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EN UN ORIGEN LAS PALABRAS ERAN MAGIA Steve de Shazer EN UN ORIGEN LAS PALABRAS ERAN MAGIA 7 Pe 7 ao Ploy Wo 4 toy ae C COE Coeecece 3 . ~~ Grupo: PsicoLocia to Subgrupo: TERAPIA FAMILIAR COC Editorial Gedisa ofrece los siguientes titulos sobre TERAPIA FAMILIAR STEVE DE SHAZER Cartos E. SLUZzKI Tom ANDERSEN (COMP.) Micuare, Waite Jay S. EFRAN, Micwaer D. LUKENS ¥ Rosert J. Lukens Raru E. ANDERSON E Irt CARTER Micuaet DURRANT y CHeryL WHITE (COMPS.) STEVE DE SHAZER Heinz von Foerster J. Exvizur y S. MinucHIn E. ImBer-BLAck, J. RoBERTs Y R. Wurtinc (COMpS.) H. Stier.in y G. WEBER Mony ELkaim En un origen las palabras eran magia La red social: frontera de la prdctica sistémica El equipo reflexivo Guias para una terapia familiar sistémica Lenguaje, estructura y cambio. La estructuracion del sentido en psicoterapia La conducta humana en el medio social. Enfoque sistémice de la sociedad Terapia del abuso sexual Claves en psicoterapia breve, Una teoria de la solucién Las semillas de la cibernética ' La locura y las instituciones Rituales terapéuticos y ritos en la familia ¢Qué hay detrdés de la puerta de la familia? Si me amas, no me ames (sigue en pdg. 335) EN UN ORIGEN LAS PALABRAS ERAN MAGIA ~*~ por 2 Steve de Shazer 2 III I aerate aecstmIeiteni BTCA PS1COLG gedisa PDI IDII IID DD DDD D so PO G eCOOO C C COCO OCOCCOECOOCOO COE CE OOO Titulo del original en inglés: Words Were Originally Magic © 1994 by Steve de Shazer Publicado por W. W. Norton & Company, Inc. New York ¢ London Dylan Thomas: Poems of Dylan Thomas. Copyright © 1967 by The Trustees for the Copyrights of Dylan Thomas. Reproducido con autorizacién de New Directions Publishing Corp. and David Higham Associates Ltd. Traduccion: Alcira Bixio Primera edicién, junio de 1999, Barcelona Derechos reservados para todas las ediciones en castellano © by Editorial Gedisa S.A. Muntaner 460, entlo., 1 Tel. 201 60 00 08006 - Barcelona, Espana e-mail:gedisa@gedisa.com http: //www.gedisa.com ISBN: 84-7432-707-5 Deposito legal: B-26041/1999 Impreso per Liberduplex Constitucio, 19 - 08014 Barcelona Impreso en Espana Printed in Spain Queda prohibida Ja reproducci6n total o parcial por cualquier medio de impresi6n, en forma idéntica, extractada 0 modificada, en castellano o cualquier otro idioma. Indice AGRADECIMIENTOS .........escsseesesesssenessesessrsresuerecacsacaeassaneavenvevassnes li INTRODUCCION .....c.ccess Parte Too... seseenseees Seneeansacneecessneressestiseicssssssesseseesacssueeeees 21 i. “Nada mds que... un intercambio de palabras’”.............. 23 2. Lenguaje y estructura, estructura y lenguaje ... 382 3. El agujero [totalidad] de Lacan ........... 46 4. Llegar a la superficie del problema... 52 5. La “epistemologia” de Bateson: gun agujero negro? .......65 6. Freud estaba equivocado: las palabras no perdieron nada de su Magia .....ccccssescsees senetatesseseeneeaee Seeeneeattsseeeeaee 74 Parte I1............ srerasneeaaceaeceeeetesnaneatneees seentenae biveeeeetceestenecas 91 7. Hablar del problema/hablar dela solucién secenteseeeceeneesens 93 8. Llegar a los “problemas” de la superficie 0.0... seececcsssns 123 9. Escuchar o tomar en serio lo que dice el paciente........ 144 10. ,“Qué anda mejor” después de la primera ONEPOVISEA? oe ee cca cee ses cseseeeteeseseseseseesssesestsseseesasaeeres 172 11, Construir historias de logros: entrevistas de consulta 15. Hpilogo .......... teteraeeeeene tueeeseeutansuanetsnseceaseeneees REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ...... INDICE TEMATICO .0....ccccccsescsecssscssssscsesessesvencssncsesneseanersavssecstees 329 7 A Insoo Kim Berg Dar (Charles Darwin) de Shazer John H. Weakiand tres de mis personas favoritas a ~ ro -) ON mo IIIIIIIIIDIIIIIIDIDID QI } C COCO CCE COCCE ELEC EE COCOOECECECOEOCECE CE Agradecimientos Ante todo, deseo agradecer a Insoo Kim Berg por su permanente apoyo. Sin ella este libro no habria sido posible. A decir verdad, sin ella el enfoque de la terapia descripto en mis libros no habrfa sido posible. También quiero agradecer a John H. Weakland por las muchas horas deconversacién durante afios sobre cosas que son de interés mutuo. De maneras que son demasiado numerosas para mencionar aqui, John influyé en toda mi obra desde el primer momento en que nos pusimos en contacto. También debo agradecer a Gale Miller y a Ray Gurney por la cuidadosa lectura que hicieron de anteriores versiones del manuscrito y por las discusiones sobre muchos de los temas que trato aqui. También quiero agradecer a todas las personas que traba- jaron conmigo en los multiples talleres y seminarios de los que participé en aiios recientes. Sin las preguntas y comentarios de estas personas para sefialar el camino correcto, yo nunca hubiera podido imaginar el aleance que podria tener este libro. En realidad, son demasiadas las personas a las que debo agradecer. Ciertamente debo dar las gracias 2 Susan B. Munro de W. W, Norton por la gran destreza editorial que mostré ensu trabajo y por la fe que tiene en lo que escribo. Por supuesto, también debo agradecer a los muchos pacientes con los que he hablado y a los que he observado a través de un vidrio espejado, por todo lo que me han ensefiado al correr de los afios. 11 i | | \ i T : Introduccién El perjudicaba su vision observando desde demasiado cerca el objeto. Es posible que pudiera tal vez ver un punto o dos con excepcional claridad, pero ast necesariamente perdia de vista el conjunio. Existe pues una actitud que puede considerarse como demasiado profunda, No siempre la verdad se halla en el fondo de un pozo. C. Auguste Dupin (Los asesinatos de la calle Morgue) frase una vez un tal Sigmund Freud que vivia en Viena, la ciudad de los suefios, la capital de un imperio magico donde, al pasar de un siglo al otro, resultaba evidente que nada era lo que parecia ser (Janik y Toulmin, 1973). Freud pasaba la vida escuchando lo que le contaban personas perturbadas sobre sus perturbadas y perturbadoras vidas. Advertia que las historias eran bastante extrafias, a veces enigmaticas, con frecuencia inexplicables. Entonces, decidié hipnotizar a esas personas perturbadas para volver a oir lo que decfan sobre sus vidas después de tal operacién. Pero las historias que aquellas conta- pan mientras se enconiraban en trance eran aun més inescru- tables y misteriosas. Freud se preguntaba cual de esas ver- siones seria la verdadera. {Qué era lo que expresaba la realidad de sus vidas? Esas personas también le hablaban a Freud sobre gus suefios y eran historias que parecian bastante desorganiza- das y carentes de significacién. Sin embargo, como vivia en un reino magico, Freud sabia que lo extrafio y extravagante no era 13 YIIQIDVID DD dDDIIID OS JID D DDD OD JD) ye ecececececcccce cee ceececceccececces nl grotesco ni exético ni ca personas Ilevaban mdscaras De esa manera Freud es a) historias que la gente lec prichosamente engendrado; esas que encubrian la realidad. cuchaba tres tipos de narraciones: ontaba cuando estaba e his | n estado de vigilia, b) historias contadas cuando se encontraban en trance ye) historias sobre suefios o historias contadas sobre histori que purrian cuando el narrador estaba dormido. _ veal reud se preguntaba cual de ellas era verdaderamente Entonces puso orden en todo cuanto habia escuchado como no era capaz de determinar cul de las tres versiones on la verdadera, atendié a las leyes de la naturaleza que pudiera: i‘ estar en la base de los fendmenos tan dispares que estaba estudiando y se puso a escudrifar detrds de ellos y por deb io de ellos para hallar la verdad. Como tenia un espiritu moderns, cientifico y objetivo, decidié quela tinica manera de explicar im qué algunos hacian lo que hacian, era suponer la existencia de algo en el interior de a persona, a saber, pulsiones o instinto Una vez realizado su andlisi ‘ verdad, Freud logr6é clasificar y i la gente le narraba. Luego comen has sus versiones sobrela verdad que le habian hecho. Como era médico, Freud construyé esos informes de conformidad con el modelo cientifico y positivista de sus dias que consideraba enfermedades, categorias causas mecanismos, fuerzas, desplazamientos, represiones y resisten. clas, fendmenos todos que podian explicar la causa de qu acontecieran esos hechog perturbadores. Como observé Don Jackson, hay cierta similitud cientifica y metaforica entre al ey) e Freud y el demonio de Clerk-Maxwell (Jackson, ¥ el mundo se manifestaba como hechizado; después de todo aquellas eran historias vienesas, historias mégicas en] que nada era exactamente lo que parecia ser. _ Afortunadamente, esos modos de narracién a veces ayu- daban a las personas a contar nuevas historias que resultaban heraiee Padoras. Y por €80, ocurrié que otros médicos, que 1€n eran modernos y objetivos, comprobaron que podian dar versiones de las historias de las personas perturbadas con las que estaban trabajando usando las lineas trazadas por 14 z6 a comunicar a otras perso- subyacente de las narraciones Sigmund Freud. Asi nacié un paradigma cientifico y analitico, una industria del contar historias. Como eran modernos, todos crefan en la ciencia, creian en la verdad de tales historias. No habia duda de que esas pertur- badoras narraciones eran producto de mentes perturbadas, de almas perturbadas, de psiques perturbadas, que suponian de- ficiencia de la prueba de realidad. Asu debido tiempo, muchos otros terapeutas, cientificos o no, comprobaron que las tramas de estos cuentos vieneses eran dignas de volver a contarse. Esa industria de volver a contar historias se difundié por toda Europa y a través de los mares. En Palo Alto, una ciudad muy distante en todos los sentidos de la magica Viena, se encontraba Don Jackson, médico y hombre de ciencia que desarrollé nuevas tramas para tratar los relatos que él volvia contar. Como vivia en la era del espiritu familiar, las personas perturbadas que le contaban sus pertur- badoras historias le hablaban de sus familias. Le contaban cosas que estaban mas alla del andlisis, cosas ajenas al reper- torio freudiano de personajes y casos. Como era un médico relacionado con un grupo de investigacién (Gregory Bateson, John Weakland y Jay Haley), Jackson volvi6 a relatar historias construidas segtn el modelo cientifico de su época, en el cual entraban conceptos tales como sistemas; homeostasis, redun- dancia, evasiones, categorias, comunicacién, relaciones, sime- tria y asimetrfa, causas circulares, mecanismos, clase y miem- bros, doble vinculo y resistencias. Segtin todos sabemos, hay que ver para creer; por eso, en su condicién de investigadores y cientificos, Jackson, Bateson, Weakland y Haley no sélo se valieron del modelo de indagacién cientifico de sus dias como un prototipo para tratar las historias que volvian a contar, sino que también usaron la tecnologia mas avanzada de que se disponia en aquella época. Perforaron paredes e instalaron vidrios espejados, grabaron cintas y filma- ron a las familias perturbadas que contaban sus penosos suce- sos. Ahora ya no dependian de cada una de las palabras de la version de algtin terapeuta, sino que podian oir y ver cémo las historias eran contadas, de suerte que podian volver a contarlas segun el punto de vista cientifico de cada uno. 15 Y ocurrié que también siendo modernos y cientificos, otros terapeutas comprobaron que podifan tratar los casos de las per- sonas perturbadas con las que trabajaban aplicando las nuevas técnicas desarrolladas en Palo Alto. Asi nacié un nuevo pa- radigma cientffico, una nueva industria rival de contar histo- rias. La forma de estas nuevas versiones nos recuerda lo que se dijo de la relatividad de Einstein. El evento “x” se ve de mane- ra diferente segtin los varios observadores. El padre lovede una manera, la madre de una diferente y la hija de una terce- ra manera. Con un espiritu igualmente cientffico y moderno, otro médico, un tal Salvador Minuchin, perforé otro agujero en otra pared de otra ciudad. Lo mismo que Jackson, escuchaba relatos que no comprendia, relatos penosos e inquietantes que le contaban las familias, historias que no eran historias vienesas. Minuchin inventé otra serie de lineas de indagacién completa- mente diferentes, muy diferentes por su estructura de aquellas practicadas en California, y tanto era asi que J: ay Haley atrave- s6 el pais para unirse a esta industria rival del relato y dejé que en Palo Alto se ocuparan de las historias breves de Weakland & Co, (La diferencia entre las versiones de Jackson ylas versiones de Minuchin era semejante a la diferencia entre la “teoria de las ondas” y la “teoria de las particulas”, es decir, diferentes concepciones que dividieron la f{sica durante tanto tiempo.) Otros cientificos volvieron a relatar estas historias de familia que cruzaron los mares. Se las escuché en Italia, donde Mara Selvini-Palazzoli, una médica tan moderna como objeti- va, volvié a contar historias maquiavélicas muy sucias que le contaban familias italianas, Pero, por supuesto, y para que no se perdiera del todo la antigua ciencia, Nathan Ackerman y algunos otros hombres de ciencia inexorablemente modernos abordaron esas historias familiares empleando las Ifneas de investigacién freudiana. Murray Bowen y algunos otros comprobaron que las verdades de la antigua ciencia eran verdades obligadas y comprobaron asimismo que las viejas historias eran tan reveladoras y vigo- rosas que trataron estas cuestiones familiares que les contaban familias perturbadas aplicando el género vienés y asi dieron a sus versiones giros maravillosos propios de cuentos de hadas, 16 de suerte que el] indiferenciado yo de la familia cobré entusias- mo por bailar al son del vals. Desde otra tierra distante, desde el desierto, llegé otra voz, la voz de otro médico que hablaba de lo que le contaban personas perturbadas. Estos relatos eran tan diferentes de los ortodoxos que ios cientificos decian que eran historias propias de un hechicero, de un chaman, y que, por lo tanto, eran completa- mente anticientificas. Lo mismo que las historias de Jackson y de Minuchin, las historias de Milton H. Erickson escapaban al andlisis, puesto que también ellas mismas constitufan un género diferente. Esas historias eran profundamente anti- cientificas: no sélo habian desaparecido los conceptos de tipos, categorias, causas, mecanismos, fuerzas, desplazamientos, represiones y resistencias —o eran redefinidos por su falta de existencia— sino que también estaban ausentes los conceptos de sistemas, homeostasis, redundancia, evasiones, categorias, comunicacién, relaciones, simetria y asimetria, causas cireu- lares, mecanismos, clase y miembros, doble vinculo y resisten- cias, que constitufan el nuevo lenguaje cientifico. Las versiones de Erickson asumian diferentes formas que nos recuerdan lo que decia Heisenberg, a saber, el observadorysusinstrumentos determinan si ese cbservador nos cuenta algo sobre “ondas” o sobre “particulas”. Ast habia nacido otra industria rival de contar historias. La mayor parte de las historias que los terapeutas volvian arelatar tendian a caer en el estilo de Sherlock Holmes. En este estilo, el terapeuta —ll4mese Freud o Ackerman o Jackson o Erickson— necesita tener un conocimiento especializado de acontecimientos o modelos similares, légica, aptitudes de ob- servacion, la habilidad para perseguir la verdad con firmeza y la capacidad de determinar la diferencia entre las pistas y los ardides para apartar la atencidn del asunto. Holmes era en muchos sentidos el prototipo del hombre de ciencia moderno. Reunja todas las pruebas, los indicios, y luego los interpretaba lé6gicamente y llegaba por inferencias a “la verdad”, a la que ningtin otro llegaba. El estilo de Sherlock Holmes sélo es eficaz 17 ‘ a] III DD DDD PIII DD CCOCOOCE C ecececccecaecccc¢e C C CC ~OCCEC cuando el terapeuta ha ignorado todos los grandes ardides engafiosos y se ha concentrado en las claves descubiertas por 61 mismo y el paciente. Este proceso no siempre es sencillo: existe la posibilidad de obrar como el inspector Lestrade y correr tras las pistas falsas. Recientemente se ha producido un cambio tremendo. Sher- lock Holmes desaparecié de la escena de los relatos y fue reemplazado por el doctor Who. En el estilo del doctor Who, la terapia funciona en virtud de la magia sistémica. Mientras viaja a través del tiempo y de las galaxias, el doctor Who trabaja con una serie de asociados que incluyen a un perro robot, Namado K-9. A menudo el buen doctor da con les problemas y también con las soluciones accidentalmente. Con frecuencia su maquina del tiempo funciona mal y el doctor llega al lugar equivocado en el momento equivocado, con lo cual crea acciden- talmente una situacién que hace parecer interesante y que requiere una solucién. De ahi que el doctor Who y su equipo creen malentendidos, sean mal interpretadose interpreten mal las situaciones. El doctor Who resuelve estos problemas emple- ando la légica y la casualidad, lo planificado y lo accidental yla tecnologia mds avanzada de que dispone. Todos pueden quedar implicados: amigos, enemigos, maquinas y su equipo de colabo- radores; pero todo lo que hagan parece ser esencialmente fortuito y tener efectos esencialmente fortuitos, Usualmente el equipo de colaboradores sigue al doctor Who, no para hacer algo con él, puesto que cuando el doctor Who interviene puede ocurrir algo bueno o algo malo: la intervencién empeora las cosas con tanta frecuencia como las mejora, En el estilo del doctor Who, el terapeuta necesita tener un buen equipo de colaboradores con abundante conocimiento especializado sobre el modo como reaccionan jos sistemas a los eventos fortuitos o no planificados que siempre estan ocurrien- do, El paciente, el terapeuta y el equipo necesitan, como el doctor Who y sus asociados, sacar provecho de ese malentendi- do mutuoy de los acontecimientos fortuitos dela vida cotidiana, y ayudar asi al paciente a transformar las oportunidades en buenaventura. Como dirian los budistas, debemos recordar que la Objeti- vidad es una Ilusion. Al ser modernos, cientificos, objetivos y positivistas, estos relatores de historias vieron, pero no obser- 18 varon (como le dijo una vez Sherlock Holmes al doctor Watson). Todo lo que vieron fue una familia perturbada que contaba su perturbadora historia a un terapeuta. Examinaron desde de- masiado cerca, vieron demasiado y, al mirar a través del vidrio espejado, se perdieron algo. Su ciencia y su objetividad dejaron al terapeuta en el punto ciego, separaron al terapeuta y a los observadores de los perturbados narradores, apartaron al cono- cedor de lo conocido. En una época no muy distante y en un lugar muy alejado y diferente en muchos sentidos de Viena, de Palo Alto y de Fi- ladelfia, observamos a través del espejo y nos asombramos delo que vimos, Al principio nos parecié inverosimil, incretble. Nos asombraba haber hecho un descubrimiento tan sorprendente, 0 mejor atin, nos asombraba haber inventado algo tan descon- certante. Lo que observabamos era tan simple y evidente y tan facil de ver, puesto que estaba directamente en la superficie y habia estado desde tanto tiempo antes al alcance de cualquier observador; sin embargo habia permanecido oculto en virtud de la objetividad de la ciencia moderna, Vimos a un terapeuta que hablaba con su paciente. Pronto quedé claro que el terapeuta, el que repetia la historia, no era meramente un cronista. En realidad, vimos que quien vuelve a relatar la historia forma parte de ella. La forma del relato de quien vuelve a narrarlo ya fue modelada durante la primera narracién. Y¥ llegé a ocurrir que un dia un paciente pregunté: “;Qué opinan ellos (los terapeutas situados detras del espejo)?”. Vimos que los miembros del equipo que permanecian ocultes también formaban parte de la historia que se estaba contando. No éramos observadores apartados o apartables. También nosotros nos reflej4bamos en el espejo. Y asi nacia otra industria competidora de contar historias. * ob Pronto result6 claro que las preguntas que surgian de la trama freudiana conducian a historias que se ajustaban al género freudiano; que las preguntas procedentes de la linea 19 ‘jacksoniana conducian a historias sobre las familias; y que otras preguntas conducian a la trama de un hechicero. Es decir, si pretendo ser Sherlock Holmes, volveré arelatar una historia de una manera cientifica. Si pretendo ser el doctor Who, contaré la misma historia de un modo sistémico. Uno nunca puede saber cual es la historia verdadera; uno nunca puede saber qué es realmente real. Las versiones al estilo del doctor Who estan mds alld del andlisis, mas alla dela compren- sién, como una wnica historia que trata simultaneamente de ondas y de particulas vuelta a contar por Heisenberg. Las historias que cuentan estos renarradores ya no son modernas ni cientificas. Son historias sobre la narracién de his- torias, son un modo de dar nuevas formas a un relatoa fin deque la persona perturbada cambie su propia historia. En estas historias ya no hay cosas tales como tipos, categorias, causas, mecanismos, fuerzas, desplazamientos, represiones, homeos- tasis, redundancia, evasiones, categorias, comunicacién, rela- clones, simetria y asimetria, causas circulares, mecanismos, clase y miembros, dobles vinculos ni resistencias. Estas historias ya no son solamente producto del individuo perturbado o de una familia enloquecedora; son simultanea- mente el producto de la persona perturbada, del terapeuta y de los observadores. Las historias de la terapia ya no proceden solamente de algo que ocurre “en el interior” de las personas perturbadas y ni siquiera entre ellas, tampoco de algo surgido del interior y del entorno, sino que mds bien proceden de todo esto y de algo mds que ocurre entre todas esas personas y el terapeuta. Como bien lo sabia Freud, la comprensién no es tan facil como parece. 20 PARTE I Calvin and Hobbes by Bill Watterson TL LIKE To. WHAT ? I TAKE NOUNS AND VERB WORDS, ADJECTIES AND YSE THEM AS VERBS. REMEMBER WHEN “ACCESS” WAS A THING? Ho (1S SOMETHING You 63, Ty GOT VERBED MAIBE WE CAN EVENTUALLY MAKE LANGUAGE A COMPLETE (MPEDIMENT TS UNDERSTANDING . VERBING WEIRDS ‘LANGUAGE _ CALVIN AND HOBBES copyright 1993 Watterson. Dist. por UNIVERSAL PRESS SYNDICATE. Reproducido con autorizacién, Todos los derechos reservados [Me gusta verbalizar las palabras. ¢Qué? Uso sustantivosy adjetivos comoverbos. {Recuerdas cuando “imple- mento” era una cosa? Ahora es algo que hago. {Ves? se ha verbalizado. Los verbos dan misterio al lenguaje. Quiza con el tiempo logremos hacer que el lenguaje sea un impedi- mento completo para comprendernos.} oy 2 2 IJIDIIIIIIIDIID DO 0 y IQ ID CCC Ccece cece Coe CCC C 1 “Nada mas que... un intercambio de palabras” Las palabras son los médicos de una mente enferma. Esquilo Cuando comencé a hablar y a escribir por primera vez sobre C Cecceccce COCC C CO la terapia como una “conversacién” (De Shazer, 1988) y como “nada mas que un pumado de charla” (De Shazer, 1989), olvidé o quiz4 no sabia que en su conferencia introductoria sobre psicoandlisis de 1915, Sigmund Freud decia: En un tratamiento psicoanalitico no ocurre nada m4s que un intercambio de palabras... el paciente habla... el médicoescucha... Originalmente las palabras eran magicas y hasta hoy las pala- bras han conservado mucho de su antiguo poder magico... Me- diante las palabras puede hacerse a otra persona maravillosa- mente feliz o llevarla ala desesperacién... Las palabras provocan efectos y en general son el medio de influencia mutua entre los hombres. De manera que nosotros no desdefiaremos el uso de las palabras en psicoterapia y nos complaceremos en escuchar las palabras que se intercambian evére el analista y su paciente. (Freud, 1915-1917, vol. 15, pag. 17, la bastardilla es mia) Las palabras son, por supuesto, parte del lenguaje. Tam- bién lo son los silencios, los gestos, las expresiones faciales, etc. Para mirar la magia de las palabras tenemos que mirar el lenguaje, el contexto dentro del cual las palabras producen su magia. 23 La terapia ocurre dentro del lenguaje y el lenguaje es loque los terapeutas y el paciente utilizan para hacer terapia; de ahi que, como dice Freud, la terapia pueda considerarse como “un intercambio de palabras”, una conversacién. Sin embargo, esa es una manera peligrosa de decirlo, puesto que la con- versacion es una actividad normal y natural que desarrollan juntas dos oméas personas en el mismo lugar; automaéticamente suponemos que sabemos de qué estamos hablando cuando empleamos la palabra “conversacién”. Parece algo tan simple y obvio que ni siquiera hace falta que sepamos algo acerca de las conversaciones para participar en ellas. Suponer que sabemos qué significa semejante término general nos lleva a emplearlo “demasiado libremente, es decir, no como [una de nuestras] herramientas de pensamiento, sino en vez del pensamiento” (Weakland, 1998a, pag. 139). Ese empleo nos lleva a un cambio probablemente ineludi- ble de la palabra “como” a la palabra “es”! y lo que podria haber sido un concepte ttil'deriva hacia una metéfora con dos térmi- nos indefinidos. Un primer ejemplo incluye el cambio entre considerar a la familia como un sistema a decir que la familia es un sistema. Por este camino se llega a decir “la terapia es conversacién” y, razonablemente, comenzamos a pensar que “terapia es igual a conversacién’. (La ecuacién: si la terapia es conversacién, luego la conversacién es terapia. Esta es una verdadera metafora en la que se sustituye un sustantivo por otro con un traslado de la significacién.) Mediante la forma gramatical construida alrededor de “es”, comenzamos errada e inadvertidamente a pensar que sabemos todo lo que hay que saber sobre hacer terapia: prima- riamente las aptitudes necesarias para mantener una con- versacién o continuar un didlogo. Esto. a su vez nos tienta erradamente a pensar que la terapia es la conversacién misma, es decir que “el factor curative” esta en compartir una charla. Asi como antes se hablaba de la “relacién terapéutica”, la expresién “la terapia es conversacién” constituye una com- paracién que aparentemente explica de qué trata en definitiva la terapia y sin embargo es algo tan vago e inespecifico que en realidad no nos dice nada, porque no dejamos de pensar cuando ereemos que sabemos de qué estamos hablando. La idea de que hacer terapia puede entenderse como una conversacién nos 24 seriala y nos recuerda los aspectos interactivos de la tarea, algo que es muy facil descuidar. Ademas, las nociones desarroliadas desde que la terapia se concibié como una conversacién, como una actividad de la que participan dos o mas personas, equilibran de algtin modo las significaciones tradicionales y de diccionario de la palabra “terapia” (proveniente del griego, con el significado de cuidar, curar), las cuales ciertamente pueden llevarnos a pensar equi- vocadamente en el terapeuta como alguien que obra sobre el paciente. Por ejemplo: terapéutico: que sirve para sanar o curar; curativo; dedicado a descubrir y aplicar remedios para las enfermedades. Parte de la ciencia médica que se relaciona con el tratamiento y la cura de enfermedades. Esto es, entender la terapia como una conversacién parece ser una util contradiccién de términos, en la medida en que nos lleva a concebir la tarea de hacer terapia y el uso del término “terapia” de modos que socavan y contaminan las definiciones que normalmente ofrece el diccionario de la palabra “terapia” (que, por desgracia, el término, lleva consigo autométicamente). Alo largo de todo este libro y del anterior (De Shazer, 1991) he continuado empleande la palabra “terapia” con gran renuen- cia y vacilacion. La he utilizado aun cuando no es exactamente la palabra adecuada, porque es el unico término de que dispon- go incluso para empezar a decir qué es esto de lo que estoy hablando, qué es lo que hacemos mis pacientes y yo. Desafor- tunadamente, “terapia” dice al mismo tiempo mds y menos de lo que yo quiero decir cuando utilizo ese término. Pero atin no he pensado ni oido ninguna otra palabra que pueda ocupar su lugar.’ A 1o largo de los dos libros yo deberia haberla escrito del siguiente modo: Ferapia. (Este tipo de tachadura indica una palabra utilizada, pero que en realidad no se desea usar. Puesto que la palabra es inadecuada, aparece cruzada; puesto que la palabra es necesaria, aparece legible.) Ferapia escrita asi expresa mejor su sentido, pero el uso constantemente repetido dela tachadura resultaria fastidioso y nos distraeria tanto a mi (como autor y lector) como a los demas (como lectores). Pero £Cémo digo entonces terapia? wok oe 25 IDIIIIIIIIDDIIDID DDD J IIIDDDD]DD)D JIDIIDIIOD ) )

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