You are on page 1of 2

Bienaventuranzas del Misionero

Bienaventurado el misionero que vive enamorado de Cristo, que se fía de Él como lo más
necesario y absoluto, porque no quedará defraudado.

Bienaventurado el misionero que cada mañana dice "Padre Nuestro", llevando en su corazón
todas las razas, pueblos y lenguas, porque no se conformará con una vida mezquina.

Bienaventurado el misionero que mantiene su ideal e ilusión por el Reino y no pierde el


tiempo en cosas accidentales, porque Dios acompaña a los que siguen su ritmo.

Bienaventurado el misionero con un corazón puro y transparente, que sabe descubrir el amor
y la ternura de Dios sin complicaciones, porque Dios siempre se le revelará.

Bienaventurado el misionero que reconoce y acepta sus limitaciones y debilidades y no


pretende ser invencible, porque Dios se complace en los humildes.

Bienaventurado el misionero que sabe discernir con sabiduría lo que conviene callar y hablar
en cada circunstancia, porque nunca tendrá que arrepentirse de haber ofendido a un hermano.

Bienaventurado el misionero que no puede vivir sin la oración y sin saborear las riquezas de
la Palabra de Dios, porque esto dará sentido a su vida.

Bienaventurado el misionero que anuncia la verdad sobre Jesucristo y denuncia las


injusticias que oprimen a los hombres, porque será llamado profeta de los signos de los
tiempos.

Bienaventurado el misionero que sabe asumir y valorar la cultura de los pueblos, porque
habrá entendido el misterio de la Encarnación.

Bienaventurado el misionero que tiene tiempo para hacer felices a los demás, que encuentra
tiempo para los amigos, la lectura, el esparcimiento, porque ha comprendido el Mandamiento
del Amor y se conoce humano y necesitado.

Hna. María Virginia Ciette SSpS.

Bienaventuranzas del Misionero II

Bienaventurado el MISIONERO que vive enamorado de Cristo, que se fía de El como de lo más
necesario y absoluto, porque no quedará desilusionado.

Bienaventurado el MISIONERO que mantiene su ideal y su ilusión por el Reino y no pierde el


tiempo en cosas accidentales, porque Dios acompaña a los que siguen su ritmo.

Bienaventurado el MISIONERO que no tiene nada, y lo que es y posee lo gasta en servicio de


sus hermanos, porque Cristo será toda su riqueza.

Bienaventurado el MISIONERO que se sabe necesario donde la Iglesia lo reclame, pero que en
ningún lado se siente indispensable, porque experimentará el gozo del deber cumplido.

Bienaventurado el MISIONERO que sabe poner su oído en el corazón de Dios para escuchar
sus deseos, porque el Espíritu lo ayudará a discernir los acontecimientos.

Bienaventurado el MISIONERO que no se enorgullece de sus éxitos y reconoce que el Espíritu


hace todo en todos, porque se verá libre de ataduras.
Bienaventurado el MISIONERO que siempre tiene un tiempo para contemplar a Dios, a los
hombres y al mundo, porque habrá entendido el valor de ser hijo, hermano y señor.

Jesús, no tienes manos

Tienes sólo nuestras manos para construir


un mundo donde habite la justicia.

Jesús, no tienes pies.


Tienes sólo nuestros pies para poner
en marcha la libertad y el amor.

Jesús, no tienes labios.


Tienes sólo nuestros labios para anunciar
por el mundo la Buena Noticia de los pobres.

Jesús, no tienes medios.


Tienes sólo nuestra acción para lograr
que todos los hombres y mujeres seamos hermanos.

Jesús, nosotros somos tu Evangelio,


el único Evangelio que la gente puede leer,
si nuestras vidas son acciones y palabras eficaces.

You might also like