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ISSN impreso 1900 - 7922 / Universidad del Valle / ISSN en linea 10 - 6738 “Eres muy blanca para ser de alla”: racializacion y blanquitud en instituciones de educacién superior, Colombia” Resumen: En este articulo exploro aspectos de mi trayectoria de blanquitud, por medio de un andilisis de ia racializacién del género en Citcuta y Bogota, Colombia. A partir de un ejercicio autoemogrifico de la memoria, consigno experlencias en imi diario de campo para interpreta mi proceso de constitucién como sujeta bianca _ymiparticipacion en la construccién de represemaciones eitas y saneionables de feminidades racializadas. Estos procesos estaban amalogameme vineulados a las Inchas ‘por la racializacién de los espacios, como mi barrio o ia ‘nstitucién de educacién superior en la que estulié, v la designacion de sus legitimos propietarios. Palabras clave: blanquitud, feminidad, racialicacién, alteridad, instituciones de educacién superior, espacio. “Toure Too White to Come from There”. Racialization ‘and Whiteness in Higher Learning Institations in Colombia Abstract: In this article, 1 explore aspects of my irajectory of whiteness, by means of an analysis of gender racialization in Ciicuta and Bogoté, Colombia. Starting from a selfeethnographic analysis of memories, I record ‘ny experiences in afield diary to interpret my process af becoming a white female subject and my participation inn the construction of licit and sanctionable racialized femininities. These processes were analogically linked 10 struggles for racialization of spaces such as my neighborhood or the institution of higher learning where studied and the designation of their legitimate owners. Adriana Marcela Pérez Rodriguez Universidad Libre de Colombia, seccional Citcuta Keywords: whiteness, femininity, racialtzation, alterity, institutions of higher learning, space. El nosotros, seatin el problema a resolver, sera cl nombre de una utopia 0 de um fracaso 0, mejor dicho, de tuna imposibilidad porque en realidad nosotros no somos ‘ni los unos ni fos otros, sino un mundo compartdo [...] ellos forman parte del nosotros. mnque este nosotros nds que una posibitidad o un horizonte para todos, represente un refilzio para unos cuantos (Yolanda Onghena, 2014, p.108) Introduccion {Como me he consolidado en el privilegio racial como mujer blanca-mestiza? Esta pregunta puede causar extrailez por varias razones: el sujeto de emunciacién no es otro que yo misma, por lo que me valdré del uso de la primera persona, ya que un ‘campo de estudio central en mi investigacién ha sido el de mis experiencias como sujeta enclasada, sexuada y racializada, Ademés, su sintaxis remite ‘a mi participacién activa y constante para asegurar ‘mi lugar en una jerarquia racial nacional que privilegia lo blanco en los campos materiales y simbélicos. En este punto, deseo distancianne de las trampas en las que pueden caer los estudios de Dlanquitud, y en general los estudios raciales, al suisteutarse en certezas de las categorias raciales que ‘Este acto recoge parted Jo resultados propuests en a tess de masta: “Feminidades, masculnidades y constrain dela diferencia en Cicuta, Norte de Santander. mirads cruzadas dado ln juventod escolaizada’. Hl trabajo de anvastsncin couté como requ parcial pare ‘btener lied Magstren Estadio de Gsneo, ds la Uaverdad Nacional de Calomba.Arteulewecbido el 2S de octubre de 2016, apre Dado 30 de marzo de 2017. *Politilogn de a Universidad de Reading, Ingles, Magister en Estudios de Géner de Ia Universidad Nocona de Colombin. Docent de citora dela Universidad Lire de Coloma, sctional Coca, Duscora del Senllaro on Estudios de Ginero de eve misma unverdad, Actvista [ntepraute dela Fundacion Gino de Asien y Apoyo a personas Trans. GAT Ka participa an el XXX Conarore di Ia Asciaisn Latnnae sicena de Sociologia, ALAS (2015) el Primer Eneuenzo Internacional de investigndorse investigaeén en Duvertud (2013), Congreso de Estudios Poscolonalesy IV Jomaas de Feminism Poscolonial (2016). Comeo electrénico- marcela perez @uniibrecucua co La marcana de la discordia, julio 2017, Vol 12, No. 1 Pérez Rodtiguez: 49-60 so Adriana Marcela Pérez Rodrig frecuentemente enunciamos: “blanco”, “negro”, ‘ndigena”. Lo “blanco” para mi fue un punto de partida incuestionable en Ia jerarquia racial de mi ciudad natal, Citcuta, pero con mi traslado a la capital nacional, Bogotd, para cursar mis estudios universitarios, hubo un desplazamiento en las estructuras raciales, impulsandome a luchar para asegurar el privilegio de blanquitud a través de complejas relaciones donde recreaba alteridades femeninas racializadas como Otras. Es por eso, que si parto de lo “blanco” no es para reiterarlo hasta brindarle una vida propia, sino para complejizarlo y para dar cuenta de cémo la relacién con esas Otras taciales abarcaba matices ambivalentes: entre el desprecio y el deseo. Enfoque tedrico y metodologia Abordo la nocién de blanquitud desde las tres dimensiones interconectadas propuestas por Ruth, Frankenberg (1993): 1) como posicién de ventaja estractural enna jerarquia racial, donde lo “blanco” se constituye como superior y deseable a partir de la subordinacién de lo no blanco, 2) blanquitud es un punto de vista con autoridad para designar realidades sobre otros puntos de vista. 3) blanquitud también refiere a practicas culturales y, aunque no Jo incluye explicitamente en su definicién, practicas conporales naturalizadas y racialmente no marcadas. La blanquitud como objeto de investigacién social. nos dirige hacia los procesos de construccién del sujeto dominante y la reproduccion cotidiana de logicas racistas. En virtad de lo anterior, la autora propone el concepto de “geografia social de la raza” que permite tn mapeo del caracter racial de las relaciones con el fin de indagar en la construceién de um sujeto racializado como “blaneo” que ostenta el privilegio de lo no marcado, junto con sujetos, tacializados como Otros. Este punto nos lleva a otra aclaracién necesaria retomando los planteamientos de Butler. la paradoja del sujeto consiste en que st constitucién obedece una subordinacién inicial ante wn poder formador no elegido pero potencializante, por cuanto la reite- raci6n corre el riesgo de tomar direcciones y formas distintas a las esperadas por el poder formador. Las “rupturas”, momentos en que la reiteracién falla en conseguir el efecto deseado, son constituyentes de los procesos subjetivos dado que, en téminos de Butler (2010): “la performatividad minca logra en st (otalidad el efecto deseado, en ese sentido “falla” todo el tiempo: su temporalidad reiterativa necesita del fracaso, no podemos pensar la reiteracién sin el fiacaso”! (p.153, -énfasis de la autora-). El devenir subjetivo es un proceso volitil, cuya repeticién de normas y poderes formadores se caracteriza por el riesgo de que estas no se repliquen de manera cohe- rente, sino que sus efectos se desplieguen de manera que sui fuerza normalizante sea socavada a través del deseo que escapa a los margenes infranqueables de la constitucién subjetiva Este fiacaso, vivido incesantemente en el transcurso de nuestras vidas no es una pérdida o uma pena, tampoco el desliz de un sujeto soberano, sino una incoherencia constituyente y potencialmente habilitadora de posibilidades otras e hibridaciones paradéjicas (Butler, 2014). Me convoca complejizar a constitucién de dicho sujeto blanco a partir de la iteracién de fracasos traducidos en sentimientos de pérdida, incerteza y angustia que experimenté en mi estadia en Bogota. Frente a esta cuestin, es vilido preguntarse como lo hace la autora, {Cundo? Y qpor qué “falla’ el sujeto? Pero tambien {Qué condiciones detemminan que un fracaso tenga lugar? {Cémo otros interpretan este fracaso? Soy acaso consciente de estas fallas? ; Qué condiciones hacen que ‘tome conciencia’ (0 no) de ellas? {Qué ocurre anivel subjetivo en esos momentos? Por otra parte, desde orillas fenomenolégicas, Sara Ahmed (2007) plantea que la blanguitud es wna relacién con el Ingar historicamente blanqueado* ‘Que el mundo nos sea dado como blanco a nuestra Hlegada, implica que esta blanquitud no escogida es la que nos sostiene o condena, la que determina las, posibilidades y significados de nuestra existencia, Esta blanguitud tiene efectos concretos sobre la forma en que habitamos el espacio y cémo nos pensamos a nosotros y nosotras mismas en relacién con este, sin la necesidad de recurrir constantemente a una conciencia reflexiva, Me baso en estos planteamientos con el fin de evaluar mi constitucién Traducién propia °Bs preciso sear lugar de emncicin desde cul ella: ‘coma dace depade paint y madre nels, enel ena acadenioo (Goldsmiths de Londres, Inglaterra. “Eres muy blanca para ser deal’ como sujeta blanca -emproblemada, incoherente y racista- en Bogoté, como un nuevo espacio que debia habitar, donde la certeza con la que vivia y ejercia un dominio racial, desde la mirada propuesta por Frankenberg, se diluyeron. expulsindome, en el ‘microuniverso de la universidad en la que estudiaba, del lado no marcado e impulséndome a participar de manera mas consciente por la reconstruceién del privilegio racial Para este proceso, Ievé un diario de campo entre enero y agosto de 2015 en el que anotaba extractos de mi memoria sobre mi tilimo atio en Cttcuta y mi primer alo en Bogota. Me interes6 abordar el petiodo 2006 y 2007, cuando tenia 17 afios de edad, porque fie entonces cuando comencé a tener una mayor reflexividad sobre 1a legibilidad de otros cuerpos que habitaban mi espacio social, con los que desarrollaba pequeilas, pero intensas Inchas cotidianas sobre la legitima definicién de mi espacio y de quiénes lo habitan Amilisis de datos ‘Yo me di cuenta en Bogoti, que era de la pro- vineia. Mas alin, me enteré ahi que existia tal cosa como la provincia, que yo venia de ella y que no es un lugar bien visto en los espacios donde me movia. Entendi también que era candidata a “blanca”, po- sicidn intermedia que me dejaba muchas veces con ‘més angustias que reafirmaciones. En esta ciudad, mi cuerpo adquirié un peso extrailo: no me movia con Ja facilidad de antes, era detenida constante- ‘mente, acto recordatorio de mis origenes sociales y de que mis movimientos estaban siendo evaluados. Desde una mirada fenomenolégica, en el proceso de habitar Ciicuta las fronteras de mi cuerpo y del espacio se confundian, volviéndose estas uno con- ‘migo. Ctieuta era el espacio de un “yo soy”. Con mi llegada a Bogota, més especificamente mi ingreso a la Universidad del Rosario en el afio 2007. cuando comeneé mi pregrado académico, mi relacién con el espacio cambié: mi cuerpo se movia cautelosamen- te sobre un espacio sentido muchas veces como aje- no, con una cautela producto de sentir que habitaba una posicién arrebatable. Entonido como Ia dsminscia ana brechs gus satin sa e808 momentos ei cietos personajes ¥ Yo, dindome la sensacn de que oda legar a ocupar misma posit que ells en ojos de otros, pasar pore de lis racialisacién y blangutud en incttuciones de eduaciénsypertor, Colombia 31 Mi devenir femenino ha sido indisociable de mi posicién en La jerarquia socioracial nacional, utili- zada como esquema de referencia para orientar mi comportamiento, construir mi cuerpo, expresar mi deseo, mis gustos y relacionarme con otros. Naci en una familia de “blancos” en Ciicuta, en tina familia con integrantes que Hegaron a la ciudad aproxima- damente cinco décadas atrés, de Antioquia, Santan- der y regiones de Norte de Santander. Debido a la profesién de mi abuelo patemo, quien se encargaba en st totalidad de la proveeduria economica, sttfa- milia consolidé un cémodo patrimonio econémico yy social en la ciudad, lo que les permitié enviar a sus seis hijos e hijas a cursar los estudios universitarios en Bogota y Medellin, Por el contrario, mi familia matema enfienté diversas dificultades econémicas que conllevé a que solo tno de los hermanos cursa- 1a sus estudios tniversitarios en Bogota. En medio de estas circunstancias, mi familia patema expresa con tono de orgullo y autoridad frases como: sotros no tenemos acento cucutefio”, “nuestra fami- lia se encuentra en Santander y Antioquia”. “somos blancos por las raices familiares”. Actitudes como estas, causaron incomodidad en mi madre, lo cual la Hevé en ocasiones a aseverar que de no haber sido por stt posicion laboral en el banco Conavi, no la habrian admitido facilmente dentro del citculo fa- ‘miliar, “jy menos al ver @ mis hermanos morenitos y vallenateros!” En Citcuta cursé mis estudios escolares. y habi- taba mi barrio con naturalidad, refiejado en la segu- ridad de mis imputaciones, la facilidad con la que visibilizaba, invisibilizaba y significaba personajes de mi vida cotidiana, manifestando uma adecuada cconstitucién como sujeta blanca en relacién con las expectativas sociales del entomo: "no ‘Caobos era un barrio blanco-mestizo de familias “tradicionales™ pertenecientes a sectores medios altos y altos. Lo recuerdo como un espacio tran quilo y ‘sobrio’ a diferencia del fastidioso ruido que actualmente lo caracteriza. Ene semana se * Cand en Coates mensions Is “familia tadiionales™ 6 ‘nae referencia aque familias euyosintegrants ccupan profesiones Jibeaes (ene campo del derecho ylamedicins poncipalmeae), enn ‘optles sociale sbidoseivieen do forma conadorsle on captlee cates (educacio, consumo cultural vies, entre oo). texisteuna explicit rela ene exe rmino lapertenencina scares “culos” dea ciudad ‘mantenfa adomecide y los fines de semana los y las jovenes del sector convergian en varios puntos de encuentro, entre ellos la esquina de mi edificio. ‘Una préctica recurrente entre los hombres era legar al encuentro com los carros de la familia, subirleel volunena la miisica y hacer carreras; acumilaban, prestigio entre las mujeres a medida que lograran ‘moldear las calles del sector a sus pistas de juexo Ycoqueteo, Supongo que siempre a existido balla ‘ya que aquellas practicas recurrentes obligaron a ‘varios vecinosa nmdarse del sector... sin embargo. iis dos no escuchaban, La bulla venia de otros.” Empleo el término “blanco-mestizo” para reiterar el caracter de clase del barrio a partir del componente racial. Son blancos-mestizos los doctores. las abogadas. las gerentes de banco, y todo aquellos en quienes pienso cuando escribo este comentario, al mismo tiempo que eliminé los rostros de Ana, Nieves, Yuris y Juan, empleadas domésticas y vigilantes de seguridad negros y morenos®, Cuando estas personas son invocadas en ‘mi memoria es para expresar relaciones de dominio, por ejemplo: Nieves, encargada de la limpieza del edificio, y tmicamente poder recordar el momento en que yo, de aproximadamente cinco afios, le pedia que me dejara tocar su pelo afro y ella calmadamente accedia con una sonrisa, Configuro la pertenencia al espacio desde la activacién de relaciones racistas y clasistas que condenan al olvido a personajes relacionados: de manera tan intima con nuestra posibilidad de existencia. También, Frankenberg (1993) tment6 acerca del privilegio racial blanco que se configura a partir de la negacion de existencia de todos aquellos racializados como no blancos al: “ser capaz de convocar y rechazar al Otro racialmente diferente a voluntad. Posiblemente, es este sentido ‘Extracto de dare de campo esr al | da julio de 2015, 1 wo de estos termina respon aos sistemas de clasiicacion cial en fos que he sido socilizada para peeibi, dar sentido, aterizar ydiscrminar con base on celagris raises rsultentes dela herencia Solon no como sonsacvenea de prooseos ds eutereconocimiento scioractl pr pai de as personas mecionades. De acuerdo con Donny “Meertens, Mara Vivetos Luz Gabriel Arango (2008) la inseripein _abiraria de estos timings sobre cmrpoe qos haben ma cotiiendad ‘me seria para apeehender equemae de paoepeisn aonmalizaos y eshistrizados. Apoyindose en el trabajo de Eve Kosofsky Sedgwick (2999), pare Yera Moreno Sainz-Ezguerra (2015) lus “taxonomias tnmadists” aon estos tmings perptinos de uso ectidana, como morene”, “nepro”. “con rsg0s indigenas” que operan de manera ‘nvelexvay son productores de un econocimieaonormatvo e formas Seclaiear el mundo, Adriana Marcela Paves Rocrigues de control y autoridad que hace del hogar, como el barrio, espacios ‘de solo blancos™ (p.51). El espacio fisico se desplegé frente a mi: zonas como las calles de mi barrio o las escaleras de mi edificio se convertian en campos donde reafirmaba mi lugar de autotidad frente a las empleadas domésticas nesras y los celadores morenos. Ocurte lo mismo con la reiterada etiqueta que empleo cuando me solicitan que describa mi lugar de residencia en Citcuta: el término “barrio tradicional” incluye formas de ser, de habitar y todo un conjunto de sentidos (auto) atribuidos a las clases dominantes, utilizados como marcas de pertenencia y distincién, Pertenecer a dicha clase social en Ciicuta significaba explicitar distancia entre lo “no-blanco” y una yo “blanca”, La blanguitud, en estos casos, implicaba consolidarme desde un lugar de autoridad recreando el cardcter racista y clasista del espacio que habitaba Hay un caricter inquietante en el relato: yo aparezco hablando en primera persona, aun asi mis palabras ostentan la confianza de saberse respaldadas por un conjunto social no explicitado que, retomando el andlisis de Frankenberg, es poseedor de un cercado invisible y un Iugar no marcado desde el cual se constituye como norma En este punto pienso en las palabras empleadas por James Baldwin (1984) para deseribir su experiencia de racializacién en Leukerbad, una pequetia villa “ellos se mueven con la attoridad que yo nunca tendré: y ellos me consideran, con toda razén, no s6lo como tin extratio en Ia villa, también como un recién Hegado sin ctedenciales sobre todo lo que ellos han inconscientemente heredado” (p.3).. Posiblemente, la herencia a la cual hace referencia se extiende a la blanquitud compuesta de posiciones de autoridad y dominio sobre Ia definicién de realidades, sobre cémo nos pensamos a nosotras mismas y a otros, Se hereda también la posicién de privilegio en una “relacién de miradas” (hooks, 1997) que se asume detrés de un cercado invisible para producir representaciones legitimadas sobre si mismo y los Otros: un “Nosotros” “sobrio” capaz de eliminar el rastro de sus molestos actos, frente a la explicitacién del daiio causado por los recién Hegados. En general durante este periodo, el privilegio racial se expresaba en el hecho de que la raza para nosotras era un asunto de suiza:

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