You are on page 1of 3
LA PRINCESA DE GUATAVITA Tenian sefialados cinco altares o pue ic ae mejr und), my ney apa ans de 5 otros, los cuales son los siguientes: el prir laguna grande de Guatavita, a donde eee __ sus reyes, habiendo hecho primero aquél ayuno de seis afios, con las abstinencias referidas, y éste era el mayor y de ‘mds adoracién, y a donde habiendo llegado a él se hacian las mayores borracheras, ritos y ceremonias... Juan Ropricuez Freve Macro tiempo antes de que los conquistadores llegaran al pais de los muiscas, los habitantes dela regién de Guatavita, al oriente de la sabana de Bogot, adoraban a una antigua princesa que, en las no- ches de luna llena, emergia del fondo de la laguna y se paseaba sobre las aguas en medio de la espesa neblina. He aqui su historia. Un gran cacique de los guatavitas, de la misma dinastfa que da- ria origen al zipazgo y al imperio de los muiscas, estaba casado con la més bella de entre los suyos, una noble princesa a quien todos sus stbditos amaban, y su hogar habia sido bendecido con el nacimiento de una bella nifia que era la adoracin de su padre. Pasado algin tiempo, el cacique comenz6 a alejarse de la prin- cesa: sus muchas ocupaciones en los asuntos del gobierno, como tam- bién otras mujeres, lo mantenian lejos del calor de su hogar. La prin- esa soporté algunos meses, como correspondia a una mujer de su rango, las ausencias prolongadas y las continuas infidelidades de su €sposo; pero un dia pudieron mas la soledad y la tristeza que las rigi- Js normas sociales, y se enamord de uno de los més nobles y apues- bu. Para su dicha y fortuna, fue enteramente pudieron verse tan pronto como hubieran jque estaba por esos dias entre los suyos, serta noche, tras una de las acostumbradas orgfas del manda- oes do consumar sus amores, mientras el pueblo dor- we ee algo, el cacique encomehdo a una vieja la tarea de ni ore Una noche cualquiera, la anciana descubrié lo que er ylellevé la noticia al jefe. nizé un gran festin en honor de su espo- broso corazén de venado. Ape- Los enamorados no querido, pues el gran cacl Al dia siguiente, él orga sa. Alaprincesa le Fue servido un sal nas ella acabé de comerse el delicado plato, el pueblo —con el caci- que a la cabeza~ estalld en una horrible carcajada, que la hizo comprender la verdad: su amante habfa sido asesinado, y le habian dado a comer su corazon. Desesperada, decidié huir del lado de su marido. Algunos dias después de la tragedia, tomé a su pequefia y partis hacia Guatavita. Al llegar, casi a la medianoche, se detuvo un momento en la orilla para contemplar la laguna, de la que se levantaba una espesa nebli- na; luego miré amorosamente ala nifiay se lanzé con ella alas aguas. Alenterarse de la noticia, el cacique corrié hacia la laguna y lla- mé a su mujer varias veces, sin obtener més respuesta que el silencio de la noche. Entonces ordend a sus moanes ~sacerdotes— que la area eee Conjuros y ritos a orillas de la laguna, Y iene escent alas profundidades, para averiguar qué habia fees onto. y ee hia, Al poco rato regresé con el cadaver que la princesa estaba viva y feliz en el reino de las Mitos y leyendas de Colombia escaneauo con UainS aguas. Desde entonces, en las noches de luna menguante aparecia la princesa en medio de la espesa neblina, para escuchar los ruegos de su pueblo, y la laguna se convirtié en un lugar sagrado, donde se rea- lizaba la ceremonia que dio origen a la leyenda de El Dorado. “Cuentan que entonces..” CSCdleduo COM Ldlnst

You might also like