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Introducciéa En Ia historia de Colombia no es necesatio recurrira le- yendas fanci eras o bestiarios ginatios, qui para cubritnos de asombro ante los malabarismos de la selva si comprender que en esta repiiblica de tantas geografias y gentes dispessas y diversas, vegetan y lorecen las nucces o que basta observar la realidad cotidiana para del delitio y los ingenios de realidades fantasiosas y de pasiones contrahechas. En esta Colombia ejem; getan quienes suponen que el cohecho es delito de uno, ‘que Ia traicién a la patria elige presidentes, que el robo millonario a setes indefensos hace magistrados, que la expropiacién de tierras eleva a sus promotores a nive- les ministerales, que la compra y venta de votos hace congresistas y que tiene inmunidad cuando se trata de familias poderosas. Media Colombia sabe que 1 fundamento dela democracia no reside en las instiu- ciones ni en la participacién popular sino en las armas, Y que las bancarrotas son verdaderas obras de arte de hhonestos financistas. ndrados por los demonios de la ambicién y la conspiraciin caminamos en el aire, habitamos las lade- bismo y buscamos la identidad en un vacio, ras de un guiados casi siempre por los profetas del despilfarro y la riqueza ficil. Como seres consttuidos por el sistema colonial, la repiiblica nos ha pulido hasta convertirnos cen residentes del cinismo, en voceadores silenciosos de maromeros de la moral piiblica, yen espectadores teme- rosos de los habitos ilegales de gobernantes y domado- res en estos grandes circos de la corrupcién y el miedo, Aplaudimos la vanidad que lleva a funcionarios y presi- dentes por el mundo para hacer el ridiculo pretendiendo vender en metrépolis y cortes decadentes los recursos nnacionales en detrimento de la salud, la educacién, la infraestructura, el desarrollo y el bienestar de una ciu- dadania, aténita frente al hambre,al constrefiimiento de sus oportunidades de trabajo o alimentada cada dia por los panes del desfalco, por los nuevos embaucadores de reformas, por los saqueadores de la casa priblica y por los nnogociantes oscuros de la justicia! En la historia del ejercicio del poder, grandes fami- lias, caciques locales y quienes los han acompafiado en el desempefio de la administracién publica han vivido bajo la tentacién de la venalidad, el soborno y el fraude, En la * Vea s Revit Semana (Bogor) 4 al 11 de noviembre del 2013, 1644, pp. 26, 30-31 y 32-33, ariculos deca al andlisis dela "Co- reid en justi I los funcionarios del Estado, los gamo- scctores notables dela Iglesia hicieron ven iedad col portant dle lo ili sia para el enriquecimiento y el cnvilecimiento de la moral piblica, El deseo de bienestar ¥ de buen gobierno predicado por la Corona espafila se ujo-en malestarsocial generalizado como efecto de las twlaciones de poder que consolidaron grupos y familias, stados unos y otras por conveniencia, amiguismo, paren- {esco y prejuicios racials, econémicos y sociales, prere- \quisitos bisicos para acceder a la tierra, a los negocios, a una justicia simulada y a los reinos del contraband, la venalidad, el engafio y la compra y venta de cargos. El crecimiento constance de las demandas insatiste- chas y la presién de las nuevas ofertas del mercado han desartollado sensaciones de frusteacign y el habito del su- perconsumo y del desplfarro, Pata compensar las brechas de unas rentas escasas, los de afuera como los de adentro, los de abajo como los de arriba, no han ahorrado ingenio para dejar de lado toda buena ética. ¥ en esta biisqueda por acumular eir mas alli de los consumos cotidianos no hhan quedado dle contratacién oficial o privada, sistemas de seguridad del Estado, tribunales de justicia y formas de organiza- cescudrifiar sistemas financieros, oficinas cin empresarial en la salud, en los negocios y en la edu- cacién®, Los que tienen, ambicionan un poco més, y los (GF por ejemplo “La decana del ma’, informe especial, en Revita Se- mana, 30 de eptibre al 7 de octubre del 2013, lin 1639. Bop, {que no tienen artastran el deseo de participar en esta feria dle oportunidades, como si quisieran revivir el saquco de ‘tumbas de ls primeras guaquerias del siglo xv el de Las ‘ajas reales de los siglos xvu y xvi, La mala fees la ban- dlera del sistema mismo y no lt calavera de uno de sus ‘representantes, nie ojo pirata de uno de sus gobernantes Durante la Colonia, sectores de la burocracia, del em- presariado y la Iglesia se encargaron de administrar los ‘cuerpos para asaltar las alas, la vida intima y la vida material y espirtual de lf sociedad de indios, negios y estos. La santa trinidad de funcionarios, familias po- derosas y cero sin, soborno c injustica. Para ello, crearon sus propios aparatos de castigo y de tortura, y sus propios tibunales de justicia, ron para contiolar la distribucién de la sierra y para hacer de los ingresos fscales y de todas las es- tructuras de poder los fundamentos de su hegemonia y su ‘moral. Unidos por el miedo ante las demandas ctecientes mecanismos de expoliacién, exclu- de la plebe, presionaron a jueces para que no actuaran en derecho y fundaron el principio de que la ley es ‘para los de ruana’. Y cuando el miedo a la plebe crecié, los altos tribunales y poderes del Estado sentenciaron que la paz l cao de Silvia Gene, rectoea de la Universidad te “Le macabra hiv de cm esta mujer auc estaba em la miseiay hacia “Srp Ten ens de mala mnerte para poder comer loge concur un inyperia» teed la Universidad Autinoma del Caribe quela voi millonaia pede wna cela de sangre ehitorias que paccen inet ermoovccio » debia obtenerse a “sangre y Fuego", tal como la retomé 1 Partido Conservador en los aos de 1950, para dirgir desde el Estado la masacre que dejé més de 300 mil cam- Pesinos muertos, mis de un millén de refugiados, miles dle unidades familiares destruidas, dislocadas las estructu- ras de la moral colectiva y abandonadas las formas ped Bégicas de la cultura popular que erecéan como mitos y leyendas en los montes de Colombia’ Cuando los jévenes, los exilados y desplazados de los atios de 1960 dijeron basta, yllenaron de voces ls plazas publi para garai politica tarismo, al amiguismo y a la impunidad. A todo esto lo lamaron Estado de derecho y Frente Nacional. Por ello, lo de hoy se parece a lo de ayer: los mismos desarrapados y refugiados de antes levantan las sombras de su frustracién sobre los hombros donde otros excavan fa razén de sus derechos. Pero ios mismos auditorios de wentaron los “consejos verbales de guerra” los privilegios de quienes corrompen sordos, ansiosos de vender mentie ian Ly mano. negra y las promesas que llegan y vuelven desde siempre acubrir de incertidumbres las plazas del Futuro’ “James D. Henderson, La moderncacin en Combi, La at de Law ‘eone Gimes. 1889-1965, Universidad Nacional de Colombo Me in, 2006, * Rocio London Borer, “#1 amiconunisna en Calombis", pp. 169 203 en Rubén Sicrra Maja (el), Le Reuanwién comervaders, 1946, 1957, Universidad Nacionsl, Bogen, 2012, EI costo de la ley excede sus beneficios En ef largo plazo fueron posibles la exclusién social y el racismo como mec la nueva fundacién de castas. En las colonias Y antiguas colonias se levantaron los eificios y maquina- ismos de marginalidad hasta Fias que reducian, para unos pocos, las oportunidades de acceso a las politicas de desarrollo y de servicio exterior. Se fundieron y labraron las coluninas que hicieron posi- ble la impunidad y la razSn para reprimir contrapoderes que desde siempre y por Ja libertad, la democracia y los derechos a la sobrevivencia habian desafiado y podian dlesafiar su vanidad y sus privilegios. Quienes controlan 1a cosa piblica no han aprendido aquello de que si cl costo de la ley excede sus beneficios, a ley se incumple, y-el camino de lo ilegitimo se consolida’, Quienes se movian mis alli de las redes ce influencia ¥ de los canales de la protesta fueron integrados a siste~ ‘mas de clientelas, de gamonalismos y caciquismos. Con los de bien abajo, como realeros, tomineros, terrajeros, concertados, peones, vagabundos,libertos, campesinos y ‘marginados urbanos y rurales se garantizé la fuerza del orden y de lo legal. Esta fue la rzz6n de la Santa Herman- dad formads para protegerlos bienes y la tranquilidad de dos terratenientes, de la Santa Inquisicién para torturar a los blasfemos, de los servicios sccretos para proteger la *D. Now y Roger Le Roy Mil, Enis ecnamice de la ware crimen la pobreaa, Foal de Cultura Econimica, México, 1976 bhurocracia y de la confesién para ingresar a la vida fatima «le ls indios y mestizos con el fin de desenmascarar y de- latar toda conspiracién contra el Estado. También fue la base que constituyé la fucrza armada de las guerras civ. les, fuerza que nunca supo defender la unidad territorial nib a Tos habi mpresatios y hhacendados aprendicron el valor de la presencia militar como garantéa de un orden regional y personal amasa- do en la sangte del conflicto entre hi confrontacién internacional q tes de sus fronteras, A: tertitorio nacional, Cuando llegaron los tiempos contem- porineos, los defensores del sistema recrearon sus fuerzas ilegales y se lanzaron a reconstruir la patria con los pode- tes del Estado, convencidos de que el crimen, la masacre, dl desplazamiento y el despojo de bi cracia de terror y una nacién a la deriva’, Lo informal eilegal como principio de autoridad alizd conductas de € impunidad. La difusién de es- tos valores edificd una cultura del saquco como atributo fundamentatdel Estado colonial y que la repiblica adobs * Cada diab Corte Suprema de Justia convace a naews ici y ex represents dl Cangreso de Colombia x funcionation dl eg men que gobené a Colombia etre 2002-2010 3 que espa pore culos con el paramiltaris, por sors y jor eienen de Enedes | | | a ‘CoMaUeRN: MEXKFORA DE AMAICION ¥ DESEO bajo los principios de libertad y orden. Asi, a pesar de los controles fiscal, del monopolio y de las medidas restrictivas ala introduccién de mercaderias, el desfalco, el robo y la evasién de impuestos fueron tan comunes como {a introduccién clandestina de tela, lozas, bebi- das, calzado, esclavos y cosméticos por contrabandistas de toda laya ynivel. Los ms grandes tenian el aval de las autoridades de aduana y de las comandancias militares de los puertos y pequetias ciudades. La ilegalidad y Ia informalidad se consolidaron gea- cias al apoyo de altos y bajos funcionarios, y ala solida ridad de gentes interesadas en articular sus rentas a estas formas oscuras de la economia, No en vano, hacia 1630 se dlecia que “desde el mercader al oficial real; desde los gobernadores a los propios obispos” habjan sido alcan- zados por la venalidad y la picaresca’. La misma pica- resca con que los medios de comunicacién del siglo x1 anuncian la resurreecién ciclica del despilfatro, del opor- tunismo, del atraco y del 0 de nuestras autorida- des, p Funcionarios honestos y honrados en el mundo de las iticos, jueces y hombres de bien, en el de la salud, en el de Finanzas, en el de la educac las importaciones y exportaciones, en el de la seguridad, en el de la politica, en el de la justicia, en el dl crimen y, Enriqueta Vis Vil, Aipectsscialet on América colonial. De xrejeon conribendo y ela, Instito Caro y Cuervo Universidad de Bogots Jonge Tadeo Lozano, Bogs. 2001, p. 51 wwtRopvecadn 8 n fin, en todo lo que sea hacer, como en el mundo colo- ial, una catedral para los files del desfalco, del cohecho, del asalto, de lo injusto y del desgrefio administrativo. No en vano los medios de comunicacién enscfian ilirectamente que en Colombia hay dos gobiernos: ‘ue lideran generales y policias para combatir las castas de Ia informalidad, la delincuencia y los mundos sub- terrincos, y el que, vestido de civil, dice gobernar otro medio pais de escépticos, contestatarios y deprimides. ¥ en medio de ellos el citco de la farindula y los de- Portes levantado para consteuir el olvi indigna Tales conductas han operado pai oy disipar la cel estupor y la vergiienza ajena, nos como condi- yde les ¥, para otzos, como medios de sobreviven- ci6n primaria en la acumulacién de eay colo: cia. La escasa oportunidad de ingresos en las colonias hizo que los recursos piiblicos, la sobreexplotacién de twibutarios, la apropiacién de Factores productivos y la evasién de impuestos jalonaran cl enriquecimicnto de grupos que se fueron acomodando en ciudades, villa, parroquias y poblados al igual que en sus alrededorcs Pero esta avasallante economia de la ambi n, el deseo yeel desfalco obligaba a los menos favorecidos a imitar a predicadores de normas y leyes sobre el orden y ka buicna “efecto demostracién” circulaba por todas las es M4 ‘Communes mEEKFORA DI AMIICION ¥ BESO cometidos por los oficiales reales, se debia muchas veces a Ia insuficiencia del salario, problema que se agudiza en aquellas regiones en que los precios eran muy elevados"® Quienes se sentian obligados a gobernar ya poner en réctica principios de honrade, equidad y equilibrio so- al no fueron el mejor modelo para los grupos subalrer- nos que operaron conforme a las ejecutorias éticas de sus gobernantes. El fiscal de la Audiencia de Panamd al dar ‘cuenta, en 1608, de los grandes fraudes cometidos con el derecho de Aduanas, al momento de attibar las floras a Portobelo, culpaba a quienes “en Sevilla visitaban los na- vios porque eran personas pobres y se dejaban sobornar™, Se supo que haciz 1620 los oficiales reales no inspeccio- nnaban los navios ni las iendas piiblicas en Cartagena de Indias pues recibian sobornos por la introduccién ‘legal de negeos y otros bienes decontrabando. Cercadel 50% de los negros introducidos entre 1618 y 1620 fueron de contrabando y el incentivo que recibian las autoridades «era un cercio de los impuestos, que “se repartia a partes iguales entre el teniente de gobernador, el tesorero y el contador”. Junto a ello todo un séquito de subalternos y colaboradores hacia posible ef funcionamiento de ex “Ismael Sinchee Bells, La ogenizacién financier dels Ids Sil x, ucla de Estdion Americanos, evils, 1968. p30 "Enriqueta Vila Vilar ope. 57, na 45. En general sobe la coerp in en Panam of Marca Laso de Pali, “La ilepaldad como sistema a sociedad panamcia de sgl xv1'"en Revita Humanidade Veiner, sib de Panamd, Panand, abel de 1994, pp. 5-40, de desfalco!™, Es decir, la inequidad en los idad en la justicia eran vistas desde el Al conttol de los cargos publicos se unié el remate uestos, ls jutes o préstamos a la Corona, as do- aciones y los servicios militares considerados como ca: pital social heredado" por las nuevas generaciones, que lo hacian valer cuando el Estado espafiol remataba nue- 0s cargos y monopolios 0 ercaba titulos y dis ines, La justicia fue puesta al servicio de estos proyectos, pero la sombra de lo injusto envolvia el conjunto de la vida cotidiana. En la primera mitad del siglo xvii, ef contrabando era un modo de vida que “ligaba a politi- «08, oficiales miliares y comerciantes en una poderosa I mismo y obstinada camarilla de contrabandistas"™. virrey Villalonga fue acusado de extorsionista y ter "Juin Ruie Rivera, “Loe pongacses yt eta de non” en Cartagena Indias y Provincia. Una mirada a sil 09 00H UI Row editors, Bogor, 2005, pp. 325-351 individu ls ines hee ne, a educa ecb, lementosse tein "'Pnviendo por “apical social here Aad, ba capac de clacionars lpovder que encana ys god wil de padres ahijosy apcraban como reurss de dsciminacin y domi linen loca (ele ie, Cartage "Lance Graham, “Comercio y contraband en Cartagena o xvi” en Haroldo Cals Stevensn y Ado Me Cartagena de Indies en gl oi, exh el Rei 13,2005, p27, 6 [omAURCAN: MEFKFONA DF AMMICION BESO destituido a causa de su venalidad y capacidad de con- fabularse con la gran camarilla de contrabandistas asen- ‘ada en Cartagena de Indias" Todos estos valores fueron heredados por quienes lideraron después de 1830 ta construccién de la Repii- blica y consideraron que era legitimo continuar contro- lando cabildes, gobernaciones y aparatos de Estado, mas {os recursos puiblicos. Sin los controle politicos propios del colonialismo, ejercidos desde la metrépoli, estos he- rederos de la cultura dela venalidad y del cohecho levan- fron una ética republicana basada sobre sus viejos Y privilegios. Ahora no pagaban por los cargos burocri- ficos, pero los recursos piiblicos servian para favorecer el entiquecimiento de los suyos. si todas las guerras civles, mas que fines politicos Persiguieron intereses burocréticos. Sin embargo, al i- estaba en las rentas piblicas, can necesarias Para premiar a sus partidarios con pensiones, bienes y ‘cargos oficiales. Los partidos luchaban para ganar la ad- ministracin pablica con el propésito de friar los pues- tos entre sus amigos, primos, sobrinos, tios, parientes, Esta costumbre se ha extendido hhasta nuestros dias. Solo la participacién ciudadana ha contribuido a agrietar la voracidad histérica de quienes siguen considerando los recursos del Estado como una "Lance Graham, oi, pp. 3031 ‘aja particular de intereses privados y destinada a despil- farrat con la avaricia de los suyos" En la sentencia dela Corte Suprema contra la ex con- sesista Yidis Medina se resalts 61 ia del Presidente de la Repiiblica, de Ausenro Veésquez. y “en pre Sanas Prevett”® y de varios ascsores presidencials, “le Dreguntaron” a esta representante “sobre lo que que # cambio de su apoyo al proyecto” de reeleccién presi- dencial™. Las ofertas “habian sido de indole burocritica, toda vez que ef compromiso consistia en entrcgarle ka Direccidn del Instituto de Seguros Sociales en el Magda- lena Medio, el sea Regional y la Red de Solidaridad” n consulado™. Todo por Y hasta tratar tun voto a favor de la recleceisn presidencial de Alvaro Uribe Veer. tiempos coloniales, estaba feriando cargos burocriticus a presidente, como cualquier orején de los Horst Mechmann, “Uuracacia y co Hispanoumtica (Colonial Una aproximacsin tentativa” en Narn Americine Now 3 lio Finan Eaore, Torino, 1982, pp. 1-37 y “Hl Euado cole mmenualidad soci el gree Teme a datas sistemas de valores Siglo avin en A al Americs Latina: Dalla Satu Colonia alla Sea M0). Franco Angel ii 1 1987, Volume 2, 147: Nerves Tar Pinsn “HH Esta "Las nombresse han ssa en el orig "Conte Suprema de sii, Sala e Casacin Penal, pone Ne. 2245 probe aca Bn 173, Bogs IVC 26 de jn cde 08 "did. pp. 19 y 30. Las wots Comte Suprema. son erginaes ela semena (ane tas 10a Ly def eno que sigue, tad po " COmMurci6N: METAFORA DE AAMICION Y DASE ‘cambio de un favor personal. Por ello, la Corte Suprema conceptué que: {La corrupeién en el ejercicio de la funcién publica, en cuyo dmbito el cohecho ocupa un lugar destacado, consti tuye uno de los problemas més seros que deben enfrentar las democracas modernas!* dada su capacidad descstabi- liaadora tan grave como el terrorismo, el natcotrifico 0 la Pobrera, razin que ha generado un significa interés en | comunidad internacional” y conducido a la creacin de diferentes instancias fara contrarrestar sus efecios destruct vs, situacién que no ha sido ajena a las preocupaciones del ke acontecimientos hiss colombiano de otras épocas™, pero en vista de los 20s impone a la judicatura mantener ina actividad proactiva en contra de la impunidad que on nariamence la protege? A pesar de la gravedad de las referidas consideracio- nies, la sociedad sigue esperando que la sentencia por ccohecho contra Vidis Medina no haya sido la caricatura "Las nas dela 18.21 inclusive som ovginaes dea semen: Kasi ‘Annan calc la comrupci come mal endémico que afer todas as socadades ¢ ncso la persigue camo desencanante de os anal” £ “Frac de lo anterior son, entre otras, La Convencinlneramericona «contra la Corupcin 6 y ls Coavenciin de Naciones Unidas contes 1a Conrupeién 2003", © "Vise el Estatuto Anicorrpciia @ Ley 190 de 1995 yb Ley 668 de 2001 que establecis el dia nacional de a lucha conde a coma “Fpisoiosdecoreupcin como ls cutidos en Focolpuceos, Ir be, Caprecom, Fertviss. nei, Banetalo, Ranpactio, Rance, Andino entre otros, demustin que no son suficknts as mips yen os onpanamos credos pars enfientar corrupt «que hace tabula rasa de quien soborné a un funcionario priblico. Los beneficios de la guerra civil La Independencia permitié la movilidad de algunos individuos gracias a su participacién en los ejércitos y en la burocracia, pero las grandes masas excluidas fue- de todas las guerras civiles con en los tiempos republicanos, ron la fuerza materi que los padres de la patti legitimaron sus traiciones, sus erimenes y sus sobornos. BL aval el fraude pol do y el crimen oficial y privado. Durante la repuiblica nterés propio se tornd interés social y con ello se ico, el uso de los recursos del Esta- pronto se forms, luna nueva clase alrededor de ls escribaniasy las sect tarias de los juzgados infeiores, de ls cabildos, de las aleal dias y ain de as alcaldias politicas. El ribula vino a ser una prolongacién del Doctor. Sila ley no daba sveldo al alae ‘que darlo de su boksilla al dire: ni al jucr, estos sf 1 4 privade, que ondinariamente se revetia de ls funciones de secretatio. Tras de ext parapet, el rsbula explevaba a sabor todos los medios de opresidin que la ley ponia en sis ‘manos, y el reclutamiento, los process crminales, las sen feneias, hs rentas comnunals, los resguardosindigenas, eran inagotablestesoros para estos milanos dl pueblo”? Miguel Sampes, eis poltico-ecndmicr, Banca de ly Repl, egots. 1987, tom Lp. 28-29; Kébus: aba ndsto charatny ingle, Andete: “a k's Milne: ae dra 0 CoRRUPEION: METAFORA DF ANAICIDN ¥ DESEO Peroal denunciarselacorrupcién, los grupos histbricos ‘enel poder acentuaron la represiny el cuerpo fue exp con la tortura o el erimen para que regresara al silencio sccular, Tal es la dimensién humana de la cortupcién y el valor hist6rico de su evolucién que esté registrada en ar- chivos histéricos de Europay América Latina. De hecho el impacto econdmico y las costos sociales de esta personali- dad del desfalco han sido desastrosos para el crecimiento y desarrollo de regiones y de la nacién colombiana. En el ambico de las relaciones intercoloniales einter- nnacionales, l caso de Ameética L s cjemplar, pues los sobornos se han convertido en estrategias econdmi- cas de desconstruccién de sociedades més equilibradas y justas, La entrega de los valores de una nacién, el ejer- cicio de la dictadura, la destruccién del medio ambiente y las politicas autoritarias constituyen formas de “alterar y trastocar” el bienestar de una sociedad, Los ejercicios dde cesi6n de los intereses nacionales a los de las grandes potencias através de sus empresis, en nombre de teorias de libertad, modernizas | apertura comercial y glo: balizacién han Hevado a grupos politicos a aferrarse al con el fin de autosatisfacer poder y a la administra sus propias vanidades y glotonerias politicas y econd- micas en dettimento de a dignidad y de los recursos dl onden des apacesy se aiments con preferencia de roedores og 0s inectosy catoias.Dictanaride lena pala Real Ace Fspafola, Madi, 1970 de la nacisn, tal como ocurre hoy con la megamineria, a los desastres ambientales, econdmicos y suciales que dejé la explotacién minera de ayer. La co- neno circunscrito a cada rrupcién no es pues un fen pais sino a la economia mundial”, Siguicndo a Humboldt, Horst Pictschmann con- fa que la “inmoralidad publica generalizada © “colonial”. Pero el

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