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Modes de concebir st otro Silvia Blofchmart (Que fa eva humana, por su fetaizacién originara, pase por un lergo proceso de dependencia del ‘tro, genora ia paradoja de que el paracitismo biolbgleo que eerce no sea condlcién de eu huumanizacién, sino de que en él se geste, de manera invertida, aquello que lo consttuye como ser hhumano, En ests caso, y para que se logre, es el parasitismo simbélico y amoroso del adulte sobre {info el que da las condiciones reales de humanizacién. La neturaleza no solo es insufciente, sino ‘que debe ser aitorada, para que el proceso se logre: errancar @ un bebé del mundo ~aulocenservativo que lo condena solo @ la vida biolégica es algo tan usval que perdemos dimension a que on este proceso de péreids de natuseza eat, reaimente, aquelo quo hiego Hamamos natureleza humana. Las lyes que rigen este proceso no son simples. Coneebide la educacién coma e! modo privlegiado con el cue! ceda sociedad implementa fa produccion de subjetividadjes insoslayable {que el lugar del otto humano no sea simplemente accesorio para la transroision de informacion, sin el caldero mismo donde se generan las premisas que deinen los moos de intra. Las diversas époces fistéricas ctorgan no solo fos contenidos sino también las vies de esta produccién. Sajo qué formas se realiza; qué lugar ocupan las insttuciones extrafemiliares, fa preponderancia que se fe 6 a cada uno de los actores, no es solo cuestin de eftciencia sino un odo mismo de realizacién. En ia forma se insituyen contenides, por eso quién y qué transmite da ‘cuenta de un eniramado en el cual se insertan los sujetos en proceso de constitucién y van arfculando sus representaciones. Afortunadaments, las razones que llevan a los culdados precocas no estin defnidos por premises Utlitarias sino morales, No solo se alimenta a un rife para que no muera, sino porque el adulto se identrica con of suffimiento que al hamire le preduce. Se lo ebriga no solo porque se puede +" cenfermar, sino porque se pretende que ge sienta confortablemente instalado en la vida; ge lo acuns no golo para calmarla sino por el placer que se slente en los brazes y se supone en su cuerpa. Los ‘motives morales ye! placer son condiciones mismas de fa humenizacion, y enflo no nace reducido: ‘Un cuerpo bioldgico, sino provisto ya de un sistema de representaciones que ol otro brinda; ‘epresentaciones que si bien no estén presentes en el nacimiento, encuentran en esta antcipacién Jas posibildaces de su instalacién. lia atbucién de pensamientos y represertaciones a fa cia humana es le condicién misma de sit Posibildad de ser. Es en este sentido que el otro resulta fundamental: no porque culde Ja vide bioldgica - que perfectamente pocirfa hacerlo un sistema aséptico que bien sabemos, en ellimite, ‘no ha generado més que autismo y dict sino porque en ese culdado transmite modos de ssubjetivacion que generan ese ser extrafio que es ef hombre, desadeptada de la vida natural como ‘condicién misma de su edaptacion al medio humane. El valor det otro no esté guiado entonces por razones préctioas sino amorosss, que equivale a decir ‘morales: la ética es el surgimiento del ott quebranda el solinsismo del propio goos la ética es presencia del cro, como pensaban los griegos. No hay en esto utlidad sino identificacion ‘rasvasante: lo que le pasa al oro me conmaciona y siento su dolar o su alegrta; la eval ora las ‘condiciones de que en ese "ser reconocidc", el cre pueda sentrse un objeto significante det mundo para mi. ‘La educacién, concebida entonces como process de produccién dle subjetvidad y no solo como recificacién o imparticién de hablidades, implica a quien la eerce mucho mes de aquallo que ‘supone transite. Dabejo de la ensefianza, dela impartcién de conocimientos, se perflan modos {de concebir a ato no solo en su valor presente sino en.el proyecto al cua! ee fo destina, Por eso es perverse suponer que alguien desempetia la funcion de pedro 0 educador por razones utiarias, y {ue el sentido de su trabajo sea Gnicamente su propia resolucion autoconservativa. Nil nfio es Un ‘redio para el adulto, ni el adulto un puro medio de la autoconservacién dal nfo. Nien la funcién matorna o patema, rien la educativa on sentido estrico, fa pragmatica da sentido a i accion. Es precisamente todo lo que excede esta pragmatice, aquelio que ia embebe de sentido, la causa sficiente generadora de posibiidades de humantzacién en cada periodo historioo determinado. ‘Tanto padres como educadores transmiten entonces, de mitiples maneras, su forma de concebir el ‘modelo en el cual ellos rrismos estin Incudos, y en esa tranemisién fermenta algo mucho més importante que la imparticion da los dies necesarios para “hacer” en et proceso de Incusién al cual

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