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ET Aca CALL Sociedades y territorios en tiempos contemporaneos Una Introduccion a la enseiianza dle la geografia Primera parte Geogra _y ciencias sociales Pensamiento y refugio Las tiltimas tres décadas de la historia de nuestras sociedades nos colocan frente a un conjunto de profundas transformaciones sociales, politicas, econémicas y culturales, enmarcadas en una dindmica envolvente y glo- balizante propia del mundo contemporineo. La reestructuracién del sis- cema capitalista a mediados de la década de 1970, el pasaje de un para- digma fordista a uno mas flexible, los nuevos procesos culturales de socializacién, los cambios de roles de los Estados nacionales y las nuevas presentaciones de lo politico y de la sociedad civil imprimen rasgos, pro- ducen tealidades y modclan tendencias en los diferentes aspectos de la vida social, Entre ellos, particularmente nos interesa aqui sw impacto en je de las ciencias sociales, tanco en los cenitros de farmacién de docentes y en las ins colares como en las aulas de clase; en fin, aquellos espacios en los que, de una u otra forma, se constituyen temas, se formulan interrogantes, se piensan problemas vinculados con tarcas pro consecuentes practicas cotidianas en la escena de ensefiar y aprender los distintos campos de ensefianza y aprendiza del pensamicnto y las ciencias sociales. Desde ya que los cambias en las formas de hacer y pensar las cosas van ms alli de un nico campo curricular o disciplinar, sin embargo resta un largo camina pot recorrer en la experiencia escolar acerca de una edu- cacidn én sintonia com los tiempos sociales que nos toca vivir. La sobre- carga de demandas y expectativas que pesa sobre la escuela y los docen- tes es inmensa, y por muchas y variadas razones el abordaje de los problemas de este tiempo no se realiza en las clases de ciencias sociales con la debida implicacidn. Nos eneontramos muchas veces paralizados 6 insuficientemente fortalecidos para hacer frente a los riesgos deshumani- zantes, ala velocidad de los cambios y a Ia injusticia en sus variadas for- mas de exclusién y desamparo. Es por ello que no queremos dejar de se- 13 falar algunas oportunidades pedagégicas que esta época particular nos brinda. Las sociedades contemporineas son sociedades complejas, estalladas, de- siguales, integradas y desintegradas en simuleinco, consticuidas por relacia- nes ¢ hilos sueltos, La escuela tiene que enfrentarse con una multiplicidad de cédigos y de ordenamientos diferentes de los que tradicionalmente se halla- ba acostumbrada a procesar. Las escenas de violencia, de insatisfaccisn, de soledad, de malestar y descontento, sin duda, tienen sus raices en innumes ables ctimulos de razones, Desde aqui, deseamos situar qué oportunidades ~acotadas, siempre parciales, cemblorosas quizds~ puede aportar un pensa- miento que intente acercar ideas ricas sobre lo que ocurre, producir nuevas aproximaciones de interpretacién, formular palabras para nombrar el pre- sente y lo por venir, Nuestra propuesta consiste en crcer que la posibilidad de comprensin puede brindar algin reparo, alguna clave de sostén con la que elaborar una distancia de objetivacién que permita pensar la vida social contemporinea. Conocer el funcionamiento de las instituciones globales de la sociedad con- temporiinea ~es decir, sus formas de organizacién, sus normas, sus principa- les representaciones politicas, culturales, econémicas, juridicas y simbdlicas~ « una herramienta que permite el acceso a un conjunto de reglas de juego en cl que los territorios y los ambientes del mundo contemporineo oftecen su particular fisonomia y en el que los sujetos desarrollan sus vidas, sus tra- bajos, sus relaciones de distinto tipo. Asi, el esbozo de una explicacién mas amplia y mds abascadora, el reen- cuencro de una historia singular dentro de una historia mds general, la ins- ripeién de un telato local mas alli de sus fronteras estrictas son ejemplos de formas de construccién de hipécesis explicativas o interpretativas de distintas . En este marco, estamos entendiendo el valor de 'a teorfa, del pensamiento, del mundo de las ideas y queremos compartitlo con aquellos que dia a dia enfrentan la tarea de ensefiar. Es probable que mu- chas de estas cuestiones puedan ser vlidas en diferentes campos de la ense- fianza, pero en el que nos ocupa especialmente, el de las ciencias sociales, se trata de una condicién para el crabajo. Nos parece que construir una posicién de ensefianza valida y responsable, acorde a este tiempo, debe hacer de la teo- tia y del pensamicnto una oportunidad para comprender y pensar, junto con los jévenes, nuestro estar en el mundo hoy. situaciones de la vida soci: 14 Una oportunidad. pedagégica La heterogeneidad del colectivo de profesores y estudiantes es muy grande: desde conocedores del abec¢ de la teoria social hasta aquellos que han teni- do ocasién de ensefiar y estudiar los desarrollos mds recientes de las discipli- nas sociales. Pero si el punto que nos convoca es hacer una lectura del mun- do mas fina y mds rica, de pensarlo para proponer atajos a sus desventuras cotidianas, los contenidos y las estrategias de trabajo de las ciencias sociales y de una disciplina como la geografia aparecen como instrumentes aliados para ensayar el alcance de tales propésitos. ;Por qué la geografia es un terre no fértil en este sentido? Porque incluye una combinatoria multiple de suje- tos y elementos en danza, por el incesante movimiento que los anima, por ladiversidad de ligicas y razones que imperan, por la simultaneidad de mar- cos temporales y tetritoriales que convergen en un mismo proceso, por st cartografia siempre cambiante. Asumir una postura tedrica no emacional ~si vale la distincién— acerca de que las sociedades y los territories actuales son complejos, fragmenta- dos, despojados de todo destino prefijado y lineal, arrojados a la diversi- dad de decisiones conscientes y tambign de acciones ingobernables y al propio azar, pareciera dejarnos més preparados, menos solos, menos Gni- cos en nuesttas pricticas cotidianas y con mejores herramientas para cons- truir un punto de vista, una interpretacién y una decisién frente a la rea- lidad que nos coca vivir, Por supuesto que otros saberes y expe aportan visiones vilidas ¢ insoslayables, pero aqui queremos subrayar los rasgos especificos que tiene un campo —por definicign, parcial ¢ incomple- to— como la geografia, para hacer fructificar las ideas que venimos desple- gando. Entendemos que esta disciplina es privilegiada —no tinica por cier- to— para introducir en la escuela contenidos y temas de interés de la escena contempordnea y algunos de los didlogos mas interesantes entre las disci- plinas culturales y naturales En este mar de agitadas y permanentes transformaciones, los docentes nos enfrentamos cotidianamente al desafio de decidir cudles son los conceptos y las ideas mas porentes para comprender y explicar la vida social y cudles las, estrategias didacticas mas apropiadas para que los estudiantes puedan reali- zar aprendizajes valiosos y significativos en términos de interpretacién del mundo asi como de las posibilidades de su recreacién permanente. Como ncias 15 entender, si no, los paisajes sociales y culturales de este inicio de siglo. Cé- mo posicionarse, si no, frente a nuevas identidades, nuevas localizaciones, nuevas tecnologias, cn un mundo cada vez. mas interrelacionado y, a la vez, fragmentado. Estamos pensando en una ensefianza de las ciencias sociales que tienda a un compromise de reciprocidad con un conjunto amplio de saberes y expe- riencias, de responsabilidades, con la intencién de tender a la construccién de una sociedad en la que sea posible articular proyectos personales y colec- tivos, y hacer un ¢jercicio mas pleno de la palabra y la decisién. Asi, enton- ces, estamos perfilando una linea que comunica las précticas escalares con un tipo de conocimiento compartido y abierto, comado como un entrama- do de variados planos histéricos, politicos y culturales. En este punto del camino, confluyen los propdsitos y el sentido de la en- sefianza de la geografia, plasmados de modo solidario en las contenidos que se seleccionan para ensefiar y en las intervenciones didacticas que se decide adoptar. No esté de mas insistir en que una agenda renovada de la geografia puede colaborar, dada su amplitud y diversificacién tematica, territorial y sectorial, en comprensidn tanto de tendencias generales del mundo actual como de rasgos especificos de un cierto lugar, una regién, una ciudad, un distrito, Precisamente en esos recortes tetritoriales se amplificardn para su enseftanza los nuevos paisajes, las nuevas presentaciones de lo urbano y de lo tural, los nuevos roles del Estado, los nucvos lazos interpersonales, Como se ve, las transformaciones operan a nivel de la socializacién en general y tam- ién en los cambios subjetivos y a nivel de los habicantes, los trabajadores, los estudiantes, los turistas, los comerciantes, los migrantes, etc., segiin la di mensién de que se trate, Estamos planteando una geografia plenamente situada en el campo de las ciencias sociales, cémoda y legitimamente, no desde una perspectiva re- térica ni formal, sino mds bien arenta a las consistencias ¢ inconsistencias, a las tensiones, a las polémicas y las rivalidades que pueblan la vida y la teorfa social. Esta posicién connota el abandono de un escenario de pos- tal, de acuerdos y relaciones inmutables, de datos naturalizantes (y no sé- lo porque se refieran a un hecho natural, como la cantidad de Muvia caida cn un area determinada), especialmente porque muchas veces esa mirada fija y atemporal se traslada a siuaciones propias del campo de la cultura y Ia sociedad. 16 Una geografia social, entonces, estaria dispuesta y disponible para tomar Jos principales temas y problemas referidos a las nuevas configuraciones de las sociedades, los territorios y las culruras en la actualidad, atendiendo a su dinamica local-global. Al mismo tiempo tendrfa en la mira enriquecer los sa- beres y las experiencias del ambito sociocultural contemporineo, a fin de que tanto las estudiantes como los dacentes podamos contextualizar més re- flexivamente nuestras précticas cotidianas y especificas Este posicionamiento exige discutir y poner al dia enfoques conceprua- les y metodolégicos, recuperar las biografias personales, revisar concepeio- nes y atribuciones de sentido, a fin de plantear los temas territoriales y am- bientales en el marco de las transformaciones sociales contemporineas. De alli que esta propuesta de trabajo en geogtafia sea una invitacidn para refle- xionar acerca de temas como la progresiva artificializacién de la nacuraleza, la trama urbana del mundo, los nuevos modos de organizacién del trabajo, las redes de comunicacidn e informacién, y acerca de cémo se conforman en a actualidad las identidades personales y sociales en diferentes ambicos locales y regionales. Segunda parte Espacio geogrdfico, territorio y paisaje Tres conceptos, tres aproximaciones Espacio geogrifico, territorio y paisaje: tres conceptos, tres aproximaciones, tres modos de enfocar el objeto de estudio bisico de la geografla. Podrfamos listar una gram cantidad de defi jones, posiciones de autor y escuclas de pensamiento geognifico que diferencian estas categartas. Aquf proponemos una distineién en el una cémara que se detiene a distintas distancias, que focaliza di mos ¢ indaga distintas profundidades de la espacialidad. En una secuencia l6gica de inclusién conceptual, de las nociones mas ge- nerales y mas abstractas a las mds particulates y mis cercanas a la dimension empirica, la trfada se ordena del siguiente modo: espacio geogrifico, tertite- rio y paisaje. A lo largo del capitulo utilizaremos la categoria que resulte mis pertinente para el argumento que estemas desarrollando. Entendemos al espacio geogrifico como la categoria més abstracta, resu- men y expresién de la relacién sociedad-naturaleza. Es una nocién utilizada para refetitse al escenario de la vida y del trabajo de las saciedades, y englor ba al conjunto de los procesos de reproduccisn, en sentide amplio, de las dlistintas sociedades del globo (Brunet et ad, 1993). Territorio es la categoria que contempla el espacio geogréfico apropiado, puesto en valor yen el que se advierten las condiciones de un cjereicio efee- tivo del poder politico. El territorio alude al espacio efectivamente usado, ta- sado 0 en reserva, resumen de las relaciones histéricas entre la sociedad y la naturaleza (Moraes y Da Costa, 1993). Segtin esta perspectiva que estamos adoptando, podriamos hablar de te- rritorio argentino © uruguayo, pero no de espacio geogrifico argentino 0 uruguayo, Quizé la tinica adjetivacién concordante con la nocidn de espacio gcografico sea mundial, planetaria, global. En efecto, espacio geogrifico es tuna representacién de alto nivel de abstraccién que no puede asociarse con un referente particular. Por su parte, el término paisaje alude a la dimensién observable y Fisoné- mica del territorio, es decir, a su modo de presentacién a los sentidos (San- tos, 1994). Al igual que las dos categorias anteriores, el anilisis y la compren- | de abstraccién, de conceptualizacién, a modo de ros tra 47 sidn de su significado y de kas racionalidades subyacentes a sus aspectos fe- nomenolégicos son tareas de arduo trabajo para los gedgrafos. Los paisajes exhiben los aspectos visibles del conglomerade de rasgos ial; son ka apariencia, el modo en que aparecen esos rasgos en un lugar particular del globo. Por lo tanto, los p: sajes en la actualidad, tanto urbanos como rurales, se hallan transfigura- dos por las fucrzas de la economfa, la cultura y la politica. Combinan ras- gos ctnicos, culturales ¢ ideoldgicos de las comunidades de origen con los propias de otros grupos sociales y cconémicos; combinacién atravesada a su vex por los vectores globales de In recnologia, de las transferencias fi- nancieras y de los flujos de mensajes ¢ informacién que producen cons- tantemente los medios de comunisacién, como la televisién, los periédi cos y el cine, De alli que pucdan reconocerse cinco dimensiones del paisaje contemperdneo: érnico, mediatico, Financiero, tecnoldgica ¢ ideols- gico (Appadurai, 2001). En las clases de geograffa, entonces, se utilizarin dis tura, segtin sea el contenido que se pretende ensefiar, Daremas un ejem- plo; si la intencién pedagégica es presentar, de modo general, los sistemas de transporte ¥ comunicacién del mundo, un concepto apropiado para utilizar es cl de redes, materiales ¢ inmatcriales, que se relaciona con una representacién del espacio geografico mun cién, de una rendencia a cscala mundial, deja en los territor cructura y Mercosur, el nivel de la espacialidad de este proceso se corresponde con el del territorio, en este caso, supranacional. Siguiendo con Ia secuencia de lentes, un paisajc que concretaria el proceso que venimos detallando po- dria ser el correspondiente al movimiento de personas y bienes a través de las obras de infracstructura binacionales, por ejemplo, entre Argentina y Uruguay. Es oportuno advercir que la correspondencia con las escalas geagréficas es conceptual, no de extensiGn, de superficie escricta. Depende del tipo de pro- fundizacién analftica que desce Hlevarse a cabo; por ejemplo, pueden traba- jarse temas urbanos que se correspondan con la aproximacién al territorio y no sélo al paisaje. De hecho, al analizar un paisaje -y no sélo observarlo y describirlo-, al reconocer sus légicas invisibles, las que explican por qué es del espacio geogréfico a nivel mun: tintas lentes de lec- I. Se trata de una generaliza- in lectura a lo que ocurre 8 concreros, Por su parte; si la intencidn es conocer Ia es- indmica del transporte en las arcas froncerizas de los paises del 48 asi y no de otro modo, nos acercamos a la frontera de un an y ‘ca, econémica y cultural, nos aproximamos a un abordaje propio del espa- cio geogrifico. territorial, inculamos esas Idgicas con procesos generales de la teoria social, polit Tiempos implicados Un aspecto que descames abordar en particular es el referido al tiempo 0, ingjot dicho, a los tiempos: el de la simultaneidad, el de la sucesién, ef de las procesos. Moraes y Da Costa (1993) nos recuerdan “el tiempo materia lizado en los paisajes” que debemos rastrear en cada caso. En cada momen- to histérice los territorios y los paisajes cobran significados diferentes. Por eso resulta importante situar, en la actwalidad y en otras épocas anteriores, cudles son y cuales han sido sus principales caracteristicas. Esto supone con si rar histéricamente sus componentes —sociales y naturales, las relacio- nes existentes entre ellos, los actores saciales que despliegan sus vidas y sus producciones, las razones y Idgicas de sus acciones, las formas espaciales re- sultantes. Se recuperarin los construccién del territorio: répidos y lentos; de coyuncura y estructura; cor tos, medianos y largas. Este cimulo de tiempos sedimentades presenta distin- tas duraciones y diferentes ritmas, detenciones, saltos, aceleraciones, ruptu- ras quc serd preciso identificar en las distintas dimensiones de los procesos socio-territoriales (la cultura, la politica, el ambiente, 1a tecnologta, In eco- noméa, etcétera). Este entramado permite comprender el modelado y las configuracianes de los diferentes territorios a lo largo del tiempo. La idea de acumulacién histética —macerial y simbélica~ de objetos y acciones sobre la superficie te- trestre sugicre que las formas espaciales revelan las condiciones sociales, eco- némicas, culturales, politicas, ecnolégicas y ambientales de la época en que fueron creadas y, a la vez, tienen funciones propias del presente (Santos, 1996a). Los paisajes, entonces, exhiben conglomerados de objetas que se fueron fijando progresivamente a cada parcela de Ia superficie terrescre: son la cara visible de proceses de conformacién territorial particulares, Avanzar con los alumnos en un abordaje geogrdfico de este tipo supone dorar al concepte de tertitorio de nuevos y mas amplios significadas. Ir mds alli de criterios fisicos de tamaio, limites, forma y extensi6n, por un lado, € jstintos tiempos implicados en el proceso de “9 i mas alld dle los eriterios de continente o recepticulo, de los que sélo porta localizar e inventatiar sus elementos. Las ideas a construir sobre la comprensién de los procesos tertiteriales permitirfan a los alumnos com- prender que los tertitorios se hallan en petmanente trar sformacién: apare- en nuevos recortes geogrificos, se dibujan nuevas fronteras, se modifican las relaciones de cereania y Iejania, cambia el concepto de distancia y los luga- ses s¢ asocian en redes. También implica conocer que las regiones ne nece- sariamente implican territorios contiguos y que el papel de las ciudades no se limita meramente a los perimetros urbanos, sino que se expande a los es- pacios rurales, contiguos 0 no contiguos. Trabajar con los alumnos la nocién de historicidad ligada al concepto de territorio o de paisaje es una actividad relevance, y colabora, ademis, con el aprendizaje de que en cada momento los conceptos tienen una significacién particular. De modo gradual, irin aprendiendo que los territorios estan for- imados por dos componentes relacionados, no independientes entre si: el conjunc de los elementos naturales, més o menos modificades per la accién humana, y el conjunto de relaciones sociales que definen a una sociedad en tn momento dado. No es sencillo comprender que esas distintas combina- ciones de elementos dan como resultado configuraciones cerritoriales diver- sas. Por ello la presentacidn y abordaje de casos y ejemplos variades permi- tind a los alumnos acercarse a la necién de que, a lo largo del tiempo, las configuraciones de elementos sobre cada parcela del globo van vatiando, se- giin las condiciones sociales, econémicas, politicas, culturales, recnolégicas. Ast, podran reconstruir la idea de que cada lugar tiene su papel, pero no en el sentido de la vieja geogralfa, de congelar para siempre sus atributos y sé- lo considerar la desctipcidn de los elementos naturales, sino un papel que es- fen permanente cambio, al ritmo de la dindmica de las sociedades. Para ha- cer significativo este aprendizaje, los alumnos deberén attavesar multiples situaciones de trabajo que les permitan comprender que esa valorizacién, o mejor dicho, el proceso de valerizacién territorial, no es una cualidad subje- tiva, sino que se trata de un proceso de produccidn social de espacio (Mo- raes y Da Costa, 1993), que relaciona las condiciones lacales con las dind- micas mds globales de la sociedad contempordnea, Preguntas orientadoras en las clases -cual ha sido el papel de ese lugar a lo largo del tiempo, a nivel regional, nacional o mundial, cémo han sido las, relaciones entre la sociedad y la naturaleza, qué caracteristicas tiene la socie- 50 dad que valora y se apropia de los recursos, qué intencionalidades orientan gas acciones de valorizacién y apropiacién— pueden colaborar en la conse truccidn de propuestas de aula y en la deci utilizar para cnscfiar nociones de este tipo. n de que materiales y recursos El espacia geogrdfice y los territorias «a inicios del sigh XX1 ‘YVenimos sosteniendo que el concepto de espacio geogrdfice alude a una re- presentacién del mundo que cobija, desde cl punto de vista espacial, coda la trama de las relaciones sociales € incluye en su horizonte de inteleccién al conjunto de las regiones y los lugares del mundo, Es una categoria social ¢ hiscérica, que connota una de las dimensiones particulates de la vida social: Ia espacialidad, Por su parte, en cada une de los territories del mundo s¢ mezclan las huc- las de la naturaleza, mds o menos transformada segtin sea ¢l caso, las heren- cias de las distintas comunidades y organizaciones sociales, asf come las mult ples producciones de los individuos, grupos, empresas, Estados. Los territorios expresan la matcrializacién de los procesos espaciales contempordneos, y su aspecto visible se aprecia en los diferentes paisajes. En cada lugar particular se concrecan las légicas mas generales de produccién espacial y lo hacen de acuerdo a sus respectivas reglas, normas y pautas de erganizacidn sociopoli- tieay cultural. Presentamos a continuacién las principales caracteristicas del espacio geo- grifica mundial en la actualidad, que se revelan en el mapa de las diversas configuraciones territoriales especificas y que se dejan apreciar a través de los distintos paisajes del globo. Territories modclados par un conjunto de actores sociales Les territorios contemporaneos son modelades por un conjunto de accio- nes derivadas de las relaciones entre los Estados nacionales, las empresas de distinco origen y la sociedad civil, en tensién con las l6gicas de unicidad fi hanciera, operativa y técnica propi de la cultura y la economia globales. a1 Carla wee as, las decisiones de los Estados nacionales y las racionalidades del capitalismo industrial eeden lugar frente a los actores globales ligados a las compaitias transnacionales y a las nuevas formas de divisién del trabajo postfordista, En el modelado geogrdfico a escala mundial se conjugan tres elementos basicos que definen un modelo de desarrollo: las formas de organizar el tra- bajo (industrial, de servicios, agrario); la estructura econémica dominante de las distintas sociedades y el modo de regulacién o de institucionalizacién. de esas sociedades, es decir, el conjunto de normas y reglas que las rigen (Le- borgne y Lipietz, 1994). A cada uno de estos elementos se asocian diferentes actores sociales, politicos, econdmicas, juridicos, culturales, productivos, De alli que la construccién, la gestidn y el uso de los territotios sean comparti- dos por un conglomerado de actores particulares ¢ institucionales que movi- lizan ideas, érdenes, capitales, bienes, servicios, proyectos y recursos de todo tipo, En esta situacién, los centros urbanos a escala mundial y de los te trios fhacionales se convierten en centros privilegiados de gestidn del territorio (Lobato Cortea, 1997). Esto implica que las decisiones que allt se toman afectan a regiones muy amplias y a las condiciones de localizacidn de las di- ferentes actividades. La distribucién y configuracién de los distintos objetos sobre la superfi cic terrestre tio es azarosa ni arbitraria, depende de un conjunto de decisio- nes estatales y de mercado que ponderan los llamados factores de attaccién locational. Nos referimos a la presencia de cecnologias, mano de obra califi- cada, dotacién de infraestructura, disponibilidad de fuentes de energia, sis temas de transporce y comunicaciones, sitios seguros o mis estables desde el punto de vista politico o institucional (Borja y Castells, 1997). La distribu- cin de estos elementos es altamence desigual a escala mundial; por eso, los vos a la hora de fabricar cerritorios refuerzan los patrones loca- cionales preexistentes. Se instala y refuerza una dindmica acumulativa que tiende a la concentracién de capital, mano de obra y recursos diversos. Esta Fecurtencia, conocida con cl nombre de fertilidad territorial (De Mattos, 1997) se asocia cada vez mas con la presencia de las elementos construidos sobre el globo terrestre y se distancia de los determinismos naturales que ‘otrora representaban pricticamente cn su totalidad a las denominadas ven- ‘ajas comparativas de un drea, dando lugar actualmente a las denominadas ventajas competitivas. 52 Resulta interesante contrastar esta perspectiva de andlisis, en la que cx central el protagonismo de los actores sociales produciendo espacio, con aquellas geografias anénimas, naturalizantes, sin sujeto. Muchas veces, in- cluso, en aquellas, “el sujeto” sucle estar representade por los propios el mentos naturales (los rios, las rocas, etc.) protagonizando la escena sobre superficie terrestres como si su apropiacién, uso 0 transformacién no fuesc walizado por un sujeto identificable; es narrado de un modo impersonal, Fantasma ticamente, ‘Una vez mais: son los actores sociales, econémicos, culturales y politicos icnes transforman y consttuyen los territorios, Por un lado, son ellos quie- nes calculan, valoran y regulan la llamada competitividad de los lugares, evae Iuando cudles son las caracteristicas que hacen mas atractivo a un lugar que 4 atro, segiin los propdsitos que se persigan. Por otro lado, y a veces coinci- diendo con ellos, son también ellos quienes habitan cotidianamente los lu- gares del mundo y testimonian de multiples formas cémo viven allf sus vi- das particulares enlazadas con las de los otros. ‘Tramas de multiplicidad de elementos Los terricorios contemporineos condensan conjuntos muy variados de cle- mentos construidos y naturales, materiales y simbélicos, fijos o en movi miento, muy voluminosos 9 muy livianos. Los principales clementos reve- ladores en wna geograffa de este tiempo son: las nuevas cecnologfas de la informacién y la comunicacién, las innovaciones urbanas, los flujes de bic ngs, servicios y personas, y los recursos naturales estratégicos. Asimismo, el papel de la television, La posibilidad de viajar, Internet y otras induserias culturales acompafian de modo decisivo a la constelacién de elementos y procesos implantadas a lo largo del globo. Todas estas instancias abren el mundo, crean y destruyen lugares, reales o imaginarios: en fin, producen espacialidad. En los tiltimos 25 afios se observa una importante presencia de atribucos cientifico-técnicos emplazados en la superficie terrestre, una répida difusin de nuevos materiales (componentes electrénicos y épticos, nuevas cermi- cas, fibras y vidrios a medida, ctc.) y nuevas formas de cnergfa, asf como también constantes pracesos de modificacién biotecnolégica de plantas y animales. Podrian seta * procesos concomitantes que, de modos di- 53 ferenciales, modelan la superficie terrestre: la aceleracién de las formas de circulacién de personas, ideas, objeros, mensajes; el alto grado de especiali zacién productiva que caracteriza a cada parcela del globo; los cambios en las localizaciones tradicionales de los distintos fenémenos y procesos de la vida social (Santos, 1994). Estas tendencias no se desarrollan en forma homogénea y su expresién re- sulta puncual, fragmentada, segmentada. Es por ello que podemos hablar de un proceso marcado por desigualdades, por situaciones contrastantes y por polaridades excremas. Asi como la globalizacién econdmica y técnica se ex presa en distintos planos de la vida social, su contracara, la fragmentacién, también se expresa en los planos social, econémico, politico, territorial, tec- noldgico y cultural. En los tertitarios que venimos describiendo ocurren cotidianamente procesos simultineos de homogeneizacidn y fraccionamiento, de integra- cidn y segregacién, de comunieacién y dispersién. Encre las tendencias de homogencizacidn se hallan las ligadas a las pautas de consumo y al efecto de los medios masivos de comunicacién, que generan consumidores y usuarios de objetos idénticos y de informacién comin. Encre las cendencias de fraccionamiento se ubican las pricticas de disgregacién, de desintegea- cidn, de exclusién, ya sea de trabajadores, de consumidores, de ciudadanos (Garefa Canclini, 1999), De este modo, los territorios del mundo albergan conjuntos de etnias, grupos sociales, clases que derentan paquetes diferenciados de bicnes y ser- vicios, cuotas desiguales de participacién social y politica, instancias distin- tas de apropiacién de capital cultural, Por este motivo, ya no es posible asociar un rerritorio a una identidad Gnica y esencial, pues permanente se encuentra atravesado por elementos y fuereas miltiples. Una vocaeién trascendence y autocontenida ya no es asimilable de modo exclusivo a un lugar, pues cada lugar aloja un conjunto de rasgos ¢ identida- des miltiples, un repertorio de diferencias materiales y simbdlicas, que se unen y desunen permanentemence, Estas identidades, siempre en construc- cién y censionadas por los vectores de la homogencizacién y la fragmenta- én globales de la produccién y del consumo, hacen que se borroneen las nociones clisicas de adentro y afuera, de centro y periferia, de lo propio y lo ajeno (Ortiz, 1996), 54 Una propuesta de ensefianza que combine la complejidad de estos elemen- tos con kas acciones de los actores sociales que describiames en el apartade interior cobra un status relevante, pues permite acercarse mis cémodamente la nocidn de construccién del territorie, de fabricacién del territario, cada ‘vez menos como un escenario dado, come un dato @ priori, y cada vez mis como un producto, un resultado, una construccidn histérica. Un tapiz urbano EI de hoy es un mundo urbano, como nunca antes lo habia sido: un ta- piz a nivel planetario. Son mmiltiples los origenes, los tamatios y las formas en que se presentan las ciudades del mundo, sus actores predominantes y sus funciones, pero es innegable el predominio de las concentraciones ur- nas en la actualidad (Blanco y Gurevich, 2002). Predominio que sc ha- ce reconocible, no sélo por Ia alta concentracién de personas y activida- des econdmicas en espacios continues de edificacién sino, basicamente, por la difusién de las formas de vida urbanas. Estas formas estan ligadas la disponibilidad de una variedad de servicios tipicamente urbanos co- mo la educacién, la salud, cl uso del tiempo libre, el transporte y las o- municaciones. La ciudad es un objeto publico, asiento de un conjunto de actores co- lectivos, que se halla en proceso de construccién cotidiana, Un rasge pro: pio de la contemporaneidad urbana cs su gran heterogeneidad, a mode de mosaico que aglutina una multitud de productos diferentes. Nunca antes cn la historia de la humanidad habia sido tan abundante la oferta produc a, recreativa, tecnolégica y cultural que se propone actualmente en y ssde las ciudades. En ellas se satisfacen, con desigual grado de justicia, lus ccsidades colectivas ¢ individuales de quienes las habitan. Vor ello, pue- de afirmarse que el espacio urbano cs fragmentado y articulado a la vee + ilejo y condicién de las caracteristicas de vida de la poblacién (Lobate Ce trea, 1997). La ciudad detenta un conjunto de brutales desigualdace pero al mismo tiempo alberga simbolos de distincién social, politica, cul tural y econémica, situacién que la convierte en un campo permanente de disputas y luchas sociales. Los espacios urbanes, otrora vinculados a la produccién industrial, se halk en kv actualidad especializados en un perfil productive terciatio, « 55 0 Cuaternario, en las so. zacién dades mds desarrolladas. La fermi de los empleos sucle ser predominance en las ciudades medianas y gran- des, y en estas tiltimas se afade la particularidad de una alta productivi- dad de los servicios personales y para las empresas. En las denominadas ciudades globales (Sassen, 1999) se asientan las empresas y las institucio- nes que operan como centras de comando de la economia mundial; alli se localizan los sectores financieros y las empresas de servicios especializados. Las en territarios clave para el consumo, la produccién, la innavaci logica, las tareas de investigacién y desarrollo, n el contexto actual, los actores urbanes no son sélo locales (Piree, 1995), ya que la ciudad es el resultado de las acciones proyeetadas y rea- lizadas por actores sociales, politicos, econémicos y culturales que aperan en multiples escalas. Esto implica que la impronta urbana del mundo que venimos desplegando va mis alld de los conternos materiales precisos de las dreas urbanas, La vida urbana supera los perimetros de la mancha fisi- ca de una ciudad particular y se extiende a waves del impacto de las 3 nes de los actores que cn ellas residen u operan. De las resulrantes del logo mantenido entre los actores locales y extralocales surgen las mo- idades globales se constituyen en sedes de las principales mercados, n tecno- d dalidades de praduccién de equipamiento c infraestructura, los ejes de ex- pansién y de circula translocales, Las acciones de los actores urbanos rambién impactan en la organizacién de los espacias rurales y no sélo en los circundantes a las ciudades donde di- chos actores se asientan, sino en otros, incluso fisicamente muy distantes de sllos. Esta es asi, biisicamente, por tres razones: primero, porque la pobla- cién consumidora de alimentos y materias primas se concentra en espacios urbanas y por fo tanto direcciona las preferencias y los consumos; segundo, porque la produccién y comercializacién de maquinarias ¢ insumos para las actividades agropecuaria, minera y forestal se realizan en ciudadess y terce- to, porque las innovaciones techolégicas, productivas y logisticas pata el de- sarrollo del sector primario de la economia provienen de empresas ¢ insti- tuciones propias del mundo urbano. + fas redes y asociaciones entre espacios urbanos 56 Segmentos de trabajo La divisién internacional del trabajo sc plasma territorialmente, Fragmentos dle formas de organizacién del trabajo y de la produccién se diseminan por todo el globo, compartiendo patrones técnices, tipos de insumos y unidades operativas (Hobsbawm, 1998). Puede hablarse, entonces, de un modelo de solidaridad técnica que remite a la utiliza informacién y comunicacién, a usos empresarios comunes en terricorios di versos y a un alto grado de sclectividad y especializacién de los lugares. En la actualidad, Ia composicién técnica de los lugares es ef indicador 1 liente de sus potencialidades. Cémo no distinguir, por cierto, el valor difes rencial entre un lugar que dispone de servi informéticos y sa telitales de otro que no dispone de ellos. La dotacidn de servicios de alto valor agregado esta en In base de los mosaicos productivos actuales y en la diversidad de los perfiles de produccidn. Tambien la hetcrogeneidad de los contextos regulatorios y los grados desiguales de concentraciém del capital producen diferencias a la hora de decidir la localizacién y distribucidn de las actividades en el territorio. El desarrollo cientifico-técnico es necesario para las especializaciones pro ductivas, en tanto permite la dispersi6n territorial de las industrias, de los servicios, de los mercados financieros. La simultaneidad de las acciones, el ahorto en los costes de praduccién y ka instalacién de patrones comunes de produccién y consumo funcionan a modo de metastasis en la produccién postfordista, y se asiste cotidianamence al desmantelamienta de determina- dos rubros de infraestructura, de economias regionales, de sectores produce tivos enteros. El patrén hegeménico desde el punto de vista tecnoligico y cientifico s lo es compartido por las cconomias més dindmicas, por los sectores més ca- pitalizndos, por los rubros mas modernizados, no por todos. De all que la segmentacién del proceso de trabajo tenga profundas implicancias en las condiciones de vida de los trabajadores y habitantes de un lugar o una re- gin particular. Las grandes fibricas de produccién en masa que dieron vi- daa regiones enteras del globo a mediados del siglo pasado cedieron su pro tagonismo a nuevos mosaicos productivos, a dispersiones fragmentadas «le complejos industriales asociados a cadenas de la econom{a transnacional y i speetficas de pequefias y medianas empresas. Nue jén de las nucvas tecnologias de ios adreos, tcl locali: formas 7 dle manejar los recursos naturales, nucvas modalidades de opetacidn off'sho- n todo el mundo (Hobs- re de neto corte extra bawm, 1998). La tendencia a la segmentacién va de la mano de un proceso concentra: dor y de integraci vo 0 exportado! imperan in funcional a lo ancho del mundo. Diremos, entonces, que la espacialidad capitalisca contemporinea ¢s una espacialidad concentra- doray urbanizadora, Concentra poblacidn, recursos, poder ¢ inversiones ciertos lugares 0 regiones que transfieren competitividad a los actores y em- presas que en ellos se desempeiian, Estos lugares o regiones mds dindmicas no gozan de una distribucién homogénea, sino que st localizacion es acota- da y altamente selectiva: podria decirse que constituyen verdaderas islas 0 ar- chipiglagos de produccién de bicnes y servicios de todo tipo. Las casas matrices de las empresas y los centras de investigacidn-desarra- Ilo se localizan en las ciudades de las sociedades mds desarrolladas del mun- do; las induscrias y manufacturas que transforman los bienes semiclaborados se localizan en los propios territorias y tambien en aquellos donde la mano de obra resulta menos onerosa, En estos iltimos casos, vuelven a reincorpo- rar los productos al pais de origen sin aranceles sobre el valor agregado du- rane el proceso le manufactura, Asé, la tendencia a la segmentacién del tra- bajo es «i is acentuada, a medida que crece la automatizacién del proceso de produccién y el control a distancia de las compras, las ventas, el financiamienta, el abastecimiente de materiales, el transporte y la comercia- Tizacién, En los espacios rurales tambien se evidencia la creciente difusién de las formas salariales y de produccién de un mercado flexible y atomizado, que avanzan sobre las modalidades campesinas o de economias de subsistenci En paralelo, se asiste a la continua expansién de las fronteras agropecuarias y tecnolégicas en las diversas actividades rurales. La brecha entre el dinamis- mo de las distintas regioncs rurales del mundo es enorme, manifestandose brutalmente en una distribucién muy desigual de los ingresos, del acceso a la salud y a ka educacion, de la infraestructura, de las posibilidades de desa- rrollo, 7 ida vou Segmentos de espacios agricolas asociados a la modernizacién capitalista y segmentos de economias de subsistencia coexisten en cada uno de los te- rritorios del mundo, vetificdndose cl avance progresivo de los primeros y cl retroceso de los segundos. 58 Al igual que el sector industrial, el trabajo rural se caracteriza por li in tensificacién de fa produccién, el aumento del nivel de capitalizacién de law explotaciones, la disminucién del niimero de personas ocupadas, ef aumen. to de la dependencia de los insumos industriales (semillas mejoradas, ayro- quimicos, etc.) y la marcada especializacién territorial de las actividades (Teubal, 2001). Otro proceso que se manifiesta planetariamente es el de fa concent cién de los procesas de produccién, comercializacién y distribucin de bienes a cravés de las denominadas agroindustrias. Estas tiltimas son com- plejos areiculadores de los eslabones agricola, industrial y comercia cadenas de produccién de alimentos y maerias primas, que funcionan como una nica estructura de produccién. Estas empresas micleo o cen tros de comando -que conforman un verdadero subsistema agroalimen- tario— actiian en mercados muy concenttados y transnacionalizados, al mismo tiempo que se articulan con numerosos y a ka vez dispersos pro- ductores primarios, influyendo decisivamente en sus légicas de produc- cién (Gutman, 2003). Nos enfrentamos nuevamente con otra cara del proceso que venimos pre- sentando: la segmentacién del trabajo en todo el mundo, con actores-miicleo que comandan Ia organizacién de la produccién en el contexto de la trans- nacionalizacién de los mereados. Las casas centrales de estas grandes empre~ sas se localizan en paises con sociedades mas desarrolladas y los espacios de- dicados a Ia produceién primaria reservan su localizacién en paises del resto del mundo. En fin, hemos visto que la fragmentacién en el plano del crabajo y del empleo es sectorial, técnica, social y territorial. Se expresa, a través de va- riados mecanismos y practicas, en la segregacién y exclusién de grupos s0- ciales, de economias regionales, de sectores productivos, de ramas espect ficas de la produccién y de la infraestructura en las diferentes regiones del globo. Len las En el siguiente cuadro presentamos de modo sintético las principales ten- dencias desarrolladas hasta aqui. so Territorios y poder + Territories prota; nicos, jerarquizados + Papel de las grandes ciudacles © Contros y periferias en plural + Logica del beneficio, concentracién y desregulacién Territorios y redes * Territorios cn red, archipi¢lagos de atributos comunes + Nuevas redes y centros de comanda + Nuevas centralidades y subcentralidades, urbanas y rurales * Cambio en el conceplo clisico de distancia Tertitorios y tiempo + Acumulacién de tiempos distintos en cada lugar + Sucesiones y rupturas en las temporalidades + Acciones en tiempo real (consumo, logistica, servicios) Territorios y diferencias * Territorios segmentadas, estallacios, fragmentados Desigualdades, exclusién, segregacién * — Microrregiones, microdiferencias papel de lo local Las velaciones entre la sociedad y la naturaleza Allo largo del ciempo In base natural del planeta fue modificdndose por la acumulacién de grandes conjuntos de consttuceiones ¢ inversiones de todo tipo que se fueron deposita terrestre. En cada mo- mento histérico se valorizan dererminados elementos naturales, ciertos ma- teriales y formas de energia, gjemplo, en Ia actual ndo sobre la superfi istintos de los utilizados en otras épocas. Por iedra y cl earbén dejaron paso al uso masivo de derivados del petréleo y el si jad, la madera, la Laos elementos naturales, valor huma rados hiscéricamente, que satisfacen necesi- isos naturales. Tomar este enunctado pa dad: on las clases de geografia como una disciplina social implica orientar la ense za para que los alumnos pucdan comprender que cn cada momento histé cola soci an i. iad valoriza y se apropia de distintos elementos de la naturaleza, de acuerdo con su grado de desarrollo cconémico y tecnolégico. A partir de es proceso, los elementos y fuanciones de la naturaleza se convierten en recursos. El concepto de recursos naturales, nos parece, es clave para fa articulacién del mundo de la naturaleza y del mundo de la sociedad, a la vex. que permi= ce hacer una linea lean y las que ka abordan desde una dimensi entre las perspectivas naturalizantes de la nacura- n histérica y social. La naturaleza, desde una perspectiva histérica, es una naturaleza humani- zada, modificada y transformada. Esta perspectiva interrdlaciona la dinimica social y la dinimica natural, en un proceso de valorizacién socio-histérico (Moraes, 1994). Un aprendizaje signifi #4 la trayectoria de apropiacién y uso de un determinado recurso natural, por ejemplo, el suelo de Ia regidm pampeama en la Argentina, Jos bancos de an- chovetas en las costas peruanas o los basqutes de mimosa en Sudiftica. En las clases de tivo de estos conenidos contempla- ciencias sociales, a diferencia de kis clases de ciencias na- naturales perse, si- no desde los procesos sociales de apropiacién y transformacidn que van mo- rurales, Ia nacuraleza no es captada desde las ligicas Fisico dificando y artificializando progresivamente los elementos naturales del phinera. Cada vez se encuentran fijados sobre la superficie terrestre mis ob- jetos artificiales ~es decir, que conticnen olcadas crecientes, en cantidad y ea- nos clementos naturales. Tidad, de ciencia, tecnologia ¢ informacién= y rm Puede hablarsc, entonces, no de tuna naturaleza atemporal, exernizada, sino de un si ema de naturalezas sucesivas que abarcan desde un medio natural, poco o medianamente transformado, hasta un medio socio-natural altamen- te modificado por la sociedad (Santos, 1996b}. Dada la importance presencia de atribucos ntifica-téenicos sobre el pla- neta, la difusign de nuevos materiales y nuevas energlas; ast come la erecien- te artificializacidn de plantas y animales que ya mencianames, parece opor- tuno revisar la seleccidn de contenides de ensefianza que se realiza en las clases de geografia, atendiendo al atributo de las coordenadas de época desa- rrollado anteriormente y tambi temporaneos descriptas en este mismo capitulo, Enfocar los procesos de transformacién de los medios naturales del pla- neta habilita el tratamiento de contenidas que aluden directamente a proce- na las caracteristicas de los territories con- GI sos de configuracién territorial. Esto es asf porque los distintos recursos na- turales se valoran territorialmente, y a través del trabajo humano se recrean las condiciones naturales de un lugat regién, produciendo una forma te- rritorial particular, Las distintas actividades productivas —urbanas 0 rurales, puntuales o no, transitorias o permanentes— dan lugar a diferentes foi espacl as les que traducen las caracteristieas de las condiciones econdmicas, so- ciales y tecnoldgicas de la sociedad que las realiza. Por ende, los paisajes muestran las condiciones de las distintas épocas en que las diferentes formas espaciales fueton cteadas y recreadas, es decir, permiten observar las huellas histéricas de las relaciones entre la sociedad y la naturaleza Para trabajar contenidos vinculados con estas ideas en un determinado lugar o regidn, podria pensarse un ejercicio en el que se detectaran a lo | go del tiempo los recursos naturales valorados, las acciones que los fueron transformanda, los actores sociales, politicos y econémicos que dinamiaaron el proceso de valorizacién y transformacién, las modelados en el territorio, las permanencias y los cambios que pueden reconocerse en el ugar. El ¢j cicio puede ineluir cambién la indagacién accrea de cudles de las formas te- rritoriales resultantes se modificaron o desaparccicron, eudles se refuunciona- lizaron con el ticmpo y cudles no se destruyeron pero envejeci ron, entee las acumulaciones de valor en dl tertitorio, producidas a partir de la valorizacisn de la naturalera (0, mejor dicho, de “las natusalezas” consideradas en un proceso continue de antificia- lizacién), segiin los distintos grados de intervencién humana. Por ejemplo, otros aspectos. Es decir, se trata de reeonstet en las dreas rurales serin distintos las indicadores de modificacién que en las reas urbaitas consolidadas, aun cuando en las dreas rurales mds moderniza- das la cantidad de objetos técnicos, no naturales, presentes en ellas sea muy abundante. Otro punto interesante para desarrollar la historicidad de los conceptos en el caso de la relacién sociedad-naturaleza es abordar criticamente la idea de divisién de recursos naturales en renovables y no renovables. Dicha clas ficacidm es histérica, es decir, tiene validez en un determinade contexto tem- poral. plo, siempre o si puede dejar de serlo en algdin momento. Existe literatura espe- cifica sobre historias tristemente célebres de algunos recursos naturales en América Latina (plata, aro, caucho, ral idea puede introducirse a través de intettogantes como, por ejem- un recurso natural renovable -como el agua o los bosques— lo es para anchoveta, quebrachales, entre ottos) 62 que pueden utilizarse con los alumnos, para ir orient Ja rel dlizaje ae (én entre la naturaleza y el tiempa histérico, Ast. la nocién de reeur- sos naturales se enriquecera, en un gradiente de complejidad ereciente, con Ja apropiacidn de tres aspectas basicos: uno, la temporalidad, es deci, que los alumnos comprendan el problema de la conservacisn en ef mediane y largo plaza: otro, la cuestion de las escalas de andlisis, es decir, que compren« dan que los problemas de agotamiento o deteriora son de caricter global y que han dejado-de ser locales 0 nacionales; y por tiltimo, el caricter interge- era ido de que ef tema del medio ambiente y los recursos naturales incumbe a las proxi Sc estar preparando asi a los escu nal, en el generaciones. ntes para que en aiies mas avanzados de fa escolaridad puedan comprender el concepto de desarrollo sustentable, entendido como aquel que propone la satisfaccidn de las necesidades de la sociedad contemporinea sin comprometer la capacidad de las futuras gene- raciones para satisficer las suiyas, Se uata, entonees, de conciliar politicas y compromisos entre los Estados, los distintos sectores y grupos de la sociedad a fin de compatibilizar las expectativas del crecimiento econdmice y de la equidad social cn un ambiente suscentable en el Largo plazo, Por lo tanto, las estrategias de un desarrollo de este tipo debern contemplar aspectos sociar politicos, tecnolégicos y econémico-financieros, ademis de los estrictamente ecolégicos. Las escalas de andlisis Cada escala geogrifica corresponde a un recorte conceptual difercatc: lo lo- cal, lo regional, lo nacional, lo mundial, lo global. Cada uno de estos recor tes se asocia con un nivel de accién y de actores sociales, politicos, cultura- les y econémicos distintes. Al mismo tiempo que la divisién escalar supone fenémenos y procesos diferenciads, csos niveles se interrelacionan entre si. La nocidn de escala, asi definida, resulta interesante, porque permite liberar- se de una mirada estrictamente geomética y entenderla como la representa- cién conceptual de un conjunto de procesos y de actores. Una idea bisica que los docentes intentarin desarrallar con sus alumnos es que, sobre tado en el mundo contemporineo, las explicaciones acerca del funcionamiento de los territories no provienen de las dreas mismas, por lo 63 que resulta peicticamence imposible comprender dererminadas configura- nalidades, actores, recursos, mensajes, ologias de otro orden escalar. Recfprocamente, es impor- tante tener en cuenta que si bien cada lugar particular sobre la superficie te- rrestre se encuentra atravesado por logicas que oper onal, mundial), esto ne significa que se pierdan o se di- luyan sus particularidades y especificidades. De hecho, cuanto m dializa Ia cultura y se globaliza la economia, mvs decisivas se comnan las po- sibilidades locales. Sera. preciso, entonces, presemtar a los estudiantes casos variados en los que puedan analizar las posibilidades que tiene cada lugar pa- ra ofertar recursos naturales, para aprovechar poblacién calificada 0 para wti- lizar la infraestructura instalada, Estos indicadores les permitiran definir mas ajustadamente el papel de esa localizacién singular. Asi, cada lugar en el mundo se distingue segiin las presencias y las ausencias que conlleva; ya no alcanza con tratarlo como un punto perfectamente localizable a través de coordenadas fijas, sino que se define por un conglomerado de objetos y re- laciones correspondientes a distintas escalas, donde se fijan algunas caracte- rissicas y donde otras fluyen de y hacia ortos lugares, asociadas con atras €5- calas googréficas, Asistimos entances a una reconceptualizacidn de la idea de lugar, ya que éste es el producto de una particular combinacién de atributos naturales y sociales propios del dects ariginario sumado a los cruces entre lo local y lo global, lo particular y lo general, lo cercano y lo lejano, ‘an en diferentes escalas (local, regional ni se mun- La mica global-local El siguiente ejemplo puede servirnos para analizar y estirnular propuestas di« dicticas que cucstionen la nocién de espacio local. Podemos partir de una pregunta: gcudl es la escala éprima para estudiar las ciudades de Nueva York, Londkes y Tokio? ¢La escala local propia de un territorio urbano, !a nacional —en los dos casas en que las ciudades son las capitales politicas de los respec tivas paises— o la escala global, por el alcance de las acciones que realizan sus actores sociales hegeménicos? Para responder esta pregunta analizaremos un cruzamiento conceptual sobre las escalas que no responde meciinicamente al soporte fisico estricto de la ciue dad material. Tradicionalmente se pensaba a las ciudades y se las representabaa 64 escala local, ms alld de su tamafio fisico y de la cantidad de pobhicidn que pr seyeran. Es cierto que hubo un mundo que funcionaba a escala local, en el que se aprovechaban recursos locales, en el que los dmbitos de socializacién estaban restringidos y donde los circuitos de poder y de mercado no estaban globaliz- dos. Pero en los tiempos globales, se han desdibujado estas caracteristicas y dex- de las ciudades, bdsicamente, se comandan los procesos de gestién del tertitu- rioa nivel mundial. De modo que deberiamos pensar cudl cs la escala de andlisis nds pertinente para estudiar cada ciudad. Pero entre las ciudades del mundo, se distinguen las denominadas “ciudades globales” (Sassen, 1999): se trata de

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