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LOUIS ALTHUSSER, NICOLA BADALONI, NORBERTO BOBBIO, EUGENIO GARIN, GIACOMO MARRAMAO, ROBERTO PARIS, ERNESTO RAGIONIERI, MANUEL SACRISTAN, PALMIRO TOGLIATTI, MARIO TRONTI y ALDO ZANARDO ACTUALIDAD DEL. PENSAMIENTO. POLITICO DE | GRAMSCI Seleccién de articulos ¢ Introduccién por FRANCISCO FERNANDEZ BUEY 13 COLECCION «THORIA ¥ REALIDADs R EDICIONES GRIJALBO, S. A. BARCELONA-BUENOS AINES-MEXICO, D. F ort ‘Traducciones de ‘Maroansts Larores, Marra asxpexme, Marzano Lisa, Toxquie SEMPERE y'F. Femrckxosz. BEY © 1977, EDICIONES GRITALBO, S. A. Primera edicion Reservades todos los derechos IMPRESO EN ESPANA PRINTED IN SPAIN ISBN: 8425307325 Depésito Legal: B-40.007-1976 Impreso por Marquez, $. A. Ind. Gréticas, Tgnast Iglesias, 26, Badalona INDICE F. Fuaniwonz Busy: Introducci6n Parseeo Tosuiarrt: Gramsci y el leninismo . Alo ZANARDO: El «Manual» de Bujéitin visto por los commu. nistas alemanes y por Gramsci : Manto TRONTI: Consideracionts acerca del marxismo de Gramsci ca Evesnro Garin: Politica y cultura en Gramsci Nornrrto Bonsto: Gramsci y la concepcién de ta sociedad pail eC ee Exnisro Ractontent: Gramsci y el debate teérico en el mo- vimiento obrero intereacional : Rowerro Parts: Gramsci y Ia crisis teérica de 1923. - Lovis Auritusser: El marsismo no es un historicistno. Louts ALTHUSsrR: Acerca de Gramsci Nico Baostowt: Gramsel historicista frente al marxismo contemporéneo . Soe ae Manwer Sacristin: La formacién det marxismo de Gramsci Giacomo Marrawao: Para una critica de Ia ideologia de iGramen Cee eee ce re 36 e 94 ut 150 it 26 243 28 280 307 34 F. Ferndnpez, Bury INTRODUCCION 1, Se ha hablado y esctito mucho acerca de Ia actualidad de Antonio Gramsci, sobre todo hagiendo referencia 2 st pensamiento politico; pero nunca tanto ni desde dngulos tan diversos como en los dos uiltimos afios, particularmente fuera de Italia. Un ejem- plo: hace relativamente pocos meses aparecfa en Francia el pri mero de una serie de volimenes que han de constituir una amplia antologia de los escritos gramscianos desde 1914 hasta los uiltimos cuadernos redactados en la ciircel; enseguida los escaparates de las grandes librerfas del pafs vecino y las paginas centrales de al- gunias revistas de divulgacién acogieron con solicitud el rostro todavia sereno del Gramsci de 1920 o tos rasgos del propio Gramsci, eadurecidos ya por la constancia en Ja lucha politica y por el su- frimiento del enfermo, que afios atrés, entre 1936 y 1937, habian popularizado las hojas clandestinas editadas por el «Comité inter nacional de ayuda a las victimas del fascismo italiano.» Ahora, en 1976, al pie de aquella dlsima fotografia o de los montajes grificos realizados a partir de ella, una frase nueva sustituye a los llama- mientos solidarios de los afios treinta: «Antonio Gramsci, fe Lenine de TOccident.» Una frase que, pese @ la exageracién publicitaria, indica sin lugar a dudas el momento cimero de Ja «moda Gramscty en Francia! Y no solo en Francia, También en los ambientes marxisias —y entre los marxélogos— de Inglaterra, Estados Unidos 0 Alemania se asiste a un considerable aumento del interés por el pensamiento Politico del que fuera uno de los fundadores del partido comunista de Italia. Es previsible, por lo demés, que la reciente aparieiin de la edicion erftica de los Quaderni det carcere? de Gramsci contr buya a mantener € inchiso a acrecentar el actual auge de los estu- dios gramscianos, pues no puede olvidarse la relativa coincidencia 8 Althusser y otros de esa publicacién con una serie de factores que, como se verd mas adelante, facilitan Ia recuperacién de la peculiar versién gramscia- na del marxismo. Pero antes de entrar en la estimacién de esos factores parece adecuado detenerse al menos un momento a valo- rar la «fortunas de Antonio Gramsci en los casi cuarenta afios que separan el dia de su muerte del relanzamiento de su obra en Buro- pa, al cual estamos asistiendo. Antonio Gramsci murié el 27 de abril de 1937, «Tal ver, —escr- bia Togliatti a los pocos dias— supo que en Espaiia, en un batallén que Ileva el nombre de Giuseppe Garibaldi, los mejores hijos del pueblo italiano —comunistas, socialistas, demécratas, anarquistas— ‘unidos en las filas del ejército popular de la Reptiblica espafiola, han inflingido en Guadalajara [marzo de exe mismo afio] la pri mera derrota seria al fascisino italiano y a Mussolini. Si esa noti- cia Tlegé basta é1, seguro que Gramsci sonrié y que su agonfa se vio iluminada por el rayo de una esperanza. Rs muy improbable que Gramsci muriera con ese rayo de esperaniza; pero si puede afirmarse, en cambio, que en cualquier caso el espiritu de Ia lucha antifascista fue el motivo principal para la primera recuperacién de su obra, Ja que iniciaron, ya en los meses siguientes, algunos de las que habian sido compafieros suyos de armas desde los aftos de estudiante universitario en Turin, Fn efecto, todavia en 1937, en uno de los documentos salidos de Ia clandestinidad de entonces y hoy conservado en el Institute Gramsci de Roma, se lee: «El 27 de abril, Gramsci, el jefe de los trabajadores italianos, ha muerto a consecuencia de diez afios de reclusion, de vejaciones, de sufrimien- tos. Esta destrucci6n, lenta y monstruosa, amenaza también a Te- rracini, a Parodi, a Scoccimarro [dirigentes, los tres, del PCI] y a tantos otros presos politicos y “amnistiados” que han sido envia- dos a las islas de la deportacién. (Salvadlos! jHonrad la memoria de Gramsci reclamando a liberacién de los otros y elevando vucs- tra voz. para exigir la verdsdera amnistial» : Los primeros articulos dedicados 2 Gramsci en esa primera fase que se cierra con el comienzo de Ia publicacién de los Quader- nj del carcere (en 1948) son ante todo memorias, recuerdos par Ciales, esbozos biogréficos centrados en ciertas fechas clave de la existencia del revolucionario sardo; son trabajos escritos

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