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Hay cierta necedad en asumir la incidencia y los efectos de la tecnología y la

globalización en la sociedad y en la cultura, información que podría en principio
desvirtuar y desconsolar a aquellos que valoramos el sentido, una buena ficción
borgiana. Más, Martínez recompone un entusiasmo casi pasional y visible del uso
y el pragmatismo -casi también estadoudinense- de la tecnología y las nuevas
comunicaciones, al condicionarla a la educación, la consideración cultural y la
singularidad de los sujetos, al menos así entiendo su sentido.

Es evidente que la tecnología de la información transforma el ámbito cultural,

económico y aún en políticas gubernamentales, así como nos recuerda que otras
revoluciones tecnológicas como la imprenta, el alfabeto, etc. tuvieron efectos
similares. Hoy, la red ³aporta metáforas para la cultura del siglo veinte:
interactividad, descentralización, la elaboración de ideas relacionadas desde una
multitud de fuentes. La red es el origen de una conectividad ampliamente
extendida y mediada, acelerada e intensificada por el computador, en la dirección
de amplificar el pensamiento, enriquecer la imaginación y, con ambos, hacer que
tanto nuestra memoria como las extensiones de nuestros sentidos se vuelvan más
amplias y profundas´1. El texto realza el respeto implícito de la red a la identidad
del usuario, pero ¿lo virtual es real? Es interesante como el efecto de la
digitalización, la virtualización y el trabajo en red, transforman la información pero
en especial, el acto de significación de dicha información, que busca convergencia
de vías para el quehacer humano, sustituyendo la palabra impresa, ³era Digital´
que esperemos no menoscabe a la palabra en sí en pro de una universalización
de significados. Pero sin duda, la tecnología de la información como dice Martínez
y Prendes ³repartimos la responsabilidad de lo que pasa en la pantalla´2 en
comparación con la televisión; no sin riesgo de confundir lo privado y lo público, lo
real y lo virtual.

En referencia a la globalización y la mundialización -esto no es un ensayo, ¿o sí?,

igual la imparcialidad es cobardía o facilismo mental- discrepo en la orientación
que toma la tecnología de la comunicación hoy, un progreso es una ruptura de
límites y eso es efecto de un quehacer humano, un deseo, que en la actualidad
dialécticamente ignora imposibles, pero ¿es pertinente? Vivimos en una sociedad
economizada, neo-liberal, mercantil, ¿este uso de la tecnología, no? El
antecedente europeo me parece más favorable a un proceso de humanización, de
pasar de una sociedad de la información a una sociedad de formación, de
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aprendizaje como se menciona, el pragmatismo desvirtúa el sentido de la palabra
y de la comunicación pero en especial del sentido y la comprensión teórica en y
por el cual se entiende un conocimiento, la episteme.

La integración que promueve la globalización si no se sostiene en una ética en ese

intercambio, en una mundialización entendida como la interdependencia planetaria
en lo económico, científico, cultural y político, podría quedar reducida a sistemas y
anhelos económicos y a desvirtuar identidades, singularidades. Ya lo apunta
Martínez al decir ³«que la globalización está desequilibrada en el sentido de la
accesibilidad y posibilidades de participación dentro de ella´3, en referencia a las
desigualdades existentes en el uso de la tecnología, siendo pocos los que
realmente aprovechan esta herramienta en pro del conocimiento.

Es cierto que la tecnología de la comunicación acerca culturas y personas,

oportunidades y construcciones del conocimiento afectando nuestras vidas,
³afectando fundamentalmente a la intimidad, a la individualidad y las relaciones´4.
Halo entonces lo dicho, es decir, es infranqueable para un sentido humano que la
sociedad de información tenga ese pasaje a ser ³de la formación´ y tal empresa
implica inteligencia, ética y no termine siendo excluyente. En educación plantea
que no sólo hay potencialidades, que la red sea una herramienta productiva, sino
limitaciones pues tanta información y tantas posibilidades no tienen sentido ni
significado en sí mismo (antecede lo social, el intercambio humano), ni aprendizaje
ni sabiduría, es necesario inteligencia, agregaría ética y humanismo, que desde la
educación evitaría ³la tendencia a confundir globalización con cultura, olvidando la
singularidad de cada una de esas culturas, y a tratar los valores como si de meras
mercancías literarias se tratara.´5

La formación-tecnologías se analiza desde la formación base para entenderla y

usarla en la cultura y en la forma novedosa para relacionarse, para adquirir
conocimientos necesarios para lo laboral y como herramienta para la formación.
Martínez y Prendes refieren al ÷
  

        
donde que refieren a la sociedad del futuro como del conocimiento donde ³«la
educación y la formación serán más que nunca, los principales vectores de
identificación, pertenencia y promoción social«´6. Añaden que la información debe
cobrar significado global y promueva el conocimiento y que la tecnología en sí
transformen los mecanismos intelectuales necesarios para que el sujeto maneje y
de sentido a la información, algo que sin duda es acorde a un proceso paralelo a
una humanización.
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En este ámbito el docente, actor importante en la educación, debe saber usar la
tecnología, sus procesos de comunicación y significación, comprender sus
mensajes, saber sus formas de trabajar en distintas áreas, saber organizar y ser
didáctico en el uso de TIC en la planificación del aula, tener conocimientos
teóricos-prácticos para analizar e interpretar el TIC para los procesos de
enseñanza, formarse permanentemente y saber seleccionar el material para sus
necesidades educativas. He resumido estos puntos pues me parecen el soporte
estructural infranqueable para que las nuevas tecnologías logren un objetivo social
y puedan ser orientadas a un intercambio, un interaprendizaje que a más de ser
muy enriquecedor puede promover una evolución en el sujeto y no en el
computador.


*+,*-./0120$

- MARTINEZ SANCHEZ, F. Y PRENDES ESPINOSA M. Paz (Compiladores).

2004, Nuevas tecnologías y Educación, Pearson, Madrid.

- MARTINEZ SANCHEZ, F. Y JARAMILLO, F. 2010, Texto guía, Editorial de la

UTPL, Loja.