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pados. Desde que el pequefio tenfa cuatro afios srentes terapeutas, ensayando diversas opciones: ori de autoayuda para la madre, terapia conductual sulta psiquidtrica; nada result6 hasta ahora y el estado del Transitan entre mutuas culpabilizaciones que luego vuelea jera, acusando de inoperantes a las sucesivas instituciones escola: n cinco aiios de escolaridad—. Peregrinan de un profesional a otro se habilite un espacio para la interrogacién acerca de qué tiene! ve r ellos con el padecimiento de su hijo y cudles podrian ser las m | para que el nifio manifieste su malestar de esta manera. aceptar que el nifio esté sufriendo, consideran que los Por lo tanto, la demanda que subtiende a la consulta n las herramientas necesarias para revertir la situaci su hijo, a quien otros profesionales ya d 1 loe nas de iniciado el proceso psicoterapéutico, terapeuta debido a que Augusto, que acabal ‘do en esa nueva institucién, “esta imposible”. pueden con él, no se deja ayudar, no confia en nadie. Li da en concurrir al colegio, realizar una observacién de y luego llevar a cabo una reunién conjunta con la direcei dagoga de la instituci6n. La escena que relataremos s¢ inicia en la jornada anterior al la terapeuta del nifio acude a la institucin y contintia al dia siguient ‘Augusto comienza a molestar a algunos de sus compafieros en ellau Estos dejan de trabajar y se quejan. La docente le dice “O te portas bi o te vas”. El nino se va del aula ¢ ingresa intempestivamente a la dire cién para buscar unos “experimentos” que la maestra le habia sacado es majiana, ya que se desconcentraba y turbaba al resto del alumnado. objetos habjan sido dejados en direccién con “acuerdo” del pequenio. ‘Augusto exigié sus botellas. La directora le dijo que s6lo se las iba a dar 7 a cambio de que él trajera “algtin trabajito del dia hecho”. Como le resultaba imposible tolerar una pequeiia postergacién de su satisfaccion, comenz6 a insultarla sin medida. La directora le pide el cuaderno de comunicaciones y el nifio se a entregarlo. Por lo tanto, se comunica telefonicamente con los p: a quienes solicita que al dfa siguiente concurran con su hijo a la es Al otro dia el nifio llega al colegio con su padre, quien trata de vencer ala directora de que le devuelva “los experimentos” a su h interrogar acerca de lo sucedido. Cuando le relatan los hechos oct nuevamente al aula. Mientras tanto, el padre sigue int por los experimentos, queriendo creer que esa es la de la consecuente desubicacién del nifio. Al no tener; por supuesto él iba a clegir “uno de 100° a inuaci6n, la analista se retine con el personal directivo y de Ia escuela, quienes interrogan incesantemente acere; tentando ubicar una etiqueta diagnéstica enta de la totalidad dela problematica del niio. Asimismo, p una consulta neurolégica con la finalidad de medicarlo, Cuan $ informa que los padres no acuerdan con la opcién de medicar 4 Ho, Proponen la biisqueda de una maestra integradora para que eon: tenga al nino, ya que con csa apoyatura la docente podria continuar dando clase a los que “de verdad quieren trabajar” Escena IT Al dia siguiente, Augusto llega a sesién con la madre. Dice que |) dlere ingresar al consultorio, se aferra al Arbol de la vereda y comier ainsultar. La madre lo mira y comenta por lo bajo que no sabe qué hi con él. ido concluye el rosario de insultos, mira a la madre con aire tf Yle dice: “Viste que me animé a decirle todo en la cara? D: Pesos y vamos”. La terapeuta observa a la sefiora sin disi . Ella trata de explicar lo in: explicable: que no, que buel orque querfa quedarse mii » que no queria ir a ningtin co tos y él no necesitaba que tale solicita entonces a la madre que entre con el nifio y, luego de cejeo entre ambos, finalmente logra ingresarlo al pasillo, lugar en el comienza a lanzar patadas e insultos indiscriminadamente. La le pide a la madre que espere en el consultorio, ella la mira con expresio de “te animas a quedarte a solas con este monstruo?”. Por un momento, la analista lo puso cn duda, pero record6 a Winni= cott, cuando decfa que el terapeuta tiene que demostrarle al paciente que puede sobrevivir al intento de destruccién de él como objeto. Nunca habfa pensado que esto podia ser tan literal. El nif siguié por un breve periodo insultando y revoleando sus zapa- tillas, mientras la terapeuta le expresaba que esta estrategia no iba a fun- cionar. En determinado momento, la analista decide ir a buscar una pelo- taal consultorio, a lo cual contesta que ni pensaba jugar. La analista le res- ponde que era una pena, ya que esta escena le resultaba aburrida y por eso iba a buscar algtin elemento para jugar. Cuando entra al consultorio, ve a la madre de Augusto llorando angustiosamente y pidiendo disculpas. Cuando la analista regresa del consultorio al pasillo, Augusto no esta- baa la vista. Inesperadamente lo encontré tiernamente escondido d jo del felpudo de entrada. Entonces se le ocurrié transformar esa es que parecia de caida interminable, en un “juego de escondidas”. reglas, se conté alternadamente, hubo lugares permitidos para se y otros que no, se delimité un espacio y por sobre chito que estaba siempre a los gritos diciendo que é1 n sus esclavos, que se hacia lo que él qu in rato de juegos y corridas, ya mas calmado y < la analista le hablé de su soledad. ‘CIONES TEORICO-CLINICAS

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