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Paidés Basica Martha C. Nussbaum ‘ios wtuos pblieados 63.8, Rocy-Objatvided, elatvioma 9 verdad La terapia del deseo Teoria y practica en la ética helenistica roduccin a ecto antropogico de a rain ‘concionciaexpliceda w PAIDOs captruto 4 CIRUGIA EPICUREA: LA ARGUMENTACION Y EL DESEO VANO ‘La critica ha arrancs la cadena, no para que! sin veleidades ni consuelo, sino para que pueda Iibrarse de la cadena y arrancar flores auténticas imaginarias flores de bre arastre la cadena icin a la eritiea de 1 Derecho de Hegel» Epicyro escribié: «Vacio es el argumento de aqu permite curar ningdn sufrimiento humano. Pues de {que de nada sirve un arte médica que no erradique los cuerpos, tampoco hay utilidad ninguna en la filosoffa si no erradi- fa ca el sufrimiento del alma>.! También dijo: «Lo que produce al insuperable es haber eseapado a un gran mal. Y en esto consi bien: si se da con él con acierto y luego se para uno y no da vuelt Iperipatei) charlando estpidamente acerca del bien» (Us, 423 = Pl fa conjuncién de estas dos afirmaciones, tra la argumentac jente critica: los arg imentos éticos aristotélicos son v porque no estén sufi- cientemente comprometidos con la timica tarea propia del argument supucsto, puede sit- el cap. 10). Pero fe dolorocas, ¥ slo incluye muchas ot iraq pr «sult tadas poros ep oy sealaremor). Por esa razon parece ‘Pero Nemo de ter presente que no tod reoe ue peeiben como dolorosas (Ease el cap.) 140 LA TERAPIA DEL DESEO filoséfico, saber, el al io de la desdicha hum: ora de establecer que tae Epicuro, fin de iavestga su reproce ye terapia, at tal como he atgtido, hace varias su siones discutibies en rlacién con la naturales de las Gecneie oot card psoas crete Da por spo auc ens cen son esencialmente sas en ells bay junto todo ucllowus een un grado tal de verdad que, en el proceso de ta ccctutnie ler cias verdaderas resulta ser sas ms aumerors y Ine ae ea ments, Cmo ler qelas rena enc som ens ae lc aprendizaje socal, el procedimiento presupone amb la relativa buena salud de la rad, el mete latsativa Bae sud deia socedad creunane Mba, cme ee nda Tom rrectas y bien fundamentadas? No. Ver en Ee nsalvable entre la dsp. idades de sus presunos pesar de que tengan poco dad racio- ue ver con los verdaderos valores. ¢Vemos, pues, una nal y sone, on suas creencias se puede eonfiar como material para luna coneepcién verdadera de la buena vida? No. Vemos una sociedad enferma, una sociedad que valora el dinero y el lujo por encima de la : = CIRUGIA BPICOREA 141 salud del alma; una sociedad cuyas morbosas ensefianzas acerca del mor ¥ el sexo convierten a la mitad de sus miembros en posesiones, deificadas y odiadas a la vez, y a la otra mitad en sidicos poseedores, edad; una sociedad que mata a miles de per a finde escapar del miedo Sociedad, sobre todo, cada Jadear ningtin goz0 humano es dos directos empleados por Arist6teles? No. Dondequiera que mos, vemos personas que ignoran profundamente lo que creen y lo ‘que les motiva. Cuando se les pregunta, puede que den respuestas que que incita a la accién, uucrecio, II, 873, ‘aunque a la persona mi 878). ¢Qué puede hacer quebrar el poder distorsionador de lac: de las falsas creencias y deseos erigido con todos los recursos de una cultura enferma? Puede lograr acceso a las poderosas motivaciones proceden de la creencia inconsciente y la emocién? Finalmente, ca quién ayuda esta dialéctica? La respuesta parece jente obvia. Ayuda a los que ya estan bien. Pues se oftece solo alos que ya han tenido una paideia, una ceducaci6n liberals.? clon semejante debido a las estructuras sociales existen llega @ anuneiar abiertamente que no sélo todas las im vos, sino también los comerciantes, marineros y campesinos que ran excluidos. ¥ esta dialéetica es elitista también en su contenido. Al ‘somete a un respetuoso ta , Bracias a ese proceso, en «la verdad préctican 2. Véanse Marrow (1956) y Sherman (1989). ciRUGIA EPICOREA ats 142 LA TERAPIA DEL DESEO. Epicuro nos desal ca puede resultar impotente par es mas necesaria y urgente, impotente para c cesidad de critica filosofica es mayor, qui no es solo impotente, sino tambi dees cin. Lo que Epicuro necesita para hacer este diagnéstico : isensible: un instrumenta lad. Ese poderoso desatig, nocer la profundidad de los cs y la delicada complexién de la psique humana y se. 0 austante, eeyendo en el sosegado intercambio de la soa lica? 3 de los malos deseos. cae 'slprocedmientoemplendo por peuro para spar castes ener ne interés ar rent influyen em fa estructura de su mBtodo Speervar pi ero, los términos genéricos de ieestporunado tenemos deseosvanos nal pt yah nder que los deseos que ue corresponden & a Tal como lo ve Epicwn das y arrastradas py los seres humanos son criaturas atribula- ‘erpos son vulnerables nocion rraleza se considera como una odemos hacer para jo hinchado, exces a mundana, salvo en yrmativa, no opuesta al anise, pce Mo remedion. ero el do. li que podeis impedir cl.mano Funelenaieto, en su opiniGn, no es especialmente terrible como fuecae, ntificar Ios deseos na infelicidad gener garse mediante I ‘mayoria de las almas huinanas se h ln estado de dolorosa tensién y to de una violenta tempestad (Men, causas de la turbacion pueden r como veremos, puede mit : AT gual Plato y Aristtees ante esa trbacton dl extra qe prea se un tesionon ninguna necesidad, en wena yflrecento, se pregunta qué busca esa criture, Cull sacudidas como parece dence quo se encacatre een some: i calico sin necesidac jue. i, ANS eee fo se consideran, et fed Posies eee Cee xh vata sda aod econsieran, sas acerca del mundo y del valor de las cosas, junto cere sae Fe pin de ee del sranos» deseos generados por las falsas creenclae, Ejremy oa ‘lon? Para Arist6teles, el testin gene corer tas toda clase de beter ae eee a prt, ner os comp amor y, sobre todo, Podemos suponer que Epicuro sociedad esté cor fundamental de la des bacion producida por ‘que esa persona, si su sociedad est las aparentement ins ' : ar por Sus propias tadas» exigencias del desco, que no noste, entndejebse Saenfnt BOE Nas peoplas tastes Tanna mnlnuto de reposo ni satisfaccién estable. Pero, alurturade, de sus deforrondae Lae frees nayore lo corromy a mente para nosotros, roducen ‘seguro en este sentido serd la -s para el florecimiento (su a vere deanpusiesdcbkion aan qu lene io seid normal) no impedes bien los deseos que depen. snaturalezas, en ei mencionado sentido resin la turba- de los desoos, wanse Men. 127; KD, 15,26: SV, 3 Véase especlalmente KD, 4, donde Epicure ftenso es breve y el dolor prolonged pac rmacion de que el ve tacerse soporte, mina en este palo 4 LA TERAPIA DEL DESEO por las expectativas reducidas o infladas engendradas circundante. Para dar una ee a, Epicure se = one ono no corrupto. Se rata, la vida humana: “_ lizando come gufa s menos que del verdadero fin Como prueba [apédeisic} de que el placer es cae Camo Prucha [apes] de que el placer esl fn soa lhc con el placer y luchan contra el dolor, de mane el discurso [physikds kai chins logo 3 misma expesiién aparece, con ligeras vaiantes, en Sexto Em: os del seca de Bpcuroacontumbran a deci qu el ni in qua slo ensten(phystids a ede Ye del dolorypersigue ol places at, tam ory fodavia no es caclavo del mundo tanta se sent azotade por ln tumbrado, llora y s¢ ta (Seu ‘como nace y euando dn [ois kata daar, en 1 la que no esta acos- ‘Todo anim ‘mo del bien supremo, mientras que se mal y trata de alejarlo todo lo que puede; y est8 depravado [nord depravatwm),actuando la naturaleza misma de {ue incorruptible e integro [incorrupte atque integre] En estos tres pasajes (que probablemente derivan de tna fuente comin), encontramos tna 0} ” —al parees saludable yaa silparece, ible no reprimida— y ense- alos animales no oscurece el pide que consideremos es una parte sana orque el primer pasaje se desliza hasta la r Sexto describe el llanto de los nifios al nacer: zo sefiala que llegamos al mundo como criaturas vi hecho de que lo que se nos de nosotros mismos: Les sanas, con : ciRUGiA EPICUREA 145 uestrasfacltadesfuncionando de forma segura sin defeto, Pero rwewtpoco después nos topamos con fuerzas exterlores QUE 08 6 muy Fen y confunden. Esas influencias se apoderan de nosotros; y ‘fa embargo no son realmente nosotros, No son «nuestros verdade- sit Gentimfentose sno algo que viene del mundo exterior y que nos ‘Ciravia a medida que pasa el tempo, Sabemos ya cuales son alge de esas influncias las superstilonesreligiosas que nos ense fan el temor de los dioses y de ‘historias de amor que Complican nuestro apetito sexsal conversaciones que por {das partes glorfican lariqueza y el poder. La idea central de Epi ‘Sho parece ser que, si por un momento imaginamos eémo es el ani (fal Humano antes de corromperse y vemos qué inelinacfone tene Stes de que esos insidiosos procesos sociales hayan deformad sus preferencas, tendremos un estimonto auténtico del verdadero bien Frumano y una manera de distingu, entre nuestros deseos, aquellos fe Si Ia sociedad no es digna de eré aio fidedigno acerca del fines el tetimonio de os Timintos corporales, al margen dela ensefanza y ter en efecto, lo que resulta dela apelacion a ain tutor de Gcerbn,Torcuat, lo deja bien clave ‘con llamar la tencién sobre ells [...J La naturaleza misma debe juz- tar lo que es conforme o contrario a la naturaleza (1, 30) El discurso de Torcuato hace las mismas observaciones acerea de lo que es evidente por s{ mismo: Silas cosas que he dicho son mas clara y lurminosas qu eurale- haan sido tomadas de la fuente de la 17. Vease Long y Seley (1987), pgs 87-90 146 LA TERAPIA DEL DESEO raleza, que no hay més com cia que el dolor —cosas de las que ju alguna (neque depravate neque corrupt mente agradecidos a aquel que, hab Ja maturaleza, la entendis de forma tan segura y: los que estén en su sano j tranquila, serena y fli 1o por el camino de 7 gue hace Epicuro del fin ético es inseparable de su fa general, segdn la cual los sentidos son totalmente dig- ianza y todo error procede de la creencia,* Esta epistemo- logia apoya su eleccién de un testimonio ético; pero ella se apoya a su vez en su andlisis de la enfermedad ética; puesto que la sociedad y sus enseflanzas se demuestran enfermizas ¢ indignas de confianza, hemos de confiar en un juez que se mantenga al margen de esas en, sefianzas. Y Epicuro percibe sagazmente las consecuencias que sti logia moral tiene para el métod. ico, Una afirmacién acerca del fin no es algo que haya que demostrar con sutiles argu. ‘mentos, pues la argumentacién sutil no es la herramienta cognoseiti- ne es, sino algo que se deja peryertir facilmente por or el contrario, debemos contrastar esa afirmacién consultando nuestros sentidos y sentimientos. La criatu, ra humana no corrompida, si emplea sin trabas sus propias faculta- des, no ve valor alguno en la riqueza, el poder, el amor, la vida in mortal del alma. Una vez que ha eliminado el dolor y las diversas trabas, vive de manera floreciente. Nosotros, por nuestra parte, con- templando la criatura no corrompida con nuestras propias facultac des, vemos que ésa es la naturaleza del verdadero bien. ‘a no corrompida es simplemente un recurso pa- ra aislar una cierta parte de nosotros mismos, Epicuro confirma su eleccién con otro nuevo experimento mental. Si realmente somos ca- aces de imaginar un ser humano (maduro) de quien se ha eliminado turbacién e impedimento —cuyos deseos infantiles son plena- ‘© satisfechos— veremos, dice Epicuro, que a ese individuo no le Ita nada y no tiene necesicad de aspirar a més: icuro sobre el error, veae el capitulo 5 asim ‘mo Long y Sedey (1987), pags 78-86 CC. W. Taylor (1980) Ee 2 2 . CIRUGIA BPICOREA 147 como se da esa situacion [es deci, el verse cién] en nosotros, amaina toda tempestad del arse en pos de nada que le falte ni bus dda que no sea realizar nte el bien dal alma y del cuerpo, 128; véanse Fi, 1, 40, yla puesta a prueba de los deseos en SV, La criatura no corrompida es un testimonio fidedigno porque coincide con aquello que, en un cierto plano, somos nosotros; por- gue, cuando refi ciendo nuestra lo que aquella c ‘Hemos de tener euidado al decir qué es lo que 1. No significa que todo aquello que la criatura no ando sus propias dotes sin tutela alguna, sea inca ¥y desear como bueno no forme parte de los fines del ser bieri el nifio no va en pos de la légica y t6teles, parece creer que no), se jcas tienen, al menos, un valor sencia de turbacién y ansiedad) tausencia de dolor en el cuerpo: ésos son los fines de la -orrompida. No debemos, sin embargo, concebir esos fi- va. Aquello en pos de lo cual va la , de hee abas, de er hecha por Epicu- enarepeints, terzacén he To que él identifica con ls ausenca de dolor ytarbackSn— parece _ a la caracterizacién hecha por Aristételes en el libro VII omdguce: Actividad sin rabas de in disposicion de aciones dela pena reall Aisposielonsistémica, las LA TERAPIA DEL DESEO hos muestran a la criatura en uso bien de manera no forzada nto: pues una eomy lad mental seria sin duda un grave impedi para una criatura humana. Pero lo que a todas te del fin serfa cualquier clase de uso especi mente de la raz6n, todo aquello que fuera més namiento como una facultad del animal humat aduce con frecuencia Epicuro, esta estrecham« funciones corporales y suele consistir en la concienci ci6n de los estados corporales. Una vez mas, el procedi des de las que no dispone o no se sitve la eri ‘son necesarias para reconocer el limitarnos a los sentidos y se mis bajo de utilizacion de I ristico de un infante, La in le a una (probablemente perturbacién ices no formaria par raclo 0 guiado socials ld de su sano funcio. uso ordinatio, — \culado con las ay la organiza- mediante afios de for Platon estan de acu emocionesydeseos de rar cultural miedo ala miter), Per Epicure ha teas ue para Platon el cuerpo es la lente primordia de encantamiento, yl claridad se consigue tniamente dsterngenecs desu influencia mediante el entendisients Noes fal encontrar ene tex de Bpicure de que el bres sin ensenanva ni form 1. En numerosos pasajes te que poseen algo més uc un mero del funcionaniento co 3 Vass (1991) sobre papel dels mate penseiniento de Paton, sma CIRUGIA BPICOREA 149 exigiera ensefianca y formacién). Su con. Cepeion de la naturaleza es normativa: no comete tueno algo simplemente porque se produce sin intervenci deja claro su tratamiento del sufrimiento corporal. Gq la creaci6n de nuestras facultades corporales sea el resultado de Singin designio providencial que rija el universo. De hecho, Lucre- cio le ar cl mundo funciona bastante mal, en To que respecta alos sres humanos y sus vidas. De ah que no esté de rmasiado claro por qué habriamos de pensar que la criatura hu esta perfectamente equipada para descubrir el bien en c al mundo, sin enseflanza ni formacién. ¥ dado que est desempefia un gran papel en su concepeién del lugar en la vida humana, nos habria gustado examinar aqt mnas a fondo. Entendemos sus motivos mucho mejor zhos fijamos en el contraste entre lo social y o espontiineo Sos concretos del amor, el miedo y la célera, Por ahora podemos de- Gir que los textos presentan una vigorosa descrip. va de la criatura bien equipada para procurar su propia satisfaccién de ma- ra exuberantemente sana, para la cual las formas convencionales de erisefianza social parecen ser fuente de limitaciones e impedi- mentos. La posicién de Epicuro no cempero, que los seres huma- nos deban tratar de vivir como nifis libres de tutela, o que una vida semejante sea la mejor para nosotros ahora. No es la mejor, por dos razones. Primero, como sabemos ahora, somos productos de nuestra sociedad. Tenemos inte dos y deseos que precisan de una terapia a largo plazo. sta funciona, como veremos, mediante in uso filosdfico del razo1 yl argumen- tacién, Segundo, la criatura no corrompida, aunque capa. dle eaptar a (0, no esta muy bien dotada para descubrir los medios ins- truinentales para alcanzarlo. Aun suponiendo que esté libre de todas todavia ser vulnerable a las necesidades orales, el dolor y la enfermedad. Un uso tutelado de la ravén 2 cvitar e30s sufrimientos: proporcionandole encontrando fad que aumenten la protecci star el suftimi mando vinculos de a curriendo a los recuerdos felices para contra corporal. Si Epicuro hubiera sido un ser infantil, do feliz.en su lecho de muerte. Pero él afirma que, pese dad de su sufrimiento, el placer aventaja al dolor porque ha conse guido disminuir la conciencia del dolor gracias al gozoso recuerdo de 150 LA TERAPIA DEL DESEO Jas conversaciones filosoficas con los amigos, nifio puede, sin tutela, captar correctamente Seren Seladao nea sus absticulos, Epa divide aor los deseos 0s bsicos: los enaturalessy los evanios caya pertinenca queda atestiguada por su presen covrompida. Los vanos son producto dele encom cin, ausentes dela condicion no corrompide Se (0, veces, vanamente alanosone er taminados por ls falsedad de las ereencias valine mentan; y también porque tienden a ser ve ia proyectdndose hacia un objeto «i tadow nee satisfacion estab. Fpicuro considera que eae dos. En efecto, rfiiéndose ala eiaturs no corn que las funciones «nai oes a pueden cumplrs, los I nospoudér) porqy rasgos van uni- isfacerse, na plantean fin ex an slo lam funcionamiento si ae genciaenorbtanen¢ mentee perman teabas del cucrpoyclalmadeleranens Ante 22: cin este di de mi vida, i is sultiemlentos por ees pice de uf ees aL vee venturoso y post reales y ds 4 ‘ la conteciacarnctriaicon dla euinont la excelencia completa: véase Pol wee sebrelosbienesexees an gnu PS #0br I fs acura CIRUGIA BPICOREA 151 cosas, cree Epicuro, pueden lograrse con recursos materiales 5, en general, modestos que suelen estar siempre a mano.’ Las ereen Gas sociales falsas, por otro lado, nos ensefian no a contentarnos con lo que tenemos a mano, sino a suspirar por objet mente inalcanzables (la inmortalidad), 0 muy: jos y ex (el amante del dinero no estaré nunca satisfecho con ninguna cant dad definida de bienes, el amante no disfrutaré nunca de la posesién ‘que desea), La naturaleza de las vanas aspiraciones no esta, por tan- que «procede al infinito» (Men, ‘Veamos algunos ejemplos. El deseo natural relative al sin deseo de no estar hambrie 10 en forma més positiva: es el deseo de un co po, Pero este deseo puede alimento. Dicho alimento sélo necesi nnutritivo, no ser especialmente exqy bores sencillos producen igual placer que una dieta refinada cuando se ha eliminado por completo el dolor de la necesidad, y el pan y el agua procuran el méxim¢ ‘cuando se los leva a la boca alguien ‘que los necesitas (Men. -Enviame un tarrito de queso —es- cribe Epicuro a un amigo—, a fin de que pueda darme un festin cuando me apetezcar (DL, 10, 11). Los deseos ansiosos de cantidades ilimitadas de comida y bebida, de carne, de novedades gastron6mi cas, de preparaciones exquisitas —deseos no todos ellos naturales, si: no basados en falsas creencias acerca de nuestras necesidades— ha- cen perder de vista elestomago, como el rrupeién, debida a ciertas creencias, del deseo sex mismo f alidad —y todos los de- ‘més complejos afanes humanos pueden interpretarse como nacidos tonite quelo obtendrd competi Inclusa con Zeus en cuestn de eudalmont.» 152 LA TERAPIA DEL DESEO CIRUGIA BPICOREA 153 de diversas maneras de ese deseo deriva de wna fal ts aah 200~ deriva de una falsa creencla cas flsassugire que puede también sostener que clertas ereencias beara ay Ia supervivencia personal. En definite, cs fonniciones suficientes del deseo: esto lo veremos en algunos de los deseos sans son ambien os econ seguridad resultant Tes posteriores Aiferencia de Aristtees y Tos de sister: gran parte de mest sufinient yoda nuestra ana Ti distincién entre emociones (miedo, clea, Lech wettate a gratitud, etc.) y apetitos (hambre, sed, deseo se- a ditincign terica Fundamental; sus ‘snaturals ylo evan» y entre lo corpora on ransversalmente aquélla, En efecto, muchos a ve cinentals,pientras que muchas emociones , av pamente relacionadas Con una condicién corporal. ¥ mu- A ee son svanose, reposan sobre falsas creenias acerca de aoe gon nevesarios ml siquiera importantes para la buena artes as emociones, al menos, pueden basarse en ereencias que » sromrerdaderas, (EH ejemplo tpico dado por Filodemo false Sora naturals élera basada, al parece, en In ren: era de que el dolores ralo.)" se code Epicure presupone que hay que realizar una t- re Wy puesto que la ereenciafalsa es a ratz de la cién del deseo ‘ina no simplemente la justificacién o explica- te curativo debe ser un arte equipado de lo necesario di © de la emocién, sino el desea mismo de la entociont para ep! ‘sea la falsa creeneia y vencerla. Debe, por consiguiien- fe ser un arte del razonamiento: A veces la falsa creer: fe “| de e icia infecta el deseo de un modo mas sutil 5 intensamente ansiosa acerca de un objetivo que ne ce on at mine, eed dace mame. eno dete dE ‘vemos su corrupcién en el capitulo 5. oe ia falsa es muy intima. Bj base y la Condieion necesatis deseo (o la emo yy su eliminacion [Ni libaciones ni festines reterados, ni el gozar de muchachos, m- Jes y pescados, ni todas las dems cosas que proporciona una mesa ‘mente que no hay nads Winada, engondran una vida agradable, sino el razonamiento (logis paeeea ra adel soba que investigue las causas de cada elecei6n y-cadh { shuyente Jas ereencias de las que nace Ta mayor parted les-torba Cones que se apoderant del alma (Men., 132) ee ee Phbiapeeg me pteneenencaays eer ames a inapropiados. " i fi a ‘picuro, pues, parece compartir la opinién de Arist | . ne re Fe cma co tt en ae en Ea deeper pe ter sora, wéasePilodemo, 0, XXXXVM, XLI; wease, adem x a dice que esta colera nace de ver como es 1a naturalers de fale ser ua persona: as, podriamos ocasiones ea que una persona Cust ta de motivos de placet duce mer mente, ultando I earns sexuales objetos comestibles 154 LA TERAPIA DEL DESEO Como quiera que la falsa ereencia es una dolencia qi aflige de una manera t otra, este arte sera necesario da de cada uno de nosotros.” Dado que creencia mediante el razonamiento es absolutamente el ‘ccuparse también de muchos de los fia: la naturaleza, el alin spirico nas cuenta que Bpien: dad gig garantiza la vida No OF meso de argumentos y-razonamientos». Pero sila To est, como pa tido con la misién de asegurar la bucna vida a perso. dle muy diferentes talentos y eircunstancias, entonces parece que habré de converte la filosofia en algo los analfabetos. Porque do, para todo El que dice que atin no do el momento de filosofar o que ese momento ya ha pasado sn dijera que atin na es momento para la vida floreciente [ew nla] 0 que ese momento ya ha pasado (Men., 122), Cabe esperar que esta concepeién médiea modele la concepeién epictirea de los «argumentos y razonamientos» mediante los cuales la filosoffa easegura la vida floreciente», 23. Véanse, por ejemplo 28. Por ejemplo: Men. | 25. Ton plilesophtan nar Pipoiousan, ht 11,189 = Schol. |. 63-64; KD, 2: SV, 54 EPICOREA 155 carve um {Qué es, entonces, la filosofia cuando se practica al modo epict- ante aquellos a quienes va dirigida y qué ses de argumento: ler a esas preguntas, los ‘ireos se servian a fonda de la analogia médica, que recorre to« tradicién como una metéfora, y més que eso, de la empresa fi cca, Hemos vis sidn propia de a entender que la prictica filos6f bien, impose a ‘oteles no habria considerad apropiado.* Inanalogfe eden era mucho mis importante y wlizada en el Tardin de ly que las palabras conservadas de Epicuro podria ha- . Ot les (KD, 1-4) eran cen el Pert parrhasias (Sob genes tomadas de a medicina, Pese a cons ts bajar con esos fragmentos de papiro llenos de lagunas, podemos ex- traer de ellos una rica exposicién de la concepci6n epictirea del logos terapettico. Filodemo no sélo usa a lo largo de todos esos textos la lela actividad médica como imagen primaria y de referencia, sofar epicdreo; también desarrolla la analogia con min 156 LA TERAPIA DEL DESEO su tarea con problemas andlogos que s 1 al doctor. Lo apropiado de la analogia, admitida desa puede servir para justificar un elemento practica del propio Epi mo la de las comunidades epictireas tardias.” Tai caracertear ang en st conjunto de «publicar» su enorme ta fico se describe en teininos de su paraelo medieo (ease Taseccion La analogfa médica, entonces, 2061 refinados jvenes aristot ue su nombre —de mujer y de cortesana— puede muy bien ser el nombre de una discs or consiguiente, a la eudaimo- nnfa epictirea, como sf habria descalificado, sin duda, auténtica para acceder a la dialéctica y paso radical dado por Epicuro al abrir su escuela a las Nikidion del 29, ta fuente de Filodemo en Pes Zendn de Sidén, un Ximadamente. Es probable que la obra de Zendn sex amb reel nombre, habs reibido, probs ladanas; pero no CIRUGIA BPICOREA 187 1y6 en, y fue influido por, su concepcién de lo que habia de s Por otro lado, erica fngeaaren la comunidad epicdrea, en la que vii partic seamtpnees, Aue es poco Toque se sabe de la onganizaci6n fin a comunidad vento de Epicuro recuerda. que los eSipfos shan mantenid con sus recurs prtialares (Dy 10 nte pobre, pes parece que era, Dis 10, 2), ene momento de sumer tena todas fn proapera, con fondos que invierte generosamente \2ivets y la manutencion de sus amigos.” Pode- acim era bastante similar ala que osas en las ue ol canl an de acer una dona son ues cone re ease muchos covmundades ido a ‘SV menciona la vikonom hogar" como tno de los rasgos ordinarios de Ia vida ep! 32, hun cuando los noes deh no fer uo agmenon cons Ta presencia de mre en excl en un co, ona ecucie un matrimonio (Leoncio de Lampsco fw lbtony cates va todos Toe hombres y mujeres (east kat pa Gon tdo, decenserar » plato ut comple ria nc st "us excavos yesclavas 158 LA TERAPIA DEL nPseo carta de Epicuro a Idomeneo solicita una «ofrendas de prow colas (Plutarco, Adv. Col,, 11 ues, a nuestra amiga tal como podria haber sido demasiada formacién, relat comida y la temerosa de la muerte. Filodemo nos cuenta que las mujeres oftecen mas resis col. XXIb). Imaginémosla, pues, un y bastante obstinada: eso nos daré de las técnicas terapéuticas que se aj Jo que constituye una de las partes Por otro lado, ella tiene profundas y sin preocupaciones que le espera a cs Ia otra cara del afin, este suefio con recuerdos que no es exactamente a sr humano, y que ansiedad y la preocupacién, Quiza conecte luna infancia sana y despreocupaday aun- infancia a donde ella quiere volver, ‘din. Es una comunidad terapetitica ce- id. Es mas bien autosuficiente jenen pocas razones para estar en. laciones en la ciudad. Ella probable- de ingresar antes de tener contacto ida por su promesa de una vida ido citar, o incluso ha leido, al- personal con sus responsal libre de tensiones.* Quizas el ‘cust de Epicuro —pre- sperturbablement sereno—, véaseFrscher perenne CIRUGIA EPICOREA 159 Epicuro, cuyo volu- sina de las voluminosas obras publicada ren y renombre, dice Plutarco, echan p ‘consagrada a la propia convertido en su pes nus miembros nlso lean imagens de Eco sy plasan eu etrato cn sus copes (Cie, Fi, 5, fils Historia, 38,8), Se rlieren a Epleuo como su salvador» y Lo wun hévoe durante lg fiestas comes, con alama: Sfones seman las queen limando exterior se wari enelecion on un heroedivinizado como Heracles, con quien Lucrecio compa- sadheorlbaraee a evuestras “aclamaco- nes eoruendoso", que os invita al placer» (Adv. Col tado a Epicuro es el andlogo en rrésar en la comunidad, NI «salvador». Entra, pu nando consagrado a los valores de la ami un mune «Tes por sar as lbs de Netrodor, ss miembros een irse» lejos de los peligros y turbaciones «por medio de la se- va de scntimientoss (ais homoiopatheiis;Pitarco, Ad Col tun mundo que desconfia de todos los vinculos con el e» rior, desconfiado sobre todo de la pi valores por laciones fat les y civieas, Es importantisimo ver esta filosofia como algo que estructura no solamente los periodos de for- 160 LA TBRAPIA DEL DESEO tuna importante diferencia respecto les no necesita ofrecer a sus discipulss supuesta la relativa salud de ly Epicuro piensa de otra una nueva comunidac comunidad en Ia que testamento habla de la deci decisién de «pasar en ella t. sofia (endiatribein kata ph efpulos que «el Con qué argumentos se encuentra Nikidi convierte en terapés rrasgos caracter te ellos, ica lista de , Preguntando qué posicién adopta Epicuro an. ne thai erdctca, La caracterfstica més generale indispensa- le de las argumentaciones en que participar Nikidion es que estan ciertamente coneebidas para lograr una finalidad préctica, es decin acercarla a la eudaimon(a. Los argumentos no s6lo-le proporcionan razones para vivir asf o asd. También hacen eso, pero ante todo, actuar como causas del buen vivir. Un argum simple, elegante, pero no eficaz causalmente n filosoffa de la que un medicamento de bello colo 10 ineficaz, oe 1976). Para algunos puntos de la controvee tend y el argumanto de esta cay tian macién propiamente dicha, sino la totalidad de un modo alternative To que los i EPICOREA trinsecamente valiosa 08, Iogicos y ci ‘quello en Jo que consi fnita a todo aquello que sirve al arte magistral de vivir. Como dice el ‘Torcuato de Cicerén: ¢5 deci, mejor? :Habfa de cultivar esas artes y tan grande y trabajoso y, por tanto, tan pro- Jlan de estudios tradicional, a diferen- cia de las matersaticas, se justificardn a s{ mismos como atiles para el arte de vivir, pero incluso aquf hay un desplazamiento en su fun- cién. La ética se convierte en arquitect6nica por encima de todos los. uusos de la raz6n. Podemos afiadir que el objetivo prictico al que Epicuro dedica tanto la ética como la filosofia de la naturaleza queda caracterizado de manera marcadamente no aristotélica: en efecto, menos que la eliminacién completa de la tjche, la vt te los acontecimientos que escapan a nuestro control, de la persect cidn de la eudaimonia. La ética aristotélica no concede ada fjché un hhubiera escrito nunca lo que escribe Metrodo: ‘Me he anticipado a ti, Tyché, y cemé todas tus po jon y no me entregué rendido ni rnamiento, sino que cuando la Parea nos leve de aqui nos iremos de Ja sumento central dels ese doctoral de Marx (1854), que seal Bpicuro y Demerito, saje de la obra de Ciceron (De fins 162 LA TERAPIA vida tras echar un enorme es iamente se pegan ella al mis 80 cintco de salvacion gritando vd ba dete: : onexién con las ideas previas de los dsefpulosaceea de Ins La cra no pede prees un sia pore emo ae vena pasar: es més, deben reconocerlo como algo que responc deseos mas profundos y fundementalcs Todo ests le desary Eplcuro. Por muy revisionist que To que'sepropone, tal com Sempre hacer quel lsiplo ols dsciulavean que quel orinca ste verdad sus deseo, al menos los mds profundos y fantamen Ellos pueden, en o del proceso, modit he a cudles son sus descos Filodemo deja claro que éste era un probh tun problema muy terapia epictirea, Porque a menudo, es tratamiento, aie sean eect fe sus deseos «vanos» puede no estar dis- rapéutico como una ikidion puede disfrutar estando enamora- incluso a su reli- mente igual que el doctor tratara, medi la enfermedad en un lenguaje que asust cIRUGIA BPICOREA 163 schaga estre- los ojos» de ma- cse esiremecimiento y esa in del argumento terapéut- rente desea para sf misma: ¥y se aprestard al tratamientos sostiene, como vision pueden co enlaza en de s6lo er (1V)" Una téenica altern: hace el Torcuato de Cicers un dios, como un signo de los bienes disponibles. Trata discfpula a reconocer esa imagen como algo por lo q\ tuna profunda atraccién. Y esos procedimientos no si recursos heuristicos: tal como se desprende claram lnterior debate sobre la prueba» del fin, son tambié: de justificacién de la teorfa del bien. ‘As{ pues, esta concepcién ética es pragmitica en sentidos en que lo es la de Arist6teles. Pero existen alg ias que hacen que el uso de limitaciones pragmaticas en el caso de Epicyro parezea més perturbador. La diferencia primera y més obvia ces que la ética epictirea es revisionista en un grado en que Ia de Aris tteles no lo es." Desde el principio descarta como vanas e indignas de confianza muchas de las eapariencias sustentadas en las creenclas de Nikidion. Y parece saber con bastante claridad cules son éstas an- Epicuro del ser humano no tutelado aqui, pues es francamente normativa, cargada de valores tipicamente ccho de lo que uno considere ya importante. Ar nifios una aficién a hacer distinciones, una basqueda del conoci Epicuro ve s6lo el deseo de librarse del ‘La diferencia parece ser, no obstante, que Aristétel ga seriamente y muestra respeto por la plena experiencia del valor en San Agustin, Conesiones, 9, 1: yl a educacion Stale cambios de earactr 46. EN, 1111925-26, 114468, 164 LA TERAPIA DEL DESEO 3 sus disc{pulos, considerando todo eso como material para descubrir la verdad étiea, Percibimos que es una cuestién abierta saber qué con. cepcion van a elegir. Esto parece menos claro en el caso de Epicuro, Nikidion no esté allf para llevar a cabo una investigacién, sino para La segunda diferencia reside en el aleance del pragmatismo, Pac ra Aristételes, los resultados obtenidos en ética deben ser en tltimo término coherentes con los obtenidos en psicologia, ciencias y me. tafisica. Estas otras indagaciones se extienden mucho més al problematica humana y se llevan a cabo por ellas mismas, gen de toda consideracién de las necesidades y nos, Esa es la raz6n de que la coherencia entre las diversas indaga. clones pueda reforzar nuestra confianza en la justeza de nuestra vision ética. Para Epicuro, cada indagacién (como acertadamente sostenia Marx) tiene constriceiones sstaran na: da las sospechas que albergamas de los cuerpos celestes y de la muerte, por miedo a que ello sea algo que tenga que ver con nosotros: en alguna ocasiGn, y tampoco el miedo a no conocer los limites im. uestos a los sufrimientos y a los deseos, no necesitarfamos mas del estudio de la naturaleza» (KD, 11; véase 12), Peto esto significa que we brindara versiones turbadoras en Jugar de versiones tranquilizadoras de la manera de ser de las cosas no habrfa cumplido el propésito para el que necesitamos una cien- rraleza y seria justamente descalificada como vana. El run estudio continuado de la ciencia natural» es «una vida dt., 37). El resumen de doctrinas fisicas «ser una ayu- da continua» para ipulo, dandole una «fortaleza incompara- ble en relacién con los demas (83). La conclusién de la carta hace referencia a sus contenidos —las principales doctrinas conservadas de rea de la naturaleza— como «las cosas que tie- znen més importancia para lograr el sosiego» (83), A su vez, la Carta @ Pitocles sobre los fendmenos celestes es caracterizada como el conjunto de mera instruccién de Epicuro a Pitocles es: «En primer lugar hay que pensar que el fin del conocimiento de los cuerpos eclestes, ex- plicados bien en conexién con otros cuerpos 0 bien en sf mismos, ‘no es ningdn otro sino la imperturbabilidad y una seguridad firm Justamente como es el fin del conocimiento relativa a las demés co- sas» (Pit., 85). Este material pone en evidencia una ereencia epicdirea fundamen- uuseneia de turbaci6n exige tener una concepeién firmemente mucin ePicoREA 165 fines adecuado, sino también argumentos ‘un conjunto puracion con Te escuela de Aristotle, donde £0 ran elegancia interna y algunos argumentos brillantes; per ee eee fabido ningdn intento de ponerla a prueba fren in para adherimos a a los dioses ni a la aictign ve egrime una y otra vex como una Mim, Com eat teria no hemos de tener Shc peo pobre morale dla ror cnaigtene i filosfia spares no slo es slate aos ica también lo es en todo To dems Sa ae ee aa inde apoyo. su concept dela fla ocosmabsaito um cident au to a coneaplones bao MG taiverso, ys ells, realm sor falas sisiatie suepicaress se glorian dela adecuacin de sus argu cor ite crysis paresars, El mace esti since mie, dee sor apne cl diagnostic de can Pe cn aenando un tratamiento espectico para cada distpule Aqut es donde mayor uso hace Filodemo de las imagenes som i ‘sind Aiunes argent coo ceios mediament wamrgos spears oes son sve, pcr atar NIM seem ents ponble al currla de sus tals desos, vee yr nds benna inparcial dels personas: (OX 47, rates cone uodls, de que on mes volo hacemon cuando nero Pr aerecuensie pars nuesncualmon Seaey (987), ss. 45-46 ‘Veanse Pi 86-87; Lone ¥ TERAPIA DEL DESEO (CIRUGIA EPICUREA 167 les como alguien a quien Epicuro traté con una suave P, fa Epicuro, encuentran la verdad por sf mismas; otras nece {guia, pero la siguen bien; hay un tereer grupo que necesita que lo em- pujen.)" Entonees, dice semedio que optar, muy a su pesat, por la doctor», operaré exactamente en el momento preciso yoluntads (O, XLIV; P, col. XVII; véase Gigante). Es serfa la forma qui sidne (ntouthetetn), Esto parece significar que el maestro, en ese caso, manifestarfa una fuerte desaprobaci6n de las creencias y la conducta del disespulo, dando las razones que a desaprobacién, Las palabras de un estudiante, transmitidas por Filodemo, dan a en- ard un argumento gu lar (presurniblemente, una erfica de vastadora dels anteriores Somos, por eirpla eos nr Selcap. 5). Yala purge no funciona al principe pacha es tratamiento cuna yor vers (P6360) defamis one neces surelos una ver, pede que lo haga in Vo si Gio acumals argument sobre ange aun del més mpecinado actos se «Cat por mi propia voluntad en la ignorancia de la juventud; y por eso tuvo que darme unos azotes» (mastigo“in m'edei [P, 83). Los cludadanos atenienses varones eran, segiin sabemos, ob- sesivos en lo tocante a preservar la integridad de sus fronteras corpo- rales; era licito golpear a un esclavo, pero uno no podta siquiera le- venciendo la resistencia irulenta enfermedad.) Epicuro, os argumentos purgantes, remedio preferido del médico para hi in profundamente arraigados. Al 's una forma de airear piblicamente sus debil pensamientos. Esto encajarfa bien con la préctica comunitaria de la ral y su sentre- econfesién») a a esta teh es variopintay— «mezclarés con esta pera medic 2 algunas sustancias de buen sabor, por ejemplo, algunas «palabras : ctirea y en I: ‘ov; y «animard al discfpulo a obrar bien» (P, 86) de sabiduria prictica, es como un médico en su relacién con nuevos (Aun asi, Luerecio «mezclas algunas refere ale aoa =a aa _ = enias lesa la serena ac casos y situaciones: sensible al contexto, dispuesta a descubrir nue- ina gemtl confines de procteaién.) Por cons ‘os aspectos, flexible y atenta. La étiea es un saber de naturaleza mé- A cllatiee ogrentie ae dica porque Ins normas no son lo bastante buenas. Epicuro emplea et maadirenas abi elate, modelo médico, en cambio, para descril Hse < tro ético y el disefpulo enfermo, El mai rds) para adminis- meédico que debe enfrentarse las vic to culminante de la fala individual. Pero apenas se insiste en la idea de qu ha recuperado la salud empleara formas de razonamiento Kin, l sr mujer demucse edicina fuertemente purgante © Incluso palabras cuyo poder sea ea carcoma puede que no Ie hagan efecto (P, 68, 826,27, 71,8587, col. L Vense Gigante C975} 168 DEL DESEO CIRUGIA EPICOREA 169 tran en lo particular De hecho, la tia normativa de Epteuro 4 partir de los textos conservaos, mas bien dogméticr yer eee las forimulaciones generale de carder pres dogmatico yn falar (DL, 10,120, Parece que coremor el riesgo de desviarnosd hestraexposicion nos ha condueida a eafers de logica que no se parecen demac sofico. is tentador en este pu materiales sobre purges cy Sante acerea de la vida extencade ca actividad los fin yal cabo, loses tancla de emir los juicios dictados por la verdaderafilosofae (SV, No heros de imaginarnos a Nikidion (como uno de nuestros es- do a clase por unas horas y vivlendo luego larants el resto de la jornada como a la clase no existiera. Ela vive Sct comunidad on ative et bers pr son cay por la presencia alecclonadora de Epicuro, vnerado como un ean af igual que la filosofia raccién psico. io al toma y daca del discurso fi que ella aprende esta inmersa en la vida. Pero si tenemos la impresién de que es algo més que incongruen- te llamar «filosoffa» a todo este intercambio terapéutico y «argumen- tos» a sus herramientas, no estaremos equivocados, Podemos explo- tos conservados de Epicure parecen argumen- dos, siste- wer moor las causea de nucara inualfacclon al erominamos ara Trusted aagundo grape de route smédicos. ono exten safieeoemenjustlara ax dagen copaoig: aby fupinntemalesenas dedas hog de dats leven Sr ral cower pelagdi a qace ct fe cst omar > iy cede inode que Epicuro describe son enfermedades imientos de camarader rad son absolutamente bisicos para la dh rel linens meno pre do Sesruled opti, joer oulldeagye mee oan Ae filos6ficos, El clabor nt ravés de argumentos Jud de dada uno tomado por separado y la amistad no fuera mas que i laborado aparato de ‘médica sitve para in instrumento, Dado que los datos sobre este punto son complejos, usta los muchos mods com el rec raboined uw : et . ts de enadicar fi Delo que se tata fe conelernsal propio Eplcur pl i doer stoi arllo no forma parte del fis Incl se desaconsela cl ma: one imonioy i ereelgn devinculosfaaliares (eae el cap. 3), Licre- cas terapeuticas odode edepanr ana wie die Ses Spsleas alas ese fice Solo un stana compl a Jn estan argumentos, a diferencia de los de Aristotle, el uso Gadosamente argunetad, dar al pacente la psloided eas del sauonamento protien es meramente instrumental Ya he dicho aie rated ee seo elmer used oe pecmepecinal cmnscalinte cic afc (Ot argumentos terapia, La ocurre en ica, La méxima capital n® 11 (citada anteriormente) vin- des auniliares de la iloso cil bos ens an emoven dvds dea say cence 2 compromiso “cbs \ bre el deseo son nuestra raz6n de filosofar acerca del deseo, del mis- fia tradicional que ce oun mmo modo que los temores causados por el cielo son muestra razon de deran vana, Por eso no hemes Blown accede is La Carta e Menez nox dee ge rnin Dit oa periocta compensa a daleare ala flovoia ea casegurare la salu dl ala, Pome: ber wna perfects compenstracion ene l {Ea neces une sent ala de os doses como recompense Seta neracin humane o cr extudiria, Supongamor que tenemos un medicamento spect gramentedigides iene oe suse hacer que Nikdion slide al instante todas sus alsa eee teem esia compenctracion ee eae lana. Epicuro insis- Shas ln vez que eine sus eeencosverdaders: no tenemos razén a en esta compenetracin en los érminas ta enti . ee sera la ves que buscar Inv ee : sea datey a busca la verdad, eulda de nuestro patrimony sr fhe no impidiera ls ders funcionesintrumentales del azn pre mas propiedades y no cesar bajo ninguna circuns- tica, tales como el descubrimiento de los medios para alimentarse y vrapia se aplica mediante argumentos, ello es a 170 LA TERAPIA DEL DESEO guarecerse. La terapia debe seguir su arduo y dificil curso a través de {a argumentaci6n dnicamente porque no existe ningun medicament de esa clase: nuestro tinico acceso a las dolencias del alma pasa por sus poderes racionales. Pero los argumentos que funcion: a esos poderes 1 imano intrfnsect estamos a salvo de las dolencias corporales: por cso necesi ner a mano argumentos con los que contrarrestarias si surgen. Tame raciag oco pueden acallarse indefinidamente las falsas creencias: hasta tall unto estén éstas arraigadas en personas que se han criado en el se lura convencional; por ello tenemas que contrarrestar. nuamente examinando los argumentos epicdreds. Pero los argumentos estan a nuestra disposicién tnicamente como criados Liles, necesarios ineluso, pero sin valor en si mismos. Entre los usos de la razén practica, solo su uso en la satisfaccién de las necesidades basicas tiene probabilidades de contar como una parte constitutiva del fin, 6. El maestro epicireo, por consigui Pero, como nos sefiala Tore! 4 a despreciar a todos aquellos que estu st mismas.* Probablemente, ni siquiera las les durante una temporada a fin de estar mejor pre- las luego a argumentos i tencia en este punto de una importai la de Epicuro, Nikidion aprender simplemente a usar el ‘0 que necesita para examinar los arguinentos que dan la lidad y apreciar su superioridad. Con frecuencia, eso ya es ribe Lucrecio, la claridad de la argumentacién epi luz del sol que dispersa las sombras oscuras. Pero les son s6lo sirvientes. Si Nikidion muestra progresos dia. Ia ataraxta y podemos estar seguros de que continiuaré ha cléndolo de manera segura, bien protegida frente a la opos hecho de que no siempre pueda di sia de na debe preguntarse etre otras cosas, sel proceso ne valor inrinseco, independientemente del Ylor de 31 = Us. 257: Cie, Fim, 1,63 = Us. 243; ywéate Long y Seley (0987, pags. 99-100 CCERUGIA EPICOREA 1 Syn alee pra tabaje ine argent ata om tomes de las conclusiones epictireas mas secre eee a ices tres empieran anunciando a decision de Epicure de preparer un seumen Weg Bl tonesneGar de ink ntseptlts Detznns abet por elecriotntone Sef ome dale s on Pesca ince forias icemos yas ly eto coe crore verdad foram elvaznamnt fon, chee cas a dfrcnia parece comprensbe fl evaporate ee sino a quienes los pobres. Ayudar a Nil ‘epicairea de la Ta imagen de Lucrecio, es un bas las mismas ensefianzas que Ej ies mas complicadas req ‘no muestra preocupacién por las criticas de Arist6teles a Demécrito, no se le ensefiard la teoria de 1 LA TERAPIA DEL DESEO las partes minimas, Pero el co ble refuerzo, siel estado del \junto del sistema esté at, como posie ipulo lo exige. 7. El modelo médico rea una fuerte asimetria de funciones: doe. tory paciente, activo y pasivo, autoridad y obediente se autoridad, Filodemo destaca que el maestro ha de cor Jando y recibiendo erfticas (presumiblemente, de st ode sus colegas)." Pero, no obstante, se anima al discipulo a seguir plo de la medieina y ponerse por entero en manos del méi sentregarse, ponerse en manos» del maestro (véase be incluso, dice Filodemo citando el paralelismo médi Por asf decir, en, manos de los que dirigen y depender: 39). Antes de embarcarse en la terapla, prosigue, el recitar para sf la Ilfada donde reza: «Ci ‘es aquel en que Diomedes pide tener a O expedicion nocturna; «Con él a mi costado podriamos aml vos de un brasero ardiente, pues su mente rebosa de recursose 246. lodlemo dice que el discipulo, al recitar este pasaje, rec noce al maestro como al «nico salvador, el «iinico gufa recto de pas Iabras y hechos rectos», En consonancia con esto, todas las exposiciones a ccuro y el epicurefsmo convienen en presentar un extra de devocién y obediencia reverencial hacia cl los, desde Lucrecio hasta el Toreuato de Cicerén, compiten en cele. brarlo como el salvador de la humanidad. Se le venera como a un hé- roe, incluso como a un dios. Plutarco cuenta que un dia, mientras Epicuro disertaba acerca de la naturaleza, Colotes cayé a sus pies, lo asié por las rodillas y realizé una prokjnésis: un acto de obediencia reservado a una divinidad o a un monarca autodivinizado (Non pos. 100A; Adu. Ce '7B); él mismo cita una carta de discipulo en la que Epicuro recuerd: brayando que Colotes «se asié {a él] evando el contacto has {remo que es habitual al reverenciar o suplicar a ciertas personas» (Adv. Col., L117BC = Us. 141). Epicuro hace la vaga Que le gustaria a cambio «reverenciar y consagrar a Colotes» (pres con el deseo de que Colotes llegara a alcanzar su condi. Pero esto subraya precisamente la asimetria en el toma y daca de la argumentacién: 0 eres un dios 0 no lo eres. Sino lo eres, la respuesta que debes dar a los argumentos de aquel que silo es es ico, Debe \diseo como su prot | incidente con aprobi 54, Vease , 55. Vise col. VII visi del texto de Olivier por Gi Gigante (1975), elejem. CIRUGIA BPICOREA 173 cin y veneracin. Zin una carta a Hdmeneo, Epicure hace a viame, pues, una ofrenda de primi en nombre, liao [Phoraneian) demi sgrado cuerpo Wedom nos ena rida von e cual heros elegido vivir», as forza po mes boon de papi (clay, 1986) de que Epicuro estab Irgllo as mismo coin cenzo dela en 15). Ya hemos in lay sob un eulto a coe di mn desis dsp. : SSlintonde ete papel ytendremo una clerta medida dela distancia siiSos recorrdo al pasar dl uno alr, Seneea nos cuenta que ncn ech tomb a conepsn open ln ate va Bosofic:sNovotros no etamossometidon x ning 3. Cada ea A su propia libertad. Entre ellos, todo lo que dijo He- ue ljo Metrodoro, se asbuye a una dca fuente ou To que dice cada uno s ice bajo rein ye sree Nikidion hubier acudldo wi xcuta de Arstttes, sel he- Gh divers postures altematva 2 le haba enseha- Samer cos buena dose, usando ws ft cea de La eocela de Epicur, gobermada por la con ttl opiniones ms dfundidas son covruptore,prosed de otra jose incarén machacarapent a ova eras de pensamfentoyselapivra de cose sign atemativa (Geeta con lind aprender a refit) hecho de que el peo 7 asumentacon en su conjnto eth a nena el nombre de titania, sor is que al ‘iste por duis seorrecelone, muestra el poco interes "i sir dae ais desapanad ear ef oes than Pero, despues de todo, ingan doctor lenaehan uno a tlampo y ver eu dels funciona: sus mentor mismo tempo a rea a tas Nitin a ear influence que compstan ete a Soc delat pal om a hosed os ces ondca, Barbe ”Apale,pra te has consi dos una Awol Us 117» Ateneo Xi pl S80)" Eerbe Me to tipo de pate libre de toda Waist, LA TERAPIA DEL DESEO in.son bs ies oe ia stn en pn de pints dee ae a de a concepeién de Aristcles. TS SO © SsPestalmente, “tos rasgos del argumento terapetitico a de ert pains relaconnas conn manera open ingen crane ila sparen eens 'icas son; la memorizacién, la confesién y_ correcta enseflanza epictreg, informacién. Nikidion desea que la iamte Ia repeticién Todos los dnl dean aprender de momor s f ‘eirpomes ds carts conservadas estén tatnbienconcbidoe pa capaces de ayuarse as msmoy on las cushions eee jones principales a lo largo de los diversos mor te ymentos de su vida» (Hd, 35; véanse 36, Pi ¥ pueda ayudarle en la confrontacién con el erron Si el Ina los textos eco cad ™ eal ver que had rfta wuchas veces lo pillaran des} i ou 135; véase 123). in segundo lugar, la.me isn i = de ‘Conjunto sobre la estructura de todo el Lad engred ‘Aun en el caso del cit oe x te perfectamente formado, el elemento de.cada problema particular es a eapacidad | * Enel original se da erréneamente como referencia Us (del) ‘cIRUGIA EPICOREA 175 de evocar répidamente los conceptos,y [eso es imposble a menos que] Gichos conceptos se hayan reducido a proposiciones elementales y f6r~ Mulae simples. Pues no es posible que cobre realidad en nadie la masa Je conocimientos requeridos para dominar las verdades generales de {a naturaleza a menos que esa masa de verdades sea capaz. de com- render dentro de si por medio de breves férmulas el conjunto de da ‘de ser pormenorizados (Ht., 36, segin version inglesa te novata como Nikidion se vera capacitada | pensamiento, pasar car el sosiegor (Hd., ‘Aqui Epicuro, con la lectura hecha en voz jque buscamos es una vis ipo; la memoria nos qué i fcrna y privada que no ocupa oporciona, ipo de percepeién? Esto nos lleva a nues~ tro tercer y mas importante punto, aquel que pone de manifiesto la Gimensidn de Epicuro como psicélogo. Se trata de su percepcisn de yFeencias que turban nuestra vida no se hallan todas 10 de eserutinio eritico y rensar, Esas falsas creen- |, ejerciendo a menudo su + debajo del nivel de la conciencia. Epicuro, en suma, descubre el inct ‘un descubsimiento a partir del cual nuestra vision del ari 10 no podra ya nunca mas ser la tnisma, Gran parte de las pruebas de este descubrimiento se encuen- ¥y las examinaremos en el capitulo 6. Pero existen. scritos del propio Epicure como el descubrimiento al macs nnsistencia de Epicuro en la de que el discipulo que Ia practi- sefialado anteriormen- "como hemos visto, et ue el argumento «se vuel- memorizacion aque no se veré te; DL, 120). Te que la memorizaci6n y la practica hac Ja poderosoe (dynatés (Hdt., 83}) en el alma del discipulo; con lo tue viene a decir que solo introduciéndolo y enraizandolo profunda- mente en el ‘btendré la clase de poder que necesita para de- rrotar a sus oponentes. 57. Véase el valioso examen de esta cuestifn en Clay (19838). 176 LA TERAPIA DEL DESEO Esta visién de la persona tiene profundas consecuencias para g) :método filos6fico. Si no somos transparentes @ nosotros misinos, qt no que nos vemos a menudo motivados por creen i ‘mos que tencmos, entonces las operaciones de l lo bastante hondo. Pueden, en algunos casos, ayudar a dese ereencias que el discipulo no sabfa que tenia; pero no es probaly que saquen a la superficie creencias que hhan reprimido debi do a su carécter turbador, creencias qui ‘que las tienen, Para contrarvest fundo det pecho, necesitam de forma que le hablen a Nikidion incluso en suefos, Pero antes de que podamos llegar siquiera a este punto, hemos d "otto problema: e6mo descubrir Ja enfermedad real del pacien. lismo parece dar por supuesto que, si le preguntanos 4 jon qué es lo que cree y desea, sina que semejante planteamiento rozaria simplemente la su perficie de las cosas. Para descubrir lo que ella cree realmente en el fondo de su alma, el maestro habré de ver lo que hace y eémo lo hace. Y si no puede lograr esto siguiendo sus pasos dia a dfa, gedmo obten. dra esos datos? Una solucién bast moderno psicoanal de forma que el maes- {ro esté tan bien situado como el médico corporal para eaptar la to- talidad de los sintomas de ell tun diagnéstico adecuado, ¥ Epicuro se enfrenta al problema precisamente de este modo. Pues encontramos en su escucla 1onio, en la tradicién filo- sofica griega, de una insti ln confesién, o narracién per- sonal. La importancia de este material fa procedente del Pert aunque no cité to lodemo nos cuenta que Epi jderaba que los reps por lo que pensaba sacar a la luz tenfan m provecho que ello le depararfa: en consecuen as. 647-088. ineamente trducido como Stade (opeca «Pecadonsueleimplicar que los defectos de Que a trata ac aon CIRUGIA EPICOREA 7 caro (48) Flodemo copie con su macs cjg qu ls Br re chet scone en acusadotes orn) de nose opie mismos si erramos en algdn puntos (51). Yen un pasaje que ya sna oplia oleae de ea pac on eri dea reog medics ‘considera como el finieo guta , aquel a quien él lama el tnico salvador y a indo acon él a mi costador se entrega para someterse al tri ‘Shien teraputico, entonces emo no babria de mostrar aqualo oh To que requiere tratamiento terapéutico y recibir sus criticas? (P, 39-40) se pane tse psn y abso Pas eatgeintc dale sons epeten in {ibe smomas manna dna ao no cae Snlounes elas easy los procediienten de nmoderon pce ae -rapeuta pueda formarse una hipétesis acerca del incontints aur e cand artic Pris de dca te ypreeiets yulo, sus suefios, sus momentos secretos. coma hemos dado por supuesto, es una disc Pero Nikidion, Ja recalcitrante a Ia que no le gusta recibir criticas. Puede no ¢: '4en la comunidad porque desea estar all, pero, aun asf, puede te- ner dificultades en decidirse a contar lo que hay que contar. Este es un grave problema de la moderna psicoterapia: porque aunque un 178 LA TERAPIA DEL DESEO paciente se someta voluntariamente al tratamiento y honradamente, quiere también causar buena tiene por ello varias fuentes de resistencia y reticencia, y puede que ‘mismo no sea consciente de lo que es més idéneo para su curaeién, El psicoanalista ortodoxo no dispone aqui de otro recurso, que el contacto prolongado con el propio paciente. Debido a las limi. taciones de este procedimient 108 terapeutas se desvian de la loxa y hablan cor y los amigos dl recer, lo que hacia Epicuro, recurri surefsmo, eacudi6» (6 sxto esta alterado en este punto) a Epicuro. El frag. ‘ontinta con la historia: «Porque si una persona de suro no la consideraré una ca sea que su amigo sea corregi lumniadora cuando no Io es; su amigo [philophilon]: porque Epicuro conoce srencias (P, 50). Otro fragmento relata que, gracias a la actividad de los amigos, «la persona que no se manifiesta se ve enseguida que esté ocultando al 20, y[...] no ha habido nada que pasara inadvertidos (P, 41; véase 8). Porlemos ver cémo estas précticas, una vex més, se apoyan en el mo- delo médico: porqu ‘a no aparente y no declarado no puede ser tratado rente. Uno podria muy bien ofrecer esa ayt- da a un amigo o patiente que esté en peligro de perder el buen uso de todas sus funciones debido a un mal oculto, Y aunque habriamos de hacer frente a dificiles problemas de privacidad al ayudar de ese mi do, la urgencia de la nec {es en un contexto terapéutico prot mucho menos apegadas que nosotros ‘oblema les habria parecido de poca al valor de la privacidad, este monta, 9-10. Los argumentos que escucha Nikidion pregonan con frecue cla su propia eficacia: a la discfpula se le recuerda constantemente ue dichos argumentos son necesatios y suficientes para salvarla, (En n lugar como éste encontraremos un contraste mas acusado ‘con Arist6teles, cuya modestia y renuncia a pretensiones de exhausti- vvidad estén estrechamente relacionadas con el valor que atribuye a la n independiente del é renuncia a muchas de las cosas 41 vraba y un tipo de estudio disciplinado para el que muchos los discfpulos de Epicuro no debfan de estar preparados, Para ani cinucin wvicome 9 arlos a perseveraren la flosofi, los argumentos deben combinar wry ln autopropaganda cone razon on arguments sobre la eapackad y ition para dedicarse ellos es un asunto Nieida que se adentre mgs en el sistema ep mde celsa desu préctica ¥ més compete Spero puede inuy bien ocurrir queef ade la egumentci en goneral. Edi Mabe in mejor arlstotlico gracias a que de hace ; Spropios razonamientos; oto tanto oeure, tee eee il disefpuloepicireo no se le anima aque haga ob que argemente dla wSafda que se vuelve més dependent del texto san ede weverse menos aplo para razonar pot uso de sus argu to sentido pierda lo aristotélico se yr en el manejo Ww enene ahora un esquema de la educaion osofiea de Niki sion Neds aus rss een pul importanci. Para todo buen cpicires es siempre dominante magudo sentido ofa dolencta humana y dela neces scion oh tho pitt, pc vo qu da a anata mea Wsduseapecticos de la terapia, Podemos ve, See 7 -onflicto entre !a urgencia del ob- sere ees cheer ig Sat ma tesnc etiy ie en oe fuera hacer propaganda desu doct acuir en persona ala escucla como di obras exc babe todavia que reyera qe as obras esc terapeutico por sf mismgs, aun euando se tow on general Elepicdrc del siglo aC consejo de n0 ls 180 {LA TERAPIA DEL DESEO insistendo en que la naturatezaepidémica del medad da creencia en s tempo exige la construceign de unt dogas no especfico y de gran perinanenci, La ggantesea insripengy en piedra que hi es de inca del Asin Men cerca de la va priblica —una de las mayores inscripciones griegas. jac bles qe conten in een condenado dena mentacin epietrea sobre tod las cuestones principales exp ‘su propia procedencia asi: iabaann a Silo haber uno 0 oso tes o cust cinco oss, 6 tadas au quieras, ob er mano, pronoun an tara rae fa en tna concn deplorable entnce,lamandols ep au hay ua lgunonnsrigcionj Poo puso un cons dn geie et pavements evry, bare ag stntan sere de as cone timere ~detido sue, por mas ad unon ton sos ne Shag spades la ea] ae yh deta tne do cyt, hacer ples tor gue ov tar [pharma into la necesidad practica de la cu- buen epicdreo, todas las demas consideracio- nes contiene argumentos; es «esd salva», de nuestros dfas. Por de la Summa theologica de Tomas de Aquino, dicamento salvador» de mas amplia influencia del aristot ipulo, pueden scr arrojadas por la borda cuando ello parece necesario para establecer contacto salvador con ‘CIRUGIA EPICOREA 181 v zn muchos sentidos, el uso epictireo de la analogia médica parece jn solucion de continuidad con el de Aristoteles: en efecto, exige, co- argumentos que sean auténticamente pricticos ,, que respondan a los valores, esperan- te atentos a los matices de los dis: fintos casos concretos. Aristételes y Epicuro estan de acuerdo en que dlarte del filésofo ético, como el del buen doctor, exige prestar aten- temores del paciente y saber aprovechar 1d. Pero, a partir de este punto, sus cami- hha afirmado que la actividad de la argu- iimente dialéctica y de cardcter recfproco; (que su éxito exige una comunidad de personas més 0 menos iguales, todas ellas con el doble papel de médico y paciente. Ha sostenido que el beneticio préctico del argumento ético es inseparable del escruti- io dialéctico de las posiciones opuestas, de la actividad reef procayy de las virtudes filosoficas esenciales de coherencia, claridad y le. Por mucho que maticemos su posi iro no tiene exactamente el mismo grado de adhesin a es- les de procedimiento ajenas al paradigma ‘picuro acusa a estas formalidades dialécticas i habiendo como hay otra clase de filosoffa que puede atender con mas generosidad a las neces! wanas, Una filosofia compasiva pue- de prestarse a todo aquello que responde a esas necesidades. Esta acu- "arnos, pues nosotros vivimos en un mundo en. ‘no puede estar am- ,, pues exige una evia de formacién y mn que esta estrechamente correlacionada con !a pertencn: mma determinada clase (y a unas determinadas tradiciones loca- les o nacionales). En efecto, gacaso no somos todos nosotros vanos € inttiles mientras no proyectemos nuestros escritos y ensefianzas ha cia fuera, con el fin de responder a las necesidades del mundo tal co- El aristotélico deberfa empezar admitiendo que Epicu Ino hace este me fa concepein y sus eee Sey deseos anteriores, flexi tuna forma peculiar de beneficio préct mos de ninguna otra filosofia menos comprensiva, menos rigurosa y ‘menos respetuosa de la clatidad. El hecho es que todo lo que tiene de grande y memorable la filosolia epictirea se lo debe al cumplimicnto 182 LA TORAPIA DEL Deseo cirucia nprcdnea 183 indicar que cualquier esjackin en a observancia del método dlalée- Moods argumentacién coun paso que no puede dare laligea o ei Statue reflecén, Porgue siempre ee pote, de hecho reste may fae, pasar del desapasionado diseurso efico a alguna forma de pre- tint erp, igual que pero min ps6 das ee ‘maestro platGnico Nausffanes a seguir su propio cam aie el 7 més dificil volver a Ta psividad dela dsc eden hacer he. de esas paut jueces, legis icos de todo tipo. Esas perso- , pero podran us: Ja indagacion filoséfica para Y de ese modo harén llegar te que nunca va a estudiar filosofia, ayudand ‘mismas personas a las que Epicuro pretende que los aris pueden ayudar” Epicuro no deberfa haber descuidado esta posibi yen la medida en que la descuid6, se diria que vendié barata losofia y la sociedad a cambio de preservar la atar. lao por qué mucha gente de escuela epictirea, pero munca un replicé: «Por- otras escuelas se pasaba a pulo de Epicuro se trasladaba a otra escuela, Arce: gue los hombres pueden volverse eumucos, pero los eunticos nunca se vuelven hombres», Aun cuando Nikidion observa que Arcesilao pa- fo grupo de individuos. Epicuro podria argdir que, al fin yal eabo, | -—_ece haber olvidado la presencia de ella en la escuela epicdrea, puede Jucces y legisladores forman todos parte del sistema corrupto y por_-—|-—=—sépercibir que esta metifora um tanto reducclonista contiene una pro- tanto no escucharén los argumentos de la buena filosofia. Pero navha funda gritica aplicable a ella misma, dlemostrado que ello haya de ser asf y, mientras haya una esperanza | 2 dde que esos argumentos se escuchen, es sin duda import tarlo. El epicurefsmo va mas alls del aristotelismo en varios aspectos: en la precisién y profundidad de sus a la emocion y el deseo, siento de las eapas inco dela motivaciéa, en su los veremos precisamente hasta qué indagaciones en esos campos. ¥ veremos, asi de rigor, perspicacia e Hasta cierto punto, pues, nuestras inquietu- a de Ia filosoffa en la comunidad epicdrea rocedimientos sin idagacién parece -bemos seguir exami perder de vista el 63, Para un ejemplo de intent de aplicar une posicién ne ls pobreza Ia desi 64. DL 4,8,

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