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Derecho /Potica Ces Cererg pend Cea ey cee Cord Bla Stualdad, ol tate que dal ‘mos 4 log animales es objeto de una famportanteteorizacion desde Ia Eten {yb dade lugar a un potente mors ‘mien internacional de densa de Jos uo humsinos en el que parelpan sctvamente ingumerables mujeres iy flaci ello, ente Libr se pls tea uns serie de interogontes nel Albis Dobe esta cs Animal tener ep eueta los componentes de ner {ue subyacn ala dorinacon de los Simales? Se halon sufcentemente Feconoridas las aportaciones de las rajeres em entetrreno? Son neve fot los valores del cuidad para ly ‘tie Animal o basta con los pict: lo universal de justi? Es post ble aleansar un pentamiont erties & igualtans sin sender 3 by interes ‘erin que exite entre lor ditntas formas de dominaciin? cFeminisma y ‘cs Animal deben aeceraramente Sop econias Angélica Velasco Sesma LA ETICA ANIMAL. 2UNA CUESTION FEMINISTA? LAETICA ANIMAL {Una cuestion feminista? Angélica Velasco Sesma La Etica Animal (Una cuestién femini: a? Prélogo (aa Hl Puzo Este es un libro vaie idad con un lenguaje claro. Af motivos sesgos de género de las éticas ain a al tiempo que interpela al feminismo desde estas i timas, Me atrevo, por Io tanto, a decir que serd fuente de de bate enriquecedor tanto para el feminismo como pata el ani= {que trata un tema de gran actua- o que es valiente por varios ly malismo y el ecologismo, onamiento feminista de Angélica Velasco la Neva «realizar eriticas la forma en que se ha desarrollado la Etica Animal desde su surgimiento en el ttm tercio del siglo xx hasta su actual eclosién. A pesar de que las estadisticas de -muestran la presencia absolutamente mayoritaria de las muje- resen el movimiento de defensa de los animales, ocurre, como en tantas otras éreas dela cultura y la sociedad, que son los varones los que han sido abrumadoramente reconocides por sus aportaciones. En este sentido, podriamos deci que s ta ta de un caso ms de sexismo en la tradicidnfilos6ica, au rustaria sefialar que algo similar ocurre en la praxis. que La autora examina asimismo el sesgo androcéntrico dela Ftiea Animal. Porque esta no solo se ha constituido como un corpus de aplastante mayorla de pensadores varones, sino que hha desestimado las emociones empiticas como factor rele- vantea Ia hora de asumie posicioneséticas hacia los animales, De esta forma, ss filésofos de referencia contindan inmersos ‘nel discurso hegemdnico que devalta les experiencias eticas dde las mujeres. Ahora bien, esto no significa que la autora se pliegue alas Hamadas de algunas evofeministas que abando- nan totalmente el recurso a principios y derechos en favor de una ica contentualista, Considera que la ética del cuidado, {que se presentara en los afos ochenta del siglo pasado como stotra voos, ha de ser escuchada pero no debe pretender ser la “nied, ya que no posee elementos suficientes para la defensa de quienes no tienen vor. Tampoco encuentra saisfuctoria la solucion de ls ticas ecosistémicas holistas que se despreocu- pan por a suerte de las craturas individuales cuando estas no son humanas, cayendo asi als poste, en un antropocentris- mo extremo oculto en su aparente posicionamiento rupturis- ta.con respecto a la tradicibn flos6fica Entre las audacias que explican el ealificativo de «valen- te» que he otorgado a este libro, quizas la mis destacada sea {que se atreve con un tema tabi dentro del feminismo: vincular Ia opresién y explotacion sufridas por las mujeres con las ejer- cidas sobre los animales no humanos. Este lazo suele suit indignacida en aquellas personas que, habiendo superado el prejuicio de género, conservan, sin embargo, el de especie y Por-llo,enl fondo, consideran que lt cruetdad ola injusticia para con los animales son sol faltas menores. YY, st bu not least en ese ariesgado recorido, Angélica Velasco no teme abordas el encendido dchate sobre la prostitu: cién que tanto enfrentamiento ha generado para examinar ‘stableciendo paralelismos-— cémo ha de ser un individuo rmoralmente evolucionado y una ciudadania plenamente demo- critica en st comportamiento con seres humanos y animales 10 Eserita como ha de sero toda oba auténtica —con razin y pasion—La Etiea Animal ¢ Una cuestién feminista? demaes- ‘a una ver mas que el femisismo es pensamiento emancipa- torio capaz de inspirare impulsar nuevos desarrolos criticos Iiberadores que nos acercan al horizonte de una cultura de paz, Puede decirse, por lo tanto, que retoma un sendero histé- rico feminist olvidado: el de las suagistas que compararon la subordinacién de los animales con la propia y que denn ciaron la simiitud del maltrato suiride por mujeres y ania les domésticos en el espacio oculto del hogar y en ia ciencia| patriarcal Delesquemegustanlosanimales»timidoyubochornado de tantas mujeres (Iratando de disculperse por sus sentimien: tes compasivos y por su preacupacidn y tristeza ante los abu sos yel martrioy desamparo del esto de criaturas vivientes) 2 la conciencia animalista que ya no calla ni se sonroja, hay tun paso que no siempre es dado. Para franquearlo, se ne- fan argumentos conceptuales que perinten articular Ios entimientos y las vivencias en un conjunto coberente y versalista yliberadora sino comprende esta conexién? ;Cbmo cconsiderar que un caracter es virtuoso si hasta sus prcticas ‘cotidianas estin basadas en el dominio del mas debil? Como lograr un mundo basado ea les principios democrats de libertad, igualdad, fraternidad/sororidad, slidaridad y soste- nibilidad st no se tienen en cuenta nuestra interconexi6n e in- terdependencia con la aaturaleza y con los animales? ;Como ‘conseguir una Etica Animal satisfactoria sino incorpora todo To que aporta Ia perspoctiva de género? Estas son las pregon- {as que guian este Ibro y a las que intentaré responder a lo largo de estas paginas. [Antes de comenzar el desarrollo de las cuestiones plan- teadas, deseariaexpresar mi agradecimiento a todas aquellas personas que, de un modo u otre, han fciitado que ese libro haya sido posible. En primer lugar, quievo mostrar mi agrade- cimiento a Alicia H. Paleo, Ciertamente, podeia dedicar el ‘mismo nimero de paginas que componen este libro a exponer todos los motivos que tengo para estarle agradecida, Por citar solo algunos: todo su esfuerzo y tiempo dedicados « mi for- ‘macién, sus comentarios eitcos, sus ivitaciones a participar ‘en los proyectos de investigacion, congresosy obras colectivas aque ha orpanizado, su apoyo constant y su pasién por los temas aqui tratados, pasion que, sin duda, me ha teansmitido en todo momento, inspirindome e impulsindome a profun- dizar en el conocimiento y la Filosofia, Tengo que agradecer Ig, asimismo, todos los buenos momentos que hemos pasado siscutiendo los temas de esta obra y su labor como director 2 de Ia Coleccidn Feminismos. Tambiga quiero expresar mi agradecimiento al editor Ratil Garcia por la paciencia en es- perar la entrega del manuserito y por los énimos que me dado para terminarlo. No quiero dejar de recordar tampoco al Consejo Asesor que deposité su confianza en este trabajo, Quisiera mostrar mi gratitud a Lucile Desblache y @ Ma- ria Luisa Femenias por st aporte tedrica y personal que me lleva Jas Universidades de Rochampton y de Buenos Aires, respectivamente, Asimismo, doy las gracias a Teo Sanz por toda la ayuda brindada durante estos afios y por haberme abierto al campo de la Ecocritica, ya Ana de Miguel, por ser otra fuente de inspiraci. ‘Agnadezco enormemente todo lo que me han aportado, cm las diversas euniones, debates y conversaciones, aquellas personas con las que he coluborado en la Citedra de Estudios {de Género de la Universidad de Valladolid (CEG), asi como enel proyecto I+D La Teualdad de Género en la cultura de la sostenbilidad: Valores y buenas prdeticas para ef desarrollo s0- lidario (FEM2010-1 5599), dirigido por Alicia Puleo, Mencion especial merocen la directora de la CEG, Maria Teresa Alario, y las profesoras Carmen Garcia Colmenares y Ritima Cru, jor su acogida y apoyo constante desde queempecé a trabajar con eas, También he recibido mucho de Laura Torres y Aim Tapia ene trabajo de coedicin del libro Hacia una eultura de la sostenibilidad: andilisis p propuestas desde la perspectiva de género (2013), "Asimismo, quiero expresar mi agradecimiento a Concha Roldin y Roberto Rodriguez Aramayo por permitirme formar parte del equipo de trabajo del proyecto I+D Prisma flasii- ‘co-morales de lasers (Hacia wna neva pedagogiasociopolit- ‘sa) (FP12013-42935-P) que dirigen, asi como por su cereania y apoyo. Doy las gracias, igualmente, a ls y los miembros de ‘este proyecto, pues sus rellexiones han enriquecido mis pensa- mientos, Igualmente, aprovecho para mostrar mi gratitud a to das las compateras y comparieros del Instituto de Filosofia del 26 CSIC, enel que siempre me he sentido como en cas gracias en particular, a su drectora, Concha Rolin, y 4 Txetxu Ausin, tirectorde Dilemata Revista Iniernacional de Eticas Aplicadas que publieé una versiém previa de un apartado de est libre, ‘Aunque no me va aser posible nomibrar a todas la perso nas que, de un modo w otto, han aportado algo valioso all desarrollo de est libro, no quiero dejar pasar la oportunidad de recordar a Maria Teresa Lapezde a Vieja, Carmen Velayos, Marta Tafalla, Asuncién Herzera Guevara, Isibel Balza, Ve onica Perales Eva Anton, Oscar Horta, Maria Jost Gue Laura Nufo, Pilar Errizuriz, Jorge Riechamann y mis comps- fieros y compaferas del Departamento de Filosofia, en parti- calar, los compaieros del area de Filosofia Moral. Mencion special merecen mis compaieras de la Red Ecofeminist, ‘con las que tan buenos momentos he compartio; en ps la, agradeaco el apoyo de Dina Garzin y Paz Casillas. Ast ‘mismo, me gustaria agradcer el intents y la paticipacion de ‘alumnas y aluranos gue, durante estos afios, me han motiva- cdo en mis clases de Etica y Filosofia Politic. Por su apoyo a To laggo de Tos aos en que se ha gestado este libro, mi gratitud a Matilde Sesma, Andrés Velasco, Ma- ria Velasco, Montse Séncher, Juan Manuel Tordable, Jerson Garita, Carlos Garcia, Angel Olmedo, Angel Garcia, Marg rita Sanchee y Blanca Garcia. Finalmente, quiero expresar mi sms sinoora gatitud a Alejandro Garcia Sinchez pe patie, sa pacienca, sus preguntas critica y su interés por que este libro saiera adelante. Las largas conversaciones que he- ‘mos tenide sobre estos temas han sido imprescindibles para Jograr el resultado final Paca terminar, me gustaria dejar constaneia de todo mi ‘agradecimiento a todas las personas qus, de un modo u otro, trabajan por conseguir un mundo ms justoen el que nuestras pricticas cotidianas no impliquen el suimiento de los ani ‘males, bumanos o no humanos gracias i, que vasa aden trarte en estas piginas, por dedicarles tu tiempo. Cariruto panaexo La Etica Animal: un ambito de varones? Me delaro en contra de todo poder rmentad os prejution augue sea Como a mujor gus, desputs de abe fe eons cuca dequeta posts detetao nga tovo perdido con ls elas de susp Sn eal es vps PENSAR NUESTRA RELACION CON LOS ANIMALES Existe un problema que, debido entre otras cosas a la in- teentecantidad de individuos a que afecta, no deberia despa charse con la misma faclidad con la que se viene haciendo des- deel momento en que empead a ser examinado. No se trata de » un problema aislado, ni de un problema minoritario, sino de una situacién con la que, queramos 0 no, nos enfrentamos to- dos los dias, aunque la mayor parte de las personas no seamos conscientes de ello. Me estoy refiriendo, por supuesto, a las r- jones que Tos seres humans establecen con los animales y a cebmo estas son sntidas y pensidas La forma de eomportarnos com los animales se inscribe en una tradicién de pensamiento firmemente zrraigada en nosotros, que dficulta enormemente Ja actitud critica, Asi en Ia cita de Albert Schweitzer que he clegio como epigrae de este capitulo, se cxitica, como vemos, la falta de interés de Ios pensadores europeos po la considera ién moral hacia los animales. parece, asimismo, la imagen de J. mujer como tnica encargada de las tareas de mantenimiento del hogar. Schweitzer plante, desde una posturabiocénrica, la necesidad de deserollar una ética de reveencia por la vida que implica la obligacion moral de respetar a todos los seres vies! Sin embargo, considero que esta cita pone de manifiesto que es mprescindible qu las diferentes corrientes de la Etca Ambien- tal y,en conereto, dela Ftica Animal, incorporen el enfogue de agénero para evitar reproducir, como se comprucba cn este caso Jos roles y los estereotipos de género, La Etica Animal, por tane to, tendr que haver suyas las demandas del feminismo par lograr unas reflexionesy unas practi que realmente se com: pprometan con la justica y con la igualdad. Y, de la misma ma- era, ol feminismo deberia incorporar la preoeupacin por los animales como una cuestén feministalgitima, Esta cs la tesis central que guia este libro, Feminismo y Etica Animal tienen mucho que aportarse mutuamente, Dicho esto, veamos cul ba sido le conceptualizaion de los animales ylainteraccién del ser hhumano con los no humanos ‘Nuestra relacion con quienes solemos lamar «animales» es cuando menos, problemitica, La cuestién de la considera- Alber Scher Ozu and Eig Lanes A. Cask, 1946, cién moral hacia ellos implica, necesariamente, un replantea- siento tanto filoséfico como cultural, social y vivencial del ugar que ocupan los humanas y los animales en el mundo actual, Conviene recordar, como bien sostiene Marta Tafa a, que ‘euparse de los animales no implica abaawlonar 0 desaten der el resto dels cestiones morales sin todo lo contr Tio, J] para lograr formula con sufciente profundidad Jos problemas relacionados con los animales hay que plan tearse antes las grandes preguntas de la ca sobre el ben Yel mal, el placer y ef door la justica, la autonomia ola Fiberad, Coincido con esta filésofa cuando sefala que cualquier ftica que desatienda nuestra relacién con los animales es inaeabada, pues ignora un eoxjunto de problemas morales ‘que estin adguiriendo mayor relevancia eada dia, y que la reflexion en torno a nuestras relaciones con otras especies permite reformular las relaciones entre los seres humanos, contribuyendo a una mejor comprensid de nosotros mismes. Historicamente, ol animal ha sido definido en relaciéa con el ser humano, de forma que sus caracteristicas han sido vistas como una negacién de las caracteristicas humanas, es ecig, que el animal se eoncibe como lo contrario a lo huma- xno, seria lo no-humano, el Otro. El hombre ha necesitado al = yet Ay Jnena Rodsguer Care, sloduesay ca Jme su Rorigec Chea (6), dns ohn ei ania amare ‘Madi, Plaza y Vales 2013, pps. 79, Tree Sin mena Roque Cardo aeptan que hamanos ysnmales uo constuyencategrias sp rads sine que peteneten tun cts, Defden, axinien, la ec {ind de reformat los concepos Ge derecho debe de forms gues Jan tambien alos animales ne humenos Mant Tail olatroducin- un mapa de debates, en Marta Tafa (ed), Lordncho de or animales Barcelona, Ken Books 208, ig 20 aI ‘animal para poder definir su propia esencia, colocandose &l ‘mismo en la cima y justificando su dominio sobre el resto de los serest, Al situar as caractristicas de los animales en con: traposicioa con las de los humanos, cuanto mis se degraden las peculiaridades de los primeros, mas elevadas seri las de los tltimos. Como sostiene Charles Paterson: Las ideas negacionsts sobre los animales permitieron «ve las personas proyetasen sobre ells culidespropias ‘que les desagradaban y le Tacit la tres de definrse por ‘oposicin al comportamiento animal, subrayand aula ‘que consideraban distintve ydiano de encorioen el modo ddeserdelos humanos «Les homes atibuyeron alos a ‘males aquelosmpulsos naturales de smismos que mises stemorizaben: In Feocidad, la voracidad o la sexuaidad scribe Thomas, aunque fuss el homb, no la bes- ia, quien hicies la guerra asus semejantes, comers hasta indisponerey fuese sexualmente activo en cualquier époct ‘Los animales aparecen, pues, como un conjunto decaren cas con respecto al humano, Seles deseribe como no pose ores de un abanico de caracieristicas humanas. De este ‘modo, ¥ como sostiene Armelle Le Bras-Chopard, cuando se defina al animal, esto se hari antropomorfizindole y acen- * Armulle Le Beas Chopard, EI Zoo des sos Del esac 1 lexchatin, ead de Mara Corn, Madd, Senta, 203, TT hstorador Keith Thomas ama qu aca de fa domiacion humana sobre os ales peri Ieitimar sents dee ese de ‘reoeupacisa bumans al mismo tipo, just el tro de los ba ‘anos qe eran acctdon ls condein aim (Keith Torna, Man end the Natal Ward, Neva Yok astheon, 1983), Chases ates, Por gu malta onto ane? Un mo sey pra le masor ck persona en Tos compas de exterminate. de Ramdn Sala, Le, Mini, 2008, 2 ‘wando las diferencias negativamente. Es deci, que los térmi ‘nos que se utilizan para rferrse a los animales pertenecen al ‘campo lumano, con lo que se utilizar Ia analogia y la meti- fora, pues se supone que a los animales no les corresponde tener los mismos atrbutes que alos hombres. La cuestién de eémo debemos tratara los animales surge ‘con In concieneia humana, de forma que encontramos 2 flesiones en tomo a este tema en los origenes de ls culturas ‘mas antiguas, La posicin occidental’, en lo que al tema de la relaci6n con los animales se refiee, ha mantenido, casi inva- riablemente, unos principios incuestionables provenientes de Ja tradieion tanto judaica como de la Grecia clisica (unidas ambas en el crstanismo), que han relegado a fos animales al puesto mas bajo de la Creacién, otorgando al hombre un po- der ilimitado sobre ellos al tiempo que se le exime de cusl- uier tipo de carga moral derivada de los actos de crueldad que puede desarroar con los seres no humanos*. Asi, como sefala Arthur Schopenhauer en Purerga y Paralipamena, ya excel Genesis se le otorga al hombre, seior de la ereacion, el derecho de nombrar a los aniniales. Estos, por tanto, quedan en una situacién de dependencia con respecto al ser human Yy pasan a considerarse cosas que pueden uilizarse, Aunque en otros pasajes de a Biblia apazecen visiones un tanto dite rentes, Schopenhauer subraya que en realidad no se esth de fendiendo la compasi6n, sino dinicamente la kistima o la mi: sericordia, La vision cristiano-judaica de los animales es la ‘que ha predominado en el mundo oovidental, > (men ee cao, sivecome moa, pues x psa deque son espe ae tema a tradcin oneal es muy distin Gea osetia et se ‘sti imponiendoy eomviricado en el petsaiento doinase en todo ‘mundo, Comprobuetos exo al spatial erica que reales Vandana Shia modelo de expotsin aml de Osea en el cara capo * Peter Sings, Laeracn ann, od, ANDA, ein dard. Co fia Monto, Madi Tot, 198. 8 Pero también en el pensamiento de la Grecia clisica en ccontramos la idea de que los animales son medios para cum: plirlas exigencias del hombre, que, aunque pertenece también 21a naturaleza, es superior a los animales debido a su cupaci- dad de raciocinio. Asi, por ejemplo, Arist6tcles” afirma en fa Politica que: las plantas existen paras animales, os dems animales, en beneficio del hombre: Jos domésticos, para su uta: cm y su alimentaion, y ls salvajes —si no todos al me- 10s la mayor parte de flo, con vistas aI alimentacién Ya otras ayudas, para offecer tanto vesides como otros tutenslios Por consguiene, sila naturaleza no hace nada limperfseto nen vano, es necesrio que todos e40s seres exsstannaturalmente para utlidad del homie" La Filosofia Escolisticn concedia a los animales las al ‘mas vegetativay sensitiva, Sin embargo, en la Modernidad, rodujo un cierto retroceso en suestatus. Vamos brevemente {cémo pensaron a los animales algunos de los Filésofos mis influyentes, Enel Discurso del metodo (1637), René Descartes rechaza los espiritus naturales del animismo senacentista. Asi- blece que los animales son mera res extensa sin ppensamiento racional ni sensibilidad. Les niega, pues, el alma vegetaiva y sensitiva que ls habia concedido el pensamiento escolistico, Dado que las «bestiasy no poseen razon en el pensamiento cartesiano, se establece una diferencia funda- ‘mental entre estas y los hombres. Segtin defiende, todo hom- bbre incluso aquel con deficiencia mental o locura— es ¢2- * Para n estudio de Arse ese la perspectiva de gta, vase Marla Lisa Fomenas,Inriordad y exch Un modelo pare dara, Buenos Ais, Nuovo hacer Grupo Hato Lanosmarsno, 1936 Arsitees, Politica Madd, Anza Eaton 3018, 1256820 12s, M4 paz de expresar sus pensamientos através de un diseurso ela- borado. No obstante, ningiin animal es capaz de hacer este tipo de cosas aunque posea dzganos adeouados. A pesar de «que estos animales puedan proferi palabras, no son eapaces dle hablar, es decir, de explicar su pensamiento a través de Jenguaje!. Descartes establece que el alms racional inmortal, como sustancia pensante e indivisible, es una propiedad ex: clusiva de los humanos. Sostener que el animal es una mera rmaiquina incapaz de sentir dolor facilits la. generalizacién de Jos experimentos con animales vivos y permitié a lo investiga: ®. puesta por ejrcitar la compasién con los animales, pues considera que fos que se comportan de forma cruel con ellos desarrollan ua caricter embeutecido tambien con los humanos Sin embargo, determina que el respeto solo e puede aplicar a las personas y no a fas cosas. Los animales, en tanto que cosas, pueden generar amor o terror, pero nunca respelo#, Aunque Kant acepta los experimentos con anima- les, pues en este caso se los emplea como instrumentos al ser- vicio del hombre, rechaza tajantemente Ios mzlostratos hacia los no humanos practicados como mera diversiéa, Ya en el siglo xrx, con Arthur Schopenhauer encontra ‘mos una postura muy diferente. Sefala que el hombre e finico animal que maltrata « otros sees sin ningiin motivo. Los animales no torturan, a diferencia del hombre, por el pla- cer de torturas, Como hemos visto, Schopenhauer responsa- biliza al judaismo de la creencia de que nuestro comport rmiento con los animales no es relevante desde el punto de vista moral. La moral de la compasi6n schopenhaueriana barca todo lo qu tiene vida, Critica el maltrato, la privacién de libertad y la tortura que se ejece contra los animales, asi como los experimenios initiles que solo satisfacen la euriosi- daa de los eientifions En este timo caso, seiala tanto la im ppunidad con la que se evan a eabo estas prictcas como la Iman Kant, a mea dela costandves ad de Adela Co Tal Kant, Leccione de én, ad. de Roberto Rogue Aramayo y Concha Roldin, Barcelona, Cri, 1988, 287 3 manuel Kant, Crea de lari prt, ade Roberto Rods sce Arama, Madr, Abn Eira, 200, falta de emociones morales por parte del investigador. De- fiende que la forma en que un individuo se comporta con los animales es una muestra de su capacidad moral. Por oto lado, propone hablar en términos de justcia para con los animales Y superar la visién que establece que el animales ‘nicamente lun objeto indirecto del deber moral, pues la considera totale ‘mente inmoral. En contra de ia concepeién cartesiana de los animales, que les niega el alma racional y la autoconcieacia, Schopenhauer defiende que los animales tienen conciencia de siy pueden distinguir entre ellos y el mundo externo. Consi- dlera que la especie humana es tinieamente un grado de obje- tivacién dela Voluntad, De hecho, basindose en los datos de Ia Biologia y otras dsciplnas,sostiene que existe una homo: geneidad fisica y somiitica entre los hombres y los animales, siendo el mayor desarrollo cerebral de los primeros la tniea iferencia ‘Concede un papel importante ala razén en la moral, pero ala, en una clara critica a Kant, que las reglas y los princi: piios no son suficientes para explicar la motivacion moral Qué papel jugardn, entonoes, las emociones en la moral? {Basta con los principios universales para dirigirnos moral- ‘mente © también Ios componentes emocionales tienen algo que aportar? Como veremios en el siguiente capitulo, incluso * Arthur Sehopenbaver,Furoge »poralplnen, tu de Plat Lee de Santa Maia, Madr Tot, 298 3 Gon respect esto ama gue shy que estar verdaderamente ce: 9. todos os seis [para no ster que sei rnp ene ‘Rombse ye animal es lo mismo: y qe lo que dng & aos no se cena en lo primar, en princi, elo ena eenci interna, leo de ambos fanrenos qe ey ant en el ano como en el ‘old dl ndidwo sna rola en lo scundari, ene tle el ga do deta era cognontva, i en! ob, oa fad aol del fo abwracto denominada Racin, etn supeiore (Art “Los dat pablo andar dea, ad Pa Mac, Madd, Siglo XXI. 1993, pig 265). Lope de San ry cen la ética persiste el androcentrismo cuando las emociones son entendidas como inferiores a la razén por ser considera das cualidadestipicamente femeninas. ,Qué aportari a la E&- ‘ca Animal una moralidad en la que s aiinen ambos clemen- tos? Responderé.a esta pregunta a lo largo de estas paginas Volvamos a las diferencias del planteamiento de Scho- penhawer con respecto al de Kant. Como hemos visto, aun- que Kant ertica la erueldad para con los animales, lo hace solo de forma indirecta, pues considera que estas actitudes negativas embrutecen y dificultan la capacidad moral. Scho- ppeahauer se basa en la empatia yen la compasidn, por lo que puede afirmar que tambign debemos ampliatas a Jos anima- les, Defiende la universlizacién de la compasién, que tiene que abarcar también a los animales. Critics, por tanto, Ia ‘responsabilidad de Jos sistemas morales euzopeos que 0 consideran que los animales sean moralmente relevantes. Sos- tiene que este tipo de actitud es demencial y que negar nues- {ros deberes para con los animales es una sindignante beuta- lidad y barbarie de Occidente»®. ‘Aunque considera que el afecto fundamental del hombre es el egofsmo, observa que también la compasion —que nos permite idenificarnos con el suftimiento de otro ser forma parte dela naturaleza humana y consttuye la base de la justi= cia y la caridad. Sostiene que, cuando sentimos compasién, cl sufrimiento del otro mueve muestra voluntad de la misma ‘manera que lo haria nuestro propio sufrimiente. La empatia permite qu el dolor del otro legue a ser un motivo para nues- ‘ra voluntad e incluso que leguemos a anteponer su dolor al nuestro. Sin embargo, no es la capacidad de sentir placer y de tener intereses lo que le leva a exigit que ampliemos nuestra Arthur Sho * AriberSchopeninuc, ET mundo como vol y epesenaci, tra, de Par Lp de Santa Mara, Mads, ot, 310, 4 consideracién moral a los animales. Lo que considera éica- mente relevante es su sutimiento, Propone que la compasion abarque todo lo que tiene vida, en tanto que la vida es un st frimicnto continuo. Los animales juegan en el pensamiento de Schopenhauer, al igual que en el de Kant, el papel de im- pulsar el sentimiento moral porque la forma en que nos comportamos con ellos es una muestra de la bondad de nuestro cardcter. No obstante, sostiene que hay que aplicar la compasion con mayor intensidad en el easo de los sufri- 'mientos esprituales y corporales del hombre dado que el su frimiento de tos animales siempre seré inferior puesto que ccarecen de razba Vemos, pues, que la cuestién de los animales ha ocupado algo de espacio en el pensamiento de numerosos filésofos, ‘aunque la mayoria de las veces se ha considerado una cues: tin marginal. Segin Kant y Schopenhauer, avestea actitud para con los animales revelaia los rasgos de nuestro caricter ‘moral. Considero que esta es una cuestion imprescindible a ‘encuenta ena Ftica Animal ecofeminista que defiendo. Volveré a esto en el iltimo capitulo. Pero ahora analicemos las analogias entre la dominacién de las mujeres y la de los animales. Seusno ¥ Esrecswo La publicacién de ET origen de las especies (1859) supuso un duro golpe a las ideas anteriores que concedian un puesto privilegiado al hombre en ef universo. Darwin mostraba que el ser humano pertenecia a una especie animal que se difere: ciaba de las demés tnicamente por su mayor complejidad > Antur Schopenhauer, Zot dor pra fdamentae del ia 2 evolutiva. Sin embargo, a pesar de este descubrimiento, la ac tid de dominio sobre los animales ha continuado sieado ‘una constante, Es mis, ls pricticas de explotacién animal son cada vez més duras y generan mucho ms sultimiento {que en el pasado, Somos conscientes de que ya no podemos seguir manteniendo los desfasados principios que justficaben was nuestras atrocidades con los seres no humanos y, au asi, seguimos haciéndolo con el pretesto de que, al fin y all cabo, ellos na son humanos, Esta forma de proceder es lo que se denomina especisme o prejuico de especie, Convene recordar que la infravaloracin de los animales ha favorecido fa animalizacion del Otro humano. Ciertos gru pos humanos han sido considerados més imperfectos que ftros. Estos grupos y'los individios que los componen aca ban situadlos del mismo lado que los animales. Ya en El segun= do sexo, Simone de Beauvoir mantiene que los argumentos «que se emplean par lgitimar la situacin de opresién ena que se encuentran las mujeres os negros 0 Ios judios provienen de las cizcunstancias que han creado los opeesores. Afirma que yas trate de una raza, de una casta o de un sexo considers dos inferiores, encontramos los mismos procesos para justifi- car esta situacién de inferioridad. Por lo tanto, considera que «el eterno femnenino», el «alma negra» o el weardcter ju «dio» son expresiones homélogas. Seiala, por tanto, que se produce un ciculo vicioso en este tipo de circunstancias. Asi, firma: > Kate Mile, ens obra Pty tesa (196, pound y rac ‘aa as eas de eae defendendo queel patric sl ses Na damental de dominacin, de forma qu e se usentan el esto desist ‘mas de dorincin bsados co acl, ti, razn, te, Tab Mic et seston qu oe caspos que we abuyen alas mujeres alo aero 00 similares (Kate Milt, Polos eal, tad. de Ans Maria Bravo Grin ‘evsada por Cannea Martinez Jimeno, Mads, Cited, 200), 8 cuando se sun indviduo oa un grap deindvios en situa de inferior, hecho esque es infer, pero tendriamos que ponerns de acuerdo sobre el aleance de fa palabra ser la mala fe consist en dare wn valor sustnial ‘uando tiene un sentido dindmio hela sees set, {fiber sido hecho aly como lo vemos manera as ‘jeer en su conjunto son actualment inferior a fs ho brs os dvs susitunci es abe menos postidades: el pro- ‘lena essabers este extada de coma debe perpetuar Las mujeres sin duda, constituyen uno de los grupos que ban sido situados del lado de a animalidad, En cuanto a esto, Linda Birke ha observado que de la misma manera que se ha cestablecido una jerarquia entre los humanos y los animals, pponiendo a estos iltimos en el nivel mas bajo se ha instaura do la diferenciacién por géneros, stuando al varin en la cas pide, por sus eualidades tanto fsicas como intelectual y mo- rales". Ya Simone de Beauvoir habia airmado que «el hom bre proyecta sobre la mujer todas las hembras a a veo» asignéndbole diferentes cualidades como Ia astucia, la lubrici dad, la estupidez 0 la ferocidad. Marta Gonzalez y Jimena Rodriguez afirman que «el paralelismo entre el especismo y el sexismo no es una mera analogia. Los argumentos del andro- ccentrisma se funcamentaron a menuclo sobre la asociaeign de las mujeres con los animales inferiores»”. La historiadora » Simone de Beawoig £T segundo sea de Alia Matorell Ma id, Cited, 2008, ig. 8 51 Linda Bike, Frmniom, Animal, and Sclence The Numi of the Shrew, Fidei, Open Uaierty Pes 194 * Simone de Beauv, sponds esa opt 67 © Mata | Gone: y Sena Rodriguez Carre, «Al mugen dees miegenes: ences deencuetros etre eminiso 9 dfesa deo nasa Marta. Gonzi, Jog Rechnsnn Seva Rodiqnes Carre. Bo y Mara Ttalla (coords), Resonar» ata odo deo rials Mads, Los Libros de a Catarts, 008, pe. 95, “4 ela ciencia Londa Schiebinger ha sefialado, en este sentido, {quel término «anamifero» propuesto por Linneo en 1758 en Su Sistema natwrae introduce en la nomenctatura taxonémica determinadascuestiones de género™ Segin esta autora, se est eligiendo una caracteristica femenina ligada a la reproduecioa para sefilar quello que nos une al resto de fos animales, mien teas que se propone el imino «Homo sapiens» para deren ciar ala especie humana del resto de las especies Asicomo la obra de Charles Darwin El origen dela espe- cies puso de manifiesto nuestro origen comin con el resto de losanimales, ET origen del hombre (1871) egitim a idea de do- minio, Aunque sefalé el origen humilde dela espacie hums na, se correspondia con Ia moral burguesa, pues situaba al hombre en la ima de la pride, por encima del resto de los vertebrados.Pretendia calmar la conciencia del burguts y jus- tifcar la reclusin de las mujeres en el espacio que les corres pondia por naturaleza: el ambito doméstico™, Darwin esta- blece que la mujer se diferencia del hombre en su condicién Landa Sciebnge, Narr’ Bay. Gender i the Maing of Mod is dc ue cl amamartamienolgabe ala especie humana, 8 ‘eas de sus errs, one esto dos animales a azn (einesterer te mascuia) era la faulad que nor hacia rete y superiors Una ‘aracertea femeinn nos aces les animale na aractrsticn oe ‘ana nos ale elle» (Marea Gone y mean Roger Carre, ‘Almagea delosmargenes encuentosy beacuentocalre misisno ‘lens de os animales, art, p98, ST Afi Alcs Mires i a eo def van, poo fore «zr ua estar or i heh pr pee relict a eon a ein ue fundamen de most bloga y ‘teniesta as profundas diferencias ydesguldades entre mujeres Yare- sw (Alea Miyares ol sufagimos, en Cala Amos y Ana de Mi [ede Tora omit Dea Itc a lholzasin ol 1 el Iraclin a ceanda sea Mads, Minera Eines, 2010, pg 24) 45 ‘mental: posee mayor ternura y menor egoismo. Empleatia es ts cualidades con sus hijosen un grado maximo, pues se guia or sus instntos materaals. Sin embargo, puede también apli- car estas earacterisicas a sus semejantes, Afirma que ‘ests generalmente amido queen lt mujer las facultades de intuicio, de pia peeepeidn y quid también de imi- tacidn, son mucho mis vvas queen el hombre; mis algs- nas de estas facultades al menos, son propias y eractris- teas de las raza inferior, y por tanto coresponden un ‘estado de cultura past? ET hombre, por su parte, aparece en esta obra como un ser compettivo y ambicioso por naturaleza, que tiende al egois- mo, Sus facultades intelectuales son mis elevadas que las de 1a mujer y todo lo que realiza ser, iqualmente, superior. En la ‘mista linea que Rousseau, Ia mujer aparece en la teoria de Darwin como un ser inferior inteleerualmente pero superior desde el punto de vista moral. Sin embargo, a pesar de que el egoismo y la ambicién propios de los hombres les convierten en moralmenteinferiores estos valores aparecen como los ne- ‘cesarios para la evalucion de la especie y el progreso dela ci- vilizacin. En la lucha por la supervivencia, el individuo que ppermanece es el que tiene poder, y ese poder Ie permite domi- aac al resto El feminismo ha desarrollado una critica ala idea de con tinuicad entre especies que defienden la sociobiologia de los > Charles Darwin, Bl vig del orb, ta. ° Ft er agra ano los varons de sclera gue lominahanea i efra pi, en a poi yaa suk mujer, em a Jos dea lines menos piven, gue al menos mamtenane oder so ‘ress mujeres Ls muees ors parts, no eran considera inividuon es aretan de poder (Aisa Mivates El suaismon, a.) 46 aos setentay la psivologia evolucionista de finales dal siglo x0 Bstas teorias consideran que los comportamientos sociales propios de nuestra especie son el resultado de mecanismos de aduptacin que maximizan nuestra eficacia reproduetiva, Son comportamientos naturales, al igual que sucede con el resto Ge las especies. De este modo, el intento de explicacin de las conductas humanas desde una perspectivanaturalizada justi- fica, en muchos casos, la subordinacion de ls mujeres, expli- cando los comportamientos tipicamente femeninos a través el recurso ala genética. La sociobiologia se basa en modelos animales, pues acepta Ia continuidad evolutiva de fs especies. Asi, apelando a la genética, a fos instintos yala comparacién con los animales, se ha legitimado la exchision de las mujeres ella esfera pblica, el desigual reparto de poder en la soci dad y Ia inelinacion de las mujeres hacia la erianza y el cu dado del hogar. A través de los estudios de animales, se pre= tende sacar conclusiones sobre la especie humana, La pri- smatologia es una muestra dello. Cobrarian sentido, de este ‘modo, los estudios levades a cabo en los afios cincusnta so- bre los efectos de la privacién ura materna en prima tes, Se entiende que se queria comprobar que la incorpora cin de las mujeres al mereado laboral ba a tener repercusio- nes negativas sobre los hijos. Apreciamos, asf que subrayar la continuidad entre los humanos y los primates ha servido en ‘muchos casos para justifcar Ia reclusin de las mujeres en el Ambito daméstic. Dado que ls expicaciones sobre la continuidad de Ins expe cies, nidas al reduccionismo y al determiaismo biologico, han servido para justificar Ia dominacién de ls mujeres, muchas > mens Redrguer Caco, xen, idol yok, en NEXO. Resa de Psa, ay, 3,208 i. 109-125. * Pa una muta dees pode experimentor ncabos, vase Pe ‘Sings, Literati anal op ct, ph B. a ministas han apoyado la radical separaeion patraneal entre na- turaleza y cultura situiindosedel lado de estailtima, junto los ‘varones Numerocas tebrias Feministas han exigido que as rau- {eres ean colocadas del lado de lo xpeciticarente humane. De este mods, han acentuado la separacion entre fos humans yfos animales y han rechazado la preacupacion por los animals ya ‘qu, por un lado, distraeria de los objetivos y compromisos pro- pies del feminismo y, por otto, suponda la pervvencia del vi culo entre mujeres y animales que ha sido utilzado para le gitimar la subordinacién femenina®, Como veremos, algu nas pensadoras feministas han sido capaces de entender que Ja dominacién de las mujeres yla de los animales est iterco- nectadas y han crfcado ambas injustcias. ‘Cuando nos acereamos a la cuestion de eusles son los se- res que merecen consideracién moral, entendemos que esto equivale a plantearse la pregunta de qué seres no deben ser tratados como meros instrumentos para nuestros fines. Acep- {ar que un ser merece consideracion mora implica tomar a ese ser en consideracién por si mismo en la medida en que mues- tras acciones fe aeten. Sin embargo, no se establece la forma en gue habra que resolver los conflicios morales en los que se enfienten diferentes bienes e intereses, pues no se determina ninguna jerarquia de prioridades". La ublizacion, los animales no humanos se fundamen taenla dea de que el objeto de nuestra obligaciones morales significativas es el ser humano®, Histricamente, esta ha sido “Lind Bike, oExploing the Hound: Feminist, Asin, ad ‘Ssancen, en Carol Adame y Josephine Donovan (te) tina and Wo men. Feminist Theoretal Explorations, Dutham (NC), Duke Uaivesiy Pros, 2006 pis 3254, * Jowge Ricsimana, Un mand ulead awe sore ecologa,é xy eomogl, Mai, Los Libros de la Catarts, 2005 © Ora Herta eaten por accion morales ignites agli «ve implica aecmsriamente una transforma de usr somporte- 48 Ja iden que se ha sostenido de forma general. No abstante, las ima décadas del siglo xx han supuesto un gran cambio en este sentido, ya que tebricas y tedricos han analizado esta ppostura pars establecer si realmente se trata de una idea just- fieada. En muchos casos, las reflexiones han conciuido que on realidad, se trata de una forma de dseriminacidn: la disce ‘minacién por especie o especismo. Dado que se diserimina a {odes aquellos individuos que no pertenecen a la especie hu- ‘mana, se puede hablar, tal y como afirma Horta, de especismo ‘anropocénirico. Este autor critica que, en el debate en tornoa lacoasideracisn moral de los animales, tiendan a privlegiarse las posturas defendidas por algunos pensadores muy conere- 10s desde determinadas teorias normativas. Asi se invisibiliza {que la euestibn de los animales se ha tratado y se trata desde {cori étcas diversas, tal y como veremos en el iltimo apar= tadoM. Es mas, produce la sensacion de que el especismo tropoctntsico Gnicamente puede criticarse desde esas pectivas normativas y no desdé las otras, por lo que pareceria {que asumir un punto do vista no antropoeéatrico implica ‘adoptar necesariamente las teorias éticas que se han privile- siado, Horta recuerda que, desde todas las teoras éicas que se aceptan actualmente, se puede plantear —o, sgiin sostie- ne, sigue por fueraa—el rechazo del antropocentrismo. Es mis, considera que, en numerosas ocasiones os teéricosy las teria que rechazan el especismo se vinculan mis a aquellos ‘motos (Oss Hovta, El cuestionamieta dsl antropocentzismo: distin Tosenfoguesnormatvos» en Revise de Bite yDerch im. 6,20, en 3639), “Part una expos de a wridad de tors qu han abordad oeton ania, eanse Osa Hora, El custonaieto del antropecen temo: datintosenfagesnormiines, a Jorge Rccinann, Tod lav aimals soe hermnoe. Ensayo sole lard or ania om as sorledader inks Madi, Los Libeos dela Cataat, 2005, “Marea Till otrodusin: wn mapa del debate, etc 9 autores y autoras que aceptan su propia postura normativa que allos otros critics del especismo que desarrollan su argu- rmentacién desde posiciones normativas diferentes, De este ‘modo, se centran mis en atacar a los defensores de teorias ‘icas dstinta ala propia que al propio especismo, Coincido ‘con Horta cuando afirma que ‘tas luchas entre quienes euestionan el espocismo dese listinos enfoques normativos son contrproducentes para clrechazo de este. Mis bea, la porspetiva que podria as ‘mise deberla se, todo cas, una de repatto de funciones conforme & la eual se inteotasen mostrar Jos argumentos ue dee ca enoge se pusden poner en pita para rechazarelespeciso® Enesta misma linea, Alicia Puleo subraya que es positive que exista un debate abierto y vivo entre los partidarios de ampliar el circulo de consideraeién moral mas allé de nuestra especie, «siempre y cuando la falta de entendimiento intlee ‘ual no impida coincidencias puntuales estratépicasy ‘Ahora bien, qué nos pueden aporta las ideas de Simone de Beauvoir en este tema? Considero que son relevantes incl: so para algo tan alejado de sus intereses como es la cuestién de los animales, Afirma nuestra existencialista que no existe problema humano que se pueda analizar sin posicionarse. La Jeranquizacin de nuestros intereses se manifesta desde la for- ‘ma de plantear ol problema hasta Ia perspectiva que adopta- ‘mos, Sostiene que «ao existen descripeiones supuestamente objetivas que no se aleen sobre un trasfondo étican*, Apes © Oscar Horta, «El cuestionamicao dl entope cnfogues normative, at tg 39 + Alia Pe, «Derechos esis contests sons y la (ca ecoerinity, en Laguna. Resta de Flin 7,200, i 353, 1 Simone de Beauvoir HT segue sexe op tp. 6 50 ‘a, por tanto, por plantear de forma evidente los principios sobre los que nos basamos. Considero que, al igual que en el to de los problemas humanos (tal y como sefiala nuestra en la Etica Anitnal es imposible no posicionarse {Nos interes justificar y mantener la subordinacion, la Gomi nacién y Ia explotacién de los animales 0, por el contrazio, pretendemos construir argumentos filos6ficos que nos pecmi- tan deslegitimar este tipo de actitudes negativas que causan tantisimo sufrimiento en el mundo? Mi posicionamiento en ‘este tema se sitia en la segunda opcidn. Un estudio de la literatura sobre la cuestin de os ani= rales revela que las teorias mis populares son las desarvolia- das por pensadores varones. A pesar de la presencia de muje~ res en este ambito de a Etica, sus propuestas suelen descono- cersetanto-en el movimiento animalista como en la Academia. En las siguientes paginas, me propongo realizar un pano- rama dela ideas fundamentales de ls torias filosoficas que ‘studian el estatus moral de los animales. Dada la repercusion internacional de las propuestas de Peter Singer y Tom Regan, me eentracé especialmente en sus planteansientos*, “* Resa nteresate a propa de Carmen Vly. guin apes a Aire de is propuestan moms de Singer 0 Rea nsmeroox ce ties de considercion moral, como la capscdad de sete pacery door, guna elaions ola personalidad, cincuyekerpata ls ventiletos ‘ela moral a puede sabae donde aca a capaci de argamentcn ‘moral ye seatho de a jas, porauetambie os ees que carecen de ‘tpcidads rmoraespuaden esa afectados por nueta asiones de ‘modo que lana mira conseracion esttamente mora (Cart ‘elyos Caste nLos derechos de on animals: un eto paral ti, Jonge iach (oor, Bea ecolilen.Prpuesias pave a erin ‘im Montevideo, Nordan Comanidad, 200, pg, 137, Oscar Hora, por ‘pare, deflende que la posesn de una canenca que polit ‘egerionis posts yagatvas ee nico eto pata covgr a un et ‘onnideacion moral Onar Hora, «Temiedoncnen sola coosderaca si bargo, este andliss mas detallado del pensamiento de estos dos autores no implica que sus propuestas sean mis vilidas due las de otras pensadoras y pensadores que abogan por un cambio ético en nuestra relacén con los animales. Devens De 108 ANIMALES Er uilitarismo defiende que hay que atender a cada interés ‘en funcién de su relevancia, con independencia de quién posea exe interés Sino se acta de este modo, estaxiamos ineurnpien- dol prescripcion utitarista de maximizacién de la uildad to- tal, El teérico mis conocido de esta corriente es, sin dud, Pe- ter Singer. Por este motivo, analizaré detenidamente su pensa- ‘mientoenlassiguientes paginas comenzando con una referencia a Jeremy Bentham en cuanto referente intelectual de Singe Jeremy Bentham y laextensién del principio de wiilidad a todos ls seressenstivos Bentham es el fundador del movimiento utltarista. Su flosofia defiende que los actos deben regrse siguiendo el principio de utilidad o de méxima felicidad", que establece ‘mor de los animales: ns al dl espismo y el caogsemom en Jena Rodrigue Cate [e), Anamales no hamanor ete animales onan Lo que dtc utltarsmo es ogra amiss po sible de todo sinters deo ferent inden “A pear de que Bentham fo el primer pensador cn interpreter y pia sstemiticaent el pricpio deulidad at moral ya leg ‘tn, ya ota aurea (come Joseph Pres, Hutckewon, Cesare Resi, Hameo elit habsan tke ete pinipo en sts ele ‘que sla mayor felicidad de todos aquellos cuyo interés esti en ‘euestidn eonsiste en fo bueno yo justo (proper), y solo lo bueno y lo justo y universalmente deseable, fin de la actividad hhumana»*', El berthamismo esti basado en el hedonismo psicoldgico (doctrina que se remonta al mundo antiguo, espe cGalmente a Epicuro), queestablece que lo que cada se huma- nno busea por naturaleza es conseguir el placer y evitar el do- lor. Sin embargo, Bentham pretende ampliar este hedonismo psicoldgico y converttlo en un crterio objetivo de moralidad para juzgar las acciones humanas. Asi pues, mantiene que las tcciones son buenas cuando aumentan et placer total o cuan- do disminuyen el dolor total de los individuos euyos inteeses estan en evestion, Y son precisamente estas acciones buenas Jas que habia que promover Cuando, al usar el principio de uttidad, se habla de bus- car la mayor felicidad para las partes euyo interés est en cues- tiga, podemos considerar tanto al agente individual (en cuyo ‘caso se (atazia de su felicidad personal) como ala sociedad fen su conjunto (refiziéadonos, aqui, a la mayor felicidad del mayor niimero posible de miembros de la comunidad), como a todos ls seres sensitivos (teniendo en cuenta, pues, tam= bign el mayor placer de los animales). Es precisamente en este punto donde la filosofia moral de Bentham muestra una tiferencia significativa con respecto a las teorias morales hhegeménicas,convirténdose, ast, en uno de los ilésofos con siderados pioneros por el movimiento de liberacion animal actual, ‘Bentham amplia el principio de uildad a todos los seres sensitivos, sean 0 no de nuestra especie, Es decir, que acepta ‘que, en nuestros céleulos sobre el incremento de la felicidad, tenemos que tener en cuenta también la capacidad que po- 5 eemy Beotham. rosin al principio dele ma legs lac, ep sein I, nos Aes Eira Hasta, 208. 3 scen los animales de sentir placer y dolor. Desde su utiitars- ‘mo, Bentham no considera que haya ningitn problema en el hhecho de matar animales (ya sea para comers 0 para defen- sdernos), pues la muerte que los humanos pueden darles es generalmente menos dolorosa que Ja que encuentran en el ‘mundo natural. Esta afirmacién de Benthan ba de ser revis daa la luz de la real actual dela ganaderiaintensiva. En ella, as condiciones.a que estin sometids los animales que se utilizan como alimento, asi como la manera en que se les da muerte, 20 tenden, ni mucho menos, a inerementar su fli dad; ni son preferiblesa las condiciones en que los animales se encuentran en el mundo natural, por muy dolorosa que pue- da ser la muerte en este medio. Pero volvamos a la teoria ben= thamita, Segin Bentham, ya que los animales son seres sin capacidad anticipatoria, acabar con su vida no rechice el pla ‘er enel mundo, al tiempo quest se aumenta la felicidad, pues ‘matar a un ser que nos supone algtin peligro nos hace mis {elices. No obstante, algo muy diferente sucede en el caso de Ja tortura. ¥, aunque Bentham acepte la muerte de los anima- les a favor de nuestro propio benetcio,rechaza radicalment el sultimiento gratuito, de forma que establece: .Perohay alguna raza por a cual debigramos dejar que se los atormente? Ninguna que yo pueda ver. Hay razin alguna po la cual no debiramos dejar que se oe atormen: 1? Si, varias. Lejos esté ol ia, lamtento desir gue en mu- ‘hos lugares ese da no ha pas ai, en ue la mayor ar ‘ede ls indviduos de nuestra especie han sido tratados por lade, bajo la denominacion de etlaos, exactament al is- ro nivel en que, en Inglaterra por eemplo soa todavia ta ‘ada as za infviores de animales Puede que legue lia ‘en que el esto de a ereaion animal ogre adguir eos de rechos que nunca peda haber sido retenides sino por la ‘mano de a ttani Los franceses an descubierto ya que 1a negrura de lapel no es razin aa que wn ser human {ves abandonado sin remedio al epricho dein torturador a Puede quelque on dian gue ecoorc gv el io fe pens, a elosiad de pi ot eminasn del o+ cata sen aoe igen inate pra sand ttre sr sestyo a mama suerte gn go os {oie uae laine innperbl bs facta azo ti ae? Feo ios on roe su eno gore sin comparacn, un aia as only is tognt ge unio de wn i, nas Ina, sta mm Pe suing guna Fra ete el iso igo peur x? La cst oe pede 0 mart Sigpueden abla, so pten mi Este fragmento resulta interesante porque Bentham, par- tiendo de las bases del utltarismo, pone como frontera de ia consideracién moral la senstividad, de forma que, ya que se intenta en todo momento buscar la mayor felicidad, seri ‘moralmente rechazables todas aquellas pricticas que causen suftimiento o eliminen placer de los seres capaces de sentirlo Como veremos a continuacién, esta es la nea seguida por Peter Singer, quien, en buena Logica, sostiene que vel movi mientode liberacion animales, de hecho, una extensin y cul rminacign de las mismas ideas de jgualdad dela Tustracion»” Peter Singer y a liberacion animal El comin denominador de los movimientos de liberacion sla expansida de os horizontes morales y la reinterpretacion del prineipio moral basico de la igualdad, que tendemos Jeremy Bentham nrc a a prin de la mora leg Laci, eid en Carmen Gari Teno (emp), «Selec histor Ge teios sobre cl estat ind os animales, Marta Taf (2) [Lo deehor de lac onpales eit, pgs 112-11, Spute Singer. sic mas al dee mites ela ees, ad. do ‘Ange Garcia Recrece en Marta afl) Lav dhol nina 5s extender a todos los miembros de nuestra especie y que Peter Singer propone que apliquemos tambin a los miembros de otras species Singer comienza libro Liberacign animal (1975) haciendo referencia a Mary Wollstonecraft. Observa que la idea del eiberacion animal» puede llegar a considerarse una parodia de los demés movimientos de Uberacibn y que, de he- cho, tras la publicacion de la Viulicactin de los derechos dela ‘mujer (1792), se publicé la obra anénima Vindicacion de los derechos de las bestia (A Viuication ofthe Rights of Brutes), {que trataba de desmontar las ideas de igualdad de Wollstone- craft. En ella se afirmaba que el tip de razonamiento levado ‘a cabo por la feinista britdnica podria aplicarse también en 1 caso de los animales, Dado que la idea de que las bestias poscen derechos aparece en esta obra como un absurdo, eb ‘azonamiento en el que se basa tendria que ser igualmente falso. ¥ como se ha empleado el mismo argumento en el eas0 de las mujeres, se concluye, po tanto, que la idea de fa igua dad entre hombres y mujeres es necesariamente errada*. Par- tiendo de esto, Singer analiza la causa feminista para encon- trar las bases de la igualdad de los animales. Afirma que, ac tualmente, es un hecho reconocido la igualdad entre hombres Yy mujeres a pesar de las diferencias reales que existen entre ‘ambos grupos. Es mis, esta diferencias de hecho darian Iu- fn eta obra, Mary Woltoncsaf en soncordancia con el pes ‘mento emus Tustrado eats reinndia par las ers os decks nurs qe se habia elblcdo como propos de toda homaidad pero delon qe, capris, slo dnratsban os arones (Mary Wollsto erat, Vinca de lo echo dela mae, de abel Bul, Mi ‘id, Clee, 198. * Henry Salton obra An’ Rghts (189), sonine gus patti Ao de Los dveches del hare de Thomas Piney 8 Viniacin def ‘decos de lar mjeres cde Mary Wolltonsrat, ea seit lograr una {corn do derechos con una etnsin mis emi (Henry Sal dma Rights Condon Relat v0 Sel Progest, Clrks Soanit (PA), So- ‘ey for Aina Rights, 198, 56 _ gaca diferentes derechos y no ala negacion de los derechos de Jas mujeres. Tas dar esto por sentado, nos anima a extender cl principio bisico de igualdad como una igualdad de consi- ) y de Dian Fossey (asesi- nada en Virunga por los cazadores futivos de los gorilas montaia a los que estudiabs) como las primatélogas con mas ‘rascendencia mediitica, En segundo lugar, indica que ha in- ‘do la idea de que las habilidades y Tos talentos de las m {eres consiguen que estén mis eapacitadas para este tipo de ‘uabajo, Igualmente, el hecho de que la primatologia sea una ciencia aiin inmadura y vinculada con el misticimo de Ia compenetracion con la naturaleza habria contribuido a en: tenderla como una disciplina mis adecuada para las mujeres ‘que las ciencias fisico-naturales. Es decir, que tambign en las siencias encontramos parcialidad de género, como bien han seflalado las epistemélogas feministas Evelyn Fox Keller y Sandra Harding. Fox Keller se refiee al paradigma baconia- no de dominio sobre a natursleza como «objetividad estti- ca». En este modelo, reprimir los setimientos con respecto all objeto de estudio se considera una garantia de objetividad del saber, Asimismo, se percibe como un rasgo masculino de su perioridad sobre las mujeres. Est tipo de objetividad se con- trapone a la wabjetividad dindmica», que se basa en nuestra cconexién con e! mundo exterior y se identifica con la empatia, de forma que tiene en cuenta los sentimientos y las experien-

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