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Tzvetan Todorov Lntroduccién a Ia literatura Santistica PAIDOS . Buen Aires - Bercelons - Mexico 3. Lo extratio y lo maravilloso fst, sempre evanescent, - Lo fants extra. ~ Las Seas" de oft, Pantie ‘vers ~ La erat py. ~ Bdgor Poe yl experiencia de a ites ~ Lo ancien plc. ~ La snes de mbes: La cimacaardence. ~ Lo fame marl. [La muertaenamorada yl mezamorfii dl adver, ~ Lo ‘maravillse pura. ~ Las cunt de bade, ~ Subse ‘maravillas Piper, ext, increta y een Ge dena fin). ~ Boga deo marie. Lo fantéstco, como hemos visto, dura apenas el tiempo de tna vacilacin: vacilaci6n comin al lector al personaje, ue deben decidir si lo que perciben proviene o no de la “realidad”, tal como ella existe para Ia opinién comin. Al fin de la historia, el lector, sino el persongje, toma sin embergo tuna decisi6n, opta por una solueién u otza, y con eso sale de lo fantistico. Si decide que las leyes de la realidad permane- ‘cen intactas y permiten explicar fos fenémenos descritos, de- cimos que [s obra remite a oxo género: lo extafio, Si, por el contrario, decide que debe reconocer nuevas leyes de la na- ‘uraleca, gracias alas cuales el fenémeno puede ser explica- do, entramos en el género de lo maravilloso. Lo fantistico lleva por lo tanto una vida llena de peligros, y puede desvanecerse a cada instante, Parece ubicarse mis bien en el Kimi de dos géneros, lo maravilloséy lo extrao, que ser un género autGnomo. Uno de los grandes perfodos de la literatura sobrenatural, el de Ia novela negra (the Gothic novel) patece suministrar Ia confirmacién. En efecto, por fo general se distinguen dos tendencias dentro de la novela ne- 2 Tevetan Todorov gra la de lo sobrenatural explicado (de lo “extrao", podita- mos decir), tl como aparece en las novelas de Clara Reeves y Ann Radcliffe; y la de lo sobrenataral aceptado (0 de lo ‘rarwvilloso”, que reine las obras de Horace Walpole, ‘MG. Lewis y Mathuri. All nose presenta lo fanistico pro: piamente dicho: slo géneros que le son vcinos. Ms exaeta- mente el efecto fantistco se produce pero s6lo durante una parte de a lecrura: en Ann Radcliffe antes de que etemos se- sguros de que todo lo que pasé puede tener ana explescién, racional; en Lewis, anes de que etemos copvencidos de que los acontecimientos sobrenaturles no recbirin ninguna ex- plieacin. Una vez que termina el ibro, eomprendemos en ambos easos—que lo fantisico no exist. ‘Uno puede preguntase hasta qué punto 6 sostiene una defnicign de género que permitra als obra “cambiar de gé- nero” ante una simple frase como: “En ese momento, des- pert y vio lis paredes de su cuato.” Pero, en primer lugs, ‘hada nos impide considera lo fantistco precisamente como tun género siempre evanescent. Una categoria semejante no tend por ota paste nada de excepeional. La definicién lé- sica del presente, por ejemplo, nos lo desribe como un puro imite ence el pasado y el faruro. La comparacién no es gra- ‘uit Io marevlloso corresponde aun fendmeno desconoci- do, nunca visto ain, por venir: por lo tanto aun faaro; en Lo extrafo, en cambio, lo inexplicable e reduce a hechos cono- cidos, a una experiencia previa, y por lo tanto al pasado. En cuanto alo fantistico en s mismo, lavalacién que lo carae- teriza no puede, es evidente, ubicase sino en el presente. ‘Aqui se plantes igualmente el problema dela unidad de 1a obra. Tomamos esta unidad como indieutble y nos pa rece un sacrlegio cuando se practican cortes en tina obra (Geqiin la técnica del Reader’ Diges) Bero las cosas son sin dda més complejas; no olvidemos que en la escuela, donde se produce para todos la primera experiencia de a literatu- 1, una de las mis importantes, sdlo se Leen “trozos esco- gids" o “extractos” de las obras. Un cierto fetichismo del Laextraioy o marsillose 8 libro sigue vivo en nuestros dias: la obra se transforma a la ‘vex en objeto precios9 ¢ inmévil, yen simbolo de plenicud, con el carte convertido en un equivalente de la castraciGn. ;Cvénto més libre era la actirod de un Khlebnikov, que ‘componia poemas con trozos de poemas anteriores 0 que incitaba a los redactores y hasta alos impresores a que co- rrigieran su texto! Sélo la identificacién del libro con el su- jeto explica el horror al corte. [En cuanto se examinan por separado las partes de le obra, se puede colocar provisionslmente entre'paréntesis el final el relat: eso que nos permitisia incorporar alo fantéstico tun mimero de textos mucho mayor. La edicién hoy circu- lente del Manuscrita encontrado en Zaregoze suministra wna, bbuena prueba: privado de su final, donde la vacilacién queda climinada, el libro pertenece plenamente a lo fantistico. Charles Nodier, uno de los pioneros de lo fantistico en Francia, tenia una conciencia plena de este hecho y lo trata fen uno de sus cuentos, Inés de Jas Sierras. Este texto esti ‘compuesto de dos partes notoriamente iguales; y el final de ls primera nos deja en una perplejidad plena: no sabemos ‘como explicar Ios fenémenos extrafios que aparecen; sin em- Dargo, tampoco estamos dispuestos a reconocer lo sobrens- tural Con tanta facilidad como lo natural. El narrador vacila entonces entre dos conductas: intérrumpir allt su relato ‘quedarse en lo fantéstico) 0 sepuir (y abandonarlo entonces). or su parte, declara a sus oyentes que prefiere detenerse, justificindose asi: “Cualquier otro desenlace serfa vicioso porque cambiaria la naturaleza del relato” (pég. 697). ‘Sin embargo seria falzo pretender que lo fantistico no puede existr sino en una parte de la obra. Hay textos que mantienen ls ambigitedad hasta el final, lo que también quiere decir més alld. Una vez cerrado el libro, ia ambigite- dad permanecers. Un ejemplo notable lo ofrece agu la no- vvela de Henry James Otra vuelta de merea: el vexto no nos permitiré decidir silos fantasmas rondan por la antigua pro- piedad, os se trata de alucinaciones de la institatriz,victima “ Tevetan Taderoo dl clima inguietante que la rodea. En la literatura francesa, La venus de Il, la novela costa de Préspero Merimée, ofrece ‘un ejemplo perfecto de esta embigiedad. Una-estarua pare- ce animarse y matar @ un recién casado; pero nos quedamos nel parece” y nunca llegamos «la certidumbre. Sea como fuere, no se puede excluir de un examen de Io fantéstico lo maravilloso y lo extrafio, dos géneros a los que se superpone. Pero tampoco olvidemos que, como lo dice Louis Vax, el arc fantistico ideal sabe mantenerse en la in- decision” (pig. 98), ‘Miremos mas de cerca estos dos vecinos. ¥ subrayemos (que en cada uno de los casos, surge un subgénero transtorio: entre lo fantistico y lo extrafo, por una parte, y lo fantéstico yy lo maravlloso, por la otra. Bstos subgéneros comprenden las obras que mantienen por largo tiempo la vacilacin fan- tistics, pero que al fin acaban en Jo maravilloso 0 en lo ex- trafio. Podrfan representarse estas subdivisiones con ayuda del siguiente diagrama: a ‘artcico. | meaaes rmaavitoo | pu Lo fantéstico puro estara representado, en el gréfico, por 4a linea media, que separa lo fantistco-extrafio de lo Fantss- ‘ico-maravilloso; est lines corresponde por cierto a la nata- raleza de lo fantistico, froncera entre dos territorios vecinos. Empecemos por lo fantistico-extrafo. Los acontecimien- tos que parecen sobrenaturales a [o largo del relato reciben al Ginal una explicacién racional. Si durante largo tiempo 308 acontecimientos llevaron al personaje y al lector a ereer en la participacin de lo sobrenatural, es porque eran de ca- rcter insélito. La critica describié (y « menudo condend) cesta variedad bajo el nombre de “sobrenstural explicado”. [ Lo extratoy lo meravilse 6 Daremos como ejemplo de lo fantéstco-extrai el mis- no Mantcrito encontrado en Zaragoza. Alli todos los milagros se explcan racionalmente al inal del relato. Alfonso vueive + encontrar en una gruta al ermitalo que lo habia recibido al rinepio, y que es el gran sbeik de los Gomélez en persona. ce le revela el mecanismo de los acontecimientos ocurri- dos hasta ese momento: “Don Emanuel de Se, el gobernador de Cid, es uno de los iniisdos. Te habia enviada & Lépex y “Mosquito que te abandonaron en las fuentes de Alcomoque. (.-) Gracias a una bebida soporifera hicieron las cosas de tal rmodo que te despertaras ale mafiana siguiente bajo la horea de los hermanos Zoto. De al legaste s mi ermita donde te encontré el terrible poseso Pacheco, que en realided es un builarin Vasco, (..) Al dia siguiente, fuiste sometido @ una pprucha miicho més cruel Is als inguisicign que te smenazé ‘on torturas hocrbles pero que no logré doblegar tu corje” (rad. alemana, pig. 734) ete Como sebemos, hast sli se habia mantenido la duds en- ‘re dos polos Ia exstencia de lo sobrenatural yuna serie de ‘explicaciones racionales. Enameremas ahora los ipos de ex- plicacién que tratan de reducir lo sobrenatural: en primer lugar esti el azar, las coincidencias ~porgue en el mundo sobrenatural no existe el azar, y rina por el contario lo que Se puede denominar “pan-determinismao” (el azar seri la ex: plicacién que seduce Io sobrenataal en Ins dels Sierras) 4 continuacién vienen el suefio Golucién propuesta en El diablo enamarads), la influencia de las droges (los suefios de Alfonso darente Is primers noche), las supercheris, los jue~ sg tcados (sluciGn esencial en el Manarrite encontrado en Zaragrza), In iusién de los seatidos (veremos ejemplos de ello mds adelante con La muerte euamarade de Gautier y La cémara ariente de J.D. Cart), por éiltimo la locura, como en La princese Brambilla. Existen evidemtemente dos grupos de “excuses” que correspond sls oposiciones real-imaginario yy realilusorio. En el primer grupo, no pasé nada sobrena- ‘ural, porque so pasé nada: Io qie se crefa ver no ere mis “6 Tevetan Tadorey fm de una imagnaion desrdenaa eto loa, irogas). En el segundo, los acontecimientos tuvieron lugar por cierto, pero se dejan explicar racionalmente (ezares, su- percherias,iusiones). Recordemos que, en ls definiciones de lo fantéstica cita- ddas mas arriba, Ia solucidn racional se daba como “privada ppor completo de probabilided interna” (Soloviow) 0 como ‘ung “puerta fo bastance estrecha como para que no se pueda utilizar” (MLR. James). De hecho, las soluciones realisas que reciben el Manuscrito encontrado en Zaragezs 0 Inés de las Sie- ‘7as son totalmente inverosimiles; las soluciones sobrenan- rales habrian sido, por el contrario, verosimiles. La coinci~ dencia es demasiado artificial en la novela corca de Nodier; en cuanto al Manurcrita encontrado en Zaragoza, sa autor ni siquiera trata de darle un final eretble: la historia del tesoro, de la montaiia hueca, del imperio de los Gomélez es més di- ficil de acepitar qué la de la mujer convertida en carrofia. Lo verosimil no se opone entonces en ningiia sentido a lo fan~ ‘itico: el primero es una categoria que apunta ala coheren- cia intemna, a la sumisién al género,! el segundo se refiere a la percepcién ambigua del lector y del personsje. En el inte- rior del género fantéstico, es verosimil que se produzcan reacciones “fantiticas”. Junto con estos cas0s, donde nos encontramos en fo ex- tafio un poco a pesar nuestro, por necesidad de explicar lo fantistico, existe también lo extraio puro. En las obras que pertenecen a este género, se relatan acontecimientos que pueden explicarse perfectamente por los leyes de la razén, pero que son, de na w otra manera, increfbles, extraordina- ios, chocantes, singulares, inquietantes,insitos y que, por ese motivo, provocan en el personae y el lector una reacci6n 1. Sobre ese tema pueden consulare lo diverts emudioespare- dos en Le oatiemblalle (Conomamicton, 11). Lo extra y lo maravillso " semejante a aquella que los textos fantésticos nos ha vuelto familiar, La definieién, como vemos, es amplia e imprecisa, pero también lo es el género al que describe: lo extraio no 5 un género bien delimitado, a diferencia de lo fantistico;, para ser més exactos esti limitado de un solo lado, el lado de Io fantistico; dl otro, se disuelve en el campo general de la literatara (Is novelas de Dostoievski, por ejemplo, pueden scomodarse en la categoria de lo extrafio). En caso de creer ten Freud, la sensacin de lo extafio (das Unbeimlicte) estaria relecionada con Ia aparicién de una imagen que se origina en Ia infancia del individuo o la raza (se trataria de una hipévess: por verificar; no hay una coincidencia perfecta entre ese em- pleo del cérmino y el nuestro). La pura literatura de horror Pertenece a lo extrafio; muchos relatos de Ambrose Bierce podrian servienos aqui de ejemplo. ‘Lo extrafio, como se ve, cumple une sola de las condicio~ nes de lo fantistio: la deseripcion de ciertas rezcciones, en particular del miedo; esti vinculado s6lo 2 los sentimientos {de los personajes y no aun acontecimiento material que de safia la razén (lo maravilloso, por el contrario, se caracteri~ zara por la existencia nica de hechos sobrensturales, sin ‘mplicar la reaceién que provocan en los personajes). lay un relato de Edger Poe que ilustra lo extraio certano alo fantitico: La eae dela casa Usber. El narrador lega una ‘noche ala cas, convocado por su amigo Roderick Usher, que le pide que se quede con él cierto tiempo. Roderick es un ser hipersensible, nervioso, y que adora a su hermana, en ese momento gravemente enferma. Elle muere unos dias des- pués, y los dos amigos, en vex de enterrarla, depositan su ‘cuerpo en uno de los sétanos de la casa. Pasan unos dias; ‘una noche de tormenta, cuando los dos hombres estin en tuna pieza donde el nazrador lee en vor alta una historia an- tigua de caballera, Jos sonidos que describe la crénica pate cen ser el eco de los ruidos que se escuchan en la casa. Por iiltimo, Roderick Usher se levanta, y dice, con voz apenas perceptible: “jLa enterramos viva!” (NELE., pag. 105). Y, 6 ‘Tevetan Tadoroy i efecto se area puerts, yl hermana aparece en el ume bral Hermano y ermana se exttchan enn abrio each ruerios. El arradorhuye dela cs, juste temp pert vera desmoronareen el lagovecine {Ep extealo dene aqui do fuentes La primera et cons- Smid por eoinedencas (ay tants como en un relat deo ‘obrenatral expicde). De ee mode pian purser 0. brenatarales ls teourrecin dela ermnnay leet de a casa después del verte de sus hatante pero Boe no dex jude expla raconalment a dos cons, Sobel cane Grbes “Tal ver el ojo de in observador minuciowo habia dzscaierto una Fra spenas visible que, paren alte tho de la fachada aria un exmin en igig a waves de a pared iba a perdrs en as agus funstas de go” (ie 90) de Lady Mdetne “Ch ecoone, sume one jes, de cartter casi xtalpico, eran los dagnésteos ay Dartculres” (pg 98). La explcsin sobrensira nose Gere porlo tnte yo es netaro scoparia, Ta otra serie d elementos que provowt a impresign de exwaeza no et gua lo fanstco sine alo qe pode ros lamar uneperiencade lo lites que carscria toda ln obra de Por. Ya Baudelaire decade eh “Ningdn hombre hs cootado con mie mais ls ecepeone ela da humana y la naturale; y Dostoiss “(Poe aige ca Siempre a realidad més excepeionay en el plano extior 0 picologico.." (or ota pars Por eos ut conn sobre Este tem, un conto “meta-extai", tulad Bdge del xia) in a ca del sa User lo que pertain lestor ts cl sudo cnfermizo en extrem de ly hermanos, Ea ‘os textos seri las escenas de rude e sate del tl el apsinao, lon que provoearin el mismo eects Ta sensacin de extraea parte poo tanto de los temas von Cados, gue extn ligndos» tes nso tenos angus i adios qe la experiencia primitive constards por Ie wansgresn,podemosacepa a teoca de Pred obese arigen dei exao, Lacestraio y o marevllso ~ De tal manera lo fantistco se encuentsa en definitive ex- cluido de La cast Usher. En vérminos generals, no encon- ‘ramos cuentos fantésticos en la obra de Poe, en el sentido cestrieto, a excepcién tal ver de Recuerdos del sor Bede y de Bl gat negro. Casi todos sus relatos denen que ver con lo ex- tzalfo,y slo algunos con lo maravilloso. Sin embargo, tanto por los temas como por las técnicas que elabor6, Poe esth Inuy cerea de los autores de lo fantistco. “También sabemos que Poe dio origen a la novela poicial eonterporénea,y esta cezcania no es fruto del azar por otra parte s2 eseribe « menudo que los cuentos poliiales hen reemplazado alos eventos fantasmas. Alarems la natu~ raleza de esta rlacién. La novela polical de enigma, donde se busca descubrir la identidad del culpable, ess construida del siguiente modo: por una parte hay muchas soluciones f= ciles, a primera vista tentadoras, pero que se revelan falsus ‘una tras otra; por ota parte, hay una soluci6a inve por completo, als que slo se llegar al final, 7 que se reve- lard como la tiniea verdadera. Vernas ya lo que acerca a la novel policialy el evento fantistico. Recordemos las defini- cones de Solovioy y de James: el rlato fantéstico incluye también dos soluciones, una verosimil y sobrenatural, la ‘tr, inveosimily acional. Basta entonces que esta segunda Solucin sea, en fa novela policial, difil de encontrar a tl txeremo que llega + “desaiar [a razdn”, para que estemos dispuestos a aceptar a existencia de lo sobrenatural més que la ausencia de toda explicacién, Tenemos un ejemplo clsico: os dee negrits de Agatha Christie. Diez personajes se en- cuentran encerrados en una is les dicen (en un disco) que roricin todos, castigados por un erimen que Isley no pue- de castiga; la narurlera dela muerte de eada uno se en- cuentra ademés descritaen la cancién infantil de los “Diez negrtos". Los condenados~y el lector con elos~ tratan de descubrir en vano quién ejecuta los castigos sucesivos: esti solos en Is isla, mueren uno tas ot, cada uno segin o que snuncié la eancién; hasta el dlimo, que, y eto provoce la 0 ‘Tevetan Tadoroo Jimpresi6n de lo sobrenacural, no se suicida sino que es asesi- nado. Ninguna explicacién razonable parece posible, hay ue reconocer la existencia de seres invisibles, o espititus. or cierto, esta hipétesis no es realmente necesatia, ya que se daré la explicacién racional. La novela policial de enigma se acerea 2 lo fantistico, pero también es su opuesto: en los ‘textos fantisticos, nos inclinamos de todos modas por la ex- plicacién sobrenatural; la novela policial, una vez terminade, no ej ningun duds en cuanto a le ausenca de acon ‘mientos sobrenaturales. Esta comparacién por otra parte sO lo es valida para cierto tipo de novela polcial de enigma (el ceuarto cerrado) y cierto tipo de relato extafio (lo sobrenat ‘al explide), Ademés, el acento et coloado de moo di tinto en los dos géneros: en la novela polical, reeae sobre la solucién del enigma; en los textos que se relacionan con lo extraiio (como en el relato fantéstio), sobre las reacciones gue el enigma provoca. Sin embargo, de esta cercanfa es- ‘tuctural resulta una semejanza que es necesario se ‘Cuando se trata de Ja relacién entre las novelas policiales ¥ los cuentos fancisticos hay un autor que merece que 1s detengamos mis tempo en él: John Dickson Cart. ¥ hay en su obra un libro que plantea el problema de une manera cjemplar: Le cimara ardienze. Al igual que en la novela de ‘Agatha Christe, estamos aquf ante un problema en aparien- cia insoluble para la razén; cuatro hombres abren una cripta, donde unos dias antes fue depositado un cadéver; ahora bien, lcripta est vaci, y no es posible que alguien la haya abier- { entretanto. Mas ain a todo lo largo de Ia historia, se ha- bla de fantasmas y fenémenos sobrenatusales, El crimen que tuvo lugar cuenta con un testigo, y ese testigo firma haber visto a la asesina abandonar la habitacin de la victims atra- vesando la pared, en un sitio donde doscientos afios antes hhabfa una puerta. Por otra parte, una de las personas impli- ceadas en el asunto, una mujer joven, cree ser ella misma tna bruja, mis exactamente una envenenadora (Ia muerte habia sido provocada por veneno) que pertenecerfa aun tipo espe- Lo extra o meraviloso 5 cil de seres humanos: los no-mmuerta. “En poces palabras, los hno-muertos son esas personas ~sobre todo las mujeres- que faron condenadas a muerte por el crimen de envenena: Imiento, y euyos cuerpos fueron quemados en la hoguers, ruertos © vivos", nos enteramos més adelante (pég. 167). ‘hora bien, al hojear un manuserito que recibié dela edito- rial donde trabaja, Stevens el marido de esta mujer, da con tna fotografia cuya leyenda dice: Movie Audrey, guilotinada ‘por asesinato on 1861, Fl texto prosigue: “Era una fotogralia Gels propia mujer de Stevens" (pig 18).

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