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Las aves en el Bernardino de Sahagiin nacié en Sahagiin, reino de Le6n, Espafia, entre 1499 y 1500; murié en la ciu- dad de México en 1590. Su verdadero apellido era Ribeira, pero lo cambié por el de su villa natal, Estu- dié en Salamanca y viaj6 a la Nueva Espafia en 1529 con el fraile Antonio de Ciudad Rodrigo y 19 més de la Orden de San Francisco. Fray Juan de Torquema- da dice que era de muy buena presencia, por eso “lo escondfan los religiosos ancianos de la vista de las mujeres”? Durante los primeros afios de su residen- cia (1530-1532) vivié en Tlalmanalco; luego, en 1535, fue guardién del convento de Xochimilco, aunque se supone que en realidad fue su fundador. Ensefié La- tinidad en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco durante cinco afios a partir de la fundacion de éste, el 6 de enero de 1536; en 1589 era lector en el convento anexoa la escuela, Entregado a varios menesteres de su Orden, anduvo por el valle de Puebla y la region, de los Volcanes, de 1540 a 1545. De regreso a Tlate- lolco, permanecié en el convento hasta 1550. Ese mis- ‘mo afio y después en 1557 estuvo en Tyla. En 1552 fungié como definidor provincial y en 1558 fue visi- tador de la Custodia del Santo Evangelio, en Michoa- cén, Al trasladérsele al pueblo de Tepepulco en 1558, permanecié alli hasta 1560, aunque en 1561 de nue- va cuenta lleg6 a Tlatelolco. Radicé en este tiltimo lugar hasta 1585, afio en que fue a residir al Conven- to Grande de San Francisco de la ciudad de México, donde permanecié hasta 1571 en que otra vez regre- 86 a Tlatelolco. En 1573 predicé en Tlalmanalco, De 1585 a 1589 fue de nuevo definidor provincial. Cuan- do fallecié en el Convento Grande de San Francisco de México tenfa alrededor de 90 afios, Sahagiin tenfa. fama de hombre sano, fuerte, gran trabajador, sobrio, prudente y amoroso con los indios. Dos notas pare- cen esenciales en su cardcter: la tenacidad, demostra- da en 12 lustros de prodigioso esfuerzo en favor de sus ideas y de su obra; y el pesimismo, que ensombre- ce con amargas reflexiones el fondo de su escenario histérico. Departamento de Produccién: Aves, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional Auténom: de México, 04510, México, D-F, Sociedad Mexicana de His toria de la Medicina Veterinaria y Zootecnia, A.C, México, 1994. Articulo por invitacién Miguel Angel Mérquez* Cédice Florentino Vivié en una época de transici6n de dos culturas, y pudo percatarse que la mexica desaparecfa absorbi- da por la europea, Se adentré con singular tes6n, co- medimiento e inteligencia, en las complejidades del mundo indigena. Movfale en ello, su celo evangelisti- co, pues en posesién de ese conocimiento pretend{a combatir con suficiencia la religion pagana, autécto- na y convertir més fécilmente a los indigenas en la fe de Cristo. A sus trabajos escritos como evangelizador, historiador y linglista, les dio diversas formas, al co- rregirlos, ampliarlos y redactarlos como libros. Escri- bi6 en néhuatl, idioma que dominaba a la perfecci6n, yen castellano, ademas del latin. Desde 1547 investi- 6 y tecopil6 datos acerca de 1a cultura, creencias, artes y costumbres de los antiguos mexicanos. Para evar a cabo su tarea con éxito, invent6 y puso en marcha un método moderno de investigacién, a sa- ber: hizo cuestionarios en néhuatl con la colabora- cién de los estudiantes del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, quienes avanzados en “Romance”—esto ¢s, en latin y castellano—, eran, al mismo tiempo, pe- ritos en néhuatl, su lengua materna. Llev6 esos cues- tionatios a los indios que encabezaban los barrios 0 parcialidades, quienes le mandaron indigenas ancia- nos que le prestaron tan inapreciable ayuda, y a los cuales se les conoce como los informantes de Sahagtin. Estos informantes residfan, especificamente, en tres lugazes: a) Tepepulco, en donde durante el periodo 1588-1560 elaboraron los Primeros Memoriales; b) Tlatelolco, lugar en donde hicieron los Memoriales con excolios de 1564 a 1565 (a ambas versiones se les. identifica con los Mamados Cédices Matritenses), y c) la ciudad de México, en donde Sahagiin realiz6 de 1566 a 1571, una nueva versi6n, mucho més completa que las anteriores, ayudado siempre por su equipo de es- tudiantes de Tlatelolco. Este tercer texto definitivo es conocido como la Historia General de las Casas de Nueva Espa. En 1570, por razones econémicas, detuvo su obra y se vio obligado a redactar un Sumario de su Historia que envié al Consejo de Indias. Este texto contintia perdido. Otra sintesis se envi6 al Papa Pfo V y se conserva en el Archivo Secreto Vaticano, se inti- tula “Breve compendio de los Soles idolatricos que los indios desta Nueva Espafia usaban en tiempos de su infidelidad”, En 1577, como consecuencia de las intrigas de los frailes de su misma Orden, el rey Feli- pe I mandé recoger todas las versiones y copias de Vet, Méx., 26(2) 1995 87 la obra de Sahagiin, ante el temor de que los indige- nas continuasen con sus creencias si éstas se conser- vaban en su lengua. Con el fin de cumplir con esta orden terminante, Sahagin entregé a su superior, fray Rodrigo de Sequera, una version de su material en lengua castellana y mexicana. Este personaje la Nevé a Europa en 1580, por lo que a ese trabajo se le conoce con el nombre de Manuscrito o copia de Se- quera y se le identifica con el Gédice Florentino. Elequi- pode Sahaguin lo integraban los estudiantes trilingtes, Antonio Valeriano, de Azcapotzalco; Martin Jacobita, del barrio de Santa Ana o de Tlatelolco; Pedro de San Buena Ventura, de Cuaulititlan; y Andrés Leo- nardo, quienes dominaban el latin, el castellano y el hahuail Sus copistas © pendolistas fueron Diego de Grado, del barrio de San Martin; Mateo Severino, del barrio de Utlac, en Xochimilco; y Bonifacio Maximi- liano, de Tlatelolco, y quizé otros més, cuyos nom- bres se han perdido, Sahagiin fue creador de un método riguroso de in- vestigacién cientifica, si no el primero —puesto que fray Andrés de Olmos se le adelant6 en tiempo de sus, indagaciones— si el mas cientifico, por lo que se le considera el padre de la investigacién etnohistérica y social americana, anticipdndose dos y medio siglos al padre Lafitan, a quien por su estudio de los iroqueses se le considera como el primer gran em6logo. De boca de sus informantes, Sahagiin logré reunir un extraor- dinario arsenal de noticias relativas a la cultura mes cail, En su obra se encuentran las tres categorias (lo divino, lo humano y lo mundano) de honda tradicién medieval dentro de la concepcién histérica. De ahi que exista una estrecha relacién en el modo de con- cebir y escribir su Historia con la obra de Bartholo- meus Anglicus, intitulada De propietatibus Renwm.., en Romance (Toledo, 1529), libro muy en boga en su época, lo mismo que las obras de Plinio el Viejo y Alberto el Magno. Su Historia, que es una enciclopedia de tipo medie- val, modificada por los conocimientos renacentistas y os de la cultura nhuatl, presenta la labor de varias manos y varios estilos, ya que por lo menos desde 1558 y hasta 1585 intervino en ella su equipo de estudia tes. En la obra se percibe con claridad meridiana su filiacién, con tendencia pictografica, a la llamada Es- cuela de México-Tenochtitlan de mediados det siglo XVI, con el estilo “azteca revivido”, asf como con el movimiento de europeizacién de las figuras. Toda esta abundante y maguiffica informacién per- manecia en el olvido, hasta que Francisco del Paso y ‘Troncoso —profundo conocedor del néhuatl y gran historiador— publicé los originales conservados en Madrid y en Florencia con el titulo de Historia Gene- ral de las Cosas de Nueva Espana, edici6n parcial facsimil de los Gédices Matritenses (5 vols., Madrid, 1905-1907). El tomo quinto, primero de la serie, trae las 157 liminas de los XII libros del Gédice Florentino 88 que se conserva en la Biblioteca Laurentina de Flo- rencia. De una copia de la Historia de Sahagin, que se encontraba en el convento de San Francisco de Tolosa, Espafia, proceden las ediciones que hicie- ron Carlos Maria de Bustamante (3 vols., 1825-1839), Irineo Paz (4 vols., 1890-1895) y Joaquin Ramirez Cabafias (5 vols., 1938). La edicién cumplida en cas- tellano es la de Angel Maria Garibay K., con el titulo Historia de las cosas de Nueva Espaia, escrita por Ber- sardine de Schagts y fundada en lo dacumentacin en lengua mexicana recogida por los naturales (5 vols., 1956). EI historiador espaftol Manuel Ballesteros Gs ‘bro ha dado a la estampa los Cédices Matritenses de la His toria General de las Cosas de la Nueva Espaiia (2 vols., Madrid, 1964), Esta obra ha sido también publicada y hay traducciones en latin, por Biondelli; al ale- man, por Smidt, Schultze Jena, Sler y Shams; al fran- cés, por Jourdanet y Sime6n; y al inglés por Bandelier, Cornya y Charles E. Dibble y Arthur J. ©. Anderson: The Florentine Codex. General History of the things of New Spain (12 vols., Santa Fe, New Mexi- co, 1950-1965). Hay también numerosas selecciones de la extensa obra de Sahagtin; por ejemplo, José Fernando Ramirez; “Cédices mejicanos de Fr. Ber- nardino de Sahagiin”, en Anales del Museo Nacional de Arqueologia, Historia y Etnologia (1903); Alfredo Cha- vero: Sahagin (1877); Joaquin Garcfa Icazbalceta: Biografias. Obras (1896), Wigberto Jiménez Moreno: Fray Bernardino Sahagiin y su obra (1939); Edgar L. Hewett: “Fray Bernardino de Sahagun and the Great Florentine Codex”, en Papers of the Schools of Ameri- can Research, Archaeological Institute of America (Washington, 1944); Angel Maria Garibay K.: “Ver- siones discutibles del texto néhuatl de Sahagin”, en Tlalocan (1952), y “Fray Bernardino de Sahagiin, re- lacién de los textos que no aproveché en su obra. Su método de Investigacion”, en Aportaciones a la ine vestigacién folklérica (Colecciones de Cultura Mexicana, 1955); Nicolau D’Olwer: Historiadores de América. Fray Bernardino de Sahagiin (1952); Donald Robertson: “The manuscripts of Sahagun”, en Mexican Manus- cripts Painting on the Early Colonial Period. The Metro- politan Schools(New Haven, 1959). Cédice Florentino Coleccién Palatina, manuscrito num. 218.20 Biblioteca Laurenziana Fray Bemardino de Sahagin LIBRO UNDECIMO 1. Parrapho primero de las aves de pluma rica “Ay de un ave enesta tierra, que sellama quetzalto- iene plumas muy ricas y de diversos colores, tie- ne el pico agudo, y amarillo, y los pies amarillos; tiene un tocado en la cabeca, de pluma como cresta de ga-

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