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Guido Sirtori guia fotografica de lay e Dye y «st Le ) modalidad y época adecuadas para cada especie de arbol operaciones que hay que realizar durante la poda y tras esta EDITORIAL DE VECCHI Gage Enrica Boffeli Wage’ zm ct Ee ee % INTRODUCCION (CL acsce TY La poda es una préctica habitual, me- diante la cual es posible «cambiar» el comportamiento de una planta para obtener los resultados (principalmen- te de cardcter productivo) que se de- seen. Sin embargo, para realizar correcta- mente esta operacién es necesario co- nocer, a través de la observacién y de la practica, el comportamiento natural de los arboles en un ambiente concre- to, para, de este modo, poder interve- nir donde y cuando sea necesario. En efecto, la poda modifica, tanto durante breves periodos como a lo lar- go de la vida de la planta, su creci- miento y desarrollo. De este modo, la estructura natural y tipica de cada especie frutal arbérea puede ser modificada para distribuir Jos recursos en favor de la fructifica- cién. Todas las operaciones (tanto las de poda como las restantes) tienen, en principio, la finalidad de acelerar el ritmo del desarrollo de los Arboles j6- venes, reduciéndose al minimo la du- racidn del perfodo improductivo. Sucesivamente, la funcién de la poda consistird en regular el equilibrio entre vegetacién y fructificacién y en facilitar todas aquellas intervenciones en el cultivo que el desarrollo de la planta necesite. FASES FENOLOGICAS SAP be aap EI ciclo vital de los arboles se puede dividir, esquematicamente, en tres fa- ses principales: crecimiento, produc- cién y vejez, vélidas tanto para las plantas provenientes de semillas como para las obtenidas por via asexual (en especial por injerto, aunque también destacan las producidas por esqueje, acodo y mugrén) (fig. 1). Actualmente, las plantas frutales més difundidas estan formadas en su mayorfa por dos individuos diferentes, uno de los cuales pone a disposicién las rafces (sujeto, portainjerto 0 pa- tron) y el otro la parte aérea (objeto, injerto o ptia de injerto) (fig. 2). En este caso, tanto el crecimiento inicial como la vejez son mas acelera- dos, pero el periodo de reproduccién resulta mas largo y precoz. En las tres fases, la intervencién del hombre es muy destacada, pero lo que hace posible condicionar y orientar el desarrollo vegetativo son los varios ti- pos de poda. En la primera, el creci- miento y desarrollo son més répidos (posteriormente se mantendrén cons- tantes), permitiendo a la planta la ex- pansin de sus rafces en la tierra, la consistencia del tronco y la distribu- cién de sus ramas en la parte aérea. Sin embargo, un buen desarrollo ra- dical seré aquel que posibilite un ané- logo crecimiento de la copa. Por ello, durante la primera fase del desarro- Io, las raices precisamente asumen ma- yor importancia, utilizando la mayoria de las sustancias nutritivas producidas por las hojas para desarrollar, de ma- nera consistente, su aparato. En efecto, hasta que las raices no alcancen una propagacién tal que les permita abastecer de agua y sales mi- nerales en abundancia toda la parte aérea, no se iniciard el proceso produc- tivo. FASES FENOLOGICAS: fig. Formas de propaga- clén de las plantas: A) esqueje; B) acodo de cepa; C) mugrén FASES FENOLOGICAS m Fig. 2 Presentacion y desarrollo de dos organismos en Ia planta injertada pia de injerto FASES FENOLOGICAS En las plantas producidas por semi- las, este perfodo de crecimiento resul- ta muy largo si se quieren cultivar con fines econémicos, ya que puede durar incluso entre diez y doce afios. La técnica del injerto permite re- ducir este tiempo, totalmente impro- ductivo, a s6lo dos 0 tres afios, favore- ciendo asf un rapido desarrollo de las raices (por ello resulta tan importante elegir el patrén mas adecuado) y de los frutos. Aunque este proceso repercute desfavorablemente en la longevidad de la planta. ‘Aun asf, los gastos generales de un plantio de drboles frutales son mucho mis reducidos, gracias al gran anticipo en la produccién. Cuando Ia relacién entre la copa y la raiz se hace paritaria (transcurridos dos 0 tres afios si la planta se ha culti- vado con las técnicas de poda e injerto correctas) empieza la fase de produc- cidn, es decir, el largo periodo de fruc- tificacién, que puede variar segiin la especie. Normalmente, el arbol esté ya for- mado a los diez 0 doce afios, con sus ra- mas principales distribuidas en funcion de la especie a la que pertenezea y del ambiente en el que se haya desarrollado. La actividad vegetativa se inicia en primavera, con la apertura de los bro- tes y el consiguiente desarrollo de los pimpollos, Segiin la especie arbérea frutal de Ja que se trate, puede producirse un florecimiento inicial y una posterior emisién de las hojas’(albaricoquero, melocotonero), el caso inverso o inclu- So una apertura simulténea de ambos elementos. En todo caso, cada afio, ademas de producir nuevos brotes, la planta aumenta de espesor, tanto en Io que concierne al tronco como a las ramas y taices, Los nuevos brotes pueden surgir en un punto cualquiera de la rama o ser una prolongacién de una del afio ante- rior (yema apical). Su crecimiento prosigue a lo largo de todo el verano, pudiendo alcanzar incluso, en plantas muy vigorosas, una longitud de varios metros (superada notablemente por las de tipo sarmentoso, como el kiwi y la vid, que producen ramas jévenes cada afio). Hacia finales de agosto se inte- rrumpe el crecimiento y adquiere ma- yor importancia la maduracién de la madera (agostamiento) en previsién del perfodo invernal, ya que sdlo la que se halle uniformemente madurada podré superar esta frfa estacién. La polinizacién de los arboles fru- tales (poméceas, drupaceas, higue- ras), suele producirse gracias a la la- bor de los insectos 0 a la accién del viento (polinizacién entoméfila o aneméfila respectivamente). Las flo- res abiertas, oportunamente fecunda- das, se convertirén en frutos, es decir, fructificardn. Los mayores obstculos para que se produzca la polinizacién (y, conse- cuentemente, la fecundacién poste- rior) son imputables a factores climé- ticos tales como bajas temperaturas primaverales, Lluvias intensas y fre- cuentes durante el florecimiento y vien- tos tempestuosos (que impiden el vuelo de los insectos) 0 a la esterilidad constitucional de las plantas. FASES FENOLOGICAS FLORACIONES MES ESPECIE En, |Febr. |Mar. | Abr. | May.) Jun.| Jul. | Ag. |Sept.| Oct. |Nov. | Dic. Manzano ° Peral ani) se Membrillero ee eS Nispero japonés . Albaricoquero ealis Cerezo dulce u Cerezo acido * Almendro eje + Melocotonero ote Ciruelo europeo . Ciruelo chino-jap. ous Naranjo eis Limonero ’ ae iene | bed iesulliow ele Mandarino . . Pomelo 2 Castaiio : Higuera . ole Caqui «[- Kiwi ele Avellano* edied| Bo) Nogalt ool Vid ele GT: FLORES MASCULINAS 9 : FLORES FEMENINAS £pocas de florecimiento: las plantas pertenecientes a la misma especie flore- cen casi simulténeamente, aunque la maduracién de los frutos puede produ- cise en distintos momentos, de lo que se deduce que no existe relacién alguna entre estos dos factores. 1, Cuando el periodo de florecimiento es superior a los tres meses, las plantas se denominan reflorecientes. 2. Las flores masculinas aparecen con anterioridad, pero la maduracién del polen se obtiene en relacién al florecimiento de las femeninas. FASES FENOLOGICAS En este caso, sera necesaria una po- linizacién cruzada, mediante polen proveniente de cultivos divers Es importante conocer bien esta forma de incompatibilidad en el mo- mento de plantar, para poder escoger asf las mejores variedades productoras de polen y permitir la polinizacién cruzada, preferible (también en el caso de variedades autocompatibles) por- que con seguridad determina una ma- yor fruetificaci6n, La eleccién de las variedades com- patibles se orientaré hacia aquellos cultivos que tengan una 6ptima actitud fecundante y florezcan al mismo tiem- po que el principal. Es frecuente hallar variedades auto- compatibles en el cerezo dulce, almen- dro, manzano, peral y en el ciruelo chino-japonés (en cambio, este hecho es muy poco frecuente en el albarico- quero, guindal, ciruelos curopeos y en los agrios). No todas las flores presentes en la planta en el momento de la floracién son fecundadas y, de las que si lo son, s6lo algunas consiguen fructificar y madurar, Para obtener una buena pro- duccién, el porcentaje de maduracién varia entre el 10-20 % en el caso del melocotonero y del cerezo, mientra que las pomiceas y el olivo registran valores inferiores, en torno al 5 %. El crecimiento de los frutos (produ- cido normalmente en el transcurso del periodo estival) consta de dos fases: la primera se haya caracterizada por una continua divisién celular y la segunda por la distensién de estas células, con el consiguiente aumento de volumen de los frutos, aunque, en ambas, puede producirse una cafda precoz de estos en su fase de desarrollo. Este fenémeno es bastante normal (se da en junio, antes de la recogida y en general, debido a circunstancias fi- siolégicas) y puede estar determinado por una maduracidén excesiva. De este modo, la planta se autorregula para poder abastecer de agua y de las sus- tancias nutritivas disponibles los fru- tos que le quedan, ‘Sin embargo, con bastante frecuen- cia suelen hallarse plantas que presen- tan una maduracién demasiado eleva- da o una caida precoz excesiva, que ni tan s6lo la de tipo fisiolégico consi- gue regular. Es en estos casos cuando las intervenciones de poda pueden restablecer un equilibrio a la altura de la copa e impedir la alternancia, favo- reciendo la produccién de frutos cuantitativa y cualitativamente acep- tables. La fase final de la fructificacion concluye con la maduracién de los frutos, que sufren profundas transfor- maciones en su pulpa y céscara: se desarrollan los caracteres organolép- ticos (como el sabor, la acidez, la as- tringencia, el aroma, etc.), aumenta el contenido en azticares debido a la hidrdlisis del agua, disminuyen los dcidos, se forman las pectinas que fa- yorecen el ablandamiento de la pul- pa, se sintetizan los pigmentos del color, desaparece la clorofila y, por Ultimo, se desarrollan las sustancias aromaticas. La maduracién es gradual en el seno de una misma planta y esté en funcién de la posicién de las ramas. Asimismo, en el conjunto de un culti- FASES FENOLOGICAS vo de una misma especie, varia nota- blemente (en periodos de tiempo muy amplios) hasta el punto de que pueden distinguirse variedades precoces, me- dias y tardfas. La maduracién del fruto se corres- ponde con el alcance de la capacidad germinativa de las semillas (comesti- bles en las nueces, avellanas, almen- dras, castafias, kiwis ¢ higos, si bien en estos dos tiltimos casos se comen junto ala pulpa). Muy a menudo, las recién sacadas del fruto presentan un estado de quiescencia, que sélo les permitira germinar transcurridos algunos meses 0 incluso aitos. Durante los primeros afios, tras el crecimiento, se constata un aumento creciente de la produccién que, en ailos posteriores, se hace constante, es- tabilizandose incluso durante muchos més, segiin la especie frutal de la que se trate. Posteriormente, tiene lugar la tlti- ma fase vital de la planta, que corres- ponde a la vejez: EI primer sintoma de este periodo fisiol6gico suele consistir en un rapido descenso de la produccién, asi como en un freno del desarrollo general de la planta. El fendmeno, estrechamente ligado a la edad, depende del hecho de que Jas sustancias absorbidas y elaboradas son utilizadas, en su mayorfa, para mantener la estructura del érbol, por lo que los recursos destinados a la pro- duccién de nuevos frutos, raices y bro- tes son muy limitados. Asi, se inicia un mecanismo reduc- tivo, que alcanza su punto maximo ya en la vejez. DESARROLLO DE LAS RAMAS Cada especie arbérea tiene una geo- metria especial que la caracteriza, que suele estar representada por la distri- bucién y disposicién de las ramas en el tronco. La forma de la planta se adecua a la funcién que las ramas tendrdn que de- sarrollar en el ambiente en el que se si- tien. Es importante observar la forma de la copa y la distribucién de las ra- mas, ya que condicionan al arbol, prin- cipalmente en su relacién con el viento y con otros agentes atmosféricos. Este aspecto deberd ser tenido en cuenta si manipulamos la forma del drbol en funcién de nuestras exigencias Por otra parte, el tipo de ramifi cién varia con el paso de los afios: por ejemplo, en la fase juvenil, la posicién tendencial de todas las ramas es hacia arriba, mientras que, en la madurez, tienden a ensancharse, para més tarde caer hacia abajo, ya en la fase de vejez (fig. 3), que se manifiesta a través de una considerable reduccién, tanto en ntimero como en longitud, de todas aquellas. En definitiva, es indispensable des- tacar que el crecimiento y longitud de las ramas y de los brotes esta ligado a a posicién en la que estos se encuen- tran. Las ramas cortas 0 muy cortas estén localizadas en la parte mas interna y vieja de la copa (en la que se filtra me- nos luz), en tanto que en las exteriores prevalecen las largas, con brotes late- rales de distinto vigor: este fenémeno se debe normalmente a la posicién, FASESFENOLOGICAS juventud senescencia vejez ) madurez vee is mFig.3 Esquema general de modificacién del desarrollo de un arbol frutal, en el trans- ‘curso de sus distintas fases vitales FASES FENOLOGICAS més 0 menos iluminada, de una sola rama, que domina sobre las restantes y orienta su posterior desarrollo COMPETENCIA Por lo que respecta a la parte aérea de la planta, es necesario subrayar que no todos los érganos presentes participan en el desarrollo y crecimiento total de la copa. Esto es debido a que cada rama puede desempefiar la misma fun- cidn que las demés (en efecto, cada una de ellas puede producir hojas, flo- res y frutos), por lo que se entabla una competencia entre las diversas partes para aleanzar un tnico y mismo resul- tado. De este modo, las rafces compi- ten entre ellas, asf como las yemas, que presentan la capacidad de limitar 0 impedir el desarrollo de las restantes. Es este el caso de la denominada api- cal (presente en cada brote), la cual, para mantener el dominio, produce hormonas que inhiben el desarrollo de las subyacentes). Ademés, segtin la posicin, pueden atraer, en mayor o menor grado, las sustancias nutritivas en su propio y tnico beneficio. En estado natural, esta competencia se manifiesta cuando observamos, con bastante asiduidad, grandes ramas muertas, que permiten un mejor dese rrollo de las vecinas. Esta forma de autorregulacién natu- ral (debida a la competicién para obte- ner el «mejor lugar») no es otra cosa que una forma de poda espontiinea, cau- sada por la légica conexién que existe ena planta y que obliga a todas sus par- tes a contribuir al desarrollo general. DISPOSICION Y EDAD DE LAS HOJAS La posibilidad de crecimiento de la planta estd también ligada a la disposi cién del ntimero de hojas presentes en la copa. Esto se debe a que la distribu- cidn de dichos 6rganos en la planta po- sibilita un maximo rendimiento foto- sintético. Por este motivo, las hojas localiza- das en las partes bajas e internas de la planta tienen, a causa de la escasez de luz, un bajo «rendimiento» en cuanto a fotosintesis (produccién de sustancias organicas), mientras que, en cambio, las que se desarrollan en las partes ex- ternas y soleadas de la copa (hojas de alto rendimiento) son diferentes, in- cluso estructuralmente: su transpira- cidn, respiracién y fotosintesis es mas elevada y son més gruesas, mas ricas en agua y més verdes. Este fenémeno esta muy condicio- nado por las variaciones estacionales: por ejemplo, durante el primer perfodo primaveral, casi todas las hojas pre- sentan una excelente disposicién para realizar la funcién fotosintética. Sin embargo, debido al paso del tiempo, al desarrollo de los brotes, a la fructifica- cidn, etc., se pueden reducir las condi- ciones de iluminacién, principalmente en el interior de la copa. Esto se soluciona con la poda (tanto verde como seca), ya que permite crear discontinuidades en ella y reali- zar aperturas, que posibilitan una ma- yor distribucién de la luz y un mejor paso del viento entre el follaje. La mayor capacidad fotosintética se produce cuando la hoja alcanza la mé- FASES FENOLOGICAS xima expansién de su superficie, pero disminuye una vez concluido el creci- miento, hasta anularse por completo al aproximarse la planta a su perfodo de vejez. En este contexto, también es impor- tante la operacidn de poda verde deno- minada de deshojadura (de la que ha- blaremos a continuacién). DIFERENCIACION DE LAS YEMAS En una copa en la que hojas y ramas entablan (aunque compitiendo entre ellas) una relaci6n positiva, el primer beneficio que se obtiene es el de la for- macién anual, regular y constante de las yemas de flor y de madera, Sobre una rama, se pueden hallar yemas situadas en las puntas (apica- les), desde donde se producira el alar- gamiento de la rama, y yemas desarro- Hadas en la axila de las hojas (fig. 4). En un principio, estas, llamadas axila- res, no presentan diferencias, ya que apenas estén esbozadas y presentan una forma puntiaguda, aunque, en un determinado momento de su vida, su- fren una transformacién, que las lleva a continuar su regular crecimiento y a convertirse en yemas de madera (que producirén brotes) o a diferenciarse, es decir, hacerse productivas y a orga- nizarse para formar los érganos flo- rales. Asimismo, su forma se redondea y aparecen las primeras sefiales de lo que mas tarde serdn los sépalos, péta- los, estambres y pistilo. La época en la que se produce este Fig. 4 Distribucion de las yernas sobre una rama: A) yema apical; B) axilares 0 \aterales importante fenémeno varia segtin la especie: por ejemplo, en los arboles frutales suele tener lugar durante los meses estivales (junio-julio) del aio precedente al que brotan. Por otra parte, en las plantas reflo- recientes (como por ejemplo el limo- nero) se manifiesta en distintas épocas del afio, mientras que en las perennifo- lias se produce, por regla general, en- tre enero y febrero del mismo afio en el que brotan. Conocer la época en la que se dife- rencian las yemas es importante, ya que es necesario efectuar practicas de cultivo (especialmente de poda) que FASES FENOLOGICAS permitan condicionar y dirigir la evo- Iucién de aquellas antes de que su dis- tinci6n resulte irreversible. Las sustancias que influyen en la orientaci6n de las yemas hacia madera © flor son, I6gicamente, de naturaleza hormonal, aunque muchas teorfas sos- tienen la idea de que existe una rela- cin entre hidratos de carbono (produ- cidos por la parte aérea) y compuestos nitricos (absorbidos por las rafces): en efecto, cuando esta relacién se oriente a favor de los hidratos, se tendré una propensién hacia la flor, mientras que si lo hace a favor de los compuestos, sera hacia la madera. Es este el caso de los primeros aiios de vida de las plan- tas, principalmente de las silvestres, en los que Ia actividad de las rafces es su- perior a la de la parte aérea. Si la planta se deshojara antes del periodo de diferenciaci6n (incluso en plantas adultas y muy productivas), se invertirfa la relacién a favor de los ni- tratos, por lo que se producirfa una gran distincién, a favor de la madera. ALIERNANCIA | DE PRODUCCION Cuando la estacién mantiene un trans- curso regular y no se producen fen6- menos climaticos como el hielo o la Muvia durante la fase de apertura de las flores, la fertilidad de los drboles fru- tales es un hecho que se da por des- contado. Sin embargo, muy a menudo ocurre que la maduracién resulta in- cluso excesiva, hecho que impide a los ‘frutos alcanzar las dimensiones nor- “males y, ademés, la elevada presencia mFig.5 Aiternancia de produce de carga: b) aio de descarga A) afio FASES FENOLOGICAS de productos comporta que las yemas se troquen, al aiio siguiente, no en flor, sino en madera. Se produce asf, sobre todo en las especies predispuestas por naturaleza (manzano, albaricoque y olivo), pero también en todas las plan- tas arbéreas frutales, el fendmeno co- nocido como alternancia de produc- cin: un determinado afio, el Arbol pre- senta frutos abundantes, pequefios y de baja calidad, mientras que, al si- guiente, los tiene de dimensiones y ca- lidad considerables, pero mds bien es- casos respecto a su capacidad produc- tiva (fig. 5). Debido a esto, el objetivo del cultivador consistira en realizar anualmente una produccién uniforme, tanto cualitativa como cuantitativa- mente, aprovechando la diversidad de practicas agrénomas existentes (sin ol- vidar la poda), que le permitirén alcan- zar el mencionado fin. BASES FISIOLOGICAS DE LA PODA DE LOS ARBOLES FRUTALES SY Todo lo explicado anteriormente acer- ca del desarrollo de la planta ayuda a comprender cémo Ja naturaleza mis- ma, con su comportamiento, provoca una poda natural, que se constata, por ejemplo, en el menor desarrollo de las ramas internas de la copa (ya que es- tén menos iluminadas y son, por ello, menos productivas) o incluso en la autorregulaciGn, que puede Hevar in- cluso a la supresin de una rama para permitir el desarrollo de las restan- tes 0 a la caida precoz de los frutos. Si esto ocurre ya en la naturaleza, como medio para adaptarse mejor al ambiente, asumira mayor importancia al buscarse la maxima rentabilidad en la produccién fruticola. Es por ello que resulta indispensable conocer las modalidades de crecimiento y la rela- cidn entre desarrollo y fructificacién, para asf poder aprovechar, de la me- jor forma posible esta practica agré- noma. FINALIDAD DE LA PODA eo | aD La finalidad de esta técnica de inter- vencién sobre los Arboles frutales es bisicamente de tipo econémico. Se trata, en efecto, del procedimiento mas adecuado (aunque resulta especial- mente costoso) para manipular la for- ma y el comportamiento de un érbol frutal, con la finalidad de obtener un producto cuantitativa y cualitativa- mente excelente, Del mismo modo, estudiando y lle- vando a cabo la forma de cultivo idé- nea para cada especie, se obtendrén andlogas ventajas en otras pricticas de cultivo. Si, en efecto, la finalidad principal de la poda es la de anticipar y hacer constante la produccién a lo largo de los afios, regulando la vida y el desa- rrollo de la planta, con ella se legan también a fayorecer y a economizar Jas intervenciones en el cultivo (tra- bajo, tratamiento, recogida, etcétera). Es lgico que, en cada fase vital de la planta, la aplicacién de la poda comporte resultados diferentes: esto ocurre especialmente cuando se le efectiia algtin corte o cuando las ope- raciones consisten en la introduccién de cambios en la direccién del creci- miento, provocados por pliegues, cur- vaturas, etc. Por ejemplo, al predisponer la for- ma de cultivo se conseguirdn diferen- tes resultados segtin se apliquen estos dos métodos distintos: el despunte de la cima comportaré que las ramas late- rales que se encuentran bajo el corte se desarrollen de forma mas robusta, aunque tardfa, en tanto que, por el con- trario, el pliegue de aquellas o el man- tenimiento de la integridad de la flecha reduciré en exceso el tiempo de alcan- ce de la forma de cultivo preseleccio- FNALIDAD DE LA PODA nada, provocando un aumento poste- rior de la produccién. Andlogamente, se obtendran resul- tados diferentes si se interviene en los dos periodos (estivales 0 invernales) efectuando pricticas de poda verde o seca, que muy a menudo se combinan, aunque con bastante frecuencia produ- cen efectos totalmente divergentes. Por ejemplo, el corte del extremo de una rama durante la época invernal provocaré que la planta produzca una corona de ramas por debajo del punto de corte, mientras que un despunte andlogo en las operaciones de poda es- tival posibilitard el agrandamiento de la parte sobrante y la produccién de una o dos ramitas, aunque no desarro- Ilaré nuevos brotes, Es por ello que una de las finalidades fundamentales de la poda reside en per- mitir que cada planta se desarrolle pot si misma y que produzca segiin sus pro- pias exigencias, Unicamente con esta técnica se puede, tras el implante, favo- recer el vigor 0, por el contrario, reducir la excesiva actividad vegetativa, Tam- bién con este sistema es posible alcan- zar facilmente la meta de anticipar y ha- cer constante la produccién, reguiar la vida de las plantas, su crecimiento y cul- tivo y permitir que las intervenciones en este sean lo més ventajosas posible. POSIBILIDAD DE MODIFICAR EL COMPORTAMIENTO NATURAL DE LAS PLANTAS Ademis de la forma del drbol (distinta en cada especie arborea) existen otras diferencias a nivel de variedad dentro de la misma especie, tanto por lo que respecta a la disposicién como por lo que podria denominarse ef comporta- miento del frutal (siendo su resultado mas importante y evidente la producti- vidad). Muchas variedades, por ejem- plo (destaca como tipico el caso del peral), aun siendo excelentes bajo to- dos los puntos de vista, estén poco consideradas debido a su escasa pro- ductividad. Por otra parte, también es posible observar las diferencias existentes en- tre los diversos cultivos mediante la disposicién de las ramas, el nimero y el tamafio de las hojas, el ritmo de cre- cimiento y la calidad de los frutos (ca- racterfstica que, pese a ser la tiltima, no reviste por ello menor importan. cia). Es l6gico que, aunque no son espe- cialmente apreciadas las variedades que son escasamente productivas, tam- bién pueden crear problemas aquellos cultivos que se sobrecargan de frutos cada aio: en efecto, la superproduc- cin repercute negativamente en el desarrollo vegetativo y en la acumula- cin de las sustancias de reserva, he- cho que desemboca en un deterioro continuo, que a su vez acorta la vida de la planta. Las posibilidades de intervenir en las caracteristicas generales de la plan- ta se constatan, en el momento de plantar mediante el portainjerto, que puede conferir al arbol «comporta- mientos» diferentes, Sin embargo, después de esta fase la nica posibili- dad que queda es la de hacer un buen uso de la poda: como se ha apuntado FINALIDAD DE LA PODA Ml Manifestacién de la obundante produccién de brotes, beneficiada por la pode invemal. Es evidente que el tupido relleno del interior de la copa favorece la sombra y el estan- camiento de la humedad ya, se puede regular el desarrollo del Arbol y su produccién con intervencio- nes dirigidas tanto a mermar como a reducir el ntimero de ramas, alterando asf la relaci6n existente entre la copa y las races (es decir, entre hidratos de carbono y sustancias nitricas), en fa- vor de la primera, y, por lo tanto, de la produccién Las intervenciones de corte sirven, ademés, para reducir el exceso de ve- gelacién y crear esos «vacfos», que tanto ayudan al crecimiento y a la ma- duracién uniforme de los frutos (cuyo @ Una vez eliminados todos los re- brotes, observamos los frutos, antes ensombrecidos, y constatames la me- jora de la iluminacién intema ™ Planta que se halla en condicio nes ideales 2 |/ FINALIDAD DELA PODA EXIGENCIAS DE LOS ARBOLES FRUTALES Tetreno Clima Aporte hidrico Manzano franco - medio templado-frio exigente estructurado Peral franco - medio templado-frio exigente estructurado. Membrillo franco - medio templado-frio exigente estructurado Nispero franco - medio templado-calido exigente estructurado Albaricoquero disgregado - medio templado exigente estructurado Cerezo disgregado - medio templado fio poco exigente estructurado Cerezo dcido _ no tiene exigencias templado-fio poco exigente Almendro no tiene exigencias templado exigente Melocotonero disgregado - medio templado-fio. exigente estructurado Ciruelo europ. no tiene exigencias templado-fio exigente Cinelo ch.-jap._no-tiene exigencias _templado-célido exigente Naranjo arcilloso-disgregado _templado-célido__ muy exigente Limonero ___disgregado-arcilloso _templado-calido__muy exigente Mandarino _disgregado-arcilloso _templado-célido __muy exigente Pomelo disgregado-orcilloso __templado-cdlido __ muy exigente Castafo €cido y blando templado-frfo no tiene exigencias Higuera seco, no tiene templado-célido no tiene exigencios exigencias Caqui disgregado-medio —_templado-calido no tiene estructurado exigencias Kiwi &cido - medio todos los climas muy exigente estructurado Avellano no tiene exigencias templado exigent Nogal franco-profundo femplado poco exigente Vid no tiene exigenclas todos los climas no tiene exigencias FINALIDAD DE LA PODA exceso se puede también eliminar, he- cho que permitiré una distribucién més regular de las sustancias orgdni- cas y un crecimiento mas racional, eviténdose asf la alternancia de pro- duccién). El desarrollo natural de la parte aé- rea es también modificable mediante aquellas prdcticas de poda que, en vez de eliminar las ramas, las someten a modificaciones de su posicién para in tentar mejorar o hacer mas lento el movimiento de la savia, permitiendo asf que el desarrollo varie segtin lo de- seado. Es, principalmente, con Ia utiliza- cién de Ios pliegues y las curvaturas (véanse pags. 64-65 y 75-76) como se consigue alterar la relacidn entre la sa- via elaborada y la bruta, respondiendo mejor de este modo a las exigencias del productor. Mis tarde, operaciones tales como anulaciones 0 corte del «cabo» (véan- se pigs. 66 y 76-78) modifican cada rama y realizan un importante papel a la hora de permitir un equilibrio entre las partes, que naturalmente no se po- dria conseguir de otro modo. La modificacién, mas o menos des- tacada, de la parte aérea (la tendencia actual es la de mantener siempre una cierta libertad para que se desarrolle de forma natural) influye también en el desarrollo o deterioro de las raices, en las que también se puede efectuar una poda, especialmente en el momen- to de plantarlas. Asi, eliminando gran parte del apa- rato radical, se reduce la capacidad de absorci6n y, de este modo, se hace mas lenta o pierde vigor la parte aérea. Con las oportunas operaciones en el cultivo se puede intervenir en aquel incluso cuando las plantas son adultas, no tan- to para crear condiciones desfavora- bles para la parte aérea como para per- mitir una revitalizacion de la subterré- nea, permitiendo que esta se desarrolle incluso en puntos del suelo que no ha bia explotado con anterioridad, hecho que proporciona muchas ventajas para la copa. Mas extensamente, se tomardn en consideracién todas aquellas practicas de poda que permitan variar la forma, dimensién y funcionamiento de un ér- bol frutal. Aunque es especialmente cara, esta practica permite, siguiendo criterios bien definidos y teniendo bien claros y planificados los objetivos que se quieren alcanzar, transformar un arbol frutal en un elemento vegetal que res- ponda plenamente a nuestras exigen- cias. Todo esto debe sintetizar un buen conocimiento de las bases fisiolégicas que regulan el crecimiento de la plan- ta, de las caracteristicas de la especie y del cultivo (asi como de su técnica), de las condiciones ambientales, ya que una poda equivocada puede compro- meter durante un aiio (0 incluso defini- tivamente) la produccién y la disposi- cién general de la planta, puesto que las eventuales intervenciones inco- rrectas alteran los fenémenos fisiolé- gicos, hormonales y de crecimiento especffico de cada una de aquellas. T1POS.DEEOOA LAME 1 ENED Baséndose en la finalidad, la época y la fase de crecimiento en las que se en- cuentra Ia planta, es posible hacer una distincién entre los varios tipos de poda existentes Se ha sefalado ya con anterioridad cémo las operaciones fundamentales de esta prictica pueden orientarse tanto a la eliminaci6n de algunas ra- mas © parte de ellas (sean jévenes 0 no) y de otros 6rganos (incluidos los frutos), como pueden concernir al pliegue, inclinacién 0 curvatura de las mismas, en posicién o espacios diferentes a aquellos en los que ere- cieron, Ateniéndose a estos dos tipos de in- tervencién, se obtendrén respuestas ve- getativas distintas. La distincién clésica de los tipos de poda hace referencia a las fases de cre- cimiento de la planta y toma en consi- deracién una poda de cultivo (0 de for- maci6n de la joven planta), una de produccién y una de reforma o de reju- venecimiento. La poda de produccién (o de fructi- ficaci6n) se aplica en la fase mas adul- ta y productiva, mientras que la dltima se efectiia en el momento del trasplan- te o en el de las transformaciones es- pecificas que se producen a lo largo de la vida de la planta. En cualquier caso, hay que decir (aunque més adelante volveremos a hablar de ello) que estas intervencio- nes deben ser realizadas en invierno, antes de la reanudacién de la producti- vidad (poda seca) o durante todo el pe- riodo de actividad de la planta, hasta el descanso invernal (poda verde o es- tival). PODA DE CULTIVO También llamada poda de formacién, tiene la tarea de proporcionar a la jo- NOS DE FODA ven planta (recién cultivada) la mejor y més eficaz forma de aprovechar el espacio y la luz, con lo que la produc- cidn es mejor y més constante. Su objetivo principal radica en que la planta tome la forma deseada, as- pecto que puede durar varios afios. Los criterios basicos que regulan este tipo de técnica se pueden intuir con facilidad, aunque siempre es me- jor conocerlos en profundidad: antes que nada, tiene que crearse (en bene- ficio de la produccién) un buen equi- librio entre el aparato radical y 1a parte aérea, que deberd conservarse durante todo el periodo vital de la planta § Formaci6n de una palmeta de ra- mas oblicuas: eje de manzano injer- tado y plantado el otono anterior En el ambito de este segundo ele- mento (donde se efecttia con mas pro- fundidad la poda), es necesario que cada parte individual se halle equili- brada respecto a las otras, para asi conseguir un crecimiento arménico y uniforme de la copa. Este detalle re- sulta muy importante cuando la planta se carga de frutos: en efecto, el peso excesivo de estos puede causar, en mas demasiado frdgiles y cargadas, fe- némenos de torsién o rotura, que alte- rarn posteriormente la distribucion de las restantes. Por otra parte, favorecer Corte del eje, efectuado justo an- tes del despertar vegetativo (febre- 0). La foto pone de manifiesto la al- jura a la que se tiene que practicar el corte: a 60 0 70 cm del suelo, No- tese también su inclinacién, que Im- pide el estancamiento del agua POS DE PODA ™@ Corte realizado i En el segundo aro, el corte del eje provoca Ia emision de numerosas ra- mas, entre las cuales se escogerén las destinadas a la formacién de la palmera @ Eliminacién, a ras de tronco, de ung rama superflua, Resultan eviden- tes, en la parte superior, las tres ra- mas que darén origen a la primera horcadura y ala «fecha» Inclinacién de las ramas latera- les (conformando un angulo de 45° aprox.), que sucesivamente se iran atando al primer hilo de sosteni- miento 31 lm Corte de Ia flecha (eje central) a unos 60 0 70 cm respecto al punto de insercién de las ramas, hecho que posibilita la emisién de brotes subyacentes, que originaran, al aio siguiente, Ia segunda horcadura SDE PODA la formacién de un esqueleto de ramas demasiado robusto conduce a un retra- so en la fructificacién, y el hecho de mantener una masa aérea demasiado abundante puede llegar a ser muy cos- toso para la actividad de absorcién y fotosintética, principalmente en los pe- riodos de méxima produccién, siendo en este caso las sustancias sustraidas de la fructificacién. En cualquier caso, la formacién de la estructura debe rea- lizarse en el menor tiempo posible (in- dependientemente de la forma de culti- vo que se quiera dar a la planta), inten- tando respetar el porte natural de la especie y reduciendo al maximo las remociones y los cortes, pero aprove- chando la produccién de brotes (inclu- so los anticipados) y escogiéndolos en- tre los més robustos y mejor colocados. La horcadura de las ramas tiene que ser compatible con las exigencias de cultivo y lo mas baja posible, para re ducir la altura del tronco y del recorri- do de la savia, facilitando asf las ope- raciones de poda y recogida, Es espe- cialmente importante, en las formas aplanadas, respetar las distancias exis- tentes entre las diversas horcaduras para obtener la maxima penetracin de Ja luz en todas las ramas y para que la fructificacién no quede obligada a si- tuarse sélo hacia arriba, en un intento de hallar las condiciones adecuadas. Ademés, una racional distribucién de las ramas favorece esta labor, tanto en § Allado, operacién concluida. Ad- viértase que las dos ramas inclinadas no han sufrido ningtn corte de ia cima, ya que esto habria provocado un desarrollo excesivo de las mismas IPOS DE PODA lo que respecta al terreno como a la planta misma (fig. 6). La duracién de la poda de cultive puede variar segtin la forma escogida y prolongarse incluso durante los afios de produccién, sobreponiéndose a la de fructificacién. En cambio, se consi- dera concluida cuando la planta ha al- canzado la plena fase productiva, sus- tituyéndose por otra técnica, més pro- ductiva y adecuada, Sin pretender dar indicaciones so- bre las formas de cultivo aplanadas o con volumen (las cuales serdn tratadas cuando se hable de especies frutales en concreto), el método basico a se- guir desde el principio de la implanta- cién puede cifrarse en los siguientes puntos: * Antes que nada, en las pequefias plantas j6venes cultivadas en otofto 0a finales del invierno se practica- ré, en el momento del implante, un corte parcial de las rafces (si las tie- nen desnudas), especialmente aque- m Fig.6 Evolucién, a lo largo de los aos, de una forma de cultivo aplanada. Se aprecia claramente la altura del tronco (menos de 50 cm) y Ia distan- cla existente entre las horcaduras (80-100 cm) las que estén rotas, malformadas 0 estropeadas, y el corte del eje (efec- tuado, aproximadamente, a un me- tro del suelo) (fig. 7). * La altura varia segtin el vigor, inde- pendientemente del tipo de portain- jerto que se use; cuanto més débil sea el eje, mas cerca del suelo cor- taremos. * Por debajo del corte, se desarrolla- ran tres o cuatro brotes, que durante Fig. 7 Corte de las raices y eventual despunte del eje central 300 250 150 100 60 POSE PODA § Formacién de un vaso de tres ra- mas, arriba a la iquierda, je de manzano, plantado el otofio anterior A [a izquierda, corte del eje, que debe ser realizado justo antes del despertar vegetative (0 sea, en fe- brero). La foto muestra la altura a la que se tiene que efectuar el corte: a 60-70 cm del suelo. Adviértase Ia in- clinacién del corte, que impide el es- tancamiento del agua Ariba, corte ya realizado POSE PODA § Arriba, observamos cémo, a prin- Gipios del segundo afio, la joven planta presenta numerosas y vigoro- sas ramas, entre las cuales se esco- gerdn tres 0 cuatro destinadas a la formacién del vaso §& Ariba, a la derecha, corte de ra- mas, efectuado en exceso; la elec- cién de aquelias que se van a con- servar se oflentaré hacia las que se hayan desarroliado partiendo de una misma zona A fa derecha, tras finalizar ja ope- racin de «limpieza» quedan las tres ramas escogidas POS DEPODA § Ariba, a Ia izquierda, colocacién de tres canas, bien fjadas al suelo. La atadura del tronco debe efectuarse siempre antes de la de cada rama a una cana, ya que, en caso contrario, se deformaria toda la horcadura A Ia izquierda, atadura de una rama a la cana de sujeccion. Véase cémo el nudo no es demasiado es- trecho, permitiendo un cierto movi- miento de la rama, que evita que quede aprisionada @ Ariba, a la derecha, operacién terminada. Tras haber atado las tres ramas, el vaso queda completado, No se ha efectuado el despunte de la cima, ya que las tres estan bien de- sarrolladas y son vigorosas (en caso contrario, habria sido necesario cor- tar la cima de la rama (0 de las tres) mas débil o menos desarrollada TOS DE PODA el verano (con la poda verde) po- dran ser seleccionados y orientados para la primera horcadura. En las plantas cultivadas en otofio también se podré dejar el eje entero ya que, al tener la posibilidad de adaptarse al terreno ya en esa esta- cién, no necesitard ser estimulado en primavera para producir brotes laterales. Sin necesidad de efectuar cortes, se puede aumentar o disminuir el vi- gor y el desarrollo de estas primeras ramificaciones inclinando las ra- mas: con ello, las mas crecidas y vi- gorosas ralentizarin su desarrollo, hasta situarse en posicién horizon- tal, en tanto que las mas débiles se dejaran 0 se colocaran en posicién vertical (fig. 8). Al aio siguiente, la vegetacién pre- sente en cada una de las ramas ten- dré que ser distribuida uniforme- mente desde Ja punta hasta la base, de tal modo que forme un revesti- miento parecido a un cono 0 a una pirdmide (con espacios vacfos y pliegues). La prolongacién de las ramas podré ser acortada anualmente a la altura a la que se quiera hacer nacer una nueva horcadura (poda con despun- te), o bien podra dejarse intacta (sin ningin corte) para que se desarrolle libremente (poda de toda la cima). La «flecha», es decir, el eje princi- pal interior, debera dejarse desarro- Mar con toda la cima si se quiere re- ducir el vigor de la planta, cortén- dose sélo en el momento en el que se desee formar una nueva horcadu- ra de ramas principales, situadas a m Fig, 8 Trosplante del eje con ramas antici- padas, de entre las cuales se esco- gerd la horcadura: A) inclinado hor- zontalmente, para disminuir el vigor; 8) mantenido verticaimente, hecho que posibilita el desarrollo; C) elimi- nado, ya que esta de mas una distancia orientativa (depen- diendo de la forma del cultivo) de 80-100 cm con respecto a la prime- ra horeadura. En cualquier caso, cuanto menos se corte, més precoz resultard la fructificacién, cuyas formaciones (que aprenderemos a conocer més tarde) suelen estar dis tribuidas por todas las ramas, ple- gandose, curvindose 0 cortindose en funcién del espacio que tengan a su disposicién, * También los frutos que, ya en el se- gundo afio, se sittien sobre estas ra- IPOS DE PODA mas pueden ser eliminados parcial- mente si estén demasiado juntos 0 bien si han crecido directamente so- bre ramas portadoras. PODA DE PRODUCCION También denominada de fructifica- cidn, se inicia cuando la planta empie- za a producir, El anticipo de este pe- rfodo, buscado y favorecido en todos los frutales, comporta la intervencién de este tipo de poda cuando atin no ha concluido la de cultivo, por lo que am- bas se sobreponen, aunque sus finali- dades sean necesariamente distin En este caso, resulta basico conocer con precisién (también en el ambito campestre) las ramas que tienen los frutos de cada especie, para de este modo poder seguir su evolucidn e in- tervenir a su favor. Generalmente, las finalidades que persigue la poda de produccién son las siguientes: — una renovacién anual (o simple control) de la formacién de los fru- tos, para obtener una produccién constante a lo largo de los aio: una distribucién uniforme y cons- tante de las ramas que tengan fru- tos, para asf impedir una sobrepro- duccién y favorecer la exposicién a Ja luz de todos ellos, mejorando su calidad; tener bajo control el equilibrio entre produccién de frutos y de ma dera, evitando de este modo alter- nancias y permitiendo un lento en- vejecimiento; § Poda de produccién, a finales de otoho, Palmeta de manzano com- puesta por dos horcaduras — y, finalmente, conservar la forma de cultivo predispuesta. Como ya se ha expuesto al inicio, este tipo de poda (efectuada en Ia fase de juventud de la planta) integra la de culti- vo, orienténdola hacia la produccién. Por ejemplo, si es conveniente eli- minar una rama cercana a otra, en la fase de cultivo se escoge la mas fun- cional para la estructura, mientras que en la de produccién se opta por salvar aquella que leve el fruto, adapténdola a la funcionalidad del arbol. En las intervenciones de poda de cul- tivo es mejor evitar, durante la primera fase de vida, efectuar cortes, por lo que sélo la realizaremos mediante pliegues, curvaturas u otras operaciones. TPOS DE PODA lf Arriba, corte de la fecha, aspecto que favorece Ia formacién de una tercera horcadura ® Ariba, a la derecha, la segunda rama, oportunamente podada, ha sido inclinada y fijada, de forma co- recta, tanto a la subyacente como al hilo metélico de sujecién A la derecha, poda completada, destocando Ia flecha despuntada, dos horcaduras y, debajo de la pri mera, dos amas, oportunamente «plegadas horizontalmenter y fijadas al primer hilo de sujecion. Estas sirven de soporte, para aumentar la pro- duccién y para: sustituir, eventual mente, a la primera horcadura, Ad- viertase que se han eliminado todas ‘aquellas situadas en el tronco, entre las dos horcaduras, asi como to- das las perpendiculares al plano de la horcadura TROSDEPODA En el perfodo de plena fructifica- cién (habiéndose alcanzadoplena mente la forma de cultivo), la final dad pasa a ser Gnicamente de produc~ cién, por lo que las intervenciones se tornan mas importantes y requieren cortes de aclareo, en la cima y de re- torno, renovando asf, adecuadamente, las capacidades productivas Atin més intensa debe ser la accin de los cortes durante la fase de vejez de la planta: las reducciones drasticas en el ntimero o longitud de las ramas estimulan la actividad vegetativa y fa- vorecen la actividad radical aunque, como es ldgico, la produccién va, de todos modos, decreciendo. La cantidad y Ia calidad de los cor- tes varfan, sin embargo, en funcidn del tipo de drbol frutal del que se trate (mas tarde haremos hincapié en ello) y de su vigor. EI principio general consiste en practicar fuertes cortes a las plantas més débiles, con el fin de estimularlas. En cambio, las més vigorosas deben ser poco cortadas, aplicindoseles in clinaciones o curvaturas para que dis- minuya el desarrollo y se favorezca su fructificacién. Sobre cada planta en concreto se opera siempre de la misma manera: se empieza por la flecha o por la cima de la rama y se contintia hacia la base, efectuando cortes de aclareo algo mas abundantes en la parte alta, para asf conseguir una iluminacién mas uni- forme. Serin también eliminados los chu- pones no iitiles, las bifurcaciones y las ramas enfermas, estropeadas o mal po- sicionadas. Tras estas dos fases (aclareo y corte de ramas), se realizariin pliegues, cur- vaturas y ligaduras, siguiendo, de este modo, las caracterfsticas de la forma de cultivo, Todas estas operaciones son Ieva- das a cabo en el transcurso del periodo invernal 0 durante el preflorecimiento (caso de plantas mas sensibles al frio 0 cultivadas en zonas climaticas mas ex- tremas). OTROS TIPOS DE PODA Son aquellos que se aplican excepcio- nalmente debido a distintos motivos y que suelen denominarse del mimo modo que el tipo de intervencién al que se refieren. Los citamos sélo a ti- tulo de curiosidad, ya que requieren un , tiempo y un esfuerzo considerables ¢ incluso muy a menudo no merece Ia pena realizarlos, Hemos tratado ya de la poda efec- tuada en el momento de plantar: la poda de trasplante, en efecto, esta consiste en cortes mesurados en las raices, eliminando las rotas, las mal colocadas 0 las enfermas y acortando un poco las sanas. Se puede proceder, eventualmente, acortar el eje a la altura a la que se de- see formar la horcadura, si bien la ten- dencia actual es la de plantar arboles apreformados» de dos 0 tres afios, que empiezan a producir rapidamente y que estén ya indicados para cualquier tipo de cultivo. La poda de reforma sirve para cambiar la forma de cultivo escogida (erréneamente) con anterioridad y s6lo puede ser aplicada si las plantas son j6venes, sopesindose muy bien los motivos por los que se realiza ya que, aunque es posible efectuarla en las pomaceas sin demasiados proble- mas, las drupaceas, sin embargo, se re- sienten mucho de los drasticos cortes que esta intervencién requiere (como la poda a boveda o la supresion de r mas enteras). También se ha mencionado la poda de rejuvenecimiento al hablar del pe- riodo de vejez de los frutales. Como ya se ha dicho, los cortes drésticos y abundantes favorecen un nuevo vigor vegetativo, aunque de breve duraci6n, por lo que la tinica motivacién apreciable para este tipo de intervencién podria ser una grave puesta en peligro, debida a las heladas invernales. Suele ser este el caso del Corte de rejuvenecimiento practi- cado en el peral (a finales de febre- fo). La rama ha trasladado por com- pleto la vegetacién hacia la punta, sera necesario eliminar la madera vieja, favoreciende el desarrollo de ramas mas cercanas al tronco 1 Corte efectuado: es posible reali- zar esta practica, con excelentes re sultadios, en todas las pomaceas | Desarrollo de nuevos brotes, trans- curridos algunos meses desde el cor- te (efectuado en mayo) POS OF PODA olivo, el cual, sin embargo, desarrolla un nuevo tronco, produciendo nume- rosos rebrotes en la base de la cepa, entre los cuales podemos escoger el mejor (aunque suele tratarse de plantas ho injertadas y con buenas aptitudes para rebrotar), Por tiltimo, cabe decir que la poda de las rafces es una técnica muy anti- gua, pero que vuelve a ser usada en es- tos tiltimos afios para reducir (segiin las finalidades de la més moderna fru- ticultura industrial) el desarrollo de los Arboles, en especial de aquellas espe- cies frutales que no tengan a su dispo- sicién portainjertos enanizantes vé- lidos, Partiendo del principio, menciona- do ya repetidamente, que afirma que @ Evolucién, a lo lar- go de los afos, de un corte de rejuveneci- miento, efectuado en una vieja planta de manzano las rafces y la parte aérea se hallan es- trechamente relacionadas, en este tipo de poda se usan instrumentos es- peciales que practican unos profun- dos cortes verticales en el terreno a diversas distancias respecto al tronco, Estas incisiones comportan una sepa- raci6n de las rafces y una consiguien- te disminucién del desarrollo de la copa (en el caso de las plantas peque- jias, se conseguiré el mismo objetivo si sus raices son «enjauladas» en con- tenedores de redes més 0 menos tu- pidas). En este sentido, las mejores épocas para obtener resultados positives co- rresponden al perfodo de descanso ve- getativo de Ja planta 0 al de su pleno florecimiento. @ Corte de rejuvenecimiento practicado en un melocotonero § Operacién realizada: en los melocotoneros, los resultados no son siempre los esperados a4 MODALIDADES DE PODA "a SR Para completar el tema de la poda, es necesario apuntar brevemente como esta viene definida basdndose en la in- tensidad de los cortes practicados en los frutales. Insistiendo en las caracteristicas de las plantas, que deben ser examinadas una por una antes de proceder a una intervencién de corte, y subrayando el hecho de que, como norma general, es necesario practicar mas cortes en las plantas débiles y dejar mas ramas —o ramas mis largas— en las mas vi- gorosas, se pueden distinguir estas modalidades de poda: — poda rica: se aplica cuando los cortes son limitados y sobre la planta queda un elevado ntimero de yemas; si se efecttia sobre plan- tas muy vigorosas, ralentiza su cre- cimiento, ya que los alimentos dis- ponibles tienen que ser distribui- dos a una gran masa de 6rganos y, en consecuencia, queda poco a dis- posicién de una nueva; poda pobre: se obtiene mediante cortes abundantes, que dejan pocas yemas sobre la planta: al contrario de lo que ocurrfa con la poda ante- rior, se produce un notable estimu- lo del desarrollo de brotes vigoro- sos, sin que por ello se dafie exce- sivamente la produccién; poda larga: se dejan pocas ramas interiores, prefiriéndose en mayor grado aclarar, més que despuntar © recortar; poda corta: las ramas se recor tan drdsticamente, hecho que per- mite una mayor frondosidad de la copa. MODALIDADES DE PODA 4 Bfig.9 i Tipos de poda: A) corta y ) rica; B) corta y pobre; C) lar- aot oy ga y rica; D) larga y pobre; me Head E) mixta nila 4 Ni disee Wht Wig iat qe co / 4 4 ee ~" Es posible combinar estos tipos de poda: por ejemplo, larga y rica (dejan- do muchas ramas), larga y pobre (de- jando pocas), corta y rica, corta y po- bre, etc. (fig. 9). CUIDADOS | TRAS LAS INTERVENCIONES DE PODA | Principalmente si la poda se aplica en | adecuados, para proteger las heridas. plantas ya adultas o se procede a cortar Los peligros a los que queda ex- ramas de dimensiones considerable, | puesta una planta que tenga una herida resulta util intervenir con los medios abierta estén originados, principal- @ Desmnochado de la copa: eliminacién de una rama baja, ya que la superior le producia demasiada sombra ™@ Desmochado efectuado I Obsérvese cémo el gran corte de la derecha ha sido realizado inclinando su superficie eo (CUIDADOS TRAS LAS INTERVENCIONES DE PODA mente, por la aparicién de agentes pa- tégenos y pardsitos (ya que penetran con mucha facilidad en los tejidos, transmitiendo enfermedades especial- mente dafinas, como la podredumbre, que pueden provocar incluso la muerte de la planta) y también por diversos elementos climéticos (especialmente el hielo). Los grandes cortes deben ser practi- cados de manera que se impida el es- tancamiento del agua sobre la superfi- cie cortada, y se efectuardn orientando la inclinacién del corte hacia el exte- A [a izquierda, distribucién de la resina semisdlida sobre la rama re- clén cortada y, abajo, operacién ya terminada ‘CUIDADOS TRAS LAS INTERVENCIONES DE PODA rior y, normalmente, a ras de la rama principal o del tronco. Sin embargo, el frio intenso puede penetrar a través del corte, dafiando una considerable parte de la rama: en la poda de las drup4- ceas, muy sensibles a este elemento climético, el podador experto deberé tener en cuenta (incluso en las ramas pequefias) esta caracteristica y, en con- secuencia, procederd a realizar un corte inclinado hacia el exterior, dejando un mufién para que sirva de protecci6n a la rama subyacente. Asf, el hielo lo po- drd atacar, pero el daiio no proseguiré mis allé de é1. Conviene, sin embargo, recubrir con aguardiente aromatizado 0 con productos desinfectantes las super- ficies demasiado grandes 0 especial- mente expuestas, con lo que se evitardin los inconvenientes mencionados. El material residual de la poda de- berd ser eliminado del terreno, ya que puede convertirse en un foco de enfer- medades: asi, seré recogido 0 quema- do en algtin rinc6n del huerto 0, con ayuda de méquinas especiales (trin- chasarmientos), se triturard, reducién- dose a particulas diminutas, que serdn enterradas bajo tierra, sirviendo asf de abono orginico. EPOCAS DE PODA Corresponden a los momentos climéti- cos mas favorables para evar a cabo las intervenciones. En la practica, se realizan en el me- jor momento fisiolégico para la planta, considerando debidamente qué canti- dad de ellas deben ser podadas. En este sentido, el momento ideal corrsponde a aquellos periodos en los que la actividad horticultora es menor (principalmente a finales de invierno), cuando la planta atin no presenta vege- taci6n (poda seca) y la temperatura ya no se sittia por debajo de los (0°, hecho que podria estropear tanto las yemas como las partes cortadas. El segundo periodo ideal oscila en- tre finales de la primavera e inicios del verano, momento en que las interven- ciones se realizan sobre la planta ya en fase productiva (poda verde). En este caso, este tipo de poda ya no se efectiia planta por planta y de una sola vez, sino que requiere continuas «pasadas» alo largo de todo el perfodo que pre- cede y sigue a la maduracién de los frutos. En cualquier caso, en ambos mo- mentos cabe determinar el nimero de plantas sobre las que se debe interve- nir. En los plantfos industriales (que albergan miles de plantas), es imposi- ble trabajar sélo hasta finales del in- vierno, ya que es necesario proceder a Io largo de toda esta estacién, dejando como tiltima labor las plantas mas sen- sibles al frio. En cambio, en los huertos familia- res, es conveniente podar cuando las yemas empiezan a agrandarse y a ser facilmente reconocibles (distinguién- dose entre flor y madera). EPOCAS DE PODA PODA INVERNAL O SECA Este tipo de poda comprende tres ope- raciones: cortar, plegar y atar, vélidas tanto para la poda de cultivo como para la de fructificacién. Si se interviene en plantas que ca- recen de hojas, es posible tener una vision més global de su desarrollo, pero es necesario conocer bien las ra- mas y las yemas de flor para que la poda esté bien efectuada. Por regla general, primero se deben cortar las pequefias ramas que ya han fructifica- do, eliminar més tarde las estrope: das 0 las que se hallen en mala pos cién y por dltimo fijar las horcaduras Abajo, desarrollo de chupones, en la mitad de Ia planta, debido a una intervencion de corte invemal. Al No ser Uitiles para su economia, de- ben ser eliminados. A la derecha, tronco ya limpio a los hilos (en las formas aplanadas). Para concluir, cabe decir que es ne- cesario considerar la posibilidad de que los cortes de poda invernal esti- mulen el crecimiento de los brotes, por lo que cabré tener en cuenta este as- pecto al utilizar las tijeras, por cuyo motivo (como tiltimo recurso), podre- mos escoger otras técnicas que debili- ten la vegetaci6n, practicando sélo los cortes absolutamente indispensables. PODA VERDE Comprende el conjunto de interven- ciones realizadas durante el perfodo de crecimiento anual de Ia planta Este tipo de poda se habia abando- jo casi por completo durante los tl- timos decenios, debido al excesivo coste de la mano de obra especializ: da, frecuentemente utilizada durante las intervenciones invernales. Sin embargo, en los iiltimos aftos, estas preferencias se han invertido, por lo que las operaciones de poda verde de marginales, complementarias y las practicadas ocasionalmente por los amantes de este tipo de poda se han he- cho incluso més importantes que la seca, ya que, en momentos en los que se tiende a aumentar considerablemen- te el ntimero de plantas por hectérea, se @ Ariba y a la derecha, clasicos ejemplos de poda verde: deseca- miento del apice de un brote, que debe ser siempre ellminado S DE PODA \CAS DE PODA requiere un desarrollo limitado de las mismas. Por lo tanto, son preferibles las operaciones que debilitan el de: rrollo (por ejemplo, los cortes efectua- dos en el momento en el que la planta presenta vegetacién), hacen mds lento el crecimiento y reducen el vigor, as- pectos que permiten limitar las opera- ciones de poda invernal. Las épocas en las que se puede in- tervenir se han alargado, ya que la poda verde (que ocupa el 70-80 % de Ja global) también se puede efectuar en primayera. @ Eliminaci6én de frutas (nectarinas) atacadas por el moho. Para limitar los tratamientos, en los pequefios huertos resulta muy util este tipo de intervencién, § Hojas de melocotonero fuertemente afectadas por el abullonade (Taphrina deformans). Arrancar manualmente brotes, apices u hojas afectadas por mani- festaciones patégenas puede reducir notablemente la necesidad de trata- mientos fitosanitarios EPOCASDEPODA Arriba, brote de albaricoquero, so- bre el que destacan numerasos bro- tes anticipados (hembra) § Ariba, a la derecha, intervencion practicada para arrancar las «hem- bras», que se puede hacer con la Punta de los dedos (unas) debido a la consistencia herbcea de estos brotes A [a derecha, operacién conclui- da, mediante la cual, la rama sin hembras lignifica en las mejores con- diciones y se predispone para la pro- duccién del ano siguiente EPOCAS DE PODA Vigoroso chupén de ciruelo. Estas ramas de madera, al sustraer numerosas sustancias nu- ‘rtivas a la planta, de- ben ser eliminadas, ya que no resultan produc- fivas de inmediato, Uni- camente se mantendrdn si resultan importantes para la economia de ia plante, como cuando sea_necesario_rellenar el espacio vacio de la copa, @ Intervenci6én de cur- vatura realizada para debilitar el chupén y permitir el desarrollo de los brotes EPOCAS DE PODA lm Posterior operacién de debilitamiento del chupén curvado, que se realiza efectuando ites 0 cuatro cortes (o muescas) por debajo de yemas de madera situadas en la parte central de la rama Las principales operaciones que se Por su parte, las veraniegas favore- realizan son pliegues, curvaturas de las_| cen, ademis, la mejora de la calidad ramas y cortes de la cima, efectuadasen | de los productos, que presentan mas el perfodo de cultivo. Durante la fase | color, perfume y sabor y que, en algu- productiva, prevalecen, sin embargo, las | nos casos, se obtienen en mayor can- de aclareo, corte de la cima y recorte. | tidad. OPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES STAT aT Hasta este momento, hemos hablado de intervenciones de poda, pero sin profundizar o aclarar en qué consisten y cémo 0 cuando se llevan a cabo. Por ello, seguidamente, las examinaremos una por una, siguiendo un orden alfa- bético (no de importancia) y por sepa- rado, intentando explicar de forma fa- cil c6mo se realizan. ACORTAMIENTO DE LAS RAMAS Es aconsejable efectuarlo tnicamente en plantas en decadencia ya que asf se obtendré una importante mejora vege- tativa, aunque también puede realizar- se en aquellas que tengan un creci- miento enfermizo 0 que presenten es- pacios excesivamente vacios, debido a la accién dafiina del frio o a interven- ciones de corte equivocadas. El corte puede Ilevarse a cabo eli- minando una pequefisima parte de madera (siempre por encima de una yema del mismo nombre), efectuando casi un despunte. Esto provoca en la planta una respuesta vegetativa débil, verificandose un desarrollo limitado de la yema de madera subyacente y, por lo tanto, un leve traslado de la ve- getacion hacia la parte baja (fig. 10 A). Un corte medio (que afecta casi a un 50 % de la longitud) permite un mayor desarrollo, en especial de la yema, realizado justo por debajo del corte: este es el sistema adecuado para contribuir a la formacién de horcadu- ras (fig. 10 B). Por Ultimo, un corte notable (que deja s6lo un breve trozo de rama, casi un espolén) comporta la «explosién» de las yemas que quedan, que empie- zan a producir ramas vigorosas y de grandes dimensiones (fig. 10 C). Como se ha indicado ya, es preferi« ble que las intervenciones de este tipo LOPERACIONES DE PODA V SUS PRINCIPALES FINALIDADES (dirigidas a revigorizar la copa) se rea- licen durante el periodo de poda seca, para asf permitir una mayor capacidad vegetativa. c Fig. 10 Distintos tipos de recorte de ramas y sus consecuencias sobre el desarro- llo: A) remocién minima; B) corte me- dio; C) corte intenso DESMOCHADO. DE LA COPA Es una definici6n extremamente gene- ralizada que consiste en eliminar com- pletamente parte de las ramas situadas en el trecho terminal, con el fin de for- talecer y permitir un mayor desarrollo de la parte basal (fig. 11). Asf, en efec- to, se orienta la vegetacién de la base para contener la copa, permitiendo mayores ventajas para el resto de ope- raciones de cultivo. Es mas facil practicarla en invierno, ya que la ausencia de vegetacién deja regular mejor la relacién entre las ra- mas, pero también puede volver a rea- lizarse durante el verano, principal- OPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES m Fig. Cortes de aligeramiento de la copa: A) antes de la operacién; B) intervencién finalizada 1 Desarrollo de chupones en un gran corte practicado durante la fase de poda invernal. Deben ser ell- minados cuando atin son de consis- fencia herbdcea para evitar que se produzcan grandes heridas, una ele- vada sustraccion de savia y un exce- sivo relleno del interior de la copa mente en las plantas més vigorosas, que pueden «empujar més después de los cortes, produciendo una excesiva vegetacion ® Rama limpiada correctamente =o ‘OPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES. CORTE DE LA CIMA Rascando con una ua se pueden arran- car algunos centimetros de la parte ter- minal del brote (fig. 12), por lo que esta operacién se efectia en el transcurso de la fase vegetativa de la planta. Eliminando el extremo de la planta, las yemas subyacentes ya no quedan inhibidas por la cima, por lo que pue- den desarrollar ramas anticipadas, sien- do muy titil en la poda de cultivo, pues acelera la formacién del esqueleto. Si se lleva a cabo a principios de verano, provoca una parcial interrupcién del desarrollo de la rama y una posterior «explosién» de las yemas laterales, pero, si se realiza a finales de esta esta- cién, el desarrollo se bloquea por com- pleto, inicidndose Ia lignificacién de os tejidos que maduraran mejor, resis- tirén mejor el hielo invernal y propi- ciardn una anticipada y abundante pro- duccién de yemas de flor. CURVATURA © ARQUEADO Esta operacién debe efectuarse cuando la planta revive en primavera, es decir, cuando por las ramas circula bastante savia. Consiste en curvar una rama en forma de arco (tras haberla manipula- do repetidas veces con las manos para que no se rompa), aunque esta sea de grandes dimensiones (fig. 13). El efecto obtenido con esta técnica radica en favorecer el desarrollo de las yemas situadas en la parte mas alta del punto maximo de curvatura y ralenti- zar el de las ramas colocadas en la par- te ascendente y descendente de la planta. Es titil en la poda de cultivo, ya que favorece la formacién del tronco y de buenas ramas (adecuadas para for- mar el esqueleto) y aumenta la induc- cidn de las yemas en flor. En la poda de produceién, propicia la maduracién de los frutos y reduce notablemente la cafda precoz de los mismos. fw. &£ mw Fig. 12 Despunte de los brotes efectuado con los dedos ‘OPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPLES FINALIDADES @ Ariba, paraiela al tronco, desta- ca una rama muy vigorosa, Con len- tos movimientos, esta deberé ser do- blada (arriba, a la derecha) hasta que tome la cldsica posicién curva- da (derecha), fjndose luego al hilo metdlico 0 a alguna rama mas ro- busta. — Maze Fig. 13 Curvatura de una rama: A) rama en posicién nor- mal; B-C) distinto deso- rrollo de las ramas late- rales, en funcién de los p métodos de curvatura utilizados LOPERACIONES DE ODA ¥’ SUS PRINCIPALES FINALIDADES DESCORTEZADO ANULAR Esta practica debe realizarse con mu- cho cuidado, ya que podria llegar a de- bilitar la planta o una determinada rama. Consiste en arrancar por com- pleto un anillo de corteza, y normal- mente se efectéa por encima del punto de insercién de una rama sobre el tron- co (fig. 14). Junto a la corteza se eliminan, tam- bién, los vasos cribosos, es decir, aquellos que transportan la savia descendente, formada por sustancias elaboradas en las hojas. Al hallar este impedimento, las sustancias nutritivas se ven obligadas a quedarse en la par- te mas alta de la rama, que inicia un Fig. 14 A) Desarrollo normal de una rama mixta de un afio; B) comportamiento de la misma, tras ser sometida al des- cortezado anular proceso de sobrealimentacién, en be- neficio de sus yemas, flores y frutos. De todo esto se deduce que es prefe- rible intervenir s6lo sobre algunas ramas de plantas muy vigorosas, ya que, de otro modo, el esqueleto, y en particular las rafces, quedarfan grave- mente dafiadas. Esta operacién debe realizarse cuando la planta presente vegetacién y la actividad radical sea intensa (0 sea, en primavera). Dejando 1a madera intacta, la savia bruta suele llegar a la rama descorteza- da. Al tratarse de una intervenci6n defi- nitiva, puede practicarse en ramas que, una vez haya finalizado la fructifica- cién, se quieran eliminar. También se ‘OPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPALES FINALIDADES puede volver a poner (répidamente) el anillo arrancado, pero lo colocaremos siempre invertido sobre el punto de donde se sac6. Con ello, se obtienen los mismos resultados, pero la cicatriza- cién que se produce permite, al cabo de un aifo, restablecer las condiciones que existfan al principio (inversion de cor- teza). DESHOJADURA En el momento oportuno, cuando la fase de agrandamiento de los frutos ha concluido ya, en muchas regiones se Neva a cabo un procedimiento practi- cado casi exclusivamente en la uva de vino y de mesa (rara vez en el meloco- tonero), consistente en eliminar, arran- @ Descortezado anular: con las tije- tas, de doble filo, se practican dos Cortes circulares, a poca distancia uno del otro, arrancando después el anillo de la corteza. Esto impide que desclenda la savia elaborada, produ- ciéndose asi una mejora (de pro- duccién) en la parte alta de la rama céndolas, las hojas que crecen cerca de los frutos. Su finalidad es permitir que estos reciban mds luz solar, con Jo que obtendran un color més intenso, se tornarin mas azucarados y tendrén caracteristicas organolépticas superio- res. Esta es una prictica aconsejable Gnicamente en las zonas en las que la intensidad lumfnica y calorffica sea re- ducida, pero deberemos tener pruden- cia para evitar un excesivo despojo, que comprometerfa la produccién de sustancias de reserva. En las vides que presenten racimos abarrotados es itil, ya que favorece el aireamiento de la uva y reduce la posi- bilidad de que aparezca el moho gri normalmente originado por el calor huimedo que se desarrolla entre la ve- getacion. ™@ Descortezado anular realizado Uno excesiva presencia de hojas, que sombrean los frutos subyacentes, impi- de que estos reciban la necesaria luz solar § Una adecuada operacién de deshojamiento permite una iluminacién mas difundida, con todas las ventajas que esto comporta ‘OPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPALES FINALIDADES ACLAREO DE LOS FRUTOS Es una préctica de poda veraniega que presenta un elevado coste, aunque de- beremos llevarla a cabo si, por encima de todo, queremos obtener una buena calidad. Algunas especies arbéreas frutales presentan un porcentaje de madu- raci6n tan elevado que es necesario re- currir a ella, para asf evitar una pro- duccién abundante (pero de pésima calidad) y el peligro de dislocaciones, ™ Excesiva presencia de albarico- ques, sobre una misma roma. Para evitar que esta se rompa y que los frutos tengan poco peso y sabor, sera necesario proceder al aciareo de los mismos @ La eliminaci6én debe afectar a los frutos que parezcan peores o a los mal co- locados. Se efectiia sujetando el fruto con la punta de los dedos y girandolo so- bre si mismo, hasta que se separe, técnica mediante |a cual evitamos graves darios a la rama SNES DE PODA V SUS PRINCIPALES FINALIDADE @ Operacién realizada sobre un fruto (mas evidente al ser todos ellos de gran- des dimensiones). En general, esta suele efectuarse tras la florales 0, en e| melocotonero, tras la caida precoz de junio ™@ Operacién finalizada: el numero de frutos que se d d to de hojas presentes en la rama (o ramas) cercana, asi como de la extension de esta (OPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES debido al excesivo peso de los frutos. Este es el caso del manzano, de algu- nas variedades de peral (como la con- ferencia, la guyot y, en especial, los perales japoneses, conocidos como nashi) y, entre las drupéceas (en las que se debe intervenir anualmente), del melocotonero, del albaricoquero (practica indispensable para atenuar su alternancia fisiolégica) y de los cirue- los chino-japoneses (shiro y sonrisa de primavera). Otra especie que debe someterse al aclareo es el kiwi. Esta practica suele levarse a cabo tras el cuajado, transformacién del ovario en fruto (maduracién) 0 justo después de Ia caida precoz, producida en junio y se puede efectuar manual- mente, eliminando los frutos malfor- § Arriba, excesiva presencia de pe- Quenos peras sobre una brindilla, que tiende a doblarse a pesar de las reducidas dimensiones de aquellas Arriba, a la derecha, técnica de aclareo, mediante la cual se corta el Pediinculo con tijeras @ A Ia derecha, aclareo realizado en su época ideal: las dimensiones de los frutos asi lo demuestran Fal ‘OPERACIONES DE PODAA V SUS PRINCIPALES FINALIDADES, m Fig, 15 Aclareo manual de los frutos mados, mal posicionados 0 demasiado juntos e intentando distribuir la fructi- ficacién de manera uniforme y racio- nal en toda la parte aérea (fig. 15). En los huertos industriales, se suelen utilizar productos que favorecen la caf da precoz, es decir, se practica el acla- reo quimico. Algunos de ellos pueden ser usados durante el florecimiento (or- tocrésoles), aunque con resultados du- dosos, en tanto que otros (NAA, NAD, carbary 0 ethephon) se distribuyen tras la fase siguiente al cuajado (en el que caen los pétalos) o después de la caida precoz fisiol6gica. Para el manzano, los resultados parecen buenos, en especial en esta tiltima fase, pero en cambio, para los demés frutales, son inconstan- tes y poco satisfactorios. Es posible que, tras la recogida, ain queden en los frutos residuos de estos fitorreguladores. CLAREO DE LAS RAMAS Si hay ramas en exceso, pueden ser arrancadas en su totalidad, cortdndolas desde la base o a ras de tronco 0 de la rama principal, tanto si pertenecen a plantas j6venes como a aquellas que se hallan en plena produccién. El aclareo se efectiia en invierno, y normalmente se aplica a plantas muy vigorosas, La reduccién del nimero de ramas comporta una mejor disponibi- lidad para la fructificacién, y es, por lo tanto, ideal para jévenes plantas vigo- rosas, ya que, de este modo, anticipan la produccién, Las ramas que se deben arrancar suelen ser las del interior de la copa, las mal colocadas, las bifurca- das 0 las que se encuentran, en eleva- do ntimero, en un mismo punto de la rama principal. SEPARACION Se suele efectuar en la poda de cultivo, sin hacer uso de tijeras. Como su mis- mo nombre indica, lo que se intenta es alejar, separdndolas con una pequefia Al lado, ariba, joven rama de manzano, en la que se debe practi- car un aclareo; abajo, aciareo ya realizado, Adviértase como la distri- bucion de las ramas, colocadas a distancias uniformes, asume forma de espiral. Los cortes no han afec- tado al dpice, favoreciéndose asi la contencion del desarrollo de la planta ™ Abajo a Ia izquierda, excesiva presencia de ramificaciones en una rama de melocotonero, a finales de inviemo: para aligeraria, efectuare- mos numerosos cortes. A la derecha, ‘operacién concluida y realizada co- mectamente: el pice no ha sido seccionado, hecho que permite un reducido desarrollo de los brotes y la contencién de las dimensiones de la planta ODA Y SUS PRINCIPAL S FINALIDAL COPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPALES FINALIDADES madera un palillo grueso, las ramas que se desarrollan verticalmente cerca del tronco o que se encuentran dema- siado cercanas (fig. 16). Fig. 16 Separacién de las ramas: A) antes; B) después de Ia colocacién de se- paradores El separador se coloca en la parte inferior, cerca de la inserci6n, y se re- gula a conveniencia, aunque debere- mos evitar dafiar la corteza, por lo que lo aislaremos con tacos de goma (u otro material) y lo mantendremos en ese punto sdlo el tiempo absolutamen- te necesario, hasta que los dos ramos tomen la posicién deseada. INCISION Es una operacién menos dristica que el descortezado, ya que no comporta la remocién de materiales, sino sdlo un corte anular de la corteza (efectuado con un cuchillo bien afilado), favore- ciendo asf a la rama que nos interesa desde el punto de vista vegetativo y productivo. Menos terminante atin es practicar, con cuchilla, una incisién en la corte- za, hasta la madera: el efecto sera el mismo, aunque limitado en el tiempo. Los cortes longitudinales o transversa- les pueden aplicarse incluso a grandes ramas en el momento de su pliegue o curvatura, con lo que podremos mane- jar el ramo con mayor facilidad, impi- diendo que se rompan las tamas que se estén manipulando. INCLINACION Es una de las précticas mas importan- tes, tanto en poda seca como en verde, y su influencia sobre el desarrollo de las plantas es directamente proporcio- nal al grado de inclinacién conferido a COPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINAUDADES ™ Palmeta de manzano, en la que | i La rama inclinada se fija a la sub- la rama de la derecha se eleva en | yacente oal hilo metdlico exceso ®@ Con cuidado, esta rama se inclina unos 45° @ Operacidn concluida ‘OPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPALES FINALIDADES m Fig. 17 Inelinacién de las ramas: A) desarro- llo de estas en posicién normal; B-C- D) respuestas distintas, segun los t+ Pos de inclinacién que se apliquen la rama respecto a la linea vertical del fuste (fig. 17). Antes que nada, cabe decir que cuanto mayor sea la inclinacién, y mas horizontal la rama (hasta conformar un Angulo recto), mayor seré el desarrollo de las pequeiias ramas basales respec- toa las del Apice, y més rpida y abun- dante la fructificacin de aquella Muchisimas formas de cultivo, so- bre todo las aplanadas, se aplican me- diante la inclinacién de las ramas, que se atan al palo que las sostiene. A nivel fisiolégico, el cambio de direccién de aquellas comporta, en todas las plan- tas, una ralentizacién en el transporte de la savia y una mayor propensién al evento productivo (y, en consecuencia, ala fructificacién). QUEBRANTAMIENTO La misma palabra quebrantar suena como si una rama se rompiera, inten- cidn, en efecto, de esta prictica, que ya ha sido abandonada. No es infre- cuente hallar ramas vigorosas que se rompen (aunque no por entero) bajo el peso de una carga excesiva de fru- tos, pero que consiguen que todos es- tos maduren, ya que, de algin modo, estén todavia conectadas a la planta, que las contintia alimentando. En esto consiste, justamente, el quebranta- miento. MUESCA También llamada corte del caporal, debido a la forma del corte, parecido al simbolo de los grados militares (fig. 18). Esta incisién, en forma de «V» in- vertida, se practica durante el perfodo de actividad de 1a planta y justo por encima de alguna yema de madera. En la poda de cultivo, la muesca (que rompe casi completamente el flu- jo de la savia elaborada) permite que el brote se desarrolle en el punto de- ‘OPERACIONES DE PODA V SUS PRINCIPALES FINALIDA ™ Ariba, muesca © corte: con la punta de unas tijeras de doble filo se Practica, por encima de una yema de madera, una incision en forma de €V> invertida (corte de! caporal) que favorece el buen desarrollo de la subyacente § Ariba, ala derecha, corte del ca- poral visto de perfil A Ia derecha, operacién antitéti- ca al corte del caporal: con el cuchillo de injerto, se practica una incision por debajo de la yerna, que frena el desarrollo, sin por ello impe- dir el brote de las yemas ‘OPERACIONES DE PODA V’SUS PRINCIPALES FINALIDADES. M Fig. 18 Corte del caporal o muesca: A) ince sion efectuada por encima de la yema: B) desarrollo posterior seado: por ello, la yema subyacente se desarrolla con mayores estimulos, ya que deja de recibir las sustancias inhi- bidoras procedentes de la cima. La profundidad de la muesca se ha- la limitada al alcance de la madera. Con el tiempo, la herida cicatriza, y el objetivo (hacer surgir un nuevo brote) ya se ha alcanzado. Efectos més duraderos se obtienen practicando dos cortes (siempre en forma de «V> invertida), que tendran poca distancia entre sf, y separando la corteza con la porcién de libro subya- cente: los brotes conseguirdn un consi- derable vigor, pudiendo ser utilizados como ramas portadoras. En cambio, la incisién o verdadera muesca, efectua- da por debajo de una secundaria, debi- lita a la principal, obligdndola a fructi- ficar precozmente. ENTALLADURA En la fase de inclinacién de una rama, es necesario evitar que esta se rompa; si las ramas son grandes se practica la entalladura, es decir, una serie de cor- tes (a 3-5 cm de distancia entre ellos), realizados con una sierra, que benefi- cian al lado inferior de la rama, opues- to al punto de inclinacién (fig. 19). La profundidad de los cortes varia en funcién del grosor de las ramas que m Fig. 19 Cortes realizados sobre una gran fama, para permitir asi su inclinacién COPERACIONE @ Gran rama, insertada en el tron- Co, a la que se le debe efectuar un pliegue para permitir el desarrollo de nuevos brotes en una posicién inter media @ Con una pequena sierra, se prac- tican tres o cuatro cortes en Ia parte opuesta al punto de pliegue se quieran curvar. Si son vigorosas y robustas (y queremos debilitarlas ple- ndolas), podemos practicar una muesca en la madera, casi hasta la mi- tad del didmetro. En este caso, ademas del debilitamiento, muy -a menudo conseguiremos impedir que una rama demasiado vigorosa ejerza competen- cia sobre la flecha. (A ¥ SUS PRINCIPALES FINALIDADES ™ Los diversos cortes afectan tam- bién parte de la madera de la rama. sin superar, en profundidad, la mitad del diametro de la rama misma @ Pliegue efectuado. Su posicién se mantendré fijando la rama al tronco, @ los hilos de! telar 0 a palos clava- dos en el terreno con esta finalidad PLIEGUE Si la inclinacién hace que una rama principal o secundaria adopte una po: sicién horizontal (produciéndose unos resultados apenas descritos), el plie- gue, que la inclina posteriormente, di rigiéndola hacia abajo, acentuaré atin mas dichos resultados (fig. 17 D): en | ALES FINAUDADES mer plano, observamos und rama oblicua, por debajo de Ia cual des- taco otra, mucho més estrecha, que necesita un pliegue ® La operacién debe realizarse con extrema delicadeza, ya que la temperatu- 1a exteina es muy baja (estamos en febrero), hecho que provoca que las ra- mas sean e rompan con facilidad (OPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES ™@ Operacién de pliegue horizontal finalizada, tras haber sujetado la rama con hilo metélico efecto, modifica de manera sustancial tanto el transporte de la savia elabora- da como el modo de vegetar y la domi- nancia apical y provoca el desarrollo de las yemas basales (es decir, las mas cercanas al tronco) en corresponden- cia con el punto maximo del pliegue. Asf, se obtiene, en conjunto, un rapido debilitamiento de la rama, proyocando su fructificacién. PODA DE TODA LA CIMA En el perfodo de cultivo del drbol frutal, esta técnica de poda permite cultivar las plantas sin necesidad de practicar nin- gain corte, utilizando los brotes antici- pados para formar las ramas (fig. 20). Estos brotes (0 sea, los que han sur- gido durante el afio), si no se manifies- tan, pueden Ilegar a desarrollarse me- diante el corte del caporal (aspecto que ya hemos tratado). Esta practica permite obtener la for- ma deseada de la planta més ripida- mente que si le efectuéramos cortes y, ademés, beneficia en mayor grado la fisiologfa de la planta, la cual, al no haber sido cortada, vegeta primero por encima, y aunque parezca que esté desnuda en las partes basales, mas tarde alcanza un equilibrio de vegetacién Llegada a este punto, la alta se detiene. creciendo entonces en las partes bajas del tronco. Por tiltimo, no se verifican movimientos de savia (requerida por los puntos de corte) y no se produce, COPERACIONES DE PODA ¥ SUS PRINCIPALES FINALIDADES ™ Fig. 20 Poda de toda la cima, hecho que permite la formacién de una palmeta antici- pada: A) plantacién sin corte del eje central, provisto de ramas anticipadas; 8) transcurrido un ano, se desarrollan las ramas laterales: C) transcurridos dos, se practica la inclinacién de las ramas; D) (en la pagina siguiente), se inclinan las horcaduras superiores, con lo que la formacién queda completa al tercer ano durante estos primeros afios, reduccién alguna de la superficie foliar total. De- jando el eje intacto y aprovechando las ramas obtenidas en ese mismo ajio como horcadura, se reduce, asimismo, el tiempo de intervencién, mientras que, disminuyendo el vigor, se anticipa posteriormente la produccién. Una clasica forma de cultivo obte- nida mediante este tipo de poda es la palmeta anticipada, difundida todavia hoy en dia, tanto en el manzano como en el peral. DESBROTADO Es una de las principales operaciones de poda verde, alrededor del mes de junio, momento en el que los brotes de los frutales més comunes han alcanza- do ya unos 10-15 cm de longitud, Se realiza arrancando, tanto del tronco como de las ramas principales, aquellos brotes 0 pimpollos colocados en posicién anormal o imitiles para la economfa de la planta, en tanto que en la poda de cultivo serén eliminados aquellos que no se utilicen para formar la horcadura y, en la de produccién, los localizados en la parte dorsal de las ramas y los orientados hacia el interior de la copa y que se encuentren mal co- locados. La operacién, considerada en su conjunto, requiere poco trabajo, ya que se trata de pimpollos jévenes (siendo asi pueden ser eliminados in- (OPERACIONES Desbrotado: remocién de todos los brotes surgidos en el tronco DE PODA V SUS PRINCIPALES FINALIDADES cluso con las manos, aunque siempre resulta aconsejable utilizar un cuchillo © unas tijeras, para, de este modo, no dafiar el tronco o las ramas), Ademis, eliminando estas partes superfluas, la energia de la planta se concentra tini- camente en las ramas ttiles, evitando de esta manera posteriores interven- ciones de poda invernal DESCHUPONADURA Los rebrotes o chupones son ramas de madera muy vigorosas que se desarro- lan sobre el tronco, en el lado interior de las ramas primarias y en las raices (chupones). La denominacién que se les da vie- ne motivada por su modo de creci- miento, recto y vigoroso, asi como ™@ Estos grandes rebrotes radicales deben ser eliminados con una pala durante la fase de poda de verano COPERACIONES DE FODA ¥ SUS Pt 1 Joven rebrote, recién surgido, que se elimina en operaciones de poda en época veraniega con ayuda de tijeras también por su posicién, perfectamen- te vertical, con la que consiguen atraer hacia sf grandes cantidades de elemen- tos nutritivos que sustraen a los demas componentes de la copa, que quedan debilitados RINCAPALES FNALIDADES Su presencia depende del vigor de la planta, pero pueden surgir facilmen- te mediante intervenciones de poda seca muy drésticas, con excesivas cur- vaturas de las ramas o practicando el reinjerto. En cambio, los chupones que nacen en las raices son originados, asimismo, por un componente genético que racteriza a algunas especies arbéreas frutales, como el olivo, el avellano, la higuera, etc. En definitiva, es preferible elimi- narlos durante el perfodo de vegeta- cin, ya que son facilmente reconoci- bles y mas faciles de arrancar en su to- talidad (impidiendo de ese modo que se vuelvan a formar). Este proceso se Ilevara a cabo facil- mente separdndolos con las manos si los chupones se presentan en forma de brotes, o cortandolos bien a ras del tronco. Los chupones de la rafz deben ser eliminados con una pala, que debe pe- netrar bien a fondo en el terreno, ya que rara vez son titiles para la econo- mia del arbol. Por tanto, se usaran tni- camente en la fase de cultivo para for- mar la horcadura o para rellenar las zonas més vacfas de la copa, aunque deben ser oportunamente curvados, despuntados, etc. CORTE DE RETORNO Este proceso se denomina asf porque permite que la vegetacién y, lo que es todavia mas importante, la fructific: cién (que con el envejecimiento de la planta tiende a concentrarse hacia arri- COPERACIONES DE PODA V SUS PRINCIPALES FINALIDADES Ariba, presencia de numerosos Chupones sobre el tronco de un viejo manzano @ Ariba, ala derecha, remocién de los mismos mediante el uso de tijeras @ A Ia derecha, tarea finalizada: apreciamos el corte preciso efec- tuado a ras de tronco, que impide la nueva formacioén de chupones COPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES FINALIDADES Ariba, a la dere- cha, observamos va- ios chupones, desa- rroliados. sobre una rama de ciruelos, ind- tiles para la econo- mia de la planta, A Ia iequierda, interven- cién de corte. Ariba, a la derecha, rama limpia: la que ha que- dade notara las ven- tajas Ecam | de membrillo yuda de una pala se la 9a. MAS SUE 0, para asi poder extirpar los re- ‘OPERACIONES DE PODAV SUS PRINCIPALES FINALIDADES ™@ Posicion correcta que debemos dor a la pala para que no dane el tronco ™ Tronco _perfecta- mente libre: es nece- sario volver a poner tierra, previamente removida COPERACIONES DE PODA Y SUS PRINCIPALES PNALIDADES ba) «retorne» a la parte baja de la copa. Es una practica que suele aplicarse frecuentemente en el melocotonero durante la poda seca (aunque puede realizarse sobre cualquier planta fru- tal, incluso durante el periodo de ve~ getacién) y consiste en la remocién, tanto en la flecha como en las ramas principales © secundarias de dos o mis ajfios, de una porcién entera de la rama que se halla justo por encima de un brote, el cual, al encontrarse a so- breviento, se convertiré en la nueva cima 0 rama principal del conjunto (fig. 21), ‘Al efectuar la operacién de corte, es muy importante controlar que la rama que debe desarrollarse mantenga la copa compacta y contenida. Para evi- tar la formacién de chupones en la rafz, el corte debe practicarse perfecta- mente al ras. El brote escogido no tie- ne que ser especialmente vigoroso: como rama de sustitucién basta utili- zar una brindilla, un dardo o incluso una lamburda. ma- dera de un ano madera de dos anos Fig. 21 El corte de retomo debe ser practi- cado siempre en la base de una rama, insertada en otra de dos afios A) corte de retomno realizado sobre una rama interior para reducir el vo- lumen de la copa: B) corte de retor- no efectuado sobre una rama exter- na para ensanchar la copa COPERACIONES DE PODA V’SUS PRINCIPALES FINALIDADES @ Ariba, rama de melocotonero que ya ha fructificado ™ Ariba, a la derecha, los tijeras muesiran el punto idénéo sobre el cual se debe efectuar el corte de 1e- tomo durante la poda invemal. Se favorece asi la emision de nuevas ra- mas y se incentiva la produccion de las jévenes y mas cercanas al tronco @ Ala derecha, corte efectuado (OPERACIONES D § Arriba, rama de manzano ya fruc- tificada, y que precisa un corte de retorno 1 Ariba a Ia derecha, realizacién del corte justo por encima de una pequefia brindilla ™ A Ia derecha: operacién finali- zada PODA Y SUS PR "ALES INALIDADES OPERACIONES DE PC TORSION Es otra técnica abandonada hasta hace pocos afios, y tiene la finalidad de in- ducir y anticipar la fructificacién de una sola rama (previamente sometida a inclinaci6n), a la que se aplicara una parcial rotacién sobre si misma para romper o daiiar, aunque no totalmente. os vasos cribosos, que transportan las sustancias alimenticias producidas por las hojas. DA Y SUS PRINCIPALES PNALIDADES ™ Recorte equivocade de una jo- ven rama en madera: la eliminacion tendria que haber sido total lf Adviértase este doble error: al escoger entre las dos ramas, se ha optado por recortar la exterior (ia que se debia mantener), y ademés de forma incorrecta ya que debia ser eliminada completarnente COPERACIONES DE PODA V SUS PRINCIPALES § Arriba, habitual emror al efectuar el corte de una rama, ya que Ia sie- ra debe utilzarse en la parte exterior de la misma 1 Arriba, a ia derecha: observamos cémo, al traspasarse apenas la mi- tad del corte, el peso de la rama puede provocar facilmente su rotura A la derecha, uso adecuado de la sierra, que debe efectuar el corte empezando por la parte inferior de larama 93 INAUIDADES, MATERIALES Y UTILLAJE El instrumento principal con el que se efecttia la poda son las tijeras de mano o las dotadas de instalacién neumati Entre ellas, son preferibles las de doble corte, ya que permiten una me- jor adherencia, una mayor fuerza de corte y eliminan el peligro de roturas. Asimismo, para disminuir el esfuerzo del podador, hay miiltiples modelos con mangos, vendidos en tiendas espe- cializadas. Otro instrumento utilizado, indis- pensable para practicar cortes mas grandes, es la sierra, cuya cuchilla debe producir cortes limpios, su man- go ha de resultar cémodo y, en gene- ral, ser manejable. Ademés de ser ligeros y pricticos, es indispensable que estos instrumen- tos estén siempre perfectamente lim- pios, ya que, al pasar de una planta a § Diferentes tijeras de poda. Abajo, lade doble flo, que permite una ma- yor capacidad de corte. Ariba, de una sola hoja, desaconsejable ya que puede provocar el aplastamien- to de la parte que queda tras el corte tan dbaiatedaadednaateheeatebaiale § Sierra manuall: su mango y sus pequefias dimensiones la hacen practica y manejabie, incluso, para efectuar cortes en posiciones dificiles otra, pueden transmitir eventuales en- fermedades (en especial las de origen virico, que se contagian de un frutal a otro si no se mantiene una minima hi- giene) En las formas de cultivo obligato- rias, se deben colocar los palos, los hi- los y los tensores de estos en el trans- curso de los primeros afios de planta- cién, para atar las ramificaciones y horcaduras. Los palos, de cemento, de unos 4,5 mde alto, situados en los extremos de la hilera, no deben colocarse en po- sicién erguida, sino inclinados hacia el exterior de aquella, conformando un Angulo de, aproximadamente, 30° res- pecto a la vertical y asegurados por un tirante, que permitira una mejor ca- pacidad de tensién y traccién de los hilos. Cada dos 0 cuatro plantas (0 10- 15 cm), segtin la especie cultivada y la fragilidad de sus ramas, habitos y car- ga de los frutos a sostener, deberemos plantar otros palos de soporte (siem- pre de cemento) en posicién perfecta- mente vertical. Para ello, dispondre- mos de tres 0 cuatro hilos de urdidur estirados en el mismo sentido del hi- lar, fijaremos el primero a unos 0,5 0,8 m del suelo (segiin la especie y la forma de cultivo) y los restantes a un poco mas de altura: 1,10-1,40, 2,10- 30 y 3-3,20 respectivamente, 0, si no, a distancias de 0,90-1,20 m. Estos hilos de hierro, bien tensados por hila- tes metdlicos fijados a los tutores principales, tienen la misién de facili- tar la adecuada inclinacién de las ra- mas, permitiendo incluso el uso de pa- los de cemento. MATERIALES V UTLLAVE Ambos elementos (cemento e hilo de hierro) son muy aconsejables, debi- do a su mayor duracién y a su menor facilidad para albergar formas hiber- nantes de insectos daflinos para la ve- getaci6n cultivada, aunque en muchas regiones su uso no se halla muy exten- dido, prefiriéndose la madera. MH Uso adecuado de la podadera: en general, este instrumento se utiliza para eliminar las partes altas de la copa en huertos familiares. En los granjos fruticolas, esta poda atta se efectiia mediante escaleras o plata- formas méviles situadas sobre Carros I Tipos de masila que se encuen- fran a la venta: su funcién radica en proteger superficies cortadas de una determinada dimension de ataque de agentes patégenos. Seguin su consisfencia, pueden aplicarse con los dedos o mediante un pincel es- pecial @ Podadora FORMAS DE CULTIVO Ra ce Unicamente con adecuadas interven- ciones de poda podremos manipular la dimensi6n, la forma y el «funciona- miento» de los drboles frutales. Los tinicos inconvenientes de estas opera- ciones son los elevados costos que re- quieren y la posibilidad de que, si se efectiian incorrecta, 0 incluso equivo- cadamente, puedan comprometer la produccién de una planta concreta 0 de un plantfo entero a partir de sus pri- meros afios de vida. Es, por lo tanto, imprescindible mar- carse un objetivo definido incluso antes de plantar los arboles, basdndose la pla- nificaci6n y elecci6n de Ja forma de cul- tivo en consideraciones referidas, princi- palmente a las caracteristicas de la espe- cie cultivada. Ademés, resulta también indispensable tener en cuenta las bases fisiol6gicas generales de la planta y sus condiciones ambientales y de cultivo. La misma importancia reviste hoy en dia la densidad de plantacién en los pequefios huertos, ya que un mayor némero de plantas comporta un au- mento de la produccién unitaria, pero sus raices y su parte aérea, sin embar- go, gozan de un espacio mas limitado. En especial, el hecho de que la par- te aérea quede contenida favorece las operaciones de cultivo, haciéndolas menos costosas y permitiendo (como ya se ha reiterado) un notable anticipo de la produccién. En cualquier caso, es necesario pre- cisar que es posible contener el desa- rrollo de la copa actuando proporcio- nalmente sobre todos aquellos factores que permiten su reproduccién (por- tainjerto, variedades spur 0 compac- tas, hipofertilidad del terreno, condi- ciones climaticas, contencién del desarrollo radical y poda), pero sélo podremos alcanzar resultados satisfa torios en algunas especies frutales como el manzano, el melocotonero y el peral En plantas de desarrollo consistente como el cerezo, albaricoquero, nogal etcétera, no se han alcanzado adn re. sultados pricticos evidentes, aunque se estd investigando en el tema y se trabaja sobre portainjertos enanizantes y variedades compactas. La eleccién se orienta siempre ha- cia formas con volumen, aplanadas 0 semilibres: las primeras son aquellas entre las cuales la planta se desarrolla en tres dimensiones regulares, casi iguales entre ellas, en las segundas, la planta lo hace s6lo en altura y anchura (formando una especie de pared) y las iltimas son las que intentan, con ade- Poda de cultivo veraniega: el cor- te del eje, practicado en la invernal, ha permitide ya que numeros tes se hayan desarroliado a princi pios de verano cuadas y, a veces, incluso pesadas in- tervenciones, hacer que la planta tome su forma natural o libre. En cualquier caso, resulta ttil pre cisar que las formas de cultivo mas usadas para cada una de las especies tienen en cuenta el desarrollo natural de la planta: en el peral, por ejemplo (una de las especies més cultivadas y daptables), la forma de cultivo mis usada es la piramidal, denominacién recibida debido al aspecto que suele adoptar la planta en su juventud EI desarrollo de ia vegetacién afecta a las zonas situadas por ¢ bajo del corte y a buena parte del tronco. Esta frondosidad permite preparar la inicial horcadura de la primera palmeta durante este perio- do, sin tener que esperar al proximo inviemo FORMAS DE CULTVO @ Ariba, limpieza del tronco, efec- tuada hasta la altura desde la que se Iniciaré la primera horeadura @ Aniba, a la derecha: observamos como se eliminan de la copa los bro- tes mas débiles, asi como los anterio- res y posteriores al telar @ A Ja derecha, destacan, en la parte baja, las dos ramas laterales Que formaran la primera horcadura. En el centro, se indica la rama que ha sido escogida como flecha, de- biéndose eliminar, por lo tanto, la més interior 101 FORMAS DE CULTIVO Despunte de la rama escogida como flecha, operacién que permiti- 14, durante el verano, el desarrollo anticipado de ramas, de entre las cuales se podra escoger, con a pos- terlor poda seca, la segunda horca- dura. De este modo (en plantas que lo permitan), es posible realizar dos horcaduras en una misma y tnica estacién) 102 FORMAS EN VOLUMEN Como se ha dicho ya, al ocupar un es- pacio tridimensional, las plantas nece- sitan amplias superficies para distri- buir su copa, por lo que no es posible cultivar un elevado numero de ellas por hectarea. Ademis, la plantacién en volumen comporta algunas dificulta- des, como el aumento del tiempo ne- cesario tanto para la puesta a punto del terreno como para las intervenciones sobre las plantas (podas, tratamientos, recogida), aunque también presenta aspectos positivos: en efecto, estas se desarrollan considerablemente (tras alcanzar esta fase, sin embargo, des- pués de muchos afios), siendo alta- mente productivas y manteniendo una longevidad prolongada. Por otra parte, esta forma de planta- cién permite una distribucién de las plantas incluso en terrenos con una orograffa especial, que no consiente la practica de la fruticultura mecanizada. En el émbito de los huertos familia- res, una forma en volumen puede, en cambio, ser utilizada para llenar espa- cios aislados con un drbol frutal 0 con finalidades estéticas 0 decorativas. Entre las principales formas de cul- tivo de este tipo destacan el vaso y sus modificaciones, la pirdmide y el huso (fig. 22). A la izquierda, operacién termina- da: las ramas (que no deben ser des- Puntados) laterales se inclinan, atan- dose a los hilos de sujecion = FORMASDE CULIVO. Pa vaso m Fig. 22 Formas de cultivo en volumen piramide trunca c.americana Vaso Comprende una breve parte del tron- co, en el que se insertan tres ramas principales (a unos 120°), que, a su ‘vez, con el paso de los afios, darn lu- gar a dos 0 tres, de tipo secundario, pirémide regular huso a cada una. Se utiliza principalmente en drupéceas, como el melocotonero y el ciruelo. En el manzano, se mantiene también en el interior de la copa la «flecha», que sin embargo dispone de una vegetacién limitada y distribuida en forma de hélice (vaso leno). FORMAS DE CULTVO Enelolivo y avellano, se transforma en un vaso de matorral, en el que no se mantiene el tronco, surgiendo las ramas directamente de la tierra a partir de bro- tes bien distribuidos o de tres plantas colocadas en los vértices de un tridngu- lo equilatero, sobre las cuales se podrén desarrollar las ramas secundarias. Por tiltimo, el vaso globoso es la ti- pica forma de cultivo de los agrios, ca- racterizada por un alto tronco y por una copa de forma esférica. Tiene el inconveniente de que en el interior no produce, debido a que el paso de la luz y del aire es minimo, por lo que los frutos se sitdan Gnicamente en la parte externa del globo. Cémo se forma el vaso Una vez plantado el eje central en oto- fio o a finales de invierno, se trasmo- cha el 4rbol a una altura de 60-70 cm, durante su periodo vegetativo. El corte precoz de la cima favorece la emisién de numerosos brotes, entre los cuales, aleanzados ya unos 15-20 cm de longi- tud (atin en primavera), se seleccionan los tres mejores para formar las ramas principales. En esta eleccién, se debe considerar el desarrollo, pero también la disposi- cién (orientada a una distancia de 120°) y la posicién en el tallo, que tie- ne que estar cerca del tronco, pero no a su misma altura. Este factor posicional es importante, ya que si se localiza en el mismo punto, queda fécilmente su- jeto a las molestias provocadas por los agentes mecinicos y atmosféricos, con lo que el punto del tronco se carga en exces. Posteriormente, se eliminan, a ras de tronco, los brotes que sean excesi- vos, «guidndose» con ayuda de caiias plantadas en el terreno, colocadas con una inclinacién de 45° respecto a la vertical y separadas 120°, entre elas. En plantas vigorosas, estos brotes (que al finalizar el periodo de la poda de cultivo mediréin aproximadamente 4 m) alcanzan facilmente durante el verano entre 70 cm y 1 m, produciendo ramas anticipadas (hembras) que se converti- rén en productivas de la principal. En la poda invernal, deberd tenerse en cuenta que estas tendrén que surgir, como minimo, a 50 cm del punto de in- sercin de la rama, y deberdn estar si- tuadas todas en el mismo lado para permitir que las del siguiente afio que- den orientadas hacia el lado opuesto. Piramide Sobre el eje principal o flecha, sin ne- cesidad de efectuar cortes, se cultivan de forma tridimensional varias ramas, con una inclinacién de 45° con respec- to al tallo. La longitud de estas decrece hacia arriba y las basales alcanzan, como maximo, un tercio de la altura de Ia planta. La disposicién de la hor- cadura de las ramas da origen a varias denominaciones piramidales (pirdmi- de regular en horcadura, alada, en es- piral, truncada, etc.). Huso Obtenido mediante algunas modifica- ciones efectuadas en la pirdmide, se caracteriza por poseer una insercién de las ramas en la flecha a 45-50 cm del suelo, sin un orden previamente esta- blecido. La tinica exigencia, debido a la di- mension més recogida y breve de las ramas (siempre inclinadas a 40-45°), es que sean equidistantes entre ellas, aspecto que permitira una mejor ilumi- nacién en las partes internas de la copa. Una modificacién del huso, que comprende un mayor ntimero de plan- tas y la reduccién de su estatura, es el husillo, probablemente la forma més utilizada en los huertos frutales y que permite pasar de la poda invernal a in- tervenciones ligeras y de aclareo y au- mentar notablemente la verde. Se inicia despuntando el eje y for- mando una corona de cinco-siete ra- mas de igual vigor, colocadas en pun- tos distintos e inclinadas (incluso mas alla del plano horizontal) mediante in- tervenciones de poda verde. Es tam- bién posible hacerlo sin cortar la fle- cha, aprovechando e inclinando las an- ticipadas. La altura maxima que se puede alcanzar se sitia, aproximada- mente, entre 2-2,5 m, FORMAS APLANADAS Son las que se desarrollan sélo vertical u horizontalmente, y sirven para cons- truir paredes, setos y parras. Antes que nada, sin embargo, deberemos idear un soporte que permita el apoyo de la copa y favorezca una répida formacién del esqueleto (y, por lo tanto, un anti- cipo de la produccién). Las formas tra- dicionales se hallan representadas por @ Hileras de pomaceas: las ramas que se desarrollan entre ellos pue- den dificultar las operaciones de cul tivo normales, por lo que deben ser eliminadas durante la fase de poda verde la palmeta, el cordon, la parra y el tol- do: estas dos tiltimas permiten una dis- tribucién horizontal de las ramas 0 sar- mientos y, en ellas, colocaremos los hilos a una altura que oscilara entre 1,5 y 3 m, para permitir que podamos intervenir, sin encontrar obstdculos, en las operaciones que afecten al terreno (fig. 23). ‘Asimismo, las formas aplanadas admiten el uso de medios mecénicos, reduciéndose asi considerablemente el coste de las operaciones. FORMAS DE CULTVO Fig. 23 Formas aplanadas; A) palmeta y su formagion tras el paso de los afos; B) otras A «U» simple «U» doble candelabro verrier abanico ~~ enramashorizontales en «Y» tricrogpsilon B bandera “seto goyer z page $ 4 cordén cordén cordén horizontal cordén inclinado horizontal dobie vertical FORMAS DE CULIIVO. Palmeta Es la forma aplanada vertical més di- fundida, y ha sufrido, a lo largo de los aiios, variadas modificaciones, que se diferencian dependiendo de las regio- nes geogréficas en las que se hayan im- plantado. Otras formas similares («U» simple y doble, candelabro, verrier, abanico, «Y», bandera, seto, etc.), de- bido a su regularidad y elaboracién, ya no se consideran indicadas para el cul- tivo intensivo, sino para decorar par- ques, jardines y paseos. Para construir una palmeta, despuntaremos el eje y utilizaremos dos brotes laterales que se hayan desarrollado bajo el corte, incli- nandolos de forma diferente (incluso horizontalmente) con la ayuda inicial de dos cafias, clavadas en el suelo o fi- jadas a los hilos. A distancias regulares (80-100-120 cm), siempre decrecientes de la primera a la tltima, podremos construir en los afios siguientes horca- duras con ramas mds cortas. El mimero de horcaduras dependera (asf como su distancia e inclinacién) del vigor de las plantas. Dejando in- tacto el eje y aprovechando las ramas precoces, se puede cultivar la palmeta anticipada, que fructifica antes y cuyo cuidado se basa en los criterios de poda de toda la cima. Cordén Aprovechadsimo para el cultivo de la vid (tanto simple como doble), pero utilizable también en algunas especies frutales, consiste en doblar la prolon- gaci6n del tallo o de dos ramas, incli- ndndolas horizontalmente sobre el hilo. En el cordén, se clavan las diver- sas ramas fructiferas, que en el caso de la vid serdin espolonadas cada invierno y que, en los fructiferos, ya sea el cor- d6n horizontal, vertical o inclinado, deberdn ser cortas, siendo controladas constantemente mediante la poda para contener su desarrollo. Puede resultar itil también para aquellas especies que producen abundantemente sobre lam- burdas (perales kaiser, abad fetel, con- ferencia, butirra precoz morettini y packham’s triumph). Parra Usada principalmente en la vid y en el kiwi, es un sistema de cultivo alto y horizontal, que presenta caracteristicas diferentes dependiendo de la region en Ia que se forme. La horeadura necesaria est4 consti- tuida por palos de madera o de cemen- to, que se encargan de sostener el tallo del frutal. Las armaduras horizontales u ™ Presencia de vegetacién en el tronco, entre dos horcaduras, espo- clo que, por costumbre, debe man- tenerse limpio oblicuas, orientadas hacia una 0 dos partes, son las que sostienen las ramas fructfferas. La experimentacién en el ambito de la mecanizacién de la poda y de la re- cogida provoca que también se culti- ven en parras los manzanos, perales, melocotoneros, ete., efectuando incl naciones limitadas tipo «Y» 0 «V> (Angulo interior conformando, aproxi- madamente, 65°) 0 completamente ho- ™ Operacién de limpieza efectuada Fig. 24 Dibujo esquematico de la forma de cultivo tatura tre- llis: A) urdidura; B) distriou- cién de una rama sobre los hilos; C) forma completa FoRMAs rizontales (tatura tellis, lincon trelli, en «T», etc.), (fig. 24). Tendido Forma de cultivo valida especialmente para la vid y el kiwi. En ella, los palos se colocan formando un cuadrado y los hilos que sostienen los frutos se distribuyen en forma de red, a una altura entre 2 y 2,10 m, En la base de los palos se cultivardn cuatro plantas: cada tallo se apoyard en uno de ellos y SULT las ramas permanentes se distribuiran sobre el entramado de los hilos. FORMAS LIBRES Son las que mantienen, més que cual- quier otra, la forma y el desarrollo de la planta segiin su estado natural. Son formas en volumen, en las que, duran- te los primeros afios de vida (fase de cultivo) se leva a cabo la técnica de

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