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Universioao [se oaMeRICANA José Morales Orozco RECTOR Javier Prado alin VICERRECTOR ACADEMIC Alejandro Mendoza Alvarez DIRECTOR DE LA DIVISION DE HUMANIDADES ¥ COMUNICACION Perla Chinchilla Pasting DIRECTORA DEL DEPARTAMENTO DE HISTORIA Araceli Téllea Tio DIRECTORA DE PuLIeAcioNes Rubén Lozano Herrera (COORDINADOR DE PUBLICACIONES DEPARTAMENTO DE HISTORIA Francois Hartog REGIMENES DE HISTORICIDAD Presentismo y experiencias del tiempo Tieala original Rigimesdhisoricie, Précentiome et expbriences du temps Editions du Seu, Pats, 2003 ISBN 2-02-059328-9, UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO Hartog, Francois Regimenes de historicided ~prescacismo y experiencias del verpo |. Histoiografia, 2. Historia ~ Hilosofia 3, Tiempo — Historia. Lt D 13 3718.2007 Diseio dela porsada: Ana Flena Pérez y Miguel Garcia Traducciin: Noema Durin y Pablo Avilés Revision técnica: Afonso Mendiola, 1a. edicion en espaol, 2007 DRO Universidad Iberoamericana, A.C. Prol, Paseo de la Reforma 880 Col, Lomas de Santa Fe 01219 México, DE publics@uia.ms ISBN 978-968-859-681-4 Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico Tesoslos derechos esrvados, Esa publican no puede ce reproducid, ‘en rodo nen pace, nitegstrada en ransmitida por ua tema de ‘eouperacisn de informacisn, en ninguna forma ai por aingtin medio, sex mecinico, foroquimico, elecusalco, magnécco, por Focopia, © uslquier oto, sin el permizo previo por excita del edad Prefacio ala edici6n en espaol (OnDENES DEI TIEMPO, REGEMENES DE HISTORICIDAD Las brechas Del Pacifico a Berlin Historias universales Regimenes de historicidad ORDEN DEL TIEMPO 1 Capfeuto 1 De Las tstas pe mistoRIA égimen heroico Del mito al aconcecimiento El trabajo del malentendido: del acontecimienco al miro Antropologia y formas de temporalidad Capfeulo 2 Utises ¥ Acustiv: Dr LAs LAGRIMAS A LA MEDITAGION ‘Cada dia es un primer dia Las lagrimas de Ulises Las sirenas y el olvido Ulises ao ley a Agustin 50 55 7 6 Capitulo 3 (ChurzauBniaND: ENTRE BI ANTIGUO ¥ EL NUEVO REGIMEN DE HistoRiciDAD El viaje del joven Chateubriand “Eliscovia magisea vitae” La valija americana La experiencia del tiempo Tiempo del viaje y tiempo en el “Viaje” Las ruinas, Oxpen pry rm avo 2 Capinulo 4 Meson, HISTORIA, PRESENTE La ctsis del régimen moderno La ascensién del presencismo Las falls del presence ‘Memoria c historia Historias nacionales Conmemorar El momento de los “Lugares de memoria” Capiculo 5 PATRIMONIO ¥ PRESENTE Historia de un concepto ‘Los antiguos Roma La Revolucién francesa Hacia la universilizacién El tempo del entomo Conclusiéa: La DOBLE DEUDA 0 EL PRESENTISMO DEL. PRESENTE Indice analtico [nsayos acerca del tema de este bro, esertos previamente por el autor] 90 7 102 104 106 us 130 G4 ta 248) 159) 170 12 rer 186 193 202 218 239 243 PREFACIO A LA EDICON EN ESPANOL Toda persona que se ha ejercitado en la traduccién al menos una vex en la vida sabe hasta qué punto la tarea es dificil. Todo autor sabe también que tun libro no tiene oportunidad real de cicular si no es raducido. Gracias a la diligencia y disposicién amistosas de Norma Durin, Alfonso Mendiola y Pablo Avilés, Regimenes de bstoricidad puede se leido en espafil. Con estos primeros agradecimientos, me patece que podria agregar otros o formularlos de manera distinta, insertando algunas piginas reeditadas para esta ediciSn publicada en México en la prensa de una universidad donde he tenido el hhonor y el placer de ser recibido en varias ocasiones. Tres afios después de la aparicién del libro en Francia, esta ocasin es realmente buena para precisar algunos puntos de mi camino, disipas, si es posible, algunos malentendidos Fegresar sobre mi manera de concebic el oficio de historiador. Sin grandes palabras, por supuesto! Ensayo histético, cirtamente, la obra se revindiea como libro de historia en sentido pleno, Porque para mi, hacer historia y reflexionar sobre| historia van siempre juntos: con los limites de mis capacidades yen la medida dents posbldades Sepursreuiraente core de un ado pin dl] otro —“inadie entra aqui si es flésofo!”-~, como la historia moderna en el, ¥ siglo xoclo ha reivindicado, se puede explicar,comprender incluso, pero nadat ha tenido efectos més dafinos sobre la historia como conocimiento y sobre la percepci6n del papel del historiador. Cuando ella se ha querido —sobre el ‘modelo de ciencias de la naturaleza— ciencia del pasado, as vez ha transfor- ‘mado, al que la practica, en hombre del pasado. Encargada del pasado de la nacin, luego dela sociedad, se ha vuelto recolecrora de huelasydescifradora de archivos. El psado se volvia un teritorio a descubtig, “a” dominio, pero > también un limite que no debia franqueas,oficialmente al menos, y el ana~ n Foose cxonismo era denunciado como el pecado mayor. Tal fixe entonces el precio ue la disciplina debi6 pagar para verse y hacerse reconocer como ciencia, Ese tiempo dejé de existir desde hace mucho. En Alemania primero y ‘en Francia después, el historiador se introduce en la historia y con ello ha regresado la cucstién del presente en toda la historia. La historia se hace en i presente, hay que recordarlo; toda historia es contemporinea, afiadieron Collingwood y Croce; atin mas, la tinica historia flseable es la del presente, habla pronunciado Tucidides hace venticinco siglos, al inicio de su Gera del Peloponezo. En las universidades y en los medios domina ademés la historia contemporinea, que en Francia se ha denominado historia del tiempo pre- sence, Que la historia haya estado siempre rlacionada con el presente, todos estén dispucstes a admitirlo ahora, ya se trae de legitimarlo, denunciarlo 0 ddasle a espalda, Seguir la historia deestas relaciones seria, por otra parte, una manera de reflexionar sobre la historia de la historia, Pero, zen qué se han convertido el lugar y la funcién del que en el siglo xax se habiz concebido como el mediador erudito entre pasado y presente, alrededor de este objeto privilegiado, sino nico, dela nacién o del Estado, ‘en el mundo de hoy que privilegia la dimensién del presente, incluso s6lo del presente, que se proclama globalizado y se concibe a veces como postnacional? 2Bn un mundo “presentista's donde el presente habria pasado a ser probable- ‘mente la categoria més englobante y explicativa, y al mismo tiempo en que |i memoria se ha impuesto desde hace un cuarto de siglo como una palabra de época: haciendo época? :Debe convertirse en un pasajero del presente all presente, xplicindose el presente 2 si misimo? Cuil puede ser la carea del hiscoriador (incluso su responsabilidad), sino la de poner el presente en perspectiva? Por los conocimientos que aporta, su trabajo apunta a reunir més de inteligibilidad y lucidee, al hacer delahistoria un cjercicio critico. Esta ambicién tiene como condicidn previa ddelimicar algunas condiciones de la prictica de! oficio. ;Qué posturas son Michel Foucault, Linde die dlicous, Pui, Gallzmard, 1971, [El orden del dca, Barcelona, Tasquess, 1987) * Kezysarof Boman, onde de rmpe, Pais, Gallia, 1986, pai (El odon del impo, Mad, Jucar, 1989]. Véase ambien, del mismo aoe, “La crge de Tavens", Le Débe, 7, 1980, pp. 5-17, publicado de muewo en Sur ini, Pls, Gullimatd, 1999, pp. 233-62, 5 Recientemente se han desarollaéomiliplesteflsione,efecrvadas a patr de dversis ‘reas dsciplinarias pero siempre marcada por el afin de obtener un dcance més general. Veanse por siemplo Roger Sue, Temps et orde social, Pal, vur, 19845 Norbert Elie, Dar Temps, tx. francs por M, Hulin, Pais, Fsyar, 1996; (Sobre iempe, México, rc, 2008), las rellecones de Pl Vir, alo large de varios brs en los cmos quince aos Horst (Gunther Le temps de cir, francés por O. Manoai, Pals, Eliions del Ms, 1995; Jean Chesneaus, Habiter le eps. Past, prisnt eur expice dn dinlogue ptbl, Pace, Bayard. 1996; Jean Leduc, Les hse oe roms. Pats, Sel, 1999: Zaki Lai, Le sere die préent Pais, Faromasion, 2000; Jean-Nol Jeane, L Hrirwa-ell pla ve? Vrktiont ‘ser un verte, Pari Gallimard, 2001 Lothar Baier, Pas ese. Tait mer Usceration, a Feancés por M. H, Desarcy P Kauss, Avles, Acts Sud, 2002; Eienne Klein, en Lar tig rono, Paris, Flammarion, 2003, rastraber mostado que seguimoshablando del empo ipriciamence de fa misma manera que ances de Galileo”, yeas haber demoreado que Fisica moderna y el iempo ec facimamente ligados,concluye com un acento mis epiciren, Invtando al eetor “a fare dal favor del momento, del kar » eons cHMRCRND La obra de Paul Ricoeur, iniciada con Temps et récit (Tiempo y narnacién, 1983) yconcluida con La mémoire, Ubistoire, 'oubli (La memoria, la historia, ef olvido, 2000), puede resultar til para enmarcar el periodo en cuestién, ya que fos muestra a un fildsofo que siempre buscé ser contemporineo de sus contemporineos, llevado en un principio ameditar acerca de las aporias de la experiencia, y después preocupado por “una politica de la justa memoria’. Ri-| cocur ha seialado 6mo, al establecer un contacto directo entre la experiencialy temporal y la operacién narrativa, Temps et récit dejaba de lado la memoria. El autor intenté colmar esa laguna, precisamente, con su segundo libro, en el que exploraba “los niveles intermedios” entre tiempo y narracién.! Pasé ast! , de la cuestién de la verdad de la bistoria ala de la fidelidad de la memoria,|* sin renunciae a ninguna de la dos. Poco tiempo antes, Michel de Certeaut apuntabaya en una sola fase, dicha ‘como al pasar, que “sn duda la objetivacidn del pasado, desde hace tres silos, abt convertido al tiempo en lo impensado de una disciplina que no dejaba de utilizarlo como un instrumento taxonémico”.” Ese sefialamicnto constitula una invitacin a relexionar, estas péginas constituyen un intento por respon der ase llamado, partiendo de una incerrogacién acerca de nuestro presente. w Ls arecus $Leuro dela hisorareiete, marcado de manera smultinea por la cna del Muro de Berlin en 1989, por ef desvanccimiento de la idea comunista| basada en el porvenir de la Revoluci6n y por el ascenso de miltiples funda-| ‘mentalismos, ha wastocado, perturbado de manera brucal y dursdera nuestra) relacién con el tempo.’ Aqui y all el orden del siempo se ha puesto ent tela de juicio, En su calidad de mezclas de arcaismo y de modernidad, los Fenémenos fundamentaistas resultan de manera parcial de una crisis del porvenit, mientras que las tradiciones hacia las cuales vuelven la mirada en tun afin por responder 2 las desdichas del presente —a falta de esbozar una Paul Ricorus, La mémere, Phisone, Toul, Pass, Suit, 2000, p. 1. (Le memoria, de bisora el evide, Buenos Aires, YE, 204], Véte también, det mismo aaron,“ Memoite approches hiswriennes, approche philosophique", Le Deas, 122, 2002, pp. 42-4 T Michel de Certeatn Hore et pgchenalpe entre sence 6 ison, Puts, Gallina 1987, p. 89 [Husere y pcoandie ere cioncia y fib, ausvs ed, revsada y anmentada, Mésicorn Uia-Departamenco de Fistoda/rsso, 2003), » wise Jean Leduc Le bizariens er fen 9 cit * Véanse KrnjeztnfPorian, "La crse de avec’, at cit pp. 285-62, y Marl Gauchet, La democrat cnure elem, Pat, alias, 2002, pp, 345-59. n ans toc perspectiva a fururo— son ampliamente “inventadas”? En tales condiciones, gedmo articular pasado, presente y futuro? La historia, eseribia Frangois Furet ‘en 1995, se ha vuelto a convertir en se tine ene quel hombre ae interna a obscura sin saber a dénde lo conchcirin us acrones sin cerreas sobre sa destino, despsc dela asia epuridad de an Gencia dele que ce, Pvado de Dios lindivdve democrisicavetemblaren exe fin desiglo is base dle | divinidadhistort:angusia que debericanjursr. A ess amensia dela incertidumbre se afade, as entender, el escndalo de un porvenir cerrado." Sin embargo, en el caso def mundo europeo ya se habian abierco, desde mucho tiempo antes, hondas fills: algunas en la era inmediatamente posterior la Primera Guerra Mundial, y otras més después de 1945, aunque ‘de manera diferente. Paul Valéry fue buen sismégrafo de las primeras: por «jemplo, cuando en 1919 evocaba “al Hamler europeo”, mirando “sobre tuna inmensa rertaza de Elsinore” “millones de expectros, “cavilande sobre 4 fastidio de volver a comenzar el pasado, sobre la locura de querer innovar siempre. Se tambalea entre los dos abismos". O bien, de manera aun mas | precisa, cuando definis, en una conferencia dictada en 1933, la experiencia, ¥\ de ruprura dela continuidad, que confiere a todos y cada uno de los hombres ‘Ta sensacién de pervenecer “a dos eras”: “Por un lado —proseguia el autor—, un pasado que no se ha abolido ni olvidado, pero un pasado del que no podemos extraer préeticamente nada que nos oriente en el presente y nos | brinde la oporcunidad de imaginar el futuro. Por el otro, un porvenir sin la menor figura’. Asi, un tiempo desorientado, stuado entee das wbismas 0 entre dos eras, del que el auror de Regards sur fe monde actuel (Mirada sobre el mundo actual) habia vivido la experiencia, sobre a cual no cesaba de volver. ‘Tambign Franz Rosenzweig, Walter Benjamin y Gershom Sholem podrian dar testimonio de una experiencia andloga, quienes, en la Alemania de los aos veinte, buscan una nueva visién de la historia, epudian la concinuidad, yl progreso a favor de las concinuidades y de las eupeuras.!2 2 in el sentido en que se le da al ering en The Invention of Tradition, edcado por E. Hibsbawea y T. Ranger, Cambridge, Cambridge Univeniny Press, 1983. ® Francois Fuse, Le pase dye dion. Ens sur lide communis au side, Psi, Laffone, Calmann-Lévy, 1995, p. 808. [paseo de une isin, Madi, cx, 1995). Paul Valésy, Esa guar plitignes, Baars I, Bibliocheque dela Pade, Pars, Gal- smard, 1957, p. 993 fearca que primero aparecis en inglés en 1919) yp. 1063 (conferencia «nla universidad de os Anales, 1935). En 1932 rtomaba, en una conferencs que di con ef mismo enfoque, su dagnésten de 1919 sobre et desrello del Hamlet eropeo, 2 Sudphane Modis, LAnge de Unsere, Rsenewci, Benin, Schelem, Pais, Belford, 1993, p.9, 2 es ocHIOD En Le monded'bier (El munde de ayer), autobiograliaredactada antes de susuicidio cn 1942, Stefan Zweig descaba también dar fe de aquells rupeuras: “[.-Jentre nuestro hoy, nuestro ayer y nuestro antier, todos los puentes estén rocos” No obstance, en 1946, en un editorial cuyo eiulo resulta elocuente "Face au vent” (Cara al venta)—, Lucien Febvre invitaba a los lectores de la revista Annales a “hacer historia’, a sabiendas de que se estaba, a partir de eatonces, en un mundo “en condiciones de inestabilidad definitive’; un ‘mundo lleno de ruiaas, peo en cl que habia “mucho més que las ruinas, y, mis grave ain, una prodigiosa aceleracién de la velocidad que hace chocar los continentes, abolirlos océanos, suprimir los desiertos, poner en contacto brrusco a los grupos humanos cargados de electricidades contraria. Lo ur- gente, pues de otra manera no se comprenderi nada el mundo mundializado de matiana, ya de hoy, era mirar, no hacia ats, eto es, lo que acababa de su- ceder, sno hacia delante, 0 mejor dicho, por adelante. “Tetminado el mundo de ayer. Todo desaparccido. Si tenemos un oportunidad de sacar algo de él nosotros franceses—- es comprendiendo, mis répido y mejor que los ot0s, ‘sta verdad evidente. Solvemos las euinas. Al agua, yo se lo digo, nademos 2 sierra firme”. Explicar “el mundo al mundo”, responder as preguntas que se le plantean al hombre dc hoy, éa es la tarea del historiador que hace frente al viento, No se trata de hacer tabla rasa del pasado, sino de “comprender bien), en qué difere el presente”. En qué consiste ser pasado, Contenido, ton ritmo, la totalidad de las paginas de este manifieso sugiere al lector que el tiempo urge y que of presente manda. Desde los aios 1950, Hannah Arende demosts ser una observadora perpicaz de las rocuras del tiempo, por mis que exe aspecto de su trabajo no haya Ilamado mucho la arencién en aquel entonces. “Nucsiro legado no va antecedido por ningin testamento”, habia escrito el poeta René Char cn Feuilles d Fypnos, ancologia postica publicada en 1946. Mediante ese aforismo, el autor intentaba dar cuenta de la extaiia experiencia de la Re- sistencia la captaba como un tiempe intermedia, un entte-dos, durance el ‘aul un “teso10" se habia deseubierco y sostentdo en mano un breve instante, pero un tesoro que nadie sabia nombrar ni transmit. Segin el vocabulario de Arends, el esoro en cuestin consista en la capacidad para instaurar “un "4 Vease Stefan Zweig, Le monde dhien Souvenirs d'un Européen, cra fanets por S Niémee, Paris, Belfond, 1993, p 9. ™ Lucien Febvte, “Face au Vent. Manifest des Annales Nouvelles", en Combats pour ieire, Pai, Armand Colia, 1992, p. 35. [Combater porte hora, Barcelona, Ati, 1992]. toi. pp. 35, 40, 4.

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