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LA INTERPRETACION DE LA OBRA POETICA
1. gLa poesia es una creaci6n individual?
La filosofia moderna elabors, baséndose en los principios del
‘dealismo, una teoria de las categorfas, es decir, una teorfa de las
formas que condicionan «toda» experiencia humana y que por tan-
to son propias de «toda» persona, Pero la cuestion de cémo el indi-
‘viduo experimenta lo originario y la cuestin de la vida individual
no pudieron resultar importantes en este contexto, Las propias in-
vestigaciones de la filosofia existencial de nuestros dias no han con-
ducido a andlisis profundos de la experiencia y el padecimiento de
lo originario, sino sélo a una descripcién e interpretacion dela exis-
tencia humana en tanto que tal, Para iluminar la esencia de la vida
individual tenemos que preguntar ante todo cémo se vive, descu-
bre y aclara lo originario, y tenemos que intentar responder esta
‘pregunta al hilo de unas formas determinadas de esta experiencia.
‘Nuestro intento va a empezar por la experiencia y Ia inter-
pretaci6n de la poesfa, pues es en este campo donde se avanza
de la manera més directa hacia la cuestién de la peculiaridad de
Ja experiencia de la vida personal. Por el contrario, la realidad
palpable que «todos» tenemos ante nosotros, que conocemos
mediante los sentidos y que en apariencia nos concierne a todos
no es (precisamente por esta raz6n) muy apropiada para avan-
zat hacia la vida individual. ¢En qué otro campo, sino es enel de
la poesfa y el arte de interpretarla, podemos conocer de manera
ms univoca y clara la vida individual? Sin embargo, recorde-
mos una vez més que la opinién general dice que la poesia es el
‘campo del creador personal por excelencia.
{Esta opinién es correcta? dLa poesfa es sélo un juego del
ocio, de la distraccién, el pasatiempo de unos individuos, una
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creacién puramente «individual»? 0 la vida individual alcanza
en la poesfa y con su interpretacién algo esencialmente real? Res-
ponder esta pregunta significa al mismo tiempo aclarar la cues-
tion de silo real es sdlo lo palpable, lo presente, los hechos. Por
tanto, la cuestién de la esencia de la vida individual esté relacio-
nada estrechamente con la definicién de lo que realmente es.
No vamos a tratar este problema de una manera general,
sino que lo vamos a desarrollar cuidadosamente mediante la
interpretacién de textos antiguos, pues este tema surgié histéri-
‘camente con los estudios humanistas y tenemos que discutirlo
fen su marco hist6rico, haciendo algunas aportaciones concretas
a la cuesti6n de la relacién con la Antigiiedad.
2. Interpretacién de la poesia
El presupuesto inmediato y el objeto de las ciencias del espi-
ritu son las obras del espiritu, por lo que toda discusién en el
Ambito de las ciencias que tratan del espiritu tiene que empezar
por los textos que son las objetivaciones del espfritu. Las cien-
Cias del espiritu interrogan, dentro de unos Ifmites determina-
dos, a los «documentos» del espfritu (incluidas las obras de arte
en el sentido mas lato) para averiguar lo que nos tienen que de-
cir. Por consiguiente, su primera tarea es la interpretaci6n.
En qué consiste esta interpretacion y qué relacién guarda
con la cuestién de la vida individual y de la experiencia de lo
originario? Este problema es tan importante que vamos a expo-
nerio mediante un ejemplo concreto. Tenemos que recurrira un
fenémeno que, por una parte, sea sin duda una experiencia dela
vida individual y que, por otra parte, muestre de una manera
directa y clara que las ciencias del espfritu estan conectadas inti-
mamente con poderes originarios. Este conocimiento tiene que
reaparecer aunque la erudici6n racional lo haya sepultado, Por
consiguiente, vamos a exponer Ia esencia de la interpretacién al
hilo de la interpretacion de la poesfa, que es quien mejor puede
‘mostrar c6mo el ser humano experimenta la actuacién de lo ori-
ginario, Pues precisamente la poesfa y su interpretacién han sido
reconocidas siempre como un don especial y han sido puestas
en relacién con el poder de lo «divino», con lo sublime.
gEn nuestros dias las ciencias del espiritu no se alejan al
maximo de su tarea primaria y no ocultan su raiz mas propia
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precisamente cuando hacen de la poesia su objeto? Lo que hoy
se suele llamar «interpretacién» de la poesfa se encuentra por Io
‘general en una confusién absoluta incluso sobre los medios que
se deben emplear para hacer hablar a la poesfa. El método pre-
ferido es el comparativo, olvidando que toda comparacién presu-
pone la aclaracién de lo que se va a comparar. Se suelen utilizar
todos los recursos del saber, ya sean de origen biografico, hist6-
rico o psicol6gico, y de este modo la interpretaci6n de la poesta
(yen general de toda obra de arte) acaba disolviéndose en una
especie de historia cultural. Incluso el hecho de establecer a qué
escuela pertenece un poeta desde el punto de vista material o (si
hay suerte) formal sirve s6lo para indicar su ligaz6n con una
época y con una corriente. Pero ¢todas estas referencias eruditas
nos dicen algo sobre la poesfa misma? Casi se dirfa que los intér-
pretes modernos piensan que la poesfa nos habla sin mds, y que
sila esencia de un poeta no se revela por sf misma, no es posible
conducir a ella.
La interpretaci6n de la poesia no tomé en sus rafces (y esto
vale especialmente para la antigua) un camino decididamente
erudito, no tuvo el cardcter de un saber: Parece nutrirse de expe-
riencias que brotan no de conocimientos generales, que cualquie-
rra se puede apropiar, sino de la experiencia deo originario, en la
que sélo participan unos pocos. Vamos a aclarar esto mediante
‘unos ejemplos.
3. La interpretacién de la poesia en la Antigiiedad:
los escolios de Homero
‘Tenemos un ejemplo clisico de la interpretacién de una obra
ppottica en los eescolios» alejandrinos sobre Homero. En los pasa-
Jjes que vamos a citar a continuacién (sin entrar en la cuestién de
Ia filologfa alejandrina) vemos ya a primera vista no sélo que el
‘escoliasta antiguo entiende por interpretacién de la poesfa algo
completamente diferente a lo ques habitual hoy, pues utiliza unos
‘medios que hoy apenas sabrfamos usar y que mucho menos nos
atreveriamos a emplear, sino que ademés (y esto es lo importante)
sus observaciones hacen que nos suceda algo decisivo. Lo que no
sabfamos antes de que el escoliasta nos diera su comentario, lo
que en la primera lectura habfamos ocultado con una interpreta-
ccidn inesencial porque nuestro pensamiento habfa sojuzgado al
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