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2 Las técnicas, entre emancipacién e ideologia 3Cuil es el propésito de este libro? Reflexionar sobre la cumunicaciou con el tascto de las tres rupturas que se han sucedido en los diltimos cincuenta afios: la victoria de la informacién; el triunfo de las técnicas con la integracién de las telecomunicaciones, de la informitica, de lo audio- visual, y la mundializacién que acelera las dos victorias precedentes, :Cudl es el desatio? Apartar informacién y comunicacién del imperio de la técnica, que frena la re~ flexign sobre la comunicacién en mayor medida que las prestaciones de los instrumentos difuminan los inevitables fracasos de la comunicacién humana y social. Pensar el paso de la informacién a la comunicacién es, pues, destec~ nificar la comunicacion, volver a poner la técnica en su sitio, INFORMAR NO ES COMUNICAR 38 aE aes 1. De la técnica a la ideologia técnica gEn qué consiste la ideologia técnica aplicada a la comuni- cacién? En confiar a los instrumentos el cuidado de resol- ver problemas de sociedades que son ajenos a su campo de competencia. En este caso, es creer que cuantas mis téc~ nicas haya —el dfa de maiiana habré 6.500 millones de internautas, por ejemplo—, més se comprenderin los in~ dividuos. Es subordinar los progresos de la comunicacién humana y social al progreso de la técnicas. Luego, atribuir a dichas técnicas el poder de cambiar estructuralmente el modelo de sociedad. Por ultimo, confundir el sentido de las palabras, hablando por ejemplo de civilizacién y de so- ciedad digital, sociedad de la informacién, democracia di- gital, sociedad en redes... Palabras que remiten a la idea de omnipotencia de la técnica, ya que ¢s ella la que da su nombre a la sociedad a .a que se aplica. Esto equivale a confiundir dos realidades de naturaleza diferente, la técnica y la sociedad, haciendo ce los dispositivos técnicos el co- razén de un modelo de sociedad, sobre todo si tenemos en cuenta que inciden en el hecho esencial de Ia actividad humana: la comunicacién. No se esti hablando de «ocie- dad nuclear» La ideologia técnica no es una ideologia més. Cierta- mente, no hay sociedad sin ideologfa, sin vinculos que LAS TECNICAS, ETRE EMANCIPACION E IDEOLOGE 39 tunifiquen los grupos sociales, en la politica, en la religién © en la cultura..., vinculos que evolucionan a lo largo del tiempo, se recombinan, que son indispensables para la vida social. Lo que critico aqui es la ideologfa técnica, una de tantas, que consiste en atribuir un poder normativo, excesivo, a las técnicas de comunicacién, para hacer de ellas el elemento mi s importante para onganizar y dar sen- tido a la sociedad. Por otra parte, la confusién también viene del vocabulario: la expresién «técnica de comunica~ cién» une las técnicas, en las que en efecto ha habido muchos progresos, con la comunicacién, en la que no ha habido progresos similares. El progreso de kas técnicas, por desgracia, no basta para crear el progreso de la comunica~ cién entre los hombres y las sociedades. Los hombres, sumergidos en un universo de técnicas, se comunican ingjor, en el sentido de una intercomprensién mutua, que hace cincuenta afios? De abi el suefio, que se plantea una y otra vez, de que mejores técnicas permitirén una me~ jor comunicacién. El simbolo de todo esto es el Black- berry», posiblemente en mayor medida que el ordenador. 1 todo, recibirlo todo, enviarlo todo, crea un sentimiento ner el mundo en la punta de los dedos, poder hacer «le omnipotencia y de seguridad. ;Cémo podria fracasar Ja comunicacién, con un instrumento tan poderoso e inte- ractivo? INFORMAR NO ES COMUNICAR 40. =—_o—a—e ¢Las téonicas de conunicacién? Son la comunicacién sin incomue nicacién, Restablecer un continuo entre informacién y comu- nicacién alli donde la comunicacién humana no lo consigue. Estin relacionadas con una ideologia de la transmision que confunde la rapidez y las hazaiias de los instrumentos con la incertidumbre y la complejidad de fa comunicacién humana. Reflexionar sobre las relaciones entre informacién y comu- nicacién es pues, de entrada, destecnificar la cuestion de la comunicacién y recordar que si bien la técnica facilita sin duda la comunicacién humana —basta con remontamos a hace un siglo atris— en la actualidad ya no es suliciente. La mediatizacién, la transmisién, la interaccién no son forzosamente sindnimos de comunicacién. Si, las técnicas han hecho progre- sos considerables que perraiten mejorar las comunicaciones sociales. No, nunca serin suficientes para resolver las apo- rias existenciales de la comunicacién humana... 30 es que nos encaminamos hacia «soledades interactivas»? @Un sintoma de nuestra dependencia de las técnicas de comunicacin? Obsérvese nuestro estado psicolégico cuan- do nos encontramos separados del ordenador y/o el teléfo- no mévil durante mas de dos dias. Inconcebible... A mu- chos de nosotros nos pone enfermos. Esta adiccién dice mucho mis que cualquier discurso. Pero gcémo hacian an- tes, no hace ni treinta afios? g¥ los mis de tres mil millones de individuos que no los tienen? LAS TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION E IDEOLOGIA . 2Y qué valor tiene todo este mundo en tiempo real 0 en simultaneidad, cuando més de mil millones de indivi- duos tienen hambre? Paradoja tanto més chocante, esta dependencia es la marca de nuestra aceptacién de la traza- bilidad, mientras que la emancipacién consistié, durante siglos, en liberamos de todas las dependencias exteriores (religiosas, politicas, etc.). Las técnicas de comunicacién contribuyeron a este movimiento de emancipacién, y en el momento en que el individuo es libre, independiente de toda autoridad, es cuando se sujeta, esta vez voluntaria- mente, a las técnicas que antes le permitieron liberarse. Las eservidumbres voluntarias» son innumerables. El vinculo histérico entre emancipacién y técnica de comunicacién es tan fuerte que, por el momento, la gran mayoria de cusuarios» no ve el nuevo estado de dependencia en el que nos hemos instalado. De instrumentos de liberacién a instrumentos de trazabilidad no hay més que un paso, franqueado en una generacién, sin que por el momento haya habido ninguna reaccién ante este hecho... La técni- ca ha devorado a sus hijos, pues si algo nos gusta de estas técnicas es la velocidad, las prestaciones, la interactividad y los sentimientos de libertad que de todo ello se derivan, muy alejados de una percepcién de la dependencia. Interactividad, la palabra mégica que simboliza la mezcla de libertad y de inteligencia. La adiccién es tal que se ee INFORMAR NO ES COMUNICAR identifica la libertad con el hecho de estar multiconectado Internet, sin embargo, no es mis que una red, también en el sentido de la red que apresa, al contrario de la libertad que simboliza. Por el momento, en Internet s6lo se ve la libertad, no el control. Casi un nuevo habeas corpus, una oportunidad para la emancipacién, para la circulacién, Con la ideologia técnica, pues, se ha pasado al otro lado del espejo. Todo se individualiza, sin problemética colec- tiva, «Hacer lo que quiero como quiero» se convierte en la dibertad digital, garantizada por el «acceso libre» y am- plificada por la «interactividad generalizadav. El despegue es reciente, aunque se encontrarfan muchos puntos en co- miin con las esperanzas inauditas ligadas a la aparicién de la television por cable hace cincuenta atios y de la radio en a década de 1930. La ideologia técnica se nota igualmente en el olvido de kas revoluciones técnicas anteriores: no se compara nunca y se cree que todo ha empezado hoy. Nada de historia, nada de comparaciones. Es también una postura que no soporta la menor ctitica y exige una adhesin total. Con a ideologia técnica, como sucede con todas las ideologias, no hay eleccién. Es todo o nada. Toda critica es asimilada a la tecnofobia y al conservadurismo. {Un ejemplo? Se critica a los nifios por las horas que pasan delante de la televisién, siempre bajo sospecha de producir alienacién. Las TEENICAS, LNIRE EMANCH 43 Pero no se dice nada cuando éstos se pasan las mismas horas frente al ordenador. Casi a la inversa, en éstas se ve la marca de cierta inteligencia y de un espiritu abierto. Algunos suefian incluso con que los nifios se sirvan de esos instrumentos desde la guarderfa. ;Por qué no se toma mis distancia? ;Por qué las crisis y las amenazas no se perciben todavia? El xix y el xx son los dos grandes siglos, tanto para la libertad de informacién, como para la comunicacién y la técnica. Al final del siglo xx aparece la confuusién entre progreso técnico y progreso de la comunicacién. Proba~ blemente sera a principios de este siglo cuando se consiga desacoplar los milagros técnicos y las aporfas de la comuni- jempre cacién, Hasta hoy, las técnicas de comunicacién s habfan acompafiado a los movimientos de emancipacién; hoy la problemitica cambia, pero esto no se quiere ver. Los més dependientes s6lo se refieren a Internet como un sinstru= mento». ¥ al mismo tiempo lo consideran el instrumento que debe «revolucionar» y diberar» las relaciones humanas y sociales. Hay a la vez una seudobanalizaci6n y una hiper~ valorizacién, cuyo resultado ¢s una especie de idea utépi- ca que sustituye a menudo a las ideologfas politicas —ac~ tualmente en crisis— y que corresponde al reinado del individuo, desplazando a los suefos de otros modelos de \ciones sociales y a los medios para domesticar esta INFORMAR NO ES COMUNICAR 44 mundializacién tan incierta, Tal idea ut6pica —y agui reside su fuerza— revitaliza los sucfios de solidaridad, esta vex a escala planetaria. La técnica permite restablecer la continuidad alli donde la comunicacién revela la disconti- nuidad y la incomunicaciéa. Por este motivo, hasta ahora, los hechos se siguen ignorando: desde los riesgos de la tra- zabilidad hasta las amenazas contra las libertades y la reali- dad de las «soledades interactivas», nada parece perturbar el poder del paradigma técnico. 2. Internet, entre utopia e ideologia Antes que nada es preciso distinguir el papel de Internet en las dictaduras y en las democracias. En las dictaduras, y en la misma medida que la radio, la televisi6n, la prensa escrita y el teléfono mévil, Internet suele ser un instru mento indispensable para la libertad de informacion y de critica por parte de la oposicién. Recordemos, sin em- bargo, que la lucha por la ‘ibertad no empezé con Inter net y que desde hace ciento cincuenta afios se han librado batallas importantes. Recordemos también que el instru~ mento no basta para crear la fincién. De entrada, si Am- nistia Internacional y todas las ONG y asociaciones se quedan sin militantes la técnica no seré suficiente por sf LAS TECNICAS, EAVIRE EMANCIPACION E IDEOLOGIA, sola para crear la conciencia critica y la accién politica. Internet esta adaptado a la globalizacién, a condicién de no ver en él al tinico instrumento de los combates por la emancipacién, Porque los poderes autoritatios y dictato- tiales saben usarlo igualmente para aumentar la represién y llevar a cabo campaiias de desinformacién y de mani- pulacién, En resumen, Internet, por muy importante que sea como instrumento en pro de las libertades, no sélo no sustituye a otras técnicas y procedimientos, sino que tam- poco esta desprovisto de ambigiiedades. Hay que destacar igualmente su papel positivo para los emigrantes a lo lar- go del mundo. Estos encuentran cn él un instrumento indiscutible de comunicaci6n, sobre todo en lo referente a las informaciones de la prensa y las informaciones como servicio. Pero Internet no suple la necesidad de cono- cerse. Por el contrario, la amplifica. Cuanto més ficil es intercambiar, més ganas se tienen de verse fisicamente. ‘Tanto mejor. Somos seres sociales, no seres de informa- cién, De todos modos los planteamientos que aqui se van a hacer no conciernen al papel de Internet en las dictadu- ras, sino en las democracias pluralistas. Internet ilustra la seduccion operada por esta mezcla centre utopia ¢ ideologia. Ya he consagrado varios escritos a Internet y las cuestiones clave que plantea (en especial, In- temet, ey después?: una teorta critica de los nuevos medios de co- INFORMAR NO ES COMUNICAR 46 municacién, de 2000), ahora quisiera retomar la cuestion des- de el punto de vista de las relaciones entre informacién y comunicacién. El éxito de Internet, en particular entre los Jjovenes, es innegable, aunque la verdadera ruptura tiene que ver més bien con el taléfono mévil, cualquiera que sea la extensién de los servicios que preste, ya que es, ante todo, el simbolo de la comunicacién humana entre dos, mediante fa voz. El verdadero esp io privado es el teléfono movil, donde todo se puede decir, sobre todo desde el punto de vista afectivo. Lo més importante en la vida privada o pabli- ca pasa cada vez menos por Internet. Antes, recibir correos electrénicos cra un privilegio, casi un simbolo de poder; hoy es una carga. Todo el mundo se pasa el tiempo envién- dolos, pierde un tiempo increible ebajandose e-mails», selec~ cionandolos y respondiendo. La informacién accesible se ha convertido en una tirania. Para trabajar en serio hay que apartarse de esa facilidad técnica, recuperar tiempo. A veces el suefio se convierte en pesadilla, en la medida que, como se sabe, las informaciones més importantes vinculadas al ejer- cicio del poder y las decisiones nunca se difunden por In- temet, sino por teléfono o de viva voz. En suma, la extraor dinaria apertura de un espacio de informaciones interactive pot Internet no cambia fiandamentalmente la relacién muy compleja con la que los individuos gestionan y manipulan las relaciones entre informacién y poder o secreto y rumor. Las TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION E IDEOLOGEA Tampoco en este caso basta la capacidad técnica para cam- biar las relaciones del hombre con el poder y la informacién De todos modos tampoco esti sélo Internet. También estin —y en proporciones todavia mayores— la radio y la televisiGn. Las ciftas obligan, por otra parte, a relativizar y a ineroducir algunas comparaciones. Cuatro mil quinientos millones de radios, tres mil quinientos millones de televi- sores, dos mil quinientos millones de teléfonos méviles, mil ochocientos millones de ordenadores. También hay que recordar que la convergencia técnica entre la informatica, las telecomunicaciones y lo audio- visual no significa, de todos modos, el fin de las diferen- cias de identidades y de estilos... El soporte no es el contenido. Si lo fuera, el cine hubiera tenido que desaparecer hace cincuenta afios con la Iegada de la televisién. La relacién de fuerza entre estos tres gigantes provocari todavia mas fusiones industriales, financieras, técnicas, pero no por cllo todo se mezclaré con los servicios y aplicaciones. Al contrario, cttanto mis se racionaliza la técnica y ésta retine voz, imagen, texto y sonido, més afectan las diferencias de orden cultural a la naturaleza de la actividad, o sea, lo més importante. Esta es la batalla de pasado mafiana. Hoy dia lo que fascina es la batalla técnica, con la multiplici~ dad de las aplicaciones; mafiana serd la de Ja diversidad de los contenidos. INFORMAR NO ES COMUNICAR 4B pos coe 4Cuiles son los elementos de seduccién de Intemet desde el punto de vista de las relaciones entre informacién y co- municacién? Las palabras que se nos ocutren son potentes y exactas: libertad, movilidad, elasticidad, rapidez, interacti vidad, iniciativa, participacién, innovacién, juventud, con- fianza, reactividad, contrapoder, emancipacién y globaliza~ Cin. Tres palabras resumen la atraccién de Intemet: rapidez, libertad ¢ interactividad. Una ruptara cultural y generacional respecto a los medios de masa. El reino del individuo, la vic~ totia de la informacién que uno va a buscar donde quiere, cuando quiere... y esa sensacién de ser inteligente, compe- tente, de estar al dia, de ser capaz de circular sin tener que pedir autorizaciones. En una palabra, tener confianza en uno mismo. Todo esto es cierto, Con Intemet se tiene la im- presién de salir de las instituciones y de sus corsés. Todo es posible, es una frontera verdaderamente nueva. E] individuo y la informacién son los reyes, y para toda esta generacién se trata de una «utopfa politicay: atravesar los poderes, las es tructuras, crear otras solidaridades. Atreverse a usar el humor y [a distancia, salir de un espacio oficial sobreinformado, in- ventar un vinculo distendido y alguna forma de utopia para generaciones que se vieron privadas debido al fin de las ideologfas y el economismo dominante de la mundializa~ cién. Un contrapoder, en todo caso, que permite expresar~ se y tomar la palabra, sin reglamento y sin jerarquia. Las TECMICAS, ENTRE EMANCIPACION F IDEOLOG! —_——r—=r=————EO 17 Su firerza consiste en no ser una utopia politica en el sentido clisico, con un pensamiento global sobre la edifi- cacién de una nueva sociedad con sus jerarquias y sus territorios, Es una suma de pequefios arreglos, de iniciativas y de libertades que liberan de la geografia, de las fronteras, y que toman la mundializacién, sin muchos apriorismos ne- gativos, como espacio de referencia, tratando de actuar de un modo pragmitico. En este aspecto si que nos encon- tramos, ciertamente, en el espacio contemporineo; aunque lo mismo ocurre con los medios de masas que, en otto regis tro, desempefian un papel de vinculo social y, simulténea mente, de ventana abierta al mundo (véanse Elagio del gran piilico: Una teoria critica de la televisién, 1992, y Penser la com- munication, 1997). Al contrario de lo que reza un tenaz es tereotipo, Internet y la televisién son, desde este punto de vista, complementarios: Intemet permite salir de los terri- torios, mientras que la televisién, finalmente, los asegura. De todos modos, Internet es interesante por las parado- {jas que suscita. Por un lado, relanza la prictica de lo escri- to, por otra parte la desvaloriza, pues todo se escribe y se difunde, sin seleccién ni jerarqufa. Revalorizacién y desa cralizaci6n de lo escrito al mismo tiempo. Con esa condi- cién extrafia de escritura mezclada y sin sancién, en la que encontramos tanto informacién-servicio como confi- INFORMAR NO ES COMUNICAR 50 aS dencias, expresién, testimonio... Otra paradoja: todo el mundo queda fascinado por el volumen de informacién a Ja que puede acceder, pero nadie se plantea la pregunta de qué se hace con ella socialmente, a través de la comunica- cién. Un poco como si Internet operara un milagro: la Gnica técnica en la que Ja informacién engendraria, sin dificultad ni resistencia, un vinculo directo entre infor- macién y accién, expresia y autoridad. Un dispositive que simulténeamente permitiria la expresién, la interacti- vidad, el mando, la informacién-servicio, la critica y la autoridad, la informacién y la comunicacién... Ademés, si bien los motores permiten busquedas muy amplias, ello es a menudo a partir de la légica de las palabras clave, lo cual supone la desvalorizacién de criterios mas complejos liga~ dos al entrecruzamiento de saberes y crudiciones, El acce- so inmediato a todas las bibliotecas digitales no simplifica la relaci6n con el conocimiento. ¢Cdmo proteger la liber- tad intelectual y la creacién en este universo donde todo es accesible, cuando la distincién entre produccién y utilize- cién se borra y la capacidad técnica de reproducir conteni- dos de manera instantinea impide toda medicién econé:ni- ca? Donde estan los lugares y los espacios de legitimacién cuando todo el mundo interviene? Del mismo modo, la regulacién, que con todo es indispensable, resulta dificil de organizar, como han puesto de manifiesto las dificulta- LAS TECNICAS, ENTRE EMANCIPACIGN E IDEOLOGIA : des del proyecto HADOPI, que ilustran lo estrecho del camino que queda entre la libertad de expresi6n, la ga- rantia de las fronteras entre vida privada y vida pablica, y la proteccién de los derechos de autor. A grandes rasgos, gcémo se puede vivir en un universo al mismo tiempo sa- turado de informaciones y memoria, que deja poco lugar para los proyectos de accién contemporanea? Si Internet es el simbolo de las tecnologias de la infor- macién, lo que le da sentido es la biisqueda de otra co- municaci6n: los internautas buscan ante todo, crear otras relaciones humanas, otras solidaridades. El otro, mas que nunca, constituye su horizonte. Un océano de informacio— nes, no hay duda, pero sobre todo siempre con la misma pregunta: gcémo entrar mis ficil, libre y auténticamente en relacién con alguien? Internet, el emperador de los sistemas de informacién, vuelve al eterno tema de la comunicacién humana: «gHay alguien, en algén lugar, que me ame?». Y las redes sociales como Facebook no son mas que la version moderma de Le Chasseur Frangais, con todas las biisquedas de vinculos afectivos y sociales. La expresién «redes socia- les», por otra parte, lo dice todo. Més alla de las redes, lo que prevalece ¢s lo social, 0 sea lo humano. :Cémo encon- trarse con mis facilidad? Con un suefio de igualdad, visi- ble en la l6gica «peer to peer» nos buscamos y somos todos iguales. Desde la web hasta los blogs, pasando por los tvitters IyFoRMAR No ES COMUNICAR y las miitiples redes, se trata siempre de la béisqueda de otra comunicacién humana, mis libre y auténtica. Esa soledad rampante, terrible en Jos lugares urbanos donde todas las estructuras sociales y familicres han estallado, suscita, con raz6n, la necesidad de construir nuevos vinculos comunita~ rigs, Internet, un medio para la lucha contra esta nueva rea~ lidad: libres, pero solos. Un instrumento a la medida de generaciones mis generosas de lo que se cree, que, bajo el cielo hoy dia mis bien poco clevado de las utopias politicas, buscan otras relaciones, con humor ¢ ironfa, como tratando de navegar por las trampas y callejones sin salida de la His- toria Por supuesto, lo esencial de Internet no esti ligado a esta busqueda de la comunicacién, sino mis bien a los proble- mas planteados por la inmersidad lucrativa del reino de la informacién como servicio. Aunque no hay que subesti- mar la biisqueda de libertad, de igualdad de la comunica cién que anima a los jévenes internautas. Bl fin de las soledades innumerables. El individualismo de Internet simboli- 2a también la bitsqueda de un otro colectivo. Se est4 cons- tantemente entre utopfa ¢ ilusién técnica, El tiempo, los fiacasos y los logros irén estableciendo distinciones entre servicio, mercados, desahogo, emancipacién y utopia poli- tica, A condicién de que el mundo «adulto» no sucumba, a stt vez, a ese seguidismo técnico para parecer moderno. Las TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION E IDEOLOGIA Las ilusiones guardan proporcién con las proezas y las utopias de las que Internet es objeto. El mayor espacio de libertad es también el de las mayores perversiones financie~ ras, criminales, mafiosas 0 pornogrificas, y es la mayor revista de rumores y manipulaciones, ya que en ella lo esencial de las informaciones no esti validado. Pero de momento el Lejano Oeste seduce mis que la idea de regla- mentaci6n politica que acabari imponiéndose, como con la prensa, la radio, la televisi6n, cuando los escdndalos lle~ guen a ser demasiado violentos. Internet no podra per- manecer fuera de la ley y tendré que abandonar la ideolo- gia de la desregulacién, verdadero doble de la ideologia técnica. Curiosamente, incluso con la crisis actual del ca~ pitalismo financiero, todavia no se habla de la necesidad indispensable de reglamentar Internet. Aparte de esto, la trazabilidad generalizada, enmascarada por la vivencia del sentimiento de libertad y de omnipotencia, puede poner en cuestién los fandamentos de las libertades péblicas y privadas adquiridas con dificultad en tres siglos de batallas politicas. Pero da igual, la ley es percibida como liberticida, cuando desde siempre la ambicién de la ley en las demo- cracias no ha sido matar las libertades, sino protegerks. «Voy a comprobarlo en Intemet.» Omnipresente, esta frase traduce una inmensa ingenuidad acerca de la cues- tion de la verdad. Y en la calle, cuando nos paseamos, no IvrORMAR NO ES COMUNICAR pasa ni un minuto sin que alguien pronuncic la palabra Intemet, Se pasa enseguida del sentimiento de la libertad individual a la realidad de la dependencia y de la trazabili- dad. Una trazabilidad que, por otra parte, es mucho mas pemiciosa que la relative al control mediante ficheros. Hoy y mafiana, gracias especialmente a los chips RFID, se sabré mucho mis del comportamiento de los individuos. Y la trarabilidad pasara de los nombres y los ficheros, ya polé- micos (véase la batalla por EDVIGE), a la trazabilidad en lo conceriente a la personalidad y sus comportamientos Los individuos y los grupos probablemente no se dejarén encerrar cn esta sociogrefia comportamental, pero hay riesgos. Ademés, :qué se hace con el tiempo que se gana con Internet? La velocidad de la informacién, inseparable de cierto vértigo de omnipotencia, se convierte también ex. un medio para «zapear la alteridad, la cual, por su par~ te, requiere tiempo. El tiempo, principal enemigo de Intemet. Zapeamos, pero limando has diferencias. De todos modos, los conocimientos no progresan, ni se intercambian, ni se integran a la velocidad de las informaciones; pero incluso son indispensables para resistir a ese zapping cognitive y para dar un sentido a un océano de informaciones. Velo- cidad y horizontalidad. 3Por qué no? Pero zhasta dénde, con respecto al espesor de Ja realidad, la lentitud de los conocimientos y la incomprensién del mundo? Es preciso yh 1 del mundo? Es LAS TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION # 1DEOLOGIA respetar, por encima de todo, la frontera politica, formada por tantos siglos de batallas, entre el espacio piblico y el espacio privado. Hacerlo todo piiblico acerca de uno mis- mo y los dems no es un progreso. No todo es transparen- te y comprensible de manera inmediata. ‘Mis all de esto, la cuestién sigue siendo la de la expe- riencia: la necesidad absoluta de dejar las redes y las técnicas para volver a experimentar la «realidad real» social, humana y alectiva. Tengamos cuidado con los esquizofiénicos de las redes sociales, a las soledades interactivas, Las «amistades digitales» deben reencontrarse con la realidad, pues ahi esta Ja prueba, una vez apagadas las miquinas. Reencontrarse con la realidad mas que vivirla en la pantalla. Lo que también gusta en Internet es esa abundancia de informaciones que da casi un sentimiento de omnipoten- cia. Pero cuidado con Ja «malinformaciéno y la «infobe~ sidad», en las que todo se mezcla, en el presente y en el pasado. Entre la velocidad y la omnipresencia de las me~ morias, ;qué queda para el presente y sus proyectos? C6 mo evitar el encerramiento de las comunidades mundiales, incapaces de abrirse y de tolerarse unas a otras? La descon- fianza ante Ja alteridad y la tendencia a refugiarse en un comunitarismo mundial son compatibles con la generali~ zacién de los sistemas de informacién. Comunicarse con los que se parecen a ti en el otro extremo del mundo no . INFORMAR NO ES COMUNICAR facilita la convivencia con el extranjero, el inmigrante 0, simplemente, el otro que hay mas abajo en el edificio. La tolerancia en relacién al otro, fimdamento de toda comunicacién normativa, no tiene gran cosa que ver con la velocidad de intercambio de las informaciones. Las rela~ ciones humanas y sociales son mucho més complicadas que Facebook o que susfear por Internet. Y en los blogs, twvit- ters, web y otros flujos, zqué hay del silencio, de la duracién y del distanciamiento? Todo puede ser interactive? Y no seri el mito del «Internet de los objetos», mediante RFID, el que haga més simple esta problemitica. Hablar de «comunicacién entre objeto raya con el absurdo, o bien supone haber climinado definitivamente la comunicacién humana. Ya tiranizados por .os innumerables correos elec~ tr6nicos intercambiados, los individuos, al borde del abis~ mo de la comunicacién, se conectarin con chips interacti- vos de objetos inanimados.... Superhumanismo. Qué hay que inventar todavia, a modo de antropomorfismo de las técnicas y reificacién de la comunicacién humana? La Internet 3.0 de los objetos, colmo del refinamiento técni- co? Ni las palabras. tan s6lo es el robo ridiculo de todo el sentido de Salir del presente a ultranza, reintroducir la historia de las técnicas de comunicacién y de sus utopias. Recordar que la vida no empieza con la red y que millones de indi- Las TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION F IDEOLOG! viduos viven hoy, piensan, crean ¢ imaginan sin Internet. Relativizar el aporte de una técnica que nos encierra en una historia sin historia, ahogindonos en un océano de informaciones que, finalmente, son sincrénicas, Internet 0 el suefio y la ilusién de un espacio técnico donde el tiem- po, de tanto ir deprisa, ha acabado por detenerse. El inter- nauta, un individuo tentado por salir del espacio y el tiempo, desembarazado del otro —demasiado diferente y busca de su alma gemela en una especie de nueva reali~ dad, més o menos indiferente a las cuestiones sociopoliticas planteadas por Internet. He aqui lo que seria la mala salida de la Historia, Inter- net podria ilustrar lo peor de la ideologia técnica, 0 sea, la sumisin al instrumento; la indiferencia por el receptor como figura de la alteridad; Ia ilusién del tiempo deteni- do; Ja reduccién a intercambios en Iinea. ¥ en esta deriva posible, aunque no ineludible —pues la historia nunca esté escrita por adelantado—, las elites y los politicos tie~ nen responsabilidades aplastantes. El seguidisino para parecer modero, Con una responsabilidad particular de los cienti- ficos, que hubieran debido ser los primeros en decir que el rey estaba desnudo, pero que tuvieron ganas, por una vez, de ser «modernos», Los politicos se precipitaron ensegui- da, también ellos, para parecer modernos. Salvo que, para~ déjicamente, imaginaran que el contacto con el ciudadano . INFORMAR NO &S COMUNICAR serfa més facil si le hablaban por medio de blogs y no mediante una relacién directa, La interactividad para suplr una comunicacién humana dificil Y, a modo de complemento, los gadgets de la democracia electronica, que tenian que erelanzar» la participacién de los ciudadanos en la polfsica, olvidando que la politica nunca puede ir a la velocidad de la informacion. Internet no podri ser el nuevo motor de la democracia, porque la cuestién del poder no es sélo una cuestién de informa- cién, sino de valores y de comunicacién humana. Para terminar, el iltimo mito, ya muy presente antaiio con la tadiv y hace poco von la wlevisiGu; Internet como condi cién de la democratizacién del saber y de la cultura. Todo en Internet, para democratizar el acceso al saber y la cul- tura, olvidando que ambas son inseparables de experien- cias humanas y sociales que nada tienen que ver con el acceso inmediato de todos a todo. En pocas palabras, spor qué las elites, en particular las cientificas, que deberian haber sido las primeras en relati- vizar la «revolucién Internet», son tan conformistas y no guardan ninguna distancia humoristica frente a lo que se nos presenta como el porvenir radiante del mundo de ma- iiana? Las elites habrian pedido limitarse a reubicar en el tiempo, comparar y finalraente distinguir la proporcién entre la parte de apertura, de expresin, de espacio critico Las TEENICAS, ENTRE EMANCIPACION F IDEOLOGLA 50 - 5 y, por otro lado, la trazabilidad, el narcisismo, la estandari- zacion y la racionalizacién inherentes a un sistema técnico de informacion. ;Por qué esta dimisién del pensamiento y este seguidismo conformista? 3. Salir de la ideologia técnica La ideologia técnica se manifiesta especialmente en la apli- cacién de los modelos de la cibemnética a la sociedad, con la esperanza de mejorar su racionalidad y su funciona- miento. No es més que la parte visible del sistemismo, es- pecie de ideologia de la racionalidad que se aplica tanto a lo que deberia ser Ia relacién con la naturaleza como al funcionamiento de la sociedad y las relaciones humanas EI sistemismo se ha convertido un poco en ideologia glo- bal, reeditando de un modo mis sofisticado el positivismo cientifista del siglo xxx. Al final todo se mezcla. La emergencia del pensamiento complejo en el campo de la teoria de los sistemas sirve para refandar diversas teorfas del conocimiento y para revitalizar ideologfas positivistas, como la ideologia técni- ca. Pero con esta especificidad, tal ideologia se aplica a la informacién y la comunicacién, que estin en el coraz6n de Ia experiencia humana y del fancionamiento de nues- INFORMAR NO ES COMUNICAR 60 - — ~ tras sociedades. No estamos, pues, ante una ideologfa «pe- riféricay sino en el corazén de la modernidad, con el mo- deo de Ia libertad de los individuos y la biisqueda de otras relaciones sociales. Se comprende, pues, por qué la ideo- logia técnica tiene tal éxito, a menudo identificado con un «nuevo humanismoy. Son muchos los que de buena fe sofiarfan con que las relaciones humanas y sociales fancio- naran con la misma eficacia que los modelos cibernéticos, la teoria de Los sistemas y las redes. Restablecer la discontnuidad entre el pensamiento racional, el sistemismo, Jas técnicas y el funcionamiento de las relacioncs humanas y la sociedad cs, por Jo tanto, indispensable para evitar les seducciones y las ilusiones de la ideologia cientifica y téenica. Ayer esta tiltima, a partir de la conquista de Ja mater‘a y de la naturaleza, crefa poder dar nacimiento a un nuevo modelo de sociedad. Hoy, con los sistemas de informacién y las metéforas ligadas a la bio- logia y a la teorfa de los sistemas, parece adaptada al fun- cionamiento de la sociedad en red. Se trata siempre de adoptar la misma decisién teérica: establecer 0 no una continuidad entre el pensamiento, los sistemas técnicos y la sociedad; entre la informacién, la comunicacién y los hombres. La ideologia cientifica y té- nica, hoy dia adosada a la racionalidad de la teoria de los sistemas y de la complejidad, cree poder refundar un nue- ACION © TFOLOGEA LAS TECNICAS, ENTRE EMAN¢ ot vo modelo de sociedad, més elistico e interactivo que el de antes, centrado en la jerarquia y la estabilidad. Y el pensa- miento critico es siempre el mismo: recordar la diferencia de légica que hay entre las problemiticas de las ciencias y Jas técnicas, las de los hombres y las de las sociedades. De ahi que la teoria de la comunicacién que defiendo, que insiste tanto en la discontinuidad, la incomunicacién, la negociaci6n y la convivencia, remita a esa tradicién del pensamiento critico, que quiere mantener la diferencia de naturaleza entre las ciencias, la sociedad y los hombres. Lo mismo ocure cuando subrayo la importancia del conflicto de legitimidades, feenve al cual se debe hacer todo lo posible para preservar las diferencias de légicas entre las tres gran- des relaciones con el mundo que son la informacién, la accién y el conacimiento, En realidad, hay un conilicto epis- temolégico permanente entre quienes elaboran teorias de la unidad y quienes hablan de discontinuidad. La parado- ja es que la historia de las ciencias recientes, tan inter- disciplinarias —ciencias del universo, de la vida, del me- dio ambiente y de la comunicacién— refuerza mis bien el segundo punto de vista, que privilegia la discontinuidad, sin que este hecho haya tenido la menor influencia sobre la corriente dominante, centrada en la unidad. El conilic to, muy antiguo, entre las teorias deslumbradas por la uni~ dad y aquellas que aceptan la discontinuidad se reproduce INFORMAR NO BS COMUNICAR 2 - - ET en el lugar que las ciencias sociales conceden a una teoria de la comunicacién. Las doctrinas que insisten en la omnipotencia del poder y, por lo tanto, en la capacidad para manipular a los ciuuda- danos, no creen en la autonomia del receptor. Las doctri- nas que, por el contrario, tienen una visién més abierta y conflictual del poder, valorizan una situacién en la que el receptor puede oponer resistencia Volvamos a la ideologia técnica en el dominio de la comunicacién, Dejar la ideologia técnica es abandonar el tecnicismo: recordar que los progresos de la comunica~ cién humana no son propurcivnales a los progresos de las técnicas; separar comunicacién y técnica, que durante cien afios han estado vinculados en el mismo movimien- to de emancipacién, E] progreso técnico ya no es sinéni- mo de progreso de la comunicacién, del mismo modo que informar ya no es comunicar. La omnipresencia de las téc~ nicas ha acabado con todo espiritu critico, hasta tal punto que para muchos la comunicacién sin técnica ya no es posible. La red se convierte en Ia palabra magica. Pero, para empezar, una red agrupa —pues ésa es su fuerza y su seduccién— a quienes tienen puntos de vista en comin. Sea cual sea su extension, una red esté, de entrada, del lado de lo mismo y de la comunidad. Tal es la razon de que sean muchos los que quieren estar en las redes. Qué LAs TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION F IDEOLOGIA, | cocurre entonces con la problemitica, mas complicada, de la sociedad, en la que es preciso reunir, no s6lo a quienes tienen valores e intereses en comén, sino también a todos aquellos, mucho més numerosos, que son diferentes? La convivencia, como horizonte de la comunicacién, no tiene nada que ver con la comunicacién en red, vecina del comunitarismo, Y el desaffo de Ja mundializacién no es gestionar la Logica comunitaria, sino la de la heterogeneidad en una perspec tiva de convivencia. La sociedad en redes ¢s afin al mode- lo individualista y comunitario, y elude el modelo, més complejo, de la alteridad y la sociedad. En wealidad, bay que reiuoducie distancia bistorica y geogrifica. Revalorizar a los autores, muy numerosos, que tras la primera guerra mundial fueron los primeros en cuestionar el cientifismo y el tecnicismo que habfan facili~ tado las industrias de Ja muerte. En aquella época, la criti- ca de la omnipotencia técnica fue ficil de entender, pues el recuerdo de las masacres estaba omnipresente. Ellos osaron decir que Ia técnica podia ser barbara, El debate resurgié con timidez con la bomba atémica, pero desde hace cuarenta afios el progreso, tan fascinante sobre todo en las técnicas de comunicacién, ha ocultado el resto. O, mis bien, estamos seguros de que con ellas hemos encon- trado las «buenas técnicasy. En este punto estamos, con una reflexién critica histérica y teérica bloqueada y anes- INroRMAR NO BS COMUNICAR tesiada. Hay que salir de la técnica, explicitar los vinculos entre teorias de la comunicacién y teorias de la sociedad. Por eso, dicho sea de paso, nunca se rendiné el homenaje que merecen a la escuek: y a los profesores, quienes, ellos si, saben desde siempre que lo esencial de la educacién, mis all de las informaciones y de los conocimientos, pasa por ese diélogo tan complejo entre los seres vivos. Ellos saben muy bien que las técnicas, desde Ia radio hasta la televisién y hoy dia el ordenador, abren nuevas pistas para la pedagogia y la ensefanza, pero saben también, por experiencia, que por muy interactives y seductores que sean los canales, no tienen la eficacia de la comunicacion humana —ésta si, imperfecta y turbadora—, sin la cual no se transtniten ni los conocimientos ni educacién. 2Qué prucba tenemos de la omnipresencia de la ideolo- gia técnica? Ningtin debate politico sobre su sentido y reglamentacién. La izquierda y la derecha se han puesto de acuerdo en Europa, tierra, sin embargo, de larga tradi- cidn critica cientifica y técnica, para no abrir la caja de Pandora y de la comunicacién y seguir confundiendo progresos técnicos con progresos de la comunicacién. Por todas partes la misma ideologia del progreso, identificado con las técnicas, Sin una mirada histérica y comparativa Los politicos de todas las familias podrian recordar esta evidencia: las nuevas técnicas sélo pueden favorecer el CAS, ENTRE EMANCIPACION & IDEOLOGIA —————— 65 individualismo si el vinculo social previamente existente no esti amenazado. De lo contratio, la anomia y la anarquia son lo que puede resultar del aumento de las relaciones segmentadas en el vinculo social. Toda crisis econémica, politica, religiosa, revela la primacia de lo colective sobre lo individual. Volver a poner el individualismo en pers- pectiva es esencial para recordar la importancia del vincu- lo social y de la sociedad frente al comunitarismo. No porque los hombres usen los mismos instrumentos en todas partes piensan de la misma forma, ni tienen la misma vision del mundo. Por iltimo, hay que recordar sin cesar que lo propio de las industrias culturales, y sobre todo en la comunicacién, viene de la superioridad de la légica de la oferta y de la creaci6n frente a la de la demanda y los gustos. La oferta siempre es més compleja que la demanda, pues consiste en asuimir el riesgo de producir informaciones y programas para piiblicos, no siempre identificados, a los que se espera poder intercsar, sin ninguna garantia. Y cuanto més gene- ral es un medio, més dificil es la tarea, pues se trata de movilizar a piblicos muy diversos. La légica de la deman- da, en particular en materia cultural, es por el contrario mucho més ficil, porque consiste simplemente en ofrecer aquello que los ptiblicos quieren. Y esto siempre se justifica con esta frase demagégica: «Sed libres, consumid sdlo lo INPORMAR NO ES COMUNICAR que os interese». Responder a la oferta obliga a abrirse y a salir de uno mismo. Privilegiar la demanda es mis satisfac torio, con el riesgo de encerrarnos en los guetos. La pren- sa, la radio y la televisién tienen que ver mayoritatiamente con una légica de la ofertz, mientras que Intemet respon- de a una légica de la demanda, Ambas son complementa~ rias, y muchos individuos se han emancipado, desde hace una generacién, gracias a los progresos de esta logica de la demanda. A condicién, de todos modos, de recordar que la dificultad sigue estando mis bien del lado de la oferta, 0 sea, el riesgo de la creacién. 3 Hazaiias y derivas de la informacién La informacién es la verdadera victoria del siglo xx, con sus tres dimensiones: prensa, vinculada a la politica; servi- cio, vinculado a la economia, y conocimiento, vinculado a las industrias del mismo nombre. Sin olvidar la informa- cién relacional, en el corazén de la comunicacién huma- na, que atraviesa todos los medios sociales y organiza nuestra vida de todos los dias. En suma, la informacién, en todos Jos sentidos de la pa- labra y con todas las ambigiiedades imaginables, es uno de los valores centrales de nuestras sociedades abiertas, cuyo espectro cubre por completo, desde el mas noble y nor- mativo hasta el mds banal y funcional. INFORMAR NO ES COMUNICAR HAZARAS Y DERIVAS DE LA INFORMACION 1. La informacién, actor de todas las emancipaciones La historia de Oceidente y su emancipacién, asi como la del mundo en general, es indisociable de la batalla por Ja libertad de la informaci6n, eje central de todos los com~ bates por la emancipacién. No se insistird nunca lo bastan- te en este hecho. Aunque hoy dia la informacién esté en- treverada con todas las relaciones de poder Higadas a su industrializacién, no pierde esta dimensién de emancipa cidn. Es la condicién para la apertura de la globalizacién, el primer paso hacta la comprension del otro, La informacién es siempre la condicién del espiritu cri- tico, pero hoy algo cambia, sin que se midan bien las con- secuencias: todo el mundo sabe y lo ve todo, casi en tiempo real. Domo afectars esto al indispensable espiritu critico? Porque el pluralismo mundial de la informacién, vinculado especialmente a la emergencia de la diversidad cultural, s6lo esti de momento en sus primeros balbuceos. Todo se torna més incierto. Las técnicas van muy deprisa, mis deprisa, en todo caso, que la reorganizacin de los mercados de la informacién y de la comunicacién, y sobre todo mis deprisa que la reflexién sobre el papel real de la informacién en la sociedad del mafiana. Por otra parte, sea cual sea la naturaleza de la informacién, el papel del recep- 6 tor se impone. No es en absoluto garante de la verdad, pero cada vez esti mas omnipresente, también a escala mundial, 2. Las derivas de la informacién Son proporcionales a su victoria politica, cultural, econé- mica y técnica, en una alegre mezcla de dimensiones fan- cionales y normativas. Desde los financieros hasta los in ternautas, desde los periodistas hasta los militantes, desde Jos hombres politicos hasta los especuladores, todo el mun- do defiende la libertad de informacién, otorgindole, evi- dentemente, sentidos distintos. Si bien las contradicciones son mis ficilmente visibles en Jo que concierne a la informacién como prensa, por~ gue se dispone de cédigos culturales y tradiciones para decodificarlas, son igualmente numerosas en los otros dominios. Podemos clasificarlas en diez categorias: 1. Mis informaciones no crean mis diversidades, sino amis racionalizacién y estandarizacién, ya que la com- petencia desenfrenada conduce paradéjicamente a gue el todo el mundo trate de lo mismo, de ta mis~ ma forma, en el mismo momento: la abundancia no INFORMAR NO ES es sindnimo de verdad. La competencia acentiia el conformismo. En consecuencia, no hay suficiente apertura, ni com- paracién, y a menudo hay demasiadas ideas conven- cionales y estereotipos. Lo contrario de lo que su- puestamente produce la informacién. La rapidez de lh informacién impide a menudo que se profundice mediante el conocimiento y la confrontaci6n. Demasiada simplifcacién, porque la informacién cues- ta cara y hay que ira slo esencial», 0 sea, sin preocu- parse demasiado por los contextos culturales, que sin eiubargo son fundarnencales con la mundializaci6n. La informacién, zcaricatura del occidentalismo? Una ideologéa del scoop. El scoop es el tinico medio para singularizarse en esta carrera de la competencia, En detrimento de las ideas y de la profundidad his- torica. La «peopolizacién», dudosa identificacién con los poderosos, justifica todas las derivas. Todo ello reforzado por la omnipresencia de Internet, que acenttia esa cultura de la urgencia y del voyeurismo. Un carrera de velocidad para imponerse a la compe- tencia. Si todo el mundo lo ve todo y lo sabe todo, 0 casi, ello es a condicién de ir deprisa. En detrimento de la comprensién de los acontecimientos, tanto mis complejos por produce a escala mundial. HAZASAS ¥ DERIVAS DE LA INFORMACION 7 6. Una ligica econémica enfrentada a la tentacién per- niciosa de una prensa gratuita, presentada como la condicién de una informacién «més libre». Pero si es gratuita, zquién paga y qué paga? «La gratuidadn acen~ tia la deriva hacia una informaci6n arrastrada por la demanda, lo cual, como todo el mundo sabe, es una amenaza contra la libertad de prensa. ¢La tirania de la demanda como estadio supremo de la informa- cién? 3A quién beneficia la informacion gratuita? ¢Por qué aceptar pagar por la informacién como ser- vicio y no por las otras? 7. La mundializacién de la informacién acentéa los defec- tos anteriores, proyectindolos a escala mundial, con el riesgo de hacer todavia mis visibles las contradic- ciones entre diversas concepciones culturales de la informacion. {Donde esti aqui el pluralismo? Con un problema suplementario: el de la credibilidad que merecen informaciones sin imigenes, ya que hoy dia «slo se cree lo que se ve». 8. El aumento de los rumores y los secretos, proporcional al mimero de informaciones en circulacién. «Si nos muestran cada vez mas informaciones, ¢s porque to- davia hay mas que esconder.» El «fb crece proporcio nalmente a la apertura y Ia abundancia de informa- ciones. A los secretos nunca les habia ido tan bien, ni HazaNas ¥ DERIVAS DE LA INFORMACION se habjan tolerado tanto, como con el espacio pi blico abierto y atravesado por técnicas y mensajes. 9. Los medios, tanto quienes en ellos trabajan como quienes a ellos son invitados, tienen tendencia a dar mueltas en torno a Jo mismo, El circulo de los que participan en la produccién de la informacién o su explicacién es muy estrecho. Siempre los mismos, constituyen una especie de filsa aristocracia. El mundo de Ja informacién y de la comunicacién confunde ta luz que A proyecta sobre el mundo con la propia luz del mundo. 10. Una confusién entre el progreso de las técnicas y la lentitud del trabajo de produccién de la informa- cién. Como todo se desgasta enseguida, entonces lo «nuevo» se hace cada vez més necesario. Con la tentacién de reducir los costos recurriendo a los re~ siimenos de agencias para Ja informacién mundial, mientras que por otro lado se busca distinguirse por una informacién «peoples, género que se encuen- tra en expansion Estas contradicciones no se esperaban. Hasta tal punto se habfa pensado, de buena fe, durante ciento cincuenta aiios, que cuanto més soportes hubiera mas completas serian las informaciones, més diversas. No se podia adivi- nar que el aumento en volumen podia conducir a més estandarizacion: a los rumores; a la informacién «people»; al cuestionamiento del papel de los periodistas; al refuerzo de los secretos, paralelamente a la ideologia de la transpa- rencia; a la dificultad de dejar de lado los estereotipos sobre el valor del acontecimiento y el scoop; al lugar ambiguo que se da a la légica de la demanda respecto ala Jogica de la oferta; al problema planteado por una sobrea~ bundancia de informaciones sin claves complementarias para su comprensién; a Ia captacién de la informacién~ conocimiento en una légica estrictamente econémica y de mercantilizacién, en la misma perspectiva que la infor- macién como servicio, en plena expansién... Surge pues esta pregunta, ayer inconcebible: gaumenta la incomunicacién de forma proporcional al volumen de informacién y a la eficacia creciente de los sistemas de comunicacién? La incomprensién, incluso la intolerancia y los estereotipos, screcerfan en proporci6n a la velocidad de Ja velocidad de circulacién de la informacién? Con Ja trazabilidad cada vez mayor, cara oscura del triunfo de la informacién? Lo cual obliga a repensar el cédigo legislati- vo de la informacién en todas sus formas y todos sus soportes, En suma, las contradicciones estan a la altura de la vie~ toria de la informacién. La més compleja es, sin duda, que INFORMAR NO ES COMUNICAR puede haber al mismo tiempo mis informaciones, a menu- do idénticas, y cada vez més intolerancia y desinforma- cién. 3. Las lineas de trabajo abiertas Desde hace cincuenta aftos, la reflexién critica acerca de la informacién va mucho més lenta que las mutaciones técni- cas y econémicas, y permanece demasiado centrada en la informaci6n de la prensa; 2n cuanto a esta diltima, a su vez, se reduce en exceso a la cuestién clasica de las relaciones entre prensa escrita y medios de masa, con lo que se olvida Ja ruptura introducida por el multimedia. Sobre todo, se ignoran demasiado los desafios planteados por la explota~ cién de a informacién como servicio y la informacién como conocimiento, mientras que sigue la fascinacién por la cuestién técnica. Como si el porvenir de la informacin estuviera exchusivamente Lgado a Internet. La primera revolucién consiste, pues, en pensar el cam- po de la informacién en su conjunto: las noticias, los ser vicios, los conocimientos, lo relacional. Y en todos los soportes, tanto en sus dimensiones funcionales como en las normativas. Ademds, de un modo comparativo. No habria nada peor que admitir sélo lo normativo para la Hazaiias ¥ DaRIVAS DE IA INTORMACION informacién de la prensa y lo funcional para los otros cam- pos de la informacién. En verdad, hay un retraso conside- rable en la reflexi6n tedrica y comparativa, epistemolégica y critica, em Jo referente a las miiltiples formas de la infor- macién y de la comunicacién en nuestras sociedades. Una buena parte de las cuestiones ya se plantearon en La infor- macién mafana. De la prensa escrita a los nuevos media, que publiqué en 1978. Este retraso es lo gue la revista Hermes, creada por mi, se dedica a colmar, junto con algunas otras, desde hace mis de veinte afios. Una revista internacional e interdisci- plinar que, desde 1988, se ha convertido en un laborato- tio de ideas y un formidable lugar de convivencia tedrica donde mis de mil autores del mundo entero han estado pensando, «en directo», la comunicacién en todas sus dimensiones: cientifica, politica, social y cultural. Si bien Ia informacién es prometeica y la comunica- cién, finalmente, propedéutica, nadie tiene un verdadero interés en aceptar esta dicotomia. Ciertamente, las proble- miticas son distintas, pero las referencias normativas son idénticas para ambas. Se trata siempre de las condiciones mis fundamentales de la relacién con el mundo para cada uno de nosotros. Ambas estin siempre del lado de la emancipacién, a condicién de consagrarles la suficiente reflexién para conservar sus perspectivas normativas INFORMAR NO ES COMUNICAR HAZANaS ¥ DERIVAS DE LA INFORMACION Se imponen cinco dominios de reflexién: 1. Velocidad y volumen no son sindnimos ni de calidad ni de pluralismo, La velocidad es probablemente la mayor trampa de a victoria de la informacion. Por qué ir tan deprisa? Quign puede absorber eso? Ni siquiera los periodistas. 2Qvé relacién hay entre velocidad, verdad, conocimierto y accién? La velocidad, ver- dadero aliado durante sighos, porque permitié infor- mar mejor, criticar y emancipar, puede convertirse en un peligro, sobre todo ante la complejidad de la mundializacion. :Qué es lo que se celebra, la veloc dad de la informacién, su volumen o la verdad? Qué ocurre con la necesidad indispensable de lenti- tud en un mundo adierto, cuyas fronteras se expan- den cada ver mis? Velocidad y volumen, por otra parte, estén atrapadas en la trampa de la competencia y contribuyen a explicar el deslizamiento estructural hacia la degradacién de la informacién, Por otra parte, en el momento en que no se habla sino de desarrollo sostenible, de ecologia, de otra eco- nomia del planeta, més respetuosa con el tiempo y Jos grandes equilibrios, se constata la tirania de las news, los scoops, las revelaciones. Como si la veloci- dad fuera sinénimo de verdad y objetividad. ¢Qué significa esa fascinacién por el stiempo real», esa vo- luntad de vivir en directo como si cada cual fuera periodista en el frente u hombre de estado al bor de de la guerra? Como si la velocidad redujera la in~ comprensién, la violencia y la guerra. :Por qué desde hace siglos la lentitud de Ja diplomacia es indispen- sable pata evitar deslizamientos peligros, y ahora de pronto se cree en la omnipotencia de las técnicas? Salvar la informaci6n es Iuchar contra la ideologia del directo y revalorizar otro papel para los periodis- tas, Es reintroducir todo aquello contra lo cual la in- formaci6n se construy6, pero que ahora debe reen- contrar: el tiempo y la lentitud, los intermediarios documentalistas y periodistas, la seleccién y la di- fusién de conocimientos validados. La lentitud es el tiempo de los hombres, la velocidad el de las téenicas. Tan to més cuanto que esta ideologia de la informacién y su prima la velocidad refuerzan la guerra de las industrias, librada sin piedad por actores como Goo- gle, Microsoft o Apple. :Puede haber velocidad y abundancia de informaciones y al mismo tiempo concentracién de los operadores? ;Concentracién? El enemigo de todo pluralismo. Podriamos dividir pues la informacién, dejando aparte su papel complemen- tario indispensable para los conocimientos, en tres INFORMAR NO HS COMUNICAR tercios: las «malas noticia», las mas numerosas, a menudo repetidas en bucle, pero que se refieren a la actualidad; las buenas informaciones, casi ausentes de todos los medios y de todos los soportes, que dan otra vision del hombre y el mundo, y las investigaciones que permiten a los diferentes medios, clisicos 0 nue~ vos, distinguirse y

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