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Capitulo HI La Cuestion Social en el Siglo XIX SUMARIO: 1. Intr oduct ‘cién.- 2. Causas préximas de la cuestion social.- 3. Respuestas a Ia “cuestién social” en el siglo XIX: a) Respuesta liberal: b) Respuesta socialista ala “cuestion social” ; c) Respuesta catélica a la “cuestién social” . 1. Introduccién La decadencia doctrinaria, la multiplicacién de las sectas protestantes, el accionar de las sociedades secretas, fueron impregnando las distintas capas sociales suscitando un nuevo tipo de relaciones entre los hombres: mas egoista ymenos cuidadosa de los derechos de la persona humana. Laruptura dela unidad religiosa de Occidente operada en el siglo XVI, siglo tras siglo fue dando frutos amargos, proyecténdolos a todas las Areas sociales: politica, religiosa, cultural yecondémica. En el siglo XIX, a rafz de varias circunstancias que actuaron como causa pr6xima, surgié la denominada “cuestién social”; es decir. un estado conflictivo en la convivencia social. El P. Cathrein la describe asi: “;C6mo se podrd procurar un ordenamiento u organizacion tal de la sociedad que satisfaga justamente las racionales exigencias de todas las clases sociales, cuanto lo Permite la natural imperfecci6n de las cosas humanas? {C6mo ente las clases antag6nicas de la sociedad, especialmente entre los representantes det capital y del trabajo, podrd restablecerse la paz y cimentarse s6lidamente?” '. Esta “cuestion” preocup6 a politicos, soci6logos, economistas y r Y cada uno de ellos dio su respuesta para solucionarla. Analizaremos sucinta- mente las principales *. —_ * P. Cathrein S.J., Moralphilosophie, Il, pag. 595. C& "Contsimus Annus”, Juan Pablo I. n°. Aludea las ideologias imperantes en aqul entonces: beralismo y marxismo; ver también el n® 60 de la referida Enciclica. he un amplio andlisis recomendamos: La cuestién social, de J. Messner, Ed. Rialp. 419 2.- Causas proximas de la “cuesti6n social” + Revolucion industrial: la maquinafactura Con la introducci6n de la maquina en la produccién de bienes se transforma todo el circuito econdémico: + La claboracién de los productos pasa de la manufactura a la m4quina, especialmente en Ia industria textil, la mas desarrollada en ese entonces (1740), algod6n, tejido, pafios, etc. + Surgen cn Inglaterra, Francia y Alemania, grandes empresas de lanas y algodoneras. El artesanado es reemplazado por las fabricas, dando nacimiento al 1a”, duefio de los medios de producci6n, y al “obrero” jornalizado, + Paulatinamente se fue standarizando el trabajo de los obreros. « Se contrataba mano de obra de nifios y mujeres, por ser mas barata, con jornadas de labor de 12 horas. * Muchos empresarios eran victimas de los financistas; otros, sucumbian frente a la competencia desleal de los trusts y carteles. Esta primera revoluci6n industrial europea se realiza segin el principio econémico de /a libre concurrencia en el mercado; libre juego de oferta y demanda, sin intervencién reguladora del Estado y sin subordinaci6n ala moral, La doctrina de los de! abfa conquistado a politicos y economistas. Se produjo una concentracién de capitales y medios de produccién en manos de pocos; desarrollo enorme del crédito y de las bancas que recogiendo el ahorro del publico a bajo interés lo colocaban a tasas altisimas; acumulaci6n excesiva de obreros en los centros fabriles y abandono progresivo del campo; consecuen- temente, serios problemas de higiene, vivienda, salud y asistencia; amor al lujo y afan de lucro indefinido, aun a costa de la justicia conmutativa y social; aparicién del “homo occonomicus”. Con grafico realismo Le6n XIII describe este estado de cosas: “En efecto, los adelantos de la industria y de las artes, que caminan por nuevos derroteros; el cambio operado entre patronos y obreros; la acumu- lacin de riquezas en manos de unos pocos y la pobreza de la inmensa mayoria; la mayor confianza de los obreros en si mismos y la mas estrecha cohesi6n entre ellos, juntamente con la relajacién de 1a moral, han deter- minado el planteamiento dela contienda (cuesti6n social){...) eltienapo fue insensiblemente entregando a los obreros, aislados ¢ indefensos, a la inhumanidad de los empresarios y a la desenfrenada codicia de los compe- tidores. Hizo aumentar el mal la voraz usura (...). Aflédase a esto no s6lola contratacién del trabajo, sino también las relaciones comerciales de toda indole, se hallan sometidas al poder de unos pocos, hasta el punto de que un nimero sumamente reducido de opulentos y adinerados ha impuesto poco Menos que el yugo de la esclavitud a una muchedumbre infinita Proletarios” >, i * Rerum Novarum, n* 1. 420 Al surgimiento de la “cuesti6n social” en el siglo XIX también se refiere Juan Pablo II en su enciclica Laborem Exercens, diciendo entre otras cosas: “Esta situaciOn estaba favorecida por el sistema socio-politico liberal que, segun sus premisas de economismo, reforzaba y aseguraba la iniciativa econémica de los polos poseedores del capital, y no se preocupaba suficien- temente de los derechos del hombre del trabajo, afirmando que el trabajo humano es solamente instrumento de produccion y que el capital es el fundamento, cl factor eficiente, y el fin de la produccién” +. 3. Respuestas a la “cuestion social” en el siglo XIX Ajustaremos la exposicién de las distintas respuestas al cuadro que sigue, dejando para el capitulo préximo las que corresponden al siglo XX. Elegimos las corrientes mas significativas y algunos de sus representantes mas conspi- cus; para ampliaci6n de datos se puede recurrir a la bibliograffa que se cita al pie de paginas 0 a otros autores que han investigado el tema. Escuela fisiocrdtica: Quesnay, Gournay, Turgot, Mirabeau. Escuela manchesteriana: A. Smith, Ricardo, Swart Mill, Say, Chevalier. (a) Liberal Utépicos: Owen, Fourier, Cabet, Saint Simon. b) Socialista < Andrquicos: Bakunin, Kropotkin, Stein, Bauer, Respuesta Comunistas: Marx, Engels. (Escuela de Angers: conservadora-liberal, Frep- pel, Thery. Escuelade Liejaodelos “reformadores” :La'Tour o) Candlica du Pin, Conde de Mun, Cardenal Man- ning. Oficial: Le6n XIII - Rerum Novarum. SS @) Respuesta liberal Ya hemos expuesto en otra parte de esta obra los principios fundamentales de la filosoffa liberal *. Aportaremos una definicin genérica que explica por qué * Laborem Exercens, n° 8; ver n° 11. + Parte I pag. 57 y ss. 421 incluimos a los fisi6cratas junto con los manchesterianos, si bien diferenciadgg como especies distintas. : 2 “EI liberalismo —dice el P. Castellani— es el movimiento econdmico, politico y religioso que se propon® a la Libertadcomo su ideal, Y COMO el ideal absolute de la humanidad” °. Esta definici6n apunta al nticleo esencial de esta corriente y explica el predominio del obrar sobre el ser, de ahi su Pragmatismo y la emancipaci6n del hombre de toda ley sobrenatural y natural, segiin Ios diversos grados seftalados por Leén XIII”; prevalencia de la libertad sobre |g verdad, de ahi cl “voluntarismo” que anima a los liberales en lo politico y educativo y en lo econémico, el “utilitarismo” (verdadero es lo que es util, decia James). En los siglos XVII y XVII Europa vivié bajo un régimen Politico de monarquias absolutistas, sintetizada en aquella afirmaci6n de Luis XIV: “L’Etat ” —el Estado soy yo—. La riqueza de las naciones consistia, segiin el no imperante, en la acumulacién de metales preciosos y en una excesiva reglamentaci6n de la actividad publica y privada. Colbert, ministro de Luis XTV, fue uno de los mas acérrimos defensores del sistema. Lareaccién, reivindicando mayor libertad y sefialando las fallas del régimen econdémico, politico y social, se canaliz6 a través de varias corrientes doctrina- rias; entre las principales estaban las escuelas fisiocrdtica y la manchesteriana que coincidfan en colocar ala libertad como epicentro de todo el cuerpo doctri- nario. Escuela fisiocratica Su nombre proviene del grieg crateo”. poder de la naturaleza. Oponfa de estamanera al mercantilismo 0 colbertismo, la tesis de que la riqueza de las naciones consistia en dejarse gobernar por la naturaleza. Este gobiemo natural y esponténco procuraria la paz y prosperidad. En vez de regular ¢ intervenir en la actividad privada, el Estado debfa restringir su obrar y reducirse aun simple “gendarme” para prevenir los delitos contra la libertad de los ciudadanos. Gournay cs el que formula el principio del “/aisser ‘faire laisser passer” —dejar hacer dejar pasar— que, como dijimos, se nutre en las creencias del deismo inglés. m Estructura la economia en base a tres clases de factores intervinientes en forma jerarquica: 1) /os productores, es decir los agricultores; 2) los propieta- rios de las tierras agricolas y 3) los intermediarios estériles, aunque no indtiles para la distribucién de los bienes: comerciantes, industriales y financistas; los industriales, a lo sumo, son transformadores de bienes, nunca productores. Quesnay, en su obra Cuadro econdmico, describe y analiza el flujo y circu- * P. L. Castellani, Esencia del liberalismo, Librert éo, is Billot, El error da vralismo, Libreria Huemul, pag. 13. Cfr. Louis Billot, £1 ” Leon XML, Libertas, 12-13-14, 42 Jaci6n de bienes entre las tres clases sociales, a semejanza del aparato circula- torio *. Escuela manchesteriana Denominada también “escucla clasica liberal”, se forma en-el siglo XVIII con el impulso de uno de sus mas conspicuos representantes, Adam Smith (1723-1790). Smith funda la liga de Manchester que es la que comienza con los enunciados econémicos, girando sobre el principio basico de la libre concu- rrencia. Es importante hacer notar que Smith era de/sta: incluso, en sus obras, no desdefia el dato moral como integrante de un sano mercado competitivo, asf lo expresa en su libro Teoria de los sentimientos morales, en donde manitiesta expresamente que se puede confiar en que los hombres “perseguiran sus propias intereses sin indebido dao a la comunidad. no s6lo por las restricciones legales, sino también porque estan sujetos a limitaciones internas derivadas de la moral, Ja religion, la costumbre y la educaci6n *. La obra més saliente de A. Smith es Investigacion acerca de la naturaleza de las causas de la riqueza de las Naciones. Influyen en é1 pensadores como Hutcheson, fildsofo de la libertad natural del hombre, cl antrapélogo empirista David Hume y cl contacto que tuvo con los fisiécratas en Paris (1765). Algunos de sus postulados son: + La divisién del trabajo: “El mayor progreso —escribe— en la fuerza productiva del uabajo y la parte mas grande de la habilidad. destreza y discernimicnto con que se aplica, parece ser el resultado de la divisién del trabajo” "°. + La organizacién espontdnea del mundo econémico: A. Smith sostiene que cada individuo actuando con libertad y conciencia busca su mejor estado econémico, contribuyendo asia la creacién del mejor ‘orden econémico. La libre concurrencia se realiza en base a gente libre que busca lo mejor: econémicamen- te, luego el resultado global sera lo mejor. Segin A. Smith no es de la benevolencia del carnicero—el ejemploes de él—. del panaderoo del cervecero que depende nuestra comida, sino del cuidado que ellos pongan en vigilar sus propios intereses. Cuando en una sociedad innumerables personas buscan salisfacer su egoismo a través de la obtencién de ganancias, sirven, sin propo- nérselo, al interés publico. Como si una “mano invisible” \os guiara, el carni- cero, el panadero y cl cervecero producen tanto como es provechoso, lo cual a través de la competencia redunda en precios més bajos al consumidor. En una sociedad asf —piensa Smith— todos ganan y nadie pierde. La teoria del valor: para A. Smithel trabajo es la medida real del valor de cambio de todos los bienes. Sin embargo, preciso es distinguir esta proposicién de la de Marx, para quien el trabajo, también es la medida del valor de cambio de los bienes, peroes el trabajo: necesario para la producci6n del bien; en cambio, * fr. J. Messner, La cuestin social; Juan Guaresti (h.), Economia politica, Ed. Kraft, Bs. As., 1963, pags. 91-116. * Cfr. articulo interesante del Dr. Carlos Moyano Llerena, en La Nacién, 48-80, pig. 9. "© Cita de Guaresti, op. cit., pag. 112. 423 para Smith, es la cantidad de trabajo que se necesita para ganar el diner suficiente para comprarlo. : ; + Las corporaciones y los gremios obstaculizan la libre concurrencia, en consecuencia agudizan la“‘cuesti6n social” en vez; de colaborar para su solucién, Otro autor de esta escuela, David Ricardo (1 772-1823). formuls la llamada “ley de hierro del salario”, segdn la cual el obrero no puede Hegar a un salarig més alld del necesario para un minimo de subsistencia. Si llegase a un salario superior se ofrecerfan tantos obreros que la excesiva oferta de brazos reduciria otra vezel salario. A esta ley se refirié expresamente Pio XI en la Quadragesimo Anno: “Por largo tiempo el capital logr6 aprovecharse excesivamente. Todo| el rendimiento, todos los productos reclamaban para sf el capital, y al obrero apenas se le dejaba lo suficiente para reparar y reconstituir sus fuerzas. Se decfa que por una ley econdmica, completamente incontrastable, toda la acumulacién de capital cedfa en provecho de los afortunados, y que por la misma ley los obreros estaban condenados a la pobreza perpetua o reducidos al minimo de bienestar. Asi rezaba la teorfa. Es cierto que la practica no siempre ni en todas partes se conformaba con esta teoria de la escuela liberal vulgarmente Hamada manchesteriana (...)". El espiritu y filosofia social de esta escuela clasica liberal es la que animé al capitalismo del siglo XIX y XX, por lo cual la Iglesia siempre se ha opuesto aeste sistema, denomindndolo con precisién “capitalismo liberal” , dejando a salvo, por tanto, la posibilidad de un sistema capitalista que liberado de la fi liberal, cumpla con los deberes de la justicia y de la equidad. Escribié abéis que nuestro predecesor (Le6n XII) enfocé en su enciclica, principalmente el régimen capitalista, o sea aquella manera de proceder en el mundo econémico por la cual unos ponen el capital y otros el trabajo, como el Pontifice definia con una expresi6n feliz: ‘no puede existir capital sin trabajo, ni trabajo sin capital’. Leon XIII puso todo empefio en ajustar esa organizaci6n econémica a las normas del recto orden: de donde se deduce que no puede condenarse por si misma. Y en realidad no es por su natura- Jeza viciosa. Pero viola el recto orden cuando el capital esclaviza a los obreros 0 a la clase proletaria con tal fin y tal forma que los negocios y por tanto todo el capital sirvan a su voluntad y a su utilidad, despreciando la dignidad humana de los obreros, la indole social de la economia, y la misma justicia social o bien comin” 2, Por lo que el “capitalismo” en si no es malo y el que la Iglesia rechaz6 y rechaza es el denominado “capitalismo liberal”, al que alude también Juan Pablo ILen la Laborem Exercens ®, no por ser capitalismo sino por set liberal, en el " Pio XI, Quadragesimo Anno, n° 54. " Pio XI, Q. Anno, n° 39, EG. * Juan Pablo Il, Laborem Exercens, n° 11 y 14, 424 sentido explicado por Pio XI, es decir, violatorio de los derechos del obrero y det bien comin, ¢ inhumano, al negar toda trascendencia y reducir la bisqueda de la feli d al lucro indefinido. Cuanto acabamos de decir sobre el capitalismo nos viene confirmado por el Papa Juan Pablo I, en su enciclica “Centesimus Annus”. Escribe: “Volviendo ahora ala pregunta inicial, ,se puede decir quiz4s que, después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo, y que hacia él estén dirigidos: los esfuerzos de los paises que tratan de reconstruir su economia y su sociedad? {Es quiza éste el modelo que es necesario proponer a los paises del Tercer Mundo, que buscan la via del verdadero progreso econ6- mico y civil?”. “La respuesta es obviamente compleja. Si por capitalismo se entiende un sistema econdmico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, y de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producci6n, de la libre creatividad humana én el sector dela economfa, /a respuesta ciertamente es positiva, aunque quiza serfa més apro- piado hablar de ‘economia de empresa’, ‘economfa de mercado’, o simplemente de ‘economia libre’. Pero si por capitalismo se entiende un sistema en el cual la libertad, en el Ambito econémico, no est4 encuadrada en un solo contexto juridico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensién de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces /a respuesta es absolutamente negativa” *. b) Respuesta socialista a la “cuestion social” La agrupacion es genérica, por cuanto incluimos a los socialistas ut6picos, andrquicos y comunistas. Convienen todos en: 1) economicismo y materialismo de vida, negando toda trascendencia; 2) tinico factor positivo de la estructura ‘econémica es el trabajo; 3) supresi6n de la propiedad privada, al menos de los bienes de produccién (capital); 4) colectivizaci6n de la vida, en mayor 0 menor grado, segtin las diversas corrientes. — Socialismo utdpico. Si bien todas las corrientes socialistas son “ut6pi- cas”, pues proponen. algo irrcalizable, se denomin6 asi adeterminados pensado- res del siglo pasado, cuyas soluciones a la “cuestién social” pecaban de ingenuas. Marx fue uno de los que los llamaron “ut6picos”. Entre ellos: Saint Simon (1760-1825): su doctrina gira en tomo a la ley del constante progreso producido por la actividad industrial. Esta ley exige reemplazar en la sociedad humana la teologfa y los sacerdotes por las ciencias técnicas y los sabios; implica, ademés, una organizacién dictatorial de la sociedad, de ahf su socialismo. Entre uno de sus seguidores se cuenta el fildsofo Comte. La filosofia de Saint Simon es materialista. Una de sus obras importantes es El catecismo de los industriales. Sus discipulos emprendicron obras de envergadura como la apertura del Canal de Suez y la construcci6n de ferrocarriles en Francia. 4 Centesimus Annus, 0° 42. 425 7 (1772-1837): predicaba un socialismo fundadoen la forma. uriel “Falanstérios” , integrada por 1.600 personas ne banen una extensién de 2,000 hectéreas. Laexperienc; a ribi6 Teoria de la unidad universal y Teoria de log Carlos Fol cién de comunidades, autoabastecfan y habital fracas6 rotundamente. Esc! cuatro movimientos. 4 : 3 Roberto Owen (A711 -1858): fue un industrial del ramo text, més bien un prdctico que un tedrico del socialismo. Fund6 “villas” o barrios de Obreros en torno a su fabrica, proveyéndolos de atenci6n médica, escuela y otros Servicios, Promovié cooperativas obreras ¢ influy6 mucho en los sindicatos ingleses, algunos de los cuales adoptaron sus principios. Basicamente sostenfa que e/ trabajo era la tinica medida del valor de cambio de los bienes. En sus colonias se compraban los productos por un valor indicado en horas laborables. Consi- deraba, también, que el bencficio o ganancia del empres rio era una expoliacion al obrero y, por lo tanto, no deb/a existir en una economia socialista. Todas sus “villas” fracasaron, como sucedié con los “falansterios” de Fourier, por falta de estimulo y dinamismo de sus habitantes que no posefan nada como propio, siendo “todo de todos”. Owen, por otra parte, cra acérrimo opositor a toda religi6n positiva. Sostenfa que habfa que abolir: la propicdad privada, el matrimonio y Ia religion. Etienne Cabet: merece citarse, también, la fundacién, en el nordeste de Texas, EE.UU., de la ciudad “Icaria” por parte de Cabet, quien pretendié llevar alarcalidad su modelo de ciudad comunistac igualitaria. El 17 de abril de 1850, frente al fracaso del intento, algunos icarios escribieron: “todos los desérdenes, todos los vicios, todas las vejaciones del régimen actual se reproducen con furor en la comunidad igualitaria de Icaria: la concentracién de poderes, la supresién. de las libertades, la intolerancia de opiniones, la violacién de domicilio, las mentiras oficiales, los desfalcos administrativos. la delaci6n erigida en sistema, lacensura establecida en la correspondencia privada (...) la inquisicién, y, para decirlo todo, la distinci6n de clases...” asf concluy6 la utopia de Cabet, expuesta cn Viaje a Icaria. Como conclusion diremos que los utépicos del siglo pasado, asi como de los anteriores: Fray Campanella que escribié la Ciudad del Sol y Tomas Moro con su célebre obra referida a la imaginaria isla Utopia. defienden 0 proponen una utopia “irenista”, pacifica y no violenta. En cambio, hoy renacen las utopias bajo el impulso de la dialéctica marxista que, a la vez que proponen un “paraiso sin clases ni propicdad privada”, incitan a sus partidarios a la violencia y a la lucha ft ratricida. EI leo g0 de la liberacién, Gustavo Gutiérrez, ha escrito al respecto: “La utopia si ifica necesariamente una denuncia del orden existente. Son, 0 buena parte, las deficiencias de éste las que dan lu gar al surgimiento de una utopia. Se trata de un rechazo global y que quiere ir hasta la rafz del mal. Por eso . i ulopia es revolucionaria (...). Pero la utopia es también anuncio. Anuncio de Sonar no ie Peto que sera; presagio de un orden de cosas distinto, de una ‘eva. Es el campo de la imaginacién creadora (...) '. G. Gutigtrez, Teologia de la liberacién. pig. 311; eft. Pablo VL Octogesima Adveniens. 0°31. 426 —Socialismo anérquico. Una corriente de soci: de suprimir toda autoridad estatal, debiendo el narse. Dos de los mAs representativos anarqui tas sostuvo la necesidad™ pueblo o la comuna autogober- on: Miguel A. Bakunin (1814-1876); ateo, violento y materialista, Detesta toda autoridad. Sostiene que la violencia es la levadura que hard surgir alas ma su opresi6n, por esola llama “violencia liberadora’ s es una de las formas mas honorables de la vida popular rusa. El bandido es el héroe, el defensor, el vengador popular, cl enemigo irreconciliable del Estado. No soy comunista porque el comunismo (se refiere al predicado por Marx y Engels de quienes se distancia) concentra y hace absorber todas las potencias de lasociedad en el Estado, porque desemboca necesariamente en la centralizacin de la propiedad en las manos de él, mientras yo quiero la abolicién del Estado mismo” '*, Estas palabras de Bakunin preanuncian la ruptura de Trotsky con Stalin, a quien acusaba de haber sustituido el capitalismo burgués por un capitalismo de Estado. Peter A. Kropotkin (1842-1921): su doctrina se sintetiza también en supri- mir toda propicdad privada y organizacién estatal. Se retira de la Primera Internacional, convocada por Marx, por estar en desacuerdo con la autoridad de éste. La base de la organizaci6n —sosticne— es la solidaridad y no el derecho. Pretendia estructurar la sociedad cn base a la federaci6n de grupos aut6nomos. — Socialismo comunista. Nos referimos al ideado y difundido por Carlos Marx (1818-1883), y su intimo amigo Federico Engels (1820-1895) '’. En el tomo primero de esta obra nos hemos referido a la antropologia marxista. A ella Nos remitimos. Haremos ahora una breve resefia de su pensamicnto. completan- do algunos aspectos doctrinarios. Sus obras mas importantes son E/ manifiesto comunista (1848) y El capital (1867), escritas ambas con la colaboracién de Engels ; también se cuentan La Sagrada Familia. Critica de la economia politica y otras obras menores. Antecedentes doctrinales de Marx. Dos son las fuentes principales de ins- Ppiraci6n de Marx: Hegel y Feuerbach. Hegel representa la cumbre del pensamiento idealista, iniciado con Descar- tes, continuado por Fichte, Schelling y Kant. Con Hegel “lo racional es real”; la Gnica realidad es la Idea, lo Absoluto, concebido como lo indeterminado, el pensamiento puro, lo cual equivale a la Nada, El ser es la Idea, la Idea es lo Absoluto, lo Absoluto es el Universal Real, y por estar vaciado de toda determi- naci6n, de todo contenido, es la Nada. El ser y el no ser se implican reciproca- mente; uno es incoi.cebible sin cl otro. “El puro ser —escribe Hegel— marca el inicio, porque tanto es pensamicnto puro como a la vez el elemento inmediato, simple e indeterminado (...). Ahora bien, este puro ser es la pura abstraccién y por consiguiente es lo absolutamente negativo, lo cual, tomado también inme- % Citado por F. Olgiatti, Carlos Marx, pag. 235; ctr. Guaresti, op. cit., pig. 203. © Recomendamos para un amplio estudio: Jean Yves Calvez, El pensamiento de Carlos Marx; F. Olgiatti. Carlos Marx; Francisco Videira Pires. Marx e 0 Estado; P. Julio Meinvielle, El poder destructivo de la dialéctica marxister, Cornelio Fabro, La dialéctica de Hegel. 427 diatamente es fa nada. De aquf se sigue la segunda definicion de Io A) lanada(...)¢l ser es lanada”. “Lanada es, pues —contintia Hegel—consider como este inmediato a sf mismo, lo que cl ser es. La verdad del T, como ten nada es, pues, la unidad de entreambos. Esta unidad es el devenir (Dasseiny» * ara Hegel la concreci6n del ser en determinados seres se produce Por ung segun la cual se unen los.contrarios, en un Proceso ey s Asi deviene el Absoluto en la historia, por ello ésta es sagrada (Got in werden). Hegel concibe al Estado como sintesis del individuo (tesis) y dela Sociedad (antitesis), y como la expresi6n maxima del espiritu de libertad. No est4 de més. acotar que, tin Hegel, el Estado alemén era la expresién maxima del Absoluto, asi como en la antigiiedad lo fue el Imperio Romano. De alli que en Hegel abrev6 Bismarck y cl pangermanismo de Hitler. Esta linea de simpatizan- les fue calificada como “la derecha hegeliana”, a la que habré que agregar al ministro de Mussolini, Giovanni Gentile. Pero también se form6, como deriva- ci6n, la “izquicrda hegeliana”. A muchos jovenes estudiantes, como a Marx, los atrap6 la idea de la dialéctica como explicacién de la evolucién de la historia, Y asf Marx, sustituyendo la /dea de Hegel por la Materia de Feuerbach, tnica realidad cxistente, da a luz “el materiali Imbuido de esta filosoffa Marx concibe la historia’ como una continua evoluci6n dialéctica. Segiin é1, la monarquia de los siglos anteriores llevaba en Su scno su propia negaci6n: la burguesfa; ésta, a su vez, desapareceré por el triunfo de su contrario que conlleva en su interior: el proletariado. Sin embargo, en este punto Marx demostr6 ser un mal filésofo, pues cuando el proletariado gobierne la historia, se concretaré el “paraiso”. Pero, entonces, si la ley de la historia es la evoluci6n dialéctica ;cl_proletariado_no_tendré en_cl_seno sw. ~contrario? Con toda raz6n argumenta Sciacca: “Pero se puede preguntar jqué antitesis alimenta dentro de sf el proletariado para que acabe por negarlo? Ninguna, responde Marx: con la sociedad proletaria nacer4 la sociedad perfecta, sin antitesis, sin dialéctica, sin historia. Pero, entonces, de un lado se para la historia y de otro, ono es verdad que la dialéctica constituye el ser de la realidad, es verdad, y el proceso de superacion debe prolongarse més allé de la sociedad proletaria” °, Muchos comunistas, como Mao Tse Tung, para zafar la objeci6n contun- dente y clara, comenzaron a hablar de “la revolucién cultural permanente”. segdn lacual, aun desapareciendo las contradicciones de clases provenientes de las relaciones de produccién, icmpre quedarfan en la historia de los pucblos los conflictos Por razones de influjo y Teflujo de las superestructuras culturales. No deja de Ser una vana respuesta, pues lo que esté cn cuesti6n cs si la esencia de la historia es dialéctica o no, asi como para Hegel la esencia de 1a realidad ¢s' al devenir dialéctico de lo Absoluto. ‘OlUto; es ‘ psetica de Moneta de la légica, Edit. Claridad, pigs. 88-89 y ss.: eff. C, Fabro, La dialéetioa WME Schacrs iy MrF Sciacca, Historia de a Flosta Ed Luis Miracle, Barcelona, 1950, pag: 493. De Feuerbach, Marx tomael materialismo, sustituyendo la idea de Hegel por la materia. No existe la idea abstracta; la tinica realidad es la naturaleza sensible. El hombre no es més que un ser material y sensible, cuyo obrar depende fundamentalmente de su alimentaci6n: “cl hombre es lo que come’ comer son una sola cosa: ser significa comer y lo que es comido” En lo religioso Feuerbach s6lo concibe el amor como su esencia, pero un amor filantrpico del ti y yo; Dios no es mas que una factura del hombre; es cl deseo de felicidad que tienc el ser humano y que al negarsele, la proyecta en un Dios. Asfnacen los mitos y las diversas religiones. Por eso hay tantos “credos cuantas civilizaciones; éstas se diferencian poreel distinto grado de acercamiento ala verdadera felicidad temporal. Cada Dios s gtin las necesidades de cada una de ellas. Asi cl hombre se aliena en la practica religiosa, constitu- yéndose ésta en “opio” adormecedor y “en un sueiio agradable” de una realidad que nose ha alcanzado: “La adoraci6n de Dios —escribe Feucrbach—no es m: que la adoracién de 1a misma esencia humana, proyectada fuera de nosotros ¢ imaginada como una realidad. La teologia no es masque antropologia, una vez. liberada de los mitos fantasticos de la religién” *’. El materialismo de Feuerbach fue acogido favorablemente por Marx y Engels, aunque le hicieron severa critica por cuanto, segin cellos, cra un matcrialismo estatico inspirado en la filosofia positivista, no habiendo avanzado hacia el coraz6n de la materia que es dinamica y praxis continua. Para Feuerbach el hombre es“un ser sensible”, en cambio para Marx es “una actividad sensible”. Las leyes de la dialéctica en Marx. Primera ley: unidad o identidad de los contrarios. is. Aplicada al plano social Marx diré que cl capitalismo est4 unido 0 ident el proletariado. Pero como la historia no es estati ino dindmica, hay un so interno de lucha y no de coexistencia o conformismo; lucha que se iré ficando hasta que se produzca el salto cualitativo por cl predominio de la antitesis. Segunda ley: transformacién cualitativa por predominio de la antitesis. Es el segundo momento, cl mas importante en el proceso dialéctico de Hegel. Las contradicciones de Ia antitesis Hegar4n a un punto critico que provocaran la fractura de la tesis, asf como el aumento progresivo de calor aplicado a la gota de agua har4 que ésta, llegado al punto de hervor (100°) pierda su estructura y se transforme, cualitativamente, en vapor. Esta transformaci6n no se da en cualquier proceso del recalentamiento, sino al llegar al punto critico. De la misma manera, en una sociedad adn no gobernada por el proletariado, debera establecerse una estrategia de recalentamiento progresivo, hasta llegar al punto crftico en que estalle la estructura capitalista y se produzca cl cambio cualitativo de la sociedad. Por este motivo los comunistas hablan de revolucién y cambio de estructuras y no de simple reforma de la sociedad burguesa. ® F, Olgiatti op. cit., pég. 153, cita de Feuerbach. > R, Sciacca, Historia de la Filosofia, pag, 493, cita de Feuerbach. Cf. Florencio José Las principales tesis marsistas, Ed. Pleamar, Argentina, 1977. Es una muy buena exposicién sintética de las bases doctrinales de Marx. 429 Tercera ley: negacion dela negacion. Es lanueva sintesis, después del salto cualitativo en el que concluy6 el segundo momento de la dialéctica. Ser4 e] triunfo final del proletariado. Sin embargo, para Hegel, como dijimos, esta sintesis es una nueva tesis que evolucionard dialécticamente por cl contrario que necesariamente Heva en su interior. Marx aquf para la historia il6gicamente, Como hemos adelantado, también Marx propone para solucionar la “cues- Ui6n social” una utopfa: el parais clases sociales y sin propiedad privada; e1 hombre nuevo comunista seré una actividad puramente social colectivizada, sin personalidad propia ni trascendencia. Por ello, la Igle: partir de su aparici6n, condené al comunismo por ser inurinsecamente perverso e incompatible con la doctri istiana; desde Le6n XI en laenciclica Quod apostolici muneris hasta la expresa y formal censura de Pio XI en la Divini Redemptoris (afio 1937). — Marx y las Internacionales comunistas. Antes de concluir la exposicién sobre el comunismo en sus comienzos, habré que apuntar también 1a convoca- toria cfectuada por Marx a todos los obreros del mundo a sumarse a la Revoluci6n: “proletarios del mundo unfos”, es cl grito del Manifiesto (1848). + Primera Internacional (1864). Se funda a iniciativa de Marx la “Asocia- ci6n Internacional de Trabajadores”. Sus’ micmbros eran individuos. Dirigida Por Marx y Engels, pretendia abolir los nacionalismos ¢ internacionalizar el movimiento proletario, En 1872 se disuclve por graves disidencias entre los partidarios de Marx con Proudhon, Mazzini, Lasalle y seguidores de Bakunin. + Segunda Internacional. Fue fundada en 1889. Sus promotores fueron los partidos socialdemdcratas de todos los paises, especialmente los ingleses y alemanes, Adopta una posicién moderada, opuesta al extremismo y radicaliza- ci6n de los marxistas y anarquistas. Sus intentos de unificacion del movimiento obrero sc paralizan con el advenimiento de la Primera Guerra Mundial en 1914. ercera Internacional. Fundada por Lenin en 1919, llamada también “Komintern”; despliega una politica marxista moscovita. Encuentra seria resis- tencia en los grupos anarquistas y trotskistas que acusaban a Rusia de pretender crigir al Estado como nuevo monstruo capitalista. Se disuelve en 1941 por disposici6n de Stalin. * Cuarta Internacional. El marxismo revolucionario impulsado por Le6n Trotsky, en abicrta disidencia con Stalin, se canaliza a través de la fundaci6n de fa IV Internacional, en 1938. Luego de varias divergencias internas fucron tomando preponderancia cn algunas éreas latinoamericanas, del Africa y Asia. En la actualidad existen formaciones de guerrilleros que responden a la IV Internacional *. Trotsky fue muerto por la KGB, en Méjico, por orden de Stalin (1940). c) Respuesta catélica a la “cuestion social” —Escuela de Lieja*. Llamada asi por los congresos celebrados en Licjaen * Para el tema de las Internacionales, consultar: F, Olgiatti, op. cit., Cap. IX. * Seguimos en la exposici6n al P. Lloveras en su obra de Sociologia cristiana, pags. 415 a 429- “Centesimus Annus” , n° 60. 430 1886, 1887 y 1890; también se la conoce como la “de los reformadores”, pues postulaba la urgente reforma de estructuras existentes a fin de superar la “cucs- tidn social” que, lejos de suavizarse con las polfticas y economfas vigentes, se agudizaba cada dia mas, Entre otras figuras descollantes estan el Conde de Mun y los Cardenales Gibbons y Manning. Muchos de los principios de esta escuela fueron incorporados por Le6n XIII y sus sucesores. T6picos m4s importantes que sustentaban: + rechazo del liberalismo y socialismo; * retorno a las asociaciones libres; * intervencién moderada del Estado, especialmente para proteger a los pobres y asalariados; + descentralizacién administrativa a fin de evitar una funci6n estatal absor- bente; + representacion por clases en los organismos administrativos y legislati- Vos * propiedad privada con funcién social; * colaboraci6n internacional. Dijo el Conde de Mun en uno de sus discursos: “Rechazamos por igual al liberalismo anticristiano y al socialismo; no queremos para el poder publico ni laindiferenciani la abdicaci6nde su deber social, ni cl despotismo que le permita absorber en sus manos todas las fuerzas vivas de la naci6n” *. — Escuela de Angers. Vencidos cn los congresos de Lieja, los disidentes se nuclearon en tomo de esta escuela. Defendi + el Estado sélo debe intervenir para tutclar los derechos de los gobemnados;, el Estado interviene s6lo en cuestiones de justicia; absoluta libertad de contrataci6n. Libre concurrencia; derecho de propiedad absoluto ¢ incondicionado; abolicién de las asociaciones obreras por ser peligrosas y sediciosas; * la “cuesti6n social” se resolver con la practica de la caridad y la instrucci6n religiosa de las masas. Como se ve la Escuela de Angers representaba a los catdlicos liberales que no vefan ninguna incompatibilidad entre la doctrina del liberalismo y la cat6lica. Integrantes de esta corriente fueron Thery, Mons. Freppel, Nitti y Carlos Perin. En Espaita también habfa grupos de catolicos liberales a quienes vulgarmente se los Hamaba “pasteleros” seguir una polftica de componendas con el beralismo. A propésito escribié Gabino Tejado: “...pues en efecto el tal Catolicismo liberal no es ni mas ni menos que el pastelerismo filoséfico y politico aplicado en materia rcligiosa” **. —Respuesta oficial de la Iglesia - Leén XH la enciclica Rerum Novarum. » P. Lloveras, pig. 416. % Gabino Tejado, El Catolicismo Liberal, Madrid, 1875, pig. 21. 431 aoe 1ufa Eclesidistica fue precedida por la accién de laicos, See mets de ellos enrolados en la “Escuela de los reforma. dores” o de Lieja, los obispos : Ketteler en Alemania; Mermillod en Francia; Manning en Inglaterra; Gibbons en Estados Unidos; laicos y clérigos: La Tour du Pin, Vogesland, Le Pley, Decurtins, Toniolo, Taparelli, el Conde de Mun, El Papa Leon XIII, en su cardcter de Pastor Universal, el 15 demayo de 1891 promulgé la Encfclica Rerum Novarum que constituye el primer tratamiento sistematico de la “cuestién social” y la Doctrina Social de la Iglesia. Es tan importante este documento pontificio que ha sido: recordado por los Papas posteriores con grandes elogios y renovada y actualizada vigencia. Asf Pio XI en la Quadragesimo Anno (a los 40 afios) 1931; Pio XII en el radiomensaje La solennita de Pentecoste (alos 50 aftos) 1941; Juan XXII en la Mater et Magistra (a los 70 altos) 1961; Pablo VI en la Carta al Cardenal Roy Octogesima Adve- niens (alos 80 afios) 1971 y Juan Pablo Il en laLaborem Exercens (alos 90 afios) 1981; “No es temerario afirmar, por consiguiente, que la encfclica de Leén XIII, por la experiencia de largo tiempo, ha demostrado ser la carta magna que necesariamente deber4 tomar como base ‘la actividad cristiana en materia social” 76, A su vez Juan XXIII expres6: “Més aun la enciclica Rerum Novarum puede proporcionar a los hom- bres de nuestra época nuevos y. saludables criterios para comprender realmente las proporciones concretas de la cuestin social, como hoy se presenta, y para decidirlos a asumir las responsabilidades necesarias” ”. Como en el decurso de esta obra hemos desarrollado los capitulos de esta encicli in venfa la ocasin de los temas tratados, nos circunscribiremos a enunciar sus postulados: + Causas de la “cuestibn social” en el siglo XIX: la. Voraz.usura, el mono- polio en las relaciones comerciales y en las contrataciones laborales; Ppocos acaudalados y muchos pobres; la accién de hombres turbulentos que azuzan el odio en los pobres; el decaimiento de las costumbres. + Realismo social: rechaza a pretensi6n de suprimirlas clases sociales; 6stas existen por la diferencia de talentos, fuerzas, aptitudes, etc. Lo que habré que buscares laarmonja y concordia entre ellas; los. ‘que més talentos y bienes posecn deben servir a los mas rezagados en la sociedad, pues el hombre sélo es administrador de los bienes y no duefio absoluto. + Necesidad del capital y del trabajo: ambas clases se necesitan recfproca- mente. g El derecho de Propiedad es natural pero Noes un derecho absoluto. Se ha de distinguir el dominio del uso; aquél es exclusivo y excluyente, éste debe * Q. Anno, n° 39. ” Mater et Magistra, n° 9. 432 reulizarse de lal manera que benefice, primero, al propietario y luego, a ta sociedad, + El derecho de asoclacton es un derecho natural: rechaza por injusta las Jeyes que prohiben hi formacidn de sindicatos de obreros, Senala los deberes de Jos patronos y de fos abrere « Defensa det salario: por ser el medio que tiene el obrero para el sustento propio y el de la familia, ef principio de Justicia natural, superior a Lif libre voluntad de las partes, debe regir lay contrataciones laborales, °/ Estado: es wn ente natural, Debe respetar las sociedades privadas ¢ intermedias (principio de subsidiariedad), Su intervencion en Jas cuestiones Jaborales debe ser moderaday a veces necesaria, Deberd fomentarse y difundirse Ja propiedad privada; los obreros deberdn tener acceso al ahorro, + Visidn teoldgica dela “cuestion soc Jas asperezas de la vida acom- panardn al hombre hasta el final de la historia humana; ¢ ulépico pensar en “parafsos"; lo que la Iglesia puede y debe hacer s aportar las luces del Evangelio para suavizar y morigerar, de alguna manera, las tensiones. “Si algunos alardean —escribe Leon XITI-— de que pueden lograrlo (climinar todos los males) si prometen a las clas ’s humildes una vida exenta de dolor y de calamidades, Hena de constantes placeres, esos cngaflan indudablemente al pueblo y cometen un fraude que tarde 0 lemprano aca- bard produciendo males mayores que los presentes” a De esta manera Leén XIII profetiz6 el derrumbe del frustrado “parafso comunista soviético”, ato 1989. E * Rerum Novarum, n° 13, : 433

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