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EI espacio biografico Dilemas de la subjetividad contemporanea LEONOR ARFUCH i Introduccién tancia, a un universo La sola mencién de lo “biografico” remite, en primer idad eva. de géneras discursives consagrados que tratan de aprehender jo, ala tepeticién abrumadora de Igueance de la vivencia, capaz de il 3s, autobiografias, confesiones, memorias, sncias dan cuenta, desde hace poco més de dos siglos, rastros, inscripciones, de ese énfasis en la ve es a un tiempo bisq as formas apare- 2s, conversaciones, perfiles, retratos, is, testimonios, historias de vida, relatos de autoayuda, variantes del k-show, reality show... En el horizonte meditico, la logica informati- va del “esto ocurt a todo registro, ha hecho de la vida =y conse- cuentemente, \cia~ un nticleo esencial de tematizacién. Por su parte n cada vez con mayor asiduidad hacia la vor ndo asi de cuerpo del tor soc aficos, los relatos de vida, las entrevistas en ofundidad delinean un terrtorio bien reconocible, una cartografia de la tra- Pero también, en la ido el mismo espacio: entrev acentos colectivos. into a las industrias cul recepcién multifacética, de una pluralidad de pablicos, lectores, aud de un interés sostenido y renovado en los infinitos matices de la narrativa vivencial en no es dificil aventurar las razones de esta adhesion —la necesaria (on personal, la curio- Sidad no exe notable expansion de lo biogréfico y su deslizamiento cre los mbitos de la inimidad hacen pensar en 1e excede Ia simple proliferacién de formas ‘cionales o la bisqueda de estrategias de mercado, para lad particular de la subjetividad contemporénea. lexpresar una tonal 7 ELESPACIO BIOGRAFICO, EMASDELASI JETIVIDAD CONTEMPORANEA Es esa tonalidad la que quise indagar en el espacio de este libro. Ese algo ‘ads que se juega no tanto en la diferencia entre los géneros discursivos involu- crados sino en su coexistencia. Aquella comin que une formas eanonizadas y Jerarquizadas con productos estereotipicos de | ciende el “gusto” definido por pardmetros sociolégicos 0 estéticos y produce tuna respuesta compartida. Lo que lleva una y otta ver a recomenzat el relato de una vida -minucioso, fragmentario, caético, poco importa su modo ante el propio desdoblamienta especular: el relato de todos. Lo que hace al orden del relato —de Ia vida- y a su creacién narrativa, ese ‘pasar en limpio” la propia historia que nunca se termina de contar. Privilegié para ello la crama de fa intertextualidad por sobre los ejemplos usttes o emblemdticos de bidgrafos o autobiogréfas, la recurrencia antes que la singularidad, la hereroge hibridacién por sobre la “pureza” gené- ia por sobre las fronteras estrictas, en defi iva, la consideracién de un espacio biogrdfico, como horizonte de inteligibi- lad y no como una mera sumatoria de génetos ya conformados en otto lugar. Es desde este espacio ~que se construita en curso de ruta~ que propondré en- tonces una lectura transversal, simbolica, cultural y politica, de las narrativas del yo -y sus inntimeros desdoblamientos- en la escena contemporinea. L. Breve historia de un comienzo A mediados de los aos ochenta, y en ef marco prometedor dle la apertura democrética, comensaron a aflorar en nuestro escenario cultural los debates en tomo del “fin” de la modernidad que agitaban ta reflexién en contextos ‘europeos y norteamericanos. Se planteaban al mentaciones sobre el fracaso (total o parc las utopias del universalismo, la raz6n, el saber rrumpida y ascendente del progresa humana, Una ¥ aparentemente superadora, la “posmodernida descentramiento del sujeto y, coextensivamente, la valorizacién de los “microrrelatos”, el desplazamiento del punto de mira omnisciente y ordenador en beneficio de la pluralidad de voces, la hibridacién, la mezela irceverente de ‘cdones, retéricas, paradigmas y € " Remitines a texto clisices del debate modernidadjposmoderniad de los posmademe y La posmoderidad (expcada a las nites); M. ido se desvaece ona ae;} Habermas, "La modemidad, un penyecta ine INTRODUCCION 19 isma del espacio (co segin el clisico orden burgués, ine y no tangencial- Wvidad. Los “pequefios relatos" lo eran no s6lo ismos, lenguas vernéculas, sino tam- bien del mundo de la vida, de la privacidad y la afeccidn. El retorno del “suje- to" ~y no precisamente el de raxén- exaltado, positiva 0 negat mente, como correlato de la muerte anunciada de los grandes sujetos colecti partido, la revolucién—. Mientras tanto, en el espacio bres, que comprom idad, las relaciones entre las personas, parecié ites de visibilidad de lo decible y lo tnostrable. En la aceleracién de un tiempo ya marcado por las nuevas tecnolo- 1s de la comunicacién, por la apropiacién cast inmediata del léxico especta- ndo. en el al wanifestaciones de estas tendencias apareeian en verdad un fenémeno rade ‘mente, en el campo de de identidades e historias local vyos-el pueblo, la clase, medidtico, un salto en la flexi los usos del cuerpo, el amor, la sexu: acon: jse descr condicién posmoderna"—, vital” que habia significado, segtin Marsh 182] 1988), In mo- deenidad, 0 se lo inventaba, proponiendo nuevos deciloges de ifrreverencia? la respuesta -y el alineamiento al respecto~ lo cierto es que este clima de época, de fuertes cuestionamientas a la doxa, estaba marcado prioritariamente por las profundas transformaciones, smo postindustrial y el “modelo arse hoy, pese a sus nuevos atavios, bajo la metéfora de la “globalizacién’ Si en el plano de la expectativa politica nuestro contexto diferia del des- no parecfa haber en cam- intimidad, Una pau séndose perceptible en diversas vr urbanas en Escenas de wa posmaderna Medios. eal osuetnes ene fn devi. 20 ELESPACIO OGRAFICO DILEMASDELA SUB)ETIVIDADCONTEMPORANEA narrativas, de las revistas de autoconocimiento a las inntimeras formas de ticularmente elocuentes al respecto: no incumbencias del “estado terapéutico” ~las normativas de la uso, sino que amplias zonas de la vida privada de funcionarios y transformaban cada vez més en objeco preferido de tematizacién, tornando or momentos impreciso ef horitonte de lo piblico ~en Is vieja acepcién del interés comin y la visibilidad democrética~. Fenémeno no reductible s6lo a la le la "politica-espectsculo” ~que alcanzara luego en nuestro medio les de superar, sino que iba acompaiiado de un "repliegue” en la ida buena” al tables se dos y el credo de riencta hiperinflaciot afios de los noventa. horizonte de k ncias de subjetivacién y autorrefere Foucau nto de la democracia brotaba el vas, esa pluralidad de voces, identidades, sujetos y ipticos, esa 0 clisico en su idealizada transparencia frente a la smo tiempo, la innegable atraccién que las lo que me llev6 a intere- tema, a a tratar sarme ~inte! colocarme ar los senderos ya sefializados de los géne- forme eto cién, INTRODUCCION at rarrativas, los intereses, el “mundo privado’— jera necesa ico, una contracara (indeseada) del fracaso de las uto les? ¥ aun, en ese caso, ;que clase de valores se pontan en juego para concitar tal atencién? (Se trataba simplemente de una exaltacién voyeuristi in de las historias de vida, de én, 0 habilitaba algin otro registro conv humana? ;Podtan postularse, desde un pensamienco de el Iegado mas persistente de los enfoques venir medi experiencia ad y la dlife- otras alterna. 2. La definicidn del tema ‘Apenas comenzada, Ia indagacién en tomo de las formas que adoptaba el cre- ciente proceso de subjetivizacién se enfrent6 a una heterogeneicad que evo: de la vida? 3s, las que les concierne el mismo obje- en un ordenamiento? jCémo compati fe coda presuncién de un corpus se-impor A fuerza de confront cies y tendencias prioritarios: la por la asunei tenticidad de las se fueron perfilando algunos 1ego los relatos por la insistencia en wukacro” de Baudrillard ({1978] 1984) devoracién medistica-, sesguardo efimero a la lad de estas formas, escritas dad de sus procedimientos, en el > BIOGRAFICO, DILEMAS DELA SUBJETIVIDADCONTEMPORANEA aun, "fuera de género” (Robin, 1996), lo que las tornaba en particular sign antes, Narrativas del yo a la ver divergentes y complementarias, cuya enume- racidn tentativa he esborado al comienzo de esta introduccién, Asi se evidencié la pertinencia de considerar estas formas no sélo en sin: cronia sino en intertextualidad: més que un mero repertorio de ocurrencias, se acién que otorgara sentidos, un modo de mirar. Dejando de la ficcién ~obje 0, inabordable-; y rehuyenda el comenzar por una forma clasica autobioge: pio ordenador, la idea de un espacio biogrdfico se revel6 altamente productiva, ‘como princi- expresién, en préstamo a Philippe Lejeune (1980), venia asia intra- ducir una delimitacién del univers. iA qué remitia la nominacién “espacio biogrs te, a "un paso més alla” de su intento infractuoso de apresar | wutobiografia como centeo de uns es. En esa reflexiGn a posterior, el autor se pre al menos en términas taxonémices, estruct va a dar cuenta de algunos especimenes ilustres 0} productividad excede siempre las grandes obras. Bs lidad, y eratando la formulacién de un “espaci mas que ha asumido, con el correr de los si vidas Pese a wgetente, no era ese espacio, concebido més bien como un reservorio dande cada espécimen aporta un “ejemplo”, el que convenia a mis objetivos. El préstamo ~en verdad casi metaférico-, se abria, en de Lejeune? Precisa- ‘especi 0 dado formas disimiles, susceptibles de ser consider das en una incerdiscursividad sincomética, de por si significante, peeo sin renuin- joralizacién, a Ia basqueda de herencias y genealogias, a postular plantearine entonces tal ests pero sin renun obligada por dote: vex revistar en otros agrupamientos, este espacio biogrfico se t mien un punto de partida y no de llegada, e fendmeno de época, cuyo tazado, en virtud de mis propi debia ser definido en el curso de mi investigacién. insecas rca entre niarmanvas que pod sformé para INTRODUCCION 23 2.1, Del espacio biogréfico a los géneros discursivos Siel interés por dar cuenta, en términos discursivojnarrativos, de las formas de subjetivacién que contribufan a la afirmacién de una nueva privacidad me habla conducido al espacio biogréfieo, mi indagacién no se agotarfa en su con. facién general. Més bien, en la interactividad de esas formas, en los ferentes soportes y estilos que me era dado confrontar, se dibujaban algunas war en particular. Asi, fue cobrando portancia, entre los diversos registros de la expresién vivencial, la entrevis- ta, un género sin duda predominante en la comunicacién mediatizada, que candensa adimirablemente los “tonos” de la época: la compulsién de realidad, la autenticid ia presencia. En la biisqueda emprendida en torno de los nuevos acentos del yo, de ese "retomno del sujeto” que pretendia hacer palabra, ;qué mayor proximidad de la vor -e! cuerpo, la perso- |, instaurada por Ia ms antigua y emblemscica manera de dia lu, encontrar una verdad? Sila entrevista habia revelado, oir su "propi a que aqui logar, azonar, sacar en el cranscurso de poco més de ut transformando el viejo modus socratico en un género al la informaci6n, su cortelativa puesta en escena de la subjetividad, su intrusion en la interioridad emocional y en la minucia cotidiana de las vidas -notables y “oscuras"™ no era en modo alguno una apuesta menor, Es més, aparecta, en ladimensién sincrénica de nuestro espacio biogréfico, come la forma de mayor icuidad, capaz de presentar bajo los ojos el ab ciones de sujeto de la sociedad ~“encarnado” 10 intimo a la confesién. Tal la autobiograffa a las memorias, del di 8, definis mi dad significance, escasamente abordada por estudios espect interés en esa direccién. Pero sila enteevista medica ofrecta un de cas ~sin perjuicio de interesatse también, en ocasiones, en las vidas cortien- tes-, otra de sus formas se ocupaba también, con la misma insistencia, de las vidas privadas ~en su doble acepeién-, las que son objeto improbable de auto: Diograffa. Se delineaba asi otra vertiente positiva para mi tema, esta ver en el terreno de la interrogacién cientifica: lade los relatos de vida, que inquietaran a las ciencias sociales desde los primeros afios del siglo Xx, en el intento por aptehender historias y memorias, por dar eventa del espesor de lo social, y que siguen concitando de manera ereciente su atencién. En efecto, los llamados “métodos biogréficos", cuyo recurso de la entrevista es casi obligado, ocupan inagotable de vidas pabli- INTRODUCCION 25, 24 ELESPACIOBIOGRAFICO.DILEMASDELA SUB/ETIV D CONTEMPORANEA, na posicién predominante en t con el interés en ta vor y la experiencia d nial, esa verdadera obsesin de la memoria Siglo y milenio no han cesado de estimular. La curiosidad litera arqueti ie son por ello emble aticas y devienen objeto de identificacién y las “comunes”, que ofrecen tuna inmediata pos orreconocimiento- conflutan de esta ma neta en nuestro espacio, habilitando una mirada excéntrica sobre las nuevas formas en que lo biografico se integra naturalmente al horizonce de la actua lad. Asi, la insistencia en la ica de la privacidad, de todos 3 tonos posibles de las hi ‘ibn que desafia Ia frontera entre los géneros consagraclos y las reelaboraciones parédicas, irreverentes o banales- implemente como un despliegue azaroso en Ia estrate in de audiencias, se investia de nuevos sentidos y valoraciones, trazando figuras contrastivas de la subjet dad contemporénea. Nose trataba por supu a revelando nuestro espacio, y menos atin, en el estudio de como un ga co pero empecinadamente biografico, de volver a la bisqueda de singul al caso “representarivo” del género entendido c “desaloja” el desajuste, el exceso o la contrav heterogencidad const (Estetica de la creacin verbal, [1979] 1982 Era més bien la productividad del ccutrencias, el dislogo va, sus desplazamientos {Qué modelos de vida se des ‘comunes? (Qué orientaciones valor {Qué diferencia introduce la entrevist posiciones (dialégicas) de e: varias voces"? ;Cémo se pueden postularse entre co? {Cémo se articula lo Preguntas que trazan a gr 2.2. Bl corpus del andlisis Si la nocién de espacio biografico levado a delimitar un univers tera ahora la focalizacin en narrativas medidticas y cientificas la que conformacién de un corpus. Ate Jo entrevista en los medlios, y pese a que las 0 acontecer en cualquier intercambio, consideré relevante orgenizar un corpus, « cierta homogeneidad ~temética, pragmética, del tipo de soporte en cues ae tera bone sreeopilaciones en libro -es deci, do a, y aun, esas dos polos oom este tipo suelen, exeepciones) disponibles en nuestra recorté Iuego un conjunto de entrevistas a escritores, que lemente embleméticas por el mito de la “vida y obta” y por tratarse de cs diversamente autobiograficos, a las que dediqué {quienes crean a su un capitulo en particular. Un corpus accesor ue conciernen al campo cultural, est formado po los suplementos culte que abarca el indagacién sobre relatos de vide, construt tas biogrAficas recogidas en el curso de 8 de los ochenta, con ras, célebres y de descend as respectivas? mejanza ~y en mayor I de las vidas n poe verificactén cienti por ende, a horizontes de expe coriogrifica de % ‘AFICO. DILEMAS DE LA SUBJETIVIDADCONTEMPORANEA 3. Elcamino de la investigacion iCuil es la relevancia de este tema? {En qué campo de cuestiones viene a intervenit ya partir de qué huellas? {Qué abjetives, qué aportes se plancea? En. mer lugar, su form 1a combinatoria inhabit ma constituye un aporte, en tanto involucra de aspectos y saberes Imensi6n significante en un horzonte cultural decerminado, ineorpora varia bles histéricas del campo de la sociologia y de la y la critica literarias, de va. ¥ esta incorporacién, en vi ne simplemente una reflexiva de compati no sucura por st especializa, por de ax de definidos intereses y objetivos, no supo- ino una articulaciin, es decie, una bisqueda fades concepruales—en vatios casos, nuesto las diferencias, Perspectiva de mnovadora~, que sis cultural que se coina metodologi cuenta de los relatos de vida en ciencias 3.1. Puntos de partida En tanto las formas que pueden incluiese en el espacio biogrdfico oftecen, segiin hipores lad articulatoria no s6lo sincrénica sino también ica que ~sin pretensién de “esen- ble su devenir actual. Tal busqueda conduce, de horizonte de la modernidad. En efecto, es en el siglo xv urgu ena a afirmarse la subjettvidad modema, a través de una constelacidn de formas de escritura autégrafa que son las que establecen precisamente el canon (confe- siones, autobiografias, da mos, memarias, correspondencias), y del lefinidajustamente como fiction. El xetorno a -cos de ancestras mis remotos 1978; Foucault, [1988] 1990), i critica para mi trabajo: 1) las nes filossfico politicas clisicas en tomno de las esferas de lo lo privado y 2) las dela critica literaria, sobre las valencias par NTR CIN oF géneros, su distincién posible con los considerados de “fic lates de aquellos géneros, (ar cauaperivencia ents formas contemporines mer caso, 56 trataba de ir més alld de la elisica ancinomia entre ey términos conlleva una cierta negatividad 962 1980 a psa po ef conan, pb ‘Aren ccrtejue no seca entre ambos espacios, que permit x de lo fntimofprivado ~complejamente articulada, por otra fados-, no como UN exceso, una no como consustancial a mica, segsin mi hipétesis, lo a veces como 6 pe dad. mediacién entre no nde En el segundo caso, se trataba también de super clasicos sobre la espcifcidad de la autobiografia (Sta Jsrema” de géneros afines, por la con: concepeién del espacio biogrfico, respecto de c tar ahora ese razado te6reo, en lo que consttuye la segunda operacién con. ceptual de nuestro trabajo. 3.2. Articulaciones conceptuales marcado por el gesto fundante Enel horizonte histdrico del espacio biografics de Las confesiones de Rousseau, se dibuja tanto la silueta del hombre, ; ne Gnaparece nenecablemente god lund yas poo el emo de Goeth ui voz autocentrada que con sus Gowthe, seg Weintraub, como la vo \res) y/o su posteridad en las autobiografias que eo | desdobla- nero, pero también la erranc! ondary, Ins pertrbaciones de Ta dencidad. Es ese diver snogeneidad genérica In que opera como ar en terreno sidad narrativa y no una supuests a fondo de muesto espacio qu m 906 Propone incurs poco explorados, requeriré a su vex de nuevas “tecnologias ‘Asi, nuestra enfoque incorpora de manera de Ia reorta bajeiniana de tmatcados constitutivament Pot los géneros discursivos como agrupamientos vamen Tn heterogeneidady sometidos « constante hibridacisn en el proceso 2s fp widad social, y también Ia consideraciGn del oro como figu 28 ELESPACIO! OGRAFICD. DILEMAS DELA SUBJETIVIDAD CONTEMFORANEA, terminance de to interlocucién. El dialogismo, como dinémica natural del lenguaje, la leura y la sociedad ~que hasta autoriza a-ver de esa manera el jsmo de la raz6n—, permite justamente aprehender Ia combinatoria Peculiar que cada una de las formas realiza. Por otra part bajeiniana del sujeto habitado por la otredad del lengu: el psicoandl la concepeién ‘compatible con la lo biografico, en » ¥ que encuen- ip6tesis, en el valor biggrdfico ~otro de los conceptos bajtinianos= hd + £0 tanto orden natrativo y puesta en sentido de la (propia) siempre renovado. vida, un anclaje de mi objeto de -nsomiento del te6s del dialogisme y icofexiscencial, Esta lo largo de mi trabajo, ha permitido alean- 984), en cuanto a la idea de un ‘género"~ como figura espec Iquier cexto, fue abjeto de re aprehensién de esa deriva de motivos y momentos, esos tnento” autabiagrifico =més que leceuta, suscepti sobre todo para de aparecer en. (1983, 1984, sobre todo en su oy de va de la trama en el ode una vida, para confrontar sus postulados en el «spacio biogtsfico, propor nivel de la ine permitié encontrar un nex "Nora vindoen INTRODUCCION 29 ume, en la teflexién contemporinea, la pluralidadl de las narrativas ~en, Shrco pbiidad de afrmacin de wes oa gue abren auevos epacos pore | squeda de valores compartidos de nuevos sentidos de para To social, la bisqueda partidos y wunidad y de democracia. omemto ‘espacio, me interes6 abordar el funcionamiento en particular de alguno de sus registros. La eleceién como objeto de estudio de la entrevista tica en tanto devenit biogrdfico ~pese a que no se la considere habit: srente bajo tal “especialidad”- fue inspirada por un trabajo anterior, donde tabi analizado su configuracién en tanto género discursivo, En aquella etapa se habia perfilado la cualidad (inter)subjetiva del género, su eieualidad biogrd fea, es decit, su peculiar don de inducie, aun en camino hacia otros objetivos, fa mostracién de Ia interioridad, la afectividad, la experiencia. Retomando ceaas lineas profundicé ahora en los temas espectficas que aqui se plantean, Constituyendo un nuevo corpus, que incluye un agrupamiento particular de centrevistas a escritores. 1a medistica de tal rélevancia en cuanto a prestigto ime permitié a la ver desplazar ciertos acen- tos predominantes en algunos andlisis sociologicos 0 mediticos: sién de lo privado en lo piblico, en términos de manipulacién 0 se hracia una interpretacién més matizada, que hace pensar més bien en un complejo =y contradictorio~ proceso de reconfiguracion de la subjerividad contemporines ncebimos, no solamente-aliment lidades presences sin duda en muchas de sus formas-, sino que operaré, priortariamente, como orientacién ética, en esa modelizacién de habitos, costum- y précticas que es consticutiva del ord Finalmente, el cuarto momento de mi indagacién vida en ciencias sociales, que cuentan con una larga trad tedicos y wabajos de campo, en un abanico disciplinar multifacético, que v pasando por a historia oral y los estudios objeto sino més ite a los relatos de in de estudios bien de abordar criticamence algunos prok considerados ~sobre todo en lo que hace al tratamiento de la voz del otro» cen consonancia con nuestto propio recom la complementariedad de estos relatos, en el plano del discurso soc! mbién en. que see plementariedad asimismo en cuanto a los sos de la entrevista, que hab’ mente son vistos como extratios uno al otro (los mediéticos, los cientificos) ‘irados desde esta 6ptica, revelan una cierta indole comin, suscep’ rovechadla, en sus miitiples recursos, en la investigacion 50 BLESPACIO BIOGRAFICO. DILEMAS DELA SUNJETIVIDADCONTEMPORANEA académica, Consideramos relevante, por otra parte, en esta desacostumbrada su posicionamia contingente y mévil en las diversas tramas donde su vor se hace significante, El enfoque narrative que hemos construido se revela igualmente apto para este empefo. En el tleimo tramo de mi trabajo realizo el andlisis de un corpus de entre vistas biogréficas, construido en el marco de una investigacién bajo mi direc: i6n, Mas alté de lo que en su momento fueran los “tes aqu tétminos de sus objetivos especificos (Arfuch, 1992c, 1996), ese corpus fue retomado aqui en sintonia con nuestro recorrido temsético, tedrico y metado- logieo. Traténdose de un compus homogéneo, en cuanto a la problemética, los Personajes y el cuestionario semidirective que sostenta la entrevista, me per mitié avanzar todavia un paso mas hacia el anilisis del discurso, en una oracién personal a partir de la orientacién matcada por la cuela francesa”, Se incegraba aqut naturalmente ~como en ela entrevistas medidticas-, y ademas de los paradigmas ya expl ci6n antirrepresentacionalista, de Wittgenstein a Austin, sin olvi Benveniste, que enfatica el carécter creador, transformador del lengu ancias de la accin linguistic rracién de una vida, lejos de venir a forma (y su sentido) a la vida misma. Mi leccura interpretativa de ambos corpus (entrevistas medi de vida en eiencias sociales) plantea entonces un salto cu de los enfoques c plemente de ejemplos a la te “casos” para una descripeién, se trans- en mi éptica, en esbacios embleméticas, tramas culturales de idad significance, capaces de ilum “paisaje de época cen este cruce de perspectivas, la na fepresentat” algo ya existente, impone su aun en pequefia escala, un 4. Los capitulo Podemos sintetizar ahora las etapas de nuestro itineraio. El primer capitulo se sco, relevanda los antecedentes histéricos de las "para continuar luego con la presenta- 2 literaia en torno de la autobiografia ci6n del espacio biogedfico contempordneo, anda la concepeién de sujeto que guiaré mi indagacién. formas autografas devenidas cidn erftica de los paradigmas de Desarrollo luego mi propia dk INTRODUCCION 31 apitulo me detengo en la examinacién critica de dos ee ppblico y lo privado, el de Arendt y el de ima esfera, que es la abertnas, en virtud del peso que ambos otorgan a esta iltima es La nan ht na ine noon de oe espacios, en articulacién con la icin tecnol6gica’, para indagar en toe eel panel peculiar de las formas biogréficas en la consttucién de los espacios. El capitulo tercero propone un recorrido natrativa, para culminar con S vee jel espacio bogie. Bl cuarto ests dedicado al estudio de la cons- aeceion biogréfica que efectia la entrevista medidtica, a través del anulisis, del corps consti. Trabajo sobre la noi bakiniana ena, ao ‘mento temporal, espacial y afeetivo que da sentido a la narracién, orga mand drone Tpotivos en los que se plasma elrelato del yo y de la experiencia pesonal nla enevin, Doy events amine de ciertas légicas lelizacién que operan de manera espectfca aerate qinro me eontayo en prciar au (ob)ompus dente vistas realizadas a escritores, como caso paradigmatico en cuanto a la vor de Juienes crean, a su vex, vidas y obras en el trabajo, siempre misterioso, de le imaginacién. Sefalo as algunos mecanismos especificos que hacen a la conti guracién misma del campo de la lectura, en tanto hovizonte de expectativa que a a autores y lectores. La trama de la voces elegidas tejerd a su ver, ¥ texto tedrico sobre la autobiografa lo sexto abordo un recorrido critico en tomo de Tos enfoques ia necesidad de considerar En el segundo paradigmas clisicos en torno de lo \ceptual en rorno de la narrati- nizando En el cap biograficos en ciencias sociales, enfatizando | autorreflexivamente el trabajo con la vor del ona, sin descuido de la p juego del lenguaje y de la trara narrativa, pero al mismo tiempo sin ingen dad respecto de 8 inalmente, en el caps sas en torno de la emigrac juego una metodologia de anéllisis que con! tados, y que considero un aporte ori lectura también va més allé de sf mismo, para dar cuenta, ni des jento identitario que se produce en la narracin vivencial, 1a° 12 relatos de la emigracidn, pero que habla, paradigmaticamente, del « eter migrante de toda identidad *ransparenci lo séptimo, analizo el carpus de entrevistas biogr4- Jn, ya mencionado. El estudio de caso pone en va los postulados teéricos explici- |, Sin embargo, este camino de la idamen 88 ELESPACIO BIOGRAFICO. DILEMAS DE LA SUBJETIVIDAD CONTEMPORANEA, aquello que constituiria primariamente el registro de Ia accién humana, con sus légicas, personajes, tensiones y altemativas, sina a la forma por excelencia de estructuracién existe, entre Ia actividad de contar una historia y el eatieter temporal de Ta xperiencia humana, una comrelacion que noe paramente accidental que presenta una forma de necesdad”wansentarat = - 3 Cualidad cranscultural de Tos relatos ya habia sido percibida con agude za por Roland Barthes, en un texto clésico que resta insoslayable para toda indagacién al respecto: “no hay ni ha habido jams en parte alguna un pueblo sin relatos [..J el relato se burla de la buena y de la mala literatura: internacio. nal, transhist6rico, transcultura, el relato est comin? que hiciera posi area consiste en llegar a dar una descripci6n estructu- si6n cronolégiea; comtesponde a la tiempo narrativo. Se podria decir, de otra m sino wna clase estructural del relauo (del discurso) que la temporalidad no es (Barthes, T970: 24; el des 10. ni ef instante iendo casi en un aforisino la razén de ser de nuestro espacio biogréfico. Su reflexidn se orien- taba a deslindar las nociones comunes del sino TARE, 4d vlan cua expansin 3 ddestindar, «1a manera sussu LAVIDACOMONARRACION 89 tuituido como cémputo, simbélico -el nacimiento, Ge Cristo, de Baa, de alg sberanom ae acu 9s ves a ots deg gusto, que no es reductible a ninguno de los otos, sino que se despliegs en Te enunciacion, no ya como una manifestacion mdividual ano. ‘en tanto pone en comelacion presente, actual ] idad misma del relat un “punto cero, axt de la instancia Bioguitieo ero la reflexién de Benveniste va incl ee er egene que Teegarden mae natodel nto. Es proc fad en la enunciacion y por ella, De la enun- raced Ta instauracin de la categoria del presente [-] au Since fee Tug Prov osencia en cl Cae pues -piénsese bien~ el hombre no dispone de nin- ee Benveniste 197.86 los destacados son Siguendo ena hue para Ricoeur, una modal iren el discurso directo STENTS eT Hempo” sernpre seal rola gue opera un rol de medi smiento de la historia y la fie- brs eneventra en ef conctptoya un individuo como a una co: munidad, in punto de articulacién tiene para Ricoeur el sentido de una categorta de la préctica,supane la respuesta a la pregunta ";Quién ha hecho tal accién, quién fue el autor?"; respuesta que no puede ser sino narra- lo fuerte que le oto wh Arendt: responder quign conta la historia de una vida" 1 filgsofo se propone ax desing sin sustancialista” de un sujeto f apatece jstamente, como vimos en el ca j mee ion de la cer stancia actual del relata? Qué voces de otras tiempos ~jde In misma vor? 1 se nscrben en el decir dels memovn? aun exe sje de ea histor Para Ricoeur, el dilema se resuelve, como asign: a jogo rete aT aE lad, pero sin perder de vista fa cohesidn de uma vida, mediada por fa erama se constiuye relato como en eje La tem nes a conceptos de Lejeune, si bien su propio campo de 3 ids amplio, ya que incluye también los relatos fccionalesy rica, Peto si entre el espacio biografico y el que es re como de ficeié hay diferenc hemos tratado de establecer, jeu se ‘Antes de postular hipd- es fabri efetuar un prime desinds ene ray fin, En el horionte epistémica en el que nox situamos (Barth ie, 1973, [1987] 1992; Ricoeur, 1985) hay eee LAVIDACOMONARRACION 9} jsmos procedimientos de ficcionalizacién® peto que se distin, de los hechos involucrados ~en tanto “verdade- ya por el tratamiento de las comparcen los jen, ya sea por la naturaleza aepcine acanrds” 0 productos de invencgn fuentes y el archivo.® set conclusin, que para la critica liceraria no era ciertamente innnovadora,, produjo sin embargo gran impacto en la historiogafa tradicional, por cuanto Treplasd el centra de atencién de los “hechos” hist6ricas, y la concepcién ‘efeenciol de la verdad, ala escritura de a historia, es deci a otro régimen ~discur- dive. de veridiceiGn. En cuanto @ lo biogsfico, en tanto los “hechos” de la vida dc alguien reclaman igualmente una historicidad de lo “sucedido” gen qué direc ‘én se inclinaré la balanza? Pareceria que los géneros canénicos —biografias, Sutebiografias, memorias, cortesponclencias- jugaran historia 9 ficeisn ~entendida esta Gltima menos co tina lveraria, integrémdose asf, con este estatus, al conjunto de una senor wen el caso de escritores~ y operando al mismo tiempo como testim archivo, documento, tanto para una historia individual como de época” bei camino a ext concepein co represen niita nada sina gue sr funcién 1 dieersopreendidamet le, segin Barthes, un nos de excita. Uno de esas proc ie detalles no relevontes para fa rams gs paratextuaes. igri” ete. (Whice, 19923) * Seis Malloy destaca es iglon x AX, coma estas de La 92 ELESPACIO BIOGRAFICO. DILEMAS DELA SUBIETIVIDADCONTEMPORANEA especial las al cardcter La percepeién del ca aurobiogtéficas y viven: ratio dela experiencia, En la reflexidn de Ricoe idad y experiencia, crucial para la h un pasado que jpacién hacia lo impredecible. Doble movi- ervalo~ safo no se detiene en particular en el an pee recurrencia con que aparece en_nuestto trabajo y la validez que ad algunas agepctom $ “The evidence of experience” por un lad otro, una elase particular de concienc! esa clase de conciencia pasa a significar LAVIDA COMONARRACION 93, Volviendo a la no. més, por cuan! co, al permitir analizar ajustade ; ems spo de La vida y la (propia) exp rambién, a Ins acciones con el tezado de un espacio ‘cos que desde antiguo acompafian el de la “vida buena” ¥yatemporal, sin relacidn con la experi transcutta en un univers reloién con a humana. Es esa orientacion vorizonte de expec fexto-. La model dies elo poten apnoea 54 ELESPACIO BIOGRAFICO. DILEMAS DE LA SUBJETIVIDAD CONTEMPORANEA juncién posible de ambos “mundos", pero lo trasciende, hacia oteos contex- tos posibles, entre ellos, el horizonte de la “accién efectiva’” Es que la lectura conlleva un momento de envio, en el cual deviene “una provocacién a ser y actuar de otra manera”. A ante nosotros las transforma personajes, sino que movilizaré una ex- periencia del pensamiento por la cual "nos ejercitamos en habitar mundos extranjeros a nosotros De esta manera, esta oriencacidn ética se reencuentra finalmente, como en ‘una parsbola, con la dimensién valorativa que conllevan los géneros discursivos fico" std presente en el trayecto de Ricoeur de modo decisivo, no es justamente en. lacién con esta problematica. En efecto, el punto de interés de este iltimo es Ja concepcién polifonica de la novela, que el teérico ruso desarrollara a partir de Dostoievski y que dio un giro capital en cuanto a la consideracién de las voces lel relato, Bl impacto que Ricoeur le reconoce a esta “revolucin en la concep: cién del narrador" es tal, que sobre el pregunta si ese princ ico, mientos mismos d trama en la temporalidad ~que conlleva una cierta homogeneidad-, por esa ‘multiplicidad de puntos de vista, en suspens or el contrapunto, siempre inacabado,-de'la resp uestién ~que no terminard efectivamente en un “derrum de su postura, en beneficio de la heterogeneidad, como rasgo constituyente, sobre todo, de la novela ~rasgo que, como vimos, Bajtin atribuye al conjunto de los iéneros discursivos~. Sin embargo, en Jos géneros, de la ida del narrador (y d radigmas, justamente tava. que los géneros imponen 9 nuestra rear LAVIDACOMONARRACION 95, 3. La voz narrative Si el descubrimiento del principio dialégico bajtiniano ponia en cuestién la |(Ciino aproximarse a ese enirecnzamiento de las voces, a €508 90 que inme- dtaramentesedesTObTan, HO MTTET UT gn oiros? Tanto Lejeune, aT legir Te expresign’ de Kimband para cl titulo de su libro Ue est un aware), como Ricoeur (Soi-méme comme un autre} sefialan, en esa especie de oximoron, el descentramiento y la diferencia como marca de inscripcién del sujeto en el decurso narrativo. ero esta marca smaba Benveniste en st intaratén de a "pestona an af, como ire ‘complementaria y reversible. “Bs en y por el lenguaje como el hombre se constituye como sujeto, porque ddlp el lenguaye funda en realidad, on su realidad que es ade se, el concep de“ega’” (el destacado es mio), Tal posicin no se define por el sentimiento de ca. que trasciende inte todo, linguistica: “Es "Ego" quien dice ‘ego™, afir- ca sentencia, colocando de inmediato, frente a esa alguien de ser “él totatidacde las experienclas vividas que rea de la conciencié™ (Benveniste, 1977, vol: 1: 181 y 180) Esta postura trafa aparejadas varias consecuencias: la de sentat una base dial6gica para la ade una consideracién dialéctica, 6 iposible de reducir a un término y la de que el fundamento de Ia subjetividad, asf en tendida, tenia que ver con el ejercicio engua. “Por poco que se piense “strniaba Benveniste no hay otro testimonio objetivo de la eniadad den sujet que el que asi da él misno sobre Si bien esta Corrcepeisin, desarrrollada luego con mayor at cen su momento algunas objeciones, en el sentido de una excesiva autonom: tin del enunciador respecto de su enunciado, su influencia fue muy rele del ote, del indi "Asi se deaploman las vejas acincmias de » etnine original sea Ete y de dande éte apenas se Ine Berenice, 1977: 181). Es now particular pueden ‘bjecvir”, e2rean0 3 Jocuter mola la erga por su cue 98 ELESPACIO BIOGRAFICO. DILEMAS DE LA SUBJETIVIDAD CONTEMPORANEA 4, El mito del yo: pluralidad y disyuncién Del otto lado—del lado de Ia transformacién que supone todo trayecto-, sila lieratura constituye un vasto laboratorio de Ia identidad, lo es por la vat cin constante, la transmutacién, el forzamiento de los limites, la pérdida, la disolucién, La novela es sin duda el territorio privilegiado para la experimen- tacién, atin la mas perturbadora, en tanto puede operar en el marco de ra os los puzzling cases mientras 4 ples “contratos de veridiccién” ~incl smargen se esteecha en el espacio biogréfico. Eta distinci6n es quizd.una de las pocas.que puedan-establecerse,.cespecta-de-lo-biogrifieoentre relato-fctaly fiecional: més alli de la declaracién de autor o de,los signos paratextuales i Vida itestiguada como “real” etd sometida.a.una mayor restriccién nave? tiva. Pero silos géneros candnicos estin obligados a respetar cierta verost tad de la historia contada ~que no supone necesariamente veracidad-, otras variantes del espacio biografico pueden praducir un efecto altamente-desesta ‘Bitizadsr, quizl como, “desquite” ante.canto.cxceso-de-referencialidad-"testi Jas que, sin renuncia @ la identficacidn de autor, se plantean jugar ‘otto juego, el de trastocar, disolver la propia idea de autobiograffa,-desdibjar sus umbrales; apostar al equivoco, a la confusion identitaria-c-indicial 0 autor qué da su nombre a un personaje, © se narra en segunda o tercera perso~ nha; hace un telato fietidio con datos verdaderos 0 a la inversa, se inventa una tia, ecribe con otros nombres, ete. ete.~, Leslizamientos sin fin, pueden isumir el nombre de “autoficeién” en la medida en que postulan exp! citamente un relato de s{ consTTEWTE GE su cardcter ficcional y desligado por lo tanto del “pacto” de referencialidad biogréfica.® lesransportsen, amnesia, e.), que ponen en evidencia una ia adic iteravia sobre Tt “perturbaciones de os -consideranda como “actales ls relatos de informe de polit, la nora mente en indeciibilad: nada hay. ein ea sighon exteriones, parateruales. Véase dlstinte autores, como un tlato que alguien decide hacer des mismo con pena concienis de ardcterfccional, sn obligacion de "felidad” referencia ni busqueda del sentido dela vida” 0 Juseifiacién extencial “La aucfcciin es fceién, eer de lengurie, lo que hace que el sveto LA VIDA COMONARRACION Este abanico de posibilidades de inseripei6n de la vor narrativa en el esp cio biogeéfico, que va de las formas més canénicas a las menos discernibles, despliega asi, en la Sptica que venimas construyendo, sin contradiceién con polifonta bajtiniana. Lo que esté en juego entences no es una politica de la sosp ‘cha sobre la veracidad o ls autenticidad de esa vor, sino més bien la acept jan del descentramiento constitutivo del sujeto enunciador, aun bajo la ma receptor Porque, indudablemente -volviendo al 'ego’ de Benveniste-, es el cardctt reversible de esa marca del lenguaje, quizd la més sin distineién mn ferencia de pos ciones y jerarqufas entre las "primeras personas” verdaderamente existentes el que ha contribuido a la construccién del mito del yo, segin Lejeune, “uno d los més fascinantes de la civilizacién occidental moderna’ en buen medida creado y realimentado sin cesar en el espacio biografico, e indisociable como vimos, de una aspiracién ético/moral.”” Recapitulando entonces nuestro itinerario, aun el “retrato” del yo aparece ‘en sus diversas acentuaciones, como una posicién enunciativa dialégica, e1 i pena iden 989] 1996), 100 LESPACIO BIOGRAFICO. DILEMAS DEL SUBJETIVIDAD CONTEMFORANEA priva- el polo de la mismidad? ;Habsia algo, en ese yo, absolutamente sing do, itreductible? ‘Contratiamente a la idea moderna de la singularidad como lo irrepe de cada seren su dife manuel Lévinas, en una perspectiva ontoldgica, coloca el punto ees comin a cada uno de los jo que no se puede compar: ¢ in el tiempo mist es una apertura sobre tonos de angustia y de desesperanza~ sino de ese a rt Lev Mo lib pero sabiendas de que esta “engafia” su soledad, tanto en la relacion wvés del conocimiento como en fa experimentacién de los smo hacia ello otto que encuentra en el erotismo la relacign con fo femenino com: con una mismidad oea-, dos vias de acceso a un ras tentonces algo que se puede niartar pet0 no comunicar, compar = Nos interesa aq i6n entre comunicar y narrar, en tanto deja encrever una diferencia cu LAVIDACOMONARRACION 1 se que el relato de sf es uno de esos ardids, siempre renovads, a la manend Scheherazade, que incentan dia a dfa el anc puede ser “confirmado, seguro, y cierto en el orden de! conocimiento", Derrida; no corresponde al est ~a una verdad— irredu oralidad, “directo”, oftecerse como una referencia viva e inequivoca ~en hasta se transformaria en referencia “em Enel prélogo a la ediciSn de Ethique et infin’ diré Philippe Nemo: “ests palabra] formulada por el autor mismo [..] es fiel de esta fidelidad que asegure aun discurso la presencia viva de su autor”. En la si del aut 1984, vol. 2: 162). Pera en la escritura tampoco ico contemporineo, sobre todo a ’— oftece una quiere resignar su primac avs de la entres de su existencia y hud de la presencia y el el espacio me yy cuerpo “en di |AS DELA SUBJETIVIDAD CONTEMPORANEA 82 BLESPACIO BIOGRAFICO. fo en una lista siempre provisoria~ comparten algunos rasgos “ompostivos ylo estilisticos, segin la clisica distinesGn de Bajtin- asf como rertas formas de recepcién e interpretaciGn en cérminos de sus respectivos vactosfacuerdos de lectura. ELespacia comertonfigueacién-mayor.que el gene 6, permite entonces una Lectura analitca transversal, atentaa las modulaciones Gora ConTMuencia no supone desatendler las respectivas especifir idades, aun en su relatividad. Por el contratio, a abarcativa definicién de los ‘vos que adoptamos, que comprende el tipo de interlocucién, .cidn en juego, eb e105 di fu situacion, las diversas esferas y funciones de la comuni seso de la tradicién y también la innovacién, permite ju mado de distinciGn, Asi, planteamas la pertinencia de considerar dialégica- vnente los renatos entre el espacio y el género, enfoque que intenta asitnistno ‘a menudo marcada como contrapunto, la que a superacion de otr snedia entre el "text IS que Te confiere Derrida, pel “Stencialidad de deslizamiento hacia otras WATANCTAS ese a que el “mito del y biografico, la errética adhesin a esta marca enunciativa, aun en los géneros iogréficas”, hace dudosa su utilizacién como parémetto clasi- [o advertiamos en los intentos de Lejeune. Sin embargo, pare- snto- de un yo narrativo habil taria en verdad la distincién, a menudo sutil, entre umbrales que nombran rho nombran lo mismo; fntimo, privado, biogrfico. En efecto, si adoptamos 1a retafora del “recinto” de la interioridad, lo intima sera quied To mis secéndi- todel yo, aqvetioa fo que se aviene con naturalidad alsecreto, Lo privado, a su vez, parecerfa contener a To THRO perorofrecer ar Tair sceptible de ser compartido, una especie de” nos otros, Finalmente, lo iogrfico com: Aatesala o reservado poblado por algu 2 Vase Jacques Deri 1987] 1989), “Fema, aconrecimiento, concerto” LA VIDA COMO NARRACION sectan y trastocan, lo mas intimo pide ser hablado 0 cede a la confidencia, privado se transforma en acérrimo secreto, lo piiblico se hace privado y vit Tampoco es certera fa atribucién de incumbencias: lo intimo no es so mente el reducto de fa, la afectividad o el erotismo -ni en todo eq valente a "la intimidad’=lo privado no se equipara al resguardo de lap para al resguardo de la pro dad ol reino domésico, lo biogréfico excede en mucho una historia pevon Pese a las diferencias ~jde grado? entre los términos, la dificultad de deft estos espacios, més allé de una traza metaférica, es también la de postu fronterastajantes entre los géneros y las voces que vendtfan a re-presentarl 5.1. Biogeafia y autobiografia Si pensamos por ejemplo en la autobiografia, pieza clave de la tentacié taxondmica, como vefamos en el capitulo primero, ella oftece tantos indices vatiablidad que lleva sin esfuerz0 a dudar —como Starobinski o Paul de Mat ito como géneto literario: las habeé en primera, segunda, terce iptcas,encubieras; la considerrd, pot un lade, come repete pero sujeto a la trivalidad doméstica, par el otro, com autojustficacién, bisqueda trascendente del sentido de la vida, ejercicio d «staré dada solamente por la promesa que sus signs wales ~“autobiograffa"= hacen al hipotético lector . Qui se astament esta mlilicdad fora -asi como su empecin pervivencia~ lo que ha hecho de la autobiogtafia un objeto de andlists pri giado desde diversos enfogues episté lata arco temporal que de ls Confesiones de San Agustin ~que, lejos de toda concepeién moderna ¢ ‘sujeto" dejara sin embargo un sello ret6rico, teérico y narrativo indeleb| en cuanto al relato de una vida~ al moment Wordsworth, De Quincey-, sefiala asimismo el trnsito de la conve el cérmino en su elacign com ew umplimieno de algo 2) inrodui 10g BL ESPACIO BIOGRAFICO. DILEMASDELA SUBJETIVIDAD CONTEMPORANEA, { sifn el hacerse aceptable a la mirada divina~ a la autoafimacién, como acep- i trama comunal de los ato vida en la escritura es, ids que ut cen el sentido en que Ricoeur en' fen cuanto a esta creacién, la irredy compartidos— no impide un fuerte autobiografia de la novela en poder = ea pasin= loa do de ura LA VIDA COMONARRACION 305 sto autobiogréfico. ; le realida ia un preceden- de ficcionalidad, de la duplicidad enunciativa, dela 106 ELESPACIO BIOGRAFICO. DILEMAS DE LA SUBJETIVIDAD CONTEMPORANEA darme de mi mismo, al incorporar a ella, en el sentido pleno del término, la experiencia del andlisis, no sélo en la tematica sino en la produccién del texto” (Robin, 1994: 74). La biografia,” a su ver, también un género en movers en un terreno inde novela y el relato hiseS- rico, el ajuste a una cronologt@ y tiempo narrativo, la inter pretacién minuciosa de documentos y Ia figuracién de espacios reservados a Tos que, tedricamente, s6lo el yo podria advenit. A menudo, inspirada en la devocién del persona jo asf naturalmente en héroe o herosna, su modelo -y no el de la novela- seria el que, sextin Lejeune, prima sobre la autobiogzafia, Obligada a respetar la sucesién de las etapas de la vida, a buscar idades y otorgar sentidos, a justficar nexos esclarecedores entre vida ¥ su valoraci6n como género no deja de ser controvertida. Mais ‘a distincién entre modalidades ~desde las famosas “biograffas no autoriza das”, mis cerca del gossip que de un género litera 0, hasta aqu {que son producto de investigacién-, y pese a inniimeros ejemplos de biografos tan ilystres como sus biografiados, para algunos la biografia estaré amenazada desde el otigen por la tensin entre admiracién y objetividad, entre una su- puesta “verdad” a restaurar y el hecho de que roda historia es apenas una histo- aauge en nuestra Epoca, se 11 En su obee Fils (1977), Doybrovsky escibe: "Hace més de evarentaafos que estamos dos El y yo. Juine-sence, Mala pareja, Cada uno po 3 lado, No as facets, Juegos de espe juntos. nsepar puede dura lor petsonaje~pero re esta forma de aotoficcén como eto” (Robin, 1994: 75). La “a |, ganando terreno ala “novela atobiog “Jel recorrdo de una vida humana notable, ecamoce antec (ca Bain sala com auteogficos Lx Apolo de rin de Isscates, bao el modelo del enkomion, acid (Ptaren), tana, fe cuyo madela er Suctonio, tam Propercio dos em forma de Dign aportan este cauee comin lesan rd, sera Tas corslacones (Cicerin, San As lego con I ilo, las que abrir el camino mo 2 memude ae plantes In empresa biogrfies modems~ Hac LAVIDA COMONARRACION I via més a contar sobre un personaje. Sujeta al riesgo de tornarse en monume to, en ejercicio de erudicién, en obsesién de archivo o empalagoso inventat ignificativos”, también puede transformatse en es! lete contra su objeto. ‘Al respecto, en un articulo publicado en The New York Review of books John Updike itonizaba, 2 propésito de las biografias, sobre dos tipologias: yelaci6n reverencial del bidgrafo, cuya manera de tendit tributo al biografiac se expresa a veces “cuantitativamente” en pesadas obras de varios voldmene y; contrariamente, las biogtaffas que ridiculizan o denigran a sus sujetos, pr enténdolos en sus facetas més intimas y desagradables ~Jeffrey Meyers sob Scott Fitzgerald, Claire Bloom, ex esposa de Philip Roth, sobre éste, Pa Theroux sobre V. S. Naipaul, Joyce Maynard sobre su ex amante J. D. Salinge etc, Entre un extremo y otro, el autor reconoce sin embargo la ventaja de “at ” para atrapar una “vic capar de iluminar, diversamente, los misterios de la creacié Reromando algunos de estos conceptos, Brenda Maddox, autora de una bit frafia de Yeats, publica en The New York Times un articulo™ donde cuestior de la biografia, iografia. como periodismo, ta otras motivaciones posibles: la curiosidad, el desconocimiento, el an distanciado, la posicién “médica” ~incerés no exento de compasién-, ete. Pi siciones que actualizan la polémica, al tiempo que sefialan la vigencia y li transformaciones medisticas del viejo génevo En efecto, la abrumadora pul nde biograffas en nuestros dias mue tra tanto su resistencia al tiempo y a los estereotipos del género como la ba queda de nuevos posicionamientos criticos respecto de su innegable traba ficcional, pero también el sostenido favor del pablico, que busca en ellas e algo mas que ilumine el contexto vital de la figura de algiin modo conocic ~dlfcilmente se lea la biografia de un personaje que se desconoce-. No ¢s px ‘azar entonces que reiteradamente aparece, en declaraciones, como el géne! preferido en los habitos de lectura de intelectuales y escritores."* Pero hay también ejercicios de eseritura que, sin abandonar el modelo ¢ narracién de la vida de un personaje existence, se apartan de la fidelidad hi rica para dar lugar a nuevos hibridos ~en nuestro escenario actual es notorio fue repraducido en el suplementa dominical "Culeura y Nacién” del diar LA VIDA COMONARRACION 109) mbito argentino e hispano- americano de los siglos x1 y comienzos del xx, donde la escritura autobiogréfica “cuya autoria remite en muchos casos a figuras pablicas politicas y/o intelee- tuales protagénicas~ presenta una trama a menuclo indiscernible entee lo indi- identidad personal se dibuja casi obligadamente en. sus eontfictos, cambios 1s y transformaciones, y acusa fuertemente las marcas de esa idad (Prieto, Molloy, Ludmer)..” * x del siglo, que remitea fy Adolfo Prieto, cbiogrfica angen levantes en el procesn de afracion de ts, exeriore (Belgrano, Saavedra, Agrelo, Pesta, Alber inseparable dela constrvcidn de esa identi "Mis que eae pevamenta, experiencas subjet los hechos de la vids cle Gad del "verdadero yo"-, 0 bien, como miradartestige de un mundo.apuneo de desaparecer, ova ‘esapareido, También Ie astobiorala, corn en el caso de Ocampo, sr afrmacicn de nae coincidente com el sepimienco dela nacin misna como tet Tas vevasWentidades emergences, os al mismo "Se seceeael de mi propia imagen, de la ia 991] 1996: 199), icin de un destin ogra icional en forma novelad 1 desplanados. no candnieas, que pede asm fexerminances en eewerds", la segunda, une mismo, para newotes, de biogdlca Ladies, 1999: 27 yes) El ejemplo lo es la inseipctin [EL ESPACIO BIOGRAFICO. DILEMAS DEA SUBJETIVIDADCONTEMFORANEA 5.2. Diarios intimos, correspondencias Si la autobiografta puede desplegarse dllatadamence di la nacién, el diario fntimo promete en cambio la mayor cescantaa la profundi.. Tira desprovists Ue wraduras penéricas, abierta ala impro- ‘forestante (Pepys, p Swit, jo -el cajén escondido, el anag de ajuste, borradura, reescr tratard de lo intimo en lo pablico, in esa senda donde la tent: fo parcial, en defi de la incerioridad. fragmento, revelacién. De 1d, quiza sea brecha para el asal Afirma Blanchot que nificancia y que su supuest TAVIDACOMANARRACION 111 1 algo para registrar. Doble vida del “Lo curioso en mi caso es exdn poco jando mi diario no recoge el sedimento” iad, una sa, viene a salvar por el con’ le el yo se expande parecer~ y se "rescat 1¢ ha tenido que desa tones y teat jos existentes marca el punto de ‘otros, vecinos del reportaje 1 de conversaciones, los haba ci ros, como series de aforismos, 0 sesivos cuadernos de notas y notaciones del vi cetndgrafos y viajeros ~Malinowski, Leiris~ don sin olvidar los di la abrumadora repet liana se mezcla con la avent trabajo a la narracién. Pe for Klemper pero enraizado er -os- de diarios pueden ver asomar sud existencial o las tenden- sampo" 112. ELESPACIO BIOGRAFICO. DILEMAS DELA SUBJETIVIDADCONTEMPORANEA, no, lo “verdadero”, en definitiva, el “limo” donde nacen y crecen las obras que se adiniran en otras artes, pricticas o eserituras —lo cual campoco escapa al sin duda un excedente, aquello que no termina de ser dicho en ningiin otro lugar, o que, apenas dicho, solicita una forma de salvacién. De alguna manera, contiene el sobrepeso de la cualidad reflexiva del vivir. Pero también realiza, vicariamente, aguello que no ha teni- do ni tendré lugar, ocupa un espacio intersticial, sefala Mas que un género es una situacign (un encierra) de escrtwra." Bs eso lo que impulsa asi- ‘que ejercita su préctica, més allé de llamarse escritorfa, més allé de tener cierta cercanta vo cacional o profesional? {Es la posibilidad de estar a solas con la fantasia, de evar vidas sustitutas, de atrapar tanto el exceso como la pérdida, de no dejar el tiempo simplemente pasar? La pregunta no deja de tener interés, por cuanto diario es quied la Gnica forma autobiogréfica de uso comin y compartido.” En cuanto a las correspondencias, desde el avge del géneto epistolar en el siglo xvi ~y su asimilacién formal a la estructura de la novela-, ese dislogo centre voces préximas y distantes, alimentado idad, la pa si6n 0 los intereses politicos, Tectores y criticos.” Seri ita de las eorrespondens cadas, en un abanico de temiticas y tonalidades, que, bal medida el gesto voyeurfstico, permiten asomarse a una intimidad a menudo péstuma, pero investida de una cast inmediata actualidad por las marcas del ‘género, Marcas que tornan la lectura a veces desesperante, segiin Borges, cita do por Bioy Casares, “por las innumerables referencias a cosas conocidas por innumerable tno, Nora Cael eincerpreta ina ~"clocarse del lado del no-tado"~ en sera en las catar de Seneca © Mateo As mo que eps a vida del eptita yc! devenit de a minucia coin antigua tecnologia del Yo" tendente a i eada ver LA VIDA COMONARRACION 1 los corresponsales, que uno ignora”, cen ejetvicio apasionante. Biay Casares (1999) aventuta su lista de los escritores {que alearzan en las carta su mejor nivel: Madame de Sevigné, Walpole, Voltaire, Stendhal, Byron, Balzac, George Sand, Musset, Flaubert, Proust, Nabokov. En un simple ordenamiento cronolégico o en compilaciones més estructu- radas, con notas y presentaciones que traducen una cierta remembranaa de la novela epistolar 0 de Ta autobiograffa, las eartas van sin duda més alla de la informacion precisa -biogrsfica,histriea, cientifica—que puedan proveer, para delinear, através de las modalidades de su enunciacién, un perfil diferente del reconocible en otras escrituras y quizé més “auténtico”, en tanto no responde- ‘una voluntad de publicacién** ~aunque en muchas casos, ésta sea tan previsible como la de un diario intimo-. Transformadas en pro- ducto editorial su apuesta es fuerte: permiti la intromision en un dislago pri vado, en la altemancia de las voces con la textura de la afectividad y del caricter ~a veces, de las dos voces~ en el tono menor de la domesticidad o en icién amorosa o de un pense- rniento, acompafiar la vibracién existen iguien a quien se “conoce” en ue quiza quede trunca, sein ln abservacion de Borges, ante ro ajuste a las reglas de la cortesfa 0 el pudor, 0 ‘un juego enigmatico, un exc simplemente, alas fermulas del género. ing), esa raducehin expafola de n sobre Ia vids desu (pt pal) autor ela de Louis Alchusser con Franca Malonia,publcads despods de la muerte de amnbox (Lemes 8 France (961-1973, 1998), quinentas catas que tazan la histori de un amor loco wal sobre la forma en en presenta, en esitin mista que del arebato i Welby a is conocidos ‘Shad, logins de su esposay de In docoraciin de su eas, decepciones,apremios econs pesrdelabrevedad de ue von tavande esta mata parle, las marcas ‘onvetsacional, sutssten aun en el planteamiento teérico mas ECC, Ia ver" de Ia persona LONTEMPORANEA 114 ELESPACIOBIOGRAPICO. DILEMASDELAS didlogo devenido pablico ent le una doble a 10 de las “correspondencias’ no pod ya ser aresoradas con el Nueva temporalidad del ai, ETTS ET APR ei disiopta, cjos conTOTRIORET 7 PEConocidos se pose Fr algana instancia del espacio Wireaal-, el emnarral Jidad -a la ver anénimas y personal poreizadas-, no altera en gran medidi de los viejos géneras. Régine Robin (1997 LAVIDACOMONARRACION 115 tobiogréficos en la red, anotaba que, mis alld de una abierta fantasta de lorizacién de formas candnicas latos personales y también, y wvenil, un reforzamiento de ser lcal apertura ética, temética 0 pese a una participacién predominantemente Jos comunes ¢ ideologemas, mas que una 1

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