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La noche feliz de Madame Yvonne
A Plino
:Dénde demonios estoy ahora, se preguntd Madame Yvonne en
un relimpago de lucidez. Alguien habia lenado aquel salén de
guirnaldas de colores y cuatro tunjosrisuefios la miraban desde el
bar. Habia serpentina regada por el suelo. Yeapuchones bailando
detris de las puertas de vidrio. ¥ abriendo y cerrando los brazos
un enorme oso se acercaba llansindola por su nombre
Aj, Madame Ywonne, asi que gusted también le jala al car-
naval?
‘Madame Yvonne Io miré un instante desconcertada, Luego, re