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CaPfrULo VIL LA PERSONA HUMANA 1. LA VISION JURIDICA SOBRE LA PERSONA. 1. Introduccion Desde antafio, existen dos concepciones sobre la persona, enfo- cada ella desde el punto de vista juridico. Por un lado estan aquellos para quienes la persona es el hombre, y todo hombre por el solo hecho de serlo es una persona en e! mundo del Derecho. Por otro, otra corriente de opinién sostiene que persona es un concepto juridico, mientras que hombre es un concepto de la na- taraleza. De alli que para esta corriente de pensamiento, no todos jos hombres son necesariamente “persona”; el hombre es persona cuando el mismo ordenamiento juridico le atribuye capacidad u otros ___ elementos accidentales como nacionalidad, status, etc. ‘Més all4 de estos planteos bdsicos, se discute el alcance de la personalidad que el cedehamiento puede otorgar. Es decir, si ademas del hombre, pueden existir otras personas: colectividades de personas (asociaciones, sociedades, etc.), los seres humanos muertos, los ani- males; a todo lo cual nos hemos de referir mas adelante. 2. Evolucién de las ideas a El Derecho Romano En ef Derecho Romano para ser considerado persona, era nece- ‘sario reunix un triple status: libertatis, civitatis y familiae, de donde . SAR RIVERA — LUIS DANIEL CROVI slo era persona quien era libre, ciudadano y sujeto svi iuris, Este era el pater familide, no sujeto a la potestad de otro. Otros eran “menos” persona, como los extranjeros 0 los alien iuris (sujetos a la potestad det pater); algunos no eran persona, como los esclavos. De todos modos esta concepeién habia implicado um avance: hasta las ensefianzas de los profetas de Israel y del nismo, la humanidad no habia entendido que el extranjero era también per. sona; antes de ello no era un crimen matar a quien no pertenecia a la misma comunidad. ¥ aun entre los barbaros que disolvieron el Imperio Romano, esta idea no tuyo una facil cabida. b) lusnaturalismo Fue la Escuela del Derecho Natural (siglos XVEXVI Il) Ja que zevi- talizé la nocién de persona, identificandola con el hombre. Desde esta vision, persona y hombre son categorias asimilables y naturalmente anteriores al ordenamiento juridico. El derecho posi- tivo no puede negar esa realidad, ©) La persona como concepte técnico juridico Las concepciones del Derecho Romano nunca desaparecieron de Jos ordenamientos juridicos. Asi, en el sigho XVIIL, se clasificaban a las personas en eclesidsticos, nobles, personas del tercer estado, siervos, nacionales y extranjeros, legitimos y bastardos, etc. Con la coloniza- cién se distinguéa entre enropeos ¢ indigenas, y atin algunos cédigos civiles del sigho KIX no garantizaban a los extranjeros idéntico trato que a Jos nacionales (arts. 11 a 14 del Cédigo Napoledi). No es extrafio entonces que los siglos XVILV/XIX asistieran a un proceso de devaluacién del concepto de persona, haciendo de él un instrumento técnico juridico. Para Savigny las personas no eran sino un elemento de la relacidn juridica. Para TI hibaut, persona no era sino aquel que se considere sujeto de un derecho civil. Entre nosotros, un jurista tan distinguido como Alfredo Orgaz sostuvo que el hombre era cicrtamente una realidad natural, mas no la persona; ésta es una categoria juridica. El hombre es persona en el Derecho sdlo cuando es capaz de adquirir derechos y deberes, y d LA PERSONA HUMANA ae 209 que esa aptitud, por ser jurfdica, no le viene de la naturaleza sino del ordenamiento juridico. Muchos autores nacionales han estado enrolados en estas con- cepciones normativistas de la persona. En forma aislada, un peontin: ciamiento de la\ Corte Suprema de Justicia de ia Nacidn del aio 2007, se adhirié a esta postura al sostener que la personalidad no es tna cutalidad ‘natural’, algo que exista o pueda existir antes de todo or- denamiento juridico y con independencia de éste: es una cualidad puramente juridica, repetimos, algo que el derecho construye para sus fines patticulares™, d) Las desviaciones del sigho XX El procesojde desvalorizacién de la persona y su desvinculacién del hombre han tenido y tienen reflejos notables en los ordenamientos juridicos del siglo XX. Prueba de ello son los Derechos de ia Ale- mania nacionalsocialista y de los paises comunistas. Enel régimen nacionalsocialista, la Ley de Ciudadania restablecié el sistema de capacidades juridicas escalonadas, de donde se derivaba la existencia de ciudadanos de segunda clase {los nacionales alemanes de origen judfo eran los principales destinatarios). El ambito de las no-petsonas se amplié considerablemente al quedar sometidos al do- minio de Hitler gran cantidad de extranjeros como consecuencia de los avances territoriales de los primeros afios de guerra. Los Derechos de los pafses comunistas tenian sobre el nacionalso- ~-+ cialista la ventaja de ser mas embozados, pero predicaban ideas muy semejantes. 3. Criterios actuales A partir de Ja finalizacién de la Segunda Guerra Mundial, se ha revitalizado la nocién iusnaturalista de persona, identificada con el hombre. La condicién de humane es ¢l tinico requisito necesario para ser persona; no hace falta ser nacional, ciudadano, varén o mujer, cristiano o musulmd4n, etc. Ninguna cualidad accidental puede variar la afirmacién absoluta de que todo hombre es persona. (1) CSN, 22/5/2007, “Sanchez, Elvira”, DI 13/6/2007. 210 JULIO CESAR RIVERA — LUIS DANIEL CROVI Esta idea se vincula dixectamente con la nocién de igualdad que “ las constituciones consagran. No podria concebirse esa igualdad si pudiera el ordenamiento zestringir a alguien su condicién de persona, Por Io tanto, el Derecho se limita a reconocer una verdad impuesta por fa naturaleza: el hombre es Ja persona, y es siempre persona. Del reconocimiento de que codo hombre es necesariamente per- sona y de que éste es un concepto anterior al Derecho que el ordena- miento juridico se limita a reconocer, se derivan determinadas conse- cuencias que analizaremos seguidamente: a) Capacidad y personalidad De lo expuesto antes, surge que deben distinguirse ambos con- ceptos, para evitar la confusion cn que cayeron los cédigos def siglo XIX y muchos autores. La distincién est4 implicitamente reconocida en el CCyC, pues a diferencia del cédigo derogado, la persona no esta definida por su capacidad (art. 30 del Cédigo Civil derogado). El CCyC considera innecesaria una definicién pues directamente se refiere a la “persona humana”. b) Los atributos de Ja personalidad El Derecho moderno reconoce la existencia de atributos esenciales a toda persona; son el nombre, el estado, la capacidad, el domicilio y los denominados derechos de la personalidad. Su reglamentacién constituye el material legislativo del derecho de las personas, ) Los derechos de fa personalidad Dentro de estos atributos-es preciso destacar la construccién or- ganica de los derechos de fa personalidad {también llamades dere- chos personalisimos). Se parte de la nocién fundamental de la inviolabilidad de la per- sona humana y su dignidad personal como valor m4ximo a respetar (art, 51) y de él derivan el resto de sus derechos personalisimos: inti- midad, honos, imagen, identidad y cualquier otro que resulte de su dignidad personal (art. 52). A PERSONA HUMANA 211 d) Comienzo y fin de la persona Numerosos ordenamientos decimonénicos dispusieron, que la personalidad comienza con el nacimiento, El Cédigo derogado esta- blecia, con sabiduria, que la personalidad aparecia con la concepcién en el seno materno. El CCyC reafirma ese principio, disponiendo que la persona comienza con la concepcién, Al no hacer aclaraciones, se entiende que ello comprende tanto a la concepcién natural como a la que acontece fuera del seno materno, esto es in vitro. En cuanto a los muertos existe coincidencia casi generalizada en el sentido de que la personalidad concluye con la muerte. El deber genérico de respeto a la memoria de los fallecidos persigue —en prin- cipio— ta proteccién de los derechos de sus descendientes que pueden verse afectados en su propia dignidad por la ofensa a su ascendiente, sin perjuicip del reconocimiento de un deber genérico de respeto a la memoria d¢ los difuntos, e) Voluntad y negocio juridico Al considerar nosotyos a la persona como fuente y finalidad del Derecho, destacaremos en su momento, el valor de la voluntad juri- dica como fuente de derechos subjetivos y de obligaciones, esto es, su eficacia como productora de telaciones juridicas a través de los negocios o actos juridicos. __4. Las personas juridicas No sélo el hombre es persona. El Derecho ha debido reconocer que ciertas agrupaciones de hombzges tienen aptitud para participar de la vida juridica, aun. cuando esa personalidad no fa exigé necesa- riamente la naturaleza de las cosas. Sobre la personalidad de las agrupaciones humanas, remitimos al capitulo de personas juridicas. 5. Los animales Los animales nunca son personas para el Derechio; son cosas por suanto son seres itracionales, de modo que su conducta nunca puede ) Serle imputada. Cuando el Derecho se expresa en normas que tutelan 212 a los animales, no los personifica, sino que impone deberes a los seres humanos en orden a los seiitimientos generalizados de amor a los animales, de sensibilidad, de piedad. Fue bastante comentado por la prensa, un fallo de la CAmara Nacional de Casacién-Penal, que al resolver wna ‘cuestién de com- petencia, destacé que era menester reconocerle a dna orangutana el caracter de sujeto de derecho, sosteniendo: Jos sujetos no bumanos (animales) son titulares de derechos, por lo que se impone su protec- cién en el émbito competencial correspondiente™. Estamos totalmente en contra de esa posicién: el CCyC clasifica las personas en “humanas” y “juridicas”, los animales son cosas tal como lo indica el art. 227 al referirse a los semovientes como cosas muebles las que pueden desplazarse por si mismas o por una fuerza externa. Si alguna accién de proteccién se concede a los animales, lo es consideracién a Ja proteccién de intereses difusos de toda la sociedad. Por lo demas no se entiende cud! seria el efecto del recono- cimiento de una cierta personalidad de los animales, dado que los mismos nunca podran expresar una veluntad idénea para el otor- gamiento de actos juridicos. De alli que, como se dijo, basta con que el ordenamiento juridico proteja a los animales de acuerdo con sus ciccunstancias, de tratos crucles o inapropiados. 6. El concepto de persona a) Todo hombre es persona Al margen del ordenamiento positivo vigente, h aceptado el criterio de quienes consideran que la nocién de persona es un prius del ordenamiento, él que est4 al servicio del hombre, Pero de todos modos, entendemos que nuestro Derecho en defi- nitiva también acepta la idea de que todo hotnbre (género humano) es persona. Cabe partic de la Constitucién Nacional, como presupuesto de todo el ordenamiento positivo. En ella, se consagra expresamente la igualdad ante la ley (art. 16), la que es extendida en favor de los (2) CFCasacidn Penal, sala 2°, 18/12/2014, “Qrangutana Sandra s/ recurso de casa- cién s/ habeas corpus”, LE 2015-A-339, LA PERSONA HUMANA. 213 extranjeros (art. 20), es abolida la esclavitud fart. 15) y se garantizan come derechos de primer tango todos los que hacen a la dignidad individual (arés. 14, 19, 18 y cones.), los que se pueden hacer valer inclusive por via de las garantias implicitas (art. 33). EI Pacto de San José de Costa Rica dispone expresamente que, toda persona iiene derecho al reconocimiento de su personalidad ju- ridica {art. 3), y cabe recordar que ese documento internacional tiene jerarquia constitucional conforme al art. 75, inc. 22 de la Constitu- cién Nacional. De alli que el resto del ordenamiento no podria, en ningiin caso, desconocer la personalidad de algiin ser humano; una solucién de esa laya atentarfa contra la dignidad individual y por ello seria manifies- tamente inconstitucional. b) La definicion legal El CCyC define expresamente a la persona juridica en el art. 141 pero no hace lo mismo con la persona humana. Ello guarda cohe- rencia en cl sistema del Codigo pues la asignacién del término “hu- mana” para referirse a la persona individual y diferenciarla de la colectiva, es de por si toda una definicién que reafirma la postura sostenida en el punto anterior: s6lo el ser humano es persona y todo set humano es persona. ©) Clasificacién de las personas El Codigo distingue las personas humanas de las personas juri- dicas (art. 141). A su vez las personas juridicas son clasificadas en personas pii- blicas y privadas (art. 145). A cada categoria nos referiremos en el capitulo respective. 7. El comienzo de fa existencia de la persona _ __ Este es un tema que histéricamente ha dividido la opinion de los juristas, amén de tedlogos, fil6sofos y hombres de ciencias diversas, ya que el comienzo de la existencia de las personas humanas interesa no sdlo desde el punto de vista juridico, sino también religioso, moral, ético, médico, etc, JULIO CESAR RIVERA = LUIS DANIEL CROVI Resultando evidente que el ser concebido pero no nacido reclama protecci6n, la cuestién es determinar si el embrién puede ser conside- tado una persona, si lo es aun cuando la concepcién se realice fuera del seno materno y si se requiere un desarrallo determinado de las cédulas embrionarias para que estas pucdan ser consideradas un ser humano en formacién, digno proteccion come “persona por nacer”, a) El derecho romano En el Derecho Romano se consideraba que la existencia de las personas comenzaba desde el momento del nacimiento. Sin embargo, se protegia la vida concebida y, por to demas, si el nifio nacfa con vida, su existencia se computaba, en cuanto a sus derechos, desde el momento de la concepcién. b) El criterio de Savigny Segiim este autor al proteger al concebido el Derecho esta tute- lando una ficcién, ya que si bien ese sujeto carece de capacidad, fa ley lo ampara concediéndole ciertos derechos en su exclusive favor; por Jo tanto, esa ficci6n, que ha sido creada en interés del nasciturus, slo a él aprovecha. ©) Criterio de los eédigos decimondnicos La mayor parte de los cédigos decimondnicos, y aun los sancio- nados en este siglo, siguieron las ensefianzas de Savigny y la tradicién que provenfa del Derecho Romano. Por lo que consagraron la regla segin la cual la existencia de la persona comienza con el nacimiento. Sin embargo, al igual que sus modelos, han tenido que reconocer la adquisicién de derechos y por ende una cierta capacidad juridica én estos sujetos que se encuentran concebidos pero atin no nacidos (Cédigo Napoleén, arts. 725 y 906; aleman, art. 1; italiano, art. 1; mejicano, art. 2; venezolano, art. 17; espafiol, art. 29). Se ha achacado a esta concepcién incurrir en una grave incohe- rencia, pues se otorgan derechos sin que exista sujeto, sin que exist una persona que sea soporte de ellos. a i A i i oe i | , i | LA PERSONA HUMANA. 215 d) Criterio de Freitas Freitas se aparté de los modelos de la época, al establecer que la existencia comienza desde la concepcidn. Antecedente de esta solucién del jurista jbrasilefio fue el art, 10 de la primera parte del Titulo 1 del Codigo de Prusia, segiin el cual los derechos comunes a la humanidad pertenecen a los bijos atin no nacidos desde el momento de su concepcidn. En cuanto al fundamento de su solucién, es expresada por Freitas en Ja nota al art. 221 del Esbogo. Dice alli: “No se concibe que haya ente susceptible de adquirir derechos sin que haya persona. Se atri- buyen derechos a las personas por nacer... si los que deben nacez son representados dandoseles curader, que se ha denominado curador al vientre, es forzoso concluir que existen ya y que son personas, pues la nada no se representa”. Y mas adelante contimia: “Si los que deben nacer NO son personas, ¢por qué raz6n existen leyes penales y poli- ciales que protegen su vida preparatoria?, spor qué motivo se pune el aborto?, {por qué motivo no se ejecuta la pena de muerte en la mujer embaxazada y tampoco se la juzga cn el caso de que merezca dicha pena sino cuarenta dias después del parto?”. e) Criterio del Cédigo Civil derogado El Cédigo Civil, con una visidn profunda y humanista, siguiendo ea el tema el criterio de Freitas, establecia en el art. 70 que la exi tencia de las personas comienza desde su concepeién en el seno ma- ~terno, § Ef Pacto de San José de Costa Rica La Conyencién Interamericana de Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica, ratificada por nuestro pais, determina “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estard protegido por ta ley y, en general, a partir del momento de la’ concep- don” (art. 4.1). _, Por lo demas, algunas constituciones provinciales argentinas tam- bién han reconocido expresamente este principio. 5 216 JULIO CESAR RIVERA — LUIS DANIEL CROVI g) La Constitucién Nacional Uno de los temas més espinosos que abordé la Convencién Cons- tituyente de 1994, fue el del comienzo de la vida por Ja incidencia que una definicién de la Constitucién hubiese tenido sobre la cuesti6n del aborto. De alli que finalmente se incorporé un texto que atribuye al Congreso de la Nacién la competencia para: “Dictar un régimen de seguridad social especial e.integral en proteccidn del nifio en situacion de desamparo, desde el embarazo hasta la finalizacion del periodo de enseftanza elemental, y de la madre durante ef embarazo y el tiempo de lactancia” (ine. 23, art. 75 CN). Se trata de un texto de compromiso en el que la idea de inicio de la vida y proteccién de la persona por nacer desde la concepcién, ha sido sustituida por la tutela desde el embarazo, condicién que obvia- mente es de la madre y no del nasciturus. A) La Convenci6n sobre fos Derechos def Nifio La ley 23.849, que ratificé la Convyencién de Derechos del Nifio, dispone en su art. 2 que “...debe interpretarse por nifio todo ser hu- mano desde el momento de su concepcién y hasta los 18 afios”. ®) La sentencia de fa CIDH en el caso Artavia Murillo EI 28 de noviembre de 2012 la Corte Interamericana de Derechos Humanos dicté sentencia en un caso vinculado con la fecundacién in vitro (FIV) y la proteccién del embrién humano condenando al Estado de Costa Rica por considerarlo responsable de la vulneracién de los arts. 5.1 (Derecho a la integridad personal), 7 (Derecho a la li- bertad personal), 11.2 (Protecci6n de la honra y de la dignidad) y 17.2 (Proteccién a la familia), en relaciéh con el art. 1.1 de la Convencién Americana de Derechos Humanos {Pacto de San José de Costa Rica), La sentencia deriva de un reclamo efectuado por un grupo de nueve matrimonios que presentaron problemas de infertilidad y se consideraron afectados por el hecho de que en Costa Rica tales prac- ticas eran prohibidas en raz6n de una sentencia de la Corte Suprema de ese pais. La sentencia de la Corte Americana es sumamente extensa ¥ hace miiltiples consideraciones sobre la interpretactén del art. 4 de la Convencién. El aspecto fundamental del decisorio es que, basado LA PERSGNA HUMANA 217 en pruebas cientificas, afirma que se deben distinguir dos momentos en el desarrollo del embri6n: la fecundacién y la implantaci6n. El Tri- bunal supranacional consideré que sdlo al cumplirse el segundo mo- mento se cierra el ciclo que permite entender que existe la concepcién, pies si dicho embrién no se implanta en el cuerpo de la mujer sus posibilidades de desarrolio son nulas, pues no vecibivia los nutpientes necesarios, ni estaria en un dinbienie adecuado para su desarrollo. Se ha escrito mucho en nuestro pais, a favor y en contra del re- ferido fallo. Gon posterioridad a ese antecedente internacional, el 8 de julio de 2013 la Camara Federal de Salta, al resolver una cues- tidn, derivada de la cobertuca de un tratamiento médico de inyeccién intracitoplasmatica de espermatozoides, establecié que las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ostentan sélo un cardcter orientativo o “fuerza moral”, pues ni siquicra [as decisiones dg nuestro Alto Tribunal poseen caracter vinculante, menos atin cabe predicar tal concepto de las sentencias de un tribunal internacional, en donde la Argentina no. habia sido parte del proceso, conforme lo establecido en ef art. 68.1 de la Convencién Americana sobre Dere- chos Humanos**. Pero éste no es el cricerio de 1a CSN, la que por el contrario entiende que la doctrina de las sentencias de la CIDH es obligatoria para los tribunales argentinos, aun cuando la Argentina no haya sido parte del caso en que tal sentencia se dicté. En septiembre de 2013 las XXIV Jornadas Nacionales de De- recho Civil (Despacho de Mayoria) recomendaron: Contienza la exts- tencia de la persona humana desde la concepcién, entendida como fecundacidn sea dentro o a del seno materno. En el marco del derecho vigente en nuestro pais, debe considerarse excluida la posibi- lidad. de eliminar embriones bumanos, o su utilizacién con fines co- merciales, industriales o de experimentacion. "También por mayoria se dijo que la doetrina del fallo “Artavia Murillo” dictado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos no es vinculante para nuestro derecho. Por titimo se establecié que en el marco del derecho vigente gn nuestro pais, debe considerarse excliida la posibilidad de eliminar embriones hurnanos, 0 su utilizacién con fines comerciales, indus- tridles o de experimentacion. Un proyecto de ley que tiene media sancién del Congreso Na- Cional del 12 de noviembre de 2014, admite la crioconservacion y eventual supresién de embriones. Mas adelante volvemos sobre este Proyecto. (3) CCFedSalta, 8/7/2013, “L, O., A. y ottos cf Swiss Medical sf amparo", LL 2013-D. 218 JULIO CESAR RIVERA — LUIS DANIEL CROVI Como puede apreciarse, la discusién doctrinaria y judicial sobre eete tema ‘no esti clawaurada. Kl Tribunal de Justicia dela Unién Ea. ropea, al pronuaciasse sobre una consulta formuladz por un tribunal nacional relacionada con los limites del derecho de patentes, sefialé que todo dvulo bumano a partir de ia fecundlaciin deberd conside- rarse un “embrién humano” habida cuenta que la fecundacin puede iniciar el proceso dc desarrolio de un ser humano”. j) El Cédigo Civil y Comercial de fa Nacién Hl art, 19 del Anteproyecto quo precedié a la sancién del COyC decia: “a existencia de la persona iumana comienza con la con- cepciin an el seno materno. En el caso de técnicas de reproduccion humana asistida, comienza con la implantacién del embrin en la mujer, sin perjuicio de lo que prevea la ley especial para la protecciér del embriin no inplantadn”. El fandamento del articulo proyectado era el mismo que cl sos- tenido por cf fallo Artavia Murillo, es decir que la concepcisn es un proceso que comienza con la fecundaciéa y termina con la anidacién. Hasta que no se produzca la implantacién del embridn en el seno ma- temo, carece de aptitad de desarrollo, De alli que su tratamiento por Ia fey no puede ser igual al del embrion efectivamente implantaco, Pero el texto fue modificado de modo que e! vigente dice que I.a existencia de la persone humana comieniza con la concepetém. Como veremos, la disposicion actual no soluciona la cuestién re- Jativa a la naturaleza jusfdiea del embriéa no implantado producto de las técnicas de reproduccién humana asistida ni protege su destino. 8. Las técnicas de reproduccién huniana asistida 2 Las técnicas de reproduccién humana asistida que son todos aquellos medios por fos cuales ¢l hombre interviene artificialmente en el acto de la procreacién. Entre ellas, enconteamos dos grandes grupos: aquellas que se basan en la inseminacién artificial y las que se realizan a partir de la fecundacion extracorp6rea 0 in vitro, @) Tiibunal de Justicia de la Unidn Europea, Gran Sala, 18/10/2011, “0. B. Greenpeace e.¥", LI 2011-F: CAPITULO VIII LA CAPACIDAD DE LAS PERSONAS HUMANAS |. ATRIBUTOS DE LA PERSONA HUMANA 4. Concepto y enumeracién , Desde el momento mismo de su nacimiento con vida, la persona tiene una serie de atributos que no vacilamos en calificar de inhe- rentes a la personalidad, una serie de cualidades o circunstancias que hacen a la esencia de su personalidad y que la detetminan en su indi- vidualidad. Ellos son el nombre, el domicilio, la capacidad, el estado civil y los denominados derechos personalisimos; nociones inseparables de Ja persona a la que —a la inversa— no es posible imaginar sin ellos. En resumen, esas circunstancias se dan en razén de la persona humana y ésta no puede ser considerada tal sin ellos. 2. Caracteres ¥stos atributos presentan los caracteres siguientes: — son necesarios, habida cuenta de que no se concibe persona que pueda carecer de ellos por cuanto Ja determinan en su individualidad; — son innatos, pues el hecho del nacimiento con vida hace que adquieran su plenitud; — son vitalicias, por cuanto se extinguen con la vida de la‘ per- sona que los detenta; 236 JULIO CESAR RIVERA ~ LUIS DANIFL CROVI — son inalienables, por tratazse de una materia que hace al orden piiblico; los atributes de la persona no estén en el comercio y, en principio, no pueden ser objeto de relacién juridica alguna; aunque algunos, como los derechos personalisimos son telati- yamente disponibles; — son imprescriptibles, habida cuenta de que no se pierden ni se adquicren por e! transcurso del tiempo. 3.-Los atributos en relacién a las personas juridicas En principio los“atsibutos de la personalidad son, emanaciones necesarias de la personalidad humana. Cierto es que las personas juridicas tienen nombre, denominacién © raz6n social; domicilio y patrimonio (regulados en los arts. 151 a 154), como asi también capacidad, mencionada en la propia defini- cién del art. 141. También es exacto que tienen un cierto derecho a Ja privacidad de sus papeles y tibros de comercio, y atin al respeto de su buen nombre. Pero el sentido del reconocimicnto es distinto cuando se trata de las personas juridicas, pues esos “atributos” no son mas que meca- nismos tendientes a facilitar fa vida de rclacién de las personas ju- ridicas y el desarrollo de su actividad. Ello se advierte, cuando se pondera que el nombre o denominacién de la persona juridica esta en el comercio. La privacidad de los papeles y libros de comercio sé vincula con la propiedad industrial —que exige el secreto de los negocios—, y no con el respeto a la personalidad. El respeto al buen nombre w honor’ de la persona jucidica, nor malmente, tiene un contenido, puramente patrimonial, pues el buen nombre hace a la penetraci6n de fa sociedad mercantil en la plaza 0 mercado en que actiia; esta idea merece excepcionarse cuando se trate de asociaciones civiles o fundaciones, a las que cabe reconocer un “derecho al bucn nombre” de contenido extrapatrimonial. Por ello, debe predicarsc que los atributos de la personalidad son un elemento inalienable ¢ imptescirdible de las personas fisicass te- niendo en las personas juridicas otros caracteres habitaalmente vin- culados a la actividad desacrollada por ellas, LA CAPAGIDAD DE LAS PERSONAS HUMANAS. 243 sonas para distinguir lo bueno de lo malo, también suscentada en su madurez o salud mental, pero cuya contrapartida es la falta de caz6n. pb allt entonces que elafe 261 CCPCeestablezea como actos cea- lizado} sin discernimiento los ilicitos cometidos por menores de 10 afios, los licitos otorgadas por menores de 13 afios, asi como los rea- lizados por quienes, al momento de acto, estan privados de razon, La falta de discernimicnto hard que el hecho resulte involuntario, habida cuenta que el art, 260 establece que el acto voluntario debe ser realizado con discernimiento, intencién y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior, De alli que el acto obrado sin discernimicnto, resulta involuntario y por regla general, salvo la responsabilidad por razones de equidad que prevé el art. 1750. Dt Rees deduce que, por ¢., una ‘persona puede ear perloctamente capaz (mayor de 18 afios y sin restricciones a su ca- pacidad) y obrar circunstancialmente sin uso de raz6n (drogado o alcoholizado). En tales supuestos, para lograr la nulidad del acto (art. 388) habe que acxeditar que ef momento mismo del acto que se pretende anulas, la persona se encontraba inconsciente. Hasta aqui Ja visi6n tradicional que el derecho civil ha tenido sobre ol discernimiento como clemento del acto voluntario y que sive para imputar las consecuencias del mismo a quien lo realiza. Pero, como ya vimos, hoy el discernimiento de las personas sicve también para medir su capacidad progresiva. Asi, desde ef punto de vista de la autonomiia personal, el grado de discernimiento concreto que pueda tener un individuo seré una pauta paca determinar su capacidad de abrar determinados actos, de alli las permanentes referencias del nuevo ordenamiento al grado de madurez, que indirectamente remite al discernimiento, o 7. Capacidad de derecho La capacidad de derecho es la aptitud de las personas para ser titulares de derechos y obligaciones. Esta “aptitud”, que se instala en la subjetividad, es inherente al ser humano, indesligable de su propia naturaleza (Fernandez Sessarego). Esta capacidad de derecho resulta csencial para apreciar la persona desde al punto de vista del Derecho, Pot cuanto no se concibe a aquélla totalmente privada de la titula- ridad de derechos u obligaciones. 244 JULIO CESAR RIVERA — LUIS DANIEL CROVI LA CAPACIDAD DE LAS PERSONAS HUMANAS. 245 En esta orientacién, el art. 22 CCyC establece que la ley puede. privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos o. actos juridicos determinados. De lo que se concluye no existe irca- paces de derecha sino supuestos de incapacidades de derecho. Po demos sefialar como ejemplos de incapacidades de derecho, los impe-. dimentos matrimoniales del art. 403, las inhabilidades para contratar previstas en los arts. 1001 y 1002 y las disposiciones que impiden ser sucesores ante el fallecimiento de una persona, enumeradas en el art. 2482, En general, con las incapacidades de derecho se trata de proteger principios superiores, o sca de orden piblico, y especialmente la moral y la buena fe. De alli entonces que las incapacidades de derecho no se establecen en beneficio del incapaz, sino en su contra, pata evitar incorrecciones en las que pudiera incurrir con motivo del goce de ese derecho. { En cuanto a la ineficacia que ocasiona el Leto obrado en contra de una incapacidad de derecho, sera la nulidad que habrd de ser ab- soluta, de forma tal que el acto no podra ser confirmado a fin de preservar de tal manera el fundamento y la finalidad en que se asienta esta incapacidad, representante legal, quien ademés posce un poder de deliberacién y decision en virtud del ejercicio de responsabilidad parental. a) Principio General El art. 23 establece que toda persona humana puede eje mistta sus derechos, excepto las limitaciones expresament en este Codigo y en una sentencia judicial. El principio general en esta materia es la capacidad plena, que solo puede estar limitada por las propias disposiciones del Cédigo (art. 24) o en otras leyes, o bien surgir de una sentencia judicial (arts. 38 y 49). b) Fundamento El fundamento de las restricciones a la capacidad de ejercicio es la falta de edad y grado de madurez suficiente o la ineptitud psiquica del sujcto paca el pleno ejercicio de sus derechos; estos son los casos de los menores de edad y las personas de capacidad restringida. En otros supuestos el fundamento es la absoluta imposibilidad material de ejercer los derechos (personas por nacer), o la imposibilidad de inte- ractuar con su entorno y expresar su voluntad (personas incapaces). 8. Capacidad de ejercicio Debemos destacar que la ley 26.994 no ha modificado el art. 12 del Cédigo Penal, en donde el fundamento de la restricci6n es La falta de libertad fisica del sujeto condenado. El titular de un derecho tiene no sdlo la capacidad de gozar de él, sino que habra de tener también aptitud para ejercer por si esos derechos y deberes. Es este ultimo, el concepto de la capacidad de ejercicio: la aptitud de la persona para ejercer por si los derechos de ae que es titular. ¢) Sancién El legislador, frente a tales circunstancias, declara a Ja p incapaz o le restringe su capacidad a fin de protegerla en el ¢} de sus derechos patrimoniales o ayudarla en la toma de decisiones referidas al ejercicio de sus derechos personalisimos. : En algumos casos, el ejercicie es aparentemente efectuado por otro, cuando en realidad quien actia es el mismo sujeto titular. Tal sucede cuando quien goza dé un derecho da poder a otro para que éste lo ejerza en su representacién. Los actos del representante con- vencional se imputan directamente al representado, por lo cual, quien ejerce realmente el derecho es el titular poderdante y no el apoderado Como fa finalidad es tuitiva del incapaz, la sancién de la ley ha de ‘tener un rigor menor que.el que anteriormente vimos en el supuesto de incapacidad de derecho; por ello, el acto obrado por un incapaz de hecho es de nulidad relativa. Resulta razonable tal solucién, habida ‘ienta de que estando establecida la incapacidad en proteccién del Ineapaz de ejercicio, nada impide que resultandole el acto beneficioso, este sea confirmado por su representante legal o por él mismo. En otros casos en cambio, el ejercicio es efectivamente realizado por otro. ‘Tal como sucede en la representacién legal, verbigracia la. de los progenitores respecto de los hijos menores. En ese caso, el re- presentante sustituye la voluntad del representado. Propiamente en- tonces, estamos ante un sujeto cuya voluntad es manifestada por su CAPITULO XII LOS DEMAS ATRIBUTOS DE LA PERSONA 1. ATRIBUTOS DE LA PERSONA. REMISION Hemos definido a los atributos como las cualidades o circunstan- cias que hacen a la esencia de st: personalidad y que la determinan en su individualidad (capitulo VI al cual remitimos). Ellos sen el nombre, el domicilio, la capacidad, el estado civil y fos denominados derechos personalisimos; nociones inseparables de la persona a fa que —a fa inversa— no es posible imaginar sin ellos. En este capitulo nos dedicaremos al estudio del nombre, el do- micilio y el estado, Lo hacemos en el orden en que se encuentran regulados en el CCyC. El estado no esté regulado coma tal, pero el Cédigo lo menciona en varias oportunidades y legisla sobre la prueba del nacimiento, la muerte y la edad. il. EL NOMBRE 1. Definicién El nombre es el medio de identificacién de las personas en la sociedad. Esta compuesto por el prenombre o nombre de pila y por el apellido. El primero ¢s la forma de designacién de un individuo y se adquiere por su inscripcién en el Registro Civil; el segundo 6 tna designacién comiin a todas las personas pertenecientes a una ‘amilla, 326 JULIO CESAR RIVERA - LUIS DANIEL CROVI 2. Evolucién histérica y jegislativa El nombre nace como una necesidad del lenguaje, ya que es im- prescindible a identificacion de los individuos y de las cosas. a) Derecho antiguo En un comienzo se utiliz6 un solo vocablo equivalente al nombre propio o individual. Esta denominaciOn no era transmisible como log actuales apellidos. Con el correr del tiempo al nombre individual se le adicionaron otros elementos como el nombre del padre en genitivo (por ej., Aga- menén hijo de Atreo o “El Atrida”; Aquiles hijo de Peleo o “Pélida”); o la alusién’a alguna caracteristica peculiar del sujeto (por ej., Did- gents “Et Cinico”) o el lugar de su procedencia (por ej., ‘Tales de Mi- leto). b) Derecho Romano En Roma en un primer momento, se mantiene la designacién de Jas personas por un solo nombre. Asi, por ej.,a Rémulo, cl fundador de Roma, no se le conoce apellido, Luego la complejidad de la vida en la ciudad origina el uso del nombre integrado,. Aparece asi el tria nontina compuesto por: prae- nomen, o designacién individual que distingue alos miembros de una familia, y que era impuesto por el padre en una fiesta familiar reli- giosa que tenia lugar el octavo o noveno dia del nacimiento; el nomen que era la denominacidéna comin de todas las familias de la gens; y el cognomen que servia para distinguir las diversas ramas de la gens. En circunstancias excepcionales y para evitar la homonimia se utilizaba el aguomen, que era tm sobrenombre honorifico que distin- guia gencralmente el valor. Asi, por ej., en el nombre Publio Cornelio Escipién A fricano; Publio era el praenomen, Cornelio el nomen, Esci- pidn el cognomen y Africano el agnomen, Este régimen ora sélo para los hombres; a las mujeres se las co- nocia por un solo nombre (Marcia, Julia, etc.); salve el caso de las casadas in manu que adicionaban el nombre de su marido (por ej, Tulia Metelli). LOS DEMAS ATRIBUTOS DE LA PERSONA B27. ¢) Derecho espafiol En Espafia a partir del siglo IX se comienza a agregar al nombre individual una caracteristica: cl lugar de nacimiento, o el nombre del padre, o su profesién (por ej., Canus, Calvus, Carpintero). Pero estos nombres no se transmitian a los hijos, es decir, no individualizaban a una familia. Fs en la baja Edad Media cuando los nombres comienzan a vin- cularse a la familia. La costumbre de designar a las personas por sus caractetisticas es el origen de muchos apellidos actuales (por ej., Calvo, Blanco, etc.). d) Evolucién Jegisfativa en nuestro pais El Cédigo Civil de 1869 no previd disposiciones expresas sobre nombre, y por ello su régimen fue diferido al derecho consuetudinario, Fl primer cuerpo normativo que to regul6 fue el decreto 11.609/1943, completado por la ley 13,030 y el decreto ley 8204/1963. Estos pri- meros cuerpos legales recogicron el derecho consuetudinatio y al- gunos criterios judiciales, pero en general fueron insuficientes. Recién en el afio 1969 se dicta ley 18.248 que regulé el nombre de manera orgdnica. Ella fue modificada por distintas leyes: 19.134 (Adopcion que fuera reformada por le ley 24.779), la ley 23.162 (Nombres Indigenas), 23.264 (Ley de Filiacién y Patria Potestad), ley 23.515 (de Matrimonio Civil) y 26.618 (de Matrimonio Ipuali- tario). : 3. Naturaleza juridica En doctrina se han elaborado distintas tesis para explicar la natu- raleza juridica del nombre, . i 3 Deseartada la idea de “propiedad”, una parte dela doctrina ac- tual entiende que el nombre al ser utilizado como forma de distinguir al individuo, es un atributo esencial de la personalidad. No hay duda que el nombre es un atribute pero definirlo como tal no precisa su naturaleza juridica. También se sostiene el nombre de las personas humanas es un derecho subjetivo extrapatrimonial, distinguiéndolo del nombre de _ las personas juridicas que generalmente tiene un contenido patrimo- — LUIS DANIEL CROVI nial (por ej., el nombre de las sociedades). Tampoco dudarmos que ¢] nombre es un derecho subjetivo de caracter extrapatrimonial pero indudablemente cumple ademés otra funcién. Por ello, otra impoztante corriente sostiene que el nombre debe ser considerado una institucién de policia civil pues es impuesto por la ley en forma obligatoria a los fines de identificar a los individuos, Ahora bien, cl nombre no puede ser sélo considerado como un mero instrumento de clasificacién y control Entendemos que corresponde distinguir el nombre en si de las facultades a que puede dar lugar En si, el nombre es un atributo de la personalidad que contribuye a la individualidad del ser humano, y que por lo tanto, corresponde a toda persona humana por el solo hecho de ser tal. MAS ATRIBUTOS DE LA PERSONA 329 e) Valor moral o extrapatrimonial: El nombre en si es inesti- imable en dinero, pero puede generar derechos patrimoniales. Por ejemplo, el nombre de una personalidad famosa no puede ser usado —sin su consentimiento— some ear o para hacer una publicidad y quien lo hiciera deberia resarcir patrimonial. mente al afectado. 1 f) Inalienabilidad: El nombre no puede ser enajenado o transmi- tido mediante acto juridico alguno. El principio no est4 esta- blecido en forma expresa pero surge de la funcién de identifi- cacién que tiene el aombre, pero ademas de otras disposiciones del CCyC, el art. 2.79 referido al objeto de los actos juridicos, el art. 944 que establece sdlo se pueden renunciar los derechos que afectan intereses privados 0 cl art. 1644 que impide tran- sigir sobre derechos en les que esta comprometido el orden tiblico. Desde otro punto de vista, existe wn verdadero derecho subje- E tivo al nombre. Pero las personas también estan obligadas a usar un nombre, pues en ello esta interesada toda la sociedad. De alli que es adecuado que cl ordenamiento legal argentino caracterice al nombre como un derecho-deber de identidad. Asf es legislado por el CCyC, cuyo art. 62 dice: La persona humana tiene el derecho y-el deber de usar el prenombre y el apellido que le corresponden, Imprescriptibilidad: El nombre no se puede adquirir —ni perder— por cl transcurso del tiempo, pues de otro modo se afectaria el principio fundamental de la inmutabilidad, ya que quienquiera podria modificar su apellido simplemente usando uno distinto al de su filiacién. 8 5, Reglas concerientes al prenombre 4, Caracteres : 7 El art. 63 establece las reglas relativas a Ja eleccién del prenombre. Las caracteristicas del nombre son: a) Obligatoriedad: Segtin el art. 62 toda persona debe Hevar un 2) Heccidn del prenombre nombre. Fs - En su inc. a), el art. 63 establece que corresponde a los padres - 0a las personas a quienes ellos den su autorizacién para tal fin; a {alta 0 impedimento de uno de los padres, corresponde la elecciin o dar la autorizacsén al otro; en defecto de todos, debe hacerse por los aguardadores, el Ministerio Piiblico o el funcionario del Registro del . Estado Civil y Capacidad de las Personas. b) Unidad: El nombre es Gnico porque las personas no pueden tener mds de un nombre. ‘ 4 ¢) Indivisibilidad: Nadie puede tener.un nombre frente a unos y, frente a otros, uno distinto. d) Oponibilidad erga omnes: Esta caracteristica consiste en la posibilidad de usar el nombre frente a todos. El nombre es oponible por la persona a quien corresponda contra todos, ¥ sea mediante el ejercicio de facultades, sea mediante acciones frente a quienes pretendan desconocerlo o vulnerarlo. El derecho a elegit el nombre surge de la responsabilidad pa- rental, Asi, en primer lugar, la cleccién del prenombre le corresponde a ambos padres o a quienes eflos autoricen a tal fin, pues la inscrip- cién del nombre en el Registro de Estado y Capacidad de las Personas puede hacerse por apoderado.

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