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LAS CONDICIONES DE PRODUCCION. POR UN MARKXISMO ECOLOGICO, UNA. INTRODUCCION TEORICA James O'Connor «Esos que insisten en que {la destruc- cin ambiental] no tiene nada que ver con ‘el marxismo, meramente aseguran que lo que eligen llamar marxismo no tiene nada que ver con lo que sucede en el mundo.» - Aiden Foster Carter. RESUMEN Este aniculo parte de la teorla tradi- cional marxista de la contradiccién entre Jas fuerzas y relaciones de produccién. Se- gun el marxismo tradicional, el exceso de Produccién de capital desemboca en la cri- sis econémica, y en un proceso de restruc- turacién de las fuerzas productivas y de las telaciones de produccién provocado por la crisis hacia formas sociales mas transparen- tes y por lo tanto potencialmente socialis- tas. Este punto de partida leva a una nueva teorfa “‘marxista ecolégica’” sobre la con- ‘tradiccién entre las fuerzas y relaciones de produccién capitalistas y las condiciones de produccidn. Entendemos que la causa de la crisis econémica es la falta (y no ¢] exceso) de produccién de capital, lo que conduce a un proceso de reestructuracion de las con- diciones de produccién y de las relaciones sociales hacia formas més transparentes y, Por tanto, potencialmente socialistas. En resumen, puede haber no uno sino dos ca- '* Estoy agradecido a Carlo Carboni, John Ely, Danny Faber, Bob Marotto y David Peerla por su esti- minos al socialismo en la sociedad capitalis- ta avanzada. Los dos procesos, el exceso de produccién de capital y la escasez de pro- duccién de capital, se pueden compensar mutuamente de manera que crean la apa- riencia de que el desarrollo capitalista es re- lativamente estable. El estudio de la combinacién de esos dos procesos en el mundo contempordneo puede explicar el declive de los movimientos obreros y socia- listas tradicionales y el alza de los nuevos movimientos sociales como actores de la transformacién social. Del mismo modo que el marxismo tradicional aclara las ac- ciones del movimiento obrero tradicional, podria ser que un “‘marxismo ecolégico" aclare las acciones de los nuevos movimien- 10s sociales. Aunque normalmente se habla de ecologia y naturaleza, de las politicas de la salud, del feminismoy la familia, y de los movimientos urbanos en términos postmar- xistas, la retérica desplegada en este ar- ticulo es expresamente marxista para asi interesar a los te6ricos marxistas y compa Aeros de viaje cuyo trabajo queda dentro de un discurso “‘cientifico” y por tanto ajenos a las discusiones postmarxistas acerca del uso y abuso de la naturaleza (incluyendo la naturaleza humana) por el capital en el mundo moderno. Sin embargo el énfasis de este articulo en un discurso politico econd- mico “‘cientifico” es téctico y no estratégi- ‘mulo, sus criticas y Giles comentarios. Ecologia Politica - 113 mm Bl. co. En realidad, las relaciones sociales més ‘© menos auténomas, a menudo no capita- listas o anticapitalistas, constituyen la ‘so- ciedad civil”, que debe ser estudiada en sus propios términos tedricos y pricticos. En otras palabras, no se debe interpretar la ac- cién social y colectiva como mero producto de las fuerzas del sistema, y esperamos que la iiltima seccién del articulo lo pondra de manifiesto. 1.INTRODUCCION En 1944 Karl Polanyi publicé su obra maesira, La Gran Transformacidn (ed. cast. La Piqueta, Madrid, 1990], que trata de las maneras con que el crecimiento del mercado capitalista debilité o destruyd sus propias condiciones sociales y medioam- bicntales.' A pesar de que en este libro vi- bran intuiciones sobre ¢l problema del desarrollo econémico y el medioambiente natural y social, fue en gran medida olvida- do. En los tltimos afios de los sesenta y los primeros aftos de los setenta se reintrodujo en el pensamiento burgués ocidental ¢] te- ma de los limites ecoldgicos del crecimiento econémico y las interrelaciones entre el de- sarrollo y e] medio ambiente. Los resulta dos se han vuelto muy dudosos. La obra de Polanyi sigue siendo una luz brillante en un cielo Hleno de estretlas que decaen y de agu- Jeros negros de naturalismo burgués, neo- malthusianismo, tecnocratismo del Club de Roma, ecologismo profundo romantico y “‘unimundialismo" de las Naciones Uni- das.? La explotacién de clases, la crisis econémica, el desarrollo capitalista desi- gual y combinado, las luchas por I pendencia nacional, etc., faltan en estos tipos de informes, Los resultados de estos y otros esfuerzos modernos por entender la relacion entre el capitalismo, la naturaleza y el socialismo estén marchitos porque no 1 Karl Polanyi, The Great Transformetion, Bos: ton, 1967. Polanyi se centré en los mercados capit tas y no en la explotacién de la fuerza laboral. 2 World Commission on Environment and Deve- lopment, Our Common Future, New York, 1987. > Quien mis se ha aproximado a una interpreta~ cién “'marxista"" del problema es Alan Schnsiberg, 114 - Ecologia Politica 214 a4 am. a. cestudian la escasez especificamente capita- lista, es decir, el proceso por el cual el capi- talismo crea su propia barrera o limite debido a sus formas autodestructivas de proletarizacion de la naturaleza humana y apropiacion del trabajo, y de capitalizacién de la naturaleza exterior.’ Los enfoques habituales de! problema, 1a identificacién de los “limites del crecimiento” en térmi- nos de “‘escasez de recursos”, “fragilidad ecolégica”’, “tecnologia industrial noci- “valores culturales destructivos”, “exceso de poblacién”, “‘consumo despil- farrador’’, ‘‘el circulo vicioso de la produc- cién’”, etc., pasan por alto o mutilan las teorias de Marx sobre la formacién histéri- ca de la naturaleza y sobre la formacién historica de la acumulacién y desarrollo ca- pitalistas. Esto no debe sorprender, ya que Marx escribié poco sobre las maneras con que el capital se limita a si mismo al debilitar sus Propias condiciones sociales y ambientales ¥ por tanto al aumentar los costes y gastos del capital, poniendo en peligro la capaci- dad del capital para producir beneficias, es decir, abocando a la amenaza de la crisis ‘econémica. Ademds, él escribié poco o na- da sobre los efectos que la lucha popular acerca de las condiciones para la produc- cion podria tener en los costes y las oscila- siones del capital. Tampoco teorizé la relacién entre las dimensiones sociales y materiales de las condiciones de produc- cién, excepto en su amplio comentario acerca de la renta de la tierra (es decir, la re- lacién social entre los terratenientes y el ca- pital industrial, y la relacién material y econémica entre las materias primas y la produccién industrial). No obstante, Marx estaba convencido de al menos tres cosas. La primera, que las ‘malas cosechas"’, esto ¢s, la deficiencia en las condiciones de pro- duccién o ‘condiciones naturales’ pueden The Environment: From Surplus to Scarcity, New ‘York, 1980. Es un trabajo innovador y uiil. La rela- ~ in entre capitalizacién de la naturaleza y el conflicto politico interestatal es otra cuestiGn proxima (Lloyd ‘Timberlake y John Tinker, “The Environmental Ori- sin of Political Conflict", Socialist Review, 84 (15,6), rnov.-dic. de 1985). tomar la forma de crisis econémica.* Se- gunda, algunos limites productivos son ver- daderamente independientes, externos al modo de produccién (‘la productividad de la mano de obra esta encadenada por con- diciones fisicas”)', pero dentro del .capita- lismo estos limites toman la forma de crisis ‘econémica.* Dicho de otra manera, algu- ‘nos limites son ‘‘generales"” y no “‘especifi- cos" del capitalismo, pero en el capitalismo estos limites toman la forma de crisis. Ter- cera, Marx creyé que la agricultura y la sil- vicultura capitalistas son perjudiciales para Ja naturaleza, y también que la explotacién capitalista es perjudicial para la fuerza la- boral humana. En resumen, Marx creyé que la agri- cultura capitalista arruinaba Ja calidad de 4m el caso de malas cosechas “el valor de la materia prima... sube; su volumen disminuye... Se de- be gastar mas en la materia prima, queda menos para la mano de obra y no es posible absorber la misma cantidad de fuerza Iaboral que antes. Primero esto es fisicamente imposible... Segundo ¢s imposible porque hay que convertic en materia prima una porcién ma- yor del valor del producto... No se puede repetiriare- roduccién en la misma escala. Una pare del capital fijo permanece ociosa y se echa ala calle a pare de los trabajadores. La tasa de gananci eae porque el valor el capital consiamte ha subido fren al del capital va- Table... Los precios fijos —intereses,alquieres— que se bbasaron en la esperanza de una tga de beneficio cons- tate y deta explotacién de la fuerza laboral, quedan iguales y en parte no se pueden pagar. De aqui a cri- sis... Es mis, aunque Ia tasa de ganancia disminuye, aumenta e precio del producto. Sieste producto entra en las otras esferas de reproduccién como medio de produccién, el aumento en su precio dard como resul- {ado Ia misma alteracién en ta reproduccin en estas csferas™ (Karl Mara, Theories of Surplus Value, s¢- ‘tunda parie, Mosed, 1968, pigs. 515-516). 5 “aparte del grado de desarrolla, mayor o me: ‘or, en la forma de la productién socal, la product- vidad de le fuerza taboral esté limitads por tas condiciones fisicas" (Capita 1). En Theories of Sur- ‘lus Value (ercera parte, pag. 449), Marx dice que Ia ‘recondicién para la existencia de la plusvalia absolu- (aes Ja “fectitidad natural de la tera” © Michaet Lebowitz, “The General and Specific in Marx's Theory of Criss". Studies in Political Eco- znomy. 7, iavierno, 1982, Lebowitz incluye como ba- eras “generates” el surinistro de Le fuerza laboral y ta disporibitidad de ta terra y los recursos naturales. Sin embargo no distingue entre el suminstro dela ma- 1 de obra per se y el suministro de ta mano de obra asalariada disciplinada. Con respecto a los recursos la tierra. También puso de manifiesto que las malas cosechas toman la forma de una crisis econémica. Sin embargo (aunque no afirmé que una agricultura racional fuera compatible con el capitalismo)? nunca con- sideré la posibilidad de que los métodos agricolas ecolégicamente destructivos hicie- ran subir los costes de los elementos del ca- pital, y que eso a su vez pudiera producir una crisis economica de tipo especial, por la escasez de produccién de capital.® Dicho de otra manera, Marx nunca sumé dos y dos para argumentar que los “Iimites natu- rales” podrian ser barreras producidas por el sistema capitalista,? y que podria haber una contradiccién en el capitalismo que lle- vaa una teoria “‘ecolgica’” de la crisis y la transformacién social. naturales no distingue entre la eseasez “natural” y la ‘scasez que el capital crea para si mismo en el proceso de capitalizar la naturaleza ni tampoco la escasez rea- da politicamente por los movimientos ecologisias, 7 Capital It, capitulo 6, pag. 215. " Por tanto podemos distinguir dos clases de es- casez: primero la excasez provocada por la crisis eco- némica basada en la sobreproduccién de capital tradicional, es decir, una escasez puramente social; se- undo, Ia escasez provocada por la crisis econdmica basada en Ia escasez de la naturaleza 0 de las condicio- nes de produccién producida por el capital. Las dos clases de escasez son airibuibles a las relaciones de Droduccién capitalisias. No obstante, a segunda clase no ¢5 debida a “las malas cosechas", por ejemplo, si- ‘no “las malas cosechas”* producidas capitalistamen- te como resultado de la expoliaciin de la tierra, la contaminacion de los acuiferos ete. 9 Hay dos razones por las cuales Mars huyé de 4as teorias del capitalismo y el socialismo que privilé- sian cualquier aspecto de la reproduccién social que 1g sea la contradicciOn entre ta produccién y ta circu- JsciOn del capital. La primera es su oposicién a una teoria que ""naturalizase”” y por tanto cosificase las contradiceiones econémicas del capital. Sus polémicas contra Malthus y en especial su rechazo de cualquier cexpliacién naturalista de tos fenémenos sociales le limpidieron tegar ala conclusion légica sobre el pape! dela naturalezn. La segunda es que hubiera sido dificil ‘nia Gltima parte del siglo XIX sostener de modo con- vincente que et deblitamiento de las condiciones de produccién y las luchas sociales correspondientes son limites autoimpuestos del eapital, porque la naturale- za histérica no estaba capitalizada hasta el grado en 10 ‘Que estd hoy, es decir, las condiciones histéricas para la reproduccién de los medios de produccién hoy posi- biitan un “marxismo ecoldgico”. Ecologia Politica - 115 &a. ti. mh 2, DOS CLASES DE TEORIA DE CRISIS El punto de partida de la teoria mar- xista tradicional de la crisis econémica y la transicién hacia el socialismo es la contra- dicciGn entre las fuerzas productivas del ca- pitalismo y las relaciones de produccién.'® La forma especifica es la contradiccién en- tre la produccién y la realizacién del valor y de la plusvalia, o entre la produccién y la circulacién del capital. El agente de la revolucién socialista es la clase obrera. Las relaciones de produccién capitalistas constituyen el objeto inmediato de la trans- formacién social. El lugar de la transfor- macién ¢s la politica y el Estado, y el proceso de produccién e intercambio. En contraste, el punto de partida de la teoria “‘marxista ecolégica’’" de la crisis econémica y fa transicién hacia el soci ‘mo ¢s la contradiccién entre las relaciones de produccién capitalistas (y las fuerzas productivas) y las condiciones de produc- cidn capitalista, o entre las “‘relaciones ca- pitalistas y las fuerzas de reproduccién social”,2 Marx definié tres clases de condiciones de produccién. La primera son las “‘condi- ciones fisicas externas’"'?, 0 los elementos naturales que entran en el capital constante © Las categorias problemiticas de las fuerzas productivas y las relaciones de produccion son expli- cadas por Derek Sayer, The Violence of Abstraction: The Analytical Foundations of Historical Materialism (Oxford, 1987) y Roberto Marotto, “Forces and Rela- tions of Production", Disertacién para el doctorado en filosofia, University of California, Santa Cruz, 1984, . '¥ Murray Bookchin tiene et mérito de haber de- sarrollado Ta teoria de la “‘ecologia social” en los EE.UU. El impulso bisico de su método y teoria es li- bertario y no marsista, de “ecologia social” y no “ecologin socials ‘Segiin creo, Ben Agger acufs el término “marnis- ‘mo ecol6gico" (Western Morxism: An Introduction: Classical and Contemporary Sources, Santa Monica ifornia), 1987, pig. 316 2 339), Agger se centraen ‘i “consumo y no en la “produccién™. Su tesis ¢s ‘que el consumo en expansion continua, necesario para ‘mantener la estabilidad econdmica y social, destruye ‘el ambiente, y que Ia crisis ecolégica ha reemplazado crisis econémica como el mayor problema del ca- Pitalismo. Se puede considerar este articulo, entre ‘otras cosas, como una critica de Ins perspectivas fre- ‘cuentemente perspicaces de Agger. U6 - Ecotogia Politica y variable. Segundo, definié la ‘fuerza det trabajo" de los obreros como las ‘‘condi- ciones personales de prod: "". Tercero, Marx se refirié a “‘las condiciones genera- les, comunales, de produccién social’, por ejemplo, los “*medios de comunicacién".™ {Qué son hoy las ‘‘condiciones de produc- cion"? Hoy se habla de las “condiciones fi- sicas externas” en términos de la viabilidad de los ecosistemas, los niveles atmosféricos de ozono, la estabilidad del litoral y las cuencas de los rios, la calidad del agua, el aire y la tierra, etc. Se habla de la ‘fuerza laboral’” en términos de bienestar fisico y mental de los obreros; el tipo y el grado de socializacion, la toxicidad del trabajo y la capacidad de los obreros para afrontarla; y se habla en general de los seres humanos como fuerzas productivas sociales y orga- nismos bioldégicos. Se habla de las “‘condi- ciones comunales” en términos de “‘capital social”, ‘tinfraestructura”’, etc. En los con- ceptos de “condiciones fisicas externas”, “*fuerza laboral" y “condiciones comuna- Ies"* estén implicados los conceptos de ¢s- pacio y “‘entorno social”’. Incluimos, por lo tanto, como condicién de produccién, el “espacio urbano” (‘‘la naturaleza capit: zada como urbana") y otras formas de es- pacio que estructuran y estan estructuradas 12 Siguiendo a Carlo Carboni, que también usa ta expresin “las condiciones reproductivas sociales”, uso “las condiciones de produccién”” porque quiero ‘econsiruit el problema empleando ta propia termino- logia de Marx y también porque quiero limitar mi co- ‘mentario a las tendencias hacia Ia crisis en el proceso. productive y de circulacién del capital, antes que en el proceso de 1a reproduccién social, es decir, la repro- duceida de la formacién social como un todo. Esto uiere decir que seguiré a Marx ¢ interpretaré las “condiciones de produccién" en términos "objet vos" excepto en Ia dltima seccién que indica que hoy cada vez mis esas condiciones son ‘subjetivas". 4 Las condiciones externas fisicas incluyen “la iqueza natural en medios de subsistencia!” y “la ri ‘queza natural en Jos instrumentos de fuerza labora! (Capital |, Modern Library Edition, pag. 2). ™ Marx y Engels, Selecied Works in Two Volu- ‘mes, Vol. 11, Mosci, 1962, pg. 25: Grundrisse, Har- ‘mondsworth, 1973, pag. 3. Véase también Marino Folin, “Public Enterprise, Public Works, Social Fixed, Capital: Capitalist Production of the ‘Comunal Gene- ‘al Conditions of Social Production’ International Journal of Urban and Regional Research, 3, 3, S rolto, correspondencia), 2 “Los economistas y dirigentes empresariates dicen que las zonas urbanas de California se enfrentan ‘tanta congestion de trafico, que la vitalidad econd- ‘mica del Estado se halla amenazada"* (The New York Times, 5 de abril, 1988). 28 "Si las escuelas no pueden hacer mejor su tra ‘bajo de ensetar a estas crecientes poblaciones y con- vertirlas en ciudadanos y trabajadores productivos, fentonces la estabitidad de la economia podria estar 422 - Ecologia Potitica diciones de produccién (luchas que resisten contra la conversion de la naturaleza en ca- |, por ejemplo los movimientos ecolo- sistas, de salud piblica, de seguridad y salud dentro del lugar de trabajo, los movi- mientos ciudadanos y otros) debilitan la flexibilidad y variabilidad de capital, hay que formularia en términos de conflictos acerca tanto de valores de uso como de va- lores de cambio. Se conocen ejemplos de cémo la acu- mulacién capitalista debilita o destruye las propias condiciones de producci6n del ca- pital, amenazando sus beneficios y la ca- pacidad de acumular més capital. El ca- lentamiento de la atmésfera destruira per- sonas, lugares y ganancias, por no ha- blar de la vida de otras especies. La luvia cida destruye por igual los bosques y la- 205, edificios y beneficios. La salinizacién de las aguas fredticas, los residuos téxicos, la erosién de la tierra, etc. estropean la na- turaleza y reducen las ganancias. El circulo vicioso de los plaguicidas destruye tanto las ganancias como la naturaleza. El capital urbano atrapado en el circulo vicioso de la “renovacién urbana” debilita sus propias condiciones y por lo tanto sus beneficios, debido, por ejemplo, a los costes de la con- gestién del trafico, a la alta renta de la tie- rra, etc.” Se puede mencionar en relacién con eso la decrépita situacion de la infraes- tructura fisica de los Estados Unidos. Estan también los circulos viciosos de la ensefian- za, de la seguridad social, de las “‘solucio- nes" tecnolégicas, del cuidado de la salud, etc.28 Este razonamiento también se aplica a las “condiciones personales de produc- cién’’, es decir, a la fuerza de trabajo en conexién con la destruccién de la vida fa- miliar tradicional por parte del capital y ‘amenazada” (Edward B. Fiske, “U.S. Business Turns ‘Aitention to Workers of the Future", international Herald Tribune, 20 y 21 de febrero, 1988). Fisk se re- flere a las minorias que hoy constituyen el 17 por cien- to de la poblacién, una cifra que legard a la tercera parte en el afto 2020. En los EE.UU. en 1965 los gastos de sanidad en pporcentaje del producto nacional bruio eran 6%; en 12000 se espera que serdnel15 . “La sanidad piblica se ha convertido en un céncer econdmico en este pais", lama el San Francisco Chronicle (14 de marzo, 1988), también con la introduccién de las relacio- nes de trabajo que debilitan la capacidad para la supervivencia y en general el actual ambiente social t6xico. De este modo pode- mos introducir la “‘escasez"” en la teoria de lacrisis econémica de una manera marxista y No neo-malthusiana. Podemos introducir la posibilidad de una falta de produccién de capital una vez sumamos los crecientes cos- tes para reproducir las condiciones de pro- duccién. Como ejemplos estén los gastos para sanidad a causa de las relaciones labo- tales y fami el dinero de la droga y para la rehabilitacién de los drogadictos; las cantidades enormes gastadas como re- sultado de la destruccién del ambiente so- cial (por ejemplo el dinero que se gasta en la policia y para divorcios); el dinero para evitar que progrese la destruccién de! me- dio y para limpiar o reparar la destruc- cin ecolégica heredada del pasado; el dinero requerido para inventar, desarrollar Y producir sustitutos sintéticos y “‘natura- les" como medios y objetos de produccién y consumo; las cantidades enormes necesa- rios para pagar a los jeques de petrdleo y a las empresas energéticas, como rentas y be- neficios de monopolios; el dinero para tra- tar los residuos; los costes adicionales de la congestion urbana; los costes que recaen sobre los gobiernos, campesinos y trabaja- dores del Tercer Mundo como resultado de la crisis pareja de la ecologia y el desarro- Mo, y asi sucesivamente. Nadie ha calculado los ingresos totales necesarios para com- pensar las condiciones de produccién estro- eadas o perdidas y/o restaurar estas condiciones 0 desarrollar sustitutos. Es po- sible que el gasto necesario ascienda hasta la mitad o mas de todo el producto social, y ée es un gasto improductivo desde el Punto de vista del capital autoexpansivo. Es posible relacionar tales gastos im- productivos (y aquellos previsibles en el fu- turo) con el enorme sistema de crédito y deuda presente en el mundo de hoy, con el crecimiento de capital ficticio, con la crisis fiscal del Estado, con la internacionaliza- cidn de la produccién? La teoria marxista tradicional sobre la crisis interpreta las es- tructuras de crédito/deuda como resulta- dos del exceso de produccién de capital. El marxismo ecolégico interpretaria los mis- mos fenémenos como resultado de la esca- sez de produccién de capital y el uso improductivo del capital producido. ;Estas tendencias se refuerzan 0 se compensan? Sin prejuzgar la respuesta, evidentemente hay que incluir la pregunta en el programa de la teorfa marxista, 6. HACIA UNA INTERPRETACION MARXISTA ECOLOGISTA DEL CAPI- TALISMO COMO UN SISTEMA ASE- DIADO POR CRISIS Y LA TRANSI- CION AL SOCIALISMO Ni Marx ni ningin marxista han desa- rrollado una teoria de la relacién entre los cambios provocados por la crisis en las con- diciones de produccién y el establecimiento de Sas condiciones del socialismo, En el marxismo tradicional, los cambios provo- cados por las crisis estén determinados por la necesidad de reducir gastos, reestructu- rar el capital, etc. Las fuerzas y relaciones adoptan formas sociales mds transparentes. En el marxismo ecoldgico, como en el mar- xismo tradicional, al capitalismo no sélo le asedia la crisis sino también depende de ta crisis. Los cambios en las condiciones de produccién provocados por la crisis (sea la crisis originada por el exceso o la escasez de produccién de capital) también son deter- minados por la necesidad de reducir gastos, reducir la renta de la tierra, aumentar la fle- xibilidad, etc., y reestructurar las mismas condiciones, por ejemplo, extender la me- dicina preventiva, la reforestacién, la reor- ganizacién del espacio urbano, etc. El capital (apoyado por el Estado) cam- bia sus propias condiciones para hacer frente a la crisis y resolverla a su favor. El capital efectiia cambios en las condiciones definidas como fuerzas productivas, 0 el capital, en segundo lugar, efectiia cambios én las relaciones sociales de la reproduccién de las condiciones. Ariibos cambios tipica- mente suponen o requieren nuevas formas de cooperacion entre los capitales y/o entre entre el capital y el Estado y/o dentro del Estado, o formas més sociales que establez- can una “regulacién del metabolismo entre el género humano y la naturaleza” y tam- Ecologia Politica - 123 bign det “‘metabolismo” entre el individuo y el medio fisico y social. Una mayor coo- peraciGn tiene el efecto de volver las condi- ciones de produccién (ya politizadas) mas transparentemente politicas, y asi trastor- nar atin mds la aparente ‘‘naturalidad” de la existencia del capital. De este modo el sentido histérico de la crisis es la pos dad de imaginar con més claridad la transi- cién al socialismo. Los cambios provocados por la crisis en las condiciones como fuerzas producti- vas con el intento de defender o restaurar Jos beneficios (ejemplificados por los cam- bios tecnolégicos que reducen los costes de Ja aglomeracién, aumentan la flexibilidad en la utilizacién de materias primas, ete.) tienen el efecto sistemético de reducir los costes para reproducir la mano de obra, su- ministrar materias primas a precios mas ba- ratos, ete. Sean cuales fueran las fuentes inmediatas de la crisis, el resultado inevi- table es reestructurar las condiciones de Produccién con el objeto de clevar los beneficios. Ademés, los cambios en las condiciones de produccién provocados por la crisis implican o presuponen formas mas sociales en las relaciones sociales para la re- produccién de las condiciones de produc- cién, por ejemplo, formas més directas de cooperacién dentro del ambito de tas con- diciones de produccién. Un ejemplo actual de cambio en las condiciones de produccién y el cambio consiguiente en las relaciones Sociales de la reproduccién de las condicio- nes de produccién, es el control integrado de plagas, que supone no solamente més coordinacién en los esfuerzos de los agri- cultores sino también mas coordinacién de 2% EI famoso programa de control de plagas en Indonesia que aumenta los beneficios reduciendo los ‘225108 y aumentando los rendimientos, depende de los ‘Huevos programas de formacién, de la coordinscion de planificacin agratia, etc. (Sandra Postel, “Indo- nnesia Steps Off the Pesticide Treadmill", World Warch, enero-febrero, 1988, 4). 2 Por ejemplo, en Alemania Ia coordinacién industria-Estado internaliza muchas externalidades © costes sociales. Esto sucede sin perjuicios serios para {os beneficios porque la RFA produce bienes de tan al- ta.calidad y deseables para el mercado mundial, que se ‘pueden absorber los costes de proteger o restaurar las ‘condiciones de produccidn, mientras la industria se 124 - Evologta Politica Jos programas de preparacién y forma- cidn.2* Otro ejemplo es ta tecnologia de medicina preventiva en relacién con el Sl- DA y los cambios asociados en las relacio- nes comunitarias, en un sentido mas coo- perativo. La segunda manera de reestructura- cién toma la forma de cambios provocados por las crisis en las relaciones sociales de la reproduccién de las condiciones de produc- cidn, introdicidas con el fin de ejercer mas control de las condiciones de la produc- cidn, es decir, mas planificacion. Histérica- mente la planificacién ha tomado diversas formas, por ejemplo, planificacién urbana y regional, de la salud y del transporte, y Planificacién de los recursos naturales. Cualesquicra que sean las fuentes inmedia- tas de la crisis, restructurar estas relaciones sociales con la intencién de desarrollar mas control sobre las condiciones de produc- cidn, es también un resultado inevitable. Es més, los cambios provocados por las crisis en las relaciones sociales de la reproduccién de las condiciones de produccién implican © suponen formas més sociales de las con- diciones de produccién definidas como fuerzas productivas. Un ejemplo actual de tal cambio es la “‘planificacién” contra la contaminacién de la atmésfera urbana, que supone coaliciones de grupos y asociacio- nes, es decir, la cooperacién politica para legitimar medidas fuertes pero cooperativas para reducir la contaminacién.” Otro ejemplo es Ja reestructuracién del- Bureau ‘of Reclamation de los EE.UU. (que cons- ‘truye represas en los rios) o por los cambios en la politica de aguas.”” Para resumir, la crisis obliga al capital ‘mantiene compethiva (conversacign con Claus Ofte). % Christopher J. Daggett, “Smog. More Smog and Stilt More Smog”, The New York Times, 23 de enero, 1988. La idea que la crisis provocada por las cond Por ejemplo, Ia discusim de Laciau y MoufTe acerca de lo que ellos laman el “esencialismo" mar- xista viola ala vez el espirtu ya sustancia de a teoria del capital de Mars, 31 James O'Connor, “The Democratic Move- ‘ment in the United States", Kapitastate, 7, 1978, En la bibliogratia postmarxista me resulta imposible en- ‘contrar una referencia a la division del trabajo social, tan obsesionadas esti los tedricos con Ia division del trabajo industrial, I division del trabajo dentro de ta familia, etc. Esta ausencia o silencio nos permite com- render el postmarsismo como un anarquismo, anarquisme-populismo, comunitarismo, Wbertarianis- mo reciclados, 3 Segiin Carboni, “el desafio de la especificidad std impulsado por todos los nuevos actores sociales 128 - Ecologia Politica lacrisis. Ambos “momentos” suceden tan- to fuera del Estado como dentro y contra el Estado, es decir que pertenecen a la “‘admi- nistracién publica’? (en palabras de Carlos Carboni). Visto de esta manera, la reclama- cién en favor de la democracia radical es la exigencia de democratizar el suministro y 1a reconstrucci6n de las condiciones de pro- ducci6n, que a fin de cuentas es la réclama- cién de democratizar el Estado, es decir, la administracién de la division del trabajo social." En realidad, no habiendo luchas para demo el Estado, ¢s dificil to- mar en serio la reclamacién de una demo- cracia radical. En el pensamiento postmarxista se po- ne mucho énfasis en “la especificidad del lugar’’ y en la “‘integridad’* del cuerpo del individuo, un prado concreto 0 una especie viva, un espacio urbano concreto,ete.?? La palabra ‘diferencia’ se ha convertido en un mantra para el postmarxismo, que —se piensa— excluye la palabra “‘unidad””, que en la mente postmarxista es otra manera de pronunciar “‘totalitarismo™’, En las versio- nes postmarxistas més pensadas se conside- ra que la “‘especificidad del lugar” en que se basan los nuevos movimientos sociales imposibilita las reclamaciones universa- les,2} al menos cualquier reclamacién més allé de la exigencia det reconocimiento uni- versal de la “‘especificidad del lugar”. Esto contrasta con la revolucién burguesa que universaliz6 la reclamacién de los derechos contra los privilegios y la antigua lucha de la clase obrera que universalizé la reclama- cién de la propiedad pablica de los medios de produccién contra la propiedad capita- en las sociedades avanzadas capitalisias. Es el resulta- do de una red compleja de politicas, 1a planificacién, ‘efc., que et capital y el Estado ejecutan para integrar ‘a Ja gente mieruras cambian las condiciones de pro- ‘duccidn. Por un lado, esta especificidad (diferencia) representa fa rotura dela solidaridad de clase y colecti- vva. Por otro, revela as nuevas micro redes de solidari- dad social y la red universalisia de solidaridad que se basa en la ciudadania social". (Comunicacién al autor.) 30 Claus Ofte seiald este punto y el siguiente du- ‘ante una conversacién con el autor, quien fe agradece 1m oportunidad de poder comentar estas cuestiones con alguien que presenta el punto de vista postmarxis- 1a con elegancia y con espiritu de colaboracién cien- tifiea, lista, Ahora bien, la discusion precedente acerca de las condiciones de produccién y las comtradicciones presentes en ellas, sin duda revela que hay una reclamacién uni- versal implicita o latente en las nuevas 1u- chas populares, a saber: la reclamacién de democratizar el Estado (que regula el sumi- nistro de las condiciones de produccién) ademas de democratizar la familia, la co- munidad local, ete. En realidad las diversas luchas populares que defienden la integri- dad de lugares especificos, no pueden uni- versalizarse y de ese modo ganar y a la vez conservar su diversidad, excepto a través de la lucha por un Estado democratico y tam- bign uniéndose con el movimiento obrero, reconociendo lo que tenemos en comiin, el trabajo cooperative, y por eso teorizando sobre la unidad del trabajo social. Ademas, el postmarsismo, influido por el problema de los que abusan de los bienes puiblicos o comunales (free riders), y los problemas de “‘eleccién racional”’ y “‘eleccién social” (todos son proble- mas que presuponen el individualismo burgués) declara que las luchas acerca de las condiciones de produccién son dife- rentes de las luchas tradicionales que trata- ban sobre sueldos, horarios y condiciones de trabajo porque las condiciones de pro- duccién son en su mayoria comunales, sien- do el aire limpio un ejemplo dbvio, o el espacio urbano y las instalaciones pedagé- sgicas ejemplos menos obvios. El argumento es que las luchas en contra de la contami cién ambiental (0 contra la renovacién ur- bana capitalisia o el racismo en tas escuelas) no tienen una recompensa inme- La cuestién contenciosa postmarxista es que tenemos identidades sociales milltiples, contra la afir- rmaci6n de que existe una unidad tedrica en estas iden- tidades debido a la unidad de las condiciones de roduccién y al inico proceso de produccién y crea- cidn del capital. Aparememente es cierto que tenemos, identidades miltiples, pero en lo esencial a unidad de ‘nuestra identidad surge del capitalismo como un mo- do de produccién. El truco es volver a unidad teérica ‘una realidad. Una lucha ambiental podria ser una ba- ‘rera inintencional para el eapital en el campo de Ia ‘acumulacién, aunque no sea ideoligicamente antica- pitalista, La cuestin es cémo hacer a los ambientalis- tas conscientes del hecho de que ellos estén ‘convirtiendo Ia reproduccién de las condiciones de diata para el individuo implicado, de ahi (en la interpretacién de Offe) el fenémeno de ciclos de pasividad social y rabia debidos a la imposibilidad de combinar la accién colectiva ¢ individual alrededor de objeti- vos que recompensen al grupo y al indivi- duo a la vez. Repetimos que éste no es el lugar para una critica profunda de esta perspectiva, una critica que comenzaria con una explicacién de cémo el proceso de lu- cha popular llega a cambiar las propias de- finiciones de “‘individualidad”’, Hay -que decir, a propésito, que los sindicatos obre- +08, si es que son algo, son mecanismos dis- ciplinarios contra los free riders; por ejemplo, los individuos que intentan ofre- cer su trabajo a un precio mas barato que ¢l acordado entre empresa y sindicato son reprendidos por el sindicato. Ademds hay que decir que el problema de los free ri- ders existe porque la proteccién de los bie- nes comunales no se convierte también en un medio para el fin universal y por eso es- pecificamente politico, de establecer un Es- tado democrético. ‘También en relacién con el problemas de los “bienes comunales"” y mas alld del problema de la relacién entre el individuo y - el grupo, existe el problema de la relacion entre grupos y clases. Especificamente, en ¢l universo postmarxista se considera gene- ralmente que las luchas de los nuevos movi- mientos sociales acerca de las condiciones de produccién, son asuntos no relaciona- dos con las clases sociales. ‘‘Los procesos transformadores que sin duda suceden en nuestras sociedades no son, con toda pro- babilidad, conflictos de clases... sino asun- ‘Produccién en un proceso social. Los postmarxistas ‘no quieren encontrar una unidad en las identidades so- cciales fragmentadas que tenemos. No obstante, para -construir alianzas entre los movimientos sociales hay ‘que crear alguna unidad. En ausencia de un fefos de lucha acordado, o definicionescomunes l ddlogo 90 Puede llegar. Si no somos capaces de llegar a un acuer- o sobre las condiciones y los objets dela cha gen ‘que sentido podemas decir que los nuevos movimien- tos sociales extn reconsruyend In esfernpblica co- mo la esfera del didlogo? Tenemos que luchar acerca 4e qué significa el scialiszma, pero en algin sentido ‘estamos obligados a luchar por un lenguaje comin ‘que necesariamente eclipse las diferencias individua- es. El capiralismo disimula la naturaleza social det Ecologia Politica - 129 tos no relacionados con las clases.""35 Es comprensible que las luchas acerca de las condiciones de produccién (comparadas con la produccién misma) aparezcan co- ‘mo asuntos no relacionados con las cla- ses, y que los protagonistas se autodefinan como actores independientes. Es asi no so- lamente porque las cuestiones atraviesan los limites de las clases (por ejemplo, la re- novacién urbana, el aire limpio, etc.) sino también debido a la especifidad del lugar y la “especifidad personal” de las luchas, ¢s decir, la lucha es para determinar qué clase de valores de uso constituirian de hecho las condiciones de produccién. Sin embargo, hay una dimensién de clase en esas lu- chas acerca de las condiciones: clasifica- ciGn jerdrquica en las escuelas, renovacion urbana como forma de ‘“‘echar personas”, vertederos de residuos téxicos en barrios 0 comunidades pobres, salud de los obreros en el puesto de trabajo, la incapacidad de la mayoria de las personas sin empleo y mu- chos empleados para tener acceso a zonas verdes, etc. Los problemas del medio natu- social son mayores para los pobres, in- cluidos los asalariados pobres comparados con los funcionarios y los empleados ricos. En otras palabras, las cuestiones que perte- necen a las condiciones de produccién son cuestiones de clase, aunque son mds que cuestiones de clase, lo cual se vuelve obvio inmediatamente cuando nos preguntamos sobre quién se opone a las luchas populares acerca de las condiciones de produccién. La respuesta es que tipicamente es el capital quien lucha contra los programas de sani- trabajo en el intercambio de mercancias, esconde Jo ‘que tenemos en comiin: el trabajo cooperativo, frag- ‘mentando de ese modo nuestra identidad. Lo que in- quieta es la falta de interés por pane de los 130 - Ecologta Politica dad piiblica, contra una ensefianza tibera- dora, contra los controles sobre inversiones establecidos para proteger la naturaleza € incluso contra Los gastos suficientes para el cuidado de la infancia y desde luego contra los ‘nuevos movimientos sociales’ y sus reclamaciones reciben el apoyo de capital? Pocos, si es que hay alguno. {A cuales de los “‘nuevos movimientos sociales” se opo- ne el] movimiento obrero? Desde luego, a aquellos que amenazan las ideologias de la supremacia masculina y/o la supremacia blanca, en muchos casos, ademds de los que amenazan los empleos y los salarios, € incluso algunos que benefician al trabajo, por ejemplo, el aire limpio. Por eso la lucha acerca de las condiciones de produccién no es solamente lucha de clases, sino también una lucha contra esas ideologias y préct obreras. Con razén se puede decir que las Juchas acerca de las condiciones no son me- nos sino mas que cuestiones de clase. Por tanto, la lucha por la “‘democracia radical’* es mucho més que una lucha para democra- tizar el Estado, es una lucha por la demo- cracia dentro de los departamentos del Estado encargados de regular el suministro de las condiciones de produccién. Sin esta los “nuevos movimientos so- ciales” se quedarin al nivel de luchas anarco-comunalistas y semejantes que se autodestruiran en sus intentos de “‘descons- truir” el marxismo. postmarzistas para teorizar sobre la unidad del traba- jo social”. Comunicacién de David Perla. * Claus Offe, “Panel Discussion”, Scondina- vian Political Studies, 10, 3, 1987, 234.

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