Ignacio Sanz
Jusdado, Abogado
urbanista, Sanchez-
Goyanes
Consultores. Master
en Urbanismo
y Ordenacién
del Territorio
COMENTARIOS A LA LEY GALLEGA
6/2008, DE 19 JUNIO, DE MEDIDAS
URGENTES EN MATERIA DE VIVIENDA
Y SUELO
Fruto del consenso alcanzado por las Conse-
Hlerfas de Politica Territorial y de Vivienda y
Suelo, el Parlamento gallego aprobé el pasa-
do 19 junio, la Ley 6/2008, de Medidas Ur-
gentes en materia de Vivienda y Suelo —en
adelante, LMUVyS—, que modifica determi-
nados preceptos de la Ley 9/2002, de 30 di-
ciembre, de Ordenacién Urbanistica y Pro-
teccién del Medio Rural de Galicia —en
adelante, LOUGA—
En contra de lo que se anuncié desde diver-
sos sectores durante su tramitacién —
cluido el propio Ministerio de Vivienda—, es
obvio que con la aprobacién de la LMUVyS
no se pretende una adaptacién de la legi
lacion urbanistica gallega a la legislacién es-
tatal (Ley 8/2007, que recientemente ha si-
do «sustituida» por el RDLeg. 2/2008, de
20 junio, por el que se aprueba el TR de la
Ley de Suelo), ni siquiera una adaptacién
parcial, 0, al menos, no deliberadamente.
Eso es fo que se desprende de la lectura de
su Predmbulo, donde se sugiere que el tex-
to legal es consecuencia de politicas propias
de las antedichas Consellerias; si bien es
cierto que at menos en lo concerniente al
incremento de las reservas de suelo para vi-
viendas protegidas, la reforma gallega si pa-
rece ser consecuencia directa de las mas re-
cientes novedades legislativas. estatales,
aunque, como fuego veremos, el legislacior
gallego ha optado por ir mas alld y apostar
mas fuertemente por la vivienda protegida,
elevando atin mds las exigencias de dichas
reservas, que en la legislacién estatal se
configuran como simples minimas a respe-
tar por la legislaciones urbanisticas autoné-
micas.
‘No estamos, por tanto, ante un nuevo episo-
dio o eslabon de esta ya larga cadena de re-
formas legislativas en materia urbanistica a
la que estamos asistiendo en estos titimos
meses para adaptar los diversos —que no
tan distintos— sistemas legales autonémicos
a los parametros bésicos que se contienen
en la Ley de Suelo estatal —en adelante, S
2007— y su novisimo TR, —en adelante,
Ls 2008—. ¥ esta circunstancia es, precisa
mente, la principal critica que puede hacer-
se al legislador gallego: no haber aprovecha-
do esta reforma de la LOUGA para llevar a
cabo su completa adaptacién a la normativa
estatal; si bien es comprensible habida cuen-
ta que el proceso de elaboracién de esta
LMUVYS comenzé antes de la aprobacién de
fa LS 2007 y que la reforma que a través de
ella se opera obedece fundamentalmente a
la necesidad de adoptar con urgencia medi-
das sobre el régimen del suelo en relacién
con la vivienda protegida. Una adaptacion
completa requerirfa un proceso mas largo,
que estarla en contradiccién con el caracter
urgente de esta iniciativa legislativa gallega.
Pero, en cualquier caso, creemos que no sedeberla retardar en Galicia esta completa
adaptacién al marco bésico estatal.
Porque, en efecto, el 1 julio 2007 entro en
vigor la LS 2007. Como es sabido, la LS
2007 —al igual que su predecesora Ley
6/1998— no es, en rigor, una ley urbanfsti-
ca, pues el Estado esté despojacio de tales
competencias; pero si constituye ef marco
legal basico en el que ha de incardinarse la
legislacion urbanistica autonémica, incluida,
logicamente, la gallega, Aunque al estrecho
marco competencial que le corresponde al
Estado no le permite predeterminar un con-
creto sistema o modelo urbanistico, y su ex-
plictado deseo es no condicionar al legista-
dor autonémico en la eleccién de ese
modelo, fo cierto es que sf tienen gra
dencia en la legislacién urbanfstica autond-
mica las previsiones que contiene la iegisla-
cidn estatal sobre las condiciones bésicas
para la igualdad en el ejercicio det derecho
de propiedad del suelo, sobre las valoracio-
nes, expropiaciones 0 sobre responsabilidad
patrimonial de la Administracién, entre
otros muchos aspectos.
Asl, en unas casos la LS 2007 y la LS 2008
contienen previsiones que son directamente
aplicables en Galicia desde su entrada en vi-
gor, y otras que obligan a interpretar en un
determinado sentido determinados preceptos
de la LOUGA, En otros casos, la LS 2007 y la
LS 2008 han traido novedades respecto ala si-
tuacién anterior que, si bien no obligan a mo-
dificar el articulado de la LOUGA 0 a interpre-
tarlo en un sentido diferente del que se venta
haciendo hasta ahora, s{ abre nuevos campos
para la regulacién autondmica
El que no se haya aprovechado esta nueva
reforma de la LOUGA para llevar a cabo es-
ta necesaria adaptacion —entendida en el
amplio sentido recién apuntado— podrla
traer clerta inseguridad juridica a Galicia,
pues si bien la directa aplicabilidad de algu-
nos preceptos estatales y su régimen transi-
torio pueden resolver algunas de las situa-
ciones de conflicto entre legislacion estatal y
autonémica, desde luego no se agotan ast
todas las posibilidades. La LOUGA presenta
umerosas «zonas de roce con la legisla-
cién estatal, que aconsejan una reforma
mucho més profunda que la acometida, en
ESTUDIOS
aras de esa seguridad juridica de la que ha-
blamos. Piénsese, por ejemplo, que la
LMUVYS ni siquiera contiene, como se ha
hecho en otras Comunidades Aut6nomas,
tuna unificacién o descripcién de equivalen-
cias terminolégicas que ayuden a la aplica-
cién, necesariamente conjunta, de la LS
2008 y de la LOUGA.
a LOUGA presenta numerosas
31
«zonas de roce» con la legislacién
estatal, que aconsejan una reforma
mucho mas profunda que Ia acometida,
en aras de esa seguridad juridica
de la que hablamos
Pero no es de la incidencia de los recientes
textos legales estatales en la legislacién ur-
banistica gallega de lo que queremos hablar
en estas paginas, y si de la reforma de esta
Ultima recién aprobada, Con el objetivo de-
darado de un mayor avance a la hora de fa-
vorecer el «acceso de determinados seg-
mentos de poblacién a la vivienda y en la
consecucién de una mayor cohesién social»
Gpartado | del Preémbulo}, la LMUVyS trae
consigo tres grandes bloques de medidas,
que analizamos por separado.
ll, Red autonémica de suelos
dotacionales para vi
publica
En primer lugas, como bien se sefiala en su
Preambulo, la LMUWS pretende crear, por
vez primera en Galicia, una ted autonémica
de suelos dotacionales para vivienda pibli-
«a, Se dice que se lleva a cabo «aprovechan-
do y recogiendo la positiva experiencia acu-
mulada por otras Comunidades Auténomas
en el establecimiento de este tino de medi-
das a lo largo de los titimos aftos» (aparta-
do il del Preambulo). Sin duda no es esta tri-
buna el lugar adecuado para hacer balance
de lo que este tipo de medidas legales han
supuesto a la accesibilcad a la vivienda de
los sectores de poblacion mas desfavoreci-
dos en estas otras Comunidades Auténo-32
ee ea ee
ESTUDIOS
mas, pero s! parece oportuno recordar que,
en efecto, previsiones similares ya se reco-
‘gen en las legislaciones urbanisticas de Ma-
did, Pais Vasco y Navarra, donde la puesta
en marcha de tal red e un hecho desde ha-
ce ya un tiempo. Y, por cierto, conviene ha-
cer notar al lector que en estas tres Comuni-
dades Auténomas gobiernan partidos
politicos de muy distinto signo a los que lo
hacen en Galicia, por lo que bien pudiera
afirmarse que la creacién de esta red de sue-
{os dotacionales para vivienda publica no
responde a planteamientos ideologicos, y st
al decidido y firme propésito de estos go-
biernos autondmicos de incidir con politicas
as en el mercado de suelo.
a LMUVyS pretende crear, por vez
primera en Galicia, una red
autonémica de suelos dotacionales
para vivienda publica
(NOWERO 76-NOVEWERE 2008
La 1 nota definitoria —quizés la princi-
pal— y que llama poderosamente la aten-
cién, por su relativa novedad (relativa a nivel
estatal, pero absoluta en Galicia), descansa
en el carécter dotacional de estos terrenos
destinados a la construccién de’ viviendas.
Ello trae consigo una superacién de la con-
cepci6n tradicional que hasta ahora se tenia
de los terrenos dotacionales, ya fueran éstos
de cardcter publico o privado, en donde las
dotaciones estaban al servicio de los que
constitufan un necesario complemento de
los tipos basicos de usos del suelo que pre-
viera el planeamiento urbanistico ~tradicio-
nalmente fueron usos residenciales, indus-
triales y terciarios—, de forma que tras la
entrada en vigor de la LMUVYS, determina-
dos usos residenciales, esto es, las viviendas
publicas destinadas a determinados fines
(lamémoslos, a falta de mayor conerecién
legal) «sociales», tendrén la consideracion
de dotaciones, y como tales se sumaran al
tradicional elenco de todos conocido: par-
ques, jardines, servicios sanitarios, centros
‘educativos, deportivos, etc. Y consecuente-
mente, entre los deberes de los propietarios
del suelo urbanizable, la LOUGA contiene
ahora, en su apartado hy), el de «ceder obii-
gatoria, gratuitamente y sin cargas ala Ad
ministracién autondmica los terrenos desti-
nados a dotacién autonémica para la cons-
trucci6n de viviendas de promocién y titula-
ridad publica». La Administracién, por
tanto, obtendré estos terrenos de igual for-
ma que obtiene el resto de terrenos destina-
dos por el planeamiento urbanistico a dota-
ciones pablicas.
Este nuevo deber de los propietarios lo es
tan sélo para fos de suelo urbanizable. La
LMUVYS no distingue entre delimitado y no
delimitado, por lo que ha de entenderse que
el deber alcanza a ambas categorias, y asise
deduce de fo dispuesto en ef nuevo inciso
del art. 86.b), que al hablar del informe que
ha de emitir al respecto fa Administracién
autonémica —luego hablaremos de él— se
refiere tanto a planes parciales como de sec-
torizacion. El cefir este deber Gnicamente a
los propietarios de suelo urbanizable se ha
ce, segtin el Predmbulo de la LMUWS, por-
que las especiales circunstancias y limita-
ciones que rodean al suelo urbano no
consolidado hacfan recomendable no car-
garlo con mayores cesiones que las actua-
les». A priori, parece que el hecho de que
Jos propietarios de suelo urbano no consoli-
dado queden fuera de este nuevo deber le-
gal ha de saludarse de forma muy positiva,
pues en efecto, las reducidas dimensiones
de los Embitos de suelo urbano no consoli-
dado, su dificultosa delimitacién e irregular
configuracién fisica en atencién a su colin-
dancia con ia ciudad consolidada, més la cir-
cunstancia de tratarse de tetrenos ya par-
cialmente transformados y/o edificados,
harian précticamente inviable su desarrollo y
ejecuci6n si a todo lo anterior se le sumara
la cesion de nuevas superfcies de suelo pa-
ra construccién de viviendas publicas.
la 24 nota definitoria —tan importante
como la primera— hay que buscarla en el
caracter demanial que adquirirén los terre-
1nos cedidos para tales fines, As resulta del
nuevo apartado 6 del art. 177 LOUGA, que
precisa que tales suelos se adscribirén al ins-
tituto Gallego de Vivienda y Suelo, que seré
quién proceda a la construccién de las vi-
viendas pdblicas una vez los suelos ast obte-
nidos alcancen la condicién de solar.
Aigunas voces han cuestionado ya la posibi-
lidad de configurar estas viviendas publicascomo bienes demaniales, alegando para
ello una eventual falta de destino o afec-
de la LOUGA a fa LS 2008,
pudiere decirse —desde Una interpretacion
puramente literal— que no parecerian per-
fectamente posibles exenciones del tipo de
la gallega que estamos comentando, pues
sibien es cierto que el precepto estatal per-
mite fijar reservas inferiores a fas estableci-
das con cardcter general —y notese que en
niingtin momento permite exencionar por
completo—, para ello ha de garantizarse
en el instrumento de orcenacién el cumpli
iento integro de la reserva general dentro
de su 4mbito territorial de aplicacion. Y és-
te no es el caso de la exencién gallega an-
tes transcrita, que se establece para muni
cipios completos y en términos absolutos,
esto es, sin compensaciones entre diferen-
tes ambitos.
Sin embargo, dudas como las del tenor se-
fralado en los parrafos precedentes deben
ceder ante la realidad de que la interpreta-
cién puramente literal no es el parametro
de referencia exclusivo, ni siquiera preva-
lente, cuando se trata de la relacién entre
legislacion bésica estatal en materia de
Suelo y legislacién urbanistica (autonomi-
a). En primer lugar, por supuesto, no ca-
bbe olvidar que en materia de «Vivienda»
—que es la central de la Ley gallega que
aqui se glos— lo que esta hoy en duda
—duda que deberé despejar definitiva-
mente el Tribunal Constitucional cuando:
se pronuncie sobre la LS 2008—es si al Es-
2 Cf, SAncner Govan, Enrique (Ol: Ley de Suelo
Comentario sistemético oe 1a Ley 8/2007. Ed. LA
LEY-£1 Consultor de los Ayuntamientos. 2007. Pags.
923 y 5s. y Parti Aurouso, Lucianoy Rocer Fema
ez, Gerardo: Comentarios 2 le Ley de Suelo. Ed. lus-
teh, 2007, Pags. 421 y ss.tado le queda titulo competencial con
fuerza suficiente como para regular con
pretensiones de erigirse en marco de refe-
rencia para todo el territorio como lo ha
hecho, aunque sea tan s6lo por la técnica
de establecer esos esténdares minimos de
calificaciones de vivienda protegida, etc.;
5 decir, lo que no est en duda es que la
competencia —considerada estatutaria-
mente «exclusiva» en los Estatutos de Au-
tonomia (desde luego, en el de Galicia)
es primariamente auton6mica; tal vez, in-
cluso, esta constatacién acabe conducien-
do al desplazamiento final de pretensiones
como las contenidas en el texto estatal 0,
al menos, y como minimo, de interpreta-
ciones puramente literalistas del mismo
con sentido restrictivo de las potencialida-
des autonémicas y de la amplitud de! mar-
gen propio de las mismas en la materia; re-
cuérdese que incluso la timida referencia
de supuestos para clasificar un suelo como
no urbanizable en la legislacion estatal s6-
lo ha sido constitucionalmente aceptada ya
sisse la interpreta como mera lista de refe.
tencia, susceptible de ser modulada por ca
da Comunidad Auténoma. Y, en segundo
lugar, tampoco cabe olvidar que con una
determinacin aparentemente mucho més
ligada al estatuto jurtdico del propietario —
y, por ende, a la competencia estatal—, la
relativa al porcentaje de (la mal llamada)
cesion de aprovechamiento lucrativo en
suelo urbano no consolidado, por ejemplo,
ha coexistido perfectamente un grupo de
legislaciones autonémicas (Aragén, La Rio-
ja, Castilla y Leén, etc.) que modulaba et
mismo, diferenciando también su aplicabi-
lidad para distintos tipos de municipios, se-
giin niveles de poblacién, o, incluso, den-
tro del mismo, segin las caracteristicas
intrinsecas del mbito (con grandes cargas
en relacién con los beneficios; con fuerte
presencia de elementos patrimoniales a
conservar 0 a tehabilitar, etc), por cierto (y
como se ve), articulandose las excepciones
también ocasionalmente con fuerte mane-
jo de conceptos juridicos indeterminados.
¥ todo ello sin que el Estado, en ninguno
de es0s casos, interpusiera recurso alguno
por considerar que con tales planteamien-
tos excepcionales o de modulaci6n se estu-
viera contraviniendo el régimen basico es
tatal en fa materia, pese a que, desde una
ESTUDIOS
interpretacién puramente literalista, pudie-
re pensarse también lo contrario.
La ultima excepcién la encontrames en la
quiebra de la diferenciacién basada en crite-
trios poblacionales cuando estamos ante
suelo urbanizable no sectorizado, pues, en
principio, y salvo que les sean de aplicacion
las dos excepciones generales recién comen-
tadas, todos fos planes de sectorizacién, con
independencia de que el municipio tenga 0
No mas de 20.000 habitantes, deberan pre-
ver reservas de suelo apto para sustentar el
40% de la edificablidad resicencial prevista
en el mismo plan de sectorizacién.
Hasta aqul la cuantificacién de las reservas
de suelo para viviendas protegidas que fija la
LOUGA para un municipio en su conjunto,
Pero, légicamente, esas reservas han de dis-
tribuirse a lo largo de las diferentes clases y
categorias de suelo y a lo largo también de
los diferentes 4mbitos (entendidos en un
sentido amplio: ya sean sectores 0 poliga-
nos). En el caso del suelo urbanizable no de-
limitado la cuestién no ofrece dude, pues
acabamos de ver que todos y cada uno de
los planes de sectorizacién contaran con
Una reserva de suelo apto para sustentar el
40% de la edificabilidad residencial prevista
en el mismo plan de sectorizacion. Para el
testo del territorio, el nuevo apartado 11 del
art. 47 LOUGA sefala que seré el plan gene-
ral el que distribuya las reservas, pero Gnica-
mente entre el suelo urbano no consolidado
y el urbanizable. Esto os, ni el suelo urbano
consolidado, ni el rastico ni el de niicleo cu-
ral soportaran estas reservas de suelo. Lo
anterior guarda la légica correspondencia
con lo dispuesto en el art. 10 LS 2008, que
toma como referencia para el establecimien-
to de estas reservas al «suelo que vaya a ser
incluido en actuaciones de urbanizacién»,
entendiendo por tales las que e! propio tex:
to de la LS 2008 define en su art. 14. Y, a te-
nor de la LOUGA, parece dificil que alguna
actuacién de las que se permiten en suelo
urbano consolidado, rtistico a de nticleo ru-
ral pudiera tener cabida en esa definicion
del art. 14 LS 2008.
Dice ahora la LOUGA que para la distribu-
ci6n de las reservas entre el suelo urbano no
consolidado y el urbanizable, el Plan Gene-
ral goza de discrecionalidad, para buscar ast
39
ns40
TRUMERO 75° ROVENORE 2008:
ESTUDIOS
mayor flexibilidad y su localizacién en los lu-
gares mas adecuados del territorio, aten-
diendo al modelo urbanistico que los mis-
mos Planes Generales disefian, asi como en
evitacién de los inconvenientes de la relativa
rigidez anterior, Pero ha de hacerse notar
que, en todo caso, es una discrecionalidad
relativa o limitada, condicionada al cumpli-
miento de unas reglas bésicas que, segtin el
Preambulo de la LMUVyS, pretenden garan-
tizar la igualdad de trato entre ambitos equi-
valentes y evitar la arbitrariedad.
Pero antes de analizar esas reghas, volvarnos
por un momento al art. 10.1 LS 2008, pues
ios ofrece el marco bésico en el que han de
desenvolverse las directrices de la LOUGA.
En los dos primeros parrafos de su apartado
b), el texto estatal fija la reserva minima
—Ya vista—, pero no seftala como distribuir=
le, de forma que pudiera entenderse que la
LS 2008 est pensando en una reserva mini-
ma del 30% para todas y cada una de las
cactuaciones de urbanizacién» (entiéndase
por tales las «sistematicas», en terminologia
tradicional). Pero si se lee el tercer parrafo
de este precepto se abre la puerta a cierta
flexibilidad, de forma que no todos fos «am-
bitos» tengan que cumplir con la reserva mi-
nima det 30%, siempre que se curnplan 2
requisitos:
41.°) Que la reserva del 30% se cumpla to-
mando como base la totalidad del termino
municipal, y
2.2) Que las reservas se localicen cumplien-
do el principio de cohesién social. En este
contexto se mueven las reglas de distrlbu-
cién de la reserva en Galicia que, ahora sf,
vamos a intentar sistematizar.
En primer lugar, el legislador gallego, sensi-
ble @ las especiales circunstancias que ro-
dean al suelo urbano no consolidado (vid.
supra), muestra una clara preferencia por
situar estas reservas en el suelo urbaniza~
ble, si bien garantizando que el suelo urba-
no cuente con un minimo de reservas para
cumplir asi con sus declarados objetivos de
busqueda de la cohesién social. Y asi, se
estipula que «las reservas que localice el
plan en suelo urbano no consolidado no
podrdn ser superiores a las que fije para el
suelo urbanizable delimitado». La Ley no
aciara si la comparativa es en términos ab-
solutos —es decir, si toma en cuenta la edi-
ficabilidad total destinada a vivienda prote-
gida en el conjunto del suelo urbano no
consolidado, por un lado, y el urbanizable
delimitado por otfo— 0 en térrminos relati-
vos —es decir silo que toma en cuenta es
el porcentaje de reserva que se fije para el
conjunto de ambas categorias de suelo,
con independencia de cual sea la edificabi-
lidad total destinada a vivienda protegida
que resulte de la aplicacién de ese porcen-
taje en cada conjunto—. A mi juicio, y aun-
que el tenor literal del precepto pudiera lle
varnos a sostener lo contrario, esta
segunda interpretaci6n es la correcta, pues
dado que normaimente la superficie y edi-
ficabilidad —en términos absolutos— del
conjunto del suelo urbano no consolidado
serd muy inferior a la del suelo urbanizable,
muy diffcilmente ~-ni siquiera destinando
el 100% de su edificabilidad residencial a
vivienda protegida— podria el suelo urba-
no no consolidado contar, en términos ab-
solutos, con mayores reservas de suelo pa-
ra vivienda protegida que el conjunto del
suelo urbanizable delimitado.
Pero en todo caso, y esta es la segunda re-
gla —primera en la sistematica de la LOU-
GA—, «como minimo, el 20% de la edifi-
cabilidad residencial del suelo urbano no
consolidado sera para vivienda sujeta a al-
gn régimen de proteccién péblica», ga-
rantizandose asf el minimo en esta clase de
suelo al que antes nos referlamos para
cumplir con los declarados objetivos de la
LMUVyS de busqueda de la cohesién so-
cial. Pero lo anterior no quiere decir que
todos y cada uno de los ambitos de suelo
urbano no consolidado tengan que contar
con una reserva del 20% de su edificabili-
dad residencial para vivienda protegida. La
LOUGA, haciendo uso de la relativa flexibi-
lidad que permite el art. 10.1.6) LS 2008
(vid. supra), y en atencion a la especifica
problematica de esta categoria de suelo,
deja un amplio margen discrecional al
plan, que podré localizar libremente las re-
servas entre los diferentes ambitos de sue-
lo urbano no consolidado, con la unica
condici6n de que el porcentaje de reserva
que se fije —ya sea este 20% minimo u
otro superior— sea el mismo para todoslos distritos y se cumpla en el conjunto de
cada uno de ellos.
En el suelo urbanizable el planificador urba~
nistico goza también de una relativa discre-
cionalided, pues en principio puede distri-
buir las reservas libremente siempre y
‘cuando todos los sectores —-con la excep-
cién que ahora veremos— cuenten con una
reserva minima de un 20% de la edificabili-
dad residencial del sector de que se trate. La
redaccién final de esta regia ha sido objeto
de modificaciones durante la tramitacién
parlamentaria de la LMUVYS, pues el texto
del Anteproyecto exigia que el porcentaje
de la reserva fuera igual para todos fos sec-
tores. Con esta nueva redaccién el planifica-
dor gana en flexibiidad, pero se pierde en la
aplicacién iguatitaria de la Ley.
La LMUVYS afiade que en aquellos sectores
cuya edificabilidad total no supere los 0,2
me/m?s la reserva podré reducirse o supri-
mirse. La Ley no precisa qué circunstancias
han de darse para poder reducir o suprimir
en estos casos la reserva, pero es obvio que
la decisién habra de ser convenientemente
‘motivada por el plan general; y decimos por
el plan general porque es éste, y no el pla-
neamiento de desarrollo, el que puede re-
ducir 0 suprimir la reserva, toda vez que las
reglas de distribucién que venimos comen-
tando estén destinadas al planeamiento ge-
neral, Seguin dispone el mismo apartado 11
del art. 47 LOUGA,
Finalmente, en cumplimiento de ese segun-
do condicionante de la legislacién estatal
—tecordemos: respeto al principio de cohe-
sién social—, y toda vez que el LS 2008 ha-
bla de reservar no solo suelo «suficiente>
para la construccién de vivienda protegida,
sino también «adecuado», esto es, evitan-
do, entre otras cuestiones, la creacién de
guetos de vivienda protegida’, la LOUGA se-
fala que la reservas para la construccién de
viviendas sujetas a algin régimen de pro-
teccién pttlica deberan localizarse evitando
la concentracién excesiva de viviendas de ci
ho tipo, para favorecer la cohesién social y
evitar la segregacién territorial de los ciuda-
Vid. Sanciez Govants. Enrique (Dit) op. cit. Pag.
311
ESTUDIOS
danos por raz6n de su nivel de renta. Y en
un giro de tuerca més, prohibe, en la nueva
redaccién dada al art. 123.3, que dentro de
un sector o ambito de planeamiento se deli-
miten poligonos con una desproporcionada
asignacién de reservas para viviendas some-
tidas a algtin régimen de proteccién, bus-
cando evitar asf la muy comtin practica de
delimitar «poligonos de vivienda libre» por
un lado y «poligonos de vivienda protegida»
or otro. Aun cuando la aplicacién de estas
medidas pueda ser dificultosa, por el nece-
sario nivel de indefinicion que a este respec-
to tiene cualquier ley, lo cierto es que si se fi-
jan en una setie de principios que habran de
orientar y estar muy presentes en el margen
de actuacién discrecional de que gozaran
Administracién y promotores a la hora de
distribuir las reservas —ya sea con ocasion
del ejercicio de la potestad de planeamien-
to, ya después a la hora de delimitar poligo-
‘Nos para la ejecuci6n del mismo—, discre-
cionalidad que, como los lectores de esta
revista conocen bien, no equivale a arbitra
riedad ni es ajena al control jurisdiccional de
SU recto ejercicio,
Pero la LMUVYS intenta ir més alls del incre
mento de las reservas de suelo para vivien-
das protegidas, sabedora, como bien recuer-
da su Preambulo, de que la mera prevision
de estas reservas de terrenos no garantiza
de ningdin modo Ia construccién de esas vi-
viendas, por quedar esto confiado en gran
medida a la iniciativa de los promotores pri-
vados. De ahi que la LMUWS establezca
4
—_—_42 ESTUDIOS
Oa
‘también una serie de medidas complemen-
tarias que buscan garantizar su construc-
cién, acompasando en lo posible la de las vi
viendas libres y protegidas. Y asi, a !o dicho
en el parrafo anterior sobre la delimitacion
de poligonos con la deseable mezcla de vir
viendas libres y protegidas, la LMUVyS afta-
de un nuevo inciso al punto j) del art. 64
LOUGA en el que se dispone que «los plazos
‘que se fijen para cumplir los deberes de edi-
ficacion de las viviendas con proteccl6n pa-
blica no podran ser superiores a los que se
fiien para edificar las viviendas libres». Una
prevision similar se contiene también ahora
ctualmente la LOUGA plantea
dos posibilidades
de subrogacién autonémica
en el ejercicio de competencias
municipales; en ambas, el acuerdo
ha de adoptarse por el Consello
de la Xunta de Galicia
en el art. 189 LOUGA, si bien este precepto
aporta algo mas de concrecion, al especifi-
car que «no podrén concederse prorrogas
para construccién de viviendas sujetas a al-
giin régimen de proteccién si ya se hubieran
otorgado licencias para construir la mitad de
la edificabilidad residencial destinada a vi
vienda libre prevista en el polfgono en que
se ubique el solars. Se pretende con ello
acelerar 0 adelantar la puesta en marcha de
os procedimientos que la Administracion
tiene en su mano en caso de incumplimien-
to de los deberes de edificar por parte de los
sujetos privados, en aquellos supuestos en.
los que este incumplimiento se presenta con
tuna mayor evidencia en el caso de las vivien-
das protegidas que en el de las viviendas li
bres de un mismo polfgono.
IV. Fomento de la interver
administrativa Se
El itimo bloque de modificaciones de la
LOUGA pretende estimular a los Concellos
gallegos para la puesta en marcha de os ins-
‘trumentos de que disponen para la interven-
EMER 15- NOVEBRE 2006
cién en el mercado del suelo. No se trata
tanto de le creaci6n de nuevos instrumentos
legales o de su refuerzo, como de incentivar
el uso de los que ya estén previstos en la
misma LOUGA; uso al que habitualmente
son reacios los Concellos, por diferentes
motivos que no son del caso analizar equi.
‘Ast, la LMUVYS ha introducido en la LOUGA
medidas de estimulo para la constitucién
formal de los registros de solares y de los pa~
trimonios péblicos de suelo. Aun cuando la
obligacién legal de constituir estos registros
y patrimonios separados viene de lejos, es
de todos conocida la habitual renuencia de
las Administraciones a cumplir con tal obli-
gacién, fo que ha dificultado hasta ahora el (
control de! uso que las Administraciones
han hecho de estos bienes y de los recursos
“obtenidos de fos mismos, que, en principio y
al menos parclalmente, habrian de haberse
destinado a la construccién de viviendas
protegidas. Con estas medidas de estimulo
se pretende, precisamente, aumentar ese
control y, por consiguiente, la garantia de
ue gran parte de estos recursos obtenidos
por los Concellos gallegos como consecuen-
cia de la gestién urbanistica se destinan a
estos fines, pues slo formando parte for-
malmente de estos patrimonios publicos de
suelo puede llevarse a cabo un seguimiento
de los mismos.
Para ello, se introduce un nuevo parrafo en
el art. 177 LOUGA, que en términos coercl- (
tivos dispone lo siguiente: «no podran ena-
jenarse o permutarse bienes del patrimonio
piblico de suelo hasta tanto éste y el regis-
tro de solares, se hayan constituido formal-
mente». La medida, ciertamente dura y que
parte de una implicita desconfianza del le-
gjslador gallego respecto al uso dado a estos
bienes por los Concellos que no han consti-
tuido este patrimonio separado hasta ahora,
bien puede tener su justificacién en ese uso
irregular, cuando no directamente fraudu-
lento, que muchos Concellos (Kégicamente
no todos, seguramente ni siquiera una ma-
yorfa, pero si un nmero considerable) han
hecho de estos bienes, que debido en gran
parte a las evidentes carencias de financia-
cidn de que adolecen muchos de ellos, des-
tinaron los recursos abtenidos de su venta a
fines muy distintos de los que preceptta la
legislacion urbanistica.Concebida también como una medida de
‘estimulo a los Concellos para el ejercicio de
‘sus competencias en materia de vivienda o
de edificacién y rehabilitacion forzosa cuan-
do los sujetos privados no intervienen en los
plazos fijados por la Ley o el planeamiento,
la LMUVYS introduce en la LOUGA Ia posibi-
lidad de que la Administracién autonémica
se subrogue en el ejercicio de estas compe-
tencias si, a su vez, no son ejercidas en de-
terminados plazos por los Concellos. La me
ida, aunque pudiera parecer novedosa,
parte de la previsién genérica que se contie-
ne en el art. 60 de la Ley 7/1985, Regulado-
ra de las Bases del Régimen Local —en ade-
lante LBRL—, y en el art. 208 de la Ley
5/1997, de Administracién local de Galicia,
que bajo determinadas circunstancias y lue-
go de un requerimiento previo a la Adminis-
tracién local recordandole el incumplimiento
en el ejercicio de sus obligaciones legales,
permite a la Administracion autonémica su:
brogarse en el ejercicio de esas competen-
cias no ejercidas.
Y asf, son 2 las posibilidades de subroga-
cién autonémica en el ejercicio de com-
petencias municipales que plantea aho-
ra la LOUGA. En ambas, el acuerdo ha de
adoptarse por el Consello de la Xunta
de Galicia, La Ley no precisa de quién ha de
partic la iniciativa, pero parece logico pensar
que habra de ser una de las dos Conselle-
rlas con competencias en materia de urba-
nismo y vivienda las que pongan en marcha
el procedimiento, cuya finalizacion, en todo
caso, ya lo anuncidbamos antes, ha de ir
precedida de un requerimiento previo al
Concello afectado recordandole el incumpli-
miento de sus obligaciones legales.
— la 1, de esas dos postbilidades de subro-
gacion, tendré lugar si transcurrieran 2 arios.
desde que unos determinacios terrenos inte-
grantes del patrimonio municipal de suelo
destinados a la construccién de viviendas
protegidas adquieran la condici6n de solar
sin que el proceso constructivo hubiera fina-
lizado por causas imputables a la Adminis-
tracién titular. Si el planeamiento hubiera fi-
jado un plazo menor para la edificacién, el
procedimiento de subrogacién podré iniciar-
se una vez finalizado ese plazo, sin necesi-
dad de esperar a los dos afios. La subroga-
cién consistiré en la construccién —o
ESTUDIOS
finalizacién de las que pudieran estar ya ini-
ciadas—- de las viviendas de proteccién pi
blica por parte de la Xunta de Galicia,
—~ La 2.* de esas dos posibilidades de su-
brogacién, tendré lugar si transcurte un
afio sin que el Concello adopte las medidas
2 que hace referencia el apartado 1 del art
190 LOUGA, esto es, si no decreta en ese
plazo la inscripcién obligatoria en el regis-
‘ro de solares, la edificacién/tehabiltacién
forzosa 0 la expropiacién cuando estuviere
obligado a ello, es decir, transcurrido un
afio desde que, a su vez, hubieran transcu-
rrido los plazos de que disponen los propi
tarios para cumplir los deberes de edificar 0
rehabilitar, incluidas las eventuales prérro-
gas que pudieran concederse, sin que éstos
hubieran cumplido con tales deberes. En
este caso la LOUGA si precisa que la Xunta
actuaré a través de la Conselleria con com-
petencias en materia de vivienda, que serd
la que procederé a la inscripcién obligato-
fia en el registro de solares o a la edifica-
cién/rehabilitacién forzosa del inmueble. La
Consellerfa podré llevarlo a cabo bien de
manera directa —por sf misma o mediante
tos organismos o entidades de ella depen
dientes— o bien a través de un agente edi-
ficador particular
A diferencia del art. 60 LBRL, la LOUGA no
precisa si esta subrogacion se hard a costa
del Concello 0 a costa de la Administracion
autonémica. De la lectura del texto estatal
parece desprenderse la obligatoriedad de
que la subrogacién se haga a costa de la
entidad local; pero ello es ast porque la
LBRL est4 pensando unicamente en el in-
cumplimiento municipal de obligaciones o
competencias «cuya cobertura econémica
estuviere legalmente o presupuestariamen-
te garantizada». Si esta cobertura econémi-
ca no estuviera garantizada, y no obstante
el silencio de la LOUGA, parece més légico.
pensar que en estos casos la Administracién
autonémica podria subrogarse pero a su
propia costa.
V. Régimen transitorio
Por Ultimo, no queremos finalizar estos co-
mentarios a la LMUWYS sin analizar, siquiera
bbrevemente, su régimen transitorio —tan
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THOVeNO 76° NOVENBRE 2006
ESTUDIOS
importante a la hora de implementar aigu-
nas de las medidas que contempla la Ley—
y la derogacién de un precepto que no con-
Viene dejar pasar por alto.
Comenzando por esto titimo, fa disp, de-
rag. tinica de la LMUVyS deroga, en lo que
ahora importa, el apartado 2 del art. 236
LOUGA. Este precepto permitia la firma de
convenios urbantsticos en los que se acor-
dara por las partes sustituir la entrega 2 la
Administracién de los terrenos sustentan-
tes del 10% del aprovechamiento lucrativo
que a ésta le corresponde por un equiva~
lente econémico (la coménmente denomi
nada «monetarizacion del 10%»). Si bien
la operatividad de tal precepto era més que
dudosa desde les dltimas reformas legales
152008, pero también desde la Ley
15/2004, que modificé por vez primera la
LOUGA, y que parecié olvidar le deroga-
cion de este precepto, en clara incongruen-
ia con el resto de contenidos de esa modi
ficaciin—, desde la entrada en vigor de la
LMUVYS es claro que en Galicia ya no es
posible firmar convenios urbanisticos en los
que se acuerde la sustitucién de la mal lla~
mada cesién del 10% por su equivalente
econémico.
Entrando ya en el régimen transitorio, lo pri-
mero que ha de hacerse notar es que la
LMUVyS Gnicamente contiene previsiones
transitories para las medidas que tienen que
ver con los aumentos de las reservas de sue-
{os destinados a la construccién de viviendas
protegidas y, en menor medida, para la nue~
va red autondmica de terrenos dotacionales
para vivienda piblica. De ahi que el resto de
sus previsiones y modificaciones de la LOU-
GA haya que entenderlas aplicables y efica~
ces desde el mismo momento de su entrada
en vigor.
Dice el Preémbulo de la LMUWYS que la ur-
gencia de las medidas que en ella se adop-
tan exige una aplicacién lo mas inmediata
posible. Por eso, en los municipios de mas
de 5.000 habitantes la Ley aumenta 0 fija
directamente unas reservas de terrenos pa~
ra viviendas sujetas a algin regimen de
proteccién, que seran aplicables desde su
entrada en vigor sin necesidad de adaptar
el planeamiento. Para ello, cistingue, en
primer lugar, entre aquellos municipios
que cuenten 0 no con planeariento gene-
ral adaptado a la LOUGA. Si el planea-
miento general esté adaptado a la LOUGA
se respetan en todo caso las reservas que
éste hubiera fijado en suelo urbano no
consolidado, mientras que en el suelo ur-
banizable delimitado se respetan también
siempre y cuando cuenten con los mini-
mos que fija la LMUVyS para el suelo urba~
nizable delimitado de los municipios con
planeamiento general no adaptado a la
LOUGA. Para estos municipios no adapta-
dos a la LOUGA, la LMUWS fija directa-
mente una reserva de forma que en cada
poligono, unidad de actuacién 0 ejecucisn
‘9 Ambito equivalente de suelo urbano no
consolidado se localice al menos el 20%
de su edificabilidad residencial, y en cada
sector con usos residenciales se localice un
40% 0 30% de esa edificabilidad residen-
cial, en funcién de si el municipio cuenta 0
no, respectivamente, con mas de 20.000.
habitantes inscritos en su padron munict-
pal. En suelo urbanizable no delimitado el
régimen transitorio de la LMUVyS no hace
distingo alguno; la reserva seré del 40%
de la edificabilidad residencial que prevea
el plan de sectorizacién, salvo en los muni-
cipios de menos de 5.000 habitantes, don-
de ese porcentaje se deja en un 20%. Co-
mo todas estas reservas que la LMUVYS fija
directamente pueden ser, en algunos ca-
505, més elevadas que las que resultarfan si
el planeamiento se ajustara a la LMUVyS,
hay que entender que lo que se esté bus
cando es precisamente estimular la adap-
tacién de estos planes.ESTUDIOS
Por tanto, todo plan de desarrollo que se
aprueba tras la entrada en vigor de la
LMUVyS habria de hacerlo respetando estas
reservas que la Ley fija directamente, con in-
dependencia de fo que pueda contempiar al
respecto el plan que desarrolle. No obstan-
te, se permite continuar la tramitacion de
planes de desarrollo ya aprobados inicial
mente de acuerdo con Ja ordenacién esta-
blecida en el planeamiento vigente, siempre
y cuando cuente también con unos minimos
de reserva que marca la LMUVYS. Ese mini:
mo lo marca la Ley en un 20% de la edifica-
bilidad residencial del ambito de que se
trate, y el plan de desarrollo puede contem-
plarlo desde el inicio de su tramitacion 0
bien incorporarto a lo largo de ésta, una vez
la LMUVyS haya entrado en vigor. E! plan de
desarrollo que se acoja a esta posibilidad
tendré que aprobarse en el plazo maximo de
dos afios desde la entrada en vigor de la
LMUVYS, pues en caso contrario deberd
adaptarse integramente a lo dispuesto en
ella,
Pero la LMUVYS va mas allé e incluso con-
tempia la posibilidad de que planes de desa-
rrollo (u ordenaciones detelladas contenidas
en planes generales) ya aprobados definti-
vamente o que se pudieran aprobar confor-
me @ lo dicho en el parrafo anterior pudie~
ran tener que revisarse obligatoriamente pa-
fa contar con mayores reservas de suelo
para vivienda protegida si no ejecutaran sus
determinaciones en un determinado plazo.
Ello ocurtiré si no se aprueba definitivamen-
te el instrumento de equidistribucién en el
plazo de tres afios desde fa entrada en vigor
de la LMUVYS 0 en el plazo menor gue pu-
diera haber fijado el plan de desarrollo
Por illtimo, la LMUVYS contiene también
previsiones especificas para los planes ge-
nerales en tramitacién. Aquellos planes
generales que no hubieran alcanzado la
aprobacién provisional en el momento de
entrada en vigor de la Ley habrén de adap-
tarse necesariamente a lo dispuesto en la
LMUVyS. Unicamente en el caso de que
hubieran alcanzado este hito procedimen-
tal al tiempo de su entrada en vigor po-
rian aprobarse definitivamente a tenor
del marco legal anterior; si bien, incluso ast
se aplicartan las reservas minimas que he-
mos visto en parrafos anteriores. Pero esta
posibilidad s6lo serfa factible de alcanzarse
la aprobacion definitiva en el plazo de un
ao desde la entrada en vigor de la refor-
ma legal que hemos venide comentando
en estas paginas.