You are on page 1of 12
J. F. Bone - Enel ‘cuarto planeta ‘pueblo alientgena que es explotado meticulosamente por los seres humanos. No hutbo muchos brillos mas en sus libros publicados. Por desgracia, su talento surgia veces en los cuentos publicados en revistas, que nunca fueron recopilados. Entre ellos brillan los que, como “En el cuarto planeta”, parten de una premisa muy concreta —cémo seria una vida sometida a las durezas del su- puesto clima marciano— para extranar al lector, y vol- verlo a la realidad con un dato final revelador. Como curiosidad, incluimos una nota del autor sobre el modo en que armé la historia. J.F. BONE Nacido en 1916, J. F. Bone fue profesor de medicina veterinaria y empezd a publicar ciencia ficcién en 1957, en la revista Galaxy. Su obra mds recordada es BL pueblo lati, una novela de 1962, descripein de un da, extendié su ojo y consideré el objeto que le obstrufa el paso. No habia advertido el obstaculo hasta que casi Io habfa tocado. Su atencién habia estado concentrada en recoger de los liquenes que cubrian su faja de alimentacién todo fruto alimentador lo bastante grande como para ser comestible. Pero el calor inesperado que irradiaba el objeto lo habfa sobresaltado, Se acercaba la puesta del sol. No tendria que haber nada viviente o no viviente que irradiara una fraccion del calor que provenia del muro de refulgente metal que estaba ante él. Expandié su manto para atrapar el calor mientras empujaba su ojo hacia arriba para mirar por encima. El muro no era alto, sélo lo suficiente para ser una molestia. Se alejabacurvandose a partir de él hacia los limites de su faja de terreno, extendiéndose por completo a través de su tierra. Un difuso recuerdo ancestral le dijo que aquello era un artefacto, un produeto de los antiguos dias, cuando el Pueblo io para sofiar y tiempo para construir. Lo més proba- ble era que hubiese sido construido por sus antepasados remo- tos hacia miles de afios y que acabara de ser sacado de su escondrijo bajo la arena. Aquellos objetos metalicos aparectan y desaparecian segin c6mo el viento moviera las arenas. Los habfa visto antes, pero nunca una pieza tan grande o tan bien conservada. Brillaba como si lo hubiesen hecho ayer, reful- giendo con un suave resplandor plateado contra la oscuridad negro-azulada del cielo. Cuando au ojo se asoms sobre la parte superior del muro, tembl6 de impresién y asombro. Porque no era un muro, como E L UL KWOrN HiZ0 UNA PAUSA en su biisqueda de comi- a9 J.B Bone habfa pensado. Era, en cambio, el borde de un enorme disco motélico de cineuenta raads de didmetro. ¥ eso no era todo. ‘Tres gruesas columnas metélicas subfan a partir del disco, inclinéndose hacia adentro a medida que se alzaban hacia el ciclo. Muy alto, casi més all del alcance de la vision precisa, convergian para sostener un calmente en relacién al suelo. Bl casi tan grande como el disco que habia visto su ojo en primer término. Se alzaba encima de él, y tuvo la repugnante sensa- cién de que estaba por caer y aplastarlo. Extrafias excrecencias articuladas tachonaban su superficie, y sobre el costado, a ‘unos dos tereios de su altura, dos cilindros menores se proyec- taban a partir del mayor. Estaban apartados por una pequefia distancia, divididos por una hilera vertical de cuatro dibujos negros, y apuntaban directamente a su faja de alimentacién. E] Ul Kworn contempls la estructura gigante con disgusto y confusién. La tormenta que la habfa dejado al descubierto tenfa que haber sido enorme para apartar tanta arena. jBra tipico de su suerte que el objeto se encontrara sobre su cami- no! Sele oscurecié el manto de célera. {Por qué todo tenia que pasarle a él? gPor qué el objeto no habia quedado sobre el ‘camino de otro, sobre el terreno de uno de sus vecinos? Lo privaba de casi tres mil raads cuadrados de suelo vital. Cru- zarlo exigirfa una energia que no podia desperdiciar. ¢Por qué no habja quedado sobre la faja de Ul Caada o la Ul Varsi... 0 Ia de cualquier otro integrante del Pueblo innumerable? (Por qué tenia que ser él quien se enfrentaba con aquel obstdculo? No podfa rodearlo porque se extendia més alla de su terri- torio y, en consecuencia, tendria que derrochar una energia preciosa para impulsar su masa encima del muro y a través de la lisa’ superficie brillante del disco: acto que tendria que realizar sin comida, dado que su ojo veia que sobre la pulida superficie motélica no creefa el Iiquen. El frfo de la noche se habfa asentado sobre la tietra. La mayor parte del Pueblo ya estaba envuelta en sus mantos, conservando la energia hasta que la calidez del alba los revi- viera. Pero Kworn no necesitaba invernar. Junto al muro habfa calor suficiente. 180 En el euarto pli El aire rielaba a medida que se enfriaba, Sobre las patas de la estructura se formaron microcristales de hielo, recortando- las en un contraste de tembloroso brillo contra el paisaje sombrfo y seco, eubierto por una capa de liquenes verde. grisdcens con las esferas purpireas de los alimentadores nd. heridos a ellos. Mas alld de Kworn y sus vecinos, separados por espacios de veinte raads, los euerpos envueltos en mantos del Pueblo se extendian en una hilera tinica a través del paisaje ondulado, desapareciendo en Ta oscuridad. Detrés do esta hilera, aun dfa de viaje hacia atrés, os seguia otra hilera del Pucblo: Detras de ella habfa atin otra. Hacia adelante no habfa ninguna, porque el Ul Kivorn y los domas Ul eran los mayores del Pueblo y se movian en primera fila, donde los haba ubicado su madurez y su capacidad para reproducinse, de acuerdo a la Ley. : Caada y Varsi se agitaban sin descanso, estimulades a moverso por el calor que irradiaba el obsticulo, pero obligados In Ley a quedarse en su sitio hasta que el retorno del sol timulara a los demas. Sus mantos de un color esearlata jundo ondulaban sobre el suelo mientras enviaban Jpodos incesantes a los limites de sus fajas de terreno, ban ansiosos por comunicarse eon el UI Kworn. Kivorn no estaba dispuesto a comunicarse, Se mantu- rtado cuando proyecté un delgado seaddpodo hacia el flgente que estaba ante él. Estaba despilfarrando i; pero razonaba que era mejor aprender todo lo que © sobre el objeto antes de tratar de cruzarlo al dia ostara lo que eostase io que tendrfa que cruzarlo, porque Ia Ley era cuanto ala usurpacién del terrtorio de un vecino, rmbro del Pueblo invadiré el terreno de alimenta: el Tiempo de Viaje salvo con permiso La invasién seré castigada con ta expulsién del su lugar en ta fila juivalfa a una condena de muerte. rmiso a Caada oa Varsi, pro estaba préc- 9 de que no lo obtendria. No podia afirmarse sus vecinos fueran buenas en ese mo- ejoso, viejo y egoista, No se habia repro- 181 J. Bone ducido en esa estacion y su vitalidad era escasa. Siempre tenfa hambre y no se privaba de deslizar un seud6podo tirnido mas all de los limites de su terreno para invadir el de su veeino. ‘Kworn le habia advertido hacfa algtin tiempo que no tolerarfa Ja usurpaciéa y que solicitarfa un juicio grupal si habia trans- gresion. ¥ como los integrantes del Pueblo eran fisicamente ineapaces de mentirse entre si, Caada serfa desterrado. Des- pués de eso fic: se mantuvo en paz, pero su disgusto por Kworn no d@aba de ser evidente. juctio del terreno que estaba a la derecha de la posicién de Ul. En esa época hubo rumores en el Pueblo acerca de alimentacién ilfeita y hurto de plasma germinal de los miembros mas pequefios y débiles de la raza. Pero no pudo demostrarse, y muchos jévenes del Pueblo murieron en el duro proceso de crecer hasta la madurez. Kworn hizo un movimiento do indiferencia. Si Varsi era un ejemplo de Ia nueva generacin, la sociedad se estaba yendo de cabeza al Vacio. No sentia el menor afecto por los jévenes impulsivos, agresivos que se extendian hasta los limites mismos de sus dominios, presionando contra sus vecinos, alertas y agresivos hacia el menor rebasamiento accidental de sus territorios. Lo peor era que Varsi se habia reproducido en ese ano, y por lo tanto habia rejuvenecido. El intento del propio Kworn habia tenido un éxito apenas parcial. Sus reservas energéticas no habfan sido lo bastante grandes como para producir un vasta- go aceptable, y el proceso de rejuvenecimiento de su cuerpo sélo se habfa completado parcialmente. Apenas bastarfa para hacerlo legar a los terrenos alimenticios de invierno. Pero como un modo de asegurarse se habia ubicado junto a Caada, quien sin duda se iria al Vacio si la alimentacién era mala durante el viaje. ‘Atin asf, no habia imaginado que tendria a Varsi junto a él. Se consolaba con Ie idea de que otros podfan tener vecinos tan malos como él. Pero jamas cometerfa el error definitivo de intercambiar plasma germinal con sus vecinos, ni aunque de ello dependiera su fortilidad y su posicin. Las células de ellos no harian nada por mejorar el sentimiento de disciplina y orden que habia desarrollado tan cuidadosamente en las pro- 182 En el ewarto planeta pias. Su descendeneia era cortés y honrosa, un orgullo para el Pueblo y el nombre de Kworn. Un padre tenia que estar orgulloso de sus véstagos, para no sentirse avergonzado cuan- do ellos se desarrollaran. Hasta poder tener descendientes. Un Ul, pensé Kworn hoscamente, tendria que contar con Gerto sentido de responsabilidad hacia el futuro importantisimo le la raza. Su ira se apagé cuando ejercié el control sinergético. La ira provocaba un desperdicio de energia, Iujo que no podia permi- tirse. Tal como estaban las cosas ya le quedaba bastante poca. Habfa sido un mal afio. La primavera habia sido tardfa, y el ‘ipado. El verano habia sido seco y el Ifquen terrenos alimenticios crecié pobremente. Los adores pequefios y bulbosos, fuente principal de comi- mnitud y suculencia habituales. Eran encogidos, secos, ape- nos de ingerirse. ¥ los que habia en la ruta hacia los Era desagradablemente célido, liso y resbala- tante6 con delicadeza, tomando nota de las {a8 horizontales casi microse6picas de la superficie del Palp6 con alivio, El objeto podia escalarse. jPero en el ajaba, retrocedié, con el filamen- los de vapor subian del sitio donde habia tocado el \geléndose al instante en el aire helado. Retiré el en una retraccién protectora automatica de sus dolor cos6 de inmediato, pero el recuerdo ardiente le contorsion6 y se estreme- jones por cierto tiempo antes de que los reflejos ingirié su miembro seceionado, Con una sensa- ‘to supo que no podria pasar a través del ‘aciones lo abrumaron. Si no podia pasar, la taba més allé del obstdculo quedaria vacante y upada, por derecho de prioridad, por sus iia esperar que pasaran y unirse a ellos ita en ese punto. Si un miembro 183 I. B Bone del Pueblo se queda retrasado en su puesto, su terreno queda vacante y abierto a sus vecinos. Tampoco puede quien se retrasa reclamar su terreno adelantandose. Quien abandona su posicién, la abandona para siempre. Perversamente, reflexioné que era esa misma Ley la que lo hab jevado a ubicarse junto a Ul Cada. Y, desde luego, sus inos conocian la Ley tan bien como él. Formaba parte de ellos, parte de sus eélulas incluso antes de que se dividieran de sus padres. Serfa el colmo de la estupidez. esperar que vecinos como Varsi o Caada le pormitieran pasar por encima de sus terrenos y mantener su puesto en la fila. La amargura lo inundé con una estimulacién tan penetran- te que Caada extendié un filamento de comunicacién para proyectar una pregunta: “ZQué es ese objeto que descansa sobre tu terreno y el mfo?” pregunt6 Cada. Su proyeecién era débil y cansada. Era obvio que no duraria muchos dias a ‘menos que Ia alimontacién mejorase. “No sé. Es algo metélico, y obstruye mi terreno, No puedo cruzarlo. Me quema cuando lo toco.” Una rapida punzada de oxcitacién recorrié ol filamento de Caada. El viejo Ul corté la conexién en seguida, pero no antes de que Kworn leyese el relmpago de esperanza que Gaada habia abrigado. No habia posibilidad de ayuda por ese lado, y la salvaje codicia de Varsi era tan conocida que no tenia sentido ni siquiera probar con él. Una oleada de desesperanza lo invadié. A menos que encon- trara un modo de superar aquella barrera estaba condenado. No queria pasar al Vacfo. Habfa visto a demasiados inte- grantes del Pueblo irse por ese camino como para desear seguirlos. Por un instante pens6 desesperado en rogar a Caada y Varsi el permiso para cruzar al terreno de ellos por el breve tiempo necesario para superar la barrera, pero se impuso la raz6n. Semejante acto obtendria con certeza un rechazo liso y Mano y, después de todo, él era el UL Kworn y tenia su orgullo, No rogarfa si el ruego era im Y existfa la remota posibilidad de sobrevivir si cerraba su ‘manto estrechamento alrededor de él y esperaba hasta que hubieran pasado todas las filas. Entonces podria seguirlas ala retaguardia... y posiblemente, sélo posiblemente, quedaria 184 swarto planeta comida suficiente como para permitirle llegar a los terrenos alimenticios de invierno. 'Y hasta atin podria ser posible cruzar el disco. En él habia el calor suficiente como para mantenerlo activo. Si trabajaba durante toda la noche tal vez podria construir un sendero de arena sobre su superficie ¢ impedir asf que el metal le quema- rra los tejidos. Técnicamente estaria violando la Ley al adelan- tarse a los demés, pero si no se alimentaba en ese trayecto, no le haria dao a nadie. Se acereé ala barrera y empez6 a amontonar arena contra su base, en un declive que constituyera una ancha rampa hasta la parte superior del disco. El trabajo era lento y la arena resbalaba, Los granos pulidos se deslizaban y la rampa mnaba una y otra vez. Pero siguid trabajando, amon- \do arena hasta que Ilegé a la parte superior del disco. a través de la superficie plana que se extendia ante él. incuenta raads! lo mismo que fueran cincuenta ets. No podria lograr- energético ya era tan bajo que apenas podia wrse, y construir a través de esa extension de metal un de un raad de ancho era una tarea que estaba mas jus fuerzas. Se dejé caer a través de la rampa, agotado habia sentido que los filamentos de comunicacién de a y Varsi lo tocaban. Habfa estado demasiado ocupado, ‘a, con el estallido de alegria de Caada, y la cinica ‘ondulé sin esperanzas. Estaba cansado, dema- ara la ira, Tenfa poca energia. Contem- mutarse. Tarde 0 temprano Ilegaba ese odo el Pueblo. El habia vivido més que la vex le habia legado el momento de partir. . Acepts el hecho con un frio fatalismo que poscer. Tendido en Ja arena, con el manto 6. Atin estaba lejos de la desorgani- 185 IP Bone zacién celular que precedia a la extincién, Bstaba meramente exhausto, y con necesidad de comida para reponer su cnergia. Con comida atin podria tener una remota oportunidad de construir el sendero a tiempo, Pero no habia comida. Habia espigado su zona por completo antes incluso de llegar al obstaculo, Flaccido y relajado sobre la rampa que estaba junto a la barrera, lentamente tom6 conciencia de que el metal no esta- ba muerto. (Estaba vivo! Vibraciones ritmicas pasaban a tra- ‘vés de ély eran transmitidas a su propio cuerpo por la arena, ‘Una esperanza loca se agité en su interior. Si el metal estaba vivo, podrfa ofrlo si él trataba de comunicarse. Concen- tr6 sus tiltimas reservas de energia, reaccioné contra el dolor y apreté un filamento de comunicacién contra el metal. “|Ayddamel”, proyect6 desesperado. “Estas obstruyendo mi faja de terreno! {No puedo pasar!” Sobre un costado sintié la risa de Varsi y sobre el otro la codicia regocijada de Caada “No puedo despertar este metal” pens6 desanimado mien- tras lo intentaba una vez mas, con mas intensidad que antes, ignorando el dolor de su carne quemada. ‘Algo chasque6 nitidamente dentro del metal, y el ritmo de los sonidos cambié. “(Esta despertando!” pens6 Kworn excitade. Hubo un crajido encima de él. Una barra se proyecté a partir del cilindro y se torcié hacia el suelo en ol territorio de Varsi, acompafiado de chasquidos y chirridos. Una rejilla cuadrada ge alz6 en la parte superior del cilindro y empez6 a rotar. ¥ Kworn se estremecié y se sacudié bajo el poder tremendo de las palabras que fluyeron a través de él. Eran palabras, pero no tenian significado, ondas sonoras que martilleaban sus receptores en un idioma desconocido que no podia comprender. Bl idioma del Pueblo habia cambiado des- de la época de los antepasados, pensé desesperado. Y después, con un rugido que le rajaba el manto, los cilin- dros que sobresalfan encima de él escupieron llamas y humo Dos bolas plateadas de las que colgaban oscuros, se dispararon del cilindro mayor y se Iaarena detras de él. Los filamentos se quedaron i 186 En ef cuarto planeta la arena mientras Kworn, envuelto a la defensiva en su man- to, rodaba sobre la rampa hasta el suelo. El silencio que siguié era tan profundo que parecfa como si al Vacfo se hubiese apoderado de la tierra entera. Kworn aflojé lentamente su manto, “En nombre de mi primer antopasado” murmuré tembloroso, “gqué fue eso?” Tenia los sentidos sacudidos y desorganizados por la violencia del sonido. Era atin peor que el rugido y el grito del samyin que de ver en cuando soplaba desde el sur, levando polvo, Ifque- nes, alimentadores y hasta miembros del Pueblo que habfan sido demasiado lentos o tontos como para resguardarse de la furia del viento. Kworn examiné cautelosamente el dafio por su manto. Bra menor. Un diminuto desgarrén que podfa repararse sin incon- venientes, unos pocos granos de arena que podia expulsar. Se preparé para llevar a cabo las reparaciones con la menor pérdida posible de energfa, y mientras lo hacfa, tavo concien- cia de una emanacién que provenfa de los filamentos lanzados desde el cilindro. jComidat IY qué comida! ra la quintaesencia destilada de mil alimentadores pur- puireos! Llegé a sus sentidos con una ola temblorosa de éxtasis mn grande que su manto refulgié con un olor escarlata bri- nto, ‘Tendié un seudépodo hacia su fuente, y cuando tocé el mnto todo su cuerpo temblé de excitacién. La barrera :minada de eus pensamientos por una orgia de deleite Jor casi demasiado intenso como para ser soportado me, Olas de placer le recorrieron el cuerpo cuando se ntamente para cubrir el filamento. Podia ser una 86, pero daba lo mismo. Las exigencias de su \do y el deleite liso y Hano que le contraia las ‘nte aquella materia alimenticia increfble consti- mbinacién demasiado poderosa como para que su a, aunque hubiese deseado hacerlo. Olas na través de él cuando una zona mayor de orbente entré en contacto con el filamento. Se ‘envolviéndolo por completo, dejando que las lo recorricran. Hasta donde podia re- 187 JF. Bone cordar, nunca se habia alimentado asi. Sus niveles energéticos crecian y latian mientras chupaba hasta la tltima delicia de la cuerda, y contemplaba el placer posterior que lo esperaba en la otra, tendida a apenas veinte raads de distancia, Estiré sensualmente un seudépodo de su superficie supe- rior y tantes el otro filamento. Estaba saturado hasta el tope de su vacuola primaria pero el deseo de absorber mas era mas intenso que nunca, aunque sabia que la comida del otro fila- mento lo levaria al nivel eritico, lo obligarfa a reproducirse. La idea lo divirti6, Hasta donde podia recordar, ningin miem- bro del Pueblo habia procreado nunca un véstago durante el ‘Tiempo de Viaje. Seria algo extraordinario, algo que recorda- rfa.a través de los afios on los anales del Pueblo, y tal vez seria incluso motivo de un cambio en la Ley. El seudépodo tanted, se adelant6 y se detuvo en seco sin legar a la meta. A su alrededor sélo habia aire vacio. El miedo expuls6 los lentos pensamientos orgésmicos de su mente. Absorbido por la gula, no hab(a advertido que el fila- mento se habia tensado y regresaba lentamente al cilindro desde el que habia salido. Y ahora era demasiado tarde! El Ul Kworn ya se encontraba més allé del borde del disco metalico, Se esforz6 febrilmente por despegar sus superficies absor- bentes dol filamento y arrastrarse de 61 hasta quedar a salvo, pero no podia moverse, Estaba fijado a la cuerda oseura por algin adhesivo extrario que cementaba sus células firmemen- te a la cuerda. No podia soltarse. Elcable se movfa con serenidad hacia arriba, arrastrandolo de modo inexorable hacia una abertura oscura del cilindro superior. {El pénico lo inundé! Se esforz6 desesperadamente por aflojar las superficies atrapadas. Sus seud6podos castiga- ron el aire vanamente, buscando aterrados algo de qué aga- rrase, algo aferrable que detuviera aquel lento movimiento hacia el infierno de dolor que lo esperaba en el metal que estaba sobre él. Su carne en movimiento tocé la de otro, y dentro de su mente fluyé el pensamiento aterrorizado de Ul Caada. El viejo habia reaccionado més rapido que él, tal vez porque estaba robando en terreno ajeno, pero al igual que él estaba adherido ¥ no podia soltarse. 188 “Te lo mereces” proyecté Kworn torvamente. “El objeto estaba en mi terreno. No tenfas derecho a alimentarte de él” “{Suéltame!” chill6 Cada. Su cuerpo oscilaba en el extremo de una gruesa masa de tejido digestivo, que colgaba de la cuerda, retorciéndose y forcejeando en un terror insensato. Era oxtrafio, pensé Kworn, que el miedo fuera mucha mas intenso en los viejos que en los jovenes. “Despréndete, idiota” proyecté Kworn. “No hay lo bastante de ti adherido como para herirte mucho si lo pierdes. Un poco de sustancia corporal vale menos que tu vida. ;Aptrate! Sino lo haces sera demasiado tarde. Ese metal es venenoso para nuestra carne.” “Pero doleré cortar mi superficie absorbente” protests Cada, “Sera la muerte si no lo haces.” “Por qué no lo haces tt, entonces?” No puedo” dijo Kworn sin esperanzas. “Tengo toda mi werficie adherida al filamento. No puedo librarme.” Ahora a Sereno, resignado a lo inevitable. Su codicia lo habia ado a esa situacién. Tal vez fuera un castigo adecuado, Caada no habia de morir si mostraba un poco de coraje. 1 ojo para observar a su vecino forcejeante. Al parecer ba a seguir su consejo. El tejido que estaba bajo la adherida al filamento empezé a adelgazar. Su seud6podo (6 contacto, Pero sus movimientos eran lentos y vacilan- corporal ya se alzaba mas alld del borde del disco. idiotal” proyecté Kworn. ‘Un instante mas y no podfa ofr. Sus tejidos se separaron Ienta- que abandonaba de mala gana su superficie ero ya estaba encima del disco, Las ultimas on y cay6, con el manto aleteando, de lleno ie del disco. Por un instante queds alli estre- y después su cuerpo qued6 oculto por una nube de y su esencia desaparecié aullando en el Vacio. escalofrio. Era un modo terrible de morir. jestino no serfa mejor. Se envolvié estrecha- cuando sus primeras partes desaparecie- gujero oscuro del cilindro. En un momento 189 J.B, Bone seguiria a Caada en el viaje que ningtin miembro del Pueblo habia regresado. Su cuerpo se perdié dentro del agujero. wal¥ se zambullé en el parafso! Sus partes delanteras se deslizaron dentro de un liquido cdlido, espeso, que aflojé cl adhesivo que lo unia a la cuerda. Cuando se solt6 con un deslizamiento, tomé conciencia lenta- mente de que no iba a morir. (Estaba bafiado en liquido iNadaba en él! {Estaba rodeado por completo de sabores increibles, tan extrafios y deliciosos que su mente no podia clasificarlos! jE filamento habia sido algo bueno, pero aquello... aquello era indescriptible! Se relajé, con el manto desplegado a través de la comida, saboreando, absorbiendo, dirigiendo, metabolizando, excretando. Sus niveles energéti- cos llegaron al maximo. Los nticleos de su plasma germinal se hincharon, sus cromosomas se dividieron, y un gran brote se formé y se separé de su cuerpo. {Se habfa reproducido! ‘A través do una niebla amortiguante de sensacién somética, supo confusamente que aquello estaba mal, que el momento no era el indicado, que el espacio era limitado, y que la reacci6n natural al abundante suministro de comida era equi- vocada. Pero por el momento no le importaba. Durante miles de estaciones habia recorrido los senderos entre el ecuador y el polo en una busqueda incesante de comida, creciendo y rejuveneciendo en las estaciones buenas, encogiéndose y envejeciendo en las malas. Habia estado atado al suelo, esclavo de las dsperas exigencias de Ja vida y la Naturaleza. Y ahora la rutina estaba rota. Disfrutaba lujuriosamente de su libertad. Debfa de haber sido asf en los viejos tiempos, cuando habfa agua en abundan- cia y crecian en ella cosas que podian comerse, y el Pueblo habia tenido tiompo de sofiar suetios jévenes y tener pensa~ mientos j6venes, y construir sus ideas y suefios en las realida- des refulgentes de ciudades y méquinas. Eran los tiempos en que la mente se clevaba por encima del suelo hacia el aire y més all, hacia las Iunas, el sol y las estrellas nocturnas. Pero habia sido mucho tiempo atrés. Descansé serenamente, conciente del cambio que se opera~ ba dentro de él mientras sus células se multiplicaban para reemplazar las que habia perdido, y su cuerpo en crecimiento, 190 Enel rio planeta estimuladas por la abundancia de comida, liberaban recuer- dos cuya posesién él habia olvidado. Su pasado corria en una inuidad celular directa desde el amanecer de su raza, y en 41 existfa cada recuerdo que habia experimentado desde el principio. Algunos eran tenues, otros mas intensos, pero todos aguardaban un esfuerzo de rememoracién. Todo lo que se necesitaba era el estimulo suficiente para sacarlos de su es- condrijo. Y por primera vez en milenio el estfmulo estaba a mano. El mulo era el crecimiento, el crecimiento répido que sélo una -n mente y cuerpo a medida que se adaptaba lenta- rigor siempre en aumento de la vida. El torrente itado de memoria y sensacién que lo recorrié le brind6 ieiencia nueva de lo que habia sido on un tiempo y en que vefa lo inundaba de piedad y desprecio. Piedad por 1 Pueblo habfa Hegado a ser; desprecio por su fracaso mocerlo. Sin embargo él no habia sido mejor que los lo a través del accidente de este artefacto habia ‘ueblo no podia saber lo que la lenta disminu- én alimenticia les habfa hecho. Se habian largo de milenios, cambiando para adecuarse a cambiantes, sobreviviendo s6lo porque eran es y mas tenaces que las otras formas de vida tinguido. Habfan pasado mil veces mil esta- gran guerra que habia devastado el mundo. Un nnta adaptacién al desierto estéril formado 0s finales de la tecnologia del Pueblo se ‘ado sobre sus creadores, habfan creado un nivel de superviveneia, incapaz de pensar idades vitales bésicas. ispir6, Seria mejor no recordar tanto. Pero no onocimiento ni los recuerdos. Entraban stimulados por la comida en Ia que flotaba. su vastago. Un brote siempre erecia con 191 J. Bone rapidez en un entorno favorable, y aquel era ideal. Pronto tendria el mismo tamaiio que él. Sin embargo nunca tendria un desarrollo mayor que el de un infante. No podia madurar sin una transferencia de plasma germinal de otros infantes del Pueblo. ¥ no habia infantes. Creceria y seguiria ereeiendo porque no existiria el control de la madurez sobre gus células. Seguirfa siendo un montén de carne parcialmente pensante que nunca quedaria completo. ¥ con el tiempo se volveria peligroso. Cuando hubiese terminado la provisién de comida volveria contra él con un hambre irracional. No se daria cuenta de que el Ul Kworn era su padre, o si lo hacfa, no le importaria, Un nitio es egofsta por completo, y sus deseos son la cosa més importante de su universo restringido. ‘Kworn medit6 en la situacién sin apasionamiento. Era obvio que debia escapar de esa trampa antes de que su retofio lo destruyera, Sin embargo no podia encontrar wi modo de evitar el metal venenoso. Ahora lo reconocia: el elemento con los doce protones en los dias de grandeza, por su capacidad de oxidarse con rapidez y su inclinacién a est en Mamas brillantes cuando se lo calentaba. ;Con una brusea conmocién advirtié que el artefacto no era més que una antor- cha gigantesea! {Por qué lo habjan construfdo asf? {Cul era su funcién? {De dénde habia llegado? Por qué no habia hablado desde que liberara aquel flujo de jerigonza ininteligible antes de arras- trarlo a su interior? Desde que entrara en aquel tanque de comida el artefacto habia estado en silencio salvo un zumbido chasqueante, chirriante en algin punto encima de él. Tenia la curiosa impresién de que el artefacto estaba almacenando informaeién sobre él y el modo en que reaccionaba dentro del tangue. Yentonces, bruscamente, el artefacto rompié a hablar. Pala- bras cripticas se volearon de él, atravesando a Kworn con diminutos cuchillos sonoros. La intensidad y rapidez de las proyecciones lo canmocion6, Io dejé tembloroso y sacudide cuan- do se detuvieron tan bruscamente como habfan empezado, En el silencio que sigui6, Kworn traté de recordar la se- cuencia del ruido, Las palabras no se parecian a nada que 192, En ef cuarto planeta hubiese ofdo. No pertenecfan al idioma pasado ni presente del Pueblo. Y tenfan un modo de fluir y una secuencia que no eran orgénicas. Eran mecénicas, producto de una inteligencia de metal que registraba y hablaba pero que no pensaba. En una época el Pueblo habfa tenido maquinas de ese 4Cémo habfa empezado? Hubo un tenue preliminar, una 02, casi silenciosa que pronuncié una sola palabra. Tal vez si yroyectaba, gatillaria una respuosta. Graduando su voz en el mismo tono e intensidad proyect6 la palabra lo mejor que pudo recordarla. Y la voz empez6 otra vez ‘Kworn temblé de excitacién. Algo exterior al artefacto lo gistrando a él y su retofio. jendo el registro? ;¥ por qué? in fascinante, pens6 Kworn, jabria tiempo suficiente més tarde. Su necesidad inme- F, ¥ su retofo se iba volviendo enorme. Tendria que partir 9 si es que iba a hacerlo. ¥ tendria que hacer algo cto a su propio crecimiento. Ya estaba legando a niveles 0308, Estaba ante el aspero borde de otra reproducci6n, iia permitirsela inténdose, empez6 a mover las células callosas de su su capa inferior hacia las superficies internas, dispo- 8 en una capa protectora alrededor de su plasma Ly de las células absorbentes. Le quedaria superficie sufigiente como para las necesidades de mante- de alimentarse y reproducirse era casi abru- cuerpo le gritaba por negarle el derecho que la , pero Kworn resistié las demandas de su carne frenéticos impulsos celulares pasaron. su retofio latfa de sensacién fisica. Kworn lo mientras lo compadecia. El pobre ser sin r empleado como un medio para el fin de su jara cualquier otra cosa. Era dema- ido estiipido, como para sobrevivir en ‘Kworn proyecté una red de seudépodos 193, J.B, Bone capilares y barrié el tanque en el que se encontraba. No tenfa rasgos particulares, salvo un agujero del que el filamento no se habia retirado por completo cuando habia tirado de él hasta ese sitio. Unos pocos lugares de la pared tenfan una textura distinta a la de otros: probablemente se trataba de los rganos sensoriales del registrador. Kworn ondulé de faccién. En la parte superior del tanque habia una rej de metal venenoso a través de la cual entraba una fi corriente de aire célido. Seria agradable investigar aquello un poco més, pens6 Kworn, pero no habia tiempo, Su retofio se habia eneargado de oso. Coloeé su ojo sobre un seudépodo delgado y lo metié en el agujero de la pared del tanque. Afuera atin reinaba Ia noche, pero una tenue linea de brillante a lo largo del horizonte indieaba la Uegada del alba. El artefacto relumbraba con un brillo helado bajo él, y experimenté una sensacién de mareo cuando contemplé la vertiginosa caida hasta el disco inferior. El oscuro manchén del cuerpo quemado de Caada era casi invisible contra el bulto levemente brillante del disco atin caliente. Kworn se estremecié, Caada no se habia merecido una muerte como ésa. Kworn miré hacia abajo, calculando las posibilidades con su nueva inteligencia, y después golpe6 la carne temblorosa de su retofio con un grueso tentéculo de ‘comunicacién y aullé una proyecciGn a su masa en retroceso. Si se tenia en cuenta el hecho de que las células del vastago eran derivaciones directas de las suyas, pensé Kworn con malhumor, era sorprendente lo dificil que resultaba estable- cer el control. Bl joven habia desarrollado una proporcién asombrosa de individualidad en sus pocos xals de existencia bre. Experimenté una oleada de agradecimiento al antiguo Ul Kworn cuando el joven cedié ante su firme proyeccién. Su precursor siempre habia buscado plasma germinal compla- ciente para producir lo que él habia lamado “disciplina y orden”. De hecho, se trataba en realidad de debilidad. Bra una desventaja para la supervivencia, Peroen ese preciso instante Ia debilidad era esencial. Bajo el azote exploratorio de su proyeccién el infante lanz6 una gruesa masa de tejido que se adelant6 y se entrelaz6 con una masa similar de su propio tejido. En cuanto el contacto se 194 Enel euarto planeta afirmé, Kworn empez6 a fluir hacia su ojo, que atin estaba en el agujero entreabierto en el costado del tanque. El frfo externo golpe6 sus centros sensoriales con piias de hielo cuando fluyé hacia afuera, adhiriéndose al seudépodo de su retofio, que se extendia poco a poco. Se dejé caer lentamen- te bajo el cilindro. E] infante estaba frenético. Le disgustaba el frio y forcojeaba por liberarse, pero Kworn se adhirié como una lapa a la carne de su retofio mientras éate se retoreia y se contorsionaba en un esfuerzo por regresar a la calidez y la jodidad dentro de la cual habia nacido. Suéltame!” grit6 su vastago. “No me gusta este lugar.” Dentro de un momento” dijo Kworn mientras transforma- mprecisas contorsiones en un oscilante movimiento . “Ayédame a moverme de atrés hacia adelante.” No puedo. Tengo frio. Duele. jSuéltame!” ‘Avaidame’ ordend Kworn torvamente, ‘e cuelga aqui afue- ate.” retofio se estremecié y se contorsion6, el impulso del 0 pendular aument6. Kwrom se aferré ain mas. mn del infante se corté cuando Kworn se solt6 en Iminante del movimiento pendular, desplegé el do lo inund6 mien- frazaba una curva en el aire, errando al borde ‘tidos. Detrés y por encima de él, contra el grueso zarcillo de carne de su retofio se perdié vista. Por un instante la mirada del Ul Kworn hilera de extrafias mareas que se vefan sobre etélica, y después volvié su atencién a la vid ido derrochar el dolor de la pena en aquella te de tejido que era su retofo, La est seguirfa feliz en 1a oscuridad con la mds escasa hasta que su carne tuviera el ‘como para tocar el metal venenoso del techo proyeccién de horror, el UL Kworn se movi, to sobre la faja de terreno vacante de 195, oF. Bone Caada. Y mientras se movia concentré energfa en sus érganos de comunicacién de alto nivel, y proyecté una advertencia de peligro. “jMuévanse!” grité. vivir! La hilera ondul6, Se desplegaron mantos rojizos cuando el Pueblo reaccion6. Los mas cercanos, arrancados de la hiberna- cién, estaban en movimiento incluso antes de tener plena conciencia. Las alarmas como aquélla no se daban sin motivo. ‘Kworn not6 que la reacci6n de Varsi era mas répida que la de sus compaferos. El joven Ul tenfa algunas carac de autoconservacién favorables. Considerarfa la idea de com- partir un poco de plasma germinal con él en la préxima estacién de reproduccién, después de todo. En un arco gigantesco, el Pueblo presioné hacia adelante bajo ol blanco resplandor del alba naciente. Detrés de ellos el artefacto empez6 a proyectar otra vez en su idioma extrafio. Pero se detuvo bruscamente en la mitad de un grito, y desde 41 llegé un gemido de agonfa irracional que desgarré la mente de Kworn con una pena tanto mas amarga por no poder hacer nada al respecto. Su retofo habia tocado el techo venenoso. Kwon volvi6 su ojo hacia atrés, El artefacto se sacudia sobre su ancha base con la violencia de las contorsiones tortu- radas de su retofio. Mientras miraba, un chorro de luz brillan- te estallé en la parte superior. El calor barrié la tierra, calci- nando los liquenes y a unos pocos miembros del Pueblo demasiado lentos para escapar. La estructura gigantesea ar- ié con una luz més brillante que el sol y dejé detras una gran nube de vapor: blanco que colg6 en el aire como la nube ‘amenazante de un sayin. Debajo de la nube la tierra estaba desnuda salvo unas pocas piezas de metal humeante. El obstaculo habia desaparecido. “{Muévanse hacia adelante si quieren Kworn se movié lentamente hacia adelante, espigando la faja de terreno de Cada y la mitad dela propia, que compatia con Varsi, Era tedricamente posible. La nueva generacién tendria que ser como Varsi, dura, emprendedora y egoistamente indepen- 196 nel euarto planeta diente. Con el tiempo heredarian el mundo. La civilizacién surgiria otra vez. No era imposible. En el futuro necesitaria al joven Ul. Era beneficioso darle una obligacién. Los nuevos pensamientos y los viejos recuerdos no moran, Permanecian, estaban coneentrados en Ia idea de el de supervivencia. Serfa posible ienes, y lograr un tipo de liquen alimentador mas prolifico, Fl agua trafda con zanjas desde los eanales multipli- carfa por mil el crecimiento del liquen. Y con una provisién de comida més abundante, tal vez algunos integrantes del Pueblo se vieran estimulados a pensar y aplicar antiguas habilidades enterradas para controlar la Naturaleza. ‘Sus pensamientos regresaron brevemente al artefacto. Adin preocupaba, Atin sabia demasiado poco sobre él. Sofiar en que podia haber sido constitufa una especulacién fascinan- Bn todo caso, algo era seguro. No era una estructura de su a. Al menos, aquellas marcas cabalisticas que habia sobre lindro eran extrafias por completo: NASA ivo, las traz6 en la arena. {Qué significaria? fue construido partir de precursores terrestres, poro as exigencas del arteieto del cusnto, El artefact es anduvo paseando por las orillas del Potomae arojan cofiéndolos durante meses antes de que se me 1 artfacto haciendo que ‘ds 0 menos como la a NASA pretends enviar a Marts en un future ne aba con el plea ‘onstrir un personaje verosimi que ante elemental mmo pare verse asrapade per la stante desarrllado como para despertar simpatia ivacign del hambre era inherente la maquina, 197 J.B. Bone En el aspecto fisico, el Ul es una mezcla de serpiente, estrella de mar ‘y ameba, siendo el mante protector ereacién mia, dictada por las varia~ ‘iones de temperatura de Marte. Su modo de reproduccida fue pirateado casi al pie 1 de los celenterados, en este caso la Hidra, que se reproduce sexual y asexualmente. ‘Un problema mucha mas dificil fue preparar un tipo de orden social que transformara el artefacto de la NASA en un problema. Empleando Ja motivacién del hambre y una provision de comida escasa, di con la fdea de las fajas territoriales. Después de eso fue fécil formular las reglas sociales. BER. » Eserita en 1963,

You might also like