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n este libro se aborda el texto literario y se sienta una sélida postura frente a la promocién de la lectura y a la formacién de lectores indepen- dientes, Se analiza la desvaloriza- cién de la lectura y la dificultad de acceso a los bienes culturales por gran parte de la sociedad. Las autoras exponen distintas teorias acerca de la Literatura infantil y se analizan textos narrativos y poéticos, poniendo en tela de juicio a los presuntos textos literarios, como un aler- ta al lector desprevenido. Ovenia Seppia, Fasiota BroweMarre, ‘Manta D. Duane, Mania E. L. pe ALMADA: Docentes universitarias de a cétedra de Literatura Infantil. Realizan ac tividades de extensién como intograntes del Cantro de Propagacidn de Lite- ratura Infantil y Juvenil (Ce Pro Pa L.LJ.). Son investigadoras de la Facul- tad de Ciencias dela Bdueacién de la Universidad Nacio- ‘nal del Coma. ‘gauss aezso8s Dietaron y partciparon en Tallares, Congresos y Se ‘minavins relacionadas con su actividad en el pais como en. clextyanjero. Han perticipado como autoras y o-sutoras fen diversos articulos de revistas y ibros. ofrsososl92i003 ‘ario g 8 s 3 3 8 3 ~ g 3 : E 2 g 4 » Entre libros y lectores I El texto literario OFELIA SEPPIA / FABIOLA ETCHEMAITE Maria D. Duarre / Maria E. L. pz ALMADA Coleccion Relecturas Lugar Editorial Ewrre Lipros ¥ tecrores I ria, desterrando el prejuicio que contribuye a privile- giar lo infantil y desconocer su estatuto de objeto de es tudio perteneciente al campo literario, Capitulo 3 El texto literario 1-Del estructuralismo a las teorias de la recepcién Ls diferentes corrientes tedricas se basan en su- puestos, métodos y concepciones de literatura que se oponen 0 se complementan entre si y que gene- ran modos de abordaje a los textos literarios. Al mismo tiempo, y aun cuando no es inteneidn de los teéricos, in- fluyen en la escuela a través de la formacién que la uni- versidad brinda a Jos alumnos —futuros profesores~ en. los momentos de vigencia de las distintas posturas te6- rico-critieas. Ofrecemos entonces una breve mirada a las teorfas que influyeron en el campo de la literatura durante los liltimos afios. En realidad, fueron dos los grandes blo- ques teéricos que, alivianados y simplificados, tienen presencia en las aulas: las teorias estructuralistas y las teorfas del texto Elestructuralismo~que, en realidad, tavo muy diver- sos enfoques pero que la institucién escolar recibié extre- madamente simplificado- centré su mirada, en Jo que respecta al campo literario, en los elementos exclusives del discurso de la literatura, aquéllos que lo podrian identificar frente al resto de los discursos, preocupéndo- se muy particularmente de su retorica. Esta bisqueda 6s Ewrre Lipros Y LBCTORES I de la “literariedad”, de los recursos propios del lenguaje postico, centré su andlisis en los limites de la frase como objeto do andlisis para encontrar en ella rasgos propios del llamado lenguaje literario. Asf, en esa bisqueda, analiza las distintas combinaciones textuales como rea- lizaciones coneretas de una estructura bisica comin a todos los textos; es decir, concede notable importancia a Ja estructura de la obra literaria e intenta reconoeer ele- mentos comunes en las distintas producciones. En sintesis, el estructuralismo: a) pretende encontrar elementos intrinsecos al dis- curso literario que lo definan como tal y diferencien de los otros discursos; b) postula una estructura basica del texto literario como matriz estable comtin a todos los textos y analiza las distintas combinaciones textuales como realizacio- nes concretas de esa matriz; ©) centra su biisqueda de Ia “literariedad” del texto fundamentalmente en la retérica; 4) plantea una mirada inmanente al texto, sin tener en cuenta lo contextual; ) se mueve dentro de los limites de la frase ~como en lingiifstica— para analizar los recursos ret6ricos; £) como consecuencia de la concepcién del texto lite- rario como matriz estable, su mirada no trasciende los limites de la obra y deja de lado al receptor. Sus aportes y su mirada cientifica rigurosa, a pesar de las criticas que ha recibido, fueron sumamente im- portantes como lo prueba el reconocimiento de las teo- rias posteriores. El estructuralismo constituye una corriente que de- termin6 la ensefianza de la literatura en la segunda mi- tad del siglo y sigue vigente en las préeticas de muchas 66 Eltexto literaric instituciones, Por las sucesivas devaluaciones a que ha sido sometido, derivé en formas estrechas que sometie- ron a los textos a un andlisis modélico, igual para todos. Asi, la institucién escolar reafirmé el texto como pi ducto tinico de sentido, ignorando al lector y su capaci- dad de producir Las consecuencias que tuvo en la escue- la se pueden resumir de la siguiente manera: + derivé en un andlisis modélico igual para todos los textos; © utiliz6 una mirada deseriptiva para buscar en los textos elementos estructurales y formales: los recur- 80s retéricos; * _ sereforz6 la idea, siempre vigente en la escue- Ja, de que “el” sentido esta solamente en el texto A partir de los afios 70 comienzan a hacerse escuchar propuestas tedricas que reclaman la superacién de esta mirada centrada solo en lo inmanente al texto para em- pezar a considerar la totalidad del texto literario como una unidad de sentido y a atender a su relacién con el contexto. A pesar de que ya en los 30, Bajtin, entre otros, habia iniciado estudios en tal sentido, solo en la década del 70 se pudo instalar esta perspectiva. Las llamadas teorias textuales postulan entonces que: 8) el objeto de anélisis es el texto y no la frase ya que 6ste es mas que la suma de las oraciones que lo componen; b) para acceder al conocimiento de la obra literaria son tan importantes los elementos textuales como los contextuales (e] momento histérico social en que se produce); ©) la sancién social decide qué se entiende por litera- tura en cada contexto; 67 Eyre LIBROS ¥ LECTORES 1 4d) Ia literatura es una forma de comunicacién social- mente diferenciada por lo cual aparece como fundamen- tal la instancia del lector-receptor. Estas propuestas abrieron el estudio literario a va- rias corrientes entre las que se pueden sefialar las teo- fas de la recepeién, la nueva retérica, la semistica cul- tural, la narratologia y la pragmatica literaria!? ‘Todas ellas ofrecen una mirada explicativa para ana- lizar el objeto literatura, En nuestra propuesta contem- plamos algunos de sus elementos que nos parecen titi- les. Sin embargo, y teniendo en cuenta la funcién espe- cifica que el presente texto tiene en cuanto a su preocu- pacién por la promocién de la literatura y la formacién de lectores, pensamos que las miradas centrlas en el lector nos ofrecen aportes interesantes por la importan- cia que le conceden en la construccisn del sentido de la obra literaria, Estas teorias tienen como algunos de sus exponentes ala teoria de la recepcién de Jauss o Isser, a la semioti- ca pragmatica de Umberto Eco y, lejas de ofrecer una homogeneidad, presentan enfoques diversos, Sin em- bargo, hay algunos elementos comunes que pueden se- arse y que sintetizaremos a continuacién: * se abandona la busqueda de propiedades intrinse- cas del objeto literario y se trata el texto como producto social e histérico tanto en los cireuitos de produceién co- mo en los de recepcién; 12, Para ampliar estos temas se recomientla ver el texto de Pozuelo ‘Yvaneos citado en la bibliografia, ya que ofroce un panorama de Tas tendencias tebricas contemporaneas de la literatura 6s El texto literario + se plantea la posibilidad de una “compotencia litera- ria”, entendida como construecién social de cada indivi- duo, como capacidad siempre en expansién, de recibir y reconocer como literarios ciertos fenémenos culturales; * se considera al lector como coastituyente del texto, como una estrategia del discurso mismo y se postula la existencia de un lector implicito (“lector modelo” para Keo), en pie de igualdad con la voz de la enunciacién; * se sostiene la posibilidad de la interpretacién mal- tiple del texto, posibilidad de realizar mas de una lectu- ra del discurso literario; * aparece el texto literario como el lugar privilegiado de las “cosas no dichas”, poseedor de un alto grado de implicitaci6n, de silencios, espacios en blanco que el lec- tor debe completar. As{ como el estructuralismo Iegé a la escuela, tam- bién sobre estas posturas estén legando coletazos que solo circulan alrededor de la idea de que un texto puede tener mas de una lectura, Pero, de todas las propuestas fandantes de estas miradas tedricas que se centran en la funcién del lector, no quedé ninguna y, en nombre de la libertad del lector y las miiltiples leeturas, solo se ins- tauré una mirada atin mas liviana y superficial de la li- teratura en la escuela, sin por ello conseguir nila actua- lizacién de contenidos ni una actitud respetuosa ante la lectura de los alumnos porque el lector sigue estando ausente, lo mismo que la lectura. Los responsables, en este caso son la Ley Federal de Educacién y_ las accio- nes ministeriales que ésta desencadené: los Contenidos Basicos Comunes, la Red Federal de Capacitacién, el Plan Social Educativo y los cursos de perfeccionamien- to que se dietaron al amparo de la Reforma. 69

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