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Discurso de Motivación Reflexiva N° 124

PROYECCIONES DEL FUTURO POLÍTICO PERUANO


Por Reynaldo Charres Vargas

Ciudadanas y ciudadanos:

Dedico este discurso a los niños y jóvenes que años más tarde serán los
responsables de conducir los destinos de la patria, pues ellos ocuparán las
plazas que los viejos les dejamos, y aunque no se puede adivinar el futuro,
me atrevo a bosquejar una proyección tomando en cuenta los hechos y
signos que observo dentro un proceso normal de evolución cultural y social
de la política peruana, salvo que ocurriera algo extraordinario. Mi postura
proactiva me lleva a pensar que el pueblo peruano será capaz de fortalecer y
defender su vida en democracia y lo hará con la certeza que las ideas y los
hechos mejorarán tremendamente.

Las nuevas generaciones principalmente provincianas, tienen la obligación de


ser personas más comprometidos con las ideas y los hechos políticos
creativos e innovadores del país y lo deben hacer empoderando sus cerebros
con verdades y realidades para no dejarse influenciar por los modos y
procedimientos equivocados de hacer política arcaica, tal como lo hizo la
vieja oligarquía limeña que sólo miraba el entorno capitalino, y olvidó el
resto del país. El dañino y complejo centralismo sigue siendo la principal
causa del fracaso como nación, porque los gobiernos no pudieron solucionar
ni atender las demandas y problemas de las regiones, provincias, distritos y
comunidades nativas que a su vez son diversas y plurales.

Las pugnas entre los capitalinos excesivamente imitadores y copiones del


extranjero, y los provincianos defensores del nacionalismo y la autenticidad
de la peruanidad ancestral, aún no pueden integrarse pues prevalecen
factores marginadores y separatistas. Este juego injusto debe superarse con
la presencia de una nueva generación de políticos que tengan una visión 3
audaz de geopolítica para integrar y armonizar las distinciones y las
particularidades del país.

La buena política, en términos generales, es ciencia y arte de gobernarse y


gobernar a los demás con la belleza y dulzura de la legalidad, las
instituciones, y el mandato popular. El ser político, es ser una persona
comprometida con la fidelidad de los valores y principios del servicio por el
bien común. Nunca de intereses particulares ni obrar por caprichos
personales. Por eso, es muy importante distinguir entre los políticos
verdaderos y los falsos. Los verdaderos tienen larga preparación y
habilidades para ejercer con dignidad, ética, probidad y coherencia el
manejo de la doctrina de las políticas públicas y privadas.

Mientras que los falsos políticos, no tienen credenciales honestos ni


preparación apropiada, por eso son llamados seudo-políticos y están
agrupados en dos vertientes: los politiqueros que son aquellos que recurren
a la traición, al sabotaje, a las intrigas y bajezas, mientras que los
politicastros son personas que usan la política con malas intenciones, son
rastreros y actúan con fines y medios turbios.

Por desgracia, en el Perú abundaron los politiqueros y politicastros, cuyos


pensamientos y acciones han debilitado el sistema democrático, y sus
presencias más sus farsas ahora causan repudio colectivo. Son personas que
traicionan y mienten con facilidad, usan la demagogia, las falsas promesas y
son expertos en embaucar a los electores, debido a que carecen de
formación ética, moral, técnica y vida partidaria. No tienen credibilidad ni
compromisos con la realidad ni con el desarrollo inclusivo. Son advenedizos,
individuos volátiles, debilitados, y algunos usan dinero para promover su
imagen. Tampoco tienen dotes, valores, principios ni preparación para servir
a la sociedad en su natural proceso de evolución, y a esos personajes los
hemos visto en los 25 años recientes.

Los políticos verdaderos deben ejercen una pedagogía política, es decir


enseñar con el buen ejemplo, la vigencia de un Estado con derechos, deberes
y obligaciones. Deben impulsar la cultura de la participación ciudadana activa 4
y directa en los asuntos generales y específicos de la administración del
desarrollo de los pueblos, dentro un proceso de logros y avances hacia la
prosperidad con bienestar para toda la población.

En líneas generales, debemos reconocer que unos y otros no tenemos


formación política, mucho menos en gestión gubernamental honesta, por
eso permitimos que los politiqueros hagan lo contrario. Felizmente, los
tiempos cambian con velocidad por eso ahora tenemos la enorme
responsabilidad de elevar nuestra cultura política y conocer de sus enormes
beneficios en las sociedades de humanos. Nunca dejemos de ser políticos y
podemos ejercerla desde la temprana edad, en los propios hogares con el
respeto a normas y valores familiares. Olvidemos atrás aquellas frases: “no
hay que hablar de política”, “no te metas en política”, o “allá los políticos”,
cuando la política es algo cotidiano, bello y necesario para la vida y la
convivencia entre seres humanos.

En los hogares debe haber políticas familiares, es decir normas propias de


convivencia que deben ser respetadas y cumplidas por la totalidad de
miembros. Igualmente, en los centros de labores, también hay normas que
de todas maneras hay que cumplirlas. En las ciudades, igualmente hay
instituciones, reglas y mandatos que se deben cumplir.

Entonces, la política entendida como arte y ciencia de gobernarse y


gobernar, siempre está presente y debe ser aplicada en el día a día de
nuestras vidas y desempeños, solo así podremos ser una sociedad
consciente, organizada y civilizada con normas y valores civiles de mutuo
respeto entre todos los miembros de una colectividad.

En el campo de la administración gubernamental, que incluye la totalidad de


poderes del Estado (ejecutivo, legislativo, judicial) el ejercicio de la política
pragmática, es mucho más explícita con responsabilidades determinadas ya
que son quienes deben orientar el cumplimiento del marco jurídico global
establecido en la Constitución Política del Estado Peruano, que es el
instrumento matriz del cual derivarán las leyes específicas que a su vez
serán los que harán viable su aplicación mediante un conjunto de decisiones 5
y actividades en la totalidad de áreas del aparato gubernamental y de los
gobernados.

Hemos dicho también que el país, para ser administrado con veracidad,
probidad y honestidad necesita tener un gran equipo de gobierno integrado
por personas que tomen decisiones diarias para resolver problemas y
necesidades. Tal ejercicio de alta responsabilidad, debe estar en mentes y
manos preparadas y escogidas que garanticen aciertos y resultados. Después
de lo vivido y conocido en administraciones pasadas, ya no se puede caer en
más errores, ni en mediocridad tampoco en corrupción, como ya ha
ocurrido en los años anteriores.

Por tanto, es un deber aplicar una limpieza general en los modos y


procedimientos de todo el complejo y gigantesco aparato gubernamental,
que cuenta con una altísima planilla de asalariados, y si ello no ocurriera,
estaremos condenados a seguir insistiendo en algo que no funciona o
funciona mal.

Nueva Política y Mejores Políticos en el Siglo XXI.

Cualquier análisis, enfoque, proyección o justificación por la innovación en el


campo político peruano tiene que tomar en cuenta los antecedentes
históricos de la nación que es especial y única en América del Sur, pues en su
territorio existió una civilización quechua (incaica) milenaria con
organización y administración que poseía valores naturales, entre ellos el
colectivismo (llapanchis) la solidaridad (minka y mita), honestidad (ama sua),
laboriosidad (ama quella) y verdad (ama llulla), que en términos modernos se
llamaría una democracia originaria de tipo teocrático y monárquico
benevolente cuya sede principal estuvo en la ciudad del Cusco.

Con el advenimiento de la conquista española, se produjo una ruptura y


parálisis del aquel proceso incaico y en cambio se instauró un modelo
europeo de organización y administración de la nación de tipo virreynal, y se
nominó a la ciudad de Lima como la nueva capital y en ella se instalaron las
diversas instituciones gubernamentales, como el palacio de gobierno y con 6
ella nació una oligarquía centralista y totalitaria que aplicó el paternalismo y
el asistencialismo como prácticas de gobierno nacional, y que además
impuso la creencia católica como aliada. Asimismo, las decisiones estatales
iban acompañadas del respaldo implícito de las fuerzas armadas y policiales
que se encargaban de reprimir cualquier protesta ciudadana.

Desde mediados del siglo pasado (1934) se trata de superar algunos defectos
del pasado precedente dentro una era republicana siempre con patrones e
influencias foráneas, pues se pone en vigor una Constitución Política con una
mínima consideración de las derechos ciudadanos y de las conquistas
independistas de las poblaciones nativas sobrevivientes. Era un primer
ensayo progresista.

Con el paso de los años, en 1979, se aprueba una nueva Carta Magna tras
una fase de gobierno militar nacionalista, y años más tarde en 1993 tras un
auto-golpe de Estado más un gobierno autoritario y corrompido se aprueba
una Nueva Constitución Política con la incorporación del liberalismo y cuya
aplicación una vez más favoreció a los intereses de la vieja oligarquía limeña
con lo cual se patentizó una democracia elitista, con una administración
pública centralista más un ordenamiento jurídico que concedía privilegios a
particulares, por tanto no resolvía necesidades ni problemas de la población
mayoritaria. Entonces vuelven a nacer los descontentos, reclamos y protestas
colectivas que se extienden hasta el día de hoy.

Actualmente (2021), tenemos una democracia muy frágil, con instituciones


corrompidas, con mini partidos y sin vida partidaria, tampoco hay planes de
desarrollo real, porque no hay una visión realista ni de geopolítica del país.
Por eso es demasiado urgente que las nuevas concepciones y posturas
políticas deben superar las barreras y los frenos del pasado, además es vital
que los promotores y actores de la política peruana asimilen las esencias y
lecciones de la historia propia, así como de otras sociedades exitosas.
Igualmente, tener audacia para interpretar las exigencias de la modernidad
y el futuro, solo así podremos garantizar un mejoramiento significativo en el 7
desarrollo de la patria.

Hay mucho por hacer y descubrir, y un tema central que debe ser motivo de
discusión y análisis urgente, es saber qué tipo de nación debemos construir y
fortalecer, y con ésa perspectiva establecer políticas básicas unas invariables
y otras variables. Tenemos que definir la corriente ideológica y doctrinaria a
seguir, no podemos ir a la deriva o por un camino de vaivenes e
incertidumbres. Si mayoritariamente hemos elegido vivir y convivir en
democracia representativa con espíritu peruanista y cuerpo de peruanidad,
tenemos que reforzar sus valores, principios, propiedades y beneficios. No se
podría torcer ni pretender desviarla menos debilitarla ni traicionarla. Y un
fortalecimiento democrático pasa por empoderar la vigencia de la legalidad,
la institucionalidad, el mandato ciudadano y la calidad de las personas
encargadas de operar y garantizar un buen funcionamiento de los tres
poderes principales del Estado.

Todo proceso de desarrollo, es de continuos avances, estudios y con


aprendizajes, y esa es la tarea que tenemos por delante para garantizar una
vida democrática plena, y ello implica tener vocación natural por la
evolución, el mejoramiento y las correcciones, no se puede insistir en aquello
que no funciona o tiene falencias. Para ello es fundamental tener
concepciones doctrinarias y horizontes claros y viables con partidos políticos
sólidos, que a su vez sean escuelas de formación en ciudadana y gobernanza.

El país necesita renovación con educación política masiva y con conductores


líderes que tengan una visión pragmática fortalecida y sabia. Una sociedad
educada políticamente será defensora de derechos y deberes naturales, y no
permitirá que los improvisados o equivocados tengan o asuman
responsabilidades en el curso de la gestión pública. La ciudadanía debiera ser
el primer filtro para impedir la presencia de personas ineptas.

En este contexto, me permito exponer en voz alta, la necesidad de dar un


salto trascendental en la organización de partidos políticos, y de acuerdo a
las corrientes culturales, económicas, sociales e ideológicas modernas que
imperan en el planeta, nuestro país podría definir la existencia de tendencias 8
que afirmen un sistema democrático de vanguardia, viable y funcional que
responda a los anhelos de progreso y bienestar del pueblo peruano.

Y en mi opinión y considerando las particularidades de nuestra nación,


precursora de una cultura ancestral con valores y enseñanzas colectivistas
propias más la incorporación de enseñanzas foráneas, podríamos tener un
máximo de cuatro corrientes políticas democráticas, visionarias y
desarrollistas, y así superar aquellas viejas posturas y pugnas extremas entre
derechas e izquierdas que aún prevalecen en algunas mentes o idearios.
Vemos aquí un enfoque simplificado:

Corriente Política Neo-conservadora, doctrina democrática moderna con


influencias conceptuales y paradigmas extranjeros, entre ellas: liberalismo,
industrialismo, mercantilismo, capitalismo, consumismo y urbanismo,
además con estrategias sostenidas en la industria extractivista de recursos
naturales y en empréstitos como principales fuentes del financiamiento
estatal. En este modelo se priorizan la privatización con intervención de
grupos económicos (monopolios, oligopolios y transnacionales). El frío
crecimiento monetario y material se antepone al crecimiento humano,
intelectual y ético.

Los defensores, seguidores y operadores de esta corriente política


privilegian el funcionamiento de la ley del mercado con primacía del
consumismo y que es reforzada por una legalidad convencional favorable a la
vez excluyente, es decir con reglas de juego permisivas y generadoras de
enriquecimiento ilícito por corrupción en todas sus variables. Los neo-
conservadores aún tienen pensamientos segregacionistas por ser herederos
de los ideales de la vieja oligarquía limeña, es decir del post colonialismo que
es opuesta a las poblaciones originarias que en su mayoría son comunidades
nativas rurales y amazónicas.

Prefieren un ejercicio gubernamental vertical, centralista y burocrático de


mano dura en alianza con las fuerzas armadas, policiales, iglesia e
intervencionismo de organismos internacionales para litigios y 9
contrademandas.

Corriente Política Progresista, doctrina democrática moderna, con


influencias extranjeras entre ellas, desarrollismo, humanismo, socialismo,
colectivismo y participación de la sociedad civil en la gestión gubernamental,
y propugna una economía social del mercado con inversión mixta privado-
estatal, así como el financiamiento estatal sostenida en una disciplina en la
recaudación fiscal sin privilegios ni exoneraciones tributarias, además con un
mínimo de endeudamiento externo. Creen en las políticas de racionalización
con eficiencia del gasto público y redistribución de los beneficios obtenidos
por las actividades productivas principalmente extractivas.

Los pensadores, defensores y operadores de esta corriente política proponen


una mayor atención a los emprendimientos productivos locales como
respuestas a las necesidades y problemas sociales de la mayoría, impulsan la
innovación con cambios constantes de adaptabilidad a la modernidad global
y auspician un mayor respeto al componente humano, el medio ambiente y
la redistribución de la riqueza, con explotación y comercialización moderada
de los recursos naturales.

Postulan una administración gubernamental horizontal, con toma de


decisiones descentralizada, y disminución de la tramitología burocrática,
además es impulsora de un mayor respeto a los valores civiles, el diálogo
comunitario y las alianzas con la sociedad civil, es decir con la
predominancia de la participación ciudadana en los beneficios estatales.

Corriente Política Nacionalista, doctrina democrática moderna, con


influencias del pensamiento nacionalista originario ancestral, que pone en
valor las herencias y enseñanzas del colectivismo agrario con tres ejes de
gobierno descentralizado: regionalización, municipalización y comunitario, es
decir con empoderamiento de las organizaciones y decisiones locales en la
resolución de problemas y necesidades. Propicia el desarrollismo autónomo,
el progreso acelerado y sostenido, con un enfoque basado en el poder de la
educación, la agricultura, el turismo vivencial y las alianzas estratégicas
empresariales y productivas. Prioriza una geopolítica con empoderamiento 10
de la infraestructura vial y conectividad de la costa, sierra y amazonía.

Impulsa el redescubrimiento cultural de las comunidades nativas


secularmente marginadas y olvidadas mediante un apoyo logístico y
económico para su auto-desarrollo y así se conviertan en contribuyentes de
la reactivación económica del país, tal como lo hacen las actividades
empresariales y productivas de las ciudades. En el campo macro económico y
financiero incorpora algunas virtudes neo-conservadoras y progresistas.

Los pensadores, defensores y operadores de esta doctrina defienden las


creencias, costumbres, expresiones y aspiraciones naturales de los
conglomerados locales, urbanos como rurales, basados en los valores
creativos de la peruanidad y de las convicciones peruanistas, además
propugnan el crecimiento del conocimiento y el reconocimiento de las
capacidades y habilidades auténticas del país.

Defienden una democracia localista en la administración gubernamental,


con flujos de abajo hacia arriba, con una tecnocracia calificada y
comprometida con los ideales del nacionalismo peruano, sin
intervencionismo foráneo, además creen en la optimización de los servicios
estatales con desconcentración real de los poderes ejecutivo, legislativo y
judicial.

Corriente Política Independiente, doctrina democrática basada en las


autonomías humanas naturales con pensamientos y acciones liberadas de
ataduras a modelos, sistemas y doctrinas clásicas de la política tradicional, y
de la administración del Estado. Sostienen que el gobierno debe ser ejercido
por personas preparadas y confiables del mejor nivel. Los independientes son
consecuencia de la imperfección del sistema de partidos políticos fallidos por
eso creen en las capacidades humanas libres con un mínimo de leyes y de
intermediación en la toma de decisiones y acciones.

En el caso peruano, un 75% de personas se sienten frustrados por la


conducta sectaria de los partidos. Se consideran apolíticos, y algo
reservados en tareas de participación, vigilancia y control de la gestión 11
gubernamental, y en términos económicos y financieros prefieren la vigencia
de sistemas mixtos ejercidos con honestidad y austeridad en el manejo
presupuestal.

Los seguidores de esta corriente política, defienden los ideales espirituales e


intelectuales, las causas justas y los esfuerzos privados no dependientes,
además tienen moderación con las atenciones sociales gubernamentales,
porque tienen compromisos de superación y fidelidad basados en el
esfuerzo propio y de los suyos.

Confían plenamente en el orden jurídico establecido y creen que cualquier


modificación o regulación debe ser fundada y manejada con criterios
técnicos y científicos que incluyan valores de equilibrio, armonía y sabiduría.

Para concluir este discurso, debo afirmar que el Perú, como nación soberana
tiene todo derecho de iniciar un nuevo proceso de construcción de su
autenticidad con renovación y crecimiento en todas sus áreas y niveles, así lo
exige la historia y el dinamismo de los cambios culturales, tecnológicos,
económicos y anímicos. En consecuencia, el Perú tiene un gran desafío; ser
una nación ejemplar, pionera de las concepciones políticas auténticas en
América Latina.

Perú, como en el pasado puede ser constructor de un destino superior con


una democracia representativa con espíritu y corazón peruanista y con
cuerpo y funcionamiento de peruanidad. Y por supuesto con partidos que
representen voluntades colectivas reales, asimismo con un ánimo
permanente de descubrimiento, creatividad y adaptación a los cambios de la
modernidad con aprendizajes y enseñanzas permanentes.

Y cada ciudadano, que goza de libertad para organizar o elegir una opción
política, tiene que ser fiel a sus principios y valores, sabiendo que cualquier
postura elegida necesita de convencimiento, honestidad y seguridad. Y las
cuatro tendencias que propongo necesitan de pensadores, ideólogos,
orientadores, legisladores, gestores y realizadores con dotes y credenciales
democráticas fortalecidas, y como todos sabemos la democracia verdadera 12
posee grandes bondades por eso constituye la vía que mejor puede
solucionar problemas y necesidades, es decir orientar la prosperidad material
y el bienestar humano.

Finalmente, va mi invitación para que más personas se sumen a compartir


sus propuestas con un ánimo solidario y pedagógico. También hay que
reconocer que todos sin excepción necesitamos elevar nuestra cultura
política para participar con alegría en la solución de problemas y
necesidades.

Hagamos auto esfuerzos principalmente educativos para asimilar


argumentos y criterios ciertos y así fortalecer nuestro cerebro, y con un
cerebro fortalecido tendremos mayores perspectivas y sobretodo tener la
seguridad que todo caminará correctamente, y así también evitaremos los
graves errores del pasado.

MUCHAS GRACIAS

Reynaldo Charres Vargas

Perú, Julio 03, 2021

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