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Traduceidn de ROGER CAILLOIS Jonce Freremo LOS JUEGOS Y LOS HOMBRES La mdscara y el vértigo COLECCION PORULAR FONDO DE CULTURA ECONGMICA MEXICO Pai Tit }o-oripinal: Ler Jeux et ler A 1 1987, Eitiri 186, Fema pr fa Wniversidad, 4 FSEN “S68-16-2481-5 Trmpiteans en Méeice era edicién cu franks, Primers edicién e cxpanal, 1986 ise he, Le magi ef le vertige imam, Paris 1A ECONOMICAL S.A nec. V ) OOO Miexien, Dh. Fe INTRODUCCION ‘Los juegos son Innumerables y de multiples es- pecies: jucgos de sociedad, de habilidad, de azar, juegos al aire libre, juegos de paciencia, de cons- trucelén, etc. Pese a csa diversidad casi infinita ¥ CON una constancia sorprendente, la palabra juego evoca las mismas ideas de holgura, de ries- goo de habilidad. Sobre todo, infaliblemente trae consipo una atmésfera de solaz o de diversion. Descansa y divierte, Evoca una actividad sin apremios, pero tambien sin consecuencias para la vida-teal. Se opone a la sericdad de ésta y de ese mode st ve tachada de frivola. Por otra par te, se opone al trabajo como el tempo perdido - al tiempo bien empleado,\En efecto, el juego no -produce nada; ni bienes ni obras.y/Es esencial- Mente ¢. \Acada nueva partida,“y aunque jugatan_toda su vida, los jugadores_vuclyen a encontrarse en cero. y cn lay mismas condiciones qué en el prople pt jing Los juegos de dinero, de apuesta o de-loterfas no son la excepcién: no Crean riquezas, sing que sdlo las desplazan. Bsa gratuidad fundamental del juego ¢s cla- ramente la caracteristica que mds lo desacredi- ta, Es jambién la que permite entregarse a ¢l despreocupadamente y lo mantiene aislado de las actividades feeundas. Desde un principio, cada tual se Convence ast de que el jucgo noes Ki mas que fantasia agra idable ¥ distraccién Vana, sean cuales fueren el cuidado que se le ponga, las facultades que movilice y el rigor que se exija, lo cual se siente claramente en esta frase de Chateaubriand: “La #cometria especulativa lene sus juegos y sus inutilidades, como las otras ciencias,”* En @sas condiciones, parece tanto més signifi cativo gue hist tudios profund: 20 de observaciones repeti hayan creido obligadag juego tna de los resories sociedades, del desarrollo oMadores cmini Ss, ¥ psicélogos escrupulosas Ine. tes luere de es- das y sistematicag, ce del cspiritu de principales, para-las de las manifestacio- Nes mas elevadas de su_cultura, y para el indi- vidua, de su-edneactin moral y de SUL progreso. intelectual, El contrasie en tre una actividad me- nor, considerada insignificante, ¥ los resultados esenciales que de pronto se inscriben én bene Tgig-suyo, se opone fo suficiente a la verosimi: litud para que nos preeun temos si no s& trata de alguna paradoja mas ingeniosa que bien fun- lade, Antes de examinar tas tesis o las conjeturas dé los paneginstas del Juego, me parcee conve mente analizar las ideas implicitas que se rep ten en Ja idea de juego, tal come aparccen en los diferentes empleos de su_sentide propio; cuando tifora. Si verdaderamente & Ja palabra fuera de $e utiliza como me- | juepo.es‘un resorte Principal de la civilizacién, no pucde ser que gus significados secundarios no En primer lugar, en una di colricates y también mas a resulten instructives. 2 SUS acepciones mas tercanns al -gentide th. propio, Ja palabra juego designa no sdle la ac- tlyidad especifica que nombra, sina tambien Ta- totalidad de Tas figuras, de lo simbolos o de los insttumentos necesarios a esa actividad o. al fun. clonamiento de un conjunto complejo, Asf, se habla de un juego de naipes; conjunto de car. tas; de un juego de ajedrez: conjunte de pieras indispensables para jugar a ese juego, Conjun- tos completo. y enumersbles: un elemento de mas o de menos y el juego cs imposible o fal- 30, 4 menos que el retiro o el aumento de uno Ode varios elementos se anuncie de antemano ¥ responda a una intencidn Précisa;: ssi ocurre con el joker en la baraja o eon la ventaja de una Pieza-en el ajedrez para establecer un uilibrio entre dos jugadores de fuerza desimual. De la misma manera, se hablara de wn fuego de dr gano: conjunto de tubos y de teclas. o de un Juego de velas: conjunia completo de las dife- Tentes velas de un navio, Esa idea de totalidad cerrada, completa en un principio ¢ inmutable, conccbids para funcionar sin otra intervenclin exterior que la ‘energia que lo mueve, ciertamen- te constituye: una innovaciin Preciosa en un mundo esencialmente en movimiento, cuyos ele- Mentos son practicamente infinitos ¥) por otra parte, s¢ transforman sin cesar. La Palabra jew [ivezo] designa ademas e] estilo, la manera de un intérprete, musico o comediante, es decir las ca- Facteristicas originales que distinguen de Jos demas su manera de tocar un instrumento o de inlerprétar un Papel. Vinculade por el texto o Por la partitura, no por ello es menos libre (den: {ro de ciertos limites) de manifestar su perso- 9 nalidad mediante inimitables maticeso vatia- clones. ¢ La palabra juego combina entonces las ideas ‘de limites, de libertad y de invencién), En im Tegistro vecino, cxpresa. una mezcla ndlable en que sé leen conjuntamente las ideas complemen- arias de suerte ¥ de habilidad, de recursos re- cibidos del azar ‘ode la fortuna y de la ‘inteli- gencia més o menos nipida que los pone en aceiin y trata de obtener de ellos el mayor pro- vecho. Una expresiin como avoir beau jeu [ser facil algo a alguien] corresponde al primer senti- do, -y otras como jouer sérré [jugar con cautela} ¥ jouer aw plas fin [darselas de listo] remiten al scgundo; ciras mas, como mostrar su fiiego 6, a la inversa, oculfar su juego se refieren tnextricablemente a ambos: ventajas al princi- ploy desplicgue hibil de una estrategia maestra, Ta_idea de riesgo viene, al punts, a complicar elementos de suyo enredados; Is evaluacién de los. recursos disponibles, el caléula-de lag evere tualidades previsibles se acompafian ripidamen- fe de otra especulacidn, Uta especie. de apucsta que supone une comparacion entre cl riesgo aceplado y el resiltady esperado. De alli las lo- CuCIONEes COMO PaNEr en juepo, jugar en grande, fugerse ef resto, la carrera, la vida, o incluso da comprobacion de que ef fdego Ne vide le calc. {ges decir, que el mayor provecho que puede satarse de | partida es inferior al costo de la luz que lo alumbra, Una ver mis, el fuego aparece como una idea singularmente compleja que-asocia un estado de hecho, un elemento favorable o miserable, en 1a e que el azar es rey y que el juzador hereda para bien o para mal, sin poder hacer nada al res« Bette, una aptitud para sacar el mejor partido de esos recursos desiguales, que un calculo sagaz hace fructificar y que Ja negligencia dilapida y, en fin, una eleccién’ entre la prudencia y¥ la auda- cia que aporta una dltima coordenada: la mie- dida en que ¢] jugador est dispuesto a apostar por aquello que se le escapa mds que por ague- Ilo que domina. Todo: juezo es un sistema de teplas. Estas. de- finen Jo que es 6 no ex fuego, es decir lo permi- tide y Io prohibido, A la vex. esas Convenciones $00 arbilrarias, imperativas inapclables. No pueden violarse con ningun pretexto, so pena de que el juego acabe al punto ¥ se estropee por este hecho. Pues tada—mantione la reple-salvo el deseo de jugar; es decir, la voluntad de respe- tarla, Es. preciso jugar al juego o no jugar en absoluto. Ahora bien, “jugar al juego” se dice Para actividades ‘alejadas del juego e inchise fundamentalmente fuera de él,en las diversas ac- siones o los diversos.intercambios a los cuales se trata de hacer cxtensivas algunas convencignes implicitas semejantes a las de log juegos. Tan- ta mas conveniente es someterse a ellas cuanto que ninguna sancidén oficial casliga al compa- nero desléal, Dejanda simplemente de jugar al J juego, este ha vuelto a abrir el estado natural | ¥ ha permitide nuevamente toda Bxaeenin, toda treta'o respuesta prohibida, que fas convencio- nes précisamente tenfan por objeto suprimir, de comin acuerdo. Esta yer, lo que Mlamamos jue- [| _BO-aparcee como un conjunta de restricciones 11 a Voluntarias y aceptadas de buen prado, que ins- fauran un orden estable, x yeces una legislacion ticita en un universo sin ley. (La palabra wego evoca en fin una idea de am- plitude facile de movimiento, una likertad til, pero no excesiva) cuando se habla del jue 8@ de un chigranaje’o cuando se dice que un navio juega sobre su ancla, Esa amplitud hace posible ung indispensable movilidad. El juego que subsiste entre los diversos elementos per. mite el Funcionamiento de MD Mécanismo, Por Gita parte, cse juego no dehe ser exaperado, la méquing Pareceria desbocada, —Sspacio. citidadosaments calculado impide que 8? Stasquec osc desajuste, Juego significa entan. és libertad: que dehe Imanienerse en el seno del Hgor mismo Para que éste adquiera conser —¥8 su eficacia, Por Iq i la manera siguiente: “Ac. cidn recular combinada de Jas diversas partes de una maquina.” En eftcio, una miiquina es un Puzzle de piezas Sontebidas para adaptarse unas 8 otras y funcionar ¢ (tos sentidos implican 1 arrolla pueden en efecto constituir importantes factores de civilizacién, En general. esos distin: E ideas de tutalidad, de re. glay de libertad, Uno de ellos asocia la presencia de limites con la faciltad de inventap dentro de esos limites,| Olro separa entre Jos recursos. be. ~fedadas de [a suerio y el arte de lograr Ia yicto. Tia con el solo concursa de recursos jntimos & inalienables, que no dependen sine de ki apli cacién del celo y de Ja obstinacion personal, Un fercera opone el cdleule ¥ el riesgo. Oira mids invita a concebir leyes a Is veg imperlasas y sin Gra sancién que no seq su propia destruceidn o tndica que 5 conveniente contar CON chert va- tid o cierta dispemibilidad #n.el centro de la mas =SXActa economia, Hay clertos casos en que los limites se-borran y la regla ye disuelve, otfos en cambio en que fa libertad Ta invenciar estan a Punto de des- aparecer, Sin embargo ul juego significa que ambos polos su | Fo gue entre une y alto 48 mantienc in. El juego propone y propaga estructur abstracias, imagenes de am- bientes cerrados ¥ Protegidos, en que pueden ejercitarse compctencias ideales. Esas estricti: —f85 y 6885 competencias son otros tantes mode- lds de instituciones ¥ de conductas. Con toda se uridad no son aplicables de Manera directa’a la realidad Sitinpre confusa ¥ equivoca, compleja « tanombrable. Interises ¥ pasiones no se dejan dominar fSeilmente en ellas, AIN som moneda Corriente fa violencia ¥ la traicién. Pera los mo- delog que los Juegos ofrecen co sliluyen otras tantis anticipaciones ‘del universo reglamenta- 13 do por el que es conveniente sustituir la anar- quia natural, Esa ts, reducida a lo esencial, la argumenta- cidn de un Huizinga, cuando deriva del espiritu de juego la mayoria de las instiluciones que_or- denan a las soci¢dades o las disciplinas que contribnyen a su gloria. El derecho entra sin discusidn en esta cate; yoria: el eddigo enuncia la regla del jucgo goctal la jurisprudencia lo ex. fiende's los casos de litigia y el procedimiento define la sucesion y la Tegularidad de las juga- das. Se toman precauciones bara que todo ocu. tra tun Ja claridad, Ja Precisién, la purexa y Ia imparcialidad de un juego, Los debates s¢ reali- zany cl fallo’ se pronuncia en un recinto de Justicia, de acuerdo con un ceremonial invaria- ble, que evocan respectivamente el &specto: de- dicada al jueso (campo cerrado, pista o arena, fablero para damas o tablera de ajedrez), la Separation absoluia que debe aislarlo del resto del espacio inicniras dure la partida o la andi: cidn ¥, por fin, el Caracter inflexible y original- Mente formal de las reglas en vigor, En el interyalo de Jos actos de fuerza (enlos que el fuego ya na se f#ega), también: existe en Is politica una Tegla de alternancia que [leva nna a uno al poder, ¥ en Iss mismas condicio- Hes, a lus partidos Opuestos. El equipo gobere Rane, que juega correctamente ol Juego, es de- it, de acuerdo con as disposiciones establocidas # sin-abusar de las ventefas que le da el use. fructa momenténea de fy fuciza, eferce ésta sin aprovecharla para aniquilar al adversario o pri- vatlo de toda Sportunidiad de sucederlo en lag 14 5 formas Jegales 4 falta de lo cual. se abre Ja puer faa Ja conspiracidn o al motin, En Jo sucesivo, todo se resumiria en un brutal entrentamiente le fuerzas que ya no scrian’ atemperada, Por fragiles seavenciones: aquellas que tentan como rensecuencia hacer extensivas ala lucha politi. Ca las levyes claras, distantes © indiscutibles: de las. rivalidades cantenidas, No ecurre otra cose en él terreno estético, En Pintura, Jas Teves de ta Perspectiva son en gran Parte convenciones. Engendtan hahitos qué, al final, las hacen Parecer naturales, Tas leyes de la armonia, en ¢l arte de log ver. sos. las dela prosodia ¥de la métrica, ¥ cualquier otra imposicion, unidad o canon en la escultu. Ta, la coreoprafia o el Mente diversas legislaciones. Mas 0 menos ex. plicitas y detalladas, que a la vez pufan y iimitan al creador. Son como ji que él jucga. Por otra Parte, engendran un es. Tilo comin ¥ Teconocible an que ge concilian y s¢ compensan Ia disparidad de gusto, la prueba de la dificultad técnica y Jos Caprichos del pe. mo, Esas replas tienen algo de arbitvaria ¥, de Pncontrarlas extniias o molestas, cualquiera esta autorizado para Techazarlas y Pintar sin pers- Peéctiva, escribir sin Tima ni cadencia 0 compo- her fuera de Jos acordes permitidos, Al hacerla, Ya no juera a] juego sing que contribuye a destruirts pues, (gual queen el Juego, esas reglas SGlo existen Por-¢l respeto que sé les tiene, Sin iembarge, fegerlas es al mismo tiempo esbazar Jas normas fuluras. de una hueva excelencia, de btro jueeo cuye codigo alin vago serd a su ver 5 | tiranico, domesticara la atdacia ¥ prohibira nue- | ¥amente la Fantasia sacrilega, Toda ruptura que | Guiebre ina prohibicién acreditada esbozard ya | otra sistema, no menos estricto y¥ no menos gra- Tito. La propia guerra no es terreno de Ja violen- cla pura, sino que suele serlo de la violencia regulada, Las convenciones’ limitan las hostili- dades en cl tiempo y en el cspacin. Emplezan por una declaraciin que precisa salemnemente el dia y Ja hora en que entra en vipor el nueve estado de cosas, Termina mediante la firma de un armisticio o de un acta de rendiclon que precisa igualmente su fin, Otras- restricclones excluyen de Jas operaciones a lag poblaclones ci- viles, a las cludades abiertas, se esfuerzan por prohibir el empleo de ciertas armas ¥ garantizan el trato-a fos heridos v a los prsioneros, En €pocas dé guerra Mamada cortés, hasta la ea. frategia €s convencional. Las marchas y¥ contra- marchas se deducen y sc articulan como corm binaciones de ajedrez y llega a suceder que los leoricos estimen que el combate no es necesarin para la victoria, Las puerras de ese tipo se em- Parientan claramente con una especie de Juego: mortifera y destructor, pero regulada. Mediante esos pocos ejemplos, se aprecia una especie de huella o de influencia del principio del juego, o cuando menos una COnVerpencia con fsus ambiciones: propias: Con ella se puede seguir fel progreso mismo de la civilizacion, en la me dida en que ésta consiste en Pasar de un universo ‘tosco’a un universe administrada, que ge apoya 16 | | L jen un sistema coherente y equilibrado, tanta de derechos y de deberes como de privilegios y de responsabilidades, El Jucgo: inspira o confirma ese equilibrio, Continuamente Procura Ia ima- gen de un medio puro ¥ auténomo, en que, res- petada voluntariamente por todos, la regla no favorece ni lesions a nadie, Constituye una isla de claridad y de perfeccién, cierto que siempre infinitesimal. y Précaria, y siempre revocable, que se borra por sf misma. Pero esq duracién fugitiva y c5a rara extensidn. que dejan fuera desi las cosas importantes, tienen al menos valor de modelo, Los Juegos de. competencia desembocan en los rles; los juegos: de imitacién y de ilusidn prefiguran los actos del especticulo. Los juegos de azar y de combinacian han dado origen a humerosos desarrolios de las Matemsticas, des- de el cdlculo de probabilidades hasta |a topa- logia. Es claro: el panorama de la fecundidad Cultural de fos Juegos no deja de scr impresio- ante. Su contribucién en el nivel del individuo Bees Menor. Los psicdlogos les reconocen on Papel capital en la historia de la afirmacién de Sten el nifio y cn la formacion-de: su Cardcier, Tos juegos de fuerza, de habilidad, de calenla, 50n ejercicioa y entrenamiento, Hacen ef cuerpo mis vigoroso, mds flexible y Ms resistente, la vista mas peneirante, cl tacto mas sutil, el espi- rit mas melédico o mas ingenioso, Cada juega tefuerza y agudiza determinada capacidad Fisica O intelectual. Por ¢l camino del Placer o de la obstinacién, hace fAeil lo que en un principio foe dificil a agotador, Contra lo que seafirma con frecuencia, el jue- €0 0 ¢5 aprendizaje de trabajo. Sélo en ‘apa- Mencia anticipa las actividades del aduito, El chico que juege al caballo 08 la locomotora no S¢ prepara cn absoluto para ser jinete o meci- fico, ni para ser cocinera Iq chiquilla: que en platos SUpPUeStos prepara alimentos fieticios con- dimentados con especias ilusorlas, E] juero na Prepara para ningin oficig definido; de una ma- nera general Introduce en [a vida, acrecentando toda capacidad de salvar obstdculos o de hacer frente alas diflcultades. Es absurdo y no sitve fn absoluio para salir adelanie en Ia realidad lanzar lo mis lejos posible un mariilla oun disco metalicu, o bien atrapar'y lanzar intermi- nablemente una pelota con Una Tagueta, Pero es ee! tener musculus fiertes y reflejos ra. E] {Uefo ‘ciertamente supone la yoluntad de ganar utilizando al maximo ceos TeClrsos ¥ pro: hibiendose las Jugadas no permitidas. Pero exi aun Ts; es preciso SUPCrar en cortesia al ad. Versario, tenerle confianza Por principio y com- hatirlo sin animosidad. Ademts es necesario aceptar de antemano el posible Fracaso, la mala sett © la fatalidad, consentir en la: derrota sin cGlera ni desesperacién, Quien se enoja o aah, Tada esta Perdido y, antes que_Trecri- fa ae O desalentarse, p] Jugador tiene la posibi- Wad de redoblar sy esfuerzo, Tan dere invita ¥ tcostumbra a escuchar esa econ del dominia de si y a hacer extensiva 18 $U practica al conjunto de las relaciones. y de Tas Vicisitudes humanas cn que la competencia ya no es desinteresada ni estd circunscrita la fatalidad. Aun siendo evidente y ecstando toda. Wie por parantizar, esa frialdad en el momento de los resultados de la accidn mo es poca vir- tid, Sin duds, tal dominio es mas facil en el juego, donde en cierto. modo es de rigor y don de pareceria que cl amor propio se hubiera com prometide de antemano a cumplir con las obli- Baciones, No obstante, cl juego moviliza las diversas ventajas que cada cual puede. haber recibido del destino, su mejor afan, la suerte im. placable © imprescriptible, la audacia de aries- far y la prudencia de calcular, la capacidad de conjugar esas diferentes clases de juego, que a Su ver es juego y juego superior, de mayor com- plejidad en el sentido de que es el arte de aso- Giar ditilmente fuerzas. dificilmente conciliables, En cierto sentido, nada como cl juego exige tanta atencién, tania inteligencia y resistencia Herviosa, Est4 demostrado que el juego pone al Ser en un estado por decirlo asf de incandescen- cia, que lo deja sin energfa ni resarte, una vex Tebasada Ja cima, consumada la hazafa, una vez alcanzado el extremo como de milagro en la proeza o la resistencia. En lo cual también fs meritorio el desapego, Come lo es aceptar Perderlo todo sonriendo, al echar los dados o al voltear un naipe, Por otra parte, es preciso considerar Jos jue- Bos de vertigo y el voluptuoso cstremecimiento uc se apodera del jugador al cantarse el fatal Merheva-plus, anuncia éste que pone fin a [a+ 19 discrecién de su libre arbitrio y hace inapelable ln Veredicto que sdlo de: ¢l dependia cvitar de Jando de jugar. Tal vez de manera Paraddjica, algunas personas atribuyen un valor de forma. cidn moral a ese desasosi¢go profundo aceptada deliberadamente, Experimentar placer con el pa- nico, exponerse a ¢] por voluntad propia para (ratar de no sucumbir ante dl, tener a Ia. vista la imagen de la pérdida, caberls inevitable ¥ no Preparer otra salida que la posibilidad do afec- fir indiferencia es, coma dice Platén hablando de otra apuesta, un hermoso riesgo que vale ha pena correr, Ignacio de Loyola profesaba que era necesa- fi0-actuar contanda silo COnsifo mismo, coma si Dios no existicra, pero recordanda constan. temente que todo dependia de Su voluntad, El Juego no es una escuela menos ruda, Ordena al jugador no descuidar nada para el triunfe y al mismo tiempo guardar disiancias Tespecto a 61 Lo que va se ha fanada puede perderse @ in- cluse se encuentra destinado a ser perdida. La Manera de venccr es mas importante que la pro. Pla victoria -y, en Cualquier cso, mas impar- ante que lo qué esté en juego, Aceptar el Fracaso fomo simple contratiempo, aceptar la victoria Sin embriagucz ni vanidad, con. ese desapcpo, eon esa ultima reserva respecto dela propia ac. | Siénes Ia ley del Juego. Considerar [a realidad | coma un JUCEO, ganar Mas terreng con esos be | les modales, que hacen tetroceder Ju. tacafieria, j la eodicia ye] odio, es evar a eaho obra de civillzacion, Este alepato en favor del espiritu de juego ‘trae a la mente una palinodia que sefiala bre- yemente sus debilidades y sus peligros. El juego ‘comstituye tina actividad de lujo y presupone Wempo para el ocio. Quien tiene hambre no jueza. En segundo lugar, como no se esta obli- g@ado a él y como sélo se mantiene mediante el placer de jugar, el juego queda a merced del aburrimicnto, de la saciedad o de un simple cam- bio-de humor. For otra parte, el juégo esta con- denado a no fundar nia producir nada, pues en SU propia csencia esté anular sus resultados, a diferencia del trabajo y la ciencia que capitalizan dos suyos y, en mayor o menor medida, transfor- Man ¢l mundo, Ademas, a expensas del conteni- do; el juego desarralla un Tespelo supersticiasa 4 Ja forma, respeto que puede volverse maniaco si simplemente se mezcla con el susto por la ett ta, por el pundonor o por la casufstica, por fe eatamientns dela burocracia o de fos pro ttdimientos. Finalmente, el fuego escoge sus di- ficultades, las atsla de su contexto ¥, por decirlo asi, las irrealiza, Que sean o no resueltas no Wene mis consecuencia que cierta satisfaccién OCierta decepcién igualmente ideales. De habi- Miatee a ella, esa benignidad eNgifia respecto a tudeza de las pruebas verdaderas, Acostume bra considerar sdlo elementos examinados y Tesueltos, entre los cuales la eleccién es nece- Sallamente abstracta, En pocas palabras, el jue- #0 descansa sin duda en el placer de yencer el obsticulo, pero un obstéculo arbitrario, casi fic- feio, hecho a la medida del jugador y_aceptada por él En cambio, la realidad no tiene esas de- ficadezas. 21 Le En-esie dltimo punto reside la debilidad prin- cipal del juego. Pero esa debilidad obedece en ultima instancia a su propia naturaleza y. sin ella, el jucgo estaria igualmente desprovisto de Secundum Secundatum su fecundidad. PRIMERA PARTE 1, DEFINICION DEL JUEGO En 1933, Johan Huizinga, rector de la Universi- dad de Leiden, eligid como tema de su discurso inicial Dos ifmitres del juego ¥ de la sertedad en la cultura, En Homo ludens, trabajo original y -yi- goroso publicado en 1938, retomd y desarrallé sus tesis. Discutible en Ja mayoria de sus afir- Maciones, esta obra, par su naturaleza, no deja ; de abrir caminos sumamente fecundos a la in- vestigacign y a la reflexién, En todo caso, el mérito de Huizinga consists en haber analiza- do magisiralménte varias de las caracteristicas. fundamentales del juego y en haber demosirado { la importancia de su funcién en el desarrollo mismo de la civilizacion, Por una parte, inten. taba procurar una definicién exacta de Ja natu- faleza esencial del juego; por otra,-s¢ esforzaba por arrojar luz sabre esa parte del juego que obsesiona 0 vivil las manifestaciones csencia- les de toda cultura: las artes y la filosofia, Is pocsia y Jas instituciones juridicas + incluso cier- tos aspectos de la guerra cortés, Huizinga cumplid brillantemente con esa de- mosiracién. pero, aunque descubre el juego alli donde antes que ¢l nadie se habia atrevido a Peconecer su presencia osu influencia, descuida L deliberadamente la deseripeion y la clasificacién ih de los propios juegos, dindolas por sentadas, 27 Como si todos los Jucgos respandieran a las THis- Mas Necesidades manifestaran indiferentemen- te Ia misma actitud psicolégica, (Su obra no eq un estudio de log:juegns, sing una investigacién sobre [a Fecundidad del espiritu de juego en el terreno de la cultura}y mds precisainente del espirliu que preside cierta especie de juegos: los juepos de Colipetencia reglamentada, E] exa- men de las formulas iniclales de que se vale Huizinga Pata circunscribir el Tampo: de sus anslisis ayuda a comprender extrafias lagunas de un estudio por lo’ demas notable en todos aspectos. Hujzinga define el quego asi: Resumiendo, pademos decir, por tante, que cl Juego, en su aspecto formal, es una accién fibre ejecutada “como si" y sentidea coma Situada fue. fa de Is vida camiente, pero que, 8 pesor de todo, puede absorher por completa al juyador, Sin gle haya cn ella ningin interés ‘material ni $e obtenga cn ‘ella pravecha algune,/que se xje- cuts dentro de aun determinada tient y de un determinado espacio, que se désarralln en un or den sometida a reglis y que origina asociaciones que propenden a rodearse de misterio.o a disfra. “arse para destacarse del mundo habitual2 ' Homo tudens, wad. del PCE, México, 1943, Fe . + 1» Lat, 3, En la pagina 44 sc entuentra otra attain, sence Tit pero tambidn menus lintitativa: = JUtg0 Gs unm geciin u Stlpacién libre, que se Fis 2 5 a talk OS, Semin reglas absolutamente ahi; Sees, aungue libreiente acoptadas. necidin ae ane aa one eS Y8 Scompanada de un sentinien ¥ alberta. y de la conciane| 4 ‘ ole modo" que cee ee Secale de ‘ser de 2s We simplemente ta: Esta definicién, en que sin embargo todas las palabras tienen gran valor y estan Ienas de sen. tido, ¢s ala vez demasiado amplia y demasiado limitada, Es meritorio y fecundo haber captado la afinidad que existe entre el juego y el secreto 6 ¢] misterio,.a pesar de lo cual esa connivencia~ | no podria intervenir en una definicién del fue- eo, el cual casi siempre resulta espectacular si mo es que astentoso, Sin duda el seeretn, el TMisterio y, en fin, ¢l disfraz, se prestan a una actividad de juego, aunque al punto es conve- iene agregar que esa actividad meccsariamente se cjerce en detrimento de todo secreto. La ac- tividad de jucgo lo expone, lo publica y, en cier- to modo, In gasta, En pocas palabras, ticnde a desviarlo de su naturaleza misma. En cambio, cuando el secreto, la mascara y el traje desem- pefian una funcidn sacramental, se puede estar Seguro de que ‘no hay un juego, sino una insti- tuclon, Todo lo que es. misterio o simulacro por na- turaleza ¢sta priximo al juego: y aun es ne- cesario que se imponga la parte de In ficcidn y de la diversidn, es decir, que el misterio no sea teverenciado y que el simulacro ng sea ni prin: cipio ni signe de metamorfosis y de posesién, En scgundo jugar, la parte de Ja. definiciin de -Huizings que considera al juego como una ac- fetin desprovista de todo interés material exchi- puestas y los juegos de "azar, ts decir, por ejemplo, lot garitos, las casi- Ajnos, las pistas de carreras y las loterfag que, {fara bien o para mal, ocupan precisamente un i 20 lugar importante en la economia ¥ en Ja vida cotidiana de los diferentes: puchlos, cierto que en formas infinitamente Variables, perm en las cuales la constancia de la relacién entre azar y Ganancia ts atin mas impresionante. Los juegos de azar, que son también juegos de dinero, prac Hcamente no tienen cabida en la obra de Hui. 7inga. Y ese es un prejuicio que no carece de Consecuencias. Fero tampoco es inexplicable. Clertamente re... - sulta mucha més dificil establecer ndi- dad cultural de log juegos de azar oe mania juegos de competencia, Sin embargo, Ja influen. fia de los juegos de azar no es Menos aprecia- ble, aunque se considere desdichada. Ademas No tomarlos en consideracidn candice a dar del juego una definicién que afirma o sobreentien- de que el juego no leva comsizo hingin inte. res de orden econdmico, Pues bien, es preciso distinguir. En- algunas de sus manitestaciones, el juego es por ef contrario. lucrative o tuinosa 4 lin grade extremo ¥ esté-destinado a serlo, lo cual no impide que ¢sa carscteristica se avenga con cl hecho de que, incluso en sa forma de JHSES por dinero, el juego siga siendo Tigurosa- inente improductive, En el mejor de los casos FI Suma dé gananctas na podria sino igualar Ia ae de las perdidas de los demas jugadores. ae casi Sltmpre es inferior, a causa de jos ae EBenerales, de los impucstos a de los he. ae eee Smnpresario, inica quc no juega o ee BO esta protepide contra el azar por la y Os praindes mMimerog, es decir, el dmico que no puede tomar placer en «| juego. Hey a0 : ‘desplazmmnicnia de propiedad, pero no produc ceidn de Bienes. Aun mas, ese desplaxamicnto no ‘afects sino a los jugadores: y sdlo-lo hace en la ‘medida en que ellos aceptan, por efecto de una libre deci tialidad de can transferencia. (En cfecto, cs ca- Tacteristico del juego no crear ninguna riqueza, Tinguna obra, en lo cual se distineue del trabajo odel-arte. Al final de Ia partids, todo puede © volver a empezar en cl mismo punto, sin que nada nuevo haya surgido: mi cosechas, ni ‘objeto manufacturado, ni obra tra, a tam poco ampliacién de capitalsE! juego es ocasién gasto puro: de tlempo, ‘de energia, de inge- nio, de habilidad y con frecuencia de diners, para ja compra de-los accesorios del juego o posible- Mente para pagar el alquiler del local. En cuan- to # los profesionales, los boxcadores, los ciclis- tas, los jockeys o los actorey que se ganan la vida en el cuadvildtero, en Ja pisla, en el hipd- drome o en Jas tablas, + deben pensar en ja! Prima, cn ¢l salario o en la remuneracién, esta flaro que en ello no son jugadores, sino hombres de oficio, Cuando juegan, es a algin otro juego, on Tenovada ‘en si. Gn fe la even- Por otra parte, no cabe duda de que el juego se debe definir como una actividad libre y volun: tarta, como fuente de alegria y de diversién, Un juego en que se estuviera obligado a participar dejaria al punto de ser un juego: se constituiria En coercian, en una carga de la que habria prisa par desembarazarse. Obligatorio o simplemente recomendado, perderia una dé sus caracteristi- eas fundamentales: el hecho de que-el jugador al se ees en ae s¢ entreza-a dl espontinecamente, de buen grado 7 Ror su gusto, teniendo cada ver Ia total liber tad de prefcrir el retiro, el silencio, ef recogi- miento, la soledad oclosa o una actividad fecun- da. De alli Ja definicidn qua Valéry propone del JUeED! es aquello donde “el hastfa Puede desli- far Jo que habia ligado-el entusiasmo'"? EI juc- 80 86lo existe cuando los jugadores tienen ganas de jugar y Jucgan, ast fuera el Juego mils absorp bente y mas agotadar, con intenclin de divertir. Sey de escapar de sus Prececupaciones, es decir, Para apartarse de Ja vida corriente, Por Jo demas ¥ Sobre todo, es Preciso que cstén en libertad de inse cuando les plazea, diciendo: "¥a na jue. #6 mis." En ofevia, el juego ey esencislmente una oeu- Pacit separada, cuidadosamente alslada del res- fo de Ta existencia ¥ Tealizada por Jo peneral |Hay un espacia Para el juego: Seguin Ios casing, Ha rayuela, el tablere de ajedrez o el tablera de damas, el estadio, la pista, Ig liza, el cuadril4. fer, Ia @scena, Ig arena, etc. Nada de la que octrre en el exterior de Ta Frontera ideal sc toma en cucnta, Salir del tecinto Por érror, por acei- Mte 0 por necesidad, enviar la pelota més alla del terrena, ora descalifica, ora da lugar a un caatizo, Hay que retomar el juego en la Frontera con venida. Lo mismo ocurre con el tiempo: Ia par- fida empieza ¥ termina 9 unia- sefial. Con fre. * Pag! Valtry: Tet quel, 11, Paris, 1943, p. 2. 32 cuencia, su duracidn. se fija de antemano. Es ) deshonroso abandonarla o Interrumpirla sin cau “Sa mayor (eritando, por ejemplo, “tempo”, come ed ere de ninos). Si es posible, = oe longa, tras acuerdo de los adversarios o on ide un drbitrof En cualquier casa, el poate: a PJuezo es asi on Universo reseryado, cerrado _protegida: lint espacio puro.) yes confusas ¥ complicadas de la vida ore Tia se sustituyen, en ese espacio definide ¥ “durante ese tiempo determinado, por teglas pie isas, arbitrarias ¢ irrecusables, que es pre aceptar como tales y que presiden el desarra Io “currecta dela partida, Si las viola, el ‘tramapeso cuando menos finge respetarlas. No las discu- te: abusa de Ja Iesltad de los demas jugadores. Desde ese punto de vista, se dehe apoyar a ei autores sein los cuales fn Scns Iramposo no destruye el juego, El ade rs fropea es el négador que denuneia lo absurdo dedas replas, su naturaleza puramente conven cional, y se niepa a jugar porque el juego no ticne ningin sentido, Sus argumentos son ay futables. El juego no ticne mas sentido que ¢ JUeZO mismo. Ademas, esta es [a razcin de sue su Teglas sean imperiosas y absolutas: ee eteniran por encima de toda discusidn. No hay ninguna razén para que sean come son y no de Stra tancra, Quien no Tas actpla con ese cardc: fer, Mectsatiamente debe cansiderarlas extrava- Bancio manillests, (sélo se JUefa 51 se quiere; cuando se quiere y el tiempo que se quiere, En ese sentida, el juego fs una actividad libre. Es ademas una actividad Incierta. La duda sobre el resultada debe prolon- garse hasta el fiti) Cuando, en una partida de nai. pes, cl resultadd ya no cs dudoso, se deja de Jugary todos muestran su juego. En Ja loteria en la ruleta, se apuesta a un nimero que puede salir ono. En una prueba deportiva, las fuerzas de los campeones deben estar equilibradas i fin de que cada cual pueda defender sy suerte hasta el fin. Todo juego de hahilidad implica definictén ¥ para el jugador el riespa de allar ta iugada, una amenaza de fracaso sin la cual ef Juego dejaria de divertir, A decir verdad eae a quien, demasiada entrenada o monet Oo hébil, gana sin esluerze « infalible- _Un desarrollo conocida de antemang, sin jo Sibilidad de error ai de Sarpnesa, que conduzea Glaramente a un resultade ineluctable, es ineom- patible con Ja naturalera del Juega. Se necesita Ona Tenovacion constante ¢ imprevisihle de la aituacian, tal como la que se produce a cada paae Of cada respuesta en cserima ooen Ful- ay en cada cambio de pelota cn el tenis o a Uso, en el ajedrez, en cada ocasion que uno Ie los adversarins mueve una pieza, E] juego a le en la necesidad de encontrar, de inven: aa emenie Una respuesta ‘gaye es fibre a es de las reglas. Esa Jihertad ie pee Se Margen concedido-a su accidn ete para el Juego y cxplica en parte ol que suscita, Trualmente ex ta que da ra a4 “gon de empleos tan sorprendentes y significati- ‘vos de la palabra "juego" como los que se apre- cian en las expresiones juego eseénico de un artista G fuego de un engranaje, para designar en un caso el estilo personal de un intérprete yen el otro la falta de ajuste de un mecanismo. Muches juegos no implican reglas, De ese mada, no las hay, o cuando menos no fijas y rigidas, para jugar a las mufiedss, al soldado, a policias 4ladrones, al caballo, a Ia locomotora, al avidn ¥, en general, a los juegos que suponén una libre improvisacién y cuyo principal atractivo se deri- va del placer de representar un papel, de compor- tarse coma si sc fuera aleuien distinto o incluso una cosa distinta, por ejemplo una maquina, Pege al cardcter paraddjico de la afirmacién, debo decir aqui que la fiecidn, ¢l sentimiento del como si sustituye a la regla y cumple exac- tamente la misma funcidnm. Por si misma, la tegla crea una Ficcion. Quien juega al ajedres, al marro, al polo, al bacard, por el propio he- cho de pleparse a sus reglas respectivas, se ve Séparade de la vida corriente, Que mo conoce ninguna actividad que csos jucgos pudieran tra- tar de. reproducir fielmente, Por eso se Juega en serte al ajedrez, a-las barras, al polo o al bacara. No se hace: como si, Por el contrario, cada vez Que cl jucgo consiste en imitar a la vida, por una parte el jugador evidentemente no sabra inven- tar y seguir reglas que-no existen en Ja realidad ¥, por la otra, el juego se acompafia de la con- Ciencia de gue la conducta seguida es Fingimien- ta, simple mimica, Bsa conciencia de la irreali- 35

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