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TA EN! MANO, 5S Ld FOTOGRA- Fig DEUN Hom: BRE Y UNA MU JER. ESTAIN EW. | UN Bagaue oe [ain EST aur Si aaa 2 VEINT! ETE HORAS EN EL PASA- DO, EN SU MARCO, EL OSCURO BAR. EN DOCE SEGUNDOS, SUE! TO Ld FOTOGRAFIA, CAE SO- | BRE LA ARENA, 4 MIS PIES, Y $1GO CAMINANDO. 14 ES: TA AKI TIRADA, DOCE SE- GUNDOS EN EL FUTURO. Ld FOTOGRAFIA ESTA EN MIMANO..L4 MUJER CO | GE'uNa PaloniTa De mal CONELPULGAR Y ELINOL LCE La NoRia SE DETIENE: aay is 7 HE CANSADO OE MiRAR| B | 64 FOTOGRAFIA [ze 10 125 DEDOS. CAE | |SOBRE LA ARENA. A | mis PIES Us ESTRELLAS SoM SUS TODO LO GUE VEMOS DE Cy Vie Fi Jos, y su cuz Tago mu- | Gio ENWE- | GARNOS.. EAS FOTEGRA) 14 ENCONTRE ENUN BAR ABANCONALO EN 4 BASE DE GILd eLars, HACE VEIN S/ETE HO RAS. ocTuBRE, | EN MARTE. ES SULIO, 1959. ESTOY EN NEW JERSEY, EN | PARQUE DE ATRACCIONES) DOS HORAS ENEL FUTURO, | Miz Las ESTREL SERVO LOS METEORITOS DESDE BD Comen WALLEY CRUZA UN BALCON DECRISTAL, PEN- EL SISTEMA SOLAR EN SU [_Sasioo EN mI PADRE EUPSE DE SETENTA Y — SEIS 2) [OGce SEGUNDAS HACia M1 Pa SABO, 4820 LOS DEDOS. LA FO. TOGRAFIA ESTA CAYENDO. COCINA DE BROOKLYN, FAS- CINADO POR UNOS ENGRANA- JES SOBRE TERCIOPELD NE- TOGRAFIA ESTA A MIS CAE DE MIS DEDOS, [SBSERVO Lases- | TRECLGS, Aomizau DO SUS COMPLE: LOEL TIEMPO _ aeaTO DE DAR UN NOMBRE 4 U4 \-UERZA QUE LAS B0-| ELDUE TIEMPO [eS 7 De acosTo, 1945. (4 Mallaa Ey BROOKLYN ESHUMEDA lA SOLIOG DE INCENDIOS &: ABIERTA im. WP 2 OEBE SE- a- VGUIR MI W120 EN ESTE 4ul- Arc, fa NEGocio > IHQCE 40 GHOS, LLUEVEN EN- loralazes sede Broovai | EL PROFESOR ENSTEIN Dice GUE EL TIEMPO CAaM- BIA DE UN LUGAR A OTRO. [24025 biseurEW, TE eu gesrooe. ; es | Puibe ennai, y lg < . oA [QU mds TARDE, EN UN ESTU- | ‘Bio apangoracoDE 7 me ICUSANDE MATAR AMIS [4micos mas iiTimos. \, CA, AUN SABIENDO Lo GUE ocurRiRiA. |e QUERER DERDERLA Nui E Z fal ESTOY HARTO DE ESTE MUNDO, Pr iy | OF ES7H) GENTE. ESTOY WARTO. Lae a ace DE ESTAR ATRAPADO EN SUS: [snes courusaé vioas.___] ; 5 a : 5 SADMY ESCURRIDIZA ARE~ __Na. (MUNDO CRECE 2m) LE DOY. 15, Las Bomeas |lo= SOBREEL JAROU, SS (OS ENGRANATES CAEN'SO- BRE BROOKLYN, SEMIUAS MT, LAS COS BRIAN Sido DIFERENTES. SIELHOMBRE GORDO equreyceea | EL MUNDO > (CREADO. GUIZASKADG LO . I UN RELOT SIN ESTE. GuiZds TOCOHA ARTIFICE. ‘Sido, ES ¥ SERA peel TIENEN POTENTES TE. BD Bi eser ene eo a | PeeRENs Rosa, coer LESCOPIOS, PUEDEN VER- By | 24 Pe Cee Oi Th eee eee WE UA FOTOGRAFIA EN ANDO 2E DETEI ee eae || ‘Mi MANO, CAE MI PADRE, DE RESCATAR | woTas oe aumodcoab. CARE EEE as ale. DeCIIas, Y VOLVER AMON ane ee Ta ( raguas Topas suNTAs. SE Dos Horus | Esraed va aL CANZaNbO | Peurew. [PERO ES DEMASIADO TAR- | | 08. SIEMPRE Lo 1a siDO, | siémere to sera. SOBRE LAS MOMTANAS i 5 or DENODUS GORDI, Jovas DEUN MECANISMO STH rea 5 wots CREgDOR, LOS pRMEROS A camaioo mereoartas Coynienahs Foleeia ao DR. MANHATTAN: SUPER-PODERES Y LOS SU ie ails) POR EL PROFESOR MILTON GLASS PROLOGO Para aquellos que disfrutamos con tales cosas, el siglo veinte nos ha mos- trado, a lo largo de su transcurso, una humanidad con multitud de paradojas en su conducta y enigmas morales hasta el momento no imaginados y quiza inimaginables. La ciencia, enemiga tradicional del misticismo y la religién, ha asumido progresivamente que el modelo de Universo sugerido por la fisi- ca cuantica difiere muy poco del Universo en que los taoistas y otros misticos han creido durante siglos. Los jévenes, educados en culturas rigidas y orienta- das hacia la industria, rechazan violentamente esa industrializacion y buscan en su lugar alguna version modificada del esquema de vida agricola que sus antepasados (supuestamente) disfrutaron, incluyendo la proliferacién de fa milias comunitarias y en algunos casos una economia basada en el trueque a baja escala. Los niftos se mueren de hambre mientras botas que cuestan va- ios miles de délares dejan su huella sobre la superficie de la luna. Hemos trabajado duro para construir un paraiso sélo para verlo poblado de horrores Son las ironias mas antiguas las que siguen triunfando: el hombre, cuando se prepara para una guerra sangrienta, gritaré a viva voz y con mayor elo- cuencia que nunca en nombre de la paz. Esta dicoromfa no es una invencién del siglo veinte, aunque es en este siglo cuando se han manifestado los ejem- plos més notables de este fendmeno. Nunca antes habia el hombre persegui- do tanto la atmonia global oralmente mientras amasaba en sus almacenes ‘montones de armas de tan devastadores efectos. La Segunda Guerta Mundial nos decian= fue la Guerra para Acabar con las Guertas. El desarrollo de la bomba atémica es el Arma para Acabar con las Guerras. Y atin asi las guerras contindan. Actualmente no hay nacién en este plane- ta que no esté envuelta en algiin tipo de lucha armada, si no contra sus vecinos, contra disidentes internos. Ademds, mientras van aumentando las cifras que se invierten en Ia carrera de armas especificas 0 en el conflicto que nos traer la paz duradera, nuestras economfas se agotan y crean un paisaje urbano desolador, donde el crimen florece y la gente se interesa menos por Ja seguridad nacional que por la seguridad personal necesaria para decenerse ante una tienda de noche a por uAia botella de leche sin ser atracado Los lugares por los que luchamos a brazo partido para mantener su seguri dad, se estén convirtiendo cada vez en més peligrosos. Las guerras para aca- bar con las guerras, las armas para detener las guerras, todo esto nos ha falla~ do, Ahora tenemos a un hombre para acabar con las guerras, Como mi relacién con el Dr. Jonathan Osterman y el ser en que eventual- mente se convirti6, ya esta bien documentada en alguna otra parte, creo que no me extenderé mucho aqui sobre este punto. En 1959, en un accidente cotalmente forcuito y, por canto, irrepetible, un joven americano fue desinte- grado totalmente, al menos fisicamente, A pesar de la desaparicién de su cuerpo, la estructura electromagnética de su conciencia sobrevivi6, y fue ca- paz, con el tiempo, de reconstruir algo bastante aproximado al cuerpo que habia perdido. Quizé en el proceso de reconstruccién de su forma corpérea, esta nueva y totalmente original entidad alcanz6 un completo dominio sobre toda la ma- teria, pudiendo transformar la realidad mediante la manipulacién de sus ¢s- tructuras basicas. Cuando las noticias sobre la génesis excraordinaria de este set salieron a la luz pablica, se lanz6 cierta frase que ~alternativamente— se me ha atribuido tanto a mi como a otros. En esas noticias relampago que nos asaltaban por el televisor en esa noche decisiva, una frase era repetida una y otra vez: “EL superhombre existe, y ¢s americano’, Yo nunca dije eso, aunque recuerdo haber dicho algo similar a un periodis- ta bastante pesado que no se iba sin obtener una frase lapidaria, Supongo que corrigieron mi comentario y lo suavizaron para no herir Ia sensibilidad del publico; en cualquier caso, nunca dije: “El superhombre existe, y es ame- ricano”. Lo que yo dije fue “Dios existe, y es americano”. $i esa declaracién le provoca escaloftios después de unos momentos de consideracién, no se alarme. Una sensacién de intenso y abrumador terror religioso ante ese con- cepto indica s6lo que atin est cuerdo. Desde mediados de los 60, cuando la aturdida y paralizada conciencia po- pular comenz6 por primera vez a comprender el significado de esta nueva forma de vida, el equilibrio politico ha cambiado deasticamente, Mucha gen- te en este pais opina que esto es para mejor. La incuestionable supremacia militar de América nos ha proporcionado también cierto poder econdmico por el que podemos dictar la politica econémica del mundo occidental y atraémoslo hacia nuestro propio provecho. No hay duda, entonces, de que Ja idea de un mundo dirigido por un omnipotente Rey-Dios que ¢s leal a los Estados Unidos, se muestra eminencemente deseable, Poniendo a nuestro benefactor sobrehumano en la posicién de elemento disuasor frente a la ame- naza nuclear, se supone que hemos garantizado por fin la paz duradera en la Tierra. Sobre esto ultimo recae mi més seria consideracién: No creo que tengamos un hombre que acaba con las guetras. Me parece que hemos creado a un hombre que acabard con el mundo. La suposicién de que los “rivales” de América son imporentes ante el Dr. Manhattan, aunque reconforta, comienza a fallarnos ante un examen mas detenido, Tal y como entiendo la postura actual del Pentigono, la creen- cia convencional sugiere que cuando se encuentre con un problema insoluble, a Unién Soviética no tended otra opcién que la de aceptar su pérdida de influencia en el mundo, que culminaré con su derrota final. Se ha demostra~ do, al menos sobre el papel, que el Dr. Manhattan podria en cualquier mo- mento arrasar grandes dreas del territorio soviético al instante. También se ha demostrado igualmente en teoria que, si se produjera un araque nuclear a. gran escala contra América desde las bases soviéticas en la URSS y Europa, el Dr. Manhattan podria desviar 0 desactivar al menos el sesenta por ciento de los misiles antes de que alcanzaran su objetivo. Contra probabilidades como esa, se discute, Rusia nunca se arriesgaria a instigar un conflicto global a gran escala, Ya que América no tiene ningtin interés en promover tal con- Alicco, ;significa eso que la paz mundial esta asegurada de una vez por todas? No. En absoluto, Por un motivo: es una suposicién basada en la creencia que Ja psicologia americana y la de los soviéticos se pueden intercambiat, Para entender la actitud rusa ante la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial, debemos comprender primero su acticud ante Ia segunda, En la 2." G. M., ninguna de las fuerzas aliadas lucho ran duramente 0 soports tantas bajas como los rusos, Fue el fracaso de Hitler en su invasidn soviérica lo que asegur6 su final derrota, y aunque se cobré en su mayoria vidas soviéticas, el mundo entero coseché sus beneficios, Con el tiempo, la contribucién rusa a la victoria en la guerra, se ha visto desestimada y minimizada ~sobre todo desde que nues- tras diferencias politicas se hicieron mas claras— mientras glorificabamos nuestra propia contribucién, olvidando a nuestros enemistados antiguos alia~ dos. Los rusos, sin embargo, no lo han olvidado, Aun viven los que recuer- dan el horror de una guerra en su propio territorio, y seguramente hay miem- bros del Polieburé en esa categoria. Tras la lectura de varios discursos hechos por los altos mandos rusos a través de los afios, estoy convencido de que nunca mas permitirin que su nacién se vea amenazada de una forma similar, cueste lo que cueste. La presencia de un “elemento disuasor” como el Dr. Manhattan ha refrena- do el animo de aventura soviético, ya que en numerosas ocasiones la URSS ha tenido que retroceder ante algsin conflicto antes que artiesgarse a empren- der una guerra que no podrfa ganar, A menudo, estas retiradas han sido humillantes, y quiz esto ha fomentado la ilusién de que los soviéticos sufri- rin esas humillaciones para siempre jamds, Esto est absoluramente equivo- cado, porque atin hay otra opcién posible. Esa opciones la Mutua y Asegurada Destruccién. En pocas palabras, el Dr. Manhattan no puede evitar que al menos algunos de los misiles alcancen <1 suclo americano, y atin ese reducido porcentaje serfa més que suficiente para acabar dé forma efectiva con la vida orgénica en el hemisferio norte. La creencia de que la presencia de un superhombre ha orientado al mundo mas hacia la paz se ve refucada por el evidence incremento, tanto en Rusia como en América, de reservas nucleares desde la aparicién del Dr. Manhattan. La desteucci6n infinita dividida entre dos, diez 0 veinte sigue siendo destruccién infinita, Si se les amenaza con la dominacién coral, ;seguirin los rusos el rumbo de un suicidio colectivo? Si. Dada su historia y su vision del mundo, estoy convencido de que lo harfan, Nuestra actual administraci6n lo cree de otra manera. Continuamente fuer- zan su inmerecida ventaja hasta que la influencia americana Hegue demasido cerca de las areas clave de interés soviético, Es como si ~con una auréntica y viva Deidad de su pare— nuestros lideres se hubieran intoxicado con un embriagador proyecto de Omniporencia por Asociacidn, sin darse cuenta de como su misma existencia ha deformado la vida de todas las eriaturas vivien= tes de este planeta. Esto es verdad en un sentido doméstico tanto como en uno més amplio, internacional, La tecnologia que el Dr. Manhattan ha hecho posible ha cam- biado la manera en que pensamos sobre nuestras ropas, nuestra comida, nuestros viajes. Conducimos coches eléctricos y viajamos confortable y como- damente en dirigibles limpios y econémicos. Toda nuestra cultura ha tenido que transfigurarse a si misma para aceptar Ja presencia de algo que es mas que humano, y codos hemos sentido los resultados. La evidencia nos rodea, en nucstra vida cotidiana y en las primeras paginas de los periddicos que Ieemos. A un solo set se le ha permitido cambiar cl mundo entero, empujan- dolo hacia su definitiva deseruccién el proceso. Los dioses ahora caminan centre nosotros, afectando la vida de cada hombre, mujer y nino del planeta de forma directa, y 0 a través de la mitologia y las promesas de la fe, La seguridad de todo el mundo descansa en las manos de un ser que esté mas alla de lo que entendemos por humano. Todos nosotros vivimos a la sombra de Manhattan

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