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erg es STC Qué es y cémo se practica Biblioteca André Comte-Sponville Titulos publicados La felicidad, desesperadamente El placer de vivir La filosofia Invitacion a la filosofia ANDRE COMTE-SPONVILLE LA FILOSOFIA Qué es y cémo se practica PAIDOS Ww Barcelona + Buenos Aires « México Ticulo original: La philosophie, de André Comte-Sponville Publicado en francés por Presses Universitaires de France Traduccién: Jordi Terré Cubierta: Judit G. Barcina Imagen de cubierta: “Soir antique” [Creptisculo antiguo], de Alphonse Osbert Ajuste de cubierta: Gustavo Macri Se han realizado todos los esfuerzos por contactar con los propietatios de los derechos de reproduccién de la imagen de la cubierta. Con todo, sino se ha conseguido la autotizacién el crédito correcto, el editor ruega que le sea comunicado. Comte-Sponville, André oo La filosofia: que és y cémo se practica -1" ed.- Buenos Aires: Paidés, 2012. 144 pp.; 21x14 om. Traducido por: Jordi Terré ISBN 978-950-12-5831-8 1. Historia de la Filosofia, |. Terré, Jordi, trad. Il Titulo cop 109 14 edicién en Espana, febrero de 2012 14 edicién en Argentina, mayo de 2012 Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacién escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccién parcial o coral de esta obra por cualquier medio 0 procedimiento, incluidos la reprografia y el tratamiento informético. © Presses Universitaires de France, La philosophie (Que sais-je n° 3728) © 2011, Jordi Terré (por la traduccién) © 2011, de todas las ediciones en castellano: Espasa Libros, $. L. U., ‘Avda, Diagonal, 662-664 ~ 08034 Barcelona Paidés es un sello editorial de Espasa Libros, S. L. U. www.espacioculturalyacademico.com www.planetadelibros.com © 2012, de la presente edicién: Editorial Paidés SAICF Publicado bajo su sello Paidés® Independencia 1682/1686, Buenos Aires - Argentina E-mail: difusion@areapaidos.com.ar www.paidosargentina.com.ar Queda hecho el depésito que previene la Ley 11.723 Impreso en la Argentina ~ Printed in Argentina Impreso en Primera Clase, California 1231, Ciudad Auténoma de Buenos Aires en abril de 2012. Tirada: 3.500 ejemplares ISBN 978-950-12-5831-8 Sumario Introduccién. ¢Qué es la filosofia? .......... 9 Una practica discursiva, razonable y abs- ULACLA eee eee eee 1 Generalidades y conceptos ........... .. 16 Una «practica te6rica» no cientifica ...... 19 Una definicién de la filosofia .......... .. 22 1. La filosofia y su historia 29 I. Historia de la filosofia e historia de las ciencias ..............000. bee eee 30 IL. La filosofia antigua 37 IIL. La filosofia medieval 51 IV. La filosofia moderna : 54 V. La filosofia contemporanea ..... 72 2. Campos y corrientes 83 I. Grandeza y limites de la metafisica ... . IL. Filosofia del conocimiento («¢Qué pue- do saber?») ..... eect teen eters IIL. Filosofia ética y moral .............. IV. Filosofia politica 2.0.0... 0.00.00 0e 85 8 LA FILOSOFIA V. Filosofia del arte .......... ses. 120 VI. Filosofia y ciencias humanas («¢Qué es elhombre?») 2.20.00... cece eee 124 Conclusién. Filosofia y sabiduria 133 Bibliografia 139 Introduccién éQué es la filosofia? ¢Qué es la filosofia? La pregunta ya es filosdfica 0, en cualquier caso, puede llegar a serlo (ninguna pre- gunta es filos6fica por sf misma: sdlo llega a serlo en el seno de una determinada problematica, que le concede su sentido y su alcance), lo que explica que haya tantas respuestas diferentes, 0 poco le falta, como filosofias di- ferentes. Al encuadrarse este libro en una coleccién en- ciclopédica,* uno aspiraria sin embargo a una respues- ta ecuménica, aunque fuera escolar, que pudiera aclarar al gran publico sin desagradar demasiado a los especia- listas. Pero gcual? La etimologia no es suficiente. Que philosophia, en griego, signifique «el amor o la bisque- da de la sabiduria» no lo ignora nadie. Pero ¢qué es la sabiduria? ¢Y qué demuestra una etimologia? Razonemos més bien de una manera aristotélica: busquemos el «género préximo» y la «diferencia espe- * La edicién original francesa forma parte de la coleccién «Que sais-je?», de la editorial PUF, coleccién enciclopédica fundada por Paul Angoulvent. (N. dele.) 10 LA FILOSOFIA cifica». ¢En qué categoria mas general se puede incluir Ja filosofia? ¢Una actividad? ¢Una practica? ¢Una dis- ciplina? Sin duda, pero significa abordar el problema desde demasiado lejos. ¢Un saber? Es una respuesta tradicional y obsoleta. Las palabras «filosofia» 0 «sabi- duria», hasta el siglo xvi, podfan designar el conjunto del saber racional, tanto en griego antiguo (por ejem- plo, en Aristoteles)' como en las lenguas modernas (por ejemplo, en Descartes). Eso es lo que justifica la famosa metafora de los Principios: «Por eso, toda filo- sofia es como un arbol, cuyas raices son la metafisica, el tronco es la fisica, y las ramas que brotan de este tron- co son las demas ciencias, que se reducen a tres princi- pales, a saber: la medicina, la mecdnica y la moral»? Esta acepcién ya no es la nuestra: no se corresponde ni con el uso universitario (nuestras facultades de filosofia distan mucho de ensefiar todas las ciencias), ni con la practica efectiva de aquellos a quienes se llama actual- mente filésofos 0 —para los que, como Descartes 0 Leibniz, tuvieron también una actividad cientifica— con el contenido propiamente filoséfico, a nuestro pa- _tecer, de su obra. No todo saber, incluso racional, es ' filos6fico; y es dudoso, volveré sobre ello, que la filoso- _ fia sea un saber, aunque fuese particular. Por lo demas, el ejemplo famoso de Sécrates (que no es el primer filésofo, aunque ninguna definicidn plausible de la fi- losofia podria excluirlo de su campo) bastaria para re- futar esta definicién epistemoldgica: aquél no sabia 1. Véase, por ejemplo, Metafisica, A, 1 y 2. 2. Descartes, Principios de la filosofia, Carta prefacio. INTRODUCCION i mas que los demas, salvo por ese «saber» totalmente negativo del que sabe que no sabe.’ El mismo ejemplo impide, para definir la filosofia, to- mar como punto de partida los libros: Sécrates no escri- bid ninguno. La filosofia es mas una praxis, en el sentido aristotélico del término, que una posesis, mas una activi- dad que una creacién, més una practica que una obra. No tiene necesidad, para ser lo que es, de una finalidad exterior; se basta a si misma y no produce otra cosa, cuando ello sucede, que por afiadidura. UNA PRACTICA DISCURSIVA, RAZONABLE Y ABSTRACTA Socrates, «el maestro de los maestros»,’ no se atri- bufa ningtin saber positivo que le fuera propio y no es- cribié ningin libro: no era ni un cientifico ni un escri- tor. Pero hablaba y razonaba, y este discurso racional o esta raz6n discursiva (este Jogos: la misma palabra, en griego, designa el lenguaje y la raz6n) ofrece, para nues- tra definicidn, un punto de partida como minimo acep- table. Un sabio puede prescindir de palabras, de con- ceptos y de razonamientos. Un filésofo, considerado en tanto que tal, no. Un pensamiento puede ser mudo (existe una inteligencia animal, que puede medirse, como existe, en los recién nacidos, una inteligencia sen- soriomotriz). Una filosofia, no. Por eso pudo darse el 3. Platn, Apologia de Sécrates, 21b - 23c. 4. Como dir Montaigne: Essais, IL, 13 (pag. 1.076 de la edicién Villey-Saulnier [PUF]) (trad. cast: Ensayos, Barcelona, Altaya, 1994). 12 LA FILOSOFIA lenguaje (si no hubiera pensamiento sin lenguaje, jamés habria habido lenguaje). Por eso pudo darse la filosofia —como pensamiento vehiculado por el lenguaje—, como palabra pensante, como /ogos en acto. La filosofia se realiza «mediante discursos y razonamientos», obser- vaba Epicuro,’ y no conozco ninguna filosofia que sea una excepcidn. A propésito de los cinicos, se hablé de «filosofia sin palabras».° La formula, por muy clarifica- dora que sea, no podria tomarse al pie de la letra: inclu- so las provocaciones silenciosas de un Didgenes sélo tienen que ver con la filosoffa gracias al discurso que las acompaiia (comenzando por el del propio Diégenes) o el que implican (por ejemplo, los discursos de Antiste- nes o de Sécrates). No basta con masturbarse en la pla- za publica para ser filésofo. Es necesario todavia que eso produzca un sentido, y no como sintoma, sino como argumento 0 como objecién, lo que sdlo puede suceder a causa de alguna doctrina 0 razonamiento que ejemplifique, incluso tacitamente, y que se podria, al menos en derecho, explicitar. No todos los filésofos han escrito. Pero todos hablaron y razonaron; de lo contra- rio, no serian filésofos. Tal es el género, todavia no préximo, del que yo partiria: la filosofia es una practica discursiva y razo- nable (mas que «racional», pues un delirio, a su ma- nera, también lo es). Se incluye en el mismo conjunto, 5. Citado por Sexto Empirico, Adv. Math., XI, 169, 219 Us. (Epi- curo, Lettres et maximes, ed. Marcel Conche, PUF, 1987, pag. 41). 6. H. Politis, «Pour une matérialisme carnavalesque», Critique, n° 358, marzo de 1977, pag. 227. INTRODUCCION 13 desde este punto de vista, que las matemiticas, la bio- logia, el periodismo (cuando es razonable) o una in- vestigacién policial (cuando es discursiva). Tenemos entonces que encontrar la 0 las diferencias especificas que caracterizaran a la filosofia en el campo mas ge- neral de la raz6n discursiva. La filosofia es una deter- minada especie de discurso razonable. Pero ¢cudl? ¢Como especificar la filosofia? ¢Por la bisqueda de la verdad? Esta es una dimensién necesaria, pero no su- ficiente, puesto que se puede buscar la verdad sin ha- cer filosofia (tal es el caso, la mayorfa de las veces, de los cientificos, de los periodistas 0 de los comisarios de policia). ¢Por la bisqueda de la verdad a propdsito del Todo? Eso seria reducir la filosofia a la metafisica, que no es mas que una de sus partes, y excluir de su campo, muy injustamente, a un Maquiavelo o a un Bachelard. ¢Por la abstraccién? Si, en gran medida. La filosofia se hace con palabras, pero con palabras que designan la mayorfa de las veces ideas generales, nociones 0 conceptos. Se hace con razonamientos, pero que tienden hacia una verdad necesaria 0 uni- versal, mas que al establecimiento de un hecho con- tingente o de una verdad singular. Esto es lo que distingue a la filosofia frente a la his- toria y la literatura. La poesia, decia Aristdteles, es «mis filos6fica» —porque es mas general— que la his- toria. No dice lo verdadero, sino lo verosimil; no lo que sucedié, sino lo que puede (0 podria o habria podi- do) suceder; no lo real, sino lo posible o lo necesario.’ 7. Poética, 9, 1451a 36 - b10. 14 LA FILOSOFIA La filosofia, desde este punto de vista, es como una poe- sia al cuadrado («poesia sofisticada», dira Montaigne),* que sélo llega a lo real a través de lo posible o lo nece- sario, a lo concreto a través de lo abstracto, y a lo parti- cular a través de lo universal. Los poetas, creo, hacen mas bien lo contrario. Lo que no impide que un mismo individuo pueda ser una y otra cosa —por ejemplo, Lu- crecio, «el cariz poético» de Platén 0 Montaigne—, aunque esta conjuncién feliz y rara no invalida tam- poco la diferencia esencial entre poesia y filosofia. Los Ensayos de Montaigne, por muy deliciosamente singulares que sean varias de las proposiciones que contienen, sélo son filoséficos —y lo son con seguri- dad— por las concepciones 0 interrogaciones genera- les que exponen. «Me describo a mi mismo», preve- nja su autor. Pero cualquier hombre, al llevar en si (en referencia a Pirrén, fildsofo escéptico de la Antigiiedad). INTRODUCCION 21 refutacién del dogmatismo, que basta para invalidar, al menos de hecho, la pretensién de cada uno de ellos ala certeza. ¢Por qué ser estoico mas bien que epici- reo? ¢Por qué cartesiano mas bien que spinozista? ¢Hegeliano mas bien que marxista? Mientras que el escepticismo, al contrario, se ve confirmado tanto por la pluralidad de sus formas (Sexto no es Pirrén, Mon- taigne no es Hume) como por la propia existencia (es el argumento de Pascal) de sus adversarios. Por eso todo es incierto, en filosofia, incluso el hecho de que to- do sea incierto. , éHay que hacer entrar a la filosofia «en la via se- gura de una ciencia»? Ese era el proyecto de Descar- tes, de Kant (de quien tomo prestada la expresién), incluso de Husserl. Su fracaso se puede leer en sus adversarios, e incluso en sus discipulos. Leed a Spino- za oa Malebranche, después de Descartes; a Fichte o a Schelling, después de Kant; a Heidegger 0 a Sartre, después de Husserl... Cualquier filosofia puede desig- natse adecuadamente mediante un nombre propio, que es el de su creador. Ninguna ciencia puede serlo, ni siquiera una teoria cientifica, excepto si forzamos el lenguaje 0 lo hacemos desde un punto de vista me- ramente histérico. La nocién de «geometria euclidia- na» sdlo tiene sentido a partir del momento en que la geometria, en tanto que tal, ha dejado de serlo. Lo mismo sucede con la nocién de «fisica newtoniana». A ningiin cientifico se le llamarfa «euclidiano» o «new- toniano» a finales del siglo xvi (porque todos lo eran) ni actualmente (porque ya no lo son). Mientras que el cartesianismo o el spinozismo han seguido 22 LA FILOSOFIA siendo, desde hace trescientos afios y contra la volun- tad expresa de sus autores, las filosofias... de Descartes y de Spinoza. Incluso el cogito, que se considera la evi- dencia por excelencia, puede ser puesto en duda. <«Pienso, luego yo existo»? Es como decir: «Llueve, luego ello es». ¢Qué es ese ello? ¢Qué es ese yo? ¢Exis- ten? «Creencia en la gramatica», objetaba Nietzsche, ey qué hay mas dudoso que una gramatica? Que el su- jeto de un pensamiento no sea mas que una ilusién es lo que pensaron ingenios ilustres, desde Hume (por no hablar de Buda) hasta Nietzsche o Lévi-Strauss. En cuanto a pretender demostrar, como hacia Descar- tes, la existencia de Dios 0 del mundo, supone una in- genuidad a la que nuestros fildsofos renunciaron desde hace tiempo. Lo extrafio es que la filosofia no resulte por eso de ninguna manera mermada, ni siquiera nues- tra admiraci6n por el genio sin par de un Descartes, de un Spinoza o de un Leibniz. Mi conclusidn es que no es la certeza lo que amamos, en Ia filosoffa, ni por otra parte la duda, sino el pensamiento mismo. UNA DEFINICION DE LA FILOSOFIA Llegamos aqui a una primera definicién, tan nece- sariamente pobre en comprensién como rica en ex- tensién. Busco una definicién que pueda ser adecua- da tanto para Sdcrates como para Kant, tanto para Montaigne como para Leibniz, tanto para Maquiave- lo como para Heidegger, tanto para Diderot 0 Nietzs- che como para Russell o Wittgenstein... ¢éCémo no INTRODUCCION 23 iba a ser desmesuradamente amplia? Sin embargo, ain es necesario verificar que no lo es demasiado —que no excede, en extensién, lo que las mentes formadas entienden normalmente por «filosofia»—. Los diez nombres que acabo de citar proporcionan aproxima- damente la idea de esta extensién. Pero ¢quid enton- ces de la comprensi6n? Definir la filosofia como una practica tedrica no cientifica gno equivale a conten- tarse con un enfoque negativo (definir un objeto por lo que no es) y englobar en la filosofia practicas u obras que no tendrian nada en comin? La primera objecién es, sobre todo, formal. Una definicién negativa puede describir adecuadamente un objeto que no lo es. Un ntimero impar, por ejemplo, no es ni m4s ni menos positivo que un namero par. Pero es dificil, por lo que concierne a su concepto, evi- tar la siguiente definicién: «Un nimero impar es un namero que no es divisible por 2». Las palabras «ata- raxia» o «infinito», andélogamente, contienen en ellas la negacion que sirve la mayoria de las veces para defi- nirlas (la ausencia de turbacién, la ausencia de limite); ello no prueba que la realidad que designan sea negati- va («ser finito» es, dira Spinoza, lo que es una nega- cién parcial, al ser la infinidad més bien «la afirmaci6n absoluta» de una existencia).'* Sucede lo mismo con la filosofia: definirla como «practica te6rica no cientifi- ca» no consiste en encerrarla en el vacio de lo que ella no es (una no ciencia), sino permitirle desarrollar la po- sitividad activa de lo que es: una practica te6rica que 18. Etica, I, escolio de la prop. 8. 24 LA FILOSOFIA excede los limites de todo conocimiento. Filosofar es pensar més alla de lo que se sabe y de lo que no se pue- de saber. Esto, lejos de refutar a la filosofia, es lo que la vuelve necesaria. Pretender confinar el pensamiento en el campo cerrado del saber accesible seria entonces filosofar (las ciencias no prescriben atenerse a las cien- cias), pero contra la filosofia y, por tanto, en el resenti- miento, la denegacién o la mala fe. Este positivismo, mas estrecho que el de Auguste Comte, seria en reali- dad una misologéa (la palabra se encuentra en Platon), un odio hacia la raz6n: seria prohibit a esta Ultima el preguntarse sobre sus propios limites (ninguna ciencia puede hacer las veces de teoria del conocimiento), so- bre el Todo (ninguna ciencia puede hacer las veces de metafisica) y sobre la humanidad que ambicionamos 0 de la que somos capaces (ninguna ciencia puede hacer las veces de moral, ni de ética, ni de politica, ni de es- tética). Equivaldria a encarcelar 0 detener al pensa- miento. Pero la filosofia es un pensamiento libre, que no se detiene nunca. La segunda objecién es mas fuerte. Si nuestra defi- nicidn incluye practicas te6ricas demasiado disparejas, ¢qué queda de la filosofia, que cualquier definicién su- pone? Un tratado de teologia o un ensayo de psicoand- lisis podran ser con frecuencia tan te6ricos —y tan poco cientificos— como un libro de filosofia. Sin em- bargo, es habitual, entre los espiritus, ver en ellos tres disciplinas diferentes. Ello no invalida nuestro trabajo de definicién, porque nos hemos acercado con seguri- dad, andando camino, a nuestro objeto (la Suma teo- logica de Tomas de Aquino 0 los Ensayos de psicoand- INTRODUCCION 25 lisis de Freud conciernen, en muchos aspectos, a la fi- losofia), aunque manifiesta, sin embargo, que sigue in- concluso: estos dos libros, a pesar de interesar a los fi- lésofos, a pesar de contener en ocasiones filosofia, no son, en el sentido habitual del término, obras de filo- sofia. ¢Por qué? Por lo que respecta a la Suma teoldgs- ca, porque ésta sigue sometida a una revelacion tras- cendente, o que se pretende tal, que la raz6n puede intentar comprender pero de la que no podria en ab- soluto (desde el punto de vista de Tomas de Aquino y de los tedlogos) liberarse. Por lo que respecta a los En- sayos de psicoandlisis, la respuesta es muy diferente: in- cluso indemostrables y no falsables (por tanto no cien- tificos en el sentido estricto del término), dependen de una actividad de conocimiento mas que de interroga- cién o de reflexién: por eso el psicoandlisis forma par- te de las ciencias humanas, en un sentido amplio, mas que de la filosofia. Esta ultima distincidn sigue siendo dificil de demarcar de un modo absoluto, lo que expli- ca que la frontera entre la filosofia y las ciencias huma- nas sea porosa o borrosa. Muchas paginas, tanto en Freud 0 en Marx como en Max Weber 0 Lévi-Strauss, pueden oscilar entre estos dos géneros, incluso con- cernir a ambos a la vez. Pero una frontera borrosa o in- cierta no constituye una identidad: que se pueda dudar a propésito de las fronteras de Europa (¢Rusia y Tur- quia forman parte de ella?) no le impide existir; que se pueda dudar a propésito de las de la filosofia, en rela- cin con las ciencias humanas, no prueba que se disuel- va. Por mi parte, y a falta de poder extenderme mas en el asunto, dirfa esto: las ciencias humanas, sin ser nunca 26 LA FILOSOFIA ciencias, en el sentido estricto del término (sin ser nun- ca demostrables 0 falsables), tienden a aumentar nues- tro conocimiento més que nuestra sabiduria (a conocer al hombre racionalmente mas que a volver a un hom- bre o una mujer razonables), y ello mediante el esta- blecimiento de hechos, causas 0 leyes, cosa que la fi- losofia no podria hacer. Un sabio no es un erudito; un filésofo no es un cientifico —o si lo es (Descartes, Pascal, Leibniz...), lo es en dominios que escapan a la filosofia—. ¢Se encuentra la Tierra en el centro del Universo? La pregunta fue filosdfica durante siglos, mientras ninguna ciencia estaba capacitada para res- ponderla. Una vez que el problema se resolvio (o in- cluso se planteé cientificamente), dej6 por eso mismo de ser filos6fico. Lo que no merma en nada a la filosofia, sino que le ahorra algunas ilusiones dogmiticas. Filoso- far es mas pensar que conocer, mds poner en cuestién que explicar. La filosofia no es un saber més, sino una reflexion sobre los saberes disponibles (y, por tanto, también sobre sus limites: sobre lo que se ignora). Aspi- ra menos a la ciencia que a la sabiduria, menos a aumen- tar nuestro conocimiento que a pensarlo o a superarlo. Por ejemplo, al interrogarse sobre el todo de lo real, so- bre el ser 0 lo absoluto (metafisica), sobre lo que po- demos saber (teoria del conocimiento), sobre lo que debemos hacer (moral), sobre lo que podemos vivir (tica, politica, estética) 0 esperar (religién). Son sélo ejemplos, desde luego privilegiados, como veremos a lo largo de estas paginas, pero no agotan por eso el campo de la filosofia. Cualquier objeto, real o imaginario, puede ser la ocasién de una practica ted- INTRODUCCION 27 rica de este tipo: se filosofé sobre la literatura, sobre los fundamentos de las matematicas, sobre la bomba atémica, sobre Gustave Flaubert, sobre los fantasmas, sobre los ciegos, sobre el principio de no contradic- cién, sobre la Revolucién francesa, sobre la Shoah, sobre Europa, sobre la técnica, sobre la diferencia se- xual, sobre el origen de las lenguas, sobre la locura, sobre la angustia, sobre la risa, sobre la servidumbre voluntaria, sobre los terremotos, sobre los fenémenos atmosféricos, sobre el tiempo que pasa e incluso, a ve- ces, sobre el que hace... Se puede comprobar, a pesar de este abigarramiento, que la mayorfa de las veces de lo que se trata es del ser humano o de lo que le rodea. No hay nada extrafio en eso, porque quien filosofa es el ser humano. Sin embargo, la filosofia no se define por sus objetos, sino por la manera en que los trata: una determinada radicalidad abierta en el cuestiona- miento, la potencia conceptual, la persecuci6n indefi- nida de la racionalidad, la basqueda de una explica- cién primera o ultima, la exigencia de verdad, pero sin prueba, de universalidad, pero siempre singular, de totalidad, pero siempre por retomar o por reco- menzar... La pregunta «¢Qué es la filosofia?» es ya fi- los6fica, decia, o puede serlo. Pero la pregunta «{Qué son las matematicas?» también lo es (las matemAticas no la responden, ni la plantean), como la pregunta «éQué es la literatura?», si se la leva al extremo, como las preguntas «¢Qué es la justicia?», «¢Qué es un ser humano?» 0 «¢Qué es una pregunta?».! 19. Sobre la cuestién del cuestionamiento en filosofia, véase Michel 28 LA FILOSOFIA ¢Qué es la filosofia? Es una practica teérica (dis- cursiva, razonable, conceptual), aunque no cientifica; sdlo se somete a la raz6n y a la experiencia —con ex- clusién de toda revelacion de origen trascendente o sobrenatural— y aspira menos a conocer que a pensar 0 poner en cuestién, menos a aumentar nuestro saber que a reflexionar sobre lo que sabemos 0 ignoramos. Sus objetos preferidos son el Todo y el hombre. Su fi- nalidad, que puede variar en funcidn de las épocas y los individuos, sera la mayorfa de las veces la felici- dad, Ia libertad 0 la verdad, e incluso la conjuncién de las tres (la sabiduria). Pero, sobre esto, volveremos para acabar. Meyer, Questionnement et historicité, PUF, 2000. Véase también, del mismo autor, Pour une histoire de V’ontologie, PUF, 1999, pags. 156-161 sree cast.: Por una historia de la ontologia, Barcelona, Idea Books, 2000). ; Capitulo 1 La filosofia y su historia Que la filosofia tenga una historia es un hecho ob- jetivo. Hegel hace como si se extrafiara: «La filosofia se propone conocer lo imperecedero, lo eterno», mientras que «la historia cuenta lo que ha sido en una época, pero que desaparecié en otra».’ ¢Cdmo po- drian encontrarse en el terreno de la segunda? Que exista una filosofia de la historia es concebible (con- sistiria en la verdad eterna del devenir). Pero ¢una historia de la filosofia? Si la verdad no tiene histo- ria (es eterna), ¢como es posible que la filosofia tenga una? Es evidente que ninguna filosofia es la verdad —ni siquiera la de Hegel, afiadiria—, que pretende la superacion (por tanto también la conservacion) de lo que cada una, en el sistema dialéctico de su sucesi6n, tiene de eternamente verdadero. La filosofia es un asunto humano. ¢Cémo podria escapar a la historici- 1. Lecons sur l'histoire de la philosophie, Introduccién, I, trad. J. Gi- belin, Gallimard, 1954, pg, 22 (trad. cast.: Lecciones sobre la historia de la Jilosofia, Madrid, Tecnos, 2005). Véanse también las pags. 30-31 y 81-82.

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