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“Esta historia comianza con las palabras ‘Habta una vee" ‘Ast ompiezan ios cuentos. Sin embargo, fo que en este libro ‘80 narra no es cuento; ocurrié de verdad hace muchos afi. Y todavia no ha pasado el tiempo suficiente para que alguien ‘se anime a esperar un final feliz...” a ibe cia, i too Ena desemtneata» Pep, e raters Una iz Capo 2 i Le» Una papa chara mnt es amas + ta ext an ar Caples ‘ns ae, RA Ec ts pamaas = es en a aps apace Contos CabaryBby = eres de os muertos es» Ua an saan» Wenledn-Plden Coie stants Cosas qu si aan ej «Caer de recrtes + na pra Caio Sipermate «3.1 pun Mon = Pofea +E a atulere Cato al pasa En Pign/en Popo/n Pastner Patz is rm (us eon» God e"rasea prt on fos Cap Daina Una beech mos wn qui + Csamin? = ‘arg ens? Caio Nimes equa «vrata an area +e pra ds + ng ha sea Capo 10 Ungaro eamentr «a gran nata rs ata aemana + Patras das ™ 181 ww Come 11 Uni de plea Geto so mati» ran tema = Capua oa y ibe Cie 12 ; Yeteranos «Conon la fain «us bozzs lige = Ue trite opto B ‘Bums ds! Yo sora det «Eins mess» Unies ls is rates opto H a ena dea dsr Una iin insta Ang y fa Paes mc ais we es) Cape ‘Sido ainsi Las nes bs oes» Despls de ts semanas Bins a, is mismas estas Elona Eft Elautor capitulo La ciudad, el rio, el chico En la desembocadura Pepo, el extraterrestre Una idea He luna vez una gran ciudad donde vivian dos chicos, un varén y una nena. El chico se liamaba Matias y sus amigos lo llamaban Matu, La chica se lamaba Angelika y para todos era Angie. La ciudad constaba de dos partes. Una quedaba al este; la otra, al ovs- te, Matu vivia en la parte este de la ciudad; Angie, en la parte oeste. Pero entre este y oeste habia una frontera muy recta y hostil. La ciudad se lla maba Berlin’ ‘Através de la ciudad dividida corria un rio. Hacia el sudeste, entraba en la ciudad y hacia el noroeste volvia a salir El rfo se llamaba Spree? y en sus orilas habla mucho verde, pero también muchas fabricas y casas. Y ol tra- ‘mo del rio que atravesaba la ciudad también estaba dividido, Matu vivia no muy lejos del Spree. Habla solo un pequefio parque en- ‘re la calle y la orlla del rio: era el terreno baldto en el que los chicos se ‘encontraban después de Is escuela para jugar al fitbol, ala escondida o para pescar. La mayorta de las veces Matu jugaba con ellos, pero en otras 1 Berlin es actualmente la capital de Alemania, 2 lo navegabe de Exopa que nace en el este de Sajona ydesemboca enol Havel. En si curso atvevisala ciudad de Bat, KLAUS KORDON ‘oportunidades preferfa estar solo, Entonces se sentaba en la barranca, apo- yah fos codos sobre las rodillas, a cabeza sobre las manos y miraba el ‘agua. Y asf sofiaba. Sofiaba siempre con el rfo, Sabfa, claro, que el Spree desembocaba en el Havel yel Havel a través de varios ris y canales desembocaba en el El ba. Y el Elba desembocaba en e! mar del Norte, en el océano’. Pero un dia Matu no solo sofié, sino que también fabricé un barquito de corteza de un érbol y lo dejéflotar en el agua. Y luego imaginé que pasaba por Liebesinsel y por debajo del puente de Treptow hasta Osthafen y seguia flotando hasta atravesar el puente de Weidendamm. Lo que venta después ‘no podia imaginarselo, Tas ol puente de Weidendamm empezaba Berlin Occidental y él conocia Berlin Occidental solo por la televisi6n*. Era, sin embargo, en Berlin Occidental donde el Spree desembocaba en el Havel. Es0 lo habia aprendido en las clases de geografia. Y que el Ha vel corria hasta las frondosas laderas del monte Kiefern lo habia visto una vez en una pelicula. Lo misma con la ciudad de Hamburga, que se hallaba junto al Elba y a la cual su barquito de madera, si todo iba bien, algin dia ebia llegar. Eneste punto del suetio, Matu se recost6 sobre el pasto y caré ls ojos. YY entonces se imaginé el puerto de Hamburgo, tal como fo habia visto en la pelicula, Con inmensos cruceros y pequefias botes, y en medio de todo eso su barquito de madera, como si su impulso lo llevara cada vez més lejos. Hasta donde el Elba se volvia tan ancho que ya no se divisaban sus orillas, sino solo barcos, algunos de los cuales querfan entrar en el puerto y otros {3 €1 Havel yo tba son ros de Europa, Fl océano al que se hace referencia es el Antica note, ‘46 oat se site en a décad de 1980, en la ciudad de Ben. Concluida la Segunda Gue fra Munda, ao 1949, Alomania fue cvidida on dos parts: a Repdbiea Damncratica ‘Alemano, al ost bajo o conto! del comunisroscvitio; a Replica Federal de Alama ‘sto y ojala tuela de los pases captalstas- Francia, Inglataray Estas Unidos. La cudad do Borin tri sufi fa misma suet. Volver a sali. La mayoria de las veces un barco saludaba a otro haciendo sonar una larga sirena, Era un da muy caluroso de verano. El cielo estaba azul y daban ganas de so- fla. Asi que Matu se entragé de nuevo a su suefio. Vea su barquito entrar en el puerto y zarpar después hacia el Aténtic. Las olas eran muy altasy su bar to danzata de la cresta de una ola a otra, Bailaba a a par de enormes buques petrolers y de fragatas de velas bancas como la nieve. Se encontraba con bu- (ques de carga de todos los paises y hasta una vee se cruz con un barco de pa- Ssajeros que se parecia al Titanic, al que haba visto también en una pelicula. De pronto se desat6 una tormenta; las olas se volvieran atin més altas, ‘cada vez més altes, Era tan impetuosa que los méstiles mas altos se sacu: dian de aqut para alld; el barquito de madera de Matias iba como en una ‘montafia rusa, Subfa y bajaba, subfa y bajaba, Ye! cielo se cubria cada vez mas de negras nubes. Matu sonrié contento y se recost6 con las manos bajo la nuca. Ahora (queria pensar en algo lindo: el cielo se despejaba, brillaba un sol ardien- toy se dvisaba una extensa y blanca playa con muchas palmeras. Las olas ompfan contra imponentes acantilados, Algo le hizo cosquilias a Matu en la nariz. Se lo sacd con la mano. Lo ‘que vela debia ser América, Sudamérica 0 las indies... De nuevo algo le hi- 120 cosquillas en la nariz. Matu abrié los ojos y vio que tenfa la cara de Pe- po encima: Pepo Klemm, que vivia en la misma cuadra, en el mero 68, su compafiero de banco en la escuela y su mejor amigo. —{fstabas dormido? —pregunt6 Papo, miréndolo con curiosidad—. :0 te sientes mal? —No—fue lo chico que dijo Matu, si bien esto no ora una respuesta. Estaba contrariad y un poco molesto, Solo Pepo pocia caer y despertarlo ten medio de un suefo tan hermoso. Obviamente, Pepo no se llamabe Pepo de verdad, sino Damién, pero ca~ sino habia nadie en clase que no tuviera un sobrenombre. {Pero por qué .aus konDON ‘a Pepo lo lamaban justamente Pepo? Nadie lo sabia. Ya en el jardin de in- fantes los chicos lo llamatan asf. Y asi fue siempre. Pepo era Pepo; si ose ‘nombre no existia, habla sido inventado especialmente para Pepo. Pepo se sent6 junto @ Matu en la barranca, se sac los zapatos y metié los pies en el agua —1a tarea de mateméticas de esta mariana —dijo mientras hacia alas 00 los pies — fue otro verdadero horror. Gracias si saco un cinco. Pepo no era muy bueno que digamos en la escuela. La seforita Merz la maestra del curso, habfa organizado para él clases de apoyo después de hora; aquellos que se destacaban en alguna materia tenfan que ayudarlo, Pero no habia caso, Pepo siempre razonaba de otro modo a como los maes- ‘ros oe! libro de texto esperaban que lo hiciera. Parecta venir de otro pla- neta, como solfa decir la seforita Mere susprando. Y en ese planeta no se ppensaba del derecho sino del revés. (Matu acostumbraba ayudar a Pepo, Pero ese dia no tenia ganas de pen- sar en la escuela, Tomé una rama del suelo y la arrojé al agua. Y entonces pregunté en vor baja — {Qué opinas? (Hasta donde va a flotar? —Hasta Treptow —respondi6 Pepo répidamente Croia que Matu estaba dispuesto a compartir con él una més de sus cla- ‘es de apoyo. Pero Matu no le estaba tomando el nombre de las estaciones de tren y continu con el tema: —(0 flotaré més bien hasta América? Pepo dejé de mover los pies en el agua y se qued6 pensand en silencio. —No! —dijo luego y empez6 nuevamente @ hacer olas, iY por qué no? Se pucte. —z0uien? ile ramal Matu se quedi6 mirando a Pepo un largo rato y luego propuso: Baw —No tiene que ser una rama, sina otra cosa, algo mas sélido. Se va a huni --Matu se paté de un salto Vamos! No estamas jugando a un concurso de preguntas y respues- us. Solo quiero saber si Se interrumpid. Los ojos de Papo se habian abierto de par en par —i Qué pasa? —S6 on qué estéis pensando, —i en qué estoy pensado? —Fn una botela Matu se sintié incémodo y dijo que no habia pensado en una botella (jue mejor lo dejara. :Pera por qué no en realidad? El vidrio no se pudta y Una botella vacia no se ira a pique. Ppo intuta que habia dicho algo genial. Miraba a Matu lleno de ansie Jad, Pero Matu tenfa la vista puesta en el Spree. En lugar de su barquito de ‘madera, veta una botella danzando de ola en ola, vefa c6mo arribaba a ta playa cubierta de palmeras con la que habfa sofiado antes y cémo era en- Contrada. Un muchacho de tez triguefa la recogia, —Un mensaje en una botella tal vez llegue hasta América Pepo recibié entonces el elogio que se merecta —iClaro que st! —tlijo Matu, palmeéndole la espalda, y volvié a que- darse pensative — Te gustaria enviar uno? —pregunt6 Pepo curso. {Un qué? —Nazda un mensaje en une botela —iQué pavada! —respondié Matu, girando el rostro—. No estoy chiflado. —{Y entonces por qué preguntaste? —Solo por preguntar Matu se dio media vuelta y empez6 a car ren direccién al perque. 1Aus KoROGN —Espérame —grit6 Pepo. Tomé los zapatos y las medias en las manos y corré detrés de Matu. Pe- ro Matu corr adn més répido. Ahora querta estar solo; querfa, sobre todo, pensar, Lo que Pepo habia dicho no era tan tonto. Al contrari, era en reali- dad una superidea; una idea que lo habia entusiasmado muchisimo. capitulo 2 Angie de Leo ‘Una pequefia charla El mundo de las damas Una casita con jardin | mismo dia en que Matu y Pepo miraban el Spree, también Angie es- taba mirendo el ro. Solo que unos Kilémetros rfo abajo, en la desem. iadura del Hansa. Ali, entre las muchisimas casas a la derecha y a la vierda, habia un pequetio puente sobre el Spree: la pasarela de la calle lenweber. Justo al lado se ergufa un sauce. Debajo de él, Angie estaba sgnficamente sola. Podia estar alien perfecta tristeza Si, Angie estaba triste. Vivia desde hacia poco en ese barrio, apenas lina semana, Antes habia vivido en el barrio de Leopold-Platz, también en Berlin Occidental. En la desembocadura del rfo Hansa, sus padres hablan ‘encontrado que se pada vivir mejor. Angie era de otro parecer y por es0 es- ‘taba triste. Habla crecido en Leopold-Platz, conacfa alos chicos, conocfa los nego- tins, los vecinos. Cada esquina le era familiar. Aquf era todo extrafio. Y los chicos parecian unos idiotas, especialmente los de su nueva escuela "Bagre” la habian llamado, desde el primer dia de clase. {Y por qué? So- lo porque era un poco més chiguita, més flaca y mas palida que los demés. Con ellos no hablarfa una palabra més, estaba decidido, Angie escupio en el agua y suspir6, Anteayer habfan venido Moni y Zule, sus amigas de Leopold-Platz. Pero no podrian venir todos los dias porque el camino era KLAUS KORDON ‘muy largo. Probablemente llegarfan, a lo sumo, solo un par de veces y des- pues ya nunca més. Ast era siempre que uno se marchaba. Y también se ha- bia acabaclo jugar al fitbol en el equipo femenino del Club de Féthol de Leo. ‘Angie sintié c6mo se le saltaban las Iéerimas y se mordi6 los labios. Si ni su madre ni su padre estaban cerca, no valfa la pene llora. —iAngiiie! Esa era su madre. Angie no podia verla, pero la oyé. Se levant6 lenta- mente y subié la barranca. Mientras caminaba por la vereda de la plaza donde estaban los juegos infantiles, su madre se asorn6 de nuevo al tal- On. Otra vez estaba apurada, tenia que irse a la tienda, Siguié entonces ccaminando dasganada por la vereda. Si sus padres no se hubieran mudado tan lejos, su madre no tendrfa siempre tanta prisa, Pero a ella no le habian consultado; nunca le habfan consultado. Un chico en bicicleta se le adelant6. Lo habia visto ya un par de veces, Sus padres eran turcos, tenfan una pequetia sasterfa en la esquina de la calle Solingee Al pasarta, el chico le lanz6 una risita sobradora. Angie gir el rostro, pero se habia puesto colorada, Cada vez que un chico la miraba asf, se po- nla colorada, Sabia muy bien que era pequeta y esmirriada. Los varones se sentian atraldos por otro ti de chicas. El chico fren6, bajé de la bic y la mit6 de frente. {Qué quertia de ella? Angie caminaba todavia més despacio que antes. El chico se aparté el pelo de la cara. Ten‘a el cabello azabache y anchas: ‘cojas negras. Ademds era de tex muy morena. Zule, por el contrario, no te- nia para nada aspecto de turca, hubiera podido pasar perfectamente por ‘alemana —(Se te perdié algo? —tijo al chico y le mostré a Angie su brazale- 10 rojo. ‘Angle 80 sonroj6 aun mas. jMaldicin! Lo perdia siempre. Sus brazos eran simplemente muy delgados y sus muriecas muy angostas. 4 Gracias! —tomé el brazalete, lo sostuvo en sus manos y no supo més decir. {res nueva en el bartio? “Si —Angie siguié caminando lentamente Fi chico se subi ala bici y ech6 a andar junto a ella. 1) d6nde vivis antes? EnLeo —{00nde? En Leopold Platz. Ah, claro! —el chico volvié a sonrefrse—. 2Acé es mas lindo, no? Angie sacudié la cabeza. Lo tnico que faltaba era que Leo le parecie- foo Me llamo Boby. Vo, Angie. Fi chico guard6 silencio, solo exhibia esa rsita permanente, —{Boby es también un nombre turco? —pregunt6 Angi, nada ms que decir alg. No —i6 el chico, pero enseguida aclaré—. Tengo un tfo en Ingla- {ira al que todos llaman Boby, en realidad se llama Cabbar, exactamen- tw.como yo. Angie se detuvo, Estaba delante de la case pintada de verde con ven- {unales y balcones en la que ahora vivia, Boby se bajé de la biciy le dijo —{Tendrés tiempo otra vez? —iPara que? —Para charlar. Ahora fue Boby quien se puso colorado, Esta vez su risitano aflor6, An- lie o aprovechs. —1Y sobre qué? —pregunté desinteresada, —Sobre cualquier cosa —djo Boby y luego, como si repentinamente fue- (a a ocurrsele algo importante propuso—. Podifamos también ira cine. 6 KLAUS KoRDON —No me gusta ir al cine —Angie se mostré perezosa—. La mayoria de las peliculas son idiotas —;Quéee? —se asombré Boby, Pero antes de que alcanzase a decir al- {go més, la madre de Angie se asomé por segunda ver al bales, —iAngie! —arité—. {Quieres hacerme rabiar? Boby se olvdé de lo que iba a decir, y solo atiné a preguntar rapa: —iMafiane? Angie asintié con la cabeza y entré en la casa. —iA qué hora? te grité Boby. Angie se volvi6, fé su mirada en él un momento y susurt6: —Alas tres. La tienda abrfa ala tres y su madre no le estaria encima iY dénde? En a pasarela —susurré Angie y entié en el jardin, —iEn hora buena! —la madre aparecié en la puerta—. Sabes muy bien que tengo prisa. —Perdén— dijo Angie y pas6 por delante de la madre hacia la cocina, Ese “perdén” era un truco que su madre misma habia inventado, “To- dos cometen errores", habia dicho una vez. “Si saben pedit perdén, esté todo bien”. La madre lamentaba haber dicho eso alguna vez, dado que la mayor par- tede los errares los cometian el padre y Angie. Y ahora los dos le tomaban al pie de la letra: nada més dectan siempre “perdén” y esperaban que ella ‘0 se enojase. La madre se daba cuenta de que habfan hecho alguna maca- fa y ese truco por la general no le causaba ninguna gracia, ‘Tampoco ahora. Miré 2 Angie moviendo la cabeza —Tendrés que comer sola, me tengo que i ‘Angie miré el plato. ;Sopa! Sopa de verduras. Le gustaba y también le (ustaba estar con su madre. —iPerddn! —aljo de nuevo. Aunque esta vez soné més auténtco. mo ‘madre se sent en la banqueta de la cocina y se puso los zapatos de ‘.comprarme una salchicha con curry por ah. ‘vichicha con curty tampoco estaba mal, Pero Angie sabfa cOmo su ‘vomeria la salchicha con curr: de pasada en alguna esquina, Y para lizarse, en la tienda se calentaria un café madre se puso de pie y besé a Angie en la mejilla Me voy, sino Schréder va a enojarse otra vez. wor era el duero de £/ mundo de las damas, una tienda de ropa lo ‘Wlegante. La madre habia trabajado antes en un negocio de jeans, pero ‘quebrado, Estaba contenta de que Schréder la hubiese tomado, aun- ‘en particular no le agradaba, Schrbder era tan exageradamente ba- con los clientes que a ella muchas veces “le daba miedo de que fuera balar sobre la superficie de sus mocos”, decfa. Sus empleados eran en bio tratados como esclavos. Angie, por su parte, encontraba al sefior Schroder lisa y llanamente Su polo brilloso parecta siompre mojado y sostenia que debajo de las las tenia olor. Era un hecho, sin embargo, que el jefe de su madre an- ba siempre perfumado. Probablemente pensara que su aroma a lavan- facrecentarfa las operaciones de su comercio. A la madre no le usteba ‘wabajar en El mundo de las damas, pero no habia podido encontrar tan ré- pido otro empleo. Y debia contribuir para pagar las cuotas de una casita on jardin, ‘Angie esperé que la puerta se cerrase. Entonces metié la mano en la ‘S0pa, sacé una salchichita y salié al balc6n, La madre dejé la casa y mi- (6 para arriba. Angie le hizo sefias con la salchichita, la madre rd. Lue- {0 se dio prisa a poner en marcha su “escarabajo” de la edad de piedra FE padre se habia ido a trabajar con el Opel nuevo. Era jefe de personal en wT .aus KoROGN Seguros y Benefcios ya veces tenia que llevar al aeropuerto a amigos de la compaiia ‘Angie dio un mordisco a su salchichita y se ri6. Estaba orgullosa de su ‘madre, que no parecta de treinta y cuatro afias, sino mas bien de veinti- cuatro, y segufa siendo tan informal como cuando trabajaba en la casa de Jeans. Solo que para ira El mundo de las damas se panta otra cosa. En lo del sefior Schroder no se podta estar en jeans “ni en el bafio", decta. Le da- ba mucha rise, pro en realidad tambien la fastidiaba 1 “escarabajo” se fue traqueteando. Angi hizo sefias una vez més con el resto de la salchichita, la madre dobié luego en la esquina y se marché. An- ie se quedé parada en el baloén. Al estaba de nuevo esa sensacién de a lamient. La percibia enseguida todas las tardes. En Leo no era tan terble Mir6 hacia el Spree, que en la calle Wullenweber hacia una curva. La calle terminaba ala izquierda en una pasarela, a la dereche se extendia a orillas del agua. All no estaba a fila de casas de enfrente que le obstruian la visién. Entre la calle y el rio habia solo un campo de deportes y el rincén de juegos infentiles, también con bastante verde. Era realmente més lindo que Leo, pero a cambio también ms aburrido. ;Qué iba a hacer en todo el fa? {Ira mirar cémo jugaban al fitbol detrés del campo de deportes? {0 a la plaza a acuclilarse con los gurrumines y sus taros de arena? Boby le cafa bien, Cémico, un turco llamado Baby, ,Todavia estar a la vista? Se fij6 calle abajo, ala derecha y ala izquierda. Pero no vio al chico or ninguna parte. Lentamente volvié a entrar en la cocina y se sirvi6 so- pan el plato. {Qué querria el tal Boby de ella? | Ni siquiera podia figurérselo! Tal ez era verdad que solo quer charlar con ella, Asi habia sido con el primar amigo de su madre, de quien ella le habia contado. Hablaba mucho ‘con hasta que su padre quiso conocerlo, Entonces dejé de hablarle. An- gl@ 80 puso de repente de muy buen humor y estaba por encender la radio «quando Sond el teléfono. Atendié. Era su padre. Ya se la sabia de memoria Smo sta que su madre no estuviese en casa y fa llamarta para avi- voz vendira mas tarda lia Schmidt. In loquita! —contest6 su padre—. ;Todo bien? ita, ast la habia lamado siempre su padre, desde que era muy | Antes se lo decfa por puro carifo. Cuando ahora la llamaba ast, tle que vendria muy tarde. lo bien —tijo Angie—. Todo ma-ra-illo-so. M08, vamos! —su padre no le hizo caso—. Seguro que hay gente, 8 mucho peor que mi adorada hijta, més lejos —respondié Angie, enfadada, No le divertfa no n0- poco ester nunca en los brazos de su padre. callé un segundo, luego se puso muy formal. 0 la sefiora Radke, pjotaria, se hallaba en la oficina,o solo actuaba como si alguien hu- ‘ontrado para no seguir charlando normalmente con ella. Era uno de 108 més viejos. También sola hacerlo con su made s( que ahora escuchame bien —le pidi¢—. Hoy ala nache voy alle- poguito tarde, Diselo amam... hare. gle volvié a colgar el auricular. Le avisarfa a la madre que el padre fa més tarde. ;Qué importancia tenia si debfa llevar @ cenar a un jo de la compatia de Hamburgo o de Munich o quedarse trabajando {a oficina? Angie atin ten‘a ta cuchara en la boca cuando el teléfono sond de nue- ) Sonaba més fuerte, impetuoso y estridente que antes. En cualquier ca- 1080 fue lo que le pareci6. Schmidt. —Dime la verdad —troné el padre—. Qué hiciste? (Se te cayé el te- (ifono de la mano? —Se me enffa la sopa KLAUS KOROON —{la... qué? {C6mo? ;Todavia no comiste? —Estoy comiendo. {De veras? Un, bueno, entonces disculpa la molestie... Ast que, co- mote dja, avisale a mamé que legaré tarde. Una conferencia... lamenta blemente impostergable. —Uh—se limité a hacer Angie {Dias mio! —suspiré el padre—. No es mi culpa, La plata que gano noes solo para mi. En el futuro. —iMi sopal —iAngie! —el padre se sacrticaba para ahorrar. Pero entonces dijo solamente—. jBian! Aliméntate només. Y no te olvides de transmitile el mensaje @ mama ‘Con esto cortd, Angie se quedé con el auricular en fa mano como si su padre todavia siguiera hablando, muy triste y amargada porque nadie la comprendia —Buenas noches —susurré en el auricular antes de cortar ella Hoy ya no volveria a ver a su padre. Ademés, ahora sabia que efectiva- ‘mente habia empleado su truco. Sila sefiora Radke hubiese estado en la oficina, él no habrfa levantado tanto la vou. La sopa mientras tanto realmente se habfa enfiado. Normalmente a Angie no le mportaba mucho, ya que la sopa de verduras también le gustaba ff, pe ro esta vez la apart6 de su vista. La madre que siempre debia ise aE] mundo de las damas,el padre que llamaba continuamente: no aquantaba més. {Un casita con jardin! ,Para qué? Ya vivian en una casita con jardin. Y alrededor también haba mucho verde. Su padre decia siempre que queria “algo propio” para estar seguros. En la vejezser‘a muy importante, Y algin dia todo eso serviria de herencia. De herencia, jbah! Ella no queria vivir en una casita con jardin. Sal- vo que quedara en el centro de Leo. Pero su padre ahora se avergonza- dp Leopold-Piatz. Un barrio de gente pobre, habia dicho. Y su madre no le habla contestado, aunque ella hubiera preferido no mudarse del viejo barrio, staban dos a uno contra el padre y no obstante se hacia siempre lo que ‘61 queria. Como equipo de fitbol él se habia ido al descenso hacia tiempo, oro entre ellos salfa campeén etemamente. SSS capitulo Matias Loerke, ROA El chico bajo las palmeras Rejas en el agua Una prueba | dfa siguiente amanecié soleado. Y el sol brilé tanto en la habitacién de Matu como on la de Angie. Pero mientras Angie se levant6 ense- (uida pare poder ver a su padre por la mafiana, aunque més no fuera un fatito, Matu se quedé en la cama, Queria seguir pensando un poco en su Idea. Aunque la idea era mas bien de Pepo, no lo habfa dejado dormir en toda la noche. Primero se habfa pasado una hora leyendo Los hij del capitén Grant, un ibro en el que también habfa un mensaje en una botella, y luego se ha~ bia quedado todavia un rato mas largo pensando en el libro. Ya fo habia lei- do hacla un afi, pera fue con un interés completamente distinto, El mensaje en una botella del que se hablaba en el libro procedia del ddesaparecido capitén Grant. El lord, que encontraba la botella con el men= saje, partia en busca del capitan y llevaba a los hijos de este con él. En su biisqueda recorrian el mundo entero, vivian aventurasincrefles, eran aco- sados por salvajes tigres y lograban salvar sus vidas en medio de la erup- cin de un voleén Pero al final encontraban al capitan ‘Novela dl escrito francés Julio Verne 6 ford Tule de hnr que se da en Inglatera als nobles oa quienes ocupan altos cargos. KLAUS KORDON Cuando Matu cerré el libro, no estaba satisfecho, Si la botella con el ‘mensaje habia sido encontrada en la panza de un tiburén, no podia haber sufrida mucho el impacto de las correntes marftimas. Directamente habia venido dentro de él, Matu hubiera querido saber hasta dnde habria llega- «do una botlla arrojada al mar en Hamburgo. Pero al fin de cuentas era igual. Si su botella no llegaba hasta América, Hegaria tal vez al Africa o a Australia, 0 cuanto menos hasta Inglaterra 0 Noruega. Eso también era bastante lajos. Echaria al rfo un botella con un mensaje, estaba decidido, No se lo diria a nadie, porque no queria que los ddemés lo tomaran por loco, pera lo har. Y por cierto hoy mismo. Habia nido en el pasillo, el padre y la madre discutian de nuevo, Matu se le- vant6, se senté a la mesa del escrtorio ysa06 una hoja de papel en blanco. En el bro, el capitan habia redactado su mensaje en tres idiomas, pues no podia saber efectivamente quién lo encontrarta. Asi que Matu tambiéa hizo lo mismo: en alemén, inglés y uso. Francés y espafil lamentablemente no sabia, Primero en alemén. Mi nombre es Mavis Loerke,escribi6 Matu. Vivo en la Nueva Avenida Krug 72, Republica Democrética Alemana, 1193 Bertin, Tengo casi doce afas y voy a sexto grado. Quien encuentre este mensaje, escribame. Responderé seguro. Se quedé pensando qué mas podria agre- r, pero no se le ocurtié nada mejor que: Mis amigas me llaman Matu. ‘Muchos saludos y después directamente Matias Laerke, RDA. As, luego todo en inglés: My name is. —iNo hiciste la tarea? ‘Su matte estaba parada en la puerta. Adn no se habfa vestido, esa se- ‘mana le tocaba turno tarde; llevaba solo la bata de batfo sobre el camisén. Matu mene6 la cabeza. Era necesario que su madre se marchase, Que- ria ester solo. —i0ié estas escribiendo? La madre se averc6. Matu tapé répido el bloc con el cuaderno del colegio. La madre rio awa — Qué! —aljo Matu y aguard6. La madre volvié a ponerse seria. —{f'stés en serio haciendo la tarea? —iNo! —exclamé Matu. ‘Siempre era lo mismo, Cuando su madre iba al turno maftana,tenfa mie Wo de que a la maiiana no fuese derecho a fa escuela, ya que ales cinco lla debia salir de a casa, Pero cuando iba al turn tarde y no podia contro- larlo,crefa que no hacfa la trea. Y era ain peor cuando habia peleado con su padre. Entonces se tomaba especialmente desconfiada. —éPor qué no puedo ver lo que ests eseribiendo? La madre frunci6 el cefio. No toleraba ningéin secreto; las cosas que su- Cadian a su espalda la ponian nerviosa —Porque es precisamente una carta de amor —dijo Matu cubriendo la ‘Hoja como si le diera verguenza, Lo mejor ere que creyera eso, puesto que ya lo sospectaba. La madre le acaricié el pelo y volvié a ref. —iCaramba! Pero puedo enterarme. Es totalmente normal a tu edad. uh ‘Matu segula aguardando que su madre se marchase. Comprendié que tila ahora harfa gala de su gran infiyjo maternal y noté que le gustaria sa- bor a quién le estaba escribiendo une carta de amor. ¥ entonces vino la pregunta: — (Una chica de tu afo? —iUh! —iAcaso Ilsa? ‘A su madre no le gustaba lisa; ya el nombre le parec‘a tonto. En lugar de Elsa o Ilse, deci isa no era un nombre. Pero, sobre todas las cosas, II 8a le parecia muy desfachatada; a veces se maquilaba la cara y se pintaba {as urias de los dedos de negro —No —dijo Matu con un suspiro, —iManuela? KLAUS KORDON La vor de la madre sonaba como un taladro. A Matu le gustaba la sim- pitica Manuela que un dia querfa llegar a ser atleta y ya corrfa 100 metros lianas mas rpido que cualquier chico, —No—alcanaé a decir ahora Matu, —Esté bien. Sino tienes que hacerme ninguna infidencia La madre se dirigié a la puerta un poco ofendida, Pero se dio vuelta, ya con el picaporte en la mano, para agregar: —No la hagas larga. Papa ya esta isto. Después es tu turno en el bao, —jUh! —murmuré Matu una vez mas, luego continud escribiendo. My name is Matias Loerke... Luego en ruso. Moja imja Matthias Laerke. Ja schiv... escribi6 en al- fabeto cirlico debajo del texto inglés. De pronto se sobresalto: su padre. —iVamos! Arriba de una vee. Ya es la hora, —iYa voy! —grit6 Matu y quard6 el papel con el mensaje para la bote- lla en su cartera, Luego entré en el bafo, se senté en el inodoro y empez6 2 sofia. Una playa con palmeras, en algin remoto lugar del mundo. Un chi- co, acaso de la misma edad que él, solo que més tostado, un habitante de los mares de! sur, sentado junto al agua. Las olas se derramaban sobre la arena, una y otra vez, una y otra vez. E chico no pestafieaba, miraba impa- sible el mar... Los lugarefios parecian tan impasibles... jiiAn estat! El chico se levanté de un salto. Habla dvisado la botella, se arrojo al agua, le rescat6, la abi. iLa botella! También eso era un problema. {Que clase de botella deberia utilizar? {Una botella de vino vacia de su padre? {Pero, sobre todo, sopor- ? tarfa con un corcho de los de hoy un viaje tan largo? La mayoria se desha- ofan con sole mirarlos. Estaba claro que se disolverfa en el agua salad... —iMatias! La madre golpeaba la puerta. Lo hacta todas las mafianas. Ya era auto- Ya respuesta de él también, mare Se puso de pie, se lav6, empez6 a limpiarse ls dientes. El abuelo Haase atn tenia guardadas en el steno un par de viejas bo- las con una traba a presiGn. Cervecerfa Munich se lete encima, La traba fa de metal y el tapén de porcelana: no podtan abrirse en el agua. Si el lbuelo Haase le regelaba una botella, el problema estaba resuelto. Y eso oda logrartrenquilamente, ya que Pepa y é! le trafan a menudo carbén ol sotano 0 iban a hacer las compras al almacén, Cuando Matu finalmente salié del bai, su padre ya habla desayunado, Parecia cansedo y no miraba a su madre. Al irse, solo saludé a Matu, —fstén peleados? —iBah! La macte se sirvié café y se sents al lado de Matu, —En el otofo tengo que viajar a Leipzig para hacer un curso de capa {ocién, Duraré tres semanas, Asi que obviamente solo podré volver a casa Jos fines de semana, Tu padre no quiere. Dice que tengo que pensar tam- bien en fa familia, En ti Como si ustedes no supieran arreglérseles en mi usencia ‘Matu tomé su téy cad, Padfa comprender perfectamente @ su madre, 0 también podta comprender a su padre. No era el primer viaje de ca- Pacitacion que hacta su madre, Desde que trabajaba en la central de tele- nia electrGnica, andaba corriendo de un curso de capacitacién a otro, Ya hhobia hecho una maestria hace tiempo y nunca le alcanzaba, El padre se tomaba ida y vuelta el tren de Kénigs Wusterhausen a Bernau y nada pare- ble alterarlo, Cada vez que su madre se iba a hacer cursos de capacitacién, {W ndignaba con sus colegas, porque durante un largo tiempo no poda ir a {obejar més que por la mefiana, ya que ala tarde y ala noche alguien de- bio estar en casa, En eso su madre estaba de acuerdo. Era su responsabili- Had! El que tiene hijos, tiene también obligaciones, repetia ella. —En cuanto a las cartas de amor —dljo la madre, tanteando a Matu— no exageres. Quiero decir, todavia no tienes doce afos siquiera a KLAUS KonDow Smo pues tuvo Matu dos horas seguidas de Alemén, No necesitaba pres- cin, no lo precisaba, y la maestra lo pescé, Sorta Merz estaba decepcionaca, (Fstés bien?’ —pregunté con preocupacién. tu mene6 la cabeza y siguié ponsando en el chico debajo de las pal- 8. La sefirita Merz no estaba acostumbrada a que no respondiera a Dteguntas. La sacaba de quicio que no estuvieran atentos en clase. Si sentia bien, estaba conforme. lospués de Alemén tuvo Fisica y Masica. La Hanke ensayaba con ellos fueva cancién. Todo estaba an orden hasta que, al dar una nota Ma- io un horror. Aria y cerraba la boca siguiendo la melodia y pensaba en vier otra cosa, La sefiorita Hanke de todos modos estaba solo intera- ito los que cantaban bien, entre los cuales Pepo era uno de los mejo- Su voz aguda ora lo nico con lo que lograba destacarse en la escuela, Por fin soné al timbre anunciando que la quinta hora habia terminado. ll sald tan répido del aula que Pepo ri siquiera aloanz6 a verio. yAcénde vas? —ie grit6 de lejos. Poro Matu no respondié. Si le decfa @ Pepo dénde iba, no podria sacér- més de encima, Vabuelo Haase vivia en la Avenida del Dique, en el cuarto piso. Pero has- ‘tana haba cinco escaleras, y con setenta y cuatro fia y cidtica en la nay reuma en la aticulacones bajar le resultaba una gran aventura Ya me doy por contento si todas Jas semanas voy hasta la puerta (alle en lugar de quedarme enjaulado ac dentro —acostumbraba de- Y ora gracias ala escuela que Matu y Pepo estaban encargadas de su lao. Y Matu y Pepo se alegraban de que les hubieran asignado al abuelo 0 y NO a uno de esos viejo tan cascarrabias. fitz Haase, Natu apret6 el botén del timbre y esper6. A veces tardaba toto hasta que el sonido retumbaba, Pero ese dia abris ensequide. Matu Primero A tu edad es normal, luego todavia no tienes doce afos. Su ma- ‘re cambiaba de opin cada media hora. Matu se levanté de la mesa, tomé su carteray se despiié de su madre con un beso, Sali de su casa con pris. La escuela no quedaba lejos. En tres patadas estaba abi, decia siempre ‘su padre. Pero con Pepo se necesitaban al menos seis. Pepo, sino, tenfa ‘mucho aguante; pero cuando habla que ira la escuela, se paraba a descan- sar cada cien metros, Charlaba de esto y de lo otro y siempre preguntaba preocupado qué podian llegar @ tomer en Matematica, Alemén, Ruso, In- alés 0 Historia. Pero ir sin Pepo a la escuela era imposible. Cuando Matu salfa dela puerta de casa, Pepo ya estaba parado en la esquina de la Ave- rida del Dique, esperéndalo con una sonrisa. Se le adosaba como un her- mano siamés. Pero ese dia Matu no se iba a dejar retrasar. Caminaba tan répido que Pepo le grité con la lengua afuera — {Qué apuro hay? Tenemos tiempo de sobra, Matu no respondi. Querfa tener el texto listo ante de que comenzara lahore, cosa de poder salir corriendo, después de la escuela, directamente hacia lo del abvelo Haase. Ya se vela haciéndolo. Con antelacién a que comenzara la hora, tenfa su texto listo, Drushba habfa escrito debajo: amistad. Cémo se decfa mu- chos saludos en ruso, no Io sabia Adn no lo habia averiguado. Y no querta preguntar. Drushba! Matias Loerke, GDR, Germanskaja Demokratischeskaja ‘Respublika. Sonaba bien y patecta estar bien. Ahora solo tenia que esperar que la clase terminara, A principio, Matu tenfa célculo de fracciones. Queria prestar atencin, lo precisaba, pero no consegufa hacerlo. Tenia siempre al chico de los max res del sur delante de los ojos, lo veia sentado en la playa esperando su botella con el mensaje. :Qué clase de chico se imaginaba? jEra alguien de Sudamérica? 40 un hindG? {Un arabe? {Un habitante de una isla del Peloponeso? B a KLAUS KORDON ‘empuié la puerta y subi6 corriendo hasta el cuarto piso. El abuelo Haase salfaa su encuentt. —{Matu? —se asombré—. Pero si estuviste anteayer. El abuelo Haase se parata bastante encorvado. Ya no padia mantener la cespalda derecha. Y dando la impresién de ser més pequefo de lo que era, rmiraba directo a los ojos de Matt. —Estoy con tiempo —dijo Matu. so era obviamente manta. Cuando la madre tenfa turno tarde, no con- taba con tiempo. Entonces ella lo esperaba para almorzar, ya que debia to- mar el érmnibus a las dos y media, —Est bien, al almacén ya fueron hoy os Ziesen. El abvelo entid en la cocina, donde habia desplegado el diaria sobre la mesa. : —Siéntate conmigo, voy a prepararte un té, Si viniste a verme a mi, realmente es porque no tienes nada que hacer Estaba bueno no tener que ir al almacén, no asf lo del t. —Noo tengo tanto tiempo —se atajo Matu—. ,No precisa nada del sétano? — {Del s6tano? —E! abuelo Haase reflexioné—. Puedes subirme unas papas. Tadavia me quedan algunas, pero dentro de poco no van a aleanzar. ‘Matu tome la lave del sétano y el canasto de papas de! abuelo Haase y bajo corriendi las escaleras. Volvié enseguide con el canastolleno de pa- pas en una mano y una de les vejas botellas con traba a presion en la otra. — {Qué piensas hacer con eso? —vij el abuelo Haase, levantando la vista del diario y sefialando la botella polvorienta. —Yo qué sé... la vi, me gust6, puedo necesitarla, Qué te parece, abuelo? ‘Ala madre no le gustaba que Matu tuteara a las personas mayores. Pe- rocon el abuelo Haase era otra cosa, Matu tenia la sensacin de que no cera auténtico silo trataba de usted. 0 mo —éY para qué la precisarias? Matu dio vueltas, hasta que por fin se largo a hablar y conté cud! era su pla. —iPara enviar un mensaje en la botella! Tu idea no esté para nada ‘mal —aprobé e! abuelo Haase entusiasmado—. Lamentablemente no va aandar, —=1V por qué no? —Por la trontera —respondi el abuelo Haase—. Tu botella deberia atravesar Berlin Occidental. Y no podré hacerlo. Hay rejas en el agua.

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