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€Qué dice la sociedad (y los jévenes) de la Iglesia? JUAN MARIA GONZALEZ-ANLEO Doctor en Sociologia CES Don Bosco Con la legada del actual Papa Francisco, la Iglesia ha entrado en un periodo peculiar, por llamarla de alguna forma (,qué periodo de la larga historia de la Iglesia no lo ha sido?), en la que se estén haciendo espedial- mente visibles tanto las grietas ya existentes desde hace tiempo entre la sociedad espaiiola la Iglesia como en las fuertes tensiones en el tefido de lapropia Iglesia, especialmente entre la alta jerarquia yla Iglesia de base. Incidentes como el protagonizado por el responsable de la Doctrina de la Fe, Gerhart Miller o, dentro del ambito nacional y mas recientomente, las amadas de atenci6n del Papa al Cardenal Canizares, ponen derelieve que es apremiante, unavez mas, si, volverarevisarlos «acordesy desacuerdos» entrela Iglesiaylasociedad, especialmente con susmiembrosmésjévenes. Para comprender la actual coyuntura se hace esencial abordar el transito de una sociedad basada en la reproduccién cultural lineal a otra basadaen la espontaneidad creativa del sujeto, queha producidola implosién del universo de los valores, especialmente entre. para los que los conceptos clisicos de valor, en general, concretolos delibertad, deber, comunidad, solidaridad, entrega, etc.ya no tienen una aplicacién tan estricta como antes; lo que en numerosos circuloses interpretado como una crisis de valores o, incluso, supérdida definitiva. Veamos todas estas cuestiones con mayor detenimiento. 1. TRES OLEADAS DE SECULARIZACION DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Es dificil comprender lo esta pasando con las iltimas generaciones, si no se presta atencitin al hecho de que son herederos de una larga tradicin de seculatizacién en la sociedad espaiola y que lo tinico que realmente esté sucediondo es quese esta acelerando en os tltimos afios, (Ganz Moral, 2010, p. 7). Con Pérez-Agote (2010), podrian identificarse tres grandes oleadas de secularizaci6n que nos ayudan a entender este proceso: + La primera oleada ocurre en la época del anticlericalismo del o XIX, durando hasta la Guerra Civil, y consiste en una reac- ion. Bl proceso de secularizacién vidual comienza en el siglo XIX y queda interrumpido por la Guerra Civil. Esta primera oleada de secularizacién agresiva, podria decivso, se realiza segiin el modelo prototipico propio de los paises de la Europa occidental de tradici6n catélica, A falta de una secularizacion de la propia religién, los individuos que se interesan por los cambios que trae la modernidad deben hacerlo sion y contra la Lasegundacleadaes unproceso depérdida deinterésconrespecto a estas instituciones que comienza en la década de los sesenta delsiglo XXy dura hasta finales de los afios ochenta, derivado de la generalizacién del consumo de masas. Una parte muy impor- ‘tante dela poblacion se sigue definiendo como catdlica déndose, sin embargo, una progresiva caida de la practica y una pérdida de interés por el magisterio de la Iglesia a la hora de actuar en srentes esferas de la vida como, especialmente, la sexual, la econémica, la profesional y la politica. Los rituales catdlicos, por otro lado, siguen gozando en estos afios de gran valor social, sin que ello signifique una estricta implicacién en la institucién eclesiastica. La religion se retira al émbito privado, con lo cual seguramente estamos delante de formas de bricolages religiosos: Espafia va pasando de ser un pais de religi6n catélica, regida por la Iglesia, a ser un pais de cultura catélica, cultura que ya no esta regida por esa misma Iglesia. Laterceraoleada, contemporanea, marcaunalej alareligiony levando a cabo, sin embargo, una extir- pacién delas rafces ve principios delosnoventacrece de forma importanteentrelosjévenes, como veremos con mayor detenimiento, el mimero de indiferentes, de 16 Jaan Maria Gonzdles-Anleo agnésticos y, con mayor impetu aiin, de ateos. Se trata de una nueva forma de secularizacién que lleva alos jévenes a una falta derelaci6n conlareligiéninstitucionaly con|a Iglesia; quequedan como algo lejano, ignorado, fuera de los limites de lo cotidiano. Esta tercera oleada no es de oposicién y lucha en relacién con la religin institucional y con la Iglesia, como puede ser claramente com- probado en elanilisisintergeneracional realizado por Arroyo Menéndex ‘y Cabrera Sanchez (2011, pp. S6y ss.) segin el cual se asistea un cierto suavizado de las «posturas arveligiosas» de los veinteaiteros a favor fundamentalmente de las categorias laxos» y «alternativos», es decir «de espaldas» ala Iglesia. Sin embargo, tampaco es este un proceso de desinterés con respecto a algo conocido y cercano, sino ignorancia con respecto a aquellas. En opinién del Pérez-Agote (2010) «el alcance de esta tercera oleada puede ser muy profundo, en dos ambitos separables, analiticamente pero muy interconectados» (p. 54). Por un lado, parque puede significar no solamente una dismimucién dela importancia dela ji6n institucional y de a Iglesia en las creencias y en los comporta- 108 religiosos y otros, sino que de la religiosidad al tratarse de una ci misma, dela religiosidad. Esta tercera oleada, opina Pérez-Agote, puede tener efectos culturales profundos en las representaciones colectivas de los espatioles, en la cultura. Frente a la descatolizacién, propia dela «id como proceso poreel cualla cultura va perdiendo sus raices catélicas. 2, VALORES ¥ CLAVES DE LOS JOVENES ESPANOLES ACTUALES PARA COMPRENDER SU RELACION CON LA FEY LAIGLESIA Cabe preguntarse cmo entender la siempre socorrida expresién de crisis de valores y cual es su verdadero alcance: si, més que tratarse de un fenémeno constatable, puede, tratarse de una sensacién perpetua: atribuible més a un sistema de percepcién que a un fenémeno real (comparable como se ha propuesto en alguna ocasién, a la sensacion {Que dice la sociedad (y los jovenes) dela ghesia? aw de estar viviendo on una permanente situacién de crisis econémica) Rodriguez, 2004), Dejado a un lado la explicacién més facil (facilona) de un derrumbe de valores, scOmo puede explicarse la situacién actual? Seré necesario, para ello, recurrir a un modelo que tenga en cuenta un eje de coor- denadas més amplio (en especial el fuerte descalabro de las grandes, utopias del siglo XX, el impacto que la posmodernidad ha tenido en el cultural globalizado), asi como los cambios acaecidos en los modelos, de socializacion y aprendizaje de los jévenes actuales, mas amplios, sincréticos y mestizos que los disponibles en épocas anteriores. En los mos afios se ha pasado a un modelo de socializacién multicultural en el quela regla es la ausencia de reglas. {los jévenes? tienen ellosalgo que decir sobre esa crisis de valores dela que se les supone protagonistas? El primer dato relevante en este sentido es el que hace referencia a su interés declarado por recibir una educacién en valores: siete de cada diez j6venes (67%) considera de alto interés recibir educacién en valores, mostrando el tercio restante (32%) uninterésmedio (Canteras Murillo, 2003, p. 160). Otro datoimportante Io encontramos al preguntar alos j6venes sobre el grado de importancia queleconcedena diversas cualidades personales. Aunqueno todasellas ismo grado de importancia, lo pri- mero que llama la atencién es el gran peso otorgado a valores como la tolerancia, la honradez, la responsabilidad, la lealtad, el dominio de si independencia, todos ellas con mas de un ocho sobre diez, Dada Ja naturaleza misma del tema, los valores de los jévenes, es comprensible que puedan encontrarse rastros de ellos diserninados en cada una de las dimensiones de la juventud actual operando y a su vez siendo forjados desdey en cada una de ellas. Deno ser asi, se mostraria pertinenteunreplanteamiento tanto del concepto general devalor, des- do un punto de vista tedrico, como de la posibilidad de que los jévenes, actuales carecen de unos valores quevertebren suaccién social. Veremos, en las préximas paginas, el poquisimo sentido que tiene plantearse la existencia de una juventud nihilista propiamente dicha, asf como los clarfsimos desacordes existentes entre los valores fundamentales delos jévenes ya oferta eclesial generalizada. mismos 0 18 sn Maria Gonaslea-Anleo 3. FAMILIA Y AMIGOS: EL PROCESO DE ENROQUE JUVENIL EN LOS GRUPOS CALIDOS Probablemente, uno de los puntos ms llamativos en el analisis so- bre la valoracién de la familia y los amigos ¢s el alto grado de consenso detectado entre las diferentes variables sociodemograficas en torno a estos valores. Subrayada por varios socidlogos para el caso espatio, la convivencia del fenémeno de la continua revitalizacién de los amigos y la familia con el alejamiento por parte de los jévenes de las institw cones parece sugerir una estrategia de enroque por parte de éstos en el ‘grupo primario frente a una Gesellschaft que, ala vista de cémo se est desarrollando el proceso de globalizacién parece corresponder mas que nunca con la idea que Tonnies tenfa en mente a la hora de acuftar el término. Richard Sennett parecia estar pensando, ya a co la posmodernidad, en el concepto de selfie, tal y como lo cuando escribia que ela creencia reinante hoy es que la cercanfa entre Jas personas es un bien moral», En la sociedad posmoderna rige, por Jo tanto, una evisién intima de la sociedad», donde intimidad connota calor humano, confianza y expresin abierta de los sentimientos (Sen- net, 2002, p. 259). «El desgarrén de sentido y la falta de suelo ontologico sentidos por muchos», propone Ferchhoff, «puede exigir la afioranza de mayor seguridad, de mayor certeza, de mas hogar social, de mas comunidad y de ofertas de sentido claras y estables» (1999, p. 188). La oferta dela ylosamigoses, en este sentido apuntado, doble: desde un punto devista instrumental, ambos proven al joven de una red social basada en la confianza y la reciprocidad cada ver, més necesaria en un mundo més inestable y precario. Desde un punto de vista afectivo, por otro lado, tanto la familia como los amigos ofrecen al joven una identidad al proponer (que no imponer) c6digos, simbolos, estilos y ofreciéndole, ademas de una seguridad sentimental basica, estructuras normativas y de valor (Gonzalez-Anleo, 2015) Sin pretender hacer un andlisis exhaustivo del papel desempefiado or la familia en la vida del joven, sf se hace adecuado dibujar sus con- tornos més destacados fundamenténdolos no tanto en una ideologia concreta, sino en un argumento estrictamente sociol6gico:los servicios 2Qué dice la sociedad (ylos jovenes) dela Iglesia? 19 y beneficios que la familia actual, democratica y simétrica, estable y fuertemente comprometida, presta 2 la sociedad y ala formacién del hombre integral: + La familia sigue siendo, desde hace mas de 20 afios ya, el valor maximo para los jévenes espafioles, por delante de todas las restantes «grandes importancias»: salud, amigos y conocidos, dinero, tiempo libre y acio, etc. (Gonzélez-Anleo, 2010, p. 15). Una enorme mayorfa de los jévenes piensa que la familia pro- porciona la estabilidad emocional y afectiva que no se encuentra en otros émbitos de la vida, siendo el componente fundamental de su felicidad, junto con el grupo de amigos, segiin el estudio del INJUVE Bienestar y Felicidad de Ia juventud espafiola (Javaloy, 2007, pp. 17 y 89). La familia ganaposiciones tras estudio como el lugar privilegiado en el que el joven dice escuchar las cosas mas importantes dela vida (FSM, 2010), asf como en el que busca consejo en cuestiones importantes, La familia espatiola ha estado funcionando, desde hace ya muchos afios, como un auténtico Superministerio de Bienestar Social, produciendo tun claro desplazamiento, obviamente alentado por el neoliberalismo, de las funciones estatales a la familia, algo que se esta normalizando de una forma alarmante. Los amigos, por su parte, también ocupan entre los jévenes una posicién privilegiada dentro de su jerarquia de valores, con la tinica diferencia de que en este caso si podriamos hablar de un valor més, propiamente juvenil que en el caso de la familia, al ir descendiendo su importancia con la edad (CIS, barémetro marzo 2013). Aunque la relevancia de esta dimensién para el joven no es nueva, su relevancia en a vida del joven no encuentra su punto algido hasta nuestros dias. Janosch Shobin (2013) propone, en este sentido, que en las sociedades occidentales|a barrera queen otros tiempos sepataba claramente entre familia y amigos se est difminando, habiéndose convertido los ami- 05, en las tltimas décadas, en una «segunda familia» para los jévenes, ‘como puede cbservarse en series como Friends 0 Sexoen Nueva York, de las que el autor echa mano para su andlisis. 20 Juan Maria Gonzalee-Anleo No faltan voces, no obstante, que dudan de la fortaleza de los vin- culos y las lealtades dentro de los grupos primarios, viendo en ellos, antes quenada, un refugio, solo un ideal. Asi, Zygmunt Bauman (2005) asegura que, «para la gente insegura, pexpleja, confusa y aterrada por la inestabilidad ya contingencia del mundo que habitan la comunidad se convierte en alternativa tentadora. Bs un dulce sueho, una vision co- lestial: de tranquilidad, de seguridad fisica y de paz espiritual» (p. 133). in embargo, no parece ser para este autor tan real como nuevas comunidades, son en la actualidad para Bauman sélo un bonito suerio, una aspiracién: se necesita recuperar la comunidad frente una sociedad que no aporta ni confianza ni proximidad y expresividad, otro abstracto al que se teme o del que muchos ven necesario vesguardarse (Gonzalez-Anleo, 2015, p. 13). 4. LIBERTAD ¥ AUTONOMIA. La libertad, podria llegar a decirse sin miedo a equivocarse, es el eje vertebrador de practicamente todas las dimensiones del joven; no sola- mente, yesto es especialmente importante para entenderlarelacién del joven con la Iglesia, de la que convierte alos grupos «célidoss del joven, Jafamiliay Tos amigos, en «comunidades de bajo coster, sino demmuchos otros: miisica, consumo, cuerpo, sexualidad, ocio, noche, drogas, ee. El papel central que jueg comolo hace Isaiah Berlin (2000, p. 231) como voluntad de «ser sujeto ‘no objeto, ser movido por razones y por propésitos conscientes que son mios», es perfectamente comprensible desde una perspectiva de desarrollo individual del joven. Tanto la adolescencia como pueden ser entendidas, desde este punto de vista, como en que el nifio comienza a desarrollar su libertad de acci6n y de pensa- miento dentro de los marcos de socializaci6n establecidos porla familia yelresto de las instituciones. Adolescencia y juventud pueden ser con- sideradas, por lo tanto, como las.fases vitales en Ias que se aprende a ibrey aut6nomo, experimentando el entorno cercano, tantesndolo dese la propia libertad de eleccién, comprendiendo y aprendiendo su. naturaleza y sus limites {Qué dice I sociedad (ylosjovenes) dela Iglsia? 21 Esta caracteristica natural, por ast decivio, ventud como fases vitales de conquista de libertad no puede explicarni mucho menos por si sola, sin embargo, la importancia central adquirida porelvalor dela libertad entrelaactual juventud. Laimportanciadeeste jempo, en otras transformaciones de las sociedades desarrolladas que, aunque indiectamente relacionadas ala sociedad de consumo, no pueden ser reducidas exclusivamente a su influencia. Para ello es necesario hacer una breve referencia al giro que han experimentado las sociedades desarrolladas, y que comienzan ahacerlo aquellas en vias de desarrollo, desde los valores materialistas, alos posmaterialistas. Los j6venes actuales, al carecer la mayorfa de ellos de experiencias de penuria econémica propiamente dicha, son considerados por In- 1s abanderados del giro desde los valores materialistas a los istas, junto alos grupos con niveles de estudios superiores yllas clases pudientes. Echando una répida mirada a la historia no tan jana de Espafia, poco podria sorprender que muchos de aquellos que era persona se preguntasen algo escandalizados: libres?» La percepcion subjetiva dela libertad de la que disfrutan los jovenes es mas que positiva. Una gran mayoria de ellos, cerca de tres de cada cinco considera su nivel de libertad cbastante adecuados, frente a sélo un 9% que lo considera insuficiente, Es llamativo, en este sentido que, entre 1999 y 2005, el porcentaje de aquellos que consideran disponer de un nivel aceptable de libertad ha disminuido, aunque no para sumarse a los que lo consi- deran insuficiente, sino para engrosar el grupo de los que consideran .en ems libertad della que deberian tener», que pasa, entreestos afios, de un 22 aun 31%. ‘A su vee, esta libertad se refleja en la autonomia juvenil, aunque, como es comprensible dado el alto porcentaje de jovenes que viven con sus padres y que no poseen un trabajo y un salario que se les permita ser auténomos en el pleno sentido de la palabra, ésta sea una autono- mia precaria, casi por completo proyectada en el plano de la libertad para escoger opciones, estilos de vida y, sobre todo, sus propias normas morales, Como consecuencia de la necesidad del joven de simultanear una heterogeneidad de maxcos culturales y normativos, sin suficiente 22 Juan Marfa Gonzaler-Anleo hegemonia moral como para exclusivizar su capacidad de legitimacién, por un ado, y, por otro, del importante papel que juega la libertad en su concepte de si mismo, disminuye la legitimidad delos otros en pro dela auto-legitimidad, la capacidad y la necesidad del joven para establecer pory desde si mismo sus propias opciones y normas morales (Canteras, Murillo, 2003, p. 88). ‘Mas que de autonomia plena, que los jévenes saben inasequible en ese momento de sus vidas, lo que aparece es una demanda de libertad en determinadas areas de gran significacién, como los fines de semana, las relaciones, el espacio propio en el hogar, los viajes, etc por lo tanto, no como capacidad de vivir y mantenerse por uno mismo, sino como rechazo visceral a toda norma procedente «de fuera» (de profesores, politicos, padres y, por supuesto, de sacerdotes), y, sobre todo, a las que tienen que ver con sus cotos vedados: el sexo, las relaciones de amistad, el ocio y la diversion. 5. REBELD{A Y DESCONTENTO Larebeldia juveniles, sin duda, uno de los tépicos mas recurrentes ‘en nuestras sociedades, hasta el punto de que un cierto «estar en con- tra de lo establecido» llega a ser considerado una saludable y necesaria tendencia, asociada al propio concepto de juventud; una tendencia achacada incluso a causas biolégicas, como una condicién natural de Ta adolescencia y la juventud que, «si todo marcha por el camino de la normalidad>, iré pasando junto con la propia juventud. Un simple vistazo a los peri6dicos de las iltimas décadas sirve, sin embargo, para desconfiar de estas supuestas rafces bioldgicas. Datos. ms sisteméticos y omnicomprensivos que lo que encontramos en un diario, como los presentados por el INJUVE ola Fundacién Santa Maria relativos a la participacién juvenil en manifestaciones 0 movimientos concretos, ponen en clara evidencia quella xebeldia juvenil, de existir en elplano pblico, es meramente circunstancial y emocional, guiada més porcorrientes sociales puntualesy,habitualmente, tan fusionada con la sociedad consumista y del espectaculo que apenas puede ser reconocida como algo diferente a llas. Es la erade maratones televisivosy protesta Qe dice Ia sociedad (y los jovenes) del iglesia? 23 de botellén, en la que la implicacion, el sacrificio y todo lo sospechoso de representar un plan estructurado para el futuro tiene cada vez, me- nos relevancia, El hecho mismo de que la rebeldfa aparezca, en Joveres Espaiioles 2010, como la segunda sefla de identidad generacional auto~ rreconocidaporlas propios jévenes, justo por detrésdelconsumismo,da ya mucho que pensar. :Es posible ser rebelde asintiendo y disfrutando plenamente (o deseando hacerlo) del sistema vigente? {Qué fuerza extraiia, entonces, hace que la rebeldia siga siendo no solamente tn valor, sino una sefia de identidad fundamental de la ju- ventudactual? Paraentenderestecomplejofenémeno, se haceneces: abordarlo desde una doble perspectiva, que corresponde con un doble proceso de transformacién, tanto de la funcién social que ha pasado a complir la rebeldia en las actuales sociedades consumistas como de la propia re-definicién de este térn dela forma en que la rebeldia es concebida y practicada por los jévenes. En primer lugar, a rebeldia como icono juvenil, especialmente en su cexpresion estética y lidica, se ha mantenido come necesidad cultural enlas actuales sociedades consumistas. ,Qué duda cabe de quella situa- ‘Gén del mundo sugiere razones de sobra para la rebeldia? La expresién erebelde sin causa» mal podria ser utilizada en el caso de la juventud actual: por lo menos si entendemos la rebeldfa como lucha contra el sistema establecido y bajo el lema, popularizado en los diltimos afios, de «otro mundo es posible». Sin embargo, la rebeldia juvenil hace afios ya que se ha transformado en una pose, una mera necesidad estética De acuerdo con las teorias de Jean Baudrillard sobre la cultura del si mulacro, esta rebeldia se convierte en un signo que borra (asesina) su referente, operando en tados|os Ambitos del sistema consumistaen los que el concepto de joven cumple una funcién especifica, como el dela ‘moda ola publicidad, Junto al imperativo estético, ademas, la rebeldfa surge como figura mitica de este tipo de sociedades, estrechamente ligada a las propias necesidades internas del sistema: el consumidor rebelde es aquel que no duda en romper con la moda vigente, con los _gustos estéticos y las preferencias de ocio establecidas. Lagran paradojaenla sociedad deconsumo, asi comoanteriormente dela sociedad de masas, es que la masa es negada. Lo que realmente se consume, argumenta el autor, esa negaci6n de una sociedad de masas 24 Juan Maria Gonzdle2-Anleo nogacién de una sociedad, Bste valor aparece claramente dibujado en la publicidad; la cual, en la hermosa expresién de Pignotti (1974, p. 141), ofrece «a la masa la imagen masificada del hombre que se sale de la masa». No podfa ser de otra forma: se trata éste de un valor de gran importancia para la supervivencia de la sociedad de consumo ya que, sin él, se anquilosaria tanto la circulacién frenética de los obje- tos como la multiplicacién initil de éstos por el constante juego de la diferenciacin que sustentan toda la légica del consumismo, El consumismo tiene estémago para todo: todo lo absorbe, todo lo digiere y es capaz de volverlo todo producto de consumo. Incluso los méssagradossimbolosanticapitalistasy anticonsumistasson facilmente digeridos y transcritos en cédigo de consumo. «Elmayor peligro del con- sumismo», escribe Pascal Bruckner (1996, p. 80), «estriba menos en el despilfarro que en la glotoneria, en el hecho de que se apodera de todo Jo que toca para destruirlo, para reducirlo a su merced, Yano se expresa sélo en términos de placer sino que, para avanzar sus peones, recurre al Jenguaje del valor, de la salud, de lo humanitario, de la ecologia». Esta «logica canibal», como la denomina el autor, nos ayuda a atisbar cual ha ido el proceso de apropiacién y consecuente redefiniciOn por parte de lasociedad consumistade un buen nitmero de valores posmaterialistas, entre los que la rebeldia ocupa un lugar privilegiado. El consumidor rebelde es aquel que no duda en romper con la moda vigente, con los. guistos estéticos y las tendencias de ocio establecidas, abriendo asi el jas y, porlo tanto, lubricando consumista, ala vez que sostiene otro de sus grandes mitos: idea de la individualidad, de que el consumo nos hace diferentes, incluso énicos (Gonzélez-Anleo, 2014). El problema, como reza la conocida cita de Simone de Beauvoir, es que lo mas escandaloso que tiene el escdndalo es que uno se acostumbra», Transcritos a la logica consumista, la transgresién y los signos de rebeldia, como cualquier otro producto de consumo, tienen fecha de caducidad. Lo mas tragico, por lo menos en lo que 6 Heisenberg, iconos durante unos cuantos afios, junto a los psicé- patas mencionados anteriormente, de la actitud antisocial. Cuando cualquiera de estos iconos rebeldes dejen de estar de moda, no seré necesario cambiar de creencias o de ideclogia... simplemente de signo, es decir, de camiseta. En palabras de Francisco Umbral: «lle- vamos nuestras convicciones, preferencias y marcas al aire, pero en cuanto uno se quita la camiseta, para la lavanderfa, todo el mensaje subversivo, progre, crata, automovilistico o dietético se va con la ropasucia. Cambiamos de camiseta solidariay cambiamos de idearion (citado en Morant Marco, 2011, p. 78) Esta redefinicion de la rebeldfa dentro de la sociedad consumista es solamente un marco general en el que se insertan significados mas especificos, realizados tanto por los propios jévenes como por el resto dela sociedad, Veamos algunos de ellos: + Como critica a la sociedad vista como un todo, sin definir ecificas de des- contento, y que podria expresarse con la expresién «la sociedad es inservible, todo es basura». Bn este sentido parece que la ju- ventud, invirtiendo la maxima marsiana, ti de comprender un mundo cada vez mas compl ‘en una corriente de sobrerevolucionada transformacién, que de + Comocuestionamientoalosadultos, es decix,comosefiade identidad frente a otras generaciones, especialmente frente ‘asus cédigosnormativos. En esta direccién pueden interpretarse Ios datos relativos tanto desdén hacia las normas sociales y, especialmente, al recelo alas grandes instituciones, que veremios més adelante. + Como rechazo a cualquier otro sector joven que no viva dentrodesupropiasubculturajuvenil, causademuchos delos actos consideradosrebeldes tanto porlosmedios de comunicacién, ea concreto como por la sociedad adulta en genetal: rivalidades, peleas entre pandillas y grupos de jévenes, etc 26 Juan Maria Gonzalez-Anleo 6. EL CUERPO: COTO PRIVADO, VEDADO... ¥ SAGRADO Como personalidad arquetipica de las sociedades occidentales ac- tuales, esta personalidad narcisista es deserita por Lasch como: excesi- vamente autoconsciente, caética, dirigida por impulses, crénicamente intranquila con su salud, temeroso de la edad y de la muerte, en cons- tante busqueda dedefectos, imperfeccionasy signosde decadencia, con tun miedo a la dependencia emocional que hace sus velaciones cimples, superficiales y profundamente insatisfactorias, intentando venderee a si mismo y su personalidad como articulo de consumo (Le Bretén, 1995). Tal y como puede ya sospecharse de la lectura de este autor, la nueva cultura surgida en el seno de la sociedad consumista provee de una nueva forma de relacién entre el cuerpo y el yo, en la que se otorga ‘un gran énfasis ala apariencia, exposicién y manejo de las impresiones, Esto coincide con lo que el filésofo francés Lipovetsky denomina proceso de personalizacin, que es construido a través de un valor funda- mental: a realizacién personal, el derecho a ser uno mismoy a disfrutar al maximo de la vida y de los placeres que ésta ofrece, Segiin este autor, laseduccién toma el controldela sociedad consumista, constituyéndose como un poderoso mecanismo de destruccién cool de lo social a través de un proceso de aislamiento que se da, entre otzas factores, gracias al hedonismo. Este tipo de sociedad, atravesada por innumerables corrien- tesde seduccién, se muestra abierta, plural y preocupada por los deseos de las personas, a través de la invocacién constante al individuo, a su libertad, y asus placeres. Fl individuo narcisista surge como valor en si mismo dentro de esta nueva forma social, como producto del proceso de personalizacién. El cuerpo, como fuente inagotable de deseos, necesidadesy placeres, escolocado en esta sociedad consumistaen el quelalibertad se vuelvela piedra angular de los valores juveniles, en el centro del escenario social ni para la obtencién de sus promesas en un futuro en el mds acé 0 en sQue dice la sociedad (Flos jovencs dea iglesia? 2 el més alld y convirtiéndose en un fin en s{ mismo. En este sentido, el cuerpo se posee, ante todo, como eccune especie de capital fisico que debe explotarse y transformarse, pero sabre todo apropiarse, La optimizacién de las fuerzas corporales es ‘un referente esencial en la cultura joven, en la que se esta desarrollando tuna serie de actividades orientadas a descubrir el propio potencial a la autoconstruccién ala carta sin otro objetivo que ser mas él mismo yvalorar su cuerpas (Garcia Raca, 1994, p. 27). En el caso de los jévenes, esta representacién de la propia corpo- reidad llega a tomar tintes de reivindicacién y permanente suspicacia contra todo tipo de intromision, fisica 0 moral, que deje entrever una apropiacién indebida por parte de cualquier tipo de autoridad de su propiedadprivada, Rstoexplica, por ejemplo, porqué uno delos conflictos que atin siguen teniendo plena vigencia dentro de un sisterna familiar actualmente democratizado sigue siendo la autonomia sexual, ast co- mo explica gran parte de la animadversién hacia instituciones como Ja Iglesia, empefiada ain en asaltar un coto vedado en el que hace ya tiempo que nilos propios padres osan ya entrar. Al mismo tiempo, esta objetivacion y apropiacién del cuerpo trae consigo, como fenémeno pa- ralelo, una responsabilizaci6n por parte del joven, Ademds de un campo parala experimentacién y la expresién personal, estanueva concepcién implica una necesidad de proteccién y cuidado en la que se enmarcan los valores de la salud y de la optimizacin fisica. Beta capitalizacién del cuerpo tracasociados dos fenémenos hist6ri- camente contradictorios en apariencia que no deben ser abordados por separado: la ofrenda del cuerpo juvenil al hedonismo, por un lado, ala Diisqueda y experimentacién continuas tanto de la identidad como de placeres sensitivos y, por el otxo, la persistencia de una ética reformada dela autocontencién y la disciplina corporal que, a diferencia de la an- terior, ha sido a menudo pasada por alto dada la fascinacin que causa Ja democratizaci6n de la primera como fenémeno histérico. .cién juvenil del cuerpo para el placer, en la que i por estar, 0 por lo menos interpretar por mu- hos jévenes que est, en contra de una larga tradicién judeocristiana de menosprecio 0 incluso ataque al cuerpo, la cfrcel del alma, formula platénica y, anteriormente pitagérica asimilada por el cristianismo, 28 Joan Maria Gonzalez-Anleo ‘poco queda por decir que no se haya dicho ya. En contraposicin al he- donismo clasico, el moderno es herencia dela cultura del romanticismo que acutia en la cultura consumista su impronta, sustituyendo ala ética puritana (Campbell, 1987). Bl cuerpo es procla juventud comovehiculo de placeres estéticos y fisicos; lamoda exalta laestética corporal, resurgiendo siempre como tributo a la forma y la expresién corporales; y los bienes de consumo juveniles priorizan la experiencia sensorial, prometiendomaximo sabor, maxima experiencia téctil, olfativa... Bs el imperio de los sentidos, en el que éstos dejan de ser puertas permanentemente abiertas al pecado y a la degradacion yreivindicado por espiritual para convertirse precisamente en todo lo contrario, en las, puertas de la experimentacién y de la autorrealizacion personal. hassido, dando por hecho que hoy en dfa somos testigos de una las sociedades disciplinarias. Sin embargo, el pecado no queda borrado del cuerpo, sino que sigue inscrito en él, trasplantado en las nuevas coordenadas de la cosmovisién juvenil. Puede plantearse, desde esta perspectiva, siclancestral pecado capital dela gula, porponerelejemplo quizdsmasevidente, haperdidoeste carscterosi,porelcontrario,hasido reciclado en pecado estético (Gonzilez-Anleo; Gonzalez-Anleo, 2008). En las actuales sociedades de control, en contraste con las anteriores formas sociales, el acento se pondré en la expresién personal a través del cuerpo. Suapropiacién como conquista trae como consecuencia que la capacidad comunicativa de éste se ponga al servicio del joven, de su individualidad, su diferencia personal grupal, convirtiéndoseas{en su medio de identificacién y comunicacién por excelencia, En este tipo de sociedad, la autoexpresién se vuelve imperativo categérico: a través del ‘cuerpo, delamoda y del resto de objetos de consumo que constituyen el aura personal, el joven debe expresarse, so pena de caer en el astracismo. Es conveniente sefalar on este punto que, como objeto de consumo ju- venil por excelencia, el cuerpo cae plenamente en la logica propia dela estetizacién dela mercancia. Aligual que ésta, como yahemos dicho, se convierte en el mecanismo «publ itario» del oven frente su entorno a través del que ha de informar de su personalidad, de sus afiliaciones, Qué dice la sociedad (y los jovenes) de a Tglest? 29 gustos y estilo de vida, entrando en la corriente de mensajes visuales cortos y eficientes caracteristicos de una geograffa visual fluida. La percepcién del cuerpo en la cultura consumista esta domi- nada por la existencia de una vasta variedad de imagenes visuales, dependiendo del cultivo de un apetito insaciable por consumirlas. Cambia, en esta nueva forma de sociedad, el dispositive utilizado ir en el cuerpo del joven, como cambian, por supuesto, los c6digos vigentes. Y sin embargo, no cambia el hecho mismo de escribir sobre ellos, como tampoco lo hace, desde la perspectiva de los propios jévenes, el hecho de resistirse, de sublevarse a través de y por su propio cuerpo. En este amplio marco se inscribe el fenémeno, tan extendido hoy entre la juventud del mundo entero, del tatuaje y las perforaciones. Dada esta amplia evoluci6n, hoy en dia puede encontrarse entre la juventud una amplia paleta de significados asociados al tatuaje ya las .cluyendo por supuesto el meramente estético, como Pese a esto, muchos de los pueblos primitivos comoel p vigentes (Gonzélez-Anleo; Gonzalez-Anleo, 2008), sin embargo hay una funcién que me gustaria destacar entre otras muchas, la de toma de posesién del propio cuerpo, el significado por excelencia tanto de tatuajes como de perforaciones, dar un significado al propio cuerpo, tomar posesién de él a través de una marca. Podria compararse, sal- vando las distancias, con la extendida practica de marcar la propiedad privada, ya fuesen animales 0 texvitorios, con un simbolo distintivo del propietario quella identificase para el resto. Incluso en los casos en Jos que solamente tienen fines decorativos, ol joven afirma con ellos su cuerpo como algo propio, con una setial que expresa lo que en la préctica cotidiana muchos de ellos hacen con la expresisn: «mi cuerpo es mio y hago con éllo queme da la gana». Puede decirse, que este tipo de alteraciones corporales contemporneas son, en este sentido, una marca de poder, una marca personal, tinica e irreemplazable (Ganter Solis, 2005, p. 441) 30 Juan Maria Gonzdlee-Anleo 7. PROXEMIA Y PRAGMATISMO (Que la rebeldia juvenil haya sido arrancada del proyecto social y de las utopias colectivas para ser trasplantada, en suversién light, al plano individual, como hemos visto antes, no puede sarprender por tanto si se tiene presente que deste hace ya tiempo ambos territorios han sido literalmente abandonados por los jévenes en pro de Io cercano y lo prdctico. La expresién «fin dela sociedad» noes, en este sentido, nueva. Bs, en la expresin de Fukuyama, dla gran ruptura» social: se debilitan Jos lazos sociales, los valores comunitarios se deshacen y comienza a emerger ua nuevo orden social basado en el individualismo instrumen- talista, Alguno delos indicadoresmés representativos deesta tendencia son los siguientes: + Desconfianza en los demas: os sentimientos de confianza in- terpersonal adquieren una importancia decisiva en la formacion tanto de proyectos colectivos como de las actitudes politicas. En Espafia los datos recabados indican un considerable aumento desde mediados de los afios noventa del porcentaje de jévenes srecelosos» frente al de «confiados» (Requena, 1924), + Abandono de los ideales yla accién colectiva: cl aumento de la desconfianza hacia la sociedad y hacia las instituciones hace reflexionar sobre la relacidn que tiene este indicador con la au- sencia de criterios morales compartidos y de utopias colectivas ya que, cuanto mas se tiende a pensar que la sociedad comparte qiiterios morales b: sociales compartidos) masseconfiaenlagente. Siaceptamos que losj6venes soma punta de lanzadela sociedad liquidade Bauman y no perdemos de vista el anzlisis que hemos realizado hasta el momento de sus actitudes hacia la gente y las instituciones, es dificil quenos sorprendainlossiguientesdatos sobre participacién: elgran hundimtiento seproduce entre 1999 y 2005. Entre estos dos aiios, casi un 11% de j6venes se da de baja, dejando el panorama dela participacion social extramuros practicamente desierto, con tun 81% dejévenes queno participa absolutamente enningtin tipo de grupo o asociacién, ni siquiera deportivos (Gonzilez-Anleo, 2010, pp. 71y ss). icos (que tienden a cristalizar en proyectos {Qué dice la sociedad (y los jovenes) del sia? 31 + Glocalismo: en las encuestas de valores se viene detectando, desde comienzos delos afios ochenta, una reconfiguracién del asi amado «espacio de identificacién primordial» del joven, el con- {do aumentando su importancia para los jovenes, en detrimento de categorias intermedias (Espafia) o globales (Europa, el mundo entero). No es dificil percibir un paralelismo entre esta evolucion del sentido de pertenencia y el fenémeno anteriormente analiza do de alejamiento social y enroque en lo préximo; siendo aquel, probablemente, un reflejo en el plano geogréfico de éste. Mencién especial y algo mas de desarrollo para el tema que estamos tratandotiene el abandono institucional en el que, en parte, se enmarca ldistanciamiento del joven dela pensador francés Lipovetsky de desierto de inversién en las instituciones parece tomar un nuevo significado para la juventud actual; pata la que éstas son vistas como un desierto que avanza amenazante, poniendo en peligro sus oasis personales. Como mejor puede ser constatada esta tendencia generacional de abandono y repulsa alas instituciones es ob- servando su evolucién temporal. Atendiendo a los datos positivos de confianza, es decir, los que se refieren a amucha»y «bastante» confianza oftecides por la Fundacion SM (FSM, 2010), cabe destacar que son muchas mas las instituciones que pierden confianza entre los jévenes en los iltimos diez afios que las que la ganan. Ala vista de estos datos, puede concluirse que el desplome de los niveles de confianza obtenidos por las diferentes instituciones en los diltimos afios no tiene parangén desde el comienzo de la democracia en Espafta y que, dentro de una épocamarcadaporla desi | pasotismo frentealasinstituciones, vivimos un momento en el que la huida de los jévenes de éstas se ha acelerado considerablemente, especialmente desde el comienzo de la 's(CGonzdlez-Anleo, 2010). Los iltimos aftos de crisis han supuesto la puntilla que faltaba para culminar el proceso de desafeccién y dis- tanciamiento de los jévenes con respecto a las instituciones sociales. ‘Aunque seré necesario esperar al proximo informe de Jévenes Esparioles dela Fundacién $M para tener datos comparativos a largo plazo fiables 32 Juan Marla Gonzalee-Anleo y s6lidos, algunos otros estudios apuntan en esta direccién (Gonzalez ‘Anleo, 2015). El resultado de esta actitud de los jévenes puede ser contemplada como una fevolucién institucional que nada tiene que ver con Ja de las primeras generaciones rebeldes de los afios sesenta, setenta y ochenta, Mientras aquellas generaciones optaron por el enfrenta~ miento directo a las instituciones, las nuevas parecen decir: dejadnos en paz, no tenéis derecho a inmiscuiros en nuestras vidas», creando una resistencia muy efectiva, segtin Scott, Tuck y Wayne (2014, p. 63); una forma de resistencia «que se niega a tomarse en serio el marco de dialogo propuesto por las personas en el poder», aspirando, en elmejor de los casos, a dejar en ridfculo sus pretensiones. Desde esta forma de rebeldia light, qué duda cabe, posmaterialista y, en consecuencia, sin el menor atisbo de entusiasmo colectivista, las nuevas generaciones plantan cara volviendola cara, convirtiendo su indiferencia y abandono en una forma, su forma, de revolucién anti-institucional. 8. LOS JOVENES FRENTE A LA IGLESIA Uno de los datos mas destacados del Informe de 2005 y 2010 de la Fundacién SMes, sin duda, la penosa imagen juvenil dela iglesia Cats- licacomo institucién, ylaconsiguientenegativaaconcederle confianza, aferrandose con fuerza a sus aspectos mas negativos (demasiado rica, segin el 76% de j6venes, demasiado anticuada en materia sexual, el 75%; demasiado metida en politica, el 64%; dificulta vivir la vida con libertad, el 59%...) olvidando sus valores (aunque no todos: ayuda a pobtes y marginados, el 60%), negandose a la adhesién a sus obras y actividades, incluida la vocaci6n religiosa o sacerdotal. Asi, poco a poco, la Iglesia ha ido perdiendo uno de sus capitales 0 patrimoniosdemayorvalor, inconmensurablecon otros de tipomaterial ¢ incluso artistico: la confianza de la gente. La respuesta de la Iglesia tanto alas necesidades como alas expectativas dela gente ha jugado un papel crucial en esta retirada de la conflanza, quizas més por su tono autoritario y poco benévolo que por su mismo contenido. Las encuestas del Estudio del Sistema de Valores Europeos ofrecen datos elocuentes: los. 2Qoé dice la sociedad (y os j6venes) dela gli? 33 dos pafses en los que la caida de la confianza ha sido mayor, Irlanda y Espafa, presentan resultadosmuy parecidos queapuntan aunrevelador paralelo entre la caida de la confianza y el descenso en la satisfaccién con las respuestas de la Iglesia en el terreno moral y social. Lo cierto es que desde hace al menos 30 afios, los jovenes confian muy poco en la Iglesia Catélica. Hace 20 ais, en 1994, mostraban bastante o mucha confianza el 32%, en 1999 el 29%, en 2005 el 21% subiendo mi ‘mente al 23% en el ultimo Informe de 2010. desde este punto de vista, devastadores. La confianza o desconfianza delos jévenes hacia la Iglesia se limen- taa lo largo de la vida con sus vivencias y experiencias con la Iglesia proxima, los sacerdotes, religiosos y religiosas, profesores de colegios de la Iglesia, etc., con los que han entrado en contacto en actividades diversas: catequesis, ensefanza de la religién, ritos religiosos, etc. (Gonzdlez-Anleo y Gonzdlez-Anleo, 2008, p. 278). Bsas experiencias y vivencias, que pueden iniciarse desde los primeros afios escolares, se le dige- encajar, can derechos y libertades interiorizados por la gran mayoria de los jévenes: derecho total a mi propio cuerpo, ala plena libertad de pensamiento y de conciencia, a dictarme yo mis propias normas desde experiencias personales «alas que tengo pleno derecho», etc, La critica ylavaloracién dela Iglesia completan finalmentela postura juvet se despliega en actitudes de identificacion y adhesin, o derechazo mas, ‘omenos radical (p. 278-279). Lamayorfade los jévenes espaficleshan tenidoalgin tipode contacto con a, y solo un 10% asegura que apenas los ha mantenido. Este porcentaje es ampliamente superado entre los que se confiesan ateos y, Jogicamente, por una tercera parte large de los pertenecientes a «otras, religiones», El recuerdo juvenil es predominantemente neutro, sélo ba dejado en la mayoria de los casos un poso de indiferencia. gSe puede trasladarestaindiferencia, tal comoespercibidapor unamayoriarelativa de los j6venes, alos mensajes e ideas trasmitidas, ala calidad misma de los ritos y practicas, alas vivencias personales de indole eligiosa? Un dato revelador es el 45% de j6venes cuyo recuerdo de sus experiencias y vivencias con la iglesia es «indiferenter, 14 puntos por encima de la 34 Juan Maria Gonzler-Anleo cifra de 1999. Un poco menos de una tercera parte, el 32%, califica de positivas esas experiencias, un 7,5% de negativas y un 2,7% de muy negativas (SM, 2010, pp. 222 y ss.) Es conveniente apuntar aqui que, en los iltimos decenios, se ha consolidado el fenémeno de la privatizaci6n de Ia religién; por la cual la religion deja de ser vista, incluso por los propios creyentes, como algo social, en todas las acepciones de esta palabra, y pasa a ser algo individual y privado, Io que hace que la Iglesia como institucién pase a ser una instituci6n irrelevante no solamente para compartir la fe, sino también en su presencia politica y social (Casanova, 1994, pp. 35 yss). Los datos de la Fundacién SM vienen a confirmar, una vez més, esta hipétesis (FSM, 2010, pp. 212 y ss.): aunque por poco, la opcién la religién es una cuestién privada y debe vivirse privadamente> es aceptada por mas de la mitad de los jévenes, el 50, 1% concretamente, ymés atin, por el 35% delos autodenominados «muybuenos catdlicos», €130% delos «catélicos practicantesr y el 41% delos eno practicantes Asimnismo, el 70% de los j6venes afirmaba que la fe es algo que pueden vivir individualmente, jel 62% de los «catélicos practicantes»! No es de cextranar, contemplando estos datos, que cuando se les pregunta a los jévenes cules son las condiciones que ha de reunir una persona para ser considerada religiosa, ya desde 2005, las cuatro primeras elegidas («creer en Dios», eser una persona honradas, «ayudar alos necesitados» y erezar») no se relacionen directamente con la Iglesi Para comprender el fenémeno del alejamiento de los jévenes del ca- mino dela Iglesia hace falta, no obstante, ir algo mas alld della tesisde la privatizacién. Lo primero que hay que tomar en consideracién, antes de nada, es el que ya se ha comentado anteriormente: al otorgar o retivar su confianza en las instituciones, los jévenes estan proyectando todo un complejo sistema de valores, asi como en ocasiones de prejuicios y estereotipos. Juzgan, predominantementey deacuerdo con sus propios valotes, su funcién yswutilidad social, suestracturacomo organizaciGn, J tipo de poder dominante en ella, los valores finales que representa y los valores instrumentales que la caracterizan. Y todo esto, en ocasiones, desde un conocimiento profundo de ella y, en otras, desde apenas algo més que una vaga intuicién basada en una imagen difusa, relacionada amenudo con la fantasmagoria mediética {Qué dice Ia sociedad (y los jovenes) dela Iglesia? 35 Elestudio de Canteras Murillo (2003, p. 80) sobre Sentido y creencias de los jovenes arrojaba, hace ya aftos, un dato de gran interés a la hora de entender esta falta de confianza y de apoyo: el 55% de los jévenes mostraban su acuerdo con que dle nada sirve creer en cosas que no te cretos», ;Ven los jévenes a las instituciones, y pragmatismo? Es muy probable que si. Y, ademés, y especialmente en al caso dela Iglesia, prescriptivas, caracteristica que en ningin caso puede narginada a la hora de plantear un cuadro completo de las razo- stanciamiento delos jévenes. Las Instituciones, subraya Miguel \Vallés (2000, p. 293), «al escribirse con mayiscula y tener autoridad, y sobre todo imponer obligaciones, remiendan la imagen de los padres» Una imagen, hay que afiadir a esto, ismos padres han sabido difuminar en pro de una convivencia més pacifica Y sompade con sus hhijos pero que la Iglesia especialmente ni siquiera ha parecido querer disimedar, por lo menos certs sectore de gran calado socal. Soha de tener en consideraci6n el estigma que conlleva el término «obligacién» y queen el mundo juvenil no es facil de elimninar, Precepto, Mandamiento, Obligacién y Rito chocan hoy frontalmente con la sensibilidad yelcuadro devalores dela generacién joven. Sin embargo, el fenémeno no puede ser cexplicado por un solo factor. Hay més razones del desapego. Destacamos dos (Gonzélez-Anleo y Gonzélez-Anleo, 2008, pp. 275 ss.): 4. Una primera razén nos remite al desprestigio de los ritos, al ha- ber practicamente desaparecido del imaginario juvenil la nocién misma de salvacién cristiana, Frentea ella han levantado orgullo- samente la cabeza la salvacién del Mundo pobre, que inspira ala los asi como la salvacin del cwerpo y de la mente. . Una segunda raz6n de la pérdida de estima juvenil por la Misa, x concierne ala misma Iglesia ya la pésima imagen proyectada por ella fundamentalmente en los medios de comunicacién, £1 54% de la poblacién espafiola piensa que la influencia de los lideres religiosos en Espafa es «mala» o «muy mala» y solamente el 32% ebuena»o«mésbienbuena» (Alamios ChicayPenalva Verdi, 2012, p. 358). Los jévenes demuestran hoy una aguzada sensibilidad 36 Joan Marla Gonzélez-Anleo para percibir esa «mala prictica religiosa» y esos «mundos injus- tos» y, aunque de alguna forma pertenezcan también a ellos, no soportan las actitudes de hipocresta de los mayores, sobre todo siestén en posiciones de poder politico, econémico o edlesi Una ver dibujado el marco general del alejamiento del joven de la institucion de a Iglesia, ga qué se debe, en concreto,la enorme desgana de los j6venes para asistir a Misa, incluso de los que se declaran caté- licos? Los j6venes tienen pocas dudas al responder a esta pregunta: el 53% confiesa que «la Misa no me dice nada» yun 15% vienen a decir lo mismno desde otra perspectiva, aunque el mensaje sigue siendo el mis- ‘mo; «la Misa es muy aburrida». El resto de las razones alegadas, en tono ‘menor, se reparten entre la falta de interés por la religién, wn 25%; la falta de tiempo, un 10%, y el conocido t6pico «se puede ser religioso sin ira Misa», con un 11%, Lo ms significativo aqui es que las dos terceras, partes de los jévenes abundan en un mismo argumente: la Misa en st snisma se ha convertido en una sinsentido para el mundo juvenil, porque no dice nada o porque es muy aburrida (FSM, 2010, pp. 203 y'ss.). La falta de sintonfa delos jévenes con las normas del Magisterio de Ja Iglesia colorea las experiencias y vivencias de los jévenes, y depen de del progreso en los estudios y en la vida laboral, y de las aperturas, mentales y sociales consiguientes. Representa un grado més avanzado ena confianza juvenil en la Iglesia, en la identificacisn con ella, yen la Participacién y compromiso con sus actividades. Peronos enfrentanos ahora con un hallazgo que matiza el sentido de estos datos: mas de la mitad delos jévenes, un 69%, dice queindividualmente, puede creer en Dios (¢1 62% delos autodenominados cats tes), yno aceptan facilmente la definici6n de laxeligién que les propone la iglesia, es deci, rechazan e! monopolio eclesial para definir el cosmos sagrado y a Dios, el centro del mismo (FSM, 2010, p. 211). Desde este Presupuesto, se entiende el acuerdo de los jévenes con la idea de que la creencia en Dios no esta vinculada necesariamente a la pertenencia a Ia Iglesia, como antes ya se habia visto el parecer juvenil de que la Misa no era necesaria para ser muy religiaso. Los jévenes de hoy, incluso los catélicos, piensan que la Iglesia no es necesaria para creer en Dios, ya ‘que Dios y larelacién del hombre con Hl, la religion, en suma, estén por encima de la Iglesia y de sus ritos. Qué dice la sociedad (ylos jovenes) dela Iglesia? 37 En los iltimos aios, Ja mayoria delos jévenes espatioles han dejado de considerarse catélicos de hecho, aunque, como la poblacién espatiola dela que forman parte, mis de las dos terceras partes se definan como tales, frente alas otras dos alternativas: creyentes de otra religion ono creyentes. Yadesde 1999, el porcentaje dejivenesespatioles que atribufa spucha o bastante importancia ala religin quedaba en el 22%, frente al 28% de Francia, el 51% de Portugal, el 50% de Irlanda y el 58% de Italia (Galland y Roudet, 2005, p. 232-233), ¢Hasta qué punto puede decirse quese ha cumplidoeltemor deunaaceleracién dela secularizaci6n juve- niles en Bspatia? Seria dificil negarlo; un salto del 7% al 17% de jovenes ateos en quince atios, de 1994.a 2010, es un salto mortal, y atin més si le agregamos los incrementos del porcentaje de indiferentes y agnésticos. Se ha producido un cambio muy rapido, debido al impacto deun periodo socio-politico muy critico. Bien sea por elreemplazo generacional, opor el impacto de un periodo de particular relevancia, claramente se han modificado mas que claramente las actitudes de los jovenes frente ala religion (Gonzélez-Anleo y Gonzalez-Anleo, 2008, p. 265). Conviene no olvidarse, igualmente, del importante impacto que ha tenido, ademés, la generacién progre en la sensibilidad e ideario de los, jévenes de hoy (Gonzélee-Anleo, 2005, pp. 29-33), una generacién que, entre 1975 y 1990, consolida las actitudes y productos culturales anti- religiosos, como la movida, ol cine y a literatura rupturistas con valores socialmenteestablecidos, una permisividad hedonistageneralizadayun fuerte anticlericalismo, Probablemente, la mayor herencia de aquellos afios es la enorme imaportancia de la experiencia personal como fuente sagradadeaprendizaje. Se tantea, sevechazaautoridadesy normas desde arriba, se proclama la suprema valider de sus propias normas, ‘Aunque no es la tinica raz6n, esto tltimo adquiere especial relevancia a lahora de pensar quella oferta de sentido del Mensaje eclesial ha sufrido el impacto de la posmodemnista explosién del cosmos sagrado. Se ha abierto, entre los jévenes espatioles, en este sentido, una gran brecha de escision, entrelo que ellosentienden por religiényloque entiendeladoctrina oficial, entre las normas de la Iglesia, incluso cuando se confiesan sus miembros, y sus propias pautas, normas y valores, llegéndose por este camino, como afirma Callejo Gonzalez (2010, p. $4), a eunaespiritualidad en gran m auténoma de las instituciones eclesiales», Se ha Hlegado a afirmar, en este 38 Juan Marfa Gonzaler-Amleo sentido, que existe ya en la Iglesia Catélica una fractura real entre los con- servadores y los progresistas. Eslo que Juan Gonzélez-Anleo llamé, en su ‘timo escrito publicado, «l csmalight dela iglesia Catélica» (2013,p.349y ss.),porel cual un grannimerodecatélicos, losmésjévenes especialmente, han de vivir deespaldas al Magisterio dela Iglesia para poder vivir de forma coherente dentro desu fe y de st mundo, «De espaldasy, escribe Gonzdlez- Anleo, «significa primordialmente que no hay tanto enfrentamiento entre esa mayoria de catdlicos rebeldes el poder magisterial, sino simplemente que aquella no se siente realmente concernida por lo que dicen, aconsejan y ordenan clos de arriba» sino que vive su vida religiosa, mas © menos inspirada en los principias e imperativos de la fe cristiana, pasando de los. receptos del Magisterio sin mayor preocupaciénr. Concretamente: Porquellos considera anticuados, porqueno encajan con su proyectode: vida, porque fos ha ensayado con poco 0 mingtin éxito, porque la presion secialy medidticaes demasiado fuerte, porquescbreciertos temas, demoral senual y de bioética sabre todo, la gente si se plantea ya preguntas, y las rrespuestas ad loc de la Iglesia a nadie interesan, porque advierte titubeos, vveleidad einclusocontradiccionesn algunasintervencionesdal Magisterio, pporgue, no debe descartarse esta tltima razén, en su cireulo cristiano hay Uderes y creadores de opinion, teblogos, sacerdotes agentes de pastoral, educadores... que les aconsejan o sugieren no tomarse al pie dea letra lo {que dicen el Papa, la curia y los obispos, en especial en materia de moral sexual y familiar. Hay razones para todas las posturas personales, pero para ‘muchos la conclusién es clara: hay que pasar de lo que dice la Iglesia para poder vivir una vida cristiana desde la propia conciencia la libertad que a ella inalienablemente va unida, (Gonzfle2-Anleo, 2013), Bibliografia ALAMINOS CHICA, A, y PENALVA VERDO, C. (2012). fica ily étcarligiosa en Espaila Revista Internacional de Sociologia (IS), 702), 347-373. Recuperado de Irepi/goo gl/HECAC1 (Consulta: 17/10/2014} ARROYO MENENDEZ, M, y CABRERA SANCHEZ, J (2011), Dinémicas del camblo catural en Espat: Explorando tendencas generaconales. RES, 15, 47-73. Rec pera de htts//gvo g/NbiLg {Consuls: 18/01/2028) Beli, [. (2000). 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