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M. ROSENTAL Nétodo Dialéctico Marxista EDICIONES PUEBLOS UNIDOS MONTEVIDEO — URUGUAY A446 Traducelén directa dal ruse por M. B, DALMACIO Pane mv URUGUAY, Copyright by Ediciones Puebles Unidos Colonia y Tecuarembs C._Coneo 588 MONTEVIDEO — URUGUAY “ INTRODUCCION EL PAPEL DE LA FILOSOFIA MARXISTALENINISTA EN LA LUCHA POR EL COMUNISMO. — EL, PROBLEMA FUNDAMENTAL DE TODA FILOSOF LA RELACION ENTRE EL PENSAR Y EL SER — IMPCRTANCIA DE ESTE PROBLEMA. — {PUEDE EL CONOCIMIENTO SER VERAZ? — DOS CAM: POS PRINCIPALES EN LA FILOSOFIA: EL MATERIALISMO Y EL IDEALIS- MO. — EL CARACTER CLASISTA DE LA FILOSOFIA, — EL PUNTO DE VISTA IDEALISTA ACERCA DE LA NATURALEZA ¥ LA SOCIEDAD. — EL PAPEL PROGRESISTA DEL, MATERIALISMO FILOSOFICO EN EL DESARRO. LO DE LA CIENCIA, — EL MATERIALISMO FILOSOFICO MARXISTA, ‘CONCLUSIONES. 1 el materialismo dialéctico @ histérico constituye el cl- miento t2érieo del comunismo, la base teérica del Partido mar- xista y todo miflitante activo ‘del Partido Comunista esté obli- gado a conocer estos fundamentos teérieos y asimildrselos” (2) Estas palabras definen con precisién méxima Ia signifi- cacién y el papel de la filosofia marxista-leninista en la lucha por el comunismo. El dominio de la teorfa més avanzada y revolucionaria, la defensa del materialismo dialéctico e histé- Heo contra los multiples adversarios del marxismo-leninismo y su desarrollo ulterior, constituyeron el elemento més importante en la preparacién del nuevo Partido, auténticamente marxista, en el desarrollo del bolchevismo. La historia del Partido Comunista (bolchevique) de la Unién Soviética, seiala convineentemente que sin el previo do- minio de la teorfa revolucionaria, no hubiera podido conver- tirse en un Partido de nuevo tipo, no hubiera podido, en Oc- gg) Mvtoria det Partido Comuniste (0) de a URSS, ple. 120, ef. o= 8 ‘M. Rosenran tubre de 1917, condueir a la clase obrera y a los eampesinos al triunfo, a la victoria del soeialismo, “EI Partido Botchevique no habrfa podido triunfar en Oc- tubre de 1917, si sus cuadros de vanguardia no hublesen po- seldo la teorfa’ del marxismo, si no hubiesen sabido ver en esta teorfa una guia para la acelén, s1 no hublesen sab.do impulsar Ja teorla marxista, enriqueciéndola con la nueva experiencia do Ja lucha de clases’ del proletariado”, (2) 4En qué radica la fuerza de esta teorfat ; Cuéles son las eualidades que la convierten en ol arma més eficaz de lucha y de triunfo? En uno de sus articulos, Lenin eseribfa que la fuerza de Ja teorfa marxista consiste en su justeza. ‘La. doctrina de Marx es omnipotente: porque es exacta”’ (3), Esta coneisa con- clusion eneierra un sentido muy profundo. La filosofia marxista-lenin‘sta da una interpretacién cien- tifiea justa y consecuente de las leyes de la evolucién de la Na- turaleza _y de la Sociedad. Hs el instrumento més poderoso del conocimiento del mundo. Sus conclusiones se basan en el estudio exacto de Ja realidad objetiva. Los conceptos y eyes del materialismo dialéetico © his- 't6rieo son eopias, reflejos del mundo objetivo, que existe in- dependientemente del hombre, y de las leyes de su evoluciéa. En esto radica la fuerza, el valor inapreciable de la filosofia del proletariado, Pero el conocimiento eorrecto de las leyes de a realidad, no es un objetivo en sf mismo, El conocimiento de las leyes del desarrollo de la Sociedad sirve para orientarse en las com- plejas condiciones de la vida y de la lucha social, para co- noger en qué direceién evoluciona la sociedad, proponerse los objetivos en consonaneia con la evolucién de la propia rea- lidad, y poder actuar acertadamente. La interpretacién correcta de la realidad, saber explicar el sentido de los acontecimientos, da la posibilidad ‘de prever Ex Mérovo, Disutorico Manxiera 9 Ja marcha de los acontecimientos y discernir no s6lo eémo y hacia dénde se desarrolian los acontecimientos en el presente, Sino también e6mo y hacia dénde habran de desarrollarse en el porvenir” Estas cualidades del materialismo marxista - leninista: 1) dar una justa deseripeién objetiva de Ia realidad y 2), sobre esta base, determinar acertadamente el curso de los aconteci- mientos, no s6lo en el presente, sino también para el futuro, ‘en wna enorme importaneia. Del materialismo dialéctico Surge, precisamente, légiea ¢ inevitablemente el socialismo Proletario de Marx, la teoria del comunismo cientifico, En la époea on que actuaron Marx y Engels, el poder de Ja burguesia era sélido atin, el capitalisime se desarrollaba to- davia en linea ascendente. Pero ya entonees, los grandes dirigentes del proletariado trazaron el euadro de la evolucién de la Sociedad, no s6lo en el presente, sino también para el porvenir. Descubrieron las eyes que rigen el modo capitalista de produceién, demostraron ue las leyes de evolueién de la sociedad capitalista socavan inevitablemente sus fundamentos y la condueen a una sitnac’én en que las fuerzas productivas no pueden ya permanecer den- tro del marco capitalista; que esta contradiccién es resuelta por el proletariado, la fuerza productiva més importante de la Sociedad; que sélo puede resolverla la revolucién proletaria y Ja instauracién de Ia dictadura del proletariado; que el prole- tariado, reagrupando en torno suyo a todos los trabajadores, construye la nneva soeiedad, la sociedad socialista. Lenin y Stalin desarrollaron atin més la doctrina de los fundadores del marxismo, adapténdola a la época del imperii ismo, a las nuevas eond'eiones de Ia Iucha de elases del prole- tariado. Enriquecieron fecundamente la teoria revolueionavia, Todo el curso posterior de los acontecimientos —la revo. Iucién socialista y la construecién de la sociedad socialista en la URSS— confirms plenamente las previsiones de Marx y Engels, de Lenin y Stalin (4) Historia dot. 0. (6) do ia URSS, phe, 414, of, on 10 ‘M. Rosenean, 4 Qué es lo que ha dado a los fundadores del, marxismo- Jeninismo la posibilidad de prever los acontecimiento con wna exactitud tan sorprendente, de sefialar las rutas y los medios de lucha que eondueen el proletariado al Poder? La respuesta es clara: la teorfa revolucionaria, la filoso- fie marxista-leninista, 1a dialéetica materialista, que da un ?e- flejo exacto de la realidad y constituye el més drande poder de previsién. Este es, precisamente, el sentido de las sencillas y formidables palabras de Lenin: Ja doctrina de Marx es om nipotente, porque es exacta, vitalmente justa. La filosoffa del materialismo dialéetico en su conjunto, y cada una de sus conclusiones en particular, tienen un enorme valor revolucionario prictico. Son un instrumento para la transformacién revolucionaria del mundo. El enorme valor de la filosofia marxista-leninista se sefiala con inmensa fuerza en el apartado filoséfico del capitulo IV del “Compendio de His- toria del P. C. (b) de la URSS”, de la pluma del camarada Stalin. En el presente libro no analizaremos la filosofia marxista en su conjunto, en todas sus partes integrantes. El objetivo de este esboz0 sélo es el método dialéctico, el aspecto de la filo- sofia marxista-leninista que descubre el método de estudiar los fenémenos de la Naturaleza y de la Sociedad, el método de conocimiento y de accién en Ias condiciones complejas de la Jucha soeial, el aspecto Namado por Lenin el alma del marzismo. 2 El método dialéetieo de Marx, Engels, Lenin y Stalin es un método materialista. Sin comprender su caréeter materia lista, no es posible comprender el ms grande valor de la dia- \éctica revolucionaria, Antes de Marx y Engels, la dialéetica fué claborada en todos sus aspectos, por el filésofo alemin Hegel. Hegel fué una de los fundadores del método dialéetico. Pero Hegel era un idealista. Por eso, no obstante haber hecho mucho en beneficio del desarrollo del iéludu dialéetico, su dialéetiea estaba vi- ciada en su origen. Lenin eseribfa que no hay que tomar la Ex Mérovo Dutforico Manxisra iw dialéctica de Hegel en la forma dada por él, sino que hay que depurarla, emaneiparla del idealismo, reelaborarla de una ma- nera materialista, Marx y Engels desenmascararon por completo el idealismo filos6fieo. Obtuvieron una plena victoria para el materialismo filoséfieo. En sus manos, el método dialéctieo se transformé en la fuerza te6rica més grande, en el instrumento mis pode- ros0 de conocimiento y de accién revolucionarios, La filosofia, como ciencia, tiene una larga historia, Hace miis de dos milenios y medio que los filésofos de las diversas Spocas, incitados por las necesidades pricticas de su tiempo, frataron de encontrar el sentido del mundo que les rodeaba ¥ de deseubrir las leyes que rigen Ia Naturaleza. Pero por di- Versos que hayan sido Jos sistemas filos6fieos que crearon, nin- guno pudo ni puede ignorar un problemha: el de Ja relacién entre el espfritu —eoneieneia — y la Naturaleza— el ser. 4 Qué es lo primario: el espfritu, las sensaciones del hom- bre, sus ideas, su conciencia; o la Naturaleza, el sor, la mate- ria? Los filésofos pueden imaginar que ignoran este problema, que estén por encima de este problema “elemental”. Filésofos de esta clase hubo muchos y los hay todavia. Pero en realidad, ninguno de ellos, ni ningtin sistema filos6fieo pudo ni puede eludir el problema de la relacién entre el pensar y el ser. El Problema acerea de qué es lo primario: el espiritu, las seusa- ciones del hombre, o la Naturaleza, Ia materia; ataiie al funda. ‘mento de los fundamentos de cualquier coneepeién del mundo, de toda ciencia. Sin resolver este problema toda concepeién del mundo, toda ciencia, earece de sentido, Su solucién puede ser conseiente o inconsciente; pero sin solueionarlo no es posible dar ni un solo paso en el camino del conocimiento, De la solueién de este problema dependen todas las orien- taciones del conocimiento y de las concepeiones filoséficas. Si se parte del principio de que Ias ideas son lo primario, y Ia Naturaleza lo seeundario, no existente fuera de las ideas del hombre, todos los demés problemas'han de ser, por tanto, re- sucltos también eu esta direeeién, Bs preciso’ reconocer,' en tonces, que el hombre no es una parte de la Naturaleza, su Producto supremo; sino todo lo contrario, que la Naturaleza 2 M. Rosenran es creacién del hombre. Imego, es preciso reconocer que en la Naturaleza y en Ja Sociedad no existe ninguna ley objetiva, es decir, independiente del hombre, y que todo se basa en puras easualidades; que del deseo 0 no deseo, de la instruceién © de la ignoraneia de los hombres, depende uno u otro estado de la Sociedad. Y, al contrario, si se admite que la Naturaleza, la materia, son primarias, y la cone‘encia, la sensacién s6lo son el producto supremo de la materia, todos loz demés problemas han de ser resueltos también en esta direecié Por eso, por grande que haya sido el nitmero de los diversos sistemas y escuelas filos6fieos, todos se dividen en dos gran- des campos fundamentales. Los que consideran que el espiritu existia antes que la Naturaleza, pertenecen al eampo del idea. lismo. Los que eonsideran que el principio basico es la Natu. raleza, la materia, eonstituyen el campo del materialismo. Entre estos dos campos filos6ticos se movieron y se mue- ‘Yen todavia hoy muchas “‘escuelas” y “sistemas”? filosétieos, Pero todos eneubren el idealismo o-arrastran un materialismo Yergonzante. En 1908, después de Ia derrota de la revolucién de 1905- 1907 en Rusia, aparecieron filésofos que se consideraban situa. dos por encima del materialismo y del idealismo, y erefan haber superado la ‘‘unilateralidad”? de estas dos corrientes prineipa- Jes. Fueron los lamados empiriocriticistas, los machistas, (adep- tos del filésofo austriaco Mach) que bajo la bandera de una falsa f'delidad al marxismo, sacaron a relueir el idealismo més Puro. ¥ todavia en sus formas més reaecionaria En, su genial libro “Materialismo y empirioeriticismo”, Lenin desenmasearé a los machistas, demostrando que bajo et estandarte de sistemas filoséfieos ‘més nuevos”, resueitaban gn realidad la filosofia idealista subjetiva del obispo inglés Berkeley, quien a prineipios del siglo XVIIT prédicaba una “‘teorfa”’, segtin la cual s6lo el hombre sensible existe real 7 Yordaderamente; todu lo demas no es més que un “eompleio de Sensaciones”, ereacién del “yo” humano, v consideraba ame el fundamento altimo de las sensaefones es Dios, que existe inde- pendientemente del hombre, Et Mérovo Dinfcrico Marxists 13 Los machistas rehuyeron cuidadosamente el problema fun- damental de la filosofia: la relacién entre el pensar 'y el ser. Lenin, en cambio, demostré que tras de todos sus subterfugios ¥ astucias, se ocultaba una solucién idealista del problema fi- Joséfieo fundamental. ““Detrés del montén de los nuevos artificlos terminolégtcos, detras de la inmundicta do Ia escoldstica pseudo erudita, slem. Pre hallamos, sin excepcién, los dos alineamientos principales, las dos tendencias fundamentales en la solucién de los proble- hha de tomarse como primario la Naturaleza, Ia materia, 1o fisico, el mundo exterior, ¥ como secundario Is concienc:a, el espiritu, Ia sensaclén, io psiguieo, ete. este es el problema fundamental que en realidad continga dividiendo 8 los filésofos en dos grandes campos’. (3) Y¥ ms adelante, Lenin eseribe que “los intentos de huir de estas dos tendencias filoséticas bésieas, no son mas que ‘‘char- latanismo conciliador” (©, El idealismo objetivo de Hegel y de otros, como una de Jas principales variantes del idealismo filoséfico, hace de la idea, el espiritu, fundamento de todo lo existente, como el idealismo subjetivo. Pero, a diferencia de este tltimo, los re- Presentantes del idealismo objetivo consideran que la idea, el espiritu, existe objetivamente, independientemente de la con- ciencia del hombre. Segiin ellos, la idea objetiva, en su evo- lucién, engendra a la Naturaleza, al hombre y a la méltiple y variada realidad. Hl idealismo objetivo, por su modo de resolver el problema fundamental de la filosofia, perteneco también al mismo campo bien definido, diametralmente opuesto al materialismo filosé- fico. Tal es la suerte de todas las corrientes filoséficas. Perte- necen al materialismo o al idealismo, no hay un tereer eamino. En el problema supremo de la filosofia hay todavia otro aspecto, extraordinariamente importante: jes veraz nuestro conocimiento, puede el convcimiento humano reflejar verar. mente la realidad, pueden nuestros conocimientos tener el valor spletns, tomo XIIT, pg. 274, od, runs 4 M. Rosexran de verdades objetivas, o’sea, de verdades que reflejan correcta- mente Ja naturaleza? La solucién de este problema es extraordinariamente im- Portante: y tanto eomo el relacionado con lo que debe primar, el pensar 'o el ser, requiere también una respuesta clara y definida, De entre los filésofos que negaban Ia posibilidad de co- nover el mundo o de conocerlo de un modo completo, Engels distingue a Kant y a Hume. Kant, en su sistema filos6fieo, parte de la tesis de que el mundo exterior 0, como él dice, cl mundo de ‘las cdsas en si”, es incognoseible. A diferencia de los dems idcalistas que niogan Ja existeneia de un mundo exterior independiente de Ia coneiencia del hombre, Kant reconoce la existencia de un mundo exterior, de cosas objetivamente existentes; pero las considera como “cosas en si”, negando la posibilidad de convertirlas en cosas para nosotros, esto es, miega Ia posibilidad de conocerlas. Kant levant6 una muralla entre el mundo de las “cosas en si”? y el de los “fenémenos”. Desde el punto de vista de su filosofia, al hombre no le son asequibles més que los “fené. menos”’, no puede conocer Ja naturaleza de las cosas objetivas, El filésofo inglés Hume fué todavia mas conseeuente en Ja negaeién de la eognoseibilidad del mundo. Si Kant reconoeia que las sensaciones se producen por Ia aceién del mundo exterior sobre el hombre, Hume negaba en general la exactitud de ese conocimiento. Hume razonaba: Los hombres suelen pensar que existe un mundo exterior gue no depende de nuestra pereepeién, y que seguiria exis: tiendo atin despnés de desanarecer Ja sustancia eapaz de sentir. Pero este pensamiento es ffeilmente destrufdo por la filosotia ‘que afirma que sélo las imagenes ¥ pereepeiones son asequibles @ nuestra inteligencia, En realidad, razona Hume, nuestros sentidos son canales mediante los euales se trasmiten estas imé- genes ¥ pereenciones.' Nuestros sentidos no pueden establecer una relacién directa, un cusiluvlo, entre Ja inteligencia y el objeto. F si cl hombre no sabe més que de sus pereeneiones, sus sensaciones, ,qué derecho le cabe, para razonar sobre eual. Ex Mérovo Dunforico Marxisra 15 quier objeto exterior que obre sobre él, si este objeto no Ie es asequible, ni mucho menos? Hume cita el ejemplo de Ia sensacién que se recibe al per- cibir una mesa, “La mesa que vemos parece més pequefia a medida que nos alejamos de ella, pero Ia mesa real, la que existe independiente mento de nosotros, no sufre alteracién; por consiguiente, ante Buestra mente, no ‘se presenté otra cosa que la imagen de la mesa”. (7) De esto Hume hace Ja siguiente deduecién ‘La mente Jamds tlene presente ante sf otra cosa que Tas, Pereepeiones, ¥ no esta en condiciones de conseguir por modo alguno, ni la menor experiencia relativa a su conexién con los objetos. Por eso carece de todo fundamento ldgico supouer esa ‘conexién”. (6) Este punto de vista fué ealificado de agnosticismo. En su libro ‘‘Materialismo y empirioeriticismo”’, Lenin da una explieacién popular del agnosticismo muy extendido en el posterior desarrollo de la filosofia burguesa: “Agnéatico es una palabra grioga: A qulere decir en grie~ 0, GNOSIS, conocimiento. EI agnéstico dice: ignore. si hay © no una realidad objetiva, refleiada por nuestras sensaclo- nes, ¥ declaro imposible saberio”. (2) Lo caracteristico de todos los agnéstieos es su negacién del gonoeimiento como reflejo, como copia de la realidad objetiva, El agnéstico se niega a reconocer el contenido objetivo de nues. tras representaciones y conceptos. Y esto es natural, puesto ue, segiin él, s6lo tenemos que ver con las percepciones, eon las imagenes de los objetos, ¥ no es posible hablar de un’ eon. tenido objetivo de nuestro conoeimiento, Desde este punto de vista, es verdad todo lo que piense éste 0 aquél hombre 0 grupo de hombres; si a un hombre o grupo de hombres les parecen reales los demonios y duendes, ¥ Ro seres inventados, estas imagnaciones no pueden ser Tefu (D Oltado por Lenin, Obras completss, tome KIL, phy. 27, efigtuen, (8) Tem pag. 27 oe (9) dem, pg. 208, 16 M, Rosenran, tadas, No es posible refutar ninguna afirmacién, més que si existe Ia posibilidad de confrontar la inteligencia del hombre con el mundo exterior, con la realidad objetiva. Pero ya hemos isto que Hume, en principio, niega 1a posibilidad de esta:con- frontacién. Bl agnosticismo, por consiguiente, hace el juego a la reaceién, al clericalismo. El agnosticismo socava las bases de todo pensamiento au- ténticamente cientifico. Sélo reconoce las sensaciones y no pasa més allé de dichas sensaciones. Niega toda posibilidad de co- nocer el mundo exterior, objetivo; y esta negacién es incompa- tible en absoluto con 1a cieneia. Cuando despnés de la derrota de la revolucién de 1905 en Rusia, los agnésticos ¢ idealistas subjetivos doméstieos, Bog- danov, Basarov y otros, oculténdose tras de la pantalla del “empirioeritieismo”” y “empiriomonismo”, abrieron la eruzada contra el materialismo dialéetico, y so pretexto de corregir ¥ completar el marxismo, trataron de introducir los viejos tras- tos burgueses del agnosticismo, Lenin, en su libro “Materia~ lism y empiriocriticismo”, hizo una eritiea despiadada del agnosticismo y demostré emo el materialismo dialéetico re- suelve positivamente el problema de si son 0 no son eapaces nuestros sentidos, nuestro conocimiento, de ser un fiel reflejo de Ja realidad. Tenin veia Ia diferencia fundamental entre el materia- ismo dialéetico y el agnosticismo, en que el primero, a dife- cia del segundo, reconoce la realidad objetiva como fuente de nuestras sensaciones y las considera como reflejos fieles de la realidad. ‘Tanto el materialista como el agnéstieo admiten que nues- tros conocim‘entos provienen de la experiencia, de las sense- ciones, Pero el agnéstico no reeonoce nada fuera de los limites de las sensaciones. No ve, ni quiere ver, que las sensaciones son el resultado de Ia accién del mundo exterior, de las ‘cosas on ai”, gobre mnestras senting En eambio, el materialismo dialéetico no se detiene en las ensaciones. Reconoce a existencia de un mundo exterior ob- jetivo que, actuando sobre nosotros, provoea nuestras sensa- ciones y pereepeiones, En Mérovo Dianéertcd: Manxisra aa “Ei materialista, —dice Lenfu, ..— atirma la existencia y cognoscibilidad ‘de las cosas en si. Bi agndstico no admite sie auiera Ia idea de tas cosas en sf, declarando que no podemos saber de ellas nada que morezca fe" (10) ___De esta manera, a diferencia de los agnésticos, el mute~ rialismo dialéetico responde afirmativamente a la pregunta de si nuestras representaciones y conceptos sobre la realidad,” pueden ser su fiel reflejo. Los conceptos y las repre- Sentaciones del hombre, si son exactos, son reflejos espejados, copias, retratos de las ‘cosas, del mnundo objetivo. Sélo desde el punto de vista de la incognoscibilidad de las cosas, se puede afirmar que nuestras sensaciones no son més que un simbolo, un jeroglifico, un distintivo impreciso del mundo ex- terior, Al conocer el mundo exterior no recibimos en realidad Ja similitud abstraeta de este mundo, sino su reflejo cierto, su copia. Cuando observamos un Arbol, por ejemplo, nuestras sen- saciones y representaciones acerca de él yn0 son acaso el reflejo del Arbol real, objetivo, fuente de nuestras representaciones? Cuando, ‘por ejemplo, estudiamos las peculiaridades del fuego jno nos dan acaso esos estudios un reflejo fiel de dichas peeuliaridades? __Chernishevski refuté brillantemente los “naturalistas simplistas”” que, atosigados con la leetura de los idealistas, anuneiaban : ‘No conocemos los objetos tal como son en si, tal ¢omo son en realidad, sino tan sélo nnestras sensaciones de los objetos, nuestra actitud frente a los objetos”. Chernishevski cita un ejemplo sencillo: ‘Estamos viendo algo, supongamos, un arbol: Otro hombre mira el mismo objeto. Fijémonos en sus ojos, en los cuales él Arbol se refleja por completo tal como Jo vemos nosotros. 4Y, entonees? Dos eua- dros completamente iguales: uno lo vemos directamente, el otro, en los espejitos de los ojos de ese hombre. Este segundo euadrito es una fiel copia del primero. Bl original y 1a copia son iguales : nuestras sensaciones son iguales a las copies... (10) Tenia, Obras completes, tomo XIII, pby. 88, ed, rus 18 M. Roser, ‘Vemos Jos objetos tal como en realidad existen’? (11), Pero el agnésticd no quiere tomar en consideracién estos argumentos. Sostiene lo suyo: no podemos saber como son las cosas en sf mismas. _ # agnéstico dice: Bien, admitamos que los maaterialistas tienen razén, Admitamos que la realidad objetiva es la fuente de las sensaciones; pero permftanme hacerles una pregunta: ssobre qué base reeonocen Uds. que sus sensaciones y nociones corresponden al mundo exterior, que son su preciso reflejo? Puesto que lo tinieo que tienen es la percepcién, ustedes no pueden establecer Ia cone: in, el contacto entre sus sensacio- nes y el mundo objetivo. A estas preguntas, con las que el agnéstico cree haber co- Jocado una barrera infranqueable para el Mmaterialismo, el dia- testa: La piedra de toquc if asin de la veracidad de nucsiras sonsaciones oe noconen 1a préctica, 1a actividad préctica de la humanidad. ’ A través de la actividad, de la préctica, eomprobamos si ‘nuestros conocimientos reflejan de una manera. exacta o inexacta Jas eualidades de las cosas. “Desde el momento, escribe Engels, en que aplicamos es- {as cosas, con arresio a las propledades que pereibimos em elleg @ nuestro propio uso, sometemos las percepciones de nucstred sentidos @ una prueba infalible en punto-a su exactitud o tat, Sedad. Si estas pereepeiones eran falsas, tiene que serio taue biém nuestro Juicio acerca de In posibilidad de emplear ta cosa de que so trata, y nuestro intento de emplearla tendra due trae casar forzosamente. Pero si consegulmos el fin perseguido. al encontramos que la cosa corresponde a Ia idea que nos tornae bamos de ella, que nos da lo que de ella esperdbamos al em. Blearla, tendremos Ia prueba positiva de que dentro de eares Unites, nuestras percepeiones acerca de esta cosa y sus propien dades coineiden con la realidad existente fuera de nosotros," 11s) , En demostracién. de este pensamiento, Engels cita el si- Guiente ejemplo: El sistema de Copérnieo, quien descubrié GLX. 6. Ohernisheveki, Obsas ‘losétiens escorldss, pfs, 586, e8, ruse, (12) Boges, Det socatlamo atépico cl uotaliome elonttion, wége 1 Mosod'2941, ely apatite ad eae Eu Mérovo Dianforco Marxisra 1s que la tierra no esté en el contro del universo, sino que gire alrededor del sol, continué siendo durante tres siglos una hipé tesis, una conjetura, euya veracidad se podfa refutar o afir. mar. Pero cuando ¢l sabio Leverrier, guiindose por este si tema, no sélo demostré que existia otro planeta desconocid: hasta entonees, Neptuno, sino que ealoulé el lugar en que dich: planeta debia encontrarse en el firmamento, y euando otro sabio Galle, deseubrié después efectivamente este planeta, el sistem: de Copémnico, diee Engels, queds demostrado. La préctica con- firmé -y demostr6 su veracidad. Lo mismo ocurrié con la teorla del comunismo cientificc de Marx y Engels, Durante un largo perfodo, la teorfa del marsismo score: ae Ia inevitable desaparieién del capitalism y el triunfo dc la sociedad socialista, era una conjetura tedrica. Habfa no poco: aficionados que afirmaban que esta teorfa era irvealizable, qu no eorrespondia a la realidad. ete. Pero cuando los obreros 3 ‘campesinos rusos terminaron précticamente con el régimen di miseria y de opresidn, y realizaron los grandes ideales del mar xismo, Ia teorfa del comunismo cientifieo queds précticament: demostrada, Se puede meneionar otro ejemplo. Ya en Ia primera mitac del siglo XTX, los socialistas ut6pieos sefialaron que el régime: capitalista habia de ceder su Iugar al régimen socialista. Per Jos métodos que propusieron a la humanidad para esa recons truccién de Ja sociedad, nada tenfan de comin con los que desprenden de la doctrina de Marx y Engels. Los jefes ac proletariado sefialaron que sélo la revolucién violenta destruirs: el régimen capitalista y crearfa las condiciones para la cons- truccién de la nueva sociedad. Los socialistas utépicos cifraba sus esperanzas en 1a vaz6n del hombre ilustrado que leva a eabc sus planes. La préctiea de la evolucién social ha demostrado de parte de quién estaba la raz6n. Por consigniente, nada hay insuperable en la pregunta que Yormnlan los agnésticos acerea de dénde radica la certeza de la veracidad de nuestras sensaciones. Esta certeza, eomo hemos visto, radica en la actividad préetiea de los hombres. 20 M. Rosewrax, Asi, pues, él problema supremo de la filosotia —el pro- blema de la relacién entre el pensar y el ser y de Ia cognoseibi- Hidad del mundo— es resuelto por Jos materialistas de una manera, ¥ otra distinta por los idealistas. Son dos eampos irre- coneiliables, que a lo largo de toda la historia de la filosofia, mantuvieron ¥ siguen manteniendo entre sf una lucha encar nizada, Muchos siglos abarea esta lucha entre el materialismo y el idealismo, Ya en el propio comienzo, en la cuna del des. arrollo de Ja filosofia, en la Grecia antigua, existia la tendons cia materialista a Ia vez que la idealista, Toda Ia historia pos. terior de la filosofia sigue siendo la historia de Ia lucha entre el materialismo y cl idealismo, Serfa injusto pensar que se trata de una Incha del pen- samiento “puro”, una Incha que no tiene relacién alguna con os intereses sociales, con los problemas biisieos de la Iucha litico-social. En realidad, la Tucha entre el materialismo y el idealismo fué siempre y sigue siendo la expresién de la lucha entre las clases. ‘Tras de los dos campos filoséficas estén las clases antagénicas en Iucha por Tas euestiones més fundamen. tales de la economia y de la politica, En las palabras finales de su libro ““Materialismo y Em- Piriocritieismo””, Lenin, eseribe que el empirioeriticismo, esto es, una de las variantes del idealismo, tiene un earieter elasiste definido, -detrés del escolasticismo gnoseolégico del empiriocri= {elsmo no se puede dejar de ver la lucha de los partidos oa 1a ‘Hlosofia, lucha que refleja, en Ultima instancla, las tendencies charlatanesca-psondoerudita o de un estdpido sinpe for cl materialismo y el idealismo, Bste dltimo no es mas que 1s forma sutil, refinada del fidelsmo, (es decir, la doctrina Guo pone la fe en el lugar de la elencia). Hl autor, quo so cee Blenamente armado, que tiene bajo su control grandes oreenit mento filosdtico. EI papel objetiva, clasista, del empireeitic clsmo se reduce enteramente a servir a los fidelstas em ou lncke En Mérovo Duuiorico Manxisra 21 Goutra el materialismo en general y contra el materialismo his- torico en particular”. (18) De esta manera, Ia Icha entre el materialismo y el idea- Tismo, es la lucha entre dos campos filoséficos, detiis de los cuales se hallan las diversas clases. 3 La tilosofia idealista esté siempre vinculada a Ia religién, al clericalismo, de una u otra manera es siempre reaceionaria, defiende la causa de las clases reaceionarias, El idealismo filosétieo conduco inevitablemente al cleri- galismo, es el camino seguro hacia el obscurantismo religioso, En lo principal, on lo fandamental, el idealismo y Ia religion son idénticos, iguales. Tanto el idealismo como el cleriealismo Parten del supuesto de que antes que todo existe Ia idea, el espfritu, dios; y que el mundo material es s6lo el produeto de Ja idea, de dios, del ser supremo. En este aspecto no hay nin. guna diferencia sustancial entre los filésofos idealistas y los curas més francos. Solamente que los fil6sofos idealistas enen. bren sus ideas clericales reaccionarias bajo diversas palabras ue no tienen otra finalidad que engafiar a la gente, Todos los idealistas, escribfan Marx y Hngels, tanto fie los6fieos como relisiosos, tanto los antiguos como los’ modernos, creen en la accién del Hspfritu Santo, en el Apocalipsis, en sal Yadores, en creadores milagrosos; y que esta Ye adopte ia forma rudimentaria, religiosa, o la forma ilustrada, filosdtlea, no dar Pende més que del grado de instruccién de sus autores”, (18) Los idealistas de todos los matices y género odian al ma- terialismo, eombaten contra la eiencia por todos los medios para dejar libre el sitio a Dios, al “creador supremo”, El filésofo “Kant declaré sin rodeos que habfa limitado os conocimientos, la ciencia, para dojar lugar a la fe, a dios, ‘También Hegel traté de tefiir a los materialistas de idealistas, (28) Lenin, Obras completas, tomo XII, ph, 929, ed, roan, (24) Marx y Bngols, Obras completa, tonto TV, ple. 092, od. usa, 22 : M. Rosmwran y maltraté (en todas formas) a los representantes del ma- terialismo. Después de leer a Hegel, Lenin hace notar en su resumen de las obras filos6ficas hegelianas, los casos de semejante mal trato. Y escribe: “Demécrito (materialista de Ia Grecia antigua —I1 au- ) es considerado por Hegel como una verdadera madras- BI idealista no puede soportar el espiritu del materia- as) A propésito de las palabras de Hegel sobre Epicuro, fil sofo materialista de la Grecia antigua: ‘Epieuro ‘care- ce de... un objetivo final del mundo, de la sabiduria del creador’?; Lenin hace notar: ‘jeompadece a dios!, jcanalla idealista!?? (2), El idealismo filosético sirve de base al clericalismo, apoya sus propésitos reaccionarios de limitar la ciencia, de suplan- tarla por la religién. De ello no se debe sacar la deduccién, por cierto, de que todos los idealistas, sin excepeién, son reaecionarios, que no han hecho nada por a eieneia, que no hay que estudiarlos, ete, Asi, por ejemplo, la filosofia elésiea alemana del siglo XIX expresaba, aungue en una forma muy contradictoria, las as- Piraciones progresivas de su tiempo. Hay idealistas que han hecho mucho por el desarrollo de Ja ciencia. Pero en este caso, queriendo 0 sin querer, frecuentemente actuaron como materialistas. El mismo Kant hizo mucho en favor del des- arrollo de la ciencia de las leyes de la formacién del sistema solar. Pero en las obras de Kant donde expone su teoria del cielo, no hay, sustancialmente, lugar para el “‘sabio creador”, aunque le meneiona mny a menudo. En eses obras se descubren las leyes objetivas del mundo material. Hegel hizo mucho por el desarrollo del método dialéetico. Pero on su dialéetica, segiin sefiala Lenin, sélo adiviné genial- mente las leyes del desarrollo de las eosas materiales objetivas, (15) Lenin. Condernos fitesétis, phx. 275, 04. oem. (16) Toon, Ex Mérovo Dianiicrtco Marxists 23 do los fenémenos de la Naturaleza; se apoyé en la dialéctica del mundo objetivo. De otra manera, no hubiera podido dar ni um solo paso en la teorfa, de la dialéetica, Pero, en general, la filosofia idealista es reaccionaria, ext sus prineipios, puesto que frena el desarrollo de la eiencia, sobre todo de la cieneia de la Naturaleza, Donde impera el idealismo filosético, las condiciones para el desarrollo de las cieneias na- turales son muy desfavorables, En la Edad Media, cuando el idealismo era la filosofia dominante, el desarrollo de la ciencia se efectué con mucha mayor lentitud que en cualquier otro de os perfodos histérieos. En los pafses capitalistas imperan tam- bién ahora las formas més reaceionarias y abominables del idea- lismo, y en algunos de ellos la ciencia es perseguida con la misma safia que durante la Edad Media. El papel del idealismo filos6fico es particularmente reac- cionario también en lo que so refiere a la ciencia sobre la So- ciedad, sobre la historia de la Sociedad. La filosoffa idealista soeava todo fundamento real de una interpretacién auténticamente ciontifiea de la historia. El idealismo filosétieo, aplicado a la historia, a la Socie- dad, supone que la conciencia social, las ideas de los hombres son lo primario, y las condiciones materiales de existencia de la Sociedad, las’ condiciones de produccién, ete., son lo secun- dario derivado de la conciencia. Por eso, como norma, el idealismo niega le existencia de las leyes objetivas por que se rigen la vida social, y la evolu- cién de la Sociedad. Desde el punto de vista del idealismo, In existencia social es determinada por las ideas, y no al revés. Pero, puesto que existen muchos hombres, hay también mu- chas ideas de las més variadas orientaciones. Debido a ello, en opinién de la mayorfa de los idealistas, en la Sociedad reina la easualidad, la soxpresa. Pero el conocimiento sélo se con- wierte en ciencia euando deseubre las leyes del desarrollo, las leyes que existen independientemente de la coneiencia de los hombres. Desde el punto de vista del idealismo, tales leyes no existen en general Si la conciencia, Ins ideas, como afirman los idealistas, son 3..:primaries, y la existeneia social, seoundaria, de aqui se des- 2 M. Rosenrar pronde que una u otra forma de la Sociedad no depende de las circunstaneias objetivas, sino del desco de los hombres, de su inteligencia o ignorancia: los hombres viven bien cuando sus grandes 0 ilustres personalidades engendran buenas y sabias ideas y las realizan; por el contrario, los hombres viven mal cuando sus personalidades ilustres se’ inelinan hacia ideas no buenas, 0 cuando los hombres malos impiden al buen rey © al buen gobernante realizar grandes ideas. Resulta ast que Ia historia so basa en Ja conciencia, en la moral, en los senti- mientos de los hombres inteligentes © no, de los buenos o de los malos. Esta es toda la “sabiduria’” del idealismo filosético aplicado a la historia, a la Sociedad. Para consolidar ‘su posieién, las clases explotadoras se valen de las interpretaciones idealistas de la historia. No les couviene 1a intorpretacién cientifiea de las leyes objetivas por as que se rige la evolucién social, puesto que la ciencia de- muestra su muerte inevitable, Marx eseribfa que los auxiliares estudiosos de la burguesfa temen penetrar en la esoncia de las cosas, pata no Iegar a un resultado poco plausible desde el punto de vista poliefaco, Después de la aparieién de “El Capital’ de Marx, los sabios burgueses que al prineipio silenciaron la gran obra, luego alzaron el grito contra ella. ¥ se comprende, ya que Marx des. eubrié en ‘EI Capital”? las leyes objetivas del desarrollo y de Ja muerte del capitalismo, Con su doctrina, Marx pertrech6 al proletariado combatiente con una poderosa arma de lucha eontra Ja burguesfa. También hacen el juego a las clases explotadoras los que proclaman de palabra sus ideales “socialistas”, y en la acli- Fidad préctica se gufan por los prineipios de la’ filosotia ide sta, Bn el “Compendio de Historia del Partido Comunista (b) de la URSS” se sefiala: “BI fracaso de los utopistas, ineluyendo entre ellos los po- pullstas, los anarquistas y los socialerevolucionarios, se. explica entre otras racumes, porque no Teconocian la importancia, pri maria de las condiciones de vida material de la Sociedad. en cuanto al desarrollo de ésta, sino que, eayendo en el idealismo, Et Mérono Dianicrico Marxisra 25 erigfan toda 1a actuactén préctica, no sobre las exigencias del desarrollo de ta vida material de la Socledad, sino independien- tomente de ellas y en contra de ellas; sobre “planes ideales” y “proyectos universales", desligados de la vida real de la sociedad”. (17) Los socialistas utopistas eriticaban acremente ol régimen capitalista. Pusieron al desnudo los defectos del capitalismo, que condena a las masas populares a la ruina, a la miseria, al hambre y a la ignorancia, Los utopistas maldeeian la sociedad capitalista y edifieaban miiltiples proyectos para salvar a la humanidad de a iileera del eapitalismo. Pero, como idealistas, crefan que era suficiente inventar un buen plan de orden social ideal y persnadir a los gobernantes para que lo realizaran, ¥ destruir asf todos los horrores del régimen capitalista. Apar. téndose del movimiento hiistérico, real, los utopistas no vefan ni comprendian que es en la propia vealidad, sobre la base de las contradieciones existentes entre las fuerzas productivas ¥ las relaciones de produceién de la sociedad eapitalista, donde maduran las fuerzas que han de destruir el eapitalismo y erear la Sociedad Socialista. Marx esoribié en 1847 una de sus més brillantes obras, ‘‘Miseria de Ja Filosofia”, en la que somete a una severa ert. tica los “‘remedios salvadores”” de Proudhon, utopista pequetio. burgués que ereé uno de los multiples “planes ideales”” para salvar a la humanidad de la explotacién capitalista. Y demos- tr6 que el utopismo de semejantes planes tiene como punto de origen el idealismo filosético, En Ja carta a P. V. Annenkov, Marx resume de esta ma- nera su eritiea a Proudhon: “Bn ver del gran movimiento histérico que brota del con~ 2ieto entre Ins fuerzas productivas ya aleanzadas por los hom= bres y sus relaciones sociales, que ya no corresponden a estas fuerzas productivas; on vez de las suerras espantosas que se preparan entro las distintas clases de una nacion y entre las di. ferentes naciones; en vez de la accién prdctica y violenta de 1a masas, In tinica que puede resolver estos conflicts... el safinr Proudion pone el movimiento fantastico de su cabeza: som los (37) Historia det P. 0. (8) do ta URSS, pig. 194, od. eapasota 26 M. Roser sablos,:los hombres capaces de escrutar los pensamientos re- eGnditos de Dios, los que hacen 1a historia. A los hombres inslg~ ificantes sélo les toca: poner en préctica sus revelaciones" (18) La suplantacién del movimiento histérico real por € mo- vimiento de las ideas en ta cabeza es el principio fundamental de la interpretacién idealista de Ia historia, La aetuacién préctiea de los populistas, socialrevolueiona- rios y anarquistas rusos puede también servir de ejemplo de esterilided y nocividad de la interpretacién idealista de la historia, Su método predilecto de Iucha contra Ia autocracia fué el terror individual, el asesinato de representantes aislados de Ja autocracia zarista. Los resultados de 1a aplicacién de este método no podian ser més deplorables: en Ingar de un sftrapa zarista asesinado se alzaban otros, no menos feroces. Este método desvié de las tareas indispensables para la lucha revolucionaria, fren6 el des- arrollo del movimiento revolucionario de masas. No es diffeil comprender que el método de terror de los populistas surgia Iogicamente de su interpretacién idealista de Ja historia. Puesto que esta o Ia otra forma social depende de una personalidad ilustie, de sus buenos deseos; Ja tarea con- siste en quitar de en medio al hombre que tiene malas inten- ciones y colocar en su Iugar aun hombre de buenas inteneiones. La historia, segiin ellos, In hacen las personalidades ilustres, Jos ‘“héroes”’; 1a masa popular no es més que una ‘“‘multitud”? pasiva, El materialismo filosético marxista conduee a resultados completa y directamente opuestos en la eiencia sobre Ia Natu- raleza y 1a Sociedad. En su desarrollo histérico, la filosoffa materialista ha su- frido diversas alteraciones. Con cada nuevo gran descubri- miento en el estudio de la Naturaleza, el materialismo filos6tico cobra una nueva forma. E] materialismo, por oposicién al idea- ismo, fué un enorme factor progresivo en el desarrollo de las (28) Mors, Obras escoeidas, tome I, vy ‘Barcoions, 68) eapstols 860-857, Ba, BaropaAmérien, Ex Mérovo Dianéorrco Marxisra 7 cieneias naturales. No so concilia con el clericalismo, lucha con- tra la supersticién y el oseurantismo, y hace avanzar a la ciencia, ‘Ya en la,Grecia antigua, el materialismo filos6fico era Ia fuente del desarrollo de los conocimientos sobre la Naturaleza, y sobre las leyes que la rigen. Los nombres de los filésofos ma- ‘erialistas de la Grecia antigua, Demécrito, Epicuro, resplan- decen en la constelacién de los més grandes pensadores del mundo que hicieron progresar el pensamiento eientifico, Después de la-Edad Media, enando comenz6 un nuevo pe- rfodo en el desarrollo de la eiencia que enriquecié a la huma- nidad con importantes descubrimientos e investigaciones, cl movimiento cient{fieo marchaba de nuevo bajo la bandera del materialismo filoséfico. La cieneia aleanz6 los més grandes éxitos s6lo gracias a que rechazaba la escolistica y la logoma- quia idealistas, coloeando en sa Ingar el estudio ‘materialista, experimental, de la Naturaleza, la investigacién de los fen6- menos de la Naturaleza. . Un enorme valor para el progreso del pensamiento hu- mano, para el triunfo de la vieneia y del conocimiento eienti- fieo sobre el idealismo religioso y filoséfico, tienen los mate. terialistas franceses del siglo XVIII, Holbach, Helvecio, Di derot y otros, En su lucha contra Ia sociedad feudal, de ser- vidumbre, defendieron ardientemente el materialismo, Ia eien- cia; se manifestaron aeremente contra la ideologia medioeval, contra la religién; ridieulizaron maliciosa e implacablemente al clericalismo, fueron partidarios del progreso de Ia ciencia. A lo largo de toda la historia moderna de Europa, la evolu. cin del pensamiento esté vineulada al materialismo filos6fico. Cierto es que entre los materialistas hnbo también hombres qne no hicieron mas que dosacreditar 1a Iinea materialista en filosofia, Tales fueron, por ejemplo, los materialistas vulgares del siglo XIX, Buchner, Vogt y otros, que no concedfan ningfin papel a las ideas y a la conciencia, interpretando de manera ‘vulgar el materialismo filoséfico. Pero esto no exeluye, ni mu- cho menos, que en la historia moderna de Enropa haya sido precisamente el materialismo la bandera del progreso de la cieneia. 28 M. Rosewran Lenin aprecia de esta manera el valor del materialismo de aquel perfodo: “A Jo largo de toda Ia historia moderna de Europa, y espe clalmente a fines del siglo XVIII, en Francia, donde se Hbré 1a batalla decisiva contra toda la morralla mediooval, contra le servidumbre on las instituctones y en las ideas, el materialismo #0 acredité como ta unfea filosotia consecuente, fiel a todas las teorfas de las cienclas naturales, hostil a la supersticién, a 1a deateria, ete. Por eso, los enemigos de la democracia trataban con todas sus fuerzas de “‘refutar”, minar, ealumniar al materia~ Usmo, y defendian diversas formas del idealismo filosético, avo 80 reducen siempre, de un modo o de otro, a 1 defense o al apoyo de la religion”. (19) Extraordinariamente importante es la observacién de Lenin en el sentido de que los enemigos de la democracia se manifes- taron siempre contra el materialismo. Los enemigos de la de- mocracia siempre procedieron contra 1a ciencia, contra el des- arrollo del pensamiento humano, en el que vefan un profundo y serio peligro para la sociedad explotadora. En sn lucha contra a democracia se apoyaban y se apoyan en el idealismo filos6- fico, que les da la posibilidad de predicar la ‘teorin”” de la eternidad del régimen de explotacién, establecido por dios, de Ja inviolabilidad sagrada de la propiedad privada. Por el con- trario, los representantes del progreso social —por ejemplo, en Ja época de In preparacién de Ia Revolucién burguesa francesa de 1789— luchaban contra toda clase de oseurantismo bajo la bandera del materialismo filos6fico. El materialismo suministr6 @ los partidarios de la democracia la posibilidad de demostrar Ja Zalseded de la afirmacién de los idedlogos Zeudales sobre la existencia eterna de la sociedad feudal; dié el fundamento para Jn creacién de Ia teoria democrdtiea sobre el hombre, sobre las condiciones de su existencia, sobre los medios de cambiar st vida, EI materialismo filos6fico fué la base para el desarrollo de la cieneia. No por easualidad fueron materialistas esponté neos muchos de los més grandes experimentadores naturalistas. jienin, Tees fuoites > tos purtes interantes del marsiemo, Obras fetao "ples. 88-94, oft abuse, “ a cxcoglie \ Ev Mérovo Dianéerico Marxists 29 Al enfrentarse a la Naturaleza, la abordaron y la interpreta Ton tal como ella existe en realidad, objetivamente, sin ninguna mezela de fantasmagorfa idealista, Este es un hecho mas en favor de la afirmacién de que no es posible hacer avanzar Ia cieneia, sino se es filésofo materialista. El materialismo aleanza su forma suprema en Ja doctrina filoséfiea de Marx. Lenin escribia: “La filosotia de Marx es ol materlalismo filosético acaba- do, que ha dado a 1a humanidad, y en particular a la clase obrera, una formidable arma de conocimiento”, (20) El materialism anterior a Marx, de una u otra manera, fué un materialismo limitado. Ante todo, fué un matorialismo metafisico, antidialéctico. No concebfa los fendmenos de la Naturaleza y de la Sociedad en su conexién, evolucién y transformacién. Por el contrario, Jos fenémenos eran tomados como estables, dados de una vez para siempre, como desarrollindose slo en un cireulo inmu- table que se repite incesantemente. Marx y Engels, utilizando y reelaborando erftieamente lo més valioso que habia en la dialéetiea de Hegel, elevaron el materialismo al nivel del materialismo dialéetieo. Por oposicién a los materialistas metafisieos, los materialistas dialéeticos no coneiben la Naturaleza y In Sociedad “como algo quieto e inmévil, estancado ¢ inmutable, sino como algo sujeto a perenne movimiento y a cambio consiante, como algo que se renueva y se desarrolla incesantemente y do de hay siempre algo que nace y se desarrolla y algo que muere y eaduea”, (21) El materialismo filos6fico marxista considera 1a materia, la Naturaleza, como una realidad objetiva, como lo primario, La materia, a su vez, es inseparable del movimiento. El mo. Vimiento es la forma de ser de la materia, la forma de su existonoia, Todo el proceso histérico del desarrully de la Na- (20) Lenin, Ores escogidas, tomo T, pag. 56, od. expats, (21) Historia del P. . (H) do la URSS, és. 122, of, expaiotn, 30 ‘M. Roseman turaleza es el proceso de desarrollo de Ia materia, su trénsito de una forma de movimiento a otra. El propio raciocinio del hombre no es mis que un producto de este proceso histérieo de evolucién de la materia, producto de la materia altamente organizada. El materialismo filosético marxista es la tinica base eien- tifiea para el desarrollo de las ciencias naturales. Pero este materialismo se diferencia del que precedié a Mars, y no s6lo por su punto de vista dialéctico sobre la Naturaleza. Todas las formas anteriores del materialismo coincidfan en una concep- cidn idealista de la Sociedad, de las leyes por las que se rige su evolueién. Los viejos materialistas, atin siéndolo en sus pun- tos de vista sobre la Naturaleza, eran idealistas en el terreno de los problemas sociales. Asi, por ejemplo, los mismos materialistas franceses del siglo XVIIT, que consideraban que el hombre, su condueta, y sa moralidad, dependen del medio social, partian de la base de que sélo la idea de una ‘‘sociedad racional”, de una ‘socie- dad justa”, es eapaz de cambiar la situacién existente y crear nuevas condiciones para la vida social. Eran idealistas en cuanto a Tas leyes que rigen la vida social. ‘Marx y Engels extendieron también el materialismo filo- sético al eampo de la evolueién social. “Ahondando y desarrollando el materialismo filosético, Marx lo Hev6 hasta su término e hizo extensivo su eonocimienta de Ia Naturaleza al conocimfento de la sociedad humana”.(22) La aplicacién a la Sociedad del principio fundamental del materialismo de que lo primario es Ia materia, significa que también las condiciones materiales de la vida de la Sociedad son primarias, basicas, y las ideas sociales s6lo son el reflejo de estas condiciones. Aplicando consecuentemente este principio a la Sociedad, Marx y Engels realizaron la més grande revolucién en Ja cien- cia. Dotaron ala humanidad, y en primer lugar a Ia clase obrera, de una teorfa auténtieamente cientffiea sabre la evalneiin so- (22) Lenin, Obras escovidas, tome T, pls. 54, od. cepascla. Ex Mérovo Diauécrico Marxisra 31 cial. Pulverizaron la mfstica idealista, que hacia a la Sociedad dependiente de casualidades, de las ideas del “‘gran hombre”? y negaba la existencia de leyes objetivas por las que se rige su evolucién, Los hombres, Jas nuevas generaciones —ensefiaron Marx y Engels— siempre eneuentran_preexistiendo las condiciones de su vida material, Estas condiciones materiales, 0 el modo de produceién de los bienes materiales, son los que determinan toda la fisonomia de la vida de los hombres: sus relaciones s0- ciales, la forma ‘politica de la Sociedad, su conciencia y sus ideas. La evolucién y la transformacién de las condiciones ma- teriales de la vida, conducen también inevitablemente al cam- bio de las relaciones sociales, de todas las superestructuras po- Ifticas e ideolégieas. En el seno de la vieja sociedad se preparan y maduran las condiciones para el cambio de las relaciones sociales existentes, para el trinsito a la nueva sociedad. Las causas de este trénsito, no son la idea, ni la razén, sino el eam- dio producido en las fuerzas produetivas, su progreso. ‘De esta manera, en el desarrollo de la sociedad existen le- yes objetivas férreas que se realizan con una necesidad natural. Precisamente, estas leyes objetivas son Jas que crean la posibi- Yidad de la aceién consciente de los hombres. Sin la existencia de dichas leyes, el individuo, las elases y los partidos, no Im- bieran podido aetuar conseientemente. S6lo el conocimiento de las leyes de la Sociedad suministra a las clases combatientes el arma mis efieaz de la lucha consciente, de la accién revolu- cionaria conseiente “sto quiere decir, que, en politica, para no equivocarse ¥ no convertirse en una coleccién de vacuos sofiadores, el Partido del proletariado debe tomar como punto de partida para su acy tuacién, no los “principios” abstractos do la “razon humana”, sino las condiciones coneretas de la vida material de la. socio- dad, que constituyen Ia fuerza decisiva del desarrollo social: no los buenos deseos de los “grandes hombres”, sino las exigen- clas reales impuestas por el desarrollo de la vida materfal de Ta sociedad”. (28) (23) Historia dot P, 0. (b) do Ia URSS, pls. 194, 0d. espatola. 32 M. Rosewran, Citaremos un ejemplo de eémo el Partido Bolehevicue, en su actuacin préctica, se gufa por las conclusiones fundamen tales del materialismo filos6fico, En el “Compendio de Historia del Partido Comunista (b) de Ia URSS"” se sefiala que durante el perfodo de la colectiv: zacién en masa se cometieron en algunos lugares ciertas des. viaciones. ‘“Faltando a Ia norma del Comité Central, segin 1a cual el eslabn fundamental del movimiento coljosians era el artel agi cola, en el que solamente se colectivizan los medios bisicon do produecién, habia una serie de localidades on laa que aivlondre: damente 0 saltaba por encima del artel a la comuns ¥ eo ia plantaba la colectivizacién de las viviendas, del ganado lechero ¥ menor, no destinado al mercado, de las aves de corral, eto” (2 El Partido y 61 camarada Stalin sofialaron que no se puede decretar © implantar la comuna desde arriba, que la forma fundamental del movimiento coljosiano en dicha etapa ¢s el artel agricola; que el tiempo de la comuna, es deeir, el de Ja forma suprema del movimiento coljosiano, atin no ‘habia egado. En su Incha contra Ja suplantacién del artel por la co- muna, el Partido actus, no por razones de ciertos “‘prineipios de la razén humana”, abstractos, segiin los cuales el artel, suc Pongamos, es mejor que Ia comuna. Bl Partido tom6 como panto de partida el importante principio del materialismo filoséfico marxistarleninista, segiin el cual las condiciones concretas de la vida material de la sociedad, las necesidades del desarrollo de la vida material, constituyen Ia fuerza decisiva de la so. ciedad. Esta fuerza decisiva es, precisamente, la que determind odjetivamente que el artel agricola fuera a forma principal Gel movimiento coljosiano de dicha etapa. Sobre Ia base del estado en que se hallaban las fuerzas productivas, sélo el artel agricola podia ser la forma prineipal del movimiento coljo- siano. S6lo esta forma correspondia a las condiciones materiales existontes, s6lo ella fué originafla por las necocidades reales del desarrollo do 1a vida material de la sociedad soviétiea, (24) Bistoria det P, 0, (b) de ta URSS, pbs. 259, 0d. Eu Mérovo Disnéertco Marxsra 33 ‘va transformar la comuna en la forma predominante del aétual movimiento coljosiano no existen todavia hoy, sufi- cientes condiciones objetivas, es decir, condiciones materiales. ua comuna se diferencia del artel en que, en la primera, no sélo estén sovializados los inedios fundamentales de produe- ci6n, sino también la distribueién, la manera de vivir. El naci- miento de esta forma suprema del movimiento eoljosiano no puede ser facilitado por los ‘“prineipios de la raz6n humana”, sino por el desarrollo real de las fuerzas produetivas y de la técnica, ante todo. “Za fatira comuna, dijo el eamarada Stalin en su ine forme ante ol XVII Congreso del Partido, surgira del artel des. arrollado y prospero. La futura comuna agricola surgiré cuando en Tos campos y en las granjas del artel abunden los coreales, el ganado, las aves, as legumbres y todos los demas productos, cuando se organicen, junto a los arteles, lavaderos mecdnicon cocinas y comedores’ modernos, panaderias ‘mecanizadas eto, cuando él coljosiano vea que le resulta mis beneficiose recioic carne y Iecho de Ia granja que mantener su vaee y su-ganado menudo; cuando la coljosfana ven que le conviene mis almorzar en el comedor, comprar el pan de la panaderia y recibir 1a ropa lavada del lavadero colectivo, que oouparse ella misma de ostas cosas. La futura comune surgiré sobre Ia base de una téenion més deserroliada y de un artel mas desarrollado, sobre la base de la abundaneia ‘de productos”. (25) El desenvolvimiento prdctico del movimiento eoljosiano ha confirmado plenamente la linea del Partido. El artel agricola, forma asequible para la conciencia de las grandes masas cam- pesinas, ha facilitado y favorece la consolidacién de los coljoses, el crecimiento de su bienestar, el desarrollo de sus fuerzas pro- ductivas. El artel agricola prepara manifiestamente las eondi- ciones para el futuro paso a la comuna agricola. E] desarrollo y la consolidacién del artel —forma principal del movimiento ‘oljosiano en Ia etapa actual— es el camino hacia la comuna futura, es decir, hacia una vida de mayor bienostar y de mayor cultura, * (25) Stalin, ““Ouestionos del lesiniemo", és, 850, ed. eapatota, 34 ‘M. Rosenran, De esta manera, al sefialar el artel agricola como Ja forma principal del movimiento eoljosiano, el Partido partié ¥ parte del principio de que las condiciones materiales: de la vida de- terminan la forma social, y que ésta debe hallarse en eonso- naneia con las fuerzas productivas. En otras palabras, el Par- tido se basaba en las conclusiones que se deducen del materia- lismo filoséfieo marxista-leninista, de Ia tooria revolucionaria que descubre acertadamente las leyes que rigen la evolucién de Ja Sociedad. Es asi como la teorfa se convierte en Ia mis grande fuerza del desarrollo social. Vaeuas y estériles son las ideas y las teorfas que no pisan el suelo firme de las leyes objetivas del desarrollo de Ia socie- dad, que no toman estas leyes eomo punto de partida. En cambio, las teorias que reflejan exactamente la marcha objetiva del desarrollo de la sociedad, que se basan en las leyes sociales objetivas, se convierten en una enorme fuerza revolu- cionaria, Tal es Ja teorfa del marxismo-leninismo, que refleja en toda su profundidad las necesidades que maduran eon el des- arrollo de la vida material de la Sociedad. Por eso, la fuerza de esta teoria es la del propio curso objetivo de la historia. Conocerla, armarse de ella y actuar bajo su bandera, signifiea realizar lo que imponen esas necesidades que maduran en el proceso histérieo, significa triunfar verdaderamente. Extraigamos. ahora, de todo lo dicho, algunas breves conelnsiones. Dos campos fundamentales, dos tendencias fundamentales er: Ia filosofia sostentan y sostienen entre sf wna lucha irrecon- ciliable, Estas dos tendencias son. el ideatismo y ol materialism. Negando ta materia, la Naturaleza como to primario, como Ta {uente de todo lo existente, el idealismo arrincond al pensa- miento humano en, el callején del clericalismo, consagré todo lo reaccionario y lo viejo, luchd contra to nuevo, lo revolucionario. El marcismo, la docirina del proletariado revolucionario, dié la victoria definitiva al materiatismo filoséfieo. El materialismo marsista se basa en lus teues objetivas de la Naturaleca y de 'a Sociedad. Estudia tas leyes particulares de la Naturaleca 5b. + Ex Mérono Diariicrrco Marxista 35 y de la Sociedad, y sobre la base del conocimiento de dichas leyes, actita, reconstruye précticamente et mundo. En esto ra- dica la mas grande fuerza del materialismo filosdfico marzista- leninista, al aplicarlo a cualquier campo de la ciencia y de la practica, Una ciencia auténtica, wna orientacién exacta en las condiciones de la lucha social, no pueden ser alcanzadas més que sobre la base del materialismo filosdfico, euya forma su: prema y consecuentomente cientifica es ol materialismo dia- lctico de Mars y Engels, de Lenin y Stalin. CAPITULO 1 LA CONEXION UNIVERSAL Y LA INTERDEPENDENCIA DE LOS FENOMENOS LA METAFISICA Y ‘LA DIALECTICA. — LOS METAFISICOS NIEGAN LA CONEXION ENTRE LOS FENOMENOS, — EL METODO DIALECTICO RE. FLEJA LA CONEXION UNIVERSAL Y LA INTERDEPENDENCIA EN LA NA- ‘TURALEZA Y EN LA SOCIEDAD. — DARWIN Y LA CONEXION Y ACCION MUTUAS DE LA NATURALEZA ORGANICA, - MARX Y ENGELS DESCU- BRIERON Y FUNDAMENTARON CIENTIFICAMENTE LA CONEXION UNE VERSAL ENTRE LOS FENOMENOS EN LA SOCIEDAD HUMANA, — LA NATURALEZA COMO UN TODO ARTICULADO Y UNICO, — LA Co. NEXION COMO UNICO PROCESO UNIVERSAL, SUIETO A LEYES DEL ‘MMOVIMIENTO. — LA NEGACION DE LAS CONEXIONES ¥ DE LA. ACCION MUTUA, COMO FUENTE DE LA MISTICA ¥ DEL IDEALISMO, — EL METO- DO DIALECTICO Y LA ACCION MUTUA Y LAS CAUSAS DECISIVAS DE 10S FENOMENOS. — LA CONSIDERACION DE TODO EL CONJUNTO DE LAS CONEXIONES Y RELACIONES MAS IMPORTANTES ENTRE LOS OBIETOS, COMO CONDICION PARA UNA ACCION Y¥ CONOCIMIENTO JUSTOS. — CONCLUSIONES, 1 ‘Hemos visto que el materialismo filoséfico marxista, a la inversa que el idealismo, considera material 1a base del mundo y detine la Naturaleza, el ser, como lo primario, y la eoncien- cia como Jo secundario, derivada de la, materin Tanto la Naturaleza como la Sociedad se desarrollan de acuerdo a sus propias leyes y no tienen necesidad de ninguna fuerza divina, del “més alli”. Desde la nebulosa gascosa in- candescente hasta la formacién del sistema solar, desde la sim- 38 MM. Rosenman : ple bolita viva, informe, hasta el mundo orgfinieo de hoy con toda la riqueza de sus formas, incluso el hombre; una sola causa actué en todo este desarrollo histérico de la Naturaleza, Y esta causa es 1a Naturaleza misma, las leyes objetivas del desarrollo de la materia. ‘Bs ast como el materialismo da una interpretacién y ex- plicacién cfentifieas de la Naturaleza y do sus fenémenos. Pero és facil notar que queda atm por resolver toda una serie de problemas. Qué relacién existe entre un fenémeno y otro? 5 Existe 0 ‘no alguna eonexién entre ellos? 4 Estén condicionados mutua- mente 0 aislados, independientes unos de los otros Bl mundo, por su naturaleza, es material. Pero, gen qué forma existe, en estado de reposo 0 de evolucién? Se halla en un estado inmutable, dado de una vez para siempre, 0 se desarrolla eternamente, cambia; progresa de formas inferiores y simples a formas superiores y mis complejas? Si la Naturaleza no se mantiene estable, sino que evolu- ciona, jeuéles son las leyes de su evoluciént ‘Rodos estos problemas requieren una respuesta clara, EL carécter de su solucién define también nuestra manera de abor- Gar los fenémenos de la Naturaleza y de la Sociedad, nos da un método definido de estudio de estos fenémenos, el método del conocimiento y de la accién préctica. “La dialéctica marxista es precisamente este método, tinico cientifieo y revolucionario, que da la posibilidad de conocer eorrectamente Ia realidad, de orientarse y actuar acertada- mento en las condiciones més complejas de la vida social. La dialéctiea revolucionaria de Marx y de Engels surgié sobre la base de sintetizar toda la evoluciin hist6rica del ra- clocinio humano y de la prictica social y no hubiera sido posi- ble sin las grandes conanistas obtenidas en el dominio de la cieneia durante ol siglo KIX. Tampoco'es casual que sus crea- dores y autores hayan sido los idedlogos:y representantes de la ‘lase mas rovolucionaria, el proletariado. S6lo los representary tes de esta clase pudieron extraer todas Jus conclusiones deri: vadas de la evolicién de las ciencias en el siglo XIX, de law Jucha de clases en la sociedad burguesa. 29 i Ex Mifropo Duanictico SLsrxisra En al transeurso de wn largo tiempo, hasta cl en In explicacién de las leyes de 1a Naturaleza Gad, predominaba el método metafisico, que Poe sim sreepPperfodo de evotuciin de las ciencias (sigles Y-SNE on cade se planteaba en primer plano la tarea de 1s desin cae Ge la Naturaleza en sus diversas partes y ©] a8 wins ‘partes aisladas, tomadas fuera de sus conesiones, Gemie Fenémenos, fuera de su evolucion y matacl, cea dase obligatoria, necesaria, por la que tuo ae ciencia. Sin ose andilisis, la eiencia no hubi exacte euadro general del mundo. Pero e} modo ¢e exact cms cosas fugra de sus copesiones con los dem! srenos, independientemente de su desarrollo, afia'z? a Te abordarlos ignorando su evatuciGn, sw MUEICA Norasabios pensaban en eso exfonees que él mundo 8% surgido de golpe en la misma forma en a existe: que < sare no sufxe alteraciones bésicas, y Ja Naturalert, os siguiente, no evoluefona; que entre los fenémenes de le ava no hay wna conexién interna wecesariay ek SP recisamente entonees tambien se formé la emeePe! tafisice del mundo, transplantada més tarde de tes © at ee ca a Ia Silosozia. Eliaétodo meintiseo, el modo me aa emvanrir, ge eonvirtis en el método inmperante en dominios del conoeimiento. | oe Mesa obra ‘Del socialismo utdpico al socialism fico’, Engels aié una earacteristica enbal de este mae -a podido comp nv para et metafisieo, los objetos y sus imégenes er samignio, tos conceptos, son objetos de sovestisncien G2" samteniessies enfocados uno tras otro come, 8150, 220) 305, Inmovane ‘en toda wna serie de antitesis imconessss eng, Piensa ripe, no, ¥ 10 aie esté de més, SOD. 7 una de doexiste o no existe: un objeto no puede ooh ° na cons existe 0 90, raegistinte, Lo poslivo ¥ 10 Dees’ pacluy es ff ‘oluto, La causa y él ef Heniven resiprocamente em abs exeluyen, reciorocam yous fora Go wna rigid anties's 4+ enities. sha. (0), P. Bagels, De}, spegisne sténien ot sociliene € 40-58 a, opatcla, Moses 104 40 M. Rosewnar, Pero el pensamiento eientitico siguié avanzando, se acu- mularon Innumerables hechos nuevos y so hicieron’ Ios woes grandes Geseubtimientos, que entraron en contradicoisn wi Sita one aetatisico. A. fines del siglo KVIIT y en la peimen Tati Stel XIX In eioncia va did un cuadto complement dlistinto al del mundo metatisico. Results que nccty planeta, como todo el universo, tiene su larga historia. de ws cl mundo vivo, orgiinico, surgié de Ia naturalese orainiea; que el hombre no siempre ‘poblé le tare 5 cosas so allan en eonstante proceso de nacisns desaparieién, iio disucse te, —eseribia con esto motivo Engels, Conetteragglistelto, odo 10 tito, puesto en movintenne eee aaturaiers gesPacal, PATA slompre, ocho transitoris’ tox° 12 Inestinguiblers (igvi@# en eterna clreutacion, oe Zot oes 28 inestinguibles”, (27) jEn otras palabras: result6 que 1a Naturaleza no vive, ni Tucho menos, segiin las leyes de la metatisica; que ave leyes tienen otro canicter totalmente distinto, un earéerrn dialéetico, Pero hubo nevesidad de sinietizar todos estos resultados del dais grande progreso de la ciencia, de erear une wane” con- cepeidu ciontitiea del mundo que’ reflejara exactamente las leves de la evolucién del mundo objetive: i Quién podia hacerlot ile st xégimen. Por eso, obligada por sus interes vitales, la burgues{a tuvo que proconizar la metafisiea come of método de conocimiento més cientifieo, e toma Benes Mees PIBEGE do Me Natures, ples, 29026, a, “Poon Eu Mérovo Dianécrico Manxisra aL Sélo la clase obrora, que ya a mediados del siglo XIX 2ctn6 como clase revolucionaria contra la burguesta contre todes las fuerzas del viejo mundo, s6lo ella, que jams yen Frode alguno esté interesada en ocultar y destiguray al natin, fico euadro del mundo, pudo dar ideélogos que susiesn weal Tgele, “Amblo revolucionario en la ciencia, Fueron Mare Engels. Marx y Engels sintetizaron los"resultados de muchos siglos de evolucién del conocimiento; deseubrieron las leven aaa CFolucién social, destruyeron el mnétodo metafisico hasta, eq gimientos y erearon el método dialéetico, la teorla dieetn. de Ia evolucién, 2 EI método dialéetico es fundamentalmente opuesto al mé- todo metafisieo. Uno de Jos prineipios biisieos de Ia metafisica es su nega- cién de las eonexiones universales y de la interdependenein entre los fenémenos de la Naturaleza, Los metafisieos consi. Tan ada objeto, cada fenémeno, aisladamente, independionte. mente de otros objetos, de otros fenémenos. Ven objetos ais. lados, pero no ven su eonexién mutua, no ven que éstos so condicionan unos a otros, influyen unos sobre otros. Por eso, desde el punto do vista del metafisico, los objetos deben sev investigados uno tras otro e independientemente, Asf, por ejemplo, en el siglo XVIII, al estudiar el mundo de los animales y vegetales, los sabios estimaban que las mii. tiples y variadas especies de los animales y vegetales se forjaron de golpe en especies hechas de una vez para siempre. Lia exis. teneia de seres orginicos no se consideraba en relacién a las condiciones naturales que les rodeaban, ignordndose también el estrecho’ azo y Ia accisn mutua existentes entre los propivs animales y los vegetales. En cuanto al hombre, este ser supremo poseedor de eon- Ciencia, le negaban todo vineulo con el resto del mundo de 42 M. Rosewran Jos animales, vineulo que demostrarfa que el hombre procede también de ese mundo. Los metafisicos no vefan que entre el mundo de la natu- raleza muerta y la viva existe el vinculo més intimo, que atestigua que el segundo surgié del primero. De ejemplo claro en este aspecto puede servir Kant, quien enuncié su teoria cientifiea de la formacién del sistema solar. Demostré que este sistema no sé habfa formado de golpe ni mucho me nos, como piensan los metafisicos, sino como resultado de una Jarga evolucién, Kant dijo: “Dadme la materia y 0s cons- truiré el mundo”. Pero el mismo Kant, que destruyé la ima~ ginacién metafisiea sobre el cielo, se detnvo eon asombro, como @ mismo lo reconoce, ante la manifestacién més simple de Ia vida. Declaré: si no es diffeil expliear por las leyes del movimiento del sistema solar, e6mo se formé éste de la ma- teria, en cambio, no es posible explicar eon estas mismas leyes el origen de Ja simple orga. De esto, naturalmente, se de- rivaba la eouelusién de que la vida, es ya una obra salida de manos del ereador supremo, de Dios, que no os posible explicar el origen de la vida por via cientifica, De igual manera'abordaron los metaffsicos los fenémenos de la evolueién social. Se puede citar como un ejemplo de esto, a los filésofos materialistas franceses del siglo XVIII © a los social-utopistas de prineipios del siglo XIX. Los metafisieos franceses Helvecio, Holbach, Diderot, hi- cieron mucho por la ciencia, por el materialismo filos6tico ; pero sus ideas sobre la Sociedad eran metaffsicas. En su Incha contra el feudalismo, por un régimen mAs progresivo, negaban Ja conexién existente entre las fases precedentes del desarrollo social y la nueva, época. Consideraban todo el pasado como el fruto de los errores y de la ignorancia de los hombres. No com- prendian que sin la evolucién precedente de Ia Sociedad, tam- poco habria sido posible el nuevo orden de cosas ‘por cl que batallaban, ni que este nuevo régimen estaba entrelazado con toda la evolueién histériea de la Sociedad. Los socialistas utépicos, que aparecieron a prineipios del siglo KIX, crefan también que hasta enitonces 1a humanidad 2 Eu Mérov0 Diauécrco Manxista 43 habia realizado en vano sus esfuerz0s, en vano habia batallado, creado una cultura, desarrollado la ciencia, el arte, ete, Todo habia sido un esfuerzo inGtil, ya que los hombres no tenfan una idea justa acerea de una estructura racional, socialist, de la Sociedad. Por ejemplo, uno de los socialistas utépicos, Carlos Fourier, declaré que la desgracia de los hombres, se prolongs ‘én dos mil trescientos afios de més, a causa del des- caido do los filésofos que desdefiaron la investigaciéu de la asociacién y atraceién”, es decir, de los hechos que, a juicio ae Fourier, debian producir un viraje en la vida social de Jos hombres. “BI lector debe recordar que un solo descubrimiento res- tablecido por mf, es més importante que todo el resto det tra- bajo clentifico hecho durante la existencla del género hu- mano” (28) “Los socialistas utépicos emitieron muchas ideas geniales, entre ellas, también ideas socialistas; pero, en goneral, sus Coneepeiones sobre Ia historia de Ia Sociedad, como ve el lec- ran metafisieas. tor reigoeiedna representa para el metafisico la sama me- edniea de individuas no vineulados entre ellos, que obran por Si mismos, independientemente de Ins condiciones hist6rieas Ge ‘sa vida. El organismo social tmico ¢ indisoluble, queda Aesinterrado artificialmente en sectores aislados unos de otros © en *factores”, considerados en si mismos e independien- temente, Tl método dialéctico marxista parte en el problema de Jas conexiones de prineipios diametralmente opuestos a Tos dol método metafisico. La dialéetica destruye la bace de la nezaciém metafisiea de Tas conexiones universales y de Ja iu- terdenendencia de los fenémenos de la Naturaleza y de la Sociedad. i: En el “Compendio de Historia del P. C. (b) de la URSS: se sefigla que la conexién universal y la aceién reefproca de (28) 0. Fourier, ‘Teoria de toe cuatro movimientos 7 de Tos destines nivesssles™, pég. 88, Sotskuig, 1038, od. rosa a MM. Rosenman Jos fenémenos y de los aspectos de la realidad, es la ley evo- Jutiva | més importante del mundo, sin cuya comprensién es imposible 1a. ciencia. “Por oposiclOn a a metatsien, 1a ditéstiea no consid aturalosa'domo un congiomerado'eaaial da sbeebs 0s, deslizados aislados unos de otros sia eiaeny Cane, e dependencia entre ny sino tomo vn lode aringne Fee gael avo oa objets y Tos fendmenos se haan mages dicionan los unos a los otri canetne * “Por oio, el mélodo siti entiend eo entiends ae ningin ton6- meno do la naturalesa puede ser souprentila at writ tenes alsladamente, sin conesion eon is feomeney sae 1e hee ues todo fexlomeno, tomado de cualduies Seaeonns He poet leet, puedo converte en tn abeurdo a se ie easy nee nexi6n con Tas condiciones que ie rodean, denieeder gett: Por el eontrarlo, todo fenémeno puodo. ser compsendile ce. _Bileato "at go 1e| examina on’ ou Bonesioe iegmarentee Fe fengmenos circundentes "F condiclonssa noe ie ot Marx, Engels, Lenin y Stalin destaca: 7 7 i ean por todos los me. ios este aspecto, este rasgo del método dialéetieo, poniendo de relieve su enorme importancia, En su resumen del libro de Hegel ‘Ciencia de la Iogica’? sefialando los elementos de la dialéctiea, Lenin escribe Aa “18 relaclin do cada cosa (tenomeno, ot es maltiple, sino universal, general, la cosa ( meno, prae ceso, etc.) est ligada con otra’, nts cone (tendmeno, pro- En otro Tugar eseribe Lenin: “Todo lo suelto esté tigado por miles de eaminos con nero de cosas sustias (Censmenos, procesosy's ao) on ot Millones y miles de millones de hechos, tod: i » toda la realidad, confirma sta ley de Ja dialéctica materialist. = La ley de las conexiones universales y de la int - lencia de tos fendmenos, como todas las lover dele diaseetes (20) Riise dat. 6. (0) as URS, yes: . te. 18, (80) Lenia, “*Cundernos filoséticos" el ‘Exy!Miitovo Dianéorrco Marxisra, 45 marxistaleninista, sintetiza los hechos de la. realidad efectiva, del mundo real, objetivo. La conexién, la interdependencia de los fenémenos es inherente a la propia Naturaleza, y no inventada por el ce- rebro del hombre. Esta afirmacién de la dieléctiea marxista a distingue de las teorias idealistas, que, por ejemplo, decla- ran subjetiva tan importante forma de conexién como la cau- salidad: la eonexién entre la causa y el efecto; lo que vale decir que no consideran que exista en la propia Naturaleza eausalidad alguna, que el hombre es quien introduce la co- nexién eausal en ella, El filésofo inglés Hume, consideraba la conexién causal entre los fenémenos como una cuestién de hébito, y negaba el carécter objetivo de la causalidad. Los hombres,decfa, estén habituados simplemente a ver que detrés de cualquier ‘fendmeno sigue otro, pero que en realidad no hay entre ellos ninguna conexién interna, fuera de la con- cieneia del hombre. ‘También Kant declaré la causalidad como una categoria s6lo inherente a la conciencia humana. En la Naturaleza, segiin Kant, reina el caos, la arbitrariedad; la conciencia hu- mana establece ol orden en ese desorden, introduce la co- nexién causal. Los méritos de la ciencia del siglo XIX y del periodo si- guiente, el valor de los grandes deseubrimientos cientificos hechos en ese tiempo, consisten en haber puesto al deseubierto la unidad de la Naturaleza, la unidad de todas las formas del movimiento material, Ia conexién universal existente entre los fenémenos. ‘Mas arriba hemos hablado de los puntos de vista meta- fisicos acerea del mundo orginico. A mediados del siglo XIX, el sabio inglés Darvin realiz6 toda una revolucién en estos puntos de vista. Demostré que el mundo orgénico tien una larga historia de evolueién, que ella es un proceso finico, su- jeto a leyes, una historia de cambios de formas organicas re- lacionadas entre sf, de transformacién de formas simples en compuestas, de inferiores en superiores. Darwin deseubrié las leyes de la mutacién y de la evolu- cién del mundo de los animales y. de los vegetales. Demostré, 45° M. Rosenman ante todo, que no es posible examinar los animales y los vege- tales sin tomar en cuenta sus conexiones con las condiciones naturales que los rodean. Los seres organieos no pueden vivir, si no estén adaptados al medio natural. Darwin cita nume- Tosos y sorprendentes ejemplos de adaptacién de los anima- les a jas condiciones naturales. En el proceso de esta adapta- cién surgen en los animales ciertos elementos nuevos, cambios, al principio casuales. Si dichos cambios ayudan al ser a con- servar su existencia, a veneer las condiciones naturales, son transmitidos por hereneia, y la raza o especie de que se trata, se desarrolla y perfecciona. Gracias a esta adaptacién y cam- bio, una especie se transforma en otra, superior y m4s perfecta, Pero el problema no termina con la eonexién y la accién reefprocas entre los seres vivos y las condiciones naturales, Darwin demostré que existe conexién indisohible e interdepen. deneia dentro del propio mundo orginieo. Los vegetales y los animales no viven aislados, dependen unos de otros, se condi- cionan los unos a los otros. Darwin cita muchos ejemplos que demuestran, segin sus palabras, “emo los vegetales y los animales eotocados en grados muy atrasados de Ia escala organica, estan estrechamente entrelaza- dos por una red de complejas relaciones mutuas” (31) Darwin demuestra, por ejemplo, la conexién existente entre Jas trinitarias y... los gatos. Las trinitarias necesitan para su fecundacién Ja visita de las abejas. De todas las abejas sélo los zénganos visitan a las trinitarias, Por eso, si toda la. especie de zinganos se extinguiera o escaseara, las trinitarias de una u otra localidad desaparecerfan o se harfan muy raras. Pero el nfimero de zénganos depende en medida considerable del de ratones campestres que exterminan sus panales y ni- dos, y el mimero de ratones depende en grado considerable, a su vez, del mimero de gatos. “Do aquf, dice Darwin, resulta muy probable que Ia pro- soncla de un mayor ndmero de animales de la especie felina en determinado lugar, condiciona mediante In interposicion, (21) ©. Darwin, “EL origon de Jax especies", nég. 185, ed. rasa, 1957. En Mfrovo Dianforico Marxisra a .r do tas ratas, y después de los 2énganos, 12 Se ebathca ws cauel agar do eeria clase de vegetales”. 3) Darwin cita otro ejemplo. Hn uma extonsa y extraordi naxiamente estéril Tamara donde s6lo ereeian arbustos, que jamés habia sido tocada por la mano del hombre, se eered una Dequefia parte y plantfironso pinos eseoceses. Veinte afios mis tarde esta parte de la lanura estab totalmente eambiada, com cambios sorprendentes. No sélo se modifies la eorrelacién del niimero de vegetales de diversas clases que existion antes, sino quo aparecieron veinte clases nuevas. Cambié también In po- Dlacién de la Ilnmura: aparecieron seis clases de péjaros inste tiyoros que no se encontraban en el resto de Ja lannra, ete, iY la causa de todos estos cambios fué tan sélo el planti nos escoceses! | Pineyarwin investigé con euidado una multitud de hechos sobre eonexién y relaciones mutuas, y sobre la accion reefproea entre los animales y los vegetales, legando a la conclusion di que entre ellos hay una lucha eneonada por Ja existencia. De esta Iucha sale veneedor el mejor adaptado a las condiciones exteriores. Precisamente, las especies mejor adapiadas, con- servan y transmiten por hereneia sus caracteres distintivos, aque en el proceso de Ta evolueién se perfeccionan enda vez mass 7 se adaptan cada ver mejor a Ja Naturaleza. Bsta Inch po Jn existencia y Ja transmisiOn por herencia, de los earacteres reeién adquirides es la base de Ja seleccién natural, de la evolucién histériea del mundo orgénico. ‘De esta manera, Darwin refut6 decididamente las repre- sontaciones metafisicas sobre el mundo vivo, ereando una eien- cia auténtica. Resolvié eon éxito esa gran tarea gracias a que coneibié el mundo como wn todo finieo, como un proceso, cuyas partes y elementos todos, mutuamente ligados, mutuaniente condicionados, se hallan en una, dependencia causal unos de otros. Si Darwin hubiera ignorado Tas relaciones mutuas entre el mundo orgiinico y la Naturalera, y las que existen dentro del propio mundo orginico no hubiera podido hacer progres: Ja cioneia. soat. (G2) ©. Derwin, “Morigen de las especies", pfs. 106, ed. usm, 48 “ML Roseitnan No sélo 1a Naturaleza viva, sino la multitnd de otros hechos de los més diversos, pueden servir de ilustracién para Ja ley dialéctiea de las conexiones universales de la interde. pendencia de los fenémenos, Los hombres ereyeron durante muchas generaciones que nuestra tierra constituye una suerte de mundo especial, pro- idad de especiales y felices virtudes,’ Pero Js cieneia ha demostrado que nuestro planeta no ee mis que uno de los millones de euerpos diseminados en el espacio uni, versal, de mayores proporeiones que la Tierra. El anélisis es. peetrose6pico probs que las substaneias que forman parte de Jb composicién de la Tierra y de los seres que la pueblen, dle las especies orgénieas, apareeen también en la composiciin de otros planetas, del sol y de las estrellas, Esto demuestra 2 conexiin y unidad de muestro planeta con todos los demas, Ja unidad de su origen y de sus leyes, Cuando Jos hombres no podfan observar el universo desdle 1 punto de vista de sus eonexiones mutuas, eran inevitables las interpretaciones religiosas sobre Ia ereacién divina de ie juewa © sobre que el sol fué ereado especialmente para que Jos hombres tengan luz y calor. El descubrimiento de las os, nexiones y de la accién reciproca entre el sol, la tierra y los demés planetas, destruyé estas interpretaciones, demostré que Ja tierra, como algunos otros euerpos, gira’ alrededor del cuerpo central, el sol; que entre el sol y la tierra, como entre Ja tierra y la luna, existe una accién reciproea sobre la base £80 Tas leyes de atraccién y repulsién; que las felices caracte, Tisticas del planeta que habitamos son posibles también en otros Planctas, puesto que equellas surgieron en un largo pro. c2s0 de enfriamiento do Ia tierra, como resultado de una larga serie de transformaciones materiales, La riqueza y variedad de formas del movimiento, y la miiltiple belleza del mundo nos asombra. La ciencia estiblecié firmemente en el siglo XIX, que todas esas variedades son diversas formas del movimfento de la materia, estrechamente relacionadas entre sf, que se cambian unas en otras ¥ que las unas sin las otras carecon de sentido, Ex Mérov0 Dianficrico Manxisra 49 “Observainos una serie de formas de movimiento: movi- miento mecdnico, luz, calor, electricidad, magnetismo; union ¥, flescomposicién quimica, trénsito de estados de asrezacion, “ida orgéniea, todas las cuales haciendo una excepeion por shora de la vida orgénica— se cambian unos en otton se cree Gicionan mutuamente unos a otros, aperecen aqui come one sa, alld como efecto, quedando ademas toda la sume coviucte del movimiento bajo todos los camblos de la forma, waa’y Ia misma, ..""(33) Za conexién universal y la accién reefproca rigen tam- bién en Ja vida social de los hombres. El mayor mérito de Marx y Engels radica en haber demostrado por primera vex en a historia del pensamiento humano, el proceso, sujeto a Jeyes, de 1a evolucién de la sociedad humana, que’'se realiza como una necesidad férrea, histériconaturel. Y una de las mas importantes y esenciales condiciones de la revolueién hecha por ellos en Ia ciencia social, es haber eoncebido la So- ciedad y su evolucién histériea, a la luz de la ley dialéctiea de Ja conexién universal de todos’ sus aspectos y fenémenos. Para el metafisieo, la Sociedad se eompone de individuos aislados, eada uno actuando con arroglo a sus propias leyes. Si los hombres se unen en sociedad y trabajan en eonjunto, los tietafisicos ven la causa de esta unificaciOn en alguna idea, en un eontrato coneertado por los hombres, ete. Mars y Engels demostraron que en realidad existe una conexién necesaria entre Jos hombres, que las necesidades de Ia produceién de los bienes materiales, de las condiciones materiales de la vida de Jos hombres, los uno en sociedad, les impone su unificacién, su trabajo en conjunto. Los hombres primitives trabajaban’ en comin, no porque coneertaran un eonvenio, ni mucho menos, sino porque de otra manera no habrian podido luchar contra, la Naturaleza. De esta manera, en cada sociedad y en cualquier fase de desarrollo que se halle, entre los hombrés existe una conexién e, inevitablemente, relaciones de produecitn. Poro estas wiltima @ependen de Jas fuerzas produetivas de la Soeiedad, que con (88) Bogols, “Distécticn de Ia Natursleza"” pfs. 15, ed. ruse. 50 ‘M. Rosexran Jas relaciones de produceién eonstituyen el modo. de produe- cién material que determina toda la orientacién del desarrollo de la Sociedad. Sobre la base del fundamento econdmieo surge un deter- minado régimen politico: el Estado. No es posible considerar el Estado fuera de las relaciones, aisladamente del tipo de las relaciones de produecién. Tos idedlogos burgueses y refor- mistas, tratan de presentar el Estado en la sociedad explota- dora como una organizacién por encima de las clases, no ligada a Ja clase dominante, no derivada de las relaciones de produc- cin existentes. Marx, en cambio, demostré que en cada época el Estado es el representante de la clase dominante en la s0- ciedad, y que expresa precisamente sus intereses de clase. El Estado depende enteramente del tipo de relaciones de pro- dueci‘in. Las relaciones feudales de produceién erearon el Es- tado de la monarquia feudal; y las relaciones burgueses de produccién, la monarquia constitucional o la repablica demo- eritico-burguesa. Pero cualquiera sea la forma politien del Estado, feudal o burguesa, constituye siempre la dictadura de las clases explotadoras De esto se deduce que la revolucién socialista que derroca el dominio de la burguesfa y establece un nuevo tipo de re- laciones de produceién, no puede dejar subsistente el Estado burgués. Tiene que romper el viejo aparato del Estado y crear un nuevo Estado: Ia dictadura del proletariado. YY no sélo el Estado, sino todas las superestructuras polt- ticas e ideolégieas, como el derecho, la ciencia, el arte, 1a fi- Josoffa, ete., estén estrechamente ligadas al régimen econd- mieo de la Sociedad, al Estado, y se condieionan mutuamente. Antes de Marx y Engels, la evolucién de la conciencia ¥ de la ideologia social, fué considerada como algo casual, euyo origen era el genio o la ignorancia de los hombres. Marx y Engels demostraron que Ja eonciencia social de- pende de la existencia social, y pusieron fin asf a toda mistica en Ia explicacién del desarrollo ideolégico. No es posible exa- minar ninguna idea o doctrina en la sociedad clasista, sin su conexién con las condiciones sociales que las engendraron. Aislar la idea de su conexién con los demés aspectos del pro- Ex Mérovo Dunéerco Mamxsra 51 eeso social tinico y, en filtima instancia, del régimen de las relacionés de produceién de los hombres; examinarla desde cl punto de vista de la ‘‘justicia eterna”; significa inevitable- ‘mente ser un instrumento ciego en manos de las clases reac- cionarias. ‘Los hombres, indieé més de una vex Lenin, serén siempre victimas del autoengafio, si no aprenden a ver detras de unas ‘u otras ideas y teorfas, los intereses reales de clase. Hay que saber vineular las ideas y Jas teorfas con los procesos econd- micos y politicos que se realizan en la Sociedad, y con los objetivos que se proponen las diversas clases. ‘Asi, pues, los ejemplos tomados del campo de la vida y de Ja ucha social, tanto como nuestra consideracién de los fenémenos de la Naturaleza, demuestran la existencia de la eonexién universal e interdependencia en toda la realidad, y revelan tal conexién e interdependencia como el rasgo insepa- rable de todo fenémeno, de todo proceso. 8 EI valor te6rico de este rasgo del método dialéctieo, que descubre la conexién universal existente entre los fenémenos, es extracrdinariamente grande. La ciencia auténtica comienza alli donde las interpretaciones. y las coneepeiones del mundo eomo un caos de casualidades, son sustituidas por su inter- pretacién como un todo finico y articulado, eomo un proceso Yinico sujeto a leyes. Con la nocién de Ia aceién reefproca y de les leyes que igen la evolueién de Ia realidad, la ciencia se eoloca sobre una base firme inconmovible frente a todo prejuicio religioso © idealista. El gran valor te6rico de Ia ley de la conexién universal radiea en mostrar el desarrollo de los fenémenos y de los-pro- esos en sa necesidad, en su condicionamiento mutuo, convir~ tiendo toda Ia historia del mundo.en un solo proceso sujeto a leyes “is esto presisamento Io que subraya Lenin sl hablar de a conexién dialéctica de los fen6menos: 52 M. Rosexran «1a Interdependencia y 1a conexién mas estrecha. indi- solublé ‘entre todos los aspectos de cada fenémeno, ,. conexién que da Un Unico proceso universal, sujeto a leyes, del movi miento,.." (4) En el ‘‘Compendio de Historia del P. C. (b) de la URSS” se subraya también que el método dialéctico considera 1a Na- turaleza como “un todo articulado y tinieo”. Desde el punto de vista metafisieo del mundo, Ja realidad no puede ser presentada en forma de proceso ‘nico, articulado y sujeto a leyes. Para quien mantega consecuentemente ese punto de vista, todos los fendmenos estén separados, no de- penden unos de otros; lo que existe ahora no esté condieio- nado por lo que existia antes; y no puede haber por tanto un Yinieo proceso del movimiento snjeto a leyes. Son muy earacterfstieos los puntos de vista metafisieos sobre Ia historia, de uno de Jos populistas rusos, P. Lavrov. Considera que toda la historia de Ia sociedad humana es una suma de experimentos, una cadena de ensayos que se efectitan desde el punto de vista de una u otra suposicién tedrica. Asi, a lo largo de toda la historia, los soberanos, los emperadores, Jos ministros, los hombres piblicos, los filésofos, realizan estos 6 aquellos experimentos sociales, de la misma manera que el fisieo 0 el quimico realiza experimentos en su especialidad. Por eso, Ia tarea de la moderna y “‘auténtiea’” filosoffa, segiin Lavror, consiste en seleceionar de entre el historial de experi- mentos, los elementos que responden mejor a la naturaleza y a les neeesidades humanas; al ideal eterno de justicia, de mo- ralidad, para erear con ellos una nueva formula cientifica del progreso histérico. “,,.No en vano, escribfa Lavrov, so han desarrollado teorias ‘ceonémicas y del Bstado; no en vano los alquimistas del soelalismo, Tos Platén y los Moro, los Saint Simon y los Fourier, probaron su piedra filosofal, su elixir de la inmor~ ‘talidad; no on vano los soberauos y ministros de mediados del sigio XViII hacton experimentos con 1a ayuda de retormas desde arriba; no en vano los revolucionarids politicos experimentaron (80) Lenin, Obsas completes, tomo XVIIE, pégina 12, ol, russ, EL Mérovo Diaufcrico Marsisra 58. mediante una serie de resoluciones parlamentarias, cambios de constitucién y de cédigos. Todos los ensayos tedricos ¥ préc- ticos dieron sus resultados, completamente definidos para el observador atento e impareial. “Todos estos datos, —continda escribiendo Lavrov— son completamente suticlentes para que, aspirando conclenzuda- mente a la verdad, con una comparacion euldadosa de lo anélo- g0 y omisién de lo disparatado, se pueda elaborar una clara comprensién de las principales verdades sociolégicas, es decir, esclarecer ante nosotros las necesidades naturales y sanas de Jos hombres, que pueden y deben ser satisfechas mediante wna justa vida en comin”. (25) No es dificil comprender que esta teorfa es netamente me- tafisica en su fundamento. ,Cémo aborda Lavrov Ja historia humana? No como un proceso sujeto a leyes, sino como wn eaos de sucesos, como un fendmeno en el que impera la arbitra- riedad. En este caos histérieo, en’ este reino de las easualida- des, podéis hacer todo Io que querdis, podéis arbitrariamente eombinar pedazos de la expericneia hist6riea y construir esta u otra i6rmula del progreso histérieo que, a juicio vuestro, corresponde més a la ‘“‘justicia eterna’, Lavrov y sus seme- jantes te6ricos separan los fen6menos de su conexién eon los demas fenémenos de la realidad. No ven ninguna ley en la historia de la Sociedad, Resultados diametralmente opuestos se obtienen del estu- dio de la realidad, euando se parte del eriterio de la eonexién universal y de In interdependeneia de los fenémenos. Toda la Naturaleza, la historia de su evolucién, la apari- cién de la vida, Ia evolucién de la vida desde formas inferio- res hasta el hombre, la unificacién de los hombres en la comu- nidad primitive, la transformacién de estas comunidades en sociedades clasistas en virtud de las leyes internas del des- artollo social, los eambios ulteriores de la Sociedad; todo eso constituye ‘“‘un todo artieulado y nico”, ‘un proceso uni versal finieo, sujeto a leyes del inovimiento”. Bsta manera cientifica, la Gniea justa para abordar la realidad, permite comprender y examinar los fenémenos y los (a5) P. Levroy, Obeas, tomo TI, pls. 294-196, ed. ruse 54 ‘M. Rosmnran, Procesos en su necesidad histérica. Para el idealista y meta- fisico del tipo de Lavrov, la existencia, digamos, de la socie- dad esclavista o capitalista, es una pura easualidad que podria también no existir, La existencia de estas sociedades es exa- minada desde el punto de vista de unas u otras ideas, al margen de su vineulo con las condiciones materiales de eada época, al margen de las conexiones con wna determinada situacién his- t6rica. Hl antihistoricismo es el rasgo més caracteristico de Ia metafisiea. No es posible juzgar la sociedad esclavista desde el punto de vista de ciertas ideas, aunque sean justas, Su oxis- tencia esté relacionada con un determinado nivel de las fuer. zas productivas, con los procesos sociales, con la division del trabajo, ete, que tuvievon Iugar en Ia ‘sociedad comunista primitiva y que prepararon el nacimiento de la sociedad escla- vista. Por consiguiente, la aparicién de esta sociedad era his. téricamente necesaria, como es histérieamente necesaria la sus- titueién del régimen capitalista por el comunista. El principio de la conexién universal y de la interdepen- dencia muestra las causas reales y objetivas del nacimiento de tal o cual régimen social, y condiciona un estudio histérieo, un punto de vista hist6rieo sobre Ias cosas. Allf donde se niega el vinenlo entre los fenémenos, su interdependencia, impera inevitablemente Ja mistica, Ia magia, Ja creeneia en fuerzas sobrenaturales; alli lo casual es pre- sentado inevitablemente como lo necesario, lo aparente, lo esen- ial, Jo principal. En cierta medida, la religién ge sostiene porque no co- loca el origen de los fenémenos naturales o sociales en rela- cién con Ia evolueién que les ha preeedido, con otros fené- menos reales, sino que los atribuye a la voluntad de un ser supremo. En la sociedad capitalista, donde impera la anarqufa y Ja competeneia, muchos fenémenos adoptan una forma com- pletamente misteriosa y sobrenatural. Marx eseribia que los milagros y fantasmas envuelven los produetos del trabajo en el reino de la produceién de merean- cfas. Bl origen efectivo de las ganancias eapitalistes queda oseurecido. A la primera observacién superficial, parece que Ex Mérono Dinforico Murxrema 55 el capital trae directamente la ganancia, que ésta es su pecu- Viaridad, como la peculiaridad del peral es Ia de dar peras. ‘Ya en el proceso directo de la produecién, las relaciones entre los capitalistas y los obreros son bastante oscurecidas. Pero el paso del capital a otras esforas, no ligadas directa- mente con el proceso de produecién, oscureee por completo Jas relaciones reales que existen entre los hombres. Por ejem- plo, en la sociedad burguesa hay toda una categoria de gentes que no hacen otra cosa que entregar su dinero por un deter- minado interés y esto les sirve de fuente de enriquecimiento. El dinero, después de cierto tiempo, trae otro dinero aumen- tado en muchas veces. Pero en realidad, eomo es sabido, la fuente de toda ga- nancia es la explotacién de.los obreros, la ereacién de plus- valfa_en el proceso de la produccién de mereanefas. En la sociedad capitalista, los diversos campos de aplicacién del ca- pital estén aislados, no hay ninguna conexién directa entre ellos. La esfera de la cireulacién de mereanefas esta separada de la esfera de la produecién, el capital monetario tiene tam- bién directamente la forma de una existencia auténoma, ete. Es asi e6mo, examinando la ganancia al margen de su co- nexién eon el proceso de produecién, en el que a consecuen- cia de la explotacién de los obreros, ‘se erea la plusvalfa dis- tribufda entre todos los capitalistas, légase a la mifstica, al ocultamiento de las causas efectivas del enriquecimiento de los capitalistas, El eapital se convierte, segiin las palabras de Mars, en “ana cosa oscura, en un misterio””. ‘Marx puso de manifiesto la estrecha relacién existente entre todas las esferas de aplicacién del capital, las verdaderas fuentes de las ganancias, y gracias a ello, se ha podido conocer el contenido real de las relaciones eapitalistas. Por consiguiente, para comprender las cosas en su nece- sidad, para que lo necesario y lo sustancial no sean sustitui- dos por Jo casnal y lo superficial, es necesario examinar las cosas en sus conoxiones y acciones reciprocas. ‘Vamos a dirigir ahora la ateneién del lector hacia un im- portante aspecto del problema que estamos examinando. 56 ‘MM, Rosenman Para el metafisico, 1a causa y ol efecto estén separados uno del otro por wna valla infranqueable; lo que aettia como causa no puede ser un efecto; lo que es un efecto no puede actuar como causa. En realidad, sabemos que entre los objetos existe una ac- cin reefproea: la causa se -convierte en efecto, el efecto on causa. Pero 4podemos acaso limitarnos a dejar establecido que entre Jas cosas existe una accién reefprocat imos a examinar, por ejemplo, Jas eausas del floreci- miento de la personalided humana, su desarrollo en todos los aspectos en el pais del Socialismo. Comenzamos entonces por establecer que los obreros y los campesinos derribaron a los eapitalistas y terratenientes, liquidaron las clases explotado- ras y eonstrayeron una economia socialista. Las relaciones so- cialistas de produceién son la eausa, la base sobre la cual erece ¥ se consolida el Estado Socialista de los obreros y campesinos. Pero, el tipo socialista del Estado Soviético es, a su vez, causa de la evolueién més grande, no vista hasta ahora en la his- toria, de la democracia soviética. Ln democracia socialista emencipa al hombre, abre ante él un ancho campo para la aplieaeién de sus energias, para la manifestacién de sus ini- ciativas, para su desarrollo en todos los aspectos. ‘Vemos entonees que la causa y el efecto se cambian uno en otro, Hemos Hegado a la conelusién de que las relaciones socialistas de produceién, por intermedio del régimen politico soviético, por medio de la democracia socialista, son la causa del florecimiento de la personalidad humana. El floreeimiento de la personalidad humana en la URSS ejeree, a su ver, una enorme influencia sobre el desarrollo de 1a economia s0- cialista, sobre el ritmo de su desarrollo. Por ejemplo, una de les condiciones decisivas del movimiento stajanovista, fué In aparicién de una nueva y alta téenica socialista. Pero el mo- vimiento stajanovista, la aparieién de hombres que, segiin ex- presidn de Stalin, dominan plenamente 1a técnica de su.espe- cialidad y saben extraer de ella el maximo de lo que puede extraerse,-es, a su vez, Ia causa de un erecimiento mayor atin de la técnica socialista, de la productividad del trabajo, ete. | ; 4 { i Ex Mérovo Dranforico Marxisra 57 Olvidar esta objetiva © importantisima acoién reeiproca de los fen6menos, significa cerrarse el camino hacia una com- prensién justa, cientifiea, de las cosas. El marxismo-leninismo no puede Jimitarse a la compro- bacién del hecho de la existencia de Ia aceién recfproca. Ple- Janov dijo con razén, que limitar el andlisis tan s6lo a la com- Probacién del hecho de la accién mutua de los fenémenos entre si, en un “‘punto muerto de accién reciproca””. ___ Tal limitacién conduce inevitablemente a considerar. como iguales todas las causas, todas las conexiones, A tal conclusién eg6, por ejemplo, uno de los mis des- tacados representantes del materialismo francés del siglo XVIII, Holbach, que reconocfa la accién reciproca de los fendmenos. Holbach eseribia i por los efectos juzgamod las eausas, ninguna habré en el universo: en una Naturaleza en quo todo est unido, en’ que todo se mueve y se altera, so compone y se descompons, se for~ ma y se destruye, no puede haber un solo dtomo qtie no juegue un papel importante y necesario”. (36) _, Los fenémenos més inesperados y més_insignificantes, dijo Holbach, pueden convertirse en caitsa de los cambios mas grandes en Ia Sociedad “La bilis exaltada de un fandtico, la sangre demasiado ar- diente de un conquistador, In poca facilidad de la digestion en. el estémago de un monarea, y hasta el capricho de una mujer, son eausas mas que suficientes para encender una guerra, para hacer degollar millones de hombres, para demoler muchas mu~ rallas, para reducir a conizas las eludades, para cubrir naclones enteras de luto y miseria, para suseltar el hambre y la peste, 7 Para propagar durante muchos siglos 1a desolacion y las cala- midades sobre la superticie de In tierra”. (87) Idéntiea conclusién se podria sacar, por ejemplo, del si- guiente hecho: (80) P. Holbach, Sistema de la Netarslens, phe. 447, Soetzkgis, 1940, (87) Tem. 58 ‘M. Rosenran Las ideas, en tiltima instancia, nacen sobre la base de las condiciones materiales de vida de los hombres. Pero las ideas, a su vez, ejereen una poderosa influencia sobre las condiciones materiales. Sobre esta base se podria entonees concluir: las condiciones materiales de vida de los hombres y sus ideas tie- nen un igual valor, una misma fuerza, | En realidad, esto no es asi. La existencia social deter- mina la conciencia social, y por mAs grande que sea el papel do las ideas, el valor de primer orden en la evolucién de la Sociedad eorresponde a las condiciones materiales de la vida, a la base econdmiea, a las fuerzas produetivas y las relaciones de produecién, __ Por es0, el método dialéetico no se limita a la comproba- cin del principio de Ja existeneia de Ia conexién universal y de la accién mutua de las cosas, sino que exige siempre el examen de los fundamontos de esta aceién reeiproca, las cau- sas decisivas, més: importantes, del nacimiento de este o de aquel fenémeno. En Ja accién mutua entre Ias relaciones socialistas de produecién y el desarrollo de Ia conciencia socialista, tal fun- damento son las relaciones socialistas de produecién. Se podria pensar también que el método dialéctico, al des- cubrir el vineulo universal de los fenémenos, exige el examen de toda la eadena de eausas, de todos los vineulos y relaciones de las cosas entre si. Pero no; la conexién de los fenémenos es tan universal y general, que para el examen de las causas de un fenémeno cualquiera, habria necesidad de citar una enorme cantidad de cosas y de sucesos, que directamente no tienen ninguna relacién eon el fenémeno en cnestién, que no tienen para él una importaneia decisiva, Por eso, el método dialéetieo requiere el andlisis de las causas decisivas, que condicionan este o aquel fenémeno, el examen de las conexiones y relaciones orginicas més importantes, 4 En su lucha cotidiana por el comunismo, el Partido Co- munista se guia por el anflisis dialéetico de la situacién, por Ex Mérono Duntorico Marzisra 59 la consideracién dialéetica de todas las condiciones en que vive el pais, La historia del P. C. (b) de la URSS da una enorme can- tidad de ejemplos de cémo en la solueién de los problemas mas importantes de la, revolueién, el Partido investiga y estudia en todos sus aspectos la conexién y Ia interdependencia de Jas condiciones sociales y politieas, de emo sus eonsignas xe- flejan lo especifico, lo particular de la situacién en cada pe- riodo histérico. La consideracién de todas las condiciones deeisivas, ne- cesarias para la realizaciin de este o aquella tarea, constituye siempre el principio director de la actividad del Partido. Lenin eseribfa: “Del conjunto de todos Jos aspectos del fenémeno, de Ja realidad ¥ sus relaciones mutuas, he aguf de lo que se compone Ja verdad”. (88) Estas formidables palabras signifiean que el método dia- Uéetieo requiere que sea tomado en cuenta todo el conjunto de las conexiones y relaciones més importantes de los fend- menos, que en la cadena general de las condiciones, el desco- nocimiento de un eslabn necesario cualquiera, amenaza alte- rar la verdad, hacer fracasar la empresa. Una ilustracién clara de esta manera dialéctiea de afrontar el anélisis de las eondi- ciones, es el siguiente hecho: Al examinar el problema de las condiciones indispensa- bles para el desarrollo en masa de los coljoses, el eamarada Stalin, en su diseurso en el Pleno del C. C. del P. C. (b) de la URSS, en abril de 1929, “‘Sobre la desviacién derechista enel P. C. (b) de la URSS", dijo que habfa vocingleros ‘‘iz- quierdistas”’, que afirmaban que el Partido se habfa retrasado en lo que se refiere al desarrollo de los eoljoses. El camarada Stalin demostré que no era posible examinar este problema, al margen de sus conexiones con toda una serie de condiciones histéricas, necesarias para la realizacién de un plan de colectivizacién en masa, Dijo que (88) Lenin, Cuadernos Mlosstiecr, pigina 1% 60 ‘M. Rosenrar, ‘ara realizar este plan, era necesarlo que so diesen toda una serie de condiciones que'no se daban antes en nuestro pals ¥ que no se han presentado hasta estos ultimos tiempos”. (89) El camarada Stalin sefialé cules son estas condiciones. Desde hace mucho, el Partido previé Ia necesidad de los coljoses ¥ sovjoses; pero Ja sola previsién por parte de la di- reeeiin eentral del Partido, no es suficiente. Nuestro Partido es un partido de millones ‘de hombres, ‘Para poder evar a la préctica el plan de un movimiento de masas en pro de los coljoses y los sovjoses, era necesario ante todo, que la direccién dal Partido se viese epoyada en esto or lg masa del Partido... Por tanto, era necesario convencer ‘@ Ia gran masa del Pariido del acierto de la politica de su direccién”, (40) Esta era la primera condicién. La segunda condieién consistia en la necesidad de que los propios campesinos, por su experiencia, eomprendiesen la ven- taja de los coljoses sobre 1a explotacién individual, ‘‘que entre Jos campesinos se produjese un movimiento de masas hacia los eoljoses”’. ¥ esto requeria cierto tiempo. El Partido no pudo colocarse en la via del desarrollo forzado de los col;oses, que hubieva sido un perjuicio y no hubiera dado ningin resultado. Luego, para realizar el plan de colectivizacién en masa, era necesario que e] Estado dispusiese de los medios materia les necesarios para el financiamiento de los sovjoses y eoljoses. Esta era la tereera condicién obligatoria, sin la cual re- sultaba imposible sofiar con los eoljoses. La colectivizacién socialista de las pequefias economias campesinas, significaba eolocar como fundamento de una gran cconomfa rural una alta base téenica. La economia rural s0- sialista necesitaba tractores, combinados y otras maquinas, Y para eso se requerfa que el pais poseyera una industria Aesarrollada, Esta era In enarta condicién. (80) Stalin, Custtiones det Tonlniame, pég. 294, ed. eapestts (40) Taen,| Ex Miirovo Dranéorrco Marxista 61 El camarada Stalin sefial que sélo cuando el conjunto de estas condiciones legs a erearse, el Partido planted la eon signa de la colectivizacién en masa. Sin la existencia de estas condiciones, el intento de realizar una colectivizacién en masa hubiera sido una aventura, Es asi como el Partido, empleando siempre el arma del método dialéetieo, asegura con éxito el desarrollo do la cons- truceién de la sociedad socialista. Ahora se pueden extraer algunas conelusiones que se de- rivan de lo expuesto en este capitulo, La conezién universal y la interdependencia, contraria- mente a las afirmaciones de la metafisioa, son la ley necesa- ria de toda la realidad. Al margen de las’ conexiones y de 1a accién rectproca, los objetos no hubieran podido existir. La conexién y la acoién reeiproca hacen de todo el movimiento que se efectéa en la Naturaleza, un proceso dnico. Sin tener en cuenta el condicionamiento mutuo de los fenémenos y pro esos, no es posible comprenderlos en su necesidad, en su evo- wolucién sujeta a loyes. La auténtica ciencia comienze allt donde la reatidad objetiva es estudiada y examinada como un Proceso necesario y sujeto a leyes. La consideracién de todo el conjunto de las conexiones y relaciones decisivas de los fenémenos es indispensable para wn conocimiento correcto y, por consiguiente, para una aceién revolucionaria justa, CAPITULO 1 EL MOVIMIENTO Y LA MUTACION, LA RENOVACION Y LA EVOLUCION DE LOS FENOMENOS TEORIA METAFISICA SOBRE EL ESTANCAMIENTO E INMUTABILIDAD DEL MUNDO. — TEORIA MECANICISTA DEL MOVIMIENTO. — TEORIA DIALECTICA DE LA EVOLUCION, — LA MATERIA Y EL MOVIMIENTO. LA INTERPRETACION DIALECTICA DEL MOVIMIENTO, COMO DE LA MUTACION EN GENERAL — EL MOVIMIENTO Y EL REPOSO, — EL CARACTER RELATIVO DEL REPOSO Y EL CARACTER ABSOLUTO DEL MOVIMIENTO. — ESENCIA REVOLUCIONARIA DE LA TEORIA DIALECT. CK DE EVOLUGION. — FUERZA INVENCIBLE DE LO QUE NACE Y SE DESARROLLA, — CONCLUSIONES. 1 La negacién por los metatisicos de Ja existencia de la conexién universal y la interdependencia de los fenémenos, trae inevitablemente como consecuencia la negacién de la evo- Jucién, Ja afirmacién del reposo y de la inmutabilidad, como Jey objetiva del mundo. Semejante deduecién es completamente conseeuente. Si Jas cosas no estén vineuladas unas con otras, tampoco hay ni puede haber una evolucién, una renovacién. Recordemos emo enjuiciaron el socialismo, por ejemplo, los socialistas utdpicos. No vefan ninguna relacién entre la evolucién de la sociedad capitalista y el préximo socialismo. Este ‘ltimo habia de apa- reeer, segiin ellos, como consecnencia de la realizacién de una idea racional. Por lo tanto, el socialismo no es el resultado del movimiento, de la evolueiGn de la sociedad precedente. 6s ‘M. Rosenran Los metafisicos no niegan el movimiento, pero sélo reco- nocen la forma més simple del movimiento’ meeiinico, como tinica y universal forma del movimiento. En el siglo XVIII era natural esta gencralizacién. De entre todas las cieneias, 1a meeénica era la mas desarrollada, La quimica, la biologia y demas ciencias, se hallaban apenas en la fase inieial de su desarrollo, Se comprende por eso que los filésofos extendieran la forma meciiniea del movimiento a todos los dominios del mundo. Pero todavia hay ‘te6ricos”” que defienden hoy el punto de vista mecanicista. Cuando Ia eiencia hha hecho tanto progreso, este punto de vista constituye una verdadera reaceién, 4Qué es la forma mecéniea del movimiento? De ejemplo simple de esta forma de movimiento puede servir el ehoque de dos bolas. Una de las bolas se halla en es- tado de reposo mientras no choca con la otra, a la que pone también en estado de movimiento, El movimiento, por lo tanto, consiste en el choque de dos objetos exteriores, en la accién mutua de estos objetos exteriores tno en relacién con el ott He aqui Ja definieién del movimiento dada por los #i sofos colocados en el punto de vista mecanieista. Bl filésofo francés Descartes (1596-1650) eseribfa que el movimiento. -..0 8 otra cosa que una accién mediante Ia cual un ‘cuerpo pasa de un sitio a otro”; el movimiento es“. .el despla- zamiento de una parte de la ‘materia o de un cuerpo, de la vecindad de los cuerpos que directamente le tocaban y lo con sideraban en reposo, a la vecindad de otros euerpos". (41) Otro filésofo, Holbach, definié de esta manera el movi- mienti ‘EI movimiento es un estuerzo que un cuerpo hace para cambiar do lugar, esto es, para corresponder sucesivamente con las diferentes partes del ‘espacio, 9 blen para cambiar de dis- tancia relativamente a otros cuerpos”(42) De esta manera, el reconocimiento de la forma mecé- nica del movimiento como la tiniea, signifien que todo movi- (41) P, Descartes, Obras, tomo I, phsina 49, 1914, ed. rusn, (42) P. Holbach, Sistema dole Natures, pg. 25, . nwen . Ex Mérovo Dinero Marxisra 65 miento es un simple desplazamiento de los euerpos en el espa- cio, a consecueneia del choquo de objetos exteriores y como re- sultado del impulso recibido desde fuera. Algunos mecanieistas afirman que la materia es pasiva, en si misma, y que el primer impulso del movimiento lo ha dado Dios, Otros mecanicistas reconocen el movimiento como una pe- culiaridad inalienable de la materia, niegan a Dios, pero no reconocen otra forma de movimiento que la mecdnica, ‘La metafisica reposa integramente sobre esta interpreta- gién del movimiento. De ella resulta que todos los objetos fen6menos son considerados como si se eneontraran en un e2. tado petrifieado, inmutable. Por eso, a la pregunta de dénde salieron Ia tierra, ol sistema solar, los animales, los vegetales, los hombres; el metafisico, si quiere ser consecuente, debe com. testar que todo esto existié, existe y existira eternamente. El movimiento, segtin el punto de vista del metafisico, no es el nacimiento de lo nuevo y 1a desaparicién de lo viejo. De acuerdo con este punto de vista, eseribia Engels: “Sea cual fuere el modo por ol cual 1a Naturaleza habia le- gado a existit, una vez existente, permanecfa tal como era mien tras existiese. Los planetas y sus satélites, una ver pucttes oa movimiento por el misterioso “primer impulso”, segulan isan do y sirando en las elipses prescritas por toda la elernidad: 0 Por Jo menos hasta el tin de todas las cosas, Las estrellas repo, Saban para siempre fijas ¢ inmoviles en sus sitios, sosteniémincs unas a otras por la “gravitacién universal”. La tierra habia side la misma desde siempre, o desde el dia de su ereacion, sooty se prefiera ereerlo, Los actuales cinco “cinco continentes" fe bfan existido siempre y tenido siempre las mismas montahes, va. les y rfos, el mismo clima, 1a misma flora y fauna, extepte eco hubleran s{do cambiados por In mano humana o por el trasplow. te. Las especies de plantas habian sido fijadas para sienera desde sus origenes. Cada especie generaba siempre la mone? ‘Todo cambio, todo desarrollo de la Naturaloza era uegade"s (a Idéntieo punto de vista imperaba también en Ia explica- cién de lus fenémenos sociales. Los materialistas franeeses, por (49), Bagels Dialéticn do to Naturslesa, pigs. 10017. EA, “Proble~ mas". Ba, Also 66 ‘M. Rosmeran ejemplo, batallaron por la sustitueién de la vieja sociedad feudal por un nuevo orden social. Su lucha contra el feudalismo expresaba el cambio efec- tivo de las condiciones materiales de la vida, las necesidades reales de sustitucién de un régimen social por otro. Pero la interpretacién que dieron a esta Iucha era netamente meta- fisica. Las causas de la necesidad de substituir el viejo ré- gimen, vefanlas en les peculiaridades de Ja naturaleza humana inmutable, dadas de una vez para siempre, Desde tiempo inmemorial existfa el hombre natural con Ja normal naturaleza humana. Pero dentro de este hombre so introdujo otro hombre artificial. , he aquf, que on esta cuova interna so ha encondido la guerra civil, que perdura toda la vida, A veces es el hombre natural el 'vencedor, a veces Ie vence el hombre moral, artificial”. (44) La lucha contra el feudalismo era considerada también como la lucha por el hombre'natural. Como ve el lector, esta interpretacién parte del concepto de una “naturaleza humana’ hecha, dada de una vez para siempre. Bien enteridido: el hecho de que los materialistas franceses hayan comprendido falsamente las auténtieas causas de- su lucha, no disminuye el valor progresista y objetivo de su acti- vidad. Ademés, entre los mejores representantes del mater lismo franeés habfa no pocos que rebasaron los mareos de la metatisiea y favoreeieron el desarrollo del pensamiento dia- éetico. Pero, en general, estos fildsofos seguian eolocados to- davia en el terreno de la metatfsica. Asi, pues, de acuerdo con la interpretacién metafisica, el mundo es inmutable y se halla en estado de quietud ¢ in- movilidad. ¥ gcémo resuclve este problema el método dialéeticot (44) D, Diderot. Obras ensosides, tomo T, ph. 249, of. xusn. 1926. Ev Mérovo Dinero Manxisra or 2 El solo hecho de que el método dialéetico reclame que Jos fenémenos sean estudiados en sus conexiones e interdopen- dencia, dice a las claras que Ja dialéetica revolucionaria aborda de una manera completamente distinta la interpretacién de la Naturaleza. Si de la negacién metafisica de las conexiones universa- les se deriva el punto de vista sobre el mundo como una sus- tancia eternamente inmutable y en reposo, la teoria dialéctica de Jas conexiones universales significa que el mundo se halla en un proceso de constante evolucién, movimiento, renovacién. En realidad, las eonexiones y la accién mutua de los fené- menos demuestran que unos provienen de otros. La vida pro- cede de la Naturaleza inorgénica, las especies vegetales y ani males se han transformado en el transcurso de un largo pe- riodo, de inferiores en superiores, de simples en complejas. Idéntico cuadro vemos también en la Sociedad, gracias al principio dialéctico de las conexiones universales. Sin el ré- gimon del comunismo primitivo, ol esclavista seria un absurdo sin el esclavista, lo serfa el feudal, sin el feudal, ocurrirfa lo mismo con el capitalista; sin este iltimo, eon el socialista, Por consiguients, la ley de las conexiones demuestra que ni la Naturaleza ni la Sociedad existen en forma dada de una ‘Yer para siempre, sino que evolucionan. Unos fenémenos des- aparecen y otros nacen en su lugar. Partiendo de este punto de vista, Lenin eseribfa que Ja conexién universal de los fendmenos nos da el vinico proceso mundial del moviiniento, “Por oposicién a la metafisica, la dialéctica no considera Ia naturaleza como algo quieto © inmévil, estaneado ¢ inmutable, sino como algo sujeto a perenne movimiento y a cambio cons: tante, como algo que se renueva, y so desarrolla incesantemen- te, y donde hay siempre algo que naco y se desarrolla y algo que muere y eaduca, “Por e80, el método dialéctico exige que los fenémenos se examinen no s6lo desde el punto de vista de sus relaciones mu= tuas y de su mutuo condicionamiento, sino también desde el punto de vista de su movimiento, de sus cambios y de su des- 68 ‘M. Rosenman, arrollo,, desde el punto de vista de su nacimfento y de su muerte”, (45) Esta conclusién se fundamenta en el estudio y sintesis de los fnémenos més diversos de la realidad. ‘Todo lo que examinemos, planetas, astros, condiciones geogrificas, vegetales, mundo orgénico, en una palabra, lo que nos rodea, desde los cuerpos materiales més grandes, hasta el aislado étomo de la materia, todo se halla en movimiento, en proceso de nacimiento y de desaparicién. Nada esté libre de movimiento, desarrollo y eambi Durante mucho tiempo imperaban las ‘teorfas de que Ja materia, por si misma fuera una fuerza creadora, que sin un ereador extraiio a ella, es inerte, pasiva. Para explicar el origen de todo el miiltiple y variado mundo, se recurria a la idea de que, junto a la existencia de la materia pasiva, una cierta “forma”? incorpérea, activa, un alma pone en mo- ‘vimiento 1a materia, ereadora de toda Ia riqueza de formas en la Naturaleza. Otros negaban simplemente los cambios en la Naturaleza y afirmaban que en el mundo “‘no hay nada nuevo bajo el sol”. Un ejemplo singular en este sentido lo constituye Hegel. Bra dialéctico, afirmaba la existeneia de leyes de evolucién y de mutacién; pero en cuanto a la Naturaleza, negabavsu evo- Jucién y mutacién, Consideraba la Naturaleza como el eonjunto de los’ mismos movimientos inmutables que se repiten eter- namente, Hegel separaba radicalmente la Naturaleza de Ia So- ciedad; consideraba esta altima como una esfera puramente espiritual. La Naturaleza, la materia, segim su punto de vista, ¢ algo inferior en comparacién con el dominio espiritual. Mientras el dominio espiritual tiene capacidad de perfeccién, de ereacién de algo nuevo, de mutacién, la Naturaleza carece de esa posibilidad. Dejemos la palabra al propio Hegel “Con toda Ia infinita y méltiple varledad de Tos cambios que se efectian en la Naturaleza, en todos ellos se manifiesta (45) Historia det P ©. (b) do In URSS, pgs, 122-128, od, eapatta. Ex Mérono Dianforrco Marxisra 69 un solo movimiento en cfreulo que se repite eternamente; en la Naturaleza no hay nada nuevo bajo el sol y, en este aspecto, el miltiple y variado juego de sus formas produce fastidio. Sélo en los cambios que se operan en la esfera espiritual hay algo nuevo”. (46) El materialismo dialéetieo, apoysindose en los avances 1o- grados por la ciencia durante el siglo XTX, refuté esos puntos de vista y oreé la tniea teorfa cient{fiea y eonseeuente de la evolucisn. El materialismo dialéctico afirma que no hay materia sin movimiento, asf como no hay movimiento sin materia, El mo- vimiento es la propiedad inseparable de la materia. El movimlento es el modo de existencia de a materia, Jamés, nien parte alguna, ha existido ni puede existir, materia sin movimiento, Movimiento en el espacio absoluto, movimien- to mecinico de pequeias masas en cualquiera de los mundos existentes, vibraciones moleculares en forma do calor ode corrientes eléctrieas 0 magnétions, andliets 0 sfntesis quimica, y vida orgéniea: en una u otra de estas formas de movimiento, 0 en varias a la ver, aparece cada atomo concreto de materia Gel mundo en cada momento dado”. (47) Si el movimiento no fuera inherente’a la materia, no po- Arfamos conocer ni una sola propiedad de un objeto, Precisa- mente porque la materia y toda su forma, existe en movi- miento, los objetos revelan sus eualidades, sus propiedades. De un euerpo que no se halla en movimiento, dijo Engels, no se puede decir nada. Considerando cada objeto como la manifestacién de una determinada forma del movimiento de Ia materia, eonocemos Jas propiedades que le son inherentes a diferencia de otros ob- jetos. Ala forma meefniea de movimiento Ie son inherentes tnas propiedades, a la forma quimich otras, ete. Por consiguiente, para su movimiento, Ia materia, no tiene necesidad de ningfin “alma”, de ninguna “forma’” incorpé- rea, ete. El movimiento es la ley de existencia de la materia, Ia forma de su ser. (48) Hoge. Obras, tomo VIII, pls. 61-52, od. rosa, 1935. (47) Bogela, AnticDUbring psa. 59-60, 2. Bronto Cultural, 36sico. 70 M. Rossyra Pero no basta con establecer el hecho de que el niovi- miento es propio a la materia. Esto tampoco lo negabai 1és materialistas que tenfan un punto de vista metafisico. El jii- cio de sus teorfas consistfa en que comprendfan el movimiento como un desplazamiento puramente meeénico en el espacio, y« Por eso no vefan que el movimiento es el canbio de los objétos, a desaparicién de los viejos y el nacimiento de los nuevos, la Perpetua renovaeién de la Naturaleza. El idealismo de Hegel, como el de muchos otros idealis- tas, se explica también en cierta medida, en que, si Hegel ret conocia a la materia, a la Naturaleza, la propiedad del movi- miento, sélo lo reeonoeia como un desplazamiento mecénico en el espacio, como movimiento en un efreulo eternamente in- cambiado. En cambio, las formas superiores, como la eoncien- cia y al raciocinio, las atribufa a Dios, a la “idea absoluta”, ¥a que con el movimiento meefmieo solo no es posible, ni mu. cho menos, expliear el origen de la conciencia. En realidad, el movimiento no es tinieamente desplaza- miento mecénieo en el espacio. También son movimiento el calor, 1a luz, la tensién eléctrica, 1a composicién y descompo- sici6n quimieas, Ia vida y Ia conciencia. Ademas, todas estas diversas formas de movimiento estin intimamente relaciona. das entre sf, se truecan las unas‘en las otras. Fin Ja Naturaleza inorgéniea eada objeto esté sometido a la influeneia meednica ¥ Fisica que producon en él los cambios constantes. La frota. cién y el golpe engendran movimientos molecnlares jnternos que, en eiertas condiciones, se transforman en calor. La com. Posicién y descomposicién quimieas engendran nuevos fend. Tuehos, y convierten unos fenémenos en otros. La vida es tam. bién una forma superior y peontiar del movimiento que, por ‘via compleja, nace de las formas inferiores del mismo. Todo esto atestigua quo el movimiento no es sélo el des- Plazamiento meeinico en el espacio, la forma inferior, primis tiva del movimiento, sino también el cambio en general. “EI movimiento, en relaciOn a la materia, —eseribia En- Bels—, es un cambio en general” (48) (38) Boeels, Diatetes ae ta. Nature OE, 16, 0d. ress, “Bu Méro0 , Dui fortes Manxisra a Pero, jqué es el movimiento como eainbio? Es un eterno “prgeeso dé renovaciin y de evolucién om of que nada perma-, ieee westaneado © incambiado, donde siempre nace y se des- ittolla algo, se desintegra y.desaparece algo. 2° A esta interpretacién del movimiento como un cambio en general, tinica cientifica, Ia ciencia legs como resultado de las més grandes conquistas del siglo pasado. Ciencias como la geo- logia, 1a paleontologia y otras, demostraron que la evolueién de la superficie de la tierra, del mundo orgénico, se efectud mediante eambios. La historia de la tierra conoce varias épocas 3 periodos geolégicos, y durante estas diversas épocas, exis. tian también diversas especies de animales y de vegetacion. El famoso sabio ruso K. A. Timiriazev demmestra en su libro ‘La vida de los vegetales”” que la vegetacién del globo terrestre es ahora completamente distinta a la de épocas geo- égieas anteriores. ‘verecthnte, todo, —oseribe—, hacen su aparietén equiseticeos, helechos, plaunos, todos vegetaies esporiteros; después aparece famblén vegetales de semillas y de entre ellos, primoramente Jos més simples, los asperafolieos, y més tarde todos los mas compuestos, los més perfeccionades por su organizacién: dco {ledéness, que predominan hasta ahora en nuestro planeia. Por consiguiente, con el correr del tiempo, a los tipos ya existentes se incorporaron nuevos tipos, de vegelales, venciéndolos por eu multiplicided y, ademas, a 16s mds simples se unieron los més + complojos", (49) Idéntico cuadro se puede observar también en Ja historia del reino animal. El actual reino animal no es el mismo que el de antes. Unas especies eedieron su lugar a otras, se trans- formaron en otras. Por consiguiente, el desarrollo del mundo orginieo es un proceso de desaparieién de unos fenémenos y del nacimiento de otros; ademas, um proceso en el que unas formas orginieas se desarrollan de otras, Este proceso de desarrollo de unas formas en otras no fué reconocido durante mucho tiempo por los sabios, que man- tenfan el punto de-vista metafisico sobre la inmutabilidad de » _E, Ag imisiaser, La vide de Jon vegstales, Obras, tomo TV, phe. 1302, (Cd) su, “iode 2 E M. Rosewran a Naturaleza, Avin después que las excavaciones goolégicas demostraron que en distintas épocas existieron sores orgénicos Aiversos, 1os sabios dieron a este hecho una interpretacién quo no rebasaba Ios marcos de la teor‘a metafisiea aegrea de la in- mutabilided de Ie vida. ‘Asi, el naturalista franeés Cuvier (1769-1832) explicaba este hecho por la teoria metafisiea de las catdstrofes, La his- toria de la Tiorra, deci Cuvier, es una serie de eatistrofes olosales sucesivas, que han destrafdo todo lo vivo que po- blaba la Tierra. Después de cada una de estas catistrofes, aparecié una nueva vide, muovas especies. ‘S6lo Darwin destruyé Ja teorfa motafisiea de 1a inmuta- bilidad del mundo orginico. ‘También el movimiento de la Sociedad humana se efeétia como un cambio, como la muerte y la destruecién de Jo viejo y el nacimiento de lo uuevo, como la evolucién de unas formas Sociales a otras. A lo largo de dos milenios y medio, la Socie- dad atrevesé un enorme.camino de evolueiin. En ¢l proceso de esta evolucién, tuvieron lugar cambios esenciales: unas for- maciones social-econémiess codieron su lugar a otras. En Ja Sociedad, como en In Naturaleza, no sy nada eterno, inmutable, estancado, dado de una ver para siempre. Los moetaftsieos gustan reforirse a la quictud, el equili- brio que tiene Ingas, tanto en Ie Naturaleza como en la Socie- dad y que, segéin ellos, refuta la teorfa dialéctica de la evolu cin y mutacién eternas, La quietud, el equilibrio tiene, efec- tivamente, lugar en la Naturaleza y'en la Sociedad, pero los metafisicos lo interpretan de tma manera false, La quietad no existe independientemente, sino como un momento de la’evolucién, del movimiento, y sin él es inexplics- ble. Bl movimiento y la quictud so hallan en unidad. No hay equilibrio, quietud, sin movimiento, como no hoy movimiento sin, equilibrio, Pero el equilibrio es relative, temporal, pasa- ‘ero, y el movimiento es eterno, no pasajero, absolute. El materialismo dialéctico no atirma que en el proceso de Ja evolucién todo cambia con una rapides e impetuosidad tal, que no hey nada estuble que no ¢o halle en un equilibrio ‘ Ex Mérovo Disnomoo Manxiema 7 temporal. Si la evolucién taviera este cardécter de cambio, no habria objetos ni-vide, A nuestro rededor vemos una snultitd de objetos que Gurante un tiempo, corto 0 largo pormaneoen estables, en repos0. Ta vida do cada orgenisino: humano, por ejemplo, 5° halla en un equilibrio. Pero este equilibria es relative y tem- poral. Bs relativo, porque las partfeulas més pequefias del 0: ganismo y sus grandes érganos s0°hallan en un movimiento constante, Ms atin, el equilibrio del organismo s6lo se man tiene gracias a su ‘funcionamionto normal, y esto timo es una forma del movimiento, Por consiguiente, el propio equi- Ubrio es el resultado del ‘movimiento y 60 halla siempre en El equilibrio del organismo no s6lo es relativo, sin tam- bién transitorio, Los procesos que so efestéian en el organismo tendrén la muerte como resultado, en alguna fase de su vida, 5 decir, 1a desaparicién, la negacién del equilibrio. Cualquier euerpo puede hallarse en wm reposo temporal sobre la Tierra, pero este mismo cuerpo participa’ en-el movi- miento que efeciia Ie Tierra y todo el sistema solar; por 10 tanto, su reposo también es relative en ose sentido. Para demostrar Ia eternidad y 1a inamovilidad del prin- cipio de la propiedad privada, dela divisién de la sociedad en rieos y pobres, en explotados y explotadores, los ide6logos de Ja burguesia invocan el hecho do que la propiedad privade permanece a lo largo de muchos siglos y que, por lo tanto, es ‘Ja forma natural de vida de los hombres. La propiedad pri- vada es la que mantiene 1a Sociedad en un equilibrio abso luto, en reposo; sin la propiedad privada no hubiera sido posi- bié ta existencia de In Sociedad. Este punto de vista metatisico sobre Ia Sociedad, es re- fatado por toda Jo historia de le evolucién social. La ‘propie- did. privade no siempre ha existido, nacié como resultado de Ja evolucién histérica de la Socjedad. La propia propiedad pri vada, que nacié y fué duranto un. largo perfodo histérico la ase de la estructura social, tampoco permanceié inmutable, sino que sus formas ban cambiado, Tanto el régimen esclavista, como el feudal y el eapitelismo se cimentaron sobre la propie. 14 ‘M. Rosewran dad privada de los medios de produccién. El capitalismo es la ltima forma de sociedad basada en la propiedad privada. Eu el seno del régimen de propiedad privada capitalista, se efee- ‘tia constantemente un movimiento: se acreeientan las fuerzes produetivas de la Sociedad, se acentia la lucha de clases entre el proletariado y la burguesfa. El ‘‘reposo”” de esta sociedad es tan relativo, que a simple vista nos reeuerda un tempes- tuoso oeéano. El movimiento y la evolueién del capitalismo preparan objetivamente el fundamento para el nuevo régimen socialista. Al llegar al Poder, la clase obrera destraye Jas clases explotadoras y Ia propiedad privada, y crea una sociedad ba- sada en la propiedad coleetiva, socialisia, de los medios de pro- duccién. La propiedad privada, que ha sido necesaria en su tiempo debido a una serie de eausas hist6rieas, desaparece para, siempre. La evolucién no se coneilia con los prineipios eternos, eon las normas inamovibles, con las formas de vida dadas de una vez para siempre. Cada perfodo histérieo en la evolucién de la Sociedad co- noce sus leyes especfficas, que cambian junto con el movimiento de Ja Sociedad en cada nueva fase. Las formas del movimiento, la evolucién de la Sociedad son diversas, relativas; s6lo su movimiento, el desarrollo, tiene un valor universal y absoluto, Asimismo, las formas aisladas de existencia de la ma- teria, son temporales, pasajeras, y s6lo absolutamente univer- sal y eterna la propia materia en movimiento. En el mundo, deefa Engels, no hay nada eterno, “a no sor la matoria oternamente cambiante y en eterno ‘movimiento y las leyes por las cuales se mueve ¥ cambia”.(60) La materia se mueve y se desarrolla de acuerdo con sus propias leyes. Todo el mundo, orginieo ¢ inorgénieo, inelufdo el hombre pensante; toda la variedad méltiple del mundo y sus formas de manifestacién; todo es el producto de la mate- (G0), Bogels, Diclégticn do a Nataratess, pig. 85. Ba, “'Problomas"™, Ba. Mee Ex Mérovo Dusnéorco Manxisra % ria, el resultado de su difereneiacién, de la transformacién de una forma en otra, de la forma inferior en superior. En virtud de estas mismas leyes materiales, todo este rico y admirable producto de la materia, seré sometido a la muerte ¥ al exterminio. Pero jse puede pensar que luego la materia no seria capaz, una y otra vez, de difereneiarse y erear de nuevo Ja vida sobre nuevas Tierras, bajo nuevos sistemas solares? Engels di una respuesta a esta pregunta. Eseribié “pot mis millones de soles y de Tetras, que puedan pro- ducivie y desaparecer; por mas largo tiempo ave pueda, Teaue. ir la apariclén, on un sistema solar y sdlo en uno de sus plas netas, do ins condiciones de la vide orednica; por fanumerapies ue sean los seres orgénicos que deban aparccor y doaparecer antes de que entre elios se desarrollen animatos con wn corehro sapaz de pensar y quo encuentten por un corto perfodo con dlctones ate hagan postble au vide, ‘para ser Iuege. destruftos Inexorablemente; tenemos la seguridad de quo la materia, ‘en todos sus cambios, permanece siempre la misme, que no paede perder ninguno de sus atributas; y ae por 16 tanto, con la misma férren necesidad por Ia cual volverd. a destruiv en, 12 Tiorra a eu més alta floracién, ol eopiritn Densente, volverd & engendrarlo en otra parte y en otro tempo" Ce) 3 Al afirmar Ja evolucién y la mutacién como ley objetiva de la realidad, 1a dialéctica revolucionaria, ineulea en la con- ciencia de las masas trabajadoras combatientes, la fe en la precariedad de la sociedad capitalista, la fe en el triunfo inevi- table del nuevo régimen, del régimen del socialismo, Al mismo tiempo provoca el terror entre las clases explotadoras y sus ide6logos, y obliga a los enemigos de la revolueién a luchar contra la dialéctiea marxista, a defender el estancamiento y Ja inmovilidad. (51) Bngels. Dialectica do la Nataralora, lige. 96-06, Ed, “*Proble- mae Bs, “Liters .

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