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1G, Me Graur Hill, Net co, 499
{QUE TAN DIFERENTES SON LOS SEXOS? *
“Masculino” y “femenino” pueden significar co-
sas distintas, Cuando describimos a una perso-
na usando alguno de estos términos, podemos
estar refiriéndonos a la identidad bioldégica de
esa persona como hombre o mujer, o al hecho de
que la persona presente rasgos considerados de
manera tradicional como ideales para su sexo, 0
al hecho de que la persona es atractiva al sexo
‘puesto (Maccoby, 1987). Asi estos términos tie-
nen muchos usos.
Para aclarar la discusién, los socidlogos dis-
tinguen entre tres conceptos: el sexo, que se
refiere a las diferencias biolégicas entre los
hombres y las mujeres; el rol sexual se refiere
a las conductas, actitudes y motivaciones que
una cultura particular considera correctos para
hombres 0 para mujeres; y el género, que se
refiere al “complejo de significados sociales que
se atribuyen al sexo biolégico” (Kimmel y Mes-
sner, 1992, p. 8). Las preguntas para los socié-
logos que estudian el género son: éQué tan dife-
rentes son los hombres y las mujeres? y, édénde
se originan estas diferencias?
La lista de las diferencias reales y pretendi-
das hombre-mujer es potencialmente larga. Es
obvio que los sexos difieren desde el punto de
vista anatémico. Por regla general los nifios son.
fisicamente més activos que las nifias; mientras
que éstas tienden a ser mas verbales que los
nifios y empiezan a hablar mas pronto. Los
hombres tienden a ser agresivos, las mujeres a
ser pacifistas. Los hombres valoran la inde-
pendencia y la realizacién; las mujeres valoran.
Ia intimidad y el apego. Los hombres estén
orientados a la accién, se “hacen cargo de los
negocios”; las mujeres estén orientadas a la
gente, ellas se hacen cargo de otros.
Las opiniones sobre los origenes y él grado de
diferencia hombre-mujer tienden a polarizarse
(Cavris, 1992). Por un lado estan los “maxima-
listas,” quienes creen que existen diferencias
fundamentales arraigadas profundamente en-
tre hombres y mujeres, Los maximalistas pue-
den creer que los hombres son superiores o, ala
inversa, que las mujeres son superiores. Lo que
los une gon sus creencias de que los sexos son
diferentes, que estas diferencias son significan-
tes y que son “integrales” a los individuos. Por
otro lado estén los “minimalistas’, quienes
creen que las diferencias entre los hombres y
mujeres son menores y superficiales, producto
de losroles diferentes que les asigna la sociedad,
‘Mientras que los maximalistas asumen que las
diferencias del género se derivan de la forma en,
que son los hombres y las mujeres, los minima-
listas asumen que las diferencias del género
reflejan lo que los hombres y las mujeres hacen
en un momento de la historia, en una cultura o
en una situacién particular.
Las diferencias biolégicas
4Son las diferencias del género expresiones na-
turales de disparidad biolégica o son creaciones
sociales que tienen poco o ningiin fundamento
bioldgico?
‘Empecemos con algo que “todos conocemos’:
los hombres sobresalen en los deportes. La ra-
z6n parece tan obvia como para requerir alguna
explicacién: después de la pubertad los hombres
son mas altos, de huesos mas largos y mas
musculosos, en promedio, que las mujeres, y asi
son “naturalmente”, mejores atletas. Esto es
verdad, pero sdlo hasta cierto punto (Fausto-
Sterling, 1985). Debemos recordar que la fuerza
y la resistencia dependen de niveles suficientes
de actividad fisica y entrenamiento, asi como de
genes sanos y hormonas. Hasta hace poco, sola-
mente se permitia que vagaran los muchachos
y se esporaba (hasta se exigia) que fueran atle-
tas; las jévenes eran “atadas al delantal” de sus
mamés casi literalmente. Pero a medida que las
jévenes han sido alentadas a tomar en serio los
deportes, la distancia entre el desempeiio atlé-
tico de los hombres y las mujeres se ha reducido.
Por ejemplo, entre 1964 y 1984, las mujeres
corredoras de maratén redujeron sus tiempos en
hora y media, mientras que los tiempos de los
hombres se redujeron en sélo unos cuantos mi-
nutos. Tendencias similares son notables en
otras competencias de atletismo y en natacién.
Sila distancia entre hombres y mujeres contintia‘Captuio 10: ESTRATIFICACION DEL GENERO 345
Para os “maximalistas” en el debate sobre las diferencias entre los sexos, las conductas tradicionales
mostradas en estas fotografias son naturales y correctas: las mujeres son tranquilas, criadoras y
senerosas; los hombres son fuertes, activos y competitivos.
cerréndose al ritmo actual, en unos 30040 aiios
los hombres y las mujeres podran competir en
_ estos deportes de igual a igual. Por supuesto, las
corredoras y las nadadoras podrian encontrarse
enel altiplano, pero en Alemania oriental (bajo
el comunismo) donde los hombres y las mujeres
recibian entrenamiento, supervisidn y estimulo
semejante, las mujeres, en promedio, nadaban
sélo tres por ciento mas lento que los hombres.
Por tanto, con oportunidad igual existe diferen-
cia, pero es muy poca, Parece improbable que las
mujeres atletas competirdn tan parejas con los
hombres en deportes que requieran estatura,
corpulencia ola fuerza de cuerpos altos (basquet-
bol, fitbol, tenis, golf), pero pueden aleanzarlos
en otros deportes, tales como la gimnasia.
Pasando de los miisculos al cerebro, estudios
recientes informan que las diferencias de los
sexos en la neuroanatomia han atraido gran
atencién (Fausto-Sterling, 1985). El cerebro es-
té dividido en dos hemisferios de tamaiio igual,
conectados a un haz de fibras. Los cientificos
| solan pensar que un hemisferio dominaba al
otro, Sin embargo, en la década de 1950, el
doctor Roger Sperry y otros descubrieron que los.
dos hemisferios no son tan dominantes o domi-
nados como diferentes. El hemisferio izquierdo
estaba asociado con la habilidad verbal y de
razonamiento, y el hemisferio derecho con las.
habilidades de accionamiento (mecénicas) y el
talento artistico. Pronto otros cientificos empe-
zaron a usar la especializacién hemisfériea para
explicar las supuestas diferencias del modo en
que piensan y sienten los hombres ylas mujeres.
La opinién cientifica sobre las diferencias de
los sexos y la especializacién cerebral ha variado
ampliamente en los afios intermedios (Tavris,
1992). En primer lugar, los estudios encontra-
ron que el hemisferio izquierdo, el supuesto
asiento del intelecto, estaba més desarrollado
en los hombres. Luego, como el hemisferio dere-
cho fue sefialado como la fuente de la brillantez
y lacreatividad, los estudios revelaron lamayor
especializacién del hemisferio derecho en los
hombres. Para hacer més confuso el problema,
investigaciones mas recientes sugieren que los
hombres tienen mayor especializacién en el he-
misferio izquierdo y derecho, en tanto que las
habilidades en el cerebro femenino son més
difusas. De este modo, sea cualesquier opinién
que surgiera, las mujeres quedarian enel extre-
mo perdedor (inferior). Mientras tanto, los nu-
merosos estudios que no encontraron diferen-
cias entre los cerebros masculinos y femeninos
generalmente no fueron tomados en cuenta.
Ademés, los muchos cientificos que sostenian
que el cerebro funciona como un conjunto inte-
grado, fueron ignorados por mucho tiempo.346 Pato: DESIGUALDAD SOCIAL
En disputa queda la pregunta: deudl sexoesel
més inteligente? La sabiduria convencional se-
fiala que las nifias destacan en habilidades ver-
bales (apoyando el clichéo estereotipo de que las.
mujeres hablan demasiado); en tanto que los
hombres tienen habilidades superiores de accio-
namiento y de razonamiento de mateméticas
(apoyando el estereotipo de que los hombres son
més caleuladores). Una primera opinién de Ia
investigacién existente apoyé este cuadro (Mac-
coby y Jacklin, 1974), Sin embargo, investigacio-
nes mas recientes cuentan una historia diferen-
te. Los anilisis de 165 estudios de habilidad
verbal representando pruebas de mis de 1.4 mi-
Tones de personas, no encontraron diferencia
significante entre los sexos (Hyde y Linn, 1988).
Un segundo estudio de 100 pruebas de habilidad
matematica, representando pruebas de 3.9 mi-
ones de estudiantes, encontraron una diferen-
cia porel sexo muy pequefia a favor de las mujeres
en la poblacién en general. Sélo en estudios de
individuos excepcionales (o “genios matemati-
cos”) aventajaron los hombres (Hyde, Fennema
yLamon, 1990). Finalmente, estudios de habili-
dades de accionamiento encontraron que los
hombres tienen una ligera ventaja, pero que las
variaciones dentro de cada sexo son més grandes
que entrelos sexos (Caplan, MacPherson y Tobin,
1985). Y aqui esté el enigma del asunto.
El problema con las teorias biolégicas sobre
las diferencias del género es que éstas desvian
Ia atencién de las similitudes del género (Tav-
ris, 1992). Los estudios que informan que los
sexos son mas semejantes que diferentes rara
vez son noticia (véase capitulo 1). Ademés,
cuando los investigadores y el piiblico escuchan
que un estudio encontré diferencias entre los
hombres y las mujeres, tienden a ignorar la
magnitud de la diferencia, En la visin de su
mente se imaginan dos curvas que no se so-
breponen, con todas las mujeres abajo del pro-
‘medio y todos los hombres arriba de éste (como
en la figura 10-24). En realidad, la diferencia
generalmente es cuestién de unos cuantos pun-
tos en poreentaje, y la gran mayoria de los
porcentajes de los hombres se traslapa con los
de las mujeres (figura 10-28).
(A) RESULTADOS IMAGINADOS
oe ae
0100 200° 800 4000” 600700 BOO
‘Punfuacion matematioa
RESULTADOS REALES
wees, Homes
0 100 200 900 400 500 600 700 800
Distribucién de puntuacién matematica
Figura 10-2 Evaluando los estudios de diferencias
entre los sexos.
Cuando la gente se entera a través de loe medios que los
investigadores han encontrado prueba de diferencia entre
realidad, las diferencias dentro de cada sexo casi siempre
son més grandes que entre ellos (B).
Fuente: Carol Tavris, 1992. The Mismeasure of Woman:
‘Why Women Are Not the Better Sex, the Inferior Sex, or the
Opposite Sex. Nueva York: Touchstone, pp. 41 y 42; docu-
mentado en Robert Sapolsky, The Case of the Missing
Nightwatchmen, Discover, ulio 1992, pp. 42-45.
Como nota final, los estudios de la conversa-
cidn diaria encuentran que los hombres exceden
la platica de las mujeres en el lugar de trabajo
y es més probable que ellos dominen la conver-
sacién, cambien de temae interrumpan més que
as mujeres (Tannen, 1990). A pesar de la pre-
tendida inferioridad de las mujeres, actualmen-
te la mitad de los contadores son mujeres (Gol-
din, Blau y O'Neill, 1992).
Las influencias culturales
Silos roles sexuales y las identidades del género
estuvieran arraigadas firmemente en la biolo-
sia, uno pensaria que las ideas acerea del género
son universales, Y no lo son. Todas las socieda-
des conocidas atribuyen un significado social a”
las diferencias entre los sexos. En la mayoria de
las sociedades se ensefia juegos diferentes alosnifiosy a las nifias y se les dan premios distintos
por buena conducta. Los hombres y las mujeres
se distinguen a si mismos con ropa y adornos
diferentes y siguen reglas de etiqueta distintos
al tratar con miembros del mismo sexo 0 del
opuesto. Todas las sociedades preindustriales
tienen una divisién del trabajo basada en el
género. Pero, como descubrié hace aiios la gran
antropéloga Margaret Mead (véase capitulo 4),
Jo que la gente considera como conducta mascu-
lina o femenina es completamente variable
(Sanday, 1981; Ashmore y cols., 1986).
En las sociedades occidentales la gente tiende
apensar que los hombres estan mejor adaptados
para el trabajo vigoroso. Sin embargo, en la
mayoria de las sociedades de Africa, al sur del
Sahara, se espera que las mujeres acarreen leia
al hogar, que leven las cosechas al mereado y
que realicen trabajos de construccién en sus
casas. No existe el concepto de las mujeres dé-
biles o delicadas. En las aldeas balinesas tradi-
cionales, los hombres son tan delgados y agra-
ciados como las mujeres; los hombros anchos y
los biceps abultados se consideran anormales y
feos. Los Toda de la India consideran a las
mujeres incompetentes para el trabajo domés
0 y lo dejan a los hombres. Los iranies estan
convencidos de que las mujeres son serenas y
légicas y los hombres, volatiles. En Rusia, casi
todos los doctores son mujeres. Esta lista podria
ser interminable. Las miitiples variaciones cul-
turales parecen estar involueradas en la deter-
minacién social de las diferencias del género.
Elrompecabezas est en que aunque los roles
del género difieren comparados desde la perpec-
tiva cultural, la estratificacién del género es
universal (Marini, 1990). Virtualmente todas
las sociedades depositan un valor cultural mas
alto en los roles de los hombres que en los de las
mujeres. Por ejemplo, en algunas sociedades de
‘Nueva Guinea las mujeres son responsables de
cultivar camotes y los hombres, papas o bonia-
tos. Invariablemente, los camotes son conside-
rados ordinarios, comida diaria, y los boniatos
se reservan para las fiestas. “En todas partes,
en todas las culturas conocidas, las mujeres son
consideradas en cierto grado inferiores a los
‘Captulo 10: ESTRATIFICACION DEL GENERO 347
hombres”, escribié la antropéloga Sherry Ortner
(1974).
Pero el grado de desigualdad entre los sexos
varia. En general, cuanto mas fuerza econémica
tienen las mujeres, més igualitaria es la socie-
dad (Blumberg, 1984; Chafetz, 1984). Asi, en las
sociedades en que la contribucién de las mujeres
es vital para la produccién y distribucién de
bienes esenciales, es probable que éstas sean.
tratadas casi igual. Los grupos de cazadores-re-
colectores de las aldeas horticultoras se ajusta-
ron a este modelo. Pero en las sociedades on
donde los hombres controlan los medios de pro-
dueeién y el mereado, es més probable que las
mujeres estén subordinadas. Los grupos de pas-
tores, los estados agricolas y las sociedades in-
dustriales tienden a ser més estratificadas por
el género.
Lasocializacién del género
La socializacién del género empieza al nacer. La
primera pregunta que hace la gente a los nuevos
padres noes “Nacié sano el bebé?”, sino, “éFue
nifio o nifia?” Nosotros sentimos incertidumbre
comentando la apariencia ola actividad del be-
bé, 0 escogiéndole un regalo, hasta que conoce-
‘mos el sexo del bebé. La respuesta ala pregunta
“tniiio o nifia?” tiene consecuencias sociales in-
mediatas.
Los padres preparan sin darse cuenta a sus
bebés y a sus hijos pequefios para los roles
sexuales tradicionales. Cuando se les pidié a
los padres de nifias, unos cuantos dias después
del nacimiento, que describieran a sus hijas,
dijeron que eran suaves, delicadas y algo pa-
sivas; los padres de nifios los describieron como
fuertes, duros y alertas (Paludi y Gullo, 1986;
Rubin, Provenzano Luria, 1974). En el pri
aiio de vida de un bebé con frecuencia es
para un extrafio adivinar si es nifio o nifia
—ana razén por la cual los padres visten a
los nifios en azul y a las nifias en rosa—. La
mayoria de los padres se incomodan si un
extrafio cree que su bebé o pequetio hijo es de
otro sexo diferente del suyo (J. McGuire, 1988).
Los padres se ocupan en jugar fisicamente348 Pate: DESIGUALDAD SOCIAL
més con los nifios y en platicar més con las
nifias. Los nifios son tratados con rudeza y
lanzados al aire; las nifias son sostenidas mu-
cho mas suavemente (Walum, 1977).
Hoy es algo més probable que en genera-
ciones pasadas que se aliente a las nifias a
Rugged individualist
| le en okt Twill
ser atléticas y a los nitios a considerar més
los sentimientos de los demas. Pero persisten
otras formas de género estereotipado, Por ejem-
plo, los padres raramente dan una mujieca a
un nifio o un camién de juguete a una nifia
(Stern y Kamaker, 1989). Al asignar las tareas
de la casa, los padres tienden a pedir a los
nifios que arreglen el patio y reparen cosas, y
a las nifias que ayuden en la cocina o cuiden
al bebé. Estos mensajes son reforzados si los
hijos ven a su madre jugando el papel de
“ayudante” y a su padre el papel del “hombre
practice”.
‘Aun cuando los padres traten de “socializar a
los hijos de ambos sexos hacia las mismas metas
principales,... piensan que los hijos estén empe-
zando desde puntos diferentes, teniendo cada
‘sexo un conjunto de ventajas ‘naturales’ y res-
ponsabilidades diferentes” (Maccoby y Jacklin,
1974, p. 344), Los padres tienden a describir a
sus hijos que crecen como desarreglados y rui-
dosos, y a las nifias como més limpias y educa-
das, Este estereotipo del género se hace exten-
sivo a la realizacién intelectual. Asi es mas
probable que los padres atribuyan el éxito de
una hija en matematicas al esfuerzo, y el éxito
de un hijo a su talento (Burns y Homel, 1989),
Como consecuencia, la nifia tiene que trabajar
més en algo que corresponde naturalmente al
nifio.
La socializacién del género para
roles futuros se extiende desde la
“correcta” postura para hombres y
‘mujeres. Este anuncio mostrando
‘aun ejecutivo junior” (arriba) y la
fotografia de las adolescentes en la
“escuela del encanto" (abajo) datan
‘ambas de los afios cincuenta. Si se
invirtieran las formas de sentarse,
dnos parecerian correctas hoy?
(véase fotografia pagina 94.)La socializacién del género es continuada y
reforzada en la escuela, como parte de un “cu-
rriculum oculto” (véase capitulo 12). Aun cuan-
do los maestros intenten tratar igual a ambos
sexos, se cuelan las inclinaciones, Es més pro-
bable que se les pida a los nitios que borren el
pizarrén y a las nifias que repartan las galletas
(Richmond. Abbott, 1992). En la escuela mater-
nal las nifias tienden a lamar la atencién por
ser obedientes, y los nifios por sumala conducta.
En la escuela elemental, se tiende a premiar a
las nifias por ser limpias, a los nifios por hacer
un buen trabajo. Los intentos por hacer que los
nifios se interesen en la economia doméstica, 0
que las nifias en los talleres, no han tenido
mucho éxito; los esfuerzos para organizar pro-
gramas de deportes coeducacionales se han to-
pado con un fracaso similar.
Estudios de libros ilustrados para nifios y de
la televisin revelan patrones similares (Signo-
rielli, 1989; J. A. Williams y cols., 1987) (véase
también capitulo 4). Cada aiio varios nuevos
programas presentan miembros de ambos sexos
enroles no tradicionales, pero la mayoria de las.
producciones de televisién refuerzan los este-
F reotipos del género (Signorielli, 1989). Los hom-
bres exceden a las mujeres por tres a uno en la
Captulo 10: ESTRATIFICACION DEL GENERO 349
Las distinciones del género mu-
chas veces son més importantes
para los nifios pequefios que para
sus padres y otros adultos, En la
mayoria de las escuelas materna-
les, el grupo par es un poderoso
agente de socializacién del género.
television de horario principal (Bretl y Cantor,
1988; Lott, 1989). Las mujeres en las comedias
tienden a ser jévenes y atractivas, Es menos
probable que ellas trabajen fuera del hogar que
Jos hombres, y silo hacen, por lo general traba-
jan en ocupaciones de bajo estatus (tales como
mesera o secretaria). Los hombres tienden aser
de mayor edad, mas ricos, poderosos, y a combi-
nar con éxito el trabajo yla familia. Los hombres
de la televisin son hombres de accién: policias,
doctores, reporteros y vaqueros; las heroinas
tienden a inquictarse por el amor y en complacer
a su familia o a su jefe, Es rara la mujer profe-
sionista soltera o “supermujer’, quien parece
combinar el trabajo y la familia sin esforzarse.
En los anuncios de la TV se presenta algunas
veces a las mujeres en roles de trabajo y a los
hombres en roles caseros, pero el 90% del tiempo
elnarrador—Ia voz de la autoridad—es hombre
(Bretl y Cantor, 1988).
Los grupos de pares también refuerzan las
distinciones del género. De hecho, son los otros
nifios quienes hacen juicios més fuertes sobre
cudles juguetes o ropas son los correctos para
nifios o nifias, por encima de lo que juzgan sus
padres y tienden a apartarse de los nifios que se
‘ocupan en juegos del género “equivocado” (Stern350 Parte 3: DESIGUALDAD SOCIAL
y Kamaker, 1989). El estereotipado del género
puede ser especialmente fuerte entre los adoles-
centes (Richmond-Abbott, 1992).
Dado este bombardeo de mensajes sutiles y
no tan sutiles, Ia sorpresa es que los nifios son
imas semejantes que diferentes! Las diferencias
del género en los nifios que juegan son en la
direccién esperada —por ejemplo, las nifias pa-
san més tiempo jugando a la casita, y los nitios
pasan mds tiempo tirando la casita— pero las
diferencias generalmente son pequetias (Bloch,
1987). “No hay prueba consistente...de que los
sexos difieren en estilo cognoscitivo, crestivi-
dad, independencia, susceptibilidad a la in-
fluencia, autoestima general, emocionalidad,
empatia, crianza, sociabilidad 0 locuacidad”
(Marini, 1990, p. 98).
“Lo desmesurado de las mujeres”
Si los hombres y las mujeres son mas iguales
que diferentes, épor qué las nifias adolescentes
con frecuencia sufren crisis de autoestima (Gi-
liigan, 1982)? ¢Por qué las mujeres adultas com-
pran tantos libros de autoayuda que prometen
mejorar sus vidas sexuales, sus relaciones con
sus amantes y sus madres, su cardcter, su cuer-
poy su confianza? Parte de la respuesta, segin
Carol Tavris en su libro, The Mismeasure of
Women (1992), tiene que ver con el “hombre
universal”,
En virtualmente todos los reinos, los hombres
son considerados como la norma y las muje-
res son vistas como “anormales”, deficientes, el
Sexo que necesita ser explicado. “La conducta
del hombre, los héroes hombres, la psicologia
masculina, ¢ incluso a fisiologia masculina con-
tintian siendo los estandares de la normalidad
contra la cual son medidas las mujeres y encon-
tradas deficientes” (Tavris, 1992, p. 17). En po-
litica se distingue entre los “grandes problemas”
(guerra, economia, crimen, drogas) y “proble-
mas de mujeres” (arreglo diario, control de la
natalidad, paz). En las teorias econdmicas el
“trabajo de las mujeres” (cuidado del hogar yla
familia) simplemente no se cuenta, En nuestras
escuelas el estudio de la civilizacién occidental
se concentra casi en exclusiva en lo que los
“grandes hombres (blancos)” hicieron y dijeron;
el estudio de la literatura occidental se concen.
tra en los escritores hombres (blancos): Los “es-
tudios de las mujeres” y la “literatura de las
mujeres” son considerados especialidades (como
son los cursos en las sociedades y en las artesno
blaneas).
Hasta en la medicina los hombres son la
norma, Los estudiantes médicos primero apren-
den anatom‘a y fisiologia en un modelo masen-
Iino, “El hombre de 70 kilogramos” es el estén-
dar para todos los pacientes, Solamente después
los estudiantes ven la anatomia femenina y sus
problemas de salud, De la misma forma, la
mayor parte de la investigacién médica esta
fundamentada en un estandar de normalidad
masculino. Los estudios de efectos de las drogas,
enfermedades y tratamientos, por lo regular
excluyen a las mujeres; los estudios de los hom-
bres frecuentemente son generalizados para
aplicarse a todos los pacientes; los estudios que
incluyen a ambos sexos muchas veces dejan de
ver las diferencias del género;y se dedica mucha
més investigacién a los problemas principales
de salud de los hombres (tal como las enferme-
dades del corazén) que a los de las mujeres
(como el eéncer mamario).
Tavris demuestra cémo el “hombre univer-
sal” estd tan impregnado en nuestro pensamien-
to que con frecuencia dejamos de notarlo. Ella
cita a un investigador, quien estudié a hombres
y mujeres en una prueba de creatividad (C. B.
Olson, 1988). El investigador no estaba intere-
sado en cual sexo era mas creativo (eran igua-
les), sino en cémo los hombres y las mujeres
explicaban sus éxitos y sus fracasos durante una
entrevista de trabajo fingida. Encontré que las
mujeres con més probabilidad atribuyeron su
éxito a la suerte y que estuvieron menos confia-
das en sus propias habilidades que los hombres.
éPor qué las mujeres dan explicaciones “menos
autoserviciales””, se pregunts, Después conclu-
y6: “La meta femenina de aparentar modestia
inhibe a las mujeres de hacer atribuciones auto-
promotoras en situacfones de realizacién.” En
esta conclusién se encuentra oculta la suposi-