You are on page 1of 7
Saco Felles 4 herrne fin toddeatwaaiy 2 Ce 1G, Me Graur Hill, Net co, 499 {QUE TAN DIFERENTES SON LOS SEXOS? * “Masculino” y “femenino” pueden significar co- sas distintas, Cuando describimos a una perso- na usando alguno de estos términos, podemos estar refiriéndonos a la identidad bioldégica de esa persona como hombre o mujer, o al hecho de que la persona presente rasgos considerados de manera tradicional como ideales para su sexo, 0 al hecho de que la persona es atractiva al sexo ‘puesto (Maccoby, 1987). Asi estos términos tie- nen muchos usos. Para aclarar la discusién, los socidlogos dis- tinguen entre tres conceptos: el sexo, que se refiere a las diferencias biolégicas entre los hombres y las mujeres; el rol sexual se refiere a las conductas, actitudes y motivaciones que una cultura particular considera correctos para hombres 0 para mujeres; y el género, que se refiere al “complejo de significados sociales que se atribuyen al sexo biolégico” (Kimmel y Mes- sner, 1992, p. 8). Las preguntas para los socié- logos que estudian el género son: éQué tan dife- rentes son los hombres y las mujeres? y, édénde se originan estas diferencias? La lista de las diferencias reales y pretendi- das hombre-mujer es potencialmente larga. Es obvio que los sexos difieren desde el punto de vista anatémico. Por regla general los nifios son. fisicamente més activos que las nifias; mientras que éstas tienden a ser mas verbales que los nifios y empiezan a hablar mas pronto. Los hombres tienden a ser agresivos, las mujeres a ser pacifistas. Los hombres valoran la inde- pendencia y la realizacién; las mujeres valoran. Ia intimidad y el apego. Los hombres estén orientados a la accién, se “hacen cargo de los negocios”; las mujeres estén orientadas a la gente, ellas se hacen cargo de otros. Las opiniones sobre los origenes y él grado de diferencia hombre-mujer tienden a polarizarse (Cavris, 1992). Por un lado estan los “maxima- listas,” quienes creen que existen diferencias fundamentales arraigadas profundamente en- tre hombres y mujeres, Los maximalistas pue- den creer que los hombres son superiores o, ala inversa, que las mujeres son superiores. Lo que los une gon sus creencias de que los sexos son diferentes, que estas diferencias son significan- tes y que son “integrales” a los individuos. Por otro lado estén los “minimalistas’, quienes creen que las diferencias entre los hombres y mujeres son menores y superficiales, producto de losroles diferentes que les asigna la sociedad, ‘Mientras que los maximalistas asumen que las diferencias del género se derivan de la forma en, que son los hombres y las mujeres, los minima- listas asumen que las diferencias del género reflejan lo que los hombres y las mujeres hacen en un momento de la historia, en una cultura o en una situacién particular. Las diferencias biolégicas 4Son las diferencias del género expresiones na- turales de disparidad biolégica o son creaciones sociales que tienen poco o ningiin fundamento bioldgico? ‘Empecemos con algo que “todos conocemos’: los hombres sobresalen en los deportes. La ra- z6n parece tan obvia como para requerir alguna explicacién: después de la pubertad los hombres son mas altos, de huesos mas largos y mas musculosos, en promedio, que las mujeres, y asi son “naturalmente”, mejores atletas. Esto es verdad, pero sdlo hasta cierto punto (Fausto- Sterling, 1985). Debemos recordar que la fuerza y la resistencia dependen de niveles suficientes de actividad fisica y entrenamiento, asi como de genes sanos y hormonas. Hasta hace poco, sola- mente se permitia que vagaran los muchachos y se esporaba (hasta se exigia) que fueran atle- tas; las jévenes eran “atadas al delantal” de sus mamés casi literalmente. Pero a medida que las jévenes han sido alentadas a tomar en serio los deportes, la distancia entre el desempeiio atlé- tico de los hombres y las mujeres se ha reducido. Por ejemplo, entre 1964 y 1984, las mujeres corredoras de maratén redujeron sus tiempos en hora y media, mientras que los tiempos de los hombres se redujeron en sélo unos cuantos mi- nutos. Tendencias similares son notables en otras competencias de atletismo y en natacién. Sila distancia entre hombres y mujeres contintia ‘Captuio 10: ESTRATIFICACION DEL GENERO 345 Para os “maximalistas” en el debate sobre las diferencias entre los sexos, las conductas tradicionales mostradas en estas fotografias son naturales y correctas: las mujeres son tranquilas, criadoras y senerosas; los hombres son fuertes, activos y competitivos. cerréndose al ritmo actual, en unos 30040 aiios los hombres y las mujeres podran competir en _ estos deportes de igual a igual. Por supuesto, las corredoras y las nadadoras podrian encontrarse enel altiplano, pero en Alemania oriental (bajo el comunismo) donde los hombres y las mujeres recibian entrenamiento, supervisidn y estimulo semejante, las mujeres, en promedio, nadaban sélo tres por ciento mas lento que los hombres. Por tanto, con oportunidad igual existe diferen- cia, pero es muy poca, Parece improbable que las mujeres atletas competirdn tan parejas con los hombres en deportes que requieran estatura, corpulencia ola fuerza de cuerpos altos (basquet- bol, fitbol, tenis, golf), pero pueden aleanzarlos en otros deportes, tales como la gimnasia. Pasando de los miisculos al cerebro, estudios recientes informan que las diferencias de los sexos en la neuroanatomia han atraido gran atencién (Fausto-Sterling, 1985). El cerebro es- té dividido en dos hemisferios de tamaiio igual, conectados a un haz de fibras. Los cientificos | solan pensar que un hemisferio dominaba al otro, Sin embargo, en la década de 1950, el doctor Roger Sperry y otros descubrieron que los. dos hemisferios no son tan dominantes o domi- nados como diferentes. El hemisferio izquierdo estaba asociado con la habilidad verbal y de razonamiento, y el hemisferio derecho con las. habilidades de accionamiento (mecénicas) y el talento artistico. Pronto otros cientificos empe- zaron a usar la especializacién hemisfériea para explicar las supuestas diferencias del modo en que piensan y sienten los hombres ylas mujeres. La opinién cientifica sobre las diferencias de los sexos y la especializacién cerebral ha variado ampliamente en los afios intermedios (Tavris, 1992). En primer lugar, los estudios encontra- ron que el hemisferio izquierdo, el supuesto asiento del intelecto, estaba més desarrollado en los hombres. Luego, como el hemisferio dere- cho fue sefialado como la fuente de la brillantez y lacreatividad, los estudios revelaron lamayor especializacién del hemisferio derecho en los hombres. Para hacer més confuso el problema, investigaciones mas recientes sugieren que los hombres tienen mayor especializacién en el he- misferio izquierdo y derecho, en tanto que las habilidades en el cerebro femenino son més difusas. De este modo, sea cualesquier opinién que surgiera, las mujeres quedarian enel extre- mo perdedor (inferior). Mientras tanto, los nu- merosos estudios que no encontraron diferen- cias entre los cerebros masculinos y femeninos generalmente no fueron tomados en cuenta. Ademés, los muchos cientificos que sostenian que el cerebro funciona como un conjunto inte- grado, fueron ignorados por mucho tiempo. 346 Pato: DESIGUALDAD SOCIAL En disputa queda la pregunta: deudl sexoesel més inteligente? La sabiduria convencional se- fiala que las nifias destacan en habilidades ver- bales (apoyando el clichéo estereotipo de que las. mujeres hablan demasiado); en tanto que los hombres tienen habilidades superiores de accio- namiento y de razonamiento de mateméticas (apoyando el estereotipo de que los hombres son més caleuladores). Una primera opinién de Ia investigacién existente apoyé este cuadro (Mac- coby y Jacklin, 1974), Sin embargo, investigacio- nes mas recientes cuentan una historia diferen- te. Los anilisis de 165 estudios de habilidad verbal representando pruebas de mis de 1.4 mi- Tones de personas, no encontraron diferencia significante entre los sexos (Hyde y Linn, 1988). Un segundo estudio de 100 pruebas de habilidad matematica, representando pruebas de 3.9 mi- ones de estudiantes, encontraron una diferen- cia porel sexo muy pequefia a favor de las mujeres en la poblacién en general. Sélo en estudios de individuos excepcionales (o “genios matemati- cos”) aventajaron los hombres (Hyde, Fennema yLamon, 1990). Finalmente, estudios de habili- dades de accionamiento encontraron que los hombres tienen una ligera ventaja, pero que las variaciones dentro de cada sexo son més grandes que entrelos sexos (Caplan, MacPherson y Tobin, 1985). Y aqui esté el enigma del asunto. El problema con las teorias biolégicas sobre las diferencias del género es que éstas desvian Ia atencién de las similitudes del género (Tav- ris, 1992). Los estudios que informan que los sexos son mas semejantes que diferentes rara vez son noticia (véase capitulo 1). Ademés, cuando los investigadores y el piiblico escuchan que un estudio encontré diferencias entre los hombres y las mujeres, tienden a ignorar la magnitud de la diferencia, En la visin de su mente se imaginan dos curvas que no se so- breponen, con todas las mujeres abajo del pro- ‘medio y todos los hombres arriba de éste (como en la figura 10-24). En realidad, la diferencia generalmente es cuestién de unos cuantos pun- tos en poreentaje, y la gran mayoria de los porcentajes de los hombres se traslapa con los de las mujeres (figura 10-28). (A) RESULTADOS IMAGINADOS oe ae 0100 200° 800 4000” 600700 BOO ‘Punfuacion matematioa RESULTADOS REALES wees, Homes 0 100 200 900 400 500 600 700 800 Distribucién de puntuacién matematica Figura 10-2 Evaluando los estudios de diferencias entre los sexos. Cuando la gente se entera a través de loe medios que los investigadores han encontrado prueba de diferencia entre realidad, las diferencias dentro de cada sexo casi siempre son més grandes que entre ellos (B). Fuente: Carol Tavris, 1992. The Mismeasure of Woman: ‘Why Women Are Not the Better Sex, the Inferior Sex, or the Opposite Sex. Nueva York: Touchstone, pp. 41 y 42; docu- mentado en Robert Sapolsky, The Case of the Missing Nightwatchmen, Discover, ulio 1992, pp. 42-45. Como nota final, los estudios de la conversa- cidn diaria encuentran que los hombres exceden la platica de las mujeres en el lugar de trabajo y es més probable que ellos dominen la conver- sacién, cambien de temae interrumpan més que as mujeres (Tannen, 1990). A pesar de la pre- tendida inferioridad de las mujeres, actualmen- te la mitad de los contadores son mujeres (Gol- din, Blau y O'Neill, 1992). Las influencias culturales Silos roles sexuales y las identidades del género estuvieran arraigadas firmemente en la biolo- sia, uno pensaria que las ideas acerea del género son universales, Y no lo son. Todas las socieda- des conocidas atribuyen un significado social a” las diferencias entre los sexos. En la mayoria de las sociedades se ensefia juegos diferentes alos nifiosy a las nifias y se les dan premios distintos por buena conducta. Los hombres y las mujeres se distinguen a si mismos con ropa y adornos diferentes y siguen reglas de etiqueta distintos al tratar con miembros del mismo sexo 0 del opuesto. Todas las sociedades preindustriales tienen una divisién del trabajo basada en el género. Pero, como descubrié hace aiios la gran antropéloga Margaret Mead (véase capitulo 4), Jo que la gente considera como conducta mascu- lina o femenina es completamente variable (Sanday, 1981; Ashmore y cols., 1986). En las sociedades occidentales la gente tiende apensar que los hombres estan mejor adaptados para el trabajo vigoroso. Sin embargo, en la mayoria de las sociedades de Africa, al sur del Sahara, se espera que las mujeres acarreen leia al hogar, que leven las cosechas al mereado y que realicen trabajos de construccién en sus casas. No existe el concepto de las mujeres dé- biles o delicadas. En las aldeas balinesas tradi- cionales, los hombres son tan delgados y agra- ciados como las mujeres; los hombros anchos y los biceps abultados se consideran anormales y feos. Los Toda de la India consideran a las mujeres incompetentes para el trabajo domés 0 y lo dejan a los hombres. Los iranies estan convencidos de que las mujeres son serenas y légicas y los hombres, volatiles. En Rusia, casi todos los doctores son mujeres. Esta lista podria ser interminable. Las miitiples variaciones cul- turales parecen estar involueradas en la deter- minacién social de las diferencias del género. Elrompecabezas est en que aunque los roles del género difieren comparados desde la perpec- tiva cultural, la estratificacién del género es universal (Marini, 1990). Virtualmente todas las sociedades depositan un valor cultural mas alto en los roles de los hombres que en los de las mujeres. Por ejemplo, en algunas sociedades de ‘Nueva Guinea las mujeres son responsables de cultivar camotes y los hombres, papas o bonia- tos. Invariablemente, los camotes son conside- rados ordinarios, comida diaria, y los boniatos se reservan para las fiestas. “En todas partes, en todas las culturas conocidas, las mujeres son consideradas en cierto grado inferiores a los ‘Captulo 10: ESTRATIFICACION DEL GENERO 347 hombres”, escribié la antropéloga Sherry Ortner (1974). Pero el grado de desigualdad entre los sexos varia. En general, cuanto mas fuerza econémica tienen las mujeres, més igualitaria es la socie- dad (Blumberg, 1984; Chafetz, 1984). Asi, en las sociedades en que la contribucién de las mujeres es vital para la produccién y distribucién de bienes esenciales, es probable que éstas sean. tratadas casi igual. Los grupos de cazadores-re- colectores de las aldeas horticultoras se ajusta- ron a este modelo. Pero en las sociedades on donde los hombres controlan los medios de pro- dueeién y el mereado, es més probable que las mujeres estén subordinadas. Los grupos de pas- tores, los estados agricolas y las sociedades in- dustriales tienden a ser més estratificadas por el género. Lasocializacién del género La socializacién del género empieza al nacer. La primera pregunta que hace la gente a los nuevos padres noes “Nacié sano el bebé?”, sino, “éFue nifio o nifia?” Nosotros sentimos incertidumbre comentando la apariencia ola actividad del be- bé, 0 escogiéndole un regalo, hasta que conoce- ‘mos el sexo del bebé. La respuesta ala pregunta “tniiio o nifia?” tiene consecuencias sociales in- mediatas. Los padres preparan sin darse cuenta a sus bebés y a sus hijos pequefios para los roles sexuales tradicionales. Cuando se les pidié a los padres de nifias, unos cuantos dias después del nacimiento, que describieran a sus hijas, dijeron que eran suaves, delicadas y algo pa- sivas; los padres de nifios los describieron como fuertes, duros y alertas (Paludi y Gullo, 1986; Rubin, Provenzano Luria, 1974). En el pri aiio de vida de un bebé con frecuencia es para un extrafio adivinar si es nifio o nifia —ana razén por la cual los padres visten a los nifios en azul y a las nifias en rosa—. La mayoria de los padres se incomodan si un extrafio cree que su bebé o pequetio hijo es de otro sexo diferente del suyo (J. McGuire, 1988). Los padres se ocupan en jugar fisicamente 348 Pate: DESIGUALDAD SOCIAL més con los nifios y en platicar més con las nifias. Los nifios son tratados con rudeza y lanzados al aire; las nifias son sostenidas mu- cho mas suavemente (Walum, 1977). Hoy es algo més probable que en genera- ciones pasadas que se aliente a las nifias a Rugged individualist | le en okt Twill ser atléticas y a los nitios a considerar més los sentimientos de los demas. Pero persisten otras formas de género estereotipado, Por ejem- plo, los padres raramente dan una mujieca a un nifio o un camién de juguete a una nifia (Stern y Kamaker, 1989). Al asignar las tareas de la casa, los padres tienden a pedir a los nifios que arreglen el patio y reparen cosas, y a las nifias que ayuden en la cocina o cuiden al bebé. Estos mensajes son reforzados si los hijos ven a su madre jugando el papel de “ayudante” y a su padre el papel del “hombre practice”. ‘Aun cuando los padres traten de “socializar a los hijos de ambos sexos hacia las mismas metas principales,... piensan que los hijos estén empe- zando desde puntos diferentes, teniendo cada ‘sexo un conjunto de ventajas ‘naturales’ y res- ponsabilidades diferentes” (Maccoby y Jacklin, 1974, p. 344), Los padres tienden a describir a sus hijos que crecen como desarreglados y rui- dosos, y a las nifias como més limpias y educa- das, Este estereotipo del género se hace exten- sivo a la realizacién intelectual. Asi es mas probable que los padres atribuyan el éxito de una hija en matematicas al esfuerzo, y el éxito de un hijo a su talento (Burns y Homel, 1989), Como consecuencia, la nifia tiene que trabajar més en algo que corresponde naturalmente al nifio. La socializacién del género para roles futuros se extiende desde la “correcta” postura para hombres y ‘mujeres. Este anuncio mostrando ‘aun ejecutivo junior” (arriba) y la fotografia de las adolescentes en la “escuela del encanto" (abajo) datan ‘ambas de los afios cincuenta. Si se invirtieran las formas de sentarse, dnos parecerian correctas hoy? (véase fotografia pagina 94.) La socializacién del género es continuada y reforzada en la escuela, como parte de un “cu- rriculum oculto” (véase capitulo 12). Aun cuan- do los maestros intenten tratar igual a ambos sexos, se cuelan las inclinaciones, Es més pro- bable que se les pida a los nitios que borren el pizarrén y a las nifias que repartan las galletas (Richmond. Abbott, 1992). En la escuela mater- nal las nifias tienden a lamar la atencién por ser obedientes, y los nifios por sumala conducta. En la escuela elemental, se tiende a premiar a las nifias por ser limpias, a los nifios por hacer un buen trabajo. Los intentos por hacer que los nifios se interesen en la economia doméstica, 0 que las nifias en los talleres, no han tenido mucho éxito; los esfuerzos para organizar pro- gramas de deportes coeducacionales se han to- pado con un fracaso similar. Estudios de libros ilustrados para nifios y de la televisin revelan patrones similares (Signo- rielli, 1989; J. A. Williams y cols., 1987) (véase también capitulo 4). Cada aiio varios nuevos programas presentan miembros de ambos sexos enroles no tradicionales, pero la mayoria de las. producciones de televisién refuerzan los este- F reotipos del género (Signorielli, 1989). Los hom- bres exceden a las mujeres por tres a uno en la Captulo 10: ESTRATIFICACION DEL GENERO 349 Las distinciones del género mu- chas veces son més importantes para los nifios pequefios que para sus padres y otros adultos, En la mayoria de las escuelas materna- les, el grupo par es un poderoso agente de socializacién del género. television de horario principal (Bretl y Cantor, 1988; Lott, 1989). Las mujeres en las comedias tienden a ser jévenes y atractivas, Es menos probable que ellas trabajen fuera del hogar que Jos hombres, y silo hacen, por lo general traba- jan en ocupaciones de bajo estatus (tales como mesera o secretaria). Los hombres tienden aser de mayor edad, mas ricos, poderosos, y a combi- nar con éxito el trabajo yla familia. Los hombres de la televisin son hombres de accién: policias, doctores, reporteros y vaqueros; las heroinas tienden a inquictarse por el amor y en complacer a su familia o a su jefe, Es rara la mujer profe- sionista soltera o “supermujer’, quien parece combinar el trabajo y la familia sin esforzarse. En los anuncios de la TV se presenta algunas veces a las mujeres en roles de trabajo y a los hombres en roles caseros, pero el 90% del tiempo elnarrador—Ia voz de la autoridad—es hombre (Bretl y Cantor, 1988). Los grupos de pares también refuerzan las distinciones del género. De hecho, son los otros nifios quienes hacen juicios més fuertes sobre cudles juguetes o ropas son los correctos para nifios o nifias, por encima de lo que juzgan sus padres y tienden a apartarse de los nifios que se ‘ocupan en juegos del género “equivocado” (Stern 350 Parte 3: DESIGUALDAD SOCIAL y Kamaker, 1989). El estereotipado del género puede ser especialmente fuerte entre los adoles- centes (Richmond-Abbott, 1992). Dado este bombardeo de mensajes sutiles y no tan sutiles, Ia sorpresa es que los nifios son imas semejantes que diferentes! Las diferencias del género en los nifios que juegan son en la direccién esperada —por ejemplo, las nifias pa- san més tiempo jugando a la casita, y los nitios pasan mds tiempo tirando la casita— pero las diferencias generalmente son pequetias (Bloch, 1987). “No hay prueba consistente...de que los sexos difieren en estilo cognoscitivo, crestivi- dad, independencia, susceptibilidad a la in- fluencia, autoestima general, emocionalidad, empatia, crianza, sociabilidad 0 locuacidad” (Marini, 1990, p. 98). “Lo desmesurado de las mujeres” Si los hombres y las mujeres son mas iguales que diferentes, épor qué las nifias adolescentes con frecuencia sufren crisis de autoestima (Gi- liigan, 1982)? ¢Por qué las mujeres adultas com- pran tantos libros de autoayuda que prometen mejorar sus vidas sexuales, sus relaciones con sus amantes y sus madres, su cardcter, su cuer- poy su confianza? Parte de la respuesta, segin Carol Tavris en su libro, The Mismeasure of Women (1992), tiene que ver con el “hombre universal”, En virtualmente todos los reinos, los hombres son considerados como la norma y las muje- res son vistas como “anormales”, deficientes, el Sexo que necesita ser explicado. “La conducta del hombre, los héroes hombres, la psicologia masculina, ¢ incluso a fisiologia masculina con- tintian siendo los estandares de la normalidad contra la cual son medidas las mujeres y encon- tradas deficientes” (Tavris, 1992, p. 17). En po- litica se distingue entre los “grandes problemas” (guerra, economia, crimen, drogas) y “proble- mas de mujeres” (arreglo diario, control de la natalidad, paz). En las teorias econdmicas el “trabajo de las mujeres” (cuidado del hogar yla familia) simplemente no se cuenta, En nuestras escuelas el estudio de la civilizacién occidental se concentra casi en exclusiva en lo que los “grandes hombres (blancos)” hicieron y dijeron; el estudio de la literatura occidental se concen. tra en los escritores hombres (blancos): Los “es- tudios de las mujeres” y la “literatura de las mujeres” son considerados especialidades (como son los cursos en las sociedades y en las artesno blaneas). Hasta en la medicina los hombres son la norma, Los estudiantes médicos primero apren- den anatom‘a y fisiologia en un modelo masen- Iino, “El hombre de 70 kilogramos” es el estén- dar para todos los pacientes, Solamente después los estudiantes ven la anatomia femenina y sus problemas de salud, De la misma forma, la mayor parte de la investigacién médica esta fundamentada en un estandar de normalidad masculino. Los estudios de efectos de las drogas, enfermedades y tratamientos, por lo regular excluyen a las mujeres; los estudios de los hom- bres frecuentemente son generalizados para aplicarse a todos los pacientes; los estudios que incluyen a ambos sexos muchas veces dejan de ver las diferencias del género;y se dedica mucha més investigacién a los problemas principales de salud de los hombres (tal como las enferme- dades del corazén) que a los de las mujeres (como el eéncer mamario). Tavris demuestra cémo el “hombre univer- sal” estd tan impregnado en nuestro pensamien- to que con frecuencia dejamos de notarlo. Ella cita a un investigador, quien estudié a hombres y mujeres en una prueba de creatividad (C. B. Olson, 1988). El investigador no estaba intere- sado en cual sexo era mas creativo (eran igua- les), sino en cémo los hombres y las mujeres explicaban sus éxitos y sus fracasos durante una entrevista de trabajo fingida. Encontré que las mujeres con més probabilidad atribuyeron su éxito a la suerte y que estuvieron menos confia- das en sus propias habilidades que los hombres. éPor qué las mujeres dan explicaciones “menos autoserviciales””, se pregunts, Después conclu- y6: “La meta femenina de aparentar modestia inhibe a las mujeres de hacer atribuciones auto- promotoras en situacfones de realizacién.” En esta conclusién se encuentra oculta la suposi-

You might also like