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TO SOCTAL* XI. LA CIENCIA Y EL CONT! MICHAEL MULKAY Por lo general, los socidlogos del conocimiento han prestado particular atenci6n a la influencia que ejercen los factores sociales en el trabajo de grupos especificos de productores culturales. Por ejemplo, Stark (1958) sostiene que la existencia de tradiciones radicalmente divergentes dentro del pensamiento filos6fico, tanto en Alemania como en la Gran Bretaia, es primordialmente una consecuencia de diferencias en el medio ambiente sociopolitico. Asimismo, sugiere que la transicién del arte clasico al roméntico en Europa a principios del siglo dieciocho fue fomentada por un cambio marcado en la posicién social del artista, la cual, a su vez, fue un resultado de desarrollos sociales mas amplios. Estos son Upicos de las conexiones entre los productos soc‘ales y la sociedad uelos sociélogos han identificado. No s6lo la tasa y direccién del desarrollo cultural, sino también su contenido, se caracterizan come directamente dependientes de influencias externas, En el caso de la ciencia, sin embargo, se ha considerado que los factores ©xternos ejercen una fuerza menor, En general se ha Iegado al meee de que factores sociales, econdmicos y técnicos, cuyo pee fuera de la comunidad de investigacion cientifica, jentificg pets Tablemente Ia velocidad y direccién del desarrolla this fea nchdelohn, 1964; Ben-David, 1971), Pero la mayoria *olos, historiadores y socidlogos se han mostrado renuen- the Wider Society” aparecié originalmente como el cap. 4 de Co Knowledge, Ceorge Allen and Unwin, Londres, 1979. La Ciologia del conocimiento, la publicé editorial Tecnos, 830 MICHAEL MULKAY tes a ace; ; eal e Plar que dicios factores externos pueden influir sobre contenido del per concepts 1 (Youngs niento cientifico, esto es, sobre sus descubrimie! f ubrimientos empfricos y modos de interpré 1978, Lemaine et al., 1976) Se Pere We las razones para que ello suceda sean anor? an ha concebido el pensamiento cientifico como una FEPFeS tacién objetiva del mundo fisico. Se le ha conferido un ethos & i comunidad cientifica moderna que reduce aun minimo las inflVe™ cias sociales sobre la produccién y recepcién de las pretensions es imiento umulacién de conoc! conocimiento, garantizando asi objetivo. Dados estos supuestos, no se deben esperar conexiones directas entre el Ambito social mas amplio y las conclusiones dela ciencia, excepto en aquellos contados casos, como el de Lysenko, en donde la intervencién externa “distorsiona” los resultados de los cientificos (Joravsky, 1970). En consecuencia, cuando los SOCk® logos han intentado comprender la relacién entre la sociedad el ambito social m: iderado que su tarea central consiste en demostrar qué tipo de sociedad es mas receptiva a la institucionalizacién del “ethos cientifico” y mas susceptible de apo- ~ yar a una comunidad de investigacién auténoma. Ello ha conducido a la tesis que sostiene que las sociedades democriticas ofrecen el escenario més apropiado para el desarrollo cientifico debido a que tales sociedades ofrecen a los cientificos académicos la libertad que requieren para registrar, sin sesgos, los hechos del mundo material, y debido a que la ciencia y la democra- cia comparten valores de los que depende la produccién del conocimiento valida (Barber, 1952; Merton, 1957, p. 522; Hirsch, 1961; véase también Polanyi, 1951). Sin embargo, en los dos capitulos anteriores se han desafiado los supuestos que yacen bajo esta linea de razonamiénto. Hemos visto que es preferible conside- rar el conocimiento cientifico como un producto cultural contin- gente, inseparable del contexto social,dentro del que se produce. Hemos visto, asimismo, que el supuesto ethos cientifico es meramen- te parte del repertorio cultural de la ciencia, y en modo alguno, necesariamente la parte mas importante en la creacién del conoci- miento cientifico, Por ende, ya no existe raz6n alguna para esperar que la ciencia se cree mejor dentro de un vacio social en donde los valores democraticos institucionalizados permitan a los investi interesados formular “la tinica explicacion correcta a amplio, han cor te, 331 LACIENCIA Y EL CONT ncia que s¢ Las : revisiones dentro de la visién habitual de Ia cle . Ia posibili- paaserrene iormente nos permiten reconsiderar al meee influencias extcrnas directas sobre el conter* ® peer ea pee consideran el conocimiento Sa : Beanies aa ay abierto a la investigacién empirica y podemo tines pares ne corllages del desarrollo del conocimiento oor yproductos pres enquelo influyen, por un lado, las ace’ one ieee rales delos no cientificos y, por otro, lasacctone’ y eer oe turales de los cicntificos mismos dentro de con- tos no cientificos. Ya no estamos obligados a rechazar estas Posibilidades como incoherentes con el caracter social y cognosci- tivo de la ciencia. Si bien los socidlogos no han explorado atin estas posibilidades, algunos historiadores sociales de la ciencia ya lo han comenzado a hacer (MacLeod, 1977). En la siguiente secci6n, por tanto, examinaré parte del trabajo reciente dentro de la historia social de la ciencia. No discutiré cl rango completo de las influen- externas sobre la ciencia sino que me concentraré en algunos la ciencia con el fin de desarrollé en isis que se ocupan del contenido de establecer relaciones nitidas con cl argumento que se los capitulos anteriores. El uso que dan los cientificos a los recursos culturales y “externos”” los cientificos tienen acceso a dos abreva- deros culturales fundamentales: cl que proporciona la “comunidad cientffica” y el que ofrece el mbito social més amplio. A medida que la comunidad cientifica se ha ampliado, sus recursos propios soran vuelto més extensos. En consecuencia, parece probable que, como sugirié Durkheim, la ciencia se haya vuelto culturalmente més independiente al paso del tiempo. De una manera creciente, otras subculturas cientificas proporcionan recursos interpretativos, al tiempo que las especialidades dentro de la quimica y ciencias de Ja vida explotan los productos de la fisica y las matematicas. “A. medida que la ciencia ha absorbido de una manera creciente los recursos ‘culturales de las socied des dentro de las cuales ha flore- jente internamente, con una fertili- cido se ha vuelto més autosufici r zacion cruzada entre las diversas especialidades que ha sustituido Jos insumos ‘totalmente externos' dentro del proceso del cambio cultural” (Barnes, 1974, p. 119). Pese a esta tendencia, atin es posible observar que la ciencia se Podemos considerar qu debido ‘4 que los participantes ocultan la transicién de la especula- -cién privada a la demostracién formal, Al examinar en detalle la MICHAEL MULKAY 332 apropie de cultura externa. Por ejemplo, los entices hoy en ds Ziavia uilizan de una manera considerable el conocimignge 2 sentido comiin que se adquicre en gran medida en el cong a actividades no cientificas. Si se observa de cerca alos cient dentro desu trabajo, se observara que continuamente osclanenan una terminologia altamente esotérica y el lenguaje de la old jos modos de percepcién y operacién del sentida cotidiana. Asi, * comtin constituyen una caracteristica integral y esencial de la practica cientifica reconocida” (Elliot, 1974, p. 25). Incluso en las reas més sutiles de la fisica, el razonamiento y el debate informales utilizan unamplio rango de nociones interpretativas extraidas del discurso ; y no solamente del discurso ordinario sobre los objetos también sobre las relaciones sociales. Asi, las particulas epelen” entre si. Son “capturadas” y “escapan”” “experimentan” “fuerzas”, “rechazan”’ o “aceptan” “senales”; ven” y “decaen”, etc. (Holton, 1973, p. 106). Queda claro, desde luego, que dentro de este contexto poco usual, estos términos adquieren nuevos significados, No obstante, su significado se sigue asemejando a aquél al que los cientificos estan acostumbrados en el curso de su vida social cotidiana. Los fisicos adoptan estos términos que les son familiares y, por tanto, les proporcionan ideas que, aplicadas por analogia, les permiten a los fisicos razonar a partir de lo conocido hacia lo desconocido (Deutsch, 1959), Poco se sabe sobre dichos procesos informales de razonamiento dentro de Ia ciencia o de los tipos de recursos que se utilizan. El tinico que ha intentado llevar a cabo un anilisis sistematico de los ejemplos histéricos con el fin de explorar la manera en que el pensamiento informal contribuye al desarrollo cientifico ha sido Holton (1973). Al igual que los socidlogos cuyo trabajo se discutié enel capitulo anterior, Holton subraya que los procesos informales tienen una importancia fundamental dentro de la ciencia y que su significaci6n no se ha reconocido adecuadamente, en gran medida aciones de que muy a menudo no existe un » UN sistema légico de descubrimientos, un mple. El proceso de descubrimiento ha sido LA CIENCIA Y EL CONTEXTO SOCIAL 4 eae) el tempetamento de los cientificos” (1978, La proposicién central, que Holton documenta ampliamente, consiste en que el razonamiento informal dentro de la cienela { depende de presuposiciones basicas que informan y gufan el traba- jo de los cientificos y en ocasiones los conducen a conclusiones “erréneas "pero también en numerosos casos les permiten descar- tar evidencia contraria en la biisqueda de lo que subsecuentemente se considerar la interpretacién correcta. Cada cientifico, arguye Holton, se compromete con un enfoque particular hacia su area de estudio. Se compromete, por ejemplo, con la nocién de discrecién atomista o continuidad, con la armonja o el conflicto, con el desarrollo o el equilibrio, etc. Holton subraya que estos compromi- sos “no son una evolucién directa de, ni se pueden resolver en la observacién objetiva, por un lado, o en el raciocinio légico, mate- ‘ matico, o cualquier otra forma analitica, por el otro” (1973, p. 57) | O bien preceden a la interpretacién formal, o bien se les adopta, sin una prueba formal, para resolver problemas interpretativos. De hecho, tales compromisos, de los cuales tenemos varios ejemplos arriba, no estén abiertos a una prueba o refutacién directa; més bien definen el punto en el cual deja de ser apropiado plantear mas preguntas. Ofrecen supuestos que-se-dan-por-hecho y se usan para generar interpretaciones y, asi, “franquear la brecha de la igno- rancia”. Independientemente de la consistencia evidente entre este ana- lisis y el que se desarrollé en los capitulos anteriores, el punto que reviste una relevancia particular aqui es la proposicion de Holton que consiste en que este repertorio de temas o presuposiciones basicas alcanza un lado y otro de las fronteras entre la comunidad cientifica y el Ambito social amplio. Es parte de una herencia imaginativa comin. “Es interesante que, en algunas ocasiones, durante la transformacién de las concepciones del ambito personal al publico, el cientifico, tal vez sin saberlo, introduce el compromiso de su sistema individual asi como el de su sociedaél dentro ao equipaje supuestamente neutral, indiferente a los valores” ( a 1). Holton muestra que en la ciencia griega los preenh ieay se tomaban bastante abiertamente del pensamleneg, 3 - spoca. Se aceptaba que la ciencia era un slane hee ‘moral, Cuando Holton se ocupa del surgimien! i Na se encuentra con que los fildsofos natural 334 MICHAEL MULKAY tiempo de Newton trataron de evadir el tener que afirmar o discutir nociones teolégicas u otras “no cientificas” que, en la practica, contribuyeron de manera significativa a sus anilisis. Esta es una de las diferencias cruciales entre la ciencia moderna y sus predeceso- ras. En la ciencia moderna se ha ocultado las raices culturales y sociales del conocimiento, sobre el supuesto equivocado de que el verdadero conocimiento no debe incluir una confianza en supues- tos inverificables. Holton (1973) estudia diversos ejemplos para mostrar que la conexién cultural entre la ciencia y la sociedad hoy en dfa no difiere tanto de la que existia en tiempos de Newton, o incluso de Platén, como se nos ha hecho creer. Existe, en la practica, un intercambio cultural continuo entre la ciencia y el ambito social mas amplio. Los recursos interpretativos entran en la ciencia fundamentalmente a través del pensamiento informal, usualmente con una conciencia muy limitada de parte de los participantes en cuanto a sus origenes internos. Se los refina y modifica en el curso de una negociacién informal y se les permite entrar en los anales puiblicos de la ciencia mn adecuada. Ni los “thechos solamente después de una reform de la naturaleza”’ ni la vida social de una comunidad segregada de investigacién por sisolos gencran estos recursos interpretativos. Se deben entender, #l menos parcialmente, como productos de los procesos sociales de la sociedad en su conjunto. Si este anilisis es correcto, deberia ser posible producir dos clases amplias de pruebas para apoyarlo. En primer lugar, deberia ser posible discernir los paralelos entre el estilo de pensamiento dentro de ciertas dreas de Ia ciencia y el que tiene lugar en otras reas de la produccién cultural, como la pintura o la filosofia—dreas que estan claramente influidas por el contexto social circundante. Holton comenz6 a hacerlo, pero hasta el momento sus pruebas son bastante tentativas (véase asimismo Kroeber, 1944). El segundo tipo de prueba es el que ofrece el estudio histérico detallado de desarrollos cientificos especfficos. Es mi intencién ocuparme ahora del surgimiento de la teorfa darwiniana de la evolucién, en relacién con la cual, debido a que representé una revuelta cientifica impor- tante, existe una extensa documentacién y el movimiento de las ‘ideas es relativamente facil de discernir. los socidlogos como los historiadores en general se han del contenido de la teorfa darwiniana de la evolucién y su in como si se tratara de hechos independientes del esce- LACIENCIA Y E1. CONTENTO SOCIAL 335 nario social en el que ocurricron, En el primer capitulo apuntamos como Stark arguye que la teoria de Darwin es simplemente una explicacién concisa de hechos observables y no esté abierta, por tanto, a un anilisis sociolégico. De manera semejante, los historia- dores han distinguido a Darwin de otros escritores de la evolucién, tales como Lamarck, Chambers y Spencer. Se acepta que las especulaciones de estos autores, que ahora parecen haber sido sumamente inexactas, estaban influidas por factores ideolégicos y no cientificos. Pero se considera que Darwin fue el primero en reconocer y describir el mecanismo efectivo del cambio evolutivo, En consecuencia, se presenta su andlisis simplemente como una desprendida respuesta a pruebas objetivas y “se le trata dentro de un aislamiento relativo en relacién con el contexto social e intelec- tual dentro del cual trabaj6” (Young, 197 1a, p. 443). Permitaseme demostrar cuan desencaminada esta dicha posicién. Se pueden identificar cinco elementos importantes en la teoria de Darwin. El primero de ellos es la creencia de que los hechos de la historia natural, la anatomia comparada, la paleontologfa, etc., se podian explicar mejor mediante una concepcién del desarrollo cvolutivo que mediante la nocisn tradicional de que las especies eran estables y habjan sido creadas mas 0 menos en su forma presente. El segundo elemento es el intento de mostrar que las especies de hecho si cambiaban en el curso del tiempo. Dado que era imposible obtener evidencia sistematica de tales cambios a medida que (supuestamente) ocurrian en la vida salvaje, Darwin se dedicé a observar de cerca a los animales y plantas domésticas. El tercer elemento crucial es el supuesto de que diferentes estructuras biolégicas estaban adaptadas funcionalmente a diferentes tipos de medio ambiente. En cuarto lugar, Darwin observ6 un paralelo directo entre el proceso de adaptacién en los organismos domésti- cos y el que tenia lugar en los escenarios naturales, artificial de ciertas formas biolégicas entre animal domésticas, de acuerdo con Jas preferencias de los criadores iy, cultivadores, ofreci6 un modclo para comprender la seleccién. natural que tenfa lugar de acuerdo con los requerimientos de sobrevivencia en la vida salvaje. Finalmente, Darwin aceptaba que el mundo de las cosas vivas operaba de una manera uniforme. Habja, por tanto, regularidades universales en el drea de la biologia asi como en los dominios de la astronomia y la fisica. Ast, Darwin consideraba que su descripcién del mecanismo de la “seleccién La seleccién les y plantas uel —_— 336 natural” expresaba tuna ley de la naturalea, Pe los origenes de cada tino de estos elemento, No hay duda que las teorias de la evolucién 5 siglo dieciocho y principios del diccimman donde el eapitalismo estaba mis avanzade eat! occidental, y particularmente en la Gray Bretaiia, § ha mostrado claramente que la nocién eS Bradual y continua ocurrié en dichas sociedate respuesta a la acumulacién masiva de nuev ae plantas, animales y fosiles. Es, producto lateral de desarroll. en busca de mercados y de! Incidentalmente, entonces, MICHAEL MULKAY en la E @ inform: a informacién habia cre 's tales como la exploracién mundial | crecimiento de la industrs nen 4 expansi6n politic Europa capitalista generé evidenci de nuevas teorfas biolégic a minera ay econémicade i cncia que conduyjoa a formulaic aS. Los nuev i casualmente los hombres que perseguan anne ee eon nuudo diferian de las posiciones bioliyien iabesaarnee algunos académicos, inhplicaban la necetideelin un @htone es pretauvo radicalmente nuevo. Para la c a 1 década del siglo xix habia surgido un nuevo tipo de especializacion dentro de la que se contaba Darwin, Huey Hooker y Wallace. Los miembros de esta especializacién habian tenido acceso a informacién de primera mano sobre las vatiaciones bioldgicas aprovechando las oportunidades para llevar a cabo investigacién de campo que ofrecian a los amateurs con recursos econdémicos las travesias oficiales emprendidas para mejorar las Tutas comerciales y para consolidar los imperios coloniales, Pricti camente todos estos hombres llegaron a creer en la realidad de la evolucién bioldgica. De este modo, fue posible que Darwin aceptara a idea general de la evoluci6n debido a su posicién socal, eee. debido a que pertenecia a una sociedad que oo oe oo : nunca antes, a un amplio rango de evidencia biolégica, d . suficientes que le permitian dedicarse po Baauiepes ingreros 8 f bresfa a una subcultura a la ciencia, asi como a su membr ee fi ducido varias teorias sobre fa e Eauaeh Pe idn con el contenido de la obra puede decir en relacion on tayor deal, deberes Si hemos de entenderla co ‘mas que relacion wwiniana con las ca q la teorfa darwint As i i nerales del capitalismo decimondnico. Debemos LA CIENCIA Y EL CONTEXTO SOCIAL 337 buscar los origenes sociales de los elementos mas especificos del anilisis de Darwin, Darwin fuc tinico entre los bidlogos de su época en tanto que disefié un programa a largo plazo de un registro de detalles de las variaciones en plantas y animales domésticos. Esta fue su solucion al problema de mostrar claramente que ciertamente ocurren cam- bios dentro de la estructura biolégica y que éstos pueden producir- se mediante una herencia selectiva, Con este objetivo en mente, Darwin “reunié datos a una gaciones publicadas, conver scala de mayoreo... mediante investi- ciones con los criadores y cultivado- res experimentados y a través de extensas lecturas” (Darwin en Sandow, 1938, p. 321; véase asimismo Vorzimmer, 1969). La mayo- tia de sus observaciones sobre la variacién doméstica provenian directamente, de hecho, del trabajo de criadores y cultivadores (Young, 1971a); y con el fin de obtener esta informacién, Darwin invirtié mucho tiempo en conversaciones con hombres de nego- cios, criadores, cultivadores y aficionados al tema. No cabe duda que el tratamiento que Darwin le dio a la v; i6n doméstica est “enraizado en las actividades pricticas de los cultivadores de plan- tas y los criadores de animales", actividades cuyo éxito se media, no por la validez del conocimiento de sus miembros, sino por el monto de su g; financiera (Sandow, 1938, p. 332). Darwin absorbié los supuestos y acciones de estos hombres practicos; los incorporé a sus afirmaciones cientificas y le ofrecieron criterios para garantizar sus propias pretensiones de conocimiento. Por ejemplo, para afianzar su argumento de que la herencia selectiva es la fuente de la variacién en los animales domésticos, Darwin se refiere al hecho de que “los criadores de animales sonreian” ante cualquier opinién contraria, De ahi prosigue a citar varios casos en los que se obtenian grandes ganancias mediante la cria selectiva y termina con la afirmacién de que “dinero contante y sonante producido una y otra vez representa una prueba excelente de superioridad heredada” (Darwin en Sandow, 1938, p. 332). Parece, entonces, que el trabajo de Darwin fue posible no sélo debido al alto nivel de logros alcanzado en la cria comercial en la Inglaterra decimonénica, asi como debido a otros aspectos del desarrollo capitalista ya mencionado, sino también a que sus obser- vaciones, conclusiones y criterios de adecuacién en relacién con la variacién doméstica provenian en cierta medida de los criadores y _ cultivadores comerciales. La perspectiva de los criadores guid el a nanc MICHAEL MULKAY n relacién con Ia variacion razonamiento dctallado de Darwin e la importancia de la doméstica y, por,cnde, sus inferencias sobre | herencia selectiva como fuente de la adaptacion evolutiva. Pero la significacion de la relacién estrecha entre Darwin y los criadores y tultivadores no termina ahi, porque sus procedimientos también le ofrecieron la metafora central 0 tema interpretativo que informa él resto de su teoria de la evolucién. En breve regresaré a esta metéfora, Empero, para entender las fuentes del andlisis de Darwin de una manera mas completa, debemos hacer una breve digresion para considerar varias otras nociones que tomé del debate teolégi- ¢o y filoséfico en relacién con el futuro de la sociedad y el lugar del hombre dentro de la naturaleza (Young, 1979) El uso que Darwin dio a tales nociones es patente en s miento de la adaptacion. La variacién que se encuentra en plantas es adaptativa en el sentido de que los tultivadores y criadores seleccionan formas particulares de acuerdo con sus propios propésitos y las demandas del mercado al cual abastecen. No sé sigue necesariamente de ello que la variacién en os escenarios naturales sea asimismo adaptativa. Darwin supuso, no obstante, que la seleccién natural y la doméstica eran equivalen- tes en este respecto. Adopté la “‘suposicién ticita de que cada detalle de la estructura, excepto los rudimentos, daba un servicio especial, si bien no reconocido” dentro de los medios ambientes patural y artificial (Darwin en Young, 197a, p. 468). Las fuentes de esta presuposicin parecen haber sido dos. Una fueron los escritos de William Paley en materia de teologfa natural, cuya intencién era ee que un Dios benevolente disefiaba todas las caracteristicas ET epee , ampliamente sostenida en esa época. Dentro de la obra de Darwin se abandona la idea de que Dios construye activamente cada especie segun un disefio preconcebido, pero se retiene la idea de que cada punto de la estructura bi rt desempefia una funcién itil mca biclGeical segunda fuente fue el principio filoséfico de Lyell pidad de la naturaleza. Darwin utliz6 esta nodidn vad procesos subyacentes en la variacién denn qe ral y doméstico deben ser idénticos, si bin see os mediante los cuales melece Onan len, desde lente difieren. Es importa: in las variaciones Be ecg eo ate Petcatarse de Principio de la uniformidad que que nos yu trata- y animales domésticos LA CIENCIA Y EL CONTEXTO SOCIAL 339 obligue a aceptar que Ia variacién doméstica y natural sean fen6- menos dentro del mismo dominio. Bl principio no especifica en modo alguno el rango de su aplicacién, Ello queda ilustrado por el hecho de que a Darwin y a Lyell les tomé muchos afios Hegar al acuerdo de que los seres humanos cafan dentro del rango de los fenémenos que abarca la teor‘a de la evolucién. Lyell se oponia a laidea de que las uniformidades aplicables alos animales se aplican asimismo a los seres humanos. Queda claro, entonces, que si bien Darwin algunas veces afirmaba que segufa un “‘método verdadera. mente baconiano” y simplemente reunia hechos, efectivamente utilizaba presuposiciones tomadas de los debates filoséficos y teo- logicos y las usaba selectivamente para extender y definir el rango de su anilisis cientifico. Ciertamente, este punto se puede llevar mucho mds alld, porque virtualmente toda noci6n interpretativa usada por los evoluicionistas biolégicos habia sido empleada ante. riormente en el curso de debates sobre el progreso social yhumano (véase Young, 1969 y 1971a, para la documentacién sobre este asunto). Una vex que Darwin concluyé que la variacién doméstica eq valiaa la natural, completé su teoria extendiendo su interpretacién de la cria doméstica a las especies dentro de los escenarios natura- les. Al hacerlo, retuvo en un grado sorprendente la terminologia de las intenciones y propésitos apropiada para las acciones de Ine criadores y cultivadores comerciales (Young, 1971a). Incluso en I presentacién formal de su teoria Pedia a su lector concebir la seleccién natural como llevada a cabo figurativamente por “un ser infinitamente més sagaz que el hombre”, quien operaba sobre las poblaciones biolégicas en el reino salvaje con el fin de llevar a cabo una seleccién ‘“‘exclusivamente para el bien de cada ser orgdnico” (Darwin en Young, 197 a, p. 461). Esta metéfora persiste alo largo de la exposicién de Darwin, Se podria decir que la selecci6n natural somete a un escrutinio cada variacibn, incluso la mas pequefia, dia con dia, hora con hora, a través del mundo, rechazando lo malo, preservando y agregando lo bueno, trabajando silenciosa ¢ insensiblemente, donde y cuando la oportunt. dad se presente, para mejorar cada ser orgénico en relacién con sus condiciones de vida orgénica ¢ inorgénicas. (Darwin, 1859, p. 84.) La metéfora de la seleccién natural, que implicaba la existencia de ia MICHAEL MULKAY seleccién, le causé much jue ejecutar unagente q Palade i lent de dado que las reglas de interpretacién cients rolls < : entifica desarrolty. das en los siglos XVIy XVill habfan intentado descartar e} a, antro morfismo del repertorio cientifico, De hecho, en Parte sob; bases, esquemas de evolucién anteriores como el de Lam oe veer “amarck, se habfan considerado insatisfactorios, En consecuencia Wal . ia, Wal Lyell y otros comentadores con una disposicién positiva criti id Sma, Criticaron a Darwin por usar este tipo de terminologia y Por pensar di FRU or noe sar de una manera “no cientifica”. Pero Darwin, si bien revisé de hecho t ‘0 Wc r ' ‘odo el texto original de Elorigen de ias especies para ediciones subsigui : s subsiguien. tes, no efectud grandes cambios para reducir este elemento en su anilisis. La negativa de Darwin de cambiar su forma de presenta. cién es particularmente sorprendente debido a que cred cert confusién con respecto a lo que se consideraba “a tinica novedad" en su anilisis, a saber, su descripcién de los mecanismos de la seleccién natural. Mientras que Darwin profesaba que la “seleccién natural” era una metafor: ra las leyes objetivas ¢ impersonales de la naturaleza, muchos de sus lectores tomaron la frase literal- mente. Una raz6n que Darwin dio para mantener de cualquier manera el término ‘seleccién natural’ fue que “se usaba constante- mente en todas las obras sobre crias y cultivos” (Darwin en Young, 197]a, p. 464). Esta justificacién ilustra el fuerte compromiso de Darwin con la perspectiva de los criadores y cultivadores. Pero debe haber habido otras consideraciones involucradas que den cuenta de su uso general de un vocabulario voluntarista y de su renuencia a abandonar su metéfora, una vez que se habfa demostrado que habia logrado confundir, mas que aclarar, su argumento, Una de dichas consideraciones fue que la metafora de Darwin le permilo evitar tener que, demostrar que la variacion natural y la doméstica eran equivalentes; tal demost racién era imposible. La evidencla disponible en relacién con Ia variacién natural era insuficiente para de la seleccion establecer la conexién. Asi, Darwin usé la metafora . natural y una terminologia derivada del trabajo de los see cultivadores para superar una brecha importante ae . Empezé con la seleccién arti ficial y ejemplos fn a de convencer a sus lectores de que las formas bio! oe ecionadas de acuerdo con requerimientos oe ee n los escenarios naturales las formas bioldgi¢ in naimente; y utilizé el lenguaje de cl fin de anilisis de los contextos naturales con

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