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Ecologia-humanc: , \Ina propuesta bioética Ceo -(oR = TRere1 [i102 100] el ONT ael A ele ee Cloner creel Angel Maria Sopo Carlos Alonso Bedate Ricardo Mendoza, S.J. Juan Camilo Solas Cardona Ere oreo oy Acie ae) Gilberto Cely Galindo, S.J. wi oo erica perto Cely Galindo, S.J. Ore Tee OSL rr ee aR y teologia, estudios normales de ener es Ure MTU On en comunicacién social, con énfasi Porras tee Reema eee oan Ree coer) Moral y también una mae Toe atane nena Peer erga Vcc} En Bélgica, Louvain-la-Neuve, con una tesis meritoria de tercer ciclo, eee ee cock e En la Universidad de Lor Peaeen eeT aa pera rar nen en SER Ter eee Cel eo Pree ee eee nies Resse Caras Opera eek ay Peet Recto Preenre rears renters circ Pea eren ose ke ete ee eS Soe y de Ciencias. RL ee an ee eras? dirige el Seminario Interdisciplinario Pacer esate vb SSC N gee eee oR ents bioético de las ciencias (tres Peete eee tenn TO eer ee een Sear meet Actualmente es subdirector det Instituto de Bioética, en la Pontificia es Crest} Ecologia-humana: Una propuesta bioética CO. fe cic.) Na bel OMe 1 (i. can COLBCGION TETOS Y MANUALES Ecologla-humana una propuestabiodtica Gilberto Cely Galindo... fet al] Santa Fe de Bogoté: Centro Editorial Javeriano, 1998 248p. ISBN = 958 683 - 068-3 1. BIOETICA I. Cely Galind, Gilberto, 8.1, 1944 IL Nor de Caso, Fgnacio, 8... Barera de Aragén, Mari IV. Sop, Ange! Marla V. ‘eat, Carlos Alonso VI Mendoza, Ricardo VI, elas Cardona, Juan Camilo VIM. Herazo Acuna, Benamia IX. Rueda, Eduardo Alonso DB-UI-BG cpp: 610.694 EAT Diseio dea casita: Miguel Fernando Serna Jurado Prohibida ls reproducci total o parcial de este mates, sin auvoizacién por exrito de la Ponca Universidad Javetana Ecologia-humana: Una propuesta bioética Gilberto Cely Galindo, S.J. (Editor) Ignacio Nufez de Casto, S.J. Maria Barrera de Aragén ‘Angel Maria Sopé Carlos Alonso Bedate Ricardo Mendoza, S.J. Juan Carrio Salas Cardona Benjamin Herazo Acufia Eduardo A. Rueda Gilberto Cely Galindo, S.J. coLEcCCION BIOETICA TH: Pontificia Universidad Javerana Facultad de Ciencias Reservados rodos os derechos (©Pontifia Universidad Javerana Gilberto Cely Galindo, S.J, Ignacio Nitiez de Catto, SJ, Maria Barrera de Aragon, Angel Maria Sopé, Catios Alonso Bedate, Ricardo Mendoza, ‘J, Juan Camilo Salas Cardona, Benjamin Herazo Acuia, Eduardo Alfonso Rueda B (GA. Cente Faria javerano ‘Cra, PN? 40-62 Primer pico Santa Fede Bogoti Directors: Selma Macken Faley Centro Editorial Javerano Coordinacin Ftora: Jeannewe aches Naranjo Avtoedicién Miguel Fernando Serna ursdo Primera Ein 1998 ISBN N° 956-683-068-3 ‘Niimero de ejemplares: 300 Imprsion fotomecinic:avegrat invice Prestaracion 1, QUENO ES BCOLOGIA-HUMANA ae 2. HACIA UNA COMPRENSION DE LA ECOLOGIA-HUMANA wnnonesnnnnenntinnee LS 3. DE LA METAFORA A LA REALIDAD 25 4, ACERCA DE Los AUTORES 28 Notas 31 DEL ANTROPOCENTRISMO AL ECOCENTRISMO: NUEVA VISION DE LA CREACION REsuMEN ‘AgsrRact RESUME... mos EL PROBLEMA ECOLOGICO COMO PROBLEMA TEOLOGICO.. 42 [MODEL MECANICISTA Y NACIMIENTO DE UN NUEVO PARADIOMA 50 {GES POSIBLE UNA COSMOVISION ECOCENTRICA DESDE LA COSMOVISION CRISTIANA? 33 Noms... 61 LA ENERGIA Y LA ENTROPIA EN EL HORIZONTE, DE LA ECOLOGIA-HUMANA Resumen a) ABSTRACT ss o Resume — REVERSIBILIDAD EIRREVERSIBILIDAD DDESORDEN Y ENTROPIA [BERGIA Y ENTROPIA ‘ORDEN, DESORDEN ¥ NEGUENTROPIA, La ENTROPIA Y EL.NO EQUILIBRIO [PROCESOS ENTROPICOS Y NEGUENTROPICOS LA RESPONSABILIDAD ES DE TODOS ... INFERENCIAS BIOETICAS Bustiooratia Noms. Hermenturica Y BIogTica RESUME... Apsreact Resume o 1, LA HERMENEUTICA FILOSOFICA COMO SABER DE SENTIDO, 2. BL SABER DE SENTIDO DE LA BIOETICA 3. La HERMENEUTICA DEL ARTE DE CURAR.. Nons wll CieNciA, DIALOGO CULTURAL Y EQUILIBRIO MUNDIAL oS 6 17 17 1 IMPACTO DE LAS BIOTECNOLOGIAS.. .REPERCUSION DE LA BIOTECNOLOGIA EN LOS FACTORES ECONOMICOS ELECCION DE LA ACTIVIDAD BIOTECNOLOGICA. RELACIONES INTERNACIONALES EMERGENTES.. MUNDIALIZACION DE LOS PROGRAMAS DE DESARROLLO [NECESIDAD DE ELABORAR UN NUEVO SISTEMA DE DESARROLLO DE CONFIGURACION MUNDIAL Concwsion (CREACION DE UN SisTENA DE DESARROLLO INTEGRANTE DE VALORES NO CONTABLES EN TERMINOS MONETARIOS GHAY LUGAR PARA UN NUEVO PARADIGMA DE DESARROLLO? BIBLioGRAFA .. APORTES DEL MUNDO DE LO RELIGICSO ALA REFLEXION BIOBTICA Resumen ABSTRACT RESUME an |. ELEMENTOS FUNDAMENTALES DEL MUNDO DE LO RELIGIOSO .. (CUATRO ELEMENTOS FUNDAMENTALES CARACTERIZAN EL MUNDO DE LO RELIGIOSO 2. APORTES DE LOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS ISTORICOS A LA REFLEXION BIOETICA HINDuISMO .. Bupiso, Jupaiswo Isuam. Chistianismo Conctusion Noms 2 123 12s 126 128 BI 134 134 Bs 140 os M3 14 14 us 145 147 147 149 151 152 153, 156 158 PISTAS PARA LA BLABORACION DE UNA BIOETICA JURIDICA Resume 161 ABSTRACT 161 RESUME... : o 162 1. VIGENCIA ¥ URGENCIA DEL PROBLEMA DE LA RELACION ENTRE BIOETICA ¥ DERECHO wo = a sone 168 1.1 DEL Postrvismo JURIDICO AL DERECHO POSIT sue 164 1.2 EL noRowre cLARO-OscURO DE LA BIOETICA 166 2. BL CARACTER DE LA BIOENCA 168 2.1 La BIOETICA DEBE TENER INCIDENCIAS MORALES, PERO NO DERE CONSTTTUIRSE EN UNA MORAL MAS saosin 169 2.2 La BIOETICA COMO EJERCICIO ACADEMICO... 170 3. De ta Bioerica ¥ EL DERECHO ‘ANA BIOETICA JURIDICA IT BustiooRAria 13 La BIOETICA EN BL MANEJO ECOLOGICO DEL PROCESO SALUD-ENFERMEDAD Resumen so ABSTRACT. 177 Resume: 178 InrRoDuccios. - sn TB HACtA UN MARCO CONCEPTUAL 18] [BREVES ANTECEDENTES DEL MANO DEL PROCESO SALUD ENFERMEDAD. a 185 SMTUACION ACTUAL: LA BIOETICA MAS ALLA DE 10 LEGAL... 'PROPUESTA PARA UN MANEJO ECOLOGICO DEL PROCESO SALUD ENFERMEDAD wane. 190 ANALISIS ¥ COMENTARIOS SOBRE LA PROPUESTA. 191 ‘Conctustones ¥ RECOMENDACIONES. 194 Brntsoceasia 195 EDUCACION, MULTICULTURALISMO Y DESARROLLO Resumes Aasrract Résune: ENTRADA . REcONOCER IDENTIDADES. : [Lo MULTICULTURAL, PENSANDO LOS ENTRECRUZAMIENTOS Lo Eno, PENSANDO LAS AMBIGOEDADES [EL DESARROLLO. PENSANDO LAS REGLAS DEL JUEGO. Lo EDUCATIVO. APRENDER A JUGAR NOTAS enn LA BIOBTICA AL RESCATE DE LA DIGNIDAD DE LA VIDA EN TODAS SUS MANIFESTACIONES Resumen ApsTRAcr .. Résumé oe 1- CoN resPecto AL METODO 2- {Que EYTENDEMOS POR BIOETICA?... 3+ {QUE SIONIFICA UN SABER INTERDISCIPLNARIO? 4- {QUE ENTENDEMOS FOR DIGMIDAD DEA VIDA? 5- La BIOEMICA EN MEDIO DEL CONFLICTO ENTRE DOS VALORES RADICALES: LA VIDA ¥ LA LIBERTAD.. 17 EL PUNTO DE VISTA CATOLICO 8- A MoDO DE CONCLUSION Notas 2B 233 2a PRESENTACION Por Gilberto Cely Galindo, S.J. 1. Qué No ES ECOLOGIA-HUMANA. No es la Ecologia-humana una més de las palabras que han hecho inflacién en el vocabulario de finales del siglo XX. No es una idea slight» que pueda ser asociada con la literatu- ra ligeta del esoterismo caleidoscopico de la «Nueva Era». No es un concepto creado para servir de comodin en la eclosién de saberes que la Ilustracién engendro en el caldo de cultivo de la Modernidad. La Ecologia-humana no es otra disciplina que ande en busqueda de legitimidad y que ansiosamente pretenda ocupar una silla en el sacrosanto paraninfo de las ciencias. Tampoco es un vocablo recién aparecido y «snob», carente de historia y de enjundia tedrica para avalar su voz en el didlogo precursor de soluciones a los macroproblemas éticos contemporaneos. Y menos atin, no tiene la pretension de suplantar con alevosia el bien ganado espacio de la ética va, Hamada felizmente Bioética, que apuesta porque viva la vida en contravia de un ejército de adversidades que ame- nazan la vida con todo tipo de sutiles y grotescas agresiones y violencias. 2. HACIA UNA COMPRENSION DE LA ECOLOGIA-HUMANA El termino Ecologia-humana, que ahora se nos antoja es- cribir con guién para unir indisolublemente en un solo con- cepto las dos palabras que lo componen, hunde sus raices histéricas en los gedgrafos alemanes, goza de una bibliogra- fia abundante y de significaciones multiples. El esfuerzo bioético de andiisis humano desde lo ecolégico, lo ha venido haciendo la Ecologia-humana desde Ratzel y los geégrafos alemanes del siglo pasado con la llamada ecologia antropolégica, que busca las relaciones entre medio ambien- te y tecnologia, lo que dié lugar a la ecologia-cultural yal neo-evolucionismo. Park, en 1921, y Durkheim, en 1920, con la escuela sociologica de Chicago, impulsaron este concepto de Ecologia-humana hasta convertirse posteriormente en una obsesién sobre lo urbano con Mackenzie, Hoyt y Burgess. Dicha escuela abre cada dia mas espacios a la comprensién del ser humano desde la naturaleza y no al contrario. Es asi como surgen nuevas corrientes arquitecténicas y urbanisti- cas que quieren devolver la ciudad al campo y articular los uusos humanos del espacio con la logica de la vida que ha sido puesta en evidencia por los avances cientificos de la ecologia. Park y Burgess, en sti libro Introduccién a la ciencia de la socio- logia, proponen comprender la interaccién social como fruto de cuatro procesos: competencia, conflicto, acomodacién y asimilacién. En correspondencia con la interaccién de di- chos procesos, la organizacién social es el resultado de la articulacién de cuatro 6rdenes: el ecolégico, #1 econémico, el politico y el moral. Poco después, en 1931, Alle publica «Cooperacién Animal» en el AJS American Journal of Sociology I, argumentando que la vida social tiene sus raices en los principios de la lucha por la existencia y la cooperacién, posicién radicalmente con- traria a la de Park que veia a la sociedad, al mejor modo burgués, como resultado de la competencia y el conflicto. Lo curioso es que, mientras para Park era esencialmente el pro- ceso social de competencia/cooperacién lo que generaba la Ecologia humana, para Alle era esencialmente el proceso bio- logico de cooperacién/competencia lo que generaba la socie- dad. En el primer caso, la Ecologia-humana es una metafora importada de la biologia para explicar una forma particular de organizacién social, mientras que, en el segundo, la so- ciedad es una metafora importada de las ciencias sociales para ayudar a explicar un tipo de organizacién natural. La ciencia occidental moderna trajo consigo, desde su na- cimiento, una separacion entre el hombre y la naturaleza, con consecuencias desastrosas para ambos, Error del cual se esta resarciendo con los aportes de la fisica cudntica, de la teoria de la relatividad, de los aportes nuevos a la teoria de la evolucién, de la biologia molecular, de la ecologia, de la genética, de la mas avanzada teoria de la comunicacién, de las logicas no lineales y paraconsistentes que apuntan hacia las matematicas de lo irregular, como la geometria de los fractales, 0 las matematicas de lo elastico, como la geome- tria topolégica. Estas nuevas ciencias estén preguntando por una epistemologia que, evadiendo simplismos, proponga un quehacer unificador de’ comprensién de la realidad, con base cn la «interrelaciére como factor articulante de cuanto se pue- da decir de lo uno y de lo multiple en el devenir de la totali- dad. Los repuntes de esta epistemologia demandan una ra- zon de coherencia del saber, demuestran la artificialidad con que hemos dividido las ciencias entre naturales y humanas, y disuelven la falaz separacién entre hombre y naturaleza, para reconocer en el hombre a la naturaleza que fluye en devenir hacia la conciencia de si misma. En el centro de esta coherencia, como dice Prigogine, esta la constatacién del de- venir: «He ‘aqui, para nosotros, el ejemplo tipo de la nueva coherencia entre las ciencias que creemos posible en lo su- cesivo, coherencia fundada no sobre una definicién unitaria de la tobjetividad cientificar, sino sobre un problema comin, el del devenir, al que remiten tanto la pertinencia de nues- tras preguntas como sus limites». Alexandre Koyré, el gran historiador de la ciencia nos pre- senta esta separacién de la manera siguiente: sHay algo de lo que la ciencia moderna en general se ha responsabilizade: es la divisién del mundo en dos. He dicho que la ciencia moderna habia deamantelado las barrerss que separa- ban el cielo y la tierra, que unilfica y unified el universo; esto es verdad. Pero también he dicho que lo hizo sustituyendo nuestro ‘mundo de cualidades y percepciones sensibles... por otro mundo: ‘1 mundo de Ia cantidad, de la geometria verifcada, un mundo en el que hay sitio para todo menos para el hombres. La ciencia moderna leg6 a los limites de proyectar, desde su esquematismo cientifico, una imagen positivista, determinista y reduccionista de la naturaleza y del hombre, donde ciertamente no tiene cabida la imagen de la naturale- za de la ciencia actual, ni el mundo aleatoric del hombre. Esta separacién leva detrés un interés por manipular la naturaleza hacia la consecucién de intereses humanos parti- culares, muchas veces mezquinos. Ilya Prigogine, para mu- chos el gran profeta de la ciencia contemporanea, expresa esta problematica de la siguiente manera: «La imagen tradi- cional de las ciencias ha estado disociada entre dos polos apa- rentemente contradictorios: busqueda de ura realidad «objeti- va», mas alld de los fenémenos que «afectan’ a los hombres, ¥ empresa de dominacién, de sometimiento al calculo y a la revision. Por encima de su contradiccién estas dos imagenes de la realidad cientifica convergen hacia una conelusién uni- a: es fatal que esta realidad separe a los hombres del mundo en el que viven, que este mundo sea ilusorio 0 que solo «cuen- tes en la medida en que puede ser medido y manipulado? Sin embargo, ha sido el mismo saber cientifico, de este siglo, el que més ha reaccionado contra las patologias de la ciencia moderna y el que nos ha restablecido esa unidad perdida entre cl hombre y la naturaleza. Desde el corazén mismo del antagonismo se ha desmantelado la imagen determinista de una naturaleza que solo existia de manera abstracta en la mente del cientifico y ha surgido otra imagen mas cercana a la experiencia humana. Por tanto, la Bioética, como disciplina que dialoga con las ciencias actuales, parte del presupuesto de un continuo o de una unidad mas fluid entre el hombre y la naturaleza. Por so proponemos como categoria teérica en el horizonte de la ioética el término Ecologia-humana. Sin desconocer el papel indispensable de la Ecologia, como arbitro de esa lucha toda- via sostenida del hombre con la naturaleza, la Bioética quiere ubicar su lenguaje y sus conceptos fuera de los malentendidos gue alimentan esa lucha, Es decir, la Ecologia-humana pre- tende ser un lente que corrige, con’el presupuesto de la uni- dad que ella no ha inventado, el astigmatismo de nuestras miradas, para que podamos reconocer los nexos cscondidos de lo que aparentemente se encuentra escindido. Haeckel (1879) dice de Ia ecologia que es «la economia de la naturaleza y José A, Lutzemberger (1979) manifiesta que da ecologia es ia ciencia de la sinfonia de la vida, y es la ciencia de la supervivencias. Digamos nosotros que la Boologia-humana 69 un talante de reflexion interdistiplinuria que ofrece una orlenta- ién critica para ejercer con prudencia nuestra voluntad libre-rela- cionada, en la direccién que nos conduzea a desarnllar hdbitos de vivir en justa armonia con nuestro entorno social y natural, en orden. @ maximizar las condiciones de una vida digna. Sera conveniente que nos detengamos un poco a escu Aar los principales términos de esta nocién de Ecologia-hu- mana, con miras a facilitar su comprensién, la cual desborda estas paginas introductorias y hay que seguirla zigzagueando por los temas que exponen los autores del presente libro. Al decir «talantes (palabra que suena un tanto extrafia en el Ambito de una definicién conceptual), queremos significar ac- titud, postura fundamental, instancia comportamental de pro- funda raigambre existencial que lleva sus convicciones a sen- tir, pensar y actuar coherentemente. El talante al que nos referimos es a una manera especifica de hacer Bioética, facil- mente reconocible en todo pronunciamiento analitico de los problemas que exigen valoracién moral y toma de decisiones. Este talante es el compromiso con el espacio surgido de la reflexion interdisciplinaria, que asume Jo relacional como clave hermenéutica de todo analisis y la referencia ineludible a la totalidad como oferta permanente de sentido. Lo relacional condiciona nuestra voluntad libre con interacciones y tecipro- cidades que acotan la sobrevivencia de todos los pobladores, hhumanos y no, del espacio vital. En este sentido hablamos de «voluntad libre-relacionada». Dicha relacionalidad evoca los términos de justicia y de prudencia. La sjusticiar es la virtud ética por excelencia,’ segin el pensamiento que de Platén va a Aristételes y asume también Santo Tomés, y va dando saltos por los grandes pensadores modernos y contempordneos, en- te los cuales vale destacar los nombres de Kant, Dewey, Piaget, Kohlberg y Rawls. El criterio de lo gusto» esta en la genesis de Ja conciencia moral, es siempre de caracter relacional y es hilvanante de todos los otros valores. La prudencia, al igual que la fortaleza y la templanza estan ordenadas a la justicia, conformando con ella las cuatro virtudes cardinales*, a las cuales tendriamos que volver para vivir dignamente, en justas relaciones ecolégicas. Aristételes hace un largo discurso so- bre la «prudencia»’, 0 sabiduria practica, mediante la cual ac- cedemos a aplicar los grandes principios étices en decisiones urgentes condicionadas por situacinnes de incertidumbre. Esta frénesis, 0 prudencia, debemos entenderla como una virtud que conduce a la justicia, por lo tanto es una virtud de media- cin y no de finalidad. Y la misma justicia, a la cual deben conducir todas las virtudes, tampoco es fin tiitimo, sino que es relacionante de las personas que interacttan para establecer entre ellas un “justo medio” que equilibre sus vinculaciones, Como de lo que se trata es de llevar nuestra voluntad libre- relacionada a desarrollar habitos éticos de armonia entre nues- tra manera de sentir, de pensar y de actuar en coherencia con la légica de la vida que se nos da a través de las relaciones sociales con los entornos bidtico y abistico, es decir, el de los seres vivos y sin vida respectivamente, se nos propone asi un modo econémico de vivir que reduzca costos vitales y maximice los beneficios de la interaccién de todas las formas de vida que colorean de azul nuestro planeta Tierra Cuando el ser humano crece en su dinamica vital y as- ciende a los niveles de autoconciencia, donde anida la ética, simultaneamente hace crecer su habitat en la misma di mension dignificadora de s{ mismo al abrazarse en herman dad con la naturaleza que magnanimamente se le ofrece como biotopo (espacio embarazado de vida y semillero de la misma) y como psicotopo (espacio fértil de emergencias recreativas del mundo de Ja interioridad afectiva, de bisqueda de pleni- tud, de la experiencia como acto reconstructivo de lo real, de lo trascendente y de las preguntas tltimas como informadoras de sentido); por ésta razén, podriamos hablar de proceso de humanizacion del hombre y de su habitat, en concordancia con el pensamiento de Teilhard de Chardin’ La Ecologia-humana tiene tres componentes: 1a reconci- liacién del hombre consigo mismo (ecologia de la mente, se- gin Gregory Bateson’), la convivencia arménica con los de- més seres humanos (ecologia social y el «derecho a la ternu- ta», segtin Luis Carlos Restrepo"), y el equilibrio sustentable con la naturaleza biética y abiética (holismo biético, segin la hipstesis Gaia de James Lovelock’), En sintesis, las tres ecologias de Guattari"®, dimensionadas en un humanismo cientifico que nos permita resignificar las relaciones del hom- bre con su entorno natural y construido y buscar un equili- brio dinamico de dichas relaciones para el bien del ser hu- mano y de la naturaleza, evadiendo el antropocentrismo que hha sido nefasto en la cultura occidental. Los tres componen- tes mencionados anteriormente de la Ecologia-humana tie- nen su base en las tres leyes fundamentales de la ecologia."! La sBioética Global» inspirada por Van Rensselaer Potter, abre horizontes @ la comprensién del ser humano en indiso- luble relacion con su entorno natural, y evita restringir la Bioética a los aspectos médicos de la salud humana, por lo tanto a no medicalizar y shospitalizar+ la Bivética. | Potter, recuperando a Aldo Leopold para su causa, asocia lo ecoldgico con lo humano, como conditio sine qua non es posible cons- truir una ética de la vida, para lo cual son imprescindibles los datos de las ciencias biologicas. La ignorancia que la ética filosofica y la teologia moral tradicioneles han tenido de los aportes de las ciencias naturales las convirtié en pro- puestas abstractas y esencialistas, alejadas de la realidad ¢ insuficientes para resolver los problemas éticos concretos, propuestos por las tecnociencias en el ambito de la vida real. Asi la Bioética global, a decir de Potter, es un puente hacia el futuro que eslabona las ciencias con las humanidades en busqueda de la supervivencia de toda la biosfera, bajo la res- ponsabilidad moral de los agentes humanos. Para que el hom- bre asuma dicha responsabilidad, no basta con incriminarlo de todos los dafios ecoldgicos que ha causado y hacerle pagar por ellos con sentimientos de culpa y expiacién de la misma, conminandolo a tareas restauradoras y presecvacionistas del habitat. No basta tampoco decir desde una ética antropocéntrica, que la supervivencia del hombre depende de su buena conducta con la madre naturaleza. Es insufi- ciente mirar el futuro con propuestas a medias de proyectos de «desarrollo sostenibler, para que supuestamente lo cum- plan los paises del Tercer Mundo, en beneficio del Primero, Porque los paises ricos no piensan renunciar al nivel de vida opulento y derrochista del nefasto modelo de «desarrollo sos- tenido» aupado por las fuerzas brutas del mercado globalizado del capitalismo neoliberal. Para que el ser humano responda éticamente por su suerte y la del mundo, es necesario cambiar el paradigma antropolégico de occidente y crear una nueva cosmovision que resignifique el sentido dei hombre y del mundo, hoy profundamente diso- ciados. Sugerimos como nuevo paradigma la presente propuesta bioética de Ecologia-humana. Con ella queremos cerrar la brecha entre naturaleza y cultura, que ha dado lugar a un tipo de antropologia filosofica legitimante de las actitudes arro- gantes y avasalladoras que desde la cultura hacemos a la na- turaleza. Esta antropologia disociadora de naturaleza y cultu- fa encontré sus mejores profetas en Bacon, Descartes, Hume, entre otros, ¢ inspiré el desarrollo tecnocientifico y la gran dinamica econémica que alimenta los modelos de desarrollo basados en el incremento del producto bruto como indicador de bienestar, haciendo caso omiso de los dafios a los ecosistemas y de la importancia de los valores espirituales Para el bienestar humano y del mundo. La construccién de los valores morales no puede ser independiente del habitat, como también la construccion de! habitat es un reflejo de los valo- res existentes. Prueba de ello es que toda pérdida de biodiversidad natural lo es simultaneamente de diversidad cultural. Y como dice el jefe Seatle: «El hombre, sin los anima- les, morira de una gran soledad espiritual, La influencia de la interpretacién del pensamiento de Platn que se hizo en occidente trajo ese dualismo que pone en el homo sapiens el concepto de las ideas eternas y su conse- cuente superioridad ntica desde la cual se miran las otras realidades como perecederas y en subordinacidn jerarquica. Solamente superior al hombre es el SER, del cual participa pero con el que no se identifica, en virtud de su radical alteridad y distanciamiento de las sombras de si mismo re- fijadas en la caverna terrenal. No en vano han transcurrido 16 siglos desde que las interpretaciones del pensamiento de Platon y Aristételes influyeron en la fe judeocristiana y fue- ron la mejor manera de expresar la teologia con argumenta- ciones metafisicas."® San Agustin ha dejado la huella platénica en 1a teologia moral cristiana, con profundo sabor maniqueo, en la cual se sobrevalora lo espiritual sobre lo material y se alinderan el mal y el pecado con Jo corporal y mundano, en abierto antagonismo a la esencia de lo humano. Por otra parte, Santo Tomas de Aquino" articula el mensaje cristiano con la metafisica y la logica aristotélicas, llevando a pérdida la experiencia y viven- cia de la fe por el afan de buscar soportes racionalistas de la misma, lo cual condujo a los esencialismos abstractos y a los dogmatismos surgidos al toparse el intelecto con lo mistérico. E| hilemorfismo aristotélico no aporté una superacién del dua lismo cuerpo-espiritu, sino que fortaleci6 progresivamente el divorcio entre lo material y Io espiritual, entre lo perecedero y lo eterno, entre lo apetecible y lo rechazable. Es asi como el humanismo de perfil helenistico escinde al hombre entre un cuerpo material cargado de caducidad y de pasividades y un alma espiritual ¢ inmortal que tiene la no- ble tarea de purificarse sometiendo la naturaleza material a los valores trascendentales del espiritu, donde supuestamente anida la esencia de lo humano. Y estamos aqui en el niicleo medular de la diferenciacién entre naturaleza y cultura, que enfatiza en la primera la realidad material de nuestro ser, ¥ en la segunda la actividad racional propia del alma cspi tual, subordinando a su destino y necesidades todas las otras realidades, y haciendo asi surgir el criterio de fin y de me- dios, en cuya diferencia reposa la afirmacién kantiana de la dignidad humana. Cuando se radicalizan las diferencias entre lo esencial- mente humano y las cosas ajenas a él, entre el sujeto y los objetos, se corre el peligro de desencarnar al hombre ¢ idea- lizarlo en detrimento del mismo hombre y de su contexto terrenal. Asi las cosas pierden sentido en si mismas y que- dan a merced de la significacién subsidiada que la cultura quiera otorgarle, corriendo generalmente con la mala suerte de venir a menos y de ser expoliadas de su naturaleza y de toda posible dignidad. La incapacidad del hombre de encon- trarle limites a sus deseos se potencia cada vez mas con el desarrollo de la inteligencia que se expresa en el conoci- miento cientifico y tecnolégico, con el cual desvela el secreto del micro y el macrocosmos para intervenirlos temerariamen- te. De esta manera crece la expectativa humana de dominar la naturaleza y de esclavizarla a su servicio, creyéndose aje- no y radicalmente distinto de ella, como si furse un persona- je antagénico, con tan mala suerte que a las pingiies ganan- cias agrega destruccién de su entorno y desolacién de su ecologia espiritual. Mientras més progresa la humanidad en combatir las enfer- medades para lograr un estado ideal de salud, mayores son sus angustias ante la longevidad que en nada favorece un futuro feliz, maxime cuando los avances en ¢l control demo- grafico invierten desfavorablemente la piramide de edades con Ia consecuente disminucién de fuerza humana produetiva. Por otra parte, las conquistas en el uso de fuentes energé- ticas y la transformacién industrial de los recursos natura- es han llevado a una despiadada destruccién del habitat con cfectos boomerang sobre su victimario. Estos dos ejemplos, el de la salud relacionado con 1a demografia, y el de la ruina ambiental, ponen de manifiesto una amplisima gama de macrodesordenes éticos en los cuales subyace el dualismo platonico causante del divorcio que el hombre ha establecide entre el concepto que tiene de si mismo y de las otras reali. dades de su casa terrenal Urge, entonces, restaurar un equilibric dinamico entre el hombre y su entorno natural y entre el individuo humane con su contexto social que permita la supervivencia exitosa de todos los pobladores del oikos'*. Esta reconciliacion entre Paturaleza y cultura es la propuesta paradigmatica de Ecologia. humana vista a la luz de la Bioética como una nueva étice’de Ja vida: para que viva la vida con todas sus vitalidades, Des. de esta perspectiva, emerge un modo diferente de concebir al ser humano y de valorar su accién en el mundo. De manera sugerente podriamos postular los siguientes asertos: El hombre es naturaleza que se hace cultura, En una sola realidad no escindible es fenoménico y nouménico. Es dotas cion genética sexuada y capacidad racional espiritual transformadora del habitat y de si mismo, en biisqueda de sentido a través de su insaciable fabricacion de descos. Ee materia-energia altamente organizada, ser sometido tambien a las leyes de la mecénica cuéntica, producto de un largo y complejisimo proceso evolutivo, cuya maxima expresién esta representada biolégicamente en el desarrollo nervioso encefalorraquideo, en el cual descansan fundamentalmente sus funciones pensantes, psiquicas y espirituales, En otras Palabras, en su sistema nervioso central reposan su gran Capacidad adaptativa al habitat para su supe-vivencia, la adap. tacion que hace culturalmente del habitat para su bienester y Ja continua construccién que hace de si tismo en un pro. Ceso filogenético y ontogenético de humanivacién. En el contexto espacio-cultural, el individuo de la especie humana adquiere y expresa su peculiaridad de persona. Aft. ma su irrepetible individualidad racional-espiritual, gracias a la diversidad con la cual se relaciona dialogalmente en proce. 80s simbélicos de comunicacién constructiva de las dignicia: des del yo y de la alteridad. La dignidad interna del individuo humano, que le da la impronta de sujeto frente a los objetos, en consecuencia fin en si mismo y no medio, que impide cual- quier posibilidad de convertirlo en mercancia segiin el criterio Kantiano de la dignidad, lo hace capaz de ser auténomo, (de darse sus propias leyes), como ejercicio de la razén especula- tiva y de la voluntad libre-relacionada que paulatinamente le permite acceder a la autoconciencia donde se afirma y expre- sa en plenitud su peculiar condicién de sujeto moral. 3. DE LA METAFORA A LA REALIDAD Cuando hablamos de Ecologia-humana como propuesta bicética, estamos convocando a tomar conciencia de la com- plejidad del fendmeno de lo viviente para asumirlo éticamente, a sabiendas de que los seres humanos pertenecemos a él como parte substancial de su tejido y como la lucidez de su emergencia. La conciencia de esta realidad nos viene fecun- dada por los datos de las ciencias biolgicas que hoy aportan a la reflexin moral el ineludible compromiso historico de dar buena cuenta del misterio de la vida, al cual hemos accedido con capacidad de intervenirlo, interpretarlo y de modificarlo. Si las ciencias y las tecnologias nos conducea cada vez més al conocimiento de la materia-energia y a sus modos de cons- tituir el micro y ¢l macro cosmos, lo bidtico y lo abiético, esas mismas ciencias y tecnologias que bien podemos lamar direc tamente stecnocienciass, se constituyen a su vez en una ins- tancia cultural de muy alta connotacién moral por referencia directa al inmenso poder que las acompafia de manipulacion transformadora de los diversos niveles del orden ecolégico. Asi confirmamos la evidencia de que el homo sapiens, mas que adaptarse al medio ambiente, interviene en ¢1 adaptandolo a ‘sus propias necesidades y a proyectos de bienestar, los cuales no siempre se articulan coherentemente con la l6gica de lo viviente y producen disfunciones severas entre naturaleza y cultura, acarreando nefastas consecuencias para las dos. Una de las tareas éticas de la Ecologia-humena es poner en evidencia los males ocasionados por una antropologia que di- socia la naturaleza de la cultura, produce antegonismos entre ellas y altera los equilibrios existentes entre los niveles 2 ‘erro catvoaLn00, 5, ecolégicos de la mente, de la psiquis, de lo social y del habitat. En consecuencia, desarticulacién patolégica entre los aspec tos psicol6gicos, religiosos, politicos, sociales, tecnocientificos, econémicos y ambientales que holisticamente conforman la conciencia ética de unidad del ser humano con el mundo y lo comprometen a responder por el todo de lo real. La Ecologia- humana se entendera aqui como la produccién de cultura en orden a solucionar los disbalances humanos, manifiestos en multitud de crisis y signos de malestares que nos hacen arries- gar la circunstancia que ha sido nuestra costumbre: que la vida sobre la tierra siga jugando de nuestro lado. No en vano, el homo sapiens se abroga el derecho de ser la consciencia que el mundo tiene de si mismo como noosfera de la biosfera, lo cual le permite ser una especie privilegiada y ascender al status de homo moralis, en virtud del cual hablamos de Bioética, como un saber interdisciplinario y hermenéutico en construccin que se hace cargo de las justas relaciones del hombre consigo mismo, con los otros y con su en- torno, en busqueda del sentido de la vida y de su calidad, desde un horizonte valorativo, Hablar de Ecologia-humana implicaré lo relacional. El ‘substrato fundamental al fondo de cualquier proposicién teé- rica de corte ecologico es esta advertencia de tejido, de tex- tura interactiva, de complejidad creciente y de reciprocidad cooperativa entre todos los actores que luchan competitivamente por mantenerse activos en el espacio vital. La Ecologia-humana es una metéfora moral iluminadora de sentido del interactuar humano que hilvana lo adaptativo con lo creativo en la multiplicidad de hilos invisibles del fenémeno de la vida, con el cual se apaiia el hombre en suerte comtin. Como metafora moral, salida de las entranas mismas de las ciencias biolégicas, 1a Ecologia-humana interpela un modo de vida humano que haga de la necesidad virtud, y de la adapta- cin creativa un ejercicio valorativo de la voluntad libre-rela- cionada con el todo de la realidad que se encuentra implicito en cada una de las partes. Porque la reproduccién del todo ecolégico en cada una de las unidades vitales es garantia de sobrevivencia de las mismas, en cuanto compromiso de articu- lacion dinémica de las partes con el todo, y en cuanto emer- gencia azarosa de un todo estructurante de funciones bioticas que supera cualitativamente la sumatoria de las partes. sexe a Lo ecolégico sefiala la Logica del tejido en el cual cada hilo se sostiene en los otros y tod®s conforman una unidad que da la razin de la sostenibilidad de los hilos particulares del teji- do. Esta unidad nueva es, a su vez, una totalidad integradora de totalidades diversas, de cuya relacién surgen, de nuevo, unidades nuevas y mas complejas. La unidad en la diversi- dad resulta del ajuste de las partes para e! funcionamiento del todo, como sucede, por ejemplo, con las células de un organismo pluricelular. Este ajuste estara determinado por las finalidades naturales del organismo mayor. Asi, por ejem- plo, el rajustes entre células de un organismo determinara la supervivencia de éste. Equilibrio significara el resultado de un juego en el que cada factor participa en una proporcién adecuada, ajustada a las necesidades de la totalidad mas compleja y siempre inestable de procesos homeostatico: Desequilibrio sefialara excesos o defectos en la participacién de uno 0 varios factores. Equilibrio y desequilibrio son, en- tonces, categorias «teleolégicas» que se pueden establecer tinicamente desde las «finalidades» 0 mejor teleonomias de las totalidades mayores donde participan unidades menos com- plejas, en ordenamiento jerarquico. Estas sfinalidades» 0 teleonomias establecerén la razén de reparticisn apropiada a la participacién de uno 0 varios factores."* El stalantes del que hablamos en el concepto de Ecologia- humana comporta una exigencia de conocimiento de los da- tos de las ciencias biolégicas para construir, con propiedad, las reflexiones bioéticas."” Y, de la misma manera, los cientifi- cos de la biologia no pueden prescindir de la ética para llevar a cabo su quehacer. En el libro Biologia y Etica, Bruno Ribes nos dice lo siguiente: «La razén no puede dar sentido mas que asumiendo aquello de donde emerge; una ética que se considere razonable no puede existir si hace abstraccién de las exigencias propias que requieren la manifestacién de i vida de acuerdo con todas sus potencialidades. Por el contra- tio, la bio-légica no puede alcanzarse en cortra de las exi- gencias propias de la razén (y, en primer lugar, en contra de las condiciones necesarias para su ejercicio)«® En consecuencia, el modo de vida humano asume para si la logica de lo ecolégico, armoniza el desarrollo cultural de su naturaleza con la naturaleza de lo no cultural, economiza costos adaptativos con el entorno y genera hébitos virtuosos de humanizacién que simultaneamente sean humanizantes de su habitat. Este libro de Ecologia-humana reclama para cada hombre y mujer el derecho y la obligacién de reconocerse como un Pequerio ecosistema selvatico donde pulula intensamente una vida interior, donde no dan tregua los arrebatos de una com- pleja realidad que puja constantemente hacia un ser-mas, de lo cual cada persona viene a enterarse por los descos insatisfechos de plenitud y por la necesidad imperiosa de una brijula moral para alcanzarlos. Este libro de Ecologia-humana vertebra la dignidad de lo hhumano con su casa terrenal, y alega para ella una dignidad subsidiaria que se establece por la mutua cooperacion en pos de finalidades convergentes en un proceso teleonémico conservativo. Parafraseando a Gregory Bateson, este libro intentara dis- poner pasos para construir una ecologia de lo social, de lo ambiental, de lo intimo, de modo que podamos sobrevivir como humanos y reproducir espiritualmente nuestro mun- do biologico en ia complejidad de sus propias posibilidades, esto es, actualizar los drdenes de ser en orden a la pleni- tud. Esta plenitud, inacabada, intangible, abstracta, histé- rica, también azarosa, ética y estética, sera el dispositive necesario para sjalonar» la produccién justa de sociedad y de cultura. Este sera un programa antropolégico y un pro- grama ético que dara buena cuenta de todas las manifesta- ciones de la vida y de sus vitalidades, al asumir responsa- blemente el hombre su puesto de ser la conciencia real del devenir de lo real. 4. ACERCA DE LOS AUTORES Los autores del presente libro pertenecemos a un semina- rio interdisciplinario de Bioética, comprometidos con tareas investigativas y docentes en esta area de conocimiento, alta- mente valorada por la Universidad Javeriana, pues ya tiene un espacio propio, como Instituto, en el ambiente organizacional de la academia.

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