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REPLICA A JULIANO Traductor: P. Luis Arias Alvarez, OSA LIBROI PLAN DELA OBRA. 1.1. Mentiria, Juliano, si di icientes que, en el llamear de la ira, viertes cuatro libros. gComo despreciar estas cosas, si al reflexionar en el testimonio de mi conciencia, veo que debo alegrarme por m' y entristecerme por ti y por todos aquellos que tu engafias? sQuién puede despreciar Jo que es causa de intenso gozo o profundo pesar? Porque todo lo que en parte alegra y en parte apena, bajo ninguna raz6n lo podemos despreciar. Causa de mi gozo es la Dromesa de Dios, que dice: Cuando os injurien y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo por mi causa, gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en el cielo}. La causa de mi afliccién la expresa este sentimiento del Apéstol donde leo: Quién desfallece sin que yo desfallezca? sQuién sufre escdndalo y yo no me abraso?? Mas todo esto lo puedes también decir ta en favor de tu doctrina, que tienes por verdadera, Dejemos a un lado, si te place, estas cosas comunes que los dos podemos decir, aunque no las podamos afirmar los dos con verdad. entus 2. En primer lugar, te pregunto: :Por qué te glorias de haber respondido, al menos en apariencia, en tus cuatro volimenes, a mi opusculo, cuando ni siquiera has tocado una cuarta parte de mi libro y omites cuanto se te antoja de mis razonamientos, como si desesperaras de poder encontrar alguien capaz de leer lo que ti y yo escribimos? Ademds, esta misma poquedad, que, como dije, apenas aleanza una cuarta parte de mi escrito, juzgindola quizis la mas endeble, la intentas aplastar con Ja mole de tus cuatro volimenes, como con el impetu de tus cuadrigas, dejando intacta la parte mas dificil que temiste rozar y que es casi imitil probar. Aconsejo a cuantos deseen conocer toda la cuestién no se aparecen en leer lo que yo escribo y tu respuesta. Asi se impondra la evidencia y solo los de cortos alcances exigirin prueb: 3.Y, pues te veo ayuno de verdad y muy dado al insulto, dispondré mi escrito de manera que quede a plena luz, a quiénes y a cuintos doctores de la Iglesia catdlica, de una manera intolerable, injurias con la etiqueta de maniqueos: y, cuando disparas, contra mi, verin todos contra quiénes van dirigidos tus sacrilegos dardos. Luego demostraré cémo ti militas en favor del error nefando, condenable e impio de los maniqueos hasta tal punto que no podran encontrar, ni entre sus seguidores, mejor patrono que tu, Con la brevedad y transparencia posibles, probaré, en tercer lugar, una doctrina que no es mia, sino de mis antecesores, que han defendido la ortodoxia de la fe catélica contra tus falaces argucias y tus sofisticados argumentos. Por tiltimo, de no enmendarte, es inevitable un enfrentamiento con los grandes doctores de la Iglesia ante la pretension de que ni siquiera ellos en este punto defienden la verdad catdlica. Con la ayuda del cielo, yo defenderé su doctrina, que es la mia, Y, cuando todo esto quede en claro, probaré, como prometi en segundo lugar, con palabras textuales tuyas y con vuestro dogma pelagiano, comin a todos vosotros, la ayuda que prestais a la causa del maniqueismo. CONTROVERSIA ENTRE AGUSTIN Y JULIANO, IL. 4. Pon atencién a mi modo de proceder en esta primera parte de mi obra. Esta es Ja cuestién que entre nosotros se ventila en lo que a mi libro se refiere, y que te jactas haber refutado en los cuatro tuyos. Yo digo que el matrimonio es bueno y digno de toda alabanza y en ningiin sentido puede ser vituperable y culposo, y esto aunque todos los hombres. descendientes de la primera pareja, nazcan reos de pecado. El que esto niegue intenta socavar los cimientos de la fe cristiana, Este fue el motivo de escribir mi libro El matrimonio y la concupiscencia. En él distingo el bien del matrimonio del mal de donde viene el pecado de origen. Ta, por el contrario, afirmas que, sin duda, se condena el matrimonio si no se predica que los nifios, que son su fruto, estan limpios de toda mancha de pecado, y por esta razon te glorias de haber refutado miinico opisculo en tus cuatro libros. Intentas con tus, escritos apartar a los hombres de la fe bien fundada de los catélicos para conducirlos ala novedad de tu herejfa, y asi insuflas en tus lectores el veneno del maniqueismo, como si un mal de la naturaleza tuviera sabor maniqueo cuando se afirma que los nifios, nacidos de Adan segiin la carne, contraen, al nacer, la lepra de la muerte antigua, y, en consecuencia, necesitan ser purificados por "el bafio de la regeneracin” para poder ser contados entre los hijos adoptivos de Dios y ser trasplantados al reino del Unigénito. Al acusarme de patrocinar el error de los maniqueos, imitas la conducta de Joviniano. Este afirma, si, la vinginidad de Marfa en su concepcién, pero niega su virginidad en el parto. Como si decir que Cristo nacié de una virgen pura y sin mancha fuera creer, con los maniqueos, que Cristo era un fantasma, Pero los catélicos, asi como, con la ayuda del Salvador, despreciaron las sutilezas de Joviniano y siempre creyeron en la virginidad de Santa Maria en el parto, no creyeron nunca en que el Sefior fuera un fantasma, sino que de ella tomé Cristo un. cuerpo real y verdadero, permaneciendo su madre virgen en el parto y después del. parto. ¥ lo mismo desprecian ahora vuestra palabreria calumniadora, de suerte que no afirman, con los maniqueos, la existencia de un principio natural malo, sino que, atenor de la antigua y verdadera doctrina de la Iglesia, no dudan afirmar que Cristo, al abolir nuestra escritura paterna del pecado, se convierte en salvador de los nifios. ‘TESTIMONIO DE LOS PADRES EN FAVOR DEL PECADO ORIGINAL IIL5‘Té, con harta frecuencia, nos lamas maniqueos; pero, si estis despierto, considera el crimen tan horrible que imputas a tantos y tan ilustres defensores de la largarme demasiado, y no lo juzgo necesario, citar los testimonios . ¥ ni siquiera prometo mencionarlos todos; pondré unos pocos, de algunos adversarios se vean, con sonrojo, obligados a ceder, si es que en ellos hay temor de Dios y el pudor humano vence el mal de su tozudez. Dice Ireneo, obispo de Lidn, cercano a los tiempos apostdlicos: "No se pueden salvar los hombres de la mordedura de la antigua serpiente si no creen en aquel que, en semejanza de carne de pecado y elevado de la tierra en el madero del martirio, atrajo asi todas las cosas y vivifica a los muertos". Y en otro lugar dice él mismo: "Como por una virgen queds el género humano sujeto a la muerte, asi, por una virgen, fue liberado. La balanza esta, pues, en el fiel; en un platillo, la desobediencia; la obediencia virginal en el otro. El pecado del primer hombre fue perdonado por el castigo que sufrié el Primogénito, y la sencillez de la paloma triunfé de la astucia de la serpiente, siendo liberados de las ataduras de la muerte con las que habfamos sido sujetados'. 3Ves lo que dice este hombre de Dios de la mordedura de la antigua serpiente? ;Ves lo que dice de la semejanza de la carne de pecado, por la que somos curados de la herida que caus6 la serpiente en la carne de pecado? ;Ves qué piensa del pecado del primer hombre por el que nos encontrabamos encepados? 6.Con mayor claridad dice de esta misma fe el bienaventurado martir y obispo Cipriano: "Si algin obsticulo impidiera a los hombres el logro de la gracia, los pecados mas graves con mayor raz6n podrian impedirlo a los adultos y de edad avanzada, Ademis, si se concede también a los mayores pecadores y a los que han pecado mucho contra Dios cuando después han crefdo, si a nadie se excluye del bautismo ni de la gracia, gcuanto mas no debe ser excluido el nifio recién nacido, que atin no ha cometido pecado personal y sélo tiene el contagio de la muerte antigua, contraido por haber nacido de Adan segiin la carne, no se le podra impedir recibir, con toda facilidad, el perdén de los pecados no propios, sino ajenos?" 7. Reticio, obispo de Autin, de gran prestigio en la Iglesia, intervino durante su obispado, segin rezan las actas eclesiasticas, con otros muchos, como juez, siendo obispo de la Sede Apostélica en Roma Melquiades, y condend a Donato, primer corifeo del cisma donatista, y absolvié a Ceciliano, obispo de Cartago, Al hablar del bautismo, se expresa con estas palabras: "A nadie se le oculta que éste es el gran perdén en la Iglesia, en la que abandonamos el enorme peso del antiguo pecado, y se nos borran los crimenes antiguos de nuestra ignorancia, y nos despojamos del hombre viejo con sus inveterados delitos". jLe oyes hablar del peso de crimenes antiguos, de antiguos delitos, del hombre viejo con sus inveteradas maldades, y atin te atreves a levantar contra este testimonio la ruinosa fabrica de tu novedad? 8. Olimpio, obispo espafiol, varén de gran renombre y autoridad en la Iglesia de Cristo, en un sermén eclesiistico dice: Sila fe hubiera permanecido pura en la tierra y los hombres hubieran caminado por sus rutas, que abandonaron, nunca el primer hombre habria transmitido a sus descendientes el pecado, semilla de muerte, y el hombre no naceria en pecado’. forzado a decit contra este obispo 0, mejor, contra todos los que acabo de mencionar? Una es, pues, a fe catdlica de todos los que afirman que el pecado entré en el mundo por un hombre, y en él todos hemos pecado*. Y esto lo creen todos con indiviso corazén y lo confiesan con voz undnime, y asi la antigtiedad catélica socava los muros de vuestras presuntuosas novedades. 9. Escucha atin algo que te puede conmover y turbar mas, y jojala sea para mejorarte! 3Quién ignora que Hilario, obispo galo, fue en la Iglesia de Cristo un acérrimo luchador contra los herejes? Pon, pues, atencién a sus palabras cuando habla de la carne de Cristo y dice: "Cuando fue enviado en semejanza de carne de pecado, tuvo carne, pero no tuvo pecado. Pero como toda carne trae su origen del pecado, esto es, del pecado de nuestro primer padre Adin, el Sefior fue enviado en semejanza de carne de pecado, y en él existia no el pecado, sino la semejanza de la carne de pecado’. Y en un comentario al salmo 18, al explicar las palabras: Vive mi alma y alabard tus alabanzas4, dice el mismo santo: "Vivir en esta vida no es vida", Antes habia dicho: He sido concebido en iniquidad y pecador me concibié mi madre ; sabe, pues, que "nacié en pecado original bajo la ley del pecado’. Tienes algo qué responder? Si en ti hay un resto de vergiienza, atrévete a refutar lo que dice acerca del pecado original este varén, insigne entre los obispos catélicos y celebrado por Ja fama de su doctrina. 10. Escucha atin Jo que dice un dispensador insigne de la palabra de Dios, al que venero como padre, pues me engendré en Cristo por el Evangelio “y de sus manos, como ministro de Cristo, recibi el baho de la regeneracion. Hablo del bienaventurado Ambrosio, de cuyos trabajos y peligros en defensa de la fe catdlic: con sus escritos y discursos soy testigo, y conmigo no duda todo el imperio romano en proclamarlo. Este santo varén, al comentar las palabras del salmo 113, el Jordan yretrocedié %, y explicarlas en su obra sobre el evangelio de San Lu escribe: "Bl Jordin es un simbolo de los misterios futuros del bautismo de salvacié por los cuales los nifios que son bautizados quedan libres de la culpa contraida en el origen de su naturaleza’. Y en otro lugar de esta misma obra dice: "No por ayuntamiento con varén se abrié la matriz virginal de Maria, sino que por obra del Espiritu Santo fue depositada en su seno una semilla pura. El Sefor Jesiss, tnico entre los nacidos de mujer, quedé libre del contagio de la corrupcién terrena merced a su nacimiento excepcional y milagroso". Y en la misma obra: Todos morimos en Adén, porque por un hombre entré el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y asf la muerte pasé a todos los hombres, en el que todos pecaron. La culpa de ‘Adén es ld muerte de todos*. Y en otro lugar del mismo evangelio: Ten cuidado, no ajado, como Adan, al ser privado de la proteccién del precepto celestial y despojado del vestido de la fe, y asi recibié una herida de muerte, capaz de matar a todo el género humano si el buen Samaritano, al descender del cielo, no curase sus llaga purulentas. Y en otro pasaje de la misma obra: Existié Addn, y en él todos existimos; perecié Adan, y en él todos perecimos He aqui cémo se explica también en la Apologia de David: "Ya antes de nacer estabamos contaminados por el pecado y antes de ver la luz recibimos la tara de nuestro origen. Todos hemos sido concebidos en iniquidad. No aclara si esta iniquidad es nuestra o de nuestros padres, como cuando dice que todo hombre es concebido por su madre en pecado. Ni se expresa aqui silos pecados son de la madre o siel nifio al nacer tiene ya pecado alguno. Acaso quiera dar a entender se trata de los dos. En efecto, el nifio no puede estar exento de pecado, porque sus padres no estan limpios de toda culpa. Y si ni el nifio de un dia puede estar sin pecado, con mas raz6n es imposible que la madre permanezca sin pecado durante su prefiez. En consecuencia, somos concebidos en el pecado de los padres y en sus pecados nacemos“, El mismo parto tiene también sus inmundicias, y la naturaleza, mis de una contaminacién” Y en la exposicidn al libro de Tobias dice: "sQuién es el que se aprovecha con usura del pecado sino el diablo, del que Eva tomé en préstamo el pecado, y dejé en deuda, con subido interés, a toda su descendencia, y endeudé asi a todo el género humano?* Y en el mismo libro: "Engaiié el diablo a Eva que habia suplantado al vardn, y asi salmo 48 escribe: "Una es nuestra iniquidad y otra la de nuestro calcafar, en el que Adin fue por la serpiente mordido, y esta mordedura la dejé como herencia a toda su posteridad, y asi todos cojeamos a causa de aquella herida" endeud6 a todos sus descendientes". Y en el comentario al SIGUEN LOS TESTIMONIOS DE LA TRADICION IV. 11. Ven tit ahora y enrdstrame el pecado original; disimula no conocer a éstos, finge ignorar lo que dicen, deja a.un lado, como si nunca hubieran existido, a tantos y tan eximios doctores de la santa Iglesia que, después de una vida ejemplar y haber combatido contra los errores de su tiempo antes que vosotros metieseis bulla, abandonaron Hlenos de méritos este mundo. Dirige contra mi tus ultrajes, como si ignorases que ellos, en mi persona, son insultados. Lo confieso, estuve tentado a creer el mal que causabas, y atribuia a tu imprudencia, no a tu petulancia, la safia con que atacabas a estas lumbreras de la Ciudad de Dios, de las que debieras mostrarte fiel seguidor. Lo repito, estuve tentado a creer que, sin saberlo, les hacfas culpables de crimen tan odioso de no existir en el libro al que tt juzgas, o deseas se piense has respondido un testimonio muy convincente de San Ambrosio, En él pudiste leer lo que el santo obispo insinia al hablar del nacimiento de Cristo de una virgen. "Como hombre -escribe- fue en todo tentado, hecho semejante a los hombres, sufrié toda Jas miserias de la humanidad; mas, en cuanto nacido del Espiritu Santo, no tuvo pecado. Todo hombre es mentiroso“. Nadie, sino s6lo Dios, esta sin pecado. Ningun hombre nacido de varén y hembra, es decir, del ayuntamiento de los cuerpos, esti libre de pecado. El que esté inmune de pecado, libre est también de este modo de concepcion". Y si no has leido estas palabras del venerable Ambrosio, 5como impugnas mi obra, en la que se encuentran estas palabras? Y si las leiste, spor qué te enfureces contra mi, pues condenas en él lo que en mi incriminas? gPor qué ese empefio en manchar mi fama y hacer, silenciando su nombre, de Ambrosio un maniqueo? 12. ;Ves en compahia de quiénes soporto tus injurias? gVes con quiénes hago caus comtin? A estos hombres, sin miramiento alguno, atacas y calumnias. ;No comprendes el peligro que corres al imputar a tan eminentes varones crimenes tan horrendos? Y, si lo comprendes, calla y medita. Una lengua pelagiana ha de permanecer muda ante tantas lenguas catdlicas, y una boca proterva quede cerrada ante tantas lenguas dignas de todo respeto. Y si, achispado como Polemén, te levantases de un banquete nocturno y entrases en el aula de Jenécrates, no debieras sentir mas vergiienza que ante esta venerable asamblea. Y tanto mayor debe ser el respeto que merece una reunion de tal calidad cuanto mas pura es la verdad que ensefia. Y la presencia de obispos tan ilustres ha de imponer mayor respeto que la presencia de Jendcrates, porque es mas sabio Cristo que Platon, maestro de Jendécrates. Y no puedo olvidar a tu padre Memorio, de feliz recuerdo, con el que me unié una entrafiable amistad en la reptblica de las letras y me inspiré un gran carifio hacia ts de manera que cuando te vi, no como Polemén, leno de vapores de vino en una bacanal prolongada hasta las primeras luces’del alba, sino como un joven atolondrado, amante de meter bulla, te he querido introducir no en el aula de un filésofo cualquiera, sino en una asamblea de santos Padres digna de toda veneracién y respeto. Y si por todo esto merezco tu aprecio, te pido, por favor, contemples a estos santos personajes como si tuvieran su mirada fija en tiy te dijeran dulcement "3s verdad, Juliano, que somos maniqueos?” Qué les podras, te ruego, responder sCémo podrias sostener su mirada? gQué razones podrias darles? gRecurrirfas a las Categorias de Aristételes, que parece has estudiado, para atacarme con la habilidad de un dialéctico? Qué armas te atreverias a esgrimir contra ellos tomada del arsenal de tus argumentost Las que son frgiles con punta de cristal o at aso diris que a ninguno de ellos has nombrado ni achacado este erimen? Pero gqué hards cuando te digan que es mis tolerable ser infamados con tus calumni que verte atacar su fe, pues, por defenderla, sus nombres estan escritos en el cielo? zAcaso les podris responder que no has atacado su fe? Mas gcémo te atreveris a sostener esto con plena lucidez, cuando afirmas que tiene sabor maniqueo declarar que los nifios en su nacimiento tienen pecado original? 3No es esto, en efecto, lo que estos santos Padres han confesado y hecho profesién de creer, lo que aprendieron en la Iglesia de Cristo siendo ain catecamenos, lo que han ensefado elevados ya a Ja dignidad de obispos, habiendo perdonado multitud de pecados a los bautizados, borrando en los nifios la mancha del pecado original? De nuevo te lo ruego, te lo suplico: contempla a tantos y tan insignes defensores y doctores de la Iglesia catélica, medita aquiénes haces objeto de tus graves y odiosas calumnias. 13. ;Piensas acaso que éstos son despreciables por pertenecer todos a la Iglesia latina, ya que no hice mencién de ningin obispo oriental? zQué hacer si ellos son griegos y nosotros latinos? Creo debiera ser para ti suficiente conocer la pureza de Ja fe en esta parte del mundo donde el Sefor quiso coronar con la palma del martirio al primero de sus apéstoles. Ha tiempo te hubieras librado de las redes del pelagianismo, en las que se dejé prender tu juventud, de haber escuchado al bienaventurado Inocencio, jefe de la Iglesia de Occidente. ;Qué podia contestar este varén santo a los sinodos africanos sino lo que desde antiguo, con perseverancia irrompible, confiesa la Sede Apostolica romana con todas las Iglesias? Sin embargo, acusas de prevaricacién a su sucesor, Zésimo, porque no quiso oponerse a la doctrina de su inmediato predecesor en la Sede Apostoli Pero ahora prefiero guardar silencio sobre este punto para no irritar tu 4nimo, que deseo curar, y no ulcerarte con mis alabanzas al que te condend, Medita lo que vas a responder al santo Inocencio, que en esta materia no tiene otro sentir que el de aquellos en cuya asamblea te presenté con vistas a tu interés. Entre ellos toma asiento Inocencio, que, aunque posterior en el tiempo, ocupa la presidencia. Con ellos y con todos los cristianos cree que los nifios han de ser liberados, por la grac de Cristo, del pecado original, heredado de Adan. Ensefia, en efecto, que Cristo, por el agua del bautismo, borra el antiguo pecado heredado del primer hombre, quien por un mal uso del libre albedrio se precipité en el abismo. Y declara también que los nifios no pueden tener vida en si si no comen Ia carne del Hijo del hombre" 2. Responde, pues, a Inocencio, y mejor, al Seftor en persona, cuyas palabras reprodujo el santo obispo, y di: ;Cémo puede un nifio, imagen de Dios, ser castigado a suplicio tan horrendo como es ser privado de la vida, si es que el nifio no contrae en su nacimiento pecado original? sQué puedes responder 0 decir? Aunque te atrevas a Hamar maniqueo a Inocencio, gte atreveras a llamarselo a Cristo? 14. No hay, pues, por qué apelar a los obispos de Oriente, porque ellos también son cristianos y en las dos partes del mundo tenemos una misma fe, la cristiana; y a ti te engendré la Iglesia de Occidente y la Iglesia occidental te Tegenerd. gPor qué intentas introducir en ella lo que en ella no encontraste cuando eras uno de sus miembros? O mejor, gpor qué tratas ahora de arrebatarle lo que en ella recibiste? Porque el pecado original, que, para ruina de estos nifios, niegas existir, en cualquier edad que hayas sido bautizado, o se te perdoné o alin permanece en ti, Mas si es verdad, como hemos oido decir que fuiste bautizado en la nifiez, aunque libre de pecados personales, sin embargo, como nacido de Adin segiin la carne, has contraido en tu primer nacimiento el contagio de la muerte antigua, y fuiste concebido en iniquidad, y sobre ti se pronunciaron los exorcismos_y_ las insuflaciones para librarte del poder de las tines y ser trasladado al reino de Cristo B, Hijo de Adin mal nacido, pero felizmente regenerado en Cristo, gc6mo intentas robar a tu madre los sacramentos que te dieron nueva vida? sBra ella, acaso, maniquea cuando te engendr6? sPor qué no quieres ahora que siga dando aluz, como si este nacimiento fuera un oprobio, y cierras a los demas las entrafias de caridad que te dieron a ti el ser? Divides el nombre de su esposo, y asi, cuando regenera a los nifios, es Cristo, y para los adultos es Cristo Jestis, pues Jess se interpreta Salvador, y no quieres sea Salvador de los nifios si, como ensefas, no tienen de qué ser salvados. CONSENSO DE LAS IGLESIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE SOBRE EL PECADO ORIGINAL V. 15, Mas no te faltard un ilustre obispo del mundo oriental de fama incomparable, de gran renombre, de elocuente palabra, admirado en todo el mundo, cuyas obra han sido traducidas a la lengua del Lacio. Tome, pues, asiento con estos Padres San Gregorio y comparta con ellos el veneno de tus vanos reproches, pues pronuncia sentencia medicinal con ellos contra tu pestilente novedad. Escucha: "Lave -dice-la imagen de Dios la mancha contraida por la unién con su cuerpo y eleve en sus alas el Verbo de Dios la carne que asumid, Mejor era para el hombre no necesitar de esta purificacién y permanecer en su primera dignidad en la que fue creado por Dios, y que nosotros, por todos los medios, tratamos de purificar; y mejor le hubiera sido no haberse apartado del arbol de la vida a causa del amargo bocado de su pecado. Sin embargo, en la situacidn en que nos encontramos, es mejor levantarse de la caida que perseverar en la iniquidad”, Dice mis: "Asi como en Adan todos morimos, en Cristo todos seremos vivificados. Nacemos, pues, con Cristo, seamos con Cristo crucificados, consepultados con él en su muerte, para resucitar con él a una vida nueva. Es, pues, necesario sufrir estas alternativas muy provechosas, para que asi como de los gozos de los bienes pasamos a la tristeza, asi pasemos del dolor a la alegria. Donde abundé el pecado sobreabundé la gracia; y los que condend la gustacién del fruto prohibido justifica, con gracia copiosa, la cruz de Cristo". Y de nuevo: "Venera el nacimiento por el cual eres desatado de los lazos de un nacimiento carnal. Honra la pequefta ¢ insignificante Belén, que te hizo posible el regreso al paraiso". Y al hablar del bautismo dice en otro lugar: "Te debe convencer la palabra de Cristo cuando dice: Nadie puede entrar en el reino de los cielos si no renace del agua y del Espiritu Santo +, Por el bautismo somos, en efecto, purificados de las mancha del primer nacimiento, porque hemos sido concebidos en iniquidad y en pecado nos engendraron nuestras madres". 3Vas a decir que estas palabras del santo doctor tienen tufillo maniqueo y trasudan veneno? Oyes cémo todos con sentir undnime, con una boca y una misma fe, afirman al unisono una verdad, la de la fe catdlica. 16. :Te parece irrelevante la autoridad de todos los obispos orientales, centrada en San Gregorio? Persona tan ponderada no hablaria de esta manera si no estuviera convencida de que sus palabras son un eco de Ia fe comtin a todos los cristianos; y jams los orientales hubieran sentido tanta estima y reverencia por él sino reconociesen en su doctrina la archiconocida regla de la verdad. Mas, si te place, sumaremos la doctrina de San Basilio a la del Nacianceno. O mejor, lo quieras 0 no, voy a citar su testimonio, teniendo en cuenta que en el cuarto volumen de tu obra te has servido de un texto de su libro para combatir a los maniqueos. Cierto que dicho pasaje, por ti citado, no tiene relacidn con el pecado original, que entré en el mundo por un hombre y pasd a todo el género humano. En. el texto aducido quiere demostrar que el mal no es una sustancia, una especie de materia, como opinan los maniqueos. Dice: "El mal no es sustancia, sino un cambio que viene tnicamente de la voluntad’, y no enaquellos que en un primer momento contrajeron el mal de la muerte antigua, sino "en aquellos que por voluntad propia se contaminaron con esta enfermedad”; es decir, en los adultos, que tienen ya uso de razin y libre querer. Dice mas el Santo: "E] cambio que proviene de una causa accidental puede ser, con facilidad suma, separado de la voluntad de los enfermos’. Dice ain: "Si en nosotros surgiese un mal y su origen radicase en algo accidental, pero que no pudiera ser de nuestra voluntad separado, se podria con razén decir no que es un mal sustancial, pero si que hay una sustancia que ya no puede existir sin el mal que le sobrevino. Y si es un accidente y no viene de la sustancia, sino de la voluntad, el mal puede con facilidad separarse de la sustancia, de manera que la voluntad acepte la sustancia pura sin que en ella exista algo que sefiale la presencia del mal Esto que dice San Basilio se puede entender, con toda verdad, del mal que entré en el mundo por Adan y pas6 a todos los hombres, pues es un mal que sobrevino a la naturaleza humana de una manera accidental, porque no salié asi de las manos del Creador, y el mal del pecado no viene de la sustancia sino que tiene su origen en la voluntad, ya sea de la Voluntad de la mujer, seducida por la serpiente, ya del hombre, que consintié en el pecado al ceder a los deseos de su esposa. Pero cuando dice que el mal "puede ser con facilidad separado de la voluntad o de la sustancia”, se entiende que es facil a la misericordia de Dios, no a la voluntad del hombre. Creo es suficiente esto para confundir a los maniqueos, que piensan es imposible cambiar el mal en bien. Por eso, San Basilio no dice que la voluntad, la sustancia o la naturaleza pueden alejar el mal que hay en ellas, sino que "puede con facilidad ser separado el mal". Pesa el santo doctor sus palabras, de suerte que refuta a los maniqueos a quienes combate, sin dar pretexto al orgullo humano para engreirse contra la gracia divina, El Todopoderoso, para el que, segiin el Evangelio, es que para el hombre es imposible, puede destruir, con la abundancia de su gra mal, que tiene su origen en el primer hombre o en nuestra propia voluntad; y la sustancia, sumisa a la voluntad, como dice San Basilio en el texto por ti citado, puede ser "perfectamente pura, sin tener nada que sefiale en ella la presencia del mal". Y esto llegar algan dia; tal es la esperanza firme de los fieles. ;Cuindo se cumpliré esta esperanza? La fe nos dice que esto sucedera en el instante en que se puede decir ala muerte: gDénde estd, muerte, tu victoria? sDénde esté, muerte, tu aguij6n? = 17. Recuerdas que San Basilio dijo: "Si es una virtud la castidad y el cuerpo fuera sustancialmente malo, seria imposible encontrar un cuerpo casto, porque un cuerpo impuro no puede ser sede de Ia virtud. Pero, cuando es santificado, habita en él la virtud, y asi la virtud se comunica al cuerpo, y el cuerpo participa de la virtud, por Ja cual Se convierte en templo de Dios. Si todo cuerpo fuera cuerpo de fornicacidn, seria imposible encontrar un cuerpo casto, y entonces si pudiéramos decir que el cuerpo, por naturaleza, era un mal sustancial, Si, por el contrario, el cuerpo ha podido elevarse a tan alto grado de virtud, de honor y de santidad que ha merecido ser templo de Dios y talamo del Hijo, lugar que el Padre y el Hijo se dignaron elegir para morada, jcdmo no tener por risible y execrable la doctrina de Manés! gPodfa San Basilio hablar un lenguaje mas conforme a la verdad y a la fe catdlica? Combatia, en efecto, la teoria de los maniqueos, que opinaban y sostenian traer los cuerpos su origen del principe de las tinieblas, que ellos consideran como una naturaleza mala, coeterna al Dios bueno, existente desde la eternidad; por eso concluyen que los cuerpos son inmutablemente malos; pero no habla Basilio contra aquellos que, fieles a la verdadera fe catélica, creen que el cuerpo, tal como ahora es, corruptible, hace pesada “el alma, Cierto que el primer hombre no fue creado asi al ser plantado en el paraiso, ni en un futuro ignorado va a estar expuesto a la corrupcién, porque llegar un dia en que se vista de inmortalidad. Ahora empieza ya a ser templo de Dios, adornado con la pureza virginal o conyugal y con la continencia de las viudas, y, aunque la carne lucha contra el espiritu, y el espiritu contra la carne, no permite al cuerpo ofrecer susmiembros como armas de injusticia al servicio del pecado% 18. Escucha algo que si concierne a la cuestién presente y atiende a lo que, sin ambigiiedad, dice San Basilio sobre el pecado del primer hombre, que a todos nos afect6. Y, aunque existen ya traducciones de este pasaje, quiero, no obstante, para mayor exactitud y verdad, traducirlo del griego palabra por palabra, En un Sermon sobre el ayuno dice: "La ley del ayuno fue intimada en el Edén, pues el primer mandato que se dio a Adan fue: Del drbol de la ciencia del bien y del mal no comeréis Ayuno es no comeréis, principio normativo de toda ley. Y si Eva hubiera ayunado del fruto del arbol, no necesitarfamos nosotros ayunar, pues no son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. Enfermamos por el pecado, sanemos por la penitencia, Penitencia sin ayuno es un mito. Maldita sea la tierra; produciré espini abrojos 2, Se nos manda vivir en tristeza; gacaso en delicias?" Y en el mismo serm6n, poco después, dice el mismo santo: "Por no ayunar fuimos arrojados del paraiso; ayunemos para regresar a él”, Si hubieras leido estos textos de San Basilio y otros parecido, o, si leidos, los hubieras meditado en profundidad, nunca se hubiera ocurrido tomar de sus escritos pasajes que pudieran esparcir cendales de oscuridad entre los ignorantes, ni poner en tus, libros, ignoro con qué intencidbn, cosas que no pertenecen a nuestro tema, Le has oido decir que no necesitariamos ayunar si el hombre no hubiera quebrantado, en el paraiso de delicias, la ley del ayuno, y gniegas que los hombres nazcan expuestos alas consecuencias del pecado? gOyes lo que afiade: "los sanos no neces y niegas que hayamos perdido Ia salud, en la que fuimos creados, por el peca jos primeros hombres? Ofste la sentencia pronunciada contra el primer pecador: Espinas y abrojos te produciré*, sentencia que a todos nos aleanza, y aniegas que cuantos gimen bajo el peso de esta sentencia hayan contraido mancha del primer pecado? Oyes que debemos regresar al paraiso del que salimos, y gniega participemos en el pecado de nuestros padres, tinicos moradores del Edén, y en los que estamos incluidos nosotros? 19. ;Qué mas? Mira si para tino son suficientes los testimonios de estos dos insignes varones orientales, hermanos en santidad y, como se dice, también por sangre. Di que no son niimero. Podemos citar catorce obispos de la Iglesia de Oriente: Eulogio, Juan de Jerusalén, Amoniano, Porfirio, Eutonio, otro Porfirio, Fido, Zonino, Zoboeno, Ninfidio, Cromacio, Jovino y Clemacio; todos de una misma region, y a los que podemos invitar a tomar asiento entre los obispos ya nombrados. Son los mismos jueces que, reunidos para juzgar a Pelagio, lo declararon catélico, sin que ninguno de la parte opuesta presentase acusacion. Habria sido condenado si en su presencia no anatematizase a los que afirman que “el pecado de Adan solo a él perjudicé y no al género humano, y que los nifios recién nacidos se encuentran en el mismo estado que Adan antes del pecado, y que los nifios, aunque no hayan sido bautizados, pueden alcanzar la vida eterna’. iDe qué te sirven no sé qué asideros y garfios, introducidos por arte de ignoro qué confusién, para que lo sencillo no se manifieste y las cosas claras no se transparenten? ,Quién no comprende cémo entendieron aquellos jueces la cuestidn, pues, segiin la fe catdlica, en todas partes, mediante exorcismos insuflaciones, los nifios son arrancados del poder de las tinieblas, y no como vosotros exponéis estas cuestiones 0, mejor, las amafidis? Sin embargo, después de esta declaracién tan explicita de Pelagio, tt nos dices que el pecado de Adin hiere por imitacidn a todo el género humano y no por generacidn; y afirmas que los nifios recién nacidos no se encuentran en el mismo estado que Adan antes del pecado, porque no son sujetos capaces de precepto, y el primer hombre si lo era. Con estas ambiguas palabras crey6 Pelagio poder eludir el juicio de los Padres, mientras vosotros, por vuestra parte, aprobdis de coraz6n doctrina tan herética y os refs con ganas porque tantos obispos se dejaron engafar por él. Mas gacaso podéis ocultar, tras ambigiiedades o con vuestras hojas de higuera, el sentido de esta (os, aunque no sean bautizados, pueden conseguir la vida Porque Pelagio, en presencia de sus jueces, se vio obligado a condenar esta proposicién. Ante los hombres condené esta doctrina, por temor a ser condenado por los hombres. Si asi no sentis, estamos de acuerdo; pero, si no estdis de acuerdo con nosotros, es necesario que lo estéis con él. Por consiguiente, os condenan estos obispos de Oriente, ante los cuales Pelagio evit6 su condena, pues neg con la boc: Jo que en su corazén guardaba. Lo que anatematiza de viva voz se encuentra en sus escritos, Mas ahora no discuto con Pelagio; ti, con quien ahora disputo, gqué amos en presencia de cierto niimero de jueces orientales; se len las actas de lo que sucedié en la asamblea. Pelagio, se le objeta, ha dicho: "Los nifios no bautizados pueden conseguir la vida eterna’, Pelagio, como se lee en las actas, condend a los que afirman esto, pues de otra manera no hubiera escapado a la condena de sus jueces. Ahora gqué dices t Los nifios que abandonan esta vida antes de ser bautizados, sposeeran la vida eterna 0 no? Si respondes: "La poseeran", entonces te condenan las mismas palabras de Pelagio y las de todos los jueces por quienes él temfa ser condenado, Si dijeres: "No poseern’, te pregunto: Por qué estos nifios, imagen inocente de Dios, van a ser castigados con la privacién de la vida, si es que no contraen pecado alguno mediante Ja propagacidn de la especie humana? Y si contraen pecado, gpor qué llamar maniqueos todos los que esto creen, y por los que Pelagio hubiera sido ciertamente condenado de no haber fingido creer lo que ellos crefan? 20, Estis, pues, en presencia de obispos no sdlo de Occidente, sino también de Oriente, Cuando nos parecia no se podian encontrar, tenemos un niimero crecido de orientales. Todos creen que por un hombre entré en el mundo el pecado y por el pecado la muerte, y asi pasé a todos los hombres, en quien todos pecaron. Es decir, que todo hombre viene al mundo reo de pecado, el cometido por un solo hombre, el primero de todos. Si todo el que habla asi es, segiin tt, maniqueo, echa una mirada a todos éstos, siente en su presencia sonrojo, perdénales, o mejor, ten piedad de ti mismo, no suceda que aquel que los juzga y es su Maestro no te perdone. Y, si dices que no son maniqueos, no puedes tacharme a mi de tal, porque lo que ellos creyeron, creo; lo que ellos sostienen, sostengo; lo que ensefiaron, ensefio; lo que predicaron, predico; a saber, que todos los hombres estan, por su nacimiento carnal, ligados al pecado del primer hombre, del que nadie puede ser desatado sino por un nacimiento espiritual. Cede a su autoridad y cesa de injuriarme; aprueba lo que dicen y te dejaré en paz. Por iiltimo, si no quieres ser amigo mio por ellos, por favor, no te conviertas, por mi causa, en enemigo suyo. Pero scémo no serlo si permaneces en el error? ;Cuanto mejor te seria aproximarte a éstos y alejarte del error! ;Tanta influencia ejercen sobre ti Pelagio y Celestio, que té atreves a abandonar, ¢ incluso a tildar de maniqueos, a tantos y tan eximios doctores que, desde donde sale el sol hasta su ocaso, defendieron la fe catdlica, de los cuales algunos ya murieron y otros viven ain! Me asombra que tus labios osen pronunciar lo que la maldad de tu error te obliga a proclamar; pero me sorprende ver que a pesar de la distancia que existe en el rostro humano entre la frente y la lengua, no pueda, en esta causa, la frente poner freno a la lengua. INTERPRETACION DE UN TEXTO DE SAN JUAN CRISOSTOMO. VI. 21. Sé lo que entre dientes musitas. Dilo en alta voz para que lo oigamos. Al final de tu obra, es decir, al término del libro cuarto, escribes: "San Juan de Constantinopla niega exista en los nifios pecado original’. En una homilia a los ne6fitos dice: "Bendito sea Dios, tinico hacedor de maravillas, creador del universo y autor de todos los cambios en las criaturas, Gozan ahora de serena libertad los que poco ha estaban cautivos; y los que andaban errantes se convierten en ciudadanos de la Iglesia, y los que se éncontraban en el desorden del pecado participan ahora de la felicidad de los justos, porque son libres; mas aiin, son santos; no sélo santos, sino también justos; no s6lo justos, sino también hijos de Dios; no sdlo hijos de Dios, sino también herederos; no sélo herederos, sino también hermanos de Cristo; no solo hermanos de Cristo, sino también coherederos; no sélo coherederos, sino también miembros, no sélo miembros, sino también templo; no s6lo templo, sino también drganos del Espiritu, Ves cuantas son las gracias del bautismo. ;Y algunos sostienen atin que la gracia divina de este sacramento consiste sélo en el perdon de los pecados! Nosotros hemos contado hasta diez beneficios. Por esta raz6n nosotros bautizamos a los nifios, aunque no estén manchados por el pecado, para que sean enriquecidos con santidad, justicia, adopcién, hermandad con Cristo, y sean miembros suyos’, 22. Te atreves a oponer estas palabras del santo obispo Juan a las de tantos y tan insignes colegas suyos y presentando como adversario y como miembro disidente de su compaiia en la que reina la mas perfecta armonfa, ;Dios no lo permita! ;Lejos de nosotros decir 0 pensar tan gran mal de vardn tan ilustre! Lejos de nosotros pensar que Juan de Constantinopla abrigue, sobre el bautismo de los nifios y sobre Ja liberacién por Cristo de su escritura paterna, sentimientos contrarios a los de tantos y tan eximios colegas Cartago, Basilio de Capadocia, Gregorio de Nacianzo, Hilario de I y Ambrosio de Milin. Existen, si, otros temas sobre los cuales a veces discrepan estos doctisimos ¢ invictos defensores de la fe catdlica, salva siempre la unidad en la fe, y uno puede decir algo mas veridico y mejor que otro, Pero la materia que ahora tratamos pertenece a los fundamentos de la fe, Todo aquel que quiera, dentro de la fe cristiana, anular lo que esta escrito, a saber, que la muerte ha entrado en el mundo por un hombre, y por un hombre vino la resurreccién de los muertos; y asi como en Adan todos mueren, asi en Cristo todos serén vivificados%, éste se esfuerza en arrancar nuestra fe en Cristo. suyos en particular Inocencio de Roma, Cipriano de Salias y Cristo es el tinico salvador de los nifios. Por él deben ser salvados, porque sin participar de su carne y de su sangre no pueden obtener la vida eterna. Esto es lo que Juan de Constantinopla pens6, creyd, aprendié y ensefid. Mas ti cambias sus palabras a favor de vuestro dogma. Dice, si, que ios nifios no tienen pecados, pero propios. Con razén decimos que son inocentes, a tenor de las palabras del Apéstol: Antes de haber nacido, nada bueno 0 malo habjan hecho”; no en el sentido del pasaje donde dice:Por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron constituidos pecadores™. Nuestro Cipriano pudo decir lo mismo que San Juan dice de los nifios, pues afirma en cierto pasaje: EI nifio recién nacido, en nada pecé; se le perdonan los pecados no propios, sino ajenos. En comparacién con los adultos a quienes se les perdonan los pecados propios en el bautismo, afirma Juan que los nifios no tienen pecados, y no como ti traduces: "No han sido manchados por el pecado", porque quieres se entienda que no han sido manchados por el pecado del primer hombre. Aunque esto no te lo achacaré a ti, sino al traductor; si bien en otros cédices de la misma versién se lee pecados, no pecado, Y no me admira si alguno de los vuestros ha preferido escribir pecado, en singular, para que se entienda del iinico pecado lo que dice el Apéstol: Porque el juicio, partiendo de uno solo, lleva a la condenacidn; pero la gracia, partiendo de muchos, sirve para justificacién 4, Aqui el uno indica el delito, precisamente el que vosotros no queréis admitir en los nifios. Por eso no decis que no tienen pecados, como dice San Juan, para que no se entiendan los pecados personales; 0 que no estan manchados con pecados, segtin pone el traductor de las palabras del santo obispo en otros manuscritos. Vosotros preferis decir: "Los nifios no tienenpecado", para hacer creer que él trata Gnicamente del pecado del primer hombre. Pero no tratemos de suposiciones, ni de un posible error del copista o de un matiz del traductor. Voy a citar las mismas palabras de Juan segiin se leen en el texto griego: . . . ")\"I@OI@o6"AJ B"4*\"$"BI\.@:,<6"AJ@4 :"DIZ:"J"@U 6§P @ZE":,

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