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Indice Nota del editor Prélogo Agradecimientos 1. Narraciones semanales: una mirada literaria 2. Los Iectores: una vez mis ese enigma Modos de la lectura El consumo cultural eA quién hablan los avisos? 3- Las revistas y sus escritores Narrativas plebeyas “Nuestros escritores” 4, Ideal y representacién del amor Condiciones ideoldgicas de produccidn narrativa Una literatura sentimental Los deberes y las culpas del matrimonio Los escenarios del amor 5- La felicidad: solu y ulop iones imaginarias s romanticas 6. Los ojos que hablan: cédigos del cuerpo yla mirada 11 13 15 ry 27 43 49 52 57 68 103 Nota del editor La primera edicidn de esta obra fue publicada por Cata- logos Editora en 1985, y la segunda, por Grupo Editorial Norma en 2000. La presente edicion, que puede considerarse definitiva, fue revi- sada y corregida para subsanar erratas y demas aspectos superficia- les de indole gramatical o sintdctica. Deliberadamente se conserva- ron las marcas y los giros propios de la época en que este libro fue escrito, asi como también, desde luego, los rasgos de estilo. Prélogo Leo este libro quince anos después de su primera edi- cin. En mi biblioteca casi no quedan ejemplares de las novelitas sentimentales que analizo aqui. Los fui entregando a medida que los lectores de El imperio de los sentimientos se interesaban por cono- cer la literatura que yo habia analizado. Me separé de esos folletos (que en su momento habia comprado o me habjan regalado), en primer lugar, porque soy muy poco coleccionista; en segun- do lugar, porque pensaba y pienso que no volveria a ellos. En el transcurso de esta década y media, varias veces, a algun editor se le ocurrié reimprimir y vender El imperio de los sentimientos. Quiza porque el titulo es verdaderamente bueno (no me cuesta decirlo porque imita un titulo de Roland Barthes), quiza sdlo porque se habia agotado, aunque habitualmente no se reeditan todos los li- bros que se agotan. No impulsé una reedicién hasta que encontré editores entusiastas que pensaron que valia la pena hacerlo. El imperio de los sentimientos fue bien leido, creo, por los lectores de la primera edicién. Como lo leeran otros lectores que, a su vez, quiza ya hayan leido otros libros que escribi? Probablemente, Si esos lectores existen, este libro les parecera obligado en la serie que incluye Una modernidad periférica y La imaginacién técnica. Qui- 24 vean, como yo, que El imperio de los sentimientos forma sistema Con esos otros dos libros porque, como ellos, se propone pensar Ja literatura desde la cultura y, también, la cultura desde Ia litera- ura, en un momento de modernizacién relativamente exitosa. En 1985 yo crefa que esas tres primeras décadas del siglo XX ofre- clan claves importantes para entender la “diferencia” argentina. Pensaba también que el fin de Ia dictadura militar era una nueva ©portunidad Para este pais y que valia la pena revisitar el primer P E LOS SENTIMIENTOS 14 EL IMPERIO D tercio del siglo XX para descubrir alli, nidades perdidas. / ; / La reedicién de un libro escrito hace quince afios cae medio distinto del de entonces. En 1985 practicamen cuchaba la formula “estudios culturales” en ninguna p por lo MEnoz, las oporty nun te no se ce Arle, Si este libro se publicara hoy por primera vez, casi todo el mundo }, 0 Mae maria un “estudio cultural”. El pais ha cambiado, también cambiado las modas intelectuales: defender una Perspectiy, anilisis formal e ideolégica al mismo tiempo me Parecia una han ‘a de tarea diria beria pendiente en 1985. Hoy es una perspectiva aceptable y casi hegeménica. En este sentido, El imperio de los sentimientos del esperar lectores dispuestos a no sorprenderse con nada de lo que aqui esté escrito. Pero la autora del libro también es diferente de la de de la transicién democritica porque, Otros intelectuales (ademas de los n. mientos) han sido sus interlocutores. un acto de anacronismo: incorporar Por primera vez se ubicé El imperio Sonas, que eran entonces muy jéven Plo: Sylvia Safta, que estudis el peri Novelitas sentimentales, y Adrian G donde se difundian esos folletos, un libro mas o menos solitario en st solo, S08 aiios en su transcurso, muchos ombrados en los agradeci- Quisiera que se me permita al campo de estudios donde de los sentimientos a otras per ‘es. Dos nombres como ejem- iodismo contemporaneo a las ‘orelik, que estudié la ciudad El imperio de los sentimientos fue 1985, Hoy, bueno o malo, ya no BEATRIZ, SARLO, 2000 1. Narraciones semanales: una mirada literaria Las narraciones que voy a analizar en este libro son casi contempordneas de la vanguardia. Sin embargo, resulta dificil imaginar un lugar donde pudicran haberse cruzado El tamatio de mi esperanza de Borges con La Novela Semanal o La Novela del Dia, Su contemporaneidad real parece, desde el punto de vista literario, ilusoria. Producidas desde lugares diferentes, con estéti- cas diferentes y para ptiblicos también diversos, plantean muchos problemas. El primero: ¢por qué interesarse en ellas? Las librerias de viejo, los repertorios de los coleccionistas, los ficheros de algunas bibliotecas prueban con su abundancia que, cuando hablamos de literatura, realizamos, por lo general _en silencio, una seleccién en la masa enorme de los textos. Afuera caen los miles de paginas que la historia, las modas, el gusto y “Sus instituciones no han incorporado a sus sistemas. Sucede, sin ~ embargo, que esos libros, folletos y revistas crearon una peculiar densidad del campo literario. Se trata de la misma atmésfera po- blada en la que hoy discutimos con intensidad una novela que dentro de treinta afios pertenecerd quizds a ese depdsito enor- me y desordenado de las bibliotecas. Si Ja literatura pasada puede contemplarse como una antologia de las grandes obras, es sabido que la literatura presente se parece mas a un flujo donde todavia no se han realizado cortes. Me preguntaba entonces si era posible pensar en presente estas narraciones semanales del pasado. Entre 1917 y 1925 (estos fue- ron sus afios de apogeo) circularon en varios cientos de miles de

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