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Textos de la clinica La lecura compartida Folie a deux seguido de ¢Paranoizacion? Simple indicacion sobre la direccion de la cura de Jean Allouch libros de ertefactor eltp. Coleccion Libros de Artefacto Artefacto, una revista de la escuela lacaniana de psicoanilisis Direccion editorial: Comité de redaccion de Artefacto, revista de la e.L.p. Director de la coleccion: Alberto Sladogna Serie: Textos de la clinica Textos de la clinica La locura compartida Folie a deux seguido de éParanoizacion? Simple indicacion sobre la direccion de la cura de Jean Allouch libre de JGH elip. Mtn Primera edicién 1997 No puede reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperacion, 0 transmitirse en forma alguna por medio de cualquier procedimiento, sea éste mecdnico, electrénico, de fotocopia, grabacién o cualquier otro, sin el previo permiso del editor. Derechos reservados © 1997 respecto a la primera edicion de La locura compartida por: JGH Editores, S.A. de C.V. Mariano Escobedo, 186 Col. Andhuac 11320 México, D.F. ISBN 968-7593-95-4 Impreso en: Edilasher Mariano Escobedo, 186 Col. Andhuac 11320 México DF Esta impresi6n consta de 500 ejemplares mds sobrantes para reposicion. Impreso en México Printed in Mexico Presentacion La Coleccién Libros de Artefacto edita esta recopilacién de articulos organizados por un tema monografico: la locura compartida —folie a dewx— Con la presente recopilacién inauguramos la serie Textos de la clinica. Esta recopilacion esta epilogada por un texto de Jean Allouch: “;Paranoizacion? Simple indicacion sobre la direccion de la cura‘, texto publicado en Etudes freudiennes 30, octubre de 1987, Parfs. Un epilogo que abre la posibilidad para el campo de la clinica y la doctrina del psicoandlisis de ppdace un saber nuevo ante los interrogantes que la experiencia subjetiva de la locura compartida genera para el psicoanalista. Asf esta recopilacion se inscribe en las vetas abiertas por las enseftanzas de Jacques Lacan desde su tesis de 1932: De la paranoia en sus relaciones con la personalidad hasta su presentacion, el 16 de diciembre de 1975, del nudo singular entre paranoia, neurosis y un santhoma —nudo borromeo de la subjetividad constituido por cuatro consistencias. La escuela lacaniana de psicoandlisis (elp), tomando nota de la disimetrfa entre Freud y Lacan, dio albergue a las posibilidades clinicas y doctrinarias que puede producir la experiencia subjetiva de la locura compartida. Testimonio de ello es el «dossier» sobre a tema organizado por E. Porge y publicado en la revista Littoral 3/4, asi como los “documentos" publicados por Edelp, Buenos Aires, 1996, reconociendo esa tradicién de escuela. Hoy presentamos otro nudo de la clinica de la locura compartida. Va en esto el reconocimiento a esos trabajos que nos han precedido. En esta oportunidad hemos desarrollado una labor de coedicién con la Universidad de Guadalajara, labor que ha sido posible gracias al apoyo de la direccion de la Division de Disciplinas Clinicas del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, con la participacién del Departamento de Clinica de la Salud Mental y la Maestria en Psicologia clinica. Coleccién Libros de Artefacto México, D.F., febrero de 1997. indice 1. Algunos ejemplos de locura comunicada DP Baar OEP (1B60) eee ee, oe alatecesirssieanees Il. El delirio de las persecuciones Legrand du Saulle (1871) Ill. La folie a deux o locura comunicada Ch. Laségue y J. Falret (1877) \. La folie a deux o locura simultanea REESE OO) Pru Se Me GEM, CANA ak V. De la locura gemelar o alienacién mental en gemelos BABAIN 889). as fectcsastaiveishedtssttecdonsinnidomenpene VI. De la imitacion en su relacién con la locura comunicada E. Marandon de Montyel (1888) VII. Folie a deux De Clérainbault (1923) + scscccscccecescscescesescscessslee VIII. La cuestion de los delirios colectivos esta estrechamente ligada a la de los mecanismos generadores de las psicosis De Clérambault (1924) cssssecscssssssesssecnsessevnossnsnees 43 68 76 79 IX. ;Paranoizacion? Simple indicacion sobre la direccion de la cura J. Allouch (1987)... 96 |. Algunos ejemplos de locura comunicada Por el Sr, Dr. Balllarger (1860) A veces traen el mismo dia al servicio de alienados a varios miembros de la misma familia, afectados de monomania cuyo delirio ofrece exactamente los mismos caracteres. Al interrogar a uno de estos enfermos, se sabe de antemano cudles son las concepciones delirantes del otro, Si en los casos de los que hablamos pedimos mas datos, sabemos que la locura no ha estallado simultdneamente en los dos enfermos, sino que ha empezado varios meses antes en uno de los dos y que después ha Aue poco a poco comunicada al otro. En otro caso, he visto al marido alienarse bajo la influencia y por el efecto de la presion que su mujer ejercfa sobre él. Lo que tiene de muy singular este ultimo ejemplo es que la mujer, dotada de una inteligencia ciertamente superior a la de su marido y que habia perturbado su razon imponiéndole, por decirlo asi, el delirio del cual era victima, lo hizo internar en el hospicio de Bicétre mientras que ella permanecio en libertad. Los hechos de este género son escasos pero suscitan preguntas del mas alto interés para la patogenia de la locura. Me limito hoy a sefalarlas, pero me reseryo para hacer posteriormente un examen mas profundo. Traduccion: Cecilia Pieck y Monique Zepeda. Il. El delirio de las persecu' Legrand du Saulle (1871) I. Ideas de persecucion comunicadas o delirio de a dos y dea tres personas. Il. Genealogia de los perseguidos. Ill, De la transmisién de la locura con evolucién similar. IV. Del contagio. |. Ideas de persecucién comunicadas 0 delirio de a dos y de a tres personas A veces, los perseguidos gozan de un curioso y triste privilegio: jpueden convertir a su delirio a las personas més intimas de su entorno! Asi, las convicciones enfermizas de un enfermo se ven representadas en los mismos términos en su mujer, su hija, su hermana o su hermano. La persona sana de espiritu adhiere, en este caso, a los prejuicios, las pasiones, los odios, los temores de envenenamiento y todos los terrores del alienado. Incluso frecuentemente no hay alucinaciones del ofdo, del gusto o del olfato que no se compartan. La comunicacion de las ideas de persecucion de un enfermo a un individuo sano, en muchos casos no es bastante completa para que sea indispensable el internamiento en un establecimiento especial para los dos: a uno se lo pone en tratamiento y el otro puede permanecer mucho tiempo 0 siempre en libertad. Si al perseguido encerrado se lo ubica lejos 0 muere, el perseguido libre, generalmente, no tarda en curar, En todos los casos de verdadero delirio comunicado, e incluso cuando los dos enfermos estan en tratamiento, el médico puede observar que uno dominaal otro, que éste sdlo es el eco de aquél, que el primero es inteligente y que el segundo es menos dotado. Una desigualdad asombrosa los separa en estado de salud, una desigualdad no menos asombrosa va a distinguirlos enestado patoldgico. Uno es el perseguido activo, el otro el perseguido pasivo. Aislelos, tratelos, haga que no se vean ni se escriban, el primero hard todos los dias un paso hacia la incurabilidad, el segundo marchara resueltamente hacia la curacién. Estos hechos de tal modo son singulares y tan pocos conocidos atin, que necesariamente debo apoyarme sobre un cierto ntimero de ejemplos clinicos. Es conveniente que independientemente de la opinion emitida, pueda subsistir todo un conjunto de documentos incontrovertibles apoyandolos. ' Extra(do de Le délire des persécutions, Editions Grec, Paris, 1989. (Se 6pto por dejar las comillas tal cual como en el original; aunque a veces, por ejemplo, no se cierran o no se abren). 12 Legrand du Saulle 1B Y desde el inicio, importa dividir los casos de delirio comunicado en dos SRPD Perectamente distintos: 1° las observaciones relativas a persegui- los, de los cuales, uno esta en tratamiento y el otro en libertad, 2° los casos en que los dos perseguidos estan en tratamiento. Primer grupo Observacién XXXIX Dos hermanas - Delirio de las persecuciones. L... (Louise), costurera de chalecos, 30 afios de edad, ingresada en La Salpétritre el 16 de junio de 1865. El certificado inmediato del Sr. Baillarger contiene: «Padece alucinaciones del ofdo y delirio de las persecuciones». «Esta enferma, me escribe el Sr. Moreau (de Tours) en fecha 12 de agosto de 1871, esta ain en mi servicio. Esta demente, pero conserva una parte de sus ideas delirantes, entre otras, la siguiente: tiene en la caja del craneo un pequefio telégrafo, que la comunica con tal o cual persona que ella quiere. Por este medio, tiene noticias de todo lo que sucede en Parfs 0 en otra parte. «Su hermana presenta exactamente los mismos desérdenes de espfritu, con ligeras diferencias.» Observacién XL Dos hermanas - Delirio de persecucion - Magnetismo a distancia M... (Sophie), costurera, 33 aitos de edad; la ingresan en La Salpétritre el 23 de diciembre de 1867, en el servicio del Sr. Moreau (de Tours). El delirio de esta enferma se desarrolla exclusivamente sobre un sefor Ch..., de quien fue la amante. El la dirige en sus acciones, se mezcla (siempre de una forma maravillosa) en todo aquello que la concierne, le impide ocuparse, la hace expulsar, hace 18 meses (a ella y a su hermana) de una ciudad de Alemania en donde las dos se habian Tatubiecido: ejerce sobre ella un «magnetismo licencioso y a distancia» y de hecho la obliga a ir con un pate para ser desembarazada de ese tormento, etc., etc. A todo precio hace falta que se case con Ch..., constantemente habla a todo el mundo del asunto; escribid a un magistrado y a un comandante de policfa y les suplica que intervengan ante su antiguo amante, a veces se altera y se vuelve completamente turbulenta. Su hermana menor comparte entcramente todas sus conviccioncs delirantes, y la acompaiia en todas las maniobras intentadas respecto a Ch... EI Sr. Moreau (de Tours) le dijo que viniera a hablar; pero se niega por temor «a ser retenida en La Salpétritre, como su hermana». EI padre de las dos hermanas M... murié de un ataque de apoplejia. 14 La locura compartida Observacién XL! El hijo y el padre. Ideas de persecucion. Temor de envenenamiento. Amenazas aun médico, Curacion incompleta. (Maret, observ. inéd.) D..., muerto el afio anterior, era de un temperamento seco, nervioso, impresionable. Aunque no habia recibido mas que una educacion elemental, sin embargo gustaba de hablar rebuscado, hacer discursos, presumir de elocuente y en el medio en que vivia desde este punto de vista, su éxito era mayor que con algunas nociones de quimica que habia obtenido de cursos publicos, que le permitfan dar explicaciones verdaderas 0 falsas, en términos Cientificos, sobre las operaciones de su actividad profesional (era tintorero) y sobre las cosas de la vida comin. lyscntil A propésito de una intriga amorosa que no pudo conducir al nivel de sus deseos, se imaginé que la frialdad de su amante y sus descontentos se debian a una influencia nefasta, ejercida sobre él, por el médico de su localidad. A este ultimo, que era el médico de su familia, lo lamaron para curarlo de complicaciones hemorragicas pulmonares que no sé en que condiciones ocurrieron. Le aconseja una pocién con percloruro de hierro. El enfermo al enterarse que esa sal estaba dentro de las sustancias toxicas, ve en la prescripcion una prueba que corrobora la idea que alimentaba sobre las intenciones malévolas del médico respecto a él. Desde entonces le profesa un odio implacable, lo amenaza, y varias veces espera que pase para injuriarlo. Bajo el imperio de estas ideas de persecucion se lo condujo al asilo. Permanecio alrededor de seis meses. Sali no curado, pero no alimentando més proyectos de venganza contra su supuesto perseguidor. Padre del precedente Su padre, hombre muy honorable, buen obrero, pero sin instruccion y de inteligencia débil, amaba mucho a su hijo, le atribuia una verdadera superioridad de inteligencia y de instruccién. Se complacta en escucharlo hablar ¢ incluso se sentfa algo vanidoso de ello. En las visitas que le hacia al asilo, parecfa muy extrafio, tenia las mismas ideas que su hijo y usaba las mismias expresiones, Lo vi solo una vez, fue en el momento de la despedida del enfermo. Como yo me interesaba en este joven, cref deber decirle al padre que era necesario evitar todo lo que pudiera llamar el regreso de las ideas equivocadas que su hijo habia tenido sobre su médico, su farmacéutico, etc. Pero, para mi gran sorpresa, el padre no acepto mis consejos y sobre todo mis apreciaciones; en verdad reconocia que su hijo debfa permanecer tranquil, prndente, como él decfa: en cuanto a admitir que habia caido bala influencia de un delirio de persecucion, no podfa aceptarlo. Observaci6n XLII La hija y la madre. Delirio de las persecuciones. Alucinaciones del oido. D... (Marie), obrera de conserjerfa, 43 afios de edad, Snares el 16 de junio de 1870 en La Salpétriére. Un certificado del Asilo de Sainte-Anne decia: Legrand du Saulle 15 «Alteracion maniaca con predominio de ideas de persecucion, alucinacién del ofdo, interpretaciones delirantes, agitacion, quejas, reclamos; exageracion del yo; indecision de la palabra; temblores de la lengua y de las manos; conciencia incompleta.» Firmado: GIRARD DE CAILLEUX. El certificado inmediato del Sr. Moreau (de Tours) dice: «Delirio parcial, ideas de persecucién, ligero temblor de las manos y de los labios.» Esta enferma cuyo padre muri¢ tisico, no padecié convulsiones en su infancia. Menstru6 a los catorce afios. En 1864, ya fue tratada en el servicio del Sr. Baillarger, después del gran pavor que habria experimentado un dia aliclien bulsuielte y.vekW a inadte enlecna y de rodillas sobre su cama, en un estado de sufrimiento aparente que le hizo creer en una muerte inmediata. La noche misma, en el teatro, vinieron agentes de policta para supuestamente arrestarla. D... supone que los religiosos de un convento juraron hacerla encerrar como alienada, Dirige una demanda de persecucién contra su hermana y afirma que el ministro de justicia colocé a su disposicion a su secretario particular, «En plena noche, agujerean el techo de su cuarto para hablarle y atormentarla. Quieren que adopte un nifio. La electrizan en su cama. En el hospital de la Charité, la sometieron a la magia, a la quimica y a la policia secreta.» La madre de D..., me escribe el Sr. Moreau (de Tours), el 12 de agosto de 1871, «con quien a menudo pude conversar en mi consultorio, compartia completamente, absolutamente todas las ideas de su hija, a quien queria llevarsela con ella. Imposible hacerle escuchar ninguna razon. No quiere escuchar ni mis observaciones, ni las de una hija mayor que desde mucho tiempo atrés hace todo lo que puede para contrabalancear la influencia que la enferma ejerce en su espfritu. Incluso la acusa de hacer causa comtn con los perseguidores de su hija.» Observacién XLIII La mujer y el marido. Delirio de persecucion. Hipotetico secuestro arbitrario. Temor de envenenamiento. Influencias eléctricas. Alucinaciones del oido. Adivinacién del pensamiento. Ideas de grandeza. (Maret, observ. inéd.) La Sra. X..., en apariencia hicida, es ubicada en un establecimiento para alienados. Se imagina estar encerrada arbitrariamente. Al menos se necesitaria un dia para relatar las persecuciones de las que fue objeto y no terminarfamos, si debiéramos seguirla en las explicaciones extravagantes sobre sus envenenamientos, En su casa se envenenaba el vino con materia fecal y seria dificil calcular, nos dice el marido, la considerable cantidad de vino y ficores que derramé bajo la influencia de estos pensamientos delirantes. Tiraron goma en sus alimentos para llevarla a deseos venéreos y un dfa sintié tres golpes de electricidad en su pecho y escucho una voz que le decfa: «/Entonces usted es de hierro!» La misma voz i invita a regresar al dia siguiente, justo a mediodia, a la iglesia de su parroquia, diciéndole que se va a acordar sino va; piensa en esto hasta muy tarde, sin embargo asiste con su marido y claro, no vieron nada. 16 La locura compartida Sus explicaciones son extrafias sobre los acontecimientos que vio desarrollarse ante sus ojos en Paris en 1848. Dice: se arrebataban muertos y moribundos en considerable numero y es muy simple: cuando hay muchos nifios pequefios para tomar el lugar de los adultos, se ocasionan conmociones para asesinar a todo el mundo y segtin su pensamiento, los médicos podrian detener la plaga de la guerra «impidiendo nacimientos numerosos». Por otro lado, supone que se cambia la figura de la gente sdlo con una infusion y se percato un dia en que estaba en la iglesia, que una multitud de personas adiyinaba lo que pensaba y todo esto siempre por medio de una infusion de lantas que le habfan hecho tomar. En el asilo, se le habfa hecho comer tae tiempo carne humana y actualmente de caballo. Incluso llego a concebir que fue llamada a jugar un papel importante, en el que el emperador y un obispo que ella designé no fueron ajenos. ( A pesar de que sus facultades intelectuales estén comprometidas, es muy limpia, laboriosa y ha conservado intactos sus sentimientos afectivos por su marido y por su familia; incluso ellos nos parecen exagerados, y enese punto, al leer sus cartas dificilmente uno se harfa una idea de su estado mental. La Sra. X... sigue en el mismo estado (20 de agosto de 1871) y ha conservado el mismo sistema delirante. Marido de la precedente ElSr, X... es de una inteligencia muy débil. Cree todo lo que su mujer relata y progresivamente se vuelve un verdadero alienado del mismo orden que aes Probablemente haré falta internarlo pronto. Seguin las informaciones que nos transmitieron, la Sra. X... siempre fue muy inteligente, mientras que el Sr. X... era un pobre de espiritu. En ese delirio a dos, la mujer cubre el papel activo. Observacién XLIV La mujer y el marido, Persecuciones imaginarias. Robo de una fortuna. Ideas de grandeza. (Maret, observ. inéd.) LaSra. X..., de 45 aftos de edad, pertenece a una familia aquejada de herencia morbida. Desde hace tres afios esta en un establecimiento de alienados. Su delirio de persecucién, que se generaliza en poco tiempo, inicialmente descansaba en la conviccion enfermiza de que el sefior P..., su vecino, le habfa cambiado el nombre, para apropiarse de una gran fortuna que legitimamente debfa heredar. De abf las recriminaciones vialentas y las querellas entre vecinos. La Sra, X.., pronto creyé que todo el mundo se ocupaba de ella, que la seguian, que la sefialaban con el dedo, que P..., era el autor de todas estas maniobras hostiles, y que tenfa interés de informarse sobre todas sus acciones. Enel establecimiento en que fue ubicada, relata a quien quieraescucharla, cuan desgraciada ha sido por ser despojada de su fortuna y también por ser perseguida por incesantes maldades de P..., el raptor de sus bienes. «Secretamente le lanzan las groserfas mds injuriosas, le reprochan haber matado a su hijo», ete., etc. Legrand du Saulle 7 Al cabo de un ao, la sefiora X... se imagina que fue Hamada para grandes cosas. «Se mantiene en relacién con la emperatriz a partir de la instalacién de vastos hospitales... La mayorfa de los monumentos de Paris y de provincia fueron concebidos y ejecutados segiin sus planes......Es condecorada.» Agosto de 1871. - El delirio continia Marido de la precedente El Sr. X..., de un nivel intelectual poco elevado, nunca pudo hacer nada. Al principio comenzé6 por no afiadir nunca nada a los alegatos de su mujer, pero de inmediato se puso «en evidencia». Afirma que la sefiora X... es muy inteligente; que todo lo que dice es perfectamente exacto; que P... cambié-el nombre de su mujer con el objetivo de sacarle su fortuna y que la hizo vigilar noche y dia; que los procuradores judiciales y los abogados se arreglaron para rechazar las quejas de su mujer en contra de P...; que su mujer conoce mejor esos asuntos que los procuradores y abogados, etc., etc. EI Sr. X... va a importunar a todos los hombres de ley y ya gasté mucho dinero en consultas juridicas. Se ve que existe la analogfa mas grande entre esta observacion y la precedente, Segundo grupo Los ejemplos clinicos ahora serén més numerosos, mas impresionantes y mas terribles. Después de que se hayan le(do las observaciones tan emocionantes que se reportan con el ntimero L y LI, se comprendera cuan urgente es separar a los dos enfermos que se alteran uno al otro y que pueden cometer actos tan deplorables. Antes, pasemos revista a algunos hechos sumarios.- M.G. Doutrebente cuid6 a las dos hermanas en el asilo de Saint-Yon. Una, la Sra. D..., era una perseguida inteligente, que podia sostener facilmente una conversacion bastante larga sin dar signos de locura y dedicada a instintos artisticos. La otra, la Srta D..., era una perseguida desprovista de inteligencia y de sentido moral. La madre de esas dos enfermas, aquejada de delirio emotivo, permanecié encerrada en su casa por miedo de encontrar en la calle un perro rabioso. Los cuatro casos siguientes fueron reunidos por el Sr. Moreau (de Tours). Dice, yo conoci en Charenton a dos hermanas, seforitas R..., aquejadas de una monomania que ya databa de varios afos. Aparte de alguna rareza, de alguna variacion que formaban los matices, su delirio coincidfa en todo, Estas sefiuritas se persuadfan de que se influenciaban sus pensamlentos y sus acciones por medio de la electricidad. Las dos se relacionaban con genios, invisibles habitantes del aire, Llamaban con el mismo nombre - Duplafon - al mas poderoso de todos, al que consultaban sobre todo lo que debian hacer. Una madre y una hija, sefioras B..., se crefan bajo la proteccién especial de esptritus que denominaban aires. Una joven persona melancélica invariablemente respond{a, cuando se le preguntaba su nombre, que se llamaba sefiorita la Inconnue (Desconocida). 18 La locura compartida Su hermano, igualmente melancélico, se irritaba mucho cuando se lo llamaba con otro nombre que no fuera sefior el Inconnu (Desconocido). La Sra. B... se creé un ser fantastico, a quien nombra Salomon, y que fee ella es el genio del mal; ella se queja sin cesar de los tormentos que la zo padecer. Su padre reportaba todo lo que le sucedfa de molesto con un silfo, que nombraba Estratagema. El delirio de las persecuciones puede comunicarse fuera de todo lazo de parentesco y por ejemplo, de ama de casa a domésticos, como observé un [iso en 1868, En ese momento cuidaba a una sefiora de Auteuil, quien nunca desde hacia varios afios habfa querido salir de su casa para evitar «que se hieieran chismes de ella, que la carnicera de junto no le lanzara un perro a las piernas, que los vecinos no la Ilamaran la suiza, y que el Observatorio no registrara sus fuer y sus movimientos y no avisara a los miembros de la corporacién del Sol.» Esta sefiora, inicialmente vivia muy cerca del Observatorio y habfa creido notar que los astrénomos apuntaban sus lentes sobre ella. Se habia mudado, porque suponta que los miembros de la corporacion del Sol se interesaban «en so lary y hacfan saber a Roma a qué hora se levantaba, lo que habia desayunado, etc., etc. Bajo el imperio de esta conviccién delirante, habfa tomado el habito de evacuar su vejiga y su intestino sélo en la noche. En Auteuil, olvidé un poco el Observatorio y al principio se crefa protegida, porque habfa elegido un departamento «en una casa que hacia un hueco»; pero al cabo de algtin tiempo se figura, que los astronomos disponian de instrumentos muy poderosos, y que tenian especialmente telescopios marinos y eléctricos que horadaban las murallas a una distancia enorme. No salié mas y pasaba su jornada tejiendo «y leyéndose las cartas.» Un dfa que entré en su recamara, se me acerco con un aire triunfante y me dijo: «jLos sombreros puntiagudos no se levantaron bastante temprano esta mafiana, el as de tréboly el siete de cuadrado operaron su teencuentro siete veces seguidas! La corporacion del Sol es cabalistica, los Aragotistas me las van a pagar.» Esta enferma desde nueve afios antes tenia una doméstica, originaria de la region de Dome, de 35 afios en ese entonces, que apenas sabfa leer, pero jamds habia aprendido a escribir, y que sin carecer totalmente de inteligencia, era de una credulidad infantil. La doméstica habfa conocido asu ama cuando estaba sana de espiritu; habfa visto progresivamente nacer y agrandarse todas las vejaciones del Observatorio, y fue asimilando, una a una, todas las aberraciones de las que constantemente se le hablaba. Sin duda, solo era un eco débil de la enferma, sin duda la iniciativa delirante no le pertenecia, sin duda sdlo aceptaba con docilidad una sistematizacion patologica creada completamente, pero finalmente en la doméstica se encuentran los mismos errores, las mismos temores y los mismos absurdos que en el ama. La enferma tenfa por médico general al Sr. Samazeuilh. Pedia este colega que interviniera en la familia, para colocar a la Sefiora *** en un establecimiento de alienados, y regresar a la doméstica a Auvergne, su pueblo. Mi consejo fue puntualmente seguido, y nunca més of hablar de esas dos mujeres, Legrand du Saulle 19 Observacion XLV La madre y la hija. Persecuciones. Alucinaci i ¢ 5 : iones del ofdo, In Perturbaciones gastricas. Seach Meslay, 35 afios, pasamanera. Dice encontrarse atormentada desde hace cuatro meses. «Esto comenzo cuando me siguieron; luego los vecinos me insultaron; desde hace algunas semanas empujan mi puerta. Hace ocho dias me escapé de mi casa, me fui a dormir a casa de una amiga. En medio de la noche, tocaron a la puerta de la cochera ¢ intentaron quitarla con pinzas, lo of. No me quedé. Regresé a mi casa; fui a dormir a casa de una sefiora, en donde no hubo nada. Regresé a mi casa; intentaron volver a abrir la puerta, cambiaron una Have nueva por una vieja. Muchas cosas desaparecieron de mi casa: tocino, tejidos finos de lana merino, lana, seda, etc, «En la noche me atormentan, y se van a las tres de la mafiana. No oigo hablar; me atrinchero con mi cama. No me levanté; como estaba sola tenfa mucho miedo. Incluso hasta en la Iglesia de Saint-Nicolas -des- Champs fui insultada, me trataron de c....., desgarraron mi vestido. Llevé a mi hija y no conocf a nadie. No tengo la menor idea porqué me tienen resentimiento, mi mobiliario no deberia darles envidia; maldad probablemente. Apenas duermo en la noche, solamente en la mafiana. Desde hace un mes, apenas trabajo y estoy casi en la miseria. El trabajo no marcha, si hubiera trabajo, trabajaria. Un momento me sent muy abatida. No estoy enferma, sino cansada; como poco debido a contrariedades. Me hicieron tomar una cantidad nada despreciable de veneno, lo reconoct por el gusto del azafran, y luego encontré azalran. Esto embrutece, enerva. Siempre tengo la boca amarga y esto} alterada, tengo deseos de vomitar, sobre todo desde hace dos meses. - «Me amenazaron. Vigilo cautelosamente a mi hija porque la molestan mucho; ella canta las letanfas de la Virgen y eso los enoja. En este momento hay personas que me resultan extrafas y algunas que conozco, Debe de haber como un complot. Querfa llevar a mi hija a la consulta de Deux- Moulins. Bajé a las dos de la manana de lo alto de la casa, que tiene mas de un piso, con una escalera, levaba mi hija sobre mi espalda, no sé como no me maté. Toda la noche me paseé con la nifta; nos rechazaron de la consulta Fuimos al Hotel-Dieu, del que también nos rechazaron. ; i «En Paris tengo a mi suegro que quiso recibirnos, pero tuve miedo por él, porque estaba solo; tanto que me persiguieron, también a él lo pueden perseguir. Tiene de qué vivir sin trabajar.» Hija de la precedente Meslay, trece anos. Es delgada y enfermiza. Lleva un vestido oscuro hecho tizas. Llora. «Quisiera ver a mi madrecita. Sucedia cuando mama iba a trabajar, habfa un hombre, hacfa uu, uu... debajo de la puerta, como el viento. Yo tenfa miedo, no me atreviaa acostarme, estaba enferma. Cuando mi mama se iba, venian a la puerta, También le daban miedo a mi mamé en la noche. Era un hombre que se sacaba los zuecos; entonces no se lo ofa subir, y a mediodia, a la mafana, a la tarde Hlegaba a la puerta; yo crefa que habia mucha gente debajo de la cama, Mi mama me dijo que ahf habia una mujer que le tenfa rencor, que la injuri6, que era de la calle, era prostituta. 20 La locura compartida «Se ofa como si se levantaran los muebles y la puerta; incluso cambiaron su Ilave. Estuvimos obligadas a poner esto delante de la puerta; yo tenia miedo de todo. Durante la noche habfamos ofdo ruidos de golpes; con una ganztia arrancaron un pedazo de puerta. Yo of antes que mi mama, pero no dije nada; nunca vi nada, pero se ofa que caminaban, que frotaban papeles sobre la habitacion.» Estas dos enfermas fueron interrogadas el mismo dfa, en la prision reventiva para los alienados, por cl Sr. Las¢gue. La escasa edad de la hija, Fera de toda causa predisposicional (la herencia), o de toda causa ocasional (el contacto con la madre enferma), justilicarfa por sf sola la slteyson psquica, por otra parte ligera, de la joven Meslay, si la intimidacién y el miedo no hubieran contribuido a las falsas concepciones y percepciones que fueron verificadas. Observacién XLVI La hija y la madre. Persecuciones imaginarias. Alucinaciones del ofdo, Curacion de las is enfermas. cea nce), tendera, 24 afios de edad; ingresada el 30 de noviembre a ieee Sens Un certificado de la prision preventiva de la delegacion de los alienados dice: «Ya tratada en La Salpétriére por el mismo delirio, Persecuciones imaginarias contra el comisario de policia de su colonia. Presuntas violencias de las que habria sido victima, golpes y heridas, robo, que atribuye al magistrado mismo.» Firmado: Ch. LASEGUE. Cettificado inmediato del Sr. Moreau (de Tours). 1° Debilidad intelectual congénita. Algunas convicciones delirantes fundadas en alucinaciones del oido. 2° Debilidad intelectual. Algunas ideas fijas de persecucion; alucinaciones del ofdo. Habitualmente calma e inofensiva. Ch... (Constance) salié curada. Madre de la precedente a, rguerite), mujer Ch... tendera, 60 anos de edad, la ingresan en la Sears el6 Y arcane de 1865, El certificado de la prision preventiva delegacional de los alienados decia: «Ya tratada en La Salpétrire (hija ingresada hace pocos dias). Delirio bajo la influencia de su hija, del que repite los relatos, los gritos, las violencias, las acusaciones mentirosas. Conversacion desordenada.» Firmiadu. Ch, LASEGUE. icado inmediato del Sr. Moreau (de Tours). «Delirio de las ieee Alucinaciones delirantes del oido. Se queja de las mismas personas que acusaba en su primer ingreso.» Esta mujer salié curada. 3 F Es de subrayar que estas dos mujeres se curaron, y que cada ye experimenté de alguna forma una recaida calcada del primer ataque. La iia es una pobre de espiritu y sin embargo, en este caso de delirio dea dos, es la Legrand du Saulle 24 perseguida activa. La madre, completamente ubicada bajo la influencia de su hija, debfa estar en una extrema debilidad intelectual Observacién XLVII El marido y la mujer. Proceso. Pérdida de la fortuna, Persecuciones imaginarias. Recriminaciones incesantes. (Maret, Observ. inédita) F... ingres6 en un asilo de alienados por primera vez en 1862, a la edad de 50 afios, Dos veces ya fue puesto en libertad, sin que sea posible dejarlo mucho tiempo. Este hombre, de una gran probidad, lleg6 por su trabajo a una relativa comodidad y cuando estaba a punto de retirarse de los negocios se puso mal, por haber sostenido contra un rico vecino un proceso que le pee sin razon y lo gand. Las dos partes a tal punto se encarnizaron que los gastos fueron considerables, y cuando nuestro enfermo hizo su balance, 10 le qued6 nada. Para hacer frente a los gastos se debid vender por medio de la justicia todo lo que poseia y nuestro desgraciado enfermo se imagind que el delegado, el obispo y el comisario se entendieron para quitarle sus bienes, porque era republicano y catélico poco ferviente. F... en ese momento, estaba en una miseria horrible y rechazaba todo, al suponer que venta del obispo ee tanto mal le habfa hecho. Entonces empieza a proferir amenazas contra el clero, el prefecto, y la mayorfa de los funcionarios administrativos. En un interés de seguridad publica, se debié secuestrar a nuestro enfermo, que no tard6 en ser enviado al asilo, Siempre tiene esta idea fija de que los sacerdotes y los altos funcionarios de la administracion se arreglaron para privarlo de su bien y robarle, Cuando se lo introduce en ese tema, se anima y se vuelve otro hombre. En otras ocasiones escribié numerosas cartas al emperador y a sus ministros, pidiendo con insistencia que se le haga justicia y se le restituya todo lo que le quitaron; con frecuencia llena las cartas de amenazas de muerte contra sus perseguidores. Mujer del precedente La Sra. F... estaba mucho més exaltada que él y su exasperacién alcanzaba la locura furiosa. Los certificados médicos concernientes a F... establecian «que él esta bajo la influencia de las ideas de persecucién suscitadas por su mujer que ella parece mucho més enferma que él». Después de mucho tiempo ella dejo elasilo, viene bastante seguido a visitar a su marido y parece tenerle la afeccion mas grande. Creo que regreso a la razon, pero jams me atrevi a interrogarla sobre el antiguo tema de sus pesares. Aqui no es dudoso que los dos esposos tenfan el mismo delirto, y es probable que fuera la mujer quien impuso al marido sus ideas. Este ain actualmente las tiene, imposible hacerlo salir de su sistema de persecuci6n. Observacién XLVIII Dos hermanos gemelos. Iguales persecuciones imaginarias, Iguales alucinaciones del ofdo. Circunstancias extrafias. 22 La locura compartida _.. (Auguste), 30 afios, ingresado al hospicio de Bicétre el 27 de julio de isis. Salid Sat el 13 de noviembre ee 1850. Fue transferido al asilo de ise) el 11 de febrero de i a iene s hermano gemelo, ingresado al hospicio de Bicétre el ae julio de 1852. Muri el 11 de febrero de 1861. «Fisicamente, estos dos jOvenes, dice el Sr. Moreau (de Tours), se parecen tanto, que a se los toma a uno por el otro. Moralmente el parecido no es menos ee : y presentan las particularidades mas notables. De este noes tr i . dominantes son absolutamente las mismas. Los dos se crefan e eS ijeto de persecuciones imaginarias, los mismos enemigos juraron su percicion y emplean los mismos medios para llegar a sus fines. Los ce iit alucinaciones del ofdo. Tristes y taciturnos, nunca dirigen la palabra a nadie y no responden a las preguntas que se les formulan sino con esfuerzo. Siempre je re ellos y no se comunican nunca. os «sti i hechoextremadaiente euiosoy ie fe nummerosas veces verificado por los vigilantes de la secci6n y por nosotros mismos es el siguiente: De un tiempo a otro, con intervalos muy irregulares de dos, tres y varios bce sin causa apreciable y por un efecto espontaneo de la enfermedad, sol se un cambio muy marcado en la situacién de los hermanos; ee a misma época y frecuentemente el mismo dia, salen de su Sn abitual de estupor y de postracién; hacen oft las mismas quejas y ellos ne encarecidamente van a rogar al médico que los deje en libertad. Vi reproducirse ese hecho un poco extrafio, en el momento en ate yeas separados uno del otro por fe ee ae distancia; uno de ellos estaba icétre y el otro en la granja de Sainte-Anne.» _ y oh roa Baa nota que fe comumtica el Sr. Gallet, vigilante jefe de la ace C...(Auguste) tendria ideas suicidas, mientras que C... Me a habi presentado ninguna tendencia a la muerte voluntaria. ElSr. Gallet fue testigo del hecho siguiente: «Un dfa, en el comedor, uno de los dos por no pe qué motivo, da una bofetada a su vecino de la mesa. Su hermano, ae a a auna distancia muy grande y que ciertamente no habfa visto nada de lo que pasd més lejos, también da una bofetada a su vecino, y esto con una instantaneidad comparable a la de la electricidad.» A Marcé conocié a estos dos gemelos y dijo de ellos: «Ofrecen la misma actitud; se agitan y caen en el estupor en los mismos periodos.» Observacién XLIX La mujer y el marido. Delirio de las persecuciones. Hipocondria. Alienada quejumbrosa. Curacion. (Maxet, tesis citada). La Sra. G..., cuarenta y dos aiios de edad, de buen temperamento y de una constitucién nervo-sanguinea, entra en un establecimiento de alienados e! 12 de noviembre de 1867, en un estado de agitacién que nos hace creer que esti en la vispera de morit de asfiia; pide aire, grita que no puede respirar y que le robaron su respiracion. Hace violentos movimientos le inspiracion, y ie de sus apreciaciones falsas, esta perfectamente lucida; conviene en que est loca (contrariamente a tantos enfermos), pero sostiene gue no se trata de una locura como otra; es una locura nerviosa. No cesa de lanzar Legrand du Saulle 23 profundos gemidos en sus inspiraciones desordenadas y pronto llegaa repetir a cada momento que va morir; la ducha le dara la muerte. No sirve de nada hacerle acordar que ayer decia otro tanto y que sin embargo habfa sobrevivido a sus predicciones siniestras. Pero como con este tipo de enfermos los consejos razonables nunca resultan; persiste en profetizar, al menos, para el dia siguiente todos los males de los que nos habia ocupado en la vispera, Nuestra enferma, al continuar sin morir, a pesar de sus presagios de desgracia, pronto cambia su sistema de delirio y termina por imaginarse que no puede morir; pero por tal motivo no era inmortal, conjetura no estar ni muerta, ni viva, y que la enterraran en tal estado. Con esta nueva forma de enfocar el porvenir, lanzaba gemidos para hacer temblar, y a menudo gritaba: «jAy! no poder morir y ser enterrada sin estar muerta, qué suplicio!» Siempre era mafiana o en dos o tres dias que se debfa proceder a esta triste ceremonia. Luego, como su espera estaba constantemente equivocada, y como nosotros no dejabamos de sefialarle el ridiculo, fija el 1° de mayo de este aito como el dfa en que definitivamente se la debera enterrar. Expirado ese término, supone que su familia pago para que tenga todavia un afio de vida y a partir de ese afio empezo a tranquilizarse mas, Aproximadamente en ese tiempo padece una gingivitis y como le prescribimos un gargarismo astringente contra esta afeccion: «jAh! jveo bien, dice, me cuidan como si estuviera viva!» Ninguna de las enfermas compaieras de ella, estaba tan afligida como ella; jal menos estaban vivas! Desde entonces, esta desgraciada no habla mas de entierro y dejé de quejarse de que nunca podra morir. Actualmente esta calmada, laboriosa, y al menos sabe contenerse; atin gime, pero quedito, en forma de un profundo suspiro y menos seguido que antes. Sus gemidos formaban desde el principio, el unico fenémeno enfermizo que presentaba, probablemente también sera el iltimo en desaparecer si se cura, como lo esperamos. Pertenece a una familia fuertemente marcada por la herencia, y no es raro, en efecto, reencontrar curaciones en los alienados de esta categoria; pero también estan mas expuestos que los otros a regresar un gran numero de veces a nuestros asilos. No le faltan sus sentimientos afectivos y con frecuencia hemos ofdo que exclama, al hablar de su hija: «jSobre todo que nunca se case con un ebrio!» Con fecha 20 de agosto de 1871, el Sr, Maret nos escribe que la Sra. G... se curd, que después de dos aitos dejo el asilo, que preservaba su sufrimiento, que conservaba el tipo quejumbroso, Se puso enorme y sufte mucho de su excesiva gordura. El Sr. Maret agrega que la Sra. G... ya se quejaba mucho de esta polisarcia que comenzaba en el momento en que estaba alienada, y se inclina a pensar que la mayoria de los perseeuldes hipocondriacos experimentan verdaderamente malestares reales, que el delirio en estos casos deriva del dolor fisicu, y que, para Megar a la curacion de las perturbaciones intelectuales, inicialmente se necesita empezar por mejorar sensiblemente la afeccién corporal. Marido de la precedente El Sr. G..., doctor en medicina, cometié excesos alcohdlicos y debié ser colocado en una casa especial. Tiene ideas de persecuci6n y esta muy ansioso; teme ser perseguido y asesinado, no duerme y él mismo describe su delitio 24 La locura compartida en las siguientes cartas, que ese mismo dia dirige al jefe de las autoridades judiciales de la localidad: 1° «Sefior, tengo el honor de participarle la declaracién que rendi al Sr., sustituto, G... Una de mis tias, sefiora viuda G..., un dia en que la visité me amenaz6 con matarme, también a mi esposa y mis hijos, con el pretexto de que no habia ofrecido matrimonio a su senorita hija. “Le hice falta en Saint- Valéry, en Dieppe, en Havre; pero me reuniré con usted en su casa 0 en las rutas que recorra. Los siervos que pagué fallaron en casa de mi inquilino D..., hay uno en el puerto que no pude encontrar, dara bien el golpe; y ademds, si fallo y si la muerte me sorprende antes de haberlo logrado, los jesuitas me vengardn, me lo prometieron: usted hablé mal de ellos, con eso asta. Sabra lo que es el odio de una madre; mi hija murié de pesadumbre por usted; vayase, y se lo repito, gastaré toda mi fortuna para lograrlo. El hijo C..., empresario en... también esta encargado de esta tarea; pero es muy cobarde y muy blando, haré falta que lo intente con dinero de por medio. Buscaré a su anterior amante, Elisabeth L..., de C..., en Picardie; desde mucho tiempo le guarda rencor; en suma, ya no sé como repetirselo, cueste lo que cueste, los tendré a todos.’ «Le ruego, Sr. procurador imperial, que al recibir esta primera nota, reciba las salutaciones atentas de su seguro servidor. «Firmado: G...» 2° «Sr., le dirijo por medio de esta segunda carta una lista de individuos que debo sefialarle como provocadores insolentes hacia mi, y que podrian volverse peligrosos.» (Siguen los nombres y domicilios de once personas honorables, que siempre fueron los mejores amigos y clientes del desgraciado enfermo). «C.,., restaurador en B..., de quien me traje un cigarro, guardado en mi armario y que incluso aun debe contener una preparacion quimica cuya presencia no se explica. «También le ruego, Sr. procurador imperial interrogar al Sr. L... y su esposa, mis inquilinos del caserfo de...; al Sr. B..., restaurador, quien me dijo conocer a tres individuos que frecuentaban su casa, muy sospechosos para mi; el Sr. L...., mi inquilino, zapatero, calle..., fuera de la ciudad; luego el Sr. abate F..., vicario en..., quien me amenazé con estrangularme el dia en que su hermano Clovis F... murié de viruela, y en frente de varios testigos, especialmente su sirvienta, el guardia del difunto, su madre y su hermano Le6n F..., diciéndome que yo habfa matado a su hermano. «Finalmente, Sr. procurador imperial, le ruego indague al sefior Et..., maestro carpintero en R..., quién me dijo, delante de su esposa, que habia destinado una cierta suma para protegerme, que lo habian encargado de esa tarea y quienes son aquellos de ibe que obtuvo esa proteccion. Agrego a esa lista el nombre del Sr. P... (Eugene), carnicero en..., provocador peligroso, e interrogando M. y Ia Sra. B..., rentista en... asi como M. y laSra. L..., rentistas en la misma localidad, creo, que incluso obtendria informacion sobre individuos muy peligrosos para la sociedad. También clasifico en la misma categoria a individuos con aspecto amenazante, que iban a lo largo de la ruta de Neufchatel el dia en que me apersoné a las autoridades judiciales para presentar mi denuncia en las manos de M. el sustituto G... No me acuerdo de otros nombres para sefialarle. Legrand du Saulle 28 Reciba, Sefior, la expresién de mis buenos sentimientos.» «Firmado: G...» M. Maret nos ensefia que el Sr. G..., que se restablecié y queds en libertad, de nuevo cayé enfermo. En este momento (20 de agosto de 1871), atin esta en las instancias de los tribunales para obtener su salida. En la época en que incluso G... enviaba la lista de sus enemigos a las autoridades judiciales, como acabamos de verlo, escribfaa su hija sobre un matrimonio que ésta tiltima estaba a punto de contraer. Los consejos que en esta ocasion le daba eran de la prudencia mas grande y motivados en consideraciones del orden mas elevado, Le mostraba la accién en su familia de la influencia hereditaria en varias generaciones sucesivas, tanto del lado paterno como del materno y terminaba diciéndole «Tu madre est alienada, yo también»; y dejaba con reticencia bien calculada el cuidado de la conclusion que, desprendiéndose de las premisas, significara: «Tu tambien lo seras». En esta doble obseryacion, deben reconocerse que influencias muy diversas actuaron sobre los dos enfermos. Mientras que la Sta. G... querfa defenderse contra una amenazante herencia, el Sr, G... debido a su ebriedad de algtin modo lIlamaba a las ideas de persecucién. Pero formular la aproximacién no es menos curioso. El delirio, debido a dos causas originales diferentes, encontrarfa aqui un terreno totalmente preparado y facilmente comunicado de uno al otro, La mujer fue inicialmente sometida a tratamiento, pero es muy probable que el marido haya estado aquejado primero y que en su desgraciado matrimonio haya desempefiado el fare de perseguido activo. Observacién L Las dos hermanas. Delirio de persecucion. Acusacion de la Srta.. X... contra su padre, su hermano, etc. Ideas erdticas. Quejas dirigidas a las autoridades. Magia. Insomnio. Tentativas de homicidio. Trasladoa un asilo. Furor. Alucinaciones del ofdo. Temores de envenenamiento. Amenazas de suicidio. Denuncia de secuestros arbitrarios por un tercero. Proceso intentado a un médico y demanda de veinticinco mil francos por datios y perjuicios. Mejora notoria, Salida del asilo. Interdiccion. (Dragon, Archivos clinicos de enfermedades mentales y nerviosas, 1861) La Sria. X..., 38 aftos, y su hermana, la Sra. X..., 36 afios de edad, fueron admitidas en un asilo de alienados el 20 de febrero de 1856. Por informes que nos proporcionaron resulta que estas damas desde hace mucho tiempo no gozan de buena salud y que por todas partes se hacen notar por sus excentricidades. Aqui solo nos ocupara la Srta. X... Razonable cuando se trataba de asuntos de su interés, no se comportaba asi cuando se escrutaba su vida familiar. Alojada con su padre, esta desgraciada {ue siempre para ese pobre viejo una fuente de pesares. {Qué de hechos absurdos de inmoralidad no le hee reprochados! jqué de notas dirigié a la autoridad para que la protegieran de su padre! jqué de visitas a hombres de negocios para confiarles sus inquietudes imaginarias! Ella acusé al Sr. X... padre, de haber favorecido un atentado enorme 26 La locura compartida sobre su persona y la de su hermana. Después de haberle hecho tomar un narcético, el Sr. X.., habria introducido en su recamara (no sabe como, porque su puerta siempre estaba cerrada por dentro) al subdelegado de X..., quien habria saciado su pasién con ellas; habria continuado un embarazo, del que la Srta. X... espera el desenlace durante aproximadamente dos afos. Un camison encontrado en su domicilio levaba una etiqueta que decia: «Camisén que llevaba en la noche fatal del...» Penetrada por esta idea, la Srta. X... hizo numerosos tramites para entrevistarse con su seductor; profirié amenazas contra él e incluso, al no oder entrar a sus oficinas, buscé atraerlo en una casa, en que ella y su Eeaeene se instalaron armadas de pistolas. M... hijo, alumno del liceo, de 16 afios de edad aproximadamente, durante sus vacaciones fue conducido a casa de su padre, la Stta. X..., después de haberle prodigado cuidados porque se parecfa, decfa, a uno de los hijos de su hermana, que habia teal; la desgracia de perder; de repente le tomé aversion. Era un emisario de su hermano, un polizonte que querfa violarla; las segufa para comprometerlas, por todas partes lo veia y lo reconocia; incluso una vez, lleg6 a la extravagancia de voltear un monton de lefia, porque crefa encontrarlo oculto debajo. La Srta. X.., nunca caminaba sin armas; tomaba las mayores precauciones cuando se encerraba en su casa, y en una construccion que ella debia hacer, queria emplear sélo cerraduras de seguridad, no para protegerse de los ladrones, porque no temfa por su bolsa, sino contra los enemigos imaginarios rencorosos de su honor y el de su hermana. Decia que su hermano, versado en el arte de la magia, no le dejaba un instante de reposo; su influencia oculta se extendia incluso hasta sobre los animales que querfa. Ya sea que hacfa temblar el piso en que caminaba, o la hacfa danzar contra su voluntad; o la hacfa experimentar sensaciones extraiias, todas relacionadas con los érganos genitales; otras veces la hacia cambiar de rostro, al punto que su hermana con dificultad la reconocia. Su pobre gato incluso resentfa los maleficios: cudntas veces, después de estar por mucho tiempo fijo en el mismo sitio, jno se acercaba a ella maullando, etc.? Este delirio que ya dura varios afios, en 1856 se volvié bastante intenso como para que | Sr. X... debiera pensar en tomar medidas para su seguridad personal y la de quienes lo rodeaban, El 18 de febrero, escribia: «Senior, soy el mas desgraciado de los padres; mis hijas estan en un estado de alienacion extrema. Vengan a verificar tal estado, se los ruego, y a darme consejos.» Al dia siguiente, el 19, el Sr. X... hijo, vino a buscarme y llegamos a X..., en donde me entrevisté con el padre en casa de uno de sus sobrinos, Me relataba que desde hace diez noches estas mujeres no se habian acostado. Encerrada con su hermana, la Srta. X... no queria permitirle dormir, y si la desgraciada sucumbfaa la fatiga y cerraba los ojos, la despertaba rapidamente; el menor suspiro era un indicio de que la violaban. En la vispera se habian precipitado, sin motivo, sobre una persona que atravesaba el patio del padre de ellas y le hubieran hecho pasar un mal momento sino las hubieran detenido. A la mafiana, al dejar el departamento, se presentaron en la casa en que nos encontrabamos y aqui la Srta. X... se Legrand du Saulle 27 abandoné a innumerables extravagancias. Su exaltacion, me dijeron, estaba al extremo: una desgracia era inminente, En tal situacién, crei que debia aconsejar el traslado a una casa de alienados; en efecto, semejante estado no podia permanecer mas tiempo sin que la autoridad se enterara. Consintieron; pero la dificultad era dominar a esas pobres locas; que una vez atrincheradas en su casa, podfan mantener ahi un sitio. Mientras estabamos en nuestra entrevista, alguien vino a avisarnos que una mujer y un nifio acababan de ser encerrados en la cocina y que se temia un accidente. El Sr. X... fue al lugar, hizo lo que pudo para calmarlas; como no lo lograba me mando decir que fuera en su ayuda. Acompaiiado de un guardia sue estaba conmigo y de dos 0 tres personas. voluntarias, corri a la casa, me deslicé por los muros, Ilegué a la escalinata de la cocina, en la que estaban con el padre, que felizmente se encontraba en Ja puerta para impedirles entrar. Al verme protestaron, pero antes que hubieran contado con el tiempo de hacer un movimiento, estaba en el umbral, diciéndoles que no podrian entrar sino después de mi. «Soy, les decfa, el Sr. Dragon; vengo para verificar vuestro estado de salud y persuadirlas para que vayan a una casa de salud. La Sra, X... que me habfa tomado por su marido, aquejado de alienacién mental, me dijo que yo no era el Sr. Dragon, y las dos se precipitaron sobre mi. Se continué una lucha de la que no podia prever el desenlace, puesto que percibi que a doce pasos habia un fusil de caza; las desgraciadas me lastimaron las manos, me mordieron, y no se las pudo dominar, sino con la camisa de fuerza. La Srta. X... era terrible; olvidando todo pudor, rodaba en la tierra como una furia. Pero pronto una chispa de esperanza le aparecio, se levanté y paso a un pequefio salon, yo la segui, y me dijo: «jqué teme? al menos, deme las manos.» Si lo hubiese hecho, estaba perdido: un gran cuchillo de cocina estaba oculto en la funda del sillon en que estaba sentada. Confié a estas mujeres al cuidado de las personas que me habian acompaiiado, me reuni con el padre en un departamento vecino y se decidié ue provisionalmente fueran llevadas al asilo de X... El Sr. X... hijo, se encarg6 le cumplir todas las obligaciones de la ley. Se dio la orden de dedicarse a la tarea. La partida fue menos laboriosa de lo que me imaginaba. A lo largo del recorrido iban bastantes tranquilas; la Sria. X.,, sin embargo se quejaba en varias ocasiones, de que la habian violado y pregunto a su hermana si ella no experimentaba lo mismo, Al llegar al asilo les quitaron la camisa de fuerza y fueron instaladas para pasar la noche. La Srta., X... durante algunas semanas fue victima de una excitacion extrema. A cada rato la despertaban alucinaciones numerosas y si se buscaba convencerla de cus errores, répidamente recurria a la clectricidad para explicar todo. iCuantas veces no ha ofdo a través de la muralla voces enemigas que conspiraban contra su honor! Su padre, su hermano no la dejaban reposar un instante. El Sr. M..., su primo, rondaba en las proximidades de los muros para llevarsela; yo la amenazaba imitando la voz de la b..., ete. La superiora del establecimiento formaba parte de una cofradfa que le deseaba el mal; habia introducido en la casa a un hermano de Saint-Laurent que habia venido a violarla y ofrecia mostrar las huellas en su camisén. 28 La locura compartida Exactamente en su ventana venian a disparar balazos de fusil. Los muros y la cama sobre la que se acostaba estaban cargados de electricidad. Los alimentos que la hacfan consumir contenfan sustancias capaces de dafiar, Todas las noches, antes de acostarse miraba en los cajones de las mesas, de los muebles, para aseguratse si alguien no estaba escondido. ‘A veces su desesperacién era tan grande, que amenazaba con suicidarse; decfa que preferia la muerte que durar més tiempo con tal deshonra. Hubiera ido al fin del mundo para escapar de esto; siempre dispuesta a partir, Ilevaba consigo sumas bastante fuertes de dinero que se le encontraron cocidas en los adornos de bordados alrededor del cuerpo. Escribié innumerables paginas, todas salidas de aqui. Una de ellas contenfa un testamento para i fiiia de un alienista, cuya viuda, algin tiempo atras, en estos términos me habia denunciado por secuestro ilegal al presidente de un tribunal: «Sr., estas palabras dictadas por el coraz6n, sobre todo por la conciencia, no las dirijo al amigo, sino al eminente magistrado cuya humanidad y equidad conozco bien y que sabra hacer la luz. Llamadas a X..., mi hija y yo, por nuestras afecciones y nuestro interés, nos tomaron con una profunda sorpresa, un vivo dolor, el encarcelamiento en un hospital de alienados de X... de dos hermanas, la Sra. X... y la Srta. X... jAlgunos desahogos escapados a esas infortunadas en medio de los mas grandes sufrimientos morales dejan muchas dudas! (Un infame y codicioso odio puede facilmente ejercerse contra mujeres privadas de todo sostenimiento! Mas de veinte afios pasados en contacto con alienados y sus familias sobre todo, nos develaron bien, horribles misterios», etc. Este estado, que alternaba calma y agitacién, duré del 20 de febrero al mes de mayo. Serfa fastidioso repetir aqui todas las ideas que atravesaron a este pobre cerebro, Banos prolongados, algunas irrigaciones, antiespamédicos, vencieron estas molestias. En mayo, en efecto, la calma regres6 y la Srta. X..., sin renunciar a sus ideas equivocadas, me dice: «jy pues bien! en el momento que sintiera que me violan, si puedo despertarme a tiempo me levantarfa y me moveria tanto que eso no podria entrary. Desde esta época, la mejorfa continud, se pudieron hacer algunos paseos en automévil, la confianza regresé y la Srta. X... fue puesta en libertad el 28 de junio de 1856. Ya no of hablar de ella, hasta que el 24 de mayo de 1858, recibf una carta de un abogado, quien al suponer que ella nunca estuvo loca y que su padre habia abusado de mi confianza, se proponfa dirigir gestiones contra él. Me decfa Examiné a esta desgraciada Srta. que a menudo tengo en mi oficina y jamds encontré el menor desarreglo de sus ideas; muy al contrario. {Quise estudiar si habia alguna monomania, una idea fija; no vi nada de eso en su espiritu! Necesito ser informado para saber cual es la regla de conducta que podrfa adoptar en ese conflicto que existe entre padre € hija, etc, Espero quiera usted honrarme con una respuesta.» Cref tener que responderle que la Srta. X... habia estado seriamente enferma, que su padre habia actuado prudentemente haciéndola tratar en una casa de alienados y que temfa que esta insistencia de justicia no fuera sino un sintoma de recaida. En respuesta a esta declaracion, recibf el 13 de julio una asignacién para comparecer en conciliacién ante el juez de paz, a efectos de ser ofdo respecto Legrand du Saulle 29 a una demanda por dafios y perjuicios de 25,000 francos, formulada por la Srta. X... contra su padre y yo, pero escrita por completo por la mano de su consejero. Falté Me dirigieron una nueva asignacién para comparecer, esta vez, ante los Senores jueces del tribunal civil de X... El asunto fue apelado; pero el Sr. procurador imperial demanda, en lo que a mi concierne, el rechazo de la demanda de la Srta. X... hasta que ella traiga una autorizacién del Consejo de Estado; no pueden dirigirse gestiones contra un funcionario publico sin esta autorizacion. La Srta. X..., abandona entonces los procedimientos contra mi, sélo los contintia en contra de su es quien responde con una demanda para que la justicia le nombre un administrador de sus bienes, por estar disipando su fortuna en procesos inutiles, El uibunal de X... acoge esta demanda; una apelacion de este juicio se sostuvo en Poitiers por uno de los abogados mas distinguidos de Paris, lanzado no sé como en este asunto; pero la Corte confirmé la sentencia de los primeros jueces. Actualmente la Srta. X... vive en libertad, privada de la administracién de sus bienes. Sabemos que la hermana de la Srta. X...esté igualmente fuera del establecimiento de alienados en que habia sido recibida. Por el Sr. Dragon tenemos un detalle inédito valioso. Cuando el célebre abogado de Paris fue a ver en Poitiers al presidente de la Corte le manifesté su estupefaccion por el internamiento escandaloso del que la Srta. X... habfa sido victima y el magistrado le dijo: «Sr. L. antes de la audiencia de mafana, hable con su cliente y Ileve la conversacion al tema de la electricidad.» El consejo fue sabio, el abogado lo siguié, jy todo el andamiaje de su alegato se cayo en un instante! Observaci6n LI La madre y la hija. Hijos idiotas. Delirio de persecucién. Alucinacién del odo. Cambios de domicilio. Ideas de suicidio en la madre y la hija. Tentativa comin de asfixia. Fracaso, Ahorcamiento y muerte de Ia hija. La madre intenta suicidarse por asfixia y envenenamiento; fracasa. Aislamiento en una casa de salud. feuales ideas delirantes. Tercer tentativa de suicidio. Alucinacién del olfato. Disimulacion, (Semelaigne, Obsery. inédita). Casada con su primo hermano, cuya hermana esta alienada en el asilo de Auxerre, la Sra, Bu... tiene dos hijos, uno idiota, actualmente de 24 anos de edad y a quien sus padres siempre dejaron en casa de la nodriza, donde no lo han visto mas que una vez; y una hija de caracier suave y bucuv, que solamente recibio una mediocre instruccién. Retirado de los negocios con una buena fortuna, el Sr, Bu... muere pronto en la provincia; su mujer vivamente afectada por esta pérdida, regresa a vivir a Paris con su hija, primero en la avenida Beaumarchais, donde hace al menos dos aiios, fue objeto de miradas equivocas. Al mudarse a una casa que posee en la avenida Saint-Michel, ha sido el punto de mira constante de los inquilinos y del conserje de la casa de enfrente, especialmente en mayo y abril. Es entonces que parte con su hija para V..., que abandona enseguida, 30 La locura compartida alos tres dfas. El dfa de su partida (el 13 de julio de 1869), experimenta otros sintomas fisicos, Friamente deja a su cufiada, de quien su hija descuida despedirse. En Paris, los fendmenos mérbidos aumentan: miradas hirientes, auxilios eléctricos, supresion de dos ciclos menstruales. Llegana decir, que esta encinta; arriba de su recamara hacen ruidos extrafos. EI 15 de agosto, sale para Roma con su hija. Viaje pesado para la Sra. Bu... Se detiene en Orange y consulta a un médico, que la compromete a silenciar sus preocupaciones para que no se burlen de ella, En Marsella experimenta las mismas falsas percepciones en un hotel, luego en un convento donde se refugia. Regreso a Paris, de donde sale el mismo dia, para volver a fines de septiembre (no se acuerda del dia). Misma obsesién. La espian a ella y a su hija, la sefialan en la calle. Sin embargo va a hacer las cuentas de su expendio de licores a la calle de Saint-Honoré. En noviembre, se refugia en la avenida Beaumarchais, luego de una noche en el hotel de Trois-Pavillons, sin poder escapar a sus perseguidores. Cansada de guerra, regresa a su casa, donde pasa las noches, ya sea en su sill6n, ya en el piso sobre un colchén, para despistar a sus enemigos. Unos diez dias antes de la catdstrofe, su hija, la Srta. Marie comienza, a su vez, a percatarse de que la miran de una aa singular; un dia oye a alguien decir: Ella tiene el aspecto... Su madre y ella se alimentan insuficientemente; las intimidan, las estremecen; para calentarse comparten la misma cama. Ademés, oprimen la cabeza de la Sra. Bu..., le hacen saltar el corazon, el estomago; los érganos genitales también experimentan movimientos singulares. Las dos se deciden a morir. No se sabe a quien le lego la primera idea y las explicaciones de la Sra, Bu... no son claras sobre este punto. No obstante dice haber pensado en esto desde el momento en que se ataca a su hija. E15 de diciembre de 1869, pretenden asfixiarse con carbon. La madre ya habfa perdido el conocimiento, en el momento en que su hija piensa que era mejor que ella muriera al ultimo, la llama a la vida al abrir una ventana, cerca de la cual lleva a su madre. Al dia siguiente, encienden carbén, preparan hipoclorito de sodio en el que tiran varios puiiados de cerillos. La hija sube a una silla con una abrazadera de cortina que su madre le habfa pasado en el cuello, y la ata al pasador de la puerta del comedor; luego al empujar la silla con el pie, no tarda en sucumbir. La madre, esperando la accién del carbon, ingiere el blanqueador fosforado. El ruido de la cafda del cuerpo de su hija, una persona que toca la puerta y a quien le dice que regrese, la vuelven a la vida. Decide llamar al conserje, le dice que vaya a avisar al comisario, quien la encuentra en la sala de espera, donde habia traido el cuerpo de su hija. En la autopsia, se sefiala la ausencia del canino derecho. Trasladada a la prisién preventiva municipal de los alienados, la Sra. Bu... permanece ahi fase el miércoles a la noche, el 8 de diciembre, ron la dirigen al establecimiento de alienados de Passy, luego al de Neuilly. Esta abatida, fatigada, por lo demas, calmada. Se queja de no haber podido acostarse desde hace dos noches, de no haber permanecido sola en la pieza en que estuvo, pregunta si se hard ruido arriba de ella. Dice que es viuda, que su hija murio anteayer y que desea morir. No alude al tipo de muerte de su hija. Noche bastante tranquila, aunque ruidos extrafios y sacudimientos eléctricos provenientes del techo la atormentaron. Pulso: 90, poco caliente, lengua blanca, orina turbia. Legrand du Saulle 31 Al dia siguiente, visita de un experto, a quien la Sra. Bu...responde con lentitud, pero de buena gana. Le relata, en respuesta a sus preguntas, las persecuciones de las que [ue objeto, su viaje, su regreso, entrecortando el telato con sollozos y repitiendo: jMi hija! joh, mi hija! Al llegar a la catdstrofe, se necesita mas insistencia para obtener una respuesta; dice no acordarse, y parece esforzar su memoria que le cuesta y parece fatigada. En cuanto asu hijo, de una veintena de afios, no sabe donde esta actualmente, ni donde estuvo antes. Su fortuna es bastante grande, incluso muy grande. EI 10, igual estado; esperé la bene para ingerir una pequefia cucharita. 11, intensa conmocién en la cabeza, en la nariz, en el estomago, en las partes sexuales. A su cufada le pregunta si resucité a su hija. A menudo repite «jpor qué esta gente se puso en mi camino?». Lagrimas. El 12, mejor; 70 de pulso, mejor apetito, se levanta, suefio mediocre. A fuerza de insistencia, se sabe que sus persecutores son los agentes de un Sr. Jj... de V..., que quiere ofrecerle matrimonio, Nunca le comunicé sus intenciones y sdlo lo conoce de vista. Por medio de su efigie la hacen sufrir. Vio esa efigie durante su viaje; es un busto de tierra cocida. Como su hija no resucito, nada le impedira morir, Las respuestas son més claras, mds faciles y su retardo ya no parece que se deba al agobio, sino a la repugnancia para explicarse. A la noche, manifiesta el pesar de haber respondido; lo vaa pagar caro. 14 de diciembre. La Sra. Bu... habla de olores desagradables y dice haber renunciado a todo proyecto de suicidio. A veces, dice a la vigilante que su hija resucité. 1° de enero de 1870. Mas calma, se ocupa de diversos trabajos de mujer; la Sra. Bu... siempre sufre insomnio, sensaciones diversas en el lado derecho de la cabeza, el pecho y el vientre. Con frecuencia pregunta si debe permanecer mucho tiempo aqui, y desea ardientemente irse. Febrero. Las alucinaciones persisten, por lo demas, calma; buen apetito, bastante buen humor. Marzo. Mismo estado, un poco de alteracién; frecuentemente insiste en su deseo de salir, se dice muy razonable y se queja mucho de estar encerrada con locos. Responde con menos voluntad sobre sus sensaciones; dice, sonriéndose con aire disimulado que ya no las experimenta. De sus confidencias a su recamarera, resulta que el interno del establecimiento esta enrolado entre sus perseguidores. Abril. ia estado, iguales sensaciones; rechaza salir de su recamara y se queda muda cuando se le pregunta el motivo. Mayo. Sigue calmada, disimula lo que vivencia respondiendo, segun la forma en que se le pregunta, ya sea que no siente nada o que atin esta atormentada, sin querer decir como. «Usted, lo sabe mejor que yon, es todo lo que se le puede sacar. Casi todus lus dias se pasea. 11 de agosto de 1871. El Sr. Semelaigne me escribe que la enferma esta siempre en el mismo estado, calma, que continua alucinada y que siempre tiene ideas de suicidio, pero que no hizo ninguna nueva tentativa. «La Sra. Bu... persiste en creer que méquinas eléctricas fueron colocadas en su recdmara por sus enemigos, con el objetivo de determinar sus sensaciones desagradables y penosas. A veces, postracién extrema y se queda en la cama. En el intervalo de estas crisis, la Sra. Bu... trabaja, lee y se ocupa con algin interés de sus asuntos. Nunca una palabra de su hija.» 32 La locura compartida Cuando interrogué por primera vez a la Sra. Bu..., el 6 de diciembre de 1869, estaba palida y un poco taciturna, pero nada revelaba en su aspecto exterior y en sus respuestas, los tragicos acontecimientos de la vispera. No virtio una l4grima y sostenta la mirada de su interlocutor sin descaro, sin timidez y sin alteracion. Al no lograr desde el comienzo hacerla delirar, y procediendo respecto a ella unicamente con esta circunspeccion discreta y benevola que impone la desgracia, me coloqué un instante en la perspectiva del impulso epiléptico, mi cuademo de visita solamente tenfa escrito una palabra: asesinato. Pronto vi que me perdfa. Busqué y encontré alucinaciones del ofdo, luego ideas de suicidio y pasé muy naturalmente a las ideas de persecucién, El estado mental de la madre me conducfa a la investigaci6n del estado mental de la hija y de pronto vi lo que debfa pensarse del juicio sumario anotado en mi cuaderno de visita por un empleado forense en el momento del ingreso. Todo el drama se me apareci6. Una hora antes, un funcionario vino a interrogar a la Sra, Bu... y la habia lastimado. Habfa obtenido de ella un silencio desdefioso y obstinado. En las relaciones del médico con el alienado (y sobre todo inmediatamente después de perpetrar un grave atentado), hay precauciones oratorias indispensables que tomar. Si uno aborda al enfermo con altanerfa, sequedad y severidad, lo mira con sorpresa, se repliega sobre si mismo y no responde, Pero si toma el cuidado de avisarle que es usted médico y si lo cuestiona con indulgente interés o con una franqueza simpatica, lograra comunmente sin dificultad, desenredar el costado patologico de la cuestion y plantear un diagnéstico clinico y médico-legal susceptible de satisfacer a la ciencia, cates la justicia y tranquilizar a la sociedad. Observacién LI Delirio de a tres personas: la madre y los dos hijos. Persecuciones. Alucinaciones. Hipocondria. Temores de envenenamiento. Ideas de grandeza. En septiembre de 1851, ingresaba al asilo publico de alienados de . la Sra. V... (Marie Amélie), 65 afios de edad, viuda de un oficial ministerial muerto de tisis pulmonar en 1830. La Sra. Y... tenfa tres hijos: Jules V..., 41 aitos; Marie V..., 38 afios; Bernard V..., 31 afios. Los tres quedaron solteros. La Sra. V..., habitualmente sombrfa y taciturna, frecuentaba las iglesias, voluntariamente se ocupaba de obras de caridad, vefa mucha gente y pasaba una gran parte de su tiempo en visitar o recibir visitas. Sus hijos habitaban en su casa. En 1849, Bernard V... al hacerse propietaria de una granja a seis leguas de la ciudad, manifest pronto la intencién de aprovechar él mismo sus tierras, ir a vivir al campo y la necesidad de casarse ahi. A partir de ese momento, cada dfa se presentaban querellas durante las comidas entre la Sra. V... y sus hijos. Jules V..., a quien desde mucho tiempo atras lo atormentaban preocupaciones hipocondrfacas, vino a Paris y permanecio tres meses en el hospicio Dubois. Tenia entonces, frecuentemente, me dijo, una gastritis, Cuando regresa a casa de su madre, Bernard V... acababa de partir al campo. . La Sra. V... cae en una profunda tristeza a partir del mes de octubre de Legrand du Saulle 33 1850 y avisa un dia a su hija que en la noche ofa ruidos en su recémara. Pronto se impidié dormir a fin de percatarse mejor de los «murmullos» que golpean sus ofdos, y no tarda en decaer y en alucinar. Perseguida por las mas siniestras aprehensiones y gimiendo sin cesar, se la oye repetir cien veces en una jornada: «;Mi Dios! Jules esta en un circulo vicioso ;qué hace ahi? lo van a esperar y dar un golpe... Bernard tiene caballos espantadizos que lo mataran... Marie esta muy enferma, vaa morir...;Mi dios! ;que me va a pasar?» Presa de las angustias mds tenaces, la Sra. V... no quiere salir mas de su casa. La sefialan, se burlan de ella; la acusan de haber dado laudano a su marido; se sospecha que fue mala esposa y mala madre; la provocan, le quitan su respiracion, hielan su sangre, paralizan sus piernas tirandole fluidos; los embaucadores de turno le quitaron todo, sin que nadie viera, porque tienen instrumentos de prestidigitacion de doble fondo; la hacen estornudar; su cocinera puso albayalde en la comida, azufre en un plato de lentejas y azul de Prusia en el vino; se desespera, gime, llora, se niega a comer, y la trasladan al asilo de alienados en camilla, los miembros jade con correas. La Sra. V... acusa a los jesuitas de envenenarla, de torturarle sus entrafas, de arrebatarle su respiracién y contra su voluntad, dormirla con polvos «que no se pueden ver», Fue alimentada muy dificultosamente, comfa por ataques varios dias continuos, luego de nuevo debio ser alimentada por sonda nasofaringea, Sucumbe en el marasmo el 11 de noviembre de 1851. Durante los dos meses que pasa en el asilo, la Sra. V... nunca quiso recibir a sus hijos, Varias veces se los hizo entrar en su recdmara, los reconocié y slo les dirigia palabras indecentes. Hijo de la precedente El siguiente 17 de diciembre, Bernard V... es Ilevado al mismo esta- blecimiento. Esta ansioso, estupefacto, aterrorizado. Los padres lo calumnian, los jesuitas lo persiguen. Su madre no esté muerta, le hablo y le advirtio del peligro. «De todos los lados le jalaban las piernas, hay trampas por todas ee el cura del pueblo lo denuncié en pleno pulpito; los burlones quieren acerle demoler su casa porque no esta alineada; todo el consejo municipal esta coaligado; dijeron al brigadier de la gendarmerfa que él tenfa habitos contranatura; lo agotan por medio de chantajes moviles, lo reducen por procedimientos de escape de gases en cobre y por el ano le penetran vapores de metales en fusién. Bernard V... fue alimentado durante once dfas por medio de la sonda nasofaringea, luego consintié en comer, se calmé més, menos sombrio y comenzé a hablar cada vez menos de los jesuitas. Las intermitencias se suceden en cortos intervalos y el 19 de marzo de 1852 el enfermo sale curado. Hermano del precedente El 29 de enero de 1852, Jules V.... de repente sale hacia Parfs, victima de una profunda depresién melancélica, con preocupaciones hipocondrfacas de las més pesadas, y hablando nada mas, en una carta que le escribié a su hermana, de «ingerir un veneno cualquiera una de estas mafianas». Consulta numerosos médicos y segiin él, fue afectado una vez de «enfermedad del corazon, otra vez de hidropesia de pecho, otra de cancer del piloro, otra de 34 La locura compartida retraccion del higado, otra de inflamacion general de los intestinos, otra de inicio de gangrena interior, otra de ebullicion de la sangre, otra de descomposicién de los humores, otra de diabetes azucarada, otra de inflamacion del bazo y de pequeftos tumores en el vientre.» Intenta todos los tratamientos imaginables, durante dos o tres dias cada uno, y declara haher mejorado solamente por brebajes indicados por sonambulos. Cada dia escribfa a Marie V... una carta de seis u ocho paginas, se ocupaba sdlo de los detalles mas repulsivos respecto de su salud y generalmente terminaba sus cartas sin preguntar novedades de Bernard V... Cambiaba frecuentemente de hotel, pedfa recémara sobre la calle o sobre el patio, al oriente 0 al poniente, al norte o al sur, no se encontraba bien en ninguna parte; él mismo ibaa las farmacias para que le pesaran meticulosamente los medicamentos y si durante la jornada iba a la biblioteca de la calle Richelieu, invariablemente pedia para consultar «libros sobre la bilis». Jules V... murié en 1854, en una casa de salud. En los ultimos tiempos de Su vida, tenfa ideas de grandeza. Por ejemplo, suponia que el emperador lo habia hecho venir a Saint-Cloud y lo habia nombrado primer bibliotecario de Francia, con cien mil francos de sueldo. Algunos dias después, se decia general en jefe, fabricante de diamantes, luego conde de Paris. La observacion de la familia V... se detiene aqui, en el momento en que me acuerdo que la Sra. viuda V... tenfa un hermano, un poco mas joven que ella, que antes era oficial de salud en el campo. El Almanaque general de medicina del afio 1870 atin registra su nombre, le escribi por si acaso. Su respuesta no se hizo esperar, contiene informaciones que on Pee x completa el informe clinico de una familia muy cruelmente afectada. Transcribo textualmente: *** 23 de agosto de 1871. «Seftor, en gran parte me sorprendi mucho de recibir su carta, porque no habria edie pensar que después de pasado el tiempo, tendria aun la idea de pensar en mi pobre hermana muerta tan tristemente. Siempre estuve agradecido a las personas que algo hicieron por mi hermana o sus desgraciados hijos, y ustedes fueron numerosos; también agradezco mucho a usted, Como usted bien lo pens6, ya no ejerzo la medicina y no me ocupo enello; pero usted me dice que se trata del interés de la ciencia de saber que paso con Bernard V..., asi como con mi sobrina Marie N..., y me apresuro diligentemente a responderle, y una vez més le agradezco. Mi sobrino Bernard V... ha hecho puras estupideces. Nunca deberia haber salido de la casa de locos. Se equivocan al expulsarlos, as{ tan a la ligera, cuando aun no estén completamente razonables. Crey6 que era millonatio y tir6 el dinero por la ventana y se lo robaron. I uego queria volver a todo el mundo feliz no me sorprendi6, porque siempre lo conoci como un joven bueno, Finalmente tuvo varias congestiones y se hizo encima durante todo un invierno, Ya no podfa razonar, estaba como un nifio, pero no hablaba mas. Fui varias veces a verlo, me entristecfa. Murio en 1855, hacia la fecha de Saint-Martin. Mi sobrina Marie V... no sdlo pudo retirar diez mil escudos de su sucesion, Liquid6 todo. La pobrecita estaba toda en Dios, pero tan triste que daba compasion. Piense un poco en lo que fue de su familia No es horroroso? Nunca quiso venir aqui, se qued6 en su rincon; la devocion la ocupaba, y Legrand du Saulle 35 después de haber tosido mas de cinco aftos, me dijeron, que un dia se extinguio como una candela. Creo que padecia de tisis pulmonar, y quiza un poco de locura, como los otros; porque no es normal que haya dado mas de cincuenta mil escudos a los pobres de los hospicios, cuando sabfa bien que yo no tengo casi nada para dejar a mis hijos, aparte de la casa, que es verdad que es muy grande. En fin qué quiere usted? de todos modos es una desgracia para mi familia ser perjudicada por una vieja beata. Mi hermana valia mas que sus hijos y si ella hubiera muerto al ultimo, los acontecimientos hubieran sido otros. Pero de nada sirve recriminar y no hablo a menudo de esto. Dije a usted unas palabras al respecto porque pienso que esto le interesard con el resto. Adios, Sr. doctor; espero que no haya sido quemado en Paris y que se encuentre bien. Me despido con una alta consideracién. «Vuestro servidor muy humilde, D...» Por otras informaciones recibidas de personas muy dignas de fe, resulta que el padre y lamadre de la Sra. viuda V..., con apellide de soltera D..., eran sanos de espiritu y gue legaron a una edad muy avanzada. Por otra parte, nunca hubo alienados en la familia del Sr. V..., muerto tfsico en 1830. Emprendi todo ese sistema de investigacién para ver si la Sra. viuda V... no provenia de ascendientes atacados de locura, porque inicialmente admiti con bastante dificultad que en Bernard V... y Jules V... las predisposiciones cerebrales tan fastidiosas que los volvieron tan desgraciados y los hicieron sucumbir atin jévenes, solamente procedieran de su madre; pero mi encuesta, lo vemos, ha sido negativa. En ese solo hecho qué ensefanzal ll Genealogia de los perseguidos ¢Pueden un dia los hijos de un perseguido volverse ellos mismos perseguidos? Es una pregunta que preocupa especialmente a las familias y desde que se piensa en la frecuencia de opiniones que solicitan los matrimonios planeados. nadie se sorprenderé al ver subrayar aqui este debate. i Por haber tenido uno de los ascendientes directo victima de delirio de persecucién, no se desprende enseguida que uno debe ser afectado de la misma manera, pero se esta predispuesto a la locura. Una larga existencia podra ser recorrida sin que se dé el mas ligero signo de insania de espiritu; pero al fin la predisposicion a un shock bearbral ace cate ae oe encima de este hombre inteligente, activo, alegre y préspero, cuya salud fisica y elevacion del nivel mental envidia todo el mundo. El germen cayé sobre un terreno resistente y no se desarrolld, eso es todo. Que una ocasion fortuita haya (en los limites que hemos asignado a la influencia hereditaria) favorecido o duisseinado la eclosion de la alienacion y en virtud de transformaciones posibles del delirio (que ademas fueron demostrados en el transcurso del recorrido hecho por esta obra), el hijo del perseguido podra ser tanto mantaco, débil de espfritu o epiléptico, asi como perseguido paralftico general o apopléjico precoz. Sin embargo, quiero insertar en este lugar una observacion muy curiosa y que permite abarcar de un vistazo cuatro generaciones. El ejemplo es 36 La locura compartida Legrand du Saulle indudablemente de una desesperante tristeza, pero la clinica no se inspira en consideraciones sentimentales; sin embargo es la expresion del hecho exacto. Id. Id. Id. Nada g ged Observacién Ll 3 isd 2 Bo dyy suuszgeidy wow Delirio de las persecuciones, Hipocondria. Extravagancias. Acceso de exaltacion & z 5 5 i 4 mantaca y de depresion melancolica. Muerte. Estado mental de diez nifios. (G. g eae z Doutrebente, Ann. méd.-psych.). Pe Sr. F..., empresario, con domicilio en Paris, aquejado de hipocondrfa con delirio de las persecuciones, por su audacia en los negocios pudo ganar una fortuna considerable. A veces estaba a tal punto lucido, que fue imposible a B ee ¢ hacerlo inhabilitar; y sin embargo, en la vida privada cometia extravagancias, g E SE eine locuras que demostraban de una forma evidente el estado enfermizo de sus z ok 358 facultades mentales. En la noche salia de su cama y armado con un hacha, Mu 3 aia Bi 8\ ¢ recorrfa las recémaras de su casa en busqueda de sus presuntos enemigos. S g ee i es eo Hacfa levantar a sus nifios, los Ilevaba temblando al salén, los forzaba a 8 & Bass Sy toe a arrodillarse y ahf, blandfa su hacha por encima de sus eabezas, amenazaba a 2 Oss disus 983 5 i 2 E S5s cada uno por vez y luego los tiraba en la puerta diciéndoles: Vayan a acostarse, & ‘ age 2 4 36243 tontos niftos, Gustaba retener a la hija de su predileccion (luego fue la Sra a § SSE 2 BBE L...), entonces de doce afios. Frecuentemente la sentaba en sus rodillas y le é I. Wes S3sg decia: Toma una pluma y papel, vas a escribir mis memorias. Comenzaba una Sf EAD A ease § frase o dos y no podia ir mas lejos, las ideas le faltaban. (Esto sucede con los feecoc cen. a 2 Be, Be perseguidos hipocondriacos de esta categorfa: suponen tener la cabeza Ilena (Rakai ee bar a | alk & de ideas, proyectos, concepciones, pero son incapaces de decir y de hacer lo g 8 $ g g que anuncian), Bai 3 Entonces el Sr. F... se encolerizaba, mandaba de regreso brutalmente a a; a 5 3 su hija o la retenfa para colgarla de una puerta hasta que ella cafa en sincope. ds Gee g 3 Cuando la vefa en ese estado, lloraba, se lamentaba y la colmaba de caricias. SN § i aoa En esos momentos de buen humor, abria sus departamentos y tiraba el § 53 5 4 5 dinero por las ventanas. 5 ee gag Habfa hecho colocar su ataud en un armario y ahf depositaba sus = eas ag 88 vestimentas. ag Sg G g Murio en un acceso de locura furiosa. z s3 ges La Sra. F..., su mujer, se volvié extremadamente impresionable y Bisa So Bs x temerosa, principalmente en raz6n de los temores que le inspiraba su marido. ane ll ay La segunda generacién se compone de sus diez hijos: los tres primeros [eee S Hirer, “At. muricron stibitamente a los dieciséis, dieciocho y quince afios, Sag respectivamente. ges tg 4° Una hija hipocondriaca, emotiva, escrupulosa en religidn hasta el S2y £@ exceso. Se cas6 con un individuo activo, emprendedor, pero ligeramente a ge a2 excéntrico. Sus diez hijos, que comienzan la tercera generacién, quedan 3 ¢3 § g3 representados por cinco muchachos inteligentes, plenos de actividad 6 gs g 2a comercial 0 literaria; todos tienen las orejas deformes. Tres de ellos se casaron;, g Bog i pero sus hijos son los unicos que representan la cuarta generacion, murieron - 358 q todos a corta edad. Los otros dos no se casaron: uno ejerce una profesion 4 ae g 23 liberal, el otro es marino y ya padeci6 tres accesos de delirio transitorio. Aes 8 3 Todos valientemente se declaran en su favor y no temen decir: Nos volveremos o3 2 g ¢ a locos y tendremos hijos locos. Los otros cinco hijos murieron a corta edad. aig 5 2 a . Id, Id. , extravagante, erotico, inestable, extrait... L = s desaparecida desde hace ho tiempo No hay hijos , Reuropatico, muerto en un tomano. 14° Varn, artista 15° Varon, acceso de locura furiosa 16° Hija, muc! semi imbecilidad.. | 9° Varon, receloso, hipocondriaco, | munes quiso vivir con su mujer... | 10° Varén, hipocondriaco, aquejadode | T°Hija, Sra. L.., delirante | 8° Varén, simple de espiritu. | Secucion, se suicidé. 38 La locura compartida 5° Una hija vuelta loca a la edad de veinte aftos, y luego ubicada en una casa de salud. No tuvo hijos. 6° Hija débil de espfritu, cuyo tinico hijo es imbécil y aquejado de hermafrodismo. 7° Una hija, la Sra. L.... la hija predilecta, notable por su inteligencia y la rectitud de su juicio. Hacia los cincuenta afios, padecio un delirio de persecucién de los mas intensos con tendencias invencibles al suicidio. Durante los cinco afios que pudo observarse en Saint-Yon, siempre estuvo lacida; pero un dia en que su marido habfa insistido en hacerla salir, logré suicidarse, Sus hijos (ntimeros 12, 13 y 14 de la tercera generacidn) presentan signos de transmision hereditaria; la mayor, después de haber hecho brillantes estudios, murié de apoplejia a los veinticuatro aitos; el menor, imbécil completo, erético, cleptémano, para toda la familia es una fuente de inquietud y molestias: vive con su familia. Finalmente, el mas joven se casé después de mucho tiempo, no tuvo hijos. Artista, musico; de una imaginacién bastante viva, pero extrafia; inquieto, movil, inconstante y de espiritu vacilante, bien merece el nombre de loco romdntico, que le dio la gente que lo rodeaba; ademéas padece erotomanfa. 8° Muchacho simple de espiritu y costumbres, y actualmente aquejado de demencia senil, Relata indefinidamente las mismas historias. Tuvo dos hijos (ntimero 15 y 16): un joven neur6pata con aptitudes especiales para las ciencias exactas y que murié joven en un acceso de locura; una hija joven, instintiva, que desaparecié desde hace mucho tiempo y de la que la familia nunca més oyo hablar. 9° Joven hipocondriaco y excéntrico, delirante por persecucion. El dia de su matrimonio, se imagina a la salida de la iglesia que su mujer no es virgen: la abandona en el acto, y desde entonces nunca aparecio en el domicilio conyugal. 10° Joven hipocondriaco y semi-imbécil. No tuvo hijos. La cuarta generacion fue representada solamente por algunos nifos muertos a corta edad. Esta familia, estudiada en cuatro generaciones, nos sirvié para demostrar de una forma irrecusable la degeneracién, la esterilidad y finalmente la extincién de una raza afectada de una herencia mérbida progresiva. Ill De la transmisi6n de la locura con evoluci6n similar Como siempre se necesita combatir los prejuicios y anular completamente las ideas preconcebidas, retomo en un parrafo especial la cuestién tan emocionante de la transmisién de la locura. Los padres de los enfermos estén tan inquietos e interrogan al médico con tanta ansiedad sobre todo lo relacionado con las influencias hereditarias! Esta fuera de duda que la transmision de algunos estados enfermizos se opera por la via generativa. Los escrofulosos, los tfsicos, los cancerosos y los gotosos, frecuentemente son hijos de escrofulosos, de tisicos, de cancerosos y de gotosos. Pero los neuroticos se transforman y lejos de conservar intacto el tipo original, tienden constantemente a alejarse del punto de partida y a modificarse al hacer el camino. Las transformaciones del neurético son tales Legrand du Saulle 39 que a menudo, desde la segunda generacién, las mismas anomalias intelectuales ya no se encuentran y rasgos psicologicos nuevos se introducen en la tercera generacion. Asi pues, me veo conducido a decir que el hijo de un perseguido, si esta predispucsto a la locura, al menos en la gran mayorfa de los casos no se volvera un perseguido. Todo observador serio notara en los parientes de los alienados frecuentisimas singularidades. Se los ve, por ejemplo, abandonarse a falsas apreciaciones sobre los hechos menos discutibles, perdonar todas las fallas de la raz6n o justificar actos delirantes de la evidencia més acabada. Son sospechosos, desconfiados, inestables, inasequibles, y facilmente se sienten desairados. Estos padres de alienados no son alienados; pero ya sea que representan una resonancia lejana de la locura de uno de sus ascendientes, © que sus propias anomalias cerebrales no permitieron dar nacimiento a seres indemnes, siempre ocurre que sin haber sido arrojados fuera de las vias de la inteligencia, constituyen una categoria especial de irregulares del pensamiento. El mundo no lo percibe, pero el médico que trata al enfermo y que interroga a la familia, ha estudiado rapidamente las relaciones que pueden existir entre las ramas comprometidas y las ramas sanas de ese arbol afectado. Desde el punto de vista cienttfico, tones su discreto beneficio y si hay posibilidad, unicamente se muestra mas indulgente. No hago més que plantear una regla general, pero implica excepciones. La transmisién de la locura con evolucién general incluso no es rara, y no escapé a la observacion de los clinicos: «Vimos, dice Moreau (de Tours), el delirio reproducirse en los nifios con las mismas caracteristicas, los mismos rasgos que habfa presentado en los padres. Todos los autores reportan hechos de este género: los niftos pierden la cabeza, son afectados de las mismas anomalias intelectuales, bajo la influencia de las mismas causas, en el mismo periodo de la existencia que la madre o el padre. «Se intent6 explicar ese hecho, ubicandose desde el punto de vista moral, 0 como teniendo sélo en cuenta condiciones fisicas en medio de las cuales parecié desarrollarse el mal. Cualquiera sean las explicaciones, es evidente que el principal pape! pertenece a la predisposicion hereditaria. En ningun caso esta predisposicion se muestra con tanta claridad; realza todo el poderio de la ley de la herencia, que asi como ésta se observa bajo la forma plastica para la conformacion exterior, hace proceder rigurosamente de un tipo primitivo la constitucion moral misma, se complace en moldear de alguna forma, algunas ideas, convicciones, tendencias de los nifios, en las ideas, las convicciones, las tendencias del padre, de la madre y de los antepasados.» Hubo en mi servicio, de 1867 a 1870, en el hospicio de Bicétre, un Sr. D..., melancdlico y alucinado, que habia sido encerrado después de asesinar a hachazos a unaancianaa quien nunca habfa visto, quien salfa apaciblemente de una iglesia, Algunos afios antes, su hermano, melancélico y alucinado, habia'side conducide a Biostee por el asesinato de un hombre a quien no conocia. Los dos hermanos tentan el mismo estado mental y bajo la influencia de imperiosas alucinaciones del ofdo, cometieron los dos crimenes andlogos. La Srta. H..., observada por Moreau (de Tours), se imagina que el rey Charles X esté enamorado de ella. En reciprocidad le dedica el apego mas tierno. Su pasién la vuelve audaz. La Srta. H... engafia a los guardias del palacio y penetra en los departamentos del rey. Se apoderan de ella y la envian a Charenton bajo la vigilancia de su hermana menor. Algin tiempo 40 La locura compattida después, esta misma hermana es encerrada en la misma casa, aquejada de un tipo de locura completamente parecida. Morel nunca vio la transmision de la locura hereditaria con evolucién similar, presentarse de modo tan impactante a su observacién como en una familia surgida de un padre hipocondrfaco y de una madre afectada de neuropatta proteiforme y dotada, ademés, de una inteligencia débil. Cinco hijos, tres varones y dos mujeres, nacieron de ese matrimonio. Una de ellas, la menor, que por otra parte, tenfa con la primogénita la mayor analogia, tanto desde el punto de vista ffsico como moral, fue confiada pos- teriormente a sus cuidados y sufria de una locura histérica. Los tres hijos, quienes actualmente son hombres de treinta y cinco a cuarenta afios, estan todos marcados por la debilidad y la pusilanimidad de sus caracteres asf co- mo por su parecido fisico. Todos estan afectados en grado mas 0 menos similar de neurosis hipocondriaca; sin embargo, el estado habitual de sufrimiento no les impidi6 tener una existencia comercial bastante activa y de mostrar inte-ligencia en la direccién de sus negocios. Unieron sus intereses y como no pueden vivir separados unos de otros, ninguno decidio casarse, ni los her-manos, ni las hermanas. Cuando la menor estaba aislada en un asilo, las visitas frecuentes de sus hermanos y de su hermana no permitieron imprimir una direccién conveniente al tratamiento; yf los pesares provenientes de una separacion forzada se expresaban de una forma tan intensa, que se debio apresurar el retorno de la enferma para, a su vez, no exponer a los otros a volverse completamente alienados. No es el unico ejemplo que Morel posee de familias de las que todos sus miembros estan condenados a la locura como consecuencia de disposiciones hereditarias, y que voluntariamente se consagran al celibato. En una ge- neracién compuesta de dos hijos y una hija y en la que el padre se habia suicidado, Morel también ha scfialado esta similitud de ideas delirantes y de sentimientos anormales que parecen resumir en una sola entidad mérbida la locura de varios miembros de una misma familia. La hija de la familia de la que hablamos fue confiada a sus cuidados, y los hermanos, con quienes el médico estaba obligado a sostener una correspondencia activa, cayeron indirectamente bajo su observacién. Estos tres seres extrafios, excéntricos y neur6patas al mds alto grado, se crearon la existencia mas desgraciada que se pueda imaginar. Reunidos, no podfan vivir juntos, tanto se influenciaban reciprocamente de un modo molesto por las continuas oposiciones de sus gustos, de sus caracteres y de sus sentimientos; separados, les resultaba imposible aliar su modo de vivir con el de las personas extraiias y sus tendencias al suicidio se desarrollaban entonces con una especial intensidad. La vida de ellos transcurria combinando los modos mis variados de una existencia en comtn, sin nunca esperar otro resultado que el de exasperar sus posiciones enfermizas. Cada uno, individualmente, apreciaba muy bien la situacion del otro, y por sf mismo no podfa llegar a ese estado, que es el indicio de la prudencia y de la razon, saber dominarse y conocerse a sf mismo. Si los neuréticos se transforman propagandose de generacion en ge- neracion, debe reconocerse que la tendeneis al suicidio se transmite de una forma yerdaderamente deplorable. Hay familias enteras, que presas de la fascinacién enfermiza de la muerte, terminan por desaparecer. Uno de mis camaradas de colegio, que habia perdido por suicidio asu padre y a su madre, Legrand du Saulle 41 se tiré en su pozo hace algunos afios. En prevision de la suerte que le esperaba, decfa él, no se casé, En 1852, atendf en la casa de Charenton, a una joven sefiorita inglesa quien a la edad de once afios habia intentado cortarse la garganta con una navaja de rasurar y que ni siquiera intentaba disimular las horribles cicatrices. Bien resuelta a terminar ale vida, era evidente para nosotros que la enferma regresaria a sus tentativas de suicidio, También cuando la familia pidié su salida, debimos, M. Calmeil, Ch. Loiseau y yo, oponernos de una manera formal. El embajador intervino con el comisario de policia, y todas las dificultades fueron levantadas. Dos meses después, Miss W.., adquirié sobre sus hermanas tal ascendiente, que las decidié a morir con ella: las tres jévenes mujeres se asfixiaron. Dos enfermas del asilo Saint-Yon, Srta, L..., observadas por Doutrebente, presentan en lo fisico y moral tipos similares. Las dos tenian tendencias al suicidio. El padre se suicido. Moreau (de Tours) relata el siguiente hecho de Esquirol: tres hermanos se suicidaron en el lapso de algunos afios. Quedaban un cuarto hermano y una hermana. Una fortuna brillante, las raras cualidades, la ternura y la dedicacién de una esposa adorada, tres hijos que daban las mas halagadoras esperanzas, aseguraban al Sr. *** un rango honorable en el mundo y le prometian felicidad; jpero no ahogaban en sucoraz6n el germen envenenado de la afeccién terrible que lo habfa privado de sus tres hermanos! Mas desgraciado atin que estos tltimos, el Sr. ***, consumido sordamente por el mal hereditario, juzgaba, apreciaba su horrible situacién. Fue a consultar a Esquirol: «no puedo, le dijo con sangre fria, defenderme de los mas negros Peentnlenips siento interiormente que debo terminar como mis pobres hermanos; me acosan ideas que terminarén por vencerme a mi mismo y a los cuidados de mi esposa.» Poco tiempo después se matd. La hermana no escapo a la enfermedad comin y se suicidé. Sin afirmar nada de un modo positivo, creo que el delirio de las peecnciones, cuando se acompafia de ideas suicidas, se transmite mas recuentemente y ejerce una influencia mucho mas grave sobre la descendencia de! enfermo. Por mi lado, no tengo todavia sino algunos hechos, pero que son probatorios. IV Del contagio En general se cree, en el mundo, en el caracter esencialmente contagioso de la locura y sorprende de encontrar médicos, religiosos, vigilantes y enfermeros que prodiguen a nuestros enfermos los cuidados que reclama eu estado. Se citan en apoyo de esa opinién algunos hechos muy tristes, es verdad, pero se olvidan siempre de buscar, si en la especie no existia una predisposicin nativa a la alienacion del espiritu. Me ocupé en otro lugar? de la influencia de la imitacién y la admit. No regresaré a esto. Se vio, por los ejemplos curiosos de delirio a dos y tres personas que antes fueron relatados, cual es la parte que hay que darle en alguna medida a la herencia y al contagio, y no abriré un nuevo debate sobre 2 La folie devant les tribunaux, p. 535.

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