we era: Ia exitencia seretay eau, de i 4.Elerttico literario
contenido de vera que rou un saber} end !
hacia una dnensibn prt Eure, como excenarto
prlegiado de eat aber leva las mares del pa
JIB explotaciony actor a aver que anna k
Fro. Prono hay sts sno conic la forma de
su veri ela contradic.‘Benjainy Brecht, jugando una partis de lecrez
(Gkovobostrand, Dnamarca).
Sobre qué traduceiones se asienta definitiva-
‘mente ls leetura de Benjamin en espaol? La historia
‘comienza en Buenos Aires, pasa por Venezuela y se
afinca en Espaiia.
‘Una de las rarezas argentinas (hoy ierepetble) fue
la publicacin, en 1967, con tradueci6n de H. A. Mu
rena, en la coleccién “Estudios alemanes” de la edi=
torial Sur, de ocho ensayos de Benjamin (entre ellos,
“Sobre algunos temas en Baudelaire” y "La tarea del
traductor"). Sin embargo, la raduecion de Murena
sélo introdujo a Benjamin ante un pequetio nicleo
de conocedores, A este espacio restringido se agregé
‘una edicién de 1970, impresa en Venezuela por Mon-
te Avila, que con el titulo Sobre el programa deta flosofia
futura y otros ensayos presentaba algunos articulos de
las Iuminaciones,en traducei6n de Roberto Vernengo.
Naturalmente, esta selecei6n incluia también el traba-
Jo sobre Baudelaire que, junto con “Paris, capital del
siglo XIX", sea quizés el texto estrella de Benjamin, al
{que tiene acceso un piiblico mas extenso que el del
resto de sus ensayos.
Poco después, en Madrid, Taurus public6 cuatro
tomos de Ihuminaciones, tes de ellos organizadosy tr
ucidos por Jesis Aguirre. El primero, Imaginacion 9
sociedad, aparecié en 1978; ese mismo aio se conoci6,
@también el tome probablemente méslefdo, Posty car
pitaioma, en 1975, las Tentatieas sobre Brocke y macho
después, en 1991, el que leva el tiilo de Para una ere
ica de la violencia y otros ensayos, com seleccion y prlo-
go de Eduardo Subirats. Durance bastante tiempo, los
Voliimenes de esta antologia benjaminiana formaron
el corpus conocido en espafol, La traduecion nunca
‘ue considerada demasiado buena pero, evidentemen=
te, era lo que estaba.a la mano,
|ASi, las tradueciones de Taurus marearon el co
‘mienzo de! “fenémeno Benjamin” en la Argentina,
Se podiria considerar la hipétesis de que los libros de
Benjamin, Habermas, Adorno y Marcuse, publicados
‘en la coleccidn "Estudios alemanes” de Sur, pertene-
‘un espacio poco estimado por el piiblico inte-
Tectual de izquierda que, poco después, convertinia a
Benjamin en una moda apasionante. Este juicio, que
se apoya en razones ideoldgico-cullurales, habla mas
de los conflictos argentinos de los aos sesenta yseten-
ta que de otra cosa. Las publicaciones de la revista Sur
y-de su edicorial remitian a.un mundo muy diferente
del de los jovenes de izquicrda, lectores de Benjamin
‘4 comienz0s de los aitos setenta, Por es0, mi genera
cién leyéa Benjamin fundamentalmente en los libros
cespatioles.
~ Bsos vollimenes de Benjamin, las luminaciones edi
tadas por Taurus, son predominantemente lteratios,
La afirmaci6n, sin embargo, presenta un problema,
Benjamin es reclamado hoy por un espacio flos6fico
donde se ubican ensayos como “Sobel programa de
la filosoffa yenidera’, incluido en Muminaciones IV. En
‘efecto, Benjamin est inscripto en ambos espacios (el
de la literatura, el de Ia Glosofia) por dos motivos: por
sus reflexiones estéticas y por li ditiensién filosofica
{que siempre articulé su proyecto exitico,
Benjamin no expuso su estética de modo sistemsti>
0; como es caracteristico, sus observaciones se disper-
‘san en los textos sobre el surrealismo 0 sobre Brecht,
en “La obra de arte en la época de Si reprodueti
bilidad técnica’. Sin embargo, sus ideas estéticas se
‘concentran singularmente en un tema: [a producein
‘poética de un contenido de verdad que liber encr-
fas revolucionarias
Thoninaciones Tineluye un ensayo célebre: “EL sie
rrealismo, La iikima instantinea de la inteligencia
europea”, de 1929, donde aparece la formula de las
“iTuminaciones profanas" que (en oposiciin a las
rminaciones de la religién) muestran, en el trabajo
poético de Ia imagen, la unién de elementos aparen-
Temente lejanos cuyo encuentro produce una revels
cid y un impulso de reconversi6n del tiempo hist6ri
co. La iluminacién profana capta la existencia de algo
‘no visto antes: es la potencialidad de conocimiento de
lo estético. La condensacin formal y seméntica de la
jmagen produce un saber que es social pero que s6lo
oes a travis de lo artistco. Yeste saber pone en movi-
‘mento un impulso revolucionario, de redencién del
pasado en el presente.
~~ Ta dimension filoséfiea de la critica literaria benja-
‘miniana se apoya en una trama de tesis que pertene-
cen a dos vertientes: una materalista, Ia otra mesiie
nica. Creo que ninguna de estas vertientes prevalece
del todo, Benjamin mantuvo siempre la tensién entre
‘una perspectiva materialist y una dimensin us6pica,
‘moral, que debe capturar en el pasado la huella de
la explotacion (0 de la barbaric, para decirlo con sus
palabras) para redimirla.
Laarticulacién de ambas perspectivas vuelve densa,
convulsionada y muchas veces enigmacica la ininte-
‘mumpida vocacién interpretativa de Benjamin. De surelacién con el surrealismo conserys el movimiento
de leer el pasado como si fuera un sueiio, donde Io
vielo perdura como ruina y lo nuevo emerge como
fragmento, Pero ese suefio debia ser recondueido al
“despertar” y a la “historia’. Intrigado por los orige-
nes (como lo prueban sus ensavos sobre el lenguje),
Benjamin, como Freud, construyé fieciones filosficas
para pensar las diversas y silenciadas prehistoris del
presente,
Pensar el pasado del modo en que emerge, muchas
veces violentamente, en el presente. Descubrit de qué
prehistoria esti hecho el presente que muestra, en To
areaico, los desgarramientos y las deudas con el pase
ddo, Cito a Franco Rella: lo que Benjamin encuentra
‘en Proust es "el-Towk, la imagen que relampaguea en
el momento de peligro, el wauma de la memoria in-
voluntaria, que da al historiador la mirada aguda de
lacsis"?
"RI presente (el capitalismo) tiene siempre un exe
rieter enigmatico y crtico. No es la historia el tinico
‘enigma, sino la configuracién actual que se manifesta
desarticulada como una pesadilla. Su forma de cono-
cimiento es la imagen dialéctica. Entre estos dos extre-
‘mos trabajé Benjamin: el de la manifestaci6n de Ta hie
toria como pais en ruinas, y el desu conocimiento
por medio de una eseritura que fuera capar de cons
twuir una imagen en (ensién, contradictoria precise
‘mente porque en ella también deben articularse los
‘extremos de Ia materialcad con los del significado.
Este ese problema que queda planteado sobre todo
cen el volumen If de las Huminaciones, euyo subsitulo
es Poesia cnpitalismo, Adorno y Benjamin debatieron,
4 propésita de estos trabajos sobre Parfs en el siglo
XIX, de qué modo podia construirse una mediaci6n
dialéetica entre los hechos materiales y los discursos.
Para Adorno, Benjamin nunca cumpli6 del todo con
‘ese programa y siempre tavo la tendencia 2 unir, de
modo violento, casi monstrun, Ios datos materiales
y los simbolicos. Adorno pensaba que Benjamin era
poco dialécrico, que construfa sus iluminaciones crite
‘eas uniendo extremos cuya articulaciGn no exploraba
suficientemente.
Es ivOnico que hoy, volviendo a leer Poesia y capita
Homa, wengamos la impresin completamente opuesta:
lejos de parecernos determinista, estos ensayos sik
_guen sorprendiendo por la originalidad de los objetos
Aue son puestos en una relacién significatva. Al elegir
eso objetos, Benjamin se suma a quienes hicieron his-
toria material en el siglo XX. Esos historiadores son
precisamente los que cita en la obra sobre los pasajes
de Paris,
En Poesia y capitalism, los objetos que eligio Ben-
jamin ponen de manifiesto una originalidad radical.
Basta leer el indice del libro: pasajes, panoramas, ex
posiciones universales, interiores, calles, barrieadas.
Nadie hasta entonces habia pensado a la cultura tan
profundamente sumergida en su medio material y
‘urbano, Este segundo tomo de Muminaciones ineluye
‘res ensayos: "El Paris del Segundo Imperio en Bau-
dolaire”, "Sobre algunos temas en Baudelaire” y el
Tamosisimo “Baris, eapital del siglo XIX", Cada uno
de estos ensayos descubre pistas que Benjamin pro-
‘curé reconducir hacia una convergencia improbable
{en el limite, imposible) en el libro no escrito sobre
los pasajes de Paris. Cada una de estas pista es nove-
‘dosa por varios motives: la captacién de la dimensiGn
social de la poesia de Baudelaire y de la dimensi6n
ccaltural de las wansformaciones materiales y urbar
nas; el descubrimiento (no existe otra palabra mis
‘exacta) de que ciudad y poesia moderna se impli-can como produeciones simbéliasy se presuponen
‘como experiencia
‘uminacions I sn embargo, por e8s cosas que su
ceden con los libros cuanto mis complejos son, fue
condensado en una figura a del flanew, ee paseante
1urbano, consumidor, neurasténieo ¥ un poco dan
«que, para Benjamin, sntetizaba una idea: la del anos
mato en la ciudad modem y en el mercado, espacios
donde se imponen nuevas condiciones de experien-
cia. Elyohumen nose agota, sin embargo, en exe retr
to de paseante sino que presenta una serie de subjet
vidades cuyo rasgo comin bien podria encontrarse en
Ja siguiente frase de Benjamin: "La difuminacién de
Jas huellas de cada uno en la multitd dela gran cise
dad". Lasociedad burguess es captada en cl momento
en que se pierde una forma de i vida privada, en el
:momento en que se searman ls relaciones eatre-lo
privado ylo pablico, entre el mundo de los objetos yl
de las mercancias, entre arte original y eproduecién
foiogritia, enue tadicién y moda. =
Con. Simmel, Benjamin compartis 1a sensbilidad
modema ante el slack producido en las metr6potis
‘Gon Simmel, percibié ambicn exe movimiento en fuga
donde todo se vuelve wansitrio (por eso, la moda fue
‘enural tanto para Baudelaire como para Benjanin). i
‘uisiéramos clasficar estos textos hos, segtin las nocio~
nesacadémieas,elvolumen Ide las Tuminacinesse in
caibriaen el amplio espacio de anaiss cultura, junto
con otslibros, como Mitaiasde Roland Barthes, que
tampoco sofaron pertenecer a esa dsciplina de moda
Sin embargo, como escribié Hannah Arendt: “En
Jos raros momentos en que se tomé el trabajo de de-
finir lo que estaba haciendo, Benjamin se pens6 a s
o como critic literaro, y puede decirse que si
alguna ver asprt a lograr una posicin en a vida, fue
Py
Ja del ‘tinico eritco verdadero de la literatura alemae
na’ (como lo frase6 Scholem)", Yesto nos conduce de
nuevo a umninaciones J, cuyo titulo laxo y demasiado
‘ago, Lmaginaciony sociedad, aunque parezea designar
tun campo del saber, quizisno ponga inmediatamente
‘en evidencia el hecho de que retine algunos de los me-
_jores trabajos de Benjamin como critica de literatura
Dos de ellos, de 1929, uno sobre Proust y el ya citado
sobre el surrealismo, todavia parecen insuperables.
En “Una imagen de Proust”, Benjamin sinteti26 va-
tos afios de abajo sobre Ew busca de tompo perdido
Ya haba traducido A la sombra de las muchachas en lor y
De ado de Guermantes, y coneluido un manuscrito, per
dido hasta hoy, com la traduecién de Sadomay Gomorra,
ajo la forma aforistica que, con frecuencia, tienen los
remates benjaminianos (largos parrafos intrineadas ¢
interealaciones fulgurantes), Benjamin sefialé las cle
ves proustianas,
La primera es simplemente una bella imagen, cai
teansparente en su sencillez: "la sintaxis de sos frases
sin riberas”. La segunda, una definicign de la novela:
*Construr toda la edificacion interna de la sociedad
‘como una fsiologfa del chisme”. La tercera, una carae
‘wtizacin de la mirada de Proust sobre la sociedad que
esti describiendo: "La crema de la sociedad era para él
‘un clan de crimsinales, una banda de eonspiradores con
Ja que ninguna otra puede compararse... El anisis de
Proust del esnobismo, que es mucho més importante
aque su apoteosis del arte, representa el punto culm:
nante de su critica a la sociedad’, Finalmente, una teo-
fa de la memoria donde el olvido es més vasto y mis
estructural que el recuerdo, donde el recuerdo es so)
‘una aventura excepcional del olvido, a
‘Todavia puede pensarse a Proust a partir de estas
‘cuatro frases. Sin duda, se dir, Benjamin es un autor
sinmensamente citable. £1, que tenfa la ambicién de
‘componer un libro entero de citas, es el paradigma
dela cita
Desde la perspectiva de una critica literaria que bus
‘eainserbirse cas siempre en la flosofia, Benjamin, sin
‘embargo, tiene el genio del detalley la capacidad de
visualizar un texto estableciendo conexiones or
les, impensadas. Un solo ejemplo de “Construyendo la
‘mutralla china", inchuido en Taminaciones Z En El pro
‘avo de Katka, recucrda Benjamin, Joseph K entra en
‘una buhardilla, donde sesiona un tribunal 1 pablico,
‘sentado muy eerca del techo, agobiado por esa proxi
smidad, resguarda su eabeza con almohadones. La ima
genes, en sf misma, extraia, Benjamin encuentra una
semejanza: el piblico estésentado como figuras en un
capitel de iglesia medieval, adaptadas ala forma curva
yeextrecha del semate arquitectonico: "Naturalmente,
ri qué decir que Kafka no pretendi6 imitarlas. Pero si
tomamossu obra como un disco reflectante, parecer’
‘se capitel, que desde hace mucho tiempo pertenece
al pasado, como objeto propiamente inconsciente
de la deseripeién. La interpretacién habria entonces
‘apartado su relejo en sentido contrario del espejo tan
lejos como habfa buscado e! modelo reflejado. Con
otras palabras, en el futuro”
En la semejanza encontrada por Benjamin en Kafka
se puede captar el proceso critico. En primer lugar,
‘a capacidad para visualizar la escritura, como lo hace
‘con Tos poemas de Baudelaire leidos en la escena pa-
risinay en segundo hugar, su propia potencia de sim:
bolizacién que se convlerte en esrategia critica; en
tercer lugar, la captacién del juego de los tiempos
histéricos (pasido, presente y futuro) en una con
densacién operada por Kafka y descubierta por su
lector, Benjamin.
Hay que recordar que las semejanzas le preocupa
ron tanto en literatura como en teoria del lenguaje,
‘como evidencian, por ejemplo, dosarticulos de las ft.
sminaciones IV: “La ensenanaa de lo semejante"y "Sobre
cllenguaje en general y sobre el lenguaje de los humae
nos". La semejanza, para Benjamin, no es identidad,
porque, silo fuera, perder
del parecido para instalarse en el momento reconc
liado de to igual. Encontrar semejancas es construit
tina imagen critica (en los dos sentidos de Ia palabra
critica"),
“To que Hamamos “critica fiteraria” culmina en e+
tas paginas, Vestn, todavia, ls Tentaticas sole Brecht,
tercer volumen de las Iumminaciones. Alli se ineluye un
texto citado hasta la extenuacién, “El autor como pro-
ductor" donele Benjamin extablece una hipétesis mo-
derna y modernista especto de larelacion entre
Tatura y sociedad: la wenica literati, como conee
que supera la idea de forma y de tendencia ilealogiea
de Tos textos, hace posible un andtsis materiatisarde-
Jaieratura. Brecht es, naturalmente, ef inierloewtor
de estas observaciones de Benjamin, ETTugar det exer
tor en Ia instituei6n literaria y la conciencia de las re-
Jaciones materiales simbolicas que se establecen con
ella colocan estos textos en linea con una dimensi6n
sociolégico-poliica del materiaismo estético.
‘Adorno descubri6 las censiones presemtes en Tos
escritos benjaminianos. En Ia medica en que no se
resuelven, no hay una "teoria benjaminiana” estabil-
zada, sino un campo dinamico de fuerzas teoricas y
criticas. No tengo dudas de que Benjamin mantiene
esas tensiones en un equilibrio arviesgado, Probable
mente por eso todavia hoy pueda leérselo como a un
‘contemporiineo,
el caraeter perturbador »