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Intertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Editores: V. Bécares F. Pordomingo R. Cortés Tovar J.C. Fernandez Corte ll EDICIONES CLASICAS Maprip 2.000 {NDICE GENERAL Nota de los editores ... INTERTEXTUALIDAD EN LA LITERATURA GRIEGA D'Ippowito, G. Il concetto di intertestu: PoRTULAS, J. Archilochea Quuapa, M. EI festival de Dioniso: un marco propicio para ia intertextualidad .. Garcia ALonso, J.L. Si los dioses hacen algo vergonzoso no son dioses .... PoRDOMINGO, F. Poesfa popular y poesfa literaria griegas: relaciones intertextuales ............ 1 nel pensiero degli antichi .... Gurcuarp, L.A. Intertextualidad y antologacién en la Corona de Meleagro ... BRi0sO SANCHEZ, M. Aspectos de intertextualidad genérica en la novela griega antigua... . 105 Martinez MANzAno, T. Resonancias clasicas en una novela bizantina: Rodante y Dosicles a la Juz de un andlisis intertextual .. . 143 INTERTEXTUALIDAD EN LA LITERATURA LATINA Barcutest, A. Otto punti su una mappa dei naufragi Perez Gomez, L. Las voces y los ecos: palimpsesto y collage en el Amphitruo de Plauto . 175 Inertexwalidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanea, Ed. Clésicas-Univ. de Salamanca, 2000 | | | Barroiomé, J. Intertextualidad e Historiografia: El caso de César, Gall. IV 33-44 y Livio X 28, 8-12 .... Konstan, D. Self, Sex and Empire in Catullus: The Construction of a decentered Identity Fow.er, DP. Catullus 68 and Propertius I, 10: a note Encinas, M. Troya debe morir para que Roma exista FerNanpez Corre, J.C. : Otra vez Ariadna en la playa: Perfide lectule en Heroidas X, 58 .. Gomez SANTAMARIA, I. Otro comienzo por Stpiter (Plin. Paneg. 1) Corrés Tovar, R. Intertextualidad en Juvenal IV 34-154. GonzALez Marin, S. Relaciones intertextuales entre la Vita Pauli de Jerénimo y la Vita Antoni de Atanasio GonzA.ez IoLesias, J.A. EI intertexto absoluto: el poema XXV de Porfirio Optaciano ... Intertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanca, Ed, Clisicas-Univ. de Salamanca, 2000 INTERTEXTUALIDAD Y ANTOLOGACION EN LA CORONA DE MELEAGRO* Luis Arturo GUICHARD Universidad de Salamanca Summary ‘This paper is a reading of Meleager’s Garland, as far as it can be reconstructed from the meleagrean sequences in the Palatine Anthology, dealing with two related questions: 1) what the Garland means as the basic metaphor of the work and how did the author arrange the epigrams, and 2) how metaphorical references to a sympotic Garland works as the intertext (according to Riffaterre’s and Culler’s definitions) of all the epigrams assembled by Meleager. The following epigrams are studied: Meleager 1 HE (AP 4.1), 31 HE (AP 5. 144), 42 HE (AP 5. 136), 46 HE (AP 5. 147), 73 HE (AP 5. 191), 78 HE (AP 12. 256), and 129 HE (AP 12. 257); Asclepiades 3 HE (AP 5. 153), 12 HE (AP 5. 145) and 18 HE (AP 12. 135), and Callimachus 13 HE (AP 12. 134). A treinta aiios de la acuflacién del término intertextualidad por Julia Kris- teva,' y tras las sucesivas matizaciones de otros teéricos importantes como Barthes, Frye, Riffaterre, Bloom, Compagnon, Genette, Segre y Culler,” esta * Estudio realizado en el marco de los Proyectos de Investigacién PB 97-1311 de la DGES y SA. 67199 de la Consejerfa de Educacién y Cultura (JCyL), asf como del Programa de Becas al Extranjero (DGAPA) de la Universidad Nacional Auténoma de México. + Dynewwtuect. Recherches pour une sémanalyse, Paris 1969, p. 146. El término tuvo muy buena aco- gida aunque Kristeva lo habfa utilizado de manera més bien circunstancial y sin mayor elaboracién teé- rica, Kristeya concebfa la intertextualidad como la manifestacién en el texto literario de la “intersubjeti- vidad” que Bajtin atribufa a los autores, y merced a la cual “tout texte se construit comme mosaique de citations, tout texte est absorption et transformation d’un autre texte”. Ofrecen restimenes criticos de las aportaciones de estos autores C. Score, “Intertestuale-interdis- corsivo. Appunti per una fenomenologia delle fonti” en C. Dt GIROLAMO & I. PACCAGNELLA (eds.), La parola ritrovata, Palermo 1982, 15-28; C. GuILttn, Entre lo uno y lo diverso. Introduccién a ta litera- tura comparada, Barcelona 1985, 311 ss. ~excelente~, y G. HASSLER, “Texte im Text. Uberlegungen 2u einem textiinguistischen Problem”, en G. HAsster (ed.), Texte im Text. Untersuchungen zur Intertextua- litat und ihren sprachlichen Formen, Munster 1997, pp. 19-27. Un tanto escolar pero muy completo es el libro de N. PIEGAY-GRos, Introduction @ l'Intertextualité, Paris 1996. Las definiciones de intertextualidad pueden ser muy diferentes, como advierte Segre: “ne é risultata un’etichetta seducente che riscia di celare tuna pericolosa polisemia”. Acerca de las nociones de intertexta de Riffaterre y Culler, que son las mas cercanas a este trabajo, véase infra notes 7 y 20. Intertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanca, Bd. Clésicas-Univ, de Salamanca, 2000 106 Luis ARTURO GUICHARD nocién ha abierto ciertamente miltiples caminos en el estudio de la litera- tura. Desde el punto de vista préctico, ha contribuido a clarificar nociones imprecisas del andlisis literario, como “influencia” 0 “variacién” y ha pro- porcionado Ja base para valorar en su justa medida la ubicacién de “fuen- tes".> Desde el punto de vista tedrico, al sugerir Ia relacién entre los textos como fundamento de un método de anidlisis y como condicién del hecho literario, ha facilitado el desarrollo de 1a teorfa literaria en varias vertientes (estética de la recepci6n, lingiifstica del texto, deconstruccisn, etc.). La noci6n de intertexto se ha aplicado muy poco, sin embargo, tanto en el Ambito de Ja Filologia Moderna como en el de la Clasica, a una catego- tia de textos y a un proceso creativo 4 los cuales podria aportar lecturas interesantes: las antologfas y la antologacién.* En lo que a los clasicos res- pecta se ha privilegiado més la idea de contexto que Ia de intertexto. Ello se debe en parte a que se ha puesto més interés en la estructura de las colecciones de poemas de un solo autor que en las antologfas de diversa procedencia.’ Pero “el vocablo contexto no subraya con el mismo vigor que intertexto el entretejimiento del lenguaje del poeta con los lenguajes de otros” dice Guillén refiriéndose a los estudios de N. Frye,® ademas de implicar una cierta direccionalidad semantica de la obra literaria, una_con- cepcién de espacio completo y cerrado en si mismo, diferente de la idea del texto como unidad permeable y abierta a la que quiere remitir el tér- mino intertexto. Un estudio intertextual paradigmatico de colecciones * Anteceden y siguen al libro de Kristeva varios trabajos en los que se manifiesta un cierto cansancio ite los conceptos de “influencia”, “fortuna” y “fuente”, como por ejemplo H. M. Brock, “The Concept of Influence in Comparative Literarure”, YCGL 7 (1958), 30-37; A. BALAKIAN, “Influence and Literary For- tune”, YCGL 11 (1962), 24-31; G. HERMEREN, Influence in Art and Literature, Princeton 1975, y el ensayo ya clisico de H. BLOOM, The Anxiety of Influence: A Theory of Poetry, New York 1973. Hacen buna revisiOn de estos conceptos J. Ctayron & E. Rovistein, “Figures in the Corpus: Theories of {Influence and Tntertextualty”, en J. CLavron & E. ROTHSTEIN (eds.), Influence and Intertextuaity in Literary History, Wisconsin 1991, 3-36. * Acerca de los estudins intetextuales en literaturas modernas véase U. J. HeBet, Intertesuaity, Allusion and Quotation. An International Bibliography, New York 1989, y M. Worton & J. StILL. Inter, fextuality: Theories and Practices, Manchester 1991. Puede hacerse un seguimiento del uso de este con cepio en la Filologia Clésica a través de G. D’ Ierourto, Laproccio intertestuale alla poesia. Sondagei da Vergilio ¢ datla poesia cristiana Greca di Gregorio e di Sinesio, Paletmo 1985; M. G. BONANNO, LA. Mlusione necessaria: ricerche intertestwali sulla poesia greca e romana, Roma 1990, y L. EDMUNDS, imtertextuality today", en Atti del Convegno internazionate imertestualta: il “dialogo” fra testi nelle letterature classiche, Cagliari, 24-26 novembre 1994, Lexis 13 (1995), 3-22. * Véase Ia bibliografia de W. S. ANDERsow, “Poctic Arrangement from Vergil to Ovid", en N. FRats- Tat (ed): Poems in their Place. The Intertextuality and Order of Poetic Collections, Chapell Hill 1986, 44-65, asf como la del volumen monogrifico L” antologia poetica de Critica del testo (1999) C, GUILLEN, Entre lo uno y lo divers... p. 315. Inertextalidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanca, Ed. Clisicas Univ. de Salamanca, 2000 INTERTEXTUALIDAD Y ANTOLOGACION EN LA CORONA DE MELEAGRO 107 monoautorales realizado desde estos puntos de vista es el de M. Riffaterre acerca del Songe de Du Bellay.” En una antologia, cada poema tiene, por asi decirlo, dos realizaciones textuales. Por una parte, el texto es el poema que en ese momento se Ice y su contexto, cl resto de los poemas; por otra, tanto la antologia completa (llamémosla, si se prefiere, macrotexto) como cada uno de los poemas son unidades textuales entre las que se establece una tensin especial, a la vez de independencia y de complementariedad. Desde este punto de vista, la antologia no es un contexto en el que se insertan poemas, sino el intertexto de todos los poemas. La antologacién es por tanto un proceso creativo que opera transversalmente, atravesando los poemas y explotando su intertex- tualidad. La mayoria de las antologias anteriores al Romanticismo parten del poema, no del autor: el formato de antologia en el cual los autores aparecen separados unos de otros y en la que cada conjunto de textos per- manece por tanto aislado, es una invencién moderna, derivada de una con- cepcién diacrénica de la literatura, que instituye épocas y grupos. Los antélogos anteriores al auge de estos conceptos fueron muy poco dados a la separacién temporal y las antologias antiguas son en su mayor parte inmanentistas, apareciendo autores muy diversos en un mismo espacio. Aunque los descubrimientos papiraceos han aportado fragmentos de otras,’ la Corona de Meleagro (s. I. a.C.) es la primera antologia poética con la que cuenta la historia literaria occidental.’ Hasta donde es posible saberlo a partir de las series meleagreas identificables en la Antologia Pala- 7 La Production du texte, Patis 1979, pp. 113-126. Riffaterre analiza las relaciones entre los sonetos que forman ta obra a partir de su intertexto comtin, el motivo de la destruccién de objetos bellos ante el lector, que deriva a su vez de la Canzone 42 de Petrarca: “chaque tableau ne peut se lire qu’en fonction des tableaux voisins et doit étre transposé, aprés un va-et-vien comparatif, dans un discours analogique.” Las colecciones autoriales no tienen siempre, sin embargo, un intertexto tnico y claro como en ei caso del Songe, y los intertextos suelen sobreponerse unos a otros. 5 Véase F. Pordominco, “Sur les premiées anthologies d’épigrammes sur papyrus” en Proceedings of the XX International Congress of Papyrologists, Copenhagen 1994, pp. 326-331; L. ARGENTIER!, “Epi- gtamma e libro. Morfologie delle raccolte epigrammatiche premeleagree”, ZPE 121 (1998), 1-20, y K. Gurewnter, Poetic Garlands. Hellenistic Epigrams in Context, Berkeley 1998, pp. 20-36. ° En el campo especifico del epigrama griego preferirfa reservar ef término antologia para los con- Juntos de textos cuya estructura indica una intencién estética, una votuntad de crear un macrotexto a par- tir de un orden y una seleccién artistica, rasgos que no es posible extracr de los textos conservados en papiro; al resto de las agrupaciones de textos, de intenciOn puramente utilitaria (de uso escolar, ritwal, etc.), y cuya seleceién y ordenacién puede obedecer a muy diversas circunstancias, preferiria darle otros nombres, como recopilacién 0 miscelénea; en esto sigo una sugerencia de R. PFEIFFER, Historia de la Filolog(a Clasica, Madrid 1981, vol. I, p. 17 trad. de J. Vicufia y M. R. Lafuente = Oxford 1976] acerca de Fileias y Poliziano; opera con el mismo principio A. CaMERON, The Greek Anthology from Meleager to Planudes, Oxford 1993, pp. 6-7. Intertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanca, Ed. Clésicas-Univ. de Salamanca, 2000 108 Luis ARTURO GUICHARD tina (AP), la Corona estaba estructurada en series tematicas,!° en las cuales se mezclaban epigramas de autores pertenecientes a por lo menos cuatro siglos diferentes. De incluirse en ella todos los epigramas de los 47-autores que Meleagro menciona en el poema-prélogo (Mel. 1 HE=AP 4. 1)," reco- gidos posteriormente en la Antologta Palatina, la Corona seria una obra relativamente extensa, de aproximadamente 4000 versos, que ocuparia cua- tro rollos de papiro.'? El ant6logo sefiala sus caracteristicas en el poema- prélogo (Mel. 1 HE=AP 4. 1, 1-6): Motoa $iha, tin tdvbe dépeis mdyKapmov dovsav, H tls 6 Kal tetas tpvoberav oTébavov; dvvoe piv Mehéaypos’ dpitddy 8 Atowdet Lvapsowov tavtay éEendvnoe xdpiv- TOMA pév €umr€Eas "Avitns Kpiva, Todda BE Motpods Acipta, Kai Zambods Bard uév dda §é8a... Musa querida, 4a quién dedicas este canto fértil? {Quién fue el que tejié esta corona de poetas? La hizo Meleagro y para el ilustre Diocles como don duradero la compuso, recogiendo en ella muchos lirios rojos de Anite, blancos de Mero y pocas flores de Safo, pero todas rosas... Enumera a continuacién el resto de los autores, asignando a cada uno un simbolo floral, y concluye el poema (vv. 55-58): Guy 1 Eovea Todd vedypada, Tots 8 &ja Movons at oberépns ett Tou mpuitpa AeuKd.a. GAA rors ev epoicr d€pa xd Eort 88 wioTas kowwds 6 Tév Movséwr jSueTis orébavos '® La reconstruccién de la Corona de Meleagto ha sido tentativa constante entre los estudiosos del epigrama. Las secuencias de origen meleagreo mis evidente se encuentran en los libros 5 (epigramas eré- ticos), 7 (sepulerales), 9 (epi¢icticos) y 12 (hemoersticos) de AP. En todas ellas los textos de Meleagro alternan con Tos de autores anteriores a él. Sobre estas secuencias véase sobre todo R. WEISSHAUPL, Die Grabgedichte der griechische Anthologie, Wien 1889, pp. 1-13: A. WITSTRAND, Studien zur griechischen Anthologie, Lund 1926, pp. 5-29 y 40-65; F. LeNZINGER, Zur griechischen Anthologie, Bern (Tesis) 1964, y A. CAMERON, The Greek Anthology... pp. 19-33. La tentativa més reciente es la de K, GUIZWILLER, “The Poetics of Editing in Mcleager’s Garland”, TAPAA 117 (1997), 169-200, quien propone un intere- sante esquema de ordenacidn de los epigramas. Cito de acuerdo con el mimero asignado por la edicién de A. F. S. Gow & D. Page, The Greek Anthology: Hellenistic Epigrams LIT, Cambridge 1965 (HE), y por el de AP. * Cada rollo contenta aproximadamente mil versos; de haber reunido cuatro mil versos como supo- nemos, la Corona ocupaba 24 metros de papiro, de acuerdo con las interesantes reconstrucciones de obras de extension similar realizada pot W. A. JOHNSON, The Literary Papyrus Roll: Formats and Con- ventions. An Analysis of the Evidence from Oxyrhynchus, Yale (Tesis) 1992 (véase sobre todo la tabla 3.19 en pp. 303-308). Imertextualided en las Literauuras Griega y Latina Madrid-Salamanca, Ea. Clésicas-Univ. de Salamanca, 2000 INTERTEXTUALIDAD Y ANTOLOGACION EN LA CORONA DE MELEAGRO 109 y muchos retofios recientes de otros; de la Musa propia aiiadi6 también alhelies precoces. Dedico a mis amigos este don, pero la corona meliflua de las Musas es bien comtin de todos 1os iniciados. La metéfora que sostiene la coleccién es la de una corona trenzada para deleite estético. Para la justa interpretacién de esta metdfora y de la estruc- tura de la antologia hay que tomar en cuenta en primer lugar la expresién mdykaptov dovSdv con Ia que se define a la Corona. Tléykapmov significa que la guirnalda en Ia cual sustenta Mclagro la metéfdra de su obra incluye frutos ademas de hojas (Gow & Page ad loc.), como era comin hasta la época clasica,> es decir, poemas de todo tema y tono. ’AoiSdv no se encuentra aqui en su significado recto, que resultaria poco menos que extrafio,!* sino en el més amplio de composicién poética.’5 ‘YyvoleTav otéavov limita, en cambio, la naturaleza de las composiciones. El término ém{ypaupa aparece definiendo por primera vez a textos literarios, no ins- cripcionales, en un papiro del s. III a. C.,'° pero no se convirtid en el Gnico para designar a los cpigramas literarios hasta el s. I d. C en Roma;!7 mien- tras tanto se utilizaron otras denominaciones, entre ellas byvos, para desig- nar Ja composicién, y algtin otro compuesto para el poeta.!8 ‘YuvobéTas s6lo aparece aqui y en otro epigrama attibuido a Tedcrito (AP 7. 661=Theoc. 10 HE), de modo que debe atribuirscle el significado general 9M, Buecu, Studien zum Kranz bei den Griechen, Berlin 1982, p. 49: “Die bis zum Ausgang des 5. Jhs. v, geldufigen Blattkranze mit Frichten erinnern an die Wendung stéphanos polykarpos, die sowohl Myrten-wie Lorbeerkriinze umfassen kann’ este tipo de guimalda se ilustra en la p. 241 (31 m), proce- dente de un dnfora del Louvre Gow d rAGE ad loc: “do.Sa is a little odd of a book the miscellaneous contents of wich are em- phasised by the adj. né'ykaprs." 15 Véase M. PUELMA, “Epigramma: osservazioni sulla storia di un termine greco-latino”, Maia 49 (1997), 189-213; éouSi puede significar incluso epigrama, pero no parece que Meleagro utilice aquf el término en este sentido. 1 P Vindob. G. 40611, en el que se ha identificado un incipit de Asclepfades de Samos (AP 12. 46), es una lista de textos con la anotacién 7a ém¢nrodueva émypdunaTa. La Gnica informacién acerca de este papiro es la de H. HaRRAvER, “Bin Epigrammincipit auf einem Papyrus aus dem 3. Th. v. Chr. Vindob, G. 40611. Ein Vorbericht”, en Proceedings of the XVI International Congress of Papyrologists, Chico 1981, pp. 49-53. "7 Véase M. PuELMA, “Epigramma.., pp. 199-205. Este sentido est ausente de todos los epigra- mas programéticos y de la teorfa literaria anterior a Filodemo y Varr6n; véase al respecto el material recogido por M. LAUSBERG, Das Einzeldistichon. Studien zum Antiken Epigramm, Munchen 1982, pp. 29.63. Sobre la poética de Filodemo y el epigrama, véase D. SineR, The Epigrams of Philodemos, New York 1997, pp. 24-40. ; '8 eiypayparorotds parece haberse reservado para los autores de epigtamas inscripcionales, como se deriva de 1G? 17 24; €reypayparoypdgos, émypanparobépos, etc. son también términos tardios, Intertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanca, Ed. Clisicas-Univ. de Salamanca, 2000 110 Luis ARTURO GUICHARD de poeta y no el especifico de epigramatista. Yrédavos, por su parte, no est atestiguado antes de Meleagro con el sentido de coleccién poética!? y es muy probable que se trate de una metéfora de su completa autoria. E] sello que seguramente cerraba la coleccién (Mel. 129 HE=AP 12. 257) recoge el mismo destinatario y la misma metéfora de la guisnalda: “A Tparov Kapmriipa Karayyédovoa Kopwuts, Epxodpos ypantais mototdta seNow, api Tov ek wévTwv HOporopevov eis Eva HdyBov tpvobeTav BUBkp TAS’ évehEdpevov exredéoar Meh€aypov, detuynorov 8 Atordet dvdcor cupmh€Ear pousonddoy orépavov. obha 8° eye Kapg0etoa Spaxovretors toa visToIs, covpovos iSpusat Tépuacw ebpadias. Yo soy el colofén que anuncia la tiltima vuelta, el mas fiel guardian de las columnas escritas. Afirmo que quien ha enrollado en un solo libro los trabajos de todos los poetas ha sido Meleagro; como don duradero para Diocles tren26 de flores esta corona poética, ¥ Yo, curvo y sinuoso como lomo de serpiente, comparto al final el mismo trono de la sabidurfa. Sefialados los limites por la misma metéfora, el contenido de la antologia también debia reflejarla.2° A partir de las secuencias meleagreas conserva- das, se ha observado que para mantener la coherencia de las piezas en una estructura armoniosa Meleagro pudo recurrir a varios procedimientos que explotaban las posibilidades intertextuales del epigrama, como la elabora- cidn de series acerca del mismo tema o de cadenas formadas por determi- '° El término aparece por primera vez en el s. Id. C. designando la coleccién epigramética de Dio- geniano, en lo que no parece ser un titulo auctorial sino més bien Ia glosa de un lexicégrafo; cft. A. CAMERON, The Greek Anthol®gy.... pp. 5-6. La metéfora de la recolecci6n de rosas para referirse a 1a ‘obra poética aparccfa ya en Safo, Baguilides, Pindaro y en un epigrama de Antipatro (Gow & Pacr, HE ad Mel. 1). ® Los poemas de apertura y cierre de las colecciones encajan en Ia definiciGn restringida de inter- texto que propone J. CULLER (The Pursuit of Signs. Semiotics, Literature, Deconstruction, Londres 1981, pp. 100-118), para quien sélo se puede hablar de intertextualidad cuando la referencia a ottos tex- tos es condicién para crear un cédigo en el que significan de manera diferente: “Intertextuality thus has a double focus. On the one hand, it calls our attention to the importance of prior texts, insisting that the autonomy of texts is a misleading notion and that a work has the meaning it docs only because certain things have previously been written, Yet in so far as it focuses on intelligibility, on meaning, intertex- muality leads us to consider prior texts as contributions to a code which makes possible the various effects of signification” (p. 103). Intertextuatidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanca, Ba. Clésicas-Univ. de Salamanca, 2000 INTERTEXTUALIDAD ¥ ANTOLOGACION EN LA CORONA DE MELEAGRO it nados grupos de poetas.! Otros dos procedimientos fundamentales, a los que no se ha prestado suficiente atencién, pudieron ser el mantenimiento de la metéfora que daba titulo a la obra, la guirnalda, y la inclusién de epigra- mas del antélogo que aludieran claramente a textos de otros autores tam- bién incluidos. Son varios los poemas de Meleagro que tienen puntos de contacto mas que evidentes con el prélogo y con el sello, y que refuerzan la primera de estas ideas. Por ejemplo Mel. 46 HE (AP 5. 147): TIAEw Revedtov, TheEw 8 aradiy dua piprors vdpriacoy, TéEw Kal-Ta YeXGvTa Kpiva, mew Kal Kpdkov Atv, emeMeEw 3° bdkivBov Tropoupeny, TAEEW Kal ud€paata pd8a, ds Gv emi KpoTdéarg pupoBooTpbxou ‘HitoBiipas ebmdSKapov xalThY avoBodi orédavos. Trenzaré el alheli, trenzaré junto a los mirtos, el suave narciso, trenzaré también Ios litios sonrientes, tenzaré el dulce azafrin, enhebraré el jacinto purpiireo, trenzaré también las rosas, caras al amante, para que desde las sienes de Heliodora de perfumados rizos esparza flores mi corona sobre su bella cabellera. La metéfora sostenida de la obra da un nuevo sentido a un poema que de otra manera seria solamente la descripcién de un obsequio: en el prdlogo, el alheli designa a Meleagro (vv. 55-56); el mirto, a Calimaco (wv. 21-22 ); el narciso, a Melanipides (v. 7); el lirio, a Mero y Anite (v.5); el azafran, a Erina (v. 12), etc; hay por tanto una superposicién de planos entre la labor artesanal y la composicién poética, que se encuentra también en el prologo y el sello, asi como un objetivo compartido: la corona se trenza para darla a alguien como don agradable. Meleagro refuerza el intertexto con la figura del destinatario més agradable atin que el regalo (31 HE =AP 5. 144): “HBn NevKdLov Bd MEL, OAAAEL BF GiAOLBpos vdpriasos, 84ddet 8” odpeatdorta Kpiva H8n 8" d ud€paatos, év dvdcow dptpov dvOos, Znvodiha TevBobs 18U TEBNe Sov. Retpdves, Ti pdta.a Kpais Ent atBpd yedare; a yap mais Kpécowy dbumvéuy oTebdvuv. 21 Acerca de estos procedimientos véase W. LUDWIG, “Die Kunst der Variation im hellenistischen Liebes- epignimm", en L'épigramme grecque (Entretiens de la Fondation Hardt XIV), Geneve 1968, 297-348, y S.L. TaRAN, The Art of Variation in the Hellenistic Epigram, Leiden 1979. Interiextualidad en tas Literaturas Griega y Latina Madid-Salamanca, Ed. Clésicas-Univ. de Salamanca, 2000 112, Luis ARTURO GUICHARD Ya florece el alhelf, florece el narciso amante florecen los lirios que habitan las colinas, . corola fresca entre corolas, sus pétalos ha abierto amorosa Zendfila, dulce flor de Seduccién. Prados, por qué os refs burlones moviendo la cabellera? si es que la nifia es mejor que las coronas perfumadas « Alheli, narciso y lirio estaban también presentes en el poema anterior, que guarda con respecto a este una cierta relacién secuencial: aunque cada uno esté completo en s{ mismo, adquieren un nuevo significado al ser lei- dos en paralelo. Otro texto muy significative es AP 12. 256 (Mel. 78 HE): Tléyrapndv oor Kimpt Kadippoce xetpl Tpvyroag mraiduv avbos “Epus buxandtny atédavov év ev yap Kpivoy 8b KaTémAcEev ALsBupov, ev & "AakAnmdSnv 7 yhuKd AevKdov, vai piv “Hpdwrettov énémdexev, ds dn’ dxdvens Geis fd80v, olvdvn 8 tig Tis Gare Alar: Xpvoavel 8& Képatot KpdKov Orjpava awAbev, ev 8 Ba’ EpridAou KAwriov ObAdSnv. GBpoKdunv 8 MutoKov, devbares Epvos edains, ipeprods dpériis KrGvas, dne8péreTo, XBloT VijowY Lepa TYpos, # Td pupsmvov ddoos exer waSav Kimpi8os dvdodspav. Recogiendo la flor fértil de los muchachos, con sus manos entrelaz6 Eros para ti, Cipris, esta corona encantadora. En ella entretejié a Diddoro, suave lirio, y a Asclepfades, que es un dulce alheli, a Herfclito enlazé dentro como rosa rodeada de espinas, y a Dién cual flor de vifiedo, a Terén de cabellos rubios de azafrén incluy6, y a Uliades afiadié, planta de tomillo, al pelilargo Mifsco, tierno retofio de olivo verde siempre, ramo deseado por el triunfo, también afiadi6, Feliz entre las islas la sagrada Tiro, que posee un jardin perfumado por Ios floridos muchachos de Cipris. Aqui es Eros quien trenza un méyxapmév.. otébavov de muchachos mencionados por Meleagro en varios de sus epigramas. La semejanza del poema con el prélogo de la Corona llev6 a algunos a sugerir que se trata de un nuevo prélogo o sello para otra coleccién de Meleagro, que contendria s6lo epigramas homoersticos.” Esta tesis ha sido abandonada por los edito- ® Como setlo to entendis el compilador de AP, que colocé este poema inmediatamente antes de AP 12. 257, al que nos hemos referido, y de AP 12. 258, colofén de la Musa Puerilis de Estratén, Intertextwalidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanea, Ed. Clisic de Salamanca, 2000 INTERTEXTUALIDAD Y ANTOLOGACION EN LA CORONA DE MELEAGRO M3 res recientes ante la carencia de toda prueba.* El poema resulta perfecta- mente comprensible si se lo considera como uno de los varios textos inte- gradores que reproducen la metafora basica a la que me he referido, adap- tandola en este caso a la celebracién de los jévenes, como en los anteriores se habia utilizado para alabar a las muchachas. Con este epigrama Melea- gro aludfa a 27 de los 132 textos suyos que se conservan. En resumen, el motivo de la ofrenda a Diocles de una corona como mnemosynum er6tico-simposiaco constituye uno de fos intertextos de la antologia, en los términos definidos por Riffaterre:?5 otorga unidad a los epigramas recogidos por Meleagro de la misma manera que el motivo petrarquista lo otorga a los sonetos de Du Bellay. La ordenacién de los sonetos y la repeticién del motivo reforzaba su unidad y los recorria trans- versalmente. Lo mismo ocurre en la Corona con los epigramas que se refieren a la elaboracién de guirnaldas y a su uso erético, como por ejem- plo Mel. 42 HE (AP 5. 136): “Eyxet cai nddy eimé, nddw ndtv, “HAoddipas* cimé, adv dxprity TO yAuKY wloy’ dvopna” Kal fot Tov BpexdevTa wipors Kai x8LLov e6vTa, uvapdowoy keivas dudiT(dcr orébavov. Baxptict dirépacror, i808, pé8ov, obveKa Keivav @AosL Kod KOATOLS Here pors Ecopd. Escancia y di otra vez, y otra y otra, “Por Heliodora”. Dilo y con el vino puro mezcla su dulce nombre. Y pénme la corona de ayer bafiada en perfume para que me traiga su recuerdo. Llora la rosa, mira, cara al amante, porque la ve en los brazos de otros y no en los nuestros. EI segundo procedimiento que Meleagro pudo utilizar para dotar de coherencia a su obra consiste en el encadenamiento a lo largo de la Corona de epigramas propios y ajenos que se aludian mutuamente. El epi- grama permite mérgenes de intertextualidad extraordinariamente altos en virtud de sus escasas posibilidades intratextuales: completa su significado con el de otros textos por economfa y brevedad. Una composicién de dos SSE eee bee ® Véase R. AUBRETON, “Le livre XII de I’ Anthologie Palatine: La Muse de Estraton”, Byzantion 39 (1969), 35-52, en especial pp. 42-44 % Mifsco aparece en ottas doce ocasiones; Diddoro, Herdclito y Tern, en cuatro poemas cada uno; Dién, en tres, y Ulfades, en dos; slo Asclepiades esta ausente de los epigramas conservados. 25 Véase 1a nota 7. Intertextualidad en tas Literaturas Griega y Latina Madtid-Salamanca, Ed. Clisicas-Univ, de Salamanca, 2000 4 Luts ARTURO GUICHARD © tres disticos requiere aludir con mayor intensidad y efectividad que un poema largo, que cuenta con posibilidades estructurales mds abundantes y més variadas, como los contrastes entre sus partes, el estribillo o las reite- raciones, etc. La alusién constituy6 pronto una caracteristica estructural del género.?6 so El epigrama mencionado inmediatamente antes (Mel. 42 HE=AP 5. 136), por ejemplo, tiene puntos de contacto tematico con varios epigramas de la Corona que tratan el motivo del vin triste,27 pero esté especialmente terca de un epigrama de Calimaco y otro de Asclepiades en el que las coronas portadas por los comensales delatan su enamoramiento. Asclepfades 18 HE (AP 12, 135): Olvos Epwros Edeyxos’ épav dpvetevoy fuitv Hracav ai woddai Nixayépny mpomdceis kal yap 8dkpvoev Kal éviorave Kat TL KaTHbES EBlene, xo obryxGels obk Eweve oTéhavos. El vino es prueba del amor. Aunque nos negara que amaba, delataron a Nicdgoras los muchos brindis: Nloraba, se sostenfa apenas, por lo bajo miraba y la guimalda no permanecia firme en su cabeza. Calimaco 13 HE (AP 12. 134): “EAkos xuv 6 Eetvos ehdvOaven™ ad dvimpdv Tvebpa 814 oTnBwv-€lSes; -dvnydyero, Td tpitov Hix’ émwe, Ta BE P45a duddoBoebvTa TavBpds dm oTEddvev ndvT? eyévovto xapat~ GtTqTat ueya Br TL, wa Salpovas- odk dd puopod cikdn, dupds 8 Lyra dap Epabov. EI extranjero tenfa una herida oculta. {Con qué dolor lo has visto suspiraba su pecho a la tercera libacién! ;Cémo las rosas deshojadas de su corona cafan al suelo marchitas! Una pena profunda, por los dioses; no hablo sin saber: soy un ladrén que reconoce las huellas de otro ladrén. % Sobre este tema ha tratado G. GiaNoranpe, “Gli Epigrammi Alessandrini come Arte Allusiva”, QUCC 15 (1973), 7-31 (= Scripta Minora Alexandrina 1, Amsterdam 1980, pp. 193-218) y L’ humour des Alexandrines, Amsterdam 1975. 2 Veise G. GIANGRANDE, “Sympotic Literature and Epigram” cn L’épigramme grecque (Entretiens de Ia Fondation Hardt XIV), Geneve 1968, 95-174, Intertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Madtid-Salamanca, Ea. Clisicas-Univ. de Salamanca, 2000 INTERTEXTUALIDAD Y ANTOLOGACION EN LA CORONA DE MELEAGRO 15 En los poemas de Asclepfades y Calfmaco se conjuntaban dos motivos de enorme éxito en el banquete, el apotegma in vino veritas y los sintomas del amor. La exploracién de éstos tiltimos constituyé pronto un género,”8 consistente en las preguntas que un hablante dirige a un personaje empe- fiado en ocultar las razones de su evidente enamoramiento; a la descrip- cién de los sintomas suele seguir la confesién del enamorado o los comen- tarios del hablante acerca de éste.”? Estos dos motivos, pertenecientes a un contexto social y literario que le resultaba ajeno, ya no interesan a Melea- gro, que slo conserva el vino y la corona como sfinbolos de enamora- miento fallido. Para dar unidad y coherencia a la Corona, Meleagro no se limitaba a las elaboraciones teméticas como la sefialada antes, sino que seguramente recu- ria también a las apropiaciones sintagméticas en poemas que no compar- tian necesariamente otras caracterfsticas de sus modelos. Uno de estos poe- mas-bisagra pudo ser por ejemplo Meleagro 73 HE (AP 5. 191): *Aorpa kal fh dtd€pwot Kaddv daivovsa Ledrn cal. NUE Kal Kuiuwv odpmhavov dpydvioy, dpa ye Thy duddowtov E7” ev KotTaLoW ABpriow dypumvov Nixvw TOA’ oBupouévn; A tw” Exet obyxortov; Emi mpoBlpotcr jrapdvas Bdpuaw EKBiow Tods ixéras ateddvous, av 768’ eneypdthas’ “Kimipt, col Med€aypos, 6 woTns ody KSpuv, OTopyfs oKDAa Tad’ expeuage.” iOh, estrellas y luna, que bellamente briflas para el amante, y noche, y ti, instramento de mis cortej Voy a encontrar acaso a la impiidica en su lecho conténdole insomne desdichas a su limpara? 40 tiene acompafiante? Colgaré ante sus puertas una guirnalda suplicante bafiada con lagrimas que diga: “Cipris, a ti te dedica Meleagro, iniciado en tus ritos, estos despojos- de amor” 2 Endos términos de F. Cains, Generic Composition in Greek and Roman Poetry, Edinburgh 1972; véase en especial pp. 76 ss. 2 Otros ejemplos de “sintomas del amor” son Theoe. 14, 1 38; Calimaco AP 12. 71; Theos. 14, 18 ss: Rufino AP 5. 87; Catull. 6; Prop. 1. 9; Hor. Od. 1. 27 y Maecio AP 5. 137; sobre et desarrollo dé este t6pos cn otros géneros véase F. JACOBY, “Drei Gedichte des Properz”, RAM 69 (1914), 393-413=Kleine Philologische Schrifien, Berlin 1961, vol. TI, 216-234; F. Cairns, “Theocritus Idyll 10", Hermes 98 (1970), 38-44, y H. MAEHLeER, “Symptome der Liebe im Roman und in der griechischen Anthologie”, en Groningen Colloquia on the Novel It, Groningen 1990, 1-12. Inlertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanca, Ed. Clisicas-Univ. de Salamanca, 2000 116 Luts ARTURO GUICHARD La referencia a la noche y a la luna introducen el motivo mas fuerte- mente relacionado con ellas en el epigrama erético, el kémos.>° El sintagma Ent MpoBsporor papdvas (v. 5) alude a un epigrama de Asclepfades (3 HE = AP 5. 153): Nikapérng 7 né8o.a. BePhnLevov SY Tpdowrrov, os TruKva 8.’ ipddour Gacvspevov Bupisuv, ai Xaponai. Kreopavrog ent mpodiporot udpavay, Kip. didn, yhuxepod Breppatos dorepomal. EI suave rostro de Nicéreta, afligido de amor, que se asoma una y otra vez por Jas altas ventanas, lo marchitan los rayos brillantes de la mirada dulce de Cleofonte, Cipris querida, frente a la puerta. Adkpuow éx6rjow tobs ikétas oTeddvous es una alusién sintagmé- tica®! a otro epigrama del mismo autor (AP 5, 145=12 HE): Avtod pot, orédavor, mapa Sixior TaloSe Kpewacrot LLWVETE, Ui MpoTIETIs SUAAa TIWaTOdpEroL, obs Baxptos KaréBpeta’ KéTouBoa yap dupar’ épdvtwv. @N Srav oiyouévns adrav TSnTe Bons, ordEad” imép Kedadfis eudv berov, ds dv exeivou® } EavOy ye Kon Téa min Saxpua. Aqui, a estas puertas, mis coronas suspendidas quedad, y no sacuddis antes de tiempo las hojas que Hlovi con mis légrimas -es Huviosa la mirada de los amantes— sino que, al verle abrir las puertas, % Sobre el xiiuos, a costumbre de llevar serenata a la amada o amado después del banguete, cuando los comenseles se encontraban ya ebrios, véase A. Mav, RE IV, 610-619 (Comissatio) y W. HEADLAM, Herotias. The Mimes and fragments, Cambridge 1922, ad 2. 34-37; sobre su aparicidn en 1a tragedia, C. Cotarp, Euripides. Supplices, Groningen 1975, ad 390; en Arist6fanes, A. M. Bowis, “Thinking with Drinking: Wine and Symposium in Aristophanes", JHS 117 (1997), 1-21; en la comedia posterior, R. L. Hunter, Eubulus: The fragments, Cambridge 1983, ad frg. 94; sobre el kOmos entendido como género epidictico, F. CaiRns, Generic Composition..., pp. 6 ss. Sobre su utilizacién en el epigrama helenistico, eff. AP 5. 168 = Anon, 3 HE; 12. 118 = Cal. 8; 12. 115 = Anon. 6; 12. L16 = Anon. 34; 5. 164 = Asclep. 13; 5, 213 = Pos. 4; 5. 23 = Cal. 63: 5. 191 = Mel. 73; 12. 23 = Mel. 99; 12. 117 = Mel. 19; 12. 119 = Mel, 20; 12. 167 = Mel. 109; 5. 190 = Mel. 64; todos ellos son estudiados por S.L. TaRAN, The Art of Variation... pp. 52-114. *' Para una explicacién més amplia de las alusiones sintagmaticas, véase U. J. Hepst, “Towards a Descriptive Poetics of Allusion” en H. F. PLETT (ed.), Intertextuality, Berlin-New York 1991, 135-161, en especial pp. 142-153, * La lectura de P y Pl (yeivov) habfe sido considerada como ilégica por ta mayoria de los editores, 4 quienes parecfa claro que debfa seguir un genitivo; Wilamowitz propuso ’Auivta en un intento de no violentar la paleogratia. El P. Oxy, 3724 confirma la conjetura més arriesgada de Schneidewin (éxe(vou). Intertextuatidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanca, Ed, Clésicas-Univ. de Salamanca, 2000 INTERTEXTUALIDAD Y ANTOLOGACION EN LA CORONA DE MELEAGRO 117 desatad mi tormenta sobre su cabeza para que su cabellera rubia beba mis Iégrimas.?? El procedimiento de Meleagro puede describirse exactamente con las palabras que utiliza C. Segre para definir esta forma bésica de intertextuali- dad: “portando prelievi lessicali o sintagmatici di un altro poeta in un con- testo que vi contrasta, l’autore mette in rilieve i caratteri della propria poe- tica”™, El texto de Asclepfades pertenecia a su vez al tema de la guirnalda, en este caso como ofrenda que el amante coloca a las puertas del amado/a al no ser recibido.*> De este modo los dos procedimientos acabarfan por confluir una y otra vez a lo largo de la antologia, otorgandole unidad. | Los dos procedimientos utilizados por Meleagro explican en parte que sus epigramas sean los de mayor espesor intertextual de entre los recogidos en la antologfa,>° pues estaban mas condicionados por el macrotexto al cumplir la funcién de unificar las cadenas de epigramas, trenzadas como el mismo titulo de la obra indica, a través de una doble relacién, tematica y formal, con los textos ajenos. Una cuestin relacionada con el titulo y con la estructura de la Corona es a qué tipo de guirnalda, de entre las varias utilizadas en su época, que- ria referirse Meleagro. La circunstancia de la ofrenda no es del todo 3 Todos los epigramas que he traducido en este trabajo se encuentran también en Ia versi6n ritmica de M, FERWANDEZ-GALIANO, Antologia Palatina I, Madrid 1978; algunos de ellos aparecen en Ias dnicas traducciones espaiiolas de los libros 5 y 12 de AP, menos elegantes que las de Ferndndez-Galiano: L. A. De ViLueNa, La musa de los muchachos (Antologia de poesia pederdstica), Madrid 1980, y C. Roprt- GUEZ ALONSO & M. Gonzatez, Poemas de amor y muerte en la Antologia Palatina, Madrid 1999. Otros forman parte de la recomendable Antologéa de la poesta erética de la Grecia Antigua, Sevilla 1993, de M. Brioso, y de la Antologia de la Antologia Griega, México 1991, de L. A. MARURL % C, SeoRE, “Intertestuale-interdiscorsivo...”, p. 26; “Ia intertestualita del romenzo & prevalentemente dliegetica, quella della poesia prevalentemente metaforica e verbale.” (p. 28). 55 Si el cortejado 0 cortejada decide rechazarlo, el amante se queja, permaneciendo frente a su casa (Por ej. AP 12, 23 = Mel, 99 HE; 12. 72 = Mel. 92 HE) y depositando ante sus puertas Ia corona usada en el banquete (Plot. Mor. 455 b; Theos. 23. 17; 2.152; AP 5. 92. 3 (Rifino); 5. 191 = Mel. 73 HE: AP 5. 281, -2 = Paul, Sil. 45 Viansino; Luc. Tox. 13.5) 0 la antorcha con Ia que se ha alumbrado en el camino (Caritén 1. 3; Prop. 1. 16, 5-8; Lucr. 4. 1177-79). La corona se cuelga ante las puertas del amado/a, dice Ateneo 15. 670 d, para honrarlo y para hacer una offenda a Eros, ya que el amado/a es imagen del dios y su casa una representaciGn del templo. % Los epigramas de Meleagro presenta numerosas coincidencias Iéxicas, sintagméticas y teméticas que delatan una preocupaci6n un tanto excesiva por referirse a Erina, Asclepfades, Calfmaco, Antipatro, Leénidas, Riano, Mnasalces y a ottos poetas mencionados en el prélogo de la Corona; véase un elenco en C. RADINGER, Meleagros von Gadara. Eine litteraturgeschichtliche Skizze, Innsbruck 1895, pp. 22-70. Intertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Madrid-Salamanca, Ed. Cidsicas-Univ. de Salamanca, 2000 118 Luis ARTURO GUICHARD clara?’ debido en parte a la dificil identificacién del destinatario, Diocles, en quien se ha crefdo ver al filésofo homénimo, originario de Magnesia.*® En cualquier caso las ocasiones en que se entrega una guirnalda a un hom- bre son pocas: en un contexto erdtico-simposiaco, como parte de un rito funerario, como vencedor en una competicién 0 como simbolo de su,exce- lencia poética.? Puesto.que no tenemos ninguna raz6n para creer que Dio- cles fuera poeta ni atleta, debemos descartar estas dos causas. A la luz del prélogo nos quedarian por tanto dos posibilidades: la motivacién erético- simposiaca y la funeraria. En este punto hay que decir que la met4fora de la Corona funciona como intertexto en,las secuencias de tema erdtico, mientras esté practicamente ausente de los epigramas funerarios y epidicti- cos. Cuando se recogen, por ejemplo, los epigramas en honor de los gran- des poetas,"° la coronacién triunfal de éstos sélo aparece como ornamento, sin relevancia, mientras que en los poemas recogidos en la seccién er6- tico-simposiaca la Corona adquiere categoria see eee a guirnalda que trenza Mcleagro es por tanto una guirnalda simposiaca.*! 3 Véase por ej. las notas en las ediciones de la Antologia Palatina de H. BECKBY, Manchen 1968, y F.M. Pontani, Torino 1978. Gow & Pace identifican y describen con precisién los materiales de ia guir nalda pero no se refieren a su significado, Otros estudios han prestado mayor atencién a si el sujeto lirico del prdlogo es Meleagro o las Musas; cft. P. Cass, “Notes sur quelques passages de Méléagre de Gadare", AC 39 (1970), 289-299, y “Encore la couronne de Méléagre”, Maia 27 (1975), 45; E. Born: MANN, “Meleagro e Ia corona delle Muse”, SIFC 45 (1973), 223-232, y “Ancora sulla corona di Melea- 10", Maia 27 (1975), 45-46. Véase también L. L. A. Cox, A Critical Study of the Love Poetry of Melea- ger of Gadara, Boston (Tesis) 1988, pp. 109-125. 38 Cf. RE IX. 791. Es el tinico personaje histérico al que podrfa referirse Meleagro, aunque no hay ningén elemento de juicio para afirmarlo. “Ce Dioclds était-il un eréméne de Méléagre, ou le Dioclés de Magnésie, auteur de I’ “Er8poy} Tav @oaé}uv utitisée par Diogéne Latrce, ou le deux a la fois? On ne sait.” (R. AUBRETON, Anthologie Palatine, Livre XII, Paris 1994, p. 139) 2 En la escasa discusién sobre el valor simbélico que Meleagro atribuye a la corona no ha sido tomado en cuenta hasta ahom el excelente trabajo de M. BLECH, Studien zum Kranz bei den Griechen, Berlin 1982, que enumera y describe exhaustivamente fas formas y usos de éstas. % AP 9, 86 (acerca de Arist6fancs), AP 7. 36 (Séfocles), AP 7. 708 (Macén), AP 7. 703 (Sositeo), AP 6. 179 y 13.29 (Cratino); sobre ellos véase M. GaBarHULER, Hellenistische Epigramme auf Dichter, Basel-St. Gallen 1937, y el itil complemento de S. BARBANTAN!, “I poeti lirici del canone alessandrino nell'epigrammatistica”, Aevum Antiquum 6 (1993), 5-97. Sobre la coronacién del pocta en genezal, M. BLECH, Studien zum Kranz... pp. 312-316. © Sobre el uso de coronas en los banquetes, véase M. BLEcH, Studien zum Kranz... pp. 63-72 y el largo excurso de Athen. 15. 669 f ss. 4" Un principio del que Meleagro es el primer ejemplo; le dedica dos Iineas el volumen de N. Frats- ‘tat (ed.), Poems in their Place. The Intertextuality.. p. 5, que curiosamente se ocupa més del hipotético Lwpds (véase la nota siguiente). Intertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Madvid-Salamanca, Ed. Clisicas-Univ. de Salamanca, 2000 INTERTEXTUALIDAD Y ANTOLOGACION EN LA CORONA DE MELEAGRO 119 En definitiva la antologia de Meleagro tenia la clara intencién de consti- tuir un macrotexto en el que la relacién entre los poemas los dotara de nuevo sentido;*? desde este punto de vista su obra es profundamente reno- vadora, pues es el primer caso conocido de un autor que crea una obra pro- pia utilizando textos ajenos.? Es comprensible también que una obra de estas caracteristicas estuviera formada de epigramas, acaso la forma poética de autonomia més reducida y mds necesitada, por tanto, de un intertexto que unifique las piezas y les dé coherencia. Los procedimientos de estruc- turaciGn intertextual que he sefialado antes inclinan a confirmar la tesis de que la antologia de Meleagro dificilmente pudo tener una ordenacién alfa- bética como crefa el lematista de AP y que su ordenacién era més. bien anular en cuanto a los temas, mientras que los epigramas integrados en cada uno de ellos formaban un conjunto progresivo-acumulativo.*> Una edici6n conjunta de tos epigramas de Asclepfades, Hédilo y Posidipo que probablemente pre- par6 este sltimo en el s. IIT 2. C., pero de ta cual no se ha encontrado fragmento alguno, evaba como titulo una metéfora similar a la de la Corona: Zapés (1a Gavilla; un témino aplicado sobre todo a los cereales). Seria un antecedente fundamental si se pudiera comprobar su existencia; acerca de esta discu- tida edicién véase E. FesNAnDEZ-GatiaNo, Posidipo de Pela, Madrid 1987, pp. 32-36, y A. CAMERON, The Greek Anthology... pp. 369-376. * El lematista, mano J del Palatinus gr 23, identificado como Constantino el Rodio por A. CAMERON, The Greek Anthology... pp. 298-328, atribufa ordenacién alfabética pot la primera letra de cada poema tanto a lg Corona de Meteagro como @ la de Filipo; mientras que en esta diltima hay trazas indudables de tal procedimictito, en la de Meleagro es imposible encontrarlas. * Estructura similar a la de algunas antologias orientales, de acuerdo con E. Miner, “Some Issues for the Study of Integrated Collections” en N. Feaistat (ed.), Poems in their Place. The Intertextua ity. pp. 18-43. * Cuando ya habia concluido el presente ensayo aparecié el libro de C. Cusser, La Muse @ la Bibliotheque. Reécriture et intertextualité dans la Poésie Alexandrine, Paris, 1999, que practicamente no se ocupa del epigrama, Intertextualidad en las Literaturas Griega y Latina Machi smanca, Ed. Clésicas-Univ. de Salamanca, 2080

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