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TEMA 11 MERCANTILISMO Y FISIOCRACIA 168 BLAUG, Mark. Teoria Econbmica en Retrospectiva, Mexico, f.¢.£ 1985, cap. I La fconomia Anterior a Adam Smith 169 I. LA ECONOMIA ANTERIOR A ADAM SMITH. EL mencanmiuisMo Ex. rimurvo “mercantilismo” cobré importancia por primera vez en manos d Adam Smith. “El progreso diferente de la opulencia en distintas épocas y naciones ha ocasionado dos sistemas diferentes de economia politica, en ke tocante al enriquecimiento del pueblo”, sefialaba Smith: “el sistema de comer cio” 0 “sistema mercantil” y “el sistema de la agricultura”. Sin embargo, estos das sistemas no se encuentran exactamente al mismo nivel. Quesnay y su grupo de discipulos, a quienes Ia posteridad ha llamado los fisiécratas —les économistes era su propia designacién— presentaron un frente comin y forma- ron una escuela de opinién clara Pero los folletistas ingleses de los si- glos xvi y xvm no tenian conciencia de estar contribuyendo a ninguna corrien- te clara de ideas, mucho menos a una tradicién que Adam Smith atacé bajo el rubro del mercantilismo. No tenian principios convenidos ni_herramientas analiticas comunes. Sin embargo, a lo largo de tres siglos de esfuerzo intelec- tual no coordinado, leno de controversia y revelador de una gran diversidad e circunstancias pricticas,ciertas tramas doctrinales aparecen una y otra vez Son estas tramas Jo que unimos en algo llamado “mercantilismo”, imponiendo asia la literatura un sentido de unidad y coherencia légica mucho mayor del que en realidad poseia. En los tiltimos tiempos se ha Uamado al mercantilismo, ‘como una fase de la historia de la politica econémica, una “cubierta embrolla- da”, “un fraude de la historiografia” y “un gigantesco globo teérico”. Pero el nombre retiene su validez general como una descripcién de una tendencia central del pensamiento econémico desde fines del siglo xvr hasta mediados del siglo xv, Para nuestros fines, es muy conveniente que examinemos en ‘general a los predecesores de Adam Smith, como él mismo lo hizo. La doctrina de ta balanza comercial Son bien conocidos los aspectos principales de la visién mercantilista: el oro y las joyas como la esencia de la riqueza; la regulacién del comercio exterior para generar una entrada de metales preciosos; la promocién de la industria me- diante la introduccién de importaciones de materias primas baratas; los arance- Is protectores impuestos a las importaciones de bienes manufacturados; el es- timulo a las exportaciones, sobre todo de bienes terminados; y la insistencia en el crecimiento demografico, para mantener bajos los salarios. Por supuesto,, el meollo del mercantilismo es la doctrina que establece como conveniente ‘una balanza comercial favorable porque de algtin modo genera la prosperidad nacional. De inmediato nos preguntames cSmo pudo sostenerse semejante nocién. Adam Smith dio la primera y todavia la més simple de todas las v0? 36 LA ECONOMIA ANTERIGR A ADAM SMITH respuestas: el mercantilismo no ¢s més que un tejido de falacias proteccionistas impuestas a.un parlamento venal por “nuestros comerciantes y fabricantes”, basadas en “la nocién popular de que la riqueza consiste en el dinero”. Como en el caso de un individuo, un pats debe gastar menos de lo que gana para que aumente su tiqueza. ¢Cudl es la forma tangible de este excedente dei consumo? ‘Los autores mercantilistas la identificaron con la adquisicign de monedas fuer- tes 0 “tesoro”. El dinero. se equiparaba falsamente al capital, y la balanza ‘comercial favorable se equiparaba al saldo anual del ingreso sobre el consumo. Este fue el meollo de la critica del mercantilismo formulada por Adam Smith, Desde los dias de Adam Smith, los comentaristas nunca han cesado de época esas palabras tan comunes, consuetudinarias, resulta poco sorprendente que la literatura admita mis de una interpretacién, “Algunos de los mejores ‘autores ingleses en materia de comercio —concedia Smith citando a Thomas ‘Mun y a John Locke— observan que la riqueza de un pais no consiste sélo en su oro y su plata, sino en sus tierras, viviendas y bienes de consumo de todas clases; sin embargo, en el curso de sus razonamientos, las tierras, las casas y los bienes de consumo parecen olvidarse, y la parte medular de su argumento supone con frecuencia que toda la riqueza consiste en oro.y plata.” Al estimar el valor de la propiedad existente err Inglaterra a fines del siglo xvi, William Petty concluyé que la cantidad de dinero constituia menos del 39% de la pro- piedad total, y en su libro Taxes and Contributions (1662) se opuso a la acu- mulacién indefinida de metales preciosos apelando a lo que llamaremos Ia “doctrina de las necesidades del comercio” acerca de la cantidad de dinero. “Se requiere cierta medida y cierta proporcién para conducir el comercio de uuna nacida, de modo que tal comercio se perjudicaré si tal medida y tal Proporcién son excesivas 0 insuficientes.” Sin embargo, esto no impidié que algunos autores posteriores hicieran de, la cantidad de dinero un sinénimo de la riqueza nacional 0 aconsejaran una balanza comercial permanentemente favorable. Pueden citarse con facilidad algunos mercantilistas moderados que no iden- tificaron el dinero con el capital y que siguieron a Aristoteles al subrayar el caricter puramente convencional del dinero, pero es cierto también que casi tedos los autores mercantilistas mantuvieron la ilusién de que el dinero es de algtin modo nerous rerum. El dinero es “la vida del comercio”, ‘el espiritu vital del comercio”, “como el abcno —dijo Bacon— que sélo es itil cuando se ssparce”. Tales imagenes animistas legaron al climax en la doctrina del siglo xvun: “el dinero estimula el comercio”, pero durante siglos persistié sin ninguna justificacién te6rica aparente, En iltima instancia, carece de sentido la discu- sién porque la ausencia de un yocabulario téenico en la literatura de la época vuelve casi imposible la distincién entre la identificacién axiomética del dinero fon Ja riqueza y la sugerencia general de que un incremento de una de estas variables siempre un incremento de la otra. ° 171 | i | LA ECONOMIA ANTERIOR A ADAM SMITH. a El mecenismo de flujo de los metales preciosos ; stismo, en sus formulaciones mas refinadas, no.confundia el dinero Sie eral por qué habla una preocupacion universal en es €poca por is Galanza comercial favorable? ¢Qué ventajas se suponia que conferia a un van exceso de exportaciones sobre importaciones? De nuevo, la ausen. is Pat um exminologia comin y el cardcter preanalitico de la literatura diiew ST eonocimiento de lo que se queria decir cuando un autor expresaba la conv Siencia de un excedente de exportacién. zImplica algo tan tonto como qu Sha balanza comercial favorable es la ‘nica fuente de riqueza para una ne Sion, o que es la nica ventaja lograda por una nacién del comercio exterit oes s6lo una manera de hablar para justfcar Is Sagi razones? Cualquiera que sea la interpretaci6n prec dea es rn exeedente de exportacion es el indicador det bienestar econémice puede describirse como la falacia bisica que se encuentra en toda la literature Imercantilisa. El stulo del libro de Thomas Mun lo expreaba claramente England's Treasure by Forraign Trade, or the Ballance of our Forraign Trade Ls the Rule of Our Treasure (1664) (El tesor0 de Inglaterra por el eomercio exterior, ola balanza de nuestro comercio exterior es a regla de nuestro tesoro) Pero aun este enunciado de la falacia bésica del mercantlismo ha sido refutado. Un estudioso del mercantilismo inglés, E. A. J. Johnson, declaré que “Ia pre- ccupacion final de los mercantilistas era la creacién de factores de producciéa fficaces. Ni siquiera el 10% de la literatura mercantiista inglesa se ocupa de Ta doctrina desafortunada de la balanza comercial”; a lo que Viner ha replicas do que “de acuerdo con mi lectura de las paginas de la literatura mercantilista inglesa, aventuro la conclusign de que-ni siquiera el 10% de tal literatura esta ba libre de una preocupacién, expresa o claramente implicada, por el estado de Ja balanza comercial y por los medios para mejorarla”. Por supuesto, no e§ tuna falacia Ia preocupacién por la balanza comercial. Lo que distingue a la teoria mercantilista es una fijacién en la balanza comercial y una fijacién en el ‘objetivo de mantener un comercio desbalanceado, aun a largo plazo. La balanza de pagor debe estar siempre balanceada, porque ¢s simplemente tuna idea contable de cargos y abonos (hablamos de déficit y superivit en los ;pagos internacionales, pero s6lo excluyendo ciertos cargos y abonos de un con- "Junto de cuentas que siempre deben estar balonceadas cuando se toman en 5 totalidad). Pero Ia balanza comercial no esta niecesariamente balanceada, Un pais gana divisas mediante 1) las exportaciones visibles de bienes, 2) las expor- taciones invisibles de servicios, 3) la exportacion de metales preciosos, 0 #) las importaciones de capital, en forma de inversiones extranjeras en el pals, bene- ficios de su propia inversén extranjera, o préstames concedidos por los extran- jeros Un pate gasta dvias mediante 1) las importacione vsbes 2) ls im portaciones invisibles, 3) las importaciones de metales preciosos, y #) les exportaciones de capital en forma general de adquisicién de créditos frente a los extranjeros. Los cuatro renglones siempre se balancean porque, 2i-n0 2 38 LA ECONOMIA ANTERIOR A ADAM SMITH extn balanceados Jos tres primeros, la diferencia aparece como una exporta- ibn 0 importacién de capital. Cuando los autores mercantilistas hablan Ye un superdvit en la balanza comercial se refieren a un exceso de las exportaciones, visibles ¢ invisibles, sobre las importaciones, lo que genera una entrada de on © la. concesién de crédito a los paises extranjeros, es decir, exportaciones de capital. En otras palabras, pensaban aproximadamente en lo que ahora llama. rlamos “la cuenta corriente”, por oposicién a “la cuent " amos “a Por oposi cuenta de capital” de la Les economistas elésicos nunca dudaron de que los argumentos cee or Sun ei ae as rend re pio a fin, en una confusi6n intelectual: cualquiera que fuese lo que esperaban alcanzar Jos mercantilistas con una balanza comercial favorable, seria inevita. Dlemente de corta duracién, Thomas Mun habia advertido ya en 1630, que una entrada de metales preciosos eleva los precios internos y que “las ventas Puede ee inversién: Piblica directa o a Ja politica monetari: lo mejor gue puede bacere es estimular Ia inflaciin mediante una balanza e a . 2 aes igedente de espera sirve para mantener clevados bs pe le oro baja las tasas de interés, lo que est wersién y el empleo al inctementar la oferta monetaria. ‘Ea conse & Keynes, éste era “el elemento de verdad cientifica presente en ; le fica presente en la doctrina ivo de la ePrecursores de Keynes? No hay duda de que Tos economistasingleses de los sighs xv y xvin suenan dine", que lo comet on cevo macro" ion ol gan a ip voi gun plo ees ce ows en verdad notable fieeuencia con que se asociaban ls pronunc - icnoy relatives ala conveniencia de ls metals preiows con una creencia Bo ete de seneracin de empleo, Pero esto no quire decir que los autores fevede tuvieran una apreciacin preleynesiana del problema de la deman: ia clectiva agregada. La defensa que hace Keynes del mercantiismo Pome Gevcansar, en parte en la inferencia moderna de que una balansa comercial permetentemente favorable debe asociarse ala exportacién de capital Far pa sanglin de contrapeso que absorbe el exctso de ahorro dento del $a agin arguento ca favor del mantener de ua freee de versin exranjera ante de James Steuart, quien lo desrbig cool decoys 175, i | ! | | LA ECONOMIA ANTERIOR A ADAM SMITH 4h 51760. Sin embargo, el error bisico de la interpretacién de Keynes, como sefiala” ven su critica a las “Notas sobre el mercantilismo” de Keynes, ¢3 12 srcencia de que el desempleo de Ia época mercantiista tenia un carécter simila:

. El ingrso del terrateniente —como habia subrayado Cantillon— no se equilibra neces tro ciclo de producto. Resulta + lamente por un renglén de costo, de modo que puede ser retenido, lo que i ‘i suentra el origen de la idea romperi fente de ingresos. Aqui se encuentra el ras bor ido de que el gasto equilibrado de los ‘Malthus en el sentido de que el gas ado de Tos SSrrtcrints en bine de, 2 ear ie manne fe hl rosperidad econémica (véase el capitulo v tex eeescents al clot is del subconsumo, transmitida de Quesnay (ra aqui el origen de 1a tesis del subconsumo, a S faieratas ingeses tals como Thomas Spence y, por la via de Malthe, Jos socialitas teardianos, hasta convertirse al final en un ataque devastador contra el capitalismo por parte de Marx LAS INFLUENCIAS ESCOLASTICAS: UNA REFLEXIGN TARDIA istas han insistido en que la prehistoria de la ciencia econé- nense its on elim con ls pioneon eecncos del ani del mer los mercantitistas del siglo xvut. Schumpeter llega a sostener que ctsquema de La riguc de les nctoner de Adam Sait proven 3s filésofos del derecho natural, no de los fisibcratas y los autores briténi bre comercio del siglo vas. No es eta una cuestin histrick que podames dilueidar en pocas paginas, pero convendra detenemos aqui un momento redondear el cundro de [a economia anterior a Adam Smith, No hay ‘duda de que Adsm Smith conocis ls doctrias ecofsticas «través de los ftsofos del derecho natural del siglo xm, Hugo Grocio y Sami! von Pufendert, Ademis, ls obras de los isicratas con las que estaba familiarzado Smith estén repetas de inflencias eicliscas: Quesnay parece a ratos una versién de Tomés de Aquino del siglo xvm. Para nuestros fines, las conribur ciones claras de la economia escolistica pueden descomponerse en tres elemen 192 38 LA ECONOMIA ANTERIOR A ADAM SMITH. tos: 1) haciendo hineapié en la utilidad como | nei 2) Ia nocién de “el precio justo”; 's fuente principal del valor; netario es estén. Pn? '8"s ¥ 3) Ia proposicién de que el capital mo. wutativa o contractual requiere un “int iv un “intercam- Aguino coment6 este pasaje, sugiriendo, que tarse en términos de costos, sobre todo costos Tenemos luego el conce considera una expresién de la hist6rico. En la literatura nal de la Tglesi i es prokaaisia en el sentido de que el interés es “um hijo del ah ae Co racesag ae tbat ldo poco de la Mteratura escolénica que we ene Ge ob eats Si a fuse, no habia perido mucho, porte rueso de la obra excolistica sobre el ve fe la distincibn Soe os ears ar dena Ee FT ECONOMIA ANTERIOR A ADAM SMITH. EF cio: Dos de éstas condiciones eran una pérdida por parte de! pre ara cuencia del préstarmo (damnum emergens) y una ganancia "Sipresador en una inversién alternativa (luerum cessans ; esto a Pom cial costo de oportunidad de los fondos Tiquides, una ides Pee Gomsiderarse como una base analitica genuina, Algunos apologist: cron encontrado otros indicios en la literatura, pero en general e: Guten. Hay una extraa racionalizacion de Keynes, quier Mqve las disquisiciones de lor escoldstcos tataban de clevar le See marginal del capital, mientras utlizaban la persuasion moral parc eee a tara de interés. Pero la doctrina escolistica trata todo el interé: Teen dinero prestado como una “usura”, y por ende injustificado al prin. Mey las varaciones de la tasa de interés no juegan ningin papel en e! Biulsis exoldstico. : Lor autores escolisticos manejan siempre las cuestiones econémicas dentr: ger eontexto de los tipos de contratos involuerados en las transacciones. Este ‘enfoque juridico de Ia actividad econémica en la tradicién del derecho roman: ts un rasgo distintive del escolasticismo y lo separa de la tradicién mercantilista. Y¥ en efecto, fueron los mercantilistas quienes, mucho tiempo antes que Adam ‘Smith, rompieron con la concepcién candnica del comportamiento en el mercado como un problema moral y elaboraron el concepto del “hombre eco- némico”. Los folletistas del siglo xv suponian como algo obvio que la motiva~ cién det beneficio era un factor determinante del comportamiento econémico. Crefan en el poder directo del egoisino, y en lo tocante a la politica econémica interna se aproximaron a la defensa del laissez faire. Adam’$-nith no fue quien por primera vez tuvo confianza en el buen funcionamiento de “la mano in- visible”. ‘Tampoco es necesario apelar a las influencias escolésticas para explicar el entendimiento que tenfa Adam Smith sobre la determinacién de los precios por 1a oferta y la demanda. Uno de los tratados mercantilstas britanicos més anti- guos, el de John Hales titulado Discourse of the Common Weal of This Realm of England, escrito en 1549, revela ya un entendimiento bastante avanzado del mecanismo de los precios y un método eficiente para la asignacién de los recursos. Pocos autores anteriores a Adam Smith fueron partidarios del libre comercio, pero en la literatura mercantilista estin incorporados todos los ‘elementos bisicos del enfoque clisico de la actividad econémica. Por lo tanto, podemos dudar de que los trabajos recientes sobre la economia escoléstica requieran una revisién de 1a historia del pensamiento econémico anterior a Adam Smith. Es posible que los escolisticos hayan aportado algunas ideas transmitidas por Grocio, Locke y Pufendorf a Francis Hutcheson y Adam Smith, pero 50 no justifica la reduccién que hace Schumpeter del mercanti lismo @ una mera corriente secundaria en la marcha ascendente del andlisis ‘econémico. 194 C) LA ECONOMIA ANTERIOR A ADAM SMITH NOTAS PARA NUEVAS LeCTURAS. La obra de J. R: McCulloch, Early English Tracts on Commerce, reproducida para 4a Sociedad de Hisoria Econémica en 1952, contiene los libros de T. Mon, Englonts Treasure (1664), D. North, Discourses upon Trade (1691), y H. Martin, Conde, tions on the East India Trade (1701), cuya lectura resulta conveniente como soa fuente del pensamiento mercantilista. Una clasificacin aparte merece una obra apart Sida por primera vez en 1720, The System or Theory of the Trade of the World, editada por J. Viner, con una introducci6n de J. M. Letiche (1954), Este ec of gounciado més brillante de los elementos liberales presentes en el. mercantilisme inglés, y da un ejemplo temprano del enfoque del ingreso al equilibrio econdmics internacional. La obra de A. E. Monroe, Early Economic Thought (1924), es otro compendio itil de selecciones de las fuentes primarias de los siglor xv y xv ‘Todos los estudios crticos del mercanttismo se inician con la obta de Adam Smith Le riquesa de las naciones, Libro 1V, caps. vm. Si un estudiante debiera limiters 2 una sola fuence secundaria, la eleccién recaeria naturalmence en los dos. primerce capinulos del libro de J. Viner, Studies in the Theory of International Trade (1039, eimpreso en 1955}, resumidos en ss ensayo “Economic ‘Thought: Mercantil Thought”, JESS, 4. El incisivo examen que hace Viner de la teria y las propuesiae politicas mercantilitas tiene un tono profundamente critico, Véase el conteete on Ja suiil defensa que hace Schumpeter del mercantilismo en su Historia del endlise sconémico, Segunda Parte, cap. va. C. Y. Wo, An Outline of International Pic Theories (1939), cap. n, complementa a Viner y a Schumpeter en su tratamiento de Ia teoria monetaria mercantilisea, El studio histérico del mercantitismo en todas sus fases es por excelencia la obra m, ed. E. F. Séderlund (1955). Un apéndice de esta iltima edici6n del libro de Heckscher, critica las opiniones que sobre tt mereantinns um de su Teoria general. Véase un breve resumen del arrumento general del libro en el articulo de Heckacher sabre "Mercantila, ESS, reproducido en DET. La lecturs del libro de Heckscher debiera complementarse con 22 del magistral artculo de reseia de H. Heaton (JPE, junio de 198%}, y con la ions in Mercantitism, comp. D. C. Coleman (1969), una indispensable coleccion de ‘qasayes que incluye, entre otros, el de J. Viner, “Power versus Blenty as Objesives af qoreien Policy in the Seventeenth and Eighteenth Centuries", WP, 1948, oe svace #Baificado del mercantilismo en W. R. Allen, “The Position of Mercantiliem and the ea pevclopment of Interoational Trade Theory”, en Events, Ideology ond Boon frie Theory, comp. R. V. Eagley, y luego en el ensayo del mismo anion “Molen Rileaders of Mercantilise Theory”, HOPE, otoio de 1970, con una refeuecion ie A.W. Coats en ibid, otofio de 1973. Quicoes se fasion con Ia lecura de el sistema mercantlsa encontrarin apoyo Fea td: Johnson, Predecesors of Adam Smith (1931), quien tiega ls carne, GE mlfcadorat de los series econdmnicos dela iglos xin vm, Johnoon proce, ‘Suna galeria de retratos intelectuales de diez autores prominentes, desde Haley hea 195 ' t i | P Jeerse con placer y con alguna sorpresa ocask . doctrinas jo”. W. Letwin, Tae 1 ris de Ja “balanza del trabajo”. W. | 7 tS ae Sa asi nas nn Naronamiento econémico de Petty, Locke y North, por oposici iS antiguo de Child y Barbon. G las ideas Te sme ap ci ts pe era revés de los autores clisicos, su objetivo re no eeeh Pal seep ramiento del empleo pleno: “The Liberal a Pei Mine Sn i ewe om BEE 9 i aon (185), cam a. Mo pom oS pagina Ease of ais Theory of Economic Policy MO eet 0 naion, colin. puede Be Teen patna ee Sd Can a) om sera ye os resco Hoag Ces ie ga een Pa Seclelogy and Economics, comp. R. L, Seek, 1973). Los cenrans erase de iu hhan sido reunidos por primera vez en Daz ns Bar omic, comp. Rete ‘Los lectores que tengan prisa pod sea ee erie ea eV ai arte i illante que hace F. A. v. “Acerea de Cantillon, véase Ia introduccién realmente brillante 4 sap tn an iy 2 Sy eer cme gi es a a ee waa del libro de Cantillon hecha por A, Sauvy (1952), sentiene algunos sie ° ‘comentarios adicionales importztes. Acerca: ae Toren Nea an poe ni ry a Turgot on Progress, Sooiology ar rconomics, y a I ). im gus ace Meee ees Togas Theory of Capital and Interes”, EJ, Imo Shee cane an ne cin otha eae ee ae ae eaten Sea Tamed hee SB [6 nid BET, Un scream rep re rae ane va ties ae Controversy in the Theory of Economic Progress”, MS, septiembre de 195: su 7 Todavia e¢ ctl la introduecién de C. H. Hull a The Econo Weings of Six wa Sa ts et pa, 7, Heck Bae wcrc et, Berkley con cnerbe a Adam Sith BJPS, mayo de 1985, 1B. 8. wird Sent a ee we ses ay, e's te ie Rg ee ment?”, JPE, febrero de 1959 (George Berkeley: ePrecut irsor Se te ionen cre Bey ee oe iri at Hostchinon y Ward en bid junio de 1960. D, Vicker Studies in the Theor of ESTING Gamal uta ses Sete ee ee er wee de la teoria mercantilista. El brillante er de J. Me a Bes hae ot Beets oc eater rh as eS nee ane syn a fr eur ery, 196

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