblos” en 1829... ,Derrota?... Si. gExtinci6n?... No. Pues el poder “mancomunal’, vencido en 1910, reaparecié casidiezafios después bajo forma de “poder dual colegislativo”. ¥ éste, vencido en 1919-20... 23€ extinguié tras el “juicio a los subversivos”?... No: reaparecié entre 1923 y 1925, de nuevo ‘como "poder dual co-legislaivo", esta vez para resolver el problema educacional imponiendo “otro” paquete de proyectos de ley, llamado “Sistema Educacional para la Nueva Repiblica”, impulsado por una articulacién de ac- tores sociales: a FOCH, la FECH y la AGPCH (Asociacién General de Profesores de Chile). EI Presidente que recibi6 68 ese paquete, Arturo Alessandri Palma, acusé recibo, pero monté en célera y reprimié a los insolentes, a quienes envi a la calle a ejercer el sinico recurso de “poder” que sells permitia: el derecho a peticién, {Otra derrota? Si, de nuevo. ;Extincién? No: los acto- res sociales, que ya estaban posesionados de una cultura sociocréticaaltemnativa, consideraron que habialllegado el momento de preparar la “culminacién” de su movimiento, y se auutoconvocaron a una Asamblea Constituyente de Verde Salazar: Delpodeconscuyente de asalariadeseinelctules, (Chie, sigos XX y X20, Santiago: LOM Eéiciones, 2009, Vv Procesos Del examen de los procesos constituyentes expuestos—su- cintamente-mis arriba, se desprende que el ejercicio del poder constituyente por parte del pueblo-ciudadano no es una operacién simple, de fécilejecucién y puramente coyuntural. A Por una parte, porque, para que el poder constituyente cexista enla ciudadania comotaly sea una cualidad deella, se requiere, previamente, un largo proceso de autoeduca~ cidn, referidoal desarrollo de un poder social diversificado y multidimensional. Se requiere que existan, enel pasado rTemotoy cercano, experiencias de poder. Memoria de esas experiencias. La seguridad (certeza) de que ese poder puede ejercerse de nuevo, en lo local, en lo regional oen onacional. En cualquier momento. Cuando sea necesaro. Es decir: tiene que haber un proceso hist6rico previo ‘que puede ser relativamente largo) de ‘empoderamiento’ pro- ‘gresivo, que, al momento en que se precipite la coyuncura en que ese poder puede/debe ponerse en juego al todo 0 nada, no desaparezca tras eventuales derrotas potitico- militares, sino que, al revés, tenga la elasticidad y resi- liencia necesarias para levantarse de nuevo y reaparecer insistiendode otro modoo por otro flancooa otro nivel. El B poder constituyente no puede entrar enaccién, pues, sino existe en el pueblo-ciudadanolo quehoy algunos analistas denominan “capital-social” (popular) y otros “tradiciones civicas”. Siesta precondicién no esté, o existe en estado larvario, orazonable parece ser que, en ese caso, ¢s mejor intensificar el proceso de formacién y potenciacién de esas“tradiciones” antes de entrar en una accién decisiva Se observa que, cuando los “pueblos” derribaron a O Higgins e iniciaron decisivamente un proceso constitu- yente, tenfan siglos de experiencia en autogobierno local, donde operaban con.un poder diversificadoy multidimen- sional. Lo mismo, cuandolos actores sociales, articulados entre si, pusieron en accién hacia 1918 su poder legislativo ual, y luego su poder constituyente, tenian tras de si un siglo de poder social mutuatizado, que habia alcanzado ‘un grado significativo de diversificacién (por ejemplo, en ladocena de combinaciones mancomunales). La cuestién es si hoy “nuestro” movimiento social ciudadano tiene tras si una masa suficiente de experien- cias de poder, y si las hay, de qué “poder especifico” se trata. ¥, ademas, siesté ono suficientemente diversificado ‘como para proponerse administrar recursos comunales onacionales (0 sea: gobernar o cogobernar). Un “poder” constituyente que no tenga el respaldo de un poder social diversificado, probablemente induciré.a sus ciudadanosa negociarel‘proceso’ constituyente conel sistemapolitico Salazar ea participaciénciudadana: capital social constante y capital social variable" en ProposicionesN°28, Santiago: Ediciones SUR, 1998, pp. 58-83 a establecido, no a liderarlo y levarlo a término por s{ mis ‘mo... Tenemos hoy 40 aiios de experiencia en “gestas de autonomia” y en una “cultura identitaria” de gran fuerza expresivay dinamismo sinérgico... es suficiente paralide- rar un proceso constituyente? Sin duda, lasustancia madre del poder constituyente es la cultura social autogenerada. Hoy tenemos una buena dosisde ese tipode cultura, pero es suficiente para considerar que tenemos ya la “inteli- gencia” (Recabarren) que nos permita construir el Estado que queremos y, mas encima, gobernarto desde abajo? B Porotra parte, porque para dar los pasos decisivos ha~ ciel ejercicio concretodel poder constituyente se requiere tener relativamente claro cudl es el grado de crisis que esté debilitando el sistema dominante en ese momento, qué poder de resistencia es capaz de desplegar y cémo creemos que debiera ser el sistema politico y econémico que queremos construir. Los “pueblos” de la década de 1820 tuvieron lacerteza de que la dictadura de O'Higgins habia agotado su tiempo y su funcién, por tanto se mo- vieron decididamente para derribatlo y luego construit el Estado, cuya forma ideal la tentan muy clara: erala que ellos mismos utilizabanen sus comunidades. Y se ugaron decididamente por un Estado orientado a la produccién, y ala participaciOn ciudadana. Los actores sociales de 1920 tuvieron también la certeza de que el Estado de 1833, (mercantily portaliano) estaba absolutamente fracasado hacia 1910, porque habia crisis econémica y crisis social y politica terminates. Por eso se movieron con toda decision paraorganizar un Estado social-productivistay social-par- Licipativo (en correspondencia con los movimientos que se observaban por entonces en Alemania, Rusia y Japén). En nuestro caso, hoy, siglo XXI, podemos reconocer gue el Estado Neoliberal de 1980 nacié ilegitimo, que no ha sido socialmente eficiente y que carece actualmente de credibilidad y representatividad. De acuerdo, Crisis estructural, aunque menos grosera y visible que la del Es- tado Liberal-Portaliano en 1910. Pero tenemos claro qué Estado y/o Mercado queremos a cambio, no en lo general, sino en lo concreto? ‘Un movimiento social-ciudadano que tome como nor- te histérico el ejercicio efectivo del poder constituyente para construir un nuevo Estado, deberfa tener ~segin se observa en los movimientos del pasado la suficiente consistencia multidimensional como para ser por si mis- ‘mo una alternativa al sistema politico vigente. Eso le da la continuidad necesaria entre pasado y presente, entre su memoria acumulada y la realidad que quiere construir socialmente, entre su poder realy la tarea por realizar, sin tener que dar ese peligroso salto al vacio que va desde e! ‘mero descontento a la vaguedad de la utopia... La “revo- lucién” es un proceso histérico que contiene una cierta continuidad dentro de a masa ciudadana que la realiza, en ‘términos dememoria de poder, cultura social y capacidad deejecucién yadministracién. De no contenerta, arriesga, obien “negociar”conel sistema dominante (frustrando o vendiendo el proyecto revolucionario), o bien depender 6 dela capacidad creativa y de choque de una “vanguardia” oligarquizada... c De lo anterior depende también la capacidad real del ‘movimiento para organizareficientemente una Asamblea nnacional-constituyente (y no solo una Asamblea popular- constituyente). Porque ala capacidad para ejercerel poder propio debe agregarse la que le permitiré organizar y ma- naejar, con éxito para si, una Asamblea en la que deberiin patticipar también Ios otros, esto es: los grupos medios y las elites empresariales, incluyendo los militares y los religiosos. El poder constituyente no es un poder armado que eliminaré alos enemigos del pueblo-ciudadano, y su ejercicio no puede aspirar a establecer una dictadura de clase. En si, especificamente, es un poder racional, que se vale de verdades objetivas y de acuertos (de mayoria) intersubjetivos,en uncampo de accién que no es otro que la deliberacién abierta, Es una apuesta al triunfo de los argumentos socialmente convincentes. En este sentido, la argumentacién se concibe como un arma que deberia set capaz, segtin se emplee y hacia qué reas, de convencet yy desarmar incluso a los aparatos armados de la nacién. Basindose en los hechos reales (configurados como diag- ngsticos irefutables) y en soluciones adecuadas, eficien- tes, propuestas por la mayoria. Siel peso de la crisis (terminal) del sistema se refieia vivamente en la experiencia social y en los datos cien- tificos que se exponen, los argumentos por el cambio revolucionario deberian tener la fuerza necesaria para imponerse. Si, a su vez, el peso de las mayorias que estan siendo vietimas de esa crisis se manifesta a través de so- luciones técnica eficientes, a fuerza argumental deberia imponerse, tarde o temprano. Es lo que vale en la delibe- racién ciudadana donde se juega todo eso. Por eso a organizacién de la Asamblea Constituyente debe ser realizada conforme a criterios determinadosim- uestos, ejecutados y fiscalizados pot la misma ciudada- sobre todo por la mayoria afectada o victimada por el sistema y/o por la crisis del mismo, Seria un error delegar sa tarea en una autoridad del sistema vigente (tener pre- sente la felonia del presidente Alessandri Palma), 0 en los partidos politicos, en el Parlamento del mismo sistema, ues todos ellos, segiin muestra la historia, no realizarn elcambio revolucionario del Estado que se necesita, sino tuna reforma limitada que les permita mantener el siste- ‘ma antiguo pese a su crisis, afin de seguir flotando en é1 como una hegeménica “clase politica”. También seria un error organizar una Asamblea donde cada ciudadano se asuma como igual a otro, equiparados en el voto indi dual, porquela sociedad real, de hecho, esdesigual, y esta estratificada de modo que exista una elite hegemé lunos grupos medios flotantes y una gran masa social precarizada o semiexcluida de los beneficios principales de la modernidad del momento. En a década de 1820, 0s ciudadanos mantuvieron su organizacién en “pueblos”, ya partir de éstos, euardando lasproporciones, designaron asus representantes para la 8 ‘Asamblea Nacional Constituyente. Deahi que lapolariza~ ign se produjo entre a capitaly los pueblos de provincia. En a década en torno a 1920, losciudadanos mantuvieron sworganizacién como “actores sociales” con presencia na~ cional lo que implicaba reconocer la diferencia yestratifi- caci6n social queexistia en lanacién),y seleccionaron alos delegados a la Asamblea Constituyente de Asalariados e Intelectuales segin coeficientes de proporcionalidad entre trabajadores (la mayoria),profesores, estudiantes y profe- sionales (con porcentajes menores). No hubo problemas. Del mismo modo, la deliberacién constituyente (debe deliberar siempre todala ciudadania, nunca grupos esco- ‘gidos o impuestos) necesita realizarse a todo lo largo del pais, para alcanzar un méximo posible de participacion. En la década de 1820 el problema se resolvié fécilmente: se deliberé primero en la plaza piblica de cada pueblo, y luego en una Asamblea que represent6, proporcional- ‘mente, a es0s pueblos. En la década en torno 2 1920, los actores sociales que tenfan bases en todoel pais caso dela FOCHy dela AGPCH, esto es:los trabajadores y profesores federados), convocaron a “comicios” (asambleas locales) cen sus sedes y en todo el pais, tanto para acordar leyes de accién inmediata (AOAN), como para establecer las posi- ciones de base que se discutirian en la Asamblea Popular Constituyente (que tenia representacién porcentual por tipo de actor social). Es evidente que la Junta Militar de 1925 no supo (ono 4uiso) resolver el problema de cémo organizar la Asamblea Constituyente sobre una base estrictamente ciudadana, como también es evidente que el presidente Alessandri Palma traicioné y desech6 el principiode la soberania ciu- dadana para organizar “comités constituyentes" al modo ‘como los partidos parlamentarios designan de sus filas a los componentes deloscomités del SenadoolaGémarade Diputados. La Junta no sabia interpretar la voluntad ciu- dadana,y Alessandri solotraté de interpretar(y proteger) la voluntad autoreferida dela clase politica profesional Sededuce delo anterior que, enla actualidad, la orga- nizacién de una eventual Asamblea Nacional Constituyen- tedeberfa excluir, desde la partida, las dos clases politicas (lacivily la militar), porque son as que més se benefician del régimen que, precisamente, se quiere abolir y cambiar. Y que, ademés, la eleccién de representantes para esa Asamblea deberfa combinar criterios regionalistas (no demogrificos) y criterios socio-métricos (que reflejen la estratificacién social existente en el pais). Por itimo, de- beria realizar “comicios” (asambleas locales) en las sedes de tos actores sociales de presencia nacional (caso de los, trabajadores, los profesores, los empleados piiblicos y los estudiantes, sobre todo). v Construccién 2Qué Estado? Enel pasado hablamos mucho de “lucha de clases”, de “sistema de dominacién”, de “conquista del poder”, de “socialismo o comunismo" y, por cierto, de “reforma 0 revolucién’, pero ghemos sabidoalguna vez, conmediana claridad, qué Estadoes el que queremos construir,o cémo debe ser un Estado “socialista’? Y lo increible es que, tras casi 200 afios de lucha, he- ‘mos terminado siempre rigigndonos por un Estado liberal, porque el de 1833 lo era, el de 1925 también, y el de 1980 ¢s, porafiadidura, extremistamenteneoliberal..No hemos avanzado pricticamente nada, ni en imponer lo que, en su momento, querfamos, nien recordar bien después qué queriamos, nien saberexactamente por qué el Estado libe- ral“alcubo" nos hatenido 200 afios seguidosal borde dela crisis, al extremo de que nuestra Izquierda Parlamentaria se ha jugado (y juega) todo el tiempo para entrar al Estado vigente liberal) y para hacernos creer que, ya incorporada (yaun mimetizada) en ese Estado, nos tetminaré resolvien- do, gracias a su leal presencia dentro de él, todos msestros problemas y miserias. Varios de nuestros presidentes mis respetacios: José Manuel Balmaceda, Pedro Aguirre Cena, Eduanto Frei Montalvay Salvador Allende Gossens.ianen- taron gobernar parael pueblo (0 para Chile desde fa cna deesos Estados liberales, suicidandose, incluso, a nombre de su supuestamente legitima legalidad. aNo hay algo que huele mal en todo esto? @Por qué nunca deliberamos en torno a la naturaleza del Estado que noqueremos, y sobre a naturaleza del que realmente queremos? Por qué no hemos escrito una sis- tematica historia critica del Estado en Chile? Escierto que todos nuestros politicosy todos nuestros jurisconsultos, cuando nos hablan con (supuesta) sabi- durfa sobre el Estado, nos han recitado siempre la misma letania: que los tres poderes del Estado (ejecutivo, legisla~ tivo y judicial), que las facultades del Presidente, que las facultades del Congreso Nacional, que los requisitos dela ciudadanta, de as elecciones sobre la base del voto indivi- dual, dels partidos politicos que representan los distintos ngulos dela opinién ciudadana, etc. Esdecir:noshablan siempre de un sistema politico abscracto, a-histérico, de ‘una maquina que absorbe opiniones de todo tipo, de todos los sectores, las mismas que revuelve después como coc- telera en el juego competitivoy cambiante delasmayorias parlamentarias, para evacuar, finalmente, leyesy decretos ia delo posible”: cocktails que buscan saciarla sed detodos, en particularde Jos que pueden pagar la mayor cantidad de bebida estatal (0 sea: por diputados y senadores)... En suma, nos hablan todo el tiempo del bendito Estado liberal ELEstado liberal naci6, como se sabe, en aquellos pais (Inglaterra, Estados Unidos y Francia) dondelarevolucién industrial no solo estallé antes que en ninguna otra parte, que resuelven los problemas en a "met sino que también, totalmente, por iniciativa privada. Alli €LEstado no tuvo, pues, que intervenir: se cruzé de brazos y “dej6 hacer y dejé pasar” liberalmente, Sobre esas bases, Jos paises mencionados pudieron expandirla civilizacién industrial por el mundo entero y construir verdaderos imperios industriales. ¥ para afianzar su dominacién cexigieron al resto de los paises adoptar una politica libre- cambista (puertas abiertas al industrialismo), mientras predicaban las bondades filos6ficas del liberalismo puro y delademocracia liberal individualista. Als, para es0s pai ses, el Estado liberal tenia y tiene razén histérica de ser. En cambio, para los patses colonizados por Europa, antes después de la Revolucién Industrial, su razén histérica de ser les indicaba otra cosa: si querian industrializarse, debian uchar contra un mercado mundial dominado por las potencias anglosajonas, lo cual, silo intentaban con arreglo al librecambismo, era muy dificil, sino imposible. Por tanto, necesitaban (y necesitaron) otro tipo de Estado, precisamente no-liberal, porque se dieron cuenta de que, para desarrollarse dentro de la civilizacién industrial en un plano de igualdad con las dichas potencias, debian ha- cerlo aplicando una potente razén politica, nacionalistay unificadora de todas las energias y sectores de la nacién. En este sentido, necesitaron un Estado construido espe- cialmente para realizar una tarea nacional para cumplir tun mandato especifico: el desarrollo industrial y social, la modernizacién, el progreso neto, Era una necesidad relativa al bienestar de los pueblos, pero también a la necesidad dealcanzar un equilibrio geopoliticointernacio- nal razonable y justo. Deno ser asi el retraso econémico ¥y social (por feudalismo, por economia primitiva, u otra razé6n) iba a reproducir y alargar la vida del imperialismo coloniatista, un factor de desigualdad e injusticia para toda la humanidad. De esa necesidad surgié el Estado estructurado para realizar un mandato especifico:e| desarrollo integral. No, por tanto, un espacio “abstracto” para que com, conforme laley,losintereses individuales de una sociedad yadesarrollada. Es lo que hicieron Japén, Alemania, Rusia, Italia, los paises escandinavos, y mas tarde China, el Su- deste Asitico, Corea, Istael, Sudafrica, etc. En general, los Estados nacional-desarrollistas lograron su objetivo: todos los mencionados tienen, hoy, un alto estindar de vida. Gierto es que algunos cometieron excesos condenables:o pot exacerbar el nacionalismoa nivelesintolerables (anti semitismo, antipalestinismo, apartheid), opor sectarismo ideol6gico (stalinismo), o por expansionismo descontro- lado (japén en tiempos del je) y excesos dictatoriales. Sin embargo, alli donde no se perpetraron tales excesos (paises escandinavos odel sudesteasiatico, por ejemplo) el resultado fue exitoso en un sentido més integral. En Hispa~ noamérica hubo también varios intentos en este sentido, pero, 0 por impericia técnica, o por cover action del impe- rialismo liberal (EEUU), oporun prematuro uoportunista julcio condenatorio deesta via por parte de os defensores criollos del neoliberalismo, fracasaron. Esté pendiente, en consecuencia, una evaluacién histérico-politica ri- gurosa de si efectivamente el nacional-desarrollismo de 84 América Latina fracasé por agotamiento, como se ha di cho, ono. Debe recordarseademés que el imperialismo li- beral condens ideoligicamente elnacional-desarvollismo, acusandolo de que negaba la libertad (“totalitarismo”) lo ue fue causa de dos guerras mundiales (y una Fria). En Chile, la evaluacién histérica definitiva dela via nacional- desarrollista es tarea pendiente que atafie, sin duda, a la ciudadania del siglo XX1 Los Estados no-liberales también han tenido, pues, una razén hist6rica de ser y han sido, también, exitosos, tanto como para que varios de ellos sean hoy genuina- mente neoliberales. iNoesabsurdo que en Chile sigamos insistiendo en un Estado liberal sinunca hemos logrado industrializarnos? ¢Sininguna ex colonia se ha desarrollado bajo los princi- pios librecambistas del Mercado? Loque necesitamos es un Estado que realice las tareas historicas que no hemos realizado en 200 afos: a) una industrializacién razonable, que nos permita exportar valores agregados (no puras materias primas), generar em- pleo estable (no trabajo precario de almacén), bases para el desarrollo de la ingenieria productiva y la innovacién tecnol6gica, objetivos técnicos para la educacién, etc.; b) tuna ciudadania con la cultura, el poder diversificado y la capacidad administrativa necesaria para construir el Estado que necesita, controlar por abajo a sus represen tantes (gobernanza), que sobreponga el productivismo al mero consumismo, que sea realmente soberana, etc.: una sociedad civil integrada a un proyecto nacional de 85, desarrollo, sujeta a patrones de equidad y justicia social, ms igualitaria y solidaria, capacitada para ajustar per- manentemente el Estado y las clases politicas a sus nece~ sidades y a su voluntad soberana, y d) un sistema escolar orientadoa preparar nuestros nifios a realizar con verda- dero éxito las tareas a-b-c indicadas més arriba, segdinla realidad especifica de Chile y con la comunidad especifi- ca de Chile, no copiando la masa y la mercaneia cultural producida en otros paises, que permita, por tanto, que la comunidad real se eduque a si misma, dejando de lado la copia, la mera emulacién y el constmismo educacional. Siealizamos elinventario de las tareas histéricas no realizadas en 200 aiios, podremos imaginar mejor amo debe ser el Estado que construyamos para realizarlas. sas tareas deben ser acometidas desde las comunidades reales (locales), es evidente que son, ante todo, areas cit dadanas, para facilitarlas cuales debe pensarse, por tanto, en un Estado que ni sea liberal (porque hay un mandato que cumplir) ni centralizado, nimanejado arbitrariamente por ninguna clase politica profesional. Lodemés esinteli- gencia préctica. Popular, por cierto. 86 VI Enemigos Los “grupos” que acechan y detienen la marcha histérica de poder popular constituyente son pocos. Pero, desafor- tunadamente, poderosos: manejanel poder constitucional dela nacién y, lo que es peor, sus armas. Tienen, ademés, 200 afios de experiencia en la materia. Son expertos. Son peligrosos. Recordemos: manejan profesionalmente el fusil, 1a bbayoneta, elcorvo, la tortura yel asesinato. Y también —no lo olvidemos-, con extraiio profesionalismo, el enga‘io, 1 disimulo, la traicién ya felonta, Han dominado, entre ambos, el discurso oficial del Estado y también el de la Patria, Han construido por si mismos la legalidad vigente Seescudan detrés de todo eso. Se enriquecen y engordan a su sombra. Son peligrosos. Yahan partido, recién: agosto del 20n1, sefialando que “elplebiscito” es imposible (Andrés Zaldivar), quela“gra- tuidad de a educacin” es imposible (Sergio Bitar), que si lapolicianodaabasto, (Pablo Zalaquett).¥ han comenzado aasociarse transver- salmente, de Derecha a lzquierda, visitando el Palacio de Gobierno porturnos (donde vela, nervioso, un presidente de Derecha}, alegando que “todo” debe decidirse en el Congreso Nacional, su casa el legitimo “club dela pelea”); serd necesario recurrir al Bjército” 7 que todos deben sentarse,allia dialogar:esla mesa parla- ‘mentaria de todos... Por ahi empiezan. Seguirdn tratando de adoptar para si mismos el discurso rebelde e incluso el revolucionario, para colarse ala cabeza del movimientoy desde alli conducitlo. 0 sea frenarlo. Jugarén allideres del pueblo. Hasta aparecerén, de vez.en cuando, en los des- files... Pero siles va maly su miedo a la cesantia historica sube vertiginosamente, yano aumentaré su gradode fiebre populista: mirarén entonces, de soslayo, alos cuarteles...Y hasta podrian lanzarles maiz... Yen ese punto, siel poder popular constituyente pasa del mero desfileal poder dual, ¢s posible que hagan lo mismo que el ministro designado apresuradamente por el presidente Sanfuentes en 1919 (don Ladislao Errézuriz):inventarén cualquier peligro de guerra, externa o intema, para imponer la Ley Marcial, ‘1 Estado de Sitio, y asi justficar la represién militar. No seamos ingenuos: la clase politica civil, en mo- mentos de peligro para ella (riesgo de cesantia histérica) se enlaza siempre con los militares en el minueto del “enroque’, y aquéllos ~que no han eliminado nunca de su cabeza la obsesién de que hay dentro de le nacién un “enemigo interno"-se dejan tentar ficilmente por el peli- ‘gro que amenazaa su consorte, yhacen entoncesto tinico que saben hacer: disparar y matar..No seamos ingenuos: los militares tienen intacta esa obsesién en su cabeza. {Qué hacer? Lo tinico que puede hacer el pueblo soberano: man- tenerse unido, reeducar a la clase politica militar y con- trolar desde abajo, férreamente (como los “pueblos” en 88 1823) a sus representantes y delegados, a objeto de frenar e€ impedir su autotransformacién (desintegréndola por “revocacién”) en ‘clase politica civil’. El mayor peligro para la soberania popular proviene siempre de merce narios (“rufianes que se venden a otros intereses’, decia Rousseau): sus seudo-defensores ‘a sueldo’ y sus seudo- representantes‘a dieta millonaria’. El poder de la sobera~ nia, capaz de neutralizar ese peligro es, en lo esencial, la cultura y la inteligencia sociales, su poder diversificado, ue no puede ser vencido politico-militarmente (ver més arriba), que es suficientemente flexible yresiliente como para levantarse una y otra ver, indoblegable. Su poder no es el arma militar ni el ataque directo destructivo, sino el éter envolvente y penetrante de la cultura, las ideas y el poder diversificado de la ciudadanfa. ¥ por cierto: la i tica implacable, la propuesta insistente. Su fuerza esté en. lo inmaterial, por eso puede y debe plantear una radical transformacién, no solo del sistema educacional civil, sino también del sistema educacional militar. Es la ciudadania chilena laque debe estructurar y administrar ambossiste~ mas educativos, y no el Mercado o el Pentégono o el gran capital financiero internacional. zNos hemos autoeducadosuficientemente comopara hacer eso? CTenemosel poder cultural suficiente para bombardear el modelo neoliberal con criticas incisivas y propuestas inteligentes que nos aseguren la posibilidad de controlar todos los procesos y mecanismos desde abajo? Pues, deno tenerlo, tal vez.es mejor continuarintensificando nuestro 89 proceso autoeducativo y acumulando’experienciasde po- der. La debilidad en este plano puede faciltar considera- blemente la maniobrabilidad experta de os mercenarios. ‘A menos, claro, que, con lucider relampagueante y audacia soberana, acumulemos poder en corto tiempo ymadruguemos a nuestros obstculos de siempre. Pero zobmo? 90 vial Educacién Es bueno, en este punto, tener presente y considerar a dos actores sociales importantes, que han jugado y pue- den jugar un papel relevante en los movimientos social- ciudadanos: el “bajo pueblo” y el profesorado bisico y ‘medio. Los mismos que, a menudo (o casi siempre), han sido olvidados por los histotiadores y despreciados por 10s politicos “profesionales” ‘Se denominé “bajo pueblo”, en el periodo cotonial, a losgrupos sociales que no eran “vecinos con casa poblada”; esto es: que no vivian en “pueblos” y no tenian, por tanto, la calidad de “ciudadanos”. En especial, los que queda- ron estancados viviendo en esa situacién (dispersos en “ranchos’ de barro y ramas que levantaban en cualquiet parte) pertenecian, en su mayor parte al pueblo mestizo. El Derecho Imperial espafiol se aplicé a espatioles y crio- los (en tanto tenian calidad de “vecinos"y, bajo Forma de Derecho Indiano, alosindigenas, alos que selesreconoci6 su derecho a vivien “pueblos”, con capacidad de autogo- bierno (caciques) y propietarios de las tierras colindantes. Pero ese Derecho no legislé nada respecto a los mestizos y otras castas cruzadas (zambos, etc.) de modo que esos individuos no podian ser encomendados (no eran indige- nas), ni encomenderos (no eran espaiioles 0 criollos), no podian tener cargos concejiles,ni ser sacerdotes,nisiquiera os formalmente “soldados”, etc. Sitrabajaban, no existfa una legislacién laboral para ellos (para los indigenas, si): que- daban sujetos, en la préctica, ala voluntad del patron oa un ajuste verbal (‘conchavamiento”) que podia ser desco- nocido.o cambiado pore patrén en cualquier momento. El pueblo mestizo, por tanto, no recibié mercedes de tierras, no fue ni encomendero ni encomendado, no tuvo ningin estatus ni rol definidos, nada estructurado, Como se dijo entonces: eran hombres ‘sin Dios ni Ley’, gente sin dere- chos. Por tanto, esencialmente abusables, violables. No eran “pueblo” (solo los vecinos con casa poblada lo eran), raz6n por la que seles denominé “bajo pueblo”. Una masa ‘marginal, afuerina, forastera, vagabunda, peligrosa. Por eso devino, poco a poco, en un “enemigo interno” En esa condicién, su lucha por la subsistencia fue siempre dificil, marginal y riesgosa. Por lo mismo, no se casaban, no formaban familia: eran un pueblo de “hua~ chas". Por su origen, no tenian linaje, pero si el estigma de no ser “hijos de familia’. No existiendo para ellos un derecho laboral racional sino un trabajo peonal forzado 4 pagas miserables, no tuvieron otto camino que robar (comida, animales, especies), saquear y jugarse la vida en una centenaria “guerrilla de recursos” con el sistema latifundista y con los mismos “pueblos” (el bandidaje se extendié desde 1760 hasta 1940, aproximadamente). En eso hallé unaliadoen el pueblo mapuche que, desde fines del siglo XVI, se enfrent6 en una guerra intermitente con el“Reyno” de Chile y después con la Reptiblica, que duré hasta fines del siglo XIX y que también devino en “gue- rrilla de recursos". Naturalmente, esa lucha se tradujo en, 2 una constanterepresién y persecucién al pueblo mestizo, To que lo dejé de hecho convertido en pueblo “proscrito”, sospechoso y criminal, lo que, a su vez, no le dejaba otra, salida que insistir en la guerrilla de recursos? El pueblo mestizo ha sido el gran olvidado de nuestra historia, Sele Ilam6 masa de “vagamundos mal entreteni- “vandalaje”, “rotos alzados”, masa de“peones-gafia~ “bajo fondo”, “conventilleros”, “lumpen-proletariat”, “hampa’, “hez social”, “callamperos', “pobladores sociales’, etc. Solo tardiamente, a mediados del siglo XX, sele concedié derechoa voto (individual). La Constitucién de 1833 se lo negé explicitamente, Incluso los politicos e historiadores de Izquierda le han negado su politicidad, porno tener otra cualidad civica que su"barbarie politica’ LaFOCH nolo considers ennada, Todaslas confederacio- nes sindicales posteriores (la CGT, la CTCH y la CUT) lo ignoraron y no buscaron nunca una asociacién con ellos. [Ningtin partido de izquierda ha planteado una teoriacon- sistente de su situacién, Son losparias de nuestra historia. Los “condenados de la tierra Ysin embargo han constituido siempre la mayoria de 1a poblacién nacional, a masa fisica del “pueblo”. Yse han incorporado, por decisién propia, alas luchas ppoliticas de la ciudadanfa popular. No una ver: todas las veces, atacando si directamente al “enemigo” dondemasle duele:lapropiedad. Osea: asaltando,robando, saqueando. Por eso mismo, se han Ilevado los peotes castigos. Normal- mente, son carne de cafién. Por este tipo de conducta de Verde G Salazar: Labradores, peones y proetais. Formac y crisis dela sociedad popular de sigo XIX. Santiago: Ediciones SUR, 1985. 3 estos aliados, losactores civicos della Izquierda Parlamen- taria, normalmente, retroceden (lo hicieron en 1851, 1859, 1905, 1957, 1972..), se apartan de ellos, los dejan solos. Debemos descartarlos, juzgarlos o comprenderlos? Es preciso tener presente que, si no viven en pueblos formales, sino tienen trabajo estable, si no legan a edu- carse por completo, siviven al margen, siinsisten en aya ‘multicentenaria “guerra de recursos”, si estén proclives a la violencia, no es porque no tengan razones objetivas y subjetivasni es porqueno tengan formas asociativas,0n0 desarrollen entre ellos camaraderia y solidaridad, 0 no tengan a su manera comunidad ni falta de “autonomia’ Tienen “capital social", poderes “diversificados', capaci- dad de accién. Todo eso y mis, Pero seguimos manteniéndolos como el“pueblomes- tizo” que han sido siempre: rotos insolentes “sin Dios ni Ley’, birbaros, antisociales. {No sera tiempo de comprenderlos, de trabajar con ellos autoeducativamente en el desarrollo civico de lo querealmente tienen: asociatividad, solidaridad, razones objetivas,identidades auténomas, poder local diversifica- do (cultural, productivo, de tafico, elictivo, deportivo, comunitario, etc)? Gran parte de la cultura propia que exhiben losactuales movimientos popular-ciudadanos en Chile proviene de la capacidad de autopotenciacién dela cultura marginal. Siemprelaculturaautéctona de este pais hasalidodellasredesy poblamientos del pueblo marginal. Bs el dilema que enfrenta, entre otras cosas, el siste- ma educativo nacional en el dia de hoy. Ha existido 200 94 afios ensefiando a los chilenos las ciencias y las artes de Ja cultura occidental nérdica: la espafiola, la francesa, la inglesa, la norteamericana, la taiwanesa, la finlandesa, pero nunca ha intentado educar a los chilenos en base a su propia realidad. Partiendo dela situacién, por ejemplo, «en que ha vivido 200 aftos el pueblo marginal, que ha sido siempre una abrumadora mayoria (hoy se les describe en funcién de su coeficiente ingreso/consumo: “quintiles 1 y2"..). En cambio, hemos intentado educara ese pueblo ‘marginal en base aa cultura y las expectativas de las elites mercantiles dominantes y de sus socios comerciales de uultramar;o sea, segtin el mercado mundial. Es tiempo de considerar también a los “maestros (profesores de Bisica y Media), que llevan 200 afios “pa- sando la materia” que les viene de Occidente (del Norte), tratando de trepanar los créneos de los nifios marginales para embutirles una realidad pasada, presente y futura que no es la de ellos. {Por qué responsabilizar hoy a los, profesores del rendimiento escolar del SIMCE odela PSU yno ala potencia cultural de la calle donde los estudian- tes mayoritariamente viven inmersos y que compite (con vventaja) con el aula? {Sobre todo en el caso de los nifios del pueblo marginal? Los profesores, al “pasar materias” (ajenas) educan para imitar. Val hacer eso, solo ocupan lacuarta parte (25 9) de su capacidad instalada real, y lacuarta parte (25 %) de la capacidad real de los nifios. Que la inteligencia real de los profesores es de 100 % y no de 25 %, esta demos- trado en su rendimiento neto cuando fueron estudiantes 95 tuniversitarios. ¥ que la capacidad de los nifios es de 100 %% y no de 25 %, est demostrado de sobra en lo que hacen dentro de la “cultura de la calle", donde viven y tienen identidad real. {or qué no ocupar el 100 % de la inteligencia social de unos y de otros? {Por qué no educar desde la realidad de unos y de otros? Bl profesor debe ser formado para “pasar materia’ sin duda (ensefiar las ciencias occidentales), pero sobre todo para investigar la realidad local que rodea el proceso educativoy para gestionar, dentroy fuera del aula, el desa~ rrollo fective de esa realidad. El profesor no puede dejar deser un investigador dela realidad, un autor que publica y debate piiblicamente esas mismas investigaciones (pue~ de ensefiar mejor haciendo eso) y un profesional que se incorpora ala comunidad real como gestor socio-cultural desu desarrollo efectivo. Todo profesor deberia tener esa triple formacion y ejercer esa triple capacidad. Solo asise podr unir el aula y la realidad concreta de la comunidad local en un mismo proceso educativo. La soberanfa ciudadana necesita activar sus procesos autoeducativos a todo nivel. ¥ solo uniendo ambos polos culturales—hoy separadosy antag6nicos~podréarticular, los mecanismos socioculturales que cimentarén el desa- rrollo del poder social diversificado. Para construir un nuevo Estado es necesario, pronta~ ‘mente, unir todos los cabos de ese poder. La Reina, 4-15 de agosto de 2011 96 1 m Iv vi vu indice Estupor Memoria Historia social Procesos Construecién Enemigos Educacién 3 27 B a 87 o ESTE LIBRO HA S1DO POSIBLE POR EL TRABAJO DE cont eoromat Sia As Maria Gas, Ls Alba Manas Tomis oul, Nun tne, ge Gerda, Jl Pre Fal Sache Hernen rn fearon Verb Zadeh, ae Val, Pus Ge, ‘Sova Sra asst anagorons Ss Morernarowea einen oe eco na om alongs roucodearom Did S05 Saleem Basartemortras Ignacio Agile ose8e¥ ocaanacion rena lan Map Lae Goo Migs Age ee come ‘comtans Ri cScts rv Mes owamnan eros Flo Mian was bs Say Ls Fe, Mateo Mo, fa Herter toon Fanci Cerin Rue Reema, Maco Buguto, Pez More ‘hei ors Caren East irra owen cacao Ague, ‘ano Ramis Ins Amina seme ace Bist Mlle st ‘Using ar onehoramennmesnconmeconat Cai tes RY ‘ides Ls pl Laver na oem rma Carel Maton settainmono sla Aor aumstn ea Cas ge, alo Marana Win Tar Marl ree rere en Dae E Felipe Govale wots over Ear Cron, Fey ee, Bodega ‘earns Wes, Mane eon gsi pnd, an eyo, Sano Robles, Aleuon Sha acunnenmnen Esa, Aes Bec ‘onan, Seo Furs Peron Ro Dee, Maer Eh Zapata, an Oval, eso Vlg, us Toba Mou Cabaleo ans vis meted ne Ae Ete op abana Mirna Bis, Ana Bos, Andie Ws, sar Dl, Soda eet Lom rprciowes

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