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En esta obra, Jacques Le Goff exploss el imaginario medieval 1 través de ats ms importantes componentes: por ana pate, Jos héroes, como Carlomagno, el Cid, el rey Arturo, Roldén Xobin de los Bosque, sin olvidar al hada Melusina, al mago Merlin, i tampace al nero y el unteornio¥, por ots Ls mare villas: es eificios poderes que dominan la sociedad: a catedral, Ia fortaleza y el clause Laiconografa medieval se eatateriea por ignore les fronceres entre lo natural yl sobrenatural, ene ‘el mundo terrenaly el més ll, y por sbarcar un emplio espacio _geogrifico, Kata hitora del imaghnario ee también una historia de largo recorrido, pues presenta alos héroesy las maravllas eal como los construyé venerd la Edad Media y los lea los siglos venideros. Jacques Le Goff es uno dels principles especialits en la Edad Media. Es autor entre otro ibos de Una larg Edad Medi, La Edad Mala exnda a sires Un Ela Melton iuigenes todos ellos aT woww.paidos.com J M ARAVILLAS ay LEYENDAS DE LA EDAD MEDIA patos oFicenes “Teal ogra Hse mere Mayen Age Tred de fost Mgt Contes Marea (obits de ane Feninder 1 nen, mto 2000 user n nd pc denn nani ie (© Edina du Sl,2095 2008 (©2010 dels uci, Toot Nick Gomes Maré {© 010 de coda les fiom en clan spas Los, 1-U aso de Recolor, 4 38001 Maid ais eum sel eto de apne Libros SLU. sweep com| ISBN re eta 23966 Dept ep 40920-2010 Ineo en Tales Bross, SI Pad: Avoyemoliny cle C31 26952 Meal Madd) Iimpeso en Epa — Print i Spt Pare Hanke 19542008 Sumario Prefacio Introduccién |... Aruro won El eabaliero ia eaballeria Carlomagne. El eastillo. Lacatedral HGid... El elaustro Cuesta ELjuglar Melusina ‘Media ‘La Mesnada Hellequin “La papisa Juana. Renart Robin delos Bosques Roldsn ‘ristin ¢ Teolda Eluovader,elwovero 00000000. n B 2 39 33 @ a1 95 103 at pi Bt 13 131 161 ma 181 187 197 205 10 rons, wasavat.as Y LvENbAS LA AD MEDIA Elunicornio. . Lavalquiria Notas Bibliogratia 23 25 Br Be Prefacio Esta obra es una edicion del libro iusteado que publ «qué en 2005, en Editions da Seu. Repito aqui cudles son ‘sus propésitos. En primer lugar, subayae la importancia de Io imaginario en la historia, y después mostrar que la Edad Media creé héroes y mavavillas destinados « hacer sofar durante mucho tiempo, cas siempre sublimando las realidades sociales y materiales de la época: catedsales, faballeros, amor (Tristan e Tsolda),jucgos y expecticulos (juplares, trovadores y troveros), mujeres excepeionales sinuadas entre Dios y Satin (Melusina, la papisa Juana, Isolda, Valquiria). He querido, especiaimente, seguir los avatares de lo imaginario a lo lage del tempo, con sts eclipses y sus resurrecciones, a las cuales contribuyeron el Fontanticismo y que, ho en dia, permanecen gracias a nue- vor medios de expresi6n artstica como el cine y el cémic. ‘Todo eso, finalmente, debe dar valor y mostrar, a tea- ‘vés de imagenes, la modemnidad dela Edad Media, Estoy profundamente agradecido a Laurence Devi- airs, que tavo la idea de este libro y que he realizado, ‘can inteligencia y discernimienea, la seleccin de la ims. ees Introduccién La obra que propongo ala lecura y la mirada de quic nes se adentten en ella se sida en un nuevo dmbito de la historia que esta en plena expansign: el ambito de lo ims: nes que desbordan el limite propuesto por las constatacio- nes de la experiencia y los encadenamicatos deductives {que ésta autoriza. Fs decir que cada cultura, y por lo tanto, cada sociedad, e incluso cada nivel de una sociedad com pcja iene su imaginario, En otras palabras el limite en {rele real y lo imaginacio se revela como variable, aunque cl teritorioatravesado por él permanezca, por el contra Ho, siempre y en todo lugar, kléntico, pues se trata del ‘campo entero de a experiencia humana, de lo mis colee ‘ivamente socal hasta lo mds intimamente personabe.* En milibro LImoginaire médiéval? me esfore€ por de Sinise émbito de lo imaginario, Primero, distinguiendolo dle conceptos vecinos. De la representacin, en primer fat. Evelyne Patlagean tiene cazén al decir que lo imagina Fo se acmeja a un conjunto de represeniaciones, pero ese vocablo, muy general, engloba cualquier tadueciin men i. 14 tnons, MaRAVILLAS¥ LEYENDAS DE LA EDAD MEDIA tal de une realidad exterior percibida: «Lo imaginati for: ma parte del campo de a representactén, pero ocupa en a pante de la traduccion ne reproductora, no simpleinen tetrasladada a imagenes de la mente, sino creadore, post ‘enen sentido ctimol6pico». Lo imaginario desborda el te rritorio de la representacion yes arrastrado mas all por la fantasia en el sentido estricto de Ia palabra, Lo imaginario constraye y nutre leyenda y mites, Puede defiairselo ‘como el sistema de los sieios dens sociedad, de wna cb villzecion que transforma lo real en visiones apasionadas dela mente. Lo imaginario también tiene que distinguit s¢ de lo simbelico. Fl Occidente medieval pensé sobre el ‘modelo de un sistema simbslio, emperande pot la cous tente remisidn del Nuevo ‘lestamento al Antiguo, que se ra su traduceién simbslica. Para poner un ejemplo de una de las maravllas de libro de Vietor Hugo, cuando el poe al hablar de Notre-Dame de Paris vista por Cuasimo- do, sefala lo siguiente: , crea una eatedral simbslica, pero tar ‘una catedral imaginaria, ya quc «toda la iglesia tenia elgo de fantistco, de sobrenatral, de horrible: con ojos y boca due se abrian agu y allé». Por altimo, hay que distinguir ‘entre Jo imaginatio y lo ieoldgico, Lo idealdgico est in vestido de una concepeién del manda que tiende a impo- ner a la representacida un sentido que pervierte tanto lo scale meterial como o otto real, lo Latnocién de imagen concieme por tikimo ala antro> pologia crstiana en su conjunto, ya que la Biblia, desde sus primeras palabras, ealfica de “imagen” al hombre. Yahvé dice que lo crea “ad imaginens et smiliaudinem nos- ram” (Génesis1,26).»* Ast pus, las imagenes que este Ii bro incluye han sido posible gracias ala cienciay ala in vestignciones de Fréderic Mazuy, un notable icondgrato. Esta obrano intente presentar una visin global del imagi- nario medieval, sino solamente el de sus caracteristicas @ través de algunos componentes notorios del conjunte. ‘Como se indica en el titulo, trata de héroes y de maravi Iles. El término «héroes, que en In Antgiteded designabe ‘2.un personaje fuera de lo comin por ss valor y sus haa fies, pero que no pertenecia alas categories superiores de Jos dioses y les semidioses, con Ia Eded Media yelerstia- rnismo deraparecis de Is cultura y del enguaje en Occ lente. Los hombres que entonees eran considerados hé- 16 esons, nanavuLias¥ eves BELA ROAD MELA oes, aunque na se pronunciase la palabra, eran un nuevo tipo de hombre, el santo, y un tipo de goberente promo- vido al primer plana, el rey. A esas das eategortas de ah toes» de la Edd Media he consagrado recientemente un ito. Los héroes de los que se habla agul son personajes dle alto rango o de alto copete, que no se definen como tantos 0 como reyes sino de otra forma. El tésmine que, ten el lenguaje medieval mis se acerea alo que auiero de: Signar es prea, un temine que, a finales del siglo 22, doi deser un adjtivo y se convitis en wn sustantive. El rm fo, del que deriva la palabra procca, en el siglo 301 estaba Vinteulado al valor guertero y al corse, y exsi siempre de- signaba a alguien inteépido, a un buen caballero. Ba els: fo al se oricots prineipalmente hacia el sentido de cor 1s, enti, bell, franco. En los heroes agul presentados se ‘eacontratin esos lazos entre el valor guerrero Ia cortesia, Algunos de esos personajes son histricos, pero ripida- ‘mente se convirtieron en legendatios. Es el caso de Carlo- tmaigno y el de ElCid Otros son semilegendarios, que evo- lucionuton a partir deorigenes oxcuros, ya veces ineiertos, Ihacla un estatus de héroes. Ese easo del rey bretén Ars” 0, encontrado en uaa exénica de principios dela Alta Edad Media, oe del conde Roldén,sobrino real pero muy ‘oreuro de Caslomagno. ‘Otros, por ultimo, son puramente legendarios. Es ef caso de un supuesto papa de sexo femenino, le papisa Juana, o el de un eaballero bandido, protector de los d&- Dilesy vinculado al mundo del bosque, Robin delos Bos. ‘gues, aparecido en las cronicas del siglo XIV, rin que sea onvincente ningdn acereamicato histérico. ¥ sin ningu- ‘na duda ron los casos del hada Melusine y del maga Mer- lia. Esta primera lista muestra que, ent la historia y la leyenda, entre la realidad y la imaginacién, cl imaginario ‘medieval construye un mundo mixto, mezelado, que ‘constituye el tefido de la cealidad que nace de la ireali- dad de los Seres que seduces la imaginacién de los hom L bres y mujeres de la Rdad Media. Se puede apreciar 4 ‘no hemos ineluido ning personaje que no haya obten do.en la Edad Media o més tarde un estatas legendario: Juana de Arco, por ejemplo, ne hizo meliaen las imagina ‘ones medievales y, cuando se convirts en un personaje cca legendario, no se desvinculé verdaderamente de la historia o, ilo hizo, fue para converts, para algunos, cen una verdadera santa, ¥ para otros, en Ta portavor de lund ideologia nacionalista: También se puede apreciar aque la lista de los hétoes aguf presentados es esenci ‘mente masculine. Corresponde a este periodo, a esa civ ltzacion que Georges Duby ha llamado la «Ddad Media vrs. Sin embargo, la promocién de la mujer, eambiga ‘mediante la leyenda y el mito, no fue inewistente —nada ‘nis lejos — en la Edad Media, y aqui se encontraran cua to mujeres, muy diferentes unas de las oteas. Una de clas, personaje novelesco, esta en el corazén del tema dela cortesia; es Isolde, ala que no he querido separar de ‘istén y que da fe de la presencia en la realidad social y en el imaginatio de la Edad Media de parejas célebres Abelardo y Eloisa, san Francisco y santa Clara de Asis, ‘Trstin c Isolde... No he separado en este estucio a Tris tn e Tsoldla, como despiadadamente ha quetide hacer la leyenda, afortunadamente sin conseguirlo, Otra mujer es cl producto de Ios fantasmas de los elérigos. Tlustra per: fectamente el micdlo que esos guerreros brutales y topes tenfan a la mujer, a na nueva Fua, a sus encatios y $8 maleficios. Qué escéndalo, qué catéstrofe si una mujer se fnmiscuyera a traicién en el everpo la fancion de us hombre, el nico que pedi curmplira. De exe miedo, de ‘se fantaema nacié Ia legendaria papi Juana Las otras das mujeres de esta obra on sobrenaturaes. Son fecricesy dan textimonio de la pervivencia en el seno dle cristianismo medieval de personajes y temas legados por Ine crecncias paganas Combatidas y mis 0 menos bo. ‘rads, o simplemente superficialmente cristanizadas. Del 28 HEnows, wARATLLAG Y Z2VENDAE DE LA PA an ‘mundo germénico pagano procede la virgen guerrera que ‘guarda las puertas del paraiso teut6nico, el Walhalla. Es la ‘alliria, La otra viene del mundo céltico ¢ infernal. Es Melusina. Questia subrayar desde ahora la importanci ‘que tiene en el imaginario medieval lo que se lama, vaga- mente, la cultura popular». Como este libro no ha pres tado tina atencién especial a los objetos «maravillosos> “aunque se les encontearé al lado delos héroes—,n0 hay ningun articulo dedicado a ellos, tan importantes en ol Jmaginario medieval: las espadas, como a Joyeuse de Car omagno, la Tizona del Cid, Ia Durandal de Roldan o la Excalibur de Arturo; los cuernos, el més célebre de los ‘cuales es el de Roldan; los fltos, que tienen un papel tan importante en laistoria de Tristan e Isolda;y, por ulimo, exe objeto misterioso y mistico que se encuentta en lactis pide del ideal eaballeresco, el Gris ‘Ademés de personsjesindividuales, est libro precenta 4 personajes eolectivos que frecuentaron el imaginario ‘medieval. Como hemos dicho al hablar de las proczas, de- testean coraje guerrero, cortesfa bien ambas cosas ala ‘vez. Son cl caballero, en cl corszin del imaginario caba- Ieresco, y el rovador, en el centro del imaginatio corcesa- ‘no. Les he afiadido al gran buf de la sociedad seftarial ‘medieval, el salumbangui, creador del juego, y el jugar, creador de la risa “Asi como los reyes y los santos han sido presentados cn otro lugar, tampoco se encontrar aqut a ottos seres ‘uperiores. Las innumnerables seres que pueblan el ciclo y Jo infiernos, y que muchas veces se pasean por nuestro mundo, éngeles y demonios que atacan 0 socorren sin ce sur a los hombres, no pertenecen al conjunto de seres ‘sencialmente humanos, aunque sean legendarios y mit ‘cos, que pueblan esta obra. Sélo hay una excepeién: se ‘rata de la Mesnada Fellequin, que los alemanes Maman casa salvajen 0 aaulladoras («Wilden «Witende Heer), ya que esa tropa de cabalgadores fant nernon0ecion 19 san las noches del imaginario de los hombres de la Edad Media csté formada por seres humanos y #epresenta un grupo «anaravilloso» de espectros. No he consignad tam- [poco « low sores fantisticos de aparieneia humana, ya que ‘asi ninguno se distinguié hasta el punto de llegar a ser un ‘lementa individualizado que la Edad Media heya legado ‘ha posteridad. Son los pigantes y los enans. En el caso dels enanos, sélo el enano de gran belleza de la cancion de gesta Huan de Burdeor, Auberon, ha dejado con si ‘cucrng migico tina huella en a historia musical gracias a In opera romantica de Weber, En cuanto alos gigantes, el Ainico que hay, ademas del malvado Morholt de Tristén € Isolde, y que se convirté en un héroe positive, legs a ser santo, san Cristdbal, que leva al Niio Jesis sobre sus hhomboros en el imaginario contemporineo, Por el contrario, se encontrar entre los héroes y ls _maravillas «dos representantes del mundo animal marav. losa.* Los animales no s6lo poblaron el entorno domést- coy salvaje de los hombres y las mujeres de la Edacl Media ‘con inzensidad, sino que asaltaron o iustraron su universo Imaginario, Aqui estin representados por un animal le sgendario, el unicornio, y por un animal rea que llews a ser Iegendario gracias aI literatura, el zorro. Al estar puestos al mismo nivel por los hombres y Jas mujeres de la Edad ‘Media, ambos finstran Ia ausencis de fromteras entre el mundo pursmente imaginario y el mundo transformado ‘on fantasia que earacteriza al universo medieval, que igno- fa cualquier tipo de demascacién entre lo natural y lo o> Drenarural, este mundo y el del mis alla, la realidad y la fantasia, Pero no se encontrari un apartado especial para ‘un ambito esenelal de los animales imaginaris, el de los ‘monstruos’ Los monstruos son, en general, seres pura ‘mente malvados, y los héroesy las maravillas de nuestra ‘bra son, o bien positives bien, como mucho, ambiguos. ‘Aqui presentsmos lo mejor del imaginario medieval. La cotta veriente, con los heroes, de esta obra, son las maeavi 20 snoss, mansviL.as yeevENDAS OE LA EDAD MEDIA iss." Lo maravilloso ¢s una categoria legada por Ia Ant igicdad, y mis concretemente por el saber romano, a la Edad Media crstiana. Fl termine, que aparece sobre todo cen [a forma mirabilis, on plural, desigina realidedes woo igrificas, y de manera general, naturales, asombrosas: La nnocidn invade la liverarara y la seasiblidad medicvales 8 través de las lenguas vulgares; merveille ae encuentra en framoés antiguo desele el siglo xa en la Vida de sam Aleioy fn el Cantar de Rolddn otros términos susgiddos del latin sobre el mismo modelo xe encuentran en Kallano (vera alia), espatol (marevlle) y portugsés (maravilla) el mis: ‘mo tiempo, el alemin propone Wunder y el inglés Won der, y las lenguas eslavas, come el polaco, wtilizan el ‘término Cad. Lo maravillose forma un sistema con loi lagrose y lo magico Lo milagroso estd reservado a Dios, y se manifesta en tun acto divino que desalia las leyes de la naturaleza. Lo igico, aunque subsisa una forma licita de magia blanc, ‘es esencialmente una forma condenable de brujetia impr ‘able al enemigo del género human, el digblo, o bien 4 sus secuaces, los demonios y los brujos. Lo maravillsa, asombroso e incomprensible, sin embargo, pertenece al ‘orden de la naturaleza. Eo la obra los Ota intpertalia, en ciclopedia escrita por ol emperndor Orén TV hacia 1210, cLinglés Gervais de Tilbury define lo maravlloso de la si suiente manera: «Lo que escapa « nucstra comprension, sunque sea natural>. La categoria de lo marevillose na ddej6 de ampliarse a lo largo de la Edad Media, ya que ha- ‘ia entrar, en el teriorio terteste y humano, bellezas que, fen cierta forma, habian sido arrebataclas « Dios por a in usta de los hombres, EL dmbito de lo maravilloso es el del asombro de lox hombres y ls mujeres de la Edad Media, Suscita I admi: racién. Realea la viet, cl scntide ms ejercica.y mis aaa do por al hombre medieval. Lo maravilloso hacia que los hombres y las mujeres de la Edad Media abriesen desme- =— invaaovecon a suradamente Jos ojos, al vez que excitabe sus mentes. Lo imaravilloso xe msiestrs en esta obra bajo Ia forma de tree edificios, cada une de ellos consagrado « uno de los tres Principaics poceres que dominan y dirigen Ia sociedad ‘medieval. Fl primero es Dios sus sacerdotes, la marayi Tia es la catedral. Hl segundo es ol ser feudal, y la mat villa cs el casillo, El ercero es Ia socieclad mondstica,¥ Is rraravilla eel claustro, Cada uno de estos tres edificioe ‘sbraza un espacio cerrado marwilloso, Son recuerdos del Edn y del Paraiso, trritorios marwvillosos del expacio.. ‘Nuestro imaginario medieval esta evidentemente vinculado con al espacio y con a tiempo. Desde el punto evista dl espacio, es fundamentalmente europeo. Au ‘auc, en algunos casos, el héroe o la maravilla estén ents vinculados con una parte de la erstiandac! no quedan en- cerrados en ella: asl, Areuro'y Rebin de los Bosques son principalmente briténicos, el Cid es sobre todo esparel, ‘Melusina hizo soiiar en Francia y en Chipre, donde laf ‘mila feudal de los Lusignan cubrio con ella su corona, la valguiria en los pases germsnicos y escandinsvos. ‘Desde el punto de vista eronolégico, he querido pre- sentar aqui cl imaginario creado y modciado por la Edad “Media, He dejado de lado lo que procedia, por une parte, dle I Antigiiedad grecarromana, y por otra, de Oriente En el ariculo «il eaballero, la caballeria» se vers, a pro- pésito de las proczas, como los hombres del siglo xiv transformaron en modelos de valenta, junto a ilustres personajes de la Edad Media, # tres personajes antiguos (iéctor, Alejandro y César) y a tres personajes biblicos Gosue, David y Judas Macabco). En esta obra no se en. contrat estos moles, que fueron aprovechades por la Edad Media. Teas mucho dude, tambien he exeluido « Alejandro, que conoci6 una bopa exeepscional en el imag nario medieval, pero que no es una creacin. Asimismo, tampoco he dejad a los heroes biblicos, que no s6lo no fueron inventados por la Edad Media, sino que fueron. eam aan nvinaa nl transformadr, pot lo clésigos medicvaes, en ott cou tn general lo heroes alos madloe, con excepeian de ls tres modelos bilices, del sistema de los nucve movlelos Si blen David vii en la Edad Bedi, fae tant rey como tnisico, ¥ a Salomn tayo una historia rormemtoo de funte el petiodo medieval, pesando de la imagen de uo Bro maleic ala deun soo benefacior no se adecua 8 12 problemétiea deo: hérocsy de las maravills. lot mdrgenes de este mundo se stden, me parece, un solo pervonsje del Antiguo Testament, Jonts, mareviloee- mente engilido y vomitado por su ballena,y exe mundo dl temibles maravllas que el cxstianis incluyé en el ‘Nuevo Testament pero quel siguen renutando, a pesar dle au Ext extrafa: sn lo oes yl maravllas on tructe del Apocalpel: Onente,y més concretmente Ini fiw da ren tn del iat me dlevs? Pero slo un roe indie, por ota pare cristiano, ‘queds individualizado en el Oceidente medieval, es el Preste Juan, rey-sacerdote que habria enviado en el siglo “Ulu ear fos occidencales en la que desta ls a ravillas de la India Sin embargo, ee texto no creulé mas ‘queen medion erudite, y el Prete Juan no legs seo Shfcietemente populat como para figura entre los he oct y lt maravilas del Occidente medieval. Hea dfueion ‘ipecial de los eis etd extrechamnente ipa ala Histor fade as ciilzactones, El ea de cae bro ee la cultura Ctiana medieval y ous ancestor la Biblia la AntigBeded frecorsoman y la teadciones paganaseten,permdei- Sar ccleves, opeddalmente-SuempliadfusGn social eres tin terscoro compertito entre lo que ce lara a alta cul- tute y la cules epopulars Aaf que a menudo hay que ambulligs en ls peofundldades el folclore curopco internacional y evocar las ljana herenciaso comunidades decaltara delo que se llama cl sistema indocaropeo (ro. tado, por ejemplo, a propesto de Arturo 0 Melusina) Pero sin nega exos pareatecos,e incluso pertenen snemopuccios 2 temo asst sole rod cn a fuerza creadora cel Occi- ‘seme medicval, tanto en el dmbito de lo imaginario como er crconjanto deloedbitos dela clizaciony sobre ln Sriginalad dela meyorta de sus ereaciones. La elabora ‘Sie dbl de top de Cc on buen ee. io. ¥ para poner el efemplo de un héroe colectivo muy Frescnte en este imaginari cl caballero, los caballeros Tredievalcs :Pueden Gstos recucise alos heroes de la se [furla uncon indo europes, alos agile romanos, alos Simuriis japoneses? 20 1 espiity caballeresco cs una reaci6n yuna herencia dela Edad Media curopea? “Asilemo, como en general wn mito esti vinculado & tun dempo o 4 un espacio, la manera en la que la Edad ‘Media occidental unto as herocs ysis maravllas «hugs es aungue no fucan sus lugares cle nacimicnto, les conf He una hjacion geogricasignificativa ast se tratara de tne geograia real oimaginaca ‘Besde un punto de vista cronolégico, ese imaginacio tambien se forme alo Iago de tos ln Edad Media, desde ltiglo Wal xv. Pero sobre todo florets y se consituys ‘Srcniaimente en un waiversa miso menos coherente en gran pertodo del Occidente medieval, que no slo co Soel6 ou gran auge, sino que demostr6 20 supremacia al Freee qu le valores, y on ellos las imnencs, descend: ran del cielo ala terse. Los heros las maravillas ce la dad Melia son las ces, as hazaisde la inealaion de lov tistanos sobre una icra que decoran como Inploriay clencanto del mando sobrenatural. Ast como la Jeruselen celestial habia baad del ciclo a tera, los he oc las earavillassuscitadosy ereades por Dios fueron {ecordadoey exaltados por los hombres de este mundo, Ente obra quicee cer una lastracin del gean movimiento de conversién a cote mando de los eistianos de la Fad ‘Media cn un conterto de leyendasy mites" “a historia de lo imaginari ex tambien en gran medi da, yen profundidad, una historia duradern, Esta obra 24 vos anAviLLAS YLrvesDAs DE La HAD MEDIA propome los héroes y las maravillas de la Faacl Media tal ‘como éeta lor construy, venerd, amé y posteriormente, legs alos sigs venideros. Durante ese tiempo, siguieron viviendo, eransformindose en una combinacion de remi 6a al pasado, adaptacign al presente y apertura al Fut. En cierta forma, es une historia de las acitudes con res peeto ala Edad Medlia, a «gusto de la Edad Media (para Fecuperar el titulo de un hermoso libro de Christian Amal’ "Esta obra es la prolongacién, en el émbito de lo ima: Binario, de mi ensayo L'Europe estelle née au Moyen Age?* [gNacié Europa en le Edad Media| Veremos duc, ‘aunque los cimientos exenciales de Europa han subsistide ‘desde la Edad Media, la herencia de los mitos, de los hé- toes y de las maravillas fue victima de un olvido, de una ‘, Suscits el nacimiento (0 reunié en ‘su entorna) de una serie de héroes, entre los que s en- ‘cucatran los més brllantes: Gawain, Lanzarote (o Lance: loo y Perceval. Cres tna insttueion utopies, una de las ‘escasas del Occidente medieval cristiano, la Mesa Redon dda, en lt que los caballeros fueron heroes ejemplares, toino veremos en el capitulo «El cabsllero, la eaballeri. ‘Arturo también es el vincule entre el héroe guerrero que sy el que le acompafa con sus profeciasy su proteccisn, desde su nacimiento hasta su muerte, Merlin. Est en el, frigen de la elaboracién de una excraordinaria maravilla ‘que no estéincluida en este libro porque précticamente hha desaparecide de nuestas imapinacianes, el Grial. Este ‘es un objeto migico que acaba siendo una especie de cdliz ‘cuya bGsqueda y conguista se impone a todos los caballe- 10s eristianos, en especial los de la Mesa Redonda. Es el ‘mito en el que culmina la ristianizacién caballeresca dela [Edad Media. La utopia de la Mesa Redonda permite tam- bign ver que el mundo de los héroes y de las maravillas cxconde as vez las conttadieciones de la sociedad medic val y de su cultura. La Mesa Redonda es el suefio de un ‘mundo de igualdad que no encontré su encarnacion en la sociedad medieval, sociedad muy jerarquizada y no iguali- teria. Y sin embargo, hay en la idcologia feudal una aspi- racién ¢ crear, en la capa superior, nable y aistocritie, insttuciones y comportamientos de igualdad, El beso en. Taboca entre el senor el vasalloes el simbolo gestual. La ‘Mesa Redonda, ademés de sa referencia a la globalidad del universo, ala ttalidad del globo, es un sveno de igual- dad, del que Arturo seria el garante, y que encontrar su ‘encaznacién social en el mundo aristocrats, 32 rwoss, ARAGILAS Y LEVENDAS DE LA BDAD DLA No obstante, més que del guerrerao del caballero, Ar tuto es la encarnacién mities del re, la eabeza por exce leacia de las sociedades polticas medicvales. Es signifies tivo que, desde muy pronto ~-como se ve, por ejemplo, en ‘dl imostico del pavimento dela iglesia de Oteanto, en el Ssur de leas, del siglo 2—, el verdadero nombre de Arta rosea el de Ariburas rex, y Acturo permanece en el imag nario postico europeo como cl sfmbolo del rey que solo ‘existe de una forma profundamente desmitiieada, pero ‘gue no ha perdido a cardeter sacro, Arturo no es an rey [presente y mitio; también es milenarsta. Los hombres y Tas mojeres de la Ecad Media soiaron muchas veces com Is ceclosién de un tempo en el que reinaran la fe y la virtue ‘milenio apocaliptico dirgido por un rey sursido de la his tori. Fee tema, clemir oculto, eonocis en Oriente un gran sito. En Occidente, su pape! fue captado por reyes como ‘Federico Barbarroja, que no habria muerto, sino que dor ‘mirfa en una caverna, y sobre tod por Arturo, 2 la espera desu retorno, en Avalon. Bs el tema de Rex quondam, rex. (que futures, arey de antatio y rey del porveni. ‘Si bien ua abjeto mitico como Ia Mess Redanda esté cctrechamente vinculado a ia imagen de Arturo, un objeto ppersonalizado, el de los grandes puerreros los grandes Caballeros, ain esté mas unido a su nombre: su expada, ‘Una espada magica que sélo él puede sostencr y mancjat, con la que mata maravllosamente enemigos y monstru0s, ‘en particular gigantes,y euyo lanzamiento a un lago pone ‘de manifesto el fin de su vida y desu poder Fsa espaca es Excalibur, cays desapericin corona el episodio erepuscu lar dela muerte de Arturo que el gran cineasta betanico John Boorman resucts en la pelicula homénima. Encon- traremos espadas personalizadas con Carlomagno y Rol: clin: Joycuse, Durandal y Excalibur son compaticras mx swvillosas dehéroes excepcionales. Arturo es, en principio, tuna encarnacién del conjunto de los valores elaborados pot Ia Edad Media. Valores ciertamente muy marcador rune % por la huella cristina, pero ante todo valores laicos de heroes Iaicas. Arturo express ens! mismo los des tiempos sucesivos de los valores feudales. Ea el siglo xi, la proeza, fen al siglo x, la cortesia. Fue el rey trfuncional de la ‘uadicién indocusopea, rey sagrado en su primers funcién, rey guerrero en la segunda, y rey civiizador en la tercera sts lo que el gran historiador dela literatura medieval, Erich Kohler, ha defnido de maners tan pertinente: «El doble proyecto del mundo feudal cores: la legitimacign, histriea y la elaboracién de mitoss ‘Come todos os héroes, en especial en la Edadl Media, Arturo ext estrechamente vinculado alo lugares. Lugares ‘gue son lugares de bulla, de residencia 0 de muerte. En primer lugar, cl area de lo exencial de aus combates, con- ‘uistsey victorias: ls paiees celts, Tlanda, el pas de Ga. Is, Cornualles, Armérica, También Tintagel, en Cornua- Iles, donde Artara habria sido concebidos Camelot, la capital imaginaria de Arturo en In fromtera entre Comus- Iles y el pais de Gales. Y las islas marauillosss como Ava lon; © el monasterio inglés de Glastonbury abadia bene dlictina en la frontera del pais de Gales, en fa que habrian ‘sido descubiertos,en 1191, sus restos j los de la teina Gi nebra. Pero lejos del mundo celts, hay tambien un sor prendente lugar vinculado a Arturo, entre la vida y la Imuerte y como tey ala espera, Ese lagar es el Etna, como Sse cuenia en una asombrosa recopilacién de cuentos ma tavillosos de an inglés de principios del siglo Xl, Gervais de Tilbury. Arturo espera, acostado y tranquil, un retor- ‘no maravillooo al tee ola eublimacign del paraiso. Ass, Armuro esta vinculado alo que lamo «el nacimiento del ‘pargatosion, en un momento en el que se dudabv si situar gen Inlanda on Sicilia y del que el rey celta podria haber sido une de los primeros habitantes de exe lugar que fue Iensndo la eratsndacl= ‘Pera en la Tuiropa cristiana —y esta caracteristica se tha conservado hstea nuesteos dias, no hay ni héroe 0 54 anos, MARAVILAS YLEVENDAS OF 1A EDAD MEDIA dopoderoso ni maravilla sin su reverso, El hézoe no ex mis {que un hombre, todo hombre es un pecador, ya la fide dad feudal se le opone la taicién de los maivados. Por ‘tra parte si bien Ia ideologia mondrquica construye el personaje del rey como un hétoe,esté lejos de conferiele fl caricter absolutista que se esforsarin en atribuirle el renacimiento yla Spoca cisiea. Arturo et un peeador Ar ‘ro es traicionade, Arturo, vencido por la cencupiscen- ia, se une a su hermana y de ese incesto nace Mordred. A jgran personaje, gran pecado; los reyes y los hérocs (tam- big el easo de Carlomagno) son con frecuencia inces ‘uosos. En cuanto al fruto del pecado, Mordred, es el tai- dor cuya muerte provoca la sua; y conocié ott traicion, lade su mujer Ginebra con su vasallo Lanzarote. Por # parte, Arturo traiciona a Ginebra en diversas ocasiones. ‘Después de Geofiroi de Monmouth, el ito de Art ro no deja de amplifiearse-En primer lugar se ategur6 gra cias ala politica de los reyes de Inglaterra Plantagenet. Lt utilizacién politica de los hézoes es uno de los grandes fe- ‘némenos de la historia, en expecial en ln Edad Media yen la historia europea. Los reyes de Inglaterra exaltaban Arturo frente alos alemanes y frente a los franceses, quie- ‘es, en la carrera por el padrinasgo histérico-mitico, in tentaban acaparar cada vez mas a Catlomagno. Aste dio ‘en Ia historia de Europa una pareja con dos earas que, al ‘mismo tiempo que se reforzaban, se oponian: ARO ¥ Carlomagno. ‘El éxito de Arturo fue tan enorme que, a principios del siglo xt, el eisterciense Césaire de Heisterbach pudo ‘escribir en sus Dialogus miraculorume que unos monies ormitaban durante una prédica de su abad, cuando de repente éte alzé la voz y dio: «Escuchadme, hermanos, ‘escuchadme bien, os contaré hechos nuevos y extraordi ‘narios: habia una vez un rey que se Ilamaba Arturo». Al ‘escuchar esas palabras, los monjes se despertaton, xe agi taron: fueron todo ofios. Artur, hasta en los claatros, snrro 35 habia convertido eo‘unbéroe. Orr teimonio del éxito Azle tmmagen de Arvo en sociedad medieval ne all Geos cinalosartocriticos excl xiv del nombre Arr to, ave se pocde observer cvando, en oe sges XIty 0, Grd Oceldentsexstiano se forma le ancroponimia mo: ‘fem, que inclaye un nombre de pila yun apelido, ex pecilonte en las categories socals urbane. Michel Pastoremt ha destacrco especialmente ia difesion del nombre de Aratoy de los exbalers de Ia Moss Redon Gay sobtayende qua an aocante de pla noes munca ne tro, quc cs el primer mareador soca, el primes abut, panes emblomee, Fla cetadindo la frecucncla de les ftombrcsdecablleros del Mesa Redon cs eas 40.000, textes sobre sells franessen anteriores lio XV, ave de Investran qe ehigar al rey Arts se convité en won statin mania wbene, un verdadero cnet aio, aoe Se deserts en algunas regione, emo Holand © Kala Insta mesiados dl sgl X01. Para volera Francia, ls ‘ado de era entopologi antroponimic atric Tr tin, con Gento vente menelones, segue de Lenraote on stent y neve: Pero Arturo ev any eres, on ee tents y dos menciones, con une amplia dclntera sobre Gawain (Curent y ace mencionc) Perceval cunrenta cst menciones). Como veremos en varias ocasones al largo de cata cobra el pratigio de los heroes de Ia Elad Media, bastante Sdorintido en el vilo a, wolvié a despermse em el 09 fe presa, come lo demostsoberbiamente Johan Hur ‘nga en loro dela Edad Medi, de as ms vedas di ‘gaciones cabalerescs, Es un poete ings, Malory ten denpiren a Arta ea ba grea poms do 1463 Lo ‘muerte de Artur. cl ila conserva tan bin a mn toria sue otro poeta, Spence, hace revi de nucra a “Arto en The Fatry Quer (1990), Gracia nacional ino bisinicn, Arturo atavcsa bastante bien el imaginaio 4 sige. Selo debe en expec gran ico Pur 36 sitons, MauAWLAS yLevEDAS DE La EDAD MEERA call, que compone su obra King Artbur sobse un lbre:o Sl gran poeta John Dryden y que al haber estado apa: do al principio por el rey Carlos il, no consiguié ver presentada su obra hasta 1691 ‘Arauro conocis la gran tenowacién del imaginario me. dieval con el comanticiimo, Tavo a suerte de convertizes fen el héroe de uno de los ms grandles poctas roménticos ingleses, Tennyson, que publied su Muerte de Arturo en 1342, y redace6 hasta el fin de su vida The Idylls of the King, cayo conjunto apareci6 en 1885. Més 0 menos hacia la misma época, Arturo conocis una nueva vida en las ‘obras de los pintores pretrafuclistas, sobre todo en las de Dante Gabriel Rossetti (1828-1882) y Edgard Burne-Jones, (1833-1898). En masies, Chausson, bajo Ia inflaencia de Wagner —del que veremos sti papel decsivo en el renaci- imlento de los heroes y las maravillas dl imaginario me- dieval (sobre todo, getminico)-— entre 1886 y 1895 cor puso El rey Arturo, su nica Sera. Por dltimo, el cine segurd una nueva vida al prestigio del héroe medieval Arturo y de sus principales heroicos ‘compaiteros. Jean Cocteau comens6 por leva la leyenda ‘arvitica al teatro con Les Chevaliers de la Table Ronde {os cabatlors de le Mesa Redonda] en 1937. Después de Ja querra, se realizaron obras macstras y peliculas mis o ‘menos desnaturalizadas por las visiones deformadas de la [Edad Media extendidas entre l pablico dela produecica. cinematografiea, como las hollywoodicaces Knights of the Round Table (Los caballros de la Mesa Redonda), de Ri- chard Thorpe, en 1953, 0 Camelor, una comedia tusical, dde Joshua Logan, en 1967. Las grandes obras maestras son Lancelot dis Lac, de Bresson (1974), Perceval le Ge Hots, de Erie Rohmer (1978) y Excalibur, de John Boor ‘man (1981). Ka su e€lebre pelicula Indians Jones y la ilt- ‘ma eruzada (1989), Steven Spielberg lanza a Harrison ‘Ford en busea del Grial, La parodia, signo tambien de ppopularidad, nos ha hecho selenos de Arturo tanto en la re z . t aerun0 37 famosa Monty Python and the Holy Grail (1975) (Lo ete Balloros de la Mesa Cuadrade), como en A Connecticut Yankee in the King Arthur's Court, de Tay Garnett (1949) con Bing Crosby. ¥, para termina, cana nueva aventura Sel héroe Arturo va a darle el rostro de George W. Hush? F] productor hollywoodiense ultraconservador Jerry Beuclcheimer he financiado farmocamente Ia espectacular pelicula de Anthony Fugua, El rey Arturo (2004), en Ta ‘Sue presenta 8 Arturo, Ginebra y los caballeras de Is Mesa ‘Redonda como los héroes de una Inglaterra decidida a la- ‘har contra Ios sajones tras el final dela ocupacién rorn ‘na pars permitir que el pals prosiga la ruta del progreso. ‘Afitma: “Hay ecos entre Arturo ylasituacién en Afganis- tin Irae cuando Koma ocupabs Gran Bretafa y este pais se ler de Tos romanos para cumplit su misiGn civiliza- dora yluchar contra la barbarie». Arturo ain no ha deja slo de sorprendetnos. El caballero, la caballeria Pierre Bonnassc he planteado corsee- tamenre el probleme del estudio de la ‘abulletis medieval, Excribe: «En ol concepto de eaballera es difll dain. (gle parte del mito dea parte de la tralided El mito es el del exballero prendado de lo ubsoluto y vvengador del oprimido que, através de las leyendas y de la literatura —y también del cine, ha sobrevivido en la mentalidad colectiva. Hn otras palabeas, la imagen que ge ineralmente nos hacemos hoy del caballera medieval no ex mis que una imagen ideal: e, precisamente, la eepresen tacién que buscaba darse dest misma la eastacaballeresca Y que ha llegado, por medio de relatos variades, a impo- hersea la opinion» Desde el ilumninador punto de vista del vocabulario, -

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