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BIBLIOTECA HISPANICA DE FILOSOFIA Digiaios rox ANGEL GONZALEZ ALVAREZ J. N. FINDLAY LA DISCIPLINA DE LA CAVERNA ‘yeaign BSPAROLA DE yess DIAZ. b EDITORIAL GREDOS, S.A. (© PPITORIAL GREDOS, S. Ay Siacher Pacheco, 53, Masti, 190, “ Betas leeciones pnt Is veda ers, itn afectuosamente dedicadas ‘etn eign; THE DISCIPLINE OF THE CAVE, Grosoe Ave ‘2 mi iejo amigo A Uxvan Em, Landon, 16S ‘Atrowso pe Zowues, on algin tiempo to suficientemente iio 2 Io suficiontomente absurdo como ava airibucrme waa “isin Que no querer regan, Mins} bien cans aqui; todo «5 ua mbehe Ik mala post ‘a, Tents, Camino de Perfeclén, Gap. XL (Giice de Valdslid, Depésito Legals M. 979-1960 Grifeas Céndor, 8, Ay Sinchor Pacheco, 8, Mackid, 199, — 3165, a asgel PROLOGO Las leclones de exe libro fueron dadas como “Lecriones Gif ford” en a Universidad de St. Andrews ante un auditorio reda- ‘ido, pero stenta, los meses de diciembre, 1964, enero y febrero, 4965. Su tema ba de ser proseguido en una segunda serie de lec= clones ttulads La Trenscendencia de le Cavorna, que ser4 dada en icienbre, 1965, ¥ enero, 1966. Las lecciones presentes requieren festa continuacién para su plena inteligencia. La idea fundamental de las lecciones es que lo que puede ser denominado le mistico y transcendental es una paste ineludible de teda esperiencia, pensimiento y diceién, y que nuestro trato mi soreente con eoiah y persoass, dejando 2 un lado nuestras des de més ato nivel ciemitico, esétice, relgioso, técnico, po- litico, flosfico y simbslico, lo implica desde el principio hasta el final. No se trata de una especie de especulacién enrarecida aBadi- ‘di a nuestro conversar coriente sobre el mundo 9 # nesta trate ‘con él, sino que dates contindan teniendo significado y sutosufi- ‘enc; sin aquello, la ectvidad iis ordinaia pierde todo relieve, y In declaracin ends sencilla resulta mal heche y sin semtido gra ‘matical, EL méiodo de fas lcciones os apagégico: se trata de ponet dle relieve lo absurdo de las tenativas de aislar lo que puede ser Hismado las zonas medias del pensamtiento de Io que puede ser de- ‘neminado su horizoare mistco y transcendental. ‘Las lecclones no se oponen a las preocupaciones ldgice-analii- cas de la flosofiainglesa contempordnes, sino a una acttod Blo3é- fea que implica su exageraciin urilaterel, No erin claboradascobre 10 La disciplina deta caoerna Ja opinién de que poderos disociar algo denominado andlisis ti- ico de algo Usmado expeculacién atevida: no exchuyen le posi dad de que lo que comienze como smodesto andlisis puede ecabar en una sobversiéa tol, Rechazan el supuesto de que pademos di- sociar laramente un conjunte de datos empitices, por una parte, de ‘una serie de apzoritmaciones Tingifsticas © conceptuales 0 ligicas, or otra, derivando todo el valor y sentido de estas tims del modo ‘como las empleamos con relaciin a los primeros, Accptan ia opinién de que el exdea fenoméaico del mundo y de it experien- cia involuera mucho que es geosrice, negative, medal, hipotético, tubjetivo; mucho que cominmeate seria considerado “‘ranscen” iendo lo dado” y hasta involuerando elementos indemotrables ‘etafsons, So trata de una tentativa de sacar fuera de la expeciene de nvesto primario imenés, sino solamente en tales ob- jetos en cuanto nos concie:nen @ aos incumbea: si el mundo y la realidad fguran ampliament en filosfia, es debido a que ellos soa [pura noso:ros esos objetos de incambecia permanente y gecesi Por lo tanto, al estudiar la estructura de nucsira condicdn, 00 ol \idernos en forms alguna nada que sea de importancia floss, sino aque cualquier cosa de que tretamos Ia tatamos de Ia daica manera con que puede ser acarado y valorado su pleno significado, FL propésito de estes lecciones es, en segundo lugar, explorse qué es fo que puede pretenderse al jurgar y sentir que nuestra existncia dist es una categoria, un lote de tiera extraia, a a que hemos sido errojadas por un’ sccidente inexplicable, ms biew que, camo a smansién hogoreia, tn territorio al que nuesteas facul- tades estin scomodadas y en el que mosstro lenguaje y pensamienco ‘tabajacfan a gusto. Posiblemente, lo més extraBo de todas las cosas extras en esta vida es que encontremos esta vida tan sumamente extmafa, y que hablemos de ella precisamente como de exta vida, contrstindola impliciumente con algin estado mis noemal, del cual, sin embargo, no tenemos en absoluto una idca clara. Queda fuera de cuestién que de hecho encontramos est vida lena de in certidumnbres, de absurdos, de raris y arbitaris resrcciones, co- sas que lo invaden todo, y que podrian haber sido con no menos razén de otra manera. Si halamos hasta ios capaces de ser su- 36 La disciplina de ta caverne rmidos en un talante de pasmo ante el corer extzafo del tiempo, los creeremos familirizados con los caminos de ia etemidad? Si hos preguntemos por qué, entre todas las contingencias maraville- 115, sucede que somos los individuos que acrualmente somes, ¢5¢ cconcluye de ello una informacion sobre el extra mecsnismo para gar a ser cualquier otra persona? SI encontramos muestra cone- cimiento de las intenciones de otras gentes itremedisblemente pericsl y peifsic, gindiea esto et conncimiento de algia camino sis secteto para penetrar en su intimidad? Posiblemente no son ‘odas estas ambigtedades otra cosa mis que la prueba de que el ‘hombre es un animal filoséfico, y ml que no quiere quedarse quieto luasaa que, semejante a los nifios con sus juguetes, ha desarmado sus conceptos y ha visto eémo ge acoplan reilmente unos con ots, Posiblemente ia lesen que nosctos, coma nis, debemos apres dee es que el desarmar las cosas sélo vale [a pena si uno puede ammirlas de nuevo, y que no hay mejoc o, és tin, ola forma po- sible de armarias de nuevo que fa indiceda por sus vatios ricios cuidadesamente taladridos, clavijs, expigas, ganchos, tomillos y tres adzerencias (0 por lo que corresponde a étor eal Lenguaje). osiblemente la inica salida de las icetidumbres en que nos hi amos como setes que piensan, action, sienten, e3 el comprobar que en realidad no tienen ads de incertidumbee, Acaso, sin em Dargo, el hecho de que hullemos de ese modo nuestre situtciéa pre- sente, lena de incomodidades extras, y que parece implicar apie- tos, premarss, iropciones, extrafizas que esta lejos de ocular un mensaje seaillo 0 de abrigar un significado perceptible, epunta & lguna situacin opvesta, complementaria, compenstdora, de a cual tno poderaos teaer mis gue un conocimlento vago, y sobre !a cual puede arrojar luz velios: el caricter especifco de nuestros apretos ¥y otras diffcultades, Hsta es, al menos, una sugerencin que estat lecciones tratarim de explorar, y permanece coma sugerenca arrsi- sgda cool cardcter de nuestra experiencia, tenga 0 no un contenido eno de sentido y vido, He dido a estas Ieeciones un vtvlo un santo desotientador: podria pensarse que trattba de aumentar la vasta coleccién de ia- ferpretaciones del mito de la caverna de Pltin, tal como se expone Los accesorioe de le cavern y cn el lito séptimo de Is Repitica. Plan, como se see, situs ‘ly zaza humus ea una cavema excua, ea fa que sus movimien- tor enaban tan redcidos por cadenas, que a vista-no podia ex tenderse mis allt de un muro de In eaveera enfrente de ello. Un foego, «sus espalds, proyectaa sombras sobre ese muro, estando simados fos objets que azojaban estas sombras deeds de lls, peo enc ellos y el fuego: estos abjeos ibaa siendo moridor a fo largo de a cimino ceca de la entrads de la cavern, pero co tcan medio tpados por wna bya bloustada, de al sere que sambras eran completamente fragments ¢ nexpresias. Las Yor «5 de los hombres que pasthan a To largo del camino tevand csr objetes enconzaban eco ea el muxo de la caversa, deforma ‘gu, para los hombres encidenados en este extra mando suber tsine, tos Jos aliededores eran de sombre habladoss i Sous. Ba tal narracin babi, sia embargo, una dict posfbdad te Iberar a los prisioneros de sus cadenas y de hacee que giasea ta cabeza para mirer a los objeres deeds de la balnstrade y all fuego, cuyos destellos juguban on ellos: esto, es de supoaer, pn dia remedio 2 meches discrepencias inadzeuactones de repreen- taciin que se enconaaban eote ls sombras. Habia, adem, ota prsbldad, conduct los prisionerosfoera de ft erverea comple- tamente, « a luz del dy de aeba, En el primer moments, todo Ali seria un delumbremizm completo, hasta que lor refjos en el ague permicesen ala vista desansar y tener consnea en elo DMs tarde i visa estaca yu sufcientemenve amestada para com templar les cbjetos que atojaban ales refs, y estou objeongula= fan, a su vez, a vinta hacia le coerpos lumiaoso, que presen visibiidad a Jos objeros en el mando de arriba, hasta que sl fa resullase pose contemplar el sol fa fuente suprema de toda luz terent, Estas nscaciones de un “mundo de arriba" y de vixones loriosss, que tieuen Togee en él, n0 esti por supuesto, desconecr fades de naraciones que aparectn en otrs partes dela Repiblica, en el Moni, en el Fedro,en el Tineo, yea os descripcines par- tiulumente maravillsas del mundo de aba en el Feddn,nara- clones hoy dia generalmente despreciadss por dervar de la lamea- table “épooa media” de Pac, época gue aforunadimeate supers 8 La discipline de la caverna wand pas6 2 esccibir sus “grandes diiloges exticns”. Pero Ia Je= yenda de a caveroa prosigue, describiendo los aufrmlentos de Jos prisiouecos liberados, al ser metidos de pronto obligaoriamente ea Ja cavern, y su babilidad subsiguiente para hacer uso de su expe- Hieacia del mondo de arriba, interpretanda y prediciendo y (si se hnacen unas euantas pequeias acomodaciones en la narraclén) cou frolando el comportarsiento de las sombras. Las visiones y visitas el mundo de seriba tenian ciestamente para Platén une profunda relacién con la comprensisn y Ja accin de aqui abejo, aun cvando ‘Bo Heg6 tan lejos como para sprecar su completo significado en tal reaciéa. La ciencia de uno y las matemitics de uno y loe propios arteglos y decisiones poitcas sian mejores si uno hubiese gozado de cieras visiones del otro muodo, lo cual sirve mucho para con- sideraslas como no completamente de ctr manda. Pues, sunque Ios filsafos rade:nos tratan de lo eranscendente y del otro mundo, son raros los que cuenten con que esto mejors sus cileulos © st rutinario teorizar 0 sus decisiones précticas, [La narracién platéaica de la caverns ha sido objeto de una po- ‘émica casi sin fin, como todo el mundo sabe: algunos han inten .do panera de acuerdo con los detalles ua tanto mis finos de sa narracin de la Linea, y con casi todo To dicho por Platén en la Repiblia y en otsas partes, 0 con todo to que oteos se han sentido inspirados para decir leyéndol. Esta notable exégess fue, por st ppussto, durante muchos fies, una preocupacién especifcament britinice, desde que Benjamin Joweit hizo de Pltén en general, de 1a Repiidica en pavticular, el ndcleo y cento de la formacida de Oxford, Esos dias quedan hoy muy lejos —manosearon tanto a Flatda, que uno no los echa de menor— y yo tengo que esegurar= Jes que no intento tratar de ln caveena platénica s la manera de Adu, Prichard, Ferguson, Netleship, Bosanquet y otros dotados cexpostores. Personalmente no crco en esa especie de interpretciéa semiescricuistica, por muy sugerente que pueda ser algunas veces el seguits. Pues para mi es Ja caverns une de Jas mayores, de las ‘ds expresives imigenes de Ia flosofln um estudio ea el cual (puede sostenerse) uno opera siempre con imégenes y diagrams, ‘aunque no se tiene correntemeate la frenqueza de dibyjaclos cla. Los accesorio: de Ja eaverna 19 rameate—, y esa grandiosa imagen no fur probablemente hecha ‘on la atenciéa de ilusirar cada uno de Tos recodos de cient com- plage dectrina, Uno sospectia gue los pitagétices, 0 sus predece- sores étfcos, pueden baberla empiesdo con aplicaciin doctrinal de- ‘ullada —semejante a los diversos pefiascos y teas de guijaros de ui jardin de piedsas Zen pero no seria correco atibuit al uso a Pltén. Precsamente porque es una gran imagen, puede empiear- te sobre fondos de reflesin complecamente diferentes de los de atin —ial como Bacon de hecho la empled, y tal como yo me ‘proponge empleatla en este curso de lecciones—, Todos percibi- ‘mos, cierto, que describe la “condiciin humana” de manera fel y viva, eun cusnda planice los mis serios problemas el hecho de que sea descrta asi. Todos percibimos de algin modo, sea con o sin fundamento, que estames fijados en uns situacioa que implica muse cas limirecones extrafas: hay aspectos de auestra vida como in- movies, como Sjameate peesentes, y ademés tan profundamente ssombroscs y absordos como son el muro, la balaustrada, el fuewo, las cadenss, los juegos sociales y Jas sombras habladoras de Plata, Gozamos sin doda alguna, en certo seatido, de mayor Uibertad que los prisiaeros de Platén, por cuanto no somos merarente pasivos observadores de los fenémenos de Ia caverna: podemos estar bien famartados y no ser capaces de girar completamence la cabeza, pero tenemos al menos la posibilidad de movernos en nuestra peision, de tocar y palpar algunos de sus accescros mis préximos, inclue yonda nuestros compatieros de prisdn y sus euerpos, de fabricar al menos alguna calls y figuras de nosotros misroas y de proyectar sus sombias ¥ las de nuestros propios miembros y cuerpos sobre fos murs de la eaveena. AMortunadamente no nos hallamos en It situacién de David Hume, ese perfecto ejemplar del observador pure, que en le neuréica teclusiéa de su sleota, en Franca, es peraba pesivamente fa vistas motafsices de su propio ego, la ef- ‘acia de las cavsas, ete, vistas que nuncs avvatecieron 0 pudieron sconteoer 2 un observador asf dspusto. Sin embargo, aque po- tdeinos disponer de esa limitade libertad pare moveraos, ello 20 basi en modo alguna para poner en rarcado paralaje los bultos ¥y accesorios mis grandes de nuestros alrededor, ni pare desen- =, La discipina de la caverna ‘wafar el misterio y mecanizno de las surabras habladoras. A pesar de a prolongads estancia en nuesio presente “habitat” y de Ia flta de experiencia o memoria de algén 010, ao tenemos le sensaciia dde que conocemos plenamente nuestra condiciin respecto de él: implica apritos, abas y sombros desprendides, orgullosas, que es tin lejos de transmit un menssje sencilla y coherente, amos continuamiente perseguidos por ia idea de alguna otra stuacny al~ ‘guns condicia mis libre, algsin punta mis elerado de avance, des- de el que sean plenamente comprens>blee Jos fendmnenos y las IE smitaciones de la vida de Is eaveena, con Jo cual se hard brech ct tos mos, los apretos sezin miigados y las costs en general serin vistas a una liz menos eaiginoss y mortecina. Como bemos dicho, 8 paticiarmente nomble que nosotros, que hemos nacido ¥ 10s hhemos risdo en una determinada condicién, pensemas de ella coro de una condiciia de esclavitud: posiblemente sea la dnice salida de tal esclavitud ef comprobar que no hay otra condiciéa con que pueda ver contrastada, y que es justamente tan sensato como falco e sentido ef mirara como una condicién de Hberad 0 de faita de liberrad, No. descibiriamos, sin embargo, flmente avestra situ ign si om‘térames el decir que parece set en casi todas las formas de ceferién profunda aquellasivacién de ear amentzados y con fasamente engafiados que Plién tn ben describe. Silos arreglos ade ta vida y nuestras respuestas 2 ellos estin verdaderamente en regia ta coato esti, entonces forma parie de esos aregios el que fengan una coostante tendencia « no parecer en reg, y no los dese ccibiriemos flelmente si ignordsemos su intermitente aparencia de sareza ¢ inadaptacisn [No basta, sin embargo, hablar en téminos generaes: hemos de fexplinar lo que imaginamos ser las principales pastes y accesotios e la caverna humans, y ddade encontramos especialmente sis principales rigideces, oscuidades y dolorosts estecheces, Sin ex war ex normas detalladas pare la exploraciéa de la caverna, que ‘nos ccuparia ca fs prévimas leccones, podemoe recalear aqal ta que nos guid en muestra investgacién: dejar a salvo fos fendme= fos, ser leales & las apuriencias, no permitir « un torpe sentido de |a realidad inmediata 0 china el prejezgar tuestro relato del modo tos secesros dele avert a como las cos apron al oberador 6 gene humo. Una cr erm dj de ber am are sw tae fla 60 ela fee fo Cras ose depo de sus Ihegece, em 9 reljoy de sus Corsa dgpostnc de tambo, se enpan ida elles forma omic, © netraesgca, 0 scone, o beara, 0 ing, de cule os forma externa ped a gu ong costonibe, Ps er un depo de eterna, Gm apekclogo wanezndet, co ba de ser oo fenentgs tr el em hasan de pang pea gue wo kay mada Ini io. nad ms ft, oe fsa or qt scot apa tia jn sonal exert fens sl caa ue ke impresonmn © son au expen, yo fone ft dpa men Popa tis a ror tarde on tpnince ala mis conpete dessa exper tno dodo actninenese do pubes gi a ee iale deo qa puede o 00 posde are. H pkgs hx de prota eng supeniia gent de too depen experiment Heo login geno’ ta de paccar aque vasa £201) {ce omg consecrate que et eam, aang tr ae prt ber vio conga en una pw pe eae iovesidar del vid de caves, ln pubes por sien so tn far tan podees, oto yaiic can bs con; chor mann de Aes cmon cimestto permaente {co canto fy le caver, oon tts fhe pads st tenanens, adore lle No te pony, Como Whuentete mura gue coven y ston mrguen CoD vite ae petunia ess #8 ee pases Ioveipar th ce de retador en cone coa lly, cone ‘ost opus en to “enomenologieUnguica Las foes {Magimten dey sun iv vious, neo de mhner sme jt et ato poet ¢ importance cavern eh os pues te mutants vee eh el cade ge et tins pcb cfr sepia de venders al campo mano [pure Lassies parent sei, ict qo pte Con lor sca de un teporje sean 9 en seas forms 2 La divciplna de le carerna realismo estérice, tienen tiicerente la importacia propia de Jos ‘cones mis apurtados de la caverna, a los que tales fendmcnos estén confinados. Las visones cienificas no entraron ex la cavern hasta siglo xvi o xvul y las estéticas difclmente antes del six. ‘Ei cspeleciogo transcendente ha de estat igualmente dispucsto ¢ re: conocer Ia existencia de simas y vacios ex Ia earema, de fragmen- tos de costs que no pueden ni existir ai cener siquiera sentido coen- pero tal como estin situadas, de cosas suspendidas en el borde de 1k eatstencia, pero hasta ahora no presents all, de cosas impos bles de enumerar y de exprestr defiaidestnicamente en su indefi nicién esencal, de coses sin ubicaciéa precisa y susceptibies de tener algrma, y asf sucesivmente. Por mu chostate que ello pusda pereoer, las mismas contradiccianes ligicas tienen un sfafus cope Jeoldgico isbroguble, pues aunque su contradicidn interna les hace ser en timo téimino inesables y han de ser evidentemente eli rminadas de los rincones bien iluminados y batrides de le earezna, ‘no podemos con frecuencia hacerlo asi més que despuss de he bethis dado hospitaldad sin zeserva y de habetsos sublevado luego contra sus mods desordenads. Se ha de notar que 20 estamos sfirmando la exintencia de coutradieciones sin acorchetar, nl cua eseable cea librarlas de los corchetes de. referencia indivecta: e5- ‘amos afirmando dnicamente ls imposPbilidad de tetar de los fend ‘menos con corchetes sin meteelos dentro algunas veces, y la dif caltad de estar seguros en muchos contextos de silo que tenezios delante ta de ser acorchetado 0 no. Pues Ia capacided principal y el prvilegio supremo de la mente consisten en poder precisar 10 slo fo que es del cao, sino también Jo que 20 lo es, no tinicamen te lo que puede ser ast, sino tambien lo que no puede serio. No es sin embargo, misiba nuestra al presente investigne y exponer todos tos idolos de la caverna, sioo hacer hincaplé en sus incambisbles accesorios. Menciono sus misteiosas lusiones Gnicamente para po ner coto, desde un comienzo, al realismo, al deductivisne légico y ale cine reduciva: cualquiera que poeds ser st lugar adecua do, no se halla cietamente ea la elaboracién de las imigenes de Ia ‘eavema. Hagtmos fo que bagemes, no debemos decir, como Hume, Los accesorios de ta caverns 23 pads ne han caja Srna ee ae ee oe one ee ny eee oan ai pe ete a oe etaee oe Pe ee lcs fe a a ae Ima sicke e See ee ees Seed re oh en ee rates lias og mee tn ty a gr es Ss i arabes Sem i ora Ste eg ae oe ‘pee ce ee Jn te tact ae i ney a a cat ce ee te abe Fee a ae pcs ie Se Li Se re dal eG ee Sy Se me cha ya ee SES eam omnes aor por Mowe, Pm a Sn in een a cn bain ce Lorn a spi cen ee eens Cams em per a a in Be cal «nn oe a cet a toys hd Sey we ee A ad se Yee foe Fe Sas me ne eb Se 9 oe Dae cas La disciplina do ta eaverna pit sucocumunicaciin y una aceptscién incuetionable de las aniy- ras cll como se revelaa ser, ¥ son naturamente, por exeelencia, do loxainio piiblico: aunque sesorvadas frente 2 todos nosotvom, son de nese comin dominio y el canducto, de hecho, a eravés del cual comunicamos unos con otros En “dicecciin” completamente opuesta a este primer plano de presenctas seidas iaméviles esti la dimensién, si podemos metalé rcamente lamacla as, de nuesira interioridad personal, de aquellos setos ¥ estados interiores insustancales, que soa tan dificles de ‘mantener ante nosotros para su andlisis como es indudsble su exis. tencia. EI coatenido preciso de nuestra dineensin interior puede ser objeto dé une experiencia un tenco dificil, ofusceds, pevo la dh ‘mensién misint no es objero de experiencia contingente; e¢ parte de Ia auténtica estructura de Ia experioneia misma, de la vida de ‘a caverns, No es meramente una caverns en la que hay cuespos sino tambiéa spariencias de cuespos con divesses propiedades de Variabilidad, perepectiva unilateral, Inzutenticdad, etc, que s00 to. tatmente amtiéeas alas de ls cuezpos,siendo, sdemis, esas apa ticncias l fondo de contraste necestio¢ ineludible a Ie exitersia de les cuerpos, en cuyo contraste tnicamente es posible conocer los slimes; esas apariencias, que podemos honcar piblicamente on el apropiado titulo de “actos de concienia®, pueden seo tam bida de un gran numero de cosas ademis de Cuecpos; mis atin, pueden set apariencis de otras apatiencias, como en todas aquellg ocasiones en que se evidencia y manifesta engaiio, etror v Zales conscientemente unilsteral. Aigunos fiésofos him planteado la cx Hosa cuestia de si se dan cosas tales como “actos de concieacia™: 4o tinico que puedo pensar es que su incapacided de dar coa ellos tiene que residir en una total equivocacién de lo que pueden see, Las dimencida interior de In conciencia revela sa presencia ea el slesgo coustane de inautenticidad de lo fendmenos corpartes, que pueden pasar por ailidos y reales en un primer momento, enix ‘scentuaciin slempre cambiante de diferentes aspectos de lov cur. os, en la vaeacién coastante de opiniones interpretativas; se russe ua ella en el contciste de un gran mimero de sentides y grades diferentes de “presencia y finelmente en una vatiedad de cambios Los accesorios de I emerna 25 ‘gue son completamente ajenos a fos corporales,cambioe en que, ‘como decimos, se di unas veoes Hbre espontaneidad y otras una semsacida de ser Hevados, arrastrados 0 sujetados.vilenramentes fe que “uno” es unas veces variable y eaptichogo,estando orras pro- londamente sumido en un tema contiauo; en que “uno” se des- lica unas veces fécil y phaceareramence, girando ore con dificul- tad y dolors en que uno es unas woees serve y otras pasa, pero ‘sudo cadas elias profendarente implicado en la tema de posi «a del “propio” cuerpo y en las varias posrurss que él adopra de cra al mundo, Hume, eve fenomenologista de mal grado, « quien la preferencia por ciertos argumentos Iogicosforeé a dar una expli seeidn grandomente discreta, “chat”, de Ja vida intelectual, re inbleze constamtemente tna fda continulded por medio de expli- caiciones sobre Ix forma con que “la mente", “la imaginaciin” o simplemente “nosotroe” nos deslizamos suavemente, © no tan 8u%- vemente, de una idea a le siguiente, o somes llevados a movernot ‘en una diveccién mis bien que en cra por diverse fuerzas apa cies. Kant escuvo acerrada al discernit el cartcter traasitrio. de los fendmenos de esta dimensién interior: si tienen hasta cierto punto unidad y coberencia, se erata de unidad de referencia y tema, ‘que presupone iimamene objetos de otras dimensiones, Pero seria equivocido pensar que uno puede ignorar completamente los fengimenos transitorios en cuestin: eaten como contrapunto 0 ‘come fondo de contraste 2 formar parte de fa auténtie estructura de 1a existencia corporal en cuanto expesimentads par nosotros, pr diendo dectse de ellos que estin formal o catogéricamente presea- tes, aun cuando su contenido concreto pase demapercibide, No for- man parte de las contingencias de Ta experiencia, pero son condi- ‘iones imprescindibles de 18 misma. Todo lo cual requiere natural- ‘meme una vasta aclaracién, para la que no hay lugar eo Ye presente inmroduecién supe. Si la caverna presenta asf un primer plana de cuerpos silidos ‘roles y en opesiciéa a él un fondo de contrase de juego subje- tivo, caprichos, incorporal, presenta también una linea muy inte resante en in que Is dos dimensiones se juntan. Es la linea que ha sido diversamente Imada linea de sensacion, de contenidos senso- 6 La discipina de la caverna Files, de dos sensorial, 0 de Iibemieatos de los sentidos. Como ya be dicho, es una linea de encuentro, de ennfueaciy y las tenti- tivas por convertla en una vastarepién implican neceserinmente tan cubio en Ia divecign dete eonpoceidd expocal persistent, por una parte, ¥ de la efimra iacorpoeidad subjetiva, or otra. Uno Uende a pensar bien sex a base de datos seasorales, lo cual hace Ia fines de ennfueneia demasiado corporl, demssindo objetiva, biea a base de Senscia, lo coal lo ace todo demasiado Hnsastncia

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