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vieran sélo involucrados maestros partcipantes del proyecto interdisciplinario institucional. Por ef contraro, la apertura y la ‘elatvidad del modelo nos indijeron a solictar textos a quienes ‘podian examinar esta problemiica desde otras insttuciones edu- fativas,y tambien desde campos en los que de alguna manera aca- ‘ban por converger las problematicas de la educacin artistca: la ‘reacion y producci6n en el 4mbito profesional, la investigacin, la aplicacion de nuevas tecnologias en el campo anistico y la ‘cura, entre ots. a diversi de campos y agentes del hecho artistico que red- re esta antologia, es paralela a la divesidad de postras que tam bign recoge: enconttamos coincidencias,divergencias, critics y ‘proximaciones que nos permiten vstumbrar caminos no pensa~ ds desde aqui. No coincidimos ni sustentamos todas y cada une ‘de elas, quetemos precisimente mostrar cémo estos temas se en- ‘cuentran nel centto de discusiones y debates ertcos. La postra lblerasustentada desde el Cenat, que rechaza las verdadesabso- Tatas, y que no ve en ellas soluciones posible para campos pro- ‘lematicos yen permanente construccién, ha reunido estos enst- yos en dos volimenes. El primero se dedica fundamentalmente a larelexion tedrica yepistémica, mientras que el segundo describe yyanaliza propuestas metodologicas y experiencas concretas plu, {ntero transliseipinarias, en el campo concreto de la educacion y {en sts posibles aplicaciones (desde laconstruccién de una corpo- teidad en cada sujeto hasta el aboratoroy el escenario). ‘Con el Animo de contribu a esta bisqueda permanentemen- te abierta, el Centro Nacional de ls Artes recoge y presenta hoy ‘experiencia y propuestas proplas, asi como lade sujetos, comun- tdades cinstitucones que aporan desde diferentes perspectvas, pposbles caminos en el campo de la iterdisciplina y la educacion Magdalena Mas Septiembre de 2004 4 <> Interdisciplina Ana Maria Martinez de la Escalera = |. Lainterdiscipiina 1a condicion de interiscplinariedad supone la posibildad o et dleber de medias, de elaborar clea conmensuricion ene objeto dliversos. Nos hace pensar en una comunicacin, en un inteream- bio, 0 bien en una contrastacién entre lenguajes, tanto tebricos ‘como artisticos, abstracts y pricticos. En un tempo en el que lt interdisciplina se visualiz como el limo nombre de la moderni- zacion, Roland Banhes se arevié a poner en cuestin esta pana~ cea, En lugar de establecer nuevos poderes 0 nuevos compromni- 0s con las instituciones, el lamado interdsciplinario debia mas bien plantearse la pertinencia de los viejo saberes, de su division cen una universdad que se vio forzada por las circunstancias a re- ‘pensar su identi y su funcién, Ela era 1968, os cambios que {uiza fueron muchos, una vez mas se han tenido que revs. Los ‘comentarios de Barthes vuelvena resularinapreciables. El pensa- dor francés lame intraisciplina aun objeto nuevo del pensamien- to que hace su aparicién en la crisis, momento que abre la oports- nidad del cambio, del examen, de la evaluacion que confonta los saberes, su nsttucionalizacion y las maneras en que los individuos viven su crcunstancia,individuos que se autodefinen en principio ‘como libres, La interdiscplina est liga ala crissy la critica del pensary del hacer como la misma modernidad Io ha estado desde ‘su remoto comienzo en el siglo xvi europeo. 1a interiscipinaredad moderna o a modernidad de la preo- cupacién inerdiscipinaria no es el itercambio entre discursos © Drictcas no discusivas, es la emergencia de auevos objetos de re- flexion. Novedadl que se hace presente cuando la crtica 0 més bien su vocabulario se descubre a si mismo encemido en un cimpo Sseméntico ajeno a los problemas pricticos, «los problemas mis ‘ereanos. Incapactada para el asombro, acostumbrada ala misma lnveterada division de los saberes y las tareas —a las que toma por jaturales cuando son, por el contaro, contingents y atificiales—, 25 «el vocabularo tradicional de la ertica ya no esti en posbilidad de poner en cuestién, y menos de inventar, el futuro. Barthes eserbié que “Ia interdsciplinariedad, de la que tanto sehabla, no consisteen confrontar dsciplinas ya consuldas. Para conseguir la interdsciplinariedad no basta con tomar un asunto Y convocar en tomo él a doso tres cencis, La intrdiscipinarie- dad consist en crear tw objeto nueta, que no pertenezca a nadie" Barthes, p. 107). Lo interdisiplinario no es entonces epigitico, fi tampoco el puente que une dos teras sobre una corninte em bravecida, especie de no lugar del dscurso de las clencas y artes del hombre, sino una nueva postividad discursiva y un nuevo real prictico y de accién. Este nuevo objeto consttuido por consti- ft posce la naturaleza que le otorga la experimentacién, la prue- ‘a, el ensayo, Posce de igual manera el caricter de lo contingente, Jo imempestvo, lo inesperado y lo incalculable. Flo no significa _que lo interdacplinaro tenga el sentido de lo ireflexivo, por econ- teario, La interdisciplina que aparece al principio como un Tlamado de alena, una invocacion al cambio y la transformacion enriquece dora de sgnificados, nace apenas siendo controlada pero, como ‘onviene saber, el objeto interdsciplinario demanda también una Suerte de cleulo de responsabilidades sociales. Jutamente porque ‘no pacde serabsolutamente previsible el resultado, la prictcainer- ‘isciplnaria debe ensayar lo efectos que tendel sobee nosotres, sobre la opinin pablia, sobre las maneras habituales de producit ‘Significados. Decimos entonces que el fenomeno interdisciplinario ‘es ante todo una experiencia entimeno quiere decir en su acepcin comin acontecimien- 10 vivido, en su sentido filosfico el fendmeno es experiencia trans- ‘mtd, intercambiabl,ciscusble y, por fuera poco, materia de de- bate. fendmeno iterdsciplinrio es un evento consid en ¥ por la eflexin, es decir el intercambio de eas y opiniones: y no por ‘cantemplacin ala yarogante, separada del mundo de la vida, ino [or la conversacion comunicable, Dirtamos que lo interdiscipinario ‘no es instrumental ao es un medio para cra cosa: es lo consituivo de cualquier disco, Lo interdisciplinar no puede contentarse con ‘see wa iencia aula y por tanto general y formal, sino que debe Imtentar presentarse como saber especfico. Saber de lo nuevo. [ia novedad, la demanda de posture personal, la consiucion de un objeto analiticoinédto demandan, como es hoy said la forma ensayistica, puesto que ella implica en su sentido ms tera % intent por i hacia lo nuevo absolutamente nuevo y Ia seguri- dad de que ello s6lo puede pertenecer al futuro. —2Bensyo Qué €s el ensayo sino un comercio, un interambio enfitico de ‘opiniones sobre fa vida en comdn? Una conversacion mas que un didlogo. Puesto que si este ukimo implica conocer introspectiva- ‘mente qué y cémo pregunta, segin lo pensaba Platén, la conver- saci6n por el contrarioecha mano de lo que tiene mis cercano, _que no ese alma nila mente sino el oto. Lo mas cercano n0 e310 mimo como podria suponerse sino lo que reibe nuestra legac al mundo, aquellos los que dirgimos la palabra para presentat- nos, para ientfcarnos nel ensayo noes preciso conocerlo todo para conversar, basta saber escuchar. En Ia conversacion y no an tes se aprenden las regas del juego siencia n0 consiste peincipalmente en acontecimientos flados con ‘eacttad en el recuerdo, sino mds bien en datos acumulados, a me ‘do en forma inconsciente, que afluyen 2 In memoria’ Benjamin, "Sobre algunos temas en Baudelaire’, p. 8). Sern las fuerzas de a converscion las que expliquen, en titima insancia, lo que no e sino asta del diferencia yl contain y material con el que taba lademocraca I punto que Hume defen en el temprano siglo 3 cera justamenteése: para ser ciudadano se debe erat a conversa- ‘in sobre los asuntos de interés comin (los negocios humanos,se- ‘in eserier el inglés. Su presente y el nuesto, deberiamos agre- r, estin mareados por una apertura —en unos pies mis, en ots ‘menos hacia lo plblico. Esta esfera de los asuntos humanos no {est definila por la propiedad, no se tata pues de un dominio. Lo ‘ablico es lo que debe ser deliberado para Ser decdido los asuntos ‘comunes, Estos deben ser tatcasen compari, no enla soled pres- cra para el erudto, el doco el poeta. Savater,estgo de una ins- ‘ucién loéfea angulosa por el ttaitarismo facia, observ que el docto se converte prontamenteen dogmtico una vez que decide {que es la autora y no los interdocutres los que sian el rambo del saber La eferencia entre doctosy conversadores que la imagina- ‘in iusrada humeana habia propuest, desribiendo a ls prime- os como aquellos interesadas en las més alas y dificil operacio- ‘es inteletuales, pede parecemos simple y preciosa na ver que Jeemos a Savater. En la Espana franguista la instucién académica ‘noes solo onodoxa sino incapaz-de dilogo con otos que no hayan ‘sido impuestos, com ell, por el poder. La conversicia, por tanto, ‘Unicamente puede tener lugar fuera de la academia, en un espacio pili. Pablicoen su visbildad general ypablicoen sus regs: es ‘as kimas deberin poder sr discutdas — emo se vaaopinar, como ‘a deliberar,etcéteri— por los mismos interlocutores despojados de las insignias de su pueso. Al menos esto es en teors, cuando de 10 ‘ques tates de extender el eericio democritico a todas las esferas ‘de lo colectivo, En la prctica, como dicen ls anglosjones, nchiso las conversaciones mis sencilas estin dirgias por las diferencia y a7 ‘as antticas,seguramente pretende decir algo, Pero el aparatotam- bien posee clea gramitca, ciena manera de decir, o al menos hace Posible cienas formas de decir eimposibilita por ello, otras. El par ‘ato, en suma, se resist. Esas formas de resistencia deben ser ¢o- ‘nocidas,calcladas porque no son esencialmente buenas 0 malas, son el alma de la maquina hecha de decisiones previas, de la con. soldacion 6 encarnacion de cers ideas pasadas, La materalidad ‘esresitencia tanto como encamacisn, ‘Cuando el reportero de la television produce de manera an- hhelant,cramaitica, la noticia, impone a idea de que la actalidad ‘es competencia de lz palabra hablada —Ia del comentarsta— an- {esque a imagen teletécica. Pero, no hay imagen sin comentario, recisamente porque la sintess o adecuacin entre ambos es sem ‘re inciena. La palabra del reportero ha estado tan estrechamente ‘mezcada con el acontecimiento —reflexiona Barthes, con it pro- ia opacidad del presente y la det aparato, que constiuta su seni do inmediato y consustancial, su manera de acceder a una inteli- ‘sbilidad inmediata; eso quire dece que en términos dela cultura ‘ccidental, en los que no puede percibirse nada que carezca de sentido, ella constiuael propio acontecimiento, El acontecimien- ‘oes un proceso por el cual lo téenico queda capturado en el en- ‘aus. La imagen teletéenca que emerge en la pantalla es tan ef- mera y tan rida que puede hacerle la competencia ala palabra Ihablada como ejemplo de iemediate. En el caso de la eseritura en general, su naturaleza técnica permite referimos a algo ms que lo aportado por la definicion ‘como sistema realizado conforme a leyes, En su sentido més estre- ‘cho implica la posibilidad de la reproduccin del habla ya la vez ln acualizacion de la diferencia entre lo escrturaly lo fonético, el acontecimiento del habla y su reproduccion grifica, La escriti misma es el escenario del encogimiento de la distancia milenara, entre el acto yeldiscurso, el acontecimiento yeltestmonio, O mis bien, la imposibiidad de disinguia cabalided entre acontecimlen- to ytesimonio. Asi considerada, la esritura es la hella de un en- ‘cuentro increible ene el ofdo que escucha, la mano que escbe y la vista que percibe las mareas, encuentro que sin embargo ha te- nido gar como acontecimiento que e oo nos recibe ino con- forma seysn su historia eintereses. Nunca sabremos a ciencia ciet- {a sila imagen en la pantalla dela televisin el libro que leemos son lo que son fuera de nuestra mirada olectura. La lectures ua 38 sintesis dela cual no somos ni voluntariamente responsables ni del todo conscientes,y sin embargo, acontece: La téenica no es sim plemente un hacer sino un provocir a la naturaleza del hombre para producir algo. La escrtura en tanto técnica es por ende uns Interpelacin de lo humano en tanto hacer. Es una conminacion a interpreta ya inerrogar por la verdad de esa interpretacin en an to momento prictico, de jecucion y no de percepcién pasiva de lo dado. La palabaa siempre puede ser recobrada; el instante, el suceso quedn inmediatamente fers de nuestro aleance como aut ¥y ahora. Eo debe ser taido a colacion siempre. La esertura es pues actividad y no instrumento al igual que la tenica es un pro- ‘uciry no un medio para un fin ‘Tenemos et hibito de creer que nuestra época, tan avanzada ‘ecnol6gcamente como es, habria modificado por completo la re- lacién con los objeto, el mundo exterior y on los otros sereshu- ‘manos. Sin embargo, las nuevas méquinas en el dominio dela in- ormacién, la comunicacion y el ane, parecen ms bien realizar el destino de la escritunt totalizar la experiencia mediante el acto de lectura Hoy, hemos de creer, todo se ee: los rostros, las imigenes, lo eserito y to que a primera vita s6lo se nos aparece como ‘analagon dela realidad (copia que no requlere un cbdigo para set

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