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146 ANALES Historia natural de las palomas domésticas de patia y especialmente de Valencia, por D. tonio Joseph Cavanilles. : Ta facil es reconocer en las palomas el cardcter ge’ nérico, como dificil el descubrir el especifico de cada casta. Las mezclas que se’ han hecho en las domésti-™ cas han desfigurado sus formas, y han destruidé ea: parte los tipos primitivos. De esta admirable confu- sion han nacido las opiniones opuestas de los autores’’ modernos. Buffon afirma ™ que las palomas domésti- cas, y aun las que fugitivas no han querido sujetarse’ 41o que él llama esclavitud ; forman una sola espe- cies porque todas ellas sin distincion de magnitud y de colores se juntan promiscuamente , y engendran individuos fecundos que se reproducen. Segun este Principio el perro y el lobo, el caballo y el asno, el canario y el xilguero formarian. tres especies sola- mente; puesto que se juntan y producen animales fe- cundos *. Linneo apoyado en Jos caractéres que ob- x Histoire naturelle des Oiseaux tom. 2 in. 4.° 177% Pag 4926 . 2 Un aficionado 4 Ja historia natural, que conoci en Brsé- Jas, encerré en un quarto 4 un lobo y a una perra, y logrd de ellos varios cachorros , que encerrados en otro quarto produxéron 4 su tiempo individuos fecundos. . En la ciudad de Valencia una mula negra, que fué de Doa Francisco Carra, montada por un caballo tordo parié en 22 o¢ Agosto de 1763 una potranca, y 4 poco mas de dos aiios otra continuando asi hasta siete crias. Dos fuéron caballos y las cinco yeguas de un castafio obscuro, animales todos hermosos 7 muy ligeros, De los siete cinco viviéron el que mas hasta tres afios; una Yegua cinco que Ilegé 4 montarse; y un caballo despues de haber servido siete afios al citado Carra fue vendido 4 un calesero porque 8¢ volvié algo loco. No maméron otra leche que la de Ja mula Del canatio y xilguero tenemos paxatitos fecundos. DE HISTORIA NATURAL, 147 servé en las palomas describié como especies diversas la tabellaria, laticauda, gyratrix, turbita hispa- nica, domestica y otras.* ; bien que afiadié una nota en que manifesté desconfianza de sus caractéres, y dixo Ja anatomia de estas aves decidird algun dia si son especies diversas 6 solamente variedades. No pretendo determinar qual de estos autores se acercé mas 4 la verdad, y me ceftiré 4 dar Ja historia natu- tal de las palomas domésticas de Espafia y especial- mente de Valencia. La.confianza con que ellas viven €n nuestros palomares ? sin ocultarnos sus acciones mas secretas, sus pasiones , costumbres y economia, y Jas muchas observaciones que recogi en los afios en que estudiando estas aves hiciéron mi recreo, me-en- sefidron cosas ittiles para ilustrar su historia. E! vuelo sostenido y rapido dé ciertas palomas com- parado con el pesado é interrumpido de otras que apenas pueden volar parece separarlas en dos clases, que podemos distinguir con los nombres de ligeras Y pesadas. Estas iiltimas si exceptuamos las colipa- vas y rizadas, que son pequefias y mal criadoras, son ‘ Muy corpulentas, pues pesan de 1g 4 18 onzas sin pluma, y producen grandes y sabrosos pichones con , que pagan al duefio el cuidado y gastos de mante- 1 Systema nature vol. 1. pag. 279-81. 2 Et clima templado de Valencia permite construir en lo al- to de las casas azoteas s6lidas expuestas 4 la intemperie, y sobre estas se levantan los palomares, parecidos & torres quadradas de varias dimensiones. Estos se componen de maderos, unos per- Pendiculares y otros horizontales que se dim miitua solidez, aun~ que dexan claros de bastante extension, los*que se cubren con cafias texidas con firmeza. La parte inferior del palomar se abri- 88 y consolida con tabiques delgados, que forman una casita con su techo correspondiente , en cuyo interior tienen las palomas Sus nidos , y, se refugian por Ja noche y en dias frios. 148 : ANALES nerlas. Se aprecian las ligeras, porque ademas d admirable fecundidad ofrecen variedades preciosas Jos colores y determinado nimero de plumas en alas y cola, diversion en los combates, y medios de} comunicar las noticias 4 largas distancias. ‘Todas mues- tran deseos de vivir en sociedad con sus semejantes, y no parecen tener otra ocupacion que la de: agra- darse mutuamente, reproducirse y cuidar con sumo esmero el fruto que resulta. A pesar de la timidez, caracter peculiar de la paloma, hace esta frente 4 quantos intentan robarle el fruto. Eriza sus plumas, forma sonidos de indignacion, y no bastando estos acu- de 4 sus armas débiles, que son el pico y alas, sacu- diendo con estas y picando con aquel al que se.acer- ca, cediendo solamente 4 fuerzas superiores. Ni aun entonces se desvia mucho del nido, al qual vuelve inguieta quando le parece que no hay riesgo para acariciar y fomentar su fruto ; pero si no lo halla, ar rulla con tristeza, biscalo en vano por aquel recinto, y cansada de buscar su robada prenda,, despues de un dia de dolor empieza 4 consolarse con su consorte Y yenueva los carifos. ' : El macho es el primero que parece olvidar la pe, dida de sus hijos, 6 el que renueva su fuego para preparar nueya cria. Se presenta entonces 4 la hem- bra con toda su hermosura natural , que aumenta con mil gracias. Centellean sus ojos, levanta el cuello, ahucea la pluma, hincha el buche , extiende Ja cola, que arrastra con arrogancia por el suelo al redoblar sus acentos y arrullo, é inclina la cabeza profunda- mente 4 cada inspiracion. Obsérvalo la hembra al p recer con fingido desden para que sean mas expt sivos los obsequios: muéstrase luego menos esq ‘Va; se acercan, se acarician mfituamente, y despucs : DE HISTORIA NATURAL. 149 ‘ios movimientos suaves y gestos expresivos * se tan sin apagar el fuego que los devora, y que les liga 4 repetir los actos para perpetuar la especie. Noétase que el macho en los instantes que pre- " ceden al acto, fingiendo tener comezon 6 teniéndola en realidad en el ala que mas dista de su hembra, vuelve y baxa hacia aquella parte la cabeza con ade- man de espulgarse, lo que repite con indecible ve- locidad, hasta que levantando la cabeza halla su hem- - bra en la disposicion correspondiente para consumar la importante obra. Todo esto me parece entrar en el érden de. la naturaleza; mas no los livianos des- vios que he observado varias veces, viendo que con- sumado el primer acto cubriendo el macho 4 la hem- bra, baxa aquel y sube 4 su vez la hembra para cu- brirlo como si fuera macho. ;Qué contraste hace la lubricidad de esta ‘accion con el rubor que aparenta el volver Ja cabeza en la precedente! : Fecundada la hembra buscan nido para depositar el fruto: rara vez lo consiguen sin combates obstina- dos y 4 veces sangrientos, 6 para desalojar de él 4 otras mas débiles, 6 para lograrlo en competencia de sus rivales. Wencidos completamente sus enemigos, defienden con valor la habitaclon, que preparan con espartos, plumas y otros cuerpos secos y flexibles pa- ra colocar con comodidad los huevos que la hembra ha de poner 4 los ocho 6 diez dias despues de fecun- dada. En este tiempo ni un solo momento se aparta | el macho de la hembra, y en los filtimos dias la pi- + ¢a varias veces para que vaya al nido, temiendo al 1 Linneo al hablar de Ia paloma doméstica dice: Antequans | ebant prius osculantur. Syst. nature vol. 1. pag. 272. Esto y sucede siempre , y lo he observado en todas las castas de que hae , f blaré luego. 150 ANALES parecer que alguna casualidad la obligue 4 poner ¢ sitio que no esta dispuesto, a Pone cada paloma dos huevos en menos de 24 ho4 ras ™; el primero 4 las cinco de la tarde, y el segundo ~ 4 Jas dos de ia tarde del dia siguiente. Quédase algu: nos ratos sobre el primer huevo, y empieza la tncu- bacion continua quando tiene los-dos. Esta dura 15 6 16 dias en la primavera y verano, y 21 enel ota. . fio é invierno. Un dia antes de estas épocas empieza el pichoncito 4 taladrar la cascara, haciendo una li- nea circular de agujeritos, cuyo plano es perpendi- cular al exe mayor del huevo, y ayudado del calor de los padres hace un esfuerzo, separa ett dos hemis- ferios la cascara y sale de la carcel. Aliméntanlo los pa- dres los seis primeros dias con una masita que ellos preparan en su buche, siguiéndose despues alimentos sOlidos, que le suministran hasta que tiene 28 dias €poca en que empieza ya 4 comer por sf solo, y ea que ofrece 4 nuestro paladar un gusto delicioso; mas sabroso sin duda que el que tiene despues de habet vivido algunos dias de su industria, en que se enxu- gan sus carnes, y sus plumas-crecen y se secan para poder volar. . A los doce dias y aun antes de haber salido Jos » pichones renace el amoroso ardor mituo de los par dres, que obedeciendo ciegos.a los impulsos de la 12 turaleza no omiten diligencia para apagar su incen- ‘dio, poniendo la hembra 4 les ocho 6 diez dias otro par de huevos, que doblan los cuidados de los pa dres, obligados 4 empollar el nuevo fruto, y a ali- mentar los pichoncitos que tenian. x_ Buffon en Ia citada obra pag. 508 dice. que 1a paloma po- ne alguna vez los dos huevos en 24 horas, y ¢n el invierno ea el espacio: de dos dias, . : DE HISTORIA NATURAL, Isr El trabajo de alimentar la prole se reparte con Watt entre el macho y la hembra; mas no el de empollar 6 Ja incubacion, en'la que alternan ambos, La hembra est4 sobre los huevos 6 pichoncitos tier. nos desde Jas tres de'la tarde * hasta las diez y me- dia de la mafiana siguiente, en cuyo tiempo la rele- 7-va el macho, permaneciendo inmévil hasta las tres en que la hembra vuelve 4 su tarea. Esta desigual- ‘dad de trabajos puede influir mucho sobre la.que se observa en la infidelidad reciproca , 4 pesar de los en- comios que Buffon prodiga ? 4 la castidad conyugal de las palomas. El macho como mas desocupado an- da ocioso, y olvida su deber 3, Siempre dispuesto al amor busca ocasiones de satisfacer su pasion; persi- gue con alhagos las incautas palomas que la casuali- dad le ofrece, ¥ No pocas veces consuma la traicion. La hembra al contrario mas ocu pada 6 menos lasciya quando tiene huevos 6 tiernos pichones , desprecia Por lo comun los alhagos que 4 porfia le ofrecen los Ociosos : con todo no siempre resiste 4 las instancias ree petidas y tiernas de estos , ocupados en perveitirla, Vi un dia, quando el macho habia entrado segun su Costumbre 4 relevar Ja hembra, salir esta 4 comer y a pasearse por la azotea, expuesta 4 la vista de su macho. Acudiéron muy pronto otros, y entre ellos uno 1 Buffon en la pig. gag de Ia citada obra dice que el macho esté sobre los huevos dos & tres horas de seguida, Y que repite este trabajo dos veces en 2.4 hdras alternando con la hembra. No afirma haberlo visto; y aun quando lo dixera podia oponérsele mni observacion. : 2 Pag. 529 del citado libro. 3. Buffon afirma en la pag. 508 que el macho est tranquilo en el cesto mas ititediato al que‘ ocupala hembra Puesta sobre ee huevos, Y que pasa 4 relevarla quando esta sale forzada por la re, L 15% ANALES 6 mas-atrevido 6 mas feliz Ja solicité con tales a manes, constancia y fuego , que la obligé 4 rendixg yoluntariamente , consumando el crimen 4 vista de stif macho propio. Apenas vid este desde A nido el desi érden y su agravio, salié como una furia 4 la ven ganza, y aunque sorprehendié 4 ambos en el delito solamente castigé 4.su hembra, Tomdle con el pico porcion de plumas del pescuezo, y sin soltar la presa Ja arrastr6 por la azotea, sacudiéndola al misnio tiem- pocon las alas, hasta que le arrancé las plumas, y éntonces ella libre eché a huir volando. Satisfecho al parecer el macho con la correccion que acababa de dar 4 la delingiiente , volvio 4 su nido, y continud sti ocupacion. Es de notar que nada hizo al seductor de su consorte aunque llego.a tiempo de castigatlo, Y que se content6 con corregir la flaqueza de su hem- bra, sin que el delito de esta influyese despues en la paz que reyné. Este exemplo y otros que pudiéra cl- tar prueban que no hay en las palomas aquella fideli- lidad recfproca tan alabada por Buffon : aunque muy cierto que rara vez se divorcian voluntariamen- te, y solo quando el capricho de sus duefios las en- cierra separadas de dos en dos para este fin, En lo demas pueden servir de modelo 4 muchos hombres, porque se asisten mituamente y se consuelan, y Po! que parten las cargas anexas 4 su union em preparat et nido , empollar los huevos y alirnentar sw numero- sa prole. ‘ : Suelen hacer al afio once 6 doce crias especial- mente ‘las de Ja casta parda; y por esto se observan en huevos quando apenas tiénen pluma los pichon- citos de Ja cria anterior. A pesar de esta fecune™ dad que parece debia debilitar las: fuerzas naturales en pocos afios, se conservan sin alteracion hasta los DE HISTORIA NATURAL. 153 ace G catorce, y algunas palomas crian- aun ro- ustos pichones cumplidos ya los veinte. {Qué nu- Simerosa prole dexaria cada par de palomas, si sus hi- jos no sirviesen para nuestro regalo, 6 si fuesen des- agradables al paladar! Es cierto que entonces habria- menos motivos de franquearles el alimento necesaria y ciertas comodidades, que se pueden mirar como ne= cesidades facticias en drden 4 estas aves domésticas.: Serian menos. fecundas, y enfermarian tal vez si sus habitaciones fuesen estrechas y sin ventilacion; si no entrase en ellas el sol, y si el alimento fuera menos. substancioso que el que hoy reciben. ‘De la elecciom del alimento creo que depende en gran parte el ser mas 6 menos sabrosos los pichones. Sonlo sobrema~ nera los de Valencia, porque all{ se alimentan com maiz, habas y echaduras casi en -porcioites iguales, afiadiendo alguna pequefia parte de linaza y de cafia- mones. Tres veces al dia ¥ se les reparte la comida, y se verifican por la mafiana, al medio dia y al fin de la tarde, y se observa que beben copiosamente despues de.haber comido. El agua se conserva en -bebederos. barnizados , muy limpios y cubiertos, quedando al- rededor aberturas por donde Jas palomas pueden me- tet la cabeza mas no el cuerpo ; porque de lo con- trario ‘se bafiarian en perjuicio del propietario, re- sultando de esto crias infructuosas y huevos. hueros. Sus habitaciones como queda dicho estan en las azo- teas, esto es, en lo mas. alto de las casas, expuestas al sol y al ayre, y en lo: interior de aquellas los ni- (dos unos sobre otros en filas horizontales, todos al abrigo de.las aguas é inclemencia. A estas’ precaucio- _ 1 Algunos suelen darles dos comidas abundantes , -y otros quatro. Lo cierto es que quantas. veces ¢dmeh -otras tantas dan de-comer 4 sus pichones. ‘ : : La TILLE BD 154 ANALES nes y régimen, como 4 la calidad de los alimentg debe atribuirse la superioridad que los pichones Valencia tienen ‘sobre los de Madrid alimentados coii algarroba. (Ervum tetraspermum de Linneo.) De las ‘mismas causas proviene en gran parte la fecundidad que en Valencia tienen las palomas , aunque mucho mas de vivir en un-clima muy templado sin los yelos y nieves de Madrid. Influye tanto en las palomas el frio, que 4 pesar de ser este muy suave en Valencia produce efectos muy notables , siendo él la causa de malograrse algu- nos pichones, y.de que en todos se retarde la apti- tud para criar.En verano empiezan 4 criar las pardas 4 los quatro: meses; las comunes 4 los cinco, y Jas pa fomas llamadas de la raza 4 los seis; pero en invier- no se retardan un.mes cada una de dichas castas. No es tan general esta ley que no tenga excepciones y algunas extraordinarias; pues he visto un macho de j las pardas .que fue padre antes .de cumplir los tres meses. Estas irregularidades se observan en casi todas las especies :de animales sin exceptuar la humana £ ‘+ Otro: fenémeno extraordinario noté en mis palo- mas, en cuyo nimero se hallaron dos hembras sin macho propio, quando el érden natural las estimula- ba 4 multiplicar la especie, Hiciéron entonces intima amistad, escogiéron un nido, buscaron 4 hurtadillas | algun macho, y fecundadas pusiéron quatro huevos, que empollaron con incubaciones alternas, ion los pichones. Sin duda hubo-en el palomar algun ma cho infiel quando no ‘hayan sido muchos. Todo interesa en’ la historia natural: todo debe x En un pueblo del Reyno. de Valencia parié con felicidad una nifia & los-didk aiios y diez meses. ‘ * DE HISTORIA NATURAL, 155 Sestudiarse: aun aquello que parece: desvio é irregula- tidad es digno de atencion. Merécela.tambien el len- guage que tienen las palomas, el ‘qual aunque breve €s muy expresivo, y nada equivoco para manifestar sus sentimientos y deseos. El arrullo redoblado y con cadencia con que el macho ‘solicita la hembra, es muy diverso del que articula! en sus combates:con otro ma- cho; y ambos diferentes. del bronco y repetido con que llama al nido 4 su compafiera. Parecido 4 este, bien que mas suave, es el ruido con que las palomas avisan 4 sus hijos quando van 4 darles alimento » Tui- do que ellos distinguen de los otros, y esto se cono- ce en sus impacientes movimientos, y en la especie de silbidos que forman. Diverso de los antecedentes es el repetido breve y lastimoso con que expresan Ja congoja al verse en manos enemigas, 6 4 punto de perder su fruto; y diferente en fin el sonido breve y bronco que forman al asustarse: de manera que sun observador atento Y acostumbrado.:podra conocer y distinguir con certeza las acciones de las palomas con solo oir su arrullo, y las varias modulaciones con que lo alargan, esfuerzan 6 debilitan. ts No es tan facil distinguir el macho de la hembra Como en otros géneros de aves, cuyos machos tienen Seales. ciertas y. visibles en el color y desigualdad de ciertas plumas, por Jas quales 4 la primera vista Se reconocen y distinguen & sus hembras, E] gallo, el faysan, el: gorrion para_no citar otros se hallan en ste estado, pero no las palomas. Cada casta tiene Sus caractéres petuliares, los que se hallan sin dife- sencia alguna en el macho y en la hembra. Con to- Ose observa que:la hembra tiene las pic\nas -mas delgadas, mas pequefia Ja cabeza, -y las plumas-mas menudas, delgadas. y. estrechas; pero estos caractéres 156 ta. ANALES -que'resultan’ dela comparacion , no son tan maf tos. que todos. los' perciban;.y parecen reservados § Jamente para los que continudmente los estudian, Otte sefial hay menos. equivoca‘en las agujas, esto es, en ‘los dos huesos puntiaguados:que se extienden hasta el sano en direccion-casi paralelazal ovispillo. Quando has -puntas-de dichos huesos: se- hallan poco ‘menos que uunidas indican ser macho la:paloma, y hembra quar- .do ‘bien separadas: Pero como esta: diferencia sea mic nos sensible quando la hembra esta mucho tiempo sin macho, para distinguir este de la hembra sin equivo- carse es preciso acudir 4 aquellas sefiales que dan Jos -machos puestos en libertad, como el marchar con at- rogancia y firmeza, el arrullar con redobles é hincha- :zon del buche, y mas’aun el perseguir con teson Y salhagos. 4 otras palomas, _.. Estas aves aunque por.lo:comun prolongan su vr ida con salud, padecen incomodidades y alguna enfer- -medad. La incurable es la vejez comun 4 todos los vivientes, caracterizada por movimientos tardos, por veaerles las alas que debieran quedar sobre el lomo y cola hasta cruzar sus puntas, y por la dificultad de -prolongar el vuelo. Otra padecen casi siempre mor tal parecida 4-viruelas, y se manifiesta en multitu de grdhos que les. salen en ‘Jas piernas, alas é inme- diacion de los ojos: esta es contagiosa, y por lo mise | mo lq paloma enferma debe separarse de Jas otras pa ra preseryarlas del contagio y muerte. Menos } aunque peligrosa es la enfermedad que podemos la} -mar calentura continua ;. nacida del excesivo 4 or que enflaquece y pone tristes 4 las. palomas que la pe -decen. Pero: sanan dandoles alimento : fresco com?

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