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1. Navegando entre los tres kirchnerismos Del colapso econémico al crecimiento y sus desafios Doce aiios y medio y tres perfodos presidenciales integran este ciclo politico denominado “kirchnerismo”.' Durante esa etapa, Ja economia argentina sufrié importantes transformaciones y atra- ves6 diferentes instancias. Se sucedieron fases de acelerado creci- miento econdmico (sobre todo, entre 2008 y 2008, y entre 2010 y 2011), hubo periodos criticos (fundamentalmente, entre fines de 2008 y 2009, cuando el pais se vio afectado por la crisis internacio- nal), etapas de fuerte desaceleracién (2012 y 2013) y un final marca- do por el estancamiento general y la retraccién de algunos sectores (2014 y 2015). El mercado laboral tuvo un notable despegue, sobre todo hasta 2011, lo que permitié favorecer considerablemente la situacién de los trabajadores y los sectores hasta entonces excluidos, redujo la pobreza y mejoré la distribucién del ingreso. Con posterioridad a 1 Tres la reforma constitucional de 1994, los periodos presidenciales en la. ‘Argentina tienen un lapso de cuatro aftos, Sin embargo, el primer gobierno, _erchnerista se extendio por un periodo algo mayor alos cuatro alos y medio debido a las caracteristicas del proceso politico tras la crisis de 2001. Fernan- ‘do de la Ria renuncié a la presidencia en diciembre de 2001, dos affos antes. de finalizar su mandato. En enero de 2002 la Asamblea Lagisatva design’ (presidente al entonces senador Eduardo Duhaide con el fin de completar et ‘mandato de De la Rua, que finaizaba en diciemiore de 2003. Sin embargo, tras el episocéo represivo del 26 de junio de 2002, en que Maximilano Kosteki ¥y Dario Santitin, miitantes del Movimiento de Trabejadores Desocupades, {ueron asesinados por miembros de la Pola dela provincia de Guanes Aves, ‘Duhalde decicio adelantar tas elecciones presidenciales para el mes de abril "de:2003 y concretar el traspaso del mando el 25 de mayo de ese mismo ato. 18 Los tres kirchnerismos: 2011, la creacién de empleo privado se redujo de manera dristica no hubo avances adicionales. : El despegue productivo fue muy importante. El agro pudo aprove. char las nuevas condiciones econémicas para capitalizar Jas inversio. nes realizadas en la década de 1990, que lo equiparon con un buen paquete tecnolégico, pero también lo dejaron fuertemente endev- dado y con la mitad de los campos hipotecados (Bisang, 2008). E] crecimiento fue innegable, pero qued6 excesivamente yolcado hacia el cultiyo de la soja y sus subproductos, a lo que se sumé cierto estan- camiento en la produccién de carne vacuna y en Ja industria lechera; la produccién avicola fue la excepcidn pues tuvo un salto importante. La industria manufacturera se recuperé como no habia sucedido desde los primeros atios de la década de 1970. Se trat6, sin dudas, de un verdadero punto de inflexién que produjo un quiebre hist6rico en la tendencia al estancamiento y la pérdida de empleo que carac teriz6 al sector durante el ultimo cuarto del siglo XX. Pero ese de- sempefio exitoso comenzé a amesetarse en 2008. La recuperacion de 2010 y 2011, tras la crisis internacional, fue muy importante; sin embargo, no tuvo las caracteristicas virtuosas del sexenio 2003-2008. En 2012 y 2013 los problemas se multiplicaron, y en 2014 y 2015 ¢! sector entré en franca recesion. Fueron también periodos de implementacién de numerosas pol ticas alternatiyas que marearon un cambio de época. La reestructt racién de la deuda constituyé un punto de quiebre en una historla iniciada a fines de los aiios setenta, bajo el altimo gobierno militar, que generé el problema de sobreendeudamiento que afect6 48 Argentina durante los tiltimos veinticinco afios del siglo XX. Fue ¢! Puntapié inicial de un perfodo de desendeudamiento externo MY importante y significativo, Desde el punto de social, tras una etapa en que el mercat laboral reaccioné de manera positiva, la implementacién de la ASI: nacion Universal por Hijo (AUH) y otras politicas sociales fueron ia Fespuesta a la grave crisis social legada por las politicas N°? : 2erales, que la recuperacién del mercado laboral pudo morige™* oe al poco tiempo esas medidas mostrarian sus limitacion® et haneaiees el Papel det Estado, La etapa de politics neoliverst Comes, Ey nnelado muchas de las Facultad oe “0 ocasiones, la reestructur nee nerd nuey, ituci ‘as instituciones y ge 1 ercado e inform cién fue tibi 5 con prog’ Navegando entre jos tres kirchnerismos 19 perfodosanteriore con algtin grado de aggiornamento (por ejemplo, en politica industrial). En otros casos, por medio de intervenciones mas directas y explicitas, se recuperé la participacién en empresas que historicamente habfan pertenecido a la érbita pablica. Entre estas cabe destacar la reestatiza 6n de los recursos previsionales, de la empresa nacional de aeronavegacin Aerolineas Argentinas y del 51% de las acciones de la compaiié petrolera YPF, asi como el desempeno de un papel mas activo en las areas de defensa (la indus- tria militar, aeroespacial, satelital, comunicaciones, etc.) a través de la recuperacién de las capacidades de produc de la demanda con el sector privado, Desde lo productivo, reaparecié el interés estatal en promover el desarrollo industrial, en algunas ocasiones, asentado en mejores condiciones macroeconémicas generales, y en otras, mediante ac- ciones mds directas y especificas, aunque no del todo articuladas y con alto grado de dispersién (algo que se repetiré en numerosos ambitos de la gestion de gobierno: una suerte de enemistad con la planificaci6n a mediano y largo plazo). También se destacaron la creaci6n del Ministerio de Ciencia y Tecnologia y la recuperacion del sistema productivo vinculado a la defensa y las comunicaciones. Retomaremos este tema en el capitulo 6. La gestion de la politica macroeconémica atraves6 diferentes eta- pas. Durante la primera, articulé elementos heredados de la transi- cién duhaldista con nuevos instrumentos, procurando implementar un régimen oportunamente definido como de tipo de cambio com- petitivo y estable.? La reaparici6n de la inflacién, primero en 2005 y luego con més fuerza a partir de 2007, puso en crisis esta opcidn, pero muchos de sus aspectos virtuosos se sostuvieron hasta 2011, Durante esos aiios, el pais tuvo superavit en sus finanzas piblicas y ny la articulacion 2 La denominacion de! nuevo régimen que emergié tras la Convertibiidad como de “tig de cambio real competitivo y estable” se debe al economista Roberto Frenkel. Si bien Frenkel no ocup6 cargos piiblices en el gobiemo de Eduardo ‘Duhalde, tuvo una relacion cercana con Roberto Lavagna y cierto grado de influencia en las discusiones acerca de la conformaci6n de un nuevo régimen de politica macroeconémica, partioularmente ante tos desafios que trala apa- rejados el fin del régimen de Convertibildad y la necesidad de introducir nue ‘vas pautas de gestiin macroeconémica, Al respecto, véase Frenkel (2004). 20 Los tres kirchnerismos una buena situaci6n en sus cuentas externas, que le permitis, gene. rar un importante saldo comercial positivo y acumular reseryas, Se traté de una situaci6n inédita en la historia econémica argen- tina de las tiltimas décadas. Pero la acumulacién de desequilibrios, fundamentalmente entre 2010 y 2011, trajo aparejada la necesidad de introducir cambios que, o bien no Ilegaron, o al menos no en la dimension requerida, y el desempefio macroeconémico decayé du- rante el periodo 2012-2015. El resultado fue el estancamiento eco- némico junto con un manejable pero creciente déficit fiscal y una clara desmejora en la situacién externa. ¢La etapa de crecimiento mas importante en la historia contempordnea del pais? Entre 2008 y 2011 la Argentina experiment6 una de las etapas de cre cimiento econémico mas aceleradas de su historia contemporanea, s6lo interrumpida brevemente por los coletazos de la crisis internacio- nal de fines de 2008. Esta situaci6n abrié al menos dos conjuntos de controversias; el primero, en torno a su cardcter y excepcionalidad® Al respecto, una somera contextualizacién histérica revela datos elocuentes. Durante el tiltimo cuarto del siglo XX hubo en la Argen- tina periodos de bajo crecimiento, crisis, inestabilidad, volatilidad y recuperaciones de corta duracién. En los veintiocho afios transcu- tridos entre 1975 y 2002 pueden computarse catorce de crecimiento y catorce de caida del PIB. La tasa de crecimiento promedio fue de s6lo el 0,8% anual, cifra que refleja una economia virtualmente estancada y un producto por habitante en retroceso. La etapa ie caracteriz6 por una elevada volatilidad, en la que los breves pet! dos de crecimiento eran sucedidos por fases de caida, y por Te episodios criticos: la crisis financiera de 1981, la hiperinflaci6n €™ 3 Cristina Femandez ha sefialado que la etapa de crecimiento de fos pertodos Ierohneristas ha sido la més destacada de la historia econémica de! pals: Por Semplo, en su discurso de asuncién del segundo mandato, en diciembre 2° 2011, afm: "Hoy tenemos un pals que ha tenido el periodo de orecimient© mas largo de sus doscientos afios de historia” ()- Navegando entre los tres kachnerismos 24 1989 y 1990, y la que quiz4 haya sido la mas severa crisis econémica y financiera de nuestro pais entre 2001 y 2002. Pero la historia de estos aiios no se condice con la trayectoria de largo plazo. Si nos remontamos en el andlisis hasta comienzos del siglo XX, encontraremos cinco periodos de crecimiento ace- lerado, entendiendo por ello las etapas de crecimiento sostenido del producto superiores al promedio histérico de largo plazo (la tasa promedio de crecimiento del periodo 1900-2014 es del 3,1% anual). Lo Iamativo del asunto es que todos los periodos tienen una duraci6n similar: once 0 doce afos (cuadro 1). Dos de ellos corresponden a la etapa histérica agroexportadora: 1903-1913, con un crecimiento anual promedio del 7,1%, y 1918-1929, cuando el crecimiento promedié el 6,6% por afio. Otros dos periodos de cre- cimiento acelerado ocurrieron durante la etapa de industrializaci6n sustitutiva de importaciones: 1933-1944 (a un promedio anual del 4%) y 1964-1974 (con un crecimiento del 4,8% anual promedio). El quinto periodo es el que estamos analizando. En efecto, durante los once afios comprendidos entre 2008 y 2013, el pais crecié a una tasa anual del 6,7%, muy similar a la de los periodos de mayor creci- miento de la Argentina agroexportadora. Cuadro 1. Periodos de crecimiento acelerado en la Argentina eter 20 2 Y.comiarzce dal 89 od Tasade Periodo ee 1933-1944 Jicobganscesep Pay ee 2003-2018 oT ts SS Ming ‘ : re > Eeonteica pare Lista cae ab can eagh ia HEL. Ope GE MRecieane top, Tobia ear EaT Oe GRT elle tte RIMES 22 Los tres kirchnerismos Durante los ciento catorce afios de historia analizada, la Argen- tina logré sumar fases de crecimiento acelerado en menos de Ja mitad. En otras palabras, lo que se observa es que esta etapa kirchnerista definida por CFK como “década ganada” se encuen- tra entre las de mayor crecimiento de la historia argentina, y si bien no ha sido tinica y excepcional, si es acertado destacar su importancia dados los antecedentes de inestabilidad y las dificul- tades para sostener etapas de alto crecimiento que ha mostrado la economia argentina, sobre todo durante las tiltimas décadas del siglo XX. La controversia sobre el crecimiento: contexto externo versus politicas internas La discusin acerca de la naturaleza del crecimiento y sus causas ¥ factores determinantes ha tendido a polarizarse en torno a dos en foques. Uno de ellos enfatiza el impulso proveniente del escenario internacional, originado en el crecimiento de los precios internaci” nales de los productos primarios. Eso posibilit6 no sélo un notable crecimiento de la produccién primaria, fundamentalmente de a soja y sus subproductos, sino una abundancia de divisas que per™ ti6 financiar una mejor situacion externa y estimulé el crecimiento doméstico, j Este enfoque caracteriza al crecimiento de esta fase bajo el envio? del denominado “viento de cola”, entendiendo que la Argentin® crecié sustentada en factores externos y con una considerable dos* de buena suerte, De alli que la década ganada se parezca mas au" “década desperdiciada”, en tanto equivocadas politicas interns a habrian permitido desplazar las trabas estructurales que limita? © crecimiento del pais y habrian agotado sus beneficios con un €™!” que cortoplacista. ‘ Quienes sostienen estas hipétesis suclen agregar que otFos P#” ses de la region también se beneficiaron con el alza de los pre internacionales de los productos primarios, pero pudieron Te" implementando politicas macroeconémicas mas consistentes * a raz de ello, lograron un desempefio superior al argentine: ©” Politica econémica de nuestro pais no sdlo habria desperdiciad °portunidades, sino que habria incurrido en una serie de impe™ Navegando entre los tres kirchnerismos 23 cias que condujeron a una compleja situacién que pudo haberse evitado.* Si bien es cierto que todas las economias de América del Sur se beneficiaron con este auge de commodities, el beneficio fue mayor para aquellos paises especializados en minerales e hidrocarburos. En efecto, el precio ternacional de los metales y el petréleo crecié mu- chisimo mas que el de los productos agropecuarios, y los términos del intercambio fueron mucho més favorables para otros paises de Ja region (véanse los grficos 1.1 y 1.2). Desde un enfoque distinto, se puede argumentar que, si la tesis del viento de cola fuera cierta, Chile, Peri, Venezuela, Ecuador o Bolivia deberian haber crecido mucho més que la Argentina y mostrado un desempeiio a todas luces superior. Pero no fue asi: entre 2003 y 2011, es decir, en momentos de auge de los precios internacionales, la Argentina estuvo a la cabeza de los paises de mayor crecimiento en Ja region. Asimismo, la mayoria de estos acentuaron sus rasgos tendenciales hacia una mayor primariza- cién de su economia y sus exportaciones, aspecto que no se verificé en el caso argentino,’ y tampoco muestran un mejor desempeiio en materia de inclusién social o dinamica del mercado laboral. 4 Probablemente la expresiOn mas fuerte y polémica en esta direccion sea la de Damil y Frenkel (2015) cuando afirman que la poltica econémica del gobierno habria logrado “chocar una calesita", 5 Elinforme de la Gepal (2010) corrobora la mayor participacion de productos rimarios en la canasta exportadora de las principales economias de América Latina al realizar una comperacion entre fos inicics de la década de 2000 {tomando como referencia el promedio del trienio 2000-2002) y fines de ese ‘decenio (promedio del period 2007-2008). En el caso de Brasil se veriica una caida relativa de las exportaciones de manutacturas basadas en recursos industriales (del 21,6 al 19,89) y también de las manufacturas industriales (del 47,1 al 39,1% del total exportado). Un fendmeno similar, aunque con diferen= ‘tes magnitudes, se registra en los casos de Peni y Uruguay, Chile y Maxico ‘exhiben un aumento en la participacién de las manutacturas basadas en recursos naturales, pero en forma concomitants a una caida de la presencia de manufacturas industriales en la canasta exportadora. Venezuela, por su Parte, muestra una dréstica caida relativa en las exportaciones de manu- faciuras basadas en recursos naturales, pero un aumento én la presencia ‘de manufacturas industriales. El Unico pais que presenta un aumento de las exportaciones manufactureras, tanto basadas en recursos naturales como. Industriales, durante la primera década del sigio XI es la Argentina. 24 Los tres kirchnerismos Cuando comenzé el periodo de desaceleracién del crecimiento econémico regional, a partir de 2012, la Argentina pas6 a ser una de las peores economias en materia de crecimiento, sdlo superada por Venezuela y en niveles similares a los de Brasil, lo cual revela que existen importantes factores internos que influyen decisiva- mente en el crecimiento. No obstante, desde la perspectiva guber- namental y la tesis contraria al viento de cola, la desaceleracién posterior a 2011 se deberia, en gran medida, a factores externos y coletazos de la crisis internacional, lo cual demuestra que hay mucha tela para cortar a la hora de analizar la articulacién entre los factores externos ¢ internos que contribuyen al desempeiio de la economia argentina. En todo caso, resulta tan desacertado atribuir el buen desempefio econémico a un escenario externo favorable como asociar la rever- sin del ciclo positive a un contexto internacional desfavorable. Las condiciones externas pueden haber contribuido o no a la ges- tién de las politicas econémicas y, en diferentes circunstancias, fa- yorecido 0 perjudicado el desempefio econémico nacional. Pero no radica allf la explicacién de las fases de auge ni tampoco del estan- camiento que caracteriza al periodo final del tercer kirchnerismo, tema que retomaremos en el capitulo 5. Ms atin, la recuperacién de capacidades productivas y de una mayor acci6n estatal aumenté los grados de autonomia. El contexto internacional sin duda ejerce una considerable influencia, al igual que en todos los paises de menor desarrollo. Pero el incremento de estos margenes de acci6n permiten atribuir mas relevancia a los logros y limitaciones de las politicas internas. Esto, de por sf, es u avance considerable. La naturaleza politica de la gestion econdmica La historia previa a los gobiernos kirchneristas estuvo signada por los fracasos del tiltimo cuarto del siglo XX, etapa en la que prime cierta tendencia a Ia “tercerizaci6n” de la gestion econdmica. La idea de que los politicos tienen el gen de la demagogia y el populis mo y que, por ende, lo més sano para el pais y para el éxito de los politicos es que deleguen las decisiones econémicas y financieras €P un cuerpo de tecnécratas debidamente capacitados y dotados de u? Navagando entre los tres kircnertsmos 25 saber cientifico® que esta fuera del alcance de la politica se habia ins- talado de manera contundente en la escena nacional de los (iltimos veinticinco afios del siglo pasado. Este debate es mas amplio y refiere también a cierta crisis en las estructuras de los partidos politicos y ala manifiesta debilidad para sostener sus Cuerpos organicos. Tras la restauraci6n democritica a fines de 1983, el sistema de partidos politicos sufrid diversas muta- ciones y crisis. Si bien algunos partidos conservaron sus estructuras organicas, la mayoria fue perdiendo densidad en su organizacion interna y la generacin de debates programaticos y de contenidos en materia econémica fue externalizada a través de diversas funda- ciones o institutos ajenos a la vida partidaria. Pero, en rigor, el origen mas evidente de este cambio no estuvo relacionado con la vida democratica sino con el tiltimo gobierno mi- litar, que delegé por completo la politica econémica en la figura de su ministro de Economia, José Martinez de Hoz.’ La idea inherente a la conformacién de un cuerpo de tecnécratas debidamente for- mados que constituyen un “equipo econdémico” proviene de aquel periodo. Lo Ilamativo es que, ya restaurada la democracia, esa idea con- tinué presente en la vida politica, no tanto durante el gobierno de Raul Alfonsin,” pero si con toda claridad en la década de 1990. 6 Laidea cela existencia de un saber cientifico Unico, objetivo y superador no esté exenta de arbitrariedades ideoldgicas y de un trasfondo de intereses especticos. Como sostiene Bettran (2005), el estrecho vinculo de los intolec- tuales liberales con organismos multilaterales de crédito y capital financiero internacional “les permitio cimentar una estrategia de legitimacion de sus credenciales, y proveyd los postulados tedricos ¢ ideolégicos que representa- ban". Mas aun, Sarah Babb apunta que ‘los doctorados en Harvard y el MIT pueden no proveer la solucién mas eficiente a los problemas politicos, pero ofrecen una funcién simbélica indispensable con respecto a la comunidad financiera internacional” (cit. por Beltran, 2005: 44), 7 José Alfredo Martinez de Hoz fue el primer ministro de Economia dela titima dictadura miitar, Ocup6 el cergo entre 1976 y 1961. Su programa econémico de apertura y liberalzacién financiera marcé un cambio de época y al fin del perioda de industrializacion sustitutiva de importaciones. 8 El primer ministro de Economia de Alfonsin fue Bernardo Grinspun, quien duré poco tiempo en su cargo. Su reemplazante, Juan Sourrouille, no perte- ‘ecia a fa Unién Chica Radical y recibié varias cuestionamientos por parte de 26 Los tres kirchnerismos: Los principales think tanks de orientacién liberal emergieron como usinas de cuadros técnicos y funcionarios de gestidn en las areas econémicas. Durante el gobierno de Carlos Menem, la ges tién econémica fue incluso delegada a cuadros técnicos de uno de los principales grupos econémicos del pais (Bunge & Born). Después seria la hora de Domingo Cavallo y los economistas de la Fundacién Mediterranea. Y mas tarde llegarian Roque Fernandez y los economistas del Centro de Estudios Macroecondémicos Ar gentinos (CEMA). Parte de este esquema, con matices, se repetiria durante el gobierno de Fernando De la Riia, tanto con el regreso de Cavallo como en el fallido intento de Ricardo Lépez Murphy, economista de la Fundaci6n de Investigaciones Econémicas Lati- noamericanas (FIEL). En este marco, la figura de los economistas crecié en importan- cia dentro de la vida politica nacional.” Pero esta nueva convivencia miembros de! partido, La trayectoria intelectual de Sourrouille y de muchos miembros de su equipo define diferencias notables respecto de los funciona- ios emergentes de los think tanks liberales que existian en la Argentina y se Prosontaban como portadores we ese saber clentifico que sacarie al pais del estancamiento producido por polticas demagégicas y protecsionistas, Pero ya comenzaba a instalarse la idea de que los partidos polticos ne podian gestionar la economia sin una adecuada delegacién a esos think ranks. Hacia fines de ia década de 1980, la demenda de los actoras de mercado y medios de comunicacion en tomo a la necesidad de tener un ministro més “técnico” y alejado de los intereses poltico-partidarios se fue intensificando. 8 Elsoci6logo Gastén Beltran (2005) aduce que “la capacidad de los inte- lectuales de detinir el sentido de la accién politica plantea un problema ue, aun cuando ya fuera sefialado hace tiempo por Gramsci, adquior® una dimensién mayor en el contexto de los afios noventa: la tendencia a su @utonomizacién respecto de la clase social a la que, supuestamente, ellos Sirven. Desde esta perspectiva, los intelectuales organicos no son mas a2 ‘empleados’ de los grupos dominantes y su rol es el de ejercer ciertas fun- ciones subaltemas para construir y mantener la hegemonia. Sin embargo, ‘grupo de Ios intelectuales puede generar comportamientos que ‘os lleve & Greer que ellos son el Estado, dando lugar a, como aijera Portantioro, ‘com Blieaciones desagradables para el grupo fundamental que realmente lo &5" ¥ planteando el punto de crisis al interior del propio Estado”. Esta reflexion resulta de sumo interés para interpretar, por ejemplo, el papel de Cavallo 6n la década de 1990 y su reaparicién en el gobierno de la Alianza. Pero también para enalizar de manera mas amplia la tensi6n entre la figura del Navegando entre los tres kirchnerismos. 27 introdujo tensiones dentro del espacio politico. Las vivid el propio Carlos Menem, cuando le tocé discutir con Cavallo por la “paterni- dad del modelo”, es decir, acerca de quién era el responsable de los logros de los afios iniciales del menemismo, como la notable reduc- cidn de la inflacién y la recuperaci6n del crecimiento econdémico, episodio que culmin6 con el despido de Cavallo y la llegada en 1996 de Roque Fernandez, un ministro de perfil mas bajo. Pero la abrup- ta salida de Cavallo no lo alejé de la vida politica; por el contrario, el exministro fue més tarde candidato a presidente (en 1999) ya jefe de gobierno portefo (en 2000), sin lograr imponerse en ninguno de los dos casos, pero con una fuerza electoral nada despreciable. Algo similar ocurriria con Ricardo L6pez Murphy. Si bien su gestion econémica fue practicamente inexistente (renuncié a los pocos dias de anunciar su plan, debido a las miltiples resistencias que desper- 16), fue candidato presidencial en 2008 en una posicién expectante. La tercera experiencia, que presenta analogias con la dupla Me- nem-Cavallo, tuvo lugar durante el kirchnerismo. Roberto Lavagna, ministro de Economfa de Duhalde, fue ratificado en su puesto por Néstor Kirchner y los logros iniciales apuntalaron la figura de ambos. El pais ya parecia acostumbrado a convivir con un ministro de Eco- nomia fuerte, algo que se mostraba como inevitable en una etapa de crisis. Pero Néstor Kirchner no estaba dispuesto a compartir el lide- razgo y, menos atin, a apuntalar a su ministro hacia una candidatura presidencial. A fines de 2005, tras una fase muy exitosa para ambos, desplaz6 a Lavagna del gobierno ya partir de entonces no sélo busc6 borrar su huella, sino también desterrar por completo la idea del “su- perministro” de Economia. En adelante, tanto Kirchner como CFK dejarian en claro que las decisiones econémicas quedaban en manos de la figura presidencial. Resta completar este relato mencionando que Lavagna también fue candidato presidencial en 2007. La idea de que la politica habfa cedido demasiado espacio a agentes ajenos a ella es un sello de los tiempos kirchneristas. Este cambio re- presenté una recuperacién de capacidades de la politica para forjar su propio destino y asociarlo a proyectos de cariz popular. Pero también trajo nuevas complicaciones y, en ocasiones, ciertos excesos de volunta- inistro da Economia y el presidente de la naci6n, que, sin lugar a dudas, 6! Kirchnerismo puso en crisis. 26 Los tres kirchnoris mos: a fantasia del Poder Ejecutivo de una gestion sin restricciones rismo y objetivas, aspecto que se vio. con mayor claridad durante el tercer kirchnerismo. El complejo trazado de una linea divisoria en. tre la toma de decisiones estratégicas y Ia injerencia presidencial en la implementacién de las politicas es uno de los aspectos centrales de la controversia, que retomaremos en diferentes instancias de este libro, Los instrumentos de gestién de la politica econémica: de la recuperacién macroeconémica a los desafios. del desarrollo y la reaparicion de la inflaci6n La gestion de la politica econémica también fue mutando a lo largo de los periodos kirchneristas. En los inicios predomin6 una agen- da macroeconémica concentrada en pocos temas, con la prioridad puesta en consolidar el incipiente crecimiento econémico que ve- nia registrandose tras el shock de la larga crisis de la Convertibilidad y la resolucién de los multiples desaguisados contractuales y finan- cieros, producto de la finalizacion de ese régimen econémico. EI fin de la Convertibilidad trajo consigo Ia necesidad de elegir un csquema de politica monetaria; asi, de manera paulatina y nosin controversias internas, se avanzo hacia un régimen més heterodoxo y centrado en la preservacion de un tipo de cambio competitivo, antes que en uno basado en metas de inflacién, como proponian algunos sectores del gobierno y el debate econémico vigente. Una vez consolidada la recuperacion economica y encaminada la re- soluci6n de los problemas mas acuciantes de la crisis (reestructuracin de la deuda, desdolarizacién, rescate de cuasimonedas, saneamiento del sistema financiero), la agenda econémica se multi plicé para incluir huevos desafios. La reaparici6n de la inflacion en 2005 (cuando alean- 76 el 12.8%) suscité nuevos debates y el gobierno se incliné hacia una resolucion basada en acuerdos de precios antes que en esquemas melee de politica monetaria y fiscal, Esto conllev6 un conjunto dé es de mercado, sobre todo en la industria de la carne va" na. Poco a poco comenzaron a eme Objetivos miltiples, pero | inflacionaria colisioné co

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